tag:theconversation.com,2011:/us/topics/ecoturismo-58356/articlesecoturismo – The Conversation2019-12-19T20:45:36Ztag:theconversation.com,2011:article/1291052019-12-19T20:45:36Z2019-12-19T20:45:36ZViajar en vacaciones dice sobre nosotros mucho más de lo que creemos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/307969/original/file-20191219-11900-ui3wrb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=3%2C0%2C2584%2C1722&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/stockholm-sweden-july-30-2011-typical-174115208">Shutterstock / Dream Master</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p>¡Tenemos que irnos! </p>
</blockquote>
<p>Las vacaciones se viven como una necesidad fisiológica, como comer o dormir. Son una recompensa por unos meses de duro trabajo, la desconexión del estrés, el deseo de cambiar de aires y “recargar las baterías”. Es una manera de escapar, no tanto del trabajo, como de la vida cotidiana, porque los parados, los jubilados o los adolescentes también viajan. </p>
<p>Irse de viaje es sentirnos libres y descubrir cosas nuevas. Las vacaciones nos reconectan, pasamos tiempo con la familia y los amigos. También nos sirven para cultivar el sentido de pertenencia a una comunidad. Ir al mismo lugar es lógico, ya que lo que cuenta son las reuniones con los padres, los abuelos o los amigos en lugares que están llenos de recuerdos como un camping, el pueblo o la casa familiar. Son lugares importantes de socialización desde la infancia: la playa, las excursiones de montaña, los juegos de petanca, el bar, la discoteca… lo que sea. </p>
<h2>Una obligación social</h2>
<p>Ocurre que ahora las vacaciones son una obligación social. Cuando los padres no pueden salir de viaje envían a sus hijos a colonias o campamentos. Y lo primero que hacen los niños al volver a la escuela después de vacaciones <a href="https://www.cairn.info/sociologie-du-tourisme--9782707152558.htm#">es describirlas</a>.</p>
<h2>Viajes a la carta</h2>
<p>Vender un viaje es vender sueños. Para algunos es un esfuerzo para ralentizar el ciclo de vida y contrarrestar los cambios que nos vuelven obsoletos: los ancianos realizan actividades juveniles, hay segundas lunas de miel, el ecoturismo explota la nostalgia de un estilo de vida más auténtico, la montaña concentra los <a href="https://www.scienceshumaines.com/les-nouvelles-mythologies-du-tourisme_fr_10561.html">imaginarios de la eternidad</a> (duración del mineral) y la pureza moral (fusión espiritual, contemplación monárquica.</p>
<p>Lo que más ha cambiado es la duración, el destino, los gastos adicionales como restaurantes y <em>souvenirs</em>, ir más cerca, más barato, más de tanto en tanto. La motivación de los primeros viajes para los pobres de las contaminadas ciudades del Norte de Inglaterra en el siglo XIX era tomar el tren para huir al campo y la montaña; era un tema moral y político: invertir la alienación y emular la habilidad de los ricos de dejar su hogar. </p>
<h2>Viajes para ricos y para pobres</h2>
<p>Pero es curioso que las clases con trabajos más alienados suelen escoger vacaciones más alienadas: turismo masificado, playa, camping, un <em>tour</em> organizado… La clase acomodada, en cambio, se va de vacaciones más lejos y lo hace más a menudo, y tiene gastos no alimentarios mucho más altos respecto a los primeros. </p>
<p>Es en estas diferencias donde radican las desigualdades sociales. Y el turismo las reproduce. Un 34,2 % de los españoles no puede irse una semana de vacaciones al año, según la encuesta <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/web/products-eurostat-news/-/EDN-20190731-1">Eurostat</a> de 2018. Y la gente piensa que, si no puede permitirse un viaje, su trabajo debe ser un mal trabajo.</p>
<h2>¿Qué pensarán los vecinos?</h2>
<p>Los vecinos y conocidos también nos observan y quedarnos en casa es una forma de castigarnos a nosotros mismos. Lo importante es tener algo que decir a los demás. Es una lógica de diferenciación, por el valor que el turismo tiene de signo de estatus jerárquico y de voluntad de distinguirse del que no puede viajar, al estilo de <em><a href="https://www.unebook.es/es/libro/el-sistema-de-los-objetos_168522">El sistema de los objetos</a></em>, de Jean Baudrillard.</p>
<p>Para irse de vacaciones es necesario tener tres cosas: dinero, tiempo y reconocimiento social (a principios del siglo XX, la ética puritana en Estados Unidos valoraba negativamente a una persona que dilapidara su dinero en vacaciones). </p>
