tag:theconversation.com,2011:/global/topics/facebook-54446/articlesFacebook – The Conversation2024-02-01T19:11:17Ztag:theconversation.com,2011:article/2211652024-02-01T19:11:17Z2024-02-01T19:11:17ZFacebook cumple 20 años: cómo convivir con el asedio al que nos someten las redes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/572916/original/file-20240201-27-k1hahg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C245%2C8192%2C5211&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/kazan-russia-oct-19-2021-fingers-2060198042">Shutterstock / Sergei Elagin</a></span></figcaption></figure><p>El panorama digital es rico en oportunidades. Podría decirse que el mundo está en la palma de nuestra mano: estamos a “un solo click” de contenidos actualizados e interesantes, podemos tener una audiencia mundial. A la vez, la cercanía de noticias y entretenimiento provoca distracciones y empuja a la gratificación instantánea, con sus posibles secuelas de adicción. </p>
<p>A estas alturas, sería ya poco razonable ignorar los problemas que se derivan del uso inadecuado de los medios digitales. <a href="https://www.researchgate.net/publication/274733341_Paradojas_de_la_comunicacion_digital">La mayor parte existían ya</a> en algunos medios analógicos: exceso de “consumo”, proliferación de contenidos que lesionan la dignidad humana, explotación del sensacionalismo, etc.</p>
<p>El asalto a la atención empieza a convertirse en asedio hace ahora precisamente 20 años, el 4 febrero de 2004, <a href="https://www.thoughtco.com/who-invented-facebook-1991791">con el nacimiento de Facebook en la Universidad de Harvard</a>, que abre la etapa de las redes sociales. Comenzó entonces lo que podríamos llamar segunda revolución de internet, marcada también por otro acontecimiento transformador con gran onda expansiva: la <a href="https://ed.team/blog/como-se-creo-el-iphone-el-telefono-que-lo-cambio-todo">aparición del iPhone</a> en junio de 2007, que da paso a los teléfonos inteligentes que nos acompañan en todo momento. </p>
<p>Grandes empresas multinacionales, con el tamaño económico de países enteros, quieren que permanezcamos siempre más tiempo en los omnipresentes espacios que han creado. Son <a href="https://beersandpolitics.com/resena-de-comerciantes-de-atencion-tim-wu">los “comerciantes de la atención”</a>, como les llama Tim Wu en su conocido ensayo. Por citar solo un ejemplo, <a href="https://www.weforum.org/agenda/2021/03/streaming-service-subscriptions-lockdown-demand-netflix-amazon-prime-spotify-disney-plus-apple-music-movie-tv/">Amazon es ya el segundo mayor productor de contenido audiovisual</a> y entra de lleno en la emisión de eventos en directo. </p>
<h2>Alfabetización mediática</h2>
<p>¿Qué vamos a hacer si nos roban el tiempo? Se hace necesario diseñar un plan para superar el asedio o, al menos, para mitigar sus efectos: </p>
<ol>
<li><p><strong>Aprender a conducir en las autopistas de la información</strong>. El acceso a multitud de datos no viene siempre acompañado de interpretación y contexto. Construimos grandes autopistas de la información, pero nos hemos olvidado de enseñar a conducir. Es la hora de <a href="https://theconversation.com/como-integrar-la-alfabetizacion-mediatica-en-la-educacion-156912">la alfabetización mediática</a>. Con más datos y noticias se refuerza la necesidad de ordenar la información y no precipitarse, buscando evidencias sólidas y acudiendo a las fuentes más solventes. </p>
<p>Las herramientas de comunicación digital y móvil aumentan la rapidez en la transmisión de mensajes y noticias, facilitando la difusión y la participación en tiempo real. La velocidad de la información provoca efectos llamativos en la reputación, la difusión y ayuda en catástrofes naturales, las campañas políticas, movilizaciones sociales o crisis económicas. La rapidez es fuente de errores de bulto, ayuda a extender rumores potencialmente letales y puede dificultar la verificación de la calidad de los contenidos. En la red, todos son “periodistas”, pero pocos son “editores”. La velocidad resulta ya imprescindible, pero necesitamos también precisión y calidad.</p></li>
<li><p><strong>Apuntarse a la “revolución de la amabilidad”</strong>. Dicho de otro modo, la tecnología está al servicio de las personas, y debería hacernos más sociales. Pero en algunas situaciones pueden favorecer el anonimato. En la comunicación digital es frecuente que no estén presentes las pistas visuales y verbales que aportan los imprescindibles encuentros cara a cara. Sin embargo, la comunicación digital permite llegar a más personas y conservar con ellas al menos cierto grado de cercanía. </p>
<p>La multiplicación de “amistades” que se produce <a href="https://www.eude.es/blog/linkedin-esta-de-aniversario-20-anos-de-la-gran-red-social-profesional/">en el nuevo auge de LinkedIn</a> es un fenómeno positivo, pero la conexión permanente provoca síntomas evidentes de adicción. La vida en línea es ocasión de despliegue de la propia personalidad y ejercicio de las virtudes (o defectos). La red es una “plaza pública” donde nos retratamos. Por eso, la etiqueta es necesaria. </p>
<p>Basta asomarse a los comentarios en las redes <a href="https://www.injuve.es/sites/default/files/2019/02/noticias/el_discurso_del_odio_en_rrss.pdf">para descubrir usuarios que profieren insultos</a>, siembran discordia y se muestran descorteses, hostiles y enfadados. Hay que reivindicar la comunicación franca y abierta, el optimismo, la cortesía, el respeto, el agradecimiento y la buena educación. Hay una revolución digital pendiente en las redes: la de la amabilidad.</p></li>
<li><p><strong>Desconectar para conectar.</strong> Estamos permanentemente conectados para acompañar a los amigos y familiares o mantener el contacto con las redes profesionales. Pero la conexión permanente también genera inquietudes y se desmoronan las fronteras tradicionales entre la vida profesional y la vida familiar y de amistad.</p>
<p>A la vez, surgen movimientos que <a href="https://theconversation.com/ante-la-saturacion-tecnologica-ayunos-digitales-intermitentes-220377">proponen la “desconexión”</a> y un estilo de vida que permita aprovechar mejor los mensajes y contenidos, encontrando verdaderos espacios de amistad y descanso, logrando “desconectar para conectar”. </p></li>
</ol>
<p>La liberación de este asedio es posible, pero la experiencia indica la necesidad de definir algunas líneas rojas. Los límites autoimpuestos mejorarán la calidad de nuestro trabajo: tiempos sin redes, móviles que se quedan en la oficina durante las reuniones, horas pasadas en modo avión, tiempo de libros en papel… En juego está la capacidad de escucha, silencio, atención y contemplación, aspectos clave para desarrollar cualquier trabajo creativo. </p>
<p>En realidad, el que necesite la conexión permanente no podrá poner en marcha proyectos con cierto calado y estará abocado al flujo continuo de las novedades que, paradójicamente, reducirán su productividad y eficacia. ¿Cómo vamos a dar con grandes ideas, escuchar al colega que lo necesita, disfrutar de una sinfonía o de una puesta de sol si somos incapaces de atender?</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221165/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Francisco J. Pérez Latre no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>20 años después de que apareciera Facebook, gran parte de la sociedad se ha hecho adicta a la la gratificación instantánea en línea. La necesidad de alfabetización mediática, la importancia de la amabilidad en línea y la posibilidad de desconectar para conectar podrían mejorar mucho nuestras vidas.Francisco J. Pérez Latre, Profesor. Director Académico de Posgrados de la Facultad de Comunicación, Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2151892023-11-09T21:45:11Z2023-11-09T21:45:11ZEl mundo es un pañuelo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/558333/original/file-20231108-25-ky2i9p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=53%2C353%2C5911%2C3495&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/rearview-diverse-people-hugging-each-other-1989929462">Rawpixel.com/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Chiquito_de_la_Calzada">Chiquito de la Calzada</a> no está tan lejos de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Charlton_Heston">Charlton Heston</a>; de hecho están a distancia 2. Y quien les habla, está a distancia 5 de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Stephen_Hawking">Stephen Hawking</a>. </p>
<p>Déjenme explicarme. Donde hay una red social podemos hablar de distancias. Y tal y como funcionan hoy las redes sociales, las distancias se van acortando cada vez más.</p>
<p>De acuerdo, no he dicho qué es una red social. Intuitivamente, es un conjunto de personas (o entidades) relacionadas por un determinado criterio. Éste puede ser amistad, colaboración científica o compartir el mismo grupo favorito de música. </p>
<h2>Medir las distancias</h2>
<p>Pensemos en Facebook, quizás la mayor red social actualmente. Sus usuarios (cerca de 3 000 millones en enero de 2023, según datos de <a href="https://datareportal.com/">DataReportal</a>) están relacionados, como cabe imaginar, si son amigos. </p>
<p>Ya tenemos la red social, con cientos de miles de personas que guardan relación entre sí. Pero volvamos a la distancia. Si José es amigo de María, entonces están a distancia 1. Por otra parte, si José no es amigo de Pilar pero Pilar es amiga de María, entonces José y Pilar están a distancia 2. Es decir, puedo encontrar un <em>camino de amistad</em> entre José y Pilar de longitud 2 (y no más corto). </p>
<p>Pues ya lo tenemos: la distancia en Facebook entre Fulanito y Menganito será <strong>x</strong> si existe un camino de amistad entre ellos de longitud <strong>x</strong> y no hay ningún camino más corto entre ellos.</p>
<p>A lo que vamos: las redes sociales son más <em>densas</em> de lo que en principio podríamos pensar. Aquí, entendamos por densidad la distancia media entre dos miembros aleatorios de la red. Por ejemplo, si la distancia media entre los miembros de una red social es 5, estamos diciendo que si sumamos las distancias entre todas las parejas posibles de miembros de la red y dividimos entre dicho número de parejas, el resultado es 5. Puede haber parejas que estén a distancia 3, 7 o 50, pero la media es 5.</p>
<h2>Los seis grados de separación comienzan en un cuento</h2>
<p>Estas ideas sobre la cercanía entre los miembros de una red social aparecieron en el cuento <a href="http://vadeker.net/articles/Karinthy-Chain-Links_1929.pdf"><em>Eslabones</em></a>, del escritor húngaro <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Frigyes_Karinthy">Frigyes Karinthy</a>, publicado en 1929. En el relato, uno de los protagonistas, para demostrar lo cercanos que están los habitantes de la Tierra entre sí, apuesta que es posible encontrar una cadena de amistad que le relacione con cualquier persona del mundo. </p>
<p>Así nace la famosa teoría de los seis grados de separación, que trató de corroborarse mediante diferentes experimentos sociales. </p>
<p>El más conocido es el que llevó a cabo <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Stanley_Milgram">Stanley Milgram</a> en 1967, <a href="http://snap.stanford.edu/class/cs224w-readings/milgram67smallworld.pdf"><em>The small world problem</em></a>. Quizás le suene lo de <em>small world</em> a la famosa atracción de los parques de atracciones Disney; y digo bien lo de <em>suene</em>, pues quien haya subido a la atracción se habrá quedado con el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=71FzDDeiBWw">soniquete de la canción retumbando en su cabeza</a>. <em>Small world</em> quiere decir, en esencia, que el mundo es un pañuelo. </p>
<h2>Las distancias se acortan</h2>
<p>Volviendo a Milgram, en su experimento pidió a varios habitantes del medio oeste estadounidense que hicieran llegar una carta a un cierto destinatario en Massachussets. Si no lo conocían directamente, debían mandarlo a algún conocido que pensaran que podía conocer al destinatario, pidiéndole a su vez que, si tampoco lo conocían, reenviara la carta con el mismo criterio. </p>
<p>Como media, las cartas llegaron mediante cadenas de entre 5 y 6 personas. Ahí tenemos los seis grados de separación.</p>
<p>La ciencia avanza, y las distancias se acortan. Facebook tiene una distancia media de 4,57 (de media, 3,57 amigos separan a cada par de usuarios), y esta distancia sigue disminuyendo. </p>
<h2>La distancia entre Chiquito de la calzada y Charlton Heston</h2>
<p>Por cierto, aún no he dicho por qué Chiquito de la Calzada y Charlton Heston están a distancia 2.</p>
<p>Hay una curiosa web, llamada el <a href="https://oracleofbacon.org/"><em>Oráculo de Kevin Bacon</em></a>, que calcula la distancia entre cualquier par de actores. El criterio por el que se relacionan no es la amistad, sino haber trabajado en una misma película. </p>
<p>Chiquito de la Calzada y Charlton Heston nunca trabajaron en una misma película, pero Chiquito de la Calzada y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Leslie_Nielsen">Leslie Nielsen</a> trabajaron juntos en <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film130448.html"><em>Spanish Movie</em></a>, y Leslie Nielsen y Charlton Heston lo hicieron en <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film399677.html"><em>Counterpoint</em></a>.</p>
<h2>La distancia entre matemáticos tiene nombre propio: el número Erdös</h2>
<p>Y termino con un último ejemplo. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Paul_Erd%C5%91s">Paul Erdös</a> (1913-1996) fue un prolífico matemático húngaro que publicó unos 1 500 artículos con más de 500 colaboradores. Era una especie de matemático eremita, que de pronto aparecía en casa de un colega y le pedía asilo por una temporada mientras trabajaban en cualquier problema. </p>
<p>El <em>número de Erdös</em> de un matemático es la distancia que le separa de Erdös, ahora tomando como <a href="https://mathscinet.ams.org/mathscinet/freetools/collab-dist">relación entre dos matemáticos tener una publicación común</a>. Así, los 500 colaboradores de Erdös tienen número de Erdös 1, y a partir de los colaboradores de los colaboradores, vamos expandiendo la red. Por cierto que mi número de Erdös es 4. Y claro, esta red permite calcular la distancia entre cualquier par de matemáticos, de ahí que yo esté a distancia 5 de Stephen Hawking.</p>
<p>Pues eso, que el mundo es un pañuelo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/215189/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juan Ángel Aledo Sánchez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Es posible conocer la distancia que nos separa de cualquier persona del mundo. Las redes sociales han acortado distancias, y ya podemos hablar de menos de seis grados de separación.Juan Ángel Aledo Sánchez, Catedrático de Universidad, Departamento de Matemáticas, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2105202023-09-18T20:32:26Z2023-09-18T20:32:26ZEl gran poder de las ‘influencers’ conlleva una gran responsabilidad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/543308/original/file-20230817-42861-84peqv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/female-vlogger-holding-sports-shoes-hands-1190444050">Jacob Lund / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>“Yo no tengo redes sociales” suelo decir con orgullo después de tres años sin Instagram, Twitter y TikTok. </p>
<p>Hace un tiempo vi el documental <a href="https://www.thesocialdilemma.com/"><em>El dilema de las redes</em></a>, que explora cómo las redes sociales y los buscadores de web controlan los datos de sus usuarios a través de algoritmos para moldear la forma en que vemos el mundo, pensamos y, finalmente, actuamos. Tras ello, me di cuenta de que gran parte de mi vida estaba condicionada por las Kardashian y sus colaboradores, y quise salir de ahí. </p>
<p>Sin embargo, no es tan fácil escapar de las estructuras que utilizan las <em>influencers</em>. </p>
<p>Las <em>influencers</em> son personajes del mundo digital con una gran capacidad para divulgar información y modular valores y comportamientos. Las decisiones de sus seguidores a la hora de comprar, mirar, valorar o actuar se derivan de sus actitudes. Nos suscribimos al contenido que crean y empezamos a construir una relación íntima, creando una comunidad virtual con ellas.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/tBnNuJSs6P0?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
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<p>Hablamos en género femenino porque la mayoría de quienes monetizan su contenido en las redes sociales, <em>influencers</em>, son mujeres. Y sus seguidoras <a href="https://collabstr.com/2023-influencer-marketing-report#:%7E:text=Gender%20Breakdown%20of%20Influencers%20by%20Platform,-When%20breaking%20down&text=The%20platform%20with%20the%20largest,24%25%20of%20influencers%20are%20male.">también</a>. De hecho, un <a href="https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2023/743341/IPOL_STU(2023)743341_EN.pdf">informe</a> reciente pone de manifiesto que las mujeres y las niñas son el público objetivo de los algoritmos, y quienes sufren daños desproporcionados en la salud mental por ellos.</p>
<h2>Necesitamos sentirnos importantes</h2>
<p>La psicología comunitaria puede ayudarnos entender este fenómeno desde el concepto del <a href="https://carsey.unh.edu/sites/default/files/media/2020/07/christine-robinson-nh-listens-fellows-cv.pdf"><em>mattering</em></a>. El <em>mattering</em> es un término ingles que podemos traducir como “importar”. El concepto de <em>importar</em> nos enfrenta a la necesidad que tenemos los seres humanos de sentirnos importantes. Nos sentimos así porque los demás nos tienen en cuenta y porque esperan que nosotros les tengamos en cuenta a ellos. </p>
<p>Toda persona necesita sentirse importante en su vida personal y en su esfera social. Queremos tener ese efecto en nuestro lugar de trabajo, en nuestras relaciones personales, en nuestras comunidades. La falta de esta sensación conduce a sentimientos de aislamiento y desprecio. Así, la búsqueda de valor se puede convertir en una actitud compulsiva que acaba por hacernos querer ser reconocidos y tener influencia más allá de lo que es bueno para nosotros. </p>
<p>El exceso de <em>mattering</em>, de sentirse importante, fomenta actitudes narcisistas y elitistas, y una búsqueda adictiva de reconocimiento. Si trasladamos esta lógica a la realidad de los <em>influencers</em>, podríamos decir que necesitan más valor para ser más reconocidos. Y quienes conformamos las comunidades de seguidores necesitamos compulsivamente seguir sus recomendaciones para evitar sentirnos aislados. </p>
<h2>El papel de las redes sociales en nuestro bienestar</h2>
<p>El contenido de las <em>influencers</em> tiende a proyectar una vida <a href="https://www.cogitatiopress.com/mediaandcommunication/article/view/4717">idílica</a>, en donde se muestra el uso de productos de <a href="https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2022/703350/IPOL_STU(2022)703350_EN.pdf">belleza</a>, la práctica de vida saludable, <a href="https://www.vox.com/23690126/mothers-parenting-momfluenced-sara-petersen-tiktok-instagram">una maternidad estilosa</a> y vídeos de cómo prepararse antes de salir de casa. Un ejemplo de esto serían los vídeos de TikTok <a href="https://www.cbsnews.com/news/tiktok-influencer-get-ready-with-me-viral-trend/">#GRWM</a> (<em>get ready with me</em>, “arréglate conmigo”). </p>
<p>Lo que es importante para las <em>influencers</em> lo acabará siendo para su comunidad, porque se alimentan mutuamente. Su <a href="https://www.theatlantic.com/newsletters/archive/2023/04/social-media-influencers-american-economy/673762/">modelo de negocio</a>, según el cual las marcas y empresas dependen de sus prescripciones para comercializar productos, es otra forma de implementar sistemas y valores capitalistas dentro de un entorno que durante generaciones ha apartado a las mujeres. </p>
<p>Recientemente, las redes sociales y sus <em>influencers</em> han sido considerados “<a href="https://www.ijhpm.com/article_4248_046948c52634982ccab7cd41f2ac8a14.pdf">determinantes comerciales</a> de la salud”. Este concepto engloba aquellas actividades nacidas del sector privado –es decir, que prioriza las ganancias económicas– que pueden influir en nuestro bienestar. </p>
<p>En 2021, Frances Haugen, <a href="https://theconversation.com/facebook-whistleblower-frances-haugen-testified-that-the-companys-algorithms-are-dangerous-heres-how-they-can-manipulate-you-169420">la exempleada de Facebook que se convirtió en denunciante de la red social</a>, prestó declaración <a href="https://www.youtube.com/live/w0oTBUtdPV8?feature=share">ante el Senado de Estados Unidos</a>. Durante su testimonio divulgó informes internos sobre el uso ético de los datos y los algoritmos que utilizaban en Facebook, <a href="https://theconversation.com/facebook-sabe-que-instagram-esta-danando-la-mente-de-los-adolescentes-y-decide-callar-168550">resaltando cómo éstos afectaban, especialmente, a las niñas adolescentes</a>. Estas últimas son las más vulnerables porque están encerradas en un bucle fatal: las redes donde reciben apoyo y valor son las mismas que las atrapan con presiones y expectativas que nunca se harán realidad. </p>
<p>Los esfuerzos políticos que urgen a la transparencia y regulación emergen lentamente. Mientras tanto, los <em>influencers</em> y sus empresas han logrado un control casi absoluto de las esferas digitales. </p>
<p>En <a href="https://www.euronews.com/next/2023/06/05/france-has-approved-a-law-that-targets-influencers-what-does-it-mean-for-social-media-star">Francia</a> se ha aprobado una ley para regular los servicios y productos de los <em>influencers</em>, garantizando que sean transparentes sobre sus colaboraciones y productos remunerados. Otros <a href="https://www.europe-consommateurs.eu/en/shopping-internet/influencers.html">estados miembros</a> de la Unión Europea tienen leyes comerciales similares a esta y recientemente la Comisión Europea ha aprobado la
<a href="https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/society/20211209STO19124/la-ley-de-mercados-digitales-y-la-ley-de-servicios-digitales-explicadas">Ley de Mercados Digitales y la Ley de Servicios digitales</a>, con el objetivo de mejorar la regulación del espacio digital que actualmente dominan las compañías privadas.</p>
<p>El éxito en promover a tiempo estas regulaciones puede tener un efecto muy importante para el bienestar colectivo. El fracaso nos condenará a seguir replicando los problemas sociales en el mundo virtual. </p>
<h2>Redefiniendo nuestras relaciones digitales para conseguir cambios</h2>
<p>Aunque estas regulaciones exigen la transparencia de los <em>influencers</em>, falta profundizar en su discurso y el papel que interpretan. Por un lado, los usuarios deben entender mejor los algoritmos desde una edad temprana, a la vez que las redes deben tener una regulación ética que evalúe sus relaciones con las marcas y los <em>influencers</em> y que se base fundamentalmente en la protección de los derechos de los usuarios.</p>
<p>Las redes sociales nos permiten mantenernos conectados, compartir información y contar nuestras historias, dándonos un sentimiento de pertenencia. Esto es muy importante para el bienestar de las nuevas generaciones. Pero también son herramientas que pueden empujarnos al abismo de la irrelevancia y a sentirnos incapaces de cumplir con ideas idílicas. </p>
<p>Nuestras interacciones con las <em>influencers</em> deben cambiar. Las redes sociales tienen que convertirse en una fuente de oportunidades para las mujeres y niñas, y las <em>influencers</em> pueden ayudarnos a ampliar conocimientos, desarrollar un pensamiento crítico y expandir nuestros múltiples roles como mujeres. En resumen, nos pueden ayudar a entrar en las esferas sociales y económicas como actores políticos, no simplemente como miembros pasivos. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/reel/CteIelUKlZl/?utm_source=ig_web_copy_link\u0026igshid=MzRlODBiNWFlZA==","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>Algunos ejemplos los podemos encontrar en los <a href="https://theconversation.com/el-fenomeno-de-los-tiktokers-inmigrantes-nuevas-formas-de-influencia-desde-los-margenes-185839">jóvenes inmigrantes</a> que utilizan las redes para promover la lucha de los derechos humanos. También en las <a href="https://lafraguaprojects.org/maritha-marques-la-sociedad-de-hoy-en-dia-tiene-que-estar-preparada-para-todo-tipo-de-personas/">chicas de etnia gitana</a> que utilizan las redes para dialogar intencionalmente sobre la violación de derechos. O en <a href="https://theconversation.com/iranian-protesters-turn-to-tiktok-to-get-their-message-past-government-censors-192321">las jóvenes de Irán</a> que utilizan algoritmos para romper barreras políticas. </p>
<p>En vez de seguir contribuyendo al narcisismo y expansión económica de las <em>influencers</em> y las compañías que las respaldan, tenemos que desarrollar urgentemente regulaciones y marcos de referencia que hagan de las redes sociales un espacio global donde promover valores democráticos y bienestar colectivo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/210520/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Daniela Miranda recibe fondos de la Junta de Andalucia para su contrato de acceso de investigador doctor (PAIDI Investigador Principal Joven) ProyExcel_00732.</span></em></p>Las influencers son personas con cierta ansia de reconocimiento que tienen cada vez más capacidad de influir en la salud y el bienestar colectivo.Daniela E. Miranda, Postdoctoral Researcher, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1931282022-11-22T18:07:46Z2022-11-22T18:07:46ZLas redes sociales y su efecto positivo en la investigación y la divulgación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/495841/original/file-20221117-25-4xtfkm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C5%2C3828%2C2144&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/visual-contents-concept-social-networking-service-1813037743">Shutterstock / metamorworks</a></span></figcaption></figure><p>Una de las primeras redes sociales del mundo fue creada en 1997 y se llamó <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-48558989"><em>SixDegrees</em></a>. Su nombre hacía referencia a la hipótesis formulada por el sociólogo <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Stanley_Milgram">Standley Milgram</a> en 1967 y posteriormente <a href="https://www.unebook.es/es/libro/seis-grados-de-separacion_165070">comprobada</a> por el profesor <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Duncan_J._Watts">Duncan Watts</a> en 2001, que sostiene que <a href="https://hbr.org/2003/02/the-science-behind-six-degrees">cada persona en este planeta está conectada a otra por una distancia de no más de seis personas conocidas entre sí</a>.</p>
<p>Las redes sociales se pueden definir hoy día como cualquier servicio de internet que permita la interacción entre personas. Una posible clasificación sería:</p>
<ol>
<li><p><strong>Redes sociales horizontales:</strong> aquellas que han sido creadas para el público en general, no un tipo de usuario específico. El objetivo es la creación de comunidades y uso personal o profesional. Por ejemplo: <a href="https://twitter.com/home?lang=es">Twitter</a>, <a href="https://es-es.facebook.com/">Facebook</a>, <a href="https://www.instagram.com/">Instagram</a>, <a href="https://www.tiktok.com/es/">TickTok</a>…</p></li>
<li><p><strong>Redes sociales verticales:</strong> para conectar con un público que comparte intereses comunes. Por ejemplo: aquellas redes de temáticas específicas, como por ejemplo la red social <a href="https://www.reddit.com/">Reddit</a>, u otras exclusivas de mujeres profesionales y emprendedoras como <a href="https://www.womenalia.com/es">Womenalia</a>, o redes para la comunidad científica, como <a href="https://www.researchgate.net/">ResearchGate</a>, <a href="https://publons.com/wos-op/">Publons</a>, <a href="https://www.academia.edu/">Academia.edu</a>, <a href="https://www.divulgared.es/">Divulgared</a>, o incluso redes destinadas a la educación, como por ejemplo: <a href="https://www.leoteca.es/">Leoteca</a> para la letura con los más pequeños, <a href="http://www.redalumnos.com/">RedAlumno</a>, <a href="https://didactalia.net/comunidad/materialeducativo">Dictalia</a>, <a href="https://www.livelingua.com/twiducate/">Twiducate</a>, <a href="https://moodle.org/?lang=es">Moodle</a>, entre otras.</p></li>
<li><p><strong>Redes sociales profesionales:</strong> la más conocida y usada es <a href="https://www.linkedin.com/">LinkedIn</a>. </p></li>
<li><p><strong>Redes de contenido compartido:</strong> aquellas cuyo objetivo es compartir contenido de su autoría, como por ejemplo <a href="https://www.youtube.com/">YouTube</a>.</p></li>
<li><p><strong>Blogs y microblogs:</strong> en los que se comparte contenido escrito y suelen utilizarse en el mundo de los negocios: por ejemplo, <a href="https://www.blogger.com/about/">Blogger</a> y <a href="https://wordpress.com/es/">WordPress</a>, o <a href="https://twitter.com/?lang=es">Twitter</a> y <a href="https://www.tumblr.com/explore/trending?source=homepage_explore">Tumblr</a>.</p></li>
</ol>
<h2>¿Son tan malos sus efectos?</h2>
<p>Como casi todo, las redes sociales no son buenas o malas en sí mismas, sino que se puede hacer un uso bueno o malo de ellas. Por un lado, el uso descontrolado y <a href="https://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=detalles&numero=56&articulo=56-2018-10">excesivo</a> de las mismas presenta una serie de riesgos, especialmente para las etapas de la infancia y la adolescencia.</p>
<p>Algunos de estos riesgos son la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0212656720302833?via%3Dihub">desinformación</a>, el incremento de posibles <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0190740920322957?via%3Dihub">situaciones de acoso</a> o ciberacoso, la reducción de la práctica de <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1138359321001337?via%3Dihub">habilidades sociales reales y la sustitución de las mismas por la interacción cibernética</a>, o la necesidad de aprobación y aceptación a través del número de <em>likes</em> o seguidores y su impacto en la autoestima, entre otros. Incluso algunos consideran a la red social <em>Twitter</em> como un <a href="https://odiometro.es/">espejo de nuestro odio</a>.</p>
<p>Sin embargo, también existe una faceta positiva en el impacto que tienen las redes sociales en la actualidad, sobre todo desde una perspectiva educativa y de investigación.</p>
<h2>Las redes sociales y la educación</h2>
<p>Uno de los impactos que tienen las redes en nuestra sociedad es que nos permiten interactuar, tanto en el ámbito más particular o personal como en el de las instituciones, así como compartir conocimiento y formar comunidades.</p>
<p>Cada vez son más los profesionales expertos que invierten parte de su tiempo en divulgar su conocimiento. Un claro ejemplo es Lucía Galán Bertrand, más conocida por <a href="https://www.instagram.com/luciamipediatra/"><em>Luciamipediatra</em></a>, pediatra concienciada con la divulgación y presente en las redes sociales. Cuenta con más de 735 000 seguidores y ayuda a padres, madres, adolescentes e incluso a educadores en todo lo relacionado con la pediatría.</p>
<p>Teniendo en cuenta que la obligación educativa es formar personas para el futuro, la presencia e importancia de las redes no se puede ignorar ni en las instituciones educativas ni entre los propios educadores.</p>
<p>Conscientes de esta necesidad, numerosas universidades han analizado el uso de la redes sociales y otras plataformas digitales como blogs, <a href="https://theconversation.com/que-son-las-wikis-y-como-nos-pueden-servir-para-aprender-193472">wikis</a>, YouTube, en educación y sus <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1575181321001182?via%3Dihub">consecuencias positivas</a>:</p>
<ol>
<li><p>Intercambio de información. </p></li>
<li><p>Creación de contenidos y la posibilidad de su modificación.</p></li>
<li><p>Agilidad, acceso inmediato y permanente a los contenidos educativos. </p></li>
<li><p>Flexibilidad espacial y temporal.</p></li>
</ol>
<h2>Las redes sociales en investigación</h2>
<p>Si realizamos un rápido <a href="https://theconversation.com/los-estudiantes-saben-buscar-en-internet-pero-saben-encontrar-lo-que-necesitan-185609">análisis bibliométrico</a>, usando para ello la base de datos <a href="https://www.scopus.com/search/form.uri?display=authorLookup#author">Scopus</a> y el término de búsqueda “redes sociales”, nos reporta un resultado de 1 276 documentos en los que diversos investigadores e investigadoras de todo el mundo han usado las palabras “redes sociales” en el título, resumen o palabras clave de sus obras. (El término en inglés, <em>social network</em>, arroja 359 144 documentos).</p>
<p>Gracias al análisis de las palabras del resumen y de las palabras clave utilizadas por el autor en estos documentos científicos, realizamos el siguiente mapa de coocurrencia de palabras clave basado en datos bibliométricos:</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493799/original/file-20221107-11-quis2h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493799/original/file-20221107-11-quis2h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493799/original/file-20221107-11-quis2h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493799/original/file-20221107-11-quis2h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493799/original/file-20221107-11-quis2h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493799/original/file-20221107-11-quis2h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=580&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493799/original/file-20221107-11-quis2h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=580&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493799/original/file-20221107-11-quis2h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=580&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 1. Mapa de coocurrencia de palabras clave RRSS.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia mediante VOSviewer.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Comportamiento social y educación</h2>
<p>El resultado nos proporciona información, de una forma rápida, no solo del volumen de la investigación sino en qué se ha venido investigando y publicando, así como la metodología empleada con relación a las redes sociales.</p>
<p>El gráfico nos permite observar diferentes grupos (en inglés denominados <em>clusters</em>) en diversos colores. Y cada grupo posee unas características específicas:</p>
<p>Nos permite observar la existencia de investigaciones sobre las redes sociales (<em>cluster</em> verde) muy relacionadas con el periodismo, medios de comunicación, redes sociales (entre las que Twitter y Facebook destacan del resto), credibilidad en los medios de comunicación, desinformación o noticias falsas; pero también con los movimientos sociales, población de inmigrantes, campañas electorales…</p>
<p>Visualizamos también en el <em>cluster</em> de color morado las líneas de investigación que han aprovechado la información que nos proporcionan las redes sociales: siendo uno de los grandes ámbitos de estudio el de la Medicina: covid-19, epidemias, pandemias, salud mental, salud pública, información médica, procedimientos, desinformación, urología, pediatría… Las metodologías que se han utilizado para estos estudios son el aprendizaje automático, los análisis cuantitativos, las revisiones y los análisis de sentimiento.</p>
<h2>Poblaciones y comportamiento social</h2>
<p>Aparecen también investigaciones relacionadas con determinados países, como Brasil, Colombia, México, Perú, con una metodología centrada en estudios de corte transversal o encuestas. Además, investigaciones cualitativas relacionadas con la familia, la salud, el conocimiento y la edad se agrupan en el <em>cluster</em> azul. </p>
<p>El <em>cluster</em> de color rojo son investigaciones sobre comportamiento social: adiciones, adolescencia, acoso, ciberacoso, privacidad, libertad de expresión, odio, aceptabilidad de la tecnología, movimientos sociales, población de inmigrantes, participación ciudadana, etc. Otro de los temas más investigados es el de la relación de las redes sociales y la educación: educación secundaria, educación superior, estudiantes universitarios, aprendizaje, aprendizaje colaborativo, formación de formadores e innovación, entre otros.</p>
<p>El <em>cluster</em> de color amarillo nos proporciona información de las investigaciones relacionadas con la innovación, <em>marketing</em>, turismo, empresa, comercio electrónico o emprendimiento, entre otras; así como la metodología empleada: encuestas, cuestionarios, tecnología web 2.0., estadística, <em>big data</em>, bibliometría, inteligencia artificial, aprendizaje automático (<em>machine learning</em>), análisis de sentimiento, análisis cuantitativos, análisis de redes sociales…</p>
