tag:theconversation.com,2011:/us/topics/edad-56414/articlesedad – The Conversation2023-12-25T22:07:27Ztag:theconversation.com,2011:article/2200582023-12-25T22:07:27Z2023-12-25T22:07:27ZDiscriminación por mes de nacimiento: el efecto de la edad relativa en el deporte<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/567246/original/file-20231222-17-a5431m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=289%2C96%2C4003%2C2401&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hot-football-moments-428800837">Sergey Nivens/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El efecto de la <a href="https://www.tecnicodeportivo.net/efecto-edad-relativa-rae-deporte/">edad relativa</a> –Relative Age Effect (RAE)– se produce cuando, en un ámbito concreto hay una presencia menor de personas nacidas en los últimos meses próximos al corte de edad a partir del cual se pasa a una nueva categoría. Generalmente, ese corte se produce con el año natural, aunque también hay cortes en otros meses. El más frecuente suele ser agosto. Las competiciones deportivas y los cursos escolares se suelen organizar siguiendo el año natural.</p>
<p>De hecho, el deporte es, sin duda, uno de los ámbitos en los que más se manifiesta este efecto. El primer estudio sobre él se realizó en 1985. Se llamaba <a href="https://www.researchgate.net/publication/284328248_Hockey_success_and_birthdate_The_relative_age_effect"><em>Hockey success and birthdate: The RAE</em></a>. Los investigadores descubrieron que en la liga juvenil de hockey sobre hielo de Canadá había un 40 % de jugadores que habían nacido en enero, febrero o marzo. Pronto se comenzaron a hacer estudios sobre esas circunstancias en el deporte más practicado en el mundo, el fútbol, ya que el RAE se produce generalmente entre hombres que compiten en los deportes con gran masa crítica de jugadores en el momento en que los equipos hacen la captación y selección de sus categorías inferiores. </p>
<p>Este efecto tiene lugar también en otros deportes, siempre que estos tengan un gran número de practicantes en el momento en el que se realiza esa selección de jugadores. Para entender por qué se produce hay que tener en cuenta que el proceso de captación se lleva a cabo en edades en las cuales <a href="https://revista-apunts.com/wp-content/uploads/2020/11/53-57.pdf">hay grandes diferencias de desarrollo psicomotriz, de peso y de estatura</a> entre los nacidos en los primeros meses y los nacidos en los últimos. Esta primera selección es decisiva tanto para los escogidos como para los no escogidos en ese momento. </p>
<h2>Los tres efectos más comunes</h2>
<p>A partir de ahí, hecha esta selección sesgada, se producen tres efectos que ayudan a consolidarla, tal y como se explica en el estudio <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/17461391.2013.775352"><em>A proposed theorital model to explain RAE in sport</em></a>. El primero de ellos es el efecto Mateo, en referencia a la parábola de los talentos de su evangelio (<a href="https://www.jw.org/es/biblioteca/biblia/nwt/libros/mateo/25/">Mateo 25:14-30</a>), que dice que el que más tiene más recibirá. En el caso del RAE, el efecto se explica porque estos jugadores elegidos recibirán la ayuda de técnicos y entrenadores para ascender hacia la élite. </p>
<p>El efecto Pigmalión debe su nombre al mito griego por el que un escultor acabó enamorándose de la estatua que él mismo había creado. Este efecto hace que los entrenadores infundan expectativas que condicionarán la evolución de los jugadores. </p>
<p>Por su parte, el efecto Galatea, que es incluso más potente que el Pigmalión, hace referencia a las propias expectativas que uno tiene de sí mismo. En este caso, habrá un aumento de la autoestima de los niños elegidos y esta es muy necesaria para superar los retos a los que se enfrenta el deportista en su ascenso en equipos de alto rendimiento. Los efectos contrarios se producirán en los niños no elegidos, que se verán relegados a tener peores entrenadores o incluso a perder la motivación y dejar ese deporte. También podrían ver rebajadas las expectativas que los demás tienen depositadas en ellos y, por lo tanto, perder su autoestima.</p>
<h2>¿Cómo funciona en el fútbol europeo?</h2>
<p>Estudios en las <a href="https://www.jhse.ua.es/article/view/2013-v8-n4-relative-age-effect-in-european-professional-football">grandes ligas europeas de fútbol</a> han mostrado cómo alrededor del 75-80 % de los jugadores de cantera de los grandes equipos habían nacido en el primer semestre del año y cómo este efecto se iba diluyendo sin que se solucionase del todo, pues en la élite aún seguía habiendo un 60-65 % de nacidos entre enero y junio. Otros estudios muestran las diferencias en la selección en canteras <a href="https://doi.org/10.1080/23311975.2023.2275377">en función del modelo de los propietarios del club</a>. Los clubes propiedad de organizaciones públicas no muestran RAE, mientras que en los privados es mucho más habitual.</p>
<p>Si sumamos el efecto producido en diferentes países y a lo largo de los años estaremos ante una gran cantidad de jugadores nacidos al final del año que no fueron profesionales cuando merecían serlo. Ese talento mal seleccionado tiene implicaciones éticas, deportivas y económicas. Éticas porque se produce una discriminación por razón de mes de nacimiento; deportivas porque la calidad media de los jugadores será peor; y económicas porque los jugadores tendrán menor valor medio –además de por utilizar recursos para entrenar a jugadores que no merecían la selección–.</p>
<p>A pesar de ser descubierto hace ya cuatro décadas, y tras<a href="https://doi.org/10.3390/children8121117"> muchas publicaciones científicas que confirman el efecto</a>, este se sigue produciendo hoy. Sirva como ejemplo una revisión reciente de las canteras españolas, concretamente <a href="https://efsupit.ro/images/stories/august2018/Art%20208.pdf">de los tres equipos de fútbol dominantes en España –Atlético de Madrid, F.C. Barcelona y Real Madrid–</a>: observamos que había 346 jugadores nacidos en el primer trimestre y únicamente 43 entre octubre y diciembre. Un dato no tan sorprendente tras conocer el efecto de la edad relativa.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220058/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jose Torres-Pruñonosa recibe fondos de Universidad Internacional de la Rioja. El trabaja para Universidad Internacional de la Rioja y posee acciones de Proeduca Altus. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Benito Pérez-González recibe fondos para proyectos de investigación de la Universidad Internacional de la Rioja, universidad en la que trabaja. </span></em></p>El RAE se manifiesta cuando hay una menor presencia de individuos nacidos en los meses cercanos al corte de edad para una nueva categoría y ocurre frecuentemente en el deporte. Este fenómeno, identificado en 1985, tiene impactos significativos durante la captación y selección de deportistas.Jose Torres-Pruñonosa, Profesor de finanzas e investigador sobre gestión deportiva y valor social, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Benito Pérez-González, Profesor de Gestión Deportiva, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1772902022-05-03T18:08:21Z2022-05-03T18:08:21ZLos relojes epigenéticos revelan que podríamos estar envejeciendo demasiado rápido<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/461021/original/file-20220503-17-bdaw6v.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C14%2C3280%2C2529&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/clock-dna-41255584">Shutterstock / Bruce Rolff</a></span></figcaption></figure><p>Supongamos que el ADN es el gran libro de recetas de nuestro cuerpo y que nuestros genes describen paso a paso cada una de esas recetas. En esta analogía, la epigenética sería la forma en que nuestro cuerpo agrega notas adhesivas a esas recetas para cambiar la forma en que ejecutamos un determinado paso u omitirlo.</p>
<p>Dicho de otro modo, la epigenética es un campo emergente de la ciencia que estudia los cambios hereditarios causados por la activación y desactivación de los genes que no implican modificaciones en la secuencia de ADN.</p>
<p>Volviendo al recetario, la perfección del resultado –ya sea un pastel de limón o un <em>bœuf bourguignon</em>– no solo dependerá de la calidad de los ingredientes o de nuestras habilidades culinarias. También influye lo que indiquen esas notas adhesivas.</p>
<p>Gracias a la epigenética, nuestro cuerpo puede cambiar la expresión genética a lo largo de la vida. Lo hace, entre otros mecanismos, usando pequeños marcadores químicos que se agregan o restan de la secuencia del ADN en función del ambiente, de nuestras experiencias y de lo que heredamos de nuestros padres. </p>
<p>Uno de los cambios más importantes es la llamada metilación, que añade un grupo químico (metilo) a la molécula de ADN. Y parece guardar relación directa con cómo y por qué envejecemos. Resulta que, con la edad, <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fgene.2019.00107/full">disminuye de forma generalizada la metilación</a>, aumentando el riesgo de encender genes que expresan deterioro y enfermedades. Por eso, conocer la cantidad y lugares de metilación del ADN podría ser una forma útil de “medir” el envejecimiento. </p>
<h2>Relojes epigenéticos para predecir la edad biológica</h2>
<p>Los relojes epigenéticos son análisis moleculares que cuantifican con bastante precisión el envejecimiento. Para ello, usan fórmulas matemáticas que identifican unas porciones del ADN llamadas islas CpG. Concretamente, estas fórmulas detectan cuáles de estas islas están metiladas y cuáles no. Cuando acumulamos muchas islas CpG que no están metiladas, se inactivan genes protectores a la vez que se activan genes que comportan daño para la salud y acortan la expectativa de vida.</p>
<p>Existen diferentes tipos de relojes. Unos que predicen mejor la edad biológica en <a href="https://elifesciences.org/articles/59201">animales</a> y otros en <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ajhb.23488">humanos</a>. Algunos admiten un mayor repertorio de células y tejidos para extraer ADN. Finalmente, hay relojes epigenéticos que podrían pronosticar el riesgo de <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5076441/">morir</a> o de padecer alguna <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5940111/">enfermedad neurodegenerativa</a>.</p>
<p>Tales diferencias no deben desviarnos de una cuestión fundamental: los relojes epigenéticos pueden ayudarnos tanto a desentrañar los mecanismos moleculares que aceleran o ralentizan el envejecimiento como a identificar los factores que aumentan su velocidad. De este modo, podemos plantear intervenciones que permitan desacelerar e incluso revertir este proceso.</p>
<p>El <a href="https://genomebiology.biomedcentral.com/articles/10.1186/gb-2013-14-10-r115">reloj epigenético</a> que mejor predice la edad en seres humanos fue diseñado por Steve Horvath en 2013. Horvath no estaba interesado en describir patrones de metilación asociados a la edad. En realidad, quería asociarlos a preferencias sexuales. Pero los caminos de la ciencia son misteriosos y terminó creando <a href="https://www.nature.com/articles/508168a">el estándar más preciso para medir la edad biológica</a>. Para diseñarlo, analizó 8 000 muestras de 51 tipos de tejidos y células.</p>
<p>Algunos relojes epigenéticos están disponibles para uso comercial. Solamente necesita recolectar tres gotitas de sangre, enviarlas al laboratorio y en cinco semanas conocerá su edad biológica. No se sorprenda si esta no coincide con la edad que indica su documento de identidad. Los relojes epigenéticos han revelado que edad cronológica y edad biológica no son sinónimos: los años transcurridos desde que nacemos pueden diferir de nuestra edad determinada por el grado de deterioro de nuestras células y órganos.</p>
<h2>La obesidad acelera el reloj epigenético</h2>
<p>Según un viejo dicho, “los excesos de nuestra juventud son letras de cambio emitidas en contra de nuestra edad, que pagamos con intereses 30 años más tarde”. Si edad biológica y edad cronológica marcan ritmos distintos podría deberse a que las consecuencias de tales excesos se han presentado anticipadamente. De hecho, quienes tienen sobrepeso u obesidad <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0260158">cruzan mucho antes el umbral de las enfermedades crónicas</a> que las persona con un peso saludable.</p>
<p>Aunque el envejecimiento es un proceso normal y natural, la acumulación de daño degenerativo no se da solo en personas en edad avanzada. La obesidad enciende las mismas señales biológicas que se atribuyen al paso del tiempo y podría ser un factor que <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fendo.2019.00266/full">acelera el envejecimiento</a>. </p>
<p>Varios estudios que han usado relojes epigenéticos muestran que la obesidad cambia la expresión génica en varios órganos, tejidos y células, incluyendo el <a href="https://www.pnas.org/content/111/43/15538.long">hígado</a> y los leucocitos (o glóbulos blancos). De hecho, esto ocurre en <a href="https://clinicalepigeneticsjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13148-016-0301-7">personas de poco más de 40 años</a> cuando tienen obesidad.</p>
<h2>¿Podemos ralentizar el reloj?</h2>
<p>Uno de los grandes hallazgos de los relojes epigenéticos tiene que ver con la posibilidad de reajustar el epigenoma. A diferencia de las mutaciones, las metilaciones son cambios potencialmente reversibles. Esto abre la puerta a intervenciones que permitan regular el ritmo del envejecimiento. </p>
<p>El <a href="https://theconversation.com/la-dieta-que-podria-hacernos-vivir-hasta-diez-anos-mas-178479">control de la ingesta alimentaria ha mostrado efectos positivos en la longevidad</a> y vuelve a poner de manifiesto los beneficios de una dieta baja en calorías, pero suficiente en el aporte de nutrientes. Es más, la <a href="https://www.cell.com/cell/fulltext/S0092-8674(20)30152-5?_returnURL=https%3A%2F%2Flinkinghub.elsevier.com%2Fretrieve%2Fpii%2FS0092867420301525%3Fshowall%3Dtrue">restricción calórica</a> es una de las manipulaciones nutricionales más eficaces con efectos sobre el epigenoma, dando como resultado una vida más prolongada y saludable. </p>