<p>Muchos puentes o la Navidad se pasan en familia, pero no se presume de ello, es menos gratificante, así que solo lo comentamos entre nosotros; y en cambio con los demás presumimos de que hemos estado “el Año Nuevo en Nueva York” o “de compras por Londres”. </p>
<h2>Exagerando el relato</h2>
<p>El <a href="https://www.20minutos.es/noticia/1159973/0/vacaciones/relato/espanoles-mienten/">10 % de los españoles</a> reconoce haber exagerado en el relato de sus vacaciones para generar envidia, superando así el 7 % de la media europea.</p>
<p>Según <a href="https://www.amazon.fr/Triomphe-dune-utopie-Jean-Viard/dp/2815908107">Jean Viard</a>, sale mucho más barato ir siete días al sol que a esquiar a Sierra Nevada o a Chamonix. El esquí se ha vuelto más caro, además de que se ha convertido en una actividad deportiva: si antes era un juego, hoy las pistas las ocupan los buenos esquiadores, lo que excluye a los gordos y a los mayores, a los que no están en forma.</p>
<p>Tradicionalmente, se iba en verano a la playa y en invierno a la montaña. Hoy, este tiempo es arrítmico: irse a la playa en invierno es como comer tomates a mediados de diciembre.</p>
<p>También la necesidad fisiológica de luz parece real en ciertos países situados en el extremo norte de Europa.</p>
<p>También se ha convertido en un imperativo social (para algunos) estar de manera permanente ligeramente bronceados. Es un signo de pertenencia a una rama determinada de la sociedad. </p>
<p>Sea lo que sea, viajar es casi una “obligación” social. Disfrutar más o menos es casi secundario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/129105/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>David Lagunas no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Viajar es un placer, pero también un distintivo de que nuestra posición social es buena. El lugar donde vayamos y el tiempo que estemos en él dará a los demás datos sobre nuestra posición social.David Lagunas, Profesor de antropología, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1262202019-11-04T20:40:31Z2019-11-04T20:40:31ZCómo lograr que el turismo siga siendo un motor económico… sin calentar el planeta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/299736/original/file-20191031-187912-y5g09o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4199%2C2891&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/passengers-airport-210042937?src=6lgGWe0sMENpiycea3gfaw-1-13">Shutterstock/06Photo</a></span></figcaption></figure><p>Gracias a la llegada de 82,8 millones de turistas extranjeros, 2018 fue otro año récord para España. Estos gastaron unos 90 000 millones de euros, lo que confirma la solidez del sector turístico español y su situación de privilegio a nivel mundial. </p>
<p>Por otra parte, los residentes en España realizaron en 2018 unos 200 millones de desplazamiento por ocio. El 90 % de estos no traspasó las fronteras nacionales. </p>
<p>Todos los datos anteriores pueden verse en las <a href="https://www.ine.es/daco/daco42/frontur/frontur1218.pdf">encuestas y estadísticas que elabora el INE</a>, que también indican que la contribución al PIB del sector en 2018 se aproximó al 12 % y su aportación al empleo fue un punto porcentual superior. </p>
<p>El sector turístico ha recuperado la primera posición en las cifras de producción anual de bienes y servicios de nuestro país.</p>
<h2>¿Y qué pasa con las emisiones GEI?</h2>
<p>El resumen anterior dibuja la situación venturosa del turismo en España, pero esta actividad humana requiere desplazamientos y es intensiva en transporte. Esto nos introduce en otro plano de la realidad del turismo, pues el transporte es el sector con más peso en las emisiones de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Gas_de_efecto_invernadero">gases de efecto invernadero (GEI)</a> de nuestro país. </p>
<p>Según el <a href="https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/sistema-espanol-de-inventario-sei-/avance-gei-2018_tcm30-496677.pdf">avance de cifras para 2018 del Ministerio para la Transición Ecológica</a>, el transporte contabiliza el 27 % del total del inventario de emisiones de GEI. Este porcentaje recoge la totalidad de las emisiones derivadas del transporte, tanto de mercancías como de personas, en cualquiera de sus medios y cualquiera que sea el propósito del desplazamiento. </p>
<h2>Turismo y emisiones</h2>
<p>Centremos la cuestión en las emisiones de la actividad turística. </p>
