tag:theconversation.com,2011:/ca/topics/ataque-al-corazon-63267/articlesataque al corazón – The Conversation2021-01-28T20:59:09Ztag:theconversation.com,2011:article/1507232021-01-28T20:59:09Z2021-01-28T20:59:09ZLa chispa de la vida: ¿qué es un desfibrilador externo semiautomático y quién puede utilizarlo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/372244/original/file-20201201-16-1swpu7u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=18%2C0%2C4089%2C3090&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un desfibrilador en una calle de Málaga.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/malagaspain-03252019-view-heart-cardiac-defibrillator-1350885566">Shutterstock / No-Mad</a></span></figcaption></figure><p>Cada año se producen en España <a href="https://www.cercp.org/area-ciudadana/area-ciudadana-2">entre 15 000 y 25 000 paradas cardíacas</a> susceptibles de ser reanimadas fuera del entorno sanitario. Menos del 30% de los pacientes que las sufren llegan con vida al hospital. Ahora bien, estos son fenómenos potencialmente reversibles mediante técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar.</p>
<p>Las probabilidades de sobrevivir tras una parada cardíaca fuera del hospital dependen de múltiples variables. </p>
<p>Una reanimación de calidad hecha antes de la llegada de los servicios de emergencias, así como la desfibrilación precoz son las intervenciones que más pueden influir en el pronóstico de la parada cardíaca. Eso sí, con independencia de otros factores.</p>
<p>Hace más de una década, la legislación e implantación de los primeros <a href="https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/Informe_uso_Desfibriladores_sep_07.pdf">planes de desfibrilación para personal no sanitario</a> supuso una importante apuesta en la optimización del manejo de la parada cardíaca.</p>
<h2>¿Cómo funciona un desfibrilador externo semiautomático?</h2>
<p>Los <a href="https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/Informe_uso_Desfibriladores_sep_07.pdf">desfibriladores externos semiautomáticos</a> (DESA) son dispositivos ligeros y portátiles basados en microprocesadores altamente complejos. Estos utilizan electrodos en forma de parches autoadhesivos para monitorizar el ritmo cardiaco o aplicar choques eléctricos. </p>
<p>Son capaces de registrar y analizar la señal electrocardiográfica de una persona y determinar si presenta una arritmia potencialmente letal. Su uso está indicado solo en pacientes con parada cardiorrespiratoria. Es decir, aquellos que se encuentran inconscientes y que no respiran.</p>
<p>Para hacer funcionar un DESA, solo hay que encenderlo y colocar los electrodos sobre el tórax. En caso de que identifique una arritmia que pudiese ser desfibrilada, el dispositivo recomendará una descarga eléctrica.</p>
<p>En ocasiones, esta es capaz de “resetear” el corazón. Así, da la oportunidad a los marcapasos naturales del miocardio a restablecer un ritmo cardiaco efectivo.</p>
<p>Actualmente es posible localizar desfibriladores en infinidad de espacios fuera del entorno sanitario. </p>
<p>Su diseño garantiza que puedan utilizarse con seguridad por cualquier persona: las señales visuales y sonoras que emite son capaces de guiar al operador. De esta forma, podrá practicar maniobras de reanimación cardiopulmonar básica hasta la llegada de los equipos de emergencia.</p>
<h2>¿Quién puede utilizar un DESA?</h2>
<p>Los DESA se concibieron para que cualquier persona, con independencia de su nivel de formación, pueda utilizarlos. Sin embargo, en España su uso está <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2009-5490">regulado por Real Decreto</a>. </p>
<p>En función de cada Comunidad Autónoma, <a href="http://emergencias.portalsemes.org/descargar/regulacin-de-la-desfibrilacin-externa-semiautomtica-fuera-del-entorno-sanitario-en-las-comunidades-autnomas-de-espaa-situacin-actual/">las condiciones que determinan quién está habilitado para utilizarlos en caso de necesidad son diferentes</a>.</p>
<p>Por ejemplo, en el <a href="https://www.salvavidas.eu/desfibriladores/normativas/normativa-desfibriladores-euskadi">País Vasco</a> cualquier ciudadano está autorizado a hacer uso de un DESA en caso de necesidad (previa alerta a los servicios de emergencia). Pero en el resto de comunidades es necesario realizar un curso inicial acreditado para poder manejar estos dispositivos. </p>
<p>El proceso de habilitación del personal no sanitario consta de una formación específica. Su duración varía entre 4 y 9 horas. Además, debe ser renovada con una periodicidad de entre uno y tres años. </p>
<p>De forma excepcional, once comunidades (Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla la Mancha, Cataluña, Extremadura, Galicia, La Rioja, Madrid, Navarra y Valencia) permiten que cualquier ciudadano pueda <a href="https://www.desfibrilador.com/quien-puede-usar-un-desfibrilador-espana/">utilizar un DESA ante una eventual parada cardiaca</a>, pero sólo en ausencia de personal sanitario o habilitado.</p>
<p>Sin menoscabo de la importancia de impulsar programas formativos o de sensibilización sobre atención a emergencias, <a href="https://www.revespcardiol.org/es-guias-resucitacion-cardiopulmonar-2015-del-articulo-S0300893216300045">las sociedades internacionales abogan por favorecer la accesibilidad a los DESA a la población general</a>. </p>
<p>Sin embargo, la política reguladora española no parece del todo alineada con esta recomendación. </p>
<p>Esta diferencia de opiniones debería ser motivo de reflexión por parte de las autoridades sanitarias. Lo mismo sucede con la heterogeneidad legislativa española. </p>
