tag:theconversation.com,2011:/us/topics/artico-56246/articlesÁrtico – The Conversation2024-03-06T21:36:22Ztag:theconversation.com,2011:article/2234762024-03-06T21:36:22Z2024-03-06T21:36:22ZLos icebergs también tienen nombre<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/578913/original/file-20240229-22-90a599.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=97%2C71%2C2444%2C1914&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/arch-iceberg-greenland-136642742">Henri Vandelanotte/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Los icebergs son masivos bloques de hielo que se desprenden de glaciares, tanto en el Ártico como en la Antártida, y flotan en los océanos. </p>
<p>En el Ártico, el ejemplo más famoso es el del iceberg vinculado al trágico desenlace del Titanic. Tras la desafortunada colisión y hundimiento de este crucero en 1912, los gobiernos tomaron medidas, dando lugar a la primera convención para la seguridad de la vida humana en el mar (SOLAS, por sus siglas en inglés) en 1914. </p>
<p>Asimismo, <a href="https://www.navcen.uscg.gov/international-ice-patrol-about-us">la Patrulla Internacional del Hielo</a> (IIP, por sus siglas en inglés) se formó para monitorear los icebergs en el Atlántico Norte y proporcionar productos de alerta relevantes a la comunidad marítima.</p>
<h2>Patrullando los icebergs</h2>
<p>La Patrulla Internacional del Hielo utiliza la posición prevista de los icebergs con círculos de error asociados para determinar los “límites de todo el hielo conocido”, haciendo énfasis especialmente en los bordes sureste, sur y suroeste de su área de operación (<a href="https://apps.dtic.mil/sti/tr/pdf/ADA300151.pdf">desde latitud 40 °N a 52 °N y longitud de 39 °W a 57 °W</a>). </p>
<p>A diferencia de lo que sucede en la Antártida, en el Ártico no existe un sistema centralizado de nombres para icebergs. Esto es debido a la naturaleza menos constante y estructurada que tienen los bloques de hielo en esta región, que son más pequeños y se forman de manera más dispersa. Además, el Ártico tiene menos actividad humana y estaciones de investigación.</p>
<p>El océano Ártico es hogar de varios tipos de icebergs, procedentes de plataformas de hielo canadienses, el archipiélago noruego de Svalbard y diversas ubicaciones en el Ártico ruso. También hay glaciares, como el Glaciar Columbia en Alaska, que generan a su vez otros icebergs, aunque estos no viajan muy lejos desde su punto de origen. </p>
<p>En la actualidad, la mayoría de los icebergs del Ártico tienen su origen en los glaciares de la capa de hielo de Groenlandia, <a href="https://navcen.uscg.gov/international-ice-patrol-oceanography">los cuales generalmente viajan hacia el Atlántico Norte</a>.</p>
<h2>Los icebergs de la Antártida tienen nombre propio</h2>
<p>En la Antártida se empezaron a monitorear los icebergs unos años más tarde que en el Ártico. La peculiaridad es que, en esta región del sur, cuando estos colosos del hielo comienzan a derivar, se les asigna un nombre.</p>
<p>Los datos de icebergs rastreados están disponibles desde 1978 hasta el presente en el Centro Nacional del Hielo de Estados Unidos (US NIC, por sus siglas en inglés), responsable de nombrar y monitorear semanalmente los icebergs. Para incluir el movimiento del iceberg en la base de datos <a href="https://ieeexplore.ieee.org/document/5692913">se exige cumplir tres requisitos</a>: </p>
<ol>
<li><p>El iceberg debe presentar longitudes superiores a 18,5 kilómetros a lo largo de su eje mayor.</p></li>
<li><p>El avistamiento más reciente debe haber ocurrido en los últimos 30 días.</p></li>
<li><p>La posición del iceberg debe estar al sur de la latitud 60 ºS.</p></li>
</ol>
<h2>¿Cómo se nombran los icebergs? Por cuadrantes</h2>
<p>El interés por el seguimiento de estos enormes bloques de hielo no se limita a la comunidad marítima. También atrae la atención de científicos y expertos en ingeniería que buscan comprender su posición y comportamiento <a href="https://icaci.org/files/documents/ICC_proceedings/ICC2009/html/nonref/20_15.pdf">para tenerlos en cuenta en sus actividades de campo</a>. Con el fin de facilitar una comunicación efectiva entre científicos, organizaciones y el público en general, se optó por asignarles nombres distintivos. </p>
<p>Es importante destacar que no se trata de nombres con connotaciones de género, como los utilizados en el pasado para fenómenos meteorológicos como las borrascas. En el contexto antártico, los icebergs reciben denominaciones basadas en los cuadrantes donde fueron avistados inicialmente: A, B, C y D. <a href="https://usicecenter.gov/Resources/AntarcticIcebergs">Cada iceberg se identifica con la letra de su cuadrante antártico de origen, seguida de un número secuencial</a>. </p>
<ul>
<li><p>A = 0-90 ºW (Bellingshausen/Mar de Weddell) </p></li>
<li><p>B = 90 ºW-180 (Amundsen/Mar de Ross Oriental) </p></li>
<li><p>C = 180-90 ºE (Mar de Ross occidental/Wilkesland) </p></li>
<li><p>D = 90 ºE-0 (Amery/Mar de Weddell Oriental)</p></li>
</ul>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/579689/original/file-20240304-28-cobzap.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/579689/original/file-20240304-28-cobzap.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/579689/original/file-20240304-28-cobzap.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/579689/original/file-20240304-28-cobzap.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/579689/original/file-20240304-28-cobzap.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/579689/original/file-20240304-28-cobzap.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/579689/original/file-20240304-28-cobzap.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Mapa de los cuadrantes antárticos utilizados para la denominación de icebergs. La región en gris claro representa la plataforma de hielo permanente, mientras que la región en gris oscuro corresponde al continente.</span>
<span class="attribution"><a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por ejemplo, si un iceberg fue avistado inicialmente en el cuadrante A, se le asigna el nombre A-68 si es el iceberg número 68 en la secuencia de avistamientos. En casos en los que se desprenden fragmentos de icebergs ya nombrados, se les añaden letras de manera secuencial como en la imágen: A-68A, A-68B, A-68C, etc. </p>
<p>Este sistema proporciona una metodología clara y eficiente para la identificación y seguimiento de los icebergs. También garantiza una comunicación precisa y comprensible entre los distintos actores involucrados en el estudio de estos fenómenos marinos.</p>
<h2>¿Cuántos icebergs hay?</h2>
<p>Debido a la imprevisibilidad del desprendimiento de icebergs y sus diferentes grados de fusión, resulta difícil prever su progreso. No obstante, la base de datos de icebergs proporcionada por la Universidad Brigham Young ofrece información de monitoreo desde julio de 1978 hasta agosto de 2023 con 363 icebergs.</p>
<p>Esto supone la formación de aproximadamente 8 icebergs al año si uno asume un ritmo constante de formación (<a href="https://www.scp.byu.edu/iceberg/">161 icebergs en el cuadrante A, 107 en el B, 58 en el C, y 37 en el D</a>). Añadiendo los datos desde agosto de 2023 a enero de 2024, se formaron 5 icebergs más: <a href="https://polarwatch.noaa.gov/erddap/tabledap/usnic_weekly_iceberg.html">1 en el cuadrante A y 4 en el D</a>. </p>
<p>Si les interesa saber qué icebergs están siguiendo a día de hoy, pueden hacerlo desde <a href="https://usicecenter.gov/Products/AntarcIcebergs">este enlace</a>.</p>
<h2>¿Cuánto ‘viven’ y qué tamaños alcanzan?</h2>
<p>Existen muchos tamaños, pero gracias al monitoreo sabemos que el iceberg más grande hasta la fecha <a href="https://www.researchgate.net/publication/371023030_Possible_Seismogenic-Trigger_Mechanism_of_Activation_of_Glacier_Destruction_Methane_Emission_and_Climate_Warming_in_Antarctica">ha sido el B-15</a>, con una área superficial de 11 000 kilómetros cuadrados, similar al tamaño de la isla de Jamaica. </p>
<p>Por otra parte, la vida media de un iceberg también puede variar y depende de factores como el tamaño inicial del iceberg, las condiciones climáticas y las corrientes oceánicas. Los icebergs pueden durar desde unos pocos días hasta varios años. Algunas fuentes <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/journal-of-glaciology/article/melting-of-ice-shelves-and-the-mass-balance-of-antarctica/B4841D1BF7AD77C197F8FDA33BE9936C">hablan de un promedio de tres a seis años</a>. No obstante, algunos icebergs sobrepasan este valor, como el iceberg A-23A, cuyo monitoreo <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29760118/">contiene información de hace ya más de tres décadas</a>.</p>
<h2>¿Qué pasará con el cambio climático?</h2>
<p>El calentamiento acelerado alrededor de la península Antártica está desencadenando consecuencias impactantes <a href="https://tc.copernicus.org/articles/4/77/2010/tc-4-77-2010.html">como el colapso de plataformas de hielo</a> y el retroceso significativo del 87 % de los glaciares. </p>
<p><a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1029/2010JB007607">Hay una gran pérdida anual de hielo que alcanza las 41,5 gigatoneladas</a>. Esta cantidad sería equivalente al volumen que el río Támesis desagua en aproximadamente una semana. La inestabilidad de los glaciares después de estos colapsos plantea preocupaciones sobre el futuro de la capa de hielo de la Antártida Occidental.</p>
<p>¿Cómo se vincula esta información con los icebergs? La hipótesis de la inestabilidad de la capa de hielo marina sugiere que el calentamiento atmosférico y oceánico <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.1169335">podría desencadenar un aumento en el derretimiento y en el retroceso de la capa de hielo</a>. Esto generaría más icebergs y contribuiría al aumento del nivel del mar al crear un ciclo de retroalimentación positiva. </p>
<p>Estos eventos resaltan la urgencia de abordar el cambio climático para mitigar sus impactos en la región antártica y sus consecuencias globales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/223476/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Veny recibe fondos del el gobierno de Canarias (Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo, Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información) a través de una beca de doctorado (TESIS2021010025). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Borja Aguiar González y Francisco José Machín Jiménez no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Estos enormes bloques de hielo se nombran para informar a científicos y navegantes. Aunque existen cientos, el cambio climático podría hacer que su número aumente.Marta Veny, Personal Investigador en Formación, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaBorja Aguiar González, Personal Docente e Investigador, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaFrancisco José Machín Jiménez, Profesor Titular de Universidad. Oceanógrafo Físico, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1975492023-02-09T19:01:52Z2023-02-09T19:01:52ZEl calentamiento global aumenta el riesgo de tsunamis en el Ártico<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/506342/original/file-20230125-24-svn81o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5491%2C3647&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Una calle de Longyearbyen con montaña al fondo, en el archipiélago Svalbard, en Noruega.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/landscape-deserted-longyearbyen-city-nobody-blue-662422873">Shutterstock / ginger_polina_bublik</a></span></figcaption></figure><p>Uno de los peligros geológicos más comunes en las laderas submarinas de los márgenes continentales del Ártico son los deslizamientos de tierra. Estos ocurren cuando se desploma el suelo y se mueven gran cantidad de sedimentos desde las zonas más someras hasta las profundidades del océano.</p>
<p>Entre los muchos deslizamientos cartografiados hasta la fecha, algunos se encuentran entre los más grandes de la historia del planeta y generaron importantes tsunamis. Como veremos más adelante, el <a href="https://theconversation.com/es/topics/calentamiento-global-56251">calentamiento global</a> aumenta las probabilidades de que estos sucesos catastróficos vuelvan a producirse dentro de poco. </p>
<p>Hace quince años, durante el <a href="https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/recursos/pag-web/materiales-educativos/planeta_tierra.aspx">Año Internacional del Planeta Tierra (2008)</a>, ya se puso de manifiesto que necesitamos urgentemente sistemas de previsión sobre el comportamiento de los márgenes continentales polares en las próximas décadas. <a href="http://www.ipacuicultura.com/noticias/publicaciones/81342/el_oceano_que_queremos_ciencia_oceanica_inclusiva_y_transformadora_.html">Para ello es necesario mejorar el conocimiento de sus fondos marinos</a>.</p>
<h2>Anatomía de un tsunami del pasado</h2>
<p>En este contexto se sitúa el <a href="https://nhess.copernicus.org/articles/22/3839/2022">estudio</a> realizado por científicos de la Universidad de Granada, el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC y el grupo EDANYA de la Universidad de Málaga, basado en observaciones geológicas y modelos matemáticos. </p>
<p>Hemos modelizado el antiguo deslizamiento submarino Storfjorden SL-1, situado al sur de las islas Svalbard (Noruega), que tuvo lugar hace unos 200 000 años. Según las conclusiones de esta reconstrucción, Storfjorden SL-1 desencadenó un tsunami con olas de hasta 4,3 metros de altura, que llegaron a las costas de las Svalbard en 50 minutos, como puede apreciarse <a href="https://av.tib.eu/media/56982">en esta visualización</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Mapa de localización del deslizamiento Storfjorden LS-1 (rectángulo rojo). Los polígonos grises representan otros importantes deslizamientos submarinos localizados sobre los márgenes de las Svaldbard (Kongsfjorden), Barents (Storfjorden LS-1, Bjørnøya) y Noruega (Andøya,Trænadjupet y Nyk). Extraído de Google Earth.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Las olas de un <a href="https://theconversation.com/podria-ocurrir-un-tsunami-en-espana-173192">tsunami</a> son diferentes a las que levantan un fuerte viento o una tormenta. Las primeras afectan a toda la columna de agua, mientras que las segundas alteran entre centímetros y decenas de metros. Además, la longitud de onda de las olas de un tsunami puede extenderse cientos de kilómetros, frente a las decenas de metros que registran las convencionales.</p>
<p>Por lo tanto, el volumen de agua desplazado por uno de estos sucesos es enorme; de ahí su capacidad de producir inundaciones calamitosas en las zonas costeras.</p>
<p>La modelización de la dinámica de antiguos deslizamientos y su capacidad de producir tsunamis se realiza con datos batimétricos y geotécnicos. Esto quiere decir que a partir de la deformación del fondo marino, los investigadores calculan su efecto en la masa de agua, las olas que se generan y cómo se propagan. </p>
<p>Las características finales están condicionadas por el relieve del fondo marino, que puede suavizar o acentuar el tamaño de las olas y determinar cuándo alcanzan la costa y qué impacto tienen.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=503&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=503&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=503&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=632&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=632&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=632&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Diagrama esquemático que representa un tsunami generado por un deslizamiento submarino.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Terremotos y gases liberados, principales detonantes</h2>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0012821X06001865">Aún no se comprenden muy bien todos los factores</a> que contribuyen a los deslizamientos submarinos en los márgenes continentales del Ártico. Estos márgenes se caracterizan por la superposición de sedimentos glaciares poco consolidados y capas de arcillas que provienen principalmente del deshielo. Al ser más débiles e impermeables, dichas capas arcillosas favorecen la ruptura del terreno.</p>
<p>Los principales procesos detonantes de los deslizamientos son los terremotos y la descomposición de los <a href="http://archivo-es.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/cambio_climatico/Final%20gas%20hydrates_ESP.pdf">hidratos de gas</a> (básicamente, hielo con gas atrapado en su estructura molecular) que se encuentran intercalados en los sedimentos glaciares. </p>
<p>Ambos fenómenos se ven favorecidos por el calentamiento global. En primer lugar, el aumento de las temperaturas libera gas y provoca un aumento de la presión entre los poros del sedimento –también conocida como presión intersticial–, lo que reduce la tensión efectiva y la estabilidad de las laderas submarinas. </p>
<p>Y en segundo lugar, el deshielo aumenta la frecuencia de seísmos debido al ajuste isostático postglacial, que produce la elevación de masas terrestres anteriormente presionadas por el enorme peso de los glaciares. </p>
<h2>La importancia de modelizar tsunamis</h2>
<p><a href="https://link.springer.com/book/10.1007/978-94-007-2162-3">La mayoría de los deslizamientos en el Ártico</a> se produjeron durante la transición entre el Último Máximo Glacial (cuando las masas de hielo alcanzaron su máxima extensión durante el último periodo glacial, hace unos 20 000 años) y el periodo interglacial, denominado Holoceno (que empezó hace aproximadamente 11 500 años).</p>
<p>Sin embargo, el actual aumento de las temperaturas establece las condiciones perfectas para generar deslizamientos con impacto de tsunami, como Storfjorden SL-1, en un futuro cercano. Estos eventos pueden representar un peligro no solo para las infraestructuras de explotación de hidrocarburos y energías renovables, sino también para las poblaciones costeras del noroeste de Europa. </p>
<h2>Más investigaciones para evitar el desastre</h2>
<p>En la actualidad, <a href="http://www.aksik.org/node/3592">el archipiélago de Svalbard</a> es precisamente una de las regiones árticas que más rápidamente se está calentando. Son especialmente vulnerables las zonas con plataformas continentales estrechas, que tienen escarpes de deslizamientos muy cercanos a la costa.</p>
<p>Esto conlleva la necesidad de mejorar la investigación en el medio marino de los márgenes continentales del Ártico. La modelización de antiguos deslizamientos con impacto de tsunami es necesaria para establecer nuevas perspectivas en la evaluación y mitigación del peligro y diseñar futuras estrategias de alerta temprana.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/197549/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Está investigación ha financiada con los siguientes proyectos:
- Spanish IPY projects SVAIS (no. POL2006-07390/CGL) and IPY-NICE STREAMS (no. CTM2009-06370-E/ANT; Neogene ice streams and sedimentary processes on high-latitude continental margins, no. 367).