<p>No obstante, la <a href="https://theconversation.com/comer-menos-podria-ayudarnos-a-vivir-mas-y-mejor-177284">restricción calórica</a> crónica no es sencilla de implementar en humanos, pues conlleva una reducción de la ingesta de entre el 10 % y el 40 % mientras se mantienen todos los requerimientos nutricionales. Como alternativa, algunos científicos proponen el ayuno intermitente. </p>
<p>Por la misma razón, la mayor cantidad de evidencia sobre los efectos de este formato alimentario en los relojes epigenéticos procede de modelos de <a href="https://www.mdpi.com/1422-0067/20/8/2022/htm">roedores</a>. Se trata de modelos de envejecimiento bien conocidos que pueden generar nuevos conocimientos sobre las relaciones entre marcadores epigenéticos e intervenciones diseñadas para aumentar la expectativa de vida saludable y que no pueden realizarse fácilmente en humanos. Seis investigaciones han usado reloj epigenético en roedores y en cinco los animales intervenidos eran <a href="https://www.mdpi.com/1422-0067/20/8/2022/htm">más jóvenes</a> respecto a su edad epigenética que los animales no intervenidos. </p>
<p>El siguiente desafío será trasladar estos hallazgos a seres humanos de todas las edades e identificar ventanas de tiempo en las diferentes intervenciones que sean especialmente beneficiosas para extender la expectativa de vida saludable.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177290/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Paulina Correa recibe fondos de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), Chile, a través del Programa Anillos de Investigación en áreas Temáticas (ACT210006) y FONDECYT, y de la Fundación MAPFRE, España, a través de las Ayudas a la Investigación Ignacio H. de Larramendi. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Christian Gonzalez-Billault recibe fondos de la Agencia Nacional de Investigacion y Desarrollo, ANID, Chile bajo los Programas Fondecyt, FONDAP y Anillos de Investigacion en areas tematicas. </span></em></p>Los relojes epigenéticos son análisis moleculares que cuantifican con bastante precisión el envejecimiento, el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas e, incluso, el riesgo de morir.María Paulina Correa, Associate Professor (Epidemiology), Universidad de ChileChristian Gonzalez-Billault, Universidad de ChileLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1814452022-04-26T16:46:09Z2022-04-26T16:46:09ZPor qué hacer ejercicio evita que el cerebro encoja<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/459813/original/file-20220426-12-chlsgy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C11%2C3822%2C2144&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/3d-illustration-anatomy-xray-man-doing-1933952090">Shutterstock / Julien Tromeur</a></span></figcaption></figure><p>“<em>Mens sana in corpore sano</em>”. A menudo usamos esta cita para reivindicar el efecto beneficioso de la actividad física en las capacidades mentales. En realidad, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mens_sana_in_corpore_sano">la frase apareció en la sátira X escrita por el cómico romano Juvenal allá por el siglo II</a> y era más extensa: indicaba que había que orar para disponer de un espíritu sano en un cuerpo sano (“<em>orandum est ut sit mens sana in corpore sano</em>”). </p>
<p>¿Pero es cierto eso de que mantener el cuerpo sano, equilibrado y ejercitado ayuda a mantener las capacidades mentales de nuestro cerebro? Pues sí, y hay muchas evidencias científicas que lo demuestran, especialmente en lo que se refiere al envejecimiento. </p>
<h2>El cerebro pierde volumen durante el envejecimiento.</h2>
<p>A medida que cumplimos años los tejidos y los órganos se degeneran. La capacidad de mantener la funcionalidad de las células va disminuyendo y eso se acompaña de una pérdida de tejido. En el cerebro también ocurre, con la consiguiente neurodegeneración o pérdida de neuronas. </p>
<p>Ya sea en patologías como la enfermedad de Alzheimer o en la pérdida de funcionalidad debida al envejecimiento, en el cerebro se producen <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmech.2021.705653/full">diferentes cambios asociados a la perdida de función</a>. Entre ellos, adelgazamiento de la zona cortical, pérdida de tejido gris (cuerpos neuronales) y blanco (conducciones nerviosas), aumento del volumen de los ventrículos (huecos dentro del cerebro donde está el líquido cefalorraquídeo) y disminución de neuronas en diferentes zonas, especialmente en el hipocampo. </p>
<p>En un estudio longitudinal en el que participan centenares de voluntarios desde hace años, <a href="https://www.blsa.nih.gov/">el estudio Baltimore</a>, se ha demostrado que la reducción en la capacidad metabólica asociada al envejecimiento se relaciona con el aumento del volumen del ventrículo cerebral –el espacio “hueco” del cerebro–. Y eso lleva a <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-022-10421-7">un aumento de la neurodegeneración</a> y de la atrofia del órgano pensante. </p>
<p>Si reducir la capacidad metabólica implica pérdida de volumen cerebral, podemos deducir que una mejor utilización de la energía mediante la práctica del ejercicio podría ralentizar la pérdida de tejido en el cerebro. </p>
<h2>Más ejercicio, más memoria</h2>
<p>¿Es así? Responder no es sencillo. Sobre todo porque uno de los principales escollos que nos encontramos a la hora de determinar el efecto de cualquier intervención sobre el cerebro es la práctica imposibilidad de comprobar rápidamente sus consecuencias. El cerebro no es como la sangre o el músculo, que rápidamente muestran una respuesta fácilmente medible de manera directa o a partir de componentes sanguíneos. Lo bueno es que la llegada de métodos de imagen cada vez más fiables <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0197458022000768">está permitiendo detectar algunas modificaciones estructurales en ciertas zonas del cerebro</a>. </p>
<p>Hace ya tiempo que tenemos indicios de que la práctica de ejercicio físico mejora la capacidad cognitiva e incrementa el tamaño de determinadas áreas del cerebro. especialmente de las relacionadas con la memoria. Por ejemplo, en 2011 se publicó un artículo en <em>PNAS</em> donde se indicaba que <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.1015950108">el ejercicio físico aumentaba el volumen del hipocampo</a>, la sección del cerebro donde reside la memoria. En otros estudios en personas mayores se demostró que el ejercicio físico también <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2213158221002060?via%3Dihub">prevenía la pérdida de volumen en esta zona del cerebro</a>. </p>
<p>Por otro lado, la práctica de ejercicio físico controlado en una población de personas mayores ha sacado a la luz que existe una correlación positiva entre <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1053811922003500?via%3Dihub">la práctica del ejercicio físico y la cantidad de sustancia gris en otras zonas del cerebro sensibles a la degeneración asociada con el envejecimiento</a>. </p>
<h2>Metabolismo, señalización y hormesis: claves para mantener la actividad.</h2>
<p>Tendemos a considerar a nuestro organismo como un sistema compartimentalizado. Si tenemos un problema en el hígado, focalizamos en el hígado, y si es en el riñon, pues en el riñón. Pero nuestro cuerpo no funciona así: todo está interconectado. Por eso un problema de riñón puede acabar agravando una cardiopatía, o un problema hepático provocar una isquemia cerebral. En el envejecimiento en concreto, los complejos equilibrios corporales se encuentran en una situación muy precaria. </p>
<p>Cuando nos ejercitamos sometemos a nuestro cuerpo a un estrés moderado, ya que obligamos a las células a aumentar el gasto energético. Eso implica movilizar nutrientes, que deben pasar desde los almacenes a los músculos. A todos los cambios fisiológicos necesarios para hacer frente a este estrés moderado se les conoce como <strong>hormesis</strong>. </p>
<p>En el proceso de hormesis, los músculos liberan sustancias que informan al resto de los órganos de que aumenta la demanda energética. Estas sustancias reciben el nombre de <strong>mioquinas</strong> y <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fphys.2019.00042/full">se liberan a la sangre, que las distribuye al resto de órganos</a>. </p>
<p>Algunas de esas mioquinas alcanzan el cerebro y allí <a href="https://www.nature.com/articles/s41574-019-0174-x">inducen la expresión de genes y proteínas que aumentan la capacidad de las neuronas para establecer nuevas conexiones</a> o reforzar las ya existentes. Una de esas mioquinas es la denominada <a href="https://www.science.org/doi/abs/10.1126/scisignal.aau1468">BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro)</a>, esencial para que las neuronas establezcan conexiones y así mantenerlas activas. De esta manera tan simple podemos explicar por qué el ejercicio físico mantiene el volumen cerebral durante el envejecimiento. </p>
<p>Por otro lado, el ejercicio físico también incrementa el flujo sanguíneo y la oxigenación, lo que <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jnc.14234">repercute positivamente en la actividad cerebral también en personas mayores</a>. Además, otros estudios han demostrado que el ejercicio físico moderado produce efectos antiinflamatorios que pueden afectar al cerebro, por ejemplo <a href="https://theconversation.com/alzheimers-exercise-may-reduce-brain-inflammation-helping-to-protect-us-from-the-disease-172258">reduciendo así la progresión del alzhéimer o la demencia senil</a>. </p>
<p>Las evidencias científicas, tanto directas como indirectas, dejan claro que practicar actividad física al envejecer ayuda a prevenir la degeneración del cerebro, dando todo el sentido a la frase “<em>mens sana in corpore sano</em>”. </p>
<p>Más nos vale evitar la inactividad y el sedentarismo si queremos añadir vida a los años y no solo años a la vida.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/181445/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Guillermo López Lluch es miembro de la Sociedad Española de Biología Celular, la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, la Society for Free Radical Research y la International Coenzyme Q10 Association. Las investigaciones realizadas por el autor están financiadas por fondos públicos provenientes del Gobierno de España o del Gobierno Autonómico de Andalucía.</span></em></p>Cuando hacemos ejercicio, los músculos liberan unas sustancias que informan al resto de los órganos de que la demanda energética está aumentando. Una de las consecuencias es que evitamos que el cerebro encoja como consecuencia natural de la edad.Guillermo López Lluch, Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de OlavideLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1557222021-04-05T19:31:01Z2021-04-05T19:31:01ZLa evolución de los motivos para retrasar la maternidad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/389361/original/file-20210313-17-1mfbywu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C4966%2C3318&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/womens-hands-while-waiting-result-your-1687408990">Shutterstock / AMJ Fotografia</a></span></figcaption></figure><p>El retraso a la hora de tener hijos es uno de los principales factores cuando explicamos la ya <a href="https://theconversation.com/drafts/155722/edit#">conocida</a>
baja natalidad en España. Un aplazamiento planificado, pues las mujeres de forma consciente retrasan el momento de tener hijos aduciendo en una alta proporción razones laborales, económicas o de conciliación (<a href="https://www.ine.es/prensa/ef_2018_d.pdf">INE, 2018</a>). </p>
<p>Y qué pasa con las mujeres que llegan al final de sus años fértiles sin tener hijos. ¿Cuáles son sus razones para no tener hijos? ¿Quieren tenerlos? ¿Están esperando a Godot?</p>
<p><strong>Situación respecto a la maternidad por años cumplidos</strong></p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fuente: Encuesta de fecundidad 2018 (INE). Elaboración propia a partir de microdatos.</span>
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<h2>¿Qué motivos hacen que la decisión se aplace?</h2>
<p>Lo cierto es que la edad va perfilando y variando los motivos y argumentos por los que no se tienen hijos. </p>
<p><strong>Mujeres que no han tenido hijos. Porcentaje del grupo de edad, tamaño de la
muestra y error muestral a 2 sigmas</strong></p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=195&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=195&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=195&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=245&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=245&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=245&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fuente: Encuesta de Fecundidad 2018 (INE). Elaboración propia a partir de microdatos. (1) Todos los porcentajes ponderados.</span>
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<p>Por una parte, existe la extendida percepción de que antes de los 30 se es “demasiado joven”. Sorprendentemente, este también es un motivo de peso para el 20,1% de las mujeres de entre 30 y 34 años. Parece que la edad media para ser madre por primera vez no volverá a las edades convenientes, biológicamente hablando. </p>
<p>Además y en gran medida, la maternidad sigue siendo un proyecto en pareja. Es a partir de los 30 años, aproximadamente, cuando esta razón (“No he tenido una pareja o esta no era adecuada”) comienza a adquirir peso en la decisión. El 28,9% de las mujeres entre 35 y 39 años, las que se encuentran en el momento más crítico de la toma de esta decisión, la señalan. </p>
