tag:theconversation.com,2011:/id/topics/sistema-alimentario-57824/articlessistema alimentario – The Conversation2022-10-10T16:54:42Ztag:theconversation.com,2011:article/1912682022-10-10T16:54:42Z2022-10-10T16:54:42ZLos comedores escolares, un punto de partida para cambiar el actual modelo alimentario<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/488050/original/file-20221004-24-ukdnh3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C17%2C5734%2C3811&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/fresh-healthy-fruit-buffet-primary-school-1812923356">Robert Kneschke / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Desde hace unos años se hace cada día más patente que el actual modelo alimentario no funciona. Los datos constatan que <a href="https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259926457058&p=%5C&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param1=PYSDetalle&param3=1259924822888#:%7E:text=informaci%C3%B3n%20de%20sedentarismo.-,Obesidad%20y%20Sobrepeso,6%25%20de%20mujeres%20padecen%20sobrepeso.">tenemos un problema de malnutrición en todos los segmentos de la población en forma de sobrepeso</a> y en el peor de los casos, de obesidad, incrementando la incidencia de enfermedades cardiovasculares, problemas de glucemia e incluso algunos tipos de cáncer. </p>
<p>La dieta predominante, en la que abunda la comida <a href="https://blogs.unitec.mx/salud/ventajas-y-desventajas-de-los-alimentos-procesados/">procesada industrialmente rica en grasas saturadas y sales</a>, es en buena medida responsable de esta situación.</p>
<p>La producción agraria y ganadera lleva años reorientándose hacía <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Agricultura_industrial">un modelo industrial</a> más eficiente desde el punto de vista productivo. Se adapta así a una agroindustria que demanda alimentos estandarizados, fáciles de consumir y al alcance de todos los bolsillos.</p>
<p>El actual sistema alimentario perjudica nuestra salud y la del planeta, pero ¿podemos cambiarlo?</p>
<h2>Estrategias a gran escala</h2>
<p>Instituciones mundiales (Naciones Unidas) y europeas (Comisión y Parlamento Europeo) son conscientes de la situación y en los últimos años han desarrollado distintas estrategias para promover otros modelos de producción y consumo, como la <a href="https://www.cepal.org/es/publicaciones/40155-la-agenda-2030-objetivos-desarrollo-sostenible-oportunidad-america-latina-caribe">Agenda 2030</a> y la <a href="https://food.ec.europa.eu/horizontal-topics/farm-fork-strategy_en">Estrategia de la Granja a la Mesa</a>. </p>
<p>Concretamente, los Estados miembros de la UE llevan años reorientando el presupuesto de la Política Agraria Comunitaria (PAC) hacía iniciativas que contribuyan de forma explícita a la sostenibilidad de la producción agraria. No obstante, <a href="https://porotrapac.org/">existen voces discrepantes</a> que a día de hoy cuestionan la efectividad real de estas ayudas para alcanzar las metas que propone la Estrategia de la Granja a la Mesa.</p>
<p>Frente a estas iniciativas de gran calado institucional y presupuestario, existe un movimiento silencioso y más pausado que está creando alianzas y compromisos con el objetivo de conseguir este cambio de modelo. Son acciones promovidas por la ciudadanía que, a través de pequeñas actuaciones en el entorno local o regional, hacen pequeños avances. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/488309/original/file-20221005-20-1ideyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Plantas de lombarda, coles y habas en un huerto." src="https://images.theconversation.com/files/488309/original/file-20221005-20-1ideyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/488309/original/file-20221005-20-1ideyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/488309/original/file-20221005-20-1ideyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/488309/original/file-20221005-20-1ideyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/488309/original/file-20221005-20-1ideyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/488309/original/file-20221005-20-1ideyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/488309/original/file-20221005-20-1ideyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Huerto urbano.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/78443196@N06/8615169491/">12M15MHuelva / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/">CC BY-NC</a></span>
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<h2>Iniciativas en ciudades y municipios</h2>
<p>Firmado por más de cien ciudades de los cincos continentes, el <a href="https://www.fao.org/3/ca6144es/ca6144es.pdf">Pacto de Milán</a> aboga por el papel de las ciudades como foco de acción respecto a la alimentación, incidiendo a favor de los pequeños productores, los productos agroecológicos, las cadenas cortas de comercialización, la reducción de desperdicios alimentarios y la economía circular, además de la promoción de dietas saludables. Se trata de un enfoque holístico que acerca el sector primario a las ciudades desde la equidad en el acceso a los alimentos como herramienta para luchar <a href="https://deixalles.org/wp-content/uploads/2019/01/guia_justicia_alimentaria.pdf">contra la pobreza.</a></p>
<p>Algunas de las ciudades españolas firmantes del Pacto de Milán han <a href="https://www.municipiosagroeco.red/">constituido la Red de Municipios por la Agroecología</a>. Con un enfoque eminentemente práctico, sus miembros comparten experiencias desarrollando de forma colaborativa soluciones innovadoras que buscan promover e implantar sistemas sostenibles y territorializados de producción-comercialización y consumo local de alimentos.</p>
<p>Dentro de estas soluciones, existe un instrumento tangible del que se habla muy poco pese a tener un gran potencial para alcanzar los objetivos comentados. Se trata de la compra pública verde, que en España tiene su propio marco regulatorio a nivel nacional en el <a href="https://www.boe.es/boe/dias/2019/02/04/pdfs/BOE-A-2019-1394.pdf">Plan de Contratación Pública Ecológica de la Administración General del Estado</a>.</p>
<p>Este plan establece la manera de incorporar en los pliegos de contratación pública criterios ecológicos, permitiendo a las administraciones fomentar y contribuir a los objetivos de sostenibilidad económica y medioambiental en el desarrollo de su actividad. En concreto, este plan incorpora el sector de la alimentación y los servicios de restauración como un servicio prioritario, en línea con lo impulsado desde la Comisión Europea.</p>
<h2>Casos pioneros en España</h2>
<p>En España hay pocos casos en los que se esté aplicando el plan al ámbito de la alimentación y restauración. Las experiencias se circunscriben a acciones llevadas a cabo por algunos miembros de la red de ciudades. Se basan en la creación de un grupo de trabajo centrado en la formación, intercambio de experiencias e identificación de herramientas normativas y técnicas para la transición a una compra pública alimentaria sostenible.</p>
<p>Desde el ámbito académico, nos hemos acercado a dos experiencias reales de contratación verde en el campo de la restauración para constatar cómo está siendo su desempeño en aras de alcanzar los objetivos de sostenibilidad y mejora nutricional. </p>
<p>En concreto, hemos conocido dos iniciativas:</p>
<ul>
<li><p>El <a href="https://www.urduna.com/es-ES/conoce-orduna/Paginas/default.aspx">municipio de Orduña</a>, en Vizcaya. Su Ayuntamiento se ha involucrado directamente en el proceso de incorporación de requerimientos ecológicos en los pliegos de contratación de los servicios de comedor escolar y de la residencia de ancianos del municipio. </p></li>
<li><p><a href="https://www.vallesoriental.cat/">Comarca del Vallés Oriental</a>, en Barcelona. Una mancomunidad de municipios que se organiza para incorporar estos criterios ecológicos en la contratación de los servicios de comedor de tres colegios públicos de la comarca.</p></li>
</ul>
<p>A través de un trabajo de seguimiento y valoración, hemos testado indicadores de sostenibilidad económica (relacionado con el precio de los menús), sostenibilidad ambiental (ligada a la reutilización, reciclado y huella de carbono) y sostenibilidad social, tratando temas más trasversales de igualdad de género y condiciones laborales. Además, hemos analizado aspectos nutricionales valorando en los menús la presencia de grasas insaturadas, carnes rojas y comida procesada.</p>
<h2>La sostenibilidad puede ser viable</h2>
<p>Los resultados nos han mostrado que ambas experiencias funcionan y están <a href="https://repositorio.upct.es/handle/10317/10518">dando buenos resultados</a>. La valoración final de ambas ha sido de notable, a pesar desarrollarse en contextos diferentes. </p>
<p>En el caso de Orduña, la cercanía a los proveedores de productos favorece los circuitos cortos y los productos ecológicos, y por tanto un control del proceso. En el caso de la comarca del Valles cabe destacar la incorporación en los pliegos de contratación de criterios que garantizan unos menús saludables además de un esfuerzo importante por concienciar a padres y alumnos de la importancia de una alimentación saludable y sostenible. </p>
<p>Un aspecto relevante es el papel que tiene este tipo de iniciativas como herramienta de concienciación y de identificación con su territorio, no solo en los niños, sino también en las asociaciones de padres y madres y educadores. Incluir la alimentación y sus implicaciones en la formación curricular de los alumnos conociendo los procesos de producción de alimentos, sus implicaciones ambientales y sociales y su importancia en la calidad de vida es fundamental para promover una población más sana y un entorno más sostenible</p>
<p>Las compras públicas verdes impulsadas a escala local pueden ser el motor de cambio hacía otro modelo de producción y consumo. Experiencias pioneras como las llevadas a cabo en Orduña y en la comarca del Vallés pueden ser un ejemplo de cómo se puede promover los principios de un nuevo modelo de alimentación que, siendo viable, introduce nuevos aspectos conducentes hacía una sociedad más consciente de las implicaciones de la alimentación en una sociedad más justa y sostenible.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191268/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Almudena Gómez-Ramos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Algunos Ayuntamientos en España ya hacen compras públicas verdes: incluyen criterios ecológicos en la adquisición de comida para colegios y residencias. Estas iniciativas locales demuestran que otro esquema de alimentación es posible.Almudena Gómez-Ramos, Profesor Titular de Economía, Sociología y Política Agraria, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1722882021-12-01T19:24:13Z2021-12-01T19:24:13ZLa biotecnología como herramienta para mejorar el rendimiento de los cultivos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/434734/original/file-20211130-24-2o42g9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5184%2C3111&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/scientist-hold-test-tube-plant-inside-1109432129">Shutterstock / MW 3DStudio</a></span></figcaption></figure><p>El cambio climático atenta contra la producción de los principales cultivos, mientras el mundo experimenta una demanda creciente de alimentos. Abastecer a la población en este contexto es uno de los grandes problemas a afrontar durante los próximos años. </p>
<p>Dimensionemos este desafío. El crecimiento de la población mundial es de 1,1 % anual. En 2030 llegaremos a ser <a href="https://population.un.org/wpp/Publications/Files/WPP2019_Highlights.pdf">8 500 millones de habitantes</a> en el planeta, unos 700 millones más que actualmente. </p>
<p>Además, el objetivo de incrementar los cultivos se encuentra fuertemente atravesado por factores ambientales y humanos, como los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios en el uso del suelo y las dificultades para acceder al agua. </p>
<p>Es por eso por lo que no todos los abordajes para alcanzar la meta de mayor producción son favorables. <a href="https://www.fao.org/3/y3557s/y3557s00.htm#TopOfPage">La FAO</a> alertó sobre que el aumento de las superficies cultivadas y el incremento de la frecuencia de las cosechas son estrategias poco alentadoras que tienden a agotarse. </p>
<h2>¿Cómo resolver este dilema?</h2>
<p>La opción más viable es aumentar los rendimientos de los cultivos. En ese sentido, la biotecnología aplicada a la producción agrícola parece ser el mejor camino para lograrlo. Desde hace décadas se emplean variedades genéticamente modificadas con el objeto de aumentar los rendimientos resolviendo problemas como el ataque de patógenos y la eliminación de malezas en el campo. </p>
<p>Muchos de estos enfoques han generado una mala percepción social sobre las modificaciones genéticas en las plantas. Sobre todo porque estas estrategias vienen acompañadas del uso de agroquímicos que, en muchos casos, afectan la salud y al medio ambiente.</p>
<p>Por eso los nuevos desarrollos biotecnológicos deben ser abarcados con soluciones sustentables que sean capaces de optimizar las características de interés agronómico de los cultivos que permitan aumentar su rendimiento bajo las condiciones cambiantes del ambiente.</p>
<h2>¿Qué es una solución biotecnológicamente sustentable?</h2>
<p>El objetivo de estas estrategia es satisfacer la demanda creciente de alimentos a través de la transferencia de tecnologías que puedan promover mejores rendimientos en menor cantidad de hectáreas. Todo ello preservando el bienestar del planeta y de la población.</p>
<p>Una estrategia para lograrlo es la implementación de tecnologías enfocadas a mejorar los procesos fisiológicos de las plantas que intervengan sobre sus propios genes. </p>
<p>Entre las múltiples opciones, una aproximación es la optimización de aquellos procesos que se encuentran vinculados a la luz. Estos constituyen un elemento vital para el crecimiento y desarrollo de las plantas impactando directamente sobre su rendimiento. </p>
<p>Por eso, cuando se puede, algunas variedades se cultivan con suplementos de luz artificial para promover su crecimiento, como es el caso de los cultivos intensivos en invernáculos. </p>
<p>Si proyectamos esta estrategia sobre cultivos extensivos (soja, maíz, trigo) nos encontramos con un gran problema, ya que modificar las condiciones de luz sobre millones de hectáreas cultivadas no es una opción viable. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es generar modificaciones genéticas que permitan a las plantas procesar la luz solar de una manera más eficiente. Dicho de otra manera, podemos cambiar la percepción o sensibilidad que las plantas presentan al ambiente lumínico. </p>
<p>Para lograr esto es necesario un correcto conocimiento de los mecanismos genéticos que participan en estas respuestas, lo cual es algo específico y complejo. Esta tarea se hizo más fácil gracias al desarrollo de nuevas técnicas en al área de biología molecular y a la secuenciación de los genomas de algunas especies vegetales, lo que nos permitió identificar y caracterizar muchos de los genes que intervienen en respuestas lumínicas precisas. Algunos de estos genes descubiertos presentan un gran potencial para ser utilizados como herramienta biotecnológica.</p>
<h2>Genes y fotosíntesis</h2>
<p>Un ejemplo claro de esto es el <a href="https://uspto.report/patent/app/20200299711">gen <em>BBX21</em></a>, que se encuentra presente en el genoma de la mayoría de las plantas. Produce una proteína que regula el funcionamiento de otros genes vinculados a la capacidad de respuesta de las plantas frente a la calidad y cantidad de la luz que recibe, interviniendo de forma indirecta sobre el proceso de fotosíntesis. </p>
<p>Al potenciarlo por medio de ingeniería genética, las plantas modificadas aprovechan mejor la luz solar y logran incrementar su fotosíntesis, lo cual finalmente se traduce en la optimización del rendimiento. Por ejemplo, plantas de papa que presentan potenciado al gen <em>BBX21</em> pueden producir entre un <a href="https://academic.oup.com/plphys/article/177/1/369/6117092">10-15 % más de tubérculos</a> que las que no. Además, se demostró que bajo condiciones de sequía logran <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/tpj.15499">mejorar su desempeño</a>, haciendo que el déficit hídrico tenga un impacto menor sobre la calidad de los tubérculos.</p>
<p>Este enfoque, donde la biotecnología se utiliza para mejorar el rendimiento de los cultivos mediante la intervención sobre respuestas fisiológicas precisas, abre un mundo de posibilidades a la agricultura del futuro. Nos permitirá generar nuevas variedades mucho más rápido, aumentar la productividad, mitigar las pérdidas producidas por las consecuencias del cambio climático y reducir los niveles de impacto ambiental.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/172288/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carlos Crocco recibe fondos de la Universidad de Buenos Aires y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.</span></em></p>Los nuevos desarrollos biotecnológicos deben ser abarcados con soluciones sustentables que sean capaces de optimizar las características de interés agronómico de los cultivos.Carlos Crocco, Investigador y Docente de la Universidad de Buenos Aires y CONICET., Universidad de Buenos AiresLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1651932021-09-19T19:42:52Z2021-09-19T19:42:52Z¿Pueden los microorganismos ayudarnos a alimentar mejor a la población mundial?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/421566/original/file-20210916-21-1rudpyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C5180%2C3733&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/contaminated-food-concept-tainted-meal-poisoning-1422733514">Shutterstock / Giovanni Cancemi</a></span></figcaption></figure><p>La producción de alimentos debe afrontar un triple reto en el siglo XXI. Necesita aumentar la eficiencia para alimentar a una población en crecimiento, de eso no hay duda. Pero también <a href="http://www.fao.org/3/ca2079en/CA2079EN.pdf">minimizar su impacto medioambiental para ser más sostenible</a>. Y todo ello garantizando la seguridad y calidad de los alimentos que llegan a nuestra mesa.</p>
<p>Varias investigaciones demuestran que algunos microorganismos podrían ayudar a que la producción de alimentos responda a estos y otros retos. </p>
<h2>Microorganismos para afrontar retos globales</h2>
<p>En cualquier ambiente que consideremos coexisten diferentes microorganismos que interactúan entre sí y con su entorno. Eso significa que, colectivamente, desarrollan procesos fundamentales en el medio que ocupan. Por este motivo, conocer a los integrantes de esas comunidades de microbios y cómo se organizan puede ayudarnos a controlar y mejorar procesos relevantes para el ser humano. </p>
<p>Esa es precisamente la razón por la que hay tanto interés en estudiar los microbiomas, que es como se denomina al conjunto de microorganismos de un ambiente definido. </p>
<p>Las nuevas tecnologías de secuenciación permiten conocer de forma rápida y automatizada los microorganismos de ambientes de interés, así como sus funciones. Estos estudios aportan la información necesaria para entender los procesos que estas comunidades realizan y aprovechar su potencial biotecnológico. </p>
<h2>Aplicaciones de los microbiomas en la cadena agroalimentaria</h2>
<p>Aunque la atención la acaparan los microorganismos que viven en nuestro cuerpo, en otros ambientes existen microbiomas importantes para nuestro bienestar individual y colectivo. Entre ellos los asociados a la cadena agroalimentaria, <a href="https://www.eufic.org/en/food-production/article/what-is-the-microbiome-and-why-is-it-important">desde la producción primaria hasta el consumidor</a>. </p>
<p>Se encuentran en suelos, plantas, animales, industrias de procesado y, en menor medida, en el producto final. Conocer su organización y funciones puede ayudar a afrontar los retos que tiene por delante la producción de alimentos. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/416041/original/file-20210813-21-1rhgi1s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/416041/original/file-20210813-21-1rhgi1s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/416041/original/file-20210813-21-1rhgi1s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/416041/original/file-20210813-21-1rhgi1s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/416041/original/file-20210813-21-1rhgi1s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/416041/original/file-20210813-21-1rhgi1s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/416041/original/file-20210813-21-1rhgi1s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"></span>
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</figure>
<ol>
<li><p><strong>Microbiomas para el control, autenticidad y trazabilidad de alimentos</strong></p>
<p>Monitorizar los microbiomas en ambientes de producción de alimentos permite identificar incidentes en etapas tempranas. Por ejemplo, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2214799320301405">contaminaciones que puedan comprometer la calidad y seguridad del producto</a>.</p>
<p>Además, como el tipo de microorganismos presente en algunas materias primas y productos se ve condicionado por su origen y entornos de procesado, el microbioma podría permitir comprobar el origen y la autenticidad de algunos alimentos. </p>
<p>Sin ir más lejos, algunos estudios han demostrado que permite <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0184615">diferenciar el origen de algunas variedades de uva </a>utilizadas en producción de vinos o los <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-017-00549-2">productos con masa madre</a> de otros con otro proceso de producción. Este tipo de aplicaciones podría ser de especial relevancia en productos con denominación de origen protegida.</p></li>
<li><p><strong>Microbiomas para dar valor añadido a los alimentos</strong> </p>
<p>Ciertos microorganismos también pueden ser utilizados de forma intencionada para ayudar a mejorar la calidad y seguridad de la producción de alimentos. Por ejemplo, los hay que inhiben el crecimiento de microorganismos indeseables actuando como <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32542314/">agentes de bioconservación y biocontrol </a>. </p>
<p>Estos bioconservantes pueden prevenir enfermedades en cultivos, ganadería y acuicultura, además de contaminaciones en la industria alimentaria. Pero también consiguen alargar la vida útil de los alimentos. </p>
<p>Con ello contribuyen a un uso más racional de desinfectantes y aditivos, reduciendo el impacto económico y ambiental que diversas enfermedades y contaminaciones podrían ocasionar. Todo esto ayuda a mejorar la eficiencia de los sistemas de producción, necesaria para cubrir la demanda de alimentar a una población en crecimiento.</p>
<p><a href="https://redbal.net/">Entre los microorganismos que aportan valor añadido a la producción de alimentos, merecen una especial mención los utilizados para producir alimentos fermentados como la cerveza, el queso, el yogur, el kéfir o las aceitunas, entre otros ejemplos </a>. </p>
<p>Tradicionalmente, la fermentación sólo perseguía modificar las propiedades sensoriales de los alimentos y alargar su vida útil. Hoy podemos diseñar las combinaciones de microorganismos óptimas para cada proceso de fermentación, estudiando su comportamiento en comunidades microbianas complejas. </p>
<p><a href="https://theconversation.com/monodosis-con-probioticos-para-paliar-la-desnutricion-infantil-en-poblaciones-desfavorecidas-162007">El objetivo es conseguir identificar microorganismos robustos, seguros y capaces de aportar propiedades interesantes al producto final: calidad sensorial, mejora nutricional o producción de ingredientes saludables</a>. </p>
<p>De hecho, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32542314/">los alimentos fermentados son un vehículo importante de microorganismos vivos</a>, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24912386/">algunos de los cuales pueden ser probióticos</a>, esto es microorganismos que tras su administración aportan beneficios a nuestra salud . </p></li>
<li><p><strong>Microorganismos para reducir los residuos alimentarios</strong></p>
<p>Reducir el desperdicio de alimentos durante la cadena de producción es otra forma sostenible de aumentar la eficiencia. Los microorganismos también ofrecen oportunidades para lograr este objetivo. </p>
<p>Algunos subproductos de la industria agroalimentaria contienen ingredientes con propiedades nutricionales y saludables. Sin ir más lejos, <a href="http://valorizaciondesuero.es/">el suero lácteo es rico en proteínas por lo que algunas investigaciones han estudiado su aplicación para elaborar alimentos de alto valor añadido</a>. <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmicb.2020.581997/full">En cuanto a los residuos derivados del procesado de cereales, frutas y vegetales, son ricos en polifenoles y fibras, compuestos capaces de promover nuestra microbiota intestinal y nuestra salud</a>. </p>
<p>Entender cómo los microorganismos de nuestra microbiota intestinal metabolizan los compuestos presentes en algunos residuos alimentarios puede ayudar a diseñar nuevos alimentos saludables a partir de residuos. La inclusión de procesos de fermentación en el tratamiento de subproductos alimentarios también es una alternativa interesante para producir nuevos alimentos.</p></li>
</ol>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/421575/original/file-20210916-27-1iy08tt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/421575/original/file-20210916-27-1iy08tt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/421575/original/file-20210916-27-1iy08tt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/421575/original/file-20210916-27-1iy08tt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/421575/original/file-20210916-27-1iy08tt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/421575/original/file-20210916-27-1iy08tt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/421575/original/file-20210916-27-1iy08tt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/421575/original/file-20210916-27-1iy08tt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Entre los microorganismos que aportan valor añadido a la producción de alimentos se encuentran los utilizados para producir la cerveza, el queso, el yogur y el kéfir.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cabrales-cheese-handmade-bread-red-wine-256391629">Shutterstock / aidart</a></span>
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<h2>Microorganismos para los alimentos del futuro</h2>
<p>Parece indiscutible que, aunque los microorganismos han estado tradicionalmente asociados a procesos de infección y contaminaciones, y han sido generalmente reconocidos como el enemigo, <a href="https://www.nature.com/articles/s41564-020-00857-w?utm_source=xmol&utm_medium=affiliate&utm_content=meta&utm_campaign=DDCN_1_GL01_metadata">las posibilidades biotecnológicas que muchos de ellos ofrecen son innumerables</a>. Tanto, que incluso podrían ayudar a dar respuesta a grandes desafíos globales, incluyendo los relacionados con los sistemas alimentarios. </p>
<p>Conocer las capacidades de algunos microorganismos y de los microbiomas asociados a los sistemas alimentarios puede ayudar a reestructurar éstos últimos para producir alimentos seguros y de calidad, de forma sostenible, que nutran y protejan la salud de una población en crecimiento.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/165193/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lorena Ruiz García recibe fondos de investigación a través del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Abelardo Margolles recibe o a recibido fondos de diferentes agencias financiadoras: Planes Regionales de I+D del Principado de Asturias, Planes Estatales de Investigación, Programa H2020 y otros programas de investigación de la Unión Europea y CSIC.