<p>Cuando las Naciones Unidas declararon 2017 <a href="https://media.unwto.org/es/press-release/2017-01-16/2017-ano-internacional-del-turismo-sostenible-para-el-desarrollo">Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo</a> se proporcionaron las siguientes estimaciones del impacto del turismo en las emisiones globales: <strong>5 %</strong>. Este porcentaje se descompondría en el 4 % generado por el transporte turístico y el 1 % por el sector de alojamiento. Dentro del transporte casi tres cuartas partes de su impacto se concentrarían en el medio aéreo (40 %) y en los viajes en automóvil (32 %). Unos pesos y proporciones que ya conocía la Organización Mundial del Turismo desde la década anterior.</p>
<p>Fue en 2018 cuando un trabajo de la Universidad de Sidney publicado en <a href="https://go.nature.com/2JtiVAO"><em>Nature Climate Change</em></a> agitó el escenario, bastante complaciente, desde el que se observaba la contribución del turismo a la emisión global de GEI. Con una nueva metodología que investigaba lo que sucedía en áreas hasta entonces no tenidas en cuenta, como las cadenas de suministros de los bienes y servicios que consumen los turistas, el nuevo impacto global en las emisiones de GEI del turismo se situaba en el <strong>8 %</strong>. </p>
<p>También resultaba preocupante que el trabajo se refiriese a datos del periodo 2009 a 2013, que mostraban un crecimiento del 15 % en las emisiones. </p>
<p>Los elevados ritmos de crecimiento son un dato distintivo de las magnitudes asociadas al turismo. Un grupo de investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha, trabajando con datos de 2007, <a href="https://www.castillalamancha.es/sites/default/files/documentos/pdf/20181220/informe_inventario_gei_1990_2016.pdf">estimó en el <strong>10,6 %</strong></a> el impacto de la actividad turística en las emisiones globales de GEI en nuestro país. El reparto era bastante equitativo entre el turismo que viene del extranjero y el que realizan los residentes en España, tanto doméstico como emisor. </p>
<p>Dejando a un lado las diferencias metodológicas, el 5 % de la Organización Mundial del Turismo como cifra de referencia de la contribución del turismo a las emisiones contaminantes se quedaba muy corto en el caso de un país como España, intensivo en turismo. Incluso el 10,6 % indicado puede ser una cifra poco representativa, pues se producía en un país que en 2007 recibía 60 millones de turistas, lejos de los 83 millones de 2018.</p>
<h2>El 80% de los turistas usa el avión</h2>
<p>En resumen, la actividad turística se situaría en el grupo de cabeza de las actividades emisoras de GEI a nivel planetario. Esto tiene un especial significado para nuestro país, cuya economía depende mucho del turismo. A esto se añadiría que nuestros visitantes usan de modo intensivo el avión, medio escogido por el 80 % de los millones de turistas que recibimos y que, a su vez, es el medio de transporte que produce una mayor emisión de GEI por pasajero y kilómetro transportado. </p>
<p>Pese a los múltiples retos y dificultades que deben superarse, la mayoría de los países del planeta ha suscrito el <a href="https://bit.ly/2WlXrex">Acuerdo de París de 2015</a> que, entre otros compromisos, requiere a los países firmantes reducir en un 40 % el nivel de emisiones de GEI respecto al de 1990. Además, los <a href="https://bit.ly/2BSgpQE">objetivos del milenio (ODS)</a> son un estándar en las políticas internacionales para llegar a un desarrollo sostenible y equitativo.</p>
<p>En este contexto, los gobiernos no solo necesitan honrar los compromisos suscritos, sino también responder a una demanda ciudadana progresivamente más beligerante contra el calentamiento del planeta. Esto ha producido una larga lista de actuaciones de mejora, muchas de ellas ya puestas en práctica. </p>
<p>Las mayores dificultades para el logro de este objetivo irrenunciable se observan en el transporte. Las estadísticas de la Agencia Europea del Medio Ambiento muestran que es el único sector <a href="https://bit.ly/2puyBx9">cuyas emisiones han aumentado en la UE</a> en relación con 1990. </p>
<h2>¿Cómo solucionarlo?</h2>
<p>Con un propósito sumamente simplificador, se comentan dos grupos de soluciones para el transporte con muy diferentes efectos sobre el turismo:</p>
<p><strong>Soluciones tecnológicas</strong></p>
<p>Están centradas en el cambio de los combustibles y sistemas de propulsión. En el transporte terrestre por carretera los motores eléctricos y de hidrógeno anticipan buenas expectativas de eliminación de combustibles fósiles. La sustitución de estos últimos por biocombustibles es un asunto delicado por el riesgo de deforestación. En cambio, en el transporte aéreo, los aviones eléctricos <a href="https://bit.ly/2Wpcbcl">son todavía prototipos</a>.</p>