<p>Por último, como ya adelantaba el Instituto Nacional de Estadística, son las razones laborales y económicas las que marcan la gran diferencia. De hecho, estas son señaladas por el 90,5% de las mujeres de entre 30 y 34 años que no han tenido hijos. También por el 84,5% de las de entre 35 y 39 años. </p>
<p>Las mayores de 39 años, en época decisiva y límite para el embarazo, muestran un claro trasvase en la construcción del argumentario de motivos. En el siguiente gráfico los porcentajes se muestran sobre el total de los motivos, no sobre el de mujeres. </p>
<p><strong>Motivos (agrupados) por los que las mujeres no han tenido hijos. Porcentaje por grupos de edad.</strong></p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=483&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=483&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=483&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fuente: Encuesta de Fecundidad 2018 (INE). Elaboración propia a partir de microdatos.</span>
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</figure>
<p>A partir de este momento, las dificultades de salud sustituyen progresivamente a las razones laborales y económicas como causa del aplazamiento del momento de ser madre. Sobre todo, al conjunto de justificaciones que podríamos considerar puramente volitivas. </p>
<p>Las razones de salud tienen un peso mínimo entre las 895 mujeres sin hijos en sus primeros 30 (solo un 1,2% las señala). Por su parte, en las mayores de 44 la proporción sube al 16,7% de las 1.069 de la muestra. </p>
<p>Es importante señalar el tamaño de las submuestras de edad. En los grupos intermedios las submuestras son menores y se podría achacar a eso -aumenta la proporción porque van quedando las mujeres que sí tenían problemas físicos para tener hijos-. </p>
<p>Sin embargo, por la congruencia de la evolución parece más acertada la hipótesis de que las dificultades para quedar embarazada o llevar la gestación a término aumentan con la edad. En otras palabras, cuando sí deseaban, podían o intentaron tener hijos fue demasiado tarde. Es entonces cuando aparecieron los problemas físicos.</p>
<p>Donde el trasvase de motivos es mayor es en los de tipo volitivo. Estos aumentan de un 15,3% en edades jóvenes a un 28,7% a partir de los 45 años. Una dinámica en la que parece que los deseos se están adaptando a las propias posibilidades físicas. Por ejemplo la afirmación “no quiero ser madre o aún no quiero”. Podemos suponer que en las edades jóvenes sencillamente se está posponiendo la decisión. ¿También en los años centrales de la treintena? </p>
<p>Si entendemos que no ha habido ningún cambio generacional decisivo respecto a la maternidad en las mujeres de entre 30 y 45 años, como es el caso, la única explicación es que a medida que la posibilidad física se aleja, la construcción subjetiva de los motivos cambia, adaptándose a las condiciones objetivas. Una explicación congruente con la evolución al alza del motivo de que “No me gusta el modelo de sociedad actual para un niño”. </p>
<p><strong>Motivos por los que no han tenido hijos. Porcentaje por grupos de edad</strong></p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=470&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=470&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=470&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=591&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=591&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=591&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fuente: Encuesta de Fecundidad 2018 (INE). Elaboración propia a partir de microdatos.</span>
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<h2>Consecuencias del retraso en la edad para ser madre</h2>
<p>La conclusión es que el retraso del momento de tener hijos entraña consecuencias. </p>
<p>No solo <a href="https://theconversation.com/necesitamos-mas-ninos-109347">demográficas</a>: si la media de edad al primer hijo se sitúa ya por encima de los 32 años, es probable que el segundo no se tenga. Además, no da tiempo a tener el tercero, una situación tan anómala que se considera “familia numerosa”. </p>
<p>O médicas. Al fin y al cabo, aumentan tanto las cesáreas y los problemas asociados al parto como la industria de la fecundidad asistida, con <a href="https://theconversation.com/cual-es-la-mejor-edad-para-tener-hijos-107260">riesgos para el neonato</a>. </p>
<p>O, por supuesto serias consecuencias sociales. El decrecimiento vegetativo hace necesaria la <a href="https://theconversation.com/natalidad-y-migraciones-grandes-retos-demograficos-de-nuestras-sociedades-110075">inmigración</a> y el <a href="https://theconversation.com/nuevo-pacto-de-toledo-arranca-la-reforma-de-las-pensiones-148789">reequilibrio del sistema público de la Seguridad Social</a>. </p>
<p>Una consecuencia que no podemos dejar de lado se refiere a la propia vida de las mujeres (y de los hombres): el deseo de ser madres y en qué grado nuestra actual organización social lo dificulta. </p>
<p>La idea de que la “ventana” de la maternidad se circunscribe a la treintena, el hecho de que las circunstancias laborales no faciliten (o incluso impidan) tomar la decisión, que el propio retraso dificulte la fecundidad, todo ello unido consigue que se vaya asumiendo la no-maternidad como un deseo propio. Recuerda el “están verdes, dijo la zorra a las uvas” donde nos acomodamos a los resultados de un conjunto de decisiones, muchas de las cuales nos vienen dadas. </p>
<p>La vida misma, vamos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/155722/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Ibáñez Pascual no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Casi un 20% de mujeres en España no va a tener hijos. Los motivos que esgrimen cambian con la edad, dependiendo de unas circunstancias relacionadas las facilidades sociales que se les van brindando.Marta Ibáñez Pascual, Profesora, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1409822020-06-21T19:12:32Z2020-06-21T19:12:32ZCOVID-19: ¿ha habido discriminación en función de la edad?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/342945/original/file-20200619-70391-15zlu9p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=22%2C0%2C7326%2C4054&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/elder-man-wearing-protective-face-mask-1670429644">Shutterstock / Stock-Asso</a></span></figcaption></figure><p>A lo largo de estos últimos meses, la COVID-19 no solo ha sido una catástrofe sanitaria y humana. También puede considerarse un extraordinario amplificador del edadismo, es decir, de una visión negativa de la vejez que lleva consigo discriminación y paternalismo. </p>
<p>Que estamos inmersos en una catástrofe sanitaria está siendo experimentado por todos, en vivo y en directo. La mayor parte de ciudadanos –de toda condición– ha sufrido directa o indirectamente la muerte por COVID-19. Lo que no parece tan evidente es la discriminación en función de la edad que se está viviendo en residencias, a veces enmascarada por manifestaciones paternalistas y melosas, como la expresión “nuestros mayores”. </p>
<h2>¿Qué tiene que ver la pandemia con la edad?</h2>
<p>Se sabe que la edad es un factor de riesgo de la COVID-19: a más edad más probabilidad de ser infectado. Paralelamente, también se asume que los niños, que no contraen la enfermedad, sí la transmiten fácilmente. Sin embargo, no por ello se discrimina a los niños apartándoles de los demás. Y, en caso de que ocurriera, no cabe duda de que el país entero se levantaría en defensa de ese grupo social discriminado. ¿Se puede decir lo mismo de las personas de edad avanzada que han sido confinadas en sus propias residencias?</p>
<p>Revisemos algunos datos, para responder a la pregunta:</p>
<ol>
<li><p>A nivel poblacional, han muerto más personas mayores de 70 años que de otras edades. Así, el informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (donde no parecen computarse las muertes acaecidas en residencias) informaba, a mediados de mayo, de 16 331 defunciones de mayores de 70 años (35% del total). Pero si examinamos su presencia relativa (teniendo en cuenta que según el INE mayores de 70 años en España hay más de 6 millones y medio de habitantes) ello equivaldría a un 0,25%. </p>
<p>Después de todo, no hay que olvidar que las cantidades absolutas hay que relativizarlas en función de la población de referencia. Así, cuando se dice que EEUU tiene mayor número de enfermos de COVID-19 que España, se está hablando de números absolutos porque, en términos relativos a la población, es España quien tiene un mayor porcentaje de población afectada por la pandemia. </p></li>
<li><p>La generalización es uno de los errores de pensamiento más peligrosos que puede cometer la mente humana, y el edadismo lo es. En nuestro caso, las imágenes de muerte y el desastre humano asociadas a la edad proceden de un solo contexto: las residencias para personas mayores. En ellas habitan, aproximadamente, unas 366 336 personas mayores (con una edad media de más de 80 años). Cuántos muertos ha habido en la pandemia en este entorno, no está claro. Según informaba Televisión Española, serían 16 878 personas, un número extendido por el International Long Term Care Policy Network-ILTCPN y no refutado por ninguna fuente solvente pública española. </p>
<p>Por otra parte, el European Center for Disease Prevention and Control cifra en 17 730 las muertes por COVID en residencias y concluye, además, que eso representa el 66% de todas las muertes por COVID-19 en España. </p></li>
</ol>
<p>En resumen, la imagen difundida es que las personas mayores son las que han contribuido, mayoritariamente, a la muerte y el dolor en esta pandemia. </p>
<h2>Veinte veces más muertos en residencias</h2>
<p>Pero, como decía antes, es vital la comparación entre lo ocurrido en la población general y lo sucedido en las residencias. En este último contexto, la mortalidad ha sido 20 veces superior a la que han sufrido los mayores que viven en sus domicilios. </p>
<p>La conclusión es clara: la muerte por COVID-19 no es solo imputable a la edad (a una mayor vulnerabilidad a la enfermedad) sino al tratamiento de COVID-19 que las personas mayores han recibido en residencias. Modulado, todo hay que decirlo, por protocolos y reglamentos producidos por autoridades sanitarias y sociales orientadas por expertos. Unas muertes que se podrían haber evitado a través de una cuidadosa planificación.</p>
<p>En todo caso, las autoridades sanitarias y sociales –es decir, el ministro de Sanidad y el vicepresidente del Gobierno para Asuntos Sociales y todas las autoridades de todas las Comunidades Autónomas– sabían (o deberían saber) desde mucho antes de la pandemia: </p>
<ol>
<li><p>Que las residencias para personas mayores son centros de cuidado social y funcional (crónico) y que, en caso de afección aguda e infecto-contagiosa, la norma era el traslado a un centro hospitalario; </p></li>
<li><p>Que la media de edad es alta y la comorbilidad y el deterioro cognitivo afectan a más de un 60% de los residentes;</p></li>
<li><p>Que debe formularse una estrategia de traslado, en caso de no poder hacerlo a la red hospitalaria. </p></li>
</ol>
<p>En otras palabras, lo acontecido en IFEMA debería haberse anticipado y planificado también pensando en las personas mayores que vivían en residencias como grupo de riesgo máximo de la pandemia. Sin embargo, por doloroso y terrible que suene afirmarlo, las personas mayores que habitaban en residencias han sido discriminadas. ¿En función de su edad? Es muy duro hasta pensarlo, pero parece que así es.</p>
<p>Por supuesto, antes de darlo por hecho, quedan por estudiar los documentos emanados por las autoridades sanitarias y/o de servicios sociales en los que se induce al aislamiento a personas con deterioro cognitivo (ver <a href="https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/21/pdfs/BOE-S-2020-78.pdf">BOE nº78 de 21/03/20</a>) en el mismo centro o se impide el acceso a la atención hospitalaria negando o impidiendo un derecho fundamental: el derecho a la salud y, ya queda demostrado, el derecho a la vida. Todo ello requiere mucha más investigación. </p>
<h2>Interiorización de imágenes edadistas</h2>
<p>Lo grave del asunto es que esta hecatombe a la que me refiero no se debe solo a la falta de previsión de los políticos, gestores y expertos. Detrás del entramado de luchas políticas, imprevisión y, seguramente, ignorancia, se esconde el estereotipo edadista, a saber, la imagen (no necesariamente consciente) de la persona mayor como incompetente, inservible, improductiva y amortizada. </p>
<p>La investigación ha puesto de relieve que los contextos y países con una percepción negativa sobre el envejecimiento y la vejez se presentan condiciones inadecuadas para un buen envejecimiento. O, lo que es peor, como señala la profesora Becca Levy, que las cohortes más jóvenes que interiorizan esa visión negativa viven menos y con peor salud que aquellos que consideran el envejecimiento –su propio envejecimiento– como algo potencialmente rico, positivo y enriquecedor. Porque el edadismo no solo lleva consigo una imagen negativa de la vejez, también arrastra emociones prejuiciosas respecto a la gente mayor y puede llegar a ser interiorizada e incluso, llegar a convertirse en profecía que se auto-cumpla. De todo ello se requiere, también, más investigación.</p>
