tag:theconversation.com,2011:/id/topics/igualdad-de-genero-51481/articlesigualdad de género – The Conversation2024-03-17T21:39:10Ztag:theconversation.com,2011:article/2242792024-03-17T21:39:10Z2024-03-17T21:39:10Z¿Se debería prohibir jugar al balón en el recreo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/581639/original/file-20240313-24-sfguq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=100%2C130%2C6599%2C4325&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cute-children-playing-soccer-outdoors-on-1899235606">New Africa/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En febrero de 2024, el Consejo COLEF (Consejo General de la Educación Física y Deportiva de España) publicaba en la red social “X” <a href="https://twitter.com/ConsejoCOLEF/status/1753785367780606457">una imagen</a> de un estudio realizado por las investigadoras Honorata Grzesikowska y Ewelina Jaskulska que mostraba, simulando un mapa de calor, cuál era la participación de las niñas y los niños en el patio escolar. </p>
<p>En esa imagen se puede observar que las chicas se suelen situar en la periferia del patio (trazo rojo), mientras que los chicos se ubicaban en la parte central (trazo azul), habitualmente ocupada por pistas en las que se practican juegos con balón, como baloncesto o fútbol.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1753785367780606457"}"></div></p>
<p>Algunos autores sugieren que este hecho se explica por <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/17482631.2017.1379338">la socialización de género</a>, que hace que se impongan las preferencias de un grupo concreto (habitualmente, los chicos que mejor juegan al fútbol) al resto del alumnado.</p>
<p>Mientras que el tiempo de recreo es un derecho para todo el alumnado, la práctica de este derecho podría verse limitada para los que no participan en <a href="https://revistas.uva.es/index.php/agora/article/view/4793/4300">estos juegos con balón</a>. </p>
<p>Pero ¿es la solución prohibirlos? No permitir la realización de actividades físico–deportivas es cada vez más habitual en zonas públicas, especialmente en el caso de <a href="https://www.cartv.es/aragonnoticias/noticias/prohibido-jugar-a-la-pelota-una-restriccion-en-muchas-comunidades-de-vecinos-que-se-extiende-en-algunos-municipios-17992">los juegos con balón</a>. En algunos sitios, por ejemplo, podemos encontrar señales con la indicación de “Prohibido jugar al balón a mayores de 4 años bajo sanción”.</p>
<h2>Un patio sin pelotas</h2>
<p>El recreo implica una desconexión por parte del alumnado de la rutina escolar, y es uno de los pocos momentos en los que el alumnado tiene oportunidades <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35871529/">para ser más activo</a>. Este tiempo de ocio activo permite el desarrollo de gran cantidad de <a href="https://theconversation.com/el-patio-del-colegio-asignatura-pendiente-104597">aprendizajes motores, sociales y afectivos</a>. </p>
<p>Prohibir al alumnado jugar con balones limitaría la autogestión de su tiempo de recreo. Sin embargo, es posible buscar otras soluciones pedagógicas e inclusivas que permitan desarrollar estilos de vida saludables para todo el alumnado, sin que esto implique el dominio de la mayor parte del espacio por parte de un grupo de alumnos en perjuicio de otros. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/una-infancia-sedentaria-los-ninos-y-las-ninas-ya-no-se-mueven-como-deberian-202252">Una infancia sedentaria: los niños y las niñas ya no se mueven como deberían</a>
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<h2>Pautas para un patio escolar de todos y todas</h2>
<p>A continuación enumeramos algunas de las medidas que se pueden poner en marcha para evitar que el espacio físico del patio sea monopolizado solamente por unos pocos y unas pocas actividades: </p>
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<li><p><strong>Reajuste de los espacios</strong>. Cada colegio es distinto y, por tanto, los espacios disponibles para el disfrute del recreo también lo son. En este sentido, más que prohibir un tipo de juegos determinado, lo aconsejable sería proponer distintas opciones y que un único juego no ocupe todo el espacio disponible. Esto podría realizarse a través de la división del patio en zonas, y cada zona destinarla a un juego o una actividad concreta. Si se delimita el campo o se secuencian los juegos a practicar, se podría dar respuesta a las necesidades de todo el alumnado. Una propuesta realizada <a href="https://raco.cat/index.php/ApuntsEFD/article/view/341995/433056">en un colegio asturiano</a> muestra que, a través de la división del espacio en distintos tipos de juegos (p. ej., cooperativos, individuales) es posible incrementar la práctica de actividad física, especialmente en las niñas. </p></li>
<li><p><strong>Propuesta de actividades alternativos</strong>: En ocasiones, el alumnado juega siempre a lo mismo porque no tiene o no conoce otras alternativas. ¿Y si proponemos nuevos contenidos para practicar en el recreo? Se pueden proponer juegos populares, juegos del mundo, juegos predeportivos, deportes alternativos, juegos y deportes relacionados con el medio ambiente (p. ej., iniciación a la escalada en rocódromo o en espalderas, carreras de orientación) o juegos relacionados con la seguridad vial (p. ej., en bicicleta o en patines). En un <a href="https://www.lasnoticiasdecuenca.es/cuenca/olimpiadas-aprendizaje-ceip-ciudad-encantada-44961">colegio conquense</a>, durante los recreos se propone una Olimpiada por países, que incluye contenidos como el <a href="https://www.datchball.com/"><em>datchball</em></a>, <a href="https://www.efdeportes.com/efd104/balonkorf-deporte-mixto-para-la-coeducacion.htm"><em>balonkorf</em></a> o <a href="https://mundoentrenamiento.com/ringo-en-educacion-fisica/"><em>ringo</em></a>, en equipos mixtos y primando la participación de todos. </p></li>
<li><p><strong>Incitar a la práctica activa</strong>: el tiempo de recreo es considerado uno de los pilares para <a href="https://theconversation.com/las-escuelas-activas-mejoran-la-salud-de-sus-estudiantes-pero-como-hacerlas-realidad-207558">la creación de escuelas activas</a>. Sin embargo, esto no ocurrirá automáticamente, sino que se deben plantear propuestas que motiven al alumnado, por ejemplo, dibujando rayuelas u otros juegos en el suelo. Además, se pueden proponer retos físicos como, por ejemplo, correr una media maratón durante un trimestre (cada día o durante unos días determinados se correrá una distancia concreta atendiendo al nivel de cada estudiante, por ejemplo, entre 500 y 1000 metros). Un ejemplo es el propuesto por <a href="https://www.thedailymile.es/"><em>The Daily Mile</em></a>, una iniciativa internacional en la que ya participan más de 20 000 colegios de distintos países con el objetivo de que el alumnado corra o trote durante 15 minutos a su propio ritmo. También son interesantes los retos cooperativos en pequeños equipos.</p></li>
<li><p><strong>Competiciones y jornadas organizadas por el propio alumnado</strong>: el alumnado podrá desempeñar diversas funciones como crear calendarios y formatos de competición o formar de equipos. En este sentido, sería muy útil echar mano de las características básicas propuestas por el modelo de Educación Deportiva para, por ejemplo, diseñar una competición de un deporte alternativo como es el <em>datchball</em>. También se podría promover el “día de la bicicleta”, o la “semana de los bailes del mundo”, primando la participación en equipos mixtos en un ambiente de deportividad. </p></li>
</ol>
<p>Para que estas propuestas sean inclusivas deberían ser los profesionales de la Educación Física quienes coordinen los patios activos, contando con la ayuda del resto de profesorado. Existen <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0017896920973691?casa_token=3Lahk0Lk_XEAAAAA%3APbdh0WUr5aUOSHAazEUbpE-1j6H5eXYQUJiEWsq3myVE119AP9FxMKekdR1OQuL5CMFye8vOJvPG">investigaciones recientes</a> que sugieren que la falta de implicación por parte del profesorado es uno de los factores que influyen en que se perpetúen las jerarquías sociales. Si fuera posible, también se podría implicar al alumnado de prácticas o a monitores deportivos en el centro educativo.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/es-la-escuela-mala-para-la-salud-189991">¿Es la escuela mala para la salud?</a>
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<p>En definitiva, prohibir los juegos de pelota en el tiempo de recreo no es la solución. Proponiendo alternativas variadas y organizadas, sin embargo, sí es posible <a href="https://recyt.fecyt.es/index.php/retos/article/view/82102">fomentar la actividad física de todos y todas</a>, creando experiencias lúdicas en las que el alumnado al completo pueda participar, independientemente de sus características personales, y dejando a un lado estereotipos de género.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/224279/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sixto González-Víllora recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación. Es investigador principal de dos proyectos de investigación que han obtenido financiación en convocatorias nacionales competitivas por este Ministerio. Los títulos de los proyectos y tiempo de ejecución son: “Impacto de un programa de actividad física en alumnado con altas capacidades en educación primaria para mejorar el bienestar cognitivo y socioemocional” (2023-26), e “IdentificApp. Una herramienta de ayuda para la identificación del alumnado con altas capacidades” (2022-24).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Eva Guijarro Jareño y Irene Rocamora Ortega no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>El fútbol es un deporte excelente para aquellos niños que lo disfrutan. Pero en patios pequeños, durante los recreos, tiende a monopolizar el espacio y discriminar a los no jugadores. ¿Qué se puede hacer?Eva Guijarro Jareño, Docente e investigadora., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Irene Rocamora Ortega, Docente e investigadora, Universidad Rey Juan CarlosSixto González-Víllora, Profesor Titular de Universidad en Didáctica de la Educación Física y Pedagogía Deportiva, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2169452023-12-17T22:38:20Z2023-12-17T22:38:20ZLas mujeres en Camerún y en España: lo que nos dicen los refranes<p>La relación entre lengua y cultura es clave en la construcción y el mantenimiento de los refranes: estas frases populares que se transmiten de generación en generación a lo largo de los siglos son un canal de transmisión del patrimonio popular por la comunidad que los ha construido y que los mantiene vivos. </p>
<p>Los refranes son “<a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3229381">culturemas</a>”: parte específica de una cultura que la diferencia de otra. Como tales, son valiosísimos a la hora de estudiar y comparar sociedades y culturas.</p>
<p>Hemos usado los refranes, por un lado, para <a href="https://www.tdx.cat/handle/10803/676021">comparar las sociedades española y camerunesa</a> y, por el otro, dos comunidades de Camerún, la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_beti-pahuin">beti</a> y la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Confederaci%C3%B3n_Bamileke">bamileké</a> (en las lenguas ewondo y medúmba). Concretamente, en lo que se refiere a las siguientes preguntas: </p>
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<li><p>¿Qué y cómo es una familia?</p></li>
<li><p>¿Qué papel tiene la mujer en la construcción y mantenimiento de una familia?</p></li>
<li><p>¿Qué visión tiene la sociedad de la condición femenina?</p></li>
</ol>
<h2>Mentalidad colectiva</h2>
<p>El refranero expresa la mentalidad colectiva de una comunidad lingüística concreta, de modo que a partir del corpus de refranes de las tres comunidades hemos podido reconstruir el imaginario en torno a la familia y a las mujeres en dos sociedades distintas, la española y la camerunesa. También revisar, dentro de Camerún, las diferencias entre la comunidad beti y la comunidad bamileké. </p>
<p>Es habitual que en el refrán, por ser una expresión cargada de humanidad, se adviertan percepciones generalizadas y sujetas a distorsiones ambientales y psicológicas. Tiene además abundantes metáforas que dan vida a los objetos y humanizan a los animales.</p>
<h2>Aspectos compartidos: muerte y vida</h2>
<p>Descubrimos que, a pesar de la distancia geográfica entre la comunidad beti (región del centro) y la comunidad bamileké (región del oeste), ambas etnias de Camerún comparten aspectos como su concepción de la vida y de la muerte. Para ambas comunidades, estos conceptos están estrechamente ligados ya que los muertos se hacen presentes de una forma u otra en la vida de los vivos, y tanto la muerte como la vida se celebran. En los dos colectivos, la familia es sumamente importante, el hombre ocupando el lugar privilegiado en comparación con la mujer, y tienen en común las etapas que hay que superar para contraer matrimonio.</p>
<p>La aproximación cultural a los refranes ewondo y medúmba no nos ha permitido detectar los estereotipos que despiertan el odio y nutren rencores entre los beti y los bamileké. Sin embargo, estas etnias viven en permanente conflicto, que se propaga de generación en generación. </p>
<p>Al bamileké se le ve tradicionalmente como hombre de negocios y con un nivel bajo de estudios, mientras que el beti reencarna una persona culta y extremadamente moderna. A las mujeres beti, por su parte, se las considera sexualmente más libres y con voz en la comunidad, en tanto que las bamileké permanecen en su mundo de sumisión. </p>
<h2>Roles de género similares</h2>
<p>En cuanto a la familia y la condición femenina, los puntos en común entre ambas comunidades camerunesas y la sociedad española son: </p>
<p><strong>1.</strong> La preeminencia del varón. </p>
<blockquote>
<p>“L'homme ne s'adresse à une chèvre qu'avec une corde”. (El deber del hombre (jefe de familia) consiste en precisar las tareas de sus subalternos y distribuirlas.)</p>
<p>“Nazca mi hijo varón, aunque sea ladrón”.</p>
</blockquote>
<p><strong>2.</strong> El papel de la mujer en la familia como esposa, madre y cuidadora. </p>
<blockquote>
<p>“Seul un enfant peut rehausser la valeur de sa mère”. (El único que puede realzar el valor de su madre es un hijo.)</p>
<p>“A hilar y coser gane su vida la mujer”.</p>
<p>“Quien no tiene madre, no tiene quien le lave”.</p>
</blockquote>
<p><strong>3.</strong> Los <a href="https://www.feministas.org/IMG/pdf/EL-AMOR-PATRIARCAL-EN-LA-COPLA_OLGA-HEDESA.pdf">roles de género</a> (la mujer en el espacio privado y el hombre en el público).</p>
<p><strong>4.</strong> Los rasgos que caracterizan el arquetipo ideal de mujer y la importancia de los hijos en la familia. </p>
<p>En cambio, hay diferencias fundamentales en: </p>
<p><strong>1.</strong> Qué miembros forman la familia. </p>
<blockquote>
<p>“Mbèlè àkúm é nè fè à bèlé nnkìá-ngòàn nnném.” (Un hombre rico tiene mucha influencia en casa de sus suegros.) </p>
<p>“Cuando la hija dice "taita”, echa mano al arca, y dale papa.</p>
<p>“Móán àà tòng nnsòá bìkìè”. (El hijo lleva el apellido del hombre que ha pagado la dote de su madre.)</p>
</blockquote>
<p><strong>2.</strong> El concepto de la dote. </p>
<blockquote>
<p>“On ne cueille pas une aubergine sans débrouissailler le pied de sa tige”. (Se aconseja ofrecer regalos a los padres de una chica antes de casarse con ella. Es mejor mostrar gratitud ante los padres de la chica.)</p>
</blockquote>
<p><strong>3.</strong> La gestión de la viudez. </p>
<blockquote>
<p>“Le vent n'aime pas voir la toiture de la case d'une veuve”. (Las personas en situación vulnerable se exponen a desgracias.)</p>
<p>“Viudas, casadas y doncellas, ¡fuego en todas ellas!”</p>
</blockquote>
<p><strong>4.</strong> La sucesión y la herencia.</p>
<blockquote>
<p>“Njùndà ke be tà” (Un heredero no suele comportarse como el difunto, aunque tenga todo su poder.)</p>
<p>“Chaque chose deviendra celle dont on lui donne le nom.” (El apellido determina la personalidad de alguien.) </p>
<p>“De padres músicos, hijos cantores.”</p>
</blockquote>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/que-nos-cuentan-los-refranes-sobre-las-mujeres-159257">¿Qué nos cuentan los refranes sobre las mujeres?</a>
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<h2>Sociedades cercanas</h2>
<p>Los refranes analizados han vislumbrado dos sociedades a priori lejanas en su manera de funcionar y de tratar a la gente, pero que en el fondo son cercanas desde el punto de vista de las relaciones de género. Si bien <a href="https://www.schoolmapcm.org/zones-deducation-prioritaires-plus-dun-million-de-garcons-inscrits-en-2020-contre-900-000-filles/">la situación de la mujer</a> <a href="https://ins-cameroun.cm/wp-content/uploads/2021/02/0CHAPITRE-5_EDUCATION-ET-RECHERCHE.pdf?">ha evolucionado mucho</a> <a href="https://www.ine.es/ss/Satellite?%20L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925481157&p=%5C&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param1=PYSDetalle&param3=1259924822888#:%7E:text=El%20porcentaje%20de%20mujeres%20graduadas%20en%20cada%20campo%20de%20estudio,al%20total%20de%20alumnos%20graduados.&text=El%20porcentaje%20de%20mujeres%20graduadas%20en%20educaci%C3%B3n%20superior%20en%202021,hombres%20un%2045%2C8%25">en ambas sociedades</a>, no ha dejado de cumplir su función de ama de casa y cuidadora. </p>
<p>Los refranes cumplen una función cultural, plasmando el pensamiento colectivo, pero al mismo tiempo acaban definiendo nuestra manera de actuar. Estos refranes solo describen e intentan mantener la supremacía del hombre sobre la mujer. Demuestran que vivimos en comunidades patriarcales que infravaloran a las mujeres o las ven de manera inadecuada, a pesar de su contribución a la sociedad, aunque <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-cultura-popular-los-refranes-hoy-783784/html/">su desuso</a> puede confirmar la transformación del mundo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/216945/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Los refranes son reflejo de la cultura y los valores de una sociedad. Compararlos sirve para observar puntos en común incluso entre sociedades distintas.Stella Isabelle Njike Yoba, Professor, Universitat de LleidaMaría Ángeles Calero, Catedrática de Lengua española del Departamento de Filología Clásica, Francesa e Hispánica, Universitat de LleidaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2149142023-12-07T18:42:41Z2023-12-07T18:42:41Z¿Estamos consiguiendo educar en igualdad?<p>¿Se ha sorprendido alguna vez escuchando a dos niños o niñas mantener una conversación en la que se diferencian roles por sexo? ¿Cómo es esto de habitual en la sociedad de hoy?</p>
<p>Los estereotipos y sesgos de género se construyen en la infancia y <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381329">limitan el futuro de la juventud</a>. Además, se intensifican a través de planes de estudio, materiales y prácticas de enseñanza o la relación con la familia y los compañeros y compañeras. </p>
<p>La <a href="https://revistas.udc.es/index.php/ATL/article/view/arief.2017.2.1.2063">coeducación</a> en España comenzó a ponerse en marcha en los años 80. No supone solo que niños y niñas compartan espacios, sino que se favorezca expresamente una pedagogía coeducadora: igualitaria, que ponga en valor la diversidad, emocional y sexual, y que prevenga cualquier violencia entre iguales y, por supuesto, la violencia de género.</p>
<p>En el marco de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU este objetivo es el número 4. Se centra en garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. </p>
<h2>Sexismo en las aulas</h2>
<p>El sexismo en las aulas aparece en las actitudes, los valores y las conductas que la sociedad, en general, y familias y docentes, en particular, atribuyen a chicas y chicos en función del género. Existe todavía <a href="https://www.larioja.org/larioja-client/cm/igualdad/images?idMmedia=1270367">un conjunto de estereotipos repartidos según el sexo</a> que crea desigualdades basadas en cuestiones biológicas y desatiende a la nueva realidad social.</p>
<p>La educación en igualdad presta especial atención a la eliminación de estos estereotipos sexistas. Evitar cualquier tipo de discriminación de género <a href="https://www.psicothema.com/pdf/3879.pdf">favorece un clima positivo en el aula y mejora la convivencia</a>, la cooperación, el respeto mutuo y las relaciones personales entre el grupo de iguales.</p>
<p>Sabemos que la escuela es un agente de socialización importante; la socialización es la que forma el concepto de identidad de género. Pero la escuela no solo socializa a partir del currículo manifiesto (el conjunto de contenidos que se transmiten al alumnado según la legislación educativa), sino que cobra especial importancia <a href="https://theconversation.com/el-curriculum-oculto-y-los-aprendizajes-invisibles-en-la-escuela-206689">el currículum que llamamos “oculto”</a>. Este es el que se desarrolla de forma implícita y está compuesto por normas y valores que se transmiten a los y las estudiantes. </p>
<p>La escuela no es solo un espacio para adquirir conocimientos, sino que también puede convertirse en un espacio importante para la sensibilización y la detección de la violencia de género. La coeducación es el camino más eficaz para prevenir las desigualdades de género. </p>
<h2>¿Qué necesitan los docentes?</h2>
<p><a href="https://sede.educacion.gob.es/publiventa/d/22894/19/0">Diferentes estudios</a> ponen de manifiesto que los profesores y las profesoras aún tienen carencias y necesitan entender y aprender a aplicar las competencias para detectar e intervenir en materia de igualdad en las diferentes etapas educativas. Conocer <a href="https://revistaseug.ugr.es/index.php/profesorado/article/view/21192">el proceso de creación y transmisión de los estereotipos sexistas y su influencia</a> en la construcción del pensamiento y la formación de los niños y las niñas es fundamental, así como la creación de espacios libres de sexismo y violencia de género. </p>
<p>El papel que pueden tener los centros educativos en esta materia puede englobarse en dos ámbitos importantes. </p>
<p>El primero de ellos se basa en la prevención, en la educación en y para la igualdad, a través de las distintas asignaturas y actuaciones internas de los centros: talleres, programas, etc. </p>
<p>El segundo tiene que ver con su papel en la detección de la violencia de género y en su posicionamiento y actuación al respecto.</p>
<h2>Tres claves</h2>
<p>Los expertos <a href="https://www.larioja.org/larioja-client/cm/igualdad/images?idMmedia=1270367">señalan tres claves</a> a tener en cuenta para la educación en igualdad:</p>
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<li><p>El lenguaje amplía imaginarios: las palabras son el principal vehículo del proceso de aprendizaje. Los niños y niñas en la infancia entran en contacto con todo lo que aprenden en la escuela a partir del lenguaje. Es importante apostar por un lenguaje inclusivo y no sexista que reconozca y visibilice la diversidad humana.</p></li>
<li><p>El profesorado como referente: la educación es mucho más que la transmisión de contenidos. La persona educadora es un referente de autoridad para su alumnado que guía, marca límites, infunde respeto y confianza. La coeducación supone mostrar modelos y referentes de aquello que queremos reconocer. Además, podemos ofrecer modelos deseables que acompañen al crecimiento en la infancia y la adolescencia, para que aprendan a relacionarse de manera positiva y a resolver sus conflictos de manera asertiva.</p></li>
<li><p>La mirada crítica y el humor: hay que evitar que las generaciones más pequeñas reproduzcan el sexismo que se transmite a diario a través de <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8255295">diferentes canales de socialización</a> como la televisión, la publicidad, la literatura o la música. Es importante que la juventud aprenda a analizar de manera crítica la información que le llega. Hacerse preguntas, saber interpretar los mensajes, cuestionar si son o no válidos para la propia experiencia y buscar otros que se adapten mejor a la realidad es una gran tarea coeducativa.</p></li>
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<p>Una coeducación que verdaderamente nos ayude a avanzar como sociedad igualitaria debe de cuidar no solo la transmisión de información y contenidos, sino enseñar a sentir, a vivir, a relacionarnos, a expresarnos, a poder elegir, a escuchar, a ser escuchadas y escuchados, a ganar autonomía y a respetarnos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214914/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Educar en igualdad va mucho más allá de los mensajes explícitos y de la coeducación formal: niños y niñas deben aprender a relacionarse con igualdad, a ser críticos y a respetarse.Ana Isabel Agustí López, Coordinadora del Master en Formación del Profesorado., Universidad Internacional de ValenciaAna Rodríguez Martín, Vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2141882023-10-26T18:49:19Z2023-10-26T18:49:19ZEllas, ellos y elles: ¿por qué genera rechazo el lenguaje inclusivo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/555556/original/file-20231024-30-aaqe3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=64%2C0%2C3263%2C1661&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/male-female-profiles-speech-bubbles-filled-134875040">Aleutie/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Lenguaje inclusivo de género, lenguaje incluyente, formas no binarias, género inclusivo… Seguramente han escuchado hablar de esto alguna vez. Lo cierto es que se puede llamar de muchas formas en distintas comunidades lingüísticas, pero siempre produce cierta polémica. ¿Qué es realmente el “lenguaje inclusivo”? ¿<a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-61916860">Y por qué genera rechazo</a>?</p>
<p>Conviene comenzar recordando cómo funciona la morfología de género en español, para luego entender un poco mejor cuál es la propuesta del lenguaje inclusivo. </p>
<h2>Lenguas con género</h2>
<p>Las distintas lenguas expresan o marcan género de diferentes formas. Algunas simplemente no tienen género. <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2019.01604/full">Una clasificación muy extendida considera varios tipos de lenguas</a>: con género gramatical (español, italiano, alemán, que marcan género en todos los sustantivos y pronombres, como en todas las palabras que se combinan con ellos), con género natural (como el inglés, que marca género en pronombres pero no en el resto de las palabras: por ejemplo, “she”/“he”, lo que en español sería “ella”/“él”), con combinación de ambos (noruego, holandés), o sin género (con algunos rastros, como el euskera, o sin rastros, como el turco). </p>
<p>En español, los sustantivos (“niño”, “cuchara”), los determinantes (“el”, “la”), los adjetivos (“bonito”, “bonita”) y los pronombres (“ella”, “ellos”) siempre tienen género. Además, para que una frase esté bien formada todas esas palabras deben concordar en género. De este modo, nos suena muy extraño y resulta difícil entender una frase como “Ese cuchara es muy bonito”. En inglés, por ejemplo, eso no ocurre, porque “spoon” no tiene género: “That spoon is very nice.” </p>
<h2>Masculinidad y feminidad en el género gramatical</h2>
<p>El español establece <a href="https://publicaciones.unirioja.es/ojs/index.php/cif/article/view/5292">una distinción binaria entre el masculino y el femenino</a>. Por eso desde hace tiempo se viene discutiendo la posibilidad de que el género gramatical pueda estar sesgando la manera en la que nos representamos el mundo en nuestra mente. ¿Asociamos más los vasos con la masculinidad y las tazas con la feminidad <a href="https://www.taylorfrancis.com/chapters/edit/10.4324/9781315799360-37/quirks-grammar-affect-way-think-grammatical-gender-object-concepts-webb-phillips-lera-boroditsky">por su género gramatical</a>?</p>
<p>Por ejemplo, en español “sol” es masculino y “luna” es femenino, pero en alemán el género gramatical asignado a esos sustantivos está invertido. <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/BF01068252">Los hablantes de español</a> asocian “sol” con rasgos estereotípicamente masculinos como la fuerza y la potencia y “luna” con rasgos estereotípicamente femeninos como la suavidad y la delicadeza. Sin embargo, cuando se les pregunta a hablantes de alemán, la asociación es inversa, es decir, congruente con el género gramatical que tienen esas palabras en esa lengua.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/555554/original/file-20231024-22-fih3mm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/555554/original/file-20231024-22-fih3mm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/555554/original/file-20231024-22-fih3mm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/555554/original/file-20231024-22-fih3mm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/555554/original/file-20231024-22-fih3mm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/555554/original/file-20231024-22-fih3mm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/555554/original/file-20231024-22-fih3mm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/555554/original/file-20231024-22-fih3mm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">En español ‘luna’ es femenino, y se asocia con rasgos estereotípicamente femeninos como la suavidad y la delicadeza. En alemán, sin embargo, su género es masculino (‘mond’) y se asocia a rasgos estereotípicamente masculinos (fuerza y potencia).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/es/fotos/pintura-de-cuarto-de-luna-KEFjVnQLr94">John Ruddock /Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El género social y el género biológico en la lengua</h2>
<p>Mucho más interesante aún es lo que ocurre cuando nos referimos a las personas: ¿qué relación tienen el género gramatical, el género social y el sexo biológico?