- Proyecto PAPEL (no. B-RNM-301-UGR18).
- Proyecto AGORA (no. P18-RT-3275) (Junta de Andalucía, FEDER y Universidad de Granada).
- Proyecto GOLETA PID2019-108880RJ-I00 / AEI / 10.13039/501100011033
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Gemma Ercilla Zarraga recibe fondos de: Spanish IPY projects SVAIS (no. POL2006-07390/CGL) and IPY-NICE STREAMS (no. CTM2009-06370-E/ANT; Neogene ice streams and sedimentary processes on high-latitude continental margins, no. 367). - Proyecto AGORA (no. P18-RT-3275) (Junta de Andalucía, FEDER y Universidad de Granada).-Proyecto GOLETA PID2019-108880RJ-I00 / AEI / 10.13039/501100011033</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jesús Galindo Zaldivar recibe fondos de Spanish IPY projects SVAIS (no. POL2006-07390/CGL) and IPY-NICE STREAMS (no. CTM2009-06370-E/ANT; Neogene ice streams and sedimentary processes on high-latitude continental margins, no. 367). - Proyecto AGORA (no. P18-RT-3275) (Junta de Andalucía, FEDER y Universidad de Granada).-Proyecto GOLETA PID2019-108880RJ-I00 / AEI / 10.13039/501100011033</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jose Manuel Gonzalez Vida y Sergio Ortega Acosta no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Un equipo de investigación ha reconstruido un tsunami que asoló las costas árticas hace unos 200 000 años. El cambio climático aumenta las posibilidades de que vuelvan a repetirse estos sucesos catastróficos.María Teresa Pedrosa González, Geóloga marina. Investigadora, Universidad de GranadaGemma Ercilla Zarraga, Investigadora Científica del CSIC. Geologa marina, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Jesús Galindo-Zaldivar, Catedrático de Geodinámica Interna, Universidad de GranadaJose Manuel Gonzalez Vida, Profesor Titular en el Dpto. de Matematica Aplicada de la UMA, Universidad de MálagaSergio Ortega Acosta, Profesor de Matemática Aplicada, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1767182022-03-08T19:14:39Z2022-03-08T19:14:39Z¿En qué se parece este liquen antártico al explorador Ernest Shackelton?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/445721/original/file-20220210-50318-j7rgxl.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C9%2C3250%2C2437&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Liquen Mastodia en una colonia de pingüino papúa.</span> <span class="attribution"><span class="source">José Ignacio García-Plazaola</span></span></figcaption></figure><p>La Antártida, el gran “continente blanco”, es uno de los lugares <a href="https://theconversation.com/la-antartida-la-ultima-frontera-para-la-pandemia-152427">más inhóspitos para la vida terrestre de todo el planeta</a>. La mayor parte de los pocos seres vivos que la habitan se concentran en las costas, junto al océano Glacial Antártico. En este ambiente hostil solo aquellos seres más tolerantes consiguen sobrevivir gracias, casi siempre, a los recursos que aporta el mar. Así lo han hecho algunos grandes exploradores polares <a href="https://theconversation.com/un-oceano-singular-la-riqueza-ecologica-del-antartico-y-su-importancia-para-el-clima-global-151503">y también algunos pequeños organismos</a>.</p>
<p>Un buen ejemplo de ello lo representa el capitán Ernest Shackleton. En 1915 quedó atrapado, junto a su tripulación, por el hielo marino del invierno antártico. Vivieron una de las epopeyas más imposibles en la historia de la exploración polar. En su épica aventura, la tripulación se vio obligada a permanecer un segundo invierno en Isla Elefante (Shetland del Sur), pero todos sus integrantes sobrevivieron a las duras condiciones ambientales durante más de un año. </p>
<p>Cuando llegaron a la isla, exploraron varios tramos de costa. Finalmente, decidieron refugiarse cerca de una colonia de pingüinos en un lugar al que llamaron Point Wild. Allí consiguieron todo lo necesario (refugio, alimento y combustible), hasta que finalmente fueron rescatados varios meses después.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/445800/original/file-20220210-18404-1d5gosd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/445800/original/file-20220210-18404-1d5gosd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=369&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/445800/original/file-20220210-18404-1d5gosd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=369&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/445800/original/file-20220210-18404-1d5gosd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=369&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/445800/original/file-20220210-18404-1d5gosd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=463&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/445800/original/file-20220210-18404-1d5gosd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=463&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/445800/original/file-20220210-18404-1d5gosd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=463&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Tripulación del Endurance llegando a Isla Elefante.</span>
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<p>Su vida diaria en un entorno tan complicado no se centró únicamente en la obtención de recursos alimenticios y energéticos. También mantuvieron sus rutinas y entretenimientos. De hecho, el biólogo de la expedición, Robert Clark, recogió algunas especies de musgos y líquenes entre sus anotaciones. Curiosamente, no anotó en su lista una especie que probablemente compartía con ellos aquella playa de Point Wild y que, como ellos, sigue una estrategia prodigiosa para sobrevivir en la Antártida: el liquen <em>Mastodia tessellata</em>. </p>
<h2>Pero ¿qué es un liquen?</h2>
<p>Los líquenes son pequeños seres enigmáticos formados por la íntima asociación o “simbiosis” entre, al menos, <a href="https://theconversation.com/una-manzana-es-el-fruto-del-arbol-pero-que-son-las-algas-que-comemos-163856">un alga</a> y un hongo. </p>
<p>La asociación es tan exitosa que los líquenes son los principales organismos fotosintéticos en algunos de los lugares más extremos de la Tierra, como es el caso de las cumbres del Himalaya, las regiones polares y los desiertos de Atacama y Kalahari. En la Antártida, por ejemplo, viven más de 400 especies diferentes de líquenes y tan solo 2 de plantas. </p>
<p>En la “asociación liquénica” el alga realiza la fotosíntesis y aporta azúcares a su <em>socio</em>, el hongo. Este por su parte, aporta protección y otros recursos al alga. Así, ambos componentes salen beneficiados de esta interacción, que se considera por ello “mutualista”. </p>
<p>Sin embargo, como en muchas otras asociaciones entre especies, es difícil, y a veces arbitrario, definir lo que es el mutuo beneficio. Los humanos damos protección y alimentos al ganado, y este nos proporciona carne, leche y lana. ¿Es eso un mutualismo o somos sus parásitos?</p>
<h2>Un liquen excepcional</h2>
<p>Esa cuestión ha intrigado a los expertos durante años al estudiar el caso de <em>Mastodia</em>, ya que la interacción entre el hongo y el alga que la forman es muy particular. </p>
<p><em>Mastodia</em> es una especie excepcional por varias razones. De las aproximadamente 20 000 especies de líquenes descritas en el planeta, solo dos están formadas por un alga macroscópica. <em>Mastodia</em> es una de ellas y <em>Prasiola</em>, su alga. </p>
<p><em>Prasiola</em> vive tanto de forma libre como asociada a un hongo (es decir, en forma de <em>Mastodia</em>) y, frecuentemente, ambas coexisten en el mismo lugar. Así, la pareja <em>Prasiola-Mastodia</em> representa un modelo excepcional para estudiar los beneficios y desventajas de la simbiosis. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/445782/original/file-20220210-45987-1r1wvmb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/445782/original/file-20220210-45987-1r1wvmb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/445782/original/file-20220210-45987-1r1wvmb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/445782/original/file-20220210-45987-1r1wvmb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/445782/original/file-20220210-45987-1r1wvmb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/445782/original/file-20220210-45987-1r1wvmb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/445782/original/file-20220210-45987-1r1wvmb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/445782/original/file-20220210-45987-1r1wvmb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"><em>Mastodia</em> (color marrón) y <em>Prasiola</em> (color verde) creciendo entremezcladas en el suelo de una colonia de pingüinos en la Isla Livingston.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Beatriz Fernández-Marín</span></span>
</figcaption>
</figure>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/446045/original/file-20220212-21-pzoj3p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/446045/original/file-20220212-21-pzoj3p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/446045/original/file-20220212-21-pzoj3p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/446045/original/file-20220212-21-pzoj3p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/446045/original/file-20220212-21-pzoj3p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/446045/original/file-20220212-21-pzoj3p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/446045/original/file-20220212-21-pzoj3p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Visión al microscopio de <em>Prasiola</em> y <em>Mastodia</em>. El color más oscuro de <em>Mastodia</em> se debe al desarrollo del hongo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Sergio Pérez-Ortega</span></span>
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</figure>
<p><em>Mastodia</em> también destaca por su distribución bipolar, es decir, su presencia en el ártico (Alaska) y en la Antártida. Probablemente las aves marinas son responsables de su dispersión, ya que varias especies migran anualmente de polo a polo. </p>
<p>Esta hipótesis la refuerza el hecho de que <em>Mastodia</em>, al igual que hizo la tripulación del <em>Endurance</em>, vive en las costas y busca la proximidad de las colonias de pingüinos y otras aves. Por esta preferencia, <em>Mastodia</em> se considera una especie ornitocoprófila. Es decir, una especie favorecida por los nutrientes de los excrementos de las aves.</p>
<p>Cuando llegaron a Elefante, los hombres de <em>Shackleton</em> voltearon sus embarcaciones y crearon un entorno más cálido y seguro para refugiarse. De modo análogo, <a href="https://academic.oup.com/aob/article/124/7/1211/5573045">hemos constatado</a> cómo <em>Prasiola</em> disfruta de su protección al asociarse con el hongo. </p>
<p>La interacción con el hongo baja la temperatura a la que el alga se congela y reduce los efectos negativos de la congelación en su metabolismo. Como contrapartida, la interacción baja la eficiencia de la fotosíntesis, ya que el alga tiene que alimentar al hongo. </p>
<p>De esta forma ambos integrantes de la asociación resultan beneficiados de momento. Pero ¿qué pasaría en un entorno donde las temperaturas ya no fueran tan bajas?</p>
<p>Tanto <em>Mastodia</em> como la tripulación del <em>Endurance</em> encontraron soluciones adecuadas para subsistir en el entorno Antártico. Sin embargo, <a href="https://theconversation.com/informe-ipcc-restaurar-y-conservar-los-oceanos-es-insuficiente-si-no-frenamos-el-cambio-climatico-178003">en un contexto de condiciones ambientales cambiantes</a>, esas soluciones podrían perder su efectividad. </p>
<p>Por ejemplo, el progresivo calentamiento climático podría afectar la relación entre <em>Prasiola</em> y <em>Mastodia</em>. Con temperaturas más cálidas, el precio a pagar al hongo podría no verse compensado por los beneficios de su protección. Mayores temperaturas podrían alterar también las poblaciones de aves que les aportan nutrientes. </p>
<p>¿Hacia qué dirección y en qué medida afectarán esos cambios a <em>Prasiola</em> y a <em>Mastodia</em>? Es algo que aún debemos seguir estudiando.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176718/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Ignacio García Plazaola recibe fondos de Ministerio de Ciencia e Innovación (PGC2018-
093824-B-C44) y Gobierno Vasco (UPV/EHU IT-1018-16)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Beatriz Fernández-Marín recibe fondos de PGC2018-093824-B-C44, Ministerio de
Ciencia, Innovación y Universidades (MCIU, Spain) y el European Regional
Development Fund (ERDF). </span></em></p>La interacción con el hongo baja la temperatura a la que el alga se congela y reduce los efectos negativos de la congelación en su metabolismo. Pero, ¿qué pasaría si cambia la temperatura?José Ignacio García Plazaola, Profesor de Fisiología Vegetal, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaBeatriz Fernández-Marín, Assistant lecturer, Universidad de La LagunaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1515052020-12-14T20:05:53Z2020-12-14T20:05:53ZOcéano Ártico: el cambio climático lo está inundando de luz (y de nuevas especies)<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/374770/original/file-20201214-19-78z6ll.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=4%2C0%2C2991%2C1998&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un barco navega de noche junto a grandes icebergs en el este de Groenlandia.</span> <span class="attribution"><span class="source">AP Photo / Felipe Dana</span></span></figcaption></figure><p>Con solo 14 millones de kilómetros cuadrados, el océano Ártico es el más pequeño y menos profundo de los océanos del mundo. También es el más frío. Una inmensa balsa de hielo marino flota cerca de su centro y se expande durante sus inviernos largos, fríos y oscuros, y del mismo modo se reduce durante el verano, cuando el sol alcanza una mayor altura sobre el horizonte.</p>
<p>Todos los años, normalmente en septiembre, la capa de hielo se reduce a su menor tamaño. El valor de 2020 fue de unos escasos <a href="https://www.nasa.gov/feature/goddard/2020/2020-arctic-sea-ice-minimum-at-second-lowest-on-record">3,74 millones de kilómetros cuadrados</a>, la segunda menor cifra en 42 años y apenas de la mitad de la extensión que había en 1980. Cada año, debido al calentamiento global, el Ártico se va quedando con menos hielo. </p>
<p>Los efectos del cambio climático se notan en todo el mundo, pero en ningún lugar del planeta de forma tan dramática como en el Ártico. Este se está calentando <a href="https://theconversation.com/siberia-heatwave-why-the-arctic-is-warming-so-much-faster-than-the-rest-of-the-world-141455">entre dos y tres veces más rápido</a> que cualquier otro lugar de la Tierra, lo que está provocando grandes cambios en dicho océano, en sus ecosistemas y en la forma de vida de los cuatro millones de personas que habitan la zona.</p>
<hr>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<p><strong><em>Este artículo forma parte de Oceans 21,</em></strong> <em>una serie sobre los océanos del mundo que nos lleva a explorar las antiguas rutas comerciales del océano Índico, la contaminación de plásticos en el Pacífico, la luz y la vida en el Ártico, la pesca en el Atlántico y la influencia del océano Antártico en el clima global. La red de colaboradores internacionales de The Conversation pone estos textos a su alcance.</em></p>
<p>Algunos de estos efectos son inesperados. El aumento de la temperatura del agua está empujando a muchas especies hacia el norte, hacia latitudes más elevadas. Y el hecho de que la capa de hielo sea más fina está haciendo que recorran el Ártico un mayor número de cruceros, mercantes y barcos de investigación. El hielo y la nieve pueden oscurecer casi por completo el agua que está bajo ellos, pero el cambio climático está permitiendo que los fondos marinos se inunden de luz.</p>
<h2>Luz artificial en la noche polar</h2>
<p>La luz es muy importante en el Ártico. Las algas, que están en la base de la cadena alimenticia de la región, se nutren de luz solar y sirven de comida a los peces. Y estos, a su vez, al ser el alimento de ballenas, osos polares y humanos, les aportan grasa y glucosa.</p>