Abelardo Margolles ha recibido financiación de varias empresas para el desarrollo de contratos de investigación.
Abelardo Margolles posee acciones de la Empresa de Base Tecnológica MicroViable Therapeutics (<a href="http://www.microviable.com">www.microviable.com</a>). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carlos Sabater Sánchez recibe fondos de Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) - Ayudas para contratos Juan de la Cierva-formación 2019 (Referencia del contrato: FJC2019-042125-I)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Patricia Ruas Madiedo recibe fondos de los Planes Nacional y Regional de Investigación y Desarrollo, mediante concurrencia competitiva</span></em></p>Los microbiomas podrían reducir el riesgo de contaminación en los productos que comemos, corroborar el origen y autenticidad de los alimentos, aportarles valor añadido o reducir los residuos que generan.Lorena Ruiz García, Investigadora, Microbología, Alimentos y Salud, Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA - CSIC) Abelardo Margolles Barros, Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA - CSIC) Carlos Sabater Sánchez, Postdoctoral research fellow, Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA - CSIC) Patricia Ruas Madiedo, Investigadora Científica, Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA - CSIC) Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1675882021-09-16T19:52:56Z2021-09-16T19:52:56ZRiego con bacterias para usar menos fertilizantes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/421113/original/file-20210914-13-9quw8h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5760%2C3819&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/water-watering-can-pours-over-strawberry-1776865853">Shutterstock / Savyolova Ekaterina</a></span></figcaption></figure><p>Imagine, por un momento, que sus pies están anclados al suelo. Si tiene sed, no puede ir a por un vaso de agua. Si tiene hambre, no puede ir a por comida. Si le da el sol, no puede moverse hacia la sombra. Parece complicado sobrevivir así, ¿verdad? Pues así viven las plantas. Fijadas al suelo, expuestas al ambiente y solo pueden usar lo que tienen a mano. </p>
<p>Esto hace que su crecimiento se vea muchas veces limitado. ¿Qué pasa cuando esa planta es un cultivo que va a servir de alimento a una población que aumenta cada vez más, y que demanda más y mejores alimentos? Que el ritmo de la naturaleza no es suficiente para compensar el ritmo de producción y consumo de la sociedad. De ahí el uso de <a href="https://theconversation.com/es/topics/fertilizantes-75871">fertilizantes</a>.</p>
<h2>Pan para hoy, hambre para mañana</h2>
<p>Fertilizantes y pesticidas aportan los nutrientes necesarios que la planta no puede ir a buscar y la defienden de enfermedades e insectos. Esto incrementa la producción de alimentos, pero trae otros problemas. Por un lado, la calidad del alimento se puede ver mermada y, por otro, se altera la salud del suelo a largo plazo. De hecho, a día de hoy, <a href="http://www.fao.org/soils-portal/es/">un tercio del suelo de nuestro planeta se encuentra de moderada a altamente degradado</a>. </p>
<p>Por ello, se buscan alternativas más ecológicas (y asumibles económicamente) para mantener la producción de los cultivos sin perjudicar el medio ambiente. Una de estas alternativas es el uso de bacterias.</p>
<p>¿Pero las bacterias no son malas?</p>
<p>Las bacterias siempre han tenido muy mala fama. Sabemos que provocan enfermedades como salmonelosis, legionelosis o gonorrea. A la mente nos viene ese anuncio de producto de limpieza que acaba con la suciedad y las dichosas bacterias de nuestra casa. ¿Cómo puede ser bueno algo así? </p>
<p>Pues bien, bacterias hay por todas partes. En el aire que respira, en su cuerpo, en su comida, en el botón del ascensor que pulsa para subir a casa, en la pantalla de su móvil, etc. Si todas fueran perjudiciales, tendríamos un serio problema. </p>
<p>Algunas son potencialmente perjudiciales, otras beneficiosas y otras, simplemente, conviven con nosotros en armonía. Y por supuesto, el suelo no es una excepción. En el suelo hay bacterias. Muchas bacterias. En un solo gramo de suelo sano, puede haber mil millones de bacterias. Pensémoslo de nuevo. En una cucharada grande de suelo hay más bacterias que habitantes tiene todo el planeta Tierra. Y en él, cumplen funciones muy importantes para mantener su viabilidad.</p>
<h2>Las bacterias como fertilizantes vivientes</h2>
<p>Muchas de estas bacterias no están en el suelo por casualidad. Algunas han conseguido establecer un pacto con las plantas, y a lo largo de los años se han adaptado a vivir con ellas. </p>
<p>Las bacterias se alimentan de lo que las plantas excretan por sus raíces y, a cambio, les hacen algunos favores. Por ejemplo, hay bacterias que producen hormonas vegetales que aumentan el crecimiento de las raíces. También ayudan a la planta a tomar nutrientes del suelo. </p>
<p>Elementos como el nitrógeno, el hierro y el fósforo son fundamentales para las plantas. Muchas veces, en el suelo hay cantidad suficiente de estos elementos, pero en formas en las que los vegetales no los pueden tomar. Es como si estuviéramos sentados sobre una montaña de granos de café, pero no pudiéramos tomar ni una taza. Necesitamos transformarlo. Eso hacen las bacterias por distintos mecanismos fisicoquímicos. </p>
<p>Por si fuera poco, también son capaces de producir compuestos contra determinados insectos, hongos y otras bacterias patógenas. Así, hay bacterias que son capaces de actuar como auténticos fertilizantes y pesticidas vivientes, y <a href="https://www.mdpi.com/1420-3049/21/5/573">se estudia su uso como fertilizantes naturales en una gran variedad de cultivos</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/421110/original/file-20210914-25-thyc0x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/421110/original/file-20210914-25-thyc0x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/421110/original/file-20210914-25-thyc0x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/421110/original/file-20210914-25-thyc0x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/421110/original/file-20210914-25-thyc0x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/421110/original/file-20210914-25-thyc0x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/421110/original/file-20210914-25-thyc0x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/421110/original/file-20210914-25-thyc0x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Campo de cultivo de fresa bajo plástico en Huelva.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/huelva-andalusia-spain-march-2013-production-548241010">Shutterstock / miquelito</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Bacterias y fresas</h2>
<p>La fresa es uno de los cultivos donde se estudia el uso de fertilizantes bacterianos porque constituye un motor económico y social fundamental para España, en especial para Andalucía. El problema es que su cultivo intensivo hace que necesite una gran cantidad de fertilizante y agua. Como consecuencia, los residuos contaminan suelos, aguas superficiales y subterráneas. </p>
<p>Si trasladamos esto al Parque Nacional de Doñana y su entorno, donde hay grandes extensiones de cultivos de fresa, la situación se agrava más. En la actualidad, en un proyecto financiado por la Junta de Andalucía estamos probando a <a href="https://investigacion.us.es/sisius/sis_proyecto.php?idproy=30465">usar fertilizantes bacterianos seleccionados en cultivos de fresa</a> con fertilizante y riego reducidos un 30 %.</p>
<p>Reducir riego y fertilizantes no solo supone un alivio medioambiental, sino también una considerable rebaja de la inversión económica que hace el agricultor. En invernadero, se ha comprobado que las plantas regadas con una solución bacteriana no consiguen llegar a crecer igual que las tratadas con la cantidad de fertilizante y riego habituales. Sin embargo, es curioso el hecho de que logran producir casi las mismas fresas, en cantidad y tamaño. </p>
<p>Tras estas pruebas en invernadero, actualmente se están llevando a cabo pruebas en fincas reales en la provincia de Huelva, y habrá que esperar un poco para conocer los resultados. Por supuesto, son primeras tomas de contacto que hay que pulir hasta conseguir el efecto deseado. También hay que seguir trabajando en aspectos importantes para su aplicación, como la duración de su efecto, el estado del suelo y de las aguas a largo plazo, etc. </p>
<p>Parece que el uso de bacterias supone una promesa consistente para contribuir a desarrollar cultivos que necesiten menos fertilizantes y pesticidas químicos y riego. Sin embargo, hay que seguir trabajando en algunos aspectos relacionados con su aplicación a gran escala y a largo plazo. Y por qué no, esta estrategia ecológica iría muy bien acompañada de un replanteamiento del consumo y la producción en nuestra sociedad actual.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/167588/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jennifer Mesa Marín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Ciertas bacterias permiten a las plantas absorber nutrientes esenciales del suelo y las defienden frente a organismos patógenos. ¿Por qué no usarlas como fertilizantes y pesticidas vivientes?Jennifer Mesa Marín, Investigadora en Microbiología Ambiental, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1639422021-08-22T19:24:31Z2021-08-22T19:24:31ZCómo rediseñar el sistema alimentario para evitar el desperdicio<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/415893/original/file-20210812-24-8pcldx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C6%2C4259%2C2833&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/organic-wasted-food-junk-mountain-rubbish-1052366072">Shutterstock / Antonello Marangi</a></span></figcaption></figure><p>La alimentación constituye una de las necesidades básicas del ser humano atendiendo a la famosa <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow">jerarquía de Maslow</a>. Sin embargo, según el <a href="http://www.fao.org/3/i2697e/i2697e.pdf">trabajo seminal que publicó la FAO en 2011</a>, una tercera parte de los productos agrícolas y ganaderos que se producen en el mundo no son consumidos como alimentos. La magnitud de esta cifra ha despertado conciencias y ha convertido al desperdicio alimentario en uno de los ejes de la política alimentaria a nivel mundial en la última década. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=289&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=289&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=289&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=363&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=363&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=363&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Pérdidas de alimentos en kilogramos per cápita en las fases de consumo (en rojo) y de preconsumo, de la producción a la venta (gris).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.fao.org/3/i2697e/i2697e.pdf">FAO, 2016</a></span>
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</figure>
<p>Solo por poner un ejemplo relativamente reciente, la estrategia <a href="https://www.consilium.europa.eu/es/policies/from-farm-to-fork/">De la granja a la mesa</a> (Farm to Fork) de la Unión Europea, aprobada en mayo de 2020, incluye dos actuaciones específicas, de un total de 27, sobre el desperdicio alimentario. ¿Está justificado este interés por parte de los responsables políticos? ¿Es realmente un problema que debiera preocupar a la sociedad? </p>
<h2>¿Qué es el desperdicio alimentario?</h2>
<p>Para tratar de responder, intentaremos en primer lugar de definir qué se entiende por desperdicio alimentario y por qué se genera. No está siendo fácil llegar a una definición de consenso, ya que las perspectivas desde las que se enfoca el problema son diferentes. </p>
<p>La FAO <a href="http://www.fao.org/3/i3901s/i3901s.pdf">lo contempla en el marco de la seguridad alimentaria</a>. Dicho en otras palabras, y simplificando bastante, contrapone desperdicio a malnutrición y a la dificultad de acceso a los alimentos por parte de sectores importantes de la población. </p>
<p>Desde una perspectiva de países desarrollados, se asocia el desperdicio de alimentos a un despilfarro de los recursos necesarios para generarlos. </p>
<p>Estas dos visiones son complementarias. Las estrategias que se puedan diseñar para disminuir el desperdicio deberían contemplar tanto el despilfarro de recursos escasos como la seguridad alimentaria de la población más vulnerable.</p>
<h2>¿Por qué existe el desperdicio de alimentos?</h2>
<p>El despilfarro no es sino una consecuencia de cómo están configurados los sistemas alimentarios. Por decirlo en un lenguaje que todo el mundo puede entender: el despilfarro forma parte de los denominados efectos colaterales de los sistemas alimentarios actuales. </p>
<p>La competitividad en el sistema alimentario ha generado en las economías desarrolladas una gran variedad de alimentos a unos precios que se han mantenido bastante estables en términos reales en los últimos años. Pero, ¿cuál es el coste, que normalmente pasa desapercibido, de este relativo éxito para la sociedad?</p>
<p>Es complicado ser muy preciso ya que existen <a href="http://www.eu-fusions.org/phocadownload/Publications/Estimates%20of%20European%20food%20waste%20levels.pdf">numerosos estudios</a> dedicados a <a href="http://www.fao.org/3/mb060e/mb060e.pdf">cuantificar el desperdicio</a> con resultados muy heterogéneos. El rango abarca desde los 43 kg per cápita de Japón hasta los 415 kg per cápita de Estados Unidos. En España, <a href="http://www.menosdesperdicio.es/panel-hogares/panel-de-cuantificaci%C3%B3n-del-desperdicio-alimentario-en-los-hogares-espa%C3%B1oles#ultimosDatosHogar">el Gobierno da una cifra de 176 Kg per cápita</a> para 2019. </p>
<p>Pero no hagamos mucho caso al valor absoluto, al igual que con la cifra de la FAO, ya que tanto los métodos como lo que se considera desperdicio varía de un estudio a otro. Justamente una de las dos actuaciones de la estrategia De la granja a la mesa consiste en cuantificar el desperdicio, aunque da libertad a los países para elegir la metodología. </p>
<p>Debería primar la simplicidad frente al rigor. No se trata de cuantificar con exactitud, si no de que sea fácil (en base a estadísticas ya existentes o que requieran pocas modificaciones). Lo que interesa es la evolución. Los objetivos de desperdicio siempre se refieren a porcentaje de reducción.</p>
<h2>¿Cuánto cuesta a la sociedad?</h2>
<p>Según <a href="https://www.wri.org/insights/global-food-challenge-explained-18-graphics">diversas fuentes</a>, la producción de productos agrícolas y ganaderos ocupa un 37 % de la superficie terrestre, consume el 70 % del agua disponible y genera alrededor del 25 % de las emisiones de gases efecto invernadero. </p>
<p>Si una tercera parte de dichos productos no acaban siendo ingeridos por la población, significa que estamos ocupando un 12 % de la superficie terrestre (equivalente a la extensión de Canadá e India conjuntamente) para no producir nada. Estamos tirando un 23 % del agua disponible (3,6 veces el consumo de agua en EE. UU. en un año) y estamos generando un 8 % de los gases efecto invernadero (sería el tercer emisor después de EE. UU. y China), con sus consecuencias para el cambio climático, también para nada. </p>
<p>Si añadimos el componente de seguridad alimentaria, reducir el desperdicio alimentario en un 25 % permitiría erradicar la malnutrición en el mundo, que afecta a 900 millones de personas. </p>
<p>Vista la magnitud del problema, las dos últimas preguntas que nos hacemos son: ¿quién es responsable? y ¿qué podemos hacer para prevenir y reducir el desperdicio alimentario? </p>
<h2>¿Quién es responsable?</h2>
<p>Cada eslabón de la cadena minimiza su responsabilidad y siempre mira al eslabón que tiene por encima o por debajo. Pero, en realidad, todos somos solidariamente responsables. </p>
<p>Lo que sí es cierto es que la totalidad de los trabajos se refieren al consumidor final como el principal responsable (entre el 40 % y el 50 % del desperdicio generado, dependiendo del estudio), pero todos tenemos parte de responsabilidad. Que no generemos mucho desperdicio no implica que nuestras estrategias empresariales no estén produciendo desperdicio a nuestros proveedores o a nuestros clientes. </p>
<p>Por tanto, cualquier solución al problema requiere estrategias conjuntas que deben ser consensuadas y adoptadas por toda la cadena. Esta es quizás una de las principales limitaciones de las actuaciones que se han desarrollado hasta la fecha, muy ligadas a las estrategias de responsabilidad social corporativa de una empresa específica (ya sea de producción, comercialización o transformación). </p>
<p>Que los consumidores sean los máximos responsables del desperdicio, a mi juicio, tiene que ver con el escaso valor que la sociedad concede a la alimentación. No se valora en su justa medida el esfuerzo de muchas personas para que un producto esté en nuestra mesa. </p>
<h2>¿Qué podemos hacer?</h2>
<p>Los precios relativos de los alimentos son muy bajos y tirarlos supone un porcentaje mínimo del gasto de las familias. En este sentido, el diseño de políticas de educación encaminadas a incrementar el valor de los alimentos podría contribuir significativamente a prevenir el desperdicio. </p>
<p>En todo caso, las medidas para reducir y prevenir el desperdicio alimentario deberían respetar la siguiente escala de prioridades:</p>
<ul>
<li><p>En primer lugar, los sistemas deberían de autorregularse mejor con el fin de ajustar oferta y demanda. </p></li>
<li><p>Si esto no es posible, entran en juego las políticas de redistribución tratando de repartir los excedentes entre la población más vulnerable (papel que de forma ejemplar están desarrollando los <a href="https://www.fesbal.org.es/">bancos de alimentos</a>). </p></li>
<li><p>Si aun así se genera un exceso de oferta, se debería apostar por la promoción de soluciones tecnológicas dirigidas a la revalorización de los residuos (por ejemplo, extracción de nutrientes para enriquecer de forma natural otros alimentos). </p></li>
<li><p>Finalmente, si esto no es posible, podrían introducirse los alimentos despilfarrados en un ciclo más largo a través de su utilización en los piensos de los animales para convertirlos después en leche, carne o huevos. </p></li>
</ul>
<p>Decimos “finalmente” porque la utilización de alimentos no consumidos por la población para la generación de compost o bioenergía se sigue considerando desperdicio. El alimento no se utiliza para el fin para el que se ha producido, que es satisfacer las necesidades de la población, idea con la que comenzaba este artículo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163942/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José María Gil Roig recibe fondos competitovos del Programa H2020 de la UE y del Departament de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Cataluña sobre el desperdicio alimentario. </span></em></p>Las estrategias de prevención y reducción del despilfarro de comida deben involucrar a todos los eslabones de la cadena de producción y consumo, ya que todos tienen parte de responsabilidad.José María Gil Roig, DIRECTOR CREADA-UPC-IRTA, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTechLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1659122021-08-19T19:49:13Z2021-08-19T19:49:13ZPoblación, agua, biodiversidad, energía y alimentación: los pilares de una crisis global<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/416033/original/file-20210813-23-38nb6m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C11%2C3982%2C2982&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/global-crisis-red-background-concept-illustration-364170272">Shutterstock / r pixeldreams.eu</a></span></figcaption></figure><p>El sexto <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/?__cf_chl_jschl_tk__=pmd_752803de86122d82fca67b0569a77159502066ae-1628501168-0-gqNtZGzNAeKjcnBszQaO#FullReport">informe del IPCC</a> atribuye el calentamiento global claramente a la acción humana. Buena parte de la población de los países industrializados cree que un cambio radical en consumo, transportes y energía contribuirá a evitar o mitigar significativamente los efectos del cambio climático. Otra parte de la población, minoritaria, niega que exista el cambio climático. Pero el calentamiento es solo una entre muchas consecuencias de una crisis global. </p>
<h2>Población: cada vez somos más</h2>
<p>Entre 1700 y 2003, la población humana mundial se multiplicó por diez, desde unos 600 millones a 6 300. A partir de 2050 el crecimiento se irá estabilizando para alcanzar en torno a 12 000 millones en 2100. Europa y Norteamérica han frenado su crecimiento demográfico. Pero el resto del mundo representa la mayor parte de la población y está creciendo más. </p>