<h2>Cambio en los intereses</h2>
<p>Analizamos el horizonte temporal en la siguiente figura:</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493801/original/file-20221107-12018-a3doel.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493801/original/file-20221107-12018-a3doel.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493801/original/file-20221107-12018-a3doel.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493801/original/file-20221107-12018-a3doel.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493801/original/file-20221107-12018-a3doel.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493801/original/file-20221107-12018-a3doel.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=580&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493801/original/file-20221107-12018-a3doel.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=580&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493801/original/file-20221107-12018-a3doel.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=580&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 2. Mapa de coocurrencia análisis de las RRSS por año.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia mediante VOSviewer.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Observamos cómo ha habido también un cambio en la investigación sobre las redes sociales: entre los años 2014 y 2018, más centrada en el análisis social, análisis del comportamiento humano en la adolescencia, comunicación interpersonal; a partir del año 2018 hasta el 2020, con investigaciones más encaminadas al periodismo, la credibilidad, las redes sociales como Twitter y Facebook, libertad de expresión, noticias falsas, campañas electorales, información política, conservación de recursos de la naturaleza, pandemia, covid-19.</p>
<h2>Invertir o perder el tiempo</h2>
<p>No solo es posible usar las redes sociales para “perder tiempo”, sino que podemos “invertir” parte de nuestro tiempo en un uso personal, gracias, entre otras acciones, a la divulgación.</p>
<p>Apostemos por mitigar los efectos negativos de una corriente que ya forma parte de nuestras vidas y fomentemos su parte positiva.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193128/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Consoli Quintana Rojo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Pese a su mala fama y los problemas que han traído, las redes sociales tienen un lado muy positivo. Son herramientas que también se usan para investigar y divulgar conocimiento.Consoli Quintana Rojo, Doctora en Economía y Empresa. Profesora e investigadora del área de Economía Aplicada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1843482022-07-31T22:12:21Z2022-07-31T22:12:21ZAsí deciden las redes sociales con quién tomamos café en internet<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/476354/original/file-20220727-19-adwp4c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5988%2C3998&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/social-media-global-network-digital-marketing-1499738912">TippaPatt / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Del mismo modo que solo quedamos para tomar un café con aquellas personas con las que tenemos afinidad, en las redes sociales nos rodeamos de quien nos agrada. En el ámbito de las relaciones privadas digitales pensamos que también nos estamos guiando, con libertad, por nuestras preferencias personales, pero lo cierto es que son las propias redes con sus algoritmos las que determinan a quién vemos y con quién interactuamos.</p>
<p>En 2004, el gigante tecnológico que más información tiene sobre la ciudadanía, Google, decidió modificar su código para que la búsqueda que cada usuario hiciera en su plataforma <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Google_Personalized_Search">arrojara resultados personalizados</a>. </p>
<p>En Google fueron los pioneros, pero luego le han seguido todas las grandes compañías digitales. Esto tuvo un impacto cultural significativo, como explicó el activista tecnológico <a href="https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=-FWO0puw3nYC&oi=fnd&pg=PT3&dq=pariser+2011&ots=g5LrCtyRP1&sig=kbKB9glFBtOv917Jqx-Uc_gwbl8#">Eli Pariser</a>, porque trajo consigo la creación de las <em>filter bubbles</em> (filtros burbuja): nos encapsularon de manera individual (en base a nuestro historial), invisible (sin conocer al resto de miembros afines) e involuntariamente (no se advertía en las búsquedas).</p>
<p>El ejemplo más sencillo es entrar en YouTube y ver cómo aparece una serie de propuestas de contenidos basados en nuestros consumos previos, diferente para cada persona. Pero, yendo un paso más allá, cabe plantearse por qué los anuncios que aparecen cuando navegamos se corresponden con las búsquedas que hemos hecho en tiendas <em>online</em>. Se ignora que, para ello, <a href="https://support.google.com/adspolicy/answer/6242605?hl=en">ha debido haber un trasvase de datos privados</a>. Desde 2016, trascendentes acontecimientos geopolíticos han llevado estos asuntos al debate público.</p>
<h2>La elección de Trump y el Brexit, acontecimientos clave</h2>
<p>Después de la aprobación del Brexit se supo que la empresa <a href="https://www.reuters.com/article/us-facebook-cambridge-analytica-leave-eu-idUSKBN1GX2IO">Cambridge Analytica</a> había combinado la minería y análisis de datos de Facebook, sin permiso de los usuarios, para promover corrientes de opinión favorables a la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Del mismo modo, en la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos se confirmó <a href="https://lifepacific.libguides.com/c.php?g=924149&p=6696968">la importancia de estas burbujas</a> para inducir climas de opinión favorables durante su campaña.</p>
<p>La red de Zuckerberg implementa un algoritmo para que su <em>feed</em> de noticias se inspire en nuestra experiencia previa y la de nuestros contactos. La plataforma observa a qué otros perfiles se presta más atención –y hacen aumentar nuestra permanencia en su página– y prioriza sus publicaciones en nuestro muro. De esa forma, a partir de elecciones anteriores de cada persona, la aísla y expone <a href="https://www.science.org/doi/full/10.1126/science.aaa1160">solo a los contenidos que, <em>a priori</em>, le podrían interesar</a>.</p>
<p>Estos episodios demostraron que la red social más utilizada del mundo había mercadeado con los datos personales de millones de personas, había alimentado los filtros burbuja y que ello, sin duda, tuvo influencia más allá de la pantalla: en la política mundial. Es decir, que no solo escogía con quién nos tomábamos ese metafórico café digital, aunque pensábamos que estábamos siendo libres de elegir, sino que ello había llegado a ser determinante en acontecimientos históricos.</p>
<p>Estos fenómenos evidenciaron la importancia del debate multidisciplinar y riguroso sobre la conformación de la opinión en los espacios digitales.</p>
<h2>Las cámaras de eco en las redes y sus consecuencias sociales</h2>
<p>Con los algoritmos se crean los grupos de opinión denominados <em>eco chambers</em> o <a href="https://theconversation.com/redes-sociales-camaras-de-eco-o-espacios-para-el-debate-176759">cámaras de eco</a>. A pesar de no ser un concepto nuevo, ha adquirido un potencial inusitado con las redes sociales. Se trata de espacios delimitados dentro de los que se amplifican los mensajes entre afines y, al mismo tiempo, se aíslan de otras comunidades. </p>
<p>Este fenómeno se alimenta artificialmente desde estas plataformas. Así, por ejemplo, cuando configuramos Twitter nos permite escoger si vemos nuestro <em>timeline</em> –muro– por orden cronológico o si prima aquellos tuits más destacados, los que más interacción generan y la aplicación piensa que más nos interesan. Mayoritariamente, nos decantamos por esta segunda opción.</p>
<p>Es comprensible que, como en la vida real, nos rodeemos en el mundo virtual de quien nos agrada. Hace décadas desde la sociología se explicaba con la <a href="https://www.jstor.org/stable/2747854">teoría de usos y gratificaciones</a>. Twitter elige por nosotros con quién tomamos el café digital, nos rodea de perfiles semejantes y nos oculta que hay gente muy diferente, otros temas de conversación y opiniones, creando una falsa apariencia de libertad y uniformidad que empobrece el debate público.</p>
<h2>Exposición selectiva a la información y polarización</h2>
<p>Cerrar el foco no es solo empobrecedor a nivel personal, sino que tiene importantes consecuencias en el consumo informativo que cada vez más <a href="https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/digital-news-report/2022/spain">se realiza a través de las redes</a>. Una vez ubicados dentro de la cámara de eco, Twitter y Facebook determinan cuáles son nuestros medios de comunicación próximos y así recibimos contenidos que retroalimentan nuestra opinión. Se denomina <a href="https://academic.oup.com/joc/article/59/1/19/4098357?login=true">exposición selectiva</a> y es una vieja conocida de las <a href="https://palabraclave.unisabana.edu.co/index.php/palabraclave/article/view/3799/pdf">ciencias de la comunicación</a>.</p>
<p>La gente prefiere medios que refuercen su opinión frente a los que les incomodan. Las plataformas, que quieren retener a los usuarios navegando por sus páginas y conocen toda nuestra información personal, saben alimentarnos con la dieta mediática que nos agrada. <a href="http://ilitia.cua.uam.mx:8080/jspui/handle/123456789/369">Facebook crea comunidades de pensamiento similar</a> y, con ello, aumenta la segregación de la sociedad en comunidades de pensamiento parecido sin que se advierta. Esas cámaras de eco tienen una fuerte coherencia ideológica porque se las nutre de contenidos y usuarios afines continuamente y, simultáneamente, la distancia entre los grupos va aumentando.</p>
<p>La estrategia de las redes sociales se ha nutrido y ha contribuido, al mismo tiempo, a la polarización de la sociedad. No hay posibilidad de refutar los mensajes, de oír opiniones contrarias. Se establece un claro nosotros frente a ellos, los dos polos, con retroalimentación positiva para nuestros marcos interpretativos. </p>
<p>En este contexto, cuando una <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0266382117722446">noticia falsa </a> entra en escena tiene grandes posibilidades de ser compartida si sirve para reforzar la opinión del grupo, como pasó en la elección de Trump; se convierte en una munición óptima para el debate entre opuestos porque suele ser muy excesiva y con capacidad para viralizarse.</p>
<p>Así pues, estamos tomando el café que se ha escogido para nosotros, con gente que piensa parecido y sostiene en sus manos el mismo periódico que nos gusta. Todos somos invitados por Twitter sin saberlo, que no paga sino que cobra, e ignoramos que hay otras cafeterías virtuales profundamente diferentes. Ver solo esta realidad puede parecer confortable, pero desconocer la pluralidad social e ideológica contemporánea debilita la convivencia y dificulta el diálogo público.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184348/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Laura Teruel no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las redes sociales nos conectan con personas tan afines a nuestra forma de pensar y actuar que acabamos estando completamente aislados.Laura Teruel, Profesora de Periodismo, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1820652022-04-27T12:28:41Z2022-04-27T12:28:41Z¿Cómo afectará a la libertad de expresión en Twitter la compra de Elon Musk?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/460042/original/file-20220427-16-kgc207.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C11%2C3694%2C2455&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Eric Risberg/AP</span></span></figcaption></figure><p>El consejo de dirección de Twitter <a href="https://www.ft.com/content/79e3bc48-96ef-4e62-b30b-d3ddb45d7a2f">ha anunciado</a> que aceptará la oferta de adquisición de Elon Musk, el hombre más rico del mundo. Esta sorprendente capitulación, ¿es beneficiosa para los usuarios? </p>
<p>Musk ofrece 54,20 dólares por acción, lo que supone 44 mil millones de dólares como precio total de la compañía: es uno de los precios más altos jamás pagados en una adquisición empresarial. </p>
<p><a href="https://www.sec.gov/Archives/edgar/data/1418091/000110465922048128/tm2213229d1_ex99-c.htm">Morgan Stanley y otras instituciones financieras</a> prestarán 25,5 mil millones de dólares a Musk, que aportará unos 20 mil millones de dólares propios. Más o menos <a href="https://www.theguardian.com/business/2022/apr/21/elon-musk-stands-to-collect-23bn-bonus-as-tesla-surges-ahead#:%7E:text=Elon%20Musk%2C%20chief%20executive%20of,company's%20reported%20record%20quarterly%20profits">el monto del bono</a> que espera recibir de su compañía Tesla por haber cumplido los objetivos del último trimestre.</p>
<p>Musk ha asegurado que sus intenciones como dueño de Twitter son “liberar su extraordinario potencial para convertirse en la plataforma de la libertad de expresión en todo el mundo”. Así lo especifica en la <a href="https://www.sec.gov/Archives/edgar/data/0001418091/000110465922045641/tm2212748d1_sc13da.htm">carta</a> que ha enviado al actual presidente de la compañía.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1507777261654605828"}"></div></p>
<p>Esta creencia en el potencial de una red social para convertirse en un modelo de libertad de expresión sin límites se basa en una <a href="https://doi.org/10.1177%2F14614440222226244">aproximación idealista</a> a las redes sociales que ha existido <a href="https://www.wired.com/1995/11/poster-if/">desde hace ya tiempo</a>. </p>
<p>En realidad, que Twitter tenga un solo dueño, cuyos propios tuits han sido <a href="https://www.sec.gov/news/press-release/2018-226">falsos</a>, <a href="https://news.yahoo.com/one-tweet-elon-musk-captures-201842976.html">sexistas</a>, <a href="https://www.vox.com/recode/2021/5/18/22441831/elon-musk-bitcoin-dogecoin-crypto-prices-tesla">interesados</a>, y probablemente <a href="https://www.abc.net.au/news/2019-10-28/elon-musk-saya-pedo-guy-is-a-common-insult-in-south-africa/11639090">difamatorios</a>, supone un riesgo para el futuro de la plataforma.</p>
<h2>¿Habrá un cambio radical?</h2>
<p>La maniobra de Musk puede ser percibida negativamente porque le da un poder y una influencia sobre Twitter sin precedentes. Él mismo ya ha apuntado a algunos cambios que le gustaría hacer a la plataforma, como por ejemplo:</p>
<ol>
<li><p><a href="https://www.vox.com/recode/23041717/twitter-musk-business-plan-peter-kafka-column">Reestructurar</a> el actual <a href="https://www.theguardian.com/technology/2022/apr/25/five-things-in-elon-musks-in-tray-after-twitter-takeover">equipo directivo</a>, ya que afirma no tener confianza en ellos.</p></li>
<li><p>Añadir un <a href="https://theconversation.com/why-an-edit-button-for-twitter-is-not-as-simple-as-it-seems-181623">botón de editar</a> a los tuits.</p></li>
<li><p>Limitar el actual control de moderación sobre el contenido de los tuits: utilizar suspensiones temporales en lugar de prohibiciones absolutas.</p></li>
<li><p>Explorar una transición a un modelo de pago como el de Spotify, en el que los usuarios pueden pagar para evitar los anuncios <a href="https://www.theguardian.com/technology/2022/apr/25/five-things-in-elon-musks-in-tray-after-twitter-takeover">más intrusivos</a>. </p></li>
</ol>
<p>Previamente, justo después de haberse convertido en el accionista individual más grande de Twitter a principios de abril, Musk <a href="https://www.thestreet.com/markets/elon-musk-ted-talk">había afirmado</a>: “No me importa en absoluto la parte económica”.</p>
<p>Aunque es probable que a los banqueros que le van a prestar los 25,5 mil millones de dólares para realizar la compra sí les preocupe. Musk sentirá esa presión si no consigue que Twitter dé beneficios. Aunque asegura que su prioridad es la libertad de expresión, los anunciantes en la plataforma, por ejemplo, puede que no quieran ver sus productos anunciados al lado de un furioso tuit extremista. </p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1518681666633486341"}"></div></p>
<p>En los últimos años Twitter ha puesto en marcha un abanico de medidas para la <a href="https://help.twitter.com/en/rules-and-policies#platform-integrity-and-authenticity">gobernanza y moderación del contenido</a>. Por ejemplo, en 2020 amplió su definición de lo que supone un <a href="https://blog.twitter.com/en_us/topics/company/2020/An-update-on-our-continuity-strategy-during-COVID-19">“daño”</a>, para guiar su tratamiento del contenido sobre covid-19 que contradecía las recomendaciones autorizadas. </p>
<p>Twitter asegura que todos los cambios realizados hasta la fecha en su aproximación a la moderación de contenidos <a href="https://about.twitter.com/en">“están al servicio de la conversación pública”</a> y se centran en la <a href="https://help.twitter.com/en/rules-and-policies/medical-misinformation-policy">desinformación y la información engañosa</a>. También afirma que responde a las experiencias de <a href="https://about.twitter.com/en/our-priorities/healthy-conversations">abuso</a> o <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/13548565211036797">incivismo</a> a las que se enfrentan los usuarios. </p>
<p>Pero esta implantación de medidas para moderar el contenido también puede interpretarse como un esfuerzo de mantener su reputación, tras mucha <a href="https://www.nytimes.com/2020/11/17/technology/lawmakers-drill-down-on-how-facebook-and-twitter-moderate-content.html">publicidad negativa</a>.</p>
<h2>La idea de la ‘plaza pública’</h2>
<p>En cualquier caso, y sea cuales fueran las razones reales para estos intentos de moderar el contenido, Musk ha puesto públicamente muchas pegas a estas herramientas de la plataforma.</p>
<p>Incluso ha llegado a etiquetar la plataforma como “una plaza pública de facto”. Una afirmación ingenua, como mínimo. Ya lo advertía el experto en comunicaciones de Microsoft <a href="https://yalebooks.yale.edu/book/9780300261431/custodians-internet/">Tarleton Gillespie</a>: pensar que las redes sociales pueden funcionar como verdaderos espacios abiertos es una fantasía, dado que deben controlar el contenido al mismo tiempo que afirman no hacerlo. </p>
<p>Gillespie incluso sugiere que las plataformas estarían obligadas a moderar, para proteger a los usuarios de sus enemigos dialécticos, y retirar contenido ofensivo, tóxico o ilegal. Sería la única manera de presentar su mejor cara a los nuevos usuarios, los anunciantes, los socios y el público en general. Lo difícil, <a href="https://yalebooks.yale.edu/book/9780300261431/custodians-internet/">argumenta</a>, es tener la capacidad crítica necesaria para saber “exactamente cuándo, cómo y por qué intervenir”. </p>
<p>Plataformas como Twitter no pueden erigirse como plazas públicas, especialmente porque solo una pequeña parte del público las usa. </p>
<p>Además, las plazas públicas se regulan <a href="https://www.google.com.au/books/edition/Behavior_in_Public_Places/HM1kAAAAIAAJ?hl=en">implícita</a> y explícitamente a través de los comportamientos que regulan <a href="https://www.routledge.com/Relations-in-Public-Microstudies-of-the-Public-Order/Goffman/p/book/9781412810067">nuestras interrelaciones sociales en público</a>, y están respaldadas por la posibilidad de recurrir a una autoridad para reestablecer el orden si surge el desorden. En el caso de un negocio privado como es Twitter, la decisión final recae en una sola persona: Musk. </p>
<p>Pero aunque Musk llegara a poner en marcha su ideal particular de plaza pública, se trataría posiblemente de una versión personal y libre de este concepto. </p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1518704771372240896"}"></div></p>
<p>Dar a los usuarios más margen en lo que pueden decir podría crear mayor polarización y endurecer aún más el discurso en la plataforma. Esto a su vez desanimará, probablemente, a los anunciantes. Sin duda, un problema en el actual modelo económico de Twitter (<a href="https://www.theguardian.com/technology/2022/apr/25/five-things-in-elon-musks-in-tray-after-twitter-takeover">un 90 % de sus ingresos viene de la publicidad</a>).</p>
<h2>Libertad de expresión: ¿para todos?</h2>
<p>Twitter es bastante <a href="https://www.statista.com/statistics/272014/global-social-networks-ranked-by-number-of-users/">más pequeña</a> que otras redes sociales. Sin embargo, las investigaciones muestran que tiene una influencia desproporcionada ya que los tuits son especialmente <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/1369118X.2018.1449883">rápidos y virales, y se reproducen en los medios tradicionales</a>. </p>
<p>Los tuits que se destacan para cada usuario son el resultado de un algoritmo que busca maximizar exposición y clics, y no tienen como objetivo enriquecer la vida del usuario con <a href="https://theconversation.com/what-elon-musks-us-3-billion-twitter-deal-means-for-him-and-for-social-media-180742">puntos de vista interesantes o respetuosos</a>.</p>
<p>Musk ha sugerido también que abrirá el acceso a los algoritmos usados por Twitter. Una mejora en transparencia. Pero una vez que Twitter sea una compañía privada, el grado de transparencia que quiera mantener dependerá únicamente de lo que él decida. </p>
<p>Irónicamente, <a href="https://www.theguardian.com/technology/2022/apr/15/elon-musk-mark-zuckerberg-sun-king-louis-xiv">Musk ha acusado al CEO de Meta</a> (anteriormente Facebook), Mark Zuckerberg, de tener demasiado control sobre el debate público. </p>
<p>Y sin embargo, el propio Musk ha intentado en el pasado <a href="https://www.cnbc.com/2022/04/25/elon-musk-and-free-speech-track-record-not-encouraging.html">reprimir</a> <a href="https://www.bloomberg.com/news/articles/2022-04-21/elon-musk-wants-free-speech-at-twitter-twtr-after-years-silencing-critics">los puntos de vista</a> <a href="https://www.theatlantic.com/technology/archive/2022/04/elon-musk-twitter-free-speech/629479/">de los que han sido críticos con él</a>. </p>
<p>Hay pocas pruebas en las que basarse para creer que de verdad pretende crear un espacio libre e inclusivo en Twitter, y menos aún para pensar que los cambios que haga sean por el interés común.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/182065/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las redes sociales no pueden ser verdaderas ‘plazas públicas’. Menos aún las que tienen un solo dueño y son privadas, como va a ocurrir ahora con Twitter.John Hawkins, Senior Lecturer, Canberra School of Politics, Economics and Society and NATSEM, University of CanberraMichael James Walsh, Associate Professor in Social Sciences, University of CanberraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1791672022-03-15T16:37:39Z2022-03-15T16:37:39ZEl metaverso es dinero y las criptos reinan: por qué estarás en blockchain cuando saltes al mundo virtual<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/451949/original/file-20220314-26-1wf5otv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5112%2C2605&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">En el metaverso, los objetos digitales que se pueden poseer - tu avatar y la ropa del avatar, por ejemplo - son 'criptoactivos'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/thelastminute/51617830752/">Duncan Rawlinson - Duncan.co/Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/">CC BY-NC</a></span></figcaption></figure><p>Puede que pienses que <a href="https://theconversation.com/what-is-the-metaverse-2-media-and-information-experts-explain-165731">el metaverso</a> será un montón de espacios virtuales interconectados, una World Wide Web pero a la que se accede a través de la realidad virtual. Esto es en gran medida correcto, pero también hay un aspecto fundamental del metaverso que lo diferenciará de la Internet actual: blockchain (cadena de bloques).</p>
<p>Al principio, la Web 1.0 era la superautopista de la información, formada por ordenadores y servidores conectados en los que se podía buscar, explorar y habitar, normalmente a través de la plataforma de una empresa centralizada; por ejemplo, AOL, Yahoo, Microsoft y Google. </p>
<p>Alrededor del cambio de milenio, la Web 2.0 se caracterizó por los sitios de redes sociales, los blogs y la monetización de los datos de los usuarios para la publicidad por parte de los guardianes centralizados de las plataformas de redes sociales “libres”, como Facebook, SnapChat, Twitter y TikTok.</p>
<p>La Web 3.0 será la base del metaverso. Consistirá en aplicaciones descentralizadas con blockchain que apoyarán una economía de criptoactivos y datos propiedad de los usuarios.</p>
<p>¿Blockchain? ¿Descentralizado? ¿Criptoactivos? Como <a href="https://scholar.google.com/citations?user=jE9vLG0AAAAJ&hl=en">investigadores</a> <a href="https://scholar.google.com/citations?user=ZDiftAQAAAAJ&hl=en">que estudian</a> las redes sociales y la tecnología de los medios de comunicación, podemos explicar la tecnología que hará posible el metaverso.</p>
<h2>La propiedad de los bits</h2>
<p><a href="https://theconversation.com/blockchains-focusing-on-bitcoin-misses-the-real-revolution-in-digital-trust-58125">Blockchain</a> es una tecnología que registra permanentemente las transacciones, normalmente en una base de datos descentralizada y pública llamada libro de contabilidad. </p>
<p>Bitcoin es la criptomoneda más conocida basada en blockchain. Cada vez que usted compra un bitcoin, por ejemplo, esa transacción se registra en la cadena de bloques de Bitcoin, lo que significa que el registro se distribuye a miles de ordenadores individuales en todo el mundo.</p>
<p>Este sistema de registro descentralizado es muy difícil de engañar o controlar. Las cadenas de bloques públicas, como Bitcoin y Ethereum, también son transparentes: todas las transacciones están disponibles para que cualquier persona en Internet las vea, en contraste con los libros bancarios tradicionales.</p>
<p>Ethereum es una blockchain como Bitcoin, pero Ethereum también es programable a través de <a href="https://www.investopedia.com/terms/s/smart-contracts.asp">contratos inteligentes</a>, que son esencialmente rutinas de software basadas en blockchain que se ejecutan automáticamente cuando se cumple alguna condición. </p>
<p>Por ejemplo, se puede utilizar un contrato inteligente en blockchain para establecer la propiedad de un objeto digital, como una obra de arte o música, cuya propiedad no puede ser reclamada por nadie más en la cadena de bloques, aunque guarden una copia en su ordenador. Los objetos digitales que se pueden poseer - monedas, valores, obras de arte - son <a href="https://www.feedough.com/what-is-a-cryptoasset-types-of-cryptoassets-ultimate-guide/">criptoactivos</a>.</p>
<p>Los objetos como las obras de arte y la música en una cadena de bloques son <a href="https://theconversation.com/how-nonfungible-tokens-work-and-where-they-get-their-value-a-cryptocurrency-expert-explains-nfts-157489">tokens no fungibles</a> (NFT, por sus siglas en inglés). No fungible significa que son únicos y no reemplazables, lo contrario de los artículos fungibles como la moneda: cualquier dólar vale lo mismo y puede intercambiarse con cualquier otro dólar.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/440536/original/file-20220112-13-1185rxo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Three women stand in a room with angled walls covered with images" src="https://images.theconversation.com/files/440536/original/file-20220112-13-1185rxo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440536/original/file-20220112-13-1185rxo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440536/original/file-20220112-13-1185rxo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440536/original/file-20220112-13-1185rxo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440536/original/file-20220112-13-1185rxo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440536/original/file-20220112-13-1185rxo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440536/original/file-20220112-13-1185rxo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Una exposición de arte NFT en Miami Beach, noviembre 2021.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://newsroom.ap.org/detail/ArtBaselMiamiBeach/06adb44891bc4deab24c08a4e5c6a3a5/photo">AP Photo/Lynne Sladky</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Y lo que es más importante, puedes utilizar un contrato inteligente que diga que estás dispuesto a vender tu obra de arte digital por un millón de dólares en éter, la moneda de la cadena de bloques de Ethereum. Cuando hagas clic en “Aceptar”, la obra de arte y el éter se transferirán automáticamente entre nosotros en la cadena de bloques. No hay necesidad de un banco o de un depósito de garantía de terceros. </p>
<p>Y si alguno de los dos disputara esta transacción - por ejemplo, si usted afirmara que yo sólo pagué 999.000 dólares - el otro podría fácilmente señalar el registro público en el libro de contabilidad distribuido.</p>
<p>¿Qué tiene que ver este asunto de los criptoactivos de blockchain en el metaverso? Todo. Para empezar, la cadena de bloques te permite poseer bienes digitales en un mundo virtual. No sólo serás dueño de ese NFT en el mundo real, también lo serás en el mundo virtual.</p>
<p>Además, el metaverso no está siendo construido por un solo grupo o empresa. Diferentes grupos construirán diferentes mundos virtuales, y en el futuro estos mundos serán interoperables, formando el metaverso. Cuando la gente pase de un mundo virtual a otro - por ejemplo, de los entornos virtuales de <a href="https://decentraland.org/">Decentraland</a> a los de <a href="https://www.theverge.com/2021/11/2/22758974/microsoft-teams-metaverse-mesh-3d-avatars-meetings-features">Microsoft</a> - querrá llevar sus cosas consigo. Si dos mundos virtuales son interoperables, la cadena de bloques autentificará la prueba de propiedad de sus bienes digitales en ambos mundos virtuales. </p>
<p>Esencialmente, siempre que puedas acceder a tu <a href="https://coinmarketcap.com/alexandria/article/10-best-crypto-hot-wallets-for-beginners">criptocartera</a> dentro de un mundo virtual, podrás acceder a tus criptocosas.</p>
<h2>No te olvides de tu billetera</h2>
<p>Entonces, ¿qué vas a guardar en tu criptobilletera? Obviamente querrás llevar criptodivisas en el metaverso. Tu criptobilletera también guardará tus bienes digitales exclusivos del metaverso, como tus <a href="https://www.coindesk.com/markets/2021/08/27/why-avatars-dominate-the-nft-market/">avatares</a>, ropa de avatar, animaciones de avatar, decoraciones virtuales y armas.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/440540/original/file-20220112-15-hhu2o9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="a cartoon image of a young bearded man wearing sunglasses and a backwards ball cap is projected on a wall in a darkened auditorium" src="https://images.theconversation.com/files/440540/original/file-20220112-15-hhu2o9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440540/original/file-20220112-15-hhu2o9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440540/original/file-20220112-15-hhu2o9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440540/original/file-20220112-15-hhu2o9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440540/original/file-20220112-15-hhu2o9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440540/original/file-20220112-15-hhu2o9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440540/original/file-20220112-15-hhu2o9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El avatar del Presidente de El Salvador, Nayib Bukele.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://newsroom.ap.org/detail/ElSalvadorBitcoin/af71800fc29a4f2a8c5600d3791f4542/photo">AP Photo/Salvador Melendez</a></span>
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</figure>
<p>¿Qué hará la gente con sus criptobilletera? Entre otras cosas, comprar. Al igual que probablemente se hace ahora en la web, se podrán comprar bienes digitales tradicionales como música, películas, juegos y aplicaciones. También podrá comprar artículos del mundo físico en el metaverso, y podrá ver y “sostener” modelos 3D de lo que está comprando, lo que podría ayudarle a tomar decisiones más informadas.</p>
<p>Además, al igual que puedes utilizar tu vieja billetera de cuero para llevar tu cédula, las criptocarteras estarán vinculadas a las identidades del mundo real, lo que podría facilitar las transacciones que requieren verificación legal, como la compra de un coche o una casa en el mundo real. </p>
<p>Como tu cédula estará vinculado a tu billetera, no tendrás que recordar los datos de acceso a todos los sitios web y mundos virtuales que visites: basta con conectar tu billetera – o monedero – con un clic y estarás conectado. Los monederos asociados a la identificación también serán útiles para controlar el acceso a las zonas de edad restringida en el metaverso.</p>
<p>Tu monedero criptográfico también podría estar vinculado a tu lista de contactos, lo que te permitiría llevar la información de tus redes sociales de un mundo virtual a otro. “Acompáñame a una fiesta en la piscina en tal mundo”.</p>
<p>En algún momento del futuro, los monederos también podrían estar asociados a puntuaciones de reputación que determinen los permisos que tienes para emitir en lugares públicos e interactuar con personas ajenas a tu red social. Si te comportas como un troll tóxico que difunde desinformación, puedes dañar tu reputación y que el sistema reduzca potencialmente tu esfera de influencia. </p>
<p>Esto podría crear un incentivo para que la gente se comporte bien en el metaverso, pero los desarrolladores de plataformas tendrán que dar prioridad a estos sistemas.</p>
<h2>Un gran negocio</h2>
<p>Por último, si el metaverso es dinero, seguro que las empresas también querrán jugar. La naturaleza descentralizada de blockchain reducirá potencialmente la necesidad de guardianes en las transacciones financieras, pero las empresas seguirán teniendo muchas oportunidades de generar ingresos, posiblemente incluso más que en las economías actuales. Empresas como Meta proporcionarán grandes plataformas donde la gente <a href="https://www.oculus.com/workrooms/">trabajará</a>, <a href="https://www.oculus.com/facebook-horizon/">jugará</a> y <a href="https://www.facebook.com/VenuesOculus/">se reunirá</a>.</p>
<p>Las grandes marcas también están entrando en la mezcla de NFT, como <a href="https://unxd.com/drops/dolce-gabbana-collezione-genesi?selected=all">Dolce & Gabbana</a>, <a href="https://www.coca-colacompany.com/news/coca-cola-nft-auction-fetches-more-than-575000">Coca-Cola</a>, <a href="https://www.adidas.com/into_the_metaverse/mint">Adidas</a> y <a href="https://news.nike.com/news/nike-acquires-rtfkt">Nike</a>. En el futuro, cuando se compre un artículo del mundo físico de una empresa, también se podrá obtener la propiedad de una NFT vinculada en el metaverso.</p>
<p>Por ejemplo, cuando compras ese codiciado traje de marca para ir a la discoteca del mundo real, también podrías convertirte en el propietario de la versión cripto del traje que tu avatar puede llevar al concierto virtual de Ariana Grande. Y al igual que podrías vender el traje físico de segunda mano, también podrías vender la versión NFT para que la lleve el avatar de otra persona.</p>
<p>Estas son algunas de las muchas formas en las que los modelos de negocio metaversos se solaparán probablemente con el mundo físico. Estos ejemplos serán más complejos a medida que las tecnologías de <a href="https://theconversation.com/what-is-augmented-reality-anyway-99827">realidad aumentada</a> entren en juego, fusionando aún más los aspectos del metaverso y del mundo físico. </p>
<p>Aunque el metaverso propiamente dicho aún no ha llegado, las bases tecnológicas, como la cadena de bloques y los criptoactivos, se están desarrollando constantemente, preparando el terreno para un futuro virtual aparentemente omnipresente que llegará pronto a un “verso” cercano.</p>
<p><em>Este artículo fue <a href="https://www.infobae.com/">traducido por Infobae</a>.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179167/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rabindra Ratan realiza proyectos de consultoría en materia del metaverso y otras tecnologías. Su investigación universitaria ha recibido apoyo y financiamiento de empresas, como Meta, y de organizaciones gubernamentales, como la National Science Foundation de Estados Unidos. Tiene inversiones en cripto, incluyendo en Ethereum.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Dar Meshi recibe fondos del Horizon 2020 Research and Innovation Program de la Comisión Europea. Es dueño de varios criptoactivos, incluyendo ether.