<p>El libre uso de los DESA por los ciudadanos sin necesidad de acreditación parece una medida razonable. Después de todo, no debería haber impedimentos para emplear un dispositivo totalmente seguro si puede evitar una muerte prematura.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/150723/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sendoa Ballesteros Peña no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La irrupción de los desfibriladores externos semiautomáticos de acceso público ha supuesto un importante avance en la reducción de la mortalidad por parada cardíaca. Pero las normas de uso son distintas en cada comunidad autónoma.Sendoa Ballesteros Peña, Enfermero en Osakidetza- Servicio vasco de salud. Profesor asociado a la Facultad de Medicina y Enfermería, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1238092019-10-01T19:57:35Z2019-10-01T19:57:35ZCinco animales que podrían ayudarnos a vencer algunas enfermedades humanas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/295010/original/file-20191001-173407-xh8tf7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=10%2C0%2C2260%2C1913&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-zebra-surrounded-black-white-stripes-175882628">Chantal de Bruijne / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Los seres humanos debemos sentirnos muy afortunados por la trayectoria que ha seguido nuestra evolución. Vivimos más tiempo que muchos animales, y nuestra longevidad <a href="https://www.scientificamerican.com/article/why-humans-live-so-long1/">sigue aumentando</a> gracias a unas dietas mejores, a los avances de la medicina y a una salud pública de calidad. Pero seguimos luchando para vencer el envejecimiento y las enfermedades asociadas a la edad. </p>
<p>Por ejemplo, las tasas de osteoartritis se han duplicado <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5584421/">desde mediados del siglo XX</a>. Asimismo, las enfermedades cardiovasculares en los países en desarrollo causan todos los años <a href="https://www.cdc.gov/heartdisease/facts.htm">cientos de miles de fallecimientos</a>, lo que supone alrededor de <a href="https://www.bhf.org.uk/for-professionals/press-centre/facts-and-figures">una muerte cada tres minutos</a>.</p>
<p>El mundo animal puede ser un buen recurso para estudiar nuevas formas de prevenir y tratar estas afecciones. Es posible que nuestro ADN sea extraordinariamente parecido <a href="https://www.nature.com/articles/nature04072">al de los chimpancés</a> y otros animales, pero son las diferencias las que podrían ayudarnos a descubrir nuevos modos de comprender y tratar las enfermedades en el futuro. </p>
<p>Por otra parte, mediante el empleo de técnicas de edición genética, como la denominada CRISPR, es probable que algún día podamos usar los conocimientos que adquiramos estudiando a los animales para editar enfermedades. No obstante, se trata de un objetivo todavía muy lejano.</p>
<h2>Los chimpancés y las enfermedades cardiovasculares</h2>
<p>A medida que los seres humanos hemos evolucionado, nuestra constitución genética se ha ido modificando y nos ha expuesto a un mayor riesgo de sufrir obstrucción arterial. Si a este factor se suma el hecho de que hemos aumentado nuestra <a href="https://www.nih.gov/news-events/nih-research-matters/eating-red-meat-daily-triples-heart-disease-related-chemical">ingesta de carne roja</a> y de otros alimentos que acrecientan nuestras probabilidades de padecer una enfermedad cardiovascular, estamos reuniendo, sin duda, todos los elementos para que estalle una tormenta perfecta. </p>
<p><a href="https://www.pnas.org/content/early/2019/07/18/1902902116">Un estudio reciente</a> revela que fue la pérdida de un gen específico lo que hizo que el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares fuera mayor en los seres humanos que en otros animales, entre ellos nuestro pariente más cercano, el chimpancé. El estudio también mostró que, modificando genéticamente ratones para que tuvieran la misma mutación genética que los seres humanos, su riesgo de sufrir un infarto era el doble que el de los ratones normales. En el futuro, podríamos emplear la ingeniería genética para reducir nuestro riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.</p>
<h2>Las ratas topo desnudas y el cáncer</h2>
<p>Puede que la <a href="https://theconversation.com/meet-the-naked-mole-rat-impervious-to-pain-and-cancer-and-lives-ten-times-longer-than-it-should-118809">rata topo desnuda</a> no sea un deleite para la vista, pero este roedor despierta un gran interés en la comunidad científica porque posee la cualidad de <a href="https://www.nature.com/articles/nature12234">no enfermar de cáncer</a>. Además, estas ratas podrían enseñarnos algunas cosas sobre la longevidad. Por su tamaño, deberían tener un tiempo de vida similar al de su pariente el lirón (unos cuatro años); sin embargo, es frecuente que vivan <a href="http://sageke.sciencemag.org/cgi/content/full/2002/21/pe7">siete veces más</a>. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/285168/original/file-20190722-11364-18m7ysl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/285168/original/file-20190722-11364-18m7ysl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/285168/original/file-20190722-11364-18m7ysl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/285168/original/file-20190722-11364-18m7ysl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/285168/original/file-20190722-11364-18m7ysl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/285168/original/file-20190722-11364-18m7ysl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/285168/original/file-20190722-11364-18m7ysl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">En el mundo de la biología el aspecto no lo es todo.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/779258935?src=uCnyw2zmH-sz3nLtBdDALQ-1-0&studio=1&size=huge_jpg">Neil Bromhall/Shutterstock</a></span>
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<p>Poco a poco, estos roedores poco agraciados van desvelando sus secretos a los científicos, y es posible que algún día nos ayuden a desarrollar nuevas terapias para vencer el cáncer y las enfermedades relacionadas con la edad. </p>
<h2>Los canguros y la osteoartritis</h2>
<p>La osteoartritis obedece a muchas causas, pero la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10983905">obesidad</a>, las malas posturas y una <a href="https://europepmc.org/abstract/med/7752117">alineación articular deficiente</a> son factores de riesgo importantes. Muchos <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.1420-9101.2006.01276.x">primates</a> y carnívoros tienen problemas articulares parecidos a los de los seres humanos; por ejemplo, entre los grandes simios se observa una de las prevalencias de enfermedades articulares más altas. </p>
<p>Por su parte, los canguros pueden saltar a una velocidad de 64km/h con poco riesgo de sufrir artritis, hasta una edad muy avanzada. Una <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0730725X17301303">singular estructura cartilaginosa</a> en las rodillas les permite resistir la fuerza de repetidas flexiones y el impacto del suelo. Además, la <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/joa.12683">disposición de los ligamentos</a> mejora la estabilidad de la articulación, lo cual es importante para mantener una buena salud de las articulaciones. El estudio de estas capacidades podría ayudar a mejorar los materiales empleados en los implantes artificiales de rodilla para los seres humanos. </p>