<p>En las altas latitudes árticas, en pleno invierno, el sol no asoma por el horizonte durante las 24 horas. Es la denominada noche polar, y en el polo Norte, el año se reduce a un día que dura seis meses y a una noche de idéntica duración.</p>
<p>En otoño de 2006, antes de la congelación de los fiordos, un grupo de científicos que estudiaba los efectos de la pérdida de hielo desplegó observatorios (instrumentos anclados a una boya) en un fiordo del Ártico. Cuando el periodo de recogida de muestras comenzó en la primavera de 2007, los observatorios llevaban anclados en el mismo lugar seis meses, recogiendo datos en la larga e implacable noche polar.</p>
<p>Y lo que descubrieron lo cambió todo.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/354039/original/file-20200821-24-142ql6l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un hombre en un barco con una linterna observa la noche polar." src="https://images.theconversation.com/files/354039/original/file-20200821-24-142ql6l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/354039/original/file-20200821-24-142ql6l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/354039/original/file-20200821-24-142ql6l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/354039/original/file-20200821-24-142ql6l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/354039/original/file-20200821-24-142ql6l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/354039/original/file-20200821-24-142ql6l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/354039/original/file-20200821-24-142ql6l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La noche polar puede durar semanas e incluso meses en las latitudes más altas del Ártico.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.michaelosnyder.com/intothedark">Michael O. Snyder</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Hay vida en la oscuridad</h2>
<p>Hasta ese momento, los científicos habían dado por hecho que la noche polar no tenía mayor interés; la consideraban una especie de tiempo muerto en el que la vida permanecía inactiva y el conjunto del ecosistema se hundía en un <em>standby</em> frígido y oscuro. No se esperaba gran cosa de estas mediciones, y de ahí la sorpresa de los investigadores cuando los datos les mostraron que, durante este periodo, la vida no se detenía en absoluto. </p>
<p>El zooplancton ártico (animales microscópicos que se alimentan de algas) participan en un proceso denominado “migración vertical nictemeral”, que tiene lugar bajo el hielo al final de las noches polares. Las criaturas marinas de todos los océanos del mundo hacen lo mismo: se van a las profundidades durante el día, para que la oscuridad les proteja frente a posibles predadores, y luego por la noche suben a la superficie para alimentarse.</p>
<p>Los organismos toman como referencia la luz para realizar este proceso, por lo que la lógica dictaba que no serían capaces de hacerlo durante la noche polar. Pero ahora sabemos que la noche polar es una explosión de <a href="https://www.springer.com/gp/book/9783030332075">actividad biológica</a>; la vida continúa con sus ritmos normales en medio de la oscuridad. Las almejas se abren y cierran de forma cíclica, las aves marinas cazan sin apenas luz, las gambas y los caracoles marinos se reúnen en bosques de algas kelp para reproducirse… Y en cuanto a las especies que viven en aguas profundas, como la <a href="http://www.seawater.no/fauna/cnidaria/periphylla.html">medusa de casco</a>, suben a la superficie cuando está lo bastante oscuro como para poder esconderse de sus depredadores.</p>
<p>Es probable que la luna, las estrellas y las auroras boreales den pautas importantes a la mayoría de los organismos vivos y de este modo guíen sus comportamientos, sobre todo en las zonas del Ártico que no están cubiertas por hielo marino. Pero a medida que <a href="https://theconversation.com/siberia-heatwave-why-the-arctic-is-warming-so-much-faster-than-the-rest-of-the-world-141455">sube la temperatura del Ártico</a> y aumenta la actividad humana en la zona, en muchos lugares estas fuentes de luz natural se verán desplazadas por otras fuentes de luz artificial, mucho más potente. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Una miríada de luces color turquesa iluminan el cielo y se reflejan en el fiordo noruego situado bajo ellas." src="https://images.theconversation.com/files/369805/original/file-20201117-21-1w6y3lv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369805/original/file-20201117-21-1w6y3lv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=345&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369805/original/file-20201117-21-1w6y3lv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=345&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369805/original/file-20201117-21-1w6y3lv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=345&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369805/original/file-20201117-21-1w6y3lv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=434&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369805/original/file-20201117-21-1w6y3lv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=434&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369805/original/file-20201117-21-1w6y3lv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=434&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">La aurora boreal resplandece en el cielo de Tromsø (Noruega).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/northern-lights-aurora-borealis-sky-over-1667574898">Muratart/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Luz artificial</h2>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27386582/">Casi un cuarto</a> del territorio Ártico está expuesto durante la noche a luz artificial dispersa; una luz que rebota en la atmósfera y se <a href="https://theconversation.com/the-moon-and-stars-are-a-compass-for-nocturnal-animals-but-light-pollution-is-leading-them-astray-142301">vuelve a reflejar en la superficie</a>. De hecho, apenas quedan lugares realmente oscuros, ya que la luz procedente de ciudades, costas, carreteras y barcos es visible incluso desde el <a href="https://theconversation.com/aliens-could-light-and-noise-from-earth-attract-attention-from-outer-space-121073">espacio</a>.</p>
<p>La contaminación lumínica resulta perceptible incluso en las zonas escasamente pobladas del Ártico. Y es que, como consecuencia de la disminución del hielo, la región cada vez tiene más rutas marítimas, barcos pesqueros y explotaciones de gas y petróleo. Esto ha provocado una mayor presencia de luz artificial en lo que antes era una noche polar absolutamente cerrada. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/354037/original/file-20200821-20-1br36v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un barco de gran tamaño lleno de luces amarillas ilumina el agua congelada." src="https://images.theconversation.com/files/354037/original/file-20200821-20-1br36v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/354037/original/file-20200821-20-1br36v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/354037/original/file-20200821-20-1br36v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/354037/original/file-20200821-20-1br36v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/354037/original/file-20200821-20-1br36v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/354037/original/file-20200821-20-1br36v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/354037/original/file-20200821-20-1br36v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los seres vivos que durante millones de años se adaptaron a la noche polar de repente se han visto expuestos a luz artificial.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.michaelosnyder.com/intothedark">Michael O. Snyder</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Ningún organismo vivo ha tenido la oportunidad de adaptarse de forma adecuada a estos cambios, pues la evolución no reacciona en periodos de tiempo tan cortos. Durante milenios, los movimientos armónicos de la Tierra, el sol y la luna proporcionaron a los animales pautas fiables; tanto es así que una serie de comportamientos biológicos como las migraciones, la búsqueda de alimentos y la reproducción están muy vinculados a su grata predictibilidad.</p>
<p>En un <a href="https://www.nature.com/articles/s42003-020-0807-6.epdf?author_access_token=AhjhVJ9T-Ho3FU8ewme7A9RgN0jAjWel9jnR3ZoTv0NEMXGytZWyu7pRWgNA-Ls9S-OwEeIlQT_1cG84LQxJkHVlTII3ANzs3zXmrS-cLPS7or6UYLjEnyWFmnSN748A-DMYCYQKXSVtuY0VaRAieg%253D%253D">estudio reciente</a> realizado en el archipiélago ártico de Svalbard, entre la Noruega continental y el polo norte, se descubrió que las luces de un barco de investigación afectaron a peces y a zooplancton situados a al menos 200 metros de profundidad bajo el mar. Alterados por la repentina presencia de luz, las criaturas arremolinadas bajo la superficie del agua reaccionaron de forma extrema; algunas se pusieron a nadar hacia la luz, mientras que otras hicieron violentos esfuerzos por alejarse de ella.</p>
<p>Es difícil calcular el efecto que tendrán las luces artificiales de los barcos (que empezarán a navegar en mayor número por un Ártico cada vez con menos hielo) en los ecosistemas de la zona; unos ecosistemas que se adaptaron a la oscuridad antes incluso de que el hombre existiera. La cuestión de qué impacto tendrá la creciente presencia humana en el Ártico genera preocupación, pero hay otras cuestiones desagradables que ha de afrontar un investigador. Y es que, si la información que recogemos sobre este océano proviene de científicos que operan desde barcos llenos de luces, ¿hasta qué punto podría considerarse “natural” el ecosistema del que dan parte?</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/354036/original/file-20200821-22-54wul0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un barco de gran tamaño en el horizonte emite luz blanca hacia el cielo (visto desde un bloque de hielo que flota en el mar)." src="https://images.theconversation.com/files/354036/original/file-20200821-22-54wul0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/354036/original/file-20200821-22-54wul0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/354036/original/file-20200821-22-54wul0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/354036/original/file-20200821-22-54wul0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/354036/original/file-20200821-22-54wul0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/354036/original/file-20200821-22-54wul0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/354036/original/file-20200821-22-54wul0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">En los próximos años la investigación en el Ártico podría experimentar cambios importantes para reducir la contaminación lumínica.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.michaelosnyder.com/intothedark">Michael O. Snyder</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>La ciencia marina ártica está a punto de entrar en una nueva era gracias a unas plataformas autónomas que se pueden controlar de forma remota y que funcionan sin necesidad de luz, lo que les permite realizar sus mediciones en la más completa oscuridad.</p>
<h2>Bosques submarinos</h2>
<p>Conforme el hielo se va retirando de las costas de Groenlandia, Noruega, Norteamérica y Rusia los periodos en que el océano es navegable son cada vez más amplios, y, por tanto, cada vez hay más luz artificial penetrando en los fondos marinos. Ecosistemas costeros que han estado escondidos bajo el hielo durante 200 000 años ahora están siendo expuestos de forma repentina a la luz del día. Y esto podría ser una buena noticia para plantas marinas como el alga kelp (un tipo de alga marrón y alargada que crece en aguas frías con suficiente cantidad de luz y nutrientes). </p>
<p>Bien ancladas al lecho marino y movidas por las olas y las corrientes, algunas especies de kelp pueden crecer hasta alcanzar los <a href="https://www.montereybayaquarium.org/animals/animals-a-to-z/giant-kelp#:%7E:text=Giant%20kelp%20often%20grows%20in,to%20sway%20in%20ocean%20currents.">50 metros</a> (una altura similar a la de la columna de Nelson de la Trafalgar Square de Londres). Pero tradicionalmente las algas kelp no se han dado en latitudes tan altas debido a la sombra que proyectaba la capa de hielo, que impedía el desarrollo de vegetación en el lecho marino.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Algas de grandes hojas de palma con pliegues y tonos verdes y marrones serpentean a lo largo de un lecho marino pedregoso." src="https://images.theconversation.com/files/361496/original/file-20201004-16-v7supj.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/361496/original/file-20201004-16-v7supj.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/361496/original/file-20201004-16-v7supj.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/361496/original/file-20201004-16-v7supj.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/361496/original/file-20201004-16-v7supj.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/361496/original/file-20201004-16-v7supj.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/361496/original/file-20201004-16-v7supj.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption"><em>Badderlocks</em> o kelp alada, en la costa de Nuvanut, en el Ártico canadiense.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ignacio Garrido/ArcticKelp</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Se espera que estos exuberantes bosques submarinos se extiendan a medida que el hielo se vaya retirando. <a href="https://deeply.thenewhumanitarian.org/arctic/articles/2016/04/13/let-them-eat-kelp-spinning-gold-from-seaweed">Las algas kelp, sin embargo, no son unas recién llegadas al Ártico</a>, ya que formaron parte de la dieta tradicional de Groenlandia. Además, investigadores y exploradores del polo ya la observaron en la región hace más de un siglo.</p>
<p>Algunas especies de kelp podrían haber colonizado las costas árticas tras la última edad de hielo, o quizá se expandieron <a href="https://www.pnas.org/content/117/36/22590">a partir de concentraciones aisladas</a> donde aún resistían. Pero la mayoría de los bosques de kelp del Ártico son más pequeños y tienen una distribución más fragmentaria que aquellos que se encuentran en aguas más profundas, como por ejemplo las grandes concentraciones de esta alga que existen en las costas de California. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un submarinista bucea a través de hojas de kelp." src="https://images.theconversation.com/files/360011/original/file-20200925-14-iifn5y.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/360011/original/file-20200925-14-iifn5y.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/360011/original/file-20200925-14-iifn5y.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/360011/original/file-20200925-14-iifn5y.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/360011/original/file-20200925-14-iifn5y.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/360011/original/file-20200925-14-iifn5y.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/360011/original/file-20200925-14-iifn5y.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Un submarinista explora un bosque de algas kelp de cuatro metros cerca de la isla de Southampton, en Canadá.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ignacio Garrido/ArcticKelp</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Investigaciones recientes realizadas en <a href="https://www.pnas.org/content/109/35/14052">Noruega</a> y <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.1365-2486.2012.02765.x">Groenlandia</a> demuestran que los bosques de algas kelp se están expandiendo y están aumentando su presencia en dirección al polo. Se espera además que estas plantas oceánicas adquieran un mayor tamaño y crezcan más rápido a medida que la <a href="https://doi.org/10.1016/j.gloplacha.2018.09.005">temperatura del agua vaya subiendo</a>, lo que generará escondrijos para que otras especies vivan en su interior y alrededor de ellas. La extensión total de los bosques de kelp en el Ártico nos es en gran medida desconocida, ya que aún no se han cartografiado, pero los modelos pueden ayudarnos a determinar en qué proporción han variado y se han expandido desde la década de los cincuenta.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/361844/original/file-20201006-14-1saik96.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Mapa del Círculo Polar Ártico en el que se muestra cómo se expandirán los bosques de algas kelp hacia el norte a medida que avance el calentamiento global." src="https://images.theconversation.com/files/361844/original/file-20201006-14-1saik96.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/361844/original/file-20201006-14-1saik96.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=534&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/361844/original/file-20201006-14-1saik96.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=534&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/361844/original/file-20201006-14-1saik96.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=534&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/361844/original/file-20201006-14-1saik96.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=671&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/361844/original/file-20201006-14-1saik96.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=671&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/361844/original/file-20201006-14-1saik96.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=671&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Localizaciones conocidas de bosques de kelp y tendencias globales sobre la predicción del incremento de la temperatura media de la superficie de los océanos en las próximas dos décadas, según los modelos del IPPC.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://doi.org/10.1016/j.gloplacha.2018.09.005">Filbee-Dexter et al. (2018)</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Un nuevo desagüe de carbono</h2>