Numerosas propuestas sostienen que las formas lingüísticas y el género gramatical <a href="https://psycnet.apa.org/record/2004-18657-003">pueden condicionar la representación binaria de personas</a> y <a href="https://cris.unibo.it/handle/11585/623058">reforzar estereotipos heteronormativos</a>. Por ejemplo, en <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1080/713755647">un estudio muy clásico, el experto Manuel Carreiras y su equipo</a> encontraron resultados diferentes para español (que marca género en su morfología) e inglés (que no lo hace). Concretamente mostraban que, para el caso del español, los indicios para representar el género de un referente no provienen solo de los estereotipos asociados a las palabras (por ejemplo, “camionero” asociado a varones) sino también de las marcas morfológicas explícitas. Es decir, leer “camionero”, “camionera” o “camionere” no sería lo mismo para imaginarnos la identidad de género de esa persona.</p>
<p>Además, algunos estudios consideran que el uso no marcado del masculino como genérico (que, de modo general, se entiende como el uso por defecto de la forma masculina para referir a cualquier género) <a href="https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/cuarentanaipes/article/view/4887">oculta sistemáticamente a las mujeres</a> y a otras identidades sexo-genéricas cuando es usado para referirse a grupos mixtos o con género no uniforme. </p>
<p>Por ejemplo, si decimos que “los científicos han trabajado mucho para llegar al desarrollo de esta vacuna”, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/01690960701702035">podemos estar invisibilizando</a> el hecho de que entre estas personas hay mujeres o personas que no se reconozcan como varones o mujeres. Eso pone en duda que el masculino genérico represente adecuadamente esta diversidad.</p>
<h2>Una alternativa inclusiva</h2>
<p>El uso del “lenguaje inclusivo de género” proporciona una alternativa que permite superar estas limitaciones. La propuesta consiste en <a href="https://www.ivoox.com/light-01-el-genero-inclusivo-audios-mp3_rf_101681281_1.html">modificar el paradigma de género morfológico binario del español</a>. Expresada con formas no binarias, una oración como “ella ha demostrado ser una niña muy creativa” requeriría modificar varias palabras para cumplir con el requisito de concordancia. De este modo, la frase sería “elle ha demostrado ser une niñe muy creative”. </p>
<p>Se ha objetado que el lenguaje inclusivo dificulta la comprensión. Sin embargo, existen estudios que muestran que las oraciones presentadas con formas no binarias no se leen más despacio ni se entienden peor. Por el contrario, <a href="https://www.glossa-journal.org/article/id/6144/">el uso del lenguaje inclusivo facilita la representación de grupos de personas sin género uniforme</a>, sobre todo para sustantivos que se encuentran fuertemente asociados a varones.</p>
<p>De esta forma, la mayoría de nosotros <a href="https://periodicos.fclar.unesp.br/alfa/article/view/14546">pensamos en varones cuando escuchamos la palabra “camioneros”</a>, mientras que al oír la palabra “camioneres” es más fácil que la relacionemos con un grupo de personas de diferente género que conducen camiones.</p>
<p>La mayor parte de estas investigaciones <a href="http://www.periodicos.letras.ufmg.br/index.php/relin/article/view/23316">se han hecho en personas adultas</a>. Por ello, no sabemos qué pasaría con los niños que adquirieran una lengua en una comunidad que usara sistemáticamente tres formas de género (-o, -a, -e). </p>
<p>Sin embargo, en términos teóricos, parece plausible prever que <a href="https://www.ivoox.com/light-01-el-genero-inclusivo-audios-mp3_rf_101681281_1.html">la adopción de la forma [-e] como morfema de género no supusiera ningún problema</a> a nivel cognitivo ni para el sistema de la lengua.</p>
<h2>¿Un cambio en ciernes?</h2>
<p>Ahora bien, ¿el uso de formas no binarias está ya tan difundido como pensar en un cambio lingüístico estable? <a href="https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/cuarentanaipes/article/view/4888/5168">No parece ser el caso</a>. </p>
<p>Legislar sobre el modo en el que hablamos resulta muy complicado, ya que los usos lingüísticos solo pueden <a href="https://revista.suteba.org.ar/2022/06/16/la-lengua-un-problema-de-todes/">estar regulados</a> de modo implícito por las propias comunidades de hablantes. </p>
<p>El <a href="https://www.larazon.es/cultura/20211011/flcl3i4owvcwrpviqqivljy7wq.html">intento de restringir usos</a> que ni siquiera están tan difundidos parece tener más que ver con elementos <a href="https://osf.io/preprints/socarxiv/ym4nr/">culturales y políticos</a> que con la gramática.
Entre los factores que generan <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/ejsp.2816">resistencia a adoptar nuevas formas de género</a>, algunos estudios destacan fundamentalmente dos. Por un lado, la idea de que los cambios en las lenguas siempre son negativos y <a href="https://www.lagaceta.com.ar/nota/971123/la-gaceta-literaria/lenguaje-inclusivo-distorsion-nuestra-lengua-objetivo-sociopolitico.html?gclid=CjwKCAjwp8OpBhAFEiwAG7NaEvEzxCxASJoF0wjv37qCI55i-lwlswycQ0Yj1paNkNlsM7yfJzkHMRoCDSoQAvD_BwE">destruyen un sistema</a> supuestamente perfecto, estable y homogéneo. Por otro lado, la negación de que existan <a href="https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-58112019000200377">identidades sexo-genéricas no binarias</a>.</p>
<p>La <a href="https://www.academia.edu/35093059/Sobre_el_cambio_ling%C3%BC%C3%ADstico_cap%C3%ADtulo_pdf">variación en los usos lingüísticos es la regla y no la excepción</a>. Numerosas formas lingüísticas conviven de manera simultánea en distintas comunidades en un mismo momento. Y a lo largo de la historia de la humanidad, las lenguas han ido sufriendo continuas transformaciones. </p>
<h2>Ni prohibir, ni imponer</h2>
<p>Las formas no binarias podrían ser una herramienta útil para <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_identidad_de_g%C3%A9nero_(Argentina)">garantizar derechos</a>. El hecho de <a href="https://revistas.uvigo.es/index.php/AFH/article/view/4105">poder referirse a personas</a> con identidades sexo-genéricas fuera del paradigma cisheteronormativo propicia el <a href="https://www.telam.com.ar/notas/202206/595240-lenguaje-inclusivo-especialistas-derechos.html">respeto básico por el prójimo</a>. </p>
<p>Claro que incluir una nueva forma o admitir usos lingüísticos novedosos de ningún modo supone eliminar los ya existentes. En todo caso, cualquier cambio que llegue a estabilizarse como una nueva forma dependerá de la difusión masiva y sostenida de su uso. No podemos predecir los cambios lingüísticos, simplemente observamos un proceso cuyo resultado final desconocemos.</p>
<p>Es importante, entonces, decir que así como los usos lingüísticos no se pueden prohibir, tampoco se pueden imponer: la variación y el cambio en los usos lingüísticos siempre están en manos (o en boca) de los hablantes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214188/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gabriela Mariel Zunino trabaja en la Universidad de Buenos Aires y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-CONICET, Argentina. Recibe fondos de las mismas instituciones educativas y científicas. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>José Antonio Hinojosa Poveda recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Míriam Aguilar López recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Noelia Ayelén Stetie trabaja en la Universidad de Buenos Aires y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET, Argentina) y recibe fondos de ambas instituciones educativas y científicas.</span></em></p>Al contrario que otras lenguas, el español tiene género gramatical: todo sustantivo es o masculino o femenino. ¿Qué supondría incluir un tercer género neutro?Gabriela Mariel Zunino, Doctora en Lingüística - Psicolingüística experimental, CONICETJosé Antonio Hinojosa Poveda, Profesor Titular del Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia, Universidad Complutense de MadridMíriam Aguilar López, Investigadora Postdoctoral Juan de la Cierva en el Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia, Universidad Complutense de MadridNoelia Ayelén Stetie, Becaria doctoral en el Instituto de Lingüística de la Universidad de Buenos Aires, CONICETLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2079402023-10-12T21:01:44Z2023-10-12T21:01:44ZReparto de las tareas domésticas y la carga familiar: avanzamos pero no demasiado<p>La corresponsabilidad en el hogar es una asignatura pendiente. Según el <a href="https://eige.europa.eu/gender-equality-index/2022">Instituto Europeo para la Igualdad de Género</a>, en 2022 la tasa global de igualdad en tiempo dedicado a tareas domésticas de cuidados fue del 69,1. En la comparativa por países España se sitúa ligeramente por encima de la media europea, con una tasa de 74,5 en ese ítem. </p>
<p>Considerando que la plena igualdad supondría un 100 en este índice, hay mucho margen de mejora. En el contexto iberoamericano esa desigualdad es aún mayor, y los últimos datos del <a href="https://oig.cepal.org/es/indicadores/proporcion-tiempo-dedicado-al-trabajo-domestico-cuidado-no-remunerado-desglosado-sexo">Observatorio de Igualdad de Género de América y el Caribe</a> reflejan que las mujeres de la región dedican diariamente tres veces más tiempo que los hombres a la realización de tareas domésticas y de cuidados no remuneradas. </p>
<p>Si las mujeres asumen mayoritariamente la planificación y realización de las labores de casa (se encargan sobre todo ellas de la limpieza, alimentación e higiene, y de los cuidados básicos a menores y personas mayores dependientes) no es de extrañar que esas desigualdades, observadas cotidianamente en las familias, <a href="https://theconversation.com/el-ejemplo-masculino-una-de-las-claves-para-educar-en-igualdad-en-el-hogar-207941">se reproduzcan entre las generaciones más jóvenes</a>. </p>
<p>Los roles de género tradicionales en los que nos educamos se perpetúan, como ya planteó <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Simone_de_Beauvoir">Simone de Beauvoir</a> en su célebre libro <em>El segundo sexo</em>. Aunque esta obra fue escrita a mediados del pasado siglo, infelizmente muchos de sus planteamientos siguen teniendo vigencia. </p>
<h2>Estereotipos y generalizaciones</h2>
<p>Los estereotipos de género, muy implantados <a href="https://doi.org/10.3916/C12-1999-12">en la sociedad y la cultura</a>, son el origen de esas distinciones que empiezan en la primera infancia y se prolongan toda la vida. Esos estereotipos se plasman en creencias sobre los modos de ser de hombres y mujeres, que se toman como verdades inmutables: “Las chicas son más limpias”, “Los hombres son menos cuidadosos con las cosas”, “Las niñas son ordenadas”, “Los niños son brutos”, etcétera. </p>
<p>Al considerar, erróneamente, que estas cualidades son de origen natural, se asume que es imposible modificarlas e inculcar a los niños la misma afición por el orden y la limpieza que tienen las niñas. <a href="https://theconversation.com/que-es-el-sindrome-de-la-hija-mayor-y-como-solucionarlo-214244">Las expectativas y las exigencias cambian en función del sexo</a>, y esto influye en la educación recibida en el entorno familiar y en los resultados del proceso.</p>
<h2>Hombres adultos no preparados</h2>
<p>Cuando llega la mayoría de edad, esas diferencias comienzan a pasar factura. Ellos, al no haberse entrenado en acciones básicas como cocinar o limpiar, están peor capacitados para vivir emancipados. Son más dependientes, necesitan que alguien les haga esas tareas, y en el mejor de los casos aprenden tardíamente a realizarlas. </p>
<p>Las chicas sí han tenido ese aprendizaje, lo que les da cierta ventaja a la hora de independizarse porque están habituadas a gestionar el entorno doméstico, si bien esto <a href="https://hdl.handle.net/20.500.12008/10772">perpetúa las desigualdades de género</a> porque se asume que ellas han de ocuparse de esos aspectos en mayor medida <a href="https://www.injuve.es/sites/default/files/estudio%20cambios%20igualdad%20genero.pdf">que otros miembros masculinos de la familia</a>. </p>
<h2>La vida en pareja</h2>
<p>Los mayores problemas surgen cuando esos jóvenes se emparejan y empiezan a convivir. Ellos nunca han tenido responsabilidades en el hogar. No guisan, no saben cómo se limpia el baño o cuándo toca cambiar las sábanas. Ellas saben hacer esas labores, así que la opción fácil es que se encarguen de su realización. </p>
<p>Pasa el tiempo. Llegan los hijos e hijas y la carga doméstica aumenta. Pero ya está instituida la costumbre de que la mujer gestione la casa, y en ese punto es difícil redistribuir responsabilidades y lograr que el hombre colabore en tareas que nunca ha desempeñado. </p>
<p>Un <a href="https://www.larioja.org/larioja-client/cm/derechos-humanos/images?idMmedia=1469735">estudio reciente</a> sobre corresponsabilidad indica que las mujeres se ocupan de la alimentación y limpieza del hogar, y los hombres del mantenimiento del coche y del bricolaje. Aunque son datos referidos a la región de La Rioja, sus resultados pueden extrapolarse a toda la sociedad.</p>
<h2>Cambio generacional</h2>
<p>Un hallazgo esperanzador es que los hombres jóvenes se involucran más en los cuidados de hijos e hijas <a href="https://www.larioja.org/larioja-client/cm/derechos-humanos/images?idMmedia=1469735">que los de anteriores generaciones</a>.</p>
<p><a href="https://www.e-revistes.uji.es/index.php/recerca/article/view/298/281">Nuevos modelos</a> de <a href="https://www.isdfundacion.org/publicaciones/revista/numeros/7/secciones/tematica/08-hombres-frente-cambio-mujeres.html">masculinidad y paternidad responsable</a> empiezan a <a href="http://doi.org/10.18172/brocar.3799">calar en la ciudadanía</a>. Todavía estamos lejos de la plena corresponsabilidad, pero poco a poco vamos avanzando hacia ella. </p>
<p>Para seguir reduciendo la brecha de género en las tareas domésticas y de cuidados, los dos ámbitos de actuación esenciales son el hogar y la escuela. </p>
<p>El hogar es el primer ámbito de aprendizaje y socialización. Por eso conviene fomentar que las familias sean entornos de equidad y corresponsabilidad, donde niños y niñas observen un reparto justo de las labores domésticas y aprendan por igual a desempeñarlas. </p>
<p>La escuela coeducativa es otro espacio importante, y su efectividad aumenta a edades tempranas. Como ya dijo el filósofo griego Aristóteles, los seres humanos aprendemos por imitación. La igualdad de género también se interioriza de este modo: presenciando diariamente gestos y actos que ejemplifican esa igualdad. </p>
<h2>Políticas públicas</h2>
<p>Además de abordar estas cuestiones desde la infancia para promover que las generaciones futuras sean más corresponsables, no hay que descuidar al resto de la población. Las políticas públicas tienen un rol destacado en este sentido, impulsando medidas para aligerar la carga doméstica femenina y aumentar la implicación masculina en el hogar. </p>
<p>La plena corresponsabibilidad solo se alcanzará cuando se superen los estereotipos de género tradicionales y se considere normal que las tareas domésticas y de cuidados se compartan, y que las haga indistintamente un hombre o una mujer. Si todas las personas ensucian, no es justo que siempre limpien las mujeres.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/207940/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Olaya Fernández Guerrero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Por qué todavía no llegamos a un reparto equitativo de las tareas domésticas en los hogares españoles, europeos o latinoamericanos? La primera infancia y la educación en casa son claves.Olaya Fernández Guerrero, Profesora de Filosofía, Universidad de La RiojaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2119412023-08-28T17:54:44Z2023-08-28T17:54:44ZLa desigualdad de género seguirá siendo un problema en los Juegos Olímpicos de París 2024<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/543712/original/file-20230815-26675-69iu8f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=30%2C7%2C5101%2C3416&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Christophe Ena)</span></span></figcaption></figure><p>A falta de un año para los Juegos Olímpicos de París 2024, aficiones de todo el mundo han estado siguiendo a sus equipos en los partidos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA. </p>
<p>Los aficionados cuyas selecciones nacionales no avanzaron tanto como esperaban podrán ver jugar a esos mismos equipos en las Olimpiadas. Pero no ocurre lo mismo con las selecciones nacionales masculinas que compitieron en la <a href="https://theconversation.com/looking-back-on-the-2022-fifa-world-cup-a-tournament-of-surprises-and-controversy-194493">Copa Mundial de la FIFA 2022 en Qatar</a>. En los Juegos Olímpicos, <a href="https://www.fifa.com/fifaplus/en/articles/mens-olympic-football-tournament-paris-2024-dates-stadiums-cities-qualifiers-qualified-teams-format">las selecciones nacionales masculinas están limitadas a jugadores de 23 años o menos</a>, pero no hay <a href="https://www.fifa.com/fifaplus/en/articles/womens-olympic-football-tournament-paris-2024-dates-stadiums-cities-qualifiers-qualified-teams-format">restricciones de edad para las jugadoras</a>.</p>
<p>Ésta es sólo una de las muchas diferencias basadas en el género que afectan a cómo compiten los atletas masculinos y femeninos en los Juegos Olímpicos. </p>
<h2>Programa deportivo de los Juegos Olímpicos</h2>
<p>He dedicado parte de mi investigación a analizar el modo en que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha <a href="https://www.routledge.com/Gender-Equality-and-the-Olympic-Programme/Donnelly/p/book/9781032416809">promovido la igualdad de género en los Juegos</a> centrándome en su programa deportivo.</p>
<p><a href="https://olympics.com/ioc/olympic-programme-commission">Según el COI</a>:</p>
<blockquote>
<p>“El programa olímpico es el núcleo fundamental de los Juegos Olímpicos, ya que las decisiones relativas al programa repercuten en prácticamente todos los demás ámbitos”.</p>
</blockquote>
<p>En efecto, qué deportes se incluyen en los Juegos, así como la forma en que las mujeres y los hombres deportistas practican esos deportes (y la ropa que llevan para practicarlos), da muchas pistas acerca de cómo el COI y otras federaciones deportivas internacionales definen e intentan alcanzar la igualdad de género. </p>
<p>Además, las federaciones deportivas internacionales, los atletas, los comités organizadores de los Juegos, los organismos de radiodifusión y el COI tienen intereses en la composición del programa olímpico. Y, a veces, <a href="https://www.insidethegames.biz/articles/1101717/ioc-paris-2024-programme-rejections">esos intereses entran en conflicto</a>.</p>
<h2>Paridad e igualdad son cosas distintas</h2>
<p>En 2014, el COI publicó <a href="https://library.olympics.com/Default/doc/SYRACUSE/20238/olympic-agenda-2020-20-20-recommendations-international-olympic-committee?_lg=en-GB">un plan estratégico para el futuro de los Juegos Olímpicos</a>. Entre sus 40 recomendaciones había una sobre el fomento de la igualdad de género. Una de las principales estrategias propuestas para lograrlo era incluir el mismo número de hombres y mujeres atletas. </p>
<p>Pues bien, el objetivo ya se ha alcanzado. El COI ha anunciado que en los Juegos de 2024, por primera vez, habrá <a href="https://olympics.com/en/news/paris-2024-first-games-to-achieve-full-gender-parity">el mismo número de atletas hombres y mujeres</a>, y el mismo número de pruebas (oportunidades de ganar una medalla) para hombres y mujeres.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/542865/original/file-20230815-29-w6qgzm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un hombre con camisa de cuello abierto y americana sonríe desde detrás de un podio adornado con el logotipo olímpico" src="https://images.theconversation.com/files/542865/original/file-20230815-29-w6qgzm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/542865/original/file-20230815-29-w6qgzm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=388&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/542865/original/file-20230815-29-w6qgzm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=388&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/542865/original/file-20230815-29-w6qgzm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=388&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/542865/original/file-20230815-29-w6qgzm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=488&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/542865/original/file-20230815-29-w6qgzm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=488&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/542865/original/file-20230815-29-w6qgzm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=488&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">El presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París 2024, Tony Estanguet, sube al escenario durante la ceremonia de los representantes de los comités olímpicos nacionales, el 26 de julio de 2023 en Saint-Denis, a las afueras de París.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Aurelien Morissard)</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>De hecho, en todas las declaraciones del COI sobre París 2024 se ha destacado esa consecución del “equilibrio de género”. Pero garantizar la paridad de género –el mismo número de atletas hombres y mujeres y de pruebas masculinas y femeninas– no asegura la igualdad de género en los Juegos. Porque no aborda las diferencias en las condiciones de participación de hombres y mujeres. </p>
<h2>Diferencias de género en los acontecimientos deportivos</h2>
<p>El <a href="https://stillmed.olympics.com/media/Documents/Beyond-the-Games/Gender-Equality-in-Sport/IOC-Gender-Equality-and-Inclusion-Objectives-2021-2024.pdf">objetivo del COI de lograr el equilibrio de género</a> revela un compromiso con la igualdad de género incompleto y centrado en los números. </p>
<p>Cuando hombres y mujeres compiten en los mismos deportes, las federaciones internacionales siguen imponiendo diferencias entre las pruebas masculinas y femeninas. Estas diferencias incluyen: la <a href="https://assets.ctfassets.net/761l7gh5x5an/3zdJc5antr1dA3GYeDKdBu/bef82a9d7336e9b798c364066db92581/2-ROA-20230613-E.pdf">duración de las carreras</a>; las <a href="https://iwf.sport/wp-content/uploads/downloads/2020/01/IWF_TCRR_2020.pdf">categorías de peso</a>; la <a href="https://worldathletics.org/about-iaaf/documents/book-of-rules">altura, peso, tamaño y espaciado del equipamiento</a>; el <a href="https://resources.fina.org/fina/document/2021/01/12/a13c160d-b94a-4b63-93aa-a06fa370433f/2019_2021_wp_rules_congress_amended_06012020_0.pdf">tamaño de las sedes</a>; y las diferencias en el <a href="https://www.gymnastics.sport/site/rules/">arbitraje</a>, las <a href="https://uww.org/sites/default/files/2019-12/wrestling_rules.pdf">reglas</a> y los <a href="https://www.fivb.com/en/volleyball/thegame_glossary/officialrulesofthegames">uniformes</a>.</p>
<p>Por ejemplo, en gimnasia artística, <a href="https://www.gymnastics.sport/site/rules/">las diferencias entre las competiciones masculinas y femeninas</a> incluyen requisitos de edad (18 años para los hombres y 16 para las mujeres); diferentes aparatos (por ejemplo, barras paralelas para los hombres y barras paralelas asimétricas para las mujeres); el número de aparatos (seis para los hombres y cuatro para las mujeres); y requisitos de uniforme (pantalones largos o cortos para los hombres, leotardos o unitardos para las mujeres).</p>
<p>En las pruebas de suelo y salto –aparatos en los que compiten hombres y mujeres–, las rutinas de suelo de las mujeres se musicalizan e incluyen elementos de danza, mientras que las de los hombres no. Al realizar las mismas habilidades, las puntuaciones elegibles de los hombres son más bajas que las de las mujeres. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/542862/original/file-20230815-23-n8p5qo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una joven negra con un maillot hace equilibrios sobre una pierna doblada mientras está en una viga de equilibrio" src="https://images.theconversation.com/files/542862/original/file-20230815-23-n8p5qo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/542862/original/file-20230815-23-n8p5qo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/542862/original/file-20230815-23-n8p5qo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/542862/original/file-20230815-23-n8p5qo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/542862/original/file-20230815-23-n8p5qo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/542862/original/file-20230815-23-n8p5qo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/542862/original/file-20230815-23-n8p5qo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Simone Biles, de Estados Unidos, actúa en la viga de equilibrio durante la final de aparatos femeninos de gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de Verano de 2020, el 3 de agosto de 2021, en Tokio, Japón.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Ashley Landis)</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Como consecuencia, lo que el público ve es gimnasia femenina realizada de forma que <a href="https://doi.org/10.1080/09523367.2015.1124859">enfatiza la feminidad estereotipada</a> y minimiza la fuerza y el poder. Por el contrario, las pruebas de gimnasia masculina se organizan para <a href="https://doi.org/10.1007/978-3-030-19799-5_8">enfatizar la fuerza y el poder de los atletas</a>.</p>
<p>Estas diferencias basadas en el género son ejemplos de desigualdad de género. </p>
<h2>Igualdad de género completa</h2>
<p>En los casos en los que los deportes están diferenciados por género, los deportes femeninos están diseñados para ser una especie de “versión inferior” de los masculinos. Las carreras femeninas son más cortas, hay menos categorías de peso, el equipamiento y los recintos son más ligeros y pequeños, y las mujeres llevan indumentaria que marca más su figura.</p>
<p>¿Son diferencias naturales y universales? En absoluto. Las diferencias en las condiciones de participación de hombres y mujeres son el resultado de las decisiones tomadas por quienes controlan los deportes olímpicos, los responsables de la toma de decisiones, <a href="https://doi.org/10.1177/0891243219867914">que siguen siendo predominantemente hombres</a>. </p>
<p>De hecho, hay varios deportes y pruebas en el programa olímpico que no están diferenciados por género. Por ejemplo, los atletas masculinos y femeninos que compiten en <a href="https://www.worldarchery.sport/rulebook">tiro con arco</a> y <a href="https://www.worldbadminton.com/rules/">bádminton</a> utilizan el mismo lugar, equipamiento y reglas.</p>
<p>Esto pone de manifiesto las contradicciones internas del programa olímpico: algunas pruebas están concebidas para que sean diferentes para hombres y mujeres, mientras que otras no. De ahí la necesidad de identificar todas las diferencias basadas en el género.</p>
<p>Estas contradicciones internas también exigen una mayor atención por parte del COI y la adopción de una definición más completa de la igualdad de género, que incluya oportunidades y estatus. El COI debe mirar más allá de las cifras y trabajar con las federaciones internacionales para abordar las condiciones de participación de los atletas masculinos y femeninos en los mismos deportes. </p>
<p>Fundamentalmente, adoptar y aplicar la igualdad de género no significa que empecemos a utilizar los deportes masculinos como norma (por ejemplo, aumentando la duración de las carreras femeninas para que sea la misma que la de las masculinas). Se trata más bien de una oportunidad para que las federaciones internacionales determinen las mejores condiciones posibles para todos los atletas de sus deportes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/211941/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Michele K. Donnelly recibe financiación de Social Sciences and Humanities Research Council (SSHRC).</span></em></p>En todas las declaraciones del COI sobre París 2024 se ha destacado que, por primera vez, habrá el mismo número de atletas hombres y mujeres. Pero eso solo garantiza la paridad de género, sin abordar las condiciones de participación de hombres y mujeres.Michele K. Donnelly, Assistant professor, Department of Sport Management, Brock UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2120312023-08-22T13:51:02Z2023-08-22T13:51:02ZLos éxitos del Mundial de fútbol femenino reflejan las diferencias de género entre países<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/543949/original/file-20230821-29-pfq61q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C10%2C6968%2C4642&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La española Esther González sostiene el trofeo celebrando al final de la final de la Copa del Mundo de fútbol femenino entre España e Inglaterra en el Estadio Australia en Sídney, Australia, el 20 de agosto de 2023.</span> <span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Abbie Parr)</span></span></figcaption></figure><p>La emoción de la final de la Copa Mundial Femenina de Fútbol entre el equipo español –la Roja– y las Leonas inglesas tuvo a los aficionados en el borde del asiento.</p>
<p><a href="https://www.bbc.com/sport/football/66517612">Dos millones de personas –una cifra récord– asistieron a los partidos</a> en Australia y Nueva Zelanda, dejando claro lo alto que pueden llegar las mujeres con las oportunidades y el apoyo adecuados.</p>
<p>Pero el Mundial de Fútbol femenino de este año también significó un cambio más amplio, más allá de los límites del terreno de juego. Los partidos estuvieron acompañados de demandas a favor de <a href="https://www.hrw.org/news/2023/07/25/womens-world-cup-shows-equality-still-has-long-way-go">la igualdad de trato de las mujeres en el deporte</a>… <a href="https://www.iadb.org/en/improvinglives/what-womens-world-cup-says-about-gender-equality">y mucho más allá</a>.</p>
<p>Al examinar los resultados de los países que participaron en el Mundial podemos hacernos una idea de los esfuerzos que se están haciendo para abordar la desigualdad de género más allá del deporte.</p>
<h2>Políticas de igualdad de género</h2>
<p>Las naciones mejor clasificadas en el torneo, como Suecia, Inglaterra, España y Australia, han <a href="https://www.weforum.org/agenda/2022/07/gender-equal-countries-gender-gap/">diseñado políticas e invertido en mujeres y niñas</a> en temas que van más allá del deporte femenino. </p>
<p>Los países escandinavos son conocidos por sus mejores condiciones para las mujeres, como un reparto más equitativo del trabajo <a href="https://www.bbc.com/worklife/article/20200303-how-sweden-is-fixing-the-housework-gender-gap">doméstico</a> <a href="https://doi.org/10.1080/03630242.2021.1872759">no remunerado</a>, aunque el problema aún no está resuelto del todo. Suecia cuenta con una <a href="https://eige.europa.eu/gender-mainstreaming/countries/sweden">Política Nacional de Igualdad de Género</a> que también incluye una declaración en la que se afirma que debe cesar la violencia de los hombres contra las mujeres. </p>