</span></em></p>¿Blockchain? ¿Criptoactivos? Dos investigadores que estudian las redes sociales y la tecnología de los medios de comunicación explican la tecnología que hará posible el metaverso.Rabindra Ratan, Associate Professor of Media and Information, Michigan State UniversityDar Meshi, Assistant Professor of Communication Arts and Sciences, Michigan State UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1742642022-01-11T19:58:18Z2022-01-11T19:58:18ZViaje por la estrategia en redes sociales de la campaña presidencial chilena<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/439132/original/file-20211231-27-vswjwk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C4%2C1431%2C1271&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Gabriel Boric (a la izquierda) con un meme de campaña en su camiseta, y José Antonio Kast (a la derecha) representando a Capitán América en TikTok.</span> <span class="attribution"><span class="source">gabrielboric/twitter y joseantoniokas/tiktok</span></span></figcaption></figure><p>En <a href="https://theconversation.com/cambio-en-chile-conducir-al-futuro-o-mirar-por-el-retrovisor-174051">el país más centrado políticamente de América Latina</a> hay nuevo presidente desde hace unas semanas. Gabriel Boric, con 35 años y <a href="https://www.servelelecciones.cl/">4,6 millones de votos</a>, será a partir del 11 de marzo próximo el presidente más joven y más votado de la historia de Chile.</p>
<p>Su rival, José Antonio Kast, obtuvo 3,6 millones de votos (una cantidad muy similar a la obtenida por Sebastián Piñera en 2017 para asumir su segunda presidencia), lo que demuestra que la clave de esta segunda vuelta presidencial –como denominan al balotaje en Chile– estuvo en el récord de participación. </p>
<p>Más que una elección polarizada, como presagiaban erróneamente algunos analistas, se trató de una elección altamente politizada. Prueba de ello fue que cuando ambos candidatos comenzaron su campaña de balotaje dejaron desesperadamente atrás sus ideas más radicales buscando ampliar sus bases hacia el centro político. </p>
<p>Quien tuvo mayor claridad en el diagnóstico fue el expresidente Ricardo Lagos (2000-2006), que dijo en una entrevista que las ideas radicales de izquierda de “quemar al país” llevaron a una parte del electorado a abrazar la extrema derecha con el fin de “poner orden a como dé lugar”. </p>
<p>Por eso, tras los resultados electorales se ha mantenido el foco en el centro político y las tradiciones republicanas pese a la agresiva campaña previa: Kast felicitó personalmente a Boric por el triunfo y Piñera hizo el tradicional <em>telefonazo</em>, emisión televisiva en directo consistente en un saludo del presidente en ejercicio al presidente electo y lo invita al día siguiente a La Moneda a gestionar el cambio de mando.</p>
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<figcaption><span class="caption">“Telefonazo” realizado por el presidente en ejercicio al presidente electo de Chile emitido en directo por la televisión chilena.</span></figcaption>
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<p>Sin embargo ¿cómo Chile pasó de tener presidentes de centroizquierda y centroderecha en los últimos 30 años a opciones presidenciales alejadas de esas posiciones? El mismo Lagos lo justifica como un cambio de época: de la industrial a la digital, con un <a href="https://player8.org/las-revueltas-chilenas-se-gestaron-en-twitter-y-el-gobierno-no-se-entero/">estallido social</a> y una pandemia de por medio.</p>
<h2>Directos, memes y TikTok</h2>
<p>Este cambio de era, con desarrollo de nuevas tecnologías, ha traído consigo un cambio en las conversaciones. Por eso, al igual que sucede en el resto del mundo, <a href="https://www.cnnchile.com/elecciones2021/memes-boric-tik-tok-kast-expertos-redes-sociales_20211210/">en Chile la comunicación digital y las redes sociales se han convertido en un elemento indispensable para las campañas políticas.</a></p>
<p>Eduardo Arriagada y Sebastián Valenzuela, académicos de la Universidad Católica de Chile, <a href="https://www.latercera.com/la-tercera-sabado/noticia/columna-de-eduardo-arriagada-y-sebastian-valenzuela-cuatro-claves-sobre-las-redes-sociales-en-segunda-vuelta/WE6CI2XJWZBX3LTGJLVGTIXILQ/">detectaron cuatro claves en las conversaciones en redes sociales</a> durante la segunda vuelta presidencial en Chile: relevancia de Twitter en el diálogo, importancia del contenido en vídeo, diversos canales para diversas audiencias y profesionalización en la inversión en anuncios.</p>
<p>Adicionalmente, desde el proyecto de investigación “Tendencias ciberperiodísticas: estado de la cuestión y análisis de contenidos”, que realizamos en la Facultad de Comunicaciones de UNIACC, detectamos tres aspectos clave:</p>
<ul>
<li><strong><em>Bad Boys</em> y el <a href="https://theconversation.com/ibai-llanos-en-el-show-de-truman-166066"><em>Social Media Live Streaming</em></a></strong>. <a href="https://www.tdx.cat/handle/10803/667525">Tal y como hemos analizado previamente</a>, el desarrollo de las redes sociales de vídeo en directo es una herramienta muy valiosa para la comunicación política. Esto fue aprovechado por Franco Parisi, candidato del Partido de la Gente, quien hizo una campaña sin pisar el país y realizando directos cada semana –llamados <em>Bad Boys</em>– desde Estados Unidos. Como obtuvo el tercer lugar en votos en la primera elección, Boric y Kast buscaron acercarse a su electorado, incluso el último participó en sus directos. </li>
</ul>
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<figcaption><span class="caption">Entrevista a José Antonio Kast en el directo ‘Bad Boys’ emitido por el Partido de la Gente.</span></figcaption>
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<ul>
<li><p><strong>Boric y los memes de su comunidad.</strong> <a href="https://theconversation.com/diez-claves-para-combatir-la-desinformacion-en-la-campana-electoral-115996">La cultura del meme en política tiende a ridiculizar a los protagonistas de la agenda mediática</a>. Sin embargo, tras los resultados de la primera vuelta, los seguidores de Gabriel Boric fueron rápidos e imaginativos para crear distintos memes de apoyo al candidato con agrupaciones ficticias, parodias musicales y supuestos apoyos de famosos. </p>
<p>Así, <a href="https://www.eldesconcierto.cl/tipos-moviles/humor/2021/11/25/humor-chayanne-te-mira-furor-en-la-web-por-memes-y-videos-de-apoyo-a-gabriel-boric.html"><em>Disléxicos por Robic</em></a>, <a href="https://twitter.com/RodeRomi/status/1463320944332599296"><em>SomeBORIC to love</em></a> y el “apoyo” de Pedro Pascal fueron claves para las conversaciones sociales en el ciberespacio. Este último caso fue especialmente llamativo porque el actor chileno de Hollywood –protagonista de <em><a href="https://www.filmaffinity.com/es/film544948.html">The Mandalorian</a></em>– al ver el fotomontaje compartido en las redes se lo tomó con humor, <a href="https://twitter.com/gabrielboric/status/1463328380938510340?s=20">decidió publicarlo en sus perfiles</a> y hacer público su apoyo al candidato globalizando su impacto.</p></li>
<li><p><strong>Kast y sus apariciones en TikTok</strong>. El perfil del candidato del Frente Social Cristiano –ultraconservador, padre de nueve hijos y ferviente católico– no hacía pensar que su campaña contaría con una activa participación en TikTok creando distinto contenido y participando en los diversos <em>challenges</em> del momento. Kast hizo un esfuerzo por <a href="https://www.theclinic.cl/2021/10/27/tiktok-el-caballo-de-troya-de-j-a-kast-con-la-generacion-z/">conectar con la Generación Z</a>, y así <a href="https://www.tiktok.com/@joseantoniokast">su perfil actualmente acumula más de 490 mil seguidores</a> y supera los 5,6 millones de <em>likes</em> . </p></li>
</ul>
<h2>Contenido orgánico por encima del pagado</h2>
<p>José Flores, director de Planificación de la agencia La Fábrica Imaginaria, realizó un seguimiento estadístico al contenido publicado y a la inversión en anuncios en redes sociales de ambos candidatos durante sus campañas. De ello, <a href="https://player8.org/en-directo-playerbox-capitulo-7/">conversamos horas antes de las elecciones</a> y ya se podían ver una serie de características interesantes.</p>
<ol>
<li><p>En la última semana de campaña, <a href="https://www.facebook.com/ads/library/?active_status=all&ad_type=political_and_issue_ads&country=CL&view_all_page_id=881095048648989&sort_data%5Bdirection%5D=desc&sort_data%5Bmode%5D=relevancy_monthly_grouped&search_type=page&media_type=all">Kast realizó una inversión en Facebook Ads de 137,9 millones de pesos chilenos</a> (más de 140 000 euros) y <a href="https://www.facebook.com/ads/library/?active_status=all&ad_type=political_and_issue_ads&country=CL&view_all_page_id=177384889097855&sort_data%5Bdirection%5D=desc&sort_data%5Bmode%5D=relevancy_monthly_grouped&search_type=page&media_type=all">Boric de 35,8 millones</a> (cerca de 40 000 euros).</p></li>
<li><p>Mientras Gabriel Boric tuvo mejores resultados en Instagram, José Antonio Kast lo superó en Facebook en el periodo comprendido entre la campaña de balotaje y el anuncio del presidente electo (22 de noviembre y 20 de diciembre).</p></li>
<li><p>En el periodo señalado, ambos candidatos crecieron considerablemente sus interacciones aunque el alza de Boric fue superior: un 262,92 % de media en reacciones, comentarios y compartidos en Facebook; y un 219,14 % de media en me gustas y comentarios en Instagram.</p></li>
</ol>
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<img alt="Estadísticas Instagram Gabriel Boric" src="https://images.theconversation.com/files/439133/original/file-20211231-50239-1ck7arw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/439133/original/file-20211231-50239-1ck7arw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=304&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/439133/original/file-20211231-50239-1ck7arw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=304&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/439133/original/file-20211231-50239-1ck7arw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=304&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/439133/original/file-20211231-50239-1ck7arw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=382&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/439133/original/file-20211231-50239-1ck7arw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=382&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/439133/original/file-20211231-50239-1ck7arw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=382&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Estadísticas del perfil de Instagram de Gabriel Boric @gabrielboric durante la campaña presidencial.</span>
<span class="attribution"><span class="source">José Flores con datos de Metricool</span></span>
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<p>“Las redes de Boric tuvieron un aumento gigantesco en sus principales métricas después del 21 de noviembre. Si bien Kast también tuvo un gran crecimiento, estos porcentajes no se comparan a los del presidente electo. También llama la atención que hubo una importante diferencia en cuanto a inversión publicitaria entre un candidato y otro, lo que demuestra que lo orgánico sigue siendo muy importante en cualquier estrategia de redes sociales”, explica Flores al respecto.</p>
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<img alt="Estadísticas Facebook José Antonio Kast" src="https://images.theconversation.com/files/439134/original/file-20211231-25-1gm7vuy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/439134/original/file-20211231-25-1gm7vuy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=305&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/439134/original/file-20211231-25-1gm7vuy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=305&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/439134/original/file-20211231-25-1gm7vuy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=305&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/439134/original/file-20211231-25-1gm7vuy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=383&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/439134/original/file-20211231-25-1gm7vuy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=383&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/439134/original/file-20211231-25-1gm7vuy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=383&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Estadísticas del perfil de Facebook de José Antonio Kast @joseantoniokast durante la campaña presidencial.</span>
<span class="attribution"><span class="source">José Flores con datos de Metricool</span></span>
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<h2>Desinformación desde la propia política</h2>
<p>La relación entre <a href="https://observatoriocibermedios.upf.edu/fake-news-como-detectar-noticias-falsas-talleres-uniacc">las mal llamadas <em>fake news</em></a> y la política tiene larga data, incluso desde antes de que se le diera nombre al fenómeno. Sin embargo, el auge de la desinformación en entornos digitales durante procesos electorales es un fenómeno en constante crecimiento a nivel mundial.</p>
<p>Chile no ha sido la excepción, y si bien para la elección de 2017 se detectaron 80 casos de contenido falso replicado por 3,5 millones de usuarios en redes sociales según <a href="https://observatoriocibermedios.upf.edu/digital-news-report-chile-2018">el Digital News Report 2018</a>, para esta elección el volumen fue, seguro, mucho mayor.</p>
<p>De hecho, en periodo de “veda electoral”, cuando los candidatos habían terminado sus campañas y la ley chilena no permite hacer pública una preferencia electoral, abundaban en web y redes sociales <a href="https://twitter.com/cesarleivarubio/status/1471526216469463042?s=20">anuncios de “medios independientes” que atacaban a alguno de los candidatos</a>. </p>
<p>Así, nos encontramos con los casos típicos de desinformación en tiempos electorales: frases sacadas de contexto de los candidatos y frases sin fuente o falsamente atribuidas publicadas por un supuesto periodismo que muestra “aquello que los poderosos no quieren que veamos”.</p>
<p>Tal y como explica <a href="https://fundaciongabo.org/es/etica-periodistica/blogs/esto-no-lo-veras-en-los-medios-de-comunicacion">el experto Mario Tascón</a>, “los periodistas se siguen asombrando cuando ven algunos montajes agitados en público como pruebas casi de juzgado procedentes de redes sociales o medios sospechosos de actuar sin ética de ningún tipo”. No hay que olvidar que, según el último reporte Digital News Report, solo un 36 % de los chilenos confían en las noticias que reciben.</p>
<p>Sin embargo, en estas elecciones hubo casos preocupantes debido a que los casos de desinformación más sonados provenían directamente de personalidades públicas cercanas al candidato Kast. </p>
<p>El primero de ellos fue el caso del diputado electo por el Partido Republicano Gonzalo de la Carrera, quien <a href="https://twitter.com/Cooperativa/status/1472963001829535752?s=20">compartió una supuesta imagen de Gabriel Boric en violentas manifestaciones</a> durante el estallido social. Como Boric respondió mostrando la imagen original (correspondía a la inundación de su vivienda), De la Carrera simplemente reconoció que se trataba de una desinformación y que recibió “órdenes de publicar” del equipo de campaña de José Antonio Kast. Finalmente, el futuro parlamentario renunció a la colectividad.</p>
<p>El segundo correspondió a la mismísima portavoz de campaña de Kast, Magdalena Moncada, quien publicó una imagen de una estación de metro de Santiago vandalizada y vinculándolo a los seguidores de Gabriel Boric. Desde las autoridades del tren subterráneo negaron cualquier daño, mientras que <a href="https://twitter.com/T13/status/1471892541624705027?s=20">la imagen publicada por Moncada</a> en realidad era de las protestas de 2019.</p>
<p>Con estos antecedentes, desde el comando del candidato ganador explicaron hace unos días los detalles de <a href="https://www.elmercurio.com/blogs/2022/01/06/94591/como-ganamos-a-fake-news.aspx">la estrategia aplicada para combatir la desinformación durante la campaña</a>.</p>
<h2>Lecciones para la política</h2>
<p>Como en Chile hubo un total de cinco procesos electorales oficiales durante 2021, todos con resultados disímiles para los diferentes bloques políticos, se puede ver que tanto la ciudadanía como los candidatos tuvieron tiempo y experiencia para aprender de las lecciones a nivel de comunicación digital y redes sociales.</p>
<p>Es importante, además, poner en contexto la penetración de internet en el país lationamericano para entender la relevancia del medio. Según <a href="https://www.internetworldstats.com/south.htm#cl">estadísticas de la Internet World Stats</a>, un 92 % de la población chilena tuvo acceso a la red el último año (<a href="https://www.internetworldstats.com/europa.htm#es">en España el acceso fue de 91,9 % en el mismo periodo</a>); además según<a href="https://www.subtel.gob.cl/wp-content/uploads/2021/09/PPT_Series_JUNIO_2021_V0.pdf"> la Subsecretaría de Telecomunicaciones local</a>, Chile cuenta con cerca de 26 millones de accesos a internet (es decir, 131,2 por cada 100 habitantes).</p>
<p>Así, con todo lo sucedido, se destacan las siguientes lecciones:</p>
<ol>
<li><p><strong>El valor de los directos:</strong> mientras desde la prensa y los no votantes del candidato Franco Parisi asumían un fracaso en su campaña debido a que no pisó territorio chileno y a sus problemas legales por deudas en la manutención de sus hijos, su obtención del tercer lugar en la primera vuelta llevó los ojos hacia <em>Bad Boys</em> como una nueva manera de hacer política debido a que cada semana conversaba directamente con sus partidarios.</p></li>
<li><p><strong>Contenido generado por el usuario</strong>: los “memes por Boric”, en realidad, no fueron una gestión de su equipo político, sino que <a href="https://www.ciperchile.cl/2022/01/05/una-campana-territorial-historica-las-desconocidas-figuras-de-kast-y-boric-que-empujaron-la-votacion-record-de-83-millones-de-chilenos/">una construcción orgánica de sus adherentes que se viralizó rápidamente</a> y que consiguió cercanía con influyentes y celebridades . El candidato lo aprovechó y compartió las principales creatividades en el periodo de campaña.</p></li>
<li><p><strong>Verificación sobre desinformación:</strong> el aumento de los verificadores de datos –algunos con el respaldo de universidades– más las conversaciones de redes sociales y la acción de los medios de comunicación permitió rápidamente que los casos de desinformación más sonados se convirtieran en tema nacional por su nivel de falsedad. </p></li>
</ol>
<p>Si Chile ha sido continuamente destacado por la rapidez, la transparencia y la confianza de sus procesos electorales, también hay que destacar cómo las campañas políticas, a nivel de comunicación digital y de redes sociales, son una oportunidad para los candidatos para llegar a sus distintos grupos de votantes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/174264/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alexis Javier Apablaza Campos ha recibido fondos del Programa Becas Chile Doctorado en el Extranjero Comisión Nacional de Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) en el período 2016-2019. También es investigador principal del proyecto de investigación “Tendencias ciberperiodísticas: estado de la cuestión y análisis de contenidos", DIP 01H-2021, de Universidad UNIACC.</span></em></p>Del funcionamiento de la comunicación digital de los candidatos a las presidenciales chilenas hemos aprendido el enorme valor de los directos, del contenido orgánico generado por el usuario por encima del pagado y la rápida condena pública a la desinformación.Alexis Apablaza-Campos, Profesor titular Facultad de Comunicaciones, Universidad de Artes, Ciencias y Comunicación UNIACCLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1693352021-10-28T00:29:29Z2021-10-28T00:29:29ZUn viaje por los universos virtuales (y publicitarios) del metaverso<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/428739/original/file-20211027-27-6a23w3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C12474%2C5292&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/teenager-having-fun-play-metaverse-vr-1926287795">Shutterstock / thinkhubstudio</a></span></figcaption></figure><p>La palabra “metaverso” apareció por primera vez en la novela de ciencia ficción <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Snow_Crash"><em>Snow Crash</em></a> (1992) de Neal Stephenson. Esta palabra aludía a un entorno digital y artificial posterior a la propia internet. No obstante, se ha popularizado recientemente con los proyectos de Epic Games (<em>Fornite</em>) y Facebook.</p>
<p>El metaverso se caracteriza, primero, por no ser un fenómeno o espacio homogéneo. Segundo, se compone de diversos canales y diferentes niveles de inmersión. Y tercero, su acceso es posible a través de distintos dispositivos como teléfonos móviles, videoconsolas, ordenadores y visores de realidad virtual.</p>
<p>El metaverso se conforma como un entorno virtual de nuestra vida real. Es decir, es una extensión digital de todas nuestras relaciones sociales y de nuestro entretenimiento.</p>
<p>Edward Castronova, investigador experto en el metaverso, identifica como sus características imprescindibles la interactividad, corporeidad y persistencia. Y son estas porque, aunque no estemos conectados al entorno virtual, este sigue en funcionamiento.</p>
<p>En este entorno virtual, las interacciones de los usuarios se realizan bajo la figura de avatares. Estos son personalizables en apariencia y vestimenta a gusto de cada usuario.</p>
<h2>Antecedentes y referentes actuales</h2>
<p>Lo más parecido en internet al metaverso que nos puede venir a la cabeza es <a href="https://secondlife.com/"><em>Second Life</em></a>. Este metaverso fue concebido por entusiastas de la tecnología virtual de Sillicon Valley. Uno de ellos fue <a href="https://theconversation.com/jaron-lanier-internet-tal-y-como-hoy-la-conocemos-se-basa-en-la-manipulacion-113410">Jaron Lanier</a>, hoy conocido por su participación en el documental de Netflix, <em>The Social Dilemma</em>.</p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/CUprBx8LUL5/?utm_source=ig_web_copy_link","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p><em>Second Life</em> ha propuesto (porque sigue operativo) un entorno virtual al que es posible acceder desde ordenadores y recientemente móviles. En él, los usuarios interactúan en tiempo real, desarrollan actividades profesionales y lúdicas. Y además, pueden adquirir bienes y servicios a través de una moneda propia previo cambio por dinero real.</p>
<p>Pero probablemente los ejemplos más conocidos ahora están relacionados con el mundo de los videojuegos. Y estos ejemplos son <a href="https://www.cyberpunk.net/us/es/"><em>Ciberpunk 2077</em></a>, <a href="https://www.animal-crossing.com/new-horizons/"><em>Animal Crossing New Horizons</em></a>, <a href="https://www.epicgames.com/fortnite/es-ES/home"><em>Fornite</em></a> y <a href="https://www.roblox.com/">Roblox</a>.</p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/CCJPlixHi1s/?utm_source=ig_web_copy_link","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>También Facebook viene desarrollando una versión más inmersiva de su red social. Esta era conocida como Facebook Horizons y a partir de octubre de 2021 como <a href="https://www.oculus.com/facebook-horizon/?locale=es_ES">Horizon Worlds</a>. </p>
<p>A escala global ha desarrollado un canal de entretenimiento, <a href="https://www.oculus.com/experiences/quest/3002729676463989/?locale=es_ES">Oculus Venues early access</a>, y otro destinado al teletrabajo, <a href="https://www.oculus.com/experiences/quest/2514011888645651/?locale=es_ES">Horizon Workrooms</a>. Ambos son accesibles a través de los visores de realidad virtual Oculus.</p>
<p>Con la evolución y auge de <em>blockchain</em>, los proyectos ligados al metaverso están creciendo. Quizás el más llamativo por la actividad que ya reporta es <a href="https://decentraland.org/">Decentraland</a>. En él, es necesario adquirir una parcela denominada <em>land</em> mediante la moneda local <em>mana</em>.</p>
<p>Hasta el tercer trimestre de 2021 el distrito más desarrollado de Decentraland, <a href="https://aetheria.io/">Aetheria</a>, contaba con 8 000 <em>lands</em> donde impera el <a href="https://estilocyberpunk.com/">estilo ciberpunk</a>.</p>
<h2>Comunicar en el metaverso</h2>
<p>El metaverso ofrece unas enormes posibilidades de socialización. Esto ha permitido a muchos proyectos buscar nuevas vías para lanzar sus mensajes.</p>
<p>Por ejemplo, en <em>Second Life</em> ha sido habitual ver empresas, partidos políticos y periodistas. El objetivo era tener una presencia activa para incrementar posibilidades de diálogo. </p>
<p><em>Fornite</em> es un videojuego que nació para combatir y encontrar un único vencedor (<em>Battle Royale</em>). Sin embargo, es cada vez más frecuente encontrar a artistas variados en este entorno virtual. El rapero Travis Scott, el DJ Marshmellow o la cantante Ariana Grande son algunos ejemplos. </p>
<p>En el caso de <em>Animal Crossing</em>, <a href="https://theconversation.com/animal-crossing-nh-una-isla-virtual-con-publicidad-real-158663">una amplia gama de marcas y empresas</a> tiene presencia. Además de desarrollar productos para avatares, han creado islas y decoración alusiva disponible para los participantes.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1254827819273728000"}"></div></p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1423776149365084160"}"></div></p>
<p>En la campaña presidencial de 2020 en Estados Unidos, el Partido Demócrata diseñó una isla del candidato Joe Biden.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1300811180274053124"}"></div></p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1317223870823321602"}"></div></p>
<p>Otro ejemplo es Roblox, una red muy popular ahora entre niños y jóvenes. En este metaverso, marcas como Gucci y Vans se están posicionando como referentes de moda real y virtual.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1433084262455156736"}"></div></p>
<p>En <em>Decentraland</em>, Coca-Cola ha realizado transacciones a través de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Token_no_fungible">NFT</a>. Atari ha instalado un casino en criptomonedas, con su catálogo clásico de videojuegos. Y la agrupación musical Muse inauguró el estadio de <a href="https://stageverse.com/"><em>Stageverse</em></a>, otro metaverso al que se accede a través de visores de realidad virtual.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1419759574110941192"}"></div></p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1439966872418627586"}"></div></p>
<p>En todos estos casos, se ve cómo cada marca y creador ha adaptado su trabajo y su propuesta a la audiencia. Estas organizaciones ajustan sus productos a las narrativas, los tiempos y las audiencias de cada uno de estos universos virtuales.</p>
<p>Las vías de comunicación en el metaverso son muy diversas. Alcanza desde el diálogo (como Alexandria Ocasio-Cortez en <em>Animal Crossing</em>) y diseño de productos para los avatares, hasta creación de mobiliario y venta de elementos vía NFT.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1258516156408713216"}"></div></p>
<p>Sin embargo, hay límites. Por ejemplo, Nintendo no permite que la experiencia de usuario se vea afectada por la estrategia de <em>marketing</em> a través de <em>Animal Crossing</em>, <a href="https://www.nintendo.co.jp/animalcrossing_announcement/en/">según un comunicado de noviembre de 2020</a>.</p>
<p>Actualmente, en los casos de Fornite, Roblox y Facebook impera la presencia de audiencias muy jóvenes. Estos públicos en su mayoría pertenecen a la generación Alfa (nacidos a partir de 2010), que podemos señalar como la audiencia nativa del metaverso.</p>
<p>Las organizaciones y marcas tienen un nuevo espacio para plantear sus estrategias de comunicación. Estos territorios virtuales deben tenerse cada vez más en consideración. El metaverso es un lugar… cuyo nombre hay que empezar a recordar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/169335/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Este entorno virtual es una extensión digital de todas nuestras relaciones sociales y de nuestro entretenimiento.Pavel Sidorenko Bautista, Profesor en el Máster de Comunicación e Identidad Corporativa, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja José María Herranz de la Casa, Profesor titular de Periodismo, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1685502021-09-29T13:58:24Z2021-09-29T13:58:24ZFacebook sabe que Instagram está dañando la mente de los adolescentes… y decide callar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/422738/original/file-20210922-15-1rqztfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5499%2C3655&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El enfoque de Instagram en fotos filtradas de cuerpos daña la autoimagen de las jóvenes.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/photo/teenage-friends-hanging-out-in-front-yard-on-summer-royalty-free-image/854140120">Thomas Barwick/DigitalVision via Getty Images</a></span></figcaption></figure><p>Los funcionarios de Facebook realizaron una investigación interna en marzo de 2020 que mostraba que Instagram, la plataforma de redes sociales <a href="https://www.pewresearch.org/internet/2018/05/31/teens-social-media-technology-2018/">más utilizada por los adolescentes</a>, es dañina para la imagen corporal y el bienestar de las adolescentes, pero barrieron esos hallazgos bajo la alfombra para continuar haciendo negocios como de costumbre, según <a href="https://www.wsj.com/articles/facebook-knows-instagram-is-toxic-for-teen-girls-company-documents-show-11631620739">un informe del Wall Street Journal</a> del 14 de septiembre de 2021.</p>
<p>La política de Facebook de buscar ganancias independientemente del daño documentado ha provocado comparaciones con las grandes tabacaleras, <a href="https://www.who.int/tobacco/media/en/TobaccoExplained.pdf">que en la década de 1950 sabían que sus productos eran cancerígenos</a>, pero lo negaron públicamente en el siglo XXI. Aquellos de nosotros que estudiamos el uso de las redes sociales en los adolescentes no necesitamos un estudio de investigación interno suprimido para saber que Instagram puede dañar a los adolescentes. Muchos artículos de investigación revisados por pares muestran lo mismo.</p>