<p>Quedan dos preguntas: ¿Qué ocurrirá en una nueva pandemia? Y, ¿van a permanecer las imágenes negativas sobre el envejecimiento y la vejez en las nuevas generaciones, que tienen una alta probabilidad de llegar a los cien años? Solo la investigación futura podrá responder a ambas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/140982/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rocío Fernández-Ballesteros García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las múltiples muertes de ancianos por COVID-19 no son solo imputables a la edad sino también al tratamiento que las personas mayores han recibido en las residencias, con una mortalidad 20 veces mayor.Rocío Fernández-Ballesteros García, Profesora Emérita de la UAM e investigadora sobre envejecimiento y evaluación psicológica, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1319382020-03-08T20:16:19Z2020-03-08T20:16:19ZLos microbios delatan nuestra verdadera edad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/318296/original/file-20200303-66052-jlnj0o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C8%2C5590%2C3724&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-man-looking-older-himself-mirror-222319102">Tommaso Lizzul / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cada uno de nosotros somos un hervidero de vida microscópica. Refugio permanente para un complejo ecosistema de microbios que contribuyen a nuestra salud, bienestar y equilibrio. Pero ojo, porque esa <a href="https://www.nature.com/collections/scqssjswcq">microbiota</a> –formada por billones de bacterias, virus y levaduras de distintos tipos y especies– no es siempre igual. Su población cambia en función de nuestros hábitos, sexo, medio ambiente, tipo de alimentación, condiciones genéticas, estado de salud e incluso hora del día. Sin olvidarnos, por supuesto, de la edad.</p>
<h2>Interacción y equilibrio</h2>
<p>Para entender el concepto lo primero que hay que saber es que los microorganismos de la microbiota interaccionan entre ellos mediante sistemas de competencia, depredación, parasitismo, cooperación o beneficio mutuo. De este modo las poblaciones se regulan y definen, manteniendo, como en todo ecosistema, un equilibrio. Claro que, igual que interaccionan entre ellos, los microbios también interactúan con el ser humano que los lleva. Es decir, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4420145/">con nosotros</a>. </p>
<p>Llegados a este punto, se puede plantear la duda de si somos nosotros quienes definimos cómo es nuestra microbiota. O si, por el contrario, es la microbiota la que define cómo somos. Una bonita analogía de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3tesis_Gaia">hipótesis Gaia del “superorganismo”</a>. </p>
<p>Sea como fuere, cómo se distribuyen estos grupos de microorganismos que, a su vez, generan competencias y sinergias, es importante. Entre otras cosas porque puede impedir o favorecer la colonización por otros microbios. En un afán por definir el papel exacto de la microbiota en la salud humana, los investigadores han estado buscando patrones de poblaciones microbianas que permitan diferenciar un individuo sano de otro enfermo. </p>
<h2>En busca de la microbiota sana</h2>
<p>Aunque la diversidad es tal que cuesta identificar esos patrones, hay que admitir que la idea es, en sí misma, interesante. Porque si conocemos la composición exacta de la microbiota de un individuo sano, en teoría podríamos actuar sobre la microbiota de toda la población y mejorar la salud global. </p>
<p>Paralelamente, si identificamos qué diferencia la microbiota de un individuo que padece, por ejemplo, una enfermedad inflamatoria intestinal, o alzhéimer, podemos llegar a discernir si las variaciones de la microbiota son la causa de las enfermedades o su consecuencia. </p>
<p>Esto nos llevaría a plantearnos el estudio de la microbiota como una estrategia de diagnóstico. Que en el futuro podría derivar hacia tácticas terapéuticas. Eso sí, siempre y cuando consigamos una microbiota determinada (de individuo “sano”) que, tras ser transferida a un individuo enfermo, pueda revertir su patología. Como ya ocurre en el caso del trasplante fecal y la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22450020">colitis pseudomembranosa</a>.</p>
<h2>Ni tan joven ni tan viejo</h2>
<p>Visto lo visto, tampoco parece descabellado pensar que, en distintos estadios de nuestra vida, a medida que varían las condiciones fisiológicas, también se producen cambios de microorganismos. Incluso soñar con que, si analizamos la microbiota de un número suficiente de individuos con un rango amplio de edades, podríamos generar patrones de la microbiota típica de un individuo de 10, de 20 o de 70 años.</p>
<p>Eso es justo lo que ha hecho hace poco un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego (EE UU) y de IBM. Usando inteligencia artificial <a href="https://ucsdnews.ucsd.edu/pressrelease/more-than-just-a-carnival-trick-researchers-can-guess-your-age-based-on-your-microbes">han desarrollado una herramienta</a> que predice la edad cronológica a partir del estudio genético de la microbiota de la piel, la boca o las heces. </p>
<p>La herramienta permite calcular el desfase entre la edad real de un individuo y la que marca su microbiota. ¿Y cuál es el interés de este dato? Pongamos, por ejemplo, que una persona de 40 años debería tener, según nuestros modelos, una determinada composición de microorganismos en su tracto digestivo. Sin embargo, al analizar la composición de su microbiota intestinal resulta que el porcentaje coincide con el de nuestro modelo de 60 años, y no al de 40. Es decir, que esta persona tiene una microbiota veinte años más vieja de lo que corresponde a su edad. </p>
<p>Lo siguiente sería intentar identificar algún síntoma externo de esta disfunción. ¿Tiene esta persona otros síntomas frecuentes en personas de edad más avanzada? ¿Quizás colesterol elevado, baja absorción de nutrientes, pérdidas de memoria o falta de coordinación? En otras palabras, ¿la falta de coherencia entre su edad y su microbiota se correlaciona con la presencia de alguna enfermedad relacionada con la vejez?</p>
<p>Si a esta última cuestión respondemos afirmativamente, lo siguiente es plantearse si esta situación es corregible. O lo que es lo mismo, si restaurando la microbiota propia de los 40 años podemos devolverle la calidad de vida que, por edad, le corresponde. </p>
<p>Si logramos dar este paso significa que podremos –al menos en teoría– corregir, minimizar, o incluso revertir algunos de los síntomas de la edad, ya sea reconstruyendo o favoreciendo la microbiota correspondiente a una persona más lozana. </p>
<p>Quizás en los microbios que llevamos a cuestas se esconda la fuente de la eterna juventud.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/131938/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>A cada edad le corresponde una microbiota. Esto es una proporción de los microbios que habitan en nuestra piel, boca o heces. Y eso los convierte en una calculadora de edad mejor que ninguna otra.Maite Muniesa Pérez, Profesora de Microbiología, Universitat de BarcelonaLorena Rodriguez Rubio, Investigadora postdoctoral, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1239392019-09-30T20:11:24Z2019-09-30T20:11:24ZQué ocurre si se lleva 30 años con sus compañeros de trabajo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/294757/original/file-20190930-194873-13t70aa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5455%2C3620&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/smiling-young-manager-helping-senior-worker-1032426130"> Fizkes / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Es fácil que se entiendan en un mismo departamento de trabajo compañeros que tienen una diferencia de edad de 30 años? La respuesta no puede ser otra que depende.</p>
<p>Desde luego, es más difícil ahora que cuando las organizaciones eran estructuras burocráticas, mecanicistas y con una cultura totalizante. Hoy es esencial el talento y el conocimiento, y estos no crecen en entornos de sumisión a la autoridad.</p>
<h2>Complejidad en las relaciones laborales</h2>
<p>La diversidad generacional en el entorno laboral es uno de los factores que ha venido incrementando la complejidad en las relaciones entre trabajadores. Se une a otras diversidades demográficas como la cultural, la religiosa o la de género. </p>
<p>Esa diversidad, sea cual sea, siempre trae como consecuencia un aumento de la complejidad en las relaciones interpersonales. Sin embargo, para cualquier organización que pretenda adaptarse a un entorno cada vez más incierto y volátil, tener un capital humano diverso es el primer paso para esa adaptabilidad al cambio.</p>
<p>En los equipos y en las organizaciones es donde, por muy diferentes que sean las personas, están condenadas a cooperar, y esa colaboración puede llegar a ser un valor estratégico diferencial, como lo es cualquier otra oportuna gestión de la diversidad en las organizaciones modernas.</p>
<h2>Las decisiones “de moda” en Recursos Humanos</h2>
<p>Por otra parte, la atención social generada sobre las diferencias entre generaciones hace que en las empresas se estén tomando decisiones sobre políticas y prácticas en recursos humanos, muchas veces más sustentadas en la moda que en hechos comprobados. </p>
<p>Las distintas supuestas generaciones están siendo utilizadas como “etiquetas”, con un gran éxito en los medios y con una gran fortuna social, aunque este uso no está exento de peligros. La delimitación y caracterización de las distintas generaciones son conceptos que puede resultar endebles y conducir muy fácilmente al estereotipo y la simplificación.</p>
<p>¿Se pueden encontrar diferencias entre generaciones más allá de las diferencias de edad aparentes? ¿Existen evidentes diferencias entre grupos que comparten en la actualidad la misma realidad pero que compartieron una distinta en sus años de socialización primaria? ¿Esas diferencias vienen dadas por esos contextos históricos distintos o por el devenir de la experiencia y el paso de los años?</p>
<h2>Cuatro generaciones en las empresas</h2>
<p>Es fácil encontrar dentro de las empresas trabajadores de al menos cuatro generaciones etiquetadas y pautadas múltiples veces en la literatura. Los <em>Baby Boomers</em> (nacidos entre 1955 y 1969); la <em>Generación X</em> (1970 y 1981); la <em>Generación Y</em> o milenials (1982 y 1992) y, por último, la Generación Z (nacidos con posterioridad a 1993). </p>
<p>Esta delimitación temporal, tomada de otros estudios, presenta múltiples problemas en cuanto a límites temporales. <a href="http://thoughtleadership.ricoh-europe.com/eu/workforce-united/">¿Por qué esas fechas y no otras?</a> Es una pregunta a la que no se puede dar una respuesta clara. Pero no solo existen problemas temporales, sino también espaciales: en cada territorio, en cada nación, los acontecimientos históricos que determinan unas condiciones de vida u otras son distintas, con lo que la relatividad del concepto se incrementa exponencialmente. Y estas diferencias no acaban aquí. </p>
<p>Las religiones, los estatus socioeconómicos, las circunstancias más locales y, sobre todo, las circunstancias familiares y de desarrollo personal determinan cómo se encarna esa vivencia generacional en cada uno de los sujetos que la forman.</p>
<h2>Flexibilidad psicológica y empoderamiento</h2>
<p>Recientemente, en la Universidad Pontificia Comillas junto con el <a href="https://generacciona.org/observatorio/">Observatorio Generación y Talento</a>, hemos realizado un <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2019.01953/full">trabajo</a> que pretende hacer una búsqueda de esas supuestas diferencias y realizar un diagnóstico de las consecuencias de ellas en el mundo profesional. </p>
<p><a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2019.01953/full">El estudio</a> trata de resolver esas preguntas comparando los discursos producidos en dieciséis grupos de discusión, cuatro por cada generación, en dos variables muy relevantes para el desempeño profesional y que permiten comprender su adaptabilidad en un entorno cada vez más cambiante: la flexibilidad psicológica y el empoderamiento. </p>
<p>Durante el estudio no se han encontrado diferencias entre los cuatro grupos de edad propuestos, en cambio sí se han encontrado diferencias claras en los discursos en cuanto al empoderamiento psicológico y a la flexibilidad psicológica entre los trabajadores nacidos antes de 1982 y, por tanto, con más experiencia tanto laboral como vital, y los jóvenes que tienen cinco a menos años de experiencia laboral.</p>
<h2>Momentos históricos</h2>
<p>Se lee y se escucha mucho sobre <em>millennials</em> o sobre <em>Generación Z</em>, y se corre el riesgo de convertir en esencial algo que solo es contingente. Posiblemente, se debería hablar más de momento histórico <em>millennial</em> que de una persona <em>millennial</em>. </p>
<p>Cada grupo generacional encierra mucha complejidad y diferencias internas que suelen ser obviadas cuando se utilizan las etiquetas. Siempre es necesario tener en cuenta que la generación se encarna en personas con trayectorias y peripecias muy distintas. Los directivos que trabajan con personas deben ser sensibles a esas diferencias y adentrarse en la complejidad sin dejarse engañar por una categoría grupal demasiado simplificadora.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/123939/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Lejos de aumentar la complejidad con respecto a la gestión de personas, la diferencia de edad entre los trabajadores de una empresa aporta diversidad, modernidad y un valor estratégico diferente.Ignacio Sobrino de Toro, Profesor de organización empresarial, Universidad Pontificia ComillasJesús Labrador Fernández, Profesor de Psicología del Trabajo y las Organizaciones, Universidad Pontificia ComillasVíctor Luis De Nicolás, Responsable de Reconocimiento Social, Universidad Pontificia ComillasLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1186312019-08-25T20:03:31Z2019-08-25T20:03:31Z¿Cuántos años podemos vivir los humanos?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/279182/original/file-20190612-32366-1jav8z8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5607%2C3724&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/birthday-cake-lit-candles-century-one-161175410"> Lucky Business / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>A lo largo y ancho del mundo las personas viven cada vez más años. Aunque ha habido altibajos, la esperanza de vida siempre ha ido <a href="http://science.sciencemag.org/content/296/5570/1029">en aumento constante</a> y en los dos últimos siglos ha aumentado más del doble. </p>