<p>A pesar de que las algas grandes tienen todo tipo de formas y tamaños, algunas se parecen mucho a árboles, ya que poseen tallos largos y flexibles, similares a troncos, denominados estípites. Las copas de los bosques de algas kelp están repletas de láminas planas similares a hojas, mientras que los rizoides actúan como raíces que anclan el alga al suelo rocoso.</p>
<p>Algunas especies de alga kelp ártica pueden crecer más de <a href="https://www.arctickelp.ca/post/finding-forests">diez metros</a> y formar copas grandes y complejas a lo largo de la columna de agua, con un sotobosque protegido y con sombra. De forma similar a como lo hacen los bosques de tierra firme, estos bosques marinos proporcionan hábitats, alimento y zonas de cría a muchos animales, entre los que se cuentan peces como el bacalao, el abadejo, el cangrejo, la langosta y el erizo de mar.</p>
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<img alt="Un banco de gambas rodea una gran extensión de algas kelp." src="https://images.theconversation.com/files/361494/original/file-20201004-14-xo1kq7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/361494/original/file-20201004-14-xo1kq7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/361494/original/file-20201004-14-xo1kq7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/361494/original/file-20201004-14-xo1kq7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/361494/original/file-20201004-14-xo1kq7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/361494/original/file-20201004-14-xo1kq7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/361494/original/file-20201004-14-xo1kq7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Los bosques de kelp ofrecen multitud de escondrijos, rendijas y superficies en las que resguardarse, lo que los convierte en lugares llenos de vida salvaje.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ignacio Garrido/ArcticKelp</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Las algas kelp crecen rápido y mientras lo hacen acumulan carbono en sus tejidos correosos. De este modo, ¿qué implica su expansión por el Ártico para el clima del planeta? La expansión de los bosques de kelp submarinos, lo mismo que la repoblación forestal en tierra firme, puede ayudar a frenar el cambio climático dado que estas plantas absorben carbono de la atmósfera.</p>
<p>Y lo que es aún mejor: hay restos vegetales de kelp que se desprenden del alga principal y son arrastrados desde las aguas costeras a las profundidades del océano, donde efectivamente desaparecen del ciclo de carbono del planeta. La expansión del kelp por las costas del Ártico podría funcionar como un gran desagüe de carbono que capturara el CO₂ que emitimos y lo confinara en lo más profundo del océano.</p>
<p>Lo que está ocurriendo con el alga kelp en el Ártico es realmente único, ya que este tipo de bosques oceánicos están <a href="https://www.pnas.org/content/113/48/13785.short">amenazados</a> en la mayoría de lugares del mundo. En su conjunto, la extensión mundial de los bosques de kelp sigue una <a href="https://www.washingtonpost.com/news/theworldpost/wp/2018/10/23/ocean/">tendencia negativa</a> debido al efecto conjunto de las olas de calor, la contaminación, el aumento de las temperaturas y la emergencia de depredadores como el <a href="https://theconversation.com/restore-large-carnivores-to-save-struggling-ecosystems-21828">erizo de mar</a>. </p>
<p>No debe sorprendernos, sin embargo, que no todo sean buenas noticias, y es que favorecer la expansión de los bosques de kelp puede expulsar a una fauna única de las latitudes más altas del Ártico. Las algas que viven bajo el hielo no tienen ningún otro lugar al que ir, y podrían desaparecer. Así, las especies de alga kelp procedentes de aguas más templadas podrían sustituir a las especias de kelp autóctonas del Ártico, como la <em>Laminaria solidungula</em>.</p>
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<img alt="Un brillante cangrejo naranja se interna en un matorral de algas de color marón oscuro." src="https://images.theconversation.com/files/361497/original/file-20201004-14-hzvj8d.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/361497/original/file-20201004-14-hzvj8d.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/361497/original/file-20201004-14-hzvj8d.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/361497/original/file-20201004-14-hzvj8d.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/361497/original/file-20201004-14-hzvj8d.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/361497/original/file-20201004-14-hzvj8d.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/361497/original/file-20201004-14-hzvj8d.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un cangrejo encuentra refugio en una <em>Laminaria solidungula</em>, la única especie de kelp autóctona del Ártico.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ignacio Garrido/ArcticKelp</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Pero el alga kelp es solo una de las muchas especies que están internándose cada vez más a mayor profundidad y más al interior de la región conforme el hielo se derrite.</p>
<h2>Invasiones árticas</h2>
<p>Milne Inlet, situado en el norte de la isla de Baffin, en el territorio de Nuvanut, tiene <a href="https://doi.org/10.1371/journal.pone.0211815">más tráfico marítimo que cualquier otro puerto del Ártico canadiense</a>. La mayor parte de los días de la época navegable se ven barcos de 300 metros de largo que abandonan el puerto cargados con mineral de hierro procedente de la cercana mina Mary River. Entre <a href="https://www.baffinland.com/_resources/2019_NIRB_AnnualReport.pdf">71 y 82 barcos</a> atraviesan la zona anualmente, y la mayoría de ellos vienen de <a href="https://tc.canada.ca/en/marine-transportation/marine-safety/ship-safety-bulletins/updates-canadian-ballast-water-reporting-form-ssb-no-07-2018">puertos del norte de Europa</a> (o se dirigen hacia ellos).</p>
<p>También pasan por la zona cruceros, embarcaciones de los guardacostas, yates de recreo, rompehielos con fines de investigación, buques mercantes y botes inflables rígidos llenos de turistas. El aumento sin precedentes de las temperaturas y la disminución del hielo ha atraído nuevas industrias y actividades al Ártico, de modo que comunidades como Pond Inlet han visto como el tráfico marítimo se ha <a href="https://doi.org/10.14430/arctic4698">triplicado en las últimas dos décadas</a>.</p>
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<img alt="Buques anclados en aguas de la costa con un pequeño grupo de turistas reunidos en un punto de tierra firme." src="https://images.theconversation.com/files/370614/original/file-20201121-15-injscx.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/370614/original/file-20201121-15-injscx.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/370614/original/file-20201121-15-injscx.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/370614/original/file-20201121-15-injscx.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/370614/original/file-20201121-15-injscx.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/370614/original/file-20201121-15-injscx.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/370614/original/file-20201121-15-injscx.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Pasajeros de un crucero llegan a Pond Inlet, en Nunavut.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Kimberly Howland</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Estos barcos llegan al Ártico desde todo el mundo con un pasaje de polizones acuáticos recogidos en Rotterdam, Hamburgo, Dunkerque y otros lugares. Estas especies (algunas demasiado pequeñas como para ser distinguidas a simple vista) llegan escondidas en el agua con la que se llenan los tanques de lastre, encargados de dar estabilidad al buque. También llegan <a href="https://cdnsciencepub.com/doi/10.1139/cjfas-2014-0473">pegadas en el casco y en otras superficies exteriores</a> (la conocida como “bioincrustación”).</p>
<p>Algunos de estos polizones sobreviven a la travesía por el Ártico y son liberados en la zona cuando los buques <a href="http://semaphore.uqar.ca/id/eprint/1481/1/Antoine_Dispas_fevrier2019.pdf">desaguan los tanques de lastre y descargan la mercancía</a>. Las especies que llegan incrustadas en superficies externas pueden desprender huevos, esperma o larvas.</p>
<p>Muchos de estos organismos son inocuos, pero otros tienen carácter invasivo y pueden dañar el ecosistema. <a href="https://cdnsciencepub.com/doi/10.1139/cjfas-2014-0473">Investigaciones realizadas en Canadá</a> y <a href="https://besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1111/1365-2664.12566">Noruega</a> han demostrado que ciertas especies invasivas como el percebe de bahía o la bellota de mar pueden sobrevivir a una travesía marítima por el Ártico. Y esto supone un peligro para los ecosistemas autóctonos, dado que estas especies invasivas son <a href="http://dx.doi.org/10.1098/rsbl.2015.0623">una de las principales causas de extinción de las especies en todo el mundo</a>. </p>
<h2>Ampliación de rutas</h2>
<p>La preocupación por las especies invasivas va mucho más allá de la comunidad de Pond Inlet. En el Ártico viven en torno a cuatro millones de personas, muchas de las cuales residen cerca de la costa; unas costas, además, que proporcionan los nutrientes básicos y los hábitats imprescindibles a una amplia variedad de animales, desde el salvelino ártico y la foca ocelada al oso polar, la ballena boreal y millones de aves migratorias.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/369441/original/file-20201115-21-q49248.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369441/original/file-20201115-21-q49248.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369441/original/file-20201115-21-q49248.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=694&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369441/original/file-20201115-21-q49248.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=694&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369441/original/file-20201115-21-q49248.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=694&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369441/original/file-20201115-21-q49248.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=872&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369441/original/file-20201115-21-q49248.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=872&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369441/original/file-20201115-21-q49248.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=872&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Cuando el hielo del Ártico se derrite durante los meses de verano se abren rutas marítimas a lo largo de las costas rusas y por el Paso de Noroeste. Algunos sostienen que una ruta transártica navegable podría ser pronto una realidad.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span>
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<p>La subida de la temperatura del agua está haciendo que el periodo de navegación se alargue y que se abran nuevas rutas como la del Paso del Noroeste o la Ruta Marítima del Norte (a través de la costa ártica rusa). Algunos investigadores prevén que <a href="https://doi.org/10.1002/2016GL069315">a mediados de este siglo podría haber una ruta marítima navegable a través del polo Norte</a>. Por otro lado, el incremento del tráfico marítimo <a href="https://doi.org/10.1111/gcb.15159">ha aumentado tanto el número como el tipo de organismos no autóctonos presentes en la región</a>, a lo que hay que añadir que el hecho de que las condiciones sean menos extremas aumenta sus posibilidades de sobrevivir.</p>
<p>La prevención es la principal forma de <a href="https://doi.org/10.1016/j.marpolbul.2007.01.005">mantener las especies invasoras fuera</a> del Ártico. La mayoría de los barcos deberían tratar el agua de lastre <a href="https://www.imo.org/en/About/Conventions/Pages/International-Convention-for-the-Control-and-Management-of-Ships%27-Ballast-Water-and-Sediments-(BWM).aspx">con productos químicos o mediante otros procedimientos</a>. O, en lugar de esto último (o de forma adicional a ello), deberían cambiar el agua de lastre para evitar la llegada de organismos perniciosos. Las directrices también recomiendan que los buques usen un recubrimiento especial para sus cascos y que los limpien regularmente para <a href="https://wwwcdn.imo.org/localresources/en/OurWork/Environment/Documents/RESOLUTIONMEPC.207%5B62%5D.pdf">evitar las bioincrustaciones</a>. Pero estas precauciones no son siempre eficaces, y <a href="https://waves-vagues.dfo-mpo.gc.ca/Library/40817817.pdf">se sabe poco</a> de su eficacia en ambientes fríos.</p>
<p>La siguiente gran medida es <a href="http://www.stoppinginvasives.com/dotAsset/3a05e4d0-bb25-40ff-a72a-c25a486bb90f.pdf">detectar a las especies invasoras lo antes posible una vez que han llegado</a>, para tener más posibilidades de erradicarlas. Pero esta detección temprana requiere de un gran esfuerzo de monitorización que puede suponer un gran reto en el entorno del Ártico. Estar pendiente de la entrada de nuevas especies puede ser como buscar una aguja en un pajar… pero la solución podría estar en las comunidades de la zona. </p>
<p>Investigadores de Noruega, <a href="https://accs.uaa.alaska.edu/invasive-species/bering-sea-marine-invasives/">Alaska</a> y Canadá han encontrado una forma de hacer esa búsqueda más fácil a través de la detección de especies que <a href="https://doi.org/10.1007/s10530-017-1553-7">han causados daños en otros lugares</a> y que podrían resistir las condiciones del ecosistema Ártico. Y es que en torno a dos docenas de potenciales especies invasoras han demostrado una alta probabilidad de <a href="https://doi.org/10.1111/gcb.15159">poder arraigar en el Ártico canadiense</a>.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369444/original/file-20201115-21-qt4axk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369444/original/file-20201115-21-qt4axk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369444/original/file-20201115-21-qt4axk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369444/original/file-20201115-21-qt4axk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369444/original/file-20201115-21-qt4axk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369444/original/file-20201115-21-qt4axk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369444/original/file-20201115-21-qt4axk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El cangrejo real rojo fue introducido de forma deliberada en el mar de Barents en la década de los sesenta, pero en este momento se ha extendido por el sur, a lo largo de la costa noruega.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span>