<p>No deben olvidarse otras audaces soluciones tecnológicas como el <a href="https://bit.ly/2Nn4lvL">hyperloop</a>, que conjugaría la velocidad del avión y las emisiones de los trenes eléctricos, pero no resolvería las barreras de agua y seguramente no se adapte bien a los tráficos requeridos por el transporte turístico.</p>
<p><strong>Soluciones de conciencia</strong></p>
<p>Estas incluirían los impuestos. Por ejemplo, para eliminar la asimetría en el trato del queroseno para aviación, que no paga impuestos especiales ni IVA en recorridos domésticos o intracomunitarios, cosa que sí hace la gasolina. También la reducción del uso del avión, que podría sustituirse por el tren para distancias de hasta 800 km en las que no se interpongan barreras de agua.</p>
<p>Es evidente que estas medidas reducirían el número de desplazamientos por avión y tendrían un impacto negativo sobre el turismo, por lo que encuentran un gran rechazo entre los agentes de un sector económico al que nuestra economía resulta especialmente sensible. </p>
<p>Parece también evidente que el calentamiento global supone un riesgo estratégico de enorme envergadura para la industria turística pues, junto a otros problemas, habría comenzado a afectar a los viajes por avión de los que esta industria depende intensamente. </p>
<h2>¿Hay alguna luz al final del túnel?</h2>
<p>Los indicios apuntan a esperanzadores avances en el campo de la energía de fusión <a href="https://bit.ly/2Jwm4A5">en el mundo de la aviación</a>. Un motor de fusión compacta fue presentado <a href="https://bit.ly/32Zd1z3">en 2013</a> y, recientemente, la US Navy ha patentado un motor de fusión <a href="https://bit.ly/2PDqR6i">sin necesidad de bobinas superconductoras</a>. Es obvio que debe recorrerse todavía un camino para la construcción de prototipos, su validación y comercialización, pero se alcanza a ver luz al final del túnel, la misma luz que nos llega de las estrellas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/126220/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El turismo es un motor para la economía española pero, al mismo tiempo, una fuente importante de gases de efecto invernadero.Fernando García Caro, Profesor Asociado de Gestión de Transportes Turísticos, Universidad Complutense de MadridJorge Rafael González Teodoro, Doctorando en el departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de Extremadura, Universidad de ExtremaduraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1247042019-10-16T20:15:27Z2019-10-16T20:15:27ZLa crisis climática está aumentando el valor económico de los polos: cuidado con los oportunistas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/295979/original/file-20191008-128648-29ccrn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=37%2C0%2C12428%2C7023&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/Jy4-xk34q0s">Paul Carroll / Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Las regiones polares <a href="https://theconversation.com/ipcc-report-paints-catastrophic-picture-of-melting-ice-and-rising-sea-levels-and-reality-may-be-even-worse-124193">se encuentran en una situación difícil</a>. Los hielos marinos están retrocediendo, las plataformas de hielo se están derrumbando y los océanos están <a href="https://theconversation.com/global-warmings-evil-twin-ocean-acidification-19017">calentándose y acidificándose</a>.</p>
<p>Pero lo que se les viene encima a estas regiones no es solo fatalidad y pesimismo. En realidad, a corto plazo, las aguas del Ártico y la Antártida van a ver aumentar su valor económico para el ser humano, lo que supone un tipo de amenaza diferente para el futuro de estas zonas. Comprender cómo encaja este auge de las regiones polares en el contexto general es decisivo si se quiere que estas zonas reciban la protección que necesitan.</p>
<p>El océano Antártico es el cuarto más grande de los cinco océanos principales, aunque por sí solo representa <a href="https://www.ipcc.ch/srocc/home/">más de un tercio de la ganancia de calor</a> observada en los dos kilómetros superiores de los mares del mundo en los últimos 50 años. En la Antártida las temperaturas están <a href="https://theconversation.com/climate-shenanigans-at-the-ends-of-the-earth-why-has-sea-ice-gone-haywire-69485">subiendo mucho más rápido que la media mundial</a>.</p>