<h2>Los peces ciegos de las cuevas y la diabetes</h2>
<p>La diabetes constituye un problema de salud a nivel mundial y es una importante causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto, derrame cerebral y amputación. Casi <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/diabetes">una de cada diez personas adultas</a> padece esta enfermedad, y las tasas de diabetes siguen una tendencia ascendente. La solución para la diabetes —si es que hay alguna— podría buscarse en el pez ciego de las cuevas mexicano. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/285141/original/file-20190722-11376-z1qeug.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/285141/original/file-20190722-11376-z1qeug.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=410&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/285141/original/file-20190722-11376-z1qeug.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=410&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/285141/original/file-20190722-11376-z1qeug.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=410&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/285141/original/file-20190722-11376-z1qeug.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=516&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/285141/original/file-20190722-11376-z1qeug.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=516&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/285141/original/file-20190722-11376-z1qeug.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=516&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El pez ciego de las cuevas mexicano puede atiborrarse a su antojo.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/224156962?src=fWJfdPazcG2GzmoNLMA2xg-1-1&studio=1&size=medium_jpg">Kuttelvaserova Stuchelova/Shutterstock</a></span>
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<p>Este pececillo, que se atiborra de algas, es capaz de darse un atracón sin sufrir daño alguno, pues está adaptado de forma asombrosa para sobrevivir sin <a href="https://www.nature.com/articles/nature26136">regular el azúcar en su sangre</a>. Esto significa que los síntomas que se observan normalmente en las personas diabéticas que sufren variaciones extremas de los niveles de glucosa en sangre no suponen, al parecer, ningún problema para estos peces. La comunidad científica espera que, llegando a conocer mejor al pez ciego de las cuevas, algún día podamos encontrar un tratamiento más eficaz para esta enfermedad. </p>
<h2>Las cebras y las úlceras</h2>
<p>Dado que vivimos en un entorno sometido a una creciente presión, estamos adquiriendo cada vez más conciencia de nuestra salud mental. Pero a menudo pasamos por alto cómo puede afectar esa presión a nuestra salud física. Como seres humanos, los centros de proceso superiores de nuestro cerebro a menudo establecen vínculos con las situaciones difíciles que atravesamos en nuestra vida. Esto significa que experimentamos estrés crónico durante períodos prolongados. Con el tiempo, esta circunstancia puede ocasionar <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5126869/">úlceras de estómago</a>.</p>
<p>Normalmente, los animales –por ejemplo, la cebra– padecen estrés <a href="https://pdfs.semanticscholar.org/19ee/6e731a091779985321183a9976e2742b99cd.pdf">durante períodos más cortos</a>, como cuando buscan comida o huyen de los depredadores. Pero no suelen experimentar períodos de estrés crónicos más duraderos. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que exponer a animales como, por ejemplo, las ratas a períodos de estrés prolongados y persistentes <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5915631/">puede inducir úlceras</a> similares a las que se observan en los seres humanos. Esto sirve para recordarnos que nuestros estilos de vida modernos, caracterizados por un estrés constante, son nocivos para todos los aspectos de nuestra salud. </p>
<p>La relación entre los animales y las enfermedades no es unidireccional. Hay abundantes casos en los que estamos usando el conocimiento humano de una enfermedad para ayudar a los animales; por ejemplo, aplicamos nuestro conocimiento de la <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-019-42702-z">clamidia a los koalas</a>, en los que la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30681773">enfermedad puede causar esterilidad</a>, ceguera e incluso la muerte.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/123809/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Adam Taylor es miembro de la Anatomical Society.</span></em></p>Las peculiaridades evolutivas que se encuentran en el reino animal protegen contra enfermedades comunes.Adam Taylor, Director of the Clinical Anatomy Learning Centre and Senior Lecturer, Lancaster UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1122372019-02-27T22:01:43Z2019-02-27T22:01:43ZLos ataques cardíacos son diferentes en mujeres y en hombres, y la atención médica debe asumirlo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/260708/original/file-20190225-26174-mhyip.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=21%2C0%2C7055%2C3638&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/women-has-heart-disease-go-hospital-688768810">Emily Frost / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Una noche cualquiera enciende la tele y se dispone a ver su serie favorita sobre médicos. La calma de la trama se rompe de forma súbita cuando un paciente se agarra con fuerza el pecho y cae desplomado al suelo. Es entonces cuando entra en escena un equipo de doctores increíblemente atractivos que trabajan de manera frenética para salvar a la víctima del ataque al corazón que está sufriendo.</p>
<p>Seguro que tenía en mente la escena a medida que leía el párrafo anterior. ¿La víctima del infarto era un hombre o una mujer?</p>
<p>La mayoría de las personas asocia los ataques al corazón con los hombres, pero lo cierto es que las enfermedades cardiovasculares <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds)">son la principal causa de muerte</a> en ambos sexos en todo el mundo. Es más, <a href="http://www.hricanada.org/about-heart-disease/women-and-heart-disease">fallecen más mujeres</a> que hombres <a href="https://www.ahajournals.org/doi/full/10.1161/CIR.0000000000000351">por este motivo</a>.</p>