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<p>Entre estos invasores está el cangrejo real rojo, nativo del mar de Japón, del mar de Bering y de la zona septentrional del Atlántico. Fue introducido de forma deliberada en el mar de Barents en la década de los sesenta para generar caladeros, pero a día de hoy se está extendiendo hacia el sur <a href="https://www.researchgate.net/publication/226380427_The_Invasive_History_Impact_and_Management_of_the_Red_King_Crab_Paralithodes_camtschaticus_off_the_Coast_of_Norway">a lo largo de la costa noruega y del mar Blanco</a>. Se trata de un depredador grande y voraz que <a href="https://www.cabi.org/isc/datasheet/71549">ha tenido su influencia en la notable disminución de las capturas</a> de crustáceos, erizos de mar y otras especies grandes y de movimiento lento que viven en los fondos marinos. Esta variedad de cangrejo, además, tiene grandes posibilidades de <a href="https://doi.org/10.1371/journal.pone.0211815">sobrevivir al transporte en tanques de lastre</a>.</p>
<p>Otra especie de este tipo es el caracol de mar común, que <a href="https://www.cabi.org/isc/datasheet/76460">devora sin piedad la vegetación frondosa</a> de los hábitats del litoral dejando tras de sí un rastro de roca pelada llena de incrustaciones. Por otro lado, esta especie ha introducido en la costa este de Norteamérica un parásito que provoca a los peces <a href="https://invasions.si.edu/nemesis/calnemo/SpeciesSummary.jsp?TSN=70419">la enfermedad del punto negro</a>. Esta enfermedad causa un gran estrés en los animales al punto de volverlos incomestibles, matar a los ejemplares jóvenes y provocar daños intestinales a los pájaros y mamíferos que se alimentan de los peces infectados. </p>
<h2>Rastreo de restos genéticos</h2>
<p>Si estas especies llegaran a Pond Inlet podrían afectar a los peces y animales que sus habitantes cazan y consumen. Y es que, tras solo unos años de aumento del tráfico marítimo, <a href="https://www.baffinland.com/_resources/document_portal/1663724-197-R-Rev0-24000-BIM-2019-MEEMP-27AUG-20-cs.pdf">ya han sido detectadas</a> un puñado de posibles especies no autóctonas en la zona. Un ejemplo de especie invasiva es el <a href="https://invasions.si.edu/nemesis/browseDB/SpeciesSummary.jsp?TSN=-47">gusano de barro de branquias rojas (<em>Marenzellaria viridis</em>)</a>. Otra especie potencialmente invasiva es el <a href="https://invasions.si.edu/nemesis/browseDB/SpeciesSummary.jsp?TSN=93600">anfípodo de tubo</a>. En ambos casos son especies capaces reproducirse hasta alcanzar grandes densidades y de este modo competir con las especies nativas y alterar la composición de los sedimentos del lecho marino.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un barco naranja permanece anclado en el agua helada con una pendiente rocosa al fondo." src="https://images.theconversation.com/files/370615/original/file-20201121-17-tn68en.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/370615/original/file-20201121-17-tn68en.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/370615/original/file-20201121-17-tn68en.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/370615/original/file-20201121-17-tn68en.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/370615/original/file-20201121-17-tn68en.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/370615/original/file-20201121-17-tn68en.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/370615/original/file-20201121-17-tn68en.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un mercante pasa por Milne Inlet, en Nunavut.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Kimberly Howland</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Baffinland, la empresa que gestiona la mina Mary River, prevé <a href="https://www.cbc.ca/news/canada/north/hunters-inuit-knowledge-ignored-nunavut-mine-environmental-study-1.5726454">duplicar su producción anual</a> de mineral de hierro. Si esto se produce, un total de 176 cargueros podrían pasar por Milne Inlet durante la temporada navegable.</p>
<p>A pesar de que el futuro de la navegación en el Ártico sigue siendo incierto, se trata de una actividad en alza que ha de ser supervisada. En Canadá, los investigadores están trabajando de forma conjunta con las comunidades indígenas en localidades con un gran tráfico de barcos (entre las que se cuentan Churchill en Manitoba; Pond Inlet e Iqaluit en Nunavut; Salluit en Quebec y Nain en Terranova) para crear una red de control de especies invasoras. Uno de los proyectos consiste en tomar muestras de agua y buscar en ella <a href="https://doi.org/10.1038/s41598-018-27048-2">restos genéticos</a> de escamas, heces, esperma y otro tipo de material biológico. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un grupo de personas sentadas junto al mar aprende a utilizar el equipo de toma de muestras." src="https://images.theconversation.com/files/370616/original/file-20201121-13-1mcbfik.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/370616/original/file-20201121-13-1mcbfik.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/370616/original/file-20201121-13-1mcbfik.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/370616/original/file-20201121-13-1mcbfik.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/370616/original/file-20201121-13-1mcbfik.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/370616/original/file-20201121-13-1mcbfik.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/370616/original/file-20201121-13-1mcbfik.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Miembros del equipo de campo 2019 de Pond Inlet y Salluit filtran el eADN de muestras de agua recogidas en Milne Inlet.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Christopher Mckindsey</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Este ADN del entorno (eADN) es fácil de recoger y puede ser útil para detectar organismos que, o bien pueden ser difíciles de capturar, o bien se encuentran en escaso número. Esta técnica <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/edn3.35">ha aumentado además el conocimiento básico sobre la biodiversidad de las costas</a> en otras áreas con gran densidad de tráfico marítimo, lo que supone un paso fundamental para detectar cualquier alteración en el futuro.</p>
<p>En Port of Churchill ya han sido detectadas especies no autóctonas gracias a esta vigilancia llevada a cabo por eADN y a través de otros métodos. También se han detectado <a href="http://semaphore.uqar.ca/id/eprint/1481/1/Antoine_Dispas_fevrier2019.pdf">medusas, eperlanos arco iris y una especie invasiva de crustáceo copépodo</a>.</p>
<p>Ya hay esfuerzos en marcha para ampliar esta red por toda la región como parte de la <a href="https://arctic-council.org/en/projects/invasive/">Estrategia Ártica contra las Especies Invasivas Foráneas</a> del Consejo Ártico, que busca reducir la expansión de flora y fauna no autóctona.</p>
<p>A menudo se considera al Ártico la primera línea de combate contra el cambio climático, y, debido a sus altos niveles de calentamiento, la región sufre todo tipo de invasiones, desde nuevas especies a nuevas rutas marítimas. Todas estas fuerzas podrían transformar la cuenca oceánica en su conjunto, incluso en el periodo de vida de personas que hoy están entre nosotros. Así, podríamos pasar de paisajes helados iluminados solo por la luz de las estrellas y habitados por comunidades únicas a algo completamente diferente.</p>
<p>El Ártico está cambiando a más velocidad de lo que los científicos pueden documentar, pero aún así se presentarán oportunidades, como el aumento de los sumideros de carbono, que podrían beneficiar tanto a la vida salvaje como a las personas que viven allí. Y es que no todos los cambios provocados por el calentamiento global serán totalmente negativos. En el Ártico, como en el resto de lugares del mundo, habrá ganadores y perdedores.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/151505/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jørgen Berge recibe fondos del Norwegian Research Council (300333).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carlos Duarte recibe fondos de la King Abdullah University of Science and Technology y del Independent Research Fund of Denmark.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Dorte Krause-Jensen recibe fondos de varios fondos de investigación gubernamentales, como el Independent Research Fund de Dinamarca, y de fondos de investigación privados como Velux Foundations.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Karen Filbee-Dexter recibe fondos de ArcticNet, la Norwegian Blue Forest Network, el Australian Research Council, y el Norwegian Research Council (BlueConnect).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Kimberly Howland recibe fondos de Fisheries and Ocean Canada; Natural Resources Canada y Polar Knowledge Canada.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Philippe Archambault recibe fondos de ArcticNet.</span></em></p>El Ártico ha sido un lugar remoto durante gran parte de su historia. Pero el cambio climático está trayendo problemas y oportunidades globales a su puerta.Jørgen Berge, Vice Dean for Research, Arctic and Marine Biology, University of TromsøCarlos M. Duarte, Adjunct Professor of Marine Ecology, King Abdullah University of Science and TechnologyDorte Krause-Jensen, Professor, Marine Ecology, Aarhus UniversityKaren Filbee-Dexter, Research Fellow in Marine Ecology, Université LavalKimberly Howland, Research Scientist/Adjunct University Professor, Université du Québec à Rimouski (UQAR)Philippe Archambault, Professor & Scientific Director of ArcticNet, Université LavalLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1398942020-06-14T20:07:05Z2020-06-14T20:07:05ZLa resurrección veraniega de los incendios zombis en el Ártico<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/341269/original/file-20200611-80758-vnesp9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C26%2C1367%2C721&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Incendios zombis en el noroeste de Rusia.</span> <span class="attribution"><span class="source">Programa Copérnico</span></span></figcaption></figure><p>El verano de 2019 nos dejó una serie de incendios a nivel internacional que hizo saltar todas las alarmas: megaincendios en <a href="https://theconversation.com/no-solo-arde-brasil-los-incendios-en-bolivia-amenazan-a-la-poblacion-y-a-la-vida-silvestre-122420">el Amazonas</a>, Centroamérica, Sudeste de Australia y hasta en el <a href="https://www.bbc.com/future/article/20190822-why-is-the-arctic-on-fire">Ártico</a>.</p>
<p>En muchos de estos casos, se especulaba sobre la capacidad de adaptación de los ecosistemas. Debido a encontrarse en zonas que se incendian regularmente desde hace millones de años, habrían desarrollado estrategias de resistencia y resiliencia conforme al <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12064-010-0082-z">régimen de incendios</a>. </p>
<p>Sin embargo, muchos de los incendios recientes son más frecuentes, intensos y severos de lo que el régimen histórico parece indicar, dándose relaciones entre distintas <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1111/geb.12224">perturbaciones que se retroalimentan</a> para aumentar su gravedad.</p>
<h2>Incendios que sobreviven al invierno</h2>
<p>En el caso del Ártico, el ciclo del fuego se reanuda aproximadamente cada 200 años. No obstante, una reducción del 25 % en su retorno puede suponer un problema ecológico, económico y social global debido a la emisión de cenizas y gases a la <a href="https://theconversation.com/huge-wildfires-in-the-arctic-and-far-north-send-a-planetary-warning-121167">atmósfera</a>. </p>
<p>Los cambios en el clima se concretan en olas de calor más intensas en la zona que afectan a áreas tradicionalmente libres de incendios como los humedales o zonas de permafrost. Esto provoca grandes deshielos tempranos que pueden afectar no solo a fauna y flora, sino también a los ciclos de nutrientes promoviendo la <a href="https://www.bbc.com/future/article/20190612-the-poisons-released-by-melting-arctic-ice">liberación de contaminantes como el ántrax o los residuos nucleares, inmovilizados en el hielo desde hace miles de años</a>. </p>
<p>Los incendios suelen desplazarse por debajo del suelo en zonas de turberas (<em>peat fires</em>), sin presencia de oxígeno (y por tanto sin llama), oxidando materia orgánica en descomposición. </p>
<p>La turba contiene vastas reservas de gas combustible metano, por lo que se convierten en <a href="https://www.nature.com/articles/ngeo2325">incendios latentes</a>: pueden persistir en condiciones frías y húmedas durante mucho tiempo. Como consecuencia, estas zonas, consideradas sumidero de carbono global, pasan a ser <a href="https://www.researchgate.net/profile/Dale_Vitt/publication/242098197_Current_disturbance_and_the_diminishing_peatland_carbon_sink/links/00b7d5315d0dd3c421000000.pdf">emisoras</a>.</p>
<p>A medida que el clima se calienta, los suelos del norte y la turba se secan, lo que aumenta la probabilidad de que estos incendios latentes vuelvan a reavivarse en condiciones más favorables o por efecto de rayos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/340303/original/file-20200608-176546-14wle05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/340303/original/file-20200608-176546-14wle05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/340303/original/file-20200608-176546-14wle05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=443&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/340303/original/file-20200608-176546-14wle05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=443&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/340303/original/file-20200608-176546-14wle05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=443&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/340303/original/file-20200608-176546-14wle05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=557&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/340303/original/file-20200608-176546-14wle05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=557&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/340303/original/file-20200608-176546-14wle05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=557&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Dinámica de incendios (zombis) latentes.</span>
<span class="attribution"><span class="source">E. Burns y G. Rein</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
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<p>A estos incendios que sobreviven al duro invierno se les ha bautizado como incendios zombis o, en inglés, <a href="https://www.ecowatch.com/zombie-fires-arctic-2646140786.html"><em>holdover fires</em> o <em>zombie fires</em></a>. La <a href="https://twitter.com/Pierre_Markuse/status/1265432679664824322?s=20">comunidad científica</a> no utilizamos estos términos, sino que les llamamos incendios latentes. </p>
<p>Estos incendios de suelo son una amenaza mucho mayor para el clima global que los superficiales. Al quemar durante largos periodos, pueden transferir calor mucho más profundo al suelo y al permafrost (consumiendo más combustible rico en carbono que los incendios normales), tal y como parece que <a href="https://www.efeverde.com/noticias/satelites-de-copernicus-detectan-incendios-en-el-artico-que-podrian-intensificarse/">está ocurriendo estos días</a>. </p>
<h2>Temor por la nueva oleada</h2>
<p>Algunos de estos incendios latentes ya han sido verificados por los <a href="https://akfireinfo.com/2020/04/24/despite-heavy-snow-melt-deshka-landing-hot-spots-still-smoldering/">Servicios de Extinción de Incendios de Alaska</a> y están siendo monitorizados por el <a href="https://atmosphere.copernicus.eu/observing-ice-and-fire-cams-and-c3s-prepare-monitor-arctic-wildfires">programa de seguimiento de la atmósfera de Copérnico en el Ártico</a> para investigar la reaparición de nuevos focos. </p>