<p>Recientemente, junto con un equipo multidisciplinar de científicos de todo el mundo, he examinado <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-marine-010419-011028">lo que van a suponer estos cambios para el futuro de la Antártida</a>. Sorprendentemente, algunas de las conclusiones pueden parecer, a primera vista, positivas.</p>
<p>Puesto que las capas de hielo se retraen y el mar se congela durante períodos más cortos, habrá una mayor cantidad de agua en forma líquida. Eso hará que aumente el número de algas microscópicas, también denominadas fitoplancton, que constituyen la base fundamental de la cadena alimentaria marina. Al tratarse de organismos fotosintéticos, es probable que los ecosistemas antárticos eliminen de la atmósfera más dióxido de carbono que antes.</p>
<p>También es posible que las algas microscópicas <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0065288115000048">favorezcan el desarrollo de los peces</a>. Cuando las aguas antárticas queden más libres de hielo, los buques pesqueros podrán capturar esa pesca durante períodos más largos del año. En el Ártico, los pescadores del mar de Barents, al norte de Noruega, ya están sacando provecho de unos <a href="https://www.pnas.org/content/111/9/3478.short">bancos de bacalao del Atlántico que han alcanzado máximos históricos</a>, pues las poblaciones de bacalao se han desplazado hacia el Norte en busca de aguas más frías.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/295101/original/file-20191001-173337-13g3t91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Fitoplancton, la base microscópica de la cadena alimentaria marina.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/RDEaV381Cxg">NOAA/Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por otra parte, los polos son destinos turísticos cada vez más populares. Las pequeñas aldeas inuit se ven inundadas constantemente de turistas que llegan en cruceros, y el retroceso de los hielos marinos permitirá que más buques exploren zonas que antes eran inaccesibles.</p>
<h2>Visión de conjunto</h2>
<p>Por más que estos datos maquillen con cierto optimismo la crisis climática, no hay que fiarse. Algunos sectores, vendiendo este calentamiento como algo beneficioso, van a intentar, inevitablemente, aprovechar el aumento del valor económico de las regiones polares, y tal vez traten de debilitar la voluntad de adoptar medidas climáticas urgentes.</p>
<p>Para estar prevenidos contra estos intentos, es importante entender que los “beneficios” acarrean costes mucho más graves.</p>
<p>En primer lugar, si bien es cierto que, a corto plazo, los aspectos de los ecosistemas polares que generan dinero para los humanos pueden salir reforzados, muchos animales que representan beneficios menos directos pagarán las consecuencias. <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-marine-010419-011028">Numerosos estudios muestran</a> que algunas especies antárticas que necesitan <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Euphausiacea">kril</a> y un entorno helado para vivir, como el pingüino de Adelia y el pingüino macaroni, ya están disminuyendo. En el futuro, el rorcual aliblanco, que depende de los hielos polares, y las focas que viven en hielo compacto pueden perder gran parte del hielo marino que necesitan para alimentarse y reproducirse.</p>
<p><a href="https://www.caff.is/assessment-series/431-state-of-the-arctic-marine-biodiversity-report-full-report">En el Ártico</a>, es probable que la foca arpa y el oso polar sufran el mismo destino, y el narval, por su parte, puede verse expuesto a nuevos depredadores, como las orcas que se desplazan hacia el Norte. El aumento de la pesca y el turismo añadiría más presión sobre estas formas de vida precisamente cuando más protección necesitan contra la crisis climática.</p>
<p>En segundo lugar, cualquier beneficio que los humanos puedan obtener de los polos se producirá a expensas de otras regiones oceánicas. Por ejemplo, un mayor volumen de fitoplancton en las aguas superficiales de la Antártida consumirá más nutrientes, y dejará menos cantidad para que las corrientes los lleven a regiones oceánicas situadas más al Norte. Del mismo modo, el calor hace que las aguas superficiales de estas regiones se mezclen menos con las aguas más profundas, ricas en nutrientes. Esta combinación de factores implica que todo aumento del fitoplancton y de las poblaciones de peces en los polos se verá contrarrestado por menguas en otros lugares.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/295099/original/file-20191001-173375-21u459.