<p>Comprender el impacto de las redes sociales en los adolescentes es importante porque casi todos los adolescentes se conectan a internet a diario. Una encuesta del Pew Research Center muestra que <a href="https://www.pewresearch.org/internet/2018/05/31/teens-social-media-technology-2018/">el 89% de los adolescentes informan que están en línea “casi constantemente” o “varias veces al día”</a>.</p>
<p>Es más probable que los adolescentes inicien una sesión en Instagram que en cualquier otro sitio de redes sociales. Es una parte omnipresente de la vida adolescente. Sin embargo, los estudios muestran sistemáticamente que cuanto más a menudo usan los adolescentes Instagram, <a href="https://doi.org/10.1037/ppm0000182">peor es su bienestar general, su autoestima, su satisfacción con la vida, su estado de ánimo y su imagen corporal</a>. Un estudio encontró que cuantos más estudiantes universitarios usaban Instagram en un día determinado, <a href="https://doi.org/10.1037/ppm0000350">peor era su estado de ánimo y su satisfacción con la vida ese día</a>.</p>
<h2>Comparaciones poco saludables</h2>
<p>Pero Instagram no es problemático simplemente porque es popular. Hay dos características clave de Instagram que parecen hacerlo particularmente riesgoso. En primer lugar, permite a los usuarios seguir tanto a celebridades como a compañeros, los cuales pueden presentar una imagen filtrada y manipulada de un cuerpo poco realista junto con una impresión altamente controlada de una vida perfecta.</p>
<p>Si bien todas las redes sociales permiten a los usuarios ser selectivos en lo que muestran al mundo, Instagram es conocido por sus capacidades de edición y filtrado de fotografías. Además, esa es la plataforma popular entre celebridades, modelos e influencers. Facebook ha sido relegado a las mamás y abuelos poco geniales del fútbol. Para los adolescentes, esta perfecta integración de celebridades y versiones retocadas de compañeros de la vida real presenta un entorno propicio para la comparación social ascendente, o para compararse a sí mismo con alguien que es “mejor” en algún aspecto.</p>
<p>Los seres humanos, por regla general, miran a los demás para saber cómo encajar y juzgar sus propias vidas. Los adolescentes son especialmente vulnerables a estas comparaciones sociales. Casi todo el mundo recuerda haberse preocupado por encajar en la escuela secundaria. Instagram exacerba esa preocupación. Ya es bastante difícil compararse con una supermodelo que se ve fantástica (aunque filtrada); puede ser incluso peor cuando la comparación filtrada es Natalie al final del pasillo.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1438065105481183236"}"></div></p>
<p>Compararse negativamente con los demás <a href="http://dx.doi.org/10.1111/sipr.12033">lleva a las personas a sentir envidia</a> de las vidas y los cuerpos aparentemente mejores de los demás. Recientemente, los investigadores incluso intentaron combatir este efecto <a href="https://doi.org/10.1080/15213269.2021.1968440">recordando a los usuarios de Instagram que las publicaciones no eran realistas</a>.</p>
<p>No funcionó. Las comparaciones negativas, que eran casi imposibles de detener, aún generaban envidia y bajaban la autoestima. Incluso en estudios en los que los participantes sabían que las fotos que se mostraban en Instagram estaban retocadas y remodeladas, <a href="https://doi.org/10.1080/15213269.2016.1257392">las adolescentes aún se sentían peor con sus cuerpos</a> después de verlas. Para las niñas que tienden a hacer muchas comparaciones sociales, estos efectos son aún peores.</p>
<h2>Objetivación e imagen corporal</h2>
<p>Instagram también es riesgoso para los adolescentes porque su énfasis en las imágenes del cuerpo lleva a los usuarios a enfocarse en cómo ven sus cuerpos a los demás. Nuestra investigación muestra que para las niñas adolescentes, y cada vez más para los niños adolescentes, pensar en sus propios cuerpos como el objeto de una foto <a href="https://doi.org/10.1177%2F0272431618770809">aumenta los pensamientos preocupantes sobre cómo se ven a los demás</a>, y eso lleva a sentir vergüenza por sus cuerpos. El solo hecho de tomarse una selfie para publicarla más tarde los hace sentir peor acerca de cómo ven los demás.</p>
<p>Ser un objeto para que otros lo vean no ayuda a la “generación de las selfies” a sentirse empoderada y segura de sí misma; puede hacer exactamente lo contrario. Estos no son problemas de salud insignificantes, porque la insatisfacción corporal durante la adolescencia es <a href="https://doi.org/10.1002/eat.22270">un predictor poderoso y constante de los síntomas posteriores del trastorno alimentario</a>.</p>
<p>Facebook ha reconocido internamente lo que los investigadores han estado documentando durante años: Instagram puede ser perjudicial para los adolescentes. <a href="https://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/tween-and-teen-health/in-depth/teens-and-social-media-use/art-20474437">Los padres pueden ayudar</a> hablando repetidamente con sus adolescentes sobre la diferencia entre la apariencia y la realidad, alentándolos a interactuar con sus compañeros cara a cara y a usar sus cuerpos de manera activa en lugar de enfocarse en la selfie.</p>
<p>La gran pregunta será cómo maneja Facebook estos resultados dañinos. La historia y los tribunales han sido menos que indulgentes con el enfoque de cabeza en la arena de las grandes tabacaleras.</p>
<p><em>Este artículo fue <a href="https://www.elfinanciero.com.mx/tech/2021/09/16/facebook-sabe-que-instagram-esta-danando-la-mente-de-los-adolescentes-y-decide-callar/">traducido por El Financiero</a>.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/168550/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Christia Spears Brown no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Existe amplia evidencia sobre el daño que Instagram causa para los adolescentes, especialmente sobre su imagen corporativa. La propia investigación de Facebook confirma esto.Christia Spears Brown, Professor of Psychology, University of KentuckyLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1603782021-05-12T18:03:41Z2021-05-12T18:03:41Z¿Hay vida más allá de WhatsApp?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/400083/original/file-20210511-15-gcpxz7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=12%2C6%2C4147%2C2575&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/editorial-use-illustrative-this-photo-illustration-1892399221">Shutterstock / viewimage</a></span></figcaption></figure><p>El <em>smartphone</em> es una <a href="https://revistas.marilia.unesp.br/index.php/transformacao/article/view/7131">tecnología transparente</a>. La fascinación que nos genera su pantalla <a href="https://www.jacobinmag.com/2015/03/smartphone-usage-technology-aschoff/">define nuestro presente</a> porque hemos descargado una parte de nuestra vida en él. Pero, si no queremos que se convierta en una herramienta de control, tenemos que ir más allá del cristal. Entender que nos conecta con personas reales, y reflexionar sobre la política del ciberespacio.</p>
<p>El teléfono inteligente es una herramienta con la que interactuamos con el mundo. Los iconos que ocupan su pantalla no son juguetes, es una interfaz que nos permite hacer cosas. WhatsApp, por ejemplo, es una piedra angular de nuestra sociedad. En sus chats hacemos de todo, desde componer canciones hasta cerrar tratos; desde conservar recuerdos hasta enamorarnos. Cada vez que pulsamos el icono verde, entramos en un mundo de posibilidades reales, porque compartimos conversaciones con personas reales. </p>
<h2>Falta de entendimiento y desinformación</h2>
<p>Es cierto que nuestra relación con WhatsApp ha empeorado. Hay chats en los que evitamos entrar, y grupos en los que nunca respondemos. Pero las funciones básicas de la <em>app</em> no han cambiado, sigue siendo un espacio de diálogo entre personas. Solo que ahora lo enturbiamos al reenviar <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911120301953">memes sin criterio</a>, compartir <a href="https://www.researchgate.net/profile/Javier-Serrano-Puche/publication/343416411_Uso_del_clickbait_en_los_medios_nativos_digitales_espanoles_Un_analisis_de_El_Confidencial_El_Espanol_eldiarioes_y_OK_Diario_Preprint/links/5f291bbe92851cd302d86710/Uso-del-clickbait-en-los-medios-nativos-digitales-espanoles-Un-analisis-de-El-Confidencial-El-Espanol-eldiarioes-y-OK-Diario-Preprint.pdf">enlaces a artículos de prensa que no hemos leído</a> o interrumpir <a href="https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2021-04-21/chapuza-partidos-whatsapp-cazar-votos-ayuso-madrid_3042739/">con ideas de otras personas</a> para no escuchar. Y al igual que en otros espacios, cuando el diálogo se rompe, las conversaciones se pierden. </p>
<p><a href="https://blog.whatsapp.com/more-changes-to-forwarding/?lang=es">WhatsApp puede limitar la función de reenvío</a> para que reflexionemos antes de actuar: ¿a quién le puede interesar ese mensaje? ¿qué es lo que dice? Eso limita el bombardeo constante que colapsa nuestra atención. </p>
<p>No obstante, la responsabilidad sigue siendo individual. Salvar nuestros chats y grupos, evitar que la desinformación y la crispación colonicen nuestras conversaciones está en nuestras manos. Solo tenemos que actuar responsablemente, de manera civilizada. </p>
<h2>WhatsApp, ¿una necesidad?</h2>
<p>La otra opción es que WhatsApp se rompa, y con él, una parte de nuestro día a día. ¿Qué haríamos? ¿Cómo rehacer nuestra vida sin esta aplicación, sin las personas con las que conectamos? Hay gente que solo nos responde a los wasaps, ¿la perderíamos?</p>
<p>No es algo impensable. Yo, <a href="https://faq.whatsapp.com/general/security-and-privacy/what-happens-when-our-terms-and-privacy-policy-updates-take-effect/">el 15 de mayo me quedo sin WhatsApp</a>. No he hecho nada malo. Me echan de WhatsApp porque soy un privilegiado. Tengo la suerte de que los chats esenciales para mi vida están en <a href="https://signal.org">Signal</a>. No necesito entrar en WhatsApp todos los días. Tengo alternativa, y puedo valorar tranquilamente si quiero aceptar los nuevos cambios en las condiciones de servicio que plantea Facebook. </p>
<p>La mayoría de mis contactos habrán dado a “Aceptar” sin leer, con las prisas de ver un mensaje. Otros sí lo habrán leído y, aunque no les agrade, tienen que aceptar la coacción de Facebook a regañadientes. Su única alternativa es que toda su agenda se pase de golpe a otra herramienta de mensajería. Esto incluye jefes, contactos de trabajo, y personas que no saben instalar aplicaciones. Necesitan seguir en WhatsApp y tienen que aceptar lo que impone Facebook. Están atrapados, son rehenes, y <a href="https://epub.wu.ac.at/7523/1/HCIS2020_A%20Human-centric%20Perspective%20on%20Digital%20Consenting_The%20Case%20of%20GAFAM_Soheil%20Human_Florian%20Cech.pdf">no tienen escapatoria</a>. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/400086/original/file-20210511-19-9tj2ch.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/400086/original/file-20210511-19-9tj2ch.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/400086/original/file-20210511-19-9tj2ch.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=386&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/400086/original/file-20210511-19-9tj2ch.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=386&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/400086/original/file-20210511-19-9tj2ch.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=386&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/400086/original/file-20210511-19-9tj2ch.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=485&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/400086/original/file-20210511-19-9tj2ch.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=485&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/400086/original/file-20210511-19-9tj2ch.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=485&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Signal, aplicación de mensajería alternativa a WhatsApp y Telegram.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/january-14-2021-brazil-this-photo-1893927007">Shutterstock / rafapress</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Las leyes europeas, un escudo de privacidad</h2>
<p>Sin embargo, no están desamparados. La ley está de nuestra parte. El <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Reglamento_General_de_Protecci%C3%B3n_de_Datos">Reglamento General de Protección de Datos</a> (RGPD) europeo choca con las nuevas condiciones de servicio de WhatsApp. Al parecer, la ciudadanía europea nos garantiza un trato especial y <a href="https://www.xataka.com/aplicaciones/whatsapp-limitara-funciones-app-no-aceptamos-sus-nuevas-condiciones-que-esta-pasando-como-nos-afecta">no afectarán a cómo van a tratar nuestros datos</a>. </p>
<p>Pero leyendo la política de privacidad, no queda del todo claro. Hay <a href="https://www.whatsapp.com/legal/updates/privacy-policy-eea?eea=1#privacy-policy-updates-legitimate-interests">reductos para que puedan utilizarlos</a> y quedan <a href="https://www.whatsapp.com/legal/updates/privacy-policy-eea?eea=1#privacy-policy-updates-third-party-information">cabos sueltos</a>. Johannes Caspar, director de la Agencia de Protección de Datos y Libertad de Información de Hamburgo también <a href="https://www.euronews.com/2021/05/11/germany-bans-facebook-from-handling-whatsapp-data-over-privacy-concerns">nos alerta sobre la opacidad con la que actúa Facebook</a>. </p>
<p>Para Facebook, el RGPD europeo es un problema. Incluso ha intentado presionar a las instituciones <a href="https://www.theguardian.com/technology/2020/sep/22/facebook-says-it-may-quit-europe-over-ban-on-sharing-data-with-us">insinuando que dejarían de operar en la UE</a> si no solucionaban <a href="https://about.fb.com/news/2020/09/securing-the-long-term-stability-of-cross-border-data-flows/">los problemas que suponía para su negocio no poder llevar nuestros datos fuera de Europa</a>. Atención, “su negocio” no es operar una red social, sino convertir Facebook Ads en <a href="https://www.facebook.com/business/ads/ad-targeting">la mejor plataforma posible</a> para <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Segmentaci%C3%B3n_de_mercado">segmentar el mercado</a>. Su negocio requiere recopilar todo tipo de datos y <a href="https://ssd.eff.org/es/module/por-qu%C3%A9-los-metadatos-son-importantes">metadatos</a>. </p>
<h2>La responsabilidad individual</h2>
<p>Tranquiliza saber que Facebook no es capaz de procesar nuestros datos en Europa de manera satisfactoria. Significa que todavía hay sitio para que la política también pueda “limitar los reenvíos” de los gigantes tecnológicos (las <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Big_Tech" title="Big Tech">Big Tech</a>). Por eso el RGPD está inspirando <a href="https://www.redipd.org/es/tribuna/europa-protege-sus-datos-personales">cambios a nivel global</a>. </p>
<p>En esta línea, el Comité Jurídico Interamericano, órgano consultivo de la Organización de Estados Americanos, <a href="https://www.redipd.org/sites/default/files/2021-05/CJI-doc_638-21.pdf">acaba de aprobar unos <em>Principios Actualizados sobre Privacidad y Protección de Datos Personales</em></a> que ofrecen mayor seguridad a los usuarios. Revisado por la Red Iberoamericana de Protección de Datos, el documento constituye una base legislativa de protección de datos para los países del continente americano, en especial para aquellos que aún no poseen legislación en este tema.</p>
<p>La posición privilegiada de quienes tenemos la ciudadanía europea, no puede ser un motivo para consentir una imposición injusta. No podemos refugiarnos tras una ciudadanía digital en las fronteras inexistentes del ciberespacio. La solución no es inventar pasaportes digitales. Tenemos que asumir una responsabilidad conjunta, y la solución más sencilla es aplicar la <a href="https://web.archive.org/web/20190306191516/https://www.facebook.com/notes/mark-zuckerberg/a-privacy-focused-vision-for-social-networking/10156700570096634/">visión de futuro que Mark Zuckerberg presentó para Facebook en 2019</a>. </p>
<p>A través de una nota de prensa, Zuckerberg proclamaba que es necesario respetar la privacidad del usuario y apunta medidas como recopilar “menos información personal”, y recordar que “la mejor manera de proteger la información más delicada es no almacenarla”. Aplicando estas ideas, Facebook no tendría problemas con la RGPD, y WhatsApp no tendría que cambiar su política de privacidad. </p>
<p>Necesitamos afrontar la realidad del ciberespacio. Aceptar que es una parte de nuestra vida y asumir una responsabilidad ciudadana. Debemos cuidar nuestras conversaciones en chats, y tomar decisiones conscientes sobre la tecnología que las hace posibles. </p>
<p>Dejar que Facebook me eche de WhatsApp es una manera invitar a quienes más me importan a dialogar sobre esto, aunque tendrá que ser en Signal.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/160378/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Iago Ramos coordina el Proyecto de Innovación Docente "Signal como Aula virtual", y es un traductor voluntario de la aplicación Signal al español. No recibe ninguna compensación económica. </span></em></p>Los cambios en las condiciones de servicio de la aplicación que entran en vigor el 15 de mayo ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre la ciudadanía digital.Iago Ramos, Profesor Ayudante Doctor. Filosofía de la Cultura y Educación para la Ciudadanía, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1559762021-02-26T10:04:04Z2021-02-26T10:04:04ZPeriodismo de calidad contra la desinformación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/386634/original/file-20210226-23-17a75zt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5606%2C3482&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pile-newspapers-stacks-on-blur-background-1687719373">Shutterstock / Billion Photos</a></span></figcaption></figure><p>“Favorecer la disponibilidad de información fiable”: así se expresaban la Comisión y el Parlamento europeos en la revisión de la <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32019L0790&from=EN">Directiva de derechos de autor y afines</a> al justificar la necesidad de regular la relación entre productores de noticias y plataformas digitales reconociendo a las «publicaciones de prensa» –electrónicas o en papel– los derechos de reproducción y comunicación de los que disfrutan artistas, intérpretes o productores. </p>
<p>En estos días, <a href="https://apnews.com/article/facebook-blocks-australia-news-access-fed95e78e8bf30f167eb1a2d893ac89c">el conflicto entre Facebook y el gobierno australiano</a> ha vuelto a hacer emerger este tema en la agenda pública y aunque la compañía <a href="https://about.fb.com/news/2021/02/changes-to-sharing-and-viewing-news-on-facebook-in-australia/">anunció el 22 de febrero un acuerdo</a> sobre el tema, el debate suscitado pone, nuevamente, el foco en un asunto fundamental: cómo garantizar que se siga produciendo información de calidad y que ésta circule libremente distribuyendo los beneficios que genera en las grandes plataformas digitales como Google, Facebook o Twitter. Australia y la Unión Europea –más particularmente, Francia– son los primeros territorios en los que se está resolviendo este conflicto.</p>
<p>En el contexto europeo, el antecedente clave hay que ubicarlo en la <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32019L0790&from=EN">Directiva de Derechos de Autor y Derechos Afines</a> aprobada por la Unión Europea en abril de 2019, completada el pasado diciembre por la Ley de Servicios Digitales (<a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:52020PC0825&from=es">DSA</a>) y la Ley de Mercados Digitales (<a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:52020PC0842&from=es">DMA</a>), propuestas por la Comisión Europea para conformar un nuevo marco para la <a href="https://platformobservatory.eu/">economía de las más de 7.000 plataformas que operan en Europa en todos los mercados</a>. </p>
<p>Este nuevo conjunto de normas europeas –que resultarán operativas en torno a 2022– comienza a reconducir el papel de las tradicionales «publicaciones de prensa» (el «antiguo» mercado de la información de actualidad) en las plataformas digitales (el ya poco «nuevo» mercado global de información), empezando por la adaptación de los derechos de autor y afines que tendrán que actualizarse en toda la Unión antes del 7 de julio de 2021.</p>
<h2><em>News Showcase</em> de Google</h2>
<p>Pocos meses después de aprobada la Directiva europea 2019/790, el <a href="https://www.legifrance.gouv.fr/jorf/id/JORFTEXT000038821358">Parlamento francés modificó en julio de 2019 la ley de propiedad intelectual</a> para garantizar que las plataformas digitales compartieran los ingresos generados por la difusión en ellas de noticias «de información política y general». A raíz de esa modificación legislativa, <a href="https://www.autoritedelaconcurrence.fr/fr/communiques-de-presse/droits-voisins-lautorite-fait-droit-aux-demandes-de-mesures-conservatoires">en abril de 2020, la autoridad francesa de la competencia</a> consideró como posible abuso de posición dominante las prácticas de Google respecto a las noticias de los medios franceses, y solicitó a la compañía estadounidense que iniciara una negociación con los editores. Casi un año después, a finales de enero de 2021, la Alliance de la Presse d'Information Générale (APIG) llegó a <a href="https://www.alliancepresse.fr/actualite/lalliance-et-google-france-signent-un-accord-relatif-a-lutilisation-des-publications-de-presse-en-ligne/">un acuerdo con Google</a> para fijar las condiciones de retribución a los editores franceses. La agencia británica Reuters publicó hace unos días que ese acuerdo se había concretado en un pago de 76 millones de dólares por tres años a 121 medios franceses por usar el contenido informativo para su nuevo <a href="https://blog.google/around-the-globe/google-asia/australia/answering-your-top-questions-about-google-news-showcase">Google News Showcase</a> respetando la legislación francesa y europea.</p>
<p>Esta respuesta de Google no es únicamente francesa, ni europea. La plataforma lleva varios meses trabajando en News Showcase y firmando acuerdos con medios de todo el mundo, <a href="https://blog.google/around-the-globe/google-asia/australia/answering-your-top-questions-about-google-news-showcase">hoy 500 en total según la compañía californiana</a>. </p>
<p>En Australia, News Showcase es accesible desde principios de febrero, y recoge noticias de más de 50 medios con los que se han realizado acuerdos, entre ellos <em>The Australian</em>, <em>Guardian Australia</em>, <em>Nine Entertainment</em>, <em>Seven West Media</em>, <em>The Conversation Media Group</em> y, especialmente, el gigante de la familia Murdoch, <a href="https://newscorp.com/2021/02/17/news-corp-and-google-agree-to-global-partnership-on-news/"><em>News Corp</em></a>. </p>
<p>Un camino similar ha emprendido Microsoft, que <a href="https://blogs.microsoft.com/eupolicy/2021/02/22/europe-press-publishers-microsoft-call-for-australian-style-arbitration-mechanism-in-europe/">el 22 de febrero anunció</a> que ya trabaja en «una solución que garantice que los editores europeos de prensa sean retribuidos por el uso de sus contenidos» en línea con el sistema que está diseñando Australia.</p>
<h2>Australia acelera</h2>
<p>Porque ha sido, precisamente, Australia uno de los países que ha acelerado este debate llevándolo a su Parlamento en diciembre de 2020 para «apoyar la sostenibilidad del sector informativo australiano abordando los desequibrios en el poder de negociación entre plataformas digitales y empresas de noticias de Australia». </p>
<p>Aunque <a href="https://www.aph.gov.au/Parliamentary_Business/Bills_Legislation/Bills_Search_Results/Result?bId=r6652">el texto</a> está aún en su discusión parlamentaria –ahora en el Senado–, los dos meses de plazo que la norma fija para que haya acuerdo entre plataformas y medios antes de llegar al arbitraje fue contestado por Facebook bloqueando la posibilidad de compartir publicaciones de medios radicados en Australia. Las conversaciones del gobierno de Scott Morrisson con Facebook, Google y Microsoft han calmado, al menos momentáneamente, las aguas.</p>
<h2>El “Canon AEDE”</h2>
<p>En España, el ministerio que entonces dirigía José Ignacio Wert incluyó en la actualización de la <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2014-11404">Ley de Derechos de Autor de 2014</a> la compensación a las empresas informativas por la reproducción de sus contenidos en las plataformas digitales, pero lo hacía obligándolas a canalizar el pago a través de entidades de gestión de derechos –es decir, prohibiendo los acuerdos individuales–. </p>
<p>Este principio, bautizado entonces como «canon AEDE» –las siglas entonces de la asociación de editores de diarios– hizo que Google decidiera cerrar su portal Google News, «debido a la legislación española», como aún <a href="https://support.google.com/news/publisher-center/answer/9609687?hl=es">explica la página que Google muestra</a> al acceder desde España su portal de noticias. Según Reuters, Google solo volverá a España cuando se reforme la legislación «si los grupos de noticias tienen derecho a firmar acuerdos individuales».</p>
<p>Solo Francia, la República Checa y Hungría <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/NIM/?uri=celex:32019L0790">han traspuesto, a día de hoy,</a> la nueva Directiva de derechos de autor (el plazo termina el 7 de julio), por lo que el seguimiento de la situación en esos países –y en Australia– va a resultar clave para comprender cómo se transforma el ecosistema informativo y, como dice el texto australiano, los «desequilibrios de poder» entre medios y plataformas. </p>
<p>Esta relación asimétrica entre medios y gigantes de las redes ha favorecido la circulación de informaciones en las redes procedentes de nuevos medios de toda índole, desde iniciativas periodísticas novedosas y valientes hasta estrategias desinformacionales disfrazadas de medios de comunicación. </p>
<p>La transformación vertiginosa de nuestros usos comunicacionales ha dejado a los medios tradicionales en la peor situación económica de su historia, abocados durante años al «todo es gratis» impuesto por la lógica del <em>big data</em> y al tiempo resignados a la sangría que derivaba la inversión publicitaria hacia las nuevas plataformas (en España, <a href="https://www.infoadex.es/home/wp-content/uploads/2020/02/Estudio-InfoAdex-2020-Resumen.pdf">en 2019 la inversión publicitaria en el sector digital fue por primera vez líder</a> con el 38,6% del mercado total). Ese desequilibrio de poder es una de las fuentes del orden desinformacional en el que circulan las noticias que nos llegan. Reforzar la producción profesional de noticias garantizando la viabilidad económica de las empresas que las producen es una pieza clave –aunque no sea la única– para combatir la desinformación.</p>
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<p><em>Una versión de este <a href="https://blog.realinstitutoelcano.org/periodismo-de-calidad-contra-la-desinformacion/">artículo</a> fue publicada originalmente en el blog del <a href="https://theconversation.com/institutions/real-instituto-elcano-3473">Real Instituto Elcano</a>, colaborador de contenido de The Conversation España.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/155976/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Angel Badillo Matos es Investigador Principal del Real Instituto Elcano. </span></em></p>Reforzar la producción profesional de noticias garantizando la viabilidad económica de las empresas que las producen es una pieza clave para combatir la desinformación.Angel Badillo Matos, Investigador Principal del Instituto Elcano y profesor del Departamento de Sociología y Comunicación, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1484462020-10-26T20:10:04Z2020-10-26T20:10:04Z¿Cuál es impacto de las interferencias de Rusia en las elecciones estadounidenses?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/365368/original/file-20201025-23-1nqnqv2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C0%2C1196%2C799&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Manifestantes en Nueva York en junio de 2017 demandaban aclaraciones sobre la posible interferencia rusa en las elecciones de 2016.</span> <span class="attribution"><span class="source">Eduardo Munoz Alvarez/AFP</span></span></figcaption></figure><p>Para entender la preocupación que existe sobre las próximas elecciones de Estados Unidos de 2020 resulta básico echar la vista atrás, al ciclo electoral de 2016. En una fecha tan próxima a ese periodo como enero de 2017, un informe conjunto de <a href="https://apps.washingtonpost.com/g/documents/national/read-the-declassified-report-on-russian-interference-in-the-us-election/2433/">la CIA, el FBI y la NSA</a> confirmó que Rusia había interferido en dichas elecciones presidenciales.</p>
<p>Según este documento, en ese momento los objetivos de Rusia eran socavar la confianza de los estadounidenses en su sistema electoral y dañar la imagen de Hillary Clinton. Ahora, en la carrera electoral de 2020, <a href="https://thehill.com/policy/national-security/511078-top-intelligence-official-warns-of-foreign-influence-ahead-of-2020">William Evanina</a>, director del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad, ha acusado a China, Irán y Rusia de ser una amenaza para los comicios de noviembre. Ha afirmado que China no quiere que Trump sea reelegido porque le considera “impredecible”, mientras que Rusia sí que quiere que gane. Una forma de tratar de influir en estas elecciones es interferir en la información que circula sobre la campaña; se trata de un arte en el que los rusos se han convertido en auténticos expertos.</p>
<p>Entre enero de 2015 y agosto de 2017 Facebook detectó conexiones de la empresa rusa Internet Research Agency con 80 000 de sus publicaciones a través de más de 470 cuentas distintas. Del mismo modo, se vinculó un total de <a href="https://blog.twitter.com/en_us/topics/company/2018/2016-election-update.html">50 258 cuentas de Twitter</a> con <a href="https://theconversation.com/russian-disinformation-in-the-time-of-covid-19-142309"><em>bots</em> rusos</a> (cuentas falsas programadas para compartir información falsa) durante el periodo electoral de 2016. Esos <em>bots</em> estuvieron detrás de más de <a href="https://firstmonday.org/article/view/7090/5653">3,8 millones de tweets</a>, en torno al 19 % del total de los relacionados con las presidenciales de 2016. Aproximadamente <a href="https://www.usatoday.com/story/opinion/2020/02/20/2020-russian-trolls-disrupt-social-media-how-to-fight-back-column/4749642002/">el 80 % tuvieron un comportamiento que favoreció a Donald Trump</a>, y la mayoría usaban <em>hastags</em> como #donaldtrump, #trump2016, #neverhillary o #trumppence16.</p>