<p>El nivel actual de población del planeta supone un <a href="https://science.sciencemag.org/content/309/5734/570">enorme estrés</a> para su sostenibilidad por la demanda de agua, alimentos y energía, junto con pérdidas considerables de biodiversidad. </p>
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<h2>Agua dulce: la próxima fuente de conflictos</h2>
<p>El crecimiento de la población mundial y el desarrollo económico tendrán un peso aún mayor que el cambio climático sobre la relación entre disponibilidad y demanda de agua dulce. El acceso al agua dulce <a href="https://www.nature.com/articles/nature09440">ya está en riesgo</a> para el 80 % de la población mundial. </p>
<p>Gran parte del mundo se enfrentará a desafíos sustanciales para asegurar el suministro de agua. Esto requerirá un importante esfuerzo en infraestructuras y tecnología, pero también en políticas de distribución y fijación de precios del agua. Cuando el suministro de agua se convierta en limitante, llevará a la reducción de actividades económicas, al abandono de infraestructuras, e incluso a conflictos en torno a cuencas hidrográficas. </p>
<iframe src="https://ourworldindata.org/grapher/global-freshwater-use-over-the-long-run" loading="lazy" style="width: 100%; height: 600px; border: 0px none;" width="100%" height="400"></iframe>
<h2>Energía: seguiremos quemando combustibles fósiles</h2>
<p>Entre 2015 y 2050, las emisiones globales de CO₂, relacionadas principalmente con la energía, aumentarán un 6 %, de 33 a 35 Gt, según las políticas actuales y previstas. Estas emisiones deberían caer a 9,7 Gt en 2050 para cumplir con el objetivo de aumento máximo de 2 °C del <a href="https://unfccc.int/es/process-and-meetings/the-paris-agreement/el-acuerdo-de-paris">Acuerdo de París</a>. </p>
<p>Las visiones más <a href="https://doaj.org/article/ab551ce30b58465a83045f000b7868bd">optimistas</a> proponen que las energías renovables pueden aportar dos tercios de la demanda energética global. Eso requiere multiplicar por seis el actual ritmo de crecimiento de estas fuentes. El objetivo UE de neutralidad climática en 2050 es compartido con los Estados Unidos, e incluso China ha propuesto esforzarse para <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-020-02927-9">alcanzar esa meta en 2060</a>. </p>
<p>No obstante, los datos de la <a href="https://www.iea.org/reports/oil-2021">Agencia Internacional de la Energía</a> sobre consumo de petróleo para el periodo 2019-2026 todavía prevén un incremento del 4,4 % de la demanda mundial de crudo. El menor uso de combustibles fósiles en algunos países de la OCDE será ampliamente compensado por el mayor consumo en países en desarrollo. En definitiva, los propietarios de combustibles fósiles no van a dejar de aprovechar sus recursos. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/416023/original/file-20210813-15-1f1ygae.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/416023/original/file-20210813-15-1f1ygae.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/416023/original/file-20210813-15-1f1ygae.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/416023/original/file-20210813-15-1f1ygae.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/416023/original/file-20210813-15-1f1ygae.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/416023/original/file-20210813-15-1f1ygae.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/416023/original/file-20210813-15-1f1ygae.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/416023/original/file-20210813-15-1f1ygae.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Total de emisiones de dióxido de carbono por región.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://ourworldindata.org/grapher/annual-co-emissions-by-region?tab=chart&country=~OWID_WRL">Our World in Data, basado en el Global Carbon Project</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Producción y consumo de alimentos</h2>
<p>Lograr un equilibrio entre la <a href="https://online.ucpress.edu/elementa/article/doi/10.1525/elementa.310/112838/Current-global-food-production-is-sufficient-to">intensificación agrícola</a>, la lucha contra el hambre y la conservación de la biodiversidad, reduciendo al tiempo los impactos ambientales negativos, es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad. </p>
<p>En principio, las tierras de cultivo y pastizales del planeta tierra pueden <a href="https://doi.org/10.4060/ca9692en">producir el alimento necesario</a> para toda la población humana. Sin embargo, en 2019 casi 690 millones de personas (8,9 % de la población) sufrieron malnutrición. Y estas cifras llevan varios años empeorando. </p>
<p>Además, el sistema alimentario mundial tiene importantes impactos en el medio ambiente a través de la extracción de agua, la contaminación, el cambio de usos del suelo y la pérdida de biodiversidad. La producción de alimentos contribuye al calentamiento global a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque en mucha menor medida que el <a href="https://www.eea.europa.eu/data-and-maps/indicators/greenhouse-gas-emission-trends-6/assessment-3">uso de combustibles fósiles</a>. </p>
<p>A nivel mundial, se prevé un <a href="http://www.fao.org/publications/oecd-fao-agricultural-outlook/2021-2030/en/">incremento de las emisiones</a> derivadas de la producción de alimentos, sobre todo por el crecimiento demográfico y económico del continente africano, que duplicará su contribución en 2030.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/416024/original/file-20210813-6624-1n29oth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/416024/original/file-20210813-6624-1n29oth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/416024/original/file-20210813-6624-1n29oth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/416024/original/file-20210813-6624-1n29oth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/416024/original/file-20210813-6624-1n29oth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/416024/original/file-20210813-6624-1n29oth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/416024/original/file-20210813-6624-1n29oth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/416024/original/file-20210813-6624-1n29oth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Producción de carne global.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://ourworldindata.org/grapher/global-meat-production">FAO/Our World in Data</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Pérdida de biodiversidad</h2>
<p>La pérdida de biodiversidad deriva de cambios en el uso del suelo mediados por la agricultura, de cambios en el clima por el uso de combustibles fósiles, así como de otros efectos asociados a la acción del ser humano. Las <a href="https://science.sciencemag.org/content/366/6461/120">consecuencias de esta pérdida</a> afectan al funcionamiento de los ecosistemas y a los servicios que proporcionan. </p>
<p>El clima mediterráneo y los ecosistemas de pastizales experimentarán el mayor cambio proporcional, debido a la influencia sustancial de todos los impulsores de <a href="https://science.sciencemag.org/content/287/5459/1770">pérdida de biodiversidad</a>. Pese a los esfuerzos internacionales, los <a href="https://science.sciencemag.org/content/346/6206/241">objetivos de conservación</a> de la biodiversidad no se están alcanzando.</p>
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<h2>Soluciones a una crisis global</h2>
<p>No estamos ante una crisis climática, sino ante una crisis global derivada de la sobreexplotación de recursos en un planeta de dimensiones finitas. Centramos nuestra atención en el calentamiento, la pérdida de biodiversidad y otras consecuencias colaterales de la sobreexplotación de recursos. Pero no queremos ver el elefante en la habitación: un crecimiento demográfico insostenible que necesitamos estabilizar o incluso revertir. </p>
<p>En el Londres de 1798, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Malthus">Thomas R. Malthus</a> escribió que “la tendencia perpetua de la raza humana a crecer más allá de los medios de subsistencia es una de las leyes generales de la naturaleza animada, que no podemos esperar que cambie”. </p>
<p>En su <a href="https://doi.org/10.1093/biosci/biz088">llamamiento desde la ciencia</a>, el mundo científico abogaba en 2019 por intentar mitigar y adaptarnos al cambio mediante transformaciones en la forma en que gobernamos, gestionamos, nos alimentamos y utilizamos los materiales y la energía. </p>
<p>En una <a href="https://academic.oup.com/bioscience/advance-article/doi/10.1093/biosci/biab079/6325731">actualización</a> reciente, propone abordar tres frentes: </p>
<ul>
<li><p>implementar un precio global del carbono, </p></li>
<li><p>eliminar y eventualmente prohibir los combustibles fósiles, </p></li>
<li><p>crear reservas climáticas estratégicas para proteger y restaurar los sumideros naturales de carbono y la biodiversidad. </p></li>
</ul>
<p>Algunos de esos mensajes encajan con la <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_es">apuesta verde de Europa</a>, el continente que más sufre la escasez de materias primas, donde existe mayor presión social a favor de las políticas verdes, y que mantiene cierto liderazgo en energías alternativas y tecnologías necesarias para mitigar el cambio global. Pero esa visión resulta utópica, pues ninguna sociedad está realmente dispuesta a renunciar a su crecimiento y bienestar por el bien del planeta. </p>
<p>La solución, si es que surge, no vendrá de un repentino acuerdo mundial que logre revertir las tendencias actuales. Solo la ciencia podría aportar soluciones tecnológicas que permitan controlar el clima, aumentar la disponibilidad de agua, maximizar la producción de alimentos y conservar lo que nos queda de biodiversidad. Y es posible que ya sea tarde.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/165912/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>No estamos ante una crisis climática, sino ante una crisis global derivada de la sobreexplotación de recursos en un planeta de dimensiones finitas.Christian Gortazar, Catedrático de Sanidad Animal en el IREC, responsable del grupo SaBio, Universidad de Castilla-La ManchaJosé de la Fuente, Profesor de Investigación del CSIC. Biología Molecular y Biotecnología, Universidad de Castilla-La ManchaOctavio Armas Vergel, Profesor de Máquinas y Motores Térmicos, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1633052021-07-27T18:18:17Z2021-07-27T18:18:17ZLos desafíos invisibles de una agricultura verde en Europa<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/409079/original/file-20210630-23-1g6mewt.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C36%2C4019%2C2963&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Paisaje nivelado artificialmente con monocultivo intensivo de cítricos en el sureste español. Esta apariencia "verde" está sustentada por elevados insumos y una baja biodiversidad.</span> <span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>La pandemia nos ha enseñado que el medio ambiente tiene un papel fundamental en la salud mundial. La biodiversidad y el buen estado de los ecosistemas no solo son un seguro para la sostenibilidad y habitabilidad del planeta. <a href="https://theconversation.com/si-no-sanamos-el-clima-volveremos-a-enfermar-135091">Ambos protegen nuestra nuestra salud, poniendo barreras naturales a los virus</a>. <a href="https://theconversation.com/una-pac-mas-justa-y-sostenible-basada-en-el-conocimiento-cientifico-160029">La agricultura es medio ambiente</a>, forma agroecosistemas, y las prácticas sostenibles en agricultura sirven tanto a la salud de la población como a la del planeta.</p>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0921800907003035">Los agroecosistemas producen mucho más que alimentos</a>. Cuando están bien mantenidos y en armonía con la naturaleza, sus diversas funciones sirven al bienestar humano, generan servicios ecosistémicos. Por ejemplo: </p>
<ul>
<li><p>filtran el agua en los suelos y fijan el propio suelo en su lugar, </p></li>
<li><p>disminuyen inundaciones y coladas de barro, </p></li>
<li><p>atraen polinizadores, </p></li>
<li><p>retienen carbono en suelos y vegetación, que no se incorpora a la atmósfera disminuyendo los gases de efecto invernadero, </p></li>
<li><p>y albergan paisajes que son herencias culturales de territorios, preservando su memoria colectiva. </p></li>
</ul>
<h2>La agricultura dentro del Pacto Verde europeo</h2>
<p>El <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_es">Pacto Verde europeo</a>, que propone conseguir una Europa climáticamente neutra en 2050, y ser el primer continente climáticamente neutro, pone uno de sus focos en la agricultura. Pretende cambiar progresivamente la forma en que se practica hoy en día. Actualmente, <a href="https://www.eea.europa.eu/publications/annual-european-union-greenhouse-gas-inventory-2021">es el segundo sector en emisiones de gases de efecto invernadero (11 %) de la Unión Europea (UE), por delante del sector industrial</a>.</p>
<p>El sistema <a href="https://theconversation.com/medidas-para-garantizar-la-sostenibilidad-de-la-agricultura-mediterranea-128179">agroindustrial intensivo actual de producción de alimentos</a> y consumo no es sostenible. Es, en gran parte, responsable de desastres ambientales como la degradación de suelos sobreexplotados y formas de paisaje artificiales que propician inundaciones. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=YjdlXxhcvsc&list=PLEf11FLKsEh4VvHQ4e5Za_4AIIvlu9gEZ&index=13&t=2480s">Flujos cargados de nutrientes que contaminan ríos, lagunas interiores, acuíferos subterráneos y el mar</a>. </p>
<p>Para poder realizar esta transición hacia una agricultura más verde y sostenible, en un plazo de tiempo corto, se ha diseñado dentro del Pacto Verde <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal/actions-being-taken-eu/farm-fork_es">la estrategia “De la granja a la mesa”</a>. Se trata de una amplia declaración de intenciones que abarca todo el sistema alimentario, desde la producción de alimentos, a la distribución y el consumo. </p>
<p>Esta estrategia quiere respetar los límites del planeta tanto al producir como al consumir; alimentos sanos en un mundo sano. La agricultura es, asimismo, un elemento clave en otro gran pilar del Pacto Verde: <a href="https://ec.europa.eu/info/sites/default/files/env-20-002_factsheet1-vbo-es.pdf">la estrategia de Biodiversidad, que entiende que un planeta sano pasa por una agricultura sostenible</a>.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Plantación de tomillos alternando entre filas de almendros en campos de secano, extremadamente áridos y con suelos pobres, en el sureste español. La diversificación de cultivos con aromáticas es una alternativa de manejo de agroecosistemas de secano con potenciales beneficios medioambientales: mejora de los suelos, control de la erosión, secuestro de carbono atmosférico en suelos y vegetación, que contribuye a mitigar el cambio climático. Además, favorece el aumento de polinizadores y de la biodiversidad, con potenciales beneficios económicos. Ejemplo del proyecto Diverfarming.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>La estrategia “De la granja a la mesa” propone alcanzar un mínimo de un 25 % de agricultura ecológica en territorio europeo, reducir un 50 % el uso de pesticidas y un 20 % el uso de fertilizantes, todo ello en menos de una década (2030). Estos cambios son un importante reto para nuestra sociedad.</p>
<p>Pero, dada la complejidad de los sistemas de producción y distribución de alimentos y sus efectos, nos preguntamos: </p>
<ul>
<li><p>¿Un sistema agrícola más ecológico producirá suficientes alimentos para dar de comer a la creciente población mundial (<a href="https://www.un.org/development/desa/es/news/population/world-population-prospects-2017.html">8 600 millones en 2030</a>)?</p></li>
<li><p>¿Producirá Europa alimentos con menos impacto en el medio ambiente a costa de <a href="https://theconversation.com/el-dano-colateral-de-los-pactos-verdes-el-colonialismo-ambiental-161764">externalizar parte de la producción y sus impactos negativos a otros países</a>?</p></li>
<li><p>¿<a href="https://theconversation.com/podemos-comer-sano-y-de-forma-sostenible-162619">Son necesarios cambios en nuestra dieta para favorecer un sistema alimentario más sostenible</a>?</p></li>
</ul>
<h2>Los desafíos de la estrategia europea</h2>
<p>Una cosa parece clara: una transición viable hacia una agricultura más verde no puede basarse solo en la producción sostenible, sino también en el consumo responsable. Los cambios, frecuentemente, no son tan fáciles y directos. Bajo la estrategia “De la granja a la mesa” subyacen una serie de desafíos invisibles:</p>
<p><strong>¿La producción será suficiente?</strong> </p>
<p>No existe consenso científico sobre si un aumento importante de la producción en ecológico podrá alimentar a la población mundial. Según la cumbre de la FAO de 2008 en Roma sobre Seguridad Alimentaria Mundial, la producción de alimentos debe aumentar un 50 % para 2030, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0743016712001155?via%3Dihub">y duplicarse para 2050 para alimentar a 9 mil millones de personas en el planeta</a>. Pero <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0743016711000830?via%3Dihub">no toda la comunidad científica está completamente de acuerdo en estas previsiones</a>.</p>
<p>En este contexto, la UE pretende convertir un mínimo del 25 % del terreno agrícola a agricultura ecológica, a pesar de que algunos estudios indicaron una disminución de la producción entre el <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/renewable-agriculture-and-food-systems/article/abs/organic-agriculture-and-the-global-food-supply/93DD2635AC706B08EE68B881D17A143B">20 %</a> y el <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0030727019831702">35 %</a> en agricultura ecológica comparada con la agricultura convencional. La clave podría estar en combinar esta medida con otras.</p>
<p><strong>¿Qué ocurre con las restricciones de fertilizantes?</strong> </p>
<p>La adición limitada de fertilizantes minerales en agricultura ecológica, como por ejemplo <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-017-01410-w">nitrógeno, provoca su búsqueda en otras fuentes alternativas, como la plantación de leguminosas</a>. Para compensar este déficit de nitrógeno sintético, se debe utilizar más superficie para plantar leguminosas, que fijan biológicamente el nitrógeno, y sirve para suministrar nitrógeno a cultivos no leguminosos. Esto implica menor superficie disponible para otros cultivos. La fijación de nitrógeno por leguminosas propuesta por la agricultura ecológica necesitaría <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0378429018308438">2,6 unidades de tierra más para producir el mismo rendimiento que la agricultura convencional</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Monocultivo de mandarinos diversificado con cebada y veza. Tanto la cebada como la veza son fijadoras de nitrógeno en el suelo. Su cultivo en calles anteriormente desnudas, aumenta la biodiversidad y mejora la calidad del suelo: favorece la infiltración y previene la erosión, al mismo tiempo que mejora su estructura y potencialmente el secuestro de carbono. Ejemplo del proyecto Diverfarming.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>¿Cambiaremos nuestra dieta?</strong> </p>
<p>La agricultura ecológica combinada con una reducción de la ganadería es <a href="http://dx.doi.org/10.1038/s41467-017-01410-w">una solución prometedora para avanzar en sistemas alimentarios sostenibles</a>. La reducción de la ganadería implicaría una reducción de la demanda de tierra para alimentar al ganado. </p>
<p>Esta solución pasa necesariamente por un cambio en la dieta, reduciendo el consumo de productos animales, <a href="https://theconversation.com/comer-menos-carne-contra-el-cambio-climatico-una-estrategia-controvertida-y-llena-de-matices-112026">con implicaciones positivas para el medio ambiente</a> y la salud de la población. Aquí desempeñan un papel importante, de nuevo, las leguminosas. Además de fijar nitrógeno en el suelo, necesario para los cultivos, el consumo de legumbres como fuente de proteínas compensaría el descenso del consumo de proteínas de origen animal.</p>
<p><strong>¿Reduciremos el desperdicio alimentario?</strong></p>
<p>Junto con la reducción de la ganadería y el aumento de la agricultura ecológica, la reducción del desperdicio alimentario es clave. Hay varias causas de desperdicio de alimentos: problemas de procesamiento y falta de planificación adecuada, pérdidas tras las cosechas para control de precios, y el desperdicio que hacemos en nuestras propias casas. Por ejemplo, un consumidor estadounidense medio desperdicia <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0195405">una cuarta parte de la comida diaria disponible para el consumo</a> y un 7 % de la tierra de cultivo anual. </p>