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Las islas subantárticas, como Georgia del Sur, que alberga las mayores colonias de pingüinos rey del planeta, son especialmente vulnerables a la crisis climática.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:South_Georgia_Photo_by_Sascha_Grabow.jpg">Sascha Grabow/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por otra parte, mientras que muchas especies migran a aguas más frías a medida que los océanos se calientan y se vuelven incómodos para vivir, hacia lugares donde, de camino, encuentran grandes extensiones de aguas profundas, las especies que viven en los hábitats costeros no tienen adónde ir. Muchas especies que habitan <a href="https://www.researchgate.net/profile/Craig_Johnson7/publication/280572286_The_Great_Southern_Reef/links/5678888c08ae0ad265c834c2/The-Great-Southern-Reef.pdf">la costa sur de Australia</a>, como el pez arlequín, se encuentran en peligro de extinción por esta causa.</p>
<h2>Proteger los polos</h2>
<p>Los próximos decenios plantean un escenario de gestión sumamente espinoso para quienes desean que los océanos Ártico y Antártico estén sanos y protegidos. Pero hay diversas medidas que la comunidad mundial puede adoptar para ayudar a conservar la extraordinaria vida marina de los ecosistemas polares.</p>
<p>En primer lugar, necesitamos ampliar nuestros conocimientos. Proteger las especies y los ecosistemas marinos reviste una dificultad enorme, en parte porque todavía no sabemos a ciencia cierta qué especies viven dónde en los mares Ártico y Antártico. Adquirir un mayor conocimiento ayudará a tomar mejores decisiones.</p>
<p>En segundo lugar, los gobiernos y los organismos reguladores deben transmitir con firmeza la idea de que los polos no están en venta. Hay territorios subantárticos británicos y franceses, como las Islas Sándwich del Sur y las islas de San Pablo y Ámsterdam, que todavía <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0065288115000048">no gozan de una protección integral</a>. Corregir esta situación sería un buen comienzo.</p>
<p>Del mismo modo, las organizaciones que gestionan la pesca y otras industrias marinas deberían empezar a cuantificar la forma en que sus actividades afectan a la vida silvestre. Cuando la pesca dé lugar a una disminución del número de especies, debería ordenarse a las pesquerías que redujeran su explotación a niveles seguros.</p>
<p>Por último, <a href="https://www.ipcc.ch/srocc/home/">es preciso que los gobiernos trabajen en colaboración</a>. Las distintas zonas de los océanos polares están gestionadas por naciones diferentes, y la falta de comunicación impide protegerlas de forma adecuada. Una labor unificada de conservación podría crear amplias redes ininterrumpidas de zonas protegidas. Estas redes ayudarían a que las especies, e incluso ecosistemas enteros, se desplazaran mucho más fácilmente hacia los polos a medida que las aguas se calienten.</p>
<p>Pero en algunos casos estas medidas no serán suficientes para proteger la vida polar. Tal vez tengamos que tomar medidas radicales para favorecer de forma activa la migración de algunas especies. Y, puesto que las especies ya están traspasando las fronteras oceánicas, no son solo las autoridades de los océanos polares las que tendrán que coordinar su labor, sino que deberán hacerlo las autoridades de todo el mundo.</p>
<p>Esta situación pone de relieve la gravedad y la magnitud del impacto que causamos en los ecosistemas marinos. Así pues, no empeoremos las cosas tratando los océanos polares como un recurso económico floreciente. Al contrario, respetemos como se merece la vida que habita en ellos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/124704/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>La investigación del Futuro Antártico fue desarrollada a partir de un taller financiado por el Pew - Bertarelli Ocean Legacy.</span></em></p>Las regiones polares pueden ser cada vez más rentables, pero estos “beneficios” conllevan costes mucho más elevados.Alex Rogers, Professor of Conservation Biology, University of OxfordLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1016162018-08-16T23:40:41Z2018-08-16T23:40:41ZManual de buenas costumbres para ir al retrete como un turista ejemplar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/232377/original/file-20180816-2897-1xo6866.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5973%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/banos-bathroom-sign-on-trail-el-1115647649?src=N7S7PdFP4e3nuOJnT5sPkg-1-14"> Jeremy Christensen / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Si bien la mayoría de los turistas buscan experiencias culinarias o un buen clima a la hora de elegir el destino, unos sanitarios “practicables” en los aseos también son importantes para la gran mayoría de los viajeros.</p>