<p>También es fundamental garantizar que el acceso a la educación se traduce en oportunidades laborales, reparto del poder político e igualdad de beneficios económicos. Inglaterra exige a las empresas con 250 empleados o más que informen sobre las <a href="https://www.gov.uk/government/publications/gender-pay-gap-reporting-guidance-for-employers/who-needs-to-report">diferencias salariales entre hombres y mujeres</a>, una política importante que apoya la paridad económica.</p>
<p>España ha sido <a href="https://www.ohchr.org/en/press-releases/2023/02/spain-un-experts-hail-new-feminist-legislation">elogiada por sus políticas feministas</a> que facilitan el acceso a los derechos sexuales y reproductivos. La <a href="https://eige.europa.eu/gender-mainstreaming/countries/spain?language_content_entity=en">Ley de Igualdad</a> incluye el permiso de paternidad y la representación política equilibrada entre hombres y mujeres. Además, los planes de igualdad para eliminar la <a href="https://bovemontero.com/en/2023/02/27/what-is-an-equality-plan-and-what-are-its-new-features-in-2023/">discriminación</a> de género son obligatorios en todas las organizaciones públicas y privadas con más de 250 empleados. </p>
<p>Australia también cuenta con una <a href="https://www.pmc.gov.au/office-women/national-strategy-achieve-gender-equality">Estrategia nacional para lograr la igualdad de género</a>, que incluye un <a href="https://www.directory.gov.au/portfolios/prime-minister-and-cabinet/department-prime-minister-and-cabinet/womens-economic-equality-taskforce">Grupo de trabajo para la igualdad económica de las mujeres</a>. </p>
<p><a href="https://doi.org/10.1016/S0305-750X(98)00156-9">Las investigaciones han recomendado muchas de las mismas políticas</a> que estos países han emprendido para integrar la igualdad de género en otras partes del mundo.</p>
<h2>Desarrollo sostenible</h2>
<p>Los países que destacaron en el Mundial también obtuvieron mejores resultados en <a href="https://dashboards.sdgindex.org/rankings">desarrollo sostenible</a>. Este vínculo entre mayores logros deportivos y desarrollo sostenible tiene sentido, ya que investigaciones recientes han <a href="https://doi.org/10.1007/s11332-022-01017-9">relacionado clasificaciones más altas en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU con logros en deportes olímpicos</a> y viceversa. </p>
<p>El <a href="https://hdr.undp.org/data-center/human-development-index#/indicies/HDI">Índice de Desarrollo Humano</a> mide aspectos como la esperanza de vida, la educación y la renta nacional bruta per cápita.</p>
<p>Los resultados del fútbol femenino parecen estar aún más relacionados con otro tipo de índice de desarrollo: el <a href="https://hdr.undp.org/planetary-pressures-adjusted-human-development-index#/indicies/PHDI">Índice de Desarrollo Humano ajustado a las presiones planetarias</a>. Este índice tiene en cuenta el impacto humano de las actividades que se realizan en la Tierra, como la cantidad de dióxido de carbono que emite cada persona. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Gráfico lineal de datos de numerosos países con el total de puntos de fútbol en el eje Y y el IDH ajustado a las presiones planetarias en el eje X" src="https://images.theconversation.com/files/543793/original/file-20230821-27-6a2tbm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/543793/original/file-20230821-27-6a2tbm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=350&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/543793/original/file-20230821-27-6a2tbm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=350&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/543793/original/file-20230821-27-6a2tbm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=350&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/543793/original/file-20230821-27-6a2tbm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=440&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/543793/original/file-20230821-27-6a2tbm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=440&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/543793/original/file-20230821-27-6a2tbm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=440&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Varios finalistas de la Copa Mundial Femenina aparecen en la región superior derecha de este gráfico, lo que ilustra que una menor huella medioambiental está asociada a un mayor éxito del equipo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Deborah de Lange)</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nd/4.0/">CC BY-ND</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Mi análisis reveló que una menor huella medioambiental coincidía con un mayor éxito del equipo. </p>
<h2>Desarrollo de género</h2>
<p>El análisis también descubrió que los resultados futbolísticos de las mujeres estaban relacionados con el <a href="https://hdr.undp.org/gender-development-index#/indicies/GDI">Índice de Desarrollo de Género</a>, que difiere del Índice de Desarrollo Humano. </p>
<p>El Índice de Desarrollo de Género mide la desigualdad entre hombres y mujeres en tres aspectos: esperanza de vida, educación e ingresos. Dado que hombres y mujeres viven en circunstancias diferentes, hay que prestar una atención específica a los problemas de las mujeres. Los gritos a favor de la <a href="https://www.theguardian.com/football/2023/mar/01/moving-the-goalposts-canada-women-fight-equal-pay">igualdad salarial en el fútbol femenino</a> dan fe de ello.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un gráfico lineal de datos de numerosos países con el total de puntos de fútbol en el eje Y y el IDG en el eje X" src="https://images.theconversation.com/files/543791/original/file-20230821-17-dw4hl4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/543791/original/file-20230821-17-dw4hl4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/543791/original/file-20230821-17-dw4hl4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/543791/original/file-20230821-17-dw4hl4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/543791/original/file-20230821-17-dw4hl4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=432&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/543791/original/file-20230821-17-dw4hl4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=432&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/543791/original/file-20230821-17-dw4hl4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=432&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un mayor Índice de Desarrollo de Género se asocia con el éxito del equipo de fútbol femenino.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Deborah de Lange)</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nd/4.0/">CC BY-ND</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Mi análisis reveló que los países con un mayor Índice de Desarrollo de Género tenían más probabilidades de obtener mejores resultados en fútbol.</p>
<h2>Las mujeres son la mitad de la población</h2>
<p>Es necesario recordar al mundo que las mujeres constituyen <a href="https://ourworldindata.org/gender-ratio">aproximadamente el 50 %</a> de la población mundial.</p>
<p>Desarrollar la mayor reserva posible de talentos para el deporte femenino se beneficiaría de aumentar el número y la calidad de esos números. Y dar a todas las niñas una mejor oportunidad desde el principio. Obviamente, reducir la reserva de talentos disponible <a href="https://doi.org/10.3982/ECTA11427">no conducirá a resultados positivos</a>. Por desgracia, en muchos países sigue habiendo pruebas de <a href="https://www.unfpa.org/gender-biased-sex-selection">abortos selectivos en función del sexo</a> y <a href="https://www.unicef.org/gender-equality">discriminación contra las niñas</a>.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Gráfico de barras con un pico en el centro y una pendiente descendente a ambos lados" src="https://images.theconversation.com/files/543794/original/file-20230821-19-bb35h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/543794/original/file-20230821-19-bb35h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=360&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/543794/original/file-20230821-19-bb35h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=360&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/543794/original/file-20230821-19-bb35h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=360&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/543794/original/file-20230821-19-bb35h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=453&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/543794/original/file-20230821-19-bb35h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=453&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/543794/original/file-20230821-19-bb35h.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=453&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Variación de la proporción de géneros en los países que compiten en fútbol femenino. Los países con un mayor porcentaje de mujeres obtienen mejores resultados en el Índice de Desarrollo Humano ajustado a la presión planetaria, en el Índice de Desarrollo de Género y en la Copa Mundial Femenina.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Deborah de Lange)</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nd/4.0/">CC BY-ND</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Además, <a href="https://www.hks.harvard.edu/faculty-research/policy-topics/gender-race-identity/autocracy-and-patriarchy-are-surging-worldwide">las autocracias como Rusia</a> –gobiernos en los que el poder absoluto lo ostenta una sola persona– <a href="https://www.taylorfrancis.com/chapters/edit/10.4324/9780203822302-17/reconstructing-gender-iraqi-women-dictatorship-war-sanctions-occupation-nadje-al-ali">suelen basarse en la consolidación del poder masculino</a> <a href="https://doi.org/10.1093/isq/sqw021">en detrimento de las mujeres</a>. Las democracias, en cambio, se basan en los derechos humanos, que incluyen los de la mujer. De hecho, los mejores equipos de fútbol femenino proceden todos de democracias. </p>
<h2>Continuar la lucha</h2>
<p>La historia del fútbol femenino es una historia de perseverancia. Aunque el primer partido internacional de fútbol entre Escocia e Inglaterra se disputó en 1881, en 1921 se produjo un giro desalentador cuando la Asociación Inglesa de Fútbol <a href="https://girlssoccernetwork.com/europe-womens-soccer-ban/">prohibió jugar a las mujeres</a>, lo que les frenó en este deporte durante 50 años.</p>
<p>Desde entonces, la lucha ha sido ardua. Las mujeres han experimentado <a href="https://www.historyextra.com/period/general-history/women-barred-banned-illegal/">una larga historia de prohibiciones</a> en muchos tipos de actividades y ámbitos. Esto ha perjudicado el desarrollo de la mujer en todo el mundo.</p>
<p>La historia nos dice que debemos estar siempre alerta y seguir luchando por los derechos y la igualdad. De hecho, <a href="https://www.europarl.europa.eu/news/en/agenda/briefing/2021-02-08/12/women-s-rights-still-a-long-way-to-go-to-achieve-gender-equality">aún nos queda mucho camino por recorrer</a>, sobre todo teniendo en cuenta la forma en que <a href="https://theconversation.com/the-pandemic-deepened-gender-inequality-in-dual-career-households-203818">la pandemia agravó las desigualdades de género</a>.</p>
<p>Mejorar la situación de las mujeres requiere diversas intervenciones. Entre ellas aplicar la igualdad de retribución y de oportunidades de empleo a través de la legislación, así como cambiar de las leyes fiscales y las prestaciones para reforzar a la mujer como miembro del hogar en igualdad de condiciones. </p>
<p>Añadir una variable de “desigualdad de la mujer en el deporte” al Índice de Desarrollo de Género puede mejorar nuestra capacidad para medir el impacto de estos cambios en el progreso que tan desesperadamente necesitamos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/212031/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Deborah de Lange recibe financiación del SSHRC y el ESRC.</span></em></p>Al examinar los resultados de la Copa Mundial Femenina de la FIFA, podemos hacernos una idea de los esfuerzos que están haciendo los países para abordar la desigualdad de género más allá del deporte.Deborah de Lange, Associate Professor, Global Management Studies, Toronto Metropolitan UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2013142023-04-18T16:50:27Z2023-04-18T16:50:27ZLa ética del cuidado como base para el currículum coeducativo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/515496/original/file-20230315-14-9g8mrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C8%2C5797%2C3600&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/agriculture-nurturing-baby-plant-protect-nature-431996716">Shutterstock / wk1003mike</a></span></figcaption></figure><p>El cuidado es un derecho imprescindible para el sostenimiento de la vida. Todas las personas lo necesitamos para tener una vida digna. En España más del 75 % de las personas que prestan cuidados a personas dependientes <a href="https://www.observatoriosaludmujeres.es/covid-19-y-cuidados-informales-el-impacto-en-la-salud-de-las-mujeres/">son mujeres</a>. En el resto del mundo <a href="https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/documents/publication/wcms_633166.pdf">las proporciones son similares</a>.</p>
<p>En un contexto social y cultural basado en la desigualdad, el cuidado es entendido como un trabajo de mujeres. Además, es un trabajo que no tiene <a href="http://www.gemlac.org/attachments/article/318/guia_economia_cuidados.pdf">prestigio social</a>. Es necesario un cambio de paradigma que recupere el valor del cuidado como un derecho para todas las personas.</p>
<p>La mejor manera de lograr este cambio es mediante una educación basada en la ética del cuidado. Para ello, el cuidado debe convertirse en una responsabilidad social y formar parte de la práctica educativa. Esto nos obliga a revisar y reajustar los contenidos curriculares e impulsar conocimientos y saberes que vayan más allá de lo meramente académico.</p>
<h2>Educar en igualdad</h2>
<p>En el sistema educativo actual existen actitudes y valores tradicionalmente considerados propios de los chicos o de las chicas, pese a que formalmente se les considera iguales.</p>
<p>Por ejemplo, en cuanto a la diversificación de opciones profesionales, las jóvenes han optado por estudios relacionados con profesiones consideradas femeninas, en las ramas administrativa, sanitaria, asistencia a personas dependientes, turismo, peluquería, etcétera; aunque en la actualidad la presencia de mujeres es cada vez mayor en los estudios universitarios de ingeniería e informática, todavía no se puede hablar de <a href="https://www.educacionyfp.gob.es/dam/jcr:95061d7e-da6f-46ad-a828-53f5d604697c/libro-steam-1-2-22-web-.pdf">una participación equilibrada</a>. </p>
<p>Un sistema educativo formalmente igualitario no garantiza la igualdad real cuando persiste la transmisión de dichos valores y actitudes. Ya que no existe una educación desprovista de valores, es necesario explicitarlos y reconocerlos.</p>
<p>En España, además, el currículum coeducativo es un <a href="https://documentos.anpe.es/ANPE_LOMLOE/182/">requisito</a> de la ley de educación. </p>
<h2>Centros de cuidado</h2>
<p>Una de las autoras más relevantes en la ética del cuidado es <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Nel_Noddings">Nel Noddings</a>, que pone de manifiesto la necesidad de implementar medidas desde la ética del cuidado en el ámbito educativo para construir una teoría de la educación libre de sesgos de género.</p>
<p>Noddings propone organizar el currículum alrededor de centros de cuidado. En ellos, el profesorado desarrolla su función desde una dimensión no solo académica: adopta un rol de cuidador, sugiriendo, inspirando, negociando y fomentando el diálogo con el alumnado para construir, de manera colaborativa, decisiones. </p>
<p>Su propuesta tiene cuatro elementos estratégicos: </p>
<ol>
<li><p><strong>Modelar:</strong> constituye el núcleo de la pedagogía del cuidado ya que aprender a cuidar es la respuesta a una experiencia del cuidado. Por tanto, es imprescindible que el profesorado oriente y muestre la importancia del cuidado al alumnado.</p></li>
<li><p><strong>Dialogar:</strong> a través del diálogo ambas partes se muestran capaces de una relación basada en el cuidado y permite que el que cuida conozca las necesidades, expectativas y preocupaciones del que es cuidado.</p></li>
<li><p><strong>Confirmar:</strong> la confirmación es un acto de afirmación, de refuerzo positivo, de manera que reconocemos un yo mejor y estimulamos su desarrollo. La confirmación por parte del profesorado requiere que exista una relación de confianza, de sensibilidad y respeto donde se conozcan los motivos y los hechos. </p></li>
<li><p><strong>Practicar:</strong> mediante la práctica se aprende a través de la experiencia de cuidar. El profesorado debe actuar como un cuidador experimentado y acompañar al alumnado en su propio aprendizaje del cuidado.</p></li>
</ol>
<h2>Otras medidas necesarias</h2>
<p>Además de los centros de cuidado, existen otras medidas que se pueden tomar para facilitar una educación igualitaria: </p>
<ol>
<li><p>Elaborar contenidos académicos y extraacadémicos libres de sesgos de género, para evitar la perpetuación de roles y estereotipos que generen cualquier tipo de discriminación. </p></li>
<li><p>Trabajar valores de paz, igualdad, respeto, tolerancia y libertad dentro de los principios democráticos de la convivencia.</p></li>
<li><p>Reconocer las aportaciones impulsadas por la economía feminista y el ecofeminismo.</p></li>
<li><p>Incorporar la educación afectiva sexual integral, que debe estar orientada al conocimiento de la sexualidad, el desarrollo de las capacidades afectivas y prácticas saludables para evitar modelos de subordinación.</p></li>
<li><p>La inclusión de la genealogía de las mujeres, reconociendo su contribución social, científica, histórica y cultural al desarrollo de la humanidad. </p></li>
<li><p>Dotar de valor al ámbito reproductivo y de cuidados, a partir de una visión crítica de la realidad, mediante un análisis crítico de la realidad sobre las tareas de cuidado. Por ejemplo, mediante la <a href="https://www.ine.es/prensa/np669.pdf">Encuesta de Empleo del Tiempo del INE</a> se puede elaborar una tabla con indicadores para medir la corresponsabilidad, detectar las cargas de trabajo y si están justa y equitativamente repartidas, tanto en función de su especificidad como de las posibilidades personales y la disponibilidad laboral de las personas de la unidad familiar. Se visibilizan así los trabajos de cuidados y se pueden estudiar las relaciones de cuidado con perspectiva de género.</p></li>
<li><p>Promover la autoestima y la autonomía personal entre el alumnado.</p></li>
<li><p>Adquirir competencias y habilidades para organizar la sociedad en el cuidado de las personas y el medio ambiente, de manera transversal en todas las asignaturas y etapas educativas, siguiendo lo establecido en <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000252423">Educación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible: objetivos de aprendizaje</a>.</p></li>
<li><p>Generar espacios para que chicos y chicas adquieran conocimientos y habilidades para cuidar y ser cuidados. </p></li>
</ol>
<p>La ética del cuidado ofrece un nuevo imaginario colectivo donde mujeres y hombres se encuentran frente a los mismos derechos y responsabilidades. Además, permite cuestionar y visibilizar la división sexual del trabajo y buscar nuevas experiencias y reclama la corresponsabilidad de todas personas a la hora de asumir las tareas de cuidados.</p>
<h2>Ciudadanía libre de discriminación</h2>
<p>Gracias a este enfoque, podemos recuperar el valor transformador de los Derechos Humanos con la finalidad de impulsar un nuevo modelo de ciudadanía garantizado para todas las personas, en particular, para las mujeres y las niñas.</p>
<p>Solo tras un profundo análisis de los objetivos y de las prácticas educativas podremos avanzar en el desarrollo integral de las personas y en la satisfacción plena de sus necesidades. Desde la escuela podemos prevenir, e incluso, eliminar conductas, actitudes y acciones discriminatorias y de violencia contra las mujeres.</p>
<p>Se trata de un modelo educativo que va más allá de lo meramente académico e impulsa un nuevo modelo de ciudadanía libre de cualquier tipo de discriminación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/201314/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Helena Aparicio Sanmartín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Visibilizar y dar valor al cuidado en el currículum, tanto con materias específicas como con la manera de educar en general, permite transmitir valores de igualdad y corresponsabilidad.Helena Aparicio Sanmartín, Profesora de la asignatura de Educación, género y políticas de igualdad en la escuela, del MU en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2011132023-03-07T18:34:53Z2023-03-07T18:34:53ZLa desigualdad de género también está presente en los algoritmos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/513679/original/file-20230306-26-13tezh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4305%2C2404&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/facial-recognition-search-surveillance-person-modern-1475971292">Trismegist san / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En esta época de avances tecnológicos sin precedentes, la inteligencia artificial (IA) es una herramienta que nos ofrece grandes posibilidades en ámbitos como la medicina, la eficiencia energética, el desarrollo sostenible, el medioambiente, el cambio climático o las emergencias humanitarias, entre otros. Sin embargo, la IA también plantea desafíos, especialmente en la lucha contra la discriminación digital, en la que se incluye la discriminación de género. </p>
<p>Un claro ejemplo es el de los sistemas recomendadores o buscadores de nuestros dispositivos móviles debido a que pueden discriminar a la hora de ofrecernos determinados productos o servicios por cuestiones de género. De manera similar, debido a la existencia de prejuicios históricos o culturales, los algoritmos de la IA que procesan datos de personas en <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0260409">herramientas de selección de personal</a> pueden favorecer más a una clase que a otra. Por clase entendemos un determinado género, grupo de edad, comunidad o colectivo. </p>
<p>En el Día Internacional de la Mujer, mujeres y hombres por igual podemos afrontar este desafío ético en relación con la IA. Por un lado, como consumidores (dispositivos IoT, robots, plataformas digitales, etc.) debemos asumir la responsabilidad de tomar decisiones informadas que nos permitan elegir opciones justas, respetuosas con los demás y sostenibles: nuestras elecciones tienen el poder de transformar aquellos algoritmos que aprenden de los datos (algoritmos de aprendizaje de las máquinas o <em>machine learning</em>) para promover la igualdad. </p>
<h2>Construir proyectos justos e igualitarios</h2>
<p>Por otro lado, los equipos de mujeres y hombres que trabajan con datos reales para desarrollar e implementar herramientas de IA deben apostar por construir proyectos justos e igualitarios con impacto social. Estos proyectos no contemplarían exclusivamente prevenir la discriminación digital, también descubrir patrones de discriminación o estigmatización en la sociedad que permitan diseñar estrategias destinadas a garantizar la igualdad.</p>
<p>Si bien la IA automatiza los procesos que intelectualmente son propios de los seres humanos, esta definición se convierte hoy más que nunca en un compromiso de los profesionales y docentes que trabajan en este campo para garantizar la calidad de vida de todas las personas sin discriminación de ningún tipo. Este debe ser el fin último detrás de cada algoritmo y el que ineludiblemente siempre redundará en beneficio de la sociedad. ¿No es acaso el servicio hacia los demás un proceso intelectual propio de los seres humanos que trasciende fronteras? A este respecto, en el Día Internacional de la Mujer se nos hace imprescindible compartir este “espacio para la igualdad” con todos los grupos vulnerables: niñas y niños, jóvenes adolescentes, personas mayores, personas con discapacidad, personas en situación de marginalidad, etc.</p>
<p>En este contexto, es importante abordar las siguientes preguntas: ¿puede la IA combatir la discriminación? ¿Qué pasos se pueden dar hacia la igualdad? Para responder debemos tomar un enfoque multifactorial.</p>
<ul>
<li><p><strong>Desde la diversidad y la educación</strong></p>
<p>Creando equipos multidisciplinares de desarrolladores de IA que estén equitativamente representados por mujeres y hombres. Dichos equipos deben contar con el apoyo de un equipo directivo igualmente representado y comprometido con la justicia, la ética y la calidad. Para poder alcanzar esta diversidad es esencial potenciar las capacidades y el espíritu crítico de los más jóvenes desde la educación en todos los ámbitos. </p>
<p>Todavía tenemos mucho trabajo por delante. Nuevamente aquí, este día que hemos designado como un espacio para la igualdad se convierte en la plataforma perfecta para apoyar el esfuerzo de todas las niñas, adolescentes y mujeres con perfil científico-tecnológico o STEM (<em>Science, Technology, Engineering and Mathematics</em>) para que puedan perseguir sus objetivos y conquistar sus metas sin “techos de cristal”. </p></li>
<li><p><strong>Desde el debate social y la acción política</strong></p>
<p>Promoviendo campañas de concienciación y políticas que fomenten la igualdad de oportunidades en el mundo académico, en el mundo empresarial y en la producción industrial o cultural. Por ejemplo, en la U.E. existe el Instituto Europeo para la Igualdad de Género <a href="https://eige.europa.eu/es/in-brief">(EIGE)</a> que quiere ser un canal de asesoramiento que permita a los países llevar a cabo políticas de igualdad en <a href="https://eige.europa.eu/gender-mainstreaming/policy-areas">diversas áreas</a>. Fuera de la U.E. existen iniciativas como el proyecto <a href="https://www.media.mit.edu/projects/gender-shades/overview/"><em>Gender Shades</em></a> del MIT que tiene por objetivo identificar la discriminación de género en la IA. </p></li>
<li><p><strong>Desde la regulación normativa</strong></p>
<p>Creando un marco ético y político adecuado para la gestión de la IA. Propuestas desde la Comisión Europea (<a href="https://artificialintelligenceact.eu/documents/"><em>The AI Act</em>, 2022</a>), EE. UU. (<a href="https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Blueprint-for-an-AI-Bill-of-Rights.pdf"><em>Blueprint for an AI Bill of Rights</em>, 2022</a>) u organismos internacionales como la UNESCO (<a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381137"><em>Recommendation on the Ethics of Artificial Intelligence</em>, 2022</a>) están dirigiendo sus esfuerzos hacia la formulación de unas directrices que promuevan la igualdad en los algoritmos.</p></li>
<li><p><strong>Desde un punto de vista técnico</strong></p>
<p>La representatividad de los datos de entrada (<em>inputs</em>) es fundamental, ya que los modelos “supervisados” de IA aprenden y entrenan a partir de estos datos, lo que significa que todas las clases deben estar igualmente representadas. </p>
<p>Asimismo, la transparencia y la accesibilidad de los algoritmos es necesaria para poder comprobar que no están vinculados a estereotipos de género, raza, edad, religión o nacionalidad y puedan ser validados mediante auditorías. Compañías como IBM (<a href="http://aif360.mybluemix.net/"><em>AI Fairness 360</em></a>) y Google (<a href="https://pair-code.github.io/what-if-tool/"><em>What-if</em></a>) están desarrollando librerías de código abierto con el objetivo de detectar posibles sesgos mediante métricas de equidad en los algoritmos antes de su implantación.</p></li>
</ul>
<p>Para concluir, les voy a contar que como profesora de cursos en la Universidad de Navarra, donde utilizamos herramientas de inteligencia artificial sobre casos de uso reales, año tras año los grupos formados por alumnas y alumnos demuestran su inquietud y compromiso para que los algoritmos no perjudiquen a los más vulnerables dirimiendo estas cuestiones éticas con tesón. Los futuros profesionales de la IA buscan apoyo y soluciones para construir un mundo más justo e igualitario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/201113/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Montserrat-Ana Miranda no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La inteligencia artificial puede combatir los sesgos de género desde el debate social y la acción política, desde la diversidad y desde la regulación normativa.Montserrat-Ana Miranda, Profesora del Instituto de Ciencia de los Datos e Inteligencia Artificial (DATAI), Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1984342023-02-09T18:58:30Z2023-02-09T18:58:30ZPor qué es importante que haya tanto maestros y enfermeros como ingenieras<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/506458/original/file-20230125-12-hbnd3z.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=15%2C7%2C5277%2C3475&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-small-nursery-school-children-man-2021953406">Shutterstock / Ground Picture</a></span></figcaption></figure><p>La igualdad de género se ha convertido en un aspecto relevante en las políticas públicas, tanto en lo que se refiere al logro del equilibrio de género como a la integración del análisis sexo y género en el contenido de la investigación y la innovación. </p>
<p>Las brechas de género comienzan tímidamente a disminuir, pero las elecciones académicas por ramas de conocimiento siguen mostrando una segregación horizontal por sexos, en algunos ámbitos con porcentajes semejantes a los años 70 del siglo XX. </p>
<p>Por ejemplo, el último informe <a href="https://www.umultirank.org/export/sites/default/.galleries/generic-images/Gender-Monitor-2022/u-multirank-gender-monitor-2022.pdf"><em>Gender Monitor</em></a>, de octubre de 2022, sitúa en cifras superiores al 80 % el alumnado femenino cursando en la actualidad, en orden de prioridad, Enfermería, Educación, Trabajo Social y Psicología, unas cifras que se elevan hasta el 90-95 % en el caso del alumnado de Educación Infantil en algunas de las universidades públicas de España.</p>
<p>El informe lo elabora U-Multirank, el <em>ranking</em> internacional de universidades promovido por la Comisión Europea; analiza más de 1 000 instituciones de 80 países, entre ellos España, con datos de todas las universidades españolas.</p>
<h2>Un desequilibrio sin explicación científica</h2>
<p>Este desequilibrio, que en el siglo XXI carece de toda fundamentación científica y racional, no ha implicado, sin embargo, un cuestionamiento social de base. Al contrario, es precisamente la “naturalización” social de determinadas aptitudes y actitudes genéricas, tanto para la formación en determinadas ramas de conocimiento como en el ejercicio de profesiones concretas, la que permite su perpetuación.</p>
