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El VAR ya está siendo polémico en la Copa del Mundo de este año. EPA / Yuri Kocketkov

El ‘var’ en el Mundial: la tecnología amenaza la belleza del fútbol

Tal vez haya notado algo diferente en la Copa del Mundo 2018. Por primera vez, el sistema de videoarbitraje (“var”) se utiliza para ayudar a tomar decisiones durante los juegos. Y ya estamos viendo que causa controversia.

No es de extrañar que el var haya provocado debate, teniendo en cuenta la furia que indujo su utilización en la FA Cup inglesa y en la Bundesliga. Pero, aunque recibe una gran atención, no debemos olvidar que es solo el ejemplo más visible de la digitalización del fútbol, donde los datos y la tecnología se utilizan para mejorar el rendimiento y la toma de decisiones. Y la digitalización ya está transformando la forma de jugar. Pero también está llevando a muchos a temer que el juego esté cambiando demasiado rápido, dejando atrás a los aficionados.

¿Toma de decisiones en el campo?

El var es un tipo de tecnología que se supone ayuda a los árbitros a tomar decisiones casi precisas. A medida que avanza el partido, los asistentes del árbitro localizados lejos del estadio observan repeticiones instantáneas de incidentes en el campo. Por los auriculares inalámbricos, se comunican con el árbitro y le informan sobre cualquier suceso que sea susceptible de cambiar el transcurso del juego. Se supone que el var solo ayuda a los árbitros en cuatro áreas principales: goles, penaltis, tarjetas rojas e identidad equivocada a la hora de realizar una amonestación. En última instancia, el árbitro sigue tomando la decisión final.

En 2017, el var se introdujo en la FA Cup inglesa por primera vez. Rápidamente fue acusado de arruinar “el juego bonito”, tanto por jugadores como por entrenadores. Algunos partidos en concreto, especialmente entre el Tottenham y Rochdale en los cuartos de final, provocaron la ira después de que el var revirtiese un gol de Tottenham por razones que no quedaron claras.

También la Bundesliga vivió escenas singulares. En el descanso, durante un partido entre Mainz 05 y SC Freiburg, se ordenó a los equipos que volvieran al terreno de juego para que se pudiera señalar un penalti en retrospectiva después de una decisión del var. A los aficionados y jugadores no les gustó nada esta decisión.

El var ya ha dejado huella en la Copa del Mundo de este año. Aunque ha recibido comentarios positivos, continúa causando un intenso debate. La tecnología ha sido criticada por no señalar un penalti que permitió a Suiza anotar contra Brasil. Y otros criticaron su papel en la adjudicación de un penalti a Francia contra Australia. Muchos seguidores de Inglaterra también lo cuestionaron cuando el árbitro no concedió un penalti después de que Harry Kane fuera derribado dos veces por el tunecino Ferjani Sassi. Sin embargo, Túnez anotó un penalti dado por una falta similar.

¿Este empujón no cuenta como una falta?

La digitalización del fútbol

En las últimas décadas, parece que la digitalización ha llegado a todas las facetas de la vida. Y ha tenido un gran impacto en la mayoría de los aspectos del fútbol, ya se trate de la cobertura televisiva, la venta de entradas o, quizás la más revolucionaria de todas, su capacidad para que los equipos analicen y midan el rendimiento.

La cantidad de información que se genera a través del Internet de las cosas (objetos que están conectados a la red) no tiene precedentes y permite un entrenamiento más personalizado. Los equipos ahora pueden recopilar una enorme cantidad de datos sobre cómo los deportistas entrenan y juegan en los partidos reales. Los entrenadores pueden usar esta información para dar consignas personalizadas. También les puede permitir adoptar decisiones tácticas basadas en datos en tiempo real, tales como la velocidad de un futbolista, qué parte del campo ha cubierto y cuántos pases ha dado durante el partido. El futuro del fútbol podría ser aquel en el que los equipos se seleccionan y juegan de una cierta manera “según lo que dicen los datos”.

La digitalización es una de las razones principales por las que el deporte ha pasado de ser un juego de entretenimiento y ocio a una industria que vale más de 1,5 billones de dólares en todo el mundo. Solo necesitamos echarle un vistazo a los eSports, una industria de 400 millones de dólares, para ver en qué se ha convertido el deporte digitalizado.

Los eSports crecen. EPA/Marton Monus

Pero con el var muchos tienen la sensación de que la digitalización ha ido demasiado lejos y ha convertido el fútbol en algo contra natura. Algo raro pasa cuando los seguidores tienen que aplazar la celebración de un gol hasta que reciben la confirmación tecnológica. Muchos deportes, especialmente el fútbol, tienen un patrimonio rico y simbólico que algunos ven amenazado por la digitalización. Y esa sensación seguirá presente, porque el Internet de las cosas, la realidad virtual y la realidad aumentada se utilizan cada vez más en el campo.

El var podría estar tomando la decisión correcta (o no) y la digitalización podría hacer que el fútbol fuese más lucrativo, a la vez que mejora el rendimiento de los jugadores y las tácticas de los entrenadores. Pero dicho “progreso” también amenaza con obstaculizar la emoción y el espíritu del juego. El temor es que a medida que continúe el implacable avance de la tecnología, el fútbol pueda perder la magia que lo hizo tan especial.

This article was originally published in English

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