<p>¿Pero por qué habría trabajado Rusia para apoyar a Donald Trump en 2016? Una de las hipótesis es el desprecio que sentía Vladimir Putin por Hillary Clinton, y que se remonta a <a href="https://www.reuters.com/article/us-russia/putin-says-u-s-stoked-russian-protests-idUSTRE7B610S20111208">diciembre de 2011</a>, cuando tuvieron lugar unos disturbios en Moscú después de que Putin anunciara que se presentaría de nuevo a las elecciones presidenciales de marzo del año siguiente. En ese momento, el Kremlin acusó a la entonces secretaria de Estado de azuzar las protestas y de interferir en los procesos electorales rusos.</p>
<p>De cara a las elecciones de 2020, parece que Rusia estaría volviendo a apoyar la candidatura de Trump frente a <a href="https://edition.cnn.com/2020/08/17/politics/trump-retweets-known-russian-disinformation-biden-derkach/index.html">Joe Biden y al Partido Demócrata</a>, al que percibe como hostil frente a sus intereses. Cabe recordar que en 2014, en su etapa como vicepresidente de Estados Unidos, Biden tuvo un papel importante en la <a href="https://fas.org/sgp/crs/row/IF10779.pdf">política de sanciones contra Rusia</a> tras su anexión de <a href="https://corpus.ulaval.ca/jspui/handle/20.500.11794/27745">Crimea</a>.</p>
<p>A la vista de esta información, ¿qué puede esperar Estados Unidos de este nuevo ciclo electoral? Hacia finales de agosto de este año Facebook ya había desmantelado <a href="https://about.fb.com/news/2020/09/august-2020-cib-report/">tres redes de <em>bots</em> que difundían información falsa</a>. Dos eran rusas, y la otra pakistaní. Desde 2017 Facebook ha desmantelado docenas de estas redes vinculadas a <a href="https://www.justice.gov/storage/report.pdf">Internet Research Agency</a>. Esta empresa ha creado recientemente una nueva página web, <a href="https://www.pbs.org/newshour/show/russia-leverages-fake-personas-u-s-writers-to-spread-disinformation">Peace Data</a>, que se define como una organización periodística internacional. En dicha página se pueden encontrar <a href="https://journalism.wisc.edu/wp-content/blogs.dir/41/files/2018/09/Uncover.Kim_.v.5.0905181.pdf">noticias falsas</a> tanto sobre Joe Biden como sobre Donald Trump, por lo que parece que su objetivo sería <a href="https://www-tandfonline-com.acces.bibl.ulaval.ca/doi/full/10.1080/09546553.2018.1555996">dividir aún más a los estadounidenses</a>.</p>
<p>Además de cerrar cinco cuentas vinculadas con Rusia, <a href="https://twitter.com/TwitterSafety/status/1300848632120242181">Twitter</a> ha anunciado que prohibirá la presencia de Peace Data en su plataforma. </p>
<p>El 10 de septiembre Microsoft advirtió a responsables de la campaña de Biden que había <em>hackers</em> rusos que trataban de acceder a los servidores de la agencia de comunicación estadounidense <a href="https://www.reuters.com/article/us-usa-election-cyber-biden-exclusive/exclusive-russian-state-hackers-suspected-in-targeting-biden-campaign-firm-sources-idUSKBN2610I4">SKDKnickerbocker</a>, utilizada por muchos candidatos demócratas. Algo similar ocurrió en 2016, cuando unos correos electrónicos de Hillary Clinton fueron publicados durante la campaña. Pero mientras que los demócratas exigen a la Casa Blanca que reconozca las interferencias de Rusia y le imponga sanciones, Trump da la espalda a este asunto y acusa a China de alimentar las manifestaciones y las divisiones raciales del país.</p>
<p>A pesar de que nos faltan datos y la perspectiva necesaria para poder hacer un análisis integral de la presente campaña, se debería tomar en serio la amenaza que suponen los <em>bots</em>. Según la socióloga de Harvard <a href="https://www.cmu.edu/ideas-social-cybersecurity/research/coronavirus.html">Kathleen M. Carley</a>, una noticia falsa circula seis veces más rápido por las redes sociales que una información verificada. Las noticias falsas se comparten <a href="https://www.rand.org/pubs/perspectives/PE198.html">de forma rápida y continua</a> a través de una red de cuentas (igualmente falsas) programadas para ello. Y en lo que respecta al mensaje, la cantidad es más importante que la calidad, porque uno de los objetivos es ahogar las noticias reales en un flujo continuo de <em>fake news</em>.</p>
<p>Si los usuarios no se suscriben a una historia falsa, los <em>bots</em> dejan de compartirla. Sin embargo, si <a href="https://www.rand.org/pubs/perspectives/PE198.html">a los usuarios les gusta mucho y la comparten</a>, los <em>bots</em> se asegurarán de distribuirla lo más posible en un corto periodo de tiempo para multiplicar su eco en redes sociales. Al mismo tiempo, si se desactiva una cuenta, se creará otra en su lugar. Se trata, por tanto, de un fenómeno endémico que siempre se regenera, por más que las plataformas traten de erradicarlo.</p>
<p>En un contexto político como el actual, en el que el propio <a href="https://www.washingtonpost.com/politics/2020/07/13/president-trump-has-made-more-than-20000-false-or-misleading-claims/">presidente Trump a menudo comparte él mismo noticias falsas</a>, el trabajo de los <em>bots</em> es todavía más sencillo. Como afirma el periodista y analista político <a href="https://www.newyorker.com/contributors/joshua-yaffa">Joshua Yaffa</a>, a los <em>bots</em> rusos no les hizo falta crear las polémicas relativas al voto por correo o las protestas de Black Lives Matter. Lo único que tuvieron que hacer fue compartir de forma masiva noticias que exacerbaban unas tensiones ya presentes en la propia sociedad estadounidense.</p>
<p>En abril de 2018 <a href="https://www.engadget.com/2019-02-04-russia-spam-account-problem-reddit-propaganda.html">Reddit</a> expulsó a cerca de 1 000 <em>bots</em> rusos. Paralelamente se lanzó el <a href="https://securingdemocracy.gmfus.org/hamilton-68-a-new-tool-to-track-russian-disinformation-on-twitter/">proyecto Hamilton 68</a> para identificar y hacer un inventario de <em>bots</em> y cuentas falsas, y también para enseñar a los ciudadanos cómo detectar dichas cuentas fraudulentas. Hicieron una lista en su web de los temas que generalmente atraían a la atención de los <em>bots</em> rusos, de modo que el público pudiera entender mejor cómo funcionaban.</p>
<h2>Los múltiples modos de difundir noticias falsas</h2>
<p>Pero la acción de los <em>bots</em> no se limita a interferir en las discusiones en redes sociales. Los vídeos de <a href="https://www.cmu.edu/ideas-social-cybersecurity/research/coronavirus.html">YouTube</a> también pueden usarse como vectores propagandísticos, lo mismo que las imágenes humorísticas conocidas como <a href="https://www.cmu.edu/ideas-social-cybersecurity/research/coronavirus.html">memes</a>.</p>
<p>En 2018 Rusia fue un paso más allá en las elecciones presidenciales de <a href="https://www.foreignaffairs.com/articles/russian-federation/2020-08-11/putin-kremlins-plot-against-democracy">Madagascar</a>. Agentes rusos crearon un periódico local y contrataron a estudiantes del país para que escribieran artículos favorables al presidente saliente. Compraron espacios de publicidad, pagaron a personas para que acudieran a manifestaciones e incluso pagaron también a periodistas locales para que cubrieran dichas movilizaciones.</p>
<p>Por el momento no hay pruebas de que se estén llevando a cabo este tipo de prácticas en Estados Unidos. Sin embargo, de lo que sí hay evidencia es de que los rusos se han convertido en maestros en el arte de crear <em>bots</em> dedicados a difundir información falsa.</p>
<p>De este modo, las interferencias rusas continúan alimentando las tensiones dentro de la sociedad estadounidense, lo que aumenta la inestabilidad y mina la confianza de la gente en los procesos de elección democrática.</p>
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<p>Este artículo pertenece a una serie apoyada por <a href="https://craignewmarkphilanthropies.org/about-us/">Craig Newmark Philanthropies</a>, que promueve el periodismo solvente.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/148446/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sophie Marineau no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La interferencia rusa marcó profundamente la elección presidencial norteamericana de 2016. Cuatro años después, analizamos la forma y el impacto de la desinformación procedente de Rusia.Sophie Marineau, Doctorante en histoire des relations internationales / phD candidate History, International relations, Université catholique de Louvain (UCLouvain)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1461292020-09-28T19:46:31Z2020-09-28T19:46:31Z¿Puede Facebook predecir su estado de salud?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/358633/original/file-20200917-24-1f1uk38.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=4%2C0%2C2991%2C1985&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/paris-france-january-03-2017-photo-558937273">Shutterstock / pixinoo</a></span></figcaption></figure><p>Es probable que el siglo XXI sea recordado en los libros de historia, además de como el siglo del coronavirus, como el siglo en el que nacieron las redes sociales. Miles de millones de personas andan hoy enredadas –obviamente– en las diversas redes. Dedican a ellas una cantidad de tiempo, esfuerzo y energía emocional jamás vista en la historia de la Humanidad. Entre el cine, la televisión, los videojuegos y las redes sociales, las horas que ya hemos invertido frente a las pantallas son incontables.</p>
<p>Sin embargo, a pesar del tiempo dedicado a difundir memes insustanciales que se repiten una y otra vez infectando nuestras mentes, vulnerables a ellos como si de coronavirus digitales se tratara, la información que cada uno de nosotros hemos dejado en las redes sociales ofrece una impresionante mina de datos. Unos datos que, bien analizados, pueden proporcionar importante conocimiento. </p>
<h2>Dime cómo escribes (en Facebook) y predeciré tu salud</h2>
<p>Hace poco más de un año, la revista Wired afirmaba que <a href="https://www.wired.com/story/facebook-knows-more-about-you-than-cia/">Facebook conoce más sobre sus usuarios que la CIA</a>. Anteriormente, varios estudios habían mostrado que Facebook puede <a href="https://www.researchgate.net/publication/283270504_myPersonality_project_Example_of_successful_utilization_of_online_social_networks_for_large-scale_social_research">determinar nuestra personalidad</a> con mayor exactitud que nuestra propia pareja. Y solo analizando los <em>likes</em> emitidos. No sé si esto indica el potencial de Facebook para conocernos o nuestra incapacidad y la de nuestras parejas para conseguirlo. A esto se suma otro estudio reciente que muestra que el análisis de las entradas en Facebook puede revelar el <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0215476">estado de salud actual de las personas</a>. Sea como sea, el poder de esta red social no deja de sorprender. </p>
<p>Lo grave del asunto es que la información que cedemos a Facebook para la posteridad es mayor de la que suponemos. Además del contenido de nuestras entradas, o de manifestar qué entradas de nuestros amigos nos gustan y cuáles no, están las palabras que usamos. El estilo del lenguaje de cada una de nuestras publicaciones contiene también valiosa información que puede ser extraída y utilizada. En particular, contiene información sobre nuestro estado de salud futuro antes de que nosotros mismos seamos conscientes de él.</p>
<p>La información que comunicamos a Facebook, bien analizada, es capaz de predecir si acabaremos en urgencias hospitalarias o no con meses de antelación. Es lo que han <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-020-60750-8">descubierto un grupo de ingenieros informáticos y científicos de datos</a>. Para llegar a esa conclusión, trabajaron con 2 915 pacientes que consintieron ceder sus datos clínicos y, por supuesto, acceder a su historial de Facebook.</p>
<h2>El lenguaje cambia semanas antes de acudir a urgencias</h2>
<p>De esos pacientes, 419 necesitaron acudir a urgencias por diversos problemas, desde un embarazo complicado a un infarto de miocardio. Sus entradas de Facebook, hasta dos meses y medio antes de que visitaran el hospital, fueron analizadas con un programa de inteligencia artificial desarrollado por los investigadores. </p>
<p>Una vez entrenado, el software era capaz de detectar cambios muy sutiles en el estilo del lenguaje empleado por cada paciente. También identificaba ligeras variaciones en la frecuencia de utilización de ciertas palabras que, entre otras cosas, están asociadas al estado de ánimo. Las solemos usar incluso sin ser conscientes de ello.</p>
<p>El análisis reveló, entre otras cosas, que a medida que se acercaba la fecha de su visita a urgencias, y pese a que los participantes no sabían aún lo que se les avecinaba, sus entradas en Facebook aumentaban la frecuencia con la que abordaban temas de salud, o asuntos relacionados con su familia. Al mismo tiempo, la mayoría de los participantes incrementó la frecuencia de uso de términos que reflejaban un estado de ansiedad o de preocupación. También redujeron el uso de lenguaje informal.</p>
<p>Por si no fuera suficiente, pocos días antes de acudir a urgencias el lenguaje utilizado por los participantes cambió de manera significativa. Concretamente, los participantes evitaron hablar de temas de ocio, disminuyendo de manera notable el empleo de palabras como “jugar”, “divertido” o “gracioso”. </p>
<p>El objetivo de estas investigaciones es intentar conseguir datos que, además de los ya existentes en el ámbito de la medicina, permitan predecir con mayor precisión y suficiente antelación las necesidades sanitarias de la población, para poder atenderlas con mejores garantías. </p>
<h2>Conocimiento <em>versus</em> privacidad</h2>
<p>Sin embargo, dar vía libre a analizar el estilo del lenguaje usado en Facebook podría revelar información personal, consciente o inconsciente, que deseamos mantener oculta. Como sucede con toda nueva herramienta que la tecnología va poniendo a nuestra disposición, el análisis informático del lenguaje podrá ser utilizado para el bien común. Pero también corremos el riesgo de que algún particular lo use para beneficiarse a costa del bien común. </p>
<p>No puedo evitar rememorar esa imborrable escena de la película <em><a href="https://www.filmaffinity.com/es/film171099.html">2001 una Odisea del Espacio</a></em> en la que uno de nuestros ancestros descubre que un gran hueso puede ser usado como un arma poderosa, y ese nuevo poder lo coloca por encima de los demás animales. Las nuevas herramientas de inteligencia artificial proporcionan también un gran y nuevo poder que puede situar a algunas personas por encima de otras. O, al contrario, puede ser utilizado para incrementar la igualdad entre todos y el bienestar de la Humanidad. Veremos.</p>
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<p>_Una <a href="https://jorlab.blogspot.com/2020/04/puede-facebook-predecir-tu-estado-de.html">versión de este artículo</a> fue publicada originalmente en el blog Quilo de Ciencia y el diario La Tribuna de Albacete.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/146129/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jorge Laborda Fernández recibe fondos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.</span></em></p>Facebook, de quién se dice que conoce más a sus usuarios que la CIA en Estados Unidos, puede predecir si acudiremos a un servicio de urgencias semanas antes. Y solo a partir del lenguaje que usamos.Jorge Laborda Fernández, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1322902020-03-29T19:47:29Z2020-03-29T19:47:29ZAsí alimentamos los algoritmos de Google (sin pretenderlo)<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/316735/original/file-20200223-32678-19r5hle.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=4%2C0%2C1617%2C1080&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Bajo la superficie de las palabras digitales laten interesantes sistemas de marcado semántico para que las máquinas entiendan mejor sus significados.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://pxhere.com/en/photo/1452705 ">Adonyi Gábor / PxHere </a></span></figcaption></figure><p>Al preguntarme qué es escribir para internet me vienen la mente dos ideas: “escribir para” y “alimentar a” la máquina. En ambas, escribir no guarda relación con estilo, redacción, expresión o despertar interés, pero sí con vocabularios y gramáticas para máquinas digitales y en red, con menos tornillería que una nevera, pero igual de cotidianas e invisibles. </p>
<p>Ahora tenemos que aprender a escribir para Google. Cuando los trenes despertaron como animales mitológicos de caminos de hierro ávidos de carbón, el fogonero tenía que cargar una y otra vez a paletadas sus calderas para que el viajero recorriera un espacio determinado. </p>
<p>De la misma manera, la maquinaria que mueve las bielas del mundo digital también nos necesita como fogoneros: escribir nuevos contenidos, cargar fotos y vídeos, comentar, etiquetar, gustar, deslizar y volver a empezar. </p>
<p>El ecosistema de atención de la red vive de nuestras constantes tareas de alimentación: los medios generan noticias, las instituciones actualizan sus convocatorias, todo el mundo juega a estar vivo publicando contenidos. </p>
<h2>Alimentando a la máquina tecnológica</h2>
<p>Cada parpadeo en el móvil parece que susurra “¡Más madera!” para alimentar con microcontenidos a la máquina que podemos personalizar en <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/23753234.2018.1429222">“los cuatro jinetes”</a> dueños del futuro: Google, Facebook, Apple y Amazon.</p>
<p>Los “microcontenidos” proliferan al lado de los “contenidos”, aquellos que poseen una cierta categoría de documentos identificables y con un discurso organizado (un disco, un episodio, un artículo de revista…). </p>
<p>Los microcontenidos en medios sociales requieren poca atención, poco tiempo y no los imaginamos como esforzadas paletadas de carbón, sino quizá como sacudirse el polvo: compartir, comentar y conectar. Nuestras acciones –lo que subimos y lo que bajamos– son el combustible de las plataformas sociales, y se convierten en datos, igual que el carbón en calor y en gota de sudor. </p>
<h2>Cuidado con nuestros datos pasivos</h2>
<p>Pero pensemos en nuestros datos no como datos personales –mi lugar de residencia, mis estudios, lo que digo…–, sino en nuestros <a href="https://www.megustaleer.com/libros/el-enemigo-conoce-el-sistema/MES-106841">datos pasivos</a>, el resultado de nuestras microacciones de ver, mover, marcar, compartir: a quién leo, a quién valoro, con quién comparto, qué busco, cómo me muevo… Esos datos toman forma en una red de interacciones que no comprendemos del todo, que no sentimos del todo como propias, pero que permiten a las máquinas de la red perfilarnos y meternos en la picadora de sugerencias y recomendaciones. </p>
<p>Nuestros movimientos digitales son captados por la red y transformados en patrones para ser objeto de recomendaciones y para sugerir deseos a otros que, por increíble que parezca, no necesitan conocer la naturaleza de lo que leemos o compramos, sino tan solo ajustar algoritmos de reconocimiento de patrones conocidos como <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-0-387-85820-3_5">“filtrado colaborativo”</a>.</p>
<p>Para lo anterior me gusta usar el término “alimentar a la máquina” y podría resultar revelador caer en la cuenta de que para ello usamos, sin apenas darnos cuenta, el <a href="http://verso.mat.uam.es/%7Epablo.fernandez/capi9-grafos-0910.pdf">idioma de los grafos</a>, al que Orwell llamaría quizá la “grafolengua”. Un grafo es una estructura matemática de la que deriva el análisis de redes, y también otro de los <a href="http://shop.oreilly.com/product/0636920041832.do">modelos de base de datos</a> donde las conexiones entre nodos son su componente esencial.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/323056/original/file-20200325-168885-mjqm54.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/323056/original/file-20200325-168885-mjqm54.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/323056/original/file-20200325-168885-mjqm54.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/323056/original/file-20200325-168885-mjqm54.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/323056/original/file-20200325-168885-mjqm54.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/323056/original/file-20200325-168885-mjqm54.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/323056/original/file-20200325-168885-mjqm54.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/323056/original/file-20200325-168885-mjqm54.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Grapho.</span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Grafos que operan en la sombra</h2>
<p>Es raro el lugar al que miremos en el que no podamos apreciar un grafo operando en la sombra, especialmente en contextos intensivos en datos: transporte, comercio <em>online</em>, detección de fraude, análisis automáticos de procesos colectivos… Y cada uno de nosotros somos ajenos a los grafos, porque Twitter e Instagram nos han llevado a usar en nuestra comunicación espontánea una gramática apta para la máquina, que se corresponde con esta estructura matemática computable. </p>
<p>Un tuit no es un haiku, es una nueva pieza en un grafo monumental e instantáneo. Para una máquina, al encontrarse con un texto en cualquiera de nuestros idiomas humanos es muy difícil saber qué decimos en realidad, pese a tener acceso a todas las palabras que lo componen. Pero es un poco menos difícil adivinar y capturar de qué o quién estamos hablado, sobre todo si se lo ponemos fácil. </p>
<h2>Lo que Twitter consigue de nosotros</h2>
<p>Esto es lo que ha conseguido Twitter: que escribamos en piezas pequeñas e incluyendo punteros muy claros sobre quién hablamos –<a href="https://twitter.com/Renfe">@Renfe</a>– y sobre qué hablamos, <a href="https://twitter.com/search?q=%23coronavirus&src=typed_query">#coronavirus</a>. Con las inocentes menciones y <em>hashtags</em> resulta que directamente estamos dibujando un grafo: cada mención establece una conexión perfectamente clara con otras identidades digitales, organismos, marcas y temas de actualidad. Se corresponden con la estructura de un grafo dirigido: nodos y enlaces que son procesables por algoritmos sin más transformaciones, tal y como entran, salen.</p>
<p>Este increíble truco funciona como un tiro al escribir en plataformas sociales, pero no cuando escribimos textos en la web. Nuestros artículos, nuestros textos digitales, les suponen a los ingenios de búsqueda como Yandex, Bing, Google o Baidu, no solo darse cada día el inacabable trabajo de rastrear nuestras páginas web, sino la proeza de entender su contenido e indizarlo para servirlo luego en búsquedas que se apoyan, cómo no, en un grafo de relaciones, relevancia e importancia relativa. </p>
<h2>Cómo nos interpretan Instagram y Google</h2>
<p>A Instagram se lo damos ya hecho al escribir en la forma nativa de una máquina, preocupados de que entienda que estamos hablado específicamente sobre, por ejemplo, <a href="https://www.instagram.com/explore/tags/otdirecto18f/">#OTDirecto18F</a>. Y por eso el algoritmo puede funcionar en automático, los datos vienen limpios. </p>
<p>Ya no es que la máquina nos procese, es que escribimos rellenando huecos en blanco en su formulario. Tras pulsar <em>intro</em>, todo queda calculado al instante. Pero para Google no es así, y eso nos lleva a otra forma de escribir para la máquina.</p>
<p>El juego de palabras que funciona mejor con los contenidos web sería “escribir para la máquina”. Los contenidos –videos, textos, imágenes…– son la materia prima con la que Google está armando, más que un buscador, un increíble artefacto para organizar conocimiento y entender la expresión de los pensamientos colectivos que sugiere ramificaciones transgresoras en lo que se ha denominado sin excesiva hipérbole como la “<a href="https://www.timeshighereducation.com/books/the-googlization-of-everything-and-why-we-should-worry/417065.article"><em>googlización</em> de todo</a>”. </p>
<h2>El filtro de nuestras publicaciones</h2>
<p>Creamos contenidos para influir sobre personas, pero tenemos que pasar previamente por el filtro de la máquina. Queremos la atención de los buscadores, queremos que nos entiendan para que puedan recomendarnos. Por lo tanto, en este contexto, en la web silvestre y abierta, usamos una versión más sofisticada del idioma grafo y escribimos en algo así como la “seolengua”, volviendo al patrón orwelliano, a partir del término usado por las empresas de la red para el <em><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Posicionamiento_en_buscadores">Search Engine Optimization</a></em> (SEO). </p>
<p>Una de las técnicas y especificaciones con utilidad en optimización para buscadores es el <a href="https://doi.org/10.3145/epi.2013.sep.02">marcado semántico</a> que permite la creación de significados precisos en los contenido web. ¿Cómo hacemos para escribir nuestras páginas de forma que se entienda claramente si donde pone Santander hablamos del banco, del equipo de fútbol o de la ciudad? ¿Cómo decirle al buscador si lo que estamos contando es una receta o una crítica de una película, si aquello es un artículo científico y analiza un monumento histórico o si es un reportaje de investigación que menciona un determinado hotel? </p>
<p>Para ello nos apoyamos en una variante de la grafolengua más sutil, porque no es visible en la superficie, cuyo <a href="https://recyt.fecyt.es/index.php/ThinkEPI/article/view/30355">diccionario es Schema.org</a>, y que también adopta estructura de grafo, aunque con cierto aire de ontología ligera. El marcado semántico está escrito en la parte de atrás de la hoja: en la cara principal, la del contenido que experimentamos en la web, sigue siendo un texto agradable y bien maquetado, lo que interesa del contenido para personas y lectores. </p>
<p>Además, está marcado en código HTML-CSS para que se visualice bien tanto en un portátil como en un móvil. Pero por debajo –y vale también decir por detrás o por dentro– el contenido está tejido con metadatos, que suponen la descripción formalizada de significados compartidos y comprensibles para que lo entienda Google.</p>
<h2>¿De qué hablamos cuando escribimos “Pinocho”?</h2>
<p>Aunque no podamos decir con seguridad que la máquina entienda lo que dicen nuestros textos, sí que al menos está consiguiendo saber a qué cosas reales nos referimos cuando escribimos: cosas que pueden ser tan reales como el Barroco, el túnel de Canfranc, Pinocho, el Mar Báltico, el colesterol o la primera epístola de San Pablo a los Corintios. Y lo sabe, con mayor certeza, cuando los editores se apoyan en potentes sistemas de gestión de contenidos a través de los cuales se integran descripciones de recursos de información con metadatos, vocabularios y <a href="https://www.upf.edu/hipertextnet/numero-3/taxonomias.html">taxonomías</a>.</p>
<p>Publicar bien en internet es escribir bien para las máquinas, formateando el contenido de modo que tenga sentido para intermediarios automatizados que actúan como filtro, conectores y entornos de descubrimiento. Requiere hablar incorporando el idioma de los metadatos. </p>
<p>Las disciplinas de Ingeniería Informática y Ciencia de Datos están transformando la capacidad de organizar y procesar información en red, pero no están solas: el campo de la Gestión de Información y Contenidos Digitales está del lado de los productores de información, creando el contenido significativo que circula por la red, publicando con calidad combinaciones de contenidos multimedia y datos estructurados para construir un mejor espacio social para la información digital. Del “¡Mamá, mira!” al “¡Google, mira!”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/132290/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Tomas Saorín es miembro de la asociación sin ánimo de lucro Wikimedia España para la promoción del conocimiento libre. </span></em></p>Creamos contenidos para influir sobre personas, pero tenemos que pasar previamente por el filtro de la máquina. Todo lo que escribimos y la manera en la que interactuamos en la red alimenta el poder de las grandes tecnológicas como Google, Facebook, Apple y Amazon.Tomas Saorín, Coordinador del grado en Gestión de información y contenidos digitales, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1321292020-03-03T20:37:36Z2020-03-03T20:37:36ZLas grandes tecnológicas van a la caza del sector bancario<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/317911/original/file-20200301-166483-1ij69ag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C2%2C997%2C663&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/paris-france-february-20-2020-mobile-1651962184"> Pixavril / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La irrupción de las grandes tecnológicas en el sector financiero puede ser una alternativa interesante para los usuarios finales y una amenaza potencial para el sector y los reguladores. En este sentido, el volumen de crédito concedido por este tipo de empresas en Europa continental en el año 2018 ha triplicado el de 2016, según el Banco de Pagos Internacionales (<a href="https://www.bis.org/">BIS</a>). </p>
<h2>Las GAFA</h2>
<p>Las grandes oportunidades que ofrece la aplicación de la tecnología en el sector financiero han hecho que compañías tecnológicas con modelos de negocio alejados del ámbito financiero, se sientan atraídas por este sector, hasta el punto de que ya se ha concretado la irrupción de las grandes tecnológicas, las denominadas <em>bigtech</em>, conocidas como GAFA (acrónimo de Google, Amazon, Facebook y Apple). </p>
<p>Estas compañías tienen una imagen de marca prestigiosa y atractiva con millones de clientes en todo el mundo. Esto supone una ventaja competitiva frente al resto de empresas financieras de componente tecnológico, las denominadas <em>fintech</em>, ya que las <em>bigtech</em> son empresas consolidadas que inspiran confianza y disponen de capital más que suficiente para acometer grandes inversiones. Frente a la banca tradicional, las <em>bigtech</em> pueden ofrecer servicios de valor añadido por el dominio de la tecnología y de los datos de sus clientes.</p>
<h2>Actividades <em>fintech</em> de las <em>bigtech</em></h2>
<p>El <em>Financial Stability Board</em> distingue cinco categorías de empresas <em>fintech</em>: pagos, liquidación y compensación; préstamos y depósitos; seguros; gestión de inversiones; y actividades complementarias. Las GAFA han centrado su operativa en las actividades de préstamo y de pago, pues son las que les reportan una mayor rentabilidad, y han dejado al margen las actividades de depósito, que además de estar mucho más reguladas, proporcionan unos menores beneficios.</p>