<p>Sin embargo, los incendios zombis no son una novedad. Los más de 42 documentados entre 2002 y 2017 provocaron un aumento de los daños por fuego en zonas vulnerables que almacenan más del 35 % de las reservas de carbono del planeta. Y los escenarios futuros indican que estos casos pueden ser <a href="https://meetingorganizer.copernicus.org/EGU2020/EGU2020-6013.html">cada vez más habituales</a>. </p>
<p>La clave para combatirlos es que sus <a href="https://akfireconsortium.files.wordpress.com/2020/03/fsh_2020mar25_holdoverfires-1.pdf">patrones espaciales pueden ser predichos</a> para un mejor manejo y extinción.</p>
<p>Los personajes de la serie de ficción <em>The Walking Dead</em> representan un peligro para la humanidad, ya que amenazan con convertir a toda la población en muertos vivientes. De forma parecida, la resurrección veraniega de los incendios zombis puede desembocar en una nueva oleada de megaincendios a medida que las condiciones estivales progresan. </p>
<p>La evolución latente de los incendios zombis durante el período invernal se acelera con el calor primaveral hasta el punto de que pueden transformarse en megaincendios a medida que aumentan la sequía y el calor estival. </p>
<p>Además, un año con muchos incendios, como el 2019, que nos dejó 12 millones de hectáreas calcinadas en Siberia, <a href="https://meetingorganizer.copernicus.org/EGU2020/EGU2020-6013.html">favorece la ocurrencia de incendios zombis en invierno</a>. </p>
<p>Se trata por tanto de un círculo vicioso en el que los incendios estivales favorecen incendios zombis en el invierno siguiente y estos, a su vez, favorecen los incendios estivales al año siguiente. Un proceso que se ve acelerado todavía más en años como el actual, en el que las temperaturas primaverales en Siberia han sido de <a href="https://www.sciencealert.com/2020-update-siberia-s-10-c-hotter-than-average-we-just-survived-warmest-may-on-record">10°C por encima de la media</a>.</p>
<p>Todo ello ha llevado a que este año se haya establecido un nuevo récord en la intensidad de los incendios árticos en el registro del sistema europeo Copérnico, que empezó en el año 2003. Estamos en unos niveles que son más típicos de finales de junio o principios de julio. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/340572/original/file-20200609-21191-1g2x7e9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/340572/original/file-20200609-21191-1g2x7e9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/340572/original/file-20200609-21191-1g2x7e9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/340572/original/file-20200609-21191-1g2x7e9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/340572/original/file-20200609-21191-1g2x7e9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/340572/original/file-20200609-21191-1g2x7e9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/340572/original/file-20200609-21191-1g2x7e9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/340572/original/file-20200609-21191-1g2x7e9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Intensidad de los incendios por encima del círculo ártico histórica (gris) y de este año (rojo).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Mark Parrington/Copernicus EWMCF</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por si lo anterior fuera poco, <a href="https://www.washingtonpost.com/world/europe/wildfires-ravaged-siberia-last-year-this-spring-the-blazes-are-starting-even-bigger/2020/05/15/c00bdb50-9446-11ea-87a3-22d324235636_story.html">la expansión de la COVID-19</a> puede acelerar todavía más la expansión de los incendios árticos debido a varios factores: </p>
<ul>
<li><p>Por un lado, las medidas de aislamiento favorecen las salidas ciudadanas al campo, con el consecuente aumento de riesgo derivado de barbacoas y otras negligencias.</p></li>
<li><p>Por otro lado, los bomberos deberán ajustar el tamaño de sus equipos. Tradicionalmente salían en grupo de 7 u 8 personas y ahora tendrán que ir en parejas o tríos.</p></li>
</ul>
<p>Parece que este año tenemos la receta perfecta para una expansión zombi. Como se suele decir, la realidad supera a la ficción.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/139894/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Víctor Resco de Dios recibe fondos de MICINN y fundación Velux. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Daniel Moya Navarro no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los incendios árticos invernales, que arden bajo tierra durante los periodos de bajas temperaturas, pueden favorecer una nueva oleada de megaincendios este verano.Daniel Moya Navarro, Profesor Contratado Doctor e Investigador en grupo ECOFOR, Universidad de Castilla-La ManchaVíctor Resco de Dios, Profesor de Incendios y Cambio Global en PVCF-Agrotecnio, Universitat de LleidaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1267872019-11-28T21:26:56Z2019-11-28T21:26:56ZLa mayoría de los científicos estimó mal la velocidad del cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/301531/original/file-20191113-77338-1ihxctx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5808%2C3869&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/actively-calving-glacier-wildlife-1183005409?src=a7247b7f-1513-4ea0-8954-6d086172d926-1-25">Shutterstock/Rajat Chamria</a></span></figcaption></figure><p>Aparece el día 11 de noviembre, <a href="https://www.nytimes.com/2019/11/08/opinion/sunday/science-climate-change.html">en el <em>New York Times</em></a>, un artículo de Eugene Linden que denuncia los errores de “muchos científicos” acerca de la velocidad con la que se produce el cambio climático, ya que estimaron una velocidad mucho menor, más lenta, de la que estamos observando los últimos años. </p>
<p>En primer lugar, muchos de los científicos que han trabajado en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU se han retirado tras una única etapa en el mismo, pues dicen que no pueden aceptar las presiones políticas que se reciben a la hora de publicar el dictamen final en plazos de entre 4 y 8 años</p>
<p>Es un caso más de estupidez humana por parte de esos políticos. Reconocer la realidad del cambio climático es duro, pues obliga a modificar comportamientos. También lleva a un mundo mucho más rico y con la riqueza mejor distribuida, pues implica eliminar las fuentes concentradas de riqueza y establecer otras repartidas.</p>
<p>Implica que los políticos digan, por una vez, la verdad, y asuman la furia de una parte de la población, por ejemplo, ante la eliminación del diésel y los combustibles fósiles, el transporte de mercancías y los problemas con las pensiones de los jubilados.</p>
<p>La cirugía es mejor hacerla cuando el cáncer está en su estadio inicial. Las operaciones cuando ha metastatizado son mucho peores y, además, inútiles.</p>
<p>Desde 1998 he escrito artículos y dado más de cien conferencias para avisar de que el sistema climático es no lineal y se acelera. Que cada metro cuadrado de las tundras canadiense y siberiana que se deshiela un verano significa cuatro metros cuadrados sin hielo el verano siguiente. Que el calentamiento del Ártico implica un cambio en la circulación oceánica que aumenta la velocidad del calentamiento global.</p>
<h2>¿Qué podemos hacer ante esta realidad?</h2>
<p>La temperatura media global del planeta puede subir aún uno, dos y tres grados centígrados. Cada uno de ellos implica consecuencias cada vez más desastrosas y, además, no lineales. No estamos acostumbrados a las situaciones no lineales. Desde hace 400 años la física se ha centrado en los sistemas lineales, donde duplicar la causa implica solo duplicar el efecto.</p>
<p>Pero la realidad del mundo son los sistemas no lineales.</p>
<p>Una subida de 2 ⁰C tiene efectos unas cuatro veces más intensos que una subida de 1 ⁰C. Una de 3 ⁰C, efectos nueve veces más intensos.</p>
<p>Es urgentísimo frenar una subida que es ya inevitable. Para eso es necesario, ya, cambiar de esquema energético, a pesar de las salidas a bolsa de las grandes petroleras.</p>
<p>Parte del daño ya está hecho: se inundarán las costas y en las casas de primera línea se irán sus cimientos. A eso hay que sumar la destrucción de carreteras y parques costeros.</p>
<p>Para las ciudades costeras y llanas, como por ejemplo, Santander, San Sebastián, La Coruña y, posteriormente, Valencia y las demás, hay que empezar a diseñar los diques de protección a la manera de las costas holandesas.</p>
<p>Necesitamos, en todas las <a href="https://theconversation.com/asi-influimos-los-humanos-en-las-inundaciones-de-la-cuenca-mediterranea-127354">zonas propensas a las inundaciones</a> procedentes de lluvias, como las de los meses pasados, construir vías de desagüe de tipo capilar, eliminar radicalmente los embudos, las ramblas que vierten en otras ramblas.</p>
<p>Debemos reconocer que <a href="https://theconversation.com/por-que-sufrimos-cada-vez-mas-extremos-climaticos-123545">las sequías en España</a> irán aumentando su duración, y rediseñar las políticas de agua.</p>
<p>Una buena parte del territorio está amenazado de <a href="https://theconversation.com/no-podemos-frenar-el-avance-de-los-desiertos-pero-si-la-desertificacion-125147">desertización</a> creciente. Hay que diseñar una política rápida para aumentar su vegetación, y <a href="https://theconversation.com/reforestaciones-en-espana-buenos-y-no-tan-buenos-ejemplos-126810">reforestar</a> donde sea preciso.</p>
<p><a href="https://theconversation.com/estamos-en-una-carrera-por-controlar-el-clima-del-planeta-la-lucha-debe-continuar-124069">Y muchas más actuaciones</a>.</p>
<p>Mientras tanto, la política se concentra, como hemos visto en las últimas elecciones, en problemas de cierto impacto personal pero de nulo impacto para el futuro inmediato y más lejano. </p>
<p>Ante la realidad que se nos viene encima, podemos seguir jugando a “yo soy más guapo que tu”, o “dame una parte de la riqueza porque es mía”, mientras esa riqueza no hace más que disminuir.</p>
<p>O podemos empezar a colaborar todos para arreglar, juntos, el casi presente y el futuro cercano y más lejano.</p>
<p>¿Que elegimos?</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/126787/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Antonio Ruiz de Elvira Serra no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El clima no es un sistema lineal, por lo que los efectos de las subidas de las temperaturas son mayores de lo esperado.Antonio Ruiz de Elvira Serra, Catedrático de Física Aplicada, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1247042019-10-16T20:15:27Z2019-10-16T20:15:27ZLa crisis climática está aumentando el valor económico de los polos: cuidado con los oportunistas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/295979/original/file-20191008-128648-29ccrn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=37%2C0%2C12428%2C7023&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/Jy4-xk34q0s">Paul Carroll / Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Las regiones polares <a href="https://theconversation.com/ipcc-report-paints-catastrophic-picture-of-melting-ice-and-rising-sea-levels-and-reality-may-be-even-worse-124193">se encuentran en una situación difícil</a>. Los hielos marinos están retrocediendo, las plataformas de hielo se están derrumbando y los océanos están <a href="https://theconversation.com/global-warmings-evil-twin-ocean-acidification-19017">calentándose y acidificándose</a>.</p>
<p>Pero lo que se les viene encima a estas regiones no es solo fatalidad y pesimismo. En realidad, a corto plazo, las aguas del Ártico y la Antártida van a ver aumentar su valor económico para el ser humano, lo que supone un tipo de amenaza diferente para el futuro de estas zonas. Comprender cómo encaja este auge de las regiones polares en el contexto general es decisivo si se quiere que estas zonas reciban la protección que necesitan.</p>
<p>El océano Antártico es el cuarto más grande de los cinco océanos principales, aunque por sí solo representa <a href="https://www.ipcc.ch/srocc/home/">más de un tercio de la ganancia de calor</a> observada en los dos kilómetros superiores de los mares del mundo en los últimos 50 años. En la Antártida las temperaturas están <a href="https://theconversation.com/climate-shenanigans-at-the-ends-of-the-earth-why-has-sea-ice-gone-haywire-69485">subiendo mucho más rápido que la media mundial</a>.</p>
<p>Recientemente, junto con un equipo multidisciplinar de científicos de todo el mundo, he examinado <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-marine-010419-011028">lo que van a suponer estos cambios para el futuro de la Antártida</a>. Sorprendentemente, algunas de las conclusiones pueden parecer, a primera vista, positivas.</p>
<p>Puesto que las capas de hielo se retraen y el mar se congela durante períodos más cortos, habrá una mayor cantidad de agua en forma líquida. Eso hará que aumente el número de algas microscópicas, también denominadas fitoplancton, que constituyen la base fundamental de la cadena alimentaria marina. Al tratarse de organismos fotosintéticos, es probable que los ecosistemas antárticos eliminen de la atmósfera más dióxido de carbono que antes.</p>
<p>También es posible que las algas microscópicas <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0065288115000048">favorezcan el desarrollo de los peces</a>. Cuando las aguas antárticas queden más libres de hielo, los buques pesqueros podrán capturar esa pesca durante períodos más largos del año. En el Ártico, los pescadores del mar de Barents, al norte de Noruega, ya están sacando provecho de unos <a href="https://www.pnas.org/content/111/9/3478.short">bancos de bacalao del Atlántico que han alcanzado máximos históricos</a>, pues las poblaciones de bacalao se han desplazado hacia el Norte en busca de aguas más frías.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fitoplancton, la base microscópica de la cadena alimentaria marina.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/RDEaV381Cxg">NOAA/Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Por otra parte, los polos son destinos turísticos cada vez más populares. Las pequeñas aldeas inuit se ven inundadas constantemente de turistas que llegan en cruceros, y el retroceso de los hielos marinos permitirá que más buques exploren zonas que antes eran inaccesibles.</p>
<h2>Visión de conjunto</h2>
<p>Por más que estos datos maquillen con cierto optimismo la crisis climática, no hay que fiarse. Algunos sectores, vendiendo este calentamiento como algo beneficioso, van a intentar, inevitablemente, aprovechar el aumento del valor económico de las regiones polares, y tal vez traten de debilitar la voluntad de adoptar medidas climáticas urgentes.</p>
<p>Para estar prevenidos contra estos intentos, es importante entender que los “beneficios” acarrean costes mucho más graves.</p>
<p>En primer lugar, si bien es cierto que, a corto plazo, los aspectos de los ecosistemas polares que generan dinero para los humanos pueden salir reforzados, muchos animales que representan beneficios menos directos pagarán las consecuencias. <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-marine-010419-011028">Numerosos estudios muestran</a> que algunas especies antárticas que necesitan <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Euphausiacea">kril</a> y un entorno helado para vivir, como el pingüino de Adelia y el pingüino macaroni, ya están disminuyendo. En el futuro, el rorcual aliblanco, que depende de los hielos polares, y las focas que viven en hielo compacto pueden perder gran parte del hielo marino que necesitan para alimentarse y reproducirse.</p>
<p><a href="https://www.caff.is/assessment-series/431-state-of-the-arctic-marine-biodiversity-report-full-report">En el Ártico</a>, es probable que la foca arpa y el oso polar sufran el mismo destino, y el narval, por su parte, puede verse expuesto a nuevos depredadores, como las orcas que se desplazan hacia el Norte. El aumento de la pesca y el turismo añadiría más presión sobre estas formas de vida precisamente cuando más protección necesitan contra la crisis climática.</p>