<p>Puede que crea que preferir una taza de WC en lugar de otra es una cuestión de comodidad, pero es bueno que sepa que el asunto tiene un gran impacto sobre la población local y el medio ambiente. De hecho, muchos de los problemas relacionados con el turismo tienen que ver con el inodoro.</p>
<p>Los estudios científicos revelan que en algunas regiones del mundo, más del <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0261517711000793">40% del agua</a> es consumida por los turistas. Los viajeros tienden a tirar de la cadena del WC<a href="https://www.tourismconcern.org.uk/wp-content/uploads/2014/09/Unit2-Resource-A-1.pdf"> muchas más veces </a>que los habitantes locales. Este uso excesivo del agua dulce para los aseos de los turistas priva a los habitantes de un recurso escaso y esencial para beber, lavar y cocinar.</p>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">No tema.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/old-style-japan-toilet-415484425?src=dQP67N10AKsBsw_E8TjrIg-1-3">Heemsuhree/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El creciente número de turistas acarrea graves repercusiones medioambientales. Los sistemas locales de alcantarillado a menudo tienen dificultades para gestionar la afluencia de desechos orgánicos provocado por la llegada de los viajeros. Muchas islas pequeñas con una infraestructura rudimentaria, <a href="https://www.researchgate.net/profile/Michelle_Mycoo/publication/249023794_Sustainable_Tourism_Using_Regulations_Market_Mechanisms_and_Green_Certification_A_Case_Study_of_Barbados/links/5591255108aed6ec4bf69627.pdf">como Barbados</a>, no tienen más remedio que verter las aguas residuales sin tratar directamente al mar, poniendo en peligro vastas extensiones de los arrecifes de coral del Caribe.</p>
<p>Esta inundación defecatoria también amenaza las escasas reservas de agua. En Ciudad del Cabo, por ejemplo, los hoteles se han visto obligados a <a href="http://www.independent.co.uk/travel/news-and-advice/cape-town-drought-water-shortage-luxury-five-star-hotels-day-zero-laundry-showers-toilet-flush-pool-a8191966.html">racionar el consumo </a>de sus clientes debido a la sequía que sufre la región. En Bali, el <a href="http://www.idepfoundation.org/en/bwp/summary">rápido agotamiento de los recursos hídricos</a> está ligado a un fuerte aumento de la demanda turística.</p>
<h2>Complejo de superioridad en el WC</h2>
<p>Estos riesgos económicos y ambientales a menudo tienen su origen en un equivocado sentido de superioridad cultural que nos acompaña hasta el baño. Internet está <a href="https://thetravelmanuel.com/why-malaysia-has-the-worst-toilets-in-the-world/">atestada de historias de terror de viajeros</a> sobre sus experiencias en el cuarto de baño, escritas con muy poca sensibilidad hacia la realidad social de sus lugares de destino y que revelan un escaso compromiso cívico.</p>
<p>Los que tienen la suerte de viajar deberían tener en cuenta esta importante cifra: según los cálculos de las Naciones Unidas (2017), el <a href="http://www.unwater.org/new-publication-whounicef-joint-monitoring-programme-2017-report/">61% de la población mundial</a> -unos 4.500 millones de personas- no tiene acceso a letrinas salubres para la eliminación de desechos.</p>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/xtn21JwhPiE?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
</figure>
<p>Tal vez habría que recordar que los hábitos de los países ricos dentro del cuarto de baño están lejos de ser perfectos. Por ejemplo, <a href="https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2015/may/18/truth-about-poo-doing-it-wrong-giulia-enders-squatting">defecar en cuclillas</a> en lugar de sentado en la taza es más beneficioso para el colon. O bien: en lugar de mirar hacia otro lado, echar un vistazo a los excrementos antes de tirar de la cadena puede ser un valioso control sobre nuestro <a href="https://www.cnwl.nhs.uk/wp-content/uploads/Healthy_Bowel-_Patient_Information_leaflet.pdf">estado de salud</a>.</p>
<p>Existen diferentes soluciones de saneamiento adecuadas para cada situación. El <a href="http://www.worldbank.org/en/news/feature/2017/11/17/world-toilet-day-2017">Banco Mundial</a> y el <a href="https://www.worldwildlife.org/magazine/issues/fall-2016/articles/sustainable-toilets-and-their-role-in-freshwater-conservation">Fondo Mundial para la Naturaleza</a> (WWF) han trabajado para promover innovaciones en materia de inodoros en todo el mundo, desafiando los prejuicios sobre el tema en aras a contribuir a un desarrollo sostenible.</p>