<p>De aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial que no se consumen, <a href="https://www.nature.com/articles/s43016-020-00186-5">alrededor de un 14 % corresponde a pérdidas tras las cosechas</a>. Esta es una práctica principalmente utilizada en países relativamente ricos para controlar los precios de mercado, evitando que los precios bajen por debajo de los costes de producción. Tiene un elevado impacto ambiental, y además consume recursos naturales que finalmente no aportan alimentos al mercado.</p>
<p><strong>¿Externalizaremos los impactos negativos?</strong></p>
<p>El riesgo de <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-020-02991-1">externalizar el daño de la agricultura intensiva a otros países</a> que no ponen limitaciones al uso de pesticidas, herbicidas, fertilizantes y deforestación para uso agrícola, pero suministran alimentos a la UE, es uno de los peligros de esta estrategia. La misma estrategia reconoce que el sistema alimentario de la UE debe acompañarse de políticas similares a nivel mundial, <a href="https://theconversation.com/el-dano-colateral-de-los-pactos-verdes-el-colonialismo-ambiental-161764">para evitar que Europa importe alimentos producidos en otros países en condiciones no sostenibles</a>.</p>
<h2>Respetar la naturaleza y los derechos sociales</h2>
<p>La estrategia deja abiertas diferentes vías para la consecución de sus objetivos, sin concretar de momento más allá. Prevé utilizar algunos instrumentos legales, entre ellos:</p>
<ul>
<li><p>El Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER).</p></li>
<li><p>Diferentes directivas y planes de acción (Plan de Acción para la Economía Circular, Gestión Integrada de Plagas, etc.).</p></li>
<li><p>La Política Agraria Común (PAC) adaptada a cada estado miembro.</p></li>
</ul>
<p>La estrategia da especial importancia a los derechos sociales, con foco en los trabajadores precarios, estacionales y no declarados, <a href="https://www.theguardian.com/global-development/2020/sep/20/we-pick-your-food-migrant-workers-speak-out-from-spains-plastic-sea">mano de obra demasiado frecuente en la agricultura intensiva</a>. Y apoya el impulso de diferentes estrategias de manejo agrícola sostenible. Actualmente, conviven, y se solapan, variadas prácticas agrícolas verdes. Buscan compatibilizar la producción de alimentos, modos de vida sostenible y dignos con:</p>
<ul>
<li><p>el respeto medioambiental (agricultura ecológica),</p></li>
<li><p>la lucha contra el cambio climático (agricultura del carbono),</p></li>
<li><p>el control de la degradación del suelo (agricultura de conservación),</p></li>
<li><p>el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=aD9A2T8JKlM">aumento de la biodiversidad </a>(<a href="http://www.diverfarming.eu/index.php/en/">diversificación del cultivos</a>, agricultura ecosistémica),</p></li>
<li><p>todas estas prácticas buscan en general la <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11027-013-9535-2#page-1">mejora de variados servicios ecosistémicos</a>.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Paisaje con almendros y cubierta verde" src="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Cubierta verde en almendro de secano en Almería, Sierra María-Los Vélez. El manejo de cubiertas verdes en monocultivos de secano aporta variados servicios ecosistémicos: mantiene la humedad del suelo y la fijación de nutrientes, aumenta la biodiversidad dentro del suelo y sobre el mismo, aumenta la infiltración de agua en el suelo, reduciendo la erosión, y mejora la calidad del paisaje. Este paisaje es ejemplo de inspiración para iniciativas pioneras que promocionan los valores del entorno rural, a través de personas y asociaciones dedicadas como Dietmar Roth y la asociación Alvelal.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Joris de Vente</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Algunas de estas prácticas pueden ser <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969718332200">similares, aunque con diferentes matices</a>. Distintos sistemas agrícolas, con enfoques desde más intensivos a más extensivos. Algunos poniendo el acento en la productividad, optimizando recursos (agricultura de precisión, vertical) hasta los que tienen como finalidad dejar una herencia medioambiental y cultural limpia y en buenas condiciones a futuras generaciones (<a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0167880920303777?via%3Dihub">agricultura regenerativa</a>). </p>
<p>Generalizando, podemos agruparlos en dos grandes modelos. Ambos coinciden en algunos aspectos y discrepan en otros:</p>
<ol>
<li><p><strong>La intensificación sostenible.</strong> Se centra en optimizar la agricultura a gran escala mientras se reducen sus impactos medioambientales negativos. Su lema podría resumirse en <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10113-016-1027-y">“alimenta al mundo de forma sostenible”</a>.</p></li>
<li><p><strong>La agroecología.</strong> Aplica principios ecológicos y de sostenibilidad a todo el sistema alimentario, poniendo el foco en promover los procesos naturales del ecosistema para producir alimentos, basándose en el conocimiento tradicional y local. Busca la justicia social y la soberanía alimentaria, empoderando a los productores. <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10113-016-1027-y">Su lema podría resumirse en “ayuda al mundo a alimentarse de forma sostenible”</a>.</p></li>
</ol>
<p>La polémica y los conflictos entre enfoques están servidos, desde los que acusan al primer modelo de seguir sometido al sistema neoliberal y realizar <a href="https://www.ecologiaverde.com/greenwashing-que-es-como-funciona-y-ejemplos-2077.html"><em>green washing</em></a> hasta los que acusan al segundo de ser poco realista y no poder aplicarse a gran escala.</p>
<p>El foco en la agricultura del Pacto Verde es enormemente ambicioso, pero necesario. Nos saca de la inacción. Es probablemente mejorable, pero puede significar un cambio en la concepción de los sistemas alimentarios y en la utilización de la naturaleza al servicio de la humanidad. Aprovechemos esta oportunidad, busquemos la equidad y trabajemos con la naturaleza, no contra ella.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163305/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carolina Boix Fayos (y el grupo de Erosión y Conservación de Aguas y Suelo del CEBAS-CSIC) recibe para su investigación fondos de convocatorias de investigación competitivas de la Comunidad Europea (proyecto DIVERFARMING 728003 y COASTAL 773782), del Ministerio de Ciencia e Innovación (proyecto AGRI_SER PID2020-119825RB-I00) y de la Fundación Séneca Región de Murcia (proyecto DECADE 20917/PI/18). </span></em></p>La estrategia europea “De la granja a la mesa” pretende cambiar desde la producción al consumo de alimentos. ¿Cómo conseguiremos alimentarnos sin perjudicar al medio ambiente y con justicia social?Carolina Boix Fayos, Investigadora, Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1612392021-05-30T19:27:08Z2021-05-30T19:27:08Z¿Qué alimentos comeremos en el futuro?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/402965/original/file-20210526-23-ili0zw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C5168%2C3693&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Gusanos _Tenebrio molitor_ con pan.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/several-mealworms-eating-peaces-bred-tenebrio-1924572029">Shutterstock / Holger Kirk</a></span></figcaption></figure><p>Desde que nacemos conocemos el hambre. Es una sensación incómoda, pero cuando se cronifica y la persona no consume una cantidad suficiente de calorías de forma regular llega a ser dolorosa e incluso mortal. En el año 2020 se estimó que 690 millones de personas estaban subalimentadas. Por desgracia, la recesión económica desencadenada por la covid-19 ha provocado que la cifra <a href="https://www.who.int/es/news/item/13-07-2020-as-more-go-hungry-and-malnutrition-persists-achieving-zero-hunger-by-2030-in-doubt-un-report-warns">esté aumentando terriblemente</a>.</p>
<p>La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) <a href="http://www.fao.org/sustainable-development-goals/goals/goal-2/es/">se esfuerza por erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición</a>. Para ello, apoya la producción de alimentos, mejora la resiliencia de los sistemas de producción alimentaria y fomenta el uso sostenible de los recursos naturales. </p>
<p>En este sentido, científicos del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) han apuntado <a href="https://www.nature.com/articles/s41893-019-0465-1">en un artículo reciente</a> que la producción de alimentos actual solo puede cubrir, de manera sostenible, la demanda de una dieta equilibrada (2 355 kcal per cápita por día) para 3 400 millones de personas sin comprometer la resiliencia del sistema terrestre en el futuro. Esto sugiere que casi la mitad de la producción alimentaria depende de las transgresiones de los límites planetarios, lo cual hace inviable que podamos alimentar a los 9 000 millones de personas que se prevé pueblen el planeta en el año 2050.</p>
<p>La transformación hacia patrones de producción y consumo más sostenibles deben incluir reformas en la distribución de las tierras de cultivo, mejoras en la gestión del agua y de los nutrientes, reducción del desperdicio de alimentos y sobre todo cambios en la dieta, algunos de ellos basados en la introducción de nuevos tipos de alimentos. </p>
<p>¿Sería capaz de comer gusanos o probar un verdoso bocadillo de fitoplancton?</p>
<p>Desafíos globales como la sobrepoblación, el cambio climático o la susceptibilidad de los sistemas agropecuarios convencionales a presiones abióticas y factores bióticos estresantes, han llevado al diseño y desarrollo de enfoques innovadores para obtener alimentos novedosos, sostenibles y nutritivos <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/11/16/4315">como son la producción de insectos comestibles o de microalgas</a>.</p>
<h2>Al rico gusano</h2>
<p>El 3 de mayo de 2021, el Comité permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos, que está compuesto por representantes de todos los países de la Unión Europea (UE), publicó un dictamen favorable a la comercialización de la especie <em>Tenebrio molitor</em>, el gusano de la harina. En la actualidad, ya puede ser empleado como aperitivo o como ingrediente para elaborar otros productos, lo cual supone la autorización por primera vez en Europa <a href="https://ec.europa.eu/food/safety/novel_food/authorisations/approval-first-insect-novel-food_en">del consumo de un insecto como alimento</a>.</p>
<p>Los gusanos de la harina, en particular en forma seca, son un producto alimenticio de elevado valor nutricional, ya que presenta altas cantidades de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, incluidos los ácidos oleico, linoleico y α-linolénico. A todo esto hay que sumar vitaminas, especialmente B1, B12 y C, minerales, en especial magnesio, y aminoácidos esenciales. </p>
<p>Las larvas de insectos como el gusano de la harina pueden producirse eficazmente a gran escala y también pueden proporcionar beneficios complementarios del reciclaje de residuos orgánicos como materia prima. </p>
<p>Los sistemas típicos de cría de larvas consisten en procesos similares y otros dos candidatos que están siendo estudiados para ser utilizados como alimentos son las larvas de la mosca soldado negra (<em>Hermetia illucens</em>) y de la mosca doméstica (<em>Musca domestica</em>). </p>
<p><em>Hermetia illucens</em> se caracteriza por tener altos niveles de proteína (37 % -63 % base de materia seca) y grasas (hasta 49 %), y varios macro y micronutrientes importantes para el desarrollo animal y la nutrición humana.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402967/original/file-20210526-21-1by9qxg.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402967/original/file-20210526-21-1by9qxg.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402967/original/file-20210526-21-1by9qxg.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402967/original/file-20210526-21-1by9qxg.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402967/original/file-20210526-21-1by9qxg.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402967/original/file-20210526-21-1by9qxg.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402967/original/file-20210526-21-1by9qxg.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402967/original/file-20210526-21-1by9qxg.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Las de Hermetia illucens.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hermetiaillucens.jpg">Wikimedia Commons / Dennis Kress</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Algas con aminoácidos esenciales</h2>
<p>Otra alternativa alimentaria que está siendo examinada es la macroalga <em>Saccharina latissima</em>, que está incluida dentro de las algas denominadas kelp y que es conocida por sus altas concentraciones en minerales importantes, particularmente yodo, azúcares (por ejemplo, glucosa y manitol) y carotenoides como la fucoxantina. </p>
<p>Entre las futuras y prometedoras fuentes de alimento también destacan la microalga <em>Chlorella vulgaris</em> y la cianobacteria <em>Arthrospira platensis</em>, dos organismos unicelulares con tasas de crecimiento muy rápido que pueden ser cultivados en fotobiorreactores cerrados y sometidos a condiciones optimizadas para mejorar la eficiencia de la fotosíntesis y así aumentar la producción. </p>
<p>El contenido en proteína de <em>Chlorella</em> (aproximadamente el 59 % en base al peso seco) es superior al de la soja (aproximadamente 33 %, peso seco) y además esta microalga <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7551956/">contiene todos los aminoácidos esenciales para los seres humanos (isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano, valina e histidina)</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/402969/original/file-20210526-19-iq8awa.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402969/original/file-20210526-19-iq8awa.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402969/original/file-20210526-19-iq8awa.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402969/original/file-20210526-19-iq8awa.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402969/original/file-20210526-19-iq8awa.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402969/original/file-20210526-19-iq8awa.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402969/original/file-20210526-19-iq8awa.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402969/original/file-20210526-19-iq8awa.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Biorreactor para cultivo de la microalga <em>Chlorella</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Microalgal_reactor.jpg">Wikimedia Commons / Ahom04</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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</figure>
<h2>Microproteínas de hongos</h2>
<p>Dentro de los candidatos futuros también es oportuno destacar las micoproteínas obtenidas a partir de hongos filamentosos. Desde hace décadas se cultiva al hongo <em>Fusarium venenatum</em> para elaborar productos alternativos a la carne. La biomasa del hongo se cultiva mediante fermentación aeróbica de flujo continuo en reactores de temperatura y pH controlados. </p>
<p>Con la micoproteína producida se obtiene el quorn, un producto muy utilizado en las dietas vegetarianas como sustituto de los alimentos de origen cárnico. La composición típica de la micoproteína es 12 % de agua, 3 % de grasa, 3 % de carbohidratos disponibles y 6 % de fibra <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11274-019-2723-9">acompañadas de pequeñas cantidades de calcio, fósforo, magnesio, zinc y de vitaminas del complejo B</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402971/original/file-20210526-13-1d8sgu5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402971/original/file-20210526-13-1d8sgu5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402971/original/file-20210526-13-1d8sgu5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402971/original/file-20210526-13-1d8sgu5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402971/original/file-20210526-13-1d8sgu5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402971/original/file-20210526-13-1d8sgu5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402971/original/file-20210526-13-1d8sgu5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402971/original/file-20210526-13-1d8sgu5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Cordon bleu de Quorn hecho a partir de microproteínas de hongos filamentosos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cordon_bleu_Quorn_02.jpg">Wikimedia Commons / Anne Jea.</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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</figure>
<p>Por último, no podemos olvidar los alimentos obtenidos en el laboratorio. El 26 de noviembre de 2020, la Agencia de Alimentos de Singapur (SFA) aprobó el consumo de carne de pollo producida en laboratorio por la empresa californiana Eat Just. La carne cultivada, ya sea pollo, vaca u otro animal, es tejido muscular obtenido a partir de células madre de animales. </p>
<p>También es posible obtener huevos blancos hechos a partir de albumina producida en levaduras u obtener proteínas lácteas, como la lactoglobulina, la caseína y la lactoalbúmina, por fermentación microbiana en biorreactores.</p>
<p>En definitiva, el futuro implica que sea necesario incorporar a la dieta alimentos inusitados que son más sostenibles y que proporcionan una nutrición esencial y equilibrada con una sensible reducción del impacto ambiental, ¿estamos dispuestos a probarlos?</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/161239/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Sería capaz de comer gusanos o probar un verdoso bocadillo de fitoplancton? El desarrollo de nuevos productos será fundamental para combatir la sobrepoblación y la explotación de los recursos del planeta.Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1599302021-04-30T18:08:53Z2021-04-30T18:08:53ZCuatro razones por las que los insectos podrían ser un elemento básico en la dieta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/397751/original/file-20210429-21-1k8ctub.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=53%2C0%2C6000%2C3970&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un niño comiendo una tostada de grillos y gusanos.</span> <span class="attribution"><span class="source">Bryan Lessard</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Dado que se prevé que la población mundial alcance los <a href="https://www.un.org/development/desa/en/news/population/world-population-prospects-2019.html">9 700 milliones para el 2050</a>, uno de los <a href="https://theconversation.com/there-are-10-catastrophic-threats-facing-humans-right-now-and-coronavirus-is-only-one-of-them-136854">mayores desafíos</a> de nuestro tiempo es asegurar que haya suficiente comida para todos.</p>
<p>Las tierras y aguas para el cultivo son limitadas. Además, el cambio climático, las prácticas ambientales perjudiciales y las <a href="https://theconversation.com/weve-had-a-taste-of-disrupted-food-supplies-here-are-5-ways-we-can-avoid-a-repeat-135822">enfermedades emergentes</a> amenazan las cadenas de suministro. </p>
<p>Una forma de lidiar con esta crisis es recurriendo a nuestros amigos los insectos. No se resista: más de <a href="https://www.investmentbank.barclays.com/our-insights/insect-protein-bitten-by-the-bug.html">dos mil millones de personas en 130 países ya consumen insectos</a>. En Australia, por ejemplo, muchos ya consumen <a href="https://www.bbc.com/news/business-43786055">colorante natural rojo</a> elaborado a partir de la cochinilla, o mantequilla de maní cacahuete, que legalmente puede contener hasta <a href="https://www.fda.gov/food/ingredients-additives-gras-packaging-guidance-documents-regulatory-information/food-defect-levels-handbook">5% de fragmentos de insectos</a>. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/BgPv3nvA2UU","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>Queremos presentar a los insectos como una opción para ser incluidos en la dieta, presentando el nuevo estudio de CSIRO <a href="https://research.csiro.au/edibleinsects/"><em>Insectos comestibles: estrategias para el crecimiento de una industria australiana emergente</em></a>. En él, describimos un plan estratégico que explora los retos y las oportunidades para que Australia participe en el mercado global de insectos comestibles, que se espera tenga un <a href="http://www.fao.org/3/i3253e/i3253e.pdf">valor de 1 400 millones de dólares australianos para el año 2023</a>. </p>
