Cuando los españoles colonizaron las costas ecuatorianas y peruanas, gobernaban jefas descendientes de la diosa madre, que no se limitaron a seguir los roles que el Imperio español otorgaba a las mujeres.
Una vez que las mujeres acceden a los cargos políticos más altos, su número continúa creciendo, según muestra un nuevo estudio. La vuelta atrás resulta irreversible. Crean un “suelo de cemento” sobre el que se construyen los futuros gobiernos.
Incluso en la Europa igualitaria, las mujeres políticas deben luchar contra los estereotipos de género, la cobertura de los medios de comunicación sesgada y el poder arraigado.