<p>Este aumento se venía produciendo por la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2690264/">disminución de la mortalidad infantil</a>. Sin embargo, desde los años 50 del siglo XX, el motivo principal ha sido la reducción de la mortalidad en edades más avanzadas. Por ejemplo, en Suecia, donde los datos demográficos se recogen desde mediados del siglo XVI y son muy completos, la esperanza de vida ha ido <a href="https://science.sciencemag.org/content/289/5488/2366">aumentando durante cerca de 150 años</a>. La prolongación de la esperanza de vida se ha observado en muchos otros lugares, como Europa Occidental, Norteamérica y Japón. </p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/273014/original/file-20190507-103060-rj1ynq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/273014/original/file-20190507-103060-rj1ynq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/273014/original/file-20190507-103060-rj1ynq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=808&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/273014/original/file-20190507-103060-rj1ynq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=808&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/273014/original/file-20190507-103060-rj1ynq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=808&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/273014/original/file-20190507-103060-rj1ynq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1015&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/273014/original/file-20190507-103060-rj1ynq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1015&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/273014/original/file-20190507-103060-rj1ynq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1015&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Margaret Neve en 1902, a la edad de 109 años.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:Margaret_Neve_110.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Esto ha contribuido a un rápido aumento del número de personas ancianas (las que llegan a los 100 años, incluso a los 110 o más). </p>
<p>El primer supercentenario (por encima de los 110 años) confirmado fue Geert Adrians-Boomgaard, que murió en 1899 con 110 años y cuatro meses. Otros han superado su récord. La primera mujer supercentenaria, Margaret Ann Neve, murió en 1903 con 110 años y 10 meses, y mantuvo el récord durante casi 23 años. Delina Filkins falleció en 1928 con 113 años y siete meses. Su récord se mantuvo imbatido 52 años.</p>
<p>Actualmente, el récord lo tiene la francesa Jeanne Calment, que murió el 4 de agosto de 1997 a los 122 años y 5 meses. A pesar del <a href="https://doi.org/10.1371/journal.pone.0212345">aumento exponencial</a> del número de personas supercentenarias desde los años 70, su récord se mantiene, pero es <a href="https://doi.org/10.1371/journal.pone.0212345">probable</a> que no dure mucho tiempo más. </p>
<h2>Sobrevivir cumplidos los 100</h2>
<p>Aunque esta tendencia al aumento de la esperanza de vida esté generalizada, no puede darse por sentada. Las últimas mejoras en los índices de mortalidad en Dinamarca, tras un periodo de estancamiento, hacen sospechar que allí la esperanza de vida está aumentando. En cambio, en Suecia se ha observado un descenso en el número de personas con <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28470872">edades más altas</a>.</p>
<p>Estudiamos a <a href="https://doi.org/10.1007/s13524-018-0755-7">16.931 centenarios</a> (10.955 suecos y 5.976 daneses) nacidos entre 1870 y 1904 en Dinamarca y Suecia, países vecinos con estrechos lazos históricos y culturales, para saber si nuestras sospechas eran ciertas. Aunque generalmente Suecia tiene un índice de mortalidad más bajo que Dinamarca en la mayoría de edades, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28470872">no hemos encontrado pruebas</a> de que haya aumentado en los últimos años. Por el contrario, en Dinamarca hemos observado que los más mayores mueren a edades cada vez más altas, y la edad a la que sobrevive sólo el 6% de los centenarios aumentó constantemente durante el período de estudio.</p>
<p>Dinamarca y Suecia son similares en muchos sentidos, a pesar de la diferente tendencia respecto a la esperanza de vida. Esta disparidad podría deberse a distintas causas, que no son fáciles de desentrañar. No obstante, exponemos algunas ideas. </p>
<h2>Sistemas de salud</h2>
<p>En primer lugar, existen distintos niveles de salud entre las dos poblaciones ancianas. <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28595320">Las últimas investigaciones</a> realizadas con mujeres centenarias en Dinamarca muestran mejorías en la salud medidas por las Actividades de la Vida Diaria (ADL, por sus siglas en ingles) –las tareas básicas necesarias para llevar una vida independiente, como bañarse o vestirse–. En Suecia, por el contrario, esta tendencia en la población anciana es menos optimista. Un estudio no halló ninguna mejoría en las ADL, con deterioro de la movilidad, cognición y rendimiento. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/273017/original/file-20190507-103053-128n0wq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/273017/original/file-20190507-103053-128n0wq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/273017/original/file-20190507-103053-128n0wq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/273017/original/file-20190507-103053-128n0wq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/273017/original/file-20190507-103053-128n0wq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/273017/original/file-20190507-103053-128n0wq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/273017/original/file-20190507-103053-128n0wq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">La longevidad parece estar relacionada con la actividad en la vida adulta.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/fit-senior-couple-exercising-409860775?src=ght1KxrIX9va6DdRmuBonA-1-21">Ruslan Guzov/Shutterstock.com</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por lo tanto, la diferencia entre los dos sistemas sanitarios, sobre todo en los últimos tiempos, podría explicar en cierto modo la diferencia. El gasto en los servicios públicos en Suecia se redujo a principio de los años 90 debido a una serie de crisis económicas. El servicio de salud para los mayores se vio afectado. Por ejemplo, la hospitalización de personas mayores: se pasó de los hospitales a las residencias de ancianos y se redujo el número de camas en estas últimas. Todo esto puso a algunas personas mayores en riesgo, en especial a aquellos con condiciones socioeconómicas más bajas.</p>
<p>Además, los dos países han seguido desde entonces distintos caminos en cuanto al cuidado de los mayores: Suecia tiende a enfocarse en los más débiles, mientras que Dinamarca tiene un enfoque algo más amplio. <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5547399/">Algunos estudios sugieren</a> que el enfoque de Suecia ha tenido como consecuencia que quienes más necesitan los cuidados no los reciben, y que los segmentos más desfavorecidos de la población de edad avanzada dependen en mayor medida de los cuidados familiares, que pueden ser de menor calidad. </p>
<p>Las personas que alcanzan edades muy altas son un grupo selecto y, por supuesto, muy duradero. Quizás, por su resiliencia inherente y su fisiología particular, tienen más posibilidades de beneficiarse de las mejoras de las condiciones de vida y de la tecnología. </p>
<p>Nuestro estudio comparativo sugiere algunas cosas interesantes para otros países, en especial aquellos con economías emergentes o en desarrollo. Estos hallazgos demuestran que es posible alargar la esperanza de vida si se produce una mejoría en la salud en las edades más altas y si se dispone de un sistema de cuidados de calidad. De hecho, si esto es así, la revolución de la longevidad humana va a continuar durante un tiempo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/118631/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La esperanza de vida se ha más que duplicado en los últimos dos siglos. ¿Cuánto más puede aumentar?Anthony Medford, Postdoctoral associate researcher, University of Southern DenmarkJames W Vaupel, Professor of Demography and Epidemiology, University of Southern DenmarkKaare Christensen, Director of the Danish Aging Research Center and the Danish Twin Register, University of Southern DenmarkLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1147572019-05-01T21:15:56Z2019-05-01T21:15:56Z¿Sufren más los hombres al hacerse mayores?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/269786/original/file-20190417-139107-hsnhit.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C10%2C2291%2C1484&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Michael Caine y Harvey Keitel en el filme 'La juventud', de Paolo Sorrentino (2016).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.vertigofilms.es/descargaprensa/lajuventud/">Vértigo Films</a></span></figcaption></figure><p>En 1970 la académica y feminista estadounidense Susan Sontag publicó un famoso artículo titulado “<a href="http://radpacs.weber.edu/images/R_Walker/RADT%203003/Section%207/7-H%20The%20Double%20Standard%20of%20Aging.pdf">El doble standard del envejecimiento</a>”. En él, denunciaba la mayor discriminación a la que se ven sometidas las mujeres mayores, doblemente por razón de su género y edad. </p>
<p>Si en 1949 Simone de Beauvoir había inaugurado la segunda ola del feminismo moderno con <em>El segundo sexo</em>, en 1970 publicaba también <a href="http://rebiun.baratz.es/rebiun/record/Rebiun10283436"><em>La Vejez</em></a>, un ambicioso estudio sobre el hecho de hacerse mayor en diferentes culturas alrededor del mundo. </p>
<p>Al igual que Sontag y Beauvoir, Betty Friedan se hizo famosa con su libro <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_m%C3%ADstica_de_la_feminidad"><em>La mística de la feminidad</em></a> (1963), que denunciaba el papel claramente secundario de las mujeres en la sociedad occidental. Años más tarde publicaría también <em>La Fuente de la edad</em> (1993), dedicado igualmente a denunciar la discriminación social sufrida por las personas mayores. </p>
<h2>Sufriendo los años</h2>
<p>A pesar de las coincidencias entre estas tres autoras, sobre todo su ideario feminista así como un interés compartido por el tema de la edad en sus años de madurez, resulta sorprendente que en <em>La Vejez</em> Beauvoir critique abiertamente los supuestos de Sontag, argumentando que son los varones, y no las mujeres, quienes sufren más por envejecer. </p>
<p>Aun reconociendo la mayor invisibilidad erótica a la que las mujeres mayores se ven abocadas, la teórica francesa sostenía, desde una óptica marxista, que el varón tiene más dificultades de adaptación a la “tercera” edad al ser considerado no solo obsoleto desde el punto de vista laboral, sino también prescindible desde la perspectiva social y familiar. Si, argumentaba Beauvoir, la mujer estaba ya acostumbrada a ser relegada al papel de madre y esposa (y, finalmente, al de abuela) en la esfera privada, el varón maduro perdía su identidad en la esfera pública para pasar a convertirse en poco más que un estorbo en la esfera privada. </p>
<p>Si bien los supuestos de Beauvoir se refieren a un contexto histórico-social que puede considerarse ya ampliamente superado, <em>La Vejez</em>, al igual que el texto posterior de Friedan, continúan siendo relevantes como recordatorios de que, primero, el hecho de envejecer afecta tanto a varones como a mujeres y, segundo, influye en ambos géneros pero de manera diferente. </p>
<h2>Enevejecimiento y género</h2>
<p>Demostrarlo es, precisamente, el objetivo del <a href="https://www.uclm.es/noticias/enero2019/ciudad%20real/proyecto_mascage">proyecto europeo “Gendering Age”</a> (acrónimo MASCAGE), financiado con 1 millón de euros por el programa <a href="http://gender-net-plus.eu/">Gendernet Plus Era-Net Cofund de la UE</a> que dirijo en colaboración con otros cuatro socios europeos (Irlanda, Suecia, Austria y Estonia), además de Israel. </p>
<p>Con una duración prevista de 3 años (2019-2022), el proyecto pretende analizar la relación entre envejecimiento y género, incidiendo en los problemas específicos a los que se enfrentan los varones de distintos países en su madurez. En este sentido, destaca por su carácter colaborativo y transnacional, incluyendo cinco países europeos distintos más Israel, lo que contribuirá sin duda una amplia e interesante perspectiva comparada más allá del contexto español. </p>
<p>Igualmente, la originalidad del estudio radica en su multidisciplinariedad. Si la mayoría de estudios de género se han centrado en las mujeres, y si bien gran parte de los trabajos sobre gerontología carecen de una perspectiva de género, este proyecto busca aunar los estudios de género con los estudios sobre edad y envejecimiento. Con ello, se contribuye a abrir un diálogo interdisciplinar que ayude a entender mejor las similitudes pero también diferencias que afectan a varones y mujeres al envejecer, especialmente en relación a los temas de salud, inclusión y exclusión social, relaciones afectivas y estereotipos de género. </p>
<p>A diferencia de otros estudios, derivados de enfoques puramente sociológicos o biomédicos, este proyecto está basado en un enfoque interdisciplinar, que busca además conciliar las ciencias sociales y las humanidades, explorando las intersecciones entre construcciones sociales y representaciones culturales, literarias y fílmicas, de envejecimiento. </p>
<p>Se pretende demostrar no solo cómo las representaciones culturales de género y edad beben del contexto social, sino también cómo las mismas representaciones culturales influyen en su (de)construcción social. Para ello, el estudio se nutre de un amplio corpus textual y fílmico procedente de los cinco países europeos analizados, además de Israel, lo que debería proporcionar un mapa bastante detallado de lo que significa envejecer, tanto para varones como mujeres, en distintos contextos nacionales, sociales y culturales. </p>