<p>Principalmente han entrado en la banca comercial de la mano de alguna entidad, pero podrían acabar realizando actividades de banca privada, como apunta el hecho de que estén interesadas en obtener licencias bancarias para operar en Europa (Google ha obtenido autorización bancaria para operar en Lituania, y Facebook y Amazon tiene licencias similares en Irlanda y Luxemburgo, respectivamente).</p>
<h2>Servicios financieros ofertados</h2>
<ul>
<li><p>Google, a través de un convenio con Citigroup y con una cooperativa de crédito de la Universidad de Standford, comenzará a ofrecer cuentas corrientes para sus clientes dentro de su aplicación <strong><a href="https://pay.google.com/intl/es_es/about/">Google Pay</a></strong> bajo el denominado proyecto <strong>Cache</strong>. Con <a href="https://www.reuters.com/article/us-google-finance/google-pay-to-offer-checking-accounts-through-citi-stanford-federal-idUSKBN1XN1IQ">este proyecto</a>, Google pretende llegar a más de 100 millones de clientes.</p></li>
<li><p>Amazon cuenta actualmente en España con alianzas con el grupo Cofidis y con Fintonic para <a href="https://www.amazon.es/b?ie=UTF8&node=16638682031">permitir a los usuarios aplazar el pago de sus compras</a>. También con el servicio <strong><a href="https://pay.amazon.es/">Amazon Pay</a></strong> para realizar pagos online. En Estados Unidos, tiene desde 2011 el programa de préstamos <strong>Amazon Lending</strong>, que ha concedido préstamos a pequeñas empresas por un importe superior a los 3.000 millones de dólares.</p></li>
<li><p>Facebook, tras dejar en suspenso su proyecto de criptodivisa denominado <strong>Libra</strong>, está inmerso en su nueva iniciativa, <strong><a href="https://pay.facebook.com/">Facebook Pay</a></strong>, un nuevo sistema de pagos a través de las redes sociales y aplicaciones de la compañía (Facebook, Messenger, WhatsApp e Instagram). Este proyecto parece estar teniendo mejor acogida entre sus miles de millones de usuarios.</p></li>
<li><p>Apple, por su parte, se ha introducido recientemente en los servicios financieros a través de su tarjeta de crédito <strong><a href="https://www.apple.com/apple-card/">Apple Card</a></strong>, en asociación con el banco Goldman Sachs y Martercard. La compañía posee también la plataforma de pago <strong><a href="https://www.apple.com/es/apple-pay/">Apple Pay</a></strong>, que cuenta con más de 120 millones de usuarios en todo el mundo.</p></li>
</ul>
<h2>Los reguladores</h2>
<p>Son muchos los organismos y entidades que han mostrado su preocupación por la irrupción de las <em>bigtech</em> en el negocio bancario. Tanto el Banco de España como el <a href="https://www.bis.org/bcbs/publ/d431_es.pdf">Comité de Supervisión Bancaria de Basilea del BIS</a>, han advertido de la posibilidad de que se produzca un riesgo sistémico similar al que causó el estallido de la crisis financiera, dada la importancia sistémica que pueden adquirir las GAFA por su significativa cuota de mercado mundial y el tamaño de sus operaciones. De ahí la importancia de supervisar correctamente el riesgo que puede derivarse de su operativa, y de tener una adecuada regulación de su actividad.</p>
<p>La <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32015L2366&from=EN">Segunda Directiva de Pagos Europea</a> ha permitido a las <em>bigtech</em> introducirse en el sector financiero, pero como apunta el <a href="https://assets.kpmg/content/dam/kpmg/es/pdf/2019/11/La-banca-ante-las-fintech.pdf">Observatorio de la Digitalización Financiera Funcas-KPMG</a>, habrá que considerar nuevas vías de intervención regulatoria para restringir, en cierta medida, estas nuevas actividades, y cerrar así, como indica el <a href="https://www.bis.org/publ/arpdf/ar2019e3.pdf">BIS</a>, las diferencias regulatorias entre <em>bigtech</em> y entidades financieras.</p>
<h2>Si no puedes con tu enemigo, únete a él</h2>
<p>Sin embargo, un estudio reciente del <a href="https://www.bankofamerica.com/"><em>Bank of America</em></a> muestra que las GAFA no son la principal competencia que pueden encontrar las entidades financieras tradicionales europeas. Por el contrario, la mayor competencia podría venir de la mano de otras <em>fintech</em> que han conseguido obtener grandes cuotas de mercado. La estricta regulación a la que tendrían que enfrentarse las GAFA si deciden operar como bancos, así como la gran oferta bancaria existente en Europa, suponen un freno a su plena inmersión en el negocio bancario. El <a href="https://www.bankofamerica.com/">estudio</a> sitúa a las <em>bigtech</em> más bien como aliados que como rivales de los bancos.</p>
<p>De hecho, la consultora <a href="https://assets.kpmg/content/dam/kpmg/es/pdf/2019/11/La-banca-ante-las-fintech.pdf">KPMG</a> destaca el número creciente de instituciones financieras que están optando por la colaboración y asociación con las <em>bigtech</em>, en el fenómeno que ha pasado a denominarse <em>bigtech banking</em>, por lo que habrá que estar al tanto de los movimientos de las grandes tecnológicas.</p>
<p>¿El poder de las GAFA nos terminará dominando a todos?</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/132129/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El negocio bancario se enfrenta a la irrupción de las cuatro grandes tecnológicas (Google, Amazon, Facebook y Apple) en el sector financiero.Ana M. Escribano López, Profesora Ayudante Doctor, Área de Economía Financiera, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La ManchaAntonio Díaz Pérez, Catedrático de Universidad, área de Economía Financiera, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La ManchaFrancisco Jareño Cebrián, Profesor Titular de Universidad, Área de Economía Financiera, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1306202020-01-29T20:44:49Z2020-01-29T20:44:49Z¿Dejaríamos WhatsApp si tuviera anuncios?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/312030/original/file-20200127-81369-v1414p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5462%2C3120&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/whatsapp-viber-telegram-icons-app-on-1624015126">Primakov/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Facebook, que compró WhatsApp en 2014, lleva varios años anunciando que incorporará publicidad a su aplicación. La última vez, hace solo unas semanas. Sin embargo, como ha ocurrido también en esta ocasión, <a href="https://www.efe.com/efe/america/tecnologia/facebook-cancela-sus-planes-para-incluir-publicidad-en-whatsapp-segun-el-wsj/20000036-4152089">lo ha ido retrasando</a>, posiblemente para evitar reacciones negativas de sus usuarios. </p>
<p>Esas respuestas tan viscerales de los usuarios se suelen dar sin pensar que la mayoría de redes sociales y aplicaciones que utilizamos diariamente como Facebook, Instagram, YouTube e incluso Tinder, tienen anuncios. </p>
<p>Además, ¿con qué aplicación nos comunicaríamos entonces con nuestros amigos y familiares? ¿Realmente nos molestaría tanto la publicidad para dejar de utilizar Whatsapp? Pues, como diría Pau Donés, “todo depende”. Para analizar el caso vamos a partir del origen de la aplicación.</p>
<h2>¿Por qué utilizamos WhatsApp?</h2>
<p>Antes de la aparición de WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea que utilizábamos para comunicarnos con familiares y amigos era <a href="https://dl.acm.org/doi/abs/10.1145/2493190.2493225">el SMS</a>. </p>
<p>Poco a poco Whatsapp fue sustituyendo a los mensajes de texto, pero ¿por qué? Muy simple. Cumplía la misma función, pero era mejor. Pasamos de pagar 20 céntimos por mensaje a utilizar un servicio gratuito. El usuario empezó a emplear la aplicación para tener una conversación con alguien y no solo para enviar información concreta, como se solía utilizar el SMS. </p>
<p>Otro aspecto importante que determinó el éxito de la <em>app</em> es la presión social. Los usuarios que comenzaban a utilizarla convencían a sus allegados para que también la usaran y así poder estar en contacto. De esta manera WhatsApp se convirtió en la aplicación de mensajería instantánea más utilizada en el mundo. </p>
<p>Posteriormente surgieron otras aplicaciones como Telegram, Line o Viber, pero no han podido reemplazar a WhatsApp. Algunas de ellas son técnicamente mejores, sobre todo Telegram, ya que <a href="http://ijece.iaescore.com/index.php/IJECE/article/view/443">ofrece más seguridad</a> que WhatsApp: nadie puede ver los mensajes que se envían. Pero el consumidor <a href="https://www.icono14.net/ojs/index.php/icono14/article/view/818">no percibe una mejora suficiente</a> para migrar a otras plataformas. </p>
<p>Uno de los factores que determinan que el consumidor siga empleando una plataforma de mensajería instantánea es la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0747563217303850#fig1">inercia a seguir usándola</a>. El usuario sigue utilizando la misma aplicación simplemente porque es la que suele utilizar. </p>
<p>Además, los usuarios se cambiarían de plataforma si sus amigos y familiares se cambiaran. Si me cambio de aplicación, pero no lo utilizan mis amigos, ¿con quién me voy a comunicar?</p>
<p>Junto con la presión social, otra razón importante de migración a otras plataformas es la fatiga, entendida como estar cansado/a o abrumado/a por la información de la <em>app</em>. </p>
<p>Ese cansancio podría darse por la publicidad. En este punto nos podemos plantear que si WhatsApp introduce publicidad, los usuarios podrían migrar a otras plataformas de mensajería instantánea. Este cambio dependería de lo que les molestara la publicidad. </p>
<h2>Publicidad sí o publicidad no, he ahí el dilema</h2>
<p>En general, a la mayoría de usuarios no les gusta que las aplicaciones móviles tengan publicidad, dado que <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/978-1-78560-313-620151010/full/html">puede llegar a irritarles</a>.</p>
<p>El usuario se suele enfadar con la publicidad cuando es intrusiva, es decir, cuando le interrumpe en lo que está haciendo. Por ejemplo, un anuncio sería intrusivo cuando se pone encima de la información que estamos leyendo. </p>
<p><a href="https://adresearch.esic.edu/how-does-advertising-in-mobile-games-affect-consumers/">Un estudio</a> que realizamos sobre publicidad en videojuegos en dispositivos móviles muestra que el consumidor tiene una mejor actitud hacia la publicidad no intrusiva. </p>
<p>Además, es importante que la información del anuncio tenga valor y sea útil para aquel que lo ve. <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/15252019.2016.1160331">Un estudio</a> sobre publicidad en aplicaciones de redes sociales muestra que si el usuario percibe que la publicidad que aparece en una <em>app</em> es útil, la aceptará. </p>
<p>También hay que tener en cuenta que, aunque actualmente no tenga anuncios, las empresas ya utilizan WhatsApp como herramienta comercial. Facebook actualmente está apostando por Whatsapp Business, un servicio con el que las empresas pueden gestionar la comunicación con sus clientes más fácilmente. </p>
<p><a href="https://www.inderscienceonline.com/doi/abs/10.1504/IJIMA.2018.090952?mobileUi=0">Un estudio</a> que analiza el uso de WhatsApp por parte de las empresas pone de manifiesto la importancia de la relación previa del consumidor con la compañía y del valor de la información transmitida. </p>
<p>En la misma línea, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0747563219301499">otra investigación</a> sobre la publicidad en el chat de Facebook demuestra que cuando la empresa envía un mensaje publicitario a un consumidor con el que ya tenía experiencia previa, este considerará el mensaje poco intrusivo siempre que sea útil. Esto confirma la importancia de la utilidad de la información del anuncio publicitario.</p>
<p>Hay que considerar que existen otras aplicaciones que comenzaron sin publicidad y la incorporaron cuando contaron con un gran número de usuarios. Véase el caso de Facebook, Instagram o YouTube. El consumidor acepta la publicidad en las redes sociales porque <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/15252019.2010.10722167">entiende</a> que es el precio que tiene que pagar por utilizarlas de manera gratuita.</p>
<p>¿Dejaríamos WhatsApp si mostrara anuncios? Depende. Según los estudios anteriormente citados, dejaríamos WhatsApp si tuviera publicidad molesta. Ese es el gran reto de Zuckerberg: introducir anuncios que no irriten al usuario. Reto que todavía no se atreve a llevar a cabo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/130620/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuela López Pérez recibe fondos del Ministerio de Economía, Industria y Competitivad y de la Fundación Ramón Areces. </span></em></p>Facebook lleva varios años anunciando que incorporará publicidad a su aplicación de mensajería, pero siempre retrasa la decisión.Manuela López Pérez, Profesora Contratada Doctor en Comercialización e investigación de Mercados, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1292272019-12-29T20:21:32Z2019-12-29T20:21:32ZAmazon, Google y Facebook: ¿los nuevos amos de la cultura?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/308232/original/file-20191224-11914-bkv7vt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=46%2C7%2C5184%2C3406&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/kumamoto-japan-oct-13-2019-gafa-1532824832">Koshiro K./shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El sector mediático vive una revolución marcada por la consolidación de nuevos agentes, como las plataformas de <em>streaming</em> (Netflix o Spotify), que cimentan modelos de negocio atractivos para el consumidor. </p>
<p>Frente a ellos, las grandes compañías mediáticas que han dominado la industria tradicional aplican estrategias para competir y adaptarse a este escenario de convergencia mediática. Así lo ha hecho recientemente Disney con su plataforma Disney+.</p>
<h2>Así crecen los GAFAM</h2>
<p>Mientras el sector audiovisual libra su particular batalla por dominar el espacio de ocio, entretenimiento e información, los grandes grupos tecnológicos, aquellas empresas que dominan internet, <a href="http://www.revistalatinacs.org/074paper/1358/41es.html">se aproximan cada vez más</a> al negocio de la comunicación y la cultura. </p>
<p>Conocidas como los GAFAM, los grupos tecnológicos que forman Google (Alphabet), Amazon, Facebook, Apple y Microsoft, <a href="https://www.statista.com/chart/20285/market-capitalization-of-google-apple-facebook-amazon-and-microsoft/">crecen a un ritmo acelerado</a>. Enfocan sus negocios hacia vectores de crecimiento estratégicos para el desarrollo de las sociedades conectadas.</p>
<p><a href="https://www.statista.com/chart/20285/market-capitalization-of-google-apple-facebook-amazon-and-microsoft/" title="Infographic: A Decade of Growth for GAFAM | Statista"><img src="https://cdn.statcdn.com/Infographic/images/normal/20285.jpeg" alt="Infographic: A Decade of Growth for GAFAM | Statista" width="100%" height="auto"></a></p>
<p>Los GAFAM se han introducido en nuestra vida personal y profesional. Cada uno es líder en su mercado (buscadores, tienda <em>on line</em>, redes sociales y <em>hardware</em> y <em>software</em> informático y de telefonía). Pero sus áreas de expansión abarcan cualquier faceta de nuestras vidas que esté conectada a internet. </p>
<p>Los asistentes virtuales, los electrodomésticos, las ciudades y los coches inteligentes o las aplicaciones de monitorización de constantes vitales son fuentes inagotables de <em>big data</em>, el ADN para estas empresas. Y esto también incluye las industrias culturales y creativas.</p>
<h2>De la cultura a las noticias</h2>
<p>Los GAFAM cada vez tienen mayor presencia en los medios de comunicación. La música, los libros, el vídeo y las noticias fueron los primeros sectores donde actuaron. En la actualidad suman los videojuegos y la competencia por los derechos deportivos. </p>
<p>Cuando Apple lanzó iTunes en 2001 y permitió la compra de canciones individualizadas inició la transformación del modelo de negocio. Y lo mismo ocurrió con la venta de películas o capítulos de series. </p>
<p>Años después, las plataformas de <em>streaming</em> como Spotify y Netflix provocarían una nueva revolución. A ella intentan sumarse los GAFAM con plataformas como Google Play Music, YouTube, Amazon Prime Music, Amazon Prime Video o incluso LipSync de Facebook. </p>
<p>En el sector editorial, Google Books buscó convertirse en la mayor biblioteca virtual con la oposición de las industrias y los autores. Mientras, Amazon canalizó la venta de libros digitales a través de su dispositivo Kindle. </p>
<p>En la actualidad, los GAFAM están más centrados en la difusión de información:</p>
<ul>
<li><p>De manera directa, actúan a través de servicios de agregación de noticias como Google News, Facebook News o Apple News. </p></li>
<li><p>De manera indirecta, lo hacen mediante sus actividades principales. Un buen porcentaje de búsquedas de Google presenta noticias entre los resultados. A través de Facebook se comentan y direccionan noticias publicadas por los usuarios. </p></li>
</ul>
<p>De esta forma, los GAFAM actúan como los nuevos intermediarios informativos.
Esta actividad se encuentra estrechamente vinculada a la problemática de las <em>fake news</em> y las nuevas formas de consumo de información. </p>
<h2>El sector de los videojuegos <em>online</em></h2>
<p>Mas recientemente, los GAFAM se han focalizado en los videojuegos, <a href="https://www2.deloitte.com/us/en/insights/industry/technology/digital-media-trends-consumption-habits-survey/trends-in-gaming-esports.html">que atraen a los jóvenes adultos</a> y que constituyen un sector económico <a href="http://www.magazinedigital.com/historias/reportajes/videojuegos-una-industria-135000-millones">equivalente en cifras al del cine y la televisión</a>. </p>
<p>Facebook y Microsoft son quienes más destacan en este área. Los juegos forman parte de la experiencia de los usuarios de Facebook, con un potencial de 800 millones de jugadores. La red social les permite crear su propio contenido a través de Instant Games. </p>
<p>Amazon ha conseguido liderar este mercado con la compra de Twitch
(2014). El resto intenta ganar cuota con plataformas como Stream Project y <a href="https://stadia.google.com/">Stadia</a> (Google), Project xCloud (Microsoft) o Gaming (Facebook). Apple, aunque sin plataforma propia, recibe la mayor parte de sus ingresos de Apple Store por medio de videojuegos.</p>
<h2>La tele en internet</h2>
<p>En relación a los contenidos en directo, los GAFAM también se han interesado por los eventos deportivos capaces de atraer a grandes audiencias, potenciar sus plataformas y fomentar el consumo lineal. Amazon, Facebook y YouTube ya han emitido partidos de béisbol, fútbol o lucha libre.</p>
<p>Aunque los GAFAM no lideran los mercados centrales como el vídeo o la música, su gran tamaño y enorme alcance sobre diversas industrias les permite introducirse en ellos, copiar las fórmulas de negocio de los líderes e innovar con nuevas plataformas y modelos. </p>
<p>Su presencia <a href="https://www.uts.edu.au/sites/default/files/2018-12/CMT%20News%20Report.pdf">dificulta el desarrollo de los grupos comunicativos tradicionales</a>, quienes intensifican sus dinámicas de crecimiento y expansión para competir con los GAFAM (en 2018, Disney adquirió la 21st Century Fox y AT&T compró Time Warner). Pero el crecimiento potencial de GAFAM es mucho mayor: pueden crecer hasta el infinito, siempre que sea dentro de actividades que generen grandes cantidades de datos. </p>
<h2>¿Un imperio sin límites?</h2>
<p>Los GAFAM han pasado de ser los héroes y representantes de la innovación en el mundo digital a comenzar a ser vistos como los villanos. Y a ser tratados como tales:</p>
<ul>
<li><p>Son vigilados. Por ejemplo, respecto <a href="https://www.academia.edu/17160092/Algorithmic_Harms_Beyond_Facebook_and_Google_Emergent_Challenges_of_Computational_Agency">al problema de la ética de los algoritmos</a>.</p></li>
<li><p>Reciben nuevas multas. Debido, por ejemplo, al tratamiento que hacen <a href="https://www.cnbc.com/2019/12/02/european-commission-opens-probe-into-google-and-facebook-for-data-use.html">de los datos</a>).</p></li>
<li><p>Les exigen abonar <a href="https://www.cnbc.com/2019/09/17/apple-eu-in-court-over-14-billion-dollar-tax-charge.html">los impuestos que no pagan</a>.</p></li>
<li><p>Se propone la <a href="https://www.wired.co.uk/article/facebook-google-anti-trust-breakup">separación de sus actividades</a> empresariales.</p></li>
<li><p>Deben luchar <a href="https://revistascientificas.us.es/index.php/Ambitos/article/view/8399">contra las <em>fake news</em></a> y el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Filtro_burbuja">filtro de burbuja</a>. </p></li>
</ul>
<p>Los problemas que caracterizan a los GAFAM, especialmente a Google y Facebook, se vinculan a su modelo de negocio. Este se basa en la publicidad, que implica la obtención de datos para vender a los anunciantes. </p>
<p>Los GAFAM han ido demasiado lejos. El exempleado de Google <a href="https://www.tristanharris.com/">Tristan Harris</a> <a href="https://www.nytimes.com/2019/12/05/opinion/digital-technology-brain.html">cita</a> al biólogo estadounidense <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Osborne_Wilson">Edward O. Wilson</a> al señalar que nuestras emociones son del paleolítico, nuestras instituciones de la época medieval y la tecnología divina. </p>
<p>Hemos aceptado que sean las grandes empresas tecnológicas quienes lleven a cabo la innovación en todas las actividades, incluidas la comunicación, la cultura y el entretenimiento. Esta innovación tiene como primer objetivo servir a sus intereses. </p>
<p>La única alternativa es que cualquier innovación vaya acompañada de reflexiones, no únicamente sobre el previsible impacto económico y sobre la competencia, sino también sobre el impacto en el ámbito social, individual, etc. </p>
<p>Solo con este cambio de estrategia evitaremos que la comunicación, el entretenimiento y las noticias estén gestionadas por una minoría de empresas. Estas pueden incluso sobrepasar el poder de control de los estados, como pretende <a href="http://theconversation.com/cambiaran-facebook-y-libra-las-reglas-de-la-economia-119662">Facebook con su propia moneda</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/129227/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las grandes empresas tecnológicas dificultan el desarrollo de los agentes culturales tradicionales, pues controlan ya las industrias mediáticas digitales a nivel global.Jéssica Izquierdo Castillo, Profesora en el Departamento Ciencias de la Comunicación, Universitat Jaume IJuan Carlos Miguel de Bustos, Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1273372019-11-21T20:43:49Z2019-11-21T20:43:49ZRuido, redes sociales y democracia: el caso boliviano<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/302867/original/file-20191121-467-mu3n6x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=15%2C0%2C5199%2C3463&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Pancarta de apoyo a Evo Morales durante una manifestación ante la Embajada de Bolivia en Buenos Aires el 11 de noviembre de 2019</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/buenos-aires-argentina-november-11-2019-1560891161"> Laura Rivas / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El rol de las redes sociales en el reciente golpe de estado en Bolivia ilustra el riesgo de la amplificación de narrativas que legitiman acciones de hecho en base a verdades a medias. </p>
<p>Las redes sociales extienden su influencia más allá de su capacidad de alterar la opinión pública alrededor de procesos democráticos como se evidenció en las votaciones sobre el “Brexit”, el plebiscito alrededor de los acuerdos de paz entre las FARC y el gobierno en Colombia, y la elección de Trump en Estados Unidos, entre otros casos. </p>
<p>Las redes sociales se han convertido en una extensión de la forma en que nos comunicamos y compartimos lo que consideramos importante. No es de extrañar, entonces, que diferentes partidos y actores políticos hagan uso de estas herramientas en espacios democráticos y no democráticos. </p>
<p>Sin embargo, el uso de las redes sociales para justificar y movilizar el apoyo a las vías de hecho, como el reciente golpe de estado en Bolivia, enfatiza cómo tales herramientas pueden ser manipuladas para apoyar salidas menos institucionales.</p>
<h2>El ruido</h2>
<p>Hay una diferencia no solo semántica sino política entre los términos anomalía y fraude. Lo anómalo se refiere a algo que requiere atención, pero que puede ser corregido y revisado. Fraude, por otro lado, se refiere a algo falso, deliberado e irreversible. Hablar de una elección en la que hay anomalías habla de fallos en el proceso, mas no necesariamente en el resultado, mientras que hablar de elecciones fraudulentas habla de un proceso y unos resultados absolutamente viciados.</p>
<p>Las elecciones en Bolivia tuvieron anomalías. Las preguntas sobre estas elecciones se relacionan con las instituciones políticas en las cuales un presidente-candidato va a las urnas teniendo acceso a los recursos del Estado, así como la posibilidad de que un número determinado de mesas afectase la posibilidad de una victoria en la primera o segunda ronda electoral.</p>
<p>Para ello es importante <a href="https://www.pnas.org/content/109/41/16469.short">analizar la posibilidad de las anomalías en una serie de mesas, en relación a la distribución de votos a cada partido, por mesa</a>, según el porcentaje de participación. Esto permite entender la demografía y los resultados electorales. </p>
<p>Es importante considerar la polarización regional de los votos, en un contexto en que la ubicación geográfica y la etnicidad pueden ser variable significativas en la distribución de votos. No necesariamente los resultados en las grandes ciudades corresponden a las tendencias de las regiones más rurales y mayoritariamente indígenas. En el caso Boliviano, el apoyo a Morales parece ser más fuerte en zonas rurales y apartadas de las capitales, como Cochabamba, su fortín electoral.</p>
<p>La pregunta surge entonces en relación a las mesas en las que Morales obtuvo cerca al 100% de los votos. En este caso, parece que entre <a href="http://www-personal.umich.edu/%7Ewmebane/Bolivia2019.pdf">274</a> y más de <a href="https://twitter.com/rquiroga777/status/1193973876801384454">500</a> mesas observaron anomalías en sus resultados. Estas fueron, en el peor de los escenarios, el 1.45% del total de las mesas escrutadas. Esto pone en duda la magnitud de la victoria de Morales, mas no su victoria. </p>
<p>Este análisis se complica, dado que la diferencia entre Morales y su contendiente definía la posibilidad de una segunda vuelta. De acuerdo a la legislación boliviana, para que un candidato ganase las elecciones en una primera ronda requiere una ventaja de mas de 10 puntos porcentuales. De acuerdo a la comisión electoral boliviana, Morales obtuvo una ventaja de 10.57 puntos porcentuales.</p>
<h2>El papel de la OEA</h2>
<p>Sin embargo, las anomalías en la primera ronda electoral se usaron para cuestionar todo el proceso electoral (ignorando el restante 98.55% de las mesas), y se utilizaron para justificar las presiones y los discursos para que Morales inicialmente llamase a elecciones para posteriormente abandonar la presidencia y buscar refugio político en México. </p>
<p>Las acciones de las fuerzas militares y la policía Boliviana, así como de los actores políticos que apoyaron el golpe de estado, siguieron una serie de acusaciones frente a las <a href="http://www.oas.org/documents/spa/press/Informe-Auditoria-Bolivia-2019.pdf">anomalías identificadas por la OEA</a> y la creciente indignación ante un cuarto mandato de Morales. Sin embargo, el evadir la ruta institucional y asumir que lo que se publica –y se ve– en redes sociales equivale a la verdad, equivale a tomar como señal veraz lo que simplemente es ruido.</p>
<p>Instituciones como la OEA ignoraron esta diferencia. Pese a que sus comunicados apuntaron a resaltar las anomalías en el proceso electoral y evitaron usar la palabra fraude, <a href="https://www.oas.org/en/media_center/press_release.asp?sCodigo=E-085/19">fallaron en apoyar las soluciones institucionales</a>, enviaron una señal que afectaría al proceso democrático. </p>
<p>Por otra parte, Morales y su insistencia en un cuarto mandato también evidencian los resquebrajamientos de la institucionalidad e incapacidad de generar liderazgo para continuar con un proceso de sucesión democrático. </p>
<p>Esta fractura de institucionalidad ha culminado en un golpe de estado, una <a href="https://twitter.com/CIDH/status/1195817634169790471">amnistía ex ante</a> frente a los posibles abusos de las fuerzas militares Bolivianas en el “proceso de pacificación” y la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=aI0x5b8nOcc&feature=youtu.be">deslegitimación</a> de las movilizaciones indígenas. Un proceso que ya supera las <a href="https://www.efe.com/efe/espana/mundo/bolivia-da-un-timido-paso-para-unas-nuevas-elecciones/10001-4115525">30 muertes</a>.</p>
<h2>La señal</h2>
<p>La tensión entre los resultados y la quiebra institucional boliviana debe considerarse también en un contexto de desencanto con el modelo desarrollista y extractivo, el cual genera también presiones sobre las instituciones. </p>
<p>El Estado Boliviano se constituyó sobre un proceso desarrollista basado en la extracción de recursos naturales. El gobierno de Evo Morales (2006-2019) buscó legitimar la <a href="https://theconversation.com/las-elecciones-presidenciales-en-bolivia-marcaran-el-rumbo-ambiental-del-pais-117026">intensificación de actividades extractivas</a> a través de un incremento en la inversión social con miras a establecer las bases para diversificar el aparato productivo y abandonar eventualmente el extractivismo. Tal promesa fue bien recibida por algunos segmentos de la población, dada la deuda social acarreada desde los años ochenta y noventa, consecuencia de la adopción de programas de ajuste estructural y negligencia frente a la provisión de educación, salud y protección social. </p>
<p>De acuerdo a datos de la <a href="https://estadisticas.cepal.org/cepalstat/Perfil_Nacional_Social.html?pais=BOL&idioma=spanish">CEPAL</a>, el gobierno de Evo Morales logró reducir la mortalidad infantil de 40.6% en 2006 a 21.8% en 2018, la pobreza se redujo de 59.4% en 2007 a 35.1% en 2017, y la inequidad medida por el coeficiente de Gini (concentración de ingresos) pasó de 0.58 a 0.46. </p>
<p>Estas cifras esconden aún grandes disparidades entre poblaciones urbanas y rurales, así como entre diferentes grupos étnicos. Por ejemplo, mientras la pobreza se redujo de 51.3% a 25.4% en zonas urbanas, en zonas rurales cayó de niveles tan altos como 74.5% en 2007 a 57.1% en 2017 –una reducción importante pero diferente.</p>