<p>Un ataque al corazón puede pasar desapercibido en el caso de algunas mujeres, ya que pueden no sufrir dolor y no presentar los síntomas característicos de un cuadro cardíaco, a pesar de lo cual las indicaciones que se deben seguir llegado el caso están basadas en estudios realizados mayoritariamente con hombres.</p>
<p>El sexismo latente en la investigación de la salud cardiovascular no solo significa que a menudo los infartos no sean detectados en mujeres, sino que tienen menos probabilidad de ser sometidas a los tratamientos e intervenciones adecuados, así como a la rehabilitación correspondiente.</p>
<h2>Mueren más mujeres por problemas cardíacos</h2>
<p>Una de las enfermedades cardiovasculares más comunes, la <a href="https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)32203-7">cardiopatía isquémica</a>, puede ocasionar un ataque al corazón. Este tiene lugar cuando se bloquean los vasos sanguíneos que van al corazón, causando la muerte del músculo. Un motivo frecuente por el que se produce este bloqueo es por la arterioesclerosis, que no es otra cosa que el depósito de placas de grasa en las arterias coronarias.</p>
<p>Sin embargo, <a href="https://academic.oup.com/eurheartj/article/33/6/734/440488">más de la mitad de las mujeres que padecen una cardiopatía isquémica</a> no sufren el bloqueo de estas arterias. El estudio <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11320360">Evaluación del Síndrome Isquémico en las Mujeres</a> (WISE, por sus siglas en inglés) descubrió que la cardiopatía isquémica en las mujeres aparece cuando los vasos sanguíneos más pequeños, los que conforman la microcirculación, sufren daños que provocan su cierre.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/258822/original/file-20190213-181623-1iu9rx7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/258822/original/file-20190213-181623-1iu9rx7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=446&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/258822/original/file-20190213-181623-1iu9rx7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=446&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/258822/original/file-20190213-181623-1iu9rx7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=446&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/258822/original/file-20190213-181623-1iu9rx7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=560&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/258822/original/file-20190213-181623-1iu9rx7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=560&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/258822/original/file-20190213-181623-1iu9rx7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=560&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Hasta que no se rompa el techo de cristal provocado por el sexismo en la investigación cardiovascular, las mujeres seguirán sufriendo las consecuencias.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Unsplash/Rawpixel)</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>A pesar de los avances que han reducido la mortalidad por ataques al corazón, las mujeres siguen copando las estadísticas <a href="https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/CIRCULATIONAHA.110.968792">en comparación con los hombres</a>.</p>
<p>¿Cuál es la razón por la que la misma enfermedad acaba con la vida de más mujeres que hombres?</p>
<h2>Ataques al corazón indoloros</h2>
<p>La mayoría de los ataques al corazón no son sucesos repentinos y dolorosos que hacen que la víctima se desvanezca. El dolor aparece de manera gradual y a menudo se confunde con una indigestión o un simple dolor muscular.</p>
<p>Aunque el dolor de pecho es el síntoma más común en ambos sexos, existen otros <a href="http://dx.doi.org/10.1136/hrt.2007.138537">menos característicos</a> que se manifiestan más en mujeres que en hombres: fatiga, malestar en la espalda, mandíbula o cuello o, simplemente, ausencia de dolor. Si se presentan este tipo de síntomas y no se hace un diagnóstico preciso a tiempo, el tratamiento puede verse retrasado y provocar un mayor daño al corazón.</p>
<p>Desde hace tiempo existe la creencia de que en las mujeres se retrasa la demanda de atención médica, demora que les llevaría a sufrir mayores daños. <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20123674">Una revisión de las investigaciones realizadas</a> sobre el tema entre 1960 y 2008 cita 11 estudios que sostienen esa afirmación, mientras que otros siete no encontraron diferencia alguna entre ambos sexos. Si bien la mayoría de los estudios ratifican que las mujeres tardan más que los hombres en recibir atención médica al sufrir un infarto, en realidad las diferencias son <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26908868">relativamente pequeñas</a>.</p>
<p>El protocolo sanitario establece controles, pruebas y tratamientos que, a menudo, dejan a las mujeres en un segundo plano. La <a href="https://www.heartandstroke.ca/-/media/pdf-files/canada/2018-heart-month/hs_2018-heart-report_en.ashx?la=en&hash=B7E7C6225111EB4AECEE7EE729BFC050E2643082">Heart and Stroke Foundation of Canada</a>, organización que vela por la salud cardiovascular de la población canadiense, determinó que en los 10 minutos posteriores a la llegada a urgencias las mujeres eran sometidas con menos frecuencia que los hombres a un electrocardiograma, prueba que detecta los ataques al corazón.</p>
<h2>Los diagnósticos más precisos, en desuso</h2>
<p>El nivel en sangre de troponinas, las proteínas liberadas cuando el corazón sufre un daño, es el biomarcador estándar más valioso para diagnosticar un ataque al corazón. Sin embargo, el criterio que se siguió para establecer los niveles de dicha proteína fue estudiado principalmente en hombres, <a href="http://www.dx.doi.org/10.1373/clinchem.2012.192716">cuyo nivel de circulación de troponina es 2,4 veces mayor</a> que el de las mujeres.</p>
<p>Por lo tanto, el aumento de troponinas producido por un infarto de miocardio en una mujer puede no superar el umbral diagnóstico establecido. Más del <a href="https://doi.org/10.1136/bmj.g7873">20% de los ataques sufridos por mujeres</a> no son identificados al atender a este umbral como único elemento diagnóstico.</p>
<p>Las angiografías, por su parte, identifican el bloqueo de las arterias coronarias durante un infarto, pero no registran la obstrucción en la microcirculación, afección que se produce generalmente en mujeres. </p>