<p>Nuestro informe proporciona un marco útil para cualquier persona interesada en obtener una porción del pastel de grillos, incluidas las nuevas empresas de procesado de insectos, los agricultores, los productores de alimentos, los investigadores, los responsables políticos y las empresas de los pueblos nativos. Para aprovechar el potencial agrícola de las especies de insectos autóctonas, debemos crear líneas de colaboración, fomentar el codesarrollo de iniciativas de miembros de pueblos nativos y realizar más investigación.</p>
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<figcaption><span class="caption">CSIRO presenta el primer plan estratégico sobre insectos comestibles</span></figcaption>
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<p>Si somos más valientes al elegir nuestros alimentos e incorporamos insectos en nuestra dieta, podremos reducir nuestra huella ambiental, mejorar nuestra salud y estar más conectados con la tierra y cultura. Estamos convencidos de que usted, sus amigos y sus mascotas lo disfrutarán a lo grande.</p>
<p>A continuación, cuatro razones por las que deberíamos comer más insectos, todo un reto: </p>
<h2>1. Una larga tradición de consumo de insectos</h2>
<p>Las ganas de comer insectos está creciendo. Un estudio del 2006 encontró que <a href="https://www.agrifutures.com.au/product/a-feasibility-study-into-the-commercialisation-of-witchetty-grubs/">el 20% de australianos encuestados</a> estaría dispuesto a comer una ‘larva witjuti’. </p>
<p>Al fin y al cabo, los australianos de los pueblos nativos han comido insectos durante decenas de miles de años, especies autóctonas como <a href="https://www.abc.net.au/news/2017-02-15/witchetty-grub-dna-sheds-light-on-indigenous-bush-food/8271724">esas larvas witjuti</a>, que saben a huevos revueltos con un toque de nuez; o las <a href="https://australian.museum/learn/animals/insects/bogong-moth/">polillas bogong</a>, que tienen un gusto a mantequilla de maní, y las <a href="https://www.qm.qld.gov.au/Explore/Find+out+about/Animals+of+Queensland/Insects/Ants/Common+species/Green+Tree+Ant">hormigas arborícolas verdes</a>, con un sabor ácido, parecido al limón.</p>
<p>Estas son tan solo algunas de las <a href="https://www.abc.net.au/news/2019-08-30/could-edible-insects-be-next-big-australian-export-market/11462846">60 especies autóctonas de insectos comestibles</a> registradas en Australia.</p>
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<img alt="Larvas witjuti son una de las 60 especies de insectos comestibles australianas" src="https://images.theconversation.com/files/397316/original/file-20210427-13-cbhwia.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/397316/original/file-20210427-13-cbhwia.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/397316/original/file-20210427-13-cbhwia.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/397316/original/file-20210427-13-cbhwia.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/397316/original/file-20210427-13-cbhwia.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/397316/original/file-20210427-13-cbhwia.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/397316/original/file-20210427-13-cbhwia.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Los insectos comestibles son celebrados y se consumen tradicionalmente por miembros de los pueblos originarios en Australia.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Getty Images</span></span>
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<h2>2. Los insectos podrían ayudar a mejorar nuestra salud</h2>
<p>Los insectos comestibles además de ser sabrosos son <a href="https://www.edibleinsects.com/insect-nutrition-information/">muy nutritivos</a>: son fuente de proteínas de alta calidad y de otros nutrientes, como ácidos grasos omega-3, hierro, zinc, y vitaminas B12, C y E. </p>
<p>Estudios recientes han demostrado que consumir algunos insectos –como los gusanos de seda, orugas de la polilla de la cera y larvas de tenebrio, los gusanos de la harina– podrían <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-018-29032-2">mejorar la salud intestinal</a>, <a href="https://www.wageningenacademic.com/doi/abs/10.3920/JIFF2017.0017">la presión sanguínea</a> y <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6728817/">reducir los niveles de glucosa en sangre</a>. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/397322/original/file-20210427-21-1gx9b1u.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/397322/original/file-20210427-21-1gx9b1u.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/397322/original/file-20210427-21-1gx9b1u.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/397322/original/file-20210427-21-1gx9b1u.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/397322/original/file-20210427-21-1gx9b1u.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/397322/original/file-20210427-21-1gx9b1u.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/397322/original/file-20210427-21-1gx9b1u.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Los insectos comestibles son ricos en proteínas, vitaminas y otros micronutrientes que podrían mejorar nuestra salud.</span>
<span class="attribution"><span class="source">B. Ceko & B. Lessard</span></span>
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<p>Es necesario realizar más estudios para <a href="https://www.latrobe.edu.au/news/announcements/2018/witchetty-grub-wonder">identificar especies</a> y determinar <a href="https://cosmosmagazine.com/nature/animals/cosmos-qa-insect-led-recovery/">el valor nutricional de cada una de ellas</a>, para así poder elegir cuáles consumir y maximizar los beneficios para la salud. </p>
<p>Atención, personas con alergias a mariscos: los insectos comestibles son parientes de los crustáceos y podrían causar reacciones alérgicas similares.</p>
<h2>3. Ya existen productos con insectos</h2>
<p>Aunque podrían parecer alimentos del futuro, los productos hechos con insectos comestibles ya están disponibles en algunos supermercados.</p>
<p><a href="https://www.smh.com.au/business/small-business/rise-of-the-edible-bugs-20190927-p52vl1.html">Nuevas empresas</a> y productores de insectos que pertenecen a la <a href="https://www.insectproteinassoc.com/">Asociación de Proteínas de Insectos de Australia</a> están cultivando insectos y convirtiéndolos en nuevos productos comestibles. Podemos incluso conseguir el consejo de nutricionistas especializados en insectos comestibles.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/397330/original/file-20210427-15-nue0jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Perro comiendo de un plato con insectos alrededor" src="https://images.theconversation.com/files/397330/original/file-20210427-15-nue0jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/397330/original/file-20210427-15-nue0jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/397330/original/file-20210427-15-nue0jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/397330/original/file-20210427-15-nue0jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/397330/original/file-20210427-15-nue0jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/397330/original/file-20210427-15-nue0jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/397330/original/file-20210427-15-nue0jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">A las mascotas les encanta disfrutar de alimentos deliciosos y sostenibles elaborados con insectos comestibles.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Bryan Lessard</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Si siente curiosidad, ¿por qué no prueba una deliciosa mantequilla de maní con grillos ahumados? Otras sugerencias podrían incluir nachos preparados con totopos de maíz enriquecidos con polvo de grillo, o quizá, espaguetis con pasta con polvo de grillo. Tal vez, un poco de ginebra con una infusión de hormigas arborícolas verdes le ayude a armarse de valor. </p>
<p>Y si se siente muy aventurero, puede llevar sus cualidades culinarias al siguiente nivel, horneando sus propias magdalenas, panes o bases con polvo de grillo rico en proteínas. </p>
<p>¿Y para su perrito? Intente alimentarlo con productos sostenibles para mascotas preparados a base de mosca soldado negra o de tenebrios. </p>
<h2>4. Cultivar insectos beneficia al medio ambiente</h2>
<p>Si los comparamos con animales de granja convencionales, como vacas, cerdos y pollos, los insectos producen menos <a href="https://www.sciencemag.org/news/2011/01/fight-global-warming-eat-bug">gases de efecto invernadero</a>, pues no defecan tanto y, por lo general, no fermentan alimentos en sus entrañas produciendo metano (solo las cucarachas y las termitas producen metano de esta manera).</p>
<p>Además, solamente una muy pequeña parte del insecto se desperdicia, ya que entre el 80 y el 100% del animal se consume. Incluso los desechos de los insectos (o excrementos) se pueden convertir en <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-020-61765-x">fertilizantes ricos en nutrientes para el jardín</a>. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/397757/original/file-20210429-17-45l5ei.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/397757/original/file-20210429-17-45l5ei.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=514&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/397757/original/file-20210429-17-45l5ei.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=514&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/397757/original/file-20210429-17-45l5ei.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=514&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/397757/original/file-20210429-17-45l5ei.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=646&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/397757/original/file-20210429-17-45l5ei.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=646&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/397757/original/file-20210429-17-45l5ei.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=646&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Los insectos necesitan poco espacio, agua y alimento para producir grandes cantidades de proteína de alta calidad.</span>
</figcaption>
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<p>Pero además, los criadores de insectos están también reduciendo la huella de carbono relacionada con el transporte, al desarrollar minigranjas urbanas de insectos, y produciendo así proteínas sostenibles cerca del consumidor. Quizá algún día los insectos puedan ser útiles a los agricultores, <a href="https://www.sciencemag.org/news/2015/10/feature-why-insects-could-be-ideal-animal-feed">complementando la alimentación de sus animales</a> en épocas de sequía.</p>
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<span class="caption">En México se consume una gran variedad de insectos comestibles, como hormigas chicatanas, gusanos de maguey, jumiles, escamoles y chinicuiles.</span>
</figcaption>
</figure><img src="https://counter.theconversation.com/content/159930/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Bryan Lessard recibe fondos de Estudio de Recursos Biológicos de Australia (ABRS por sus siglas en inglés). Es supervisor del estudiante de doctorado Mark Rullo (CSIRO-Universidad de Adelaide) quien está explorando los insectos comestibles nativos de Australia en un proyecto co-financiado por Goterra. El plan estratégico, co-financiado por CSIRO y el Consejo de Relaciones entre Australia y Latinoamérica del Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio del Gobierno de Australia (COALAR-DFAT por sus siglas en ingles), está disponible en inglés y español para ayudar a fortalecer las conexiones entre Australia y América Latina, donde los insectos se comen comúnmente.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Rocío Ponce Reyes recibe fondos de CSIRO. También es supervisora del estudiante de doctorado Mark Rullo (CSIRO-Universidad de Adelaide) quien está explorando los insectos comestibles nativos de Australia en un proyecto co-financiado por Goterra. El plan estratégico, co-financiado por CSIRO y el Consejo de Relaciones entre Australia y Latinoamérica del Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio del Gobierno de Australia (COALAR-DFAT, por sus siglas en inglés), está disponible en inglés y español para ayudar a fortalecer las conexiones entre Australia y América Latina, donde los insectos se comen con mayor frecuencia.</span></em></p>Habiendo más de dos mil millones de personas en el mundo que ya consumen insectos, ¿por qué no comemos más “langostinos terrestres”?Bryan Lessard, Postdoctoral Research Fellow, CSIRORocio Ponce-Reyes, Research Scientist, CSIROLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1333152020-03-31T19:25:52Z2020-03-31T19:25:52ZBienestar animal, ¿mito o realidad?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/319818/original/file-20200311-116245-13fts1y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3714%2C2478&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-freerange-chicken-freely-grazing-outside-492303379">Zlikovec/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Son varios los temas relacionados con la producción animal objeto de debate en este siglo. La <a href="https://theconversation.com/que-dice-y-que-no-el-informe-de-la-onu-sobre-la-carne-122917">emisión de metano</a> por parte de los rumiantes, los vertidos orgánicos de las granjas porcinas, las enfermedades de transmisión de los animales al hombre (vacas locas), el uso del suelo y la sostenibilidad medioambiental y, por descontado, el bienestar de los animales destinados a la producción de alimentos. </p>
<p>El bienestar animal es definido por la <a href="https://www.oie.int/es/bienestar-animal/el-bienestar-animal-de-un-vistazo/">Organización Mundial de la Sanidad Animal</a> como “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”. Además, hoy en día entendemos el bienestar animal como aquel derivado del cumplimiento de las denominadas “cinco libertades”. Estás son las siguientes:</p>
<ul>
<li><p>Libre de hambre, de sed y de desnutrición.</p></li>
<li><p>Libre de temor y de angustia.</p></li>
<li><p>Libre de molestias físicas y térmicas.</p></li>
<li><p>Libre de dolor, de lesión y de enfermedad.</p></li>
<li><p>Libre de manifestar un comportamiento natural.</p></li>
</ul>
<p>Estas y no otras son las cláusulas que estipulan nuestra relación con los animales de granja destinados a la producción de alimentos.</p>
<h2>Diferencias entre países</h2>
<p>Lo primero que debemos considerar es la disparidad de modos de producción a nivel global. Las diferencias derivan, en gran medida, de las diferentes intensidades de crecimiento demográfico en las diversas regiones geográficas del mundo. La población del planeta está aumentando de manera exponencial; se prevé que <a href="https://www.un.org/es/sections/issues-depth/population/index.html">nos aproximemos a los 9 700 millones</a> en 2050.</p>
<p>Pero la intensidad de crecimiento es mucho mayor en África y Asia que en Europa, EE. UU. o Australia, por citar algunos territorios. Esto hace que, en aquellas zonas donde la demanda es acuciante, la producción predomine sobre el bienestar. En los lugares donde la demanda no es acuciante, el bienestar animal se torna prioritario. En Europa nos movemos en esta segunda alternativa.</p>
<h2>Mejoras para aves, cerdos y vacas</h2>
<p>Tres son las principales especies con <a href="http://www.bienestaranimal.eu/baeu.html">una legislación propia en bienestar animal</a> en la Unión Europea: la avícola, la bovina y la porcina. Repasemos brevemente los avances en legislación europea de los últimos años.</p>
<p>Las gallinas ponedoras eran criadas en jaulas con una superficie útil por gallina de 550 cm². <a href="https://ec.europa.eu/food/animals/welfare/practice/farm/laying_hens_en">Ahora</a> se alojan en jaulas provistas de nido, perchas, baño de arena, bandas abrasivas para el limado de las uñas y con una superficie de 750 cm²/ave o bien en sistemas sin jaulas, denominados en suelo, con no más de 9 gallinas/m². </p>
<p>En un futuro no muy lejano, los sistemas en jaulas desaparecerán en la UE, como ya han desaparecido los productos que de ellos provienen de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=XNcFI2fedpQ">ciertos supermercados</a>.</p>
<p>Los <a href="https://ec.europa.eu/food/animals/welfare/practice/farm/pigs_en">avances en el bienestar del ganado porcino</a> también han sido importantes en la UE en los últimos años. Las cerdas se criaban en jaulas durante su preñez, pero ahora la legislación obliga a criarlas en grupo. Así se propicia un mejor desarrollo de su comportamiento. </p>
<p>A los lechones se les cortaban los colmillos y los rabos por rutina. Hoy en día <a href="https://www.boe.es/buscar/pdf/2002/BOE-A-2002-22544-consolidado.pdf">la legislación</a> obliga a razonar esta decisión. En los parques de los animales se añaden elementos para el juego y la intensidad de luz y ruido está regulada por ley.</p>
<p>La especie bovina también ha experimentado mejoras marcadas por <a href="https://ec.europa.eu/food/animals/welfare/practice/farm/calves_en">la normativa</a>. Se han centrado, sobre todo, en los terneros de menos de 6 meses de edad. Actualmente, deben recibir obligatoriamente calostro y unos niveles suficientes de hierro en su dieta. La ley obliga a criarlos en grupos a partir de cierta edad para favorecer la socialización.</p>
<h2>Cómo elegir al hacer la compra</h2>
<p>Pero ¿podemos reconocer todas estas mejorías en el bienestar animal en el supermercado? No es una pregunta de fácil contestación, ni con una única respuesta. Nuevamente depende de la especie animal a la que nos refiramos.</p>
<p>Los <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=LEGISSUM:4324376">códigos impresos en los huevos</a> (0, 1, 2 o 3) son de gran ayuda en el caso de las aves ponedoras. </p>
<p>No es así en el caso del pollo. <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32008R0543&from=es">Las categorías marcadas por la legislación</a> no son utilizadas normalmente debido a su complejidad y grado de confusión. El famoso pollo de corral no es más que un cambio en la alimentación de los mismos pollos criados en las mismas condiciones de bienestar. Más que pollo de corral se debería llamar pollo amarillo.</p>
<p>En el resto de las especies, son dos las principales herramientas que tiene el consumidor para conocer el bienestar de los animales que han sido partícipes de la generación del producto que va a comprar: las figuras de protección y los certificados de bienestar animal.</p>
<p>En muchas <a href="https://ec.europa.eu/info/food-farming-fisheries/food-safety-and-quality/certification/quality-labels/quality-schemes-explained_es">figuras de protección a nivel europeo</a> se incluyen parámetros relativos al bienestar de los animales. Estas figuras son:</p>
<ul>
<li><p>Las denominaciones de origen protegidas.</p></li>
<li><p>Las indicaciones geográficas protegidas. </p></li>
<li><p>Las especialidades tradicionales garantizadas.</p></li>
</ul>
<p>Los novedosos <a href="http://www.welfarequality.net/es-es/certificacion-welfair/">certificados de bienestar animal</a> son inspecciones pormenorizadas de las explotaciones donde se evalúa a través de multitud de factores el bienestar de los ejemplares de esa granja. Constituyen una buena herramienta a la hora de garantizar el buen trato a los animales de la explotación. En este vídeo de YouTube se puede conocer su génesis:</p>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/l7dLS0CivwI?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Vídeo explicativo del proyecto europeo Welfare Quality.</span></figcaption>
</figure>
<p>Sin duda, nos queda mucho camino por recorrer en materia de bienestar animal, pero en ningún caso debemos menospreciar los pasos hasta el momento dados.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/133315/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Anastasio Argüello Henríquez ha recibido fondos del Gobierno de España, del Gobierno de Canarias y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Noemí Castro Navarro recibe fondos de Gobierno de Canarias, Cabildo de Gran Canaria y Universidad de Las Palmas de Gran Canaria</span></em></p>La legislación europea ha introducido en los últimos años mejoras en las condiciones de vida de las aves, cerdos y vacas destinadas a la producción de alimentos. Pero aún queda camino por recorrer.Anastasio Argüello Henríquez, Catedrático de Producción Animal, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaNoemí Castro Navarro, Profesora Titular de Universidad, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1287972019-12-22T20:52:43Z2019-12-22T20:52:43ZEsta es la huella ambiental de la comida que tiramos a la basura<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/307682/original/file-20191218-11909-gv4f1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C8440%2C5787&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-person-throwing-leftover-pasta-into-639120259">Andrey_Popov/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La producción de alimentos tiene una huella de carbono que proviene del uso de terreno y de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente. Un 22 % de estos alimentos termina en la basura, y con ellos todos los recursos utilizados en el proceso.</p>