<p>Al amparo de fundamentos culturales decimonónicos, sin soporte legal y político, estas creencias están firmemente asentadas en una base ideológica estructural sólida, por lo que es imprescindible comenzar analizando la situación actual desde la trayectoria histórica, social e ideológica que proporciona la perspectiva de género. </p>
<h2>Argumentos irracionales del pasado</h2>
<p>Fueron numerosos los <a href="https://cuny.manifoldapp.org/read/la-mujer-del-porvenir/section/257caab6-066e-4db6-8674-20ed166944df">artículos</a>, <a href="https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/18658/CL_2_2003_08.pdf?sequence=1&isAllowed=y">tratados científicos</a>, congresos, e incluso <a href="https://www.studocu.com/es/document/universidade-de-vigo/derecho-derecho-mercantil/dialnet-la-discriminacion-legal-de-la-mujer-en-el-siglo-xix-3819440/26154074">instrucciones públicas</a> que se ensañaron en demostrar la inferioridad intelectual de las féminas y, consecuentemente, la necesidad de plantear currículums diferenciados en función de sus “inferiores” capacidades y, fundamentalmente, del <a href="https://www.upf.edu/documents/3885005/3891251/Garcia.pdf/27bcdaed-7b49-4179-9f65-2552db14955d">rol social</a> que estaban llamadas a ejercer en tanto que mujeres. </p>
<blockquote>
<p>“Desde su inteligencia a su estatura, todo en ella es inferior y contrario a los hombres. Todo en ella va de fuera a dentro. Todo es concentrativo, receptivo y pasajero; en un hombre todo es activo y expansivo (…) En sí misma, la mujer, no es como el hombre, un ser completo; es sólo el instrumento de la reproducción, la destinada a perpetuar la especie; mientras que el hombre es el encargado de hacerla progresar, el generador de inteligencia, a la vez creador y demiurgo del mundo social. Así es que todo tiende hacia la no-igualdad entre los sexos y la no equivalencia; de modo que las mujeres, inferiores a los hombres, deben ser su complemento en las funciones sociales”. </p>
<p>“De la mujer y sus derechos en las sociedades modernas”, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Pompeyo_Gener">Pompeyo Gener</a>, La Vanguardia, 1889.</p>
</blockquote>
<p>Pese a la irracionalidad y anacronismo de dichas argumentaciones, los fundamentos de las mismas se reproducen en el imaginario social, perpetuando la masculinización actual de ciertas ramas del conocimiento, como es el caso de las ingenierías, cuyo porcentaje de representación femenina, a nivel europeo, presenta tasas en torno al 20 %. Por el contrario, el ejercicio de profesiones orientadas a la atención y cuidado (Enfermería, Trabajo Social y Magisterio) fueron ámbitos considerados no sólo exclusivamente femeninos, sino de obligatorio ejercicio por parte de las mujeres. </p>
<p>La dictadura franquista fue especialmente incisiva en este aspecto, cuando, una vez aceptado como mal menor el trabajo remunerado por parte de las mujeres, las orienta hacia aquellas profesiones moralmente aceptadas como femeninas. </p>
<p>Para hacerlo, disfraza dicha obligatoriedad como particular dotación femenina, revestida de tintes vocacionales, encontrando en su carácter eminentemente femenino argumentos sobrados para su menor remuneración y, fundamentalmente, para su desprestigio social.</p>
<h2>Todas las ramas del conocimiento son científicas</h2>
<p>En vísperas de la celebración del 11F, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una efeméride importante para mostrar referentes femeninos en ciencia, tecnología e investigación y eliminar los prejuicios y estereotipos de género que continúan manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de dichos espacios, continúa siendo necesario reflexionar en torno a los fundamentos ideológicos que perpetúan las desigualdades. </p>
<p>Debemos deconstruir sus fundamentos desde el origen, cambiando la perspectiva de análisis en dos direcciones: la primera es el reconocimiento de la cientificidad de todas las ramas de conocimiento, y no exclusivamente las que comprende el ámbito de las STEM; la segunda y decisiva, la necesidad de activar políticas públicas paralelas y equilibradas que terminen tanto con la masculinización como con la feminización de los ámbitos académicos y profesionales. </p>
<h2>Los cuidados, especialidad de todos</h2>
<p>Así podremos garantizar la universalización de los cuidados como patrimonio de la humanidad, y no como especialidad reservada a las mujeres. </p>
<p>De la misma manera, podremos terminar con el desprestigio que determinadas trayectorias profesionales continúan teniendo por el hecho de haber sido consideradas tradicionalmente como femeninas, siendo un ejemplo paradigmático la Educación Infantil o el Trabajo Social. </p>
<h2>Referentes masculinos</h2>
<p>Como defiendo en <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8553600">una investigación reciente</a>, contar con referentes masculinos en la ética del cuidado de las personas, de la expresión natural de los sentimientos, en el ejercicio de los saberes asignados culturalmente a las mujeres siempre será positivo y enriquecedor para la construcción de las identidades masculina y femenina en clave igualitaria.</p>
<p>Si el diseño y articulación de las políticas de igualdad no tienen como objetivo equilibrar la presencia de hombres y mujeres en todos los ámbitos y niveles de la vida laboral y personal será imposible lograr la igualdad real y terminar con los prejuicios genéricos que prevalecen en el ámbito formativo y laboral. Para ello se deben promover en condiciones igualitarias acciones divulgativas que visibilicen referentes masculinos en espacios feminizados en la misma medida que las mujeres que son referentes en espacios copados por hombres, en conjunción con todas las acciones que pongan en cuestionamiento la denominada masculinidad hegemónica para presentar propuestas articuladas desde las masculinidades igualitarias.</p>
<h2>Justicia social</h2>
<p>Las acciones no revierten los planteamientos ideológicos, ni en la intimidad de los hogares, ni en el imaginario social, ni en las instituciones, que son un microcosmos de la realidad social. </p>
<p>El ejercicio de subordinación del colectivo femenino se perpetúa y retroalimenta a través de aquellas profesiones para las que se nos considera “naturalmente capacitadas” trasladando a las mismas el desprestigio con que el patriarcado revistió su particular modelo de feminidad. </p>
<p>Por tanto, eliminar los sesgos genéricos en el ámbito académico y profesional no es sólo cuestión de igualdad, sino de justicia social.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198434/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Matilde Peinado Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las elecciones académicas siguen mostrando una segregación por sexos: las carreras de educación, trabajo social o enfermería son sobre todo elegidas por mujeres. Las ingenierías, por hombres.Matilde Peinado Rodríguez, Profesora titular del área de Didáctica de las Ciencias Sociales, Universidad de JaénLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1970412023-02-07T17:53:32Z2023-02-07T17:53:32ZCómo hacer que la religión sea una aliada para lograr la igualdad de género<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/506442/original/file-20230125-12-mj2gwj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C1%2C997%2C655&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> </figcaption></figure><p>Existe una tendencia a creer que igualdad y secularidad son valores asociados mientras las religiones se suelen vincular con la desigualdad de género. Esta visión se revela, sin embargo, simplista, ya que es todavía escasa la investigación sobre en qué medida las actitudes de género en los contextos religiosos contribuyen a resultados de desigualdad para las mujeres.</p>
<p>Las <a href="https://www.womenshistory.org/exhibits/feminismo-la-segunda-ola">feministas de la segunda ola</a> consideraron las practicas religiosas como perjudiciales para la igualdad de las mujeres, pero olvidaron el influjo de las creencias en la vida ordinaria de muchas de ellas. Este análisis unidimensional tiende a crear un nuevo estereotipo: el de la mujer creyente y sometida, que se opone radicalmente a la feminista emancipada, que suele ser blanca y occidental.</p>
<p>La investigación reciente está intentando ir más allá de esta polarización. Trabajos como <a href="https://press.princeton.edu/books/hardcover/9780691153278/religious-difference-in-a-secular-age">este</a> cuestionan algunos de los presupuestos del feminismo liberal. En las últimas décadas se constata un creciente interés académico por los derechos e identidades de las mujeres religiosas en países con políticas secularistas donde el estatus hegemónico del laicismo occidental ha derivado en una limitación de los derechos religiosos, principalmente de migrantes y minorías. </p>
<p>Estas políticas, por otra parte, tienden a obtener impactos contrarios a los deseados, con el surgimiento de corrientes fundamentalistas y una reacción contracultural que favorece los roles de género considerados tradicionales.</p>
<p>Está cada vez más claro que la secularización aparece como un fenómeno ambivalente en relación a la igualdad entre mujeres y hombres. Reconciliar libertad de religión e igualdad género parece un intento postmoderno de equilibrar la comprensión secular y religiosa sobre el género. Esto puede resolver problemas específicos, pero difícilmente reconciliará concepciones diferentes. Por eso, las agendas de investigación y las agendas políticas deberían buscar un nuevo enfoque postsecular a estos conflictos.</p>
<h2>Formas de armonizar posiciones</h2>
<p>La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aboga por la creación de estrategias de amplio alcance dirigidas al desarrollo, la democratización y la consolidación de la paz. Debemos reflexionar sobre cómo establecer con éxito una relación constructiva entre ambos derechos humanos que, como tales, <a href="https://www.ohchr.org/es/about-us/history/vienna-declaration#:%7E:text=La%20Conferencia%20Mundial%20de%20Derechos,humanos%20en%20todo%20el%20mundo.">son universales, indivisibles e interdependientes</a>. Urge buscar nuevas formas de armonizar posiciones diversas, más allá de las guerras culturales y de los estereotipos, tanto de género como religiosos. <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/15570274.2022.2111801?journalCode=rfia20">Investigaciones recientes</a> sugieren diversas líneas de trabajo:</p>
<ul>
<li><p><strong>Centrarse en los problemas y necesidades reales de las mujeres</strong>. Las formas actuales de enfrentar la religión y la laicidad en relación con el género dan lugar a formas de polarización entre actores religiosos y laicos. Escuchar y empoderar a las mujeres dentro de las comunidades religiosas debería ser uno de los principales objetivos en los esfuerzos por armonizar la libertad religiosa con la igualdad de género.</p></li>
<li><p><strong>Apoyarse en las religiones como agentes de cambio social</strong> para lograr una igualdad de derechos que sea multidimensional. Muchos líderes religiosos y comunidades están firmemente comprometidos con la defensa de los derechos humanos para todos y la construcción de la paz. Los valores religiosos puede ser una fuente de motivación en las luchas por la inclusión, la concordia y la no discriminación.</p></li>
<li><p><strong>Debería respetarse la autonomía de las comunidades religiosas</strong> para lograr la igualdad de derechos a partir de sus propios valores y tradiciones y permitirles tomar sus propias decisiones sobre cómo incorporar los valores culturales seculares en materia de igualdad de género. Los desarrollos sensibles al género dentro de las diferentes tradiciones religiosas deben dejarse en manos de los respectivos creyentes, quienes son los titulares de los derechos en el contexto de la libertad de religión o creencias.</p></li>
<li><p>Es necesario <strong>abrirse a otras lecturas sobre la igualdad</strong> que provienen de las tradiciones religiosas y pueden enriquecer y complementar el concepto de igualdad de género que se ha fraguado mayoritariamente en un contexto secular. Por ejemplo, el concepto de complementariedad y corresponsabilidad que se ha desarrollado en un contexto cristiano plantea un modelo de solidaridad entre sexos y entre generaciones, sin renunciar al concepto de igualdad de derechos.</p></li>
<li><p><strong>Promover cambios de actitud antes que establecer prohibiciones o mandatos</strong>. La legislación contra la discriminación por sí sola no gana la batalla contra la intolerancia. El éxito viene a través de un cambio de actitudes y comportamientos. Usar pequeños incentivos para motivar es mucho más efectivo que imponer prohibiciones.</p></li>
<li><p>Un último aspecto, no menos importante, consiste en <strong>promover una estrategia preventiva a través de la educación</strong>. En la línea del <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/">Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4</a> es importante promover programas de educación en derechos humanos, buscando eliminar patrones de comportamiento que reflejen prejuicios construidos sobre la idea de que las mujeres son inferiores. También es necesario eliminar los posibles estereotipos religiosos que puedan sustentar el activismo en favor de la igualdad de género. Cabría incorporar un enfoque de pluralismo religioso a los programas sobre la igualdad de género y llevar una perspectiva de género a las políticas diseñadas para promover la libertad religiosa.</p></li>
</ul>
<p>En sociedades cada vez más plurales debemos aplicar políticas flexibles que ayuden a armonizar los valores de la igualdad de género y de la libertad religiosa sin que avanzar en un aspecto signifique renunciar al otro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/197041/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Montserrat Gas Aixendri recibe fondos del Proyecto I + D+i PID2020-114400GB-I00, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (MCIN/ AEI/10.13039/501100011033/).</span></em></p>Escuchar y empoderar a las mujeres dentro de las comunidades religiosas es primordial para armonizar la libertad religiosa con la igualdad de género. También deberíamos abrirnos a otras lecturas sobre la igualdad que provienen de las tradiciones religiosas.Montserrat Gas Aixendri, Catedrática de Derecho eclesiástico del Estado, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1986932023-02-01T18:43:53Z2023-02-01T18:43:53ZCoeducación: ¿qué dice la neurociencia?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/507401/original/file-20230131-7253-qv2cjh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=25%2C0%2C5708%2C3828&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pupils-working-their-desks-class-elementary-309241190">Shutterstock / wavebreakmedia</a></span></figcaption></figure><p>Cómo definimos quiénes somos se ha convertido en un un concepto clave para comprender nuestras propuestas políticas, sociales, culturales; es decir, de convivencia ciudadana. </p>
<p>La comprensión integral de la identidad humana exige explicaciones desde múltiples niveles: desde lo genético y fisiológico hasta lo social y cultural. También nos obliga a plantearnos la vieja disputa entre las características supuestamente innatas y las adquiridas: naturaleza y cultura, cuerpo y mente, o sexo y género; por poner tres ejemplos.</p>
<p>El conocimiento hoy exige aplicar una visión biocultural, en la que las diversas disciplinas que estudian el ser humano colaboran y dialogan; en especial, las neurociencias y las ciencias humanas y sociales. Las categorías identitarias cerradas son cada vez más incompatibles con un cuerpo en continuo diálogo y <a href="https://www.comares.com/libro/la-diferencia-sexual-en-el-cerebro_143034/">plasticidad</a>.</p>
<p>Llamamos neuroeducación al campo de conocimiento que busca el diálogo entre las disciplinas vinculadas a la investigación sobre el cerebro y aquellas dedicadas a la educación. </p>
<h2>Neuroeducación: saber cómo educar</h2>
<p>Aunque el término neuroeducación no es <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780128196410000773">nuevo</a>, es un campo que requiere más investigación, debate, encuentro y colaboración. </p>
<p>Algunas propuestas parecen proponer que los hallazgos de las neurociencias se han de traducir en órdenes para las aulas. Pero saber cómo educar es un conocimiento que requiere de un diálogo continuo. La neuroeducación puede protagonizar hoy ese diálogo de investigación colaborativa.</p>
<p>Veamos un ejemplo. ¿Qué dicen las neurociencias sobre la práctica de separar niñas y niños en las aulas? ¿Qué dice la práctica educativa y la pedagogía?</p>
<h2>¿Cerebros diferentes según el sexo?</h2>
<p>Si hubiera una diferencia sexual en el cerebro que afectara la cognición se podría interpretar que en cierta manera ello obliga a ordenar las aulas según esas diferencias cognitivas, y de ahí se pasaría a argumentar la idoneidad de separar niños y niñas. Esta lógica suele ser la que utilizan quienes mantienen la conveniencia de terminar con la coeducación en la escuela.</p>
<p>Sin embargo, <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11199-014-0438-9">no está claro</a> que <a href="https://theconversation.com/you-dont-have-a-male-or-female-brain-the-more-brains-scientists-study-the-weaker-the-evidence-for-sex-differences-158005">haya</a> tal <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26822439/">diferencia sexual</a>, y tampoco si esta podría conllevar diferencias en los <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11199-011-0037-y">modelos de aprendizaje</a> </p>
<p>Aun aceptando que hubiera una diferencia sexual en los cerebros, no siempre ello implica concluir que la separación por grupos de cerebros diferentes redunda en una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22196326/">mejor disposición al aprendizaje</a>. </p>
<p>Es decir, no se ha evidenciado diferencia sexual en el cerebro; tampoco, si la hubiera, necesariamente debería conllevar diferencias en las formas de aprender; y, finalmente, si hay alguna diferencia no está claro que eso se haya de traducir en una separación de cerebros en las aulas porque implique un beneficio educativo. </p>
<h2>¿Para qué educamos?</h2>
<p>Responder esta pregunta obliga a reflexionar sobre el tipo de sociedad que queremos y ahí entran muchas disciplinas y conocimientos, así como experiencias e historia. ¿Queremos una sociedad competitiva o colaboradora?</p>
<p>Las diferencias cognitivas, si las hubiere, sean estas sexuales o de otro tipo, no son un argumento que directamente aconseje la separación por grupos en el proceso de enseñanza–aprendizaje. </p>
<p>Es más, y como gran parte de la comunidad educativa propone, la diversidad, y no la homogeneidad, en las aulas es un elemento que puede ayudar a promover el aprendizaje. </p>
<p>Por otra parte, si tan importantes son las diferencias entre los sujetos a la hora de aprender–enseñar, deberemos también tener en cuenta el papel que ejerce la escuela como institución que ayuda a educar para no convertir esas diferencias en desigualdades.</p>
<h2>Ventajas de la segregación</h2>
<p>La escuela segregada puede ofrecer ventajas: estandariza fácilmente los curricula, ya que su base es la homogenización de los grupos; y posibilita la multiplicación de variedad en la oferta educativa. Todo ello es atractivo para un mercado basado en dar <a href="https://www.tcpress.com/finnish-lessons-3.0-9780807764800?page_id=749">múltiples posibilidades de elección</a> a padres y madres, quienes sienten que el ejercicio de maternidad y paternidad responsables pasa por <a href="https://www.tcpress.com/hard-questions-on-global-educational-change-9780807758182">poder elegir el tipo de educación</a>.</p>
<p>También simplifica la medición y evaluación de procesos y resultados de forma homogénea, sin introducir variables de género. Esto puede explicar el interés que parte de la comunidad científica, educativa y política tiene en la educación segregada.</p>
<h2>Superar la desigualdad</h2>
<p>En cambio, si el objetivo prioritario de la educación es la formación en valores para un mundo más justo, igualitario y humano, deberíamos concentrarnos en cómo revertir los patrones de desigualdad de género que todavía perviven.</p>
<p>Para investigar cómo hacerlo necesitamos entender la complejidad del fenómeno de la construcción identitaria del sexo y el género. Y ello no sólo es una cuestión neurocientífica, sino también social y cultural. </p>
<p>La neuroeducación puede jugar un papel clave en ese reto. ¿Cómo? Por ejemplo, centrándose en evaluar las diferencias individuales, y en cómo esas diferencias pueden <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnhum.2017.00501/full">ser potenciadas</a> en sus aspectos positivos en aulas con tanta diversidad como las sociedades actuales presentan.</p>
<h2>Políticas desde la coeducación</h2>
<p>La neuroeducación abre el momento para un diálogo crítico entre disciplinas. En ese diálogo no tenemos conclusiones desde las neurociencias que avalen que los resultados educativos son mejores en la educación segregada. </p>
<p>Pero, en contrapartida, sí tenemos <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12152-011-9121-9">robustas conclusiones</a> sobre la importancia de partir de políticas de igualdad de géneros para mejorar los <a href="https://www.editions-lepommier.fr/les-filles-ont-elles-un-cerveau-fait-pour-les-maths">resultados educativos</a> de nuestras y nuestros jóvenes. </p>
<p>El modelo coeducativo es el elegido mayoritariamente por la educación pública en el ámbito mundial. Y ello es así porque respalda y ayuda a consolidar, mejor que el modelo de separación por sexos, el ideal democrático de plena igualdad. </p>
<p>En definitiva, se aprende mejor a integrar las diferencias en la diversidad de las aulas. Y es que las políticas de igualdad se pueden poner en práctica con plenas garantías en una <a href="https://iite.unesco.org/publications/education-2030-incheon-declaration-framework-action-towards-inclusive-equitable-quality-education-lifelong-learning/">escuela coeducativa</a>; y eso es algo que la experiencia sí nos demuestra con abundantes <a href="https://womendeliver.org/wp-content/uploads/2017/09/2019-6-D4G_Brief_Education.pdf">evidencias</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198693/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sonia Reverter Bañón no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Incluso aunque los cerebros de hombres y mujeres fueran diferentes biológicamente, coeducar contribuye a que las diferencias no se conviertan en desigualdades.Sonia Reverter Bañón, Profesora Titular de Filosofía, Universitat Jaume ILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1966742023-01-31T18:19:15Z2023-01-31T18:19:15ZCómo prevenir la violencia de pareja desde los centros educativos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/507302/original/file-20230131-20-wacbvj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C287%2C2447%2C1336&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/upset-teen-girl-on-bed-phone-2252706743">Shutterstock / M-Production</a></span></figcaption></figure><p>Las conductas violentas en las relaciones románticas entre adolescentes se han convertido en un área prioritaria de <a href="https://connect.springerpub.com/content/sgrpa/6/4/383.full">análisis</a> e <a href="https://www.revistapcna.com/sites/default/files/1919-2_0.pdf">intervención</a>, y en un problema de salud pública con <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1359178917302446">importantes implicaciones</a> sociales, físicas y psicológicas. </p>
<p>En esta categoría se incluye la ciberviolencia, ya que en las últimas décadas la violencia en las relaciones entre adolescentes y jóvenes ha ido <a href="https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/679217/abuso_borrajo_bp_2016.pdf?sequence=1">modificándose</a> de forma muy sutil y a menudo es difícil de <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0747563219302237">detectar</a>.</p>
<p>Entendemos por ciberviolencia en la pareja aquella que se da a través de los medios tecnológicos, bien de forma directa (subiendo fotos comprometidas de la expareja, realizando amenazas a través de las redes sociales, etc.) o de forma más sutil, mediante el control (exigir a la pareja sus claves para tener acceso a sus cuentas de redes sociales o enfadarse si ve que está en línea pero no le responde en seguida). </p>
<p>La ciberviolencia, al igual que otros tipos de violencia, conlleva también <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=732800">serias consecuencias</a>: baja autoestima, ansiedad y depresión. En el caso de suceder <a href="https://www.semanticscholar.org/paper/Ciberacoso-y-violencia-de-g%C3%A9nero-en-redes-sociales-Espinosa-%C3%81ngeles/9f149eb10df7244b7200124d0048f7c90355a927">durante la adolescencia</a>, afecta a la formación psíquica y cognitiva en general, al establecimiento de futuras relaciones sociales, y a su correcto desarrollo afectivo–social. </p>
<p>Por ello, la <a href="https://www.who.int/publications/i/item/9789240062085">Organización Mundial de la Salud</a> subraya que hay que empezar a trabajar en la prevención de la violencia en la preadolescencia y que se deben desarrollar programas de prevención en el contexto educativo. Estos deben tener en cuenta todos los tipos de violencia que se dan en el espacio ciber, incluir contenidos sobre relaciones románticas sanas y estrategias de intervención para evitar y poner fin a las relaciones románticas que no son sanas. </p>
<h2>Nuevas formas de agresión</h2>
<p>Las nuevas tecnologías se han convertido en el caldo de cultivo perfecto para la aparición de nuevas formas de agresión. Por otro lado, los cambios culturales han conllevado a su vez cambios en los sistemas de valores, los ideales, y los modos de concebir y experimentar la realidad que tienen los individuos. </p>
<p>En este sentido, se <a href="https://www.adolescenciayjuventud.org/publicacion/barometro-juventud-genero-2021/">ha constatado</a> que las <a href="http://www.injuve.es/sites/default/files/adjuntos/2019/11/resumen_la_violencia_genero_jovenes.pdf">tasas de violencia</a> en sus diferentes formas van en aumento y se tiende a normalizar entre los adolescentes la violencia (y no sólo entre aquellos más vulnerables o que presentan trastornos psicológicos), en todos los contextos, incluido el contexto de pareja. </p>
<p>Este <a href="https://theconversation.com/la-violencia-sexual-entre-adolescentes-aumenta-que-esta-pasando-195950">nuevo escenario</a> representa un importante reto para la investigación y la intervención en el ámbito de la psicología y la educación, dada la dificultad para dar respuesta a estas cuestiones siguiendo los paradigmas en los que estas disciplinas se han apoyado hasta el momento. </p>
<p>Existe una necesidad de intervenir de <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1359178912001292?via%3Dihub">manera preventiva</a> en la ciberviolencia de pareja entre adolescentes y jóvenes y parece evidente también la necesidad de que esa prevención llegue <a href="https://redined.educacion.gob.es/xmlui/handle/11162/3194">antes de la edad adulta</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/507300/original/file-20230131-3325-8kr9t0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C0%2C5375%2C3605&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/507300/original/file-20230131-3325-8kr9t0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C0%2C5375%2C3605&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/507300/original/file-20230131-3325-8kr9t0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/507300/original/file-20230131-3325-8kr9t0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/507300/original/file-20230131-3325-8kr9t0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/507300/original/file-20230131-3325-8kr9t0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/507300/original/file-20230131-3325-8kr9t0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/507300/original/file-20230131-3325-8kr9t0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/scared-upset-girl-bullied-online-suffering-1451386274">Shutterstock / SB Arts Media</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Un programa eficaz</h2>
<p>Dada la aparición cada vez más temprana de este fenómeno y las consecuencias que tiene entre adolescentes, el equipo de investigación PSIDES de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), compuesto por psicólogos y educadores sociales, realizó una revisión sistemática de los programas de prevención de la ciberviolencia entre parejas. </p>
<p>Teniendo en cuenta que se encontraron pocos programas con evidencias sobre su eficacia para hacer frente a esta problemática, el grupo de investigación decidió crear un programa de prevención de la ciberviolencia en las relaciones de pareja destinado en específico a adolescentes de entre 12 y 15 años. </p>
<p>Este programa se ha implementado de forma piloto en tres centros escolares de la comunidad autónoma vasca y en un centro escolar de México. Los resultados preliminares de nuestro programa, aún no publicados, indican que ayuda al alumnado participante a ser más consciente de lo que es la ciberviolencia en la pareja, a identificar mejor los riesgos de internet, a ser más críticos ante los mitos del amor romántico y a mostrar menos actitudes sexistas, entre otros. </p>
<p>Algunas de las claves para desarrollar la prevención son: </p>
<ol>
<li><p>Ayudar a construir un autoconcepto y autoestima saludables, ya que el autoconocimiento y la autovaloración positiva son fundamentales para aprender a protegernos.</p></li>
<li><p>Aprender a regular emociones, especialmente la ira. Ser capaces de identificar situaciones que nos generan ira, reflexionar sobre los componentes emocionales, conductuales y cognitivos de la ira, y plantearnos posibles alternativas más adaptativas.</p></li>
<li><p>Reflexionar sobre los estereotipos de género, identificando los estereotipos más comunes en la sociedad e implícitos en nuestras actividades cotidianas y, reflexionando sobre la relación que pueden tener con la violencia en la pareja.</p></li>
<li><p>Conocer los mitos sobre el amor romántico, aprender a detectarlos y analizarlos desde una visión crítica.</p></li>
<li><p>Analizar lo que se consideran conductas de riesgo en internet y en las redes sociales.</p></li>
<li><p>Detectar los diferentes tipos de violencia en las relaciones de pareja, las personas implicadas (agresor o agresora, víctima y testigos) y sus consecuencias. Especial atención requiere la ciberviolencia, por su riesgo de normalización entre las personas jóvenes.</p></li>
</ol>
<h2>Estrategias y compromisos educativos</h2>
<p>Dado que las personas menores de edad tienen derecho a una educación integral, los profesionales que intervienen con estos menores deben proporcionarles, además de conocimientos académicos, una educación que les ayude a desarrollarse plenamente en todas las facetas de la vida. </p>
<p>Como señala la actual <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2020-17264">ley de educación española</a>, el sistema educativo tiene que trabajar entre otras la educación para la salud, la educación emocional y en valores, entre los que se incluye la igualdad entre hombres y mujeres como pilar de la democracia. </p>