<p>Por ejemplo, los <a href="http://www.worldbank.org/en/news/feature/2017/11/17/world-toilet-day-2017">retretes desviadores de orina en Bolivia</a> son el eslabón esencial de una cadena que transforma los desechos en fertilizantes para los cultivos. La Universidad de Cranfield (Reino Unido) está desarrollando <a href="http://www.nanomembranetoilet.org/">inodoros <em>nano membrana</em></a>, que convierten las heces y la orina en agua limpia y energía, sin usar electricidad o agua externa.</p>
<h2>Baños de compost y urinarios sin agua</h2>
<p>Algunos destinos turísticos occidentales ya están reconsiderando su “política” de inodoros. Los baños de compost instalados en varias reservas naturales escocesas han sido <a href="https://www.fvl.org.uk/files/2314/5933/7417/Eco-loo_Case_Studies.pdf">acogidos con éxito entre sus visitantes</a>. El Zoológico de Melbourne, entre otros, ha dotado de <a href="https://www.zoo.org.au/about-us/vision-and-mission/environmental-sustainability/saving-water">medidas de conservación y reciclaje </a>de agua en sus baños, incluyendo urinarios sin agua. El uso cada vez mayor de estas prácticas, alentado por las autoridades y las empresas, contribuirá sin duda a cambiar el comportamiento de los turistas cuando viajen lejos.</p>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/jGPpXF7y9Rg?wmode=transparent&start=37" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
</figure>
<p>Hay cambios sencillos que los viajeros pueden adoptar cuando van al baño y que tendrán un impacto positivo sobre el medio ambiente y el entorno local, incluso pueden hacer que la experiencia de sus vacaciones sea más enriquecedora. </p>
<p>Hay que recordar que los diferentes entornos ecológicos implican diferentes estilos de ir al baño. </p>
<ol>
<li><p>Evite siempre tirar toallitas y otros desechos no biodegradables al inodoro. </p></li>
<li><p>En zonas de sequía, tenga cuidado con el uso del agua. No exija a los habitantes locales lo que no tienen. </p></li>
<li><p>Limite la duración de sus duchas, cierre el grifo mientras se cepilla los dientes </p></li>
<li><p>Y <a href="http://www.independent.co.uk/travel/news-and-advice/cape-town-drought-water-shortage-luxury-five-star-hotels-day-zero-laundry-showers-toilet-flush-pool-a8191966.html">no tire de la cadena solo por un pis</a>. </p></li>
</ol>
<p>Gestos como éstos beneficiarían mucho a los habitantes de destinos turísticos en los países en desarrollo. </p>
<p>Apoye a los pequeños establecimientos: puede que sus inodoros no brillen, pero la experiencia podría ser más que memorable. Recordemos aquí que el turismo de lujo en los países en desarrollo<a href="https://theconversation.com/is-it-ethical-to-take-a-luxury-holiday-in-a-developing-country-80984"> rara vez beneficia a los necesitados</a>.</p>
<h2>Un museo de retretes</h2>
<p>Por último, alimente su sentido de la aventura. Si quiere vivir como un local, defeque como un local. Empaquete su desinfectante de manos y el papel higiénico de repuesto y sumérjase en la cultura local. Hay numerosas atracciones turísticas sobre el asunto del baño que merecen una visita, como por el <a href="https://www.theguardian.com/world/2012/nov/09/south-korea-toilet-theme-park">Museo Haewoojae</a> en Corea del Sur, dedicado por entero a los retretes.</p>
<p>No deberíamos esperar que todos los inodoros fueran como los nuestros. Si explorar otras formas de vida y ampliar nuestros horizontes es la esencia del turismo, por el bien del medio ambiente, ya es hora de que nos volvamos más abiertos y aventureros con nuestro aseo cuando viajamos. Así que si viaja a Roma, límpiese como lo hacían los romanos… <a href="https://www.theatlantic.com/health/archive/2016/01/ancient-roman-toilets-gross/423072/">¡con un palo con una esponja húmeda en un extremo!</a></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/101616/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Brendan Canavan no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Viajar implica aventura y tolerancia: abrirse a las costumbres y hábitos locales sin prejuicios. También al ir al baño. Sólo así el turismo dejará de ser una plaga y será una actividad sostenible.Brendan Canavan, Senior Lecturer in Marketing, University of HuddersfieldLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.