<p>Los diagnósticos por imagen, como la tomografía por emisión de positrones (PET) o la tomografía computarizada de emisión monofotónica (SPECT), son técnicas sumamente precisas para detectar ataques al corazón en mujeres. Desgraciadamente, estas herramientas no suelen utilizarse, por lo que las mujeres corren el riesgo de no obtener un diagnóstico completo.</p>
<h2>Pocas mujeres reciben rehabilitación cardíaca</h2>
<p>Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de recibir una <a href="https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs11886-010-0135-4">terapia adecuada</a> tras sufrir un infarto.</p>
<p>Intervenciones como el cateterismo cardíaco o la implantación de un baipás coronario son <a href="https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/CIRCULATIONAHA.114.012293">menos habituales en mujeres</a>.</p>
<p>Al obtener el alta, <a href="https://www.amjmed.com/article/S0002-9343(17)30607-1/fulltext">las recetas son distribuidas de manera desigual</a> entre hombres y mujeres, viéndose perjudicadas a pesar de que la reducción de la mortalidad al seguir los tratamientos farmacológicos ha sido ampliamente demostrada.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/258829/original/file-20190213-181589-ua51sa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/258829/original/file-20190213-181589-ua51sa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/258829/original/file-20190213-181589-ua51sa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/258829/original/file-20190213-181589-ua51sa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/258829/original/file-20190213-181589-ua51sa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/258829/original/file-20190213-181589-ua51sa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/258829/original/file-20190213-181589-ua51sa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Ha de llevarse a cabo una investigación exhaustiva sobre las enfermedades cardiovasculares para comprender las diferencias entre hombres y mujeres.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Shutterstock)</span></span>
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<p>El tratamiento a largo plazo para pacientes que han sufrido un infarto incluye la rehabilitación cardíaca. Si bien esta terapia es infrautilizada en general, las mujeres disfrutan de sus beneficios en menor cantidad que los hombres.</p>
<p>La probabilidad de que una mujer sea derivada a rehabilitación cardiaca por su médico <a href="https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/JAHA.117.008088">es menor que la de un hombre</a>, y cuando lo es, <a href="https://www.amjmed.com/article/S0002-9343(14)00139-9/fulltext">es más probable que abandone</a> el programa antes de completarlo.</p>
<h2>La discriminación por sexo en los estudios cardiovasculares</h2>
<p>Los tratamientos son elaborados a partir de datos recopilados en hombres, mayoritariamente. Un informe científico <a href="https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/CIR.0000000000000351">publicado en 2016 por la Asociación Estadounidense del Corazón</a> señala que las terapias tras sufrir un infarto suponen un gran beneficio para las mujeres, pero se desconoce la eficacia de los tratamientos atendiendo a la diferencia entre sexos.</p>
<p>Es fundamental aumentar la inversión económica en la investigación de las diferencias en salud y enfermedad entre sexos. De esta manera se podrían desarrollar terapias específicas para cada sexo. Asimismo, la inclusión de las mujeres en los ensayos clínicos supondría un paso de gigante. Las agencias de investigación están trabajando en este último punto, pero hasta el momento no se han producidos avances que supongan una mejora de la salud de las mujeres.</p>
<p>La conclusión que se puede sacar es que hasta que no se rompa el techo de cristal, las mujeres seguirán sufriendo las consecuencias de la falta de igualdad en la investigación cardiovascular.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/260746/original/file-20190225-26184-xgodkm.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/260746/original/file-20190225-26184-xgodkm.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/260746/original/file-20190225-26184-xgodkm.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=843&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/260746/original/file-20190225-26184-xgodkm.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=843&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/260746/original/file-20190225-26184-xgodkm.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=843&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/260746/original/file-20190225-26184-xgodkm.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1060&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/260746/original/file-20190225-26184-xgodkm.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1060&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/260746/original/file-20190225-26184-xgodkm.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1060&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Campaña del Colegio de Médicos de Bizkaia</span>
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<p><em><a href="https://cdn.theconversation.com/static_files/files/489/Cartel_SomosDiferentes2018_Castellano.pdf?1551108199">Campaña “Somos diferentes ante el infarto de miocardio” del Colegio de Médicos de Bizkaia</a></em></p>
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<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración de <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/112237/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Glen Pyle recibe fondos de CIHR y NSERC.</span></em></p>Sexismo en la investigación cardiovascular significa que los ataques cardíacos a menudo se pasan por alto en las mujeres. Y que ellas tienen menos probabilidades que los hombres de recibir el tratamiento adecuado.Glen Pyle, Professor, University of GuelphLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1091732019-01-02T21:09:45Z2019-01-02T21:09:45ZSeis curiosos síntomas que podrían revelar una enfermedad del corazón<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/252228/original/file-20190102-32127-10pm3yx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C998%2C646&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/133240190">Johnny Habell / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En la caja protectora que es el pecho, trabajando sin emitir señal alguna a su propietario, se resguarda el corazón, órgano fundamental para la vida. En Occidente, donde una de cada cuatro personas fallece a causa de <a href="https://www.bhf.org.uk/what-we-do/our-research/heart-statistics/heart-statistics-publications/cardiovascular-disease-statistics-2018">enfermedades cardiovasculares</a>, no se puede exagerar la importancia de mantener el corazón en buena forma. Desgraciadamente, la primera señal que muchas personas perciben acerca de un funcionamiento incorrecto es cuando sufren un infarto.</p>