<p>Es decir, el sistema educativo debería garantizar una educación en igualdad y para la igualdad con especial atención a los problemas de su tiempo y de su entorno para poder contribuir a la formación de personas versátiles, participativas y concienciadas al respecto.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196674/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Iratxe Redondo Rodríguez recibe fondos de para la investigación de la Universidad del País Vasco (GIU20/003)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Joana Jaureguizar Alboniga-Mayor, IP del grupo de investigación PSIDES, recibe financiación para la investigación de la Universidad del País Vasco (GIU20/003)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Grupo de Investigación Psides financiado por la UPV/EHU </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juan Manuel Machimbarrena, María Dosil-Santamaría y Naiara Ozamiz Etxebarria no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Un programa piloto de prevención de la violencia (tanto en persona como en internet) demuestra un impacto positivo. Hay que enseñar a los jóvenes a valorarse, a regular emociones y evitar estereotipos.María Dosil-Santamaría, Profesora en el Departamento de Ciencias de la Educación en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaIratxe Redondo Rodríguez, Profesora universitaria. Psicología del desarrollo, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaJoana Jaureguizar Alboniga-Mayor, Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaJuan Manuel Machimbarrena, Profesor adjunto del departamento de Psicología Clínica y de la Salud y Metodología de Investigación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNaiara Ozamiz Etxebarria, Profesora adjunta en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaPriscila Comino González, Profesora agregada, Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, UPV/EHU, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1845382022-06-14T17:16:09Z2022-06-14T17:16:09Z¿Por qué es pertinente una revisión feminista del temario de historia?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/467695/original/file-20220608-26-dupy0m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5937%2C3515&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">_La libertad guiando al pueblo_ ( Eugène Delacroix, 1830).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Eug%C3%A8ne_Delacroix_-_Le_28_Juillet._La_Libert%C3%A9_guidant_le_peuple.jpg">Wikimedia Commons / Musée du Louvre </a></span></figcaption></figure><p>Los cambios en método y contenidos que trae la <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2020-17264">nueva ley de educación</a> han suscitado un debate que ha trascendido a la publicación de los nuevos libros de texto. La pertinencia y el rigor científico de dichos contenidos se ha puesto en entredicho en diferentes medios de comunicación.</p>
<p><a href="https://journals.sagepub.com/share/RA5PZTNZBFKPQFW7NWG8?target=10.1177/1350506817693868">Voces que caricaturizan al propio feminismo</a> y que tildan el revisionismo feminista de fechoría ideológica ejercen de resistencia contra la inclusión parcial de la historia y de las experiencias de las mujeres en los textos escolares.</p>
<p>Parece que a esas voces la mera inclusión de las producción científica, literaria y filosófica de las mujeres les causa malestar e incomodidad ya que desde su punto de vista <a href="https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=KihUCgAAQBAJ&oi=fnd&pg=PP1&ots=9USGGFUUqS&sig=CPKNm0ucBHzT8FKYSRgcLfkxybk&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false">esto implica un borrado del legado intelectual masculino</a>. </p>
<p>No obstante, <a href="https://canal.uned.es/video/61693aa2b6092314fa6a5ec2">lo relevante es plantearse por qué hasta ahora solo eran merecedoras de ser incluidas</a> en el engranaje de la reproducción cultural aquellas obras escritas por hombres y por qué las obras de las mujeres quedaban <a href="https://canal.uned.es/video/5a8eb302b1111f084f8b4569?origen=app">en los márgenes o en la sombra</a>. ¿En base a qué principio de autoridad se establece lo que merece ser transmitido generación tras generación?</p>
<h2>El tratado educativo por excelencia</h2>
<p><a href="https://www.unebook.es/es/libro/emilio-o-de-la-educacion_138502"><em>Emilio o de la Educación</em></a> (1762) de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Jean-Jacques_Rousseau">Jean Jacques Rousseau</a> se considera el tratado pedagógico por excelencia. En él se encarnan los principios ilustrados que teóricamente rompen con las sombras del Antiguo Régimen. </p>
<p>No es hasta el siglo XX cuando se comienza a dar visibilidad al tratado de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Mary_Wollstonecraft">Mary Wollstonecraft</a> titulado <a href="https://www.unebook.es/es/libro/vindicacin-de-los-derechos-de-la-mujer_119272"><em>Vindicación de los derechos de la mujer</em></a> (1792) gracias al revisionismo feminista. Esta obra es un <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8436370">tratado sobre los derechos de las mujeres</a> en el que se ponen en cuestión las desigualdades en el ámbito pedagógico y se explica cómo a las mujeres se las educa para reproducir y a los hombres para producir. </p>
<p><a href="https://www.pdcnet.org/wcp23/content/wcp23_2018_0029_0083_0087">Wollstonecraft pone en cuestión</a>, en el siglo XVIII, una sociedad que confina a las mujeres y que pone en el centro del ágora a los hombres; una sociedad que experimenta una <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_francesa">revolución</a> que no conlleva una evolución, sino que desemboca en una perpetuación de la sombra que priva a las mujeres de la clamada igualdad, fraternidad y libertad.</p>
<h2>Contexto y anacronismo</h2>
<p>Uno de los argumentos que se esgrimen para ridiculizar intelectualmente la necesidad de <a href="https://books.google.es/books?id=IOmnbJRbx5cC&pg=PR9&lpg=PR9&dq=firing+the+canon+lisbeth+goodman&source=bl&ots=Oe8zP-vzot&sig=ACfU3U16Sk2pLROOo037nGzhJtHbqAjYVA&hl=en&sa=X&ved=2ahUKEwi_j_3P_Zn4AhXkUOUKHf2oCCcQ6AF6BAgCEAM#v=onepage&q=firing%20the%20canon%20lisbeth%20goodman&f=false">revisar el canon</a> es el posible anacronismo en el que incurriría esta revisión. Es decir: según esta crítica no tiene lugar cuestionar el papel de Rousseau debido a que sus textos se produjeron en un contexto histórico concreto. </p>
<p>¿Acaso no son coetáneas las respuestas de Mary Wollstonecraft a Rousseau en la primera sección del capítulo quinto de su libro? En este capítulo Wollstonecraft se declara en guerra contra las ideas insensatas que el autor tiene sobre las mujeres, su educación y su papel en el matrimonio puesto que degradan a la mujer a ser un mero accesorio para complacer a los hombres.</p>
<p>Sin embargo, la obra de Wollstonecraft se vio sumida en las tinieblas ilustradas porque el <em>modus vivendi</em> de la autora no encajaba con los cánones sociales de cómo debía comportarse una dama británica. La obra de Rousseau <a href="https://ameliavalcarcel.com/wp-content/uploads/2015/07/que-es-y-que-plantea-el-feminismo.pdf">sí que se ha perpetuado</a>, estudiado y alabado a lo largo de los siglos a pesar de que el autor pedagógico por excelencia abandonase a sus cinco hijos en un hospicio. ¿Es realmente un anacronismo o una injusticia histórica que tenemos el deber cívico de reparar?</p>
<h2>La hermana –imaginada– de Shakespeare</h2>
<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Virginia_Woolf">Virginia Woolf</a> imaginaba cómo sería la vida de Judith Shakespeare, una hipotética hermana que imaginó para William Shakespeare. Ambos concebidos con el mismo ingenio y con la misma sabiduría, en la misma sociedad y en el mismo tiempo. </p>
<p><a href="https://aic.apsl.edu.pl/index.php/1/article/view/349">Woolf</a> pensaba en William como el hermano exitoso que habría podido ir a una escuela en la que estudiar latín y los clásicos, mientras que Judith no tuvo la oportunidad de ir a la escuela, ni mucho menos de aprender gramática ni lógica. Judith era la brillantez confinada mientras que William era el brillante genio alabado por el mundo. </p>
<p>Woolf muestra con maestría la injusticia histórica que se cierne sobre las mujeres, siendo Judith un personaje paralelo a la Sofía que Rousseau crea para satisfacer las necesidades de Emilio, al igual que en el <em>Génesis</em> se crea a Eva por y para Adán partiendo de su propia costilla.</p>
<h2>Las voces de la historia</h2>
<p>Se puede considerar a Wollstonecraft como <a href="https://octaedro.com/en/book/mary-wollstonecraft-pionera-feminista/">pionera feminista</a> por la contundencia de su publicación, pero ello no implica que no hubiera <a href="https://www.uco.es/ucopress/ojs/index.php/ij21ce/article/view/13753">voces feministas anteriores a ella desde la Antigua Grecia</a>. </p>
<p><a href="https://periodicos.ufpel.edu.br/ojs2/index.php/Arte/article/view/17917">Safo de Mitilene</a> ya pone de manifiesto en su poema <em>Las Amigas</em> el amor lésbico en la época arcaica de la literatura griega, mientras que <a href="http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:Epos-195792AC-4D5D-0C2D-9850-24B4662717EB/Documento.pdf">Erina</a>, su discípula, habla de sororidad en la época clásica. </p>
<p>Esto lleva a plantear una cuestión de interés: ¿se critican anacronismos por una presunta inexistencia del feminismo en ciertas épocas o es el feminismo un elemento diacrónico crónicamente silenciado? </p>
<p>Si es el tiempo el que da la autoridad, las voces feministas parten del origen de los tiempos y posiblemente el siglo XXI sea el momento para vencer a los obstáculos que impiden educar a las nuevas generaciones en igualdad. </p>
<p>Es por ello por lo que la revisión de los textos escolares es necesaria para avanzar hacia un modelo de transmisión cultural en el que las niñas y los niños encuentren referentes para que ninguna Judith Shakespeare quede confinada o atada a la naturaleza.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184538/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Antonio Jesús Tinedo Rodríguez es contratado predoctoral (UNED-Santander) en el Departamento de Filologías Extranjeras y sus Lingüísticas de la UNED.</span></em></p>Hacer el esfuerzo por recuperar figuras femeninas de la historia e incorporarlas al temario no es una ideologización de la educación sino la revisión necesaria de un canon sesgado.Antonio Jesús Tinedo-Rodríguez, Contratado Predoctoral (UNED-Santander), UNED - Universidad Nacional de Educación a DistanciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1722052021-11-24T20:17:19Z2021-11-24T20:17:19ZClaves para educar a los jóvenes en relaciones sanas desde el primer amor<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/433674/original/file-20211124-25-1q3r484.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C6000%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/boy-girl-holding-hands-front-waste-471301040">Shutterstock / ChrisChips</a></span></figcaption></figure><p>Las primeras aproximaciones de los seres humanos entre sí buscando interacciones con un claro interés sexual o amoroso suelen ocurrir <a href="https://www.researchgate.net/publication/6595753_Risk_Factors_for_Victimization_in_Romantic_Relationships_of_Young_Women_A_Review_of_Empirical_Studies_and_Implications_for_Prevention">durante la adolescencia</a>. En <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29333960/">esta investigación</a> se señala que son las primeras experiencias las que definen los patrones de comportamiento en las relaciones de pareja en la edad adulta, sobre todo si están marcadas por la violencia. </p>
<p>Estos resultados sugieren una cuestión de gran calado: lo urgente e imprescindible que es enseñar a la juventud cómo funcionan las relaciones de pareja saludables, reales y respetuosas en la adultez. <a href="https://hipatiapress.com/hpjournals/index.php/rise/article/view/5203">Desde la familia, la escuela, los medios de comunicación y las redes sociales</a> se ofrecen modelos que reproducen un imaginario de mitos en relaciones de pareja irreales, basadas en la dependencia emocional y en patrones desajustados de dominación/sumisión. </p>
<p>Estos prototipos son propios de un patriarcado que las asfixia a ellas, con roles que evitan, por ejemplo, ser autónomas y tener confianza en las propias decisiones, pero también a ellos, encerrándolos en roles que les impiden, por ejemplo, expresar emociones o mostrar vulnerabilidad, tan necesarios en las relaciones de pareja saludables reales.</p>
<h2>El papel de la familia y de la escuela</h2>
<p>La familia es el contexto de mayor influencia en <a href="https://riunet.upv.es/handle/10251/73327?show=full">la socialización del género y también de las relaciones de pareja</a>. Sin embargo, no podemos elegir la familia que nos ha tocado, y por ello algunas personas se ven avocadas a impregnarse de los patrones con los que se relacionan sus padres y madres, basados en la violencia como forma de resolver conflictos, la falta de respecto y la desigualdad. </p>
<p>Para estas personas, la escuela puede ser una tabla de salvación. La escuela es una de las herramientas más democráticas con las que contamos en la sociedad, ya que nos permite educar y fomentar el pensamiento crítico, tan importante para poder poner en cuestión aquellos patrones sociales que encorsetan las relaciones afectivas y sexuales a unos modelos de relación caducos, desiguales y a todas luces poco éticos respecto a los derechos humanos básicos. </p>
<p>A continuación, ofrecemos algunas recomendaciones, <a href="https://www.researchgate.net/publication/273772688_Educacion_para_la_igualdad_de_genero_Un_modelo_de_evaluacion">basadas en la investigación</a>, para fomentar las relaciones de pareja saludables:</p>
<p><strong>Para las familias:</strong></p>
<ul>
<li><p>Las relaciones familiares suponen una fuente de socialización para los jóvenes en los roles de género. Padres y madres son modelos a seguir y por eso deben cuidar especialmente la forma de tratarse entre sí delante sus hijos. </p></li>
<li><p>Un estilo parental que establece límites claros a los y las jóvenes, combinado con unas relaciones entre progenitores y progenie marcadas por la cercanía afectiva y la comunicación abierta y positiva parecen tener una función protectora para las y los adolescentes ante la violencia de género en el noviazgo.</p></li>
<li><p>La adolescencia es un periodo de afirmación de la propia identidad que conlleva un proceso de distanciamiento e independencia de padres y madres. Se recomienda a los progenitores saber aceptar un segundo plano supervisor, ya que es más fácil que un/a profesor/a, amigo/a o hermano/a puedan ser la figura de apoyo que permita salir al adolescente de una relación no saludable (como agresor o víctima).</p></li>
<li><p>Es desaconsejable que padres y madres fuercen la ruptura en una relación marcada por la violencia, ya que puede ser percibido por el adolescente como una imposición que le relega a un papel secundario en la toma de decisiones en su vida. Es fundamental mantener abiertas las vías y espacios para la comunicación y la resolución de conflictos, evitando juicios y mostrando a las hijas y los hijos que el amor tiene que ver con comportamientos y no solo con sentimientos. </p></li>
</ul>
<p><strong>Para el profesorado y los centros educativos:</strong></p>
<ul>
<li><p>La coeducación o educación en valores de igualdad de género ayuda a prevenir el desarrollo de las creencias de dominio y control sobre las mujeres y las conductas machistas relacionadas con la minusvaloración de la mujer.</p></li>
<li><p>El profesorado puede convertirse en las personas adultas de referencia para los adolescentes que vivan en casa una situación de violencia en sus padres y que inicien una relación de pareja en la que, con mucha probabilidad, repetirán el patrón de relación que han visto en el seno de la familia, como agresores o como víctimas.</p></li>
<li><p>Los centros educativos deben asumir pautas igualitarias de relación y de prevención a todos los niveles, detectando y ayudando a buscar soluciones y alternativas en los casos ya establecidos (Planes de Igualdad), incorporando en el currículo el análisis crítico de los mitos y creencias y haciendo especial hincapié en los estereotipos que están manejando tanto profesores y profesoras como chicos y chicas.</p></li>
<li><p>Es importante que los adolescentes se acostumbren a contrastar la información y tener un pensamiento crítico sobre los contenidos que aparecen en los medios de comunicación, videojuegos, redes sociales e internet y a fomentar el uso de contenidos igualitarios en los derechos y roles de hombres y mujeres en la sociedad.</p></li>
</ul>
<p>Para terminar, <a href="https://www.adolescenciayjuventud.org/publicacion/desarrollo-positivo-adolescente-cuantitativo/">la investigación demuestra</a> que la adolescencia es, quizás, el periodo vital con más consecuencias en nuestras vidas. Es de tal importancia que, por ejemplo, marca si se establecerán relaciones de pareja saludables en la edad adulta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/172205/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Amapola Povedano-Díaz es miembro de Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas. AMIT. Iniciativa para la Educación Emocional, Ética y Social. IE3S.
Ayudas a la Investigación de la Fundación Ayuda contra la Drogradicción. FAD. y el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y Juventud .CRSAJ.</span></em></p>Las primeras experiencias de pareja y sexuales son las que definen los patrones de comportamiento en la edad adulta. Por eso es tan importante conocer las claves para educar a los jóvenes en relaciones sanas desde el primer amor.Amapola Povedano-Díaz, Profesora Titular de Universidad en Psicología Social. Desarrollo positivo adolescente desde una perspectiva de género. Empleabilidad, Emprendimiento, Prácticas., Universidad Pablo de OlavideLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1678262021-10-19T18:13:32Z2021-10-19T18:13:32ZPor qué las políticas de movilidad urbana deben tener en cuenta a las mujeres<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/426549/original/file-20211014-16-xrzzwi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C4%2C2995%2C1985&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/barcelona-spain-september-21-2021-two-2048734931">Shutterstock / agsaz</a></span></figcaption></figure><p>Como todos hemos notado alguna vez, la localización de diferentes servicios en nuestra ciudad es de suma importancia para llevar a cabo nuestras actividades diarias, que están limitadas en el espacio y el tiempo. El transporte está, además, determinado por la topografía de la región y la topología de la red de transporte disponible. </p>
<p>Aunado a lo anterior, la accesibilidad no solo está determinada por la dimensión espacial y temporal. También está definida por los factores individuales, como género, edad, situación familiar, etnia, raza, religión, capacidad mental/física y clase económica, de los ciudadanos que viven y se desplazan en esa región. </p>
<p>El transporte es el medio necesario para acceder a los servicios, realizar diferentes actividades, disfrutar de la ciudad y, en términos generales, ejercer nuestros derechos como ciudadanos. El transporte, por tanto, es la herramienta que hace posible la accesibilidad y, como describe <a href="https://transportgeography.org/">Jean-Paul Rodrigue</a>, su demanda es una demanda derivada de una necesidad, dejando aparte los viajes turísticos (que son marginales). </p>
<h2>Diferencias de género en la movilidad</h2>
<p>El transporte y la planificación urbana tradicionalmente no han tenido en cuenta las diferencias de género: las ciudades se han diseñado de acuerdo con una visión tradicional de las personas que van de casa al trabajo y viceversa. Sin embargo, el género juega un papel importante en la movilidad y en la forma en que vivimos la ciudad. </p>
<p>Diferentes estudios en todo el mundo muestran que los hombres tienen distancias de viaje más largas y patrones de viaje más directos que las mujeres. </p>
<p>Las mujeres realizan muchas actividades diferentes, y muchos de los viajes están relacionados con la movilidad del cuidado: a menudo dejan a los niños en las escuelas o guarderías, van de compras, acompañan a los familiares a los servicios médicos y se ocupan de las necesidades del hogar. </p>
<p>Por todas estas razones, las mujeres tienen patrones de transporte más complicados, caracterizados por viajes más cortos y encadenados, con tiempos de viaje más largos, como observan múltiples estudios en diferentes partes del mundo. Además, dependen más del transporte público, mientras que los hombres utilizan más el transporte privado. </p>
<p>Como muestra <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php?title=How_do_women_and_men_use_their_time_-_statistics">Eurostat</a>, las diferencias por género con respecto a la participación en el hogar y el cuidado familiar son notablemente relevantes, por lo que los patrones diarios difieren. </p>
<p>El <a href="https://eige.europa.eu/gender-statistics/dgs/data-talks/what-lies-behind-gender-pay-gap">Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE)</a> también destaca que la cantidad desproporcionada de tiempo que las mujeres dedican al cuidado y al trabajo no remunerado repercute directamente en las oportunidades de empleo y otras actividades. Todos estos factores contribuyen a dar forma a patrones de movilidad diferenciales por género.</p>
<h2>Cambios debidos a la pandemia de covid-19</h2>
<p>A partir de la expansión de la pandemia de covid-19, los patrones de movilidad se han transformado. España experimentó uno de los confinamientos más severos de Europa. Muchas personas comenzaron a trabajar desde casa. Según el INE, <a href="https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INECifrasINE_C&cid=1259952649680&p=1254735116567&pagename=ProductosYServicios%2FINECifrasINE_C%2FPYSDetalleCifrasINE">en 2019 solo el 4,8 % trabajaba habitualmente desde casa (la mitad de la semana o más) y el 3,5% trabajaba ocasionalmente desde casa</a>. </p>
<p>Aquellos que pueden teletrabajar tienden a estar altamente cualificados con mejores salarios y condiciones contractuales. Otros tuvieron que reducir su jornada laboral o perdieron su empleo. Además, durante los primeros meses de la pandemia las escuelas cerraron y los niños tenían solo clases virtuales y las actividades al aire libre estaban severamente restringidas. </p>
<p>Solo los trabajadores de primera línea podían desplazarse y se llevaban a cabo actividades de cuidado indispensables. Cabe señalar que en España las mujeres representan hasta <a href="https://www.inmujeres.gob.es/actualidad/noticias/2020/Mayo/InformeCOVID19.htm">el 66 % del personal sanitario, el 84 % de los profesionales de enfermería y el 84 % de los cuidadores de personas mayores</a>. En Cataluña, <a href="https://www.idescat.cat/pub/?id=iig&n=11585&lang=es">el 22,9 % de las mujeres están empleadas en educación, sanidad y trabajo social, frente al 6,8 % de los hombres</a>. Al mismo tiempo, son estos trabajos los que tienen mayor temporalidad y salarios más bajos. </p>
<p>Hemos analizado las tendencias y patrones de movilidad en el área metropolitana de Barcelona antes y después del brote pandémico de covid-19, con especial énfasis en cuestiones de género e igualdad. El estudio se basa principalmente en datos elaborados a partir de teléfonos inteligentes. </p>
<p>Los resultados muestran que el género desempeña un papel relevante en la movilidad, <a href="https://www.fundacionalternativas.org/laboratorio/documentos/documentos-de-trabajo/movilidad-y-transporte-opciones-politicas-para-la-ciudad">como ya se destacó en otros estudios</a>, pero después del brote pandémico algunos grupos de población tuvieron más posibilidades de cambiar sus patrones de movilidad. Todo ello ante un panorama de restricciones, en el que la frecuencia del transporte público disminuyó, mientras los riesgos por contagio se incrementaron.</p>
<h2>Diferencias según el nivel socioeconómico</h2>
<p>Hemos realizado <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/13/14/7908">un análisis exploratorio</a> utilizando los datos de viajes dentro del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) realizados por residentes en el AMB. La información procedía de los teléfonos móviles y consideraba la renta per cápita. </p>
<p>Los resultados indican que, en términos generales, el número total de viajes disminuyó de 2019 a 2020. Sin embargo, no disminuyeron de manera homogénea con respecto a todas las categorías socioeconómicas: los viajes diarios realizados por grupos de bajos ingresos fueron similares entre 2019 y 2020. Se sospecha un efecto de género que no se ha podido confirmar porque se carece de información individual detallada para comprender el comportamiento.</p>
<p>En 2020, los grupos de ingresos más altos disminuyeron su movilidad en comparación con el grupo de ingresos más bajos. Los trabajadores con ingresos más bajos estaban empleados como trabajadores de primera línea, como son las actividades asistenciales. Eran, básicamente, personas que no podían teletrabajar. En este sentido, según las estadísticas, las mujeres tienen más probabilidades de formar parte de este colectivo. </p>
<p>Además, en los últimos años, la tecnología y la aparición de nuevos servicios de movilidad también han moldeado y transformado los patrones de movilidad, especialmente para ciertos grupos de población. Antes de la pandemia, el estudio del caso de Barcelona mostró que las mujeres eran proclives a preferir modos sostenibles, mientras que los hombres preferían las alternativas de micromovilidad. </p>
<p>La micromovilidad simplemente no es adecuada para muchos viajes típicos de las mujeres, como compras y actividades de acompañamiento o de cuidado. Por tanto, las ciudadanas prefieren moverse por las zonas más centrales de Barcelona en transporte público y caminando, aunque, como muestra <a href="https://observatorimobilitat.atm.cat/es/encuestas-de-movilidad.php">el análisis de los datos de la Encuesta EMEF</a>, en los anillos exteriores de Barcelona las mujeres también dependen más del transporte privado. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/423843/original/file-20210929-18-cqv0bq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/423843/original/file-20210929-18-cqv0bq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/423843/original/file-20210929-18-cqv0bq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=491&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/423843/original/file-20210929-18-cqv0bq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=491&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/423843/original/file-20210929-18-cqv0bq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=491&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/423843/original/file-20210929-18-cqv0bq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=617&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/423843/original/file-20210929-18-cqv0bq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=617&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/423843/original/file-20210929-18-cqv0bq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=617&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Diagrama que representa los factores implicados en la movilidad urbana.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0965856416302555">Adaptado de Glenn Lyons, PTV UK Innovation Day, 2019, Londres.</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Cómo gestionar mejor la movilidad urbana</h2>
<p>Aquellas actividades que pueden realizarse sin necesidad de desplazamiento físico, por el acceso virtual que permite la tecnología, pueden dar lugar a nuevos patrones de movilidad para los segmentos de población que pueden utilizarlas. No es el caso de las tareas que no pueden ser realizadas sin presencia física, y en estas, el género y la edad son un factor discriminante. </p>
<p>Así, lograr el objetivo de sostenibilidad en la movilidad urbana concierne no solo a la tecnología, sino también a las condiciones que determinan las necesidades de accesibilidad para la realización de las actividades, y lo primero implica las necesidades de los diferentes usuarios del sistema de transporte asegurando físicamente la accesibilidad. Por lo tanto, es necesario repensar la accesibilidad al transporte para los diferentes grupos de población y para ello la distribución equitativa de servicios de calidad en la ciudad es indispensable.</p>
<p>La pospandemia podría desencadenar cambios importantes en la ciudad: un aumento en el uso de la tecnología, una reflexión sobre la movilidad innecesaria y un cambio en los esquemas de trabajo y servicios. Pero todos estos temas deben pensarse en línea con las políticas de sostenibilidad e igualdad. La conocida como brecha digital es un ejemplo de ello. </p>
<p>Este estudio deja muchas puertas abiertas para futuras investigaciones en el campo de la movilidad. En un mundo donde se puede acceder a una cantidad ingente de datos, su desagregación es indispensable, por ejemplo, para relacionar las distribuciones de tiempos y distancias de viaje con información que incluya los factores específicos que afectan a las condiciones de género.</p>
<hr>
<p><em>La consultora <a href="https://scholar.google.com.ph/citations?user=Wcnl8SsAAAAJ&hl=en">Lucía Mejía-Dorantes</a> ha colaborado en la elaboración de este artículo.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/167826/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lídia Montero Mercadé recibe fondos de MCIN. Ha dado asistencia técnica al Plan Urbanístico Metropolitano de Barcelona a través de la UPC. La Autoritat del Transport Metropolità y la empresa NOMMON cedieron los datos para la realización del estudio mencionado en el presente artículo.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Entre 2017 y 2020 fui Asesor Estratégico en Modelos de transporte para la empresa PTV AG, a cuya plaforma softawre para la planificación estratégica "Visum" se alude en el paper.</span></em></p>Los patrones de transporte de hombres y mujeres son diferentes debido a factores como los tipos de trabajos que ellas suelen desempeñar y su papel en el cuidado familiar.Lidia Montero Mercade, Profesora del Departamento de Estadística e Investigación Operativa especializada en transporte, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTechJaume Barceló Bugeda, Profesor Emérito del Departamento de Estadística e Investigación Operativa, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTechLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1535142021-02-05T21:04:55Z2021-02-05T21:04:55Z¿Por qué la gente tiene más hijos en el norte de Europa que en el sur?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/382710/original/file-20210205-23-ak2puy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C0%2C5988%2C3998&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La fecundidad es generalmente alta en el norte de Europa y baja en el sur de Europa.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/fr-fr/photo/famille-de-quatre-marchant-dans-la-rue-2253879/">Pexels / Emma Bauso</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>En <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/fr/data/database">Europa</a>, cada mujer da a luz a 1,6 hijos en promedio. Sin embargo, este promedio oculta variaciones considerables de un país a otro. Las mujeres en España, con 1,26 hijos de media, se encuentran entre las menos fecundas de Europa, mientras que las de Francia, con 1,84 hijos, se encuentran en el extremo superior del espectro. Pero, ¿cómo varía la fecundidad dentro de Europa y qué explica estas diferencias entre países?</p>