<p>En última instancia, el estudio busca entender mejor la influencia del género en los procesos de envejecimiento pero también, y sobre todo, mejorar las vidas de las personas mayores, hombres y mujeres, en estos países. Sabemos, por ejemplo, que las mujeres viven de media 10 años más que los varones, y que <a href="https://theconversation.com/el-suicidio-una-realidad-desconocida-113050">las tasas de suicidio masculino</a> superan ampliamente al femenino, sobre todo en edades avanzadas. </p>
<p>Sabemos, también, que los varones mayores acuden al médico con mucha menos frecuencia que las mujeres. Saber por qué constituye un auténtico reto que debemos abordar tanto a nivel científico como social, ayudados tanto por los estudios de edad como de género. La masculinidad constituye un problema urgente de salud pública. Entender mejor su construcción es, pues, un paso indispensable para poder llevar a cabo su deconstrucción.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/114757/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jose Maria Armengol Carrera recibe fondos del programa Gendernet Plus Era-Net Cofund (<a href="http://www.gender-net-plus.eu">www.gender-net-plus.eu</a>) de la UE, MINECO y FEDER. </span></em></p>El proyecto europeo “Gendering Age” pretende demostrar que el hecho de envejecer afecta tanto a varones como a mujeres e influye en ambos géneros de manera diferente.Jose Maria Armengol Carrera, Profesor Titular de Estudios de Género, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1142612019-04-01T20:37:23Z2019-04-01T20:37:23Z¿Qué son los ‘mayorescentes’ y qué demandan?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/266339/original/file-20190328-139364-l9fg90.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=15%2C7%2C5065%2C3145&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-senior-people-resting-park-mature-551227891"> Oneinchpunch / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La <a href="https://www.who.int/mediacentre/news/releases/2015/older-persons-day/es/">Organización Mundial de la Salud (OMS) fija que las personas de más de 60 años en 2050 serán el doble que en la actualidad</a>. Tal cambio demográfico supondrá una transformación societaria a escala glocal (global y local), que afectará a las estructuras sociales y económicas de las sociedades avanzadas, y también de los países en vías de desarrollo que están experimentando una transición rápida hacia la <a href="https://www.elmundo.es/elmundosalud/2006/08/03/medicina/1154606023.html">modernización demográfica</a>. </p>
<p>Estos <a href="http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2015/10/07/world-undergoing-major-population-shift-with-far-reaching-implications-for-migration-poverty-development-wbimf-report">grandes cambios</a> reflejan que las poblaciones mayores de 60 años serán superiores a otros grupos etarios, debido al aumento progresivo de la esperanza de vida y al envejecimiento en cualquier latitud.</p>
<p>El desafío será progresar como sociedad ante esta <a href="http://www.fundacionpilares.org/docs/entre_rev_long.pdf">revolución de la longevidad</a>, mediante la transformación de los sistemas de protección social, educativa y productiva, que mejoren las condiciones de vida tanto de las personas jóvenes como mayores. </p>
<p>Estas últimas deberán empoderarse para liderar cambios sistémicos que potencien la <a href="http://fundacionatenea.org/2017/02/14/santiago-cambero-rivero-%E2%80%9Cdebemos-ir-a-un-estado-de-la-innovacion-social%E2%80%9D/">solidaridad íntergeneracional</a> en <a href="https://www.gerontologia.org/portal/archivosUpload/Hagestad.pdf">sociedades para todas las edades</a>. Sin duda, las políticas de envejecimiento activo deben implementarse para que las nuevas caras de la vejez eliminen cualquier actitud <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Discriminaci%C3%B3n_por_edad">edadista</a>, observable como práctica social. </p>
<p>Los indicadores de desarrollo humano deben converger para que los <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/">Objetivos de Desarrollo Sostenible</a> sean una realidad antes de 2030, y este cambio demográfico nos equilibre como sociedades. Lo contrario provocará movimientos de población del Sur al Norte, especialmente entre los más jóvenes –dado que los ancianos no podrán cruzar fronteras por sus condiciones geriátricas- con la esperanza de una vida mejor alejada de hambrunas, guerras, enfermedades y desastres naturales. Ese podría ser el escenario mundial frente a quienes elevan muros para impedir la integración social desde <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Discurso_de_odio">discursos de odio</a>. </p>
<p>España no es una excepción, con <a href="http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/enred-indicadoresbasicos18.pdf">una población de más del 18% de personas mayores de 65 años</a>. El envejecimiento de la población española representa la <a href="http://digital.csic.es/handle/10261/3110">madurez demográfica</a> con más personas de 60 y más años que modificarán los escenarios sociales, que conllevarán adaptar la sanidad, la educación y los servicios sociales a las necesidades de este segmento de población creciente. </p>
<p>Por otro lado, surgen los problemas de <a href="http://www.ceddar.org/content/files/noticiaf_362_01_Informe-CEDDAR-def-logo.pdf">la despoblación rural y el decrecimiento vegetativo</a> como caras de la misma moneda en España, que condicionará nuestro futuro si no se adoptan las políticas adecuadas para que el éxodo rural y urbano no nos empobrezca demográficamente. Es la conocida como <a href="https://www.revistacactus.com/cuidado-esta-usted-entrando-en-la-espana-vacia/">España vacía</a>.</p>
<h2>Mayorescencia y huella generacional</h2>
<p>En este contexto de <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php?title=Population_structure_and_ageing/es">demografía del envejecimiento</a> en Europa, sería aconsejable primero reconocer el valor social de la <a href="https://www.yorokobu.es/mayorescencia/">mayorescencia</a>, que define una nueva etapa de la vida en la que las personas mayores ya no son tan viejas como hace varias décadas. Habría que mejorar las condiciones de vida de esta cohorte de edad con ciudades más accesibles y sostenibles, sistemas productivos más adaptados al capital sénior y flexible a su jubilación, espacios colaborativos intra/intergeneracionales, recursos socio-sanitarios que fomenten la autonomía personal, etc.</p>
<p>Por otro lado, generar entornos favorables para la <a href="https://theconversation.com/de-la-brecha-a-la-huella-generacional-106953">huella generacional</a>, que pondera el impacto organizativo de los flujos de transferencia de conocimientos, habilidades y actitudes entre personas de distintas generaciones que cooperan para la consecución de fines organizacionales. </p>
<p>Es decir, personas de varias edades que interactúan en espacios públicos o privados significativos, que intercambian experiencias técnicas, y que además se reconocen como personas productivas, al margen de la edad biográfica. Éste es el desafío de las organizaciones sociales, educativas, sanitarias, empresariales, etc. que pretendan ser más eficaces y eficientes con menores cuantías disponibles de recursos económicos-financieros, pero que potencia la diversidad humana.</p>
<p>En definitiva, que la nueva vejez se viva satisfactoriamente como oportunidad de contribución al bienestar personal, familiar y general mediante la <a href="https://www.hoy.es/sociedad/reto-intergeneracional-20181001205100-nt.html">solidaridad intergeneracional</a>. Para ello, las instituciones gubernamentales y la sociedad civil organizada deben establecer alianzas estratégicas para que la sociedad europea sea más inclusiva, sostenible y solidaria frente a los riesgos de la desigualdad y discriminación observados con preocupación en los últimos tiempos. </p>
<h2>Acuerdo Europeo para la Ciudadanía Sénior</h2>
<p>Ante los cambios demográficos indicados en España y Europa, deberíamos cuestionarnos si estamos preparados institucional y civilmente para afrontar este reto demográfico. No parece que eso sea así. Por eso, sería deseable que quienes nos representen en el Parlamento Europeo, tras las próximas elecciones europeas del 26 de mayo, aprueben el <a href="https://www.regiondigital.com/noticias/portada/304135-extremadura-podria-liderar-el-acuerdo-europeo-por-la-ciudadania-senior.html">Acuerdo Europeo para la Ciudadanía Sénior</a>. </p>
<p>Este acuerdo abogaría por la mejora del trato integral de las personas mayores, como extensión de los Derechos Humanos en edades avanzadas, dada la demografía del envejecimiento en Europa y en países como España, que <a href="https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/espana-sera-el-pais-con-mayor-esperanza-de-vida-en-2040-segun-un-estudio/10004-3781559">será de los más longevos</a>. </p>
<p>El Acuerdo Europeo para la Ciudadanía Sénior se basaría en las siguientes <strong>4 es</strong>:</p>
<ul>
<li><p><strong>Estima</strong>, como valoración positiva de las cualidades de las personas mayores, desde el respeto y el reconocimiento social para prevenir la discriminación por edad –el <a href="https://cronicaglobal.elespanol.com/vida/edadismo-tercera-gran-discriminacion-espana_61494_102.html">edadismo</a>, como tercera forma de discriminación social en Europa tras el racismo y el sexismo-, desde la autonomía personal y la autoestima como aprecio de uno mismo durante la vejez.</p></li>
<li><p><strong>Educación</strong>, como aprendizaje a lo largo de la vida para satisfacer las necesidades de conocimientos de todos los grupos etarios. Toda persona, en cualquier etapa del ciclo vital, debe disponer de oportunidades de aprendizaje permanentes para adquirir competencias de logro de sus expectativas. Unos adultos mayores competentes y empoderados son clave para el progreso socio-comunitario.</p></li>
<li><p><strong>Empleabilidad</strong>, como aptitudes y actitudes para conseguir un empleo, ampliando su significado social, más allá del sentido economicista, a lo largo del ciclo de vida en relación a los aportes de la ciudadanía sénior a la sostenibilidad de las familias y el bienestar general, no valorado en el PIB por su altruismo e invisibilidad –principalmente, <a href="https://www.mujeresparalasalud.org/mujeres-cuidadoras-entre-la-obligacion-y-la-satisfaccion/">mujeres cuidadoras</a>–.</p></li>
<li><p><strong>Entorno</strong>, la capacidad de adaptación para construir <a href="https://www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/boletinopm39.pdf">ciudades amigables para/con la ciudadanía sénior</a>, eliminando las barreras arquitectónicas que limiten su capacidad funcional y de interacción con otras edades y generaciones. Las instituciones deben apoyar iniciativas que faciliten la vida independiente del adulto mayor en su entorno de arraigo.</p></li>
</ul><img src="https://counter.theconversation.com/content/114261/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Santiago Cambero Rivero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Ciudades más accesibles, sistemas productivos más adaptados al capital sénior y flexible a su jubilación, espacios colaborativos y recursos socio-sanitarios que fomenten la autonomía personal, entre otras.Santiago Cambero Rivero, Profesor de Sociología, Universidad de ExtremaduraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1132552019-03-12T21:59:45Z2019-03-12T21:59:45Z¿De verdad existe la crisis de la mediana edad?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/263495/original/file-20190312-86710-kl831b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=59%2C63%2C2220%2C2732&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">'En medio del camino de nuestra vida me encontré por una selva oscura'. Fragmento de iustración de Gustave Doré para el canto primero del Infierno de Dante.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gustave_Dore_Inferno1.jpg">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>A menudo, se considera la mediana edad como un punto de inflexión, una suerte de colina que, tras ascenderla, ofrece unas vistas inquietantes. Ya lo dijo Víctor Hugo: “los 40 son la edad madura de la juventud y los 50, la edad joven de la madurez”.</p>
<p>La percepción de que el alma adulta se enfrenta en algún momento a la oscuridad de la noche (o intenta evitarla con injertos capilares al viento en un descapotable) está muy arraigada. Los estudios revelan que <a href="https://www.researchgate.net/publication/26335091_Midlife_Crisis_A_Debate">la gran mayoría de las personas</a> creen que existe la denominada “crisis de la mediana edad”, y casi <a href="https://www.researchgate.net/publication/258143861_The_prevalence_types_and_perceived_outcomes_of_crisis_episodes_in_early_adulthood_and_midlife_A_structured_retrospective-autobiographical_study">la mitad de los adultos mayores de 50 años</a> afirman haberla experimentado. Pero, ¿es real o solo una creencia?</p>
<p>Los resultados de las encuestas demuestran que a mitad de nuestra vida la satisfacción vital decae, de acuerdo a las respuestas proporcionadas tanto por hombres como por mujeres. Según el <a href="https://melbourneinstitute.unimelb.edu.au/assets/documents/hilda-bibliography/working-discussion-research-papers/2012/Ambrey_etal_the-lucky-country-life-satisfaction-in-australia-2001-2010.pdf">sondeo australiano HILDA</a>, el nivel de complacencia más bajo se presenta a los 45 años, mientras que el Australian Bureau of Statistics (la oficina de estadística del país oceánico) establece la etapa <a href="http://www.abs.gov.au/ausstats/abs@.nsf/Products/8D0713D229579D3CCA25791A0082C403?opendocument">comprendida entre los 45 y los 54 años</a> como la más sombría en la vida de una persona.</p>
<p>La mediana edad puede resultar desconcertante para algunos, pero las pruebas no apuntan a que se trate de un período de crisis y desánimo. De hecho, en el plano psicológico las cosas tienden a mejorar. Es normal que se sucedan pequeños bajones al mirar dentro de uno mismo (ocurre aunque objetivamente no estemos peor), ya que nuestra atención deja de centrarse en el pasado para hacerlo en el futuro, y eso requiere de un proceso para ajustar las piezas.</p>