<p>En los últimos tiempos, hemos oído hablar de la importancia que nuestra dieta tiene en el cambio climático. Según <a href="http://www.revistaindice.com/numero72/p25.pdf">este estudio</a>, la contribución al cambio climático de la dieta en los hogares es alrededor de un 19 %. El transporte y la energía suponen el 39 %. </p>
<p>Durante mi participación en la <a href="https://theconversation.com/una-cumbre-de-transicion-luces-y-sombras-de-la-cop25-128935">COP25</a> celebrada en Madrid, en una mesa redonda sobre emisiones GEI en los sectores agrícola y ganadero, se puso de manifiesto la importancia de los avances tecnológicos para reducir las emisiones. La moderación del consumo y la reducción del desperdicio alimentario son también puntos fundamentales.</p>
<h2>Impacto de la agricultura y la ganadería</h2>
<p>El <a href="https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/sistema-espanol-de-inventario-sei-/es2019-unfccc_nir_tcm30-496176.pdf">inventario</a> de gases de efecto invernadero en España señala a la agricultura como responsable del 11,6 % de las emisiones. </p>
<p>La ganadería supone un 9 %, siendo las emisiones de metano de la digestión de los rumiantes el factor principal. Los sensores en granja, el manejo de cultivos, la alimentación del ganado o la genética pueden contribuir a una agricultura y ganadería más eficiente.</p>
<p>Desde la investigación se trabaja para que la agricultura y la ganadería sean más productivas, eficientes y con menores emisiones de gases de efecto invernadero. </p>
<p>Por ejemplo, el proyecto <a href="http://www.metalgen.es">METALGEN</a> investiga estrategias genómicas y de nutrición para que el ganado deje una menor huella de carbono.</p>
<h2>El desperdicio alimentario</h2>
<p>Este <a href="http://www.fao.org/3/i3347e/i3347e.pdf">informe</a> de la FAO analiza el desperdicio alimentario y su impacto medioambiental en función del origen de los alimentos (vegetal o animal). </p>
<p>La producción mundial de alimentos de origen vegetal es de unos 4 800 millones de toneladas, principalmente cereales, seguidos de verduras, hortalizas y tubérculos. En comparación, la producción de alimentos de origen animal ronda los 1 000 millones de toneladas, que suponen entre el 17 y el 18 % de la producción total de alimentos en el mundo. </p>
<p>El estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura <a href="http://www.fao.org/home/es/">FAO</a> pone de manifiesto que en el mundo se desperdician 1 100 millones de toneladas de alimentos vegetales (un 19 % del total). La mayor parte de este desperdicio ocurre durante la producción y en los hogares a partes iguales. </p>
<p>El desperdicio mundial de alimentos de origen animal es de 175 millones de toneladas (un 3 % del total). </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=701&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=701&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=701&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=881&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=881&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=881&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Producción de alimentos y emisiones asociadas según su origen vegetal o animal.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.fao.org/3/i3347e/i3347e.pdf">Óscar González-Recio, a partir de datos de la FAO</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>La huella del desperdicio</h2>
<p>El desperdicio alimentario supone un uso subóptimo de recursos cuya producción conlleva una huella hídrica, un aumento de la tierra cultivable y una emisión de gases de efecto invernadero. </p>
<p>El informe de la FAO revela que los cereales es el tipo de cultivo que mayor huella hídrica supone, un 51 % de la huella de <a href="https://www.riego.org/glosario/tag/agua-azul/">aguas útiles</a> o aguas azules en agricultura y ganadería, seguidos de las frutas. La carne supone menos de un 10 % del total de la huella de aguas azules de la agricultura. </p>
<p>Los desperdicios vegetales suponen un 16 % del total de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura, mientras que los productos de origen animal suponen el 7 %. Entre los desperdicios que más contribuyen a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero están las verduras y hortalizas (7 %), la carne (6 %) y los cereales (5 %). </p>
<p>El uso de tierra arable es similar en los productos de origen vegetal y animal. Entre ellos, los cereales, la carne y la leche son los que mayores superficie cultivable ocupan. Una reducción total del desperdicio de los alimentos supondría reducir un 23 % las emisiones totales de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura y la ganadería.</p>
<h2>Cómo reducir el desperdicio alimentario</h2>
<p>El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente propone un <a href="https://menosdesperdicio.es/sites/default/files/documentos/relacionados/estrategia_17-20.pdf">plan</a> estratégico para una producción y consumos responsables. </p>
<p>Los ciudadanos podemos seguir algunos de los consejos que sugiere la FAO:</p>
<ul>
<li><p>Servir porciones pequeñas en los hogares y los restaurantes. Es mejor repetir que desperdiciar lo sobrante.</p></li>
<li><p>Compartir raciones grandes en restaurantes.</p></li>
<li><p>Ir al supermercado con una lista de la compra.</p></li>
<li><p>No comprar con la vista. Las frutas y verduras “feas” o irregulares son igual de buenas, pero un poco diferentes.</p></li>
<li><p>Entender las fechas de caducidad y consumo preferente.</p></li>
<li><p>Donar los excedentes, principalmente los de restaurantes y supermercados (es necesaria una legislación).</p></li>
<li><p>Hacer compostaje. </p></li>
</ul>
<p>Reducir el desperdicio de comida no salvará el planeta, pero ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuye a una agricultura y ganadería más sostenibles.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/128797/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Óscar González-Recio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La contribución al cambio climático de las emisiones asociadas a los alimentos de la dieta en los hogares supone alrededor de un 19%.Óscar González-Recio, Investigador especializado en mejora genética animal, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1225762019-09-15T19:52:19Z2019-09-15T19:52:19ZLas consecuencias sociales, nutricionales y ambientales de desperdiciar comida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/291793/original/file-20190910-190035-1xtpi0f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C104%2C4096%2C2483&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/indoor-container-domestic-food-waste-ready-554954602?src=bh29wp6SmgLJYS4e971CrA-3-25">Gary Perkin/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La demanda mundial de alimentos está aumentando y cambiando rápidamente debido al crecimiento de la población, las modificaciones en la dieta y el desarrollo económico. </p>
<p>La mejora de la sostenibilidad del sistema agroalimentario es una prioridad a nivel mundial, aunque muchos de los esfuerzos se han centrado hasta ahora en el lado de la producción (como el aumento de las hectáreas cultivadas). </p>
<p>Sin embargo, la promoción del consumo responsable (dietas sostenibles y saludables, y reducción del desperdicio de alimentos) es una estrategia clave para lograr beneficios ambientales y una seguridad alimentaria sostenible. </p>
<p>Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable-consumption-production/">el ODS 12</a>, se enfoca a la producción y el consumo responsables. Una de sus metas es <a href="https://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//NONSGML+TA+P7-TA-2012-0014+0+DOC+PDF+V0//ES">reducir a la mitad la pérdida y desperdicio de alimentos</a>.</p>
<h2>Desperdicio alimentario, fuente de desigualdad</h2>
<p>El desperdicio de alimentos genera un gran impacto sobre la seguridad y distribución alimentaria a nivel mundial. <a href="http://www.fao.org/3/i9553en/i9553en.pdf">Según la FAO</a>, existen más de 815 millones de personas con desnutrición en el mundo. Desaprovechar alrededor de un tercio de los alimentos producidos genera una gran desigualdad y una importante distorsión en el conjunto del sistema alimentario. </p>
<p>El número de estudios destinados a cuantificar el desperdicio alimentario a lo largo de la cadena ha crecido significativamente durante los últimos años. Anteriormente, no solo escaseaban los trabajos científicos o técnicos, sino también la concienciación en la opinión pública. </p>
<p>Poco a poco, debido en gran parte a la asociación del desperdicio con la desnutrición y al gran impacto ambiental que supone, las estimaciones y análisis sobre la materia se han incrementado.</p>
<p>La pérdida y el desperdicio de alimentos representan un mal uso de la mano de obra, el agua, la energía, la tierra y otros recursos naturales que se utilizaron para producirlos. </p>
<p>Los estudios que se han realizado recientemente vinculando desperdicio y medio ambiente tratan de responder preguntas como: ¿cuáles son los efectos de tirar la comida sobre las emisiones de gases contaminantes o los recursos naturales? ¿Sería posible obtener mejoras ambientales significativas reduciendo el desperdicio de alimentos?</p>
<p>En diferentes investigaciones se ha puesto de manifiesto que reducir el desperdicio de alimentos se traduce en una disminución considerable de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Esto se debe a que la producción de todos los alimentos que se pierden o desperdician a lo largo y ancho de la cadena genera una serie de GEI que se podrían evitar si no fuesen obtenidos. </p>
<p>Dicho de otra forma, los alimentos no consumidos se convierten en comida “destinada” única y exclusivamente a contaminar. Si no fuesen desperdiciados, no se necesitaría producir otros nuevos (con las emisiones que ello genera). </p>
<p>Por ejemplo, el desperdicio de 88 millones de toneladas de alimentos al año en la UE es responsable de la emisión de 170 millones de toneladas de CO₂. Esta cifra representa el 8 % del total de emisiones globales y se acerca al volumen de este gas correspondiente al transporte por carretera. </p>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969712011862">Una investigación a escala mundial</a> concluyó que alrededor del 25 % del total de kcal producidas se desperdician. Esta tasa de pérdida de alimentos supone que alrededor del 23 % de los recursos naturales (agua dulce, tierras de cultivo y fertilizantes) son igualmente desperdiciados. </p>
<p>El estudio demostró también que el uso total de las tierras de cultivo “desperdiciado” es casi igual a la extensión de la superficie agrícola de África.</p>
<h2>Pérdida de agua y nutrientes</h2>
<p>El desperdicio de alimentos implica también una pérdida de agua (la utilizada para producirlos) o nutrientes. Desde el centro CEIGRAM de la Universidad Politécnica de Madrid y el Observatorio del Agua de la Fundación Botín hemos realizado <a href="https://www.researchgate.net/profile/Alejandro_Blas2/publication/325094281_Food_consumption_and_waste_in_Spanish_households_Water_implications_within_and_beyond_national_borders/links/5cc2f573a6fdcc1d49b04667/Food-consumption-and-waste-in-Spanish-households-Water-implications-within-and-beyond-national-borders.pdf">un estudio</a> para evaluar los impactos hídricos y nutricionales relacionadas con el desperdicio en hogares españoles. </p>
<p>Los resultados del trabajo mostraron que “solo” se desperdicia un 4 % de lo comprado (unos 26 kg por persona y año). Pero esta cifra implica un desperdicio de 116 litros de agua por persona y día. De ellos, 19 litros son de “agua azul” (fueron destinados directamente para riego). Este volumen supone casi un sexto de todo el agua que utiliza una persona diariamente para el resto de actividades en el hogar (ducha, bebida, limpieza, etc.).</p>
<p>Además, el desperdicio de alimentos lleva asociada una pérdida de nutrientes. Nuestros resultados revelaron que debido al desperdicio anual de alimentos en los hogares españoles, se malgastan las siguientes cantidades de nutrientes por persona y año:</p>
<ul>
<li><p><strong>Macronutrientes:</strong> 40 385 kcal, lo que significa casi 7,5 kg de macronutrientes; 1,5 kg de proteínas, 1,8 kg de grasas y 4,2 kg de carbohidratos.</p></li>
<li><p><strong>Fibra:</strong> 483 g.</p></li>
<li><p><strong>Micronutrientes:</strong> casi 160 gramos (19 g de vitaminas y 141 g de minerales). </p></li>
</ul>
<p>Esto significa que alrededor del 5 % de la energía (kcal), el 5 % de las proteínas (y el resto de macronutrientes), el 8 % de la fibra, el 4 % de los minerales y el 11 % de vitaminas se pierde en la parte final de la cadena alimentaria. </p>
<p>Con el equivalente al desperdicio generado anualmente en el conjunto de todos los hogares españoles se podría alimentar a casi 2,2 millones de personas al año. A nivel individual, los nutrientes contenidos en la comida que tira anualmente una persona podrían alimentarla durante 18 días (teniendo en cuenta una necesidad media de alrededor de 2 200 kcal/persona y día).</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/122576/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alejandro Blas Morente recibe fondos del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, con los que se han financiado el conjunto de investigaciones.</span></em></p>El desperdicio de alimentos no solo genera grandes impactos sobre la seguridad alimentaria, sino también ambientales, debido al uso ineficiente de recursos naturales en su producción.Alejandro Blas Morente, Doctor ingeniero Agrónomo. Investigador en desarrollo sostenible, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1229172019-09-08T20:00:02Z2019-09-08T20:00:02ZQué dice (y qué no) el informe de la ONU sobre la carne<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/290907/original/file-20190904-175682-1jz76y2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4104%2C2733&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/download/confirm/633974036?src=-1-1&size=huge_jpg">Shutterstock/Dragosh Co</a></span></figcaption></figure><p>El informe que el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, perteneciente a la ONU) publicó recientemente es exhaustivo y clarificador. El hecho de que hayan participado en su elaboración 107 expertos de 52 países da idea de su importancia y magnitud.</p>
<p>Titulado <em>El cambio climático y la tierra</em>, el informe está estructurado en siete capítulos. En total <a href="https://www.ipcc.ch/report/srccl/">1 384 páginas de texto</a>, más abundante material suplementario. Conscientes de la dificultad que supone para los no expertos en el tema la lectura y el estudio de un texto de tal extensión, el IPCC ha elaborado <a href="https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2019/08/2019-PRESS-IPCC-50th-IPCC-Session_es.pdf">un comunicado de prensa de siete páginas</a> en varios idiomas, donde recoge las principales ideas y conclusiones del informe. Su lectura, por la transcendencia del tema y la concisión y claridad con que está escrito, resulta muy recomendable para todo ciudadano del mundo.</p>
<p>Esta declaración supone, en primer lugar, una llamada de atención a toda la humanidad. El informe pretende concienciarnos de las consecuencias que pueden tener las pautas y hábitos de vida que hemos instaurado en nuestra sociedad para el futuro del planeta.</p>
<p>De forma más concreta, apela al área de la silvicultura, agricultura y ganadería, cuya gestión y actividades generan el 23 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Pero no olvidemos, y el informe de la IPCC así lo señala, que la gran mayoría de las emisiones contaminantes de nuestra atmósfera se deben al consumo de combustibles fósiles y a la actividad industrial, procesos en los que estamos involucrados una gran parte de los habitantes del planeta. </p>
<p>A esto habría que añadir, a consecuencia del afán de consumismo que prevalece en nuestra sociedad, el despilfarro de comida que realizamos, que alcanza la vergonzosa cifra de un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial. Solo con que consiguiéramos solucionar este problema, más bien lacra si lo consideramos desde la óptica de la sensibilidad y solidaridad humanas, reduciríamos las emisiones contaminantes en un 10 %.</p>
<h2>La necesidad de mejorar los sistemas de producción</h2>
<p>Volviendo al sector agrario y alimentario, el informe concluye:</p>
<blockquote>
<p>“Las dietas equilibradas basadas en alimentos de origen vegetal [como cereales secundarios, legumbres, frutas y verduras] y alimentos de origen animal producidos de forma sostenible en sistemas que generan pocas emisiones de gases de efecto invernadero presentan mayores oportunidades de adaptación al cambio climático y de limitación de sus efectos”. </p>
</blockquote>
<p>Por tanto, a lo que nos insta la ONU a los agentes del sector (técnicos, agricultores y ganaderos) es a afinar los modelos de producción, de manera que estos sean más eficientes y sostenibles. El objetivo es que seamos más respetuosos con el medio ambiente y generemos menos emisiones contaminantes, asegurando siempre la calidad y la seguridad alimentaria para el consumidor. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/download/confirm/481623085?src=-1-21&size=huge_jpg">Shutterstock/Birkir Asgeirsson</a></span>
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</figure>
<p>Al igual que tras la Segunda Guerra Mundial el sector agrario dio respuesta a la urgente llamada para producir alimentos con el fin de abastecer las necesidades de la maltrecha Europa, no quepa duda de que, en los momentos actuales, también será capaz de responder a estas demandas que se señalan en el informe de la IPCC. </p>
<p>Con respecto a los consumidores, que son los que tienen la última palabra en los hábitos y conductas de consumo, es indudable que sabrán captar el mensaje de la ONU y pedirán cada vez más alimentos, además de sanos y saludables, que hayan sido producidos de manera respetuosa con el medio ambiente y los animales. Prácticas que ya realizan la gran mayoría de agricultores y ganaderos navarros, pero que tendrán que intensificar en el futuro próximo.</p>
<h2>¿Y qué pasa con la carne?</h2>
<p>La palabra carne no aparece citada en ningún momento en el comunicado de prensa del IPCC que recoge las principales conclusiones del informe. Se sobreentiende que la carne está implícita en el término alimentos de origen animal, pero no hay una mención expresa al consumo de carne en el documento de prensa. </p>
<p>Sí es verdad que hay un apartado importante sobre él en el capítulo de Seguridad Alimentaria del informe. Existen zonas del mundo donde el consumo de carne es elevado. Se mencionan en el informe algunos supuestos ilustrativos de la situación. Por ejemplo, si todas las naciones del mundo tuvieran el mismo consumo de carne que se da en Estados Unidos, la totalidad de la superficie habitable de la tierra sería insuficiente para producirla con los sistemas actuales de producción. </p>
<p>Es previsible, además, que la demanda de proteína animal vaya creciendo en los países en desarrollo. Por tanto, es indudable la urgencia de ir optimizando los sistemas de producción de carne, en aras a reducir la presión sobre la tierra y sobre el uso del agua, y desde la perspectiva del consumidor, modulando el consumo de carne en algunos segmentos de población.</p>
<p>Tras todo lo expuesto, cabe realizar un par de reflexiones finales. </p>
<p>Por una parte, hacer una referencia al trato mediático que, en general, se le da al consumo de carne. Titulares como “La ONU pide que se consuma menos carne para evitar el cambio climático”, que han abierto telediarios o han encabezado portadas de diarios, suponen una interpretación sesgada del informe mencionado. </p>
<p>Por otra, hay que recalcar la importancia que el consumo de carne tiene en la alimentación humana. Su riqueza proteica, con algunos aminoácidos esenciales para el organismo humano, junto a su elevado contenido en ciertas vitaminas y minerales, hacen de la carne un alimento básico y fundamental en la dieta humana. No lo olvidemos.</p>
<hr>