<p>En segundo lugar, cualquier beneficio que los humanos puedan obtener de los polos se producirá a expensas de otras regiones oceánicas. Por ejemplo, un mayor volumen de fitoplancton en las aguas superficiales de la Antártida consumirá más nutrientes, y dejará menos cantidad para que las corrientes los lleven a regiones oceánicas situadas más al Norte. Del mismo modo, el calor hace que las aguas superficiales de estas regiones se mezclen menos con las aguas más profundas, ricas en nutrientes. Esta combinación de factores implica que todo aumento del fitoplancton y de las poblaciones de peces en los polos se verá contrarrestado por menguas en otros lugares.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Las islas subantárticas, como Georgia del Sur, que alberga las mayores colonias de pingüinos rey del planeta, son especialmente vulnerables a la crisis climática.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:South_Georgia_Photo_by_Sascha_Grabow.jpg">Sascha Grabow/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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</figure>
<p>Por otra parte, mientras que muchas especies migran a aguas más frías a medida que los océanos se calientan y se vuelven incómodos para vivir, hacia lugares donde, de camino, encuentran grandes extensiones de aguas profundas, las especies que viven en los hábitats costeros no tienen adónde ir. Muchas especies que habitan <a href="https://www.researchgate.net/profile/Craig_Johnson7/publication/280572286_The_Great_Southern_Reef/links/5678888c08ae0ad265c834c2/The-Great-Southern-Reef.pdf">la costa sur de Australia</a>, como el pez arlequín, se encuentran en peligro de extinción por esta causa.</p>
<h2>Proteger los polos</h2>
<p>Los próximos decenios plantean un escenario de gestión sumamente espinoso para quienes desean que los océanos Ártico y Antártico estén sanos y protegidos. Pero hay diversas medidas que la comunidad mundial puede adoptar para ayudar a conservar la extraordinaria vida marina de los ecosistemas polares.</p>
<p>En primer lugar, necesitamos ampliar nuestros conocimientos. Proteger las especies y los ecosistemas marinos reviste una dificultad enorme, en parte porque todavía no sabemos a ciencia cierta qué especies viven dónde en los mares Ártico y Antártico. Adquirir un mayor conocimiento ayudará a tomar mejores decisiones.</p>
<p>En segundo lugar, los gobiernos y los organismos reguladores deben transmitir con firmeza la idea de que los polos no están en venta. Hay territorios subantárticos británicos y franceses, como las Islas Sándwich del Sur y las islas de San Pablo y Ámsterdam, que todavía <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0065288115000048">no gozan de una protección integral</a>. Corregir esta situación sería un buen comienzo.</p>
<p>Del mismo modo, las organizaciones que gestionan la pesca y otras industrias marinas deberían empezar a cuantificar la forma en que sus actividades afectan a la vida silvestre. Cuando la pesca dé lugar a una disminución del número de especies, debería ordenarse a las pesquerías que redujeran su explotación a niveles seguros.</p>
<p>Por último, <a href="https://www.ipcc.ch/srocc/home/">es preciso que los gobiernos trabajen en colaboración</a>. Las distintas zonas de los océanos polares están gestionadas por naciones diferentes, y la falta de comunicación impide protegerlas de forma adecuada. Una labor unificada de conservación podría crear amplias redes ininterrumpidas de zonas protegidas. Estas redes ayudarían a que las especies, e incluso ecosistemas enteros, se desplazaran mucho más fácilmente hacia los polos a medida que las aguas se calienten.</p>
<p>Pero en algunos casos estas medidas no serán suficientes para proteger la vida polar. Tal vez tengamos que tomar medidas radicales para favorecer de forma activa la migración de algunas especies. Y, puesto que las especies ya están traspasando las fronteras oceánicas, no son solo las autoridades de los océanos polares las que tendrán que coordinar su labor, sino que deberán hacerlo las autoridades de todo el mundo.</p>
<p>Esta situación pone de relieve la gravedad y la magnitud del impacto que causamos en los ecosistemas marinos. Así pues, no empeoremos las cosas tratando los océanos polares como un recurso económico floreciente. Al contrario, respetemos como se merece la vida que habita en ellos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/124704/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>La investigación del Futuro Antártico fue desarrollada a partir de un taller financiado por el Pew - Bertarelli Ocean Legacy.</span></em></p>Las regiones polares pueden ser cada vez más rentables, pero estos “beneficios” conllevan costes mucho más elevados.Alex Rogers, Professor of Conservation Biology, University of OxfordLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1238732019-09-19T19:53:32Z2019-09-19T19:53:32ZExpedición MOSAiC: comprender mejor la crisis climática gracias al Ártico<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/293182/original/file-20190919-22441-5jk8cx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=37%2C0%2C4200%2C2772&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un oso polar sobre una banquisa.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/polar-bear-on-melting-ice-floe-193652336">FloridaStock/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Noche interminable, osos polares, temperaturas glaciales que descienden hasta -45 °C… A esto se enfrentarán los 600 expertos que van a participar, de forma rotativa, en la expedición <a href="https://www.mosaic-expedition.org/expedition">MOSAiC</a>, la más grande jamás realizada en el corazón del océano Ártico.</p>
<p>Este 20 de septiembre de 2019, el grupo de científicos parte a bordo de un rompehielos que se dejará llevar a la deriva, siguiendo el movimiento del hielo, durante un año. Con un presupuesto de más de 120 millones de euros, el proyecto <a href="https://www.mosaic-expedition.org/">MOSAiC</a> (Multidisciplinary drifting Observatory for the Study of Arctic Climate) es el resultado del esfuerzo de un consorcio internacional de instituciones de investigación polar.</p>
<p>El objetivo principal de esta odisea científica es el estudio del sistema climático ártico, es decir, del conjunto de la atmósfera, el océano, el hielo marino y la biosfera, así como de sus interacciones. ¿Por qué esta expedición científica merece este gran despliegue de recursos?</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/291332/original/file-20190906-175673-9av36i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/291332/original/file-20190906-175673-9av36i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/291332/original/file-20190906-175673-9av36i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/291332/original/file-20190906-175673-9av36i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/291332/original/file-20190906-175673-9av36i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/291332/original/file-20190906-175673-9av36i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/291332/original/file-20190906-175673-9av36i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El rompehielos alemán de investigación Polarstern partirá de Tromso, en Noruega. Una vez que llegue a su destino, navegará a la deriva durante un año a través del océano Ártico, siguiendo el movimiento del hielo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">The Alfred Wegener Institute</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>El sistema climático ártico es particularmente sensible al cambio global. La forma en que reacciona es compleja y ejerce un impacto importante sobre el resto del planeta.</p>
<h2>El Ártico se calienta más rápido</h2>
<p>Para conocer el estado del clima de manera detallada y fiable, podemos consultar el <a href="https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/02/WG1AR5_all_final.pdf">quinto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático</a> (IPCC). El documento concluyó que el Ártico se ha calentado sustancialmente desde la mitad del siglo XXI y que los humanos han contribuido a ese calentamiento. Entre 1972 y 2012, la media anual de la extensión del hielo marino ártico ha disminuido a un ritmo de entre 3,5 y 4,1 por ciento por década. La masa del casquete glaciar de Groenlandia también ha disminuido durante las últimas décadas.</p>
<p>Más recientemente, el <a href="https://arctic.noaa.gov/Report-Card/Report-Card-2018/ArtMID/7878/ArticleID/772/Executive-Summary">informe anual de la NOAA sobre el Ártico</a> ha constatado que en 2018 la tasa de aumento de la temperatura en superficie en el Ártico seguía siendo el doble que la del conjunto del planeta. En este contexto de calentamiento global, es de esperar que los eventos meteorológicos extremos, como el <a href="https://eos.org/articles/greenland-ice-sheet-beats-all-time-1-day-melt-record">récord de deshielo en un solo día del casquete de Groenlandia</a>, sean más y más frecuentes.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/291336/original/file-20190906-175691-pjz4tv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/291336/original/file-20190906-175691-pjz4tv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=558&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/291336/original/file-20190906-175691-pjz4tv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=558&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/291336/original/file-20190906-175691-pjz4tv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=558&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/291336/original/file-20190906-175691-pjz4tv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=701&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/291336/original/file-20190906-175691-pjz4tv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=701&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/291336/original/file-20190906-175691-pjz4tv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=701&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Posible trayectoria del Polarstern correspondiente a una posición de partida a 120° E y 84° N. Los colores de los puntos representan el mes, desde octubre de 2019 a octubre de 2020. Las tonalidades de azul de la imagen representan la concentración de hielo marino.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Alfred-Wegener-Institut</span></span>
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</figure>
<p>El hecho de que el calentamiento en el Ártico sea más intenso se conoce con el nombre de <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0921818111000397">amplificación ártica</a>. Este fenómeno es el resultado de un gran número de procesos físicos interdependientes que tienen lugar en el Ártico.</p>
<p>Un ejemplo de esos procesos es la retroalimentación hielo-albedo. El albedo hace referencia a la capacidad de una superficie para reflejar la energía del sol. Como ejemplo de la vida cotidiana, sabemos por experiencia que el asfalto se vuelve particularmente caliente en verano; esto se debe a que refleja poco la energía del sol. Para luchar contra el fenómeno de <a href="https://theconversation.com/el-retiro-de-madrid-un-oasis-urbano-que-actua-como-climatizador-frente-al-calor-120053">isla de calor </a>en ciertas ciudades, se construyen tejados reflectantes.</p>
<p>En el Ártico, si la temperatura en superficie aumenta, la nieve y el hielo se derretirán más rápido. De esta forma, como el suelo y el océano subyacentes reflejarán mucho menos la energía del sol, la temperatura aumentará. Y así sucesivamente.</p>
<h2>Refinar los modelos climáticos</h2>
<p>Para estudiar la evolución del clima en el tiempo, la comunidad científica ha desarrollado los modelos climáticos. Estos modelos están compuestos de un conjunto de módulos que representan cada uno un componente del sistema climático (atmósfera, océano, etc.).</p>
<p>Tomemos como ejemplo la atmósfera. Para desarrollar un modelo de la atmósfera hay que conocer las leyes físicas que rigen su evolución. Estas leyes se representan con un conjunto de ecuaciones. Si dividimos la atmósfera en un gran número de pequeños cubos, podemos aplicar estas ecuaciones en cada cubo para obtener la evolución de la temperatura, del viento y de otras variables atmosféricas. Así obtendremos una imagen en 3D del comportamiento de la atmósfera en diferentes instantes.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/291338/original/file-20190906-175705-xlggrx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/291338/original/file-20190906-175705-xlggrx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=480&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/291338/original/file-20190906-175705-xlggrx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=480&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/291338/original/file-20190906-175705-xlggrx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=480&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/291338/original/file-20190906-175705-xlggrx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/291338/original/file-20190906-175705-xlggrx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/291338/original/file-20190906-175705-xlggrx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Extensión de la banquisa ártica (superficie del océano con al menos 15 % de hielo marino) en millones de km².</span>
<span class="attribution"><span class="source">National Snow & Ice Data Center</span></span>
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<p>Uno de los principales desafíos para desarrollar los modelos climáticos es el hecho de que ciertos parámetros del modelo deben ser ajustados para poder representar bien procesos físicos como la formación de las nubes. Este ajuste requiere de la disponibilidad de observaciones que nos permitan comprender mejor dichos procesos.</p>
<h2>La importancia de los datos observacionales</h2>
<p>Los satélites polares, que giran alrededor de la Tierra siguiendo una trayectoria norte-sur, pueden proporcionar observaciones de la región ártica con una buena resolución horizontal, es decir, con muchos detalles en el plano horizontal. Sin embargo, el periodo de tiempo que transcurre entre las medidas de un mismo lugar es demasiado largo. Por ello, las observaciones “convencionales”, proporcionadas principalmente por las estaciones meteorológicas en superficie, los barcos y los aviones, son esenciales para estudiar procesos como la formación de nubes en el Ártico. Desafortunadamente, dado que es un lugar aislado, disponemos de pocas mediciones de este tipo en el Ártico.</p>
<p>Y aquí entra en juego MOSAiC. La expedición proporcionará datos observacionales de variables físicas como la temperatura y la humedad del aire. Estos datos contribuirán a la mejora del desempeño de los modelos climáticos, que permitirá la obtención de proyecciones más realistas del cambio climático. Además, el éxito de esta expedición podría sentar las bases para realizar campañas de mediciones en el Ártico aún más ambiciosas.</p>
<p>Pero MOSAiC no es solo una cuestión de científicos. <a href="https://www.mosaic-expedition.org/education/get-conneted/">Profesores y estudiantes de todo el mundo están invitados a hacer preguntas a los investigadores a bordo de MOSAiC y a sugerirles experimentos</a>. Una forma de hacer comprender al máximo número de personas posible que el Ártico es, sin lugar a dudas, cosa de todos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/123873/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rene Laprise recibe fondos de NSERC Discovery Grant, MEOPAR Network of Centres of Excellence and Compute Canada. Está afiliado al consorcio Ouranos sobre la climatología regional y la adaptación a los cambios climáticos.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Marta Moreno Ibáñez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El Ártico es particularmente sensible a los cambios en el clima, la forma en que reacciona es compleja y ejerce un impacto importante sobre el resto del planeta.Marta Moreno Ibáñez, PhD candidate in Earth and atmospheric sciences, Université du Québec à Montréal (UQAM)Rene Laprise, Chair professor, Université du Québec à Montréal (UQAM)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1220742019-09-02T20:30:07Z2019-09-02T20:30:07ZEl Ártico, un termómetro del cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/289674/original/file-20190827-184234-yfmcba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C24%2C4079%2C2673&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/thermometer-winter-snow-on-against-background-1277154607?src=-1-64">Andrei Dubadzel/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El Ártico y los cambios que en él se están produciendo son una alarma sobre el cambio climático. Hay múltiples y variadas evidencias –detalladas por el <a href="https://archive.ipcc.ch/home_languages_main_spanish.shtml">Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)</a>– que sugieren que las actividades humanas están afectando profundamente al sistema climático. </p>