<h2>¿Cuál es la mediana edad?</h2>
<p>Los escenarios vitales con los que podemos no estar contentos son numerosos cuando alcanzamos la mediana edad. Sin embargo, no está claro si se trata de una crisis o es tan solo un fantasma al que nosotros damos forma.</p>
<p>Hay razones para ser escépticos, principalmente por la complicación que supone fijar el momento en que tiene lugar la presunta crisis, debido a que el concepto de “mediana edad” va cambiando con el paso del tiempo. <a href="https://www.researchgate.net/publication/26335091_Midlife_Crisis_A_Debate">Un estudio expuso</a> que los adultos más jóvenes consideraban que la mediana edad se extendía desde los 30 hasta los 50, mientras que los mayores de 60 sostenían que comprendía desde finales de la década de los 30 hasta la mitad de los 50.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/251206/original/file-20181218-27764-3ww42c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/251206/original/file-20181218-27764-3ww42c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/251206/original/file-20181218-27764-3ww42c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/251206/original/file-20181218-27764-3ww42c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/251206/original/file-20181218-27764-3ww42c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/251206/original/file-20181218-27764-3ww42c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/251206/original/file-20181218-27764-3ww42c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/251206/original/file-20181218-27764-3ww42c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Podrías llegar a sufrir la crisis de la mediana edad a los treintaimuchos, dependiendo de la etapa a la que se considere ‘mediana edad’ en ese momento.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/zBG68U56GgY">Roberto Nickson (@g)/Unsplash</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><a href="http://www.brown.edu/Courses/BI_278/projects/Aging/perceptions.pdf">Un estudio estadounidense</a> recogió las respuestas de un tercio de septuagenarios que se definían a sí mismos de mediana edad. Esta investigación coincide con el descubrimiento de un sector de mediana edad que se siente <a href="https://www.researchgate.net/publication/20351859_You're_only_as_old_as_you_feel_Self-perceptions_of_age_fears_of_aging_and_life_satisfaction_from_adolescence_to_old_age">una década más joven</a> de lo que dice su partida de nacimiento.</p>
<p>Independientemente de cómo y cuándo definamos la mediana edad, debemos preguntarnos si las crisis tienden a concentrarse en ese período. Un estudio lo desmiente al indicar que, simplemente, <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0165025413492464">es más habitual</a> que creamos que estamos en crisis a medida que envejecemos. Entre los participantes del estudio de entre 20 y 29 años, un 44% manifestaron sufrir una crisis, frente al 49% de los sujetos de entre 30 y 39 y al 53% de los individuos de entre 40 y 49 años.</p>
<p><a href="http://www.midus.wisc.edu/findings/pdfs/103.pdf">Otra investigación</a> demostró que los participantes, cuanto mayores, más tarde declararon haber pasado por una crisis vital. Aquellos que superaban los 60 años recordaban haber experimentado ese desequilibrio en torno a los 53, mientras que los de 40 databan la suya a los 38 años.</p>
<p>Podría decirse que no hay distintas crisis de la mediana edad, sino crisis que ocurren en un momento determinado, ya sea antes o después.</p>
<h2>La opinión de los teóricos</h2>
<p>El psicoanalista <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Elliott_Jaques">Elliot Jaques</a>, quien acuñó el término <em>crisis de la mediana edad</em> en 1965, consideró que era un reflejo de la toma de consciencia de la propia mortalidad. “La muerte”, <a href="https://search.proquest.com/openview/f7931fc061e53e99298006613e0a9bd5/1?pq-origsite=gscholar&cbl=1818729">escribió</a>, “deja de ser un concepto general o un suceso vital consistente en la pérdida de alguien cercano para convertirse en un asunto personal”.</p>
<p>El logro fundamental de la mediana edad, según Jaques, es superar el idealismo juvenil para abrazar lo que llamó el “pesimismo contemplativo” y la “resignación constructiva”. El teórico canadiense argumentó que la entrada en la mediana edad coincidía con la superación de la negación de la muerte y de la destructividad humana.</p>
<p><a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Carl_Jung">Carl Jung</a> tenía una visión diferente. Defendía que la mediana edad era la etapa en la que aspectos anteriormente reprimidos de la psique eran integrados, de manera que los hombres podían recuperar su <a href="https://ww3.haverford.edu/psychology/ddavis/p109g/internal/j_anima.html">parte femenina inconsciente o <em>ánima</em></a>, imperceptibles durante su juventud, y las mujeres rescatarían su opuesto, el <em>ánimus</em>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/251409/original/file-20181219-27764-fropzy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/251409/original/file-20181219-27764-fropzy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/251409/original/file-20181219-27764-fropzy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/251409/original/file-20181219-27764-fropzy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/251409/original/file-20181219-27764-fropzy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/251409/original/file-20181219-27764-fropzy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/251409/original/file-20181219-27764-fropzy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/251409/original/file-20181219-27764-fropzy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Jung pensaba que en la mediana edad coincidían las partes masculina y femenina de una persona.</span>
<span class="attribution"><span class="source">from shutterstock.com</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>También se han ofrecido explicaciones menos profundas, como que la crisis tiene lugar cuando los hijos abandonan el hogar o cuando los adultos se encuentran <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Sandwich_generation">generacionalmente entre dos tierras</a>: han de cuidar a los niños y a los padres, que en algunos casos son ancianos. Además, las enfermedades crónicas <a href="https://news.gallup.com/poll/147317/chronic-illness-rates-swell-middle-age-taper-off.aspx">comienzan a hacer acto de presencia</a> y provocan un empeoramiento, y <a href="https://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(18)30137-8/fulltext">el mercado laboral</a> comienza a cerrar sus puertas a aquellos que se encuentran cerca del ecuador de su vida. </p>
<p>Sin embargo, todo apunta a que, detrás de todo, subyace algo más básico y biológico. Los chimpancés y los orangutanes no padecen vértigo existencial ni sufren el síndrome del nido vacío o estrés por culpa del trabajo; aun así, hacia la mitad de sus vidas <a href="https://www.researchgate.net/publication/233738596_Evidence_for_a_midlife_crisis_in_great_apes_consistent_with_the_U-shape_in_human_well-being">muestran un decaimiento</a> en su bienestar similar al de sus primos humanos.</p>
<p>Un estudio descubrió que los chimpancés y los orangutanes, a sus veintimuchos y treintaimuchos, respectivamente, mostraban sus picos más bajos en el estado de ánimo, muy poco placer al participar en actividades sociales y una paupérrima capacidad para conseguir sus objetivos. Los investigadores especularon con la posibilidad de que este patrón reflejase cambios en las estructuras cerebrales asociadas a la edad, comunes a todas las especies de primates, relacionadas directamente con el bienestar.</p>
<h2>La mediana edad como una etapa de crecimiento y no de crisis</h2>
<p>Los episodios de crisis no tienen por qué estar estrechamente vinculados a sucesos vitales no deseados. A menudo, las investigaciones no consiguen establecer conexiones entre las adversidades y las crisis autodiagnosticadas.</p>
<p><a href="http://www.midus.wisc.edu/findings/pdfs/103.pdf">Un estudio desveló</a> que las personas que expresaban sentirse inmersas en una crisis en la mitad sus vidas no habían experimentado recientemente un divorcio, la pérdida de su empleo o el fallecimiento de un ser querido, pero sí habían pasado en algún momento por un cuadro depresivo.</p>
<p>La idea de que la mediana edad es una época marcada por el pesimismo psicológico también es desmentida por la evidencia científica. A pesar de la curva en forma de <em>U</em> que representa la satisfacción vital, la mayoría de los cambios que tienen lugar son positivos.</p>
<p>Un ejemplo es la evolución de la personalidad. <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/107319110000700405">Un estudio longitudinal</a> que siguió a miles de ciudadanos estadounidenses de entre 41 y 50 años reveló que a medida que envejecían, se volvían menos neuróticos y más seguros. Estas variaciones no respondían a experiencias vitales adversas: lo habitual no era la aparición de la crisis, sino el aumento de la resiliencia.</p>
<p><a href="https://www.researchgate.net/publication/21596433_Personality_Change_in_Women_From_the_Early_40s_to_the_Early_50s">Otro estudio</a> hizo un seguimiento de una muestra de mujeres de entre 43 y 52 años. Los resultados mostraron que tendían a ser menos dependientes y críticas consigo mismas y más seguras, responsables y decididas cuantos más años cumplían. Los cambios tampoco respondían a experiencias como la menopausia o el nido vacío.</p>
<p>Muy parecidas son las conclusiones a las que llegan otros estudios. En general, los cambios psicológicos durante la mediana edad conducen a un mayor bienestar. La personalidad se vuelve más estable, los individuos se aceptan más a ellos mismos y las emociones positivas se acaban imponiendo sobre las negativas a lo largo de los años.</p>
<p>Además, que las personas afirmen experimentar una crisis en la mitad de sus vidas tiene su lado bueno, y es que una investigación señaló que cuantos más conflictos personales se producen, <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0165025413492464?journalCode=jbda">más empatía</a> existe entre unos sujetos y otros. Por otra parte, quizá no sorprenda demasiado que los adultos de mayor edad consideren el ecuador de su vida <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/BF02277581">su etapa preferida</a>.</p>
<p>El verdadero desafío es superar la mediana edad con una satisfacción vital renovada, y la mayoría lo consigue. También lo dijo Víctor Hugo: “es maravilloso cuando la gracia se combina con las arrugas”.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración de <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/113255/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Nick Haslam no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Hay evidencias que sugieren que existe una crisis de la mediana edad, aunque es difícil definir qué es eso de la mediana edad. Y quizá las crisis que ocurren durante esta etapa también podrían haber ocurrido antes o después.Nick Haslam, Professor of Psychology, The University of MelbourneLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1102102019-01-24T21:02:06Z2019-01-24T21:02:06Z¿Qué ejercicio es el más adecuado en cada etapa de la vida?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/255442/original/file-20190124-196250-1yvmn90.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C4913%2C3275&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/big-family-playing-football-on-beach-209993953"> Ruslan Guzov / shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El ejercicio produce numerosos efectos beneficiosos para la salud. Puede prevenir una serie de afecciones, entre las que se encuentran <a href="https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/195439">enfermedades del corazón</a>, la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1262363607703129?via%3Dihub">diabetes tipo 2</a> y algunos <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.1463-1318.2005.00747.x">cánceres</a>. Pero hay que tener en cuenta que el tipo y la cantidad de ejercicio que se realiza debe adaptarse a medida que cumplimos años. Si quiere asegurarse de que está haciendo el tipo de ejercicio que corresponde a su edad, consulte esta sencilla guía.</p>
<h2>Durante la infancia y la adolescencia</h2>
<p>En la niñez, el ejercicio ayuda a <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1934148212010209?via%3Dihub">controlar el peso corporal</a>, contribuye a la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S8756328206005953?via%3Dihub">salud de los huesos</a>, estimula la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2795619/">confianza en uno mismo</a> y establece <a href="https://adc.bmj.com/content/94/9/686">patrones de sueño saludables</a>. Las instituciones recomiendan que los niños practiquen <a href="https://health.gov/paguidelines/second-edition/pdf/Physical_Activity_Guidelines_2nd_edition.pdf#page=46">al menos una hora de ejercicio diario</a>. Aquí van unos consejos:</p>
<ul>
<li><p>Los niños deberían probar varios deportes y desarrollar distintas habilidades, como por ejemplo nadar y patear un balón. </p></li>
<li><p>La actividad física no programada, como los juegos en el patio del colegio, también son de gran ayuda.</p></li>
</ul>
<p>Los hábitos de ejercicio físico tienden a decaer de manera progresiva durante la adolescencia, <a href="https://bjsm.bmj.com/content/49/11/730.long">especialmente en el caso de las chicas</a>. Realizar una cantidad suficiente de ejercicio ayuda a mantener el cuerpo en forma, así como a controlar el <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1755296612000063">estrés y la ansiedad</a>. Puede fomentar la actividad de sus hijos siguiendo estos dos consejos:</p>
<ul>
<li><p>Animar a su hijo adolescente a practicar un deporte de equipo, siempre que sea posible. </p></li>
<li><p>A algunos adolescentes no les gustan este tipo de deportes. Para ellos, la natación o el atletismo pueden ser opciones a tener en cuenta para mantenerse en buena forma.</p></li>