<h2>El modelo extractivista</h2>
<p>Esta manera de concebir el desarrollo y el rol del Estado como principal orquestador supone un gran riesgo para la institucionalidad, pues equipara gobierno y estado con individuo y desarrollo con extractivismo. No todos los grupos sociales se beneficiaron en igual medida del modelo desarrollista de Morales, lo que explica su apoyo político o su silencio durante el golpe de estado. Si bien el golpe es claramente anti-institucional, este no esconde la posibilidad de que a través de procesos democráticos Morales llevara a Bolivia a una democracia iliberal.</p>
<p>Sin embargo, la salida de Morales trae el riesgo de generar nuevas inequidades o profundizar inequidades históricas. Varios grupos sociales ven en riesgo la promesa de una mejor calidad de vida. Por ello, ante la entrada de un nuevo orden gubernamental, es de esperar que los segmentos importantes de la población boliviana que mejoraron su calidad de vida durante el gobierno de Morales, o tenían expectativas de hacerlo, se movilicen. </p>
<p>El modelo de estado basado en el individuo y la extracción de recursos minerales había conseguido reducir la pobreza a nivel nacional. Estas medidas, sin embargo, no lograron alterar las estructuras de diferenciación social y económica que limitan la movilidad social. Su sostenibilidad es también cuestionable, pues son medidas que fluctúan con la misma volatilidad que los precios de los recursos que las financian, y que dependen de la prevalencia de la figura del caudillo en el poder. </p>
<p>Dadas las profundas brechas entre diferentes grupos poblacionales, las cuales tienen un fuerte componente étnico, en el cual la población indígena ha sido históricamente marginada, resultando en pobreza y exclusión, es difícil cambiar las expectativas de mejor futuro. </p>
<p>Si bien la población indígena en Bolivia constituye 40.6% de la población total, su representación en el gobierno que tomó el poder después del golpe de estado es nula. En este contexto, que las organizaciones indígenas se encuentren en las calles exigiendo un proceso democrático y llamando a nuevas elecciones de manera urgente, da cuenta del justificado temor de ver sus aspiraciones a una mejor vida disolverse ante el establecimiento de un régimen que ha negado rutas inclusivas para salir de esta crisis, priorizando en su lugar una retórica fundamentalista y racista que justifica violaciones de derechos fundamentales. </p>
<h2>Democracia y redes: ¿Una amplifiación del ruido?</h2>
<p>Las tensiones que siguieron las elecciones presidenciales de Bolivia en las últimas semanas y las anomalías que dieron telón de fondo al golpe de estado que vio la autoproclamación de <a href="https://twitter.com/JeanineAnez">Jeanine Áñez</a> como presidenta, señalan la conexión entre los sistemas electorales y las redes sociales y su influencia sobre la estabilidad de sistemas democráticos.</p>
<p>Una salida institucional requiere la capacidad de un sistema electoral en el cual las instituciones pueden prevalecer sobre las incertidumbres y el ruido generado por actores políticos interesados en agendas políticas particulares. En la capacidad de consolidar instituciones legítimas más allá de las teorías conspirativas de derecha o izquierda, o el marcado racismo y polarización, yace la posibilidad de superar la incertidumbre y violencia en las que Bolivia está sumida actualmente.</p>
<p>¿Pudo Evo Morales haber generado una alternativa de desarrollo? Quizá una de las promesas no cumplidas fue la de generar un proceso desarrollista radicalmente distinto, alejándose del pasado extractivista y sus selectividades. </p>
<p>Su gobierno pudo haber traído desarrollo económico a Bolivia, pero parece no haber construido instituciones. La frustración viene a ser mayor dado su perfil como primer presidente indígena de América Latina. </p>
<p>En medio de tensiones políticas, polarización, violencia e inestabilidad, se exponen las fracturas de una debilitada institucionalidad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/127337/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El uso de las redes sociales para justificar el reciente golpe de estado en Bolivia enfatiza cómo tales herramientas pueden ser manipuladas para apoyar salidas menos institucionales.Fabio Andrés Díaz Pabón, Researcher, International Institute of Social StudiesMaria Gabriela Palacio, Assistant Professor of Development Studies, Leiden UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1196622019-07-02T20:23:17Z2019-07-02T20:23:17Z¿Cambiarán Facebook y Libra las reglas de la economía?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/282227/original/file-20190702-126376-158qgcx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=12%2C6%2C4196%2C2359&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/bangkok-thailand-22-jun-2019-libra-1430874281">Niphon Subsri / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://libra.org/en-US/white-paper">Libra</a> es la criptomoneda que Facebook ha anunciado tendrá operativa a partir del 2020. El trabajo se está realizando desde un consorcio denominado también Libra del que forman parte 28 multinacionales, entre las que destacan Visa, MasterCard, Paypal, Vodafone, Uber o Coinbase. La noticia ha provocado la reacción de diferentes reguladores anunciando que controlarán de cerca la iniciativa. La información que se tiene de momento ha sido suministrada por el consorcio, el proyecto está en desarrollo y quedan todavía muchas incógnitas por despejar.</p>
<p>Facebook ha demostrado a lo largo de su historia, especialmente durante estos últimos años, una gran capacidad de adaptación y aprendizaje. Ha tenido múltiples <a href="https://www.efe.com/efe/america/economia/la-fiscalia-de-washington-demanda-a-facebook-por-el-caso-cambridge-analytica/20000011-3847556">escándalos</a>, asociados con la protección de datos, con las noticias falsas o con perfiles falsos, y de cada uno ha ido saliendo reforzado. En 2011 <a href="https://www.europapress.es/portaltic/empresas/noticia-facebook-compra-instagram-1000-millones-dolares-20120409192417.html">compró Instagram</a> por 1.000 millones de dólares y en 2014 <a href="https://www.europapress.es/internacional/noticia-facebook-compra-whatsapp-cerca-22000-millones-dolares-20141007004852.html">Whatsapp</a> por 21.800 millones, superando en 2019 los 1.560 millones de usuarios diarios. </p>
<p>La competencia china de Whatsapp, <a href="https://www.wechat.com/es/">WeChat</a>, ha superado en 2019 los 1.000 millones de usuarios y permite realizar pagos y enviar dinero entre contactos desde hace años, con gran éxito. Ni Facebook ni occidente pueden quedarse atrás en esta carrera. Poder tener dinero y transferirlo mediante aplicaciones de mensajería supone un importante ahorro de tiempo y de costes por comisiones para los usuarios del servicio. Adicionalmente, puede dotar de infraestructura financiera a aquel que no la tenga, y aquí es donde Facebook parece que está decidido a hacer su gran apuesta. </p>
<h2>Tecnología y pobreza</h2>
<p>En apenas 20 años, las zonas más pobres del planeta han pasado de no tener infraestructura telefónica a tener una red de móviles que pueden comunicarse por Internet a través de aplicaciones como Whatsapp. La evolución tecnológica de las comunicaciones ha saltado en estos sitios de cero a Internet habiéndose saltado las redes de cable, las compañías de teléfono fijo y las operadoras móviles. </p>
<p>Adicionalmente, <a href="https://globalfindex.worldbank.org/sites/globalfindex/files/chapters/2017%20Findex%20full%20report_chapter2.pdf">según el Banco Mundial</a>, 1.700 millones de personas adultas no tenían cuenta corriente en el año 2017. La propuesta de Facebook es dar acceso a todas estas personas a un sistema financiero. Probablemente, tampoco esté despreciando como público objetivo a los jóvenes o a los delincuentes que, aunque por diferentes motivos, también tendrán fuertes incentivos a usar un sistema financiero paralelo. </p>
<p>Todo lo anterior está muy bien, pero está en un plano teórico-ideológico. De la teoría a la práctica hay una gran distancia que la tecnología va a ser capaz de recorrer en poco tiempo. Aun así, tratar de pronosticar cómo se va a realizar este recorrido está dentro de la economía ficción. Pensar que Facebook va a ser el catalizador de este proceso es un buen propósito, y también un brindis al sol. De momento hay una declaración de intenciones y un grupo de empresas que forman parte del consorcio.</p>
<p>En cualquier caso, hay gran incertidumbre, nadie sabe lo que va a pasar, y esto determina las posiciones estratégicas que están tomando los diferentes participantes en el juego. Por un lado, hay que protegerse de las posibles amenazas: pérdida de cuota de mercado, posibles competidores o aparición de nuevos productos o servicios. En paralelo, hay que estar en posición de poder aprovechar con rapidez las oportunidades que vayan surgiendo. En este sentido, para Visa, Mastercard o Paypal formar parte del consorcio Libra tiene un componente más defensivo que proactivo. </p>
<p>Aunque no tengan un especial interés en que triunfe un servicio de pagos alternativo al que ellos ofrecen, formar parte del consorcio les permite disponer de información de primera mano. En el caso de que triunfe Libra o algún servicio similar, además, podrán responder con rapidez o incluso podrán aportar su propia infraestructura.</p>
<h2>‘Stable coin’</h2>
<p>Desde un punto de vista regulatorio, todo parece indicar que la <a href="https://bitcoin.org/es/como-empezar">criptodivisa</a> caerá por analogía dentro del marco regulatorio de las “entidades de dinero electrónico”, que pueden crear dinero en unas condiciones determinadas, pero no pueden ni recoger depósitos en dinero tradicional o participar en la política monetaria concediendo crédito como si hacen los bancos. </p>
<p>Desde un punto de vista regulatorio están localizados en Suiza, pero también pretenden ser internacionales.</p>
<p>Desde un punto de vista regulatorio el futuro cercano del proyecto promete dar mucho juego a los analistas, y dolores de cabeza a los supervisores. </p>
<p>Técnicamente la propuesta habla también de <a href="https://www.xataka.com/especiales/que-es-blockchain-la-explicacion-definitiva-para-la-tecnologia-mas-de-moda">blockchain</a> y de algoritmos. Todo parece indicar que, si se repite tres veces la palabra blockchain, alternándola con dos repeticiones de la palabra algoritmo se está en condiciones de acabar con la pobreza en el mundo, y lograr el fin de los grandes monopolios. </p>
<p>El tiempo decidirá si Facebook está invocando un inmenso poder, capaz de acabar en primer lugar con el propio Facebook, o estamos simplemente ante un paso más en el imparable avance de Internet.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/119662/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Luis Garvía Vega no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El tiempo decidirá si con este proyecto Facebook está invocando un inmenso poder, o es un paso más en el imparable avance de Internet.Luis Garvía Vega, Profesor de finanzas en ICADE Business School, Universidad Pontificia ComillasLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1181042019-06-13T21:14:50Z2019-06-13T21:14:50ZSalvini y la ‘selfi-política’: ¿Un arma de doble filo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/279321/original/file-20190613-32356-ceqhvn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5991%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se hace un autorretrato durante un acto de campaña en Como, Italia, en abril de 2019.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/como-april-1-2019-italian-interior-1356354860">Marco Aprile / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Matteo Salvini, vicepresidente y ministro de Interior del gobierno de Italia, es el protagonista absoluto de la política italiana, y las redes sociales tienen mucho que ver con su éxito. De hecho, ya en las elecciones generales de 2018 –que llevaron a la formación de un gobierno de coalición de <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/01402382.2018.1535381">dos partidos populistas</a>– <a href="https://www.theguardian.com/world/2018/dec/17/revealed-how-italy-populists-used-facebook-win-election-matteo-salvini-luigi-di-maio">las redes sociales fueron decisivas</a>.</p>
<p>Con la campaña para las elecciones europeas de mayo 2019 este proceso de mediatización ha aumentado exponencialmente, y Salvini ha sido el <a href="https://www.ilsole24ore.com/art/notizie/2019-05-27/le-tre-mosse-social-cui-salvini-ha-battuto-maio--120957.shtml?uuid=ACPxLHJ">ganador incuestionable</a>. Con un promedio de casi 50 <a href="https://twitter.com/matteosalvinimi">tuits</a> diarios en mayo de este año, 43 <em>posts</em> en <a href="https://www.facebook.com/salviniofficial/">Facebook</a> durante el fin de semana electoral, y con la ayuda del software <em><a href="https://www.efe.com/efe/espana/portada/fenomeno-salvini-el-libro-que-analiza-exito-de-su-comunicacion/10010-3910481">La Bestia</a></em>, que analiza los temas y sentimientos que prevalecen en el electorado a través del <a href="https://www.nytimes.com/2019/01/04/world/europe/matteo-salvini-italy-social-media-nutella-barilla.html">análisis automatizado de las redes sociales</a>, Salvini ha alcanzando el 34% de los votos.</p>
<h2>Personalización, polarización, y frivolidad</h2>
<p>Su estrategia de comunicación se centra en el uso intensivo de las redes sociales, que el líder de la Liga explota para generar un diálogo constante con sus votantes. La narrativa personalista del líder está acompañada por una serie de estrategias de comunicación, en la que los protagonistas son el uso constante de la provocación para <a href="https://theconversation.com/right-wing-populism-is-surging-on-both-sides-of-the-atlantic-heres-why-47876">dominar la agenda política y mediática</a>, la búsqueda de chivos expiatorios, y la deslegitimación de las élites y enemigos “externos”. Así, por ejemplo, Salvini publica constantemente noticias de <a href="https://www.facebook.com/watch/?v=400971460744922">crímenes cometidos por inmigrantes</a>, o ataca a las ONG que él asocia a actividades delictivas. </p>
<p>El uso que Salvini hace de las redes sociales difiere del que hacen otros líderes italianos, tanto por la extensión de los textos (breves y concisos los de Salvini, largos y a menudo detallados los de Luigi di Maio y Matteo Renzi), como por las cualidades específicas de los contenidos. Éstos, de hecho, son el resultado de una estrategia <a href="https://link.springer.com/article/10.1057/s41304-017-0141-8">conscientemente populista</a>, orientada a polarizar las opiniones, a marcar la exclusión de los inmigrantes, y a generar una sensación de cercanía entre el pueblo y el líder, al mismo tiempo que aumenta la distancia y el hastío hacia las élites (en particular los “burócratas” de la Unión Europea), y los grandes medios de comunicación y periodistas (en varias ocasiones, por ejemplo, <a href="https://twitter.com/matteosalvinimi/status/1114442537224364032">Salvini atacó al escritor Roberto Saviano</a>).</p>
<p>Con esta estrategia Salvini afirma ser la voz de la gente común, como también recita el eslogan de las últimas elecciones europeas, “<a href="https://www.facebook.com/salviniofficial/videos/435216940606713/?v=435216940606713">Hacia la Europa del sentido común</a>”. Es muy llamativo además el hecho de que se dirija a sus seguidores en las redes sociales utilizando el término “amigos”, y que cuelgue <em>posts</em> y tuits en los que se retrata en situaciones de la vida diaria, generalmente mientras come o pasa tiempo con sus hijos.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/279174/original/file-20190612-32327-3bvc2t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/279174/original/file-20190612-32327-3bvc2t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=797&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/279174/original/file-20190612-32327-3bvc2t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=797&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/279174/original/file-20190612-32327-3bvc2t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=797&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/279174/original/file-20190612-32327-3bvc2t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1001&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/279174/original/file-20190612-32327-3bvc2t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1001&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/279174/original/file-20190612-32327-3bvc2t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1001&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Post Facebook del 6 de Abril.</span>
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<p>La personalización de la comunicación <em>social</em> ha llegado hasta el punto de que, con motivo de las elecciones europeas, el político italiano ha creado un juego –el <a href="https://www.euronews.com/2019/05/14/win-salvini-italy-s-deputy-pm-launches-social-media-game-show-thecube">“Vinci Salvini”</a>– en el que los usuarios que comentan y comparten los <em>posts</em> del líder de la Liga son recompensados con una llamada telefónica o incluso con una reunión con el mismo Salvini.</p>
<h2>Entre la hegemonía y la resistencia</h2>
<p>Por lo general, la tendencia de los medios a convertir cualquier provocación en noticia, y la de los opositores políticos a responder a estas provocaciones, hacen que la estrategia populista de Salvini tenga un éxito notable. Además, en un contexto político y económico en el que aumentan las dificultades financieras de Italia, hasta el punto de correr el riesgo de un <a href="https://www.politico.eu/article/italy-incurable-economy/">procedimiento de infracción por parte de la UE</a>, Salvini y la derecha populista europea se lanzan –en afán de respaldo electoral– a la <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2019/jun/11/populists-right-unholy-alliance-religion">apropiación de la simbología religiosa</a>.</p>
<p>Sin embargo, frente a la hipérbole salviniana, desde la sociedad civil están surgiendo varias formas de resistencia. La eliminación por parte de la policía de pancartas contra Salvini, por ejemplo, ha generado un <a href="https://www.repubblica.it/politica/2019/05/15/news/salvini_striscioni_milano-226313091/">efecto <em>boomerang</em></a>. Desde ese momento, de hecho, en cualquier ciudad que Salvini visita para sus mítines, aparecen <a href="https://www.thelocal.it/20190517/why-a-wave-of-anti-salvini-banner-protests-sweeps-italy">pósteres y carteles contra el líder de la Liga</a>, a menudo acompañados de frases irónicas. </p>
<p>Estas protestas encuentran eco en las redes sociales, dónde ha nacido el hashtag <em><a href="https://twitter.com/hashtag/salvinitoglianchequesti">#salvinitoglianchequesti</a></em> (#salviniquitaestostambién), en referencia a las pancartas que numerosos ciudadanos cuelgan en sus balcones. Otros han aprovechado la hipercomunicación de Salvini, acostumbrado a hacerse un <em>selfie</em> con docenas de sus seguidores, para atacarlo con los medios de comunicación con los que mejor se maneja. Es el caso, por ejemplo, de las chicas que se besan mientras se hacen una foto con Salvini, provocando el enfado del líder. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/279175/original/file-20190612-32351-l7hwt8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/279175/original/file-20190612-32351-l7hwt8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/279175/original/file-20190612-32351-l7hwt8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/279175/original/file-20190612-32351-l7hwt8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/279175/original/file-20190612-32351-l7hwt8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=367&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/279175/original/file-20190612-32351-l7hwt8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=367&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/279175/original/file-20190612-32351-l7hwt8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=367&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Beso de dos chicas en un Selfi con Salvini.</span>
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<p>¿Qué nos depara el futuro? La reciente historia italiana nos enseña que existe una posibilidad más que plausible de una larga temporada salviniana. Fortalecido por el <a href="https://www.corriere.it/opinioni/19_marzo_21/i-5-stelle-purgatorio-7c7d7eee-4c1b-11e9-a6a1-94a4136b05dd.shtml?refresh_ce-cp">declive del Movimiento 5 Estrellas en el gobierno</a>, Salvini amplía su hegemonía sobre un electorado que parece deseoso de un líder fuerte y carismático. Un Berlusconi bis, en definitiva, y posiblemente aún más radical.</p>
<p>Con todo, como las recientes protestas permiten imaginar, la resistencia al líder se dejará oír con fuerza. Y el exceso mediático del líder de la Liga también podría ser su punto débil. El riesgo para Salvini, en resumen, es ser víctima de sus propias armas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/118104/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El político italiano ha entendido la relevancia de las redes sociales y se sirve de ellas para comunicarse con sus votantes, pero también para hacer política.Paolo Cossarini, Postdoctoral Fellow, University of TrentoCarlo Berti, Postdoctoral Researcher in International Studies, University of TrentoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1144002019-06-12T19:19:33Z2019-06-12T19:19:33Z¿Estamos más solos a pesar de estar más conectados?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/279147/original/file-20190612-32331-1nkchof.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C6%2C4115%2C2731&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-negative-surprised-face-looking-something-771061165"> Dragana Gordic / shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Nunca antes hemos estado tan conectados. Las redes sociales pueden fortalecer relaciones preexistentes y permiten establecer nuevas conexiones. Sin embargo, un uso excesivo <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0890117118824196?journalCode=ahpa;%20https://www.ajpmonline.org/article/S0749-3797(17)30016-8/fulltext">puede hacer que nos sintamos más solos</a>.</p>
<h2>La amenaza de la soledad no deseada</h2>
<p>En España, el 92% de las personas tiene un <em>smartphone</em> y lo usa principalmente para comunicarse por mensajería instantánea con aplicaciones como WhatsApp. Nos comunicamos más con nuestros familiares y amigos <a href="https://www.fundaciontelefonica.com/arte_cultura/publicaciones-listado/pagina-item-publicaciones/itempubli/655/">por mensajería instantánea que cara a cara</a>. De hecho, <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0265407519836170?journalCode=spra">dedicamos cada vez más tiempo a la interacción con medios digitales</a>. A pesar de ello, una de cada tres personas se siente sola. </p>
<p>La soledad no deseada tiene consecuencias negativas para el bienestar y la <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0145264">salud</a>. Cuando es persistente, puede conllevar cambios negativos en nuestros sistemas nervioso, inmune y cardiovascular. La soledad no deseada puede incluso aumentar el riesgo de muerte en la misma medida <a href="https://journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371/journal.pmed.1000316">que fumar y más que la obesidad y la inactividad física</a>. </p>
<h2>Entonces, ¿es mejor el contacto cara a cara que la comunicación virtual?</h2>
<p>Un pilar esencial en la felicidad son las relaciones sociales. Las personas que tienen más interacciones sociales cara a cara <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3150158/">están más satisfechas y tienen un mejor estado de salud</a> en comparación con aquellas con una red social limitada. Por su parte, la comunicación mediante plataformas digitales nos permite expresarnos y construir comunidad, pero parece tener un <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10902-016-9808-z">efecto negativo sobre el bienestar en personas que no disponen de una red de apoyo social</a>.</p>
<p>Aplicaciones como WhatsApp nos permiten conectar con cualquier persona en cualquier momento. Sin embargo, el mensaje es más simple y perdemos los matices de tono de voz y expresión facial presentes en la comunicación cara a cara, fundamentales para un adecuado intercambio social. Además, parece existir un sesgo positivista en las comunicaciones virtuales, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6256717/">exponemos más los aspectos positivos que los negativos</a>, por tanto, tenemos la impresión de que <a href="https://www.liebertpub.com/doi/pdf/10.1089/cyber.2011.0324">los demás tienen mejores vidas y son más felices</a>. Todo esto puede generar altos niveles de ansiedad. Las experiencias negativas en redes sociales, una autoestima baja o una red de apoyo limitada podrían ser algunos de los factores que explicarían estos resultados.</p>
<p>Si nos fijamos en los distintos grupos de edad, los efectos de las redes sociales parecen ser diferentes. Relacionarse exclusivamente a través de Facebook o utilizarlo de forma continuada podría crear dependencia y <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.006984">disminuye el bienestar</a> en los más jóvenes. </p>
<p>Las personas mayores también hacen un uso frecuente del <em>smartphone</em>. Sin embargo, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/gps.4241">no se ha encontrado hasta el momento una relación</a> entre usar redes sociales y soledad no deseada en este grupo de edad. Esto puede ser debido, como afirma la psicóloga de Standford <a href="https://psycnet.apa.org/record/1999-10334-001">Laura Carstensen</a>, a que las personas cambian su perspectiva temporal a medida que envejecen. Esto hace que cambien sus objetivos y se hagan más expertas en manejar sus emociones, centrando más su atención a los aspectos positivos y la calidad de los intercambios sociales. </p>
<h2>¿Pueden ser útiles las redes sociales para disminuir la soledad no deseada?</h2>
<p>Las intervenciones basadas en plataformas sociales virtuales podrían suponer una oportunidad para conectar y vencer barreras de comunicación. También pueden disminuir el aislamiento y la soledad no deseada que sufren algunos individuos. Es el caso de las personas de edad avanzada que viven solas en sus hogares y disponen de apoyos limitados. Algunos <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/jcc4.12183">estudios</a> afirman que el contacto a través de redes sociales virtuales no parece estar desplazando el contacto cara a cara sino reforzándolo.</p>
<p>En un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28958209">trabajo reciente</a>, Jennifer Chipps y su equipo de investigación revisaron la efectividad de programas basados en tecnologías digitales para reducir el aislamiento social en personas mayores. Gran parte de estas intervenciones se dirigían a fortalecer vínculos sociales preexistentes y aumentar las oportunidades para el intercambio social. Sin embargo, los autores señalan que la heterogeneidad de las intervenciones y la falta de rigor metodológico de algunos programas no permiten establecer conclusiones sólidas.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/279144/original/file-20190612-32342-1n18vvf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/279144/original/file-20190612-32342-1n18vvf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/279144/original/file-20190612-32342-1n18vvf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/279144/original/file-20190612-32342-1n18vvf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/279144/original/file-20190612-32342-1n18vvf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/279144/original/file-20190612-32342-1n18vvf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/279144/original/file-20190612-32342-1n18vvf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Saber desconectar en determinados momentos puede ser una poderosa estrategia para beneficiarse de ciertas dosis de soledad deseada.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-using-mobile-phone-text-messaging-1290397399">igorstevanovic / shutterstock</a></span>
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<h2>¿Hemos perdido la capacidad de disfrutar de la soledad?</h2>
<p>Nuestro día a día transcurre en un mundo hiperconectado. La conectividad constante <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0747563215004744">puede disminuir nuestro rendimiento</a>. Podríamos pensar que, a medida que nos acercamos a la vida de los demás, corremos el peligro de alejarnos de nosotros mismos. </p>
<p>Estar solo no implica necesariamente un sentimiento negativo y en ocasiones puede ser necesario o beneficioso. La soledad deseada fomenta nuestra capacidad para conocernos a nosotros mismos, para reflexionar acerca de nuestra forma de pensar, sentir y actuar. A través de la soledad deseada también surge la creatividad. Es, en definitiva, <a href="https://www.edmilenio.com/esp/el-arte-de-saber-estar-solo.html">un motor para el crecimiento personal</a>. </p>
<p>En la última década ha habido un aumento del tiempo que los adolescentes dedican a usar pantallas en <a href="https://s3.amazonaws.com/happiness-report/2019/WHR19.pdf">Estados Unidos</a>. El uso de pantallas ha desplazado el tiempo que antes ocupaban otras actividades como leer, participar en actividades religiosas e incluso dormir. Actividades que podían facilitar en mayor medida tener un espacio para reflexionar, dedicar tiempo a uno mismo y disfrutar de la soledad. </p>
<p>Pero hace falta todavía más investigación para saber hasta qué punto las redes sociales son una barrera para disfrutar de la soledad deseada, quiénes son las personas que más afectadas se ven por este fenómeno y qué podemos hacer para conseguir encontrar momentos de encontrarnos con nosotros mismos. Todo apunta a que controlar nuestra conectividad y poder y saber desconectar en determinados momentos puede ser una poderosa estrategia para poder beneficiarse de ciertas dosis de soledad. </p>
<h2>Redes sociales sí, pero utilizadas de forma adecuada</h2>
<p>El uso excesivo o inadecuado de las redes sociales está relacionado con la soledad no deseada, pero no es el principal causante de la misma. Otros aspectos como el individualismo, el anonimato de las grandes ciudades, o la tendencia a vivir en hogares unipersonales pueden contribuir a la soledad no deseada en mayor medida.</p>