<p>Aunque no pueda ver los latidos dentro del pecho (al menos sin la ayuda de la tecnología de resonancia magnética), puede apreciar síntomas externos que podrían ser indicadores de que algo va mal en su corazón antes de sufrir un “incidente cardiovascular” que le cambiaría la vida (o, en el peor de los casos, terminaría con ella).</p>
<h2>1. Lóbulos plegados</h2>
<p>Uno de los indicadores externos es el <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4112337/">signo de Frank</a>, caracterizado por la formación de pliegues diagonales en los lóbulos de las orejas. Esta alteración recibe su nombre del doctor estadounidense Sanders Frank, que fue el primero en describir este signo. Los estudios realizados demuestran que existe una relación entre estos pliegues y el riesgo elevado de sufrir aterosclerosis, una variante de la arteriosclerosis que consiste en el depósito de sustancias grasas en el interior de las arterias.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/211042/original/file-20180319-31608-fef2bl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/211042/original/file-20180319-31608-fef2bl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/211042/original/file-20180319-31608-fef2bl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/211042/original/file-20180319-31608-fef2bl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/211042/original/file-20180319-31608-fef2bl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1130&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/211042/original/file-20180319-31608-fef2bl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1130&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/211042/original/file-20180319-31608-fef2bl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1130&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Steven Spielberg tiene el signo de Frank.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/success?src=60nKX0mJ6bWYApq1mkDBSw-1-23">Kathy Hutchins/Shutterstock.com</a></span>
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<p>Más de <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3448193/">40 estudios</a> han demostrado la relación entre esta característica deformación de la oreja y el riesgo elevado de sufrir aterosclerosis. Aunque no está clara cuál es la causa, algunos profesionales apuntan que es debida a un origen embriológico compartido. Recientemente se ha observado que estos pliegues también están relacionados con los <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29042572">accidentes cerebrovasculares</a> provocados por el mal funcionamiento de los vasos sanguíneos en el cerebro.</p>
<h2>2. Protuberancias grasas</h2>
<p>Otro síntoma visible que alerta de posibles problemas de corazón es la aparición de protuberancias grasas de color amarillo, conocidas clínicamente como “xantomas”. Pueden surgir en los codos, las rodillas, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4369972/">los glúteos o los párpados</a> y, aunque por sí mismos son inofensivos, pueden ser la señal de una dolencia de carácter grave.</p>
<p>Los xantomas son más comunes en personas que sufren un trastorno llamado <a href="https://www.bhf.org.uk/informationsupport/heart-matters-magazine/medical/familial-hypercholesterolaemia">hipercolesterolemia familiar</a>, que se caracteriza por niveles anormalmente altos de lipoproteínas de baja densidad, lo que produce el llamado “colesterol malo”. Los niveles de este colesterol son tan elevados que acaban siendo depositados en la piel y, lo que es más peligroso, también se encuentran en las <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2998827/">arterias que suministran la sangre</a> al corazón.</p>
<p>El proceso por el cual se forman estos depósitos grasos en los tejidos es conocido y, curiosamente, ocupa un lugar privilegiado en el campo de la medicina, ya que llevó al desarrollo de uno de los grandes grupos de fármacos que reducen el colesterol: las <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3108295/">estatinas</a>.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/211044/original/file-20180319-31608-6rf68o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/211044/original/file-20180319-31608-6rf68o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=358&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/211044/original/file-20180319-31608-6rf68o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=358&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/211044/original/file-20180319-31608-6rf68o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=358&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/211044/original/file-20180319-31608-6rf68o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=450&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/211044/original/file-20180319-31608-6rf68o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=450&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/211044/original/file-20180319-31608-6rf68o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=450&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Xantomas en un niño.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=25023197">Min.neel/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>3. Acropaquia</h2>
<p>El fenómeno conocido como acropaquia también puede ser una señal de que algo está fallando en su corazón. Las uñas cambian de forma, aumentando en grosor y anchura, debido a una <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/0007097181900437">mayor producción de tejido</a>. Esta alteración, que tiene lugar en <a href="https://bestpractice.bmj.com/topics/en-gb/623">las dos manos</a> a la vez, no suele ser dolorosa. </p>