<h2>Alta fecundidad en el norte de Europa, baja en el sur</h2>
<p>La fecundidad es generalmente alta en el norte de Europa y baja en el sur (Figura 1). Esta división norte-sur ya era visible hace dos o tres décadas (figura 2), lo que sugiere que se debe a mecanismos profundamente arraigados y no a factores económicos.</p>
<p>Uno de los primeros mecanismos son las políticas familiares, presentes en todos los países europeos. Estas políticas tienen como objetivo ayudar a las familias con niños y permitir que los padres (en particular las madres) trabajen, ya sea a través de subvenciones, permiso parental después del parto y servicios de cuidado para niños pequeños.</p>
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<span class="caption">Variaciones en la tasa global de fecundidad en Europa (2018).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaborado por Gilles Pison, 2020</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<span class="caption">Tasas global de fecundidad en los 28 países de la Unión Europea en 2000 y 2018.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaborado por G. Pison, 2020</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Sin embargo, la inversión en servicios y financiación varía entre países, representando alrededor del 1,5% del PIB total en 2015 en los países del sur de Europa y más del doble en los del norte, alrededor del 3,5%.</p>
<p>Los gastos asociados con los permisos de paternidad o maternidad son mucho más altos en los países del norte, no tanto por la duración de la licencia, la cual puede ser larga en los países del sur, sino por el monto de la paga, que es significativamente menor en el sur que en el norte. </p>
<p>La oferta de servicios formales de cuidado infantil también está mucho más desarrollada en el norte, y la proporción de niños pequeños atendidos por personas que no son familia ni parientes es mucho mayor.</p>
<h2>¿Serían natalistas los países nórdicos?</h2>
<p>¿El importante apoyo brindado a las familias en los países del norte significa que estas últimas sean más propensas a traer hijos al mundo? En el caso de estos países, las políticas familiares no pretenden incrementar el número de nacimientos, sino permitir a los padres conciliar trabajo y familia.</p>
<p>Estos países buscan en particular promover el trabajo de las mujeres. Las tasas de participación de las mujeres en la fuerza laboral en dichos países pueden ser las más altas de Europa, o incluso del mundo, pero siguen siendo más bajas que las de los hombres. Las políticas de Estado tienen como objetivo reducir estas brechas y, en última instancia, lograr la igualdad de género en el mercado laboral.</p>
<p>Hasta hace unas décadas estaba muy extendida la idea de que las mujeres tenían que quedarse en casa para poder tener más hijos. Sin embargo, es en los países donde las mujeres trabajan más donde tienen más hijos. Las tasas de empleo femenino son más altas en el norte de Europa y más bajas en el sur, y es en el norte donde las mujeres tienen más hijos, y no al revés.</p>
<h2>Desigualdades entre hombres y mujeres: menos marcadas en el norte que en el sur</h2>
<p>En general, lo que parece relevante es la situación de la mujer en relación con el hombre. Y es más desfavorable en el sur: las desigualdades entre hombres y mujeres son más marcadas tanto en el ámbito laboral como en el privado. Por ejemplo, el reparto de tareas entre parejas es menor.</p>
<p>Sin guardería, es imposible que ambos padres trabajen, y uno de ellos debe dejar de hacerlo. Los hombres no se plantean cuidar a su recién nacido más allá de unos pocos días, y las mujeres no quieren una vida de ama de casa como la de sus madres o abuelas; además, las parejas necesitan mantener dos ingresos para mantener su nivel de vida.</p>
<p>Esto es cierto tanto en Europa como en muchos otros países. Por tanto, las parejas retrasan la llegada de un hijo si no pueden conciliar el trabajo y la familia. Al posponer el momento de tener hijos, algunas parejas finalmente se dan por vencidas.</p>
<p>Las políticas familiares en los países del norte de Europa no tienen como objetivo apoyar la fecundidad, como se mencionó anteriormente. Más bien, su fecundidad relativamente alta es una de las consecuencias indirectas, no necesariamente intencionadas inicialmente, de las políticas destinadas a promover la igualdad entre mujeres y hombres.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1114&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1114&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1114&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1400&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1400&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1400&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Cambios en la tasa total de fecundidad desde el año 2000 en algunos países europeos y en Estados Unidos.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaborado por Gilles Pison, 2020</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>La crisis financiera de 2007-2008 y la disminución de la fecundidad</h2>
<p>La fecundidad se ha mantenido relativamente alta en los países del norte de Europa durante las últimas tres décadas, pero el indicador de fecundidad ha fluctuado. Fue en aumento a principios de la década del año 2000, luego la tendencia se revirtió y el indicador cayó drásticamente después del 2008 (gráfico 3). Esta reversión está vinculada a la crisis financiera de 2007-2008.</p>
<p>La recesión económica y el aumento del desempleo como resultado de la crisis hicieron que el futuro fuera más incierto. Algunas parejas pospusieron sus planes de tener hijos con la esperanza de que llegarían días mejores.</p>
<p>La disminución de la tasa global de fecundidad (TGF) en los últimos años ha variado según los países. En los Estados Unidos, entre el inicio de la crisis en el 2007 y el 2018, la TGF cayó un 23%, de 2,12 hijos por mujer a solo 1,73 (gráfico 3). En el Reino Unido, pasó de 1,96 en el 2008 a 1,68 en el 2018, una caída del 17%. Si bien Francia no es una excepción, la disminución fue menor, menos del 8% entre 2008 y 2018, y comenzó más tarde, ya que los efectos de la recesión económica afectaron al país más lentamente. El impacto de la crisis y los efectos del desempleo probablemente se vieron atenuados por las generosas políticas sociales y familiares en Francia.</p>
<p>La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 será una oportunidad para verificar una vez más el papel amortiguador de las políticas familiares. De hecho, la pandemia y la crisis económica resultante pueden conducir a una disminución de los nacimientos y de la TGF. Si es así, ¿el descenso en Europa será uniforme o más pronunciado en los países que ya tienen la fecundidad más baja? La respuesta llegará en unos meses, cuando nazcan los niños concebidos durante la crisis.</p>
<hr>
<p><em>Este texto es una adaptación de un artículo publicado por el autor en Population & Societies, no. 575, “<a href="https://www.cairn.info/revue-population-et-societes-2020-3-page-1.htm">France: la fécondité la plus élevée d’Europe</a>” , marzo de 2020.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/153514/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gilles Pison a reçu des financements de l'Agence nationale de la recherche française et des National Institutes of Health américains.</span></em></p>La fecundidad es mayor en el norte de Europa que en el sur. Para entenderlo, analizamos las políticas de familia e igualdad y el contexto económico.Gilles Pison, Anthropologue et démographe, professeur au Muséum national d'histoire naturelle et chercheur associé à l'INED, Muséum national d’histoire naturelle (MNHN)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1540242021-02-03T19:40:47Z2021-02-03T19:40:47ZAño 2021: La comunidad internacional no logra la igualdad entre hombres y mujeres<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/382252/original/file-20210203-21-1aitbqs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5991%2C3997&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/gender-equality-concept-woman-hands-holding-1205245405">Shutterstock / StunningArt</a></span></figcaption></figure><p>La eliminación de todas las situaciones sociales, económicas, políticas y culturales que asignan a la mujer una posición de desventaja frente al hombre se ha convertido en una prioridad en el debate público y en la arena política, tanto en el plano nacional como en el internacional. </p>
<p>El principio de igualdad entre el hombre y la mujer y la prohibición de discriminación por razón de sexo se encuentran recogidos en todas las constituciones de las democracias contemporáneas y en los textos internacionales de derechos humanos más relevantes.</p>
<p>Aunque se han dado pasos muy importantes y significativos para lograr estos objetivos, ningún país, ni siquiera los occidentales, ha alcanzado la plena igualdad entre el hombre y la mujer. </p>
<p>Así, el <a href="https://eige.europa.eu/areas/gender-equality-index-2020-country-factsheets">Índice de Igualdad de Género de 2020</a> acaba de publicar las puntuaciones que han obtenido los Estados miembros de la Unión Europea y que oscilan entre los 83,8 puntos de Suecia y los 52,2 puntos de Grecia. España ha alcanzado 72 puntos, y la Unión Europea en su conjunto obtiene un valor de 66,2. </p>
<p>En el plano universal, la Organización de las Naciones Unidas se considera un escenario indispensable para la constitución de un régimen bien definido de derechos de la mujer y de equiparación entre los géneros. </p>
<h2>Supuesta igualdad desde 1945</h2>
<p>Hay que recordar que la prohibición de discriminación por motivo de sexo y el principio de igualdad de derechos entre hombres y mujeres se incorporó en la <a href="https://www.un.org/es/charter-united-nations/index.html">Carta de San Francisco de 1945</a> y, tres años después, en la <a href="https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/">Declaración Universal de los Derechos Humanos</a>.</p>
<p>El tratado más representativo en la materia, y uno de los principales instrumentos internacionales de derechos humanos, es la <a href="https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/cedaw.aspx">Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer</a>, aprobada por la Asamblea General el 18 de diciembre de 1979. </p>
<p>Posteriormente, la afamada <a href="https://www.unwomen.org/es/how-we-work/intergovernmental-support/world-conferences-on-women">Conferencia Mundial de la Mujer</a>, celebrada en Pekín en 1995, arrancó a los gobiernos el compromiso de incluir de manera efectiva una dimensión de género en todas las políticas e instituciones.</p>
<h2>Los ODS recogen sus derechos</h2>
<p>En épocas más recientes se ha forjado un amplio consenso en torno a la <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/">Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible</a>. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible actuales incorporan una hoja de ruta incluyente, universal y vinculada a los derechos humanos. En particular, el <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/gender-equality/">Objetivo 5</a> enuncia el propósito de lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a las mujeres y las niñas, incluidos sus derechos sexuales y reproductivos.</p>
<p>Del mismo modo, se abre una oportunidad histórica para incorporar la perspectiva de género en el cumplimiento global de esta agenda, ya que las desigualdades de género se consideran obstáculos incompatibles con el logro de los restantes objetivos y metas que en ella se reúnen. Especialmente, los objetivos de reducción de la pobreza, la promoción de la salud y la educación, la reducción de las desigualdades, el trabajo decente y la prohibición de la esclavitud, o los relacionados con la eliminación de todas las formas de violencia.</p>
<p>En el plano regional, la Unión Europea pretende ejercer un liderazgo decisivo en los esfuerzos que se despliegan para combatir las desigualdades. Hay que tener presente que sus tratados fundacionales proclaman que la igualdad es un valor fundamental de la construcción europea, y condición necesaria para la consecución del conjunto de los objetivos del proceso de integración. </p>
<h2>Primera presidencia femenina de la UE</h2>
<p>Entre los planes generales diseñados para combatir y eliminar todas las formas de discriminación por razón de sexo y lograr la igualdad entre los géneros destaca la actual <a href="https://ec.europa.eu/info/policies/justice-and-fundamental-rights/gender-equality/gender-equality-strategy_es">Estrategia para la Igualdad de Género 2020-2025</a>, marcada por la impronta de la mujer que asume, por vez primera, la presidencia de la Comisión europea. </p>
<p>Esta estrategia recoge un programa de trabajo ambicioso: la brecha salarial, el techo de cristal, la igualdad en la toma de decisiones y la actividad política, la lucha contra la violencia de género o la dimensión de género en las transiciones verde y digital.</p>
<p>Pero en muchos puntos del planeta todavía se aprueban y aplican leyes que discriminan explícitamente a la mujer en amplias parcelas de la vida, con base en las diferencias culturales y religiosas. Evidentemente, en nuestros días no es asumible una cultura basada en prácticas nocivas como los matrimonios forzados, la mutilación genital femenina o los crímenes cometidos en nombre del honor.</p>
<p>Además, según <a href="https://interactive.unwomen.org/multimedia/explainer/covid19/es/index.html">ONU Mujeres</a>, la pandemia de la Covid-19 ha puesto de relieve que las graves crisis sanitarias y económicas no son neutrales en materia de género. Las mujeres están sufriendo más pobreza extrema, más violencia, más pérdidas de empleos, más diferencias salariales, menos protección social y mayores dificultades para conciliar la vida laboral y familiar.</p>
<p>También preocupan las <em>discriminaciones entrecruzadas</em>, que son aquellas que combinan la discriminación por razón de género con otros aspectos de la identidad de la mujer: edad, clase, raza, etnia, identidad sexual, nacionalidad, discapacidad, o condición de inmigrante y refugiada.</p>
<p>El desarrollo de un marco internacional de protección de los derechos de la mujer está siendo continuamente rebatido. En lo que llevamos de siglo, han sido frecuentes las protestas contra la igualdad de género, la lucha contra la violencia de género y los derechos sexuales de las mujeres y niñas. </p>
<p>Numerosos grupos que tratan de imponer una visión patriarcal de las relaciones de género incurren en la consideración errónea de que los hombres y las mujeres son diferentes y, sobre todo, que tienen roles diferentes en la familia y en la esfera pública. </p>
<p>Naturalmente, el escaso interés de algunos países en la promoción del reparto equitativo de responsabilidades entre hombres y mujeres contribuye a disminuir, irremediablemente, su calidad democrática.</p>
<h2>El activismo, cada vez más fuerte</h2>
<p>En contraposición, hay que destacar la fuerza del activismo por la igualdad, que batalla por defender los derechos de las mujeres en cualquier esfera de la sociedad, siempre en un clima pacífico y de respeto. </p>
<p>En el espacio público internacional son conocidas las campañas o iniciativas de las Naciones Unidas <a href="https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/take-action/16-days-of-activism">“16 días de Activismo contra la Violencia de Género”</a> o <a href="https://www.heforshe.org/es">“HerForShe”</a>, y la Iniciativa <a href="https://www.un.org/es/spotlight-initiative/">Spotlight</a> de esta misma organización internacional, en colaboración con la Unión Europea.</p>
<p>Las mujeres, que representamos la mitad de la población mundial, debemos contribuir decididamente al progreso económico y social. Muchas fueron las que en el pasado pusieron los cimientos para alcanzar un futuro más igualitario. Debemos seguir su ejemplo para que las próximas generaciones participen, por fin, en una sociedad en pie de igualdad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/154024/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Eva Díez Peralta no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>A pesar de que el marco normativo internacional cada vez se ocupa más de la igualdad entre hombres y mujeres, la realidad es que los derechos de ellas están siendo continuamente rebatidos. Dentro de la UE, Suecia es el país más igualitario. Grecia, el que menos. El activismo social, sin embargo,
cada vez tiene más fuerza en el mundo.Eva Díez Peralta, Profesora Titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Almería, Universidad de AlmeríaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1317132020-02-18T20:30:07Z2020-02-18T20:30:07Z¿Por dónde perdemos a las científicas? El mayor ‘agujero’ es el de la confianza<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/315974/original/file-20200218-10976-15zqyk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C1908%2C1172&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://pixabay.com/photos/virtual-reality-women-4490469/">Pixabay </a>, <a class="license" href="http://artlibre.org/licence/lal/en">FAL</a></span></figcaption></figure><p>Acabamos de pasar el 11 de febrero, <a href="https://www.un.org/es/observances/women-and-girls-in-science-day">Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia</a>, y los datos nos dicen que hay poco que celebrar y mucho que reivindicar. Al menos eso ocurre en ámbitos como las ingenierías. Si nos fijamos en la evolución de alumnas matriculadas en informática en España de 1985 a 2019, vemos que en el primer año del que se tienen datos (curso 1985-86) se matriculó un 30,12 % de mujeres. En el 2018-19 la cosa había caído hasta el 13,17 %.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/316006/original/file-20200218-11017-1cgnovz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/316006/original/file-20200218-11017-1cgnovz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/316006/original/file-20200218-11017-1cgnovz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=382&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/316006/original/file-20200218-11017-1cgnovz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=382&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/316006/original/file-20200218-11017-1cgnovz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=382&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/316006/original/file-20200218-11017-1cgnovz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=480&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/316006/original/file-20200218-11017-1cgnovz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=480&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/316006/original/file-20200218-11017-1cgnovz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=480&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">ingenieria.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Fuente: Unidad de Igualdad del MEFP</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>¿Qué ha pasado en estos años para que las mujeres hayan desaparecido de la ecuación tecnológica? En el ámbito académico se suele hablar de la la tubería que gotea (del inglés, <a href="https://www.nature.com/articles/s41559-018-0747-4.epdf?shared_access_token=efeF_LvZT1oXCH3DvZw6qNRgN0jAjWel9jnR3ZoTv0MLbZxHlx3TlR6feFIm-KxE5uE67poWgLY5SuOkQPnep5XLaaQAzp6uSUh2yP7ANR1hIEZPSP2hOfxOL33FzF8m5YT0gsfbiaxJqYTTTaqj_Q%3D%3D"><em>leaky pipeline</em></a>), por cuyos muchos agujeros vamos desapareciendo a lo largo de nuestro recorrido, hasta que, llegada la etapa profesional, nos hemos evaporado casi del todo. </p>
<p>Algunos de los más grandes <em>agujeros</em> son la falta de referentes femeninos en los que las niñas se puedan mirar, los sesgos y estereotipos, la falta de comprensión sobre las titulaciones y en qué se podrá trabajar en el futuro y las expectativas sociales y familiares. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/317588/original/file-20200227-24680-prozz8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/317588/original/file-20200227-24680-prozz8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/317588/original/file-20200227-24680-prozz8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/317588/original/file-20200227-24680-prozz8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/317588/original/file-20200227-24680-prozz8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/317588/original/file-20200227-24680-prozz8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/317588/original/file-20200227-24680-prozz8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/317588/original/file-20200227-24680-prozz8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Tuberia de la la progresión de la carrera profesional.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.science.org.au/files/userfiles/support/reports-and-plans/2019/gender-diversity-stem/women-in-STEM-decadal-plan-final.pdf">Women in STEM decadal plan</a></span>
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</figure>
<p>Pero si hay un agujero de dimensiones descomunales y presente en todas las etapas vitales es el de la confianza.</p>
<h2>La brecha comienza a los seis años</h2>
<p>Empecemos analizando su efecto en la infancia: en una investigación <a href="http://science.sciencemag.org/content/355/6323/389">publicada en 2017 en la revista <em>Science</em></a>, se preguntaba a niños y niñas si, cuando se les hablaba de una persona especialmente inteligente, creían que era de su género o del contrario. </p>
<p>Cuando tenían cinco años, no se observaban diferencias: en un 75 % de las ocasiones cada uno escogía su propio género. Sin embargo, a partir de los seis, mientras que los niños seguían escogiendo hombres como «muy, muy listos» en un 65 % de las veces, las niñas solo seleccionaron su propio género el 48 % de las ocasiones. </p>
<p>Christia Spears Brown, profesora de psicología y autora del libro <em>Crianza más allá del rosa o el azul</em>, declaró para <a href="http://www.bbc.com/mundo/noticias-38770317"><em>BBC</em></a> que estos resultados encajan con investigaciones anteriores que encontraron que familias y profesorado tienden a atribuir las buenas notas en el colegio al esfuerzo de las niñas, pero a la habilidad natural en el caso de los niños.</p>
<h2>Falta de confianza en la adolescencia</h2>
<p>Seguimos avanzando y llegamos a los 15 años, momento en el que hacen la prueba PISA. Según los datos del <a href="http://www.educacionyfp.gob.es/inee/evaluaciones-internacionales/pisa/pisa-2015.html">informe de 2015</a>, las niñas se creen menos capaces que los niños a la hora de alcanzar objetivos que requieran habilidades científicas. Es lo que se denomina como <em>autoeficacia</em>: confianza en la propia capacidad para lograr los resultados pretendidos. </p>
<p>Las alumnas tienden a sufrir un mayor sentimiento de ansiedad con las matemáticas, incluso las que tienen mejor rendimiento académico. Tanto es así que un <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2016.00637/full">estudio</a> demostró que si pones un examen de matemáticas idéntico a estudiantes de 12 años, uno bajo el encabezado “Geometría” y otro bajo el de “Dibujo”, ellas obtenían mejores calificaciones en el de “Dibujo”. </p>
<p>Si revisamos el informe PISA 2018, en las respuestas de las chicas sobre la motivación para alcanzar un logro hay un desfase importante en la afirmación “me considero una persona ambiciosa”. Se muestra que la percepción de la ambición femenina es muy diferente de la masculina. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/316005/original/file-20200218-10980-sznqs6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/316005/original/file-20200218-10980-sznqs6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/316005/original/file-20200218-10980-sznqs6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/316005/original/file-20200218-10980-sznqs6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/316005/original/file-20200218-10980-sznqs6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/316005/original/file-20200218-10980-sznqs6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=496&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/316005/original/file-20200218-10980-sznqs6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=496&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/316005/original/file-20200218-10980-sznqs6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=496&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Motivación para alcanzar un logro.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Unidad de Igualdad del MEFP</span></span>
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<h2>Una profecía autocumplida</h2>
<p>A esto se le suma el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Pigmali%C3%B3n">efecto Pigmalión</a> o la profecía autocumplida. Este fenómeno se refiere a que las expectativas que tenemos sobre el rendimiento de una persona le incitan a actuar conforme a ellas. Es decir, las esperanzas que tengan docentes, familiares y la sociedad en general inciden en el desempeño de nuestras niñas. </p>
<p>Por ejemplo, si tengo un docente que piensa que voy a obtener muy buenas calificaciones, esto elevará mi autoestima y me incitará a trabajar para conseguir los resultados que se esperan de mí. Pero lo mismo sucede en sentido inverso: efecto Pigmalión negativo o <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Golem_effect">efecto Golem</a>, que hace que la autoestima disminuya. Si en la sociedad decimos que a las niñas no se les van a dar bien las matemáticas, se produce un bloqueo en ellas.</p>
<h2>El síndrome de la impostora</h2>
<p>Cuando llegamos a la etapa profesional, el agujero persiste (no solo por el <a href="http://docemiradas.net/el-sindrome-de-la-impostora-llama-a-tu-puerta/">síndrome de la impostora</a>). Un análisis que hizo la empresa tecnológica Hewlett-Packard mostró que las mujeres solicitaban una promoción interna solo cuando creían que cumplían con el 100 % de las condiciones enumeradas para el puesto. Los hombres se postulaban con un 60 %. </p>
<p>En cuestión de salarios, nos pasa lo mismo. Según un <a href="https://hbr.org/2003/10/nice-girls-dont-ask">estudio</a> realizado por Linda Babcock, profesora de Carnegie Mellon University, los hombres negocian cuatro veces más que las mujeres y, cuando ellas lo hacen, piden un 30 % menos.</p>
<p>Como se puede ver, hay mucho agujero que tapar en la tubería. La buena noticia: que cada vez hay <a href="http://blog.loretahur.net/directorio-de-iniciativas-womeninstem">más manos</a> para cubrir cada uno de ellos. Ojalá llegué un 11 de febrero en el que realmente podamos celebrar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/131713/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lorena Fernández Álvarez (@loretahur) no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La tubería que gotea y por la que se nos escurre el talento femenino tiene un agujero enorme: la confianza.Lorena Fernández Álvarez (@loretahur), Directora de identidad digital, Universidad de DeustoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1200122019-07-23T20:26:43Z2019-07-23T20:26:43Z¿Son las princesas Disney buenos modelos de liderazgo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/284696/original/file-20190718-116552-1ki4iba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C0%2C895%2C436&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Las princesas Disney han cambiado en los últimos años pero aún envían mensajes confusos sobre el liderazgo femenino.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://c1.staticflickr.com/8/7163/6502707419_94cc9e7c90_b.jpg">JLinsky / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Los modelos de lo esperado para cada género son comunicados y aprendidos desde la temprana infancia. </p>
<p><a href="https://secretariageneral.ugr.es/pages/tablon/*/noticias-canal-ugr/las-mujeres-que-aparecen-en-los-dibujos-animados-son-consumistas-celosas-y-estan-obsesionadas-por-su-aspecto-fisico#.XTA0f-j7TIW">Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Granada</a> analizó 621 papeles de ambos sexos en 163 series de dibujos animados. Los hallazgos muestran que las mujeres se encuentran relegadas a roles secundarios. Son las novias, madres o meras acompañantes de los protagonistas o los villanos. Rara vez desempeñan papeles protagónicos, lo que en concreto significa que son personajes que toman menos decisiones importantes, y que en los guiones sus historias tienen menor complejidad. </p>
<p>Para ellas resulta casi imposible eludir los estereotipos de género. De acuerdo con los investigadores, la mayoría de las mujeres animadas son consumistas, superficiales, celosas, están obsesionadas por su aspecto físico y por agradar a los demás</p>
<p>Aunque la comunicación está ampliando los modelos ofrecidos en los productos culturales a niños y niñas, la fórmula dominante continúa siendo “superhéroes para los niños y princesas para las niñas”. Los superhéroes son poderosos y habitualmente utilizan sus extraordinarios dones para mejorar la sociedad. Las princesas, en cambio, son a menudo retratadas a partir de sus intereses amorosos y sus vidas familiares y privadas, más que por su voluntad de servicio público. </p>
<h2>Las Princesas Disney</h2>
<p>Esas imágenes estereotipadas no ayudan a ofrecer perfiles de liderazgo valiosos para las niñas. Es el caso particular de la ampliamente consumida y multimillonaria franquicia <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Disney_Princess">Princesas Disney</a>. Aunque con el paso del tiempo las protagonistas han adquirido rasgos menos pasivos que los de Blancanieves o Cenicienta y entre los personajes han aparecido mujeres líderes, el mensaje en cuanto al liderazgo de las mujeres continúa alineado con los estereotipos y roles más convencionales y tradicionales.</p>
<p>Mulan es una valiente guerrera china respetada y seguida por su pueblo. Sin embargo, descubrimos que lo es porque engaña a todos sus seguidores disfrazándose de hombre y cortándose el cabello para liderar. El mensaje encierra la idea de que, para ser una buena lideresa, una mujer debe parecerse a, y actuar como, un varón y no ser femenina. </p>
<p>Pocahontas encarna otro estereotipo que además comunica un mensaje altamente moralizante: a diferencia de los hombres, las mujeres no pueden tenerlo todo y se ven obligadas a elegir entre el éxito en su labor pública o una vida romántica feliz. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/Byc5Af9nzLT/?utm_source=ig_web_copy_link","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>Ariel, más conocida como “la Sirenita”, elige voluntariamente perder su propia voz y enmudecer a cambio de permanecer al lado de un hombre. </p>
<p>En <em>Frozen: El reino del hielo</em>, vemos a dos hermanas que no necesitan ser rescatadas por un hombre y que se salvan gracias a su mutuo amor, no por el habitual favor romántico de un príncipe. </p>