<p>Entre esas pruebas se encuentran el aumento global de las temperaturas, la subida del nivel del mar o el incremento en la intensidad y frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos. Pero si buscamos un verdadero termómetro para el cambio climático, este podría ser el Ártico: se está calentando a un ritmo el doble de rápido que el planeta a escala global.</p>
<p>La responsable de tal calentamiento desproporcionado tiene nombre: <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-47787501">amplificación polar</a>. El transporte de calor desde latitudes bajas y cálidas hacia latitudes altas y frías –junto con otras retroalimentaciones del sistema–, hace que las temperaturas en los trópicos sean más frías y en los polos más cálidas de lo que se esperaría sin estos patrones climáticos de circulación.</p>
<p>Las consecuencias del aumento de las temperaturas en el Ártico son evidentes. En los últimos <a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/2013RG000431">30 años se ha perdido la mitad de hielo marino</a> y <a href="https://theconversation.com/time-will-tell-if-this-is-a-record-summer-for-greenland-ice-melt-but-the-pattern-over-the-past-20-years-is-clear-119307">acelerado la pérdida del casquete glaciar de Groenlandia</a>. También son preocupantes las proyecciones climáticas que alertan de posibles <a href="https://theconversation.com/why-arctic-melting-will-be-erratic-in-the-short-term-35969">veranos sin hielo marino en el océano Ártico para mediados de siglo</a> y de la <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-019-0889-9">pérdida de casi la mitad de la masa total de hielo de Groenlandia para 2100</a>.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/hlVXOC6a3ME?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Evolución del hielo marino Ártico (NASA Climate Change)</span></figcaption>
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<h2>Pérdida de masas de hielo polares y clima global</h2>
<p>Las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la actividad humana son la principal causa del calentamiento global, aunque también existen retroalimentaciones en el sistema que lo potencian. Por ejemplo, el deshielo del Ártico.</p>
<p>No hace mucho, el Ártico solía estar cubierto por una sólida y gruesa capa de hielo marino que persistía todo el verano, reflejando de vuelta al espacio parte de la luz solar (<a href="https://meteoglosario.aemet.es/es/termino/354_albedo">efecto albedo</a>). <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Ice%E2%80%93albedo_feedback">La pérdida de masas de hielo y nieve resta eficiencia al albedo del Ártico</a>, absorbiendo mayor radiación solar por las superficies más oscuras del océano y suelo continental. </p>
<p>El cambio en el albedo polar resulta ser una retroalimentación positiva muy importante del cambio climático, ya que potencia el calentamiento mediante la amplificación polar. </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/HT3IA8hN5JU?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Cómo el deshielo del Ártico afecta al albedo (Science Nordic/NASA Ice-Albedo)</span></figcaption>
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<p>Esta y otras retroalimentaciones en el sistema climático son áreas objeto de una intensa investigación. Hay muchas cuestiones que comienzan a explorarse: ¿existen regiones no polares que sufren impactos asociados a los cambios que se están produciendo en el Ártico? ¿Cómo pueden evolucionar estos impactos en un clima abocado al cambio?</p>
<h2>Lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico</h2>
<p>Puede resultar contraintuitivo pensar que el cambio climático y la amplificación polar resulten en olas de frío más persistentes en invierno, como aquellas registradas estos últimos años en <a href="https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-03-24/tiempo-clima-nieve-cambio-climatico-meteorologia_1353728/">España</a>, <a href="https://noticias.eltiempo.es/una-nueva-corriente-en-chorro-controla-el-tiempo/">Europa</a> y <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-47063723">Norteamérica</a>. </p>
<p>Se podría creer que se trata de una <a href="https://www.abc.es/sociedad/abci-trump-vuelve-burlarse-cambio-climatico-frio-brutal-pasado-calentamiento-global-201811221109_noticia.html">evidencia que argumenta en contra del cambio climático</a>. Sin embargo, mientras unas regiones localizadas sufren heladas, el <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-47036611">resto del planeta se sigue calentando</a>. ¿Qué está ocurriendo entonces?</p>
<p>Cada vez existe más evidencia que indica que la amplificación polar y el calentamiento desproporcionado del Ártico están detrás de este tiempo “loco”. La <a href="https://meteoglosario.aemet.es/es/termino/220_corriente-en-chorro">corriente en chorro polar</a>, caracterizada por fuertes vientos confinados en la alta troposfera y asociada al frente polar de latitudes medias, tiene un papel destacado. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/289595/original/file-20190827-184207-huaqhl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/289595/original/file-20190827-184207-huaqhl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/289595/original/file-20190827-184207-huaqhl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=660&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/289595/original/file-20190827-184207-huaqhl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=660&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/289595/original/file-20190827-184207-huaqhl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=660&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/289595/original/file-20190827-184207-huaqhl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=829&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/289595/original/file-20190827-184207-huaqhl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=829&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/289595/original/file-20190827-184207-huaqhl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=829&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Chorro polar entre noviembre de 2013 y julio 2014.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.climate.gov/news-features/event-tracker/us-temperature-extremes-and-polar-jet-stream">NOAAClimate.gov</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>La existencia del chorro polar, principal responsable de la meteorología en estas latitudes, se debe al gradiente térmico norte-sur. Debido a que el Ártico se está calentando más rápidamente, el chorro polar pierde intensidad y forma “meandros” más pronunciados (igual que un río al perder velocidad su corriente). </p>
<p>Esas curvas que se producen desde el Ártico hacia el sur desplazan masas de aire polares y pueden provocar <a href="https://theconversation.com/a-melting-arctic-and-weird-weather-the-plot-thickens-37314">intensas olas de frío</a>. Al mismo tiempo, <a href="https://theconversation.com/is-warming-in-the-arctic-behind-this-years-crazy-winter-weather-89740">otras zonas registran temperaturas anormalmente elevadas</a> allí donde el chorro polar fluctúa en sentido opuesto.</p>
<p>Parece prematuro vaticinar cómo evolucionará este patrón observado recientemente de inviernos más cálidos acompañados de olas de frío más duraderas. Futuras investigaciones deben arrojar más luz sobre los complejos mecanismos que gobiernan el sistema climático y las perturbaciones que la actividad humana provocan en este. </p>
<p>En cualquier caso, los cambios acentuados que se están produciendo en el Ártico suponen un verdadero termómetro para el cambio climático.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/122074/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Fernando Iglesias-Suarez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El cambio en el albedo debido al deshielo del Ártico provoca una retroalimentación positiva del cambio climático, ya que potencia el calentamiento mediante la amplificación polar.Fernando Iglesias-Suarez, Postdoc de Química Atmosférica y Clima, Instituto de Química Física Rocasolano (IQFR-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/992572018-07-03T22:25:33Z2018-07-03T22:25:33Z‘El tiempo está loco’ pero… ¿es por el cambio climático?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/225987/original/file-20180703-116143-1wwogr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C19%2C6628%2C4398&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Sequía en el pantano de Entrepeñas, Guadalajara.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/landscape-dry-earth-ground-viaduct-extreme-760828588?src=PUyAS6u1GTkq8w7ViJZKMw-1-9">Quintanilla / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cada vez que ocurre un determinado acontecimiento meteorológico digno de un titular en los medios de comunicación, sea una tormenta devastadora, un tiempo anómalamente cálido o frío, una grave sequía, etc., surge la misma cuestión: ¿es debido al cambio climático? </p>
<p>La inevitable pregunta formulada por el periodista, al calor de los tiempos que corren de cambio e incertidumbre, incluyendo el propio cambio climático, se convierte en poco menos que una pesadilla para el especialista, por repetida y por la dificultad de ser respondida de un modo simple y creíble para el ciudadano. </p>
<p>De entrada, hay que recordar que no todo es cambio climático, que la gran mayoría de esos mismos episodios de tiempo severo se han dado innumerables veces en el pasado, sin que entonces se hablara de cambio climático. Y, a continuación, hay que afirmar que el cambio climático está ya entre nosotros, es real.</p>
<h2>Calentamiento global</h2>
<p>En efecto, el calentamiento global, como manifestación más visible del cambio climático, es inequívoco. Así se afirma en el último informe del <a href="http://www.ipcc.ch/home_languages_main_spanish.shtml">Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático</a> (por sus siglas, IPCC), de 2014, auspiciado por Naciones Unidas, que es como la biblia del cambio climático. </p>
<p>Desde 1880 hasta 2012 la temperatura media global del aire en superficie ha aumentado en 0,85ºC. Este incremento no parece gran cosa, pero a nivel global y anualmente resulta muy significativo. </p>
<p>En la cuenca del Mediterráneo, a la que pertenece climáticamente gran parte de España, el aumento ha sido algo superior, de 1ºC. </p>
<p>Algunos de los hechos más destacados consecuencia del calentamiento global son el retroceso casi generalizado de los glaciares y del hielo marino del Ártico, y la subida del nivel del mar. </p>
<p>En Internet el lector puede encontrar numerosas imágenes de glaciares de hace unas décadas y de ahora. La comparación muestra prácticamente siempre una merma del hielo muy notable. Sobre la disminución del hielo del Ártico, dentro de muy pocas décadas quedará, a finales del verano boreal, una ruta libre de él para la navegación comercial por las proximidades del polo Norte. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/165260/original/image-20170413-25901-lmhenr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/165260/original/image-20170413-25901-lmhenr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/165260/original/image-20170413-25901-lmhenr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/165260/original/image-20170413-25901-lmhenr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/165260/original/image-20170413-25901-lmhenr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=520&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/165260/original/image-20170413-25901-lmhenr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=520&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/165260/original/image-20170413-25901-lmhenr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=520&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un oso polar camina sobre placas de hielo al norte de Svalbard.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/polar-bear-walking-across-vast-expanse-428511568?src=cTGuD0yuLx83f8SBBYu5HQ-1-3">wildestanimal/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El nivel del mar</h2>
<p>En cuanto al ascenso del nivel marino, se estima en la actualidad en 3 mm por año, que en un siglo supondría un palmo y medio. Se debe no solo a la fusión del hielo continental, sino también a la expansión térmica del agua cuando aumenta su temperatura. El efecto en las costas bajas y en los espacios insulares es claramente negativo, con aumento de la erosión y pérdida de playas, la salinización de los acuíferos litorales y una mayor afección del frente marítimo durante los temporales de mar.</p>
<p>El calentamiento global y los efectos derivados explicados se refieren al clima, concepto cuya concreción exige largos períodos de observaciones, sea de la temperatura, la lluvia, etc. </p>
<p>Entonces ¿qué puede decirse, en relación al cambio climático, sobre la ocurrencia de un episodio meteorológico destacable por su intensidad o su rareza o incluso de una temporada con un tiempo anómalo o extremo? Por ejemplo, ¿la lluviosa y fría primavera vivida en España en este 2018 tiene que ver con el cambio climático? ¿y si hubiera sido seca y cálida? </p>
<p>Desde la ciencia y el rigor es muy difícil establecer una relación causa-efecto entre el cambio climático y un aguacero torrencial, una ola de calor, una larga sequía o cualquier otro riesgo meteorológico. Esto es así porque el tiempo y sus elementos son intrínsecamente variables en el tiempo y el espacio. </p>
<p>De forma normal de vez en cuando aparece un año o una primavera particularmente fría o cálida, lluviosa o seca. El clima es como una colección de tiempos meteorológicos, muchos de ellos normales o próximos a su media -y así suele definirse el clima, como un promedio de tiempos-, pero algunos alejados de ella, extremos. Siempre ha sido así y lo seguirá siendo en el futuro. </p>
<p>Solo la repetición anómala de un determinado tiempo raro, el aumento claro de la frecuencia de un episodio extremo o la continuada tendencia al alza o a la baja de los valores de una variable climática pueden vincularse al cambio climático. </p>
<p>Por ejemplo, esto es lo que ha ocurrido con la temperatura global, que desde la segunda mitad de los años 70 del siglo XX ha ido aumentando de forma nítida, y ha dado lugar a que todos los años más cálidos desde que existen registros instrumentales suficientes se hayan concentrado en el siglo XXI, excepto 1998. </p>
<p>Es lo que se ha venido en llamar el calentamiento global. En este caso, los test estadísticos permiten determinar si una tendencia es verdaderamente significativa, es decir, no fruto de la propia variabilidad del elemento climático. </p>
<p>En resumen, no todo es cambio climático -como decíamos al comienzo-, no hay que asombrarse por el hecho de que el ‘tiempo esté loco’, frase que surge en cualquier conversación breve de ascensor, porque siempre lo estuvo. Sin embargo, no tenemos dudas en la ciencia del clima de que este está mudando y, además, por nuestra causa.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/99257/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Javier Martín Vide no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>No todo es cambio climático. Siempre ha habido episodios de tiempo severo. Pero el cambio climático está entre nosotros, es real.Javier Martín Vide, Catedrático de Geografía Física, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.