El efecto que la educación tiene sobre la salud va mucho más allá del acceso a determinados puestos de trabajo o estatus socioeconómico. Un buen nivel educativo se asocia a hábitos más saludables.
Ciertos rasgos de la personalidad nos pueden hacer engordar. Pero al analizar los factores que contribuyen a la obesidad también hay que tener en cuenta factores socioeconómicos.
Ser mujer, vivir en condiciones de hacinamiento, trabajar o cuidar de otros familiares, tener una madre que terminó estudios secundarios o acceso a internet determinan los resultados de las pruebas.
Aunque nos gusta pensar que somos libres para tomar nuestras propias decisiones (dónde y cómo vivir y qué comer), la ciencia advierte que hay múltiples factores que influyen sobre nuestras acciones. Como por ejemplo, nuestra ciudad o nuestro barrio.
Una nueva investigación pone el foco de la promoción de un estilo de vida saludable en los adultos para evitar el desarrollo de obesidad en los niños que les rodean.
Manuel Flores, Universitat Internacional de Catalunya
Ofrecer una oportunidad en la niñez ayuda a reducir las desigualdades en la edad adulta. No es solo equidad: es también eficiencia social. Porque el talento lo puede tener cualquiera, sin importar sus orígenes.
Pablo Agnese, Universitat Internacional de Catalunya
Más allá de sus efectos devastadores, sucesos como un desastre natural, una guerra o una pandemia, son transitorios e infrecuentes y así deben ser las medidas que se tomen para combatirlos.