Ese artículo publicado originalmente en la revista Telos de Fundación Telefónica analiza el creciente uso de la mentira en la política actual y sus riesgos para las democracias.
La escucha puede ser un remedio para superar las patologías de nuestra comunicación política. Si los partidos políticos están atentos, tendrán en los electores promotores de innovación permanente.
Es necesaria otra comunicación política, la de personas que hacen resonar su integridad en el resto de los ciudadanos. En momentos de elecciones los espacios digitales o el marketing político se pueden convertir en los peores enemigos.
La “caza” cautivadora y no meramente visceral de la ciudadanía es la mejor manera de captar votantes de manera inteligente en unas elecciones. Conectar y reconectar con el ciudadano perdido debería ser el punto en común de todos los estrategas electorales.
La buena imagen pública de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social de España por Unidas Podemos es una ventaja en la arena política, que puede verse truncada de nuevo por la realidad económica.
¿Es la declaración de la izquierda independentista vasca un discurso de perdón? ¿Qué elementos debería contener? ¿Qué importancia simbólica podría tener?
Los tuits de los partidos políticos buscan generalmente dividir, más que buscar consenso. Su finalidad suele ser deslegitimar al oponente y caen constantemente en la desinformación.
¿Hasta qué punto tenemos una percepción errónea sobre los partidos ajenos y
sus seguidores? Los datos de la Encuesta Nacional de Polarización del Grupo Especial de Investigación CEMOP demuestran que existe una brecha de percepción, de una falsa polarización, más presente entre los votantes de izquierda.
Comunicar en tiempo de crisis ha sido uno de los grandes retos para los países, manteniendo un cierto equilibrio entre informar sin alarmar, pero alertando sobre los riesgos latentes. Un artículo publicado originalmente en la Revista TELOS editada por Fundación Telefónica.
En elecciones generales de 2016 y 2019 en España los candidatos no utilizaron Twitter como herramienta para el intercambio de posiciones y la confrontación de ideas con otros partidos, sino como caja de resonancia para sus mensajes, buscando el eco y la viralización.
El descontento con la gestión de la pandemia por parte de los gobiernos y el ansia de libertad tras el confinamiento han avivado la difusión de este pensamiento, sobre todo entre los jóvenes.
Lo sorprendente no es que los políticos mientan, oculten o falseen información. Lo novedoso es que dichas mentiras, aun cuando se desvelen como tales, hoy en día no parecen ser castigadas por el electorado. ¿Por qué ocurre esto?
Los gestos y la forma de hablar son responsables de un 93% de la transmisión de un mensaje. Analizamos la credibilidad, eficacia e influencia que transmite cada candidato de manera no verbal.
El incremento de la agresividad en la red social está haciendo que muchos usuarios la abandonen. Su marcha revela la falta de mecanismos que apoyen un debate sensato en el entorno digital.
La vinculación con los proyectos políticos no es puramente racional, sino, sobre todo, emocional. Porque cada vez es más personalista. Y porque nos vinculamos a aquellos candidatos que nos generan mayor cercanía, confianza y empatía.
La nueva política emplea series del catálogo de Netflix, Filmin, HBO, o cualquier otro proveedor, para crear referencias que ayuden a los ciudadanos a orientarse en su hoja de ruta, pero también se apropia de los significados y códigos que series y productos culturales emplean para construir la nueva realidad.
Donald Trump ha sido un presidente populista. Comprender las raíces del populismo en los EE.UU. y en otros lugares es esencial para hacer frente a su ascenso y su amenaza a la democracia.