<p>Una <a href="https://traductordeciencia.es/informe-de-la-onu-lo-que-se-dice-y-lo-que-no-se-dice-sobre-la-carne/">versión de este artículo</a> fue publicada en el blog de la UPNA, Traductor de Ciencia</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/122917/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Antonio Mendizabal Aizpuru no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El reciente informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático pretende concienciarnos de las consecuencias que pueden tener para el futuro del planeta las pautas y hábitos de vida que hemos instaurado en nuestra sociedad.José Antonio Mendizabal Aizpuru, Catedrático de Producción Animal, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1106342019-02-21T22:16:53Z2019-02-21T22:16:53ZPercepciones sobre la carne que nos hacen subestimar su impacto en el cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/260207/original/file-20190221-195870-vhoapu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=42%2C0%2C4776%2C3153&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Granja de cría intensiva de pollos de la provincia de Huelva.</span> <span class="attribution"><span class="source">Eduardo Aguilera</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>A veces olvidamos que el cambio climático es real y ha llegado para quedarse, y lo hacemos mirando hacia otro lado o evitando transmitir un mensaje claro sobre lo que deberíamos hacer al respecto. Esto es particularmente común cuando se trata del impacto de la alimentación y la necesidad de reducir el consumo promedio de productos con elevada huella de carbono, como la carne y los lácteos, en países de rentas elevadas.</p>
<p>Sin duda, reducir nuestras raciones diarias de productos animales es una tarea difícil. No obstante, en el actual <a href="https://www.miteco.gob.es/es/cambio-climatico/temas/el-proceso-internacional-de-lucha-contra-el-cambio-climatico/ipcc_informe_especial_15pdf_tcm30-485656.pdf">contexto de cambio climático</a>, es necesario redoblar los esfuerzos hacia la sostenibilidad de nuestros actos diarios, entre ellos la forma en que nos alimentamos. </p>
<p>La elevada demanda de carne y lácteos, junto con el desperdicio alimentario, es una importante <a href="https://www.ipcc.ch/sr15/chapter/2-0/">causa de emisión de gases</a> de efecto invernadero en el sector agroalimentario. En consecuencia, no comunicar claramente <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-018-0594-0.epdf">los beneficios</a> de la reducción del consumo de estos alimentos supondría perder una gran oportunidad para la mitigación del cambio climático. </p>
<p>Sin embargo, a tenor de la aparente <a href="https://theconversation.com/dejar-de-comer-carne-no-va-a-salvar-el-planeta-107994">resistencia</a> expresada por algunos <a href="https://meatmanagement.com/meat-industry-reacts-to-eat-lancet-report/">científicos</a>, resulta evidente que transmitir un mensaje claro y simple acerca de los efectos de la ganadería sobre el cambio climático y los beneficios de reducir el consumo de sus productos no es una tarea fácil. </p>
<p>Además, esta resistencia a admitir cuestiones que cuentan con un muy notable <a href="https://www.ipcc.ch/sr15/chapter/4-0/">consenso científico</a> bien podría conducirnos a una nueva ola de negacionismo climático como consecuencia de la confusión que estos mensajes suscitan: tras “el cambio climático no existe” y “el ser humano no es el causante del cambio climático” podríamos estar asistiendo al nacimiento de “las medidas sugeridas para hacer frente al cambio climático no funcionan”.</p>
<h2>Realidades no excluyentes</h2>
<p>La eficacia de la modificación de los hábitos de consumo alimentario como estrategia de mitigación del cambio climático suele ser desacreditada por varias vías. </p>
<p>Al aludir a la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero de los sistemas ganaderos y de los beneficios de reemplazar las dietas ricas en estos productos por otras con más contenido vegetal, es frecuente escuchar que existen sociedades donde el consumo de carne y lácteos es escaso, por lo que esta medida sería altamente injusta para esas sociedades. </p>
<p>En otros casos, la reacción consiste en derivar la atención hacia otros sectores cuyas emisiones de gases de efecto invernadero son más elevadas que las del ganado, como el transporte o determinadas actividades industriales. </p>
<p>Desgraciadamente, uno de los resultados más importantes de esas reacciones es desviar la atención del debate, en tanto que ninguno de los argumentos anteriores ayuda a responder la pregunta original: ¿es necesario reducir el consumo promedio de carne y lácteos allá donde el consumo es elevado para mitigar el cambio climático?</p>
<p>Por supuesto, no existen recetas únicas para resolver los principales problemas ambientales en ningún sector. Por supuesto, hay personas que apenas comen carne y lácteos y, por tanto, no pueden reducir el consumo de estos productos, e incluso podrían aumentarlo. Y, por supuesto, existen otros sectores con altas emisiones de gases de efecto invernadero y sobre los que hay que actuar. </p>
<p>Las estrategias de mitigación del cambio climático deben abordarse localmente, siendo sensibles a las especificidades de los sistemas de producción y consumo, y aplicarse de manera integrada e integradora, <a href="http://science.sciencemag.org/content/360/6392/987">maximizando así su potencial</a> y minimizando posibles efectos negativos. </p>
<p>Dicho esto, y una vez realizados los análisis pertinentes desde el rigor y objetividad científicos, es necesaria la transmisión de mensajes claros e inequívocos sobre las oportunidades de mitigación en cada sector. Y, cuando existe un amplio consenso sobre las causas de un problema y las medidas que pueden contribuir a abordarlo, la ciudadanía espera y se merece claridad en la información que recibe por parte de la comunidad científica y los líderes políticos.</p>
<p>¿Por qué es tan complicado reconocer la necesidad o, incluso, los beneficios de reducir el consumo promedio de carne y lácteos en sociedades como la nuestra? </p>
<p>Hay varios aspectos atribuidos a la producción ganadera y el consumo de sus productos que marcan el debate. Aquí nos centraremos en cinco de ellos, reflejados en las siguientes afirmaciones: “el consumo de carne y lácteos es parte de nuestra cultura”, “la carne y los productos lácteos son sabrosos”, “la ganadería también es parte de nuestra cultura”, “los medios de vida de algunas personas y la conservación de nuestras áreas rurales dependen de la ganadería” y “la carne y los productos lácteos son elementos esenciales para una dieta saludable”. </p>
<p>Exploremos estas cinco creencias.</p>
<ul>
<li><strong>Comer carne y lácteos es parte de nuestra cultura.</strong></li>
</ul>
<p>Esto es cierto, y la preservación de la cultura es, en principio, algo deseable. Siempre y cuando esta cultura no confronte con instituciones más valiosas como, por ejemplo, el Estado de derecho o el mantenimiento de la seguridad. </p>
<p>Sin embargo, los niveles actuales de consumo de carne y lácteos en los países europeos están lejos de muchas <a href="https://www.researchgate.net/publication/237844793_Meat_consumption_in_Europe_Issues_trends_and_debates">tradiciones culinarias</a>. Esto es especialmente notable en el sur de Europa, donde la <a href="https://dietamediterranea.com/nutricion-saludable-ejercicio-fisico/">dieta mediterránea</a> es reconocida como parte del <a href="http://www.fen.org.es/index.php/articulo/la-dieta-mediterranea-patrimonio-inmaterial-de-la-humanidad">patrimonio cultural</a>. </p>
<p>Además, en estos países, una parte importante del consumo de carne y lácteos solía provenir de la cría de cabras y ovejas, en contraste con los hábitos de consumo actuales basados en productos mayoritariamente procedentes del cerdo, el pollo y el vacuno. </p>
<p>En países como España el consumo de carne per cápita se ha <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0301421518305007">multiplicado por cuatro</a> entre 1960 y 2010, o <a href="https://www.jstor.org/stable/24330755?seq=1#page_scan_tab_contents">por cinco</a> desde principios de siglo pasado según las estadísticas de la FAO. </p>
<p>Al mismo tiempo, si comparamos los datos recientes de la <a href="http://www.fao.org/faostat/es/#home">FAO</a> con los de estudios de la dieta española de principios del <a href="https://www.jstor.org/stable/24330755?seq=1#page_scan_tab_contents">siglo XX</a>, observamos que el consumo de productos ovinos y caprinos per cápita se ha reducido en un 15% en el último siglo, mientras que el de cereales y legumbres se ha reducido en un 50% y un 66%, respectivamente. Se pueden observar cambios similares en <a href="https://www.researchgate.net/publication/7264891_The_Mediterranean_diet_in_a_world_context">otros países</a> mediterráneos. </p>
<p>Por tanto, en las últimas décadas hemos abandonado dietas tradicionales y <a href="https://www.bmj.com/content/337/bmj.a1344.long">muy saludables</a> debido a la influencia externa a través de la <a href="https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/64830/1/tesis_lopez-briones_reverte.pdf">publicidad</a>, entre otros factores. Si hablamos de alimentación, lo que es propio de nuestra cultura mediterránea es una dieta con alto contenido en legumbres, cereales, hortalizas y aceite de oliva, ingesta moderada o baja de pescado y lácteos, y <a href="https://academic.oup.com/ajcn/article-abstract/61/6/1402S/4651234">baja en carne</a>.</p>
<ul>
<li><strong>La carne y los productos lácteos son sabrosos.</strong></li>
</ul>
<p>Sí, lo son, pero también lo son las patatas fritas y no las comemos todos los días. Además, no son los únicos alimentos sabrosos, sin mencionar que el placer asociado con comer diferentes tipos de alimentos no es un atributo propio de los alimentos, sino un <a href="https://culturacuidados.ua.es/article/view/1998-n4-estudio-etnografico-de-los-cambios-alimentarios-entre-dos-generaciones">gusto adquirido</a> y modulable. </p>
<p>El gusto por la carne y los productos lácteos se ha incrementado en las culturas gastronómicas del sur de Europa durante las últimas décadas, convirtiéndose en los reyes y reinas de los deseos culinarios. En algunos casos, como España, esto sucedió rápidamente como resultado de años de privación. </p>
<p>Los productos alimentarios eran un lujo en tiempos de pobreza y durante las primeras etapas de la dictadura franquista, por lo que cuando España se abrió a los mercados mundiales y el capitalismo en los 60, toda <a href="https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/24403/1/Tesis_Castello.pdf">la población quería</a> tener lo que hasta entonces era <a href="https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/64830/1/tesis_lopez-briones_reverte.pdf">prohibitivo</a>: pantalones vaqueros, refrescos de cola, y carne. </p>
<p>El consumo de carne era un símbolo de estatus, riqueza y poder, y esto la convertía en una opción de comida muy apreciada: una situación que ha perdurado hasta hoy. Por tanto, aunque hemos colocado la carne y los lácteos como los alimentos básicos de cada banquete o menú del día, no ha sido por ser más sabrosos que el resto de productos alimentarios. </p>
<ul>
<li><strong>La ganadería también forma parte de nuestra cultura.</strong></li>
</ul>
<p>Los sistemas ganaderos dan lugar a hermosos paisajes en España y otros países europeos, contribuyen a la conservación de la <a href="http://www.pastos.es/wp-content/uploads/2018/04/ADAPTACIoN-AL-CAMBIO-CLIMaICO-MEDIANTE-LA-TRASHUMANCIA-30.01.pdf">biodiversidad</a> y representan una larga tradición de ganaderías en extensivo y trashumantes. </p>
<p>Sería estupendo si nuestros hábitos de consumo alimentario apoyasen estas actividades, en muchos casos agonizantes. Desafortunadamente, la mayor parte de la ingesta de carne y lácteos no proviene de los idílicos campos de vacas y cabras que pastan en libertad. Por el contrario, la gran mayoría de la carne y lácteos que consumimos proviene de <a href="https://www.theguardian.com/environment/2017/jul/18/rise-of-mega-farms-how-the-us-model-of-intensive-farming-is-invading-the-world">granjas intensivas</a> y, cada vez con mayor frecuencia, megagranjas, donde los animales están confinados en espacios tan reducidos que solo las razas creadas <em>ad hoc</em> pueden <a href="https://www.economist.com/international/2019/01/19/how-chicken-became-the-rich-worlds-most-popular-meat">sobrevivir</a>. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/258775/original/file-20190213-181619-1hthfpf.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/258775/original/file-20190213-181619-1hthfpf.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/258775/original/file-20190213-181619-1hthfpf.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/258775/original/file-20190213-181619-1hthfpf.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/258775/original/file-20190213-181619-1hthfpf.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/258775/original/file-20190213-181619-1hthfpf.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/258775/original/file-20190213-181619-1hthfpf.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Explotación intensiva de porcino en la provincia de Huesca.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Lucía López Marco</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El tipo de ganadería también se ha modificado radicalmente en las últimas décadas: mientras los sectores porcino, vacuno y aviar han multiplicado su producción, las tradicionales ganaderías de <a href="http://www.lrrd.org/lrrd29/2/skap29021.html">ovino y caprino</a> han disminuido significativamente, en consonancia con la población rural. </p>
<p>La ganadería tradicional ha sabido acumular y conservar un vasto conocimiento sobre prácticas productivas adaptadas a las condiciones ambientales de su entorno y <a href="https://www.adaptecca.es/sites/default/files/documentos/informe_ganaderia_extensiva_cambio_climatico.pdf">resilientes</a> frente a las adversidades climáticas. </p>
<p>Sin embargo, la elevada demanda actual de productos de origen animal fomenta un tipo de ganadería que olvida siglos de conocimiento acumulado y conduce a la destrucción de la ganadería extensiva, valioso atributo de nuestro acervo cultural, así como a la pérdida de paisajes y hábitats naturales <a href="http://www.pastos.es/wp-content/uploads/2018/04/ADAPTACIoN-AL-CAMBIO-CLIMaICO-MEDIANTE-LA-TRASHUMANCIA-30.01.pdf">de gran valor</a>. </p>
<ul>
<li><strong>Algunas personas dependen de la ganadería.</strong></li>
</ul>
<p>Aunque esto es un hecho, quienes obtienen la mayor parte de las ganancias de la ganadería no son las personas que vemos cuidando de estos animales cuando puntualmente abandonamos la ciudad para ir al campo. La tendencia hacia la intensificación está acompañada por el aumento en el tamaño de las explotaciones ganaderas y la disminución del número de granjas, como ocurre en países como <a href="https://www.theguardian.com/environment/2017/jul/18/rise-of-mega-farms-how-the-us-model-of-intensive-farming-is-invading-the-world">Reino Unido</a> o <a href="https://www.france24.com/en/20170303-focus-france-farming-agriculture-industrial-livestock-projects-animals">Francia</a>. </p>
<p>La forma en la que este tipo de explotaciones se relaciona con el entorno es muy diferente a la de la ganadería tradicional, y mientras que esta última contribuye al desarrollo rural, algunos estudios realizados en países como Estados Unidos muestran cómo la producción animal industrial no solo no fija la población, sino que también <a href="https://www.iatp.org/documents/the-price-we-pay-for-corporate-hogs">destruye el empleo</a>. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/258776/original/file-20190213-181612-1cn4yko.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/258776/original/file-20190213-181612-1cn4yko.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/258776/original/file-20190213-181612-1cn4yko.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/258776/original/file-20190213-181612-1cn4yko.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/258776/original/file-20190213-181612-1cn4yko.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/258776/original/file-20190213-181612-1cn4yko.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/258776/original/file-20190213-181612-1cn4yko.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Rebaño en pastoreo en Torrecilla de Valmadrid (Zaragoza).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Lucía López Marco</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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</figure>
<p>Por otro lado, los elevados niveles actuales de consumo de productos de origen animal solo son asequibles para la mayoría de la sociedad si el ganado se cría de forma intensiva, reduciendo al máximo los costes de la producción. En consecuencia, la mayoría de las veces, los ciudadanos europeos consumimos carne y productos lácteos cuya producción está controlada por grandes compañías de producción intensiva, que utilizan piensos cuya materia prima ha recorrido miles de kilómetros antes de engordar los silos, reduciendo de forma ostensible los beneficios para los ganaderos tradicionales y el medio rural.</p>
<ul>
<li><strong>La carne y los productos lácteos son esenciales en nuestras dietas.</strong></li>
</ul>
<p>Por un lado, cuando se habla de reducir el consumo de productos de origen animal para contribuir a la mitigación del cambio climático, no se está hablando de su completo abandono, aunque sí de <a href="https://eatforum.org/content/uploads/2019/01/Report_Summary_Spanish-1.pdf">reducciones significativas</a> frente al consumo promedio actual en países como España. </p>
<p>Por otro lado, no es estrictamente necesario consumir alimentos de origen animal para llevar una dieta saludable. Es necesario tener un suficiente aporte calórico y de proteínas, calcio, hierro, y otros nutrientes, vitaminas y minerales que componen una dieta saludable, pero éstos se pueden adquirir siguiendo una dieta basada en el <a href="https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/elevate-your-plate/hearty-and-savory-plant-based/">consumo de vegetales</a>. </p>
<p>El único nutriente que no se puede obtener de forma natural con una alimentación a base de plantas es la vitamina B-12, que se ha de adquirir mediante <a href="https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/what-should-you-eat/vitamins/vitamin-b/">suplementos</a>. Una dieta vegetariana o vegana puede ser muy saludable, y también muy beneficiosa para el clima. Y, al igual que ocurre en dietas omnívoras, que lo sea o no dependerá del <a href="http://www.dietistasnutricionistas.es/dietas-vegetarianas-equilibradas-2/">tipo de alimentos</a> consumidos y su frecuencia. </p>
<p>Por el contrario, el reciente cambio de dieta en países mediterráneos como España hacia dietas con alto contenido en proteína animal, alimentos procesados, dulces y grasas saturadas, como las que predominan en la actualidad en España y otros países mediterráneos, sí es perjudicial para la salud y contribuye a la aparición de <a href="https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/disease-prevention/">enfermedades no transmisibles</a> asociadas a la alimentación. </p>
<p>Por tanto, la carne y los lácteos no son esenciales para seguir una dieta saludable, y, aunque pueden contribuir a completar nuestras demandas nutricionales, solo representan un consumo saludable si se incluyen en dosis mucho menores a las que se dan en la actualidad en países de rentas altas. </p>
<p>Es difícil comunicar y asumir la necesidad de adoptar en nuestros modos de vida los importantes cambios que se precisan para evitar las peores consecuencias del cambio climático. Pero abramos los ojos: tenemos una década para invertir la tendencia de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y hay <a href="https://www.miteco.gob.es/es/cambio-climatico/temas/el-proceso-internacional-de-lucha-contra-el-cambio-climatico/ipcc_informe_especial_15pdf_tcm30-485656.pdf">mucho trabajo por hacer</a>. </p>
<p>El momento actual debe ser el de emprender acciones y lanzar mensajes claros y proactivos, y no el de iniciar un nuevo debate sobre si el consumo promedio de productos de origen animal —en países de renta alta— debería o no reducirse. Sabemos que ésta es una estrategia real y eficaz –<a href="https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1748-9326/aa7541/meta">entre las muchas</a> que se han de acometer– para la mitigación del cambio climático y la reducción de otros problemas ambientales y de salud. </p>
<p>Reducir el consumo de carne y lácteos –y elegir productos de origen animal provenientes de ganaderías en extensivo y de cercanía– en aquellas sociedades con un consumo elevado es posible, positivo para el planeta, bueno para nuestra salud, accesible para todas aquellas personas que desean reducir su impacto medioambiental, y podría beneficiar a los sistemas ganaderos tradicionales y de pequeño-mediano tamaño. </p>