<p>Sin embargo, Elsa, la protagonista femenina, tiene un severo problema con sus habilidades de liderazgo. Es responsable de gobernar y tomar decisiones, pero cuando se pone nerviosa es incapaz de controlar sus emociones. No sabe ejercer el poder a pesar de sus buenas intenciones. El resultado es que congela su reino y se aísla en un mundo solitario, poniendo distancia e infranqueables barreras entre ella y sus gobernados. En otras palabras, carece de la inteligencia emocional que caracteriza todo buen liderazgo. </p>
<h2>Lecciones aprendidas</h2>
<p>Aún entre los personajes de la “nueva era”, las protagonistas en posiciones de liderazgo repiten y representan los más clásicos estereotipos, a saber:</p>
<ol>
<li><p>el liderazgo es masculino</p></li>
<li><p>las mujeres que son buenas lideresas lo son porque imitan y se comportan como varones</p></li>
<li><p>una exitosa vida pública interfiere con la vida privada de las mujeres</p></li>
<li><p>a diferencia de los varones, las mujeres no tienen inteligencia emocional, sus emociones se interponen y les hacen perder toda racionalidad y su capacidad de liderazgo.</p></li>
</ol>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/KMvqrjnraqQ?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Anuncio de Audi de diciembre de 2016 que reformula lo que gusta a las niñas.</span></figcaption>
</figure>
<h2>¿Estereotipos reales?</h2>
<p>No debería sorprendernos encontrar que esos estereotipos que hemos internalizado desde la infancia sean reproducidos a diario por los medios de comunicación <a href="https://theconversation.com/igualdad-de-genero-para-las-mujeres-en-politica-esto-no-existe-97901">cuando retratan a las mujeres políticas</a>, <a href="http://nimd.org/wp-content/uploads/2017/04/NIMD-Dancing-Backwards-in-High-Heels-spread-DEF-1.pdf">tal como evidencia una investigación que realicé</a> junto a NIMD acerca de los obstáculos y estereotipos a los que ellas se enfrentan. </p>
<p>En todas las películas de princesas que Disney produjo entre los años 1989 y 1999, <a href="https://www.washingtonpost.com/news/wonk/wp/2016/01/25/researchers-have-discovered-a-major-problem-with-the-little-mermaid-and-other-disney-movies/?utm_term=.c8e008d26a44">los hombres tienen tres veces más líneas de diálogo que las mujeres</a>. Los personajes masculinos hablan el 68% del tiempo en <em>La Sirenita</em>, el 71% en <em>La Bella y la Bestia</em>, el 90% en <em>Aladdin</em>, el 76% en <em>Pocahontas</em> y el 77% en <em>Mulan</em> –en este caso la propia Mulan fue considerada como una mujer a pesar de que personifica a un hombre–.</p>
<p>¿Por qué sería negativo que las niñas consumieran y se identificaran con la cultura de las princesas cinematográficas y jugaran con los productos de esta franquicia que Disney inició en el año 2000? ¿Acaso no se trata, simplemente, de entretenimiento, ficción y actividades lúdicas? </p>
<p><a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/cdev.12569">Académicos de Brigham Young University</a> realizaron por primera vez una investigación sobre este tema, llevando a cabo entrevistas y la observación de 198 niñas y niños que asisten a preescolar y jardín de infancia. Hallaron que cuanto más se identificaban las niñas con la “cultura de las princesas”, más se comportaban en su interacción cotidiana según los estereotipos femeninos que sugieren que lo más valioso de una mujer es ser bella, sumisa y dulce. <a href="https://phys.org/news/2016-06-disney-princess-culture-magnifies-stereotypes.html">El estudio valida empíricamente</a> preocupaciones que desde hace tiempo se discuten en la psicología social.</p>
<p>No tiene nada malo que las niñas jueguen a ser princesas si también pueden hacerlo con una pelota de fútbol, con tuercas y herramientas, simular ser científicas, astronautas o comandantes de aviones. Del mismo modo, los niños pueden jugar a cuidar bebés, cambiar pañales, cocinar la cena y limpiar la casa mientras visten el traje de su superhéroe favorito. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/177951/original/file-20170712-19645-k16lwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/177951/original/file-20170712-19645-k16lwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/177951/original/file-20170712-19645-k16lwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/177951/original/file-20170712-19645-k16lwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/177951/original/file-20170712-19645-k16lwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/177951/original/file-20170712-19645-k16lwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/177951/original/file-20170712-19645-k16lwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Juguetes para niñas. Se sabe porque son rosas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/janetmck/6826071580">janetmck/flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Las imágenes de la campaña #GenderFreeChristmas (#NavidadSinGénero) producida por la cadena de supermercados francesa “System U”, evidencian que no hay juguetes para varones y mujeres, sino simplemente juguetes. El vídeo de la campaña se inicia con entrevistas a niños y niñas de muy corta edad, que verbalizan todos los clichés que han aprendido desde que han nacido. Esos preconceptos, sin embargo, se derrumban cuando el grupo ingresa a una enorme sala repleta de juguetes.</p>
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<figcaption><span class="caption">Campaña #GenderFreeChristmas de U Supermarkets (2015).</span></figcaption>
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<p>No se trata de evitar que las niñas consuman películas de princesas, sino de proveerles de un mayor rango y variedad en la programación y en los contenidos, de hablar con ellas acerca del significado de lo que ven y, sobre todo, de asegurarnos de no reforzar en la vida cotidiana esos mensajes que hacen sentir a las niñas que son valiosas solo cuando actúan como bellas princesas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/120012/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Virginia García Beaudoux no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las princesas Disney no son los mejores modelos que podemos enseñarles a las niñas.Virginia García Beaudoux, Professor of Political Communication and Public Opinion, Universidad de Buenos AiresLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1138212019-03-27T21:22:11Z2019-03-27T21:22:11ZBig data para analizar la brecha de género en la prensa<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/264611/original/file-20190319-60982-1psj2hr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C0%2C5514%2C4011&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/roll-offset-print-machine-large-shop-1155870199"> Industryviews / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Arrimadas o Rivera? ¿Calvo o Sánchez? ¿De quién vamos a oír más durante esta campaña electoral? En otras palabras, ¿cuántas mujeres y cuántos hombres se van a ver citados en las páginas de la prensa nacional durante la próxima campaña? </p>
<p>Para contestar a una pregunta similar, y utilizando la lingüística computacional hemos creado el <a href="https://gendergaptracker.informedopinions.org/"><em>Gender Gap Tracker</em></a> que permite analizar cómo y en qué medida los medios de comunicación canadienses dan cabida a las voces de las mujeres. Esta herramienta recaba información sobre los medios de comunicación en Canadá. Animamos a los lingüistas españoles, que los hay muchos y muy buenos, a que desarrollen herramientas parecidas en los medios nacionales. Los <a href="https://plannermedia.com/columnistas/">estudios cualitativos</a> realizados hasta la fecha arrojan una realidad muy parecida a la canadiense. </p>
<p>Con la ayuda del <em>Gender Gap Tracker</em>, en colaboración con la organización sin ánimo de lucro <a href="https://informedopinions.org/">Informed Opinions</a>, y con el apoyo de la Universidad Simon Fraser, hemos descargado y analizado miles de artículos publicados en medios de comunicación canadienses. El análisis lingüístico mediante técnicas de big data nos permite identificar las voces femeninas mencionadas y citadas en los medios de comunicación, proporcionando un desglose preciso de cuál es la distribución de las fuentes por género. </p>
<h2>Minería de texto en aras del bien social</h2>
<p>La lingüística computacional, y el área relacionada de la minería de textos, han demostrado su capacidad para lograr cambios sociales.</p>
<p>El análisis de grabaciones de las cámaras que portan los policías en EE.UU. ha demostrado que existe disparidad racial cuando paran a ciudadanos por violaciones de tráfico. <a href="https://www.pnas.org/content/114/25/6521.short">Los policías utilizan un lenguaje menos respetuoso con ciudadanos negros que con blancos</a>, independientemente de la raza del o de la policía o de la gravedad de la infracción. Teniendo en cuenta los resultados de estas investigaciones, el Departamento de Policía de Oakland en EE.UU. ha modificado sus módulos de formación, y otros departamentos de policía en este país están también considerando iniciativas similares. </p>
<p>La traducción automática, otra aplicación de la lingüística computacional, se ha utilizado en situaciones de crisis. El <a href="https://blogs.msdn.microsoft.com/translation/2010/01/24/announcement-haitian-creole-support-in-bing-translator-and-other-microsoft-translator-powered-services/">sistema de traducción del inglés al lenguaje criollo de Haití</a> fue desarrollado por Microsoft días después del terremoto de 2010, proporcionando una ayuda inestimable a los servicios de rescate y primeros auxilios.</p>
<p>La lingüística computacional se utiliza asimismo para <a href="https://www.changedyslexia.org/">detectar y superar la dislexia</a>, así como para <a href="https://gphin.canada.ca/cepr/aboutgphin-rmispenbref.jsp?language=en_CA">detectar brotes epidémicos en Canadá</a> y hacer <a href="http://www.aclweb.org/anthology/U13-1011">seguimientos de posibles incendios</a> en Australia. </p>
<h2>Descarga y organización de datos</h2>
<p>El <em>Gender Gap Tracker</em> descarga y organiza datos de todos los artículos publicados en los principales medios de comunicación nacionales de Canadá. Una vez obtenidos los datos, utilizamos la técnica de <a href="https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/69090/1/PLN_59_02.pdf">reconocimiento de entidades</a> para compilar una lista de las personas mencionadas en cada artículo, así como de las fuentes que originan dichas menciones. Para evitar contar a la misma persona más de una vez, llevamos a cabo un segundo nivel de análisis que enlaza las diferentes menciones. Finalmente, asignamos el género a que pertenece cada persona mencionada o citada en el artículo. </p>
<p>El proceso de identificación de género contempla tres categorías: femenino, masculino o desconocido. La categoría de desconocido incluye casos en los que hay ambigüedad en el nombre (¿Es Alex un hombre o una mujer?) y casos en los que no se puede identificar el género porque la fuente es una organización (por ejemplo. “La policía dice que han arrestado a un sospechoso”).</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/264493/original/file-20190318-28512-kewqzw.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/264493/original/file-20190318-28512-kewqzw.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=282&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/264493/original/file-20190318-28512-kewqzw.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=282&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/264493/original/file-20190318-28512-kewqzw.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=282&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/264493/original/file-20190318-28512-kewqzw.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=355&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/264493/original/file-20190318-28512-kewqzw.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=355&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/264493/original/file-20190318-28512-kewqzw.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=355&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Ratio de hombres y mujeres utilizados como fuentes en la prensa canadiense.</span>
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<p>El sistema analiza datos de medios de comunicación canadienses en inglés. Estamos colaborando con investigadores francófonos para desarrollar una versión para los medios franceses, que se lanzará este año. También queremos incorporar un desglose de los tipos de fuentes: políticos, testigos, víctimas o expertos.</p>
<h2>Paridad en los medios de comunicación en 2025</h2>
<p>El objetivo del equipo de investigación que participamos en este proyecto es facilitar que los responsables de la toma de decisiones en los medios de comunicación puedan hacer un seguimiento de la representación de voces femeninas en sus medios. El objetivo de <em><a href="https://informedopinions.org/">Informed Opinions</a></em> es motivar a los periodistas a lograr la paridad en el discurso público canadiense para 2025. Lo que hacemos es utilizar técnicas de lingüística computacional con el fin de motivar y propiciar un cambio social.</p>
<p>En los últimos meses, el <em>Gender Gap Tracker</em> ha mostrado que los medios de comunicación canadienses sistemáticamente son portavoces en mayor medida de fuentes masculinas: se registra un 74% de voces masculinas, frente a un 25% de voces femeninas y un 1% por determinar. A la luz de estos resultados, y teniendo en cuenta que la mitad de la población mundial está constituida por mujeres, parece evidente que existe un margen de mejora en cuando a la representación mediática de voces femeninas. Algunos periodistas que hacen un seguimiento del desglose de sus fuentes ya están tomando medidas para alcanzar la paridad.</p>
<hr>
<p><em>El <a href="https://gendergaptracker.informedopinions.org/">Gender Gap Tracker</a> es el resultado de la colaboración de un equipo de investigadores: además de la autoras -Maite Taboada y Fatemeh Torabi Asr-, el equipo incluye a Mohammad Mazraeh y Vasundhara Gautam, integrantes del Laboratorio de Procesamiento del Discurso de la Universidad Simon Fraser y Alexandre Lopes en el Big Data Hub de Simon Fraser, así como a John Simpson de Universidad de Alberta y Alain Désilets del Consejo Nacional de Investigación de Canadá.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/113821/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Maite Taboada recibe fondos de "Social Sciences and Humanities Research Council of Canada" y "Natural Sciences and Engineering Research Council of Canada". Este proyecto está financiado por Informed Opinions, la iniciativa de Big Data de Simon Fraser University, por la Facultad de Artes y Ciencias Sociales de Simon Fraser University, y por NVIDIA Corporation, mediante la donación de una GPU Titan Xp.
El editor de The Conversation Canada, Scott White, es miembro de la junta directiva de Informed Opinions. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Fatemeh Torabi Asr no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El Gender Gap Tracker es una herramienta tecnológica que ha analizado miles de artículos de la prensa canadiense para identificar las voces femeninas que se mencionan y se citan en ellos.Maite Taboada, Professor of Linguistics, Simon Fraser UniversityFatemeh Torabi Asr, Postdoctoral researcher, Simon Fraser UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1127922019-03-06T22:02:50Z2019-03-06T22:02:50ZEducación feminista: en los colegios y las familias aún queda mucho por hacer<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/261722/original/file-20190301-110123-1521vzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=42%2C0%2C5565%2C3732&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">A pesar de unos revolucionarios 2017 y 2018, queda mucho por hacer en educación</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/malaga-spain-march-8-2018-thousands-1042027204">David MG / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La violación múltiple de una joven en las fiestas de San Fermín de 2016, conocido como el caso de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Caso_de_La_Manada">La Manada</a>, y la campaña internacional originada en EE.UU., <a href="https://metoomvmt.org/">#METOO</a>, han tenido una enorme repercusión social en los últimos tiempos. </p>
<p>Un número altísimo de mujeres jóvenes se incorporaron a las protestas, pero esto no parece haber tenido repercusión suficiente en las culturas escolares. </p>
<p>Para que así suceda, sería necesario el impulso propiciado por políticas educativas que fomenten de forma decidida la educación en la igualdad en los centros españoles. </p>
<p>Un reciente artículo publicado en la revista <em>Science</em> (<a href="http://science.sciencemag.org/content/355/6323/389.full">Bian, Leslie y Cian, 2017</a>) señalaba, para sorpresa de muchos, la influencia de los estereotipos asociados al género desde la temprana edad de seis años. Así, las niñas a esa edad tienen menos probabilidades de creer que las de su género son “realmente, realmente inteligentes”, evitando las actividades que se interpretan como de elevado nivel de dificultad. </p>
<p>Este sería el efecto inmediato, pero, a largo plazo, explicaría <a href="https://theconversation.com/por-que-hay-menos-mujeres-en-carreras-de-ciencia-111282">la subrepresentación de las mujeres en campos profesionales tradicionalmente asociados al prestigio</a>, como la física, por ejemplo, al asociarse tempranamente la alta competencia cognitiva sólo al género masculino.</p>
<p>Este hallazgo viene a sumarse a otras aportaciones dentro de la psicología del desarrollo que, con anterioridad, han mostrado que en torno a los cuatro años, niños y niñas han vinculado juegos y juguetes y roles, asociados a género: camiones y soldados para chicos; muñecas y enfermeras para chicas. A través del juego, niños y niñas construyen su percepción del mundo, incorporan las ideas sobre su funcionamiento y se comportan a partir de ellas. </p>
<h2>El papel del juego en un rol sexual estereotipado</h2>
<p>A estas edades tempranas, en las que la mente infantil no ha alcanzado aún un desarrollo complejo, niños y niñas van acumulando experiencias asociadas a un rol sexual estereotipado a través del juego e, igualmente, a través de la observación de su entorno, en donde se muestran modelos sociales y de relación que incorporan el mismo tipo de sesgos. </p>
<p>Así, se asocian las tareas de cuidado de otros, de mantenimiento del hogar, etc., se convierten en referentes de conducta, se interiorizan y se interpretan como “naturalmente” asociadas a los roles de género. </p>
<h2>La “tormenta perfecta” de la desigualdad</h2>
<p>Si a todo esto se suma que <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3110518">algunas escuelas mantienen la segregación por género</a> y que en ellas las niñas son instruidas explícitamente en la asunción del rol que se espera de ellas, en su comportamiento (“Las niñas no hacen…”), en su lenguaje (“Las niñas no dicen…”), en su aspecto (“Las niñas no llevan, no se ponen…”), etc., ya está lista la “tormenta perfecta” que sustenta la desigualdad de género. </p>
<p>“Tormenta” que se completa, a su vez, con la <a href="https://theconversation.com/las-cientificas-siempre-han-estado-ahi-pero-eran-invisibles-hasta-ahora-111413">ausencia de referentes femeninos</a> en los libros de texto, en donde no se visibilizan mujeres en lugares y profesiones tradicionalmente asociados al rol de la masculinidad, otro factor esencial que induce la interiorización de la inferioridad. </p>
<h2>Existe en muchas sociedades</h2>
<p>Y, dicho esto, me adelanto a quienes, ingenuamente, creen que en las culturas y <a href="https://www.independent.co.uk/news/education/education-news/sexism-schools-poll-teachers-stereotypes-boys-girls-stem-subjects-sciences-maths-tech-a7567896.html">países más avanzados</a>, con escuelas y currículos que no segregan de manera explícita, <a href="https://neu.org.uk/media/1676/download">ya no sucede</a>. </p>
<p>No es preciso recordar la <a href="https://worldsofeducation.org/en/woe_homepage/woe_detail/15798/%E2%80%9Csexism-is-a-problem-in-every-school-now-we-must-take-action">reproducción de los roles sexistas</a> en el ámbito público y privado, la brecha salarial, la desigualdad en los cargos de representación política, etc. </p>
<p>Por no hablar de las violencias explícitas sufridas por las mujeres, desde las menos graves, como el uso restringido del espacio público, o el acoso callejero, hasta las de gravedad extrema, que tienen su doloroso reflejo en los abusos sexuales, las violaciones y en los desgraciadamente frecuentes asesinatos por razón de género.</p>
<p>En su revisión de estudios sobre <a href="http://www.psicothema.com/pdf/3879.pdf">convivencia y aprendizaje escolar, las investigadoras Díaz Aguado y Martín Seoane (2011)</a>, coincidiendo con lo mencionado más arriba, informan de que las diferencias encontradas en el comportamiento de hombres y mujeres no se explican únicamente a partir de las diferencias debidas al sexo biológico sino, sobre todo, por la generalización transcultural de los estereotipos sexistas. </p>
<h2>La influencia negativa del mito del amor romántico</h2>
<p>Entre ellos, no puedo dejar de señalar la influencia dañina que ejerce en niñas y jóvenes adolescentes el mito del amor romántico, presente de manera indiscriminada en todas las culturas, fomentando la dependencia emocional, limitando la autonomía y sentando las bases de la sumisión que, los casos más extremos, subyacen a la violencia de género <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1077800414537206">(Yuste, Serrano, Girbés & Arandia, 2014)</a>.</p>
<h2>La coeducación en la escuela y la familia: una necesidad urgente</h2>
<p>Es frecuente escuchar en una variedad de ámbitos que la educación es la vacuna que previene la violencia. Cierto es que, con lo que sabemos y hemos resumido brevemente más arriba, si la socialización se deja al albur de lo que se aprende en las interacciones cotidianas, está asegurada la reproducción de la discriminación incluso en sociedades democráticas y formalmente avanzadas. Por tanto, resulta imprescindible que la escuela, como institución socializadora básica en el desarrollo de la infancia, junto a la familia, asuma las funciones que garanticen la igualdad real y la no discriminación por razón de sexo.</p>
<p>Pero no se nos escapa que los agentes responsables de la elaboración de currículos y planes de estudio, como son las administraciones educativas, y el profesorado, han sido socializados en las mismas pautas y roles que el resto de la población. No están, por tanto, libres de prejuicios y estereotipos que con demasiada frecuencia llevan a negar la necesidad de impulsar políticas y prácticas educativas enfocadas a la formación en igualdad de niños y niñas.</p>
<p>A la luz de los datos, queda mucha tarea por hacer, pero el camino está más que iniciado, como nos muestran expertas referentes en el campo como Marina Subirats y Amparo Tomé, entre muchas otras. Ellas, junto a Nuria Solsona, acaban de publicar un excelente dossier: (<a href="https://www.grao.com/es/producto/coeducar-poner-la-vida-en-el-centro-de-la-educacion-doe04">“Coeducar: poner la vida en el centro de la educación”, 2019</a>) en donde señalan la importancia de reforzar la coeducación (“No es una opción, es una exigencia”), diseñando actuaciones en los diferentes niveles y ámbitos del sistema educativo que garanticen su éxito y continuidad. </p>
<h2>Implicar a equipos directivos y administraciones educativas</h2>
<p>Así, señalan la necesidad de implicar a equipos directivos, profesorado, administradores educativos y responsables políticos. </p>
<p>Conscientes de la dificultad del cambio necesario, de las resistencias y dificultades para llevarlo a cabo, enfatizan tareas específicas con perspectiva de género que deben construirse en cada uno de los sectores: el profesorado, en sus metodologías didácticas y en los contenidos curriculares; los equipos directivos, en la promoción de la organización de los tiempos y espacios coeducativos más allá de las aulas (como los patios) y la administración educativa para el diseño de un marco legal promotor de la igualdad real. </p>
<p>También conscientes del reto y atendiendo a la urgencia de la intervención orientada al cambio hacia una sociedad en donde mujeres y hombres se relacionen libre e igualitariamente y disfruten del afecto basado en el respeto mutuo y el deseo compartido, <a href="https://www.educacion.navarra.es/web/dpto/programa-skolae">existen ya</a> <a href="http://ligaeducacion.org/cep/">numerosos materiales</a> <a href="http://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/index.php/areas-tematicas-coeducacion/curso-2018-2019/agenda-escolar-coeducativa">de gran calidad</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/112792/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Soledad Andrés Gómez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Después del caso de La Manada y de la campaña internacional #metoo, seguimos lejos de educar en la igualdad en las escuelas. Administraciones y docentes no ayudan a acabar con ello.María Soledad Andrés Gómez, Profesora Facultad de Educación, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1128992019-03-06T22:01:21Z2019-03-06T22:01:21Z¿Por qué siguen existiendo los roles de género?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/262164/original/file-20190305-48444-r8we6j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3000%2C2416&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Soldadoras en un astillero de Pascagoula (EEUU) en 1943. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://research.archives.gov/id/522890">The U.S. National Archives </a></span></figcaption></figure><p>Ayer saliendo de casa me encontré con los vecinos. Salió primero la madre, empujando el carrito de su nuevo bebé. Detrás salía su hija de tres años, asimismo empujando un carrito de juguete con su muñeco bebé dentro. Luego salió el padre, sacándose del bolsillo las llaves del automóvil. Le seguía de cerca su hijo, con su flamante coche nuevo de juguete. La persona que me acompañaba al verlos pasar exclamó: ¡Qué manera de perpetuar los roles de género!</p>
<p>Y me quedé pensando que sí, que <a href="https://www.researchgate.net/publication/240257732_Sex_role_stereotyping_and_requisites_of_successful_top_managers">algunos estudios</a> indican que parte de la <a href="https://womanforward.org/wp-content/uploads/2017/09/Searching-for-Women-on-Boards-Copy.pdf">falta de mujeres en puestos de responsabilidad</a> se debe a <a href="https://psycnet.apa.org/record/1987-97607-000">los roles de género</a> que, aunque van cambiando con la sociedad, de alguna manera siguen actuando en nuestro subconsciente; la mujer cuida y el hombre se encarga de conseguir, trabajando, el coche y el resto de bienes familiares. </p>
<h2>Príncipes y princesas</h2>
<p>Pero también pensé que no es tan fácil la solución. ¿Qué podemos hacer? ¿Dejamos de fabricar muñecas y coches y ponemos a nuestros niños y niñas a jugar con construcciones? Desde hace un tiempo, no mucho, la sociedad ha aceptado que las niñas jueguen con coches y los niños, con muñecas (aunque sea más raro). Pero, hagamos lo que hagamos, y lo he visto en muchas ocasiones, muchas niñas quieren ser princesas y jugar a las mamás, independientemente de la educación de género neutra que sus padres les hayan querido dar. </p>
<p>A lo mejor es que el modelo de género está a un nivel todavía más profundo que el de la educación infantil. <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Great_Wall_of_China_(short_story)">Franz Kafka expresaba el drama del individuo</a>, <a href="https://www.degruyter.com/view/j/arca.2003.38.issue-2/arca.38.2.329/arca.38.2.329.xml">viviendo en un presente tensionado entre dos fuerzas contrapuestas</a>: la primera, el pasado, que se empeña en seguir vivo en nuestro interior para poder actuar en el presente; la segunda sería la fuerza del futuro, que lucha por ocupar el espacio presente sin dejar rastro alguno del pasado. En medio estamos nosotros, intentando lidiar con lo que heredamos y lo que queremos ser. </p>
<p>Y es <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12088246">esa tensión</a> la que la investigación señala como <a href="https://www.redalyc.org/pdf/716/Resumenes/Abstract_71603805_2.pdf">base de muchas de las barreras internas</a> que dificultan el cambio de modelo en la sociedad, tanto para hombres como para mujeres. Y en parte, solo en parte, (las barreras externas siguen alzadas) es la causante de que la mujer en el mundo siga ocupando solamente <a href="https://www.catalyst.org/research/women-in-management/">el 25% de los puestos ejecutivos a nivel global</a> y <a href="http://www.inmujer.gob.es/MujerCifras/PoderDecisiones/PoderTomaDecisiones.htm">el 19,4% en España</a>.</p>
<p>El Centro de Diversidad de IE University lleva tres años desarrollando una investigación y profundizando en esas barreras internas, que ha resultado en una herramienta digital que mide el hueco, el <em>gap</em>, entre lo heredado, lo aspiracional, y la tensión resultante: <a href="https://centerfordiversity.ie.edu/">el <em>Gender Aspiration Gap Indicator</em></a> (GAPI).</p>
<h2><em>Mind the gap</em></h2>
<p><a href="https://www.emeraldinsight.com/doi/abs/10.1108/ARLA-04-2017-0118">Los resultados de las muestras obtenidas hasta ahora</a> en distintos grupos de hombres y mujeres apuntan a un significativo consenso sobre la existencia de brechas de roles de género tradicionales y emergentes que pueden fácilmente reconocerse e identificarse. Contrariamente a lo esperado, los resultados de la investigación indican que no existe un modelo claro de roles de género emergente, sino que existe una considerable diversidad en la construcción de modelos individuales aspiracionales.</p>
<p>La conclusión apunta a la existencia de una gran diversidad de caminos hacia el éxito, lo que en sí es positivo. Pero esa falta de claridad en el camino a seguir y la falta de referentes hace que muchas mujeres se encuentren entre dos tensiones, sus aspiraciones personales y aquello que creen que se espera de ellas por ser mujeres. Esto al final se convierte en una barrera para su desarrollo profesional. Como consecuencia, muchas, al final, tiran la toalla y no llegan a donde podrían haber llegado. </p>
<p>Kafka apuntaba a una solución para poder resistir la tensión: transcender nuestro presente para poder reconciliarnos con el pasado, y ya en paz con él, integrarlo en el futuro. Porque romper con nuestro pasado sin habernos reconciliado nos deja rencor y malestar, y vivir en él nos impide ser quienes estamos destinados a ser. </p>
<p>Pero el camino de Kafka es social e individual. Social porque sólo si la sociedad rompe las barreras externas se podrán romper la internas. Pero también individual porque cada uno tenemos un ritmo distinto y debemos aprender a transitarlo. Dicho de otro modo, el <em>gap</em> entre nuestro modelo heredado y nuestro modelo aspiracional es distinto para cada uno. </p>
<h2>Ritmo y tensión</h2>