<p>Las plataformas digitales podrían funcionar como herramientas eficaces para el intercambio social constructivo pero también pueden hacernos más difícil encontrar momentos para estar realmente a solas con nosotros mismos. Limitar el tiempo de uso y priorizar la interacción cara a cara frente a la conexión virtual pueden llevar a una mejora significativa del bienestar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/114400/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Nunca antes hemos estado más conectados. Las redes sociales pueden fortalecer relaciones. Sin embargo, un uso excesivo puede hacer que nos sintamos cada vez más solos.Marta Miret, Profesora de Psicología Médica, Universidad Autónoma de MadridElvira Lara Pérez, Psicóloga. Investigadora postdoctoral, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1180632019-06-04T20:04:07Z2019-06-04T20:04:07ZCómo gobernar los algoritmos (en lugar de que lo hagan ellos)<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/277362/original/file-20190531-69051-rfqo3s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4000%2C2670&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/success?u=http%3A%2F%2Fdownload.shutterstock.com%2Fgatekeeper%2FW3siZSI6MTU1OTMyMTgxMSwiYyI6Il9waG90b19zZXNzaW9uX2lkIiwiZGMiOiJpZGxfNTMxODc1NjA1IiwiayI6InBob3RvLzUzMTg3NTYwNS9odWdlLmpwZyIsIm0iOjEsImQiOiJzaHV0dGVyc3RvY2stbWVkaWEifSwiN1ZTMElFZGhYSENZb2h0Q24yTFdlRm9IZ1I0Il0%2Fshutterstock_531875605.jpg&ir=true&pi=11079995&m=531875605&src=tc10pWyZzshH376q17MnAw-1-4">Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Desde 2018 el debate sobre los sesgos y efectos perversos de los algoritmos cobra cada día mayor importancia. Fue entonces cuando salió a la luz el caso de la empresa británica <a href="https://www.theguardian.com/news/series/cambridge-analytica-files">Cambridge Analytica</a>, que utilizó datos privados obtenidos de Facebook para intentar influir en las elecciones. Esto nos hizo reflexionar sobre los riesgos de aplicar algoritmos personalizados que explotan las características psicológicas del individuo con fines políticos. </p>
<p>En <a href="https://www.theguardian.com/uk-news/video/2018/mar/17/cambridge-analytica-whistleblower-we-spent-1m-harvesting-millions-of-facebook-profiles-video">palabras de Chris Wylie</a>, el exempleado de la empresa que destapó el caso: </p>
<blockquote>
<p>“En lugar de estar en la plaza pública, decir lo que piensas y luego dejar que la gente venga, te escuche y tenga esa experiencia compartida de lo que es tu narrativa, estás susurrando en los oídos de todos y cada uno de los votantes. Y puedes susurrar una cosa a uno y otra diferente a otro”.</p>
</blockquote>
<p>Esta experiencia, generalizada pero no compartida, es llamada <a href="https://www.ted.com/talks/eli_pariser_beware_online_filter_bubbles#t-22555"><em>filter bubble</em></a> o <a href="https://books.google.es/books?hl=en&lr=&id=139Oa4MOsAgC&oi=fnd&pg=PR5&dq=echo+chamber&ots=UG2Bc8qcgl&sig=oJKDpJ4Sk11-RXw8V66NeAzhCbw#v=onepage&q=echo%20chamber&f=false"><em>echo chamber</em></a> (burbuja de filtro o cámara de eco, en español). El término evidencia cómo las mismas tecnologías que nos conectan también nos aíslan en burbujas informativas que refuerzan determinadas opiniones y nos hacen cada vez más vulnerables a la manipulación.</p>
<p>El caso de Cambridge Analytica forma parte de un conjunto de intentos de manipulación masiva de la opinión pública a través de ingeniería social, que Facebook denomina <a href="https://fbnewsroomus.files.wordpress.com/2017/04/facebook-and-information-operations-v1.pdf"><em>Information Operation</em></a> (Operación Información). Es decir, acciones emprendidas por actores organizados (gobiernos u organismos no estatales) para distorsionar los sentimientos políticos de la población, al fin de lograr algún resultado estratégico y geopolítico específico.</p>
<h2>Capitalismo de vigilancia</h2>
<p>La psicóloga social Shoshana Zuboff, en su libro <a href="http://www.shoshanazuboff.com/new/the-age-of-surveillance-capitalism-comments-and-reviews/"><em>The age of surveillance capitalism</em></a> (<em>La era del capitalismo de vigilancia</em>), nos habla de forma más articulada <a href="http://library.queensu.ca/ojs/index.php/surveillance-and-society/article/view/analytics">de algo que ya intuíamos</a>: que la manipulación de opiniones y comportamientos es parte integrante del capitalismo basado en la vigilancia digital. </p>
<p>En este contexto, el dato, sobre todo el de carácter personal, juega un papel clave por dos razones. La primera es que forma parte de la base de la economía digital, el modelo de desarrollo económico más prometedor que tenemos. La segunda, que su análisis permite orientar el comportamiento colectivo, cada vez a mayor escala y de forma más rápida.</p>
<p>Por desgracia, el requisito básico de cada sistema informático que sea capaz de escalar conlleva la amplificación exponencial del riesgo de un posible fallo. La matemática Cathy O'Neil hablaba en 2017 de <em>armas matemáticas de destrucción masiva</em> (<a href="https://weaponsofmathdestructionbook.com/"><em>Weapons of Math Destruction</em></a>) para enfatizar la escala, el daño potencial y la opacidad de los sistemas de toma de decisión basados en algoritmos de aprendizaje automático (<em>machine learning</em>). </p>
<p>El profesor de Derecho y experto en inteligencia artificial <a href="https://scholar.google.es/citations?hl=en&user=_JHgc3YAAAAJ&view_op=list_works">Frank Pasquale</a> habla del problema de introducir <em>mecanismos de rendición de cuentas</em> (que buscan la equidad y la identificación de responsabilidades) en los procesos automatizados, en lugar de tratar esos procesos como una caja negra. Así, se esconden tras los derechos propietarios de las empresas privadas que los han desarrollado.</p>
<p>Solon Barocas, que investiga las cuestiones éticas y políticas de las inteligencias artificiales, hablaba en 2013 de la <a href="https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2245322">“gobernanza de los algoritmos”</a> y de la necesidad de cuestionar estos artefactos y analizar sus efectos desde una perspectiva legal y de políticas públicas. </p>
<p>El congreso <a href="https://fatconference.org/">FAT*</a>, cuya tercera edición se celebrará en Barcelona en enero de 2020, se ha convertido en el encuentro de referencia para los que quieren abordar cuestiones de transparencia, justicia y rendición de cuentas de los sistemas automatizados.</p>
<h2>Europa vs. EE UU</h2>
<p>En Europa, el artículo 22 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) nos obliga a garantizar que haya supervisión humana y derecho de apelación de las decisiones tomadas por sistemas automáticos y de perfilado (<em>profiling</em>).</p>
<p>En EE UU, fallos como la incapacidad de algoritmos, entrenados con bases de datos con una sobrerrepresentación de fotos de personas blancas, para identificar a personas de color, también motivan la voluntad de abrir y auditar estos sistemas.</p>
<p>Estos casos, junto a otros más inquietantes en el <a href="https://www.propublica.org/article/how-we-analyzed-the-compas-recidivism-algorithm">ámbito jurídico y policial</a>, han sido tomados como ejemplos de la falta de sensibilidad entre los programadores sobre las cuestiones raciales y de género. Así lo argumentan Sarah Myers West, Meredith Whittaker y Kate Crawford en el libro blanco <a href="https://ainowinstitute.org/discriminatingsystems.html"><em>Discriminating Systems: Gender, Race, and Power in AI</em></a> (<em>Sistemas discriminatorios: género, raza y poder en las IA</em>). </p>
<p>La publicación está en línea con otros autores como Andrew Selbst, que investiga los efectos legales de los cambios tecnológicos. Pretende llamar la atención sobre la necesidad de contextualizar cualquier discurso sobre desarrollo tecnológico y analizarlo como <a href="https://dl.acm.org/citation.cfm?id=3287598">sistema tecnosocial</a>, como ya hacen los estudios de ciencia, tecnología y sociedad. </p>
<p>La automatización de procesos de decisión conlleva un gran desafío técnico, legal, de gestión corporativa y moral. Esto ocurre en todas las áreas, que van desde la detección de noticias falsas y fraudes hasta el diagnóstico médico y la encarcelación de sospechosos. Por ello, es necesaria la creación de un espacio de dialogo multidisciplinar. </p>
<p>Los sistemas de inteligencia artificial siempre serán producto de los <a href="https://rusi.org/publication/conference-reports/lethal-artificial-intelligence-and-autonomy">sesgos, la heurística y los puntos ciegos</a> de los programadores . Abrir un debate sobre qué valores queremos grabar en nuestros sistemas <a href="https://copenhagenletter.org/">para que la humanidad florezca es responsabilidad de todos</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/118063/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sara Degli-Esposti no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Casos como el de Cambridge Analytica nos hacen reflexionar sobre cómo debemos manejar los sistemas de inteligencia artificial.Sara Degli-Esposti, Research fellow, Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1159962019-04-25T19:42:12Z2019-04-25T19:42:12ZDiez claves para combatir la desinformación en la campaña electoral<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/270954/original/file-20190425-121233-16t64fg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=181%2C174%2C4738%2C2009&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">En las últimas semanas, hemos escuchado hablar de desinformación y 'fake news' de manera repetida y con distintos objetivos.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/funny-looking-man-woman-having-troubled-1306101412">pathdoc / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La campaña electoral para las elecciones generales a la presidencia del Gobierno de España entra en su recta final. <a href="https://unfakingnews.com/">La ciudadanía debe mantenerse alerta</a> y tener muy en cuenta que durante periodos electorales todos podemos ser agentes dobles sin ni siquiera saberlo y que la desinformación puede producirse por cuestiones económicas, por tribalismo y refuerzo de nuestros prejuicios, para intentar cambiar la opinión de forma camuflada o, sencillamente, para dividir.</p>
<p>Hasta el día de votación, el domingo 28 de abril, oiremos hablar de desinformación y <a href="https://www.fundeu.es/recomendacion/noticia-falsa-falseada-fake-news/?_ga=2.268822066.25604490.1556184177-1411617107.1554306406"><em>fake news</em></a> de manera repetida y con distintos objetivos. En primer lugar, deberíamos hacer distinciones y preguntarnos:</p>
<ol>
<li><p><strong>¿En qué consiste la desinformación?</strong></p>
<p>Bajo el paraguas semántico del concepto desinformación encontramos la difusión de informaciones y contenidos falsos en redes sociales y plataformas, la recolección (a)legal de datos, la elaboración de microperfiles políticos, la utilización de plataformas y redes sociales para operaciones de influencia extranjera, la amplificación de discursos del odio o contenidos ofensivos a través de cuentas falsas o bots así como contenidos de <a href="https://www.fundeu.es/noticia/ciberanzuelo-la-alternativa-favorita-de-nuestros-seguidores-a-clickbait/?_ga=2.268822066.25604490.1556184177-1411617107.1554306406"><em>clickbait</em></a> que buscan optimizar el consumo de las redes sociales.</p></li>
<li><p><strong>¿Qué ocurre cuando utilizamos el término <em>fake news</em>?</strong></p>
<p>En primer lugar señalar que es mejor hablar de desinformación que de <em>fake news</em>. En la actualidad, el carácter ambiguo y vacío que ha adquirido el concepto de <em>fake news</em> está siendo utilizado por los actores políticos para deslegitimar las informaciones periodísticas que aparecen contra ellos. Donald Trump lo utilizó en Twitter al menos 210 veces en 2018. Sus ya célebres tuits a primera hora de la mañana tenían tres objetivos: marcar la agenda mediática de los programas de radio y televisión de primera hora, borrar mediáticamente las informaciones de los periódicos que pudieran no ser favorables para sus intereses y encender la polarización de la conversación en redes sociales.</p></li>
<li><p><strong>¿Por qué es importante que la ciudadanía esté bien informada en campaña electoral?</strong></p>
<p>Es posible que tras las próximas citas electorales vuelva a abrirse el debate sobre <a href="https://rm.coe.int/information-disorder-toward-an-interdisciplinary-framework-for-researc/168076277c?_ga=2.63229420.25604490.1556184177-1411617107.1554306406">cómo se debe legislar la desinformación durante las campañas</a> –como ya ocurre en países como Francia–. Una visión más restrictiva considera que se ha de desarrollar una legislación más específica para los procesos electorales que impida cualquier desestabilización –como ocurre con las encuestas electorales–.</p>
<p>Una visión más holística –y casi filosófica–, entiende que la desinformación hace referencia a fenómenos diversos y muchas veces contradictorios y que, precisamente, durante el periodo electoral la protección de la libertad de (des)información y expresión deben estar más garantizada si cabe.</p>
<p>En cualquier caso, un escenario en el que un porcentaje de indecisos tan elevado que decidirán su voto en la última semana hace que la creación de una esfera pública de calidad durante estos días pueda no llevarnos a un periodo posterior sin fecha de caducidad de ruido y desmentidos como ha ocurrido con el <a href="https://www.fundeu.es/recomendacion/grexit-brexit-bremain/?_ga=2.93678046.25604490.1556184177-1411617107.1554306406">brexit</a>.</p>
<p>Aquí puede aparecer el papel del estado como garante del proceso de elección democrática, aumentando los refuerzos de defensa, coordinación y alfabetización digital durante las campañas electorales.</p></li>
<li><p><strong>¿Qué papel jugarán los debates electorales en esta campaña electoral?</strong></p>
<p>Podemos distinguir dos momentos concretos que aceleran la verificación de hechos y discursos: los debates electorales y la jornada electoral.</p>
<p>A la hora de hacer su cobertura, los medios de comunicación suelen seguir una estructura similar que podemos resumir en: información sobre antecedentes, características y particularidades del debate, análisis de columnistas con una crónica/análisis del debate e información en directo sobre el desarrollo del debate.</p>
<p>Nuestro estudio sobre las elecciones andaluzas de 2018 señala que durante los días de debate electoral la actividad en Twitter se duplicó respecto al resto de días de campaña y éstos se convierten, junto a la jornada de votación, en días clave desde el punto de vista de la intensidad informativa.</p></li>
<li><p><strong>¿Qué papel jugará Facebook en la campaña electoral?</strong></p>
<p>Tradicionalmente, se ha dicho que las campañas electorales sirven para persuadir a los votantes. Sin embargo, lo que hemos visto últimamente en elecciones en otros países es que puede ser muy eficaz para disuadir a posibles votantes e indecisos de ir a votar.</p>
<p>La publicidad en Facebook es muy barata y, debido a la segmentación, invisible para aquellos perfiles no deseados. Desde 2 euros al día se pueden poner anuncios personalizados respondiendo a criterios como el sexo, la edad, la ubicación o los intereses. El acercamiento de baja intensidad a la realidad –cada vez más compleja– hace que los contenidos que compartamos y más se difundan en redes sociales como Facebook o Twitter y plataformas de mensajería como Whatsapp, puedan ser los más sensacionalistas, los más virales, los que desactivan nuestro cortafuegos más racional o simplemente puede provocar que descartemos los más negativas.</p></li>
<li><p><strong>¿Qué papel jugará Whatsapp durante la campaña?</strong></p>
<p>Desde un punto de vista electoral, parece claro que el campo de juego de la desinformación en las próximas elecciones estará principalmente en WhatsApp. Tal y como <a href="https://www.nytimes.com/2018/10/17/opinion/brazil-election-fake-news-whatsapp.html?_ga=2.63229420.25604490.1556184177-1411617107.1554306406">analizaron</a> Cristina Tardáguila, Fabrício Benevenuto y Pablo Ortellado en las elecciones brasileñas de 2018, hasta el 44 por ciento de los votantes en Brasil usó WhatsApp para leer información política y electoral. Los autores encontraron en su análisis que “el 56 por ciento de las imágenes más compartidas en los grupos de Whatsapp analizados –abiertos y de carácter político– eran engañosas. Solo el 8 por ciento de las 50 imágenes más compartidas se consideraron totalmente veraces”.</p></li>
<li><p><strong>¿Habrá jornada de reflexión?</strong></p>
<p>En diciembre de 2015, la investigadora <a href="https://twitter.com/congosto?_ga=2.93678046.25604490.1556184177-1411617107.1554306406">Mariluz Congosto</a> ya advertía en <a href="https://www.bez.es/688084381/Las-jornadas-de-reflexion-en-Twitter.html?_ga=2.93678046.25604490.1556184177-1411617107.1554306406">bez.es</a> de que “los procesos electorales, como la jornada de reflexión, pueden ser difíciles de controlar en las redes porque siempre tienen actividad”. Es decir, la legislación actual hace que la propaganda y la circulación de contenidos por parte de los partidos políticos tengan que buscar otras fórmulas de acción.</p>
<p>En este sentido, es más que posible que durante la jornada de reflexión circulen memes, falsos contenidos y vídeos a través de plataformas como Whatsapp diseñados estratégicamente. Como también lo es que los partidos políticos utilicen fundaciones, asociaciones u organizaciones de distintos tipo para anunciar mensajes políticos en Facebook o Instragram con el objetivo de intentar convencer o disuadir a los indecisos en función de sus intereses.</p></li>
<li><p><strong>¿Qué tipo de bulos políticos veremos?</strong></p>
<p>Normalmente, entre las formas de desinformación en campaña electoral relacionadas con los candidatos destacan: invención de declaraciones falsas –escritas, audios o vídeos–, invención de relaciones de los candidatos o inventarse medidas políticas a aplicar si vence un determinado candidato.</p>
<p>También son frecuentes los bulos y las formas de desinformación relacionados con los partidos: sobre propuestas como el gasto en políticas públicas, beneficiados y perjudicados de medidas futuras pactadas, alianzas secretas, etc.</p>
<p>En países como México, <a href="https://revistadecomunicacion.com/article/view/1034?_ga=2.63229420.25604490.1556184177-1411617107.1554306406">hemos visto</a> cómo a medida que se aproximaba la fecha de elección la intensidad y el tipo de rumores que circularon y se compartieron variaron. Destacan los relacionados con la información sobre el desarrollo de la campaña electoral: difusión de encuestas falsas, estrategias de desinformación digital como cadenas de <a href="https://www.fundeu.es/recomendacion/wasap-y-wasapear-grafias-validas/?_ga=2.165062012.25604490.1556184177-1411617107.1554306406">wasaps</a>, <em>clickbait</em>, <em>fake news</em>, bots, etc.</p></li>
<li><p><strong>¿Cómo podemos combatir la desinformación durante estos días de manera práctica?</strong></p>
<p>La forma más sencilla de romper con las cadenas de desinformación es que nos apuntemos el número de <a href="https://maldita.es/">Maldita</a> (655198538) y de <a href="https://newtral.es/">Newtral</a> (682589664) en nuestra agenda y les reenviemos capturas de imagen o enlaces a supuestas informaciones que nos generen dudas. La creación de una comunidad por parte de los <em>fact-checkers</em> está haciendo que a nuestros grupos de WhatsApp no sólo nos estén llegando los bulos sino que también –y cada vez con mayor frecuencia– nos lleguen los desmentidos a esos bulos que han verificado los <em>fact-checkers</em>.</p>
<p>Una vez nos haya llegado la respuesta por parte de los <em>fact-checkers</em> deberíamos hacer dos cosas: reenviar el desmentido a la persona que nos ha enviado el bulo y compartir el número de teléfono de Maldita y Newtral para que también ellos empiecen a formar parte de la comunidad de desmentidos.</p></li>
<li><p><strong>¿Qué podemos esperar de la alianza de verificación <a href="https://crosscheckhq.com/project/comprobado/?lang=es&_ga=2.68461010.25604490.1556184177-1411617107.1554306406">Comprobado</a>?</strong></p>
<p>Esta iniciativa ya ha tenido experiencias previas en países como Francia, EE UU, Brasil o Nigeria. <a href="https://twitter.com/ComprobadoEs">Comprobado</a> vio la luz el pasado jueves 11 de abril. Es una alianza de medios como RTVE, EFE, Europa Press, Servimedia, El Confidencial, eldiario.es, Público, Politibot, Diario de Noticias, Datadista, El Faradio, AFP, Ara, La Marea, Newtral y Maldita.es que se han unido para verificar el discurso público y político. Están coordinados por <a href="https://twitter.com/firstdraftnews">@firstdraftnews</a> y <a href="https://twitter.com/maldita_es">@maldita_es</a>.</p></li>
</ol>
<p>La elección de lo que verifican se realiza por dos criterios:</p>
<ul>
<li><p>De acuerdo a su impacto. A partir de la monitorización de redes sociales y de los avisos por parte de la ciudadanía a la plataforma a través de redes sociales.</p></li>
<li><p>De acuerdo a su peligrosidad. El principio de responsabilidad hace que la alianza priorice la verificación de desinformación que incite al odio hacia algún colectivo, que ponga en peligro la salud social, etc.</p></li>
</ul>
<p>Para ir concluyendo, debemos señalar que se ha impuesto el mensaje de que las <em>fake news</em> generan polarización, pero también puede ocurrir que sea la polarización estratégica ideada desde la política la que esté potenciando el desarrollo de la desinformación. En estas elecciones veremos, entre otras cosas, si los partidos políticos han desarrollado unidades especializadas de propaganda y desinformación digital.</p>
<p>Como señala <a href="https://twitter.com/Montesjulio">Julio Montes</a>, cofundador de <a href="https://maldita.es/">Maldita.es</a>, “en caso de duda, no comparta”. En caso de duda, pregunte, compruebe, verifique.</p>
<hr>
<p><em>Este artículo <a href="https://telos.fundaciontelefonica.com/diez-claves-para-combatir-la-desinformacion-en-la-campana-electoral/">fue originalmente publicado</a> en la <a href="https://telos.fundaciontelefonica.com/">Revista Telos</a>, de <a href="https://www.fundaciontelefonica.com/">Fundación Telefónica</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/115996/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Magallón Rosa no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La ciudadanía debe mantenerse alerta y tener muy en cuenta que durante periodo electoral todos podemos ser agentes dobles sin ni siquiera saberlo.Raúl Magallón Rosa, Profesor del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual, Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1127462019-04-09T21:02:09Z2019-04-09T21:02:09Z¿Somos víctimas de las redes sociales o es una servidumbre voluntaria?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/268398/original/file-20190409-2914-1xqylqc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5503%2C3668&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-illustration/big-data-spying-on-society-concept-1115578535">Wit Olszewski / shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El gobierno de España cree que usted y yo estamos en riesgo de ser desinformados durante las próximas campañas electorales y <a href="http://www.rtve.es/noticias/20190311/gobierno-ultima-unidad-contra-fake-news-ciberterrorismo-cara-elecciones/1899380.shtml">ha creado una unidad específica para luchar contra las noticias falsas</a> y su difusión en las redes sociales. La Unión Europea también cree que usted y yo corremos el mismo peligro y ha pedido a todas las grandes plataformas de internet que, de aquí a los comicios europeos del 26 de mayo, cuantifiquen con datos y comuniquen a Bruselas los resultados de su combate contra la desinformación. </p>
<p>Cómo será el peligro que incluso esas mismas plataformas también creen que todos somos el objetivo de interferencias maliciosas. Por eso Facebook <a href="https://es.newsroom.fb.com/news/2019/03/facebook-lanza-su-programa-de-verificacion-de-datos-externo-en-espana/">ha anunciado</a> el fichaje de tres verificadores, <a href="https://maldita.es/">maldita.es</a>, <a href="https://newtral.es/">Newtral</a> y la <a href="https://www.afp.com/es">agencia AFP</a>, que chequearán los contenidos en español con el objetivo de reducir hasta en un 80 por ciento la circulación de noticias falsas en esta red social.</p>
<p>Las redes sociales pueden ser un igualador social e incluso un arma subversiva para los más débiles. En <a href="https://www.efe.com/efe/america/politica/regularan-el-uso-de-redes-sociales-en-venezuela-para-sancionar-delitos-odio/20000035-3358818">Venezuela</a>, en una situación de ataque frontal y censura al periodismo libre y profesional, la oposición ha encontrado en las plataformas digitales una herramienta insustituible para difundir su mensaje. Por otro lado, como acabamos de ver, también pueden ser una trampa que se les tiende a las masas para manipularles o hacer que renuncien a su privacidad. </p>
<p>Sin embargo, una gran parte de la responsabilidad también es nuestra. El ansia de reconocimiento del ser humano tiene en las redes un potenciador que lleva, en muchos casos, a una situación de servidumbre voluntaria a las propias redes, a las cuales cedemos mucho más que nuestros datos personales.</p>
<h2>Arma de dominación política</h2>
<p>La idea de un público que da permiso para ser dominado no es ni mucho menos nueva. Podemos retrotraernos al concepto de servidumbre voluntaria descrito por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89tienne_de_La_Bo%C3%A9tie">Étienne de la Boétie</a> en el siglo XVI en su célebre tratado del mismo nombre. El filósofo francés consideraba la servidumbre voluntaria como un arma de dominación política. El estudio publicado en 2015 titulado <a href="https://www8.gsb.columbia.edu/globalbrands/research/future-of-data-sharing"><em>What is the future of data sharing?</em></a> confirmaba que en una variedad de países la gente estaba dispuesta a ceder datos a cambio de los potenciales beneficios que recibe por participar en las redes sociales. Esa resignación es servidumbre voluntaria en estado puro. </p>
<p>Bajo esta premisa, y aunque nos separa una distancia de cinco siglos, podemos hallar un sentido similar de arbitrariedad en la sumisión voluntaria de los sujetos al tirano, que en la relación entre los usuarios y las grandes redes sociales en las que los términos no están claramente definidos y tienen el poder potencial para hacer aquello que consideran conveniente. El caso reciente de Facebook vendiendo datos a <a href="https://www.theguardian.com/news/series/cambridge-analytica-files">Cambridge Analytics</a> demuestra que dar nuestros datos gratuitamente y sin control a cualquier organización es casi tan serio como la servidumbre voluntaria a un tirano. </p>
<p>Pero todas estas cuestiones no nos deben hacer olvidar que, aunque las organizaciones tengan su responsabilidad, los públicos tampoco son (somos) víctimas inocentes. En su último libro titulado <em><a href="http://rebiun.baratz.es/rebiun/doc?q=identidad+fukuyama&start=0&rows=1&sort=score%20desc&redo_advanced=false">Identidad: La demanda de dignidad y las políticas de resentimiento</a></em>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Fukuyama">Francis Fukuyama</a> desarrolla una idea que no por sabida acaba de ser tenida en cuenta: el ansia de reconocimiento como motor de la vida de muchas personas es una característica primigenia del ser humano. La globalización habría duplicado la apuesta al respecto. En un mundo líquido, monetarizado y hambriento de identidad se produce la “vuelta a la tribu” de la que habla <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Zygmunt_Bauman">Zygmunt Baumann</a> y que halla su reflejo en la victoria de Trump o el Brexit. </p>
<p>No hay duda de que las redes sociales ofrecen un escaparate absolutamente tentador al alcance de cualquiera para lograr un reconocimiento social que se antoja un móvil de conducta humana mucho más importante que los tópicos argumentos monetaristas. Cuando hay tanto que ganar, ninguna servidumbre parece tanta. </p>
<h2>Marca personal</h2>
<p>De hecho, la educación actual a todos los niveles hace un esfuerzo constante por estar al día en esta materia. Se multiplican los cursos y <em>workshops</em> para dejar una buena impronta (<em>digital footprint</em>) en el ciberespacio que obtenga el reconocimiento y quizás admiración de los demás en el ámbito personal y profesional. Hacer marca personal en las redes sociales se convierte en requisito indispensable para ser tratado con dignidad por los compañeros de estudios o por los colegas del mundo profesional.</p>
<p>Es verdad que no faltan voces y datos discrepantes que alertan de los riesgos que acarrea esta monomanía por el reconocimiento, que en muchos casos ocupa tantas horas del día como el tiempo denominado productivo. En su libro sobre los <a href="http://rebiun.baratz.es/rebiun/doc?q=igen+Jean+Twenge&start=2&rows=1&sort=score%20desc&redo_advanced=false">iGen</a>, Jean Twenge habla de una generación de jóvenes apocados, introvertidos, infelices y que disfrutan de relaciones personales de baja calidad. </p>
<p>Joe Clement y Matt Miles publicaron en 2017 <a href="http://screenschooled.com/">otro estudio</a> que exponía las carencias intelectuales de los jóvenes que se han criado con un excesivo consumo de tecnología. No en vano, incluso Bill Gates y Steve Jobs se refirieron en numerosas ocasiones a cómo habían limitado a sus hijos el uso de nuevas tecnologías <a href="https://www.xataka.com/legislacion-y-derechos/steve-jobs-y-bill-gates-criaron-a-sus-hijos-sin-tecnologia-y-hay-quienes-buscan-que-sea-una-regla-general">para su entretenimiento</a>. Hace pocos días, se publicaba una información acerca del aumento de los suicidios de adolescentes, “la generación más infeliz de la historia”, en el Reino Unido de tres a más de cinco por cada 100.000 habitantes.</p>
<p>Pero al final la pelota está en nuestro campo. De mantener a raya nuestro afán de reconocimiento dependerá que las redes sociales puedan ser más herramientas de emancipación que de sumisión y servidumbre voluntaria. En este sentido, la educación seguirá siendo una baza decisiva. El reto es construir un discurso viable al respecto que seamos capaces de llevar a la práctica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/112746/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César García Muñoz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las redes sociales pueden ser un igualador social, pero también pueden ser un arma que nos manipula y elimina nuestra privacidad. Una gran parte de la responsabilidad es nuestra.César García Muñoz, Co-director del Grado Internacional de Comunicación, Universidad Camilo José CelaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.