<p>Entonces, ¿por qué no debería ser parte de las estrategias de mitigación del cambio climático? Y ¿por qué no comunicarlo claramente? En la batalla contra el cambio climático, cada acción cuenta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/110634/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Varias creencias sobre la producción y el consumo de carne y lácteos enturbian el debate público sobre los beneficios para el clima de cambiar nuestros hábitos alimentarios.Ivanka Puigdueta Bartolomé, Doctoranda en cambio climático y sistema alimentario, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Alberto Sanz Cobeña, Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Eduardo Aguilera, Investigador postdoctoral de la ETSI Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Lucía López Marco, Técnico de proyectos de investigación, Instituto Agronómico Mediterráneo de ZaragozaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1037042018-09-24T21:51:20Z2018-09-24T21:51:20ZLa comida sana no es más cara que la comida basura<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/237472/original/file-20180921-129853-1ejjx36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C998%2C666&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/104458259?src=R9yvueCK_Od2Gu0-18tn2Q-1-9&size=medium_jpg">Shutterstock / travellight</a></span></figcaption></figure><p>A menudo escucho decir que la comida sana cuesta más que la comida basura. Los estudiantes me dicen que les gustaría comer mejor, pero que no pueden permitírselo. Creen que cocinar con ingredientes frescos cuesta una fortuna y, como la comida para llevar está a nuestro alcance por poco dinero, carecen de alicientes para cambiar ese hábito. </p>
<p>En los últimos años se ha observado un <a href="https://www.bmj.com/content/353/bmj.i1879">aumento de la atención de los medios</a> por las dietas sanas; y los artículos sobre <a href="https://www.telegraph.co.uk/news/11149644/Healthy-diet-costs-three-times-that-of-junk-food.html">el precio de comer sano</a> también han aumentado, lo cual influye en la percepción de la gente. Algunos <a href="http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0109343">estudios</a> que comparan el precio por caloría de la comida sugieren que la comida menos sana normalmente es más barata, pero <a href="https://iea.org.uk/wp-content/uploads/2017/03/Cheap-as-Chips-PDF.pdf">no cuentan toda la verdad</a>. Los métodos de medición que se usan para evaluar el coste son importantes.</p>
<p>Pensemos, por ejemplo, en dos postres de chocolate, uno normal y otro bajo en grasas. Usando la medición de precio por caloría, el postre con menos grasa parece más caro que el normal porque contiene menos calorías. Pero los <a href="http://www.waeaonline.org/UserFiles/file/JAREApr20144Carlsonpp47-68.pdf">estudios</a> que comparan el precio por unidad de peso de la comida de alimentos del mismo grupo sugieren que las opciones sanas suelen ser más baratas. Por ejemplo, 200 gramos de garbanzos comparados con 200 gramos de beicon. Este método sería más acertado, ya que la mayoría de personas que compran comida piensan en la cantidad que compran en lugar de en las calorías que obtienen a cambio de su dinero.</p>
<h2>Cambiar los hábitos desde el principio</h2>
<p>Nuestras cinturas cada vez son más anchas, lo que constituye un creciente problema de salud pública. A nivel mundial, el índice de obesidad <a href="http://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight">se ha triplicado desde 1975</a>. Según la Organización Mundial de la Salud, casi dos mil millones de adultos sufren sobrepeso, de los cuales 650 millones tienen obesidad.</p>
<p>La generación más joven está especialmente afectada por la comida alta en calorías y baja en nutrientes. Los altos niveles de azúcar, grasa y sal hacen que los niños tengan un mayor riesgo de sufrir <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4408699/">diabetes de tipo 2 y enfermedades cardíacas</a>, por no mencionar los <a href="https://www.nature.com/articles/sj.bdj.2017.572.pdf?origin=ppub">problemas dentales</a>. Quizá lo más preocupante sea que los hábitos que se forman en la niñez parecen mantenerse de por vida. Es una tragedia, ya que estos problemas se pueden evitar. Se puede comer sano por menos, por mucho menos, de lo que cuesta una hamburguesa con queso. El quid de la cuestión no es el precio, sino los conocimientos, las aptitudes y el tiempo dedicado a la nutrición. </p>
<p>Estamos cada vez más condicionados a pensar que la comida sana es cara debido al precio de la carne, el pescado y los lácteos, al aumento de los “superalimentos” y al alto coste de los productos ecológicos. Pero los alimentos nutritivos no tienen por qué costar un ojo de la cara. Los batidos de semillas de chía son un lujo caro, pero los alimentos básicos como las zanahorias, las lentejas o las patatas no cuestan casi nada.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/235671/original/file-20180910-123134-1afxfnl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/235671/original/file-20180910-123134-1afxfnl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=367&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/235671/original/file-20180910-123134-1afxfnl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=367&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/235671/original/file-20180910-123134-1afxfnl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=367&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/235671/original/file-20180910-123134-1afxfnl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=461&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/235671/original/file-20180910-123134-1afxfnl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=461&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/235671/original/file-20180910-123134-1afxfnl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=461&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El índice global de obesidad se ha triplicado desde 1975.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/315952094?src=iIMCFzQbHtuEIIlCtrV1HA-1-49&size=medium_jpg">kwanchai.c/Shutterstock.com</a></span>
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<h2>Escasez de tiempo</h2>
<p>La falta de tiempo resulta agotadora y, en parte, influye en la elección de los alimentos. Normalmente, lo último que la gente quiere después de un largo día es cocinar, así que la comida a domicilio barata resulta bastante apetecible.</p>
<p>Las personas con bajos ingresos son más propensas a comprar alimentos de alto contenido calórico en lugar de frutas o verduras porque <a href="https://www.ifs.org.uk/publications/6919">llenan más</a>. Pero, aunque una hamburguesa de queso te sacie durante más tiempo que una manzana, la comida basura es mala para la salud.</p>
<p>Se puede cocinar una comida sustanciosa y sana en poco tiempo, tal y como la escritora culinaria británica Jack Monroe ha demostrado en repetidas ocasiones. Por ejemplo, su <a href="https://cookingonabootstrap.com/2015/03/07/courgette-tomato-and-cheese-gratin-33p-microwave-vegetarian/">receta</a> de calabacín, tomate y queso gratinado cuesta 40 céntimos y tarda 8 minutos en ser cocinada. Es más sana y barata que la comida a domicilio.</p>
<p>Pero promover hábitos alimenticios saludables en una sociedad monetarizada y sin tiempo disponible es difícil, y enseñar a cocinar no resulta suficiente. La <a href="http://www.feedmebetter.com/">campaña</a> de Jaime Oliver para enseñar a cocinar a personas con bajos ingresos, aunque fue bienintencionada, hizo que gran parte de su audiencia se sintiese rechazada al demonizar el <em><a href="https://link.springer.com/chapter/10.1057/9781137312310_3">turkey twizzler</a></em> (piezas de carne de pavo rebozadas y fritas) y al <a href="https://www.telegraph.co.uk/news/celebritynews/11821747/Jamie-Oliver-admits-school-dinners-campaign-failed-because-eating-well-is-a-middle-class-preserve.html">estigmatizar a las familias</a> que viven con una terrible austeridad en Gran Bretaña. Lo que comemos es <a href="https://cjee.lakeheadu.ca/article/view/1346/840">fundamental para nuestra identidad</a> y las estrategias para abordar la alimentación tienen que reconocerlo para ser eficaces.</p>
<h2>Consejos</h2>
<p>¿Cómo comer mejor con un bajo presupuesto? La carne y el pescado se encuentran entre los alimentos más caros de la lista de la compra, mientras que las proteínas vegetales suelen ser más baratas. Las legumbres (judías, guisantes y lentejas) son nutritivas, muy baratas y funcionan como sustitutas de la carne.</p>
<p>Que no nos engañen los carísimos “superalimentos”: <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/j.1467-3010.2006.00578.x">no hay una definición</a> de consenso para este término y muchas de sus supuestas propiedades saludables están <a href="http://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/1469540518773825">aún por demostrar</a>. Simplemente incrementando la cantidad y variedad de frutas y verduras en la dieta se puede <a href="https://www.bmj.com/content/349/bmj.g4490.full.pdf+html">reducir el riesgo</a> de sufrir problemas de salud. Y no tiene por qué ser caro.</p>
<p>Las frutas y verduras congeladas, en conserva y secas suelen ser más baratas que las frescas, pero conservan los nutrientes. Además, duran más tiempo, por lo que se desperdician menos.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/235667/original/file-20180910-123125-1qovwie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/235667/original/file-20180910-123125-1qovwie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/235667/original/file-20180910-123125-1qovwie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/235667/original/file-20180910-123125-1qovwie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/235667/original/file-20180910-123125-1qovwie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/235667/original/file-20180910-123125-1qovwie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/235667/original/file-20180910-123125-1qovwie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Las verduras en conserva son a menudo más baratas que las frescas y conservan todos los nutrientes.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/533941918?src=EJ_zB2s0hmnJzWXWWlPSrQ-1-15&size=medium_jpg">Rrraum/Shutterstock.com</a></span>
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<p>Conviene evitar comprar comida procesada: normalmente se pueden hacer platos similares de forma rápida y con menos coste. Esta receta de <a href="https://skintdad.co.uk/tomato-pasta-sauce/">salsa para pasta</a> cuesta algo más de medio euro para cuatro personas, mientras que un bote de salsa para pasta cuesta cuatro veces más. Además, así sabremos exactamente lo que contiene.</p>
<p>La dieta es algo fundamental para la salud y el bienestar. El coste de los alimentos no debería impedir que la gente lleve una buena alimentación. Puede que la comida basura sea barata y sabrosa, pero la idea de que la comida sana es cara es solo ficción.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/103704/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Charlie Middleton no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los alimentos saludables no son sólo los alimentos orgánicos y los llamados ‘superalimentos’. Y ni son más caros que la comida rápida ni llevan más tiempo de preparación.Charlie Middleton, Lecturer in Nursing, University of DundeeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1010662018-08-07T21:23:11Z2018-08-07T21:23:11ZCómo proteger el planeta transformando el sistema alimentario<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/230637/original/file-20180803-41360-1y02rau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=212%2C0%2C1376%2C594&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La tecnología puede utilizarse para ayudar a los agricultores a producir mejores cosechas.</span> <span class="attribution"><span class="source">Leo Sebastian (IRRI-CCAFS)</span></span></figcaption></figure><p>Estar en deuda con la naturaleza es peligroso, porque cuando las reservas de agua se agoten y no queden ni aire limpio ni tierra cultivable, no dispondremos de un segundo planeta que nos facilite estos recursos. Pero ese es el escenario al que ahora mismo nos dirigimos.</p>
<p>El 1 de agosto de 2018 tuvo lugar un suceso anual conocido como el “<a href="https://www.theguardian.com/environment/2018/jul/23/earths-resources-consumed-in-ever-greater-destructive-volumes">Día de la Deuda Ecológica</a>”. Ese día señala la fecha en que ya se han consumido más recursos de los que el planeta puede generar a lo largo de un año. La de este 2018 es <a href="https://www.footprintnetwork.org/">la fecha más temprana</a> en la que se ha señalado.</p>
<p>Uno de los aspectos que más presión ejerce sobre las limitaciones del planeta es <a href="https://ccafs.cgiar.org/blog/agriculture-destabilizing-earth-system-according-recent-study">nuestro sistema alimentario</a>. Este representa la forma en la que la humanidad cultiva, produce, transporta y consume alimentos. La forma en la que estas actividades se llevan a cabo hoy favorecen el cambio climático y la deforestación. Está disminuyendo las reservas de agua dulce y la biodiversidad.</p>
<p>Debemos transformar los sistemas alimentarios actuales para producir alimentos más nutritivos que provoquen un impacto medioambiental menor. Con este fin ya hay en marcha una serie de iniciativas repartidas por todo el mundo. Aquí presentamos cinco propuestas científicas, relacionadas con la cría de ganado, el cultivo de alimentos y el reciclaje de aguas residuales. </p>
<p>Todas ellas podrían ayudarnos a saldar esta deuda, cada vez mayor, que tenemos con el planeta.</p>
<h2>Medidas inteligentes</h2>
<p><em><strong>Reducir las emisiones animales:</strong></em> Después del sector energético y del transporte, el sistema alimentario constituye uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero. Es responsable de alrededor de <a href="https://ccafs.cgiar.org/bigfacts/">una cuarta parte</a> de las emisiones totales.</p>
<p>La cría de ganado para producir carne y lácteos supone un <a href="https://ccafs.cgiar.org/bigfacts/">14,5%</a>, debido al gas metano que expulsan los animales.</p>
<p>Una <a href="https://www.devex.com/news/the-pursuit-of-a-low-emissions-cow-90955">investigación</a> impulsada por el <a href="https://www.ilri.org/">Instituto Internacional de Investigaciones Agropecuarias</a> trabaja en Brasil y Uruguay en la identificación de vacas que produzcan menores emisiones de metano.</p>
<p>Una vez identificadas, se podrán criar y reproducir de forma natural. Se espera que esta medida reduzca las emisiones asociadas a la ganadería entre un 5 y un 20%.</p>
<p><em><strong>Recuperar alimentos olvidados:</strong></em> El <a href="https://www.bioversityinternational.org/fileadmin/user_upload/online_library/Mainstreaming_Agrobiodiversity/Mainstreaming_Agrobiodiversity_Sustainable_Food_Systems_WEB.pdf">75%</a> de los alimentos producidos en el mundo procede solo de doce tipos de cultivo y cinco especies animales. Se estima que unas <a href="https://farmingfirst.org/infographic-sdg2-5-protecting-genetic-diversity/">940 especies</a> de plantas cultivadas están en peligro de extinción.</p>
<p>Existen multitud de alimentos olvidados que son resistentes a los cambios del clima, cargados de nutrientes y que podrían producirse de forma sostenible. La <a href="https://avrdc.org/african-eggplant-solanum-aethiopicum/">berenjena africana</a> es de color rojo o anaranjado y tiene unas hojas extremadamente ricas en calcio, hierro y betacaroteno (que el cuerpo transforma en vitamina A).</p>
<p>Resulta lógico estudiar estos tesoros nutricionales abandonados con la misión de suplir la demanda mundial de alimentos. Científicos del <a href="http://foreststreesagroforestry.org/orphan-crops-for-improving-diets/">Consorcio Africano de Cultivos Huérfanos</a>, organizado por el <a href="http://www.worldagroforestry.org/">Centro Agroforestal Mundial</a>, emplean técnicas de hibridación con cultivos infrautilizados para mejorar su resiliencia y calidad nutricional.</p>
<p><em><strong>Agricultura de precisión:</strong></em> El nitrógeno, el fósforo y el potasio son nutrientes esenciales para el crecimiento de los cultivos alimenticios. El abuso de estos fertilizantes empieza a superar la cantidad máxima de sustancias químicas que la naturaleza puede asimilar. </p>
<p><a href="https://ccafs.cgiar.org/research-highlight/farmers-and-climate-profit-more-precise-fertilizer-management">Un estudio</a> llevado a cabo por el <a href="https://ccafs.cgiar.org/">Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria</a> en un área de cultivo de trigo localizada en México ha demostrado que una aplicación más precisa de nitrógeno disminuye significativamente las emisiones y vertidos asociados a su uso. Todo ello sin afectar a las cosechas.</p>
<p>Algunos investigadores estudian y promueven prácticas responsables para ayudar a los agricultores a emplear los fertilizantes de una forma más eficiente. Para ello analizan la cantidad de nitrógeno presente en el suelo y el clima. Han probado sensores portátiles capaces de calcular el nitrógeno que necesitan las plantas, lo que pueden indicar a los agricultores la cantidad óptima de fertilizante que deben emplear. </p>
<p>En 2017 y 2018, agricultores mexicanos del Valle de Yaqui ya usaron dispositivos con sensores similares acoplados en drones para obtener recomendaciones sobre las necesidades de fertilizante de más de 400 hectáreas de cultivos de trigo.</p>
<p><em><strong>Controlar la deforestación desde el cielo:</strong></em> Se estima que la agricultura fue, entre 2000 y 2010, responsable del <a href="https://ccafs.cgiar.org/blog/agriculture-destabilizing-earth-system-according-recent-study">80%</a> de la deforestación mundial.</p>
<p>La producción de aceite de palma, que se emplea en infinidad de productos, desde el pan hasta el helado, es uno de los principales causantes de la deforestación. Los agricultores de los países productores destruyen bosques constantemente para plantar palmas de aceite.</p>
<p>El <a href="https://www.cifor.org/">Centro para la Investigación Forestal Internacional</a> ha elaborado un <a href="https://www.reuters.com/article/us-palmoil-forests-borneo-data/borneo-atlas-to-help-palm-oil-buyers-check-on-forest-damage-idUSKBN1DO0ZJ">mapa</a> que permite el control de prácticas no sostenibles. Este cuenta con una herramienta, conocida como “Atlas de Borneo”, que muestra, a través de imágenes por satélite actualizadas con regularidad, el impacto que tienen las 467 plantaciones extractoras de aceite de palma de la isla en las áreas forestales cercanas. También cualquier indicio de expansión de las plantaciones existentes.</p>
<p>El objetivo es que esta mayor transparencia promueva la eliminación de prácticas no sostenibles en las cadenas de abastecimiento por parte de las compañías.</p>
<p><em><strong>Reciclar aguas residuales:</strong></em> <a href="https://ccafs.cgiar.org/blog/agriculture-destabilizing-earth-system-according-recent-study">Alrededor de un 84%</a> del agua dulce del mundo se destina a la agricultura. Se espera que para 2030 la demanda agraria de agua será <a href="https://farmingfirst.org/Post2015-Food">superior a la cantidad de agua disponible</a>, dejando totalmente desabastecida la demanda para uso doméstico.</p>
<p><a href="http://unesdoc.unesco.org/images/0024/002475/247553e.pdf">Más de la mitad</a> del agua dulce del mundo acaba convertida en residuos inutilizables. Por este motivo, el <a href="http://www.iwmi.cgiar.org/">Instituto Internacional de Gestión del Agua</a> ha estudiado hasta 24 propuestas para la reutilización de aguas residuales de manera que esta resulte rentable.</p>
<p><a href="https://www.routledge.com/Resource-Recovery-from-Waste-Business-Models-for-Energy-Nutrient-and/Otoo-Drechsel/p/book/9781138016552">En Bangladesh</a>, por ejemplo, el agua residual de un complejo hospitalario, que normalmente habría acabado vertida en un río cercano, ha sido reutilizada en la producción de alimentos ricos en proteínas para la cría de peces. </p>
<p>Los beneficios de la venta de estos peces rápidamente superaron los costes del proceso, de manera que la propuesta comportó ventajas tanto a nivel económico como de seguridad alimentaria para la zona.</p>
<h2>Saldar nuestra deuda</h2>
<p>La naturaleza es implacable, como el cobrador del frac. Pero como reflejan estos proyectos, y otros tantos gestionados por científicos de todo el mundo, la humanidad no está perdida. Todavía nos quedan muchas opciones por explorar para conseguir un sistema alimentario más sostenible y saldar nuestra deuda con el planeta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/101066/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Elwyn Grainger-Jones is the Executive Director of the CGIAR System Organization, which receives funding from a wide range of donors (for all donors, please visit <a href="https://www.cgiar.org/">https://www.cgiar.org/</a>).</span></em></p>Los sistemas de producción deben transformarse para producir alimentos más nutritivos con una menor huella ambiental.Elwyn Grainger-Jones, Executive Director, CGIAR System Organization, CGIAR System OrganizationLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.