<p>Por eso muchas niñas querrán jugar con coches o pistolas, y muchas otras querrán ser princesas y jugar con muñecas. Y eso no es un problema, siempre que cada mujer sea consciente de cuál es su camino y su ritmo, y pueda así gestionar su tensión. Si la tensión es demasiado grande, muchas mujeres pueden acabar optando por cortar sus aspiraciones y quedarse en lo heredado evitando sufrimientos. Igualmente, muchas otras tomarán el camino opuesto, cortando con el modelo heredado de forma radical y teniendo una vida profesional a veces salpicada de culpa y duda. A la vez, el hombre también sufre desgarros entre lo heredado y aquello a lo que aspira.</p>
<p>Si aprendemos a ser conscientes de nuestras tensiones internas y a gestionarlas, cualquier camino para vivir es sano. Así de diversos somos. Y con esa diversidad la sociedad tiene que permitir la multitud de caminos que estamos destinados a emprender.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/112899/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Celia de Anca no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Cuándo y cómo incorporamos los papeles que nos toca interpretar en la sociedad según nuestro sexo? ¿Cómo convivimos con la tensión entre quiénes somos y quién pretende la sociedad que seamos?Celia de Anca, Directora del Saudí Spanish Center for Islamic Economics and Finances (Scief) y del Centro de Diversidad del IE Business School. , IE UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1130062019-03-06T22:00:17Z2019-03-06T22:00:17ZMujer en el tiempo de los derechos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/262519/original/file-20190306-100790-6akcbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5982%2C3988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Manifestación del 8 de marzo de 2017 en Madrid.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-march-8-2017-thousands-599511608">Marcos del Mazo Valentin / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Hablar sobre Derechos siempre nos enfrenta a una curiosa dicotomía, la del trecho que media entre enunciar un derecho y disfrutarlo. </p>
<p>En realidad, este asunto de la igualdad, el respeto a la dignidad y el tratamiento paritario de todas las personas ya debía haberse resuelto el 26 de agosto de 1789 con la “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_los_derechos_del_hombre_y_del_ciudadano">Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano</a>”, momento histórico en el que la asamblea constituyente de la República Francesa enunció con valor universal el principio de que “todos los hombres nacen libres e iguales en derechos”. </p>
<p>Y sin embargo, el problema fue, ya entonces, que dicha declaración no amparaba a las mujeres, a los esclavos, a los convictos y ni siquiera otorgaba el voto a quienes no fueran ciudadanos rentistas. Cuando mencionaban a los hombres (y sólo a algunos hombres) lo hacían en serio, puesto que por encima de los enunciados excelsos había una ideología (patriarcal) y una política jurídica; la ciudadanía era un estatus burgués y de clase, no aplicable a todo el mundo.</p>
<h2>Corrigiendo los derechos</h2>
<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Olympe_de_Gouges">Olimpia de Gougues</a> intentó paliar este pequeño defecto de perspectiva con la “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_los_Derechos_de_la_Mujer_y_de_la_Ciudadana">Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana</a>” en 1791, pero su propuesta fue rechazada tajantemente, en la guillotina. </p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/262371/original/file-20190306-48447-qp2wh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/262371/original/file-20190306-48447-qp2wh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/262371/original/file-20190306-48447-qp2wh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=737&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/262371/original/file-20190306-48447-qp2wh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=737&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/262371/original/file-20190306-48447-qp2wh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=737&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/262371/original/file-20190306-48447-qp2wh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=926&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/262371/original/file-20190306-48447-qp2wh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=926&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/262371/original/file-20190306-48447-qp2wh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=926&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Olimpia de Gouges.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Marie-Olympe-de-Gouges.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Doscientos treinta años después, a pesar de todos nuestros avances, y aunque parezca mentira, seguimos sin realizar un enfoque frontal del tema de la igualdad, pues la lucha social se ha centrado en logros reivindicativos (y hemos logrado muchos), en ocasiones en la creación de políticas jurídicas, pero raramente en el modelo ideológico que respalda la igualdad. A día de hoy, podemos proclamar sin reparos que, conseguida la declaración formal de igualdad entre hombres y mujeres, ésta no existe aún como realidad en la ejecución de los derechos ciudadanos.</p>
<p>Es verdad. Resulta obligado reconocer los avances que la sociedad occidental ha realizado en materia de igualdad de género, aunque sin perder de vista que no son logros universales. Tengamos presentes no sólo anécdotas como el recientemente adquirido derecho de las mujeres saudíes a conducir, sino <a href="http://www.worldbank.org/en/search?q=women&currentTab=1&label=2710001431">el abrumador peso</a> de <a href="http://www.unwomen.org/en/how-we-work/research-and-data/publications">las cifras globales</a>. Esas cifras que nos indican que, <a href="https://blogs.worldbank.org/opendata/es/las-diferencias-de-genero-que-nos-quedan-por-eliminar">aunque las mujeres muestran rendimientos académicos y comprensión idéntica a la de los hombres</a>, sólo 84 Estados permiten a las mujeres realizar los mismos trabajos que a los hombres, sólo en 76 hay normas sobre equiparación de salarios, y aun en estos existe una brecha salarial que de media es del 24%. </p>
<p><a href="https://blogs.worldbank.org/opendata/es/igualdad-de-genero-que-muestran-los-datos-en-2016">149 sobre 194 Estados prohíben el matrimonio infantil</a>, 2/3 de los Estados que sufren altos niveles de violencia doméstica tienen leyes contra dicha práctica, lo que no ha evitado que en la mayoría de los mismos una de cada tres mujeres afirme haber sufrido violencia infligida por su pareja. Cerca del 70% de las mujeres tienen una banda de ingresos bajo o mediano-bajo, frente a un 30% de hombres y sólo el 17% de las firmas comerciales tienen mujeres como altos cargos directivos. </p>
<p>Si abordamos <a href="https://theconversation.com/los-paises-que-discriminan-por-genero-registran-mas-muertes-de-ninas-a-edades-tempranas-107258">la diferencia que supone ser niña</a> en este mundo sencillamente veremos que ser vestida de rosa al nacer implica tres veces más posibilidades de ser pobre, de ser reducida a trabajos no remunerados o de morir por falta de asistencia, violencia de género o marginación. Como mujer trans aun señalaría que toda estadística empeora si le sumas factores de marginalidad como pertenecer a una minoría racial, religiosa o sexual. A las mujeres trans lo primero que nos ocurre es que nos pasamos la vida justificando que somos y tenemos derecho a ser parte de esta mayoría discriminada que es la condición femenina. </p>
<h2>La realidad de los datos</h2>
<p>Todo esto ocurre en países firmantes de la <a href="http://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/">Declaración Universal de los Derechos Humanos</a> desde 1948 y que, como se ha indicado, han promulgado leyes de igualdad y contra la violencia en la mayoría de los casos. Ahora que también vivimos el tiempo de los movimientos anti-derechos, se nos contesta con frecuencia que como mujeres europeas no podemos quejarnos, pues para nosotras la igualdad es ya un derecho inalienable y la igualdad real una simple cuestión de mérito y esfuerzo. <a href="https://www.derechoshumanos.net/constitucion/articulo14CE.htm">Tenemos igualdad constitucional</a>, normativas laborales anti discriminatorias (13 Directivas de la UE anti-discriminación desde 1970, <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2015-11430&p=20151024&tn=1#a4">el Estatuto de los Trabajadores</a> y <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1995-25444&tn=1&p=20190302#a313">el Código Penal</a>) y por supuesto normativa sanitaria como la <a href="https://www.boe.es/eli/es/l/2006/05/26/14/con">Ley de técnicas de reproducción humana asistida</a> (derecho al aborto y planificación familiar, derecho a la educación sexual…) y <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2004-21760">normativas de prevención y lucha contra la violencia de género</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/262381/original/file-20190306-48429-1c1ptkl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/262381/original/file-20190306-48429-1c1ptkl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/262381/original/file-20190306-48429-1c1ptkl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=428&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/262381/original/file-20190306-48429-1c1ptkl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=428&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/262381/original/file-20190306-48429-1c1ptkl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=428&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/262381/original/file-20190306-48429-1c1ptkl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=538&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/262381/original/file-20190306-48429-1c1ptkl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=538&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/262381/original/file-20190306-48429-1c1ptkl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=538&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">En muchos lugares del mundo es decisivo nacer siendo niño o niña.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/XoBWUBA3Amg">Loren Joseph / Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>En este campo resulta, además, que vivimos en un país ejemplar que no sólo ha enunciado la igualdad de derechos, sino que además ha articulado políticas de igualdad y ha cerrado un pacto de Estado contra la violencia de género. ¿Qué más podemos pedir? ¿De qué nos quejamos? ¡Vivimos en la era de los derechos de la mujer! </p>
<p>Sin embargo, también es de rabiosa actualidad el impacto mediático del aparentemente ingente número de hombres (y hasta mujeres) que se sienten “acosados y discriminados” por las “leyes de ideología de género”. Al parecer no sólo habríamos llegado a la igualdad, sino que, además, nos habríamos pasado acelerando y comenzado a atropellar al antaño género dominante. Frente a este movimiento de reacción, que lleva años fraguándose en el seno de integrismos religiosos y ultranacionalistas nostálgicos del “orden natural”, parece que bien poco le vale la realidad de los hechos. </p>
<p><a href="http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/49731%20%20https://www.researchgate.net/profile/Olga_Canto/publication/23565866_Poverty_and_Gender_Wage_Discrimination_in_Spain/links/556c82b908aeab7772231567.pdf">Da igual acreditar</a> que las mujeres españolas cobran de media 4.745 € menos que los hombres, que su jubilación es un 37% más baja o que 3,2 millones de trabajadoras ingresan por debajo del Salario mínimo interprofesional. </p>
<p>Basta con un par de titulares y unos cuantos memes en redes sociales para poner en cuestión que <a href="http://estadisticasviolenciagenero.igualdad.mpr.gob.es/">las denuncias judiciales por violencia de género de los últimos diez</a> años oscilan entre las 135.539 (2009) y las 125.223 (2018), que <a href="http://www.rtve.es/noticias/20181124/asesinadas-972-mujeres-27-menores-violencia-machista-espana-desde-2003/1842984.shtml">entre 2003 y 2018 hay al menos 972 mujeres asesinadas por violencia machista</a> (sin contar a los niños y victimas adyacentes) o que hay un total 533.233 expedientes sobre 482.783 víctimas <a href="http://www.interior.gob.es/documents/642012/9896454/datos+estadisticos+enero+2019/226848ff-65aa-493f-b4a4-4326d90eecd4">registrados por el Ministerio de Interior en 2019</a>. Por supuesto, no mencionemos que eso sólo son los casos denunciados y tratados por los ministerios de justicia e interior, que aquí no se computan otro tipo de violencias más sutiles o que las mujeres trans no somos integradas en la estadística. </p>
<h2>La igualdad es ideológica</h2>
<p>¡Y es que da igual! Podemos llenar de números libros enteros, sin comprender que ésta, más allá de ser una lucha por la ley, por logros concretos como el derecho al aborto, la remuneración de los cuidados o la equiparación salarial de las mujeres, es ante todo una lucha ideológica y cultural. Que no existirá un ejercicio igualitario de los derechos hasta que no abordemos la realidad del marco ideológico que vive nuestra sociedad. </p>
<p>Cuando los sectores más reaccionarios de nuestra sociedad acusan a la ley de hacer ideología de género, ¡es verdad¡. Toda ley de igualdad y no discriminación es ideológica. Lo absurdo es que se pretenda defender una neutralidad que no existe para justificar la inacción, la no implementación de políticas sociales o la erradicación de las normas tutelares, porque eso, precisamente, también es ideología. La ideología que defiende el statu quo, la que toma partido por conservar las relaciones de poder y desigualdad que genera un sistema históricamente patriarcal y que se ve ahora cuestionado. </p>
<p>Si algo nos demuestra la ya dilatada historia por los Derechos humanos y la igualdad, es que promulgar una ley sólo es poner una herramienta para la lucha igualitaria, pero que sin políticas sociales de apoyo y sin una ideología firme de respaldo, toda ley se convierte con facilidad en papel mojado. En un enunciado excelso alejado de la realidad de los ciudadanos que deberían verse amparados por la ley. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/262383/original/file-20190306-48426-xqor9t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/262383/original/file-20190306-48426-xqor9t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/262383/original/file-20190306-48426-xqor9t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=422&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/262383/original/file-20190306-48426-xqor9t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=422&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/262383/original/file-20190306-48426-xqor9t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=422&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/262383/original/file-20190306-48426-xqor9t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=530&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/262383/original/file-20190306-48426-xqor9t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=530&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/262383/original/file-20190306-48426-xqor9t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=530&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Manifestación del 8M en Zaragoza, 2018.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/31112252@N00/25828201287">Gaudencio Garcinuño / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>La ley más clara y terminante del mundo en contra de la discriminación es susceptible de interpretarse <em>a sensu contrario</em> o de verse neutralizada por un ataque ideológico. Para muestra, la reciente sentencia de la Corte Suprema de los EEUU, <a href="https://www.aclu.org/legal-document/craig-and-mullins-v-masterpiece-cakeshop-decision">caso Mullins-Craig contra Phillips</a> en junio 2018, en el que dos hombres gais alegaron ser discriminados por la negativa del pastelero Mullins a venderles un pastel de bodas por objeción de conciencia religiosa contra el ejemplo de vida “anticristiano” de la pareja. </p>
<p>Contra todo pronóstico, una corte sesgada por la reciente elección de varios miembros anti “políticas de género” apreció que el Sr. Mullins se había visto “gravemente discriminado en sus sentimientos religiosos” por la imposición estatal de no discriminar a la pareja. El fallo fue prontamente jaleado por las iglesias cristianas, destacados miembros del partido republicano y de movimientos integristas variados, y hoy ya constituye un ejemplo con valor universal del argumentario anti derechos de cualquier movimiento integrista que se precie. Cualquier lector puede percibir el peligro subyacente; una normativa anti discriminación de la minoría es aplicada en favor de un miembro de la mayoría discriminante para consolidar una sociedad segregada por grupos. Imaginemos que en lugar de un pastel de bodas estuviéramos hablando de una prestación sanitaria o educativa…</p>
<p>En este contexto, y en una sociedad que opera fundamentalmente por criterios de opinión pública, y esta última por campañas mediáticas, resulta necesario plantearse el buenismo de intentar formular leyes que otorgan logros parciales por la igualdad (¡ojo, muy importantes¡) sin blindar el marco ideológico interpretativo de las mismas. O dicho de otra forma, sin denunciar la “ideología de género” machista, que obstaculiza la realización de dichos logros o cuestiona los fines últimos de la norma con una ingente batería de argumentos. </p>
<p>Legislar el género no es una labor que pueda realizarse con neutralidad o equidistancia. El miedo a ofender sensibilidades se convierte aquí en un arma de doble filo. Por desgracia, en materia de Derechos humanos no se legisla “para todos”. Se legisla para los necesitados de tutela y con la conciencia de que existe una resistencia al cumplimiento. Si no, con la cantidad de declaraciones de derechos humanos que llevamos, hacía tiempo que estaríamos en una sociedad inclusiva e igualitaria. La igualdad exige militancia del poder público, ideología sí, y políticas sociales de respaldo, más allá de encomendar a los más débiles que consigan defenderse con los mimbres de una ley contra un entramado social, económico, ideológico y de poder que desconfía, se resiste o se opone al cambio social. </p>
<p>La ley no sólo debe prometer amparo a (la) más débil, también debe velar porque esos derechos lleguen a ser una realidad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/113006/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marina Echebarría Sáenz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La lucha social feminista se ha centrado en logros reivindicativos, en ocasiones en la creación de políticas jurídicas, pero no se ha realizado un enfoque frontal del tema de la igualdad.Marina Echebarría Sáenz, Profesora de Derecho Mercantil acreditada a cátedras, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1129102019-03-06T21:55:03Z2019-03-06T21:55:03ZEs esencial que entendamos qué quiere decir ‘violencia de género’<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/262142/original/file-20190305-48438-hc3fqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=90%2C6%2C4537%2C3073&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-using-hand-palm-stop-mans-1125868172">asiandelight / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En las últimas elecciones al Parlamento andaluz entró en las instituciones un nuevo actor político, Vox, que se caracteriza por tener una ideología de extrema derecha, que conlleva una defensa de posiciones antifeministas. </p>
<p>En su programa electoral destaca una medida: <a href="http://www.rtve.es/noticias/20190108/vox-pide-pp-derogacion-ley-contra-violencia-machista-para-negociar-investidura-moreno/1865520.shtml">la derogación de la ley de violencia de género</a> y la promulgación de una ley de violencia intrafamiliar. </p>
<p>Dentro de unas semanas nos enfrentamos a elecciones a nivel europeo, nacional, autonómico y local donde esa formación puede conseguir representación. ¿Qué implicaciones puede tener para la igualdad de género? </p>
<h2>Diferenciando términos</h2>
<p>Todavía hay cierta confusión sobre algunos conceptos relacionados con este tema. No es lo mismo la violencia doméstica que la violencia de género. </p>
<p>La primera, la violencia doméstica, es la que se produce en casa, en el hogar, en el domo. Incluye todas las violencias que se ejercen hacia cualquier miembro del hogar, se tengan relaciones familiares o no. Puede ser una violencia ejercida por el padre hacia los hijos, por los nietos hacia los abuelos o por los hijos hacia la madre, lo engloba todo. </p>
<p>En cambio, solo se considera violencia de género aquella que se ejerce contra la mujer por el simple hecho de serlo. La situación de violencia de género más común es la de un hombre que comete una serie de abusos continuados y sistemáticos contra una mujer por considerarla un ser inferior al cual pretende dominar. </p>
<p>Es importante diferenciar el concepto de violencia de género del de violencia doméstica. La confusión de ideas invisibiliza que el maltrato a la mujer –solo por el hecho de serlo– es resultado del patriarcado, cuyo objetivo último es la sumisión y el control de la vida de ésta. Este tipo de violencia incluye las violencias física y psicológica, así como las agresiones a la libertad sexual, las amenazas y las coacciones.</p>
<p>A principios de los años noventa se empezó a tomar conciencia, en el ámbito internacional, de que este tipo de agresiones tenían otra naturaleza. Pero no fue hasta 1995, <a href="http://www.un.org/womenwatch/daw/beijing/pdf/Beijing%20full%20report%20S.pdf">tras la Conferencia de Pekín</a>, organizada por la ONU, cuando se lanzó el <a href="http://www.un.org/womenwatch/daw/beijing/pdf/BDPfA%20S.pdf">plan de acción</a> para promover los derechos de la mujer, en el que se estableció que existía una violencia específica llamada “contra las mujeres” y se invitaba a todos los países a que tomasen medidas para erradicarla. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/262145/original/file-20190305-48450-1snkrv7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/262145/original/file-20190305-48450-1snkrv7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/262145/original/file-20190305-48450-1snkrv7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/262145/original/file-20190305-48450-1snkrv7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/262145/original/file-20190305-48450-1snkrv7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=512&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/262145/original/file-20190305-48450-1snkrv7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=512&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/262145/original/file-20190305-48450-1snkrv7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=512&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Discurso de Hillary Clinton en la Conferencia de Pekín organizada por la ONU en 1995.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hillary_Clinton_at_the_United_Nations_Conference_on_Women_in_Beijing,_China.jpg">Sharon Farmer / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>En España no se aprobó la <a href="https://www.boe.es/eli/es/lo/2004/12/28/1/con">Ley Integral contra la Violencia de Género</a> hasta el año 2004. Fue una de las más avanzadas de nuestro entorno, reconociendo que existía la violencia de género y que esta necesitaba un tratamiento diferenciado. Sin embargo, tenía muchos aspectos que mejorar, empezando por la infradotación económica o la falta de desarrollo de algunas de sus partes. </p>
<p>En relación a la infradotación económica, se constata que el dinero que destina el Gobierno ha pasado en seis años de los 34,3 millones presupuestados en el 2010 a los 25,2 millones para el 2016. </p>
<p>Además, la actual ley solo reconoce como violencia de género la que se ejerce dentro de una relación afectiva reconocida o de convivencia, es decir, dentro de la pareja. No obstante, es necesario que también se considere violencia de género la que se produce fuera de una relación sentimental, para que el caso pueda pasar a un tribunal especializado y que la mujer pueda gozar de las medidas y ayudas de las que disponen las víctimas de violencia de género. </p>
<h2>¿Por qué es importante aclarar el concepto?</h2>
<p>Con la ley actual, la violación a una chica por parte de un desconocido, la práctica de la ablación, ser víctima de trata, el asesinato de una prostituta por parte de su cliente o el caso mediático de <a href="https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/dos-anos-sin-diana-quer-el-caso-que-reabrio-debate-sobre-la-prision-permanente/10004-3726331">Diana Quer</a> –asesinada por un desconocido– no son considerados violencia de género. Aunque en todos los ejemplos anteriores ellas han sido violadas, asesinadas, mutiladas y maltratadas por el mero hecho de ser mujeres, la ley no las considera víctimas de violencia de género. </p>
<p>Las diferencias en la conceptualización tienen implicaciones en diversos ámbitos. Las acciones catalogadas como violencia de género se tramitarán en tribunales judiciales especializados. Estos tribunales de género son más eficaces a la hora de hacer cumplir las leyes. </p>
<p>Además, ofrecen más posibilidades de que el personal judicial tenga en cuenta <a href="https://theconversation.com/respuesta-judicial-frente-a-la-violencia-de-genero-formacion-especializada-107556">la perspectiva de género</a>. La especialización en temática de género permite que estos tribunales posean experiencia en las características específicas de estos casos y, por tanto, estén en condiciones de tramitar con mayor celeridad la carga que soportan estas víctimas. </p>
<p>Asimismo, este tipo de tribunales permiten la integración de diversos procesos legales, como las cuestiones penales, civiles y de derecho de la familia. Por tanto, que un caso se considere violencia de género o no tiene consecuencias sobre cómo se va a tratar a la víctima, e incluso en cómo van a ser tratados los hechos y, por tanto, las decisiones llegan a ser más justas. </p>
<p>La conceptualización de qué es o no es la violencia de género también tiene implicaciones en cómo se recopilan los datos. Por ejemplo, solo se contabilizan las mujeres asesinadas en las estadísticas si el hombre mata a su pareja o expareja, pero no se registran aquellas que no tenían relación afectiva. </p>
<p>En España, según el ministerio de Igualdad, <a href="https://www.efe.com/efe/america/sociedad/espana-cierra-el-2018-con-47-mujeres-asesinadas-por-violencia-machista/20000013-3855146">hubo 47 mujeres asesinadas por violencia de género</a>. Sin embargo, si se contabilizan aquellas sin relación afectiva, <a href="https://feminicidio.net/articulo/listado-feminicidios-y-otros-asesinatos-mujeres-cometidos-hombres-espa%C3%B1a-2018">la cifra se eleva a 98</a>. Por tanto, no es baladí la forma de contabilizar a las víctimas, ya que es importante para tener una buena medida del programa y hacer un buen diagnóstico de la realidad para concretar políticas públicas.</p>
<h2>Situación actual</h2>
<p>En 2017 se aprobó el <a href="http://www.congreso.es/public_oficiales/L12/CONG/BOCG/D/BOCG-12-D-200.PDF">Pacto de Estado contra la Violencia de género</a>, que cosechó muchas críticas desde el inicio. Los principales puntos débiles afectan a su aplicación. Este pacto ni es vinculante, ni es una ley. </p>
<p>Esto implica que no se puede aplicar o poner inmediatamente en marcha. Hay muchas medidas que tienen que modificar otras leyes, ser aplicadas por otros niveles de gobierno, los cuales tienen competencias en estos ámbitos. </p>
<p>Tampoco existe financiación específica para dotar las diferentes acciones, ni hay presupuestos concretos para cada medida, con lo cual no queda garantizado su cumplimiento. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/262146/original/file-20190305-48447-1xx39cu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/262146/original/file-20190305-48447-1xx39cu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/262146/original/file-20190305-48447-1xx39cu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/262146/original/file-20190305-48447-1xx39cu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/262146/original/file-20190305-48447-1xx39cu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/262146/original/file-20190305-48447-1xx39cu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/262146/original/file-20190305-48447-1xx39cu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Minuto de silencio ante el Ayuntamiento de Madrid tras el asesinato de una vecina de la ciudad en marzo de 2017.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Minuto_de_silencio_por_el_asesinato_de_una_mujer_en_Vic%C3%A1lvaro,_v%C3%ADctima_de_la_violencia_de_g%C3%A9nero_(01).jpg">Diario de Madrid / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Desde que el PSOE llegó al Gobierno en 2018, se han impulsado algunas medidas. Se aprobó un <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2018-11135">decreto ley de medidas urgentes para el desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de género</a> en el que se mejora la asistencia jurídica y psicológica a las víctimas. </p>
<p>Se han destinado <a href="https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/el-gobierno-destina-220-millones-para-aplicar-pacto-de-violencia-genero/10004-3866193">220 millones de euros</a>, distribuidos entre diferentes niveles administrativos, en el último proyecto de <a href="http://www.sepg.pap.hacienda.gob.es/Presup/PGE2019Proyecto/MaestroDocumentos/PGE-ROM/doc/1/3/24/3/2/2/N_19_A_R_31_125_1_2_3_1232C_C_1.PDF">presupuestos del estado</a>. </p>
<p>Al mismo tiempo, <a href="https://www.boe.es/boe/dias/2018/12/29/pdfs/BOE-A-2018-17988.pdf">se modificaron leyes como la Ley Orgánica del Poder Judicial</a>, en la cual se establece la violencia de género como una especialidad más del derecho, con pruebas de especialización, como el derecho penal o civil. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. </p>
<p>Que un partido quiera cambiar la conceptualización de la violencia de género no solo implica frenar los avances que se hacen en el diagnóstico del problema y, por tanto, en cómo abordarlo. También obvia que este tipo de violencia es el resultado de las relaciones de poder que se dan entre hombres y mujeres, negando, al mismo tiempo, el acceso de las víctimas a tribunales especializados.
Para intentar mejorar la situación no solo se tiene que mantener la Ley de Violencia de género, sino que se debe ampliar el concepto la violencia de género más allá de la pareja, <a href="https://rm.coe.int/1680464e73">como recoge en el Convenio de Estambul</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/112910/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Silvia Claveria Alias no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>No es lo mismo la violencia doméstica que la violencia de género. La primera es la que se produce en el hogar. La segunda, la que se ejerce contra la mujer por el hecho de serlo.Silvia Claveria Alias, Investigadora 'Juan de la Cierva', Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.