<p>La razón por la que este cambio indica una posible afección cardíaca se debe a que la sangre oxigenada no llega a los dedos de forma correcta, por lo que las células producen un “<a href="https://www.ahajournals.org/doi/pdf/10.1161/circulationaha.112.000163">factor</a>” que estimula el crecimiento para tratar de rectificar el problema.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/211051/original/file-20180319-31614-umqoib.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/211051/original/file-20180319-31614-umqoib.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/211051/original/file-20180319-31614-umqoib.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/211051/original/file-20180319-31614-umqoib.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/211051/original/file-20180319-31614-umqoib.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/211051/original/file-20180319-31614-umqoib.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/211051/original/file-20180319-31614-umqoib.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Dedos hipocráticos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=40100295">Sidsandyy/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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</figure>
<p>Esta malformación es el síntoma médico más antiguo conocido. Fue descrito por primera vez en el siglo V a. C. por Hipócrates, motivo por el cual también recibe el nombre de “<a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3519022/">dedos hipocráticos</a>”.</p>
<h2>4. Halo alrededor del iris</h2>
<p>Los depósitos de grasa pueden aparecer también en los ojos. Es el caso del arco senil, un anillo gris que rodea el iris, que es la parte coloreada del ojo. Este halo comienza en dos puntos opuestos del iris, progresando hasta dibujar una circunferencia completa que no interfiere en la visión.</p>
<p>Cerca del 45% de las personas de más de 40 años tienen un halo graso alrededor del iris, porcentaje que aumenta hasta el 70% en el caso de los <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4439653/">mayores de 60 años</a>. La presencia de este anillo tiene relación con algunos <a href="https://bjo.bmj.com/content/bjophthalmol/67/12/795.full.pdf">factores de riesgo</a> de sufrir enfermedades coronarias.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/211057/original/file-20180319-31624-t364t5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/211057/original/file-20180319-31624-t364t5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/211057/original/file-20180319-31624-t364t5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/211057/original/file-20180319-31624-t364t5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/211057/original/file-20180319-31624-t364t5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/211057/original/file-20180319-31624-t364t5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/211057/original/file-20180319-31624-t364t5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Arco senil.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/650829127?src=COrAKGsfoSal6B1gnWMygw-1-3&size=medium_jpg">ARZTSAMUI/Shutterstock.com</a></span>
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<h2>5. Encías inflamadas y pérdida de dientes</h2>
<p>Su salud oral puede ser un buen termómetro de su salud cardiovascular. <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21840808">La boca está repleta de bacterias</a>, tanto beneficiosas como dañinas. Las bacterias “malas” pueden ingresar en el torrente sanguíneo desde la boca y provocar que <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3318075/">los vasos se inflamen</a>, lo que podría derivar en un accidente cardiovascular.</p>
<p>Los estudios realizados demuestran que la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5013478/">pérdida de dientes</a> y la <a href="https://jech.bmj.com/content/71/1/37">inflamación de las encías</a> (periodontitis) son indicadores de enfermedades cardíacas.</p>
<h2>6. Labios azules</h2>
<p>Otro indicador de la salud situado en la boca es el color de los labios. Generalmente son de color rojo, pero pueden adoptar un tono azulado (cianosis) en personas con problemas de corazón debido a las deficiencias del sistema cardiovascular a la hora de distribuir la sangre oxigenada a los tejidos.</p>
<p>En ocasiones, los labios adquieren ese tono azulado por otras razones, como la exposición a bajas temperaturas o por encontrarse a una gran altitud. En estos casos, el cambio de color probablemente se deberá a una falta temporal de oxígeno y se resolverá rápidamente.</p>
<p>De hecho, los cinco síntomas expuestos anteriormente también pueden tener su origen en una causa benigna. En cualquier caso, si está preocupado o tiene dudas debería contactar con su médico de cabecera o con algún profesional de la salud para contar con una opinión cualificada.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/109173/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Adam Taylor es miembro de la Anatomical Society.</span></em></p>Lóbulos de las orejas plegados, pérdida de dientes y uñas que crecen en grosor y anchura son algunos de los síntomas de padecer problemas cardíacos.Adam Taylor, Director of the Clinical Anatomy Learning Centre and Senior Lecturer, Lancaster UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1079962018-12-02T22:27:11Z2018-12-02T22:27:11ZCuanto más rápido camine, mejor para su salud<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/248298/original/file-20181202-194935-vifq0w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4399%2C2946&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-walking-along-road-sticks-forest-1058098214">Shutterstock / ARegina</a></span></figcaption></figure><p>Hay gente a la que le gusta pasear tranquilamente y pararse a oler las rosas. A otros, en cambio, les gusta andar a paso ligero para llegar a su destino cuanto antes. Un <a href="https://bjsm.bmj.com/content/52/12/761">nuevo estudio</a> ha revelado que aquellos que caminan rápido tienen un riesgo menor de sufrir una muerte prematura.</p>
<p>Realizamos un estudio con 50.000 caminantes de más de 30 años que vivieron en Gran Bretaña entre los años 1994 y 2008. Recopilamos datos de estas personas, incluida la percepción que ellos mismos tenían acerca de su rapidez a la hora de caminar, para después analizar la influencia de sus caminatas en su salud (asegurándonos de que las consecuencias, negativas o positivas, no se debían a hábitos como fumar o hacer ejercicio).</p>
<p>Descubrimos que andar a un ritmo elevado reducía el riesgo de fallecer a causa de enfermedades cardiovasculares, como infartos o derrames cerebrales. Comparados con las personas que caminaban lento, aquellas que lo hacían a un ritmo medio tenían un 20% menos de riesgo de sufrir una muerte prematura por cualquier causa, y un riesgo un 24% menor de morir por un infarto o derrame cerebral.</p>
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<figcaption><span class="caption">Australian Science Media Centre.</span></figcaption>
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<p>Por su parte, aquellos que decían caminar a mayor velocidad tenían un 24% menos de riesgo de sufrir una muerte prematura por cualquier causa y un 21% menos de morir por enfermedades cardiovasculares.</p>
<p>También pudimos descubrir que los efectos beneficiosos de andar rápido se apreciaban con mayor intensidad en los grupos de edad más avanzada. Por ejemplo, los caminantes de 60 años o más a una velocidad media experimentaron una reducción del riesgo de muerte por motivos cardiovasculares del 46%, elevándose hasta el 53% en el caso de los caminantes a paso rápido. Comparados con aquellos que paseaban a un ritmo bajo, las personas que caminaban a paso acelerado con edades comprendidas entre los 45 y los 59 años tenían un 36% menos de riesgo de sufrir una muerte prematura por cualquier causa.</p>
<p>En los grupos de edad más avanzada encontramos también que existía una reducción linealmente mayor del riesgo de muerte prematura cuanto más rápido caminaban, aunque este hallazgo no se puede extender a toda la muestra ni a los grupos de menor edad.</p>
<h2>¿Qué significa todo esto?</h2>
<p>Los resultados arrojan que caminar a un ritmo medio, acelerado o rápido puede resultar beneficioso a largo plazo para la salud y la longevidad comparado con los paseos a un ritmo bajo, especialmente para las personas de mayor edad.</p>
<p>Pero debemos ser conscientes de que nuestro estudio fue meramente observacional y que no ejercimos un control absoluto sobre todas las variables posibles para poder establecer que solo el ritmo de los paseos fuera la causa de los efectos beneficiosos sobre la salud de los individuos. Por ejemplo, podría ser que las personas con una salud más pobre adujeran su bajo ritmo a la hora de caminar como causa de su mala salud, y de hecho acabasen falleciendo por esa misma razón.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/220911/original/file-20180530-120508-hx6515.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/220911/original/file-20180530-120508-hx6515.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/220911/original/file-20180530-120508-hx6515.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/220911/original/file-20180530-120508-hx6515.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/220911/original/file-20180530-120508-hx6515.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/220911/original/file-20180530-120508-hx6515.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/220911/original/file-20180530-120508-hx6515.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/220911/original/file-20180530-120508-hx6515.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Lo que para algunos es un ritmo alto no tiene por qué serlo para otros.</span>
<span class="attribution"><span class="source">from www.shutterstock.com</span></span>
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<p>Para minimizar las probabilidades de esta <a href="http://circ.ahajournals.org/content/135/24/2369">causalidad inversa</a>, excluimos a todos aquellos que padecían una enfermedad cardíaca, a los que habían sufrido un derrame cerebral y a los que tenían cáncer cuando comenzó el estudio, así como a las personas que fallecieron durante los primeros dos años de seguimiento.</p>
<p>Otro punto importante es que los participantes en nuestro estudio informaron por su cuenta sobre su ritmo habitual, lo que significa que las respuestas eran acordes al ritmo al que ellos consideraban que caminaban. No hay parámetros establecidos acerca del significado de “lento”, “medio” o “acelerado” en lo que a velocidad se refiere. Lo que una persona de 70 años sedentaria y fuera de forma pueda entender como un ritmo “rápido” será muy diferente de la percepción que pueda tener una persona deportista de 45 años.</p>
<p>Por esta razón, los resultados que recogimos pueden ser interpretados como un reflejo relativo de la intensidad de los paseos (acorde a la capacidad física de cada individuo). Por lo tanto, <a href="https://jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/fullarticle/2212268">cuanto mayor es el esfuerzo físico</a> al caminar, mejores consecuencias entraña para la salud.</p>
<p>Para la población de mediana edad relativamente sana, caminar a una velocidad de <a href="http://download.lww.com/wolterskluwer_vitalstream_com/PermaLink/MSS/A/MSS_43_8_2011_06_13_AINSWORTH_202093_SDC1.pdf">entre 6 y 7,5 km/h</a> supondrá hacerlo un ritmo rápido. Tanto es así que si una persona mantiene ese ritmo se puede quedar sin aliento fácilmente. Un ritmo de <a href="https://link.springer.com/article/10.2165%2F11599170-000000000-00000">100 pasos por minuto</a> es considerado el equivalente a una actividad física de intensidad moderada.</p>
<p>Todo el mundo sabe que caminar <a href="https://bjsm.bmj.com/content/52/12">es una actividad fabulosa para la salud</a>, y es algo que pueden practicar casi todas las personas de cualquier edad. Nuestros hallazgos sugieren que sería una buena idea elevar nuestro ritmo para poner a prueba nuestra capacidad física y así convertir nuestros paseos en un ejercicio.</p>
<p>Dejando a un lado los beneficios para la salud a largo plazo, un ritmo más rápido permitirá que lleguemos antes a nuestro destino, lo que nos dejará más tiempo para todas esas cosas que hacen nuestro día especial, como pasar tiempo con nuestros seres queridos o leer un buen libro.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración de <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/107996/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Emmanuel Stamatakis recibe fondos del National Health and Medical Research Council, y PAL Technologies (Scotland).</span></em></p>Un nuevo estudio concluye que los que aseguran caminar rápido tienen menos probabilidades de morir prematuramente.Emmanuel Stamatakis, Professor of Physical Activity, Lifestyle, and Population Health, University of SydneyLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.