</ul>
<h2>De los 20 a los 30</h2>
<p>Alrededor de los 25 años, las personas se encuentran en su mejor momento físico, con los tiempos de reacción más cortos y el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/VO2_m%C3%A1x">VO2 máx</a> (la velocidad máxima a la que el cuerpo puede bombear oxígeno a los músculos) más alto. Tras este pico, el VO2 máx disminuye <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3794488/">hasta un 1% cada año</a>, y <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0094215">los tiempos de reacción se amplían</a>. La buena noticia es que la actividad física realizada de manera regular puede <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3794488/">ralentizar este declive</a>. Aumentar la masa muscular magra y la densidad ósea durante esta etapa vital ayuda a retenerlas años después.</p>
<ul>
<li><p>Diviértase entrenando y pruebe varias disciplinas. Puede intentar jugar al <em>tag rugby</em> (<a href="http://www.tagrugby.es/reglas.htm">rugby sin contacto con cintas</a>), hacer remo o entrenamiento intenso al aire libre (con monitor).</p></li>
<li><p>Si practica ejercicio regularmente, consulte a un profesional del deporte e incorpore la “periodización” a su régimen de entrenamientos. Este concepto implica la división del ejercicio en ciclos progresivos que manipulan diferentes aspectos del entrenamiento, tales como la intensidad, la cantidad y el tipo de ejercicio, con el objetivo de optimizar su rendimiento y hacer posible la práctica de una actividad planificada, como puede ser el triatlón.</p></li>
</ul>
<h2>De los 30 a los 40</h2>
<p>A partir de los 30 años, la carrera profesional y la vida familiar se convierten en una prioridad para muchas personas, por lo que es importante mantener la fuerza y la salud cardiovascular para ralentizar el lógico declive físico. </p>
<p>Si tiene un trabajo sedentario, asegúrese de mantener una higiene postural adecuada y de no permanecer sentado durante largos períodos de tiempo. Esto puede conseguirlo, por ejemplo, subiendo las escaleras para ir al baño del piso superior o quedándose de pie al responder o realizar una llamada telefónica. Es aconsejable moverse cada media hora siempre que sea posible.</p>
<ul>
<li><p>Entrene de manera inteligente. Pruebe a realizar <a href="https://theconversation.com/no-time-to-exercise-then-this-training-programme-might-be-for-you-62811">entrenamientos de intervalos de alta intensidad</a>, con series de actividad de gran intensidad (hasta el 80% de su frecuencia cardíaca máxima) combinadas con períodos de ejercicio de intensidad reducida. Deportes como las carreras de velocidad o el ciclismo son perfectos para personas que no disponen de mucho tiempo, ya que pueden practicarse en 20 minutos.</p></li>
<li><p>A las mujeres, en especial tras dar a luz, les favorece realizar entrenamientos que ejerciten el suelo pélvico (conocidos como ejercicios de Kegel) para <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jmwh.12420">prevenir la incontinencia</a>.</p></li>
<li><p>Mantenga el interés diversificando su rutina de ejercicios. Pruebe el <em>boot camp</em>, el <em>spinning</em> o el yoga.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/251329/original/file-20181218-27779-1j32yvk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/251329/original/file-20181218-27779-1j32yvk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/251329/original/file-20181218-27779-1j32yvk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/251329/original/file-20181218-27779-1j32yvk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/251329/original/file-20181218-27779-1j32yvk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/251329/original/file-20181218-27779-1j32yvk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/251329/original/file-20181218-27779-1j32yvk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Diversifique su entrenamiento practicando <em>boot camp</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/630936701?src=YnWS8QKy1gUbCLWby8XQtw-1-4&size=medium_jpg">wavebreakmedia/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>De los 40 a los 50</h2>
<p>Muchas personas <a href="https://www.littlebrown.co.uk/books/detail.page?isbn=9780749924348">ganan peso</a> a partir de los 40 años. Los ejercicios que aumentan la resistencia son la mejor alternativa para optimizar la quema de calorías y contrarrestar la acumulación de grasa, revirtiendo la pérdida normal del 3 al 8% de masa muscular que se produce cada década. La práctica de <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22777332">diez semanas de entrenamiento centrado en la resistencia</a> podría incrementar el peso magro en 1,4 kilos, aumentando la tasa metabólica en reposo (TMR) en un 7% y disminuyendo el peso graso en 1,8 kilos.</p>
<ul>
<li><p>Pruebe los <em>kettlebells</em> o pesas rusas, o comience un entrenamiento de levantamiento de peso en el gimnasio.</p></li>
<li><p>Comience a correr (si no lo hace ya) y no tenga miedo de adentrarse en un programa de ejercicio de mayor intensidad. Es una obviedad, pero se obtienen más frutos corriendo que caminando.</p></li>
<li><p>Hacer Pilates puede resultar de suma utilidad para fortalecer la parte central del cuerpo y evitar los dolores de espalda, que <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4612559/">suelen aparecer en esta década</a>.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/252366/original/file-20190103-32154-1c16r81.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/252366/original/file-20190103-32154-1c16r81.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/252366/original/file-20190103-32154-1c16r81.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/252366/original/file-20190103-32154-1c16r81.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/252366/original/file-20190103-32154-1c16r81.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/252366/original/file-20190103-32154-1c16r81.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/252366/original/file-20190103-32154-1c16r81.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Levante <em>kettlebells</em> para quemar calorías a los 40.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/710451286?src=9GFbh6gdP9DDGK6CptidiQ-1-4&size=medium_jpg">Goolia Photography/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>De los 50 a los 60</h2>
<p>A partir de los 50 los dolores y molestias se intensifican, a la vez que pueden manifestarse <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3340492/">trastornos de carácter crónico</a>, como la diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares. En las mujeres posmenopaúsicas, el riesgo de padecer <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2376508/">dolencias cardíacas</a> aumenta a medida que los estrógenos se reducen.</p>
<ul>
<li><p>Practique actividades de fuerza dos veces a la semana para mantener su masa muscular.</p></li>
<li><p>Ejercicios en los que se soporta peso, como caminar, son muy recomendables. Camine a un ritmo elevado para que su frecuencia respiratoria aumente y rompa a sudar.</p></li>
<li><p>Pruebe algo diferente. El taichí es genial para el <a href="https://insights.ovid.com/pubmed?pmid=15692325">equilibrio</a> y la relajación.</p></li>
</ul>
<h2>De los 60 a los 70</h2>
<p>Es habitual que las personas acumulen <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0140673612602402?via%3Dihub">dolencias crónicas</a> a medida que envejecen. Acercarse a la tercera edad es un <a href="https://immunityageing.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12979-017-0112-5">factor de riesgo importante para la aparición del cáncer</a>. Mantener un nivel alto de actividad física puede ayudar a prevenir diferentes tumores, como el cáncer de mama tras la menopausia, el cáncer de colon o el cáncer de útero, a la vez que reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como afecciones cardíacas y la diabetes tipo 2.</p>
<p>La actividad física tiende a disminuir con la edad, por lo que debe procurar mantenerse activo y tratar de romper la tendencia. </p>
<ul>
<li><p>Pruebe el baile de salón o cualquier otro tipo de baile; es una manera divertida y sociable de hacer ejercicio. </p></li>
<li><p>Entrene la fuerza y la flexibilidad dos veces a la semana. El aquaeróbic, actividad en la que el agua ofrece una gran resistencia, puede ser una buena opción para el desarrollo de la fuerza.</p></li>
<li><p>Continúe haciendo ejercicios cardiovasculares, como pueden ser los paseos a un ritmo ligero.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/252369/original/file-20190103-32127-zt0beg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/252369/original/file-20190103-32127-zt0beg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/252369/original/file-20190103-32127-zt0beg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/252369/original/file-20190103-32127-zt0beg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/252369/original/file-20190103-32127-zt0beg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/252369/original/file-20190103-32127-zt0beg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/252369/original/file-20190103-32127-zt0beg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">En los bailes de salón la gente se divierte y conoce a otras personas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/774641671?src=SkuE9tFjxblwjYHKKAuVlg-1-23&size=medium_jpg">Monkey Business Images/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>De los 70 en adelante</h2>
<p>El ejercicio a partir de los 70 años ayuda a <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30176345">prevenir la fragilidad</a> y las <a href="http://www.publish.csiro.au/NB/NB10056">caídas</a>, y es beneficioso para mantener las <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1568163707000384?via%3Dihub">habilidades cognitivas</a>. Es importante, también, intentar mantener la actividad en la medida de lo posible cuando se atraviesa una enfermedad. <a href="https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/186838?utm_campaign=articlePDF&utm_medium=articlePDFlink&utm_source=articlePDF&utm_content=jamainternmed.2018.4869">La fuerza y la salud pueden verse afectadas en muy poco tiempo</a> al permanecer postrado en la cama o mantenerse inactivo, haciendo extremadamente complicado volver a la situación previa.</p>
<ul>
<li><p>Camine y hable. En lugar de recibir las visitas de familia y amigos de manera pasiva, salgan a dar un paseo juntos. Le motivará y supondrá un beneficio para su salud más que el ejercicio en solitario.</p></li>
<li><p>Complemente su rutina de ejercicios con actividades cardiovasculares, de fuerza y de equilibrio, consultando siempre a un fisioterapeuta u otro profesional del deporte, especialmente si sufre alguna enfermedad crónica.</p></li>
</ul>
<p>Lo principal es no parar de movernos a lo largo de nuestra vida. Nada constituye un mayor beneficio para la salud que el ejercicio continuo.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración de <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/110210/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Julie Broderick no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Conforme pasan los años, nuestros cuerpos necesitan diferentes tipos de ejercicio. He aquí una guía para hacer el ejercicio adecuado para su edad.Julie Broderick, Assistant Professor, Physiotherapy, Trinity College DublinLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1063192018-11-13T23:11:41Z2018-11-13T23:11:41ZGerascofobia: el pánico a envejecer<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/244275/original/file-20181107-74775-135hifl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1500%2C993&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fotograma de 'En la flor de la vida'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://www.gloriafilms.fr/wp-content/uploads/2013/04/la_fleur_de_l_age_03.jpg">Gloria Films</a></span></figcaption></figure><p>Existen personas que sienten un profundo temor a envejecer. Se resisten a ello, no llevan bien la cosa de cumplir años, esconden su edad a propios y extraños, y ellos mismos pasan de puntillas por su DNI. </p>
<p>Es lo que se denomina técnicamente “gerascofobia”, o miedo irracional y persistente a envejecer, y lleva de la mano el deseo de ser “eternamente joven”. A veces va acompañado de gerontofobia, o temor irracional a los mayores o a los coetáneos, si se es viejo. Las personas gerascofóbicas pretenden actividades, relaciones amorosas o diversiones impropias de la edad que tienen; o sea, son jóvenes irreales.</p>
<p>Para aportar algunos datos sobre este tema parto del análisis de un film interesante a la vez que divertido: <em>En la flor de la vida</em>, <a href="http://www.ojocritico.com/criticas/comedia-sobre-la-vejez-dulce-amena-y-divertida/">obra que ya he analizado</a>. </p>
<p>Es una <a href="https://www.imdb.com/title/tt2375791/">película</a> de 2012 que fue dirigida por el francés Nick Quinn, quien relata fielmente la idea de cómo el curso de los años es eludido por algunas personas que pretenden continuar en perenne juventud y por otras como una etapa mal asumida llena de auto reproches y rabietas.</p>
<h2>La edad cognitiva o subjetiva</h2>
<p>Se dice en Psicogerontología que, además de la edad cronológica, hay una “edad cognitiva” o “subjetiva”. Esta edad está más en el corazón que en la fecha de nacimiento. </p>
<p>Se puede medir sencillamente preguntando a un adulto con qué edad se ve a sí mismo y cómo de satisfecho está con esa edad. Se cuantifica preguntando sobre la década en la que se “siente” (20, 30, 40, 50, 60, 70, 80 años o más); la década en la que le “parece” que está; con qué década asocia las cosas que “hace”; o qué década expresa mejor sus “intereses”. </p>
<p>La Edad cognitiva o subjetiva resulta de promediar estas edades: la “edad sentida”, la “edad parecer”, la “edad hacer” y la “edad interés”. (Ejemplo de edad cognitiva o subjetiva para una mujer de 80 años que se siente parte de otras décadas = 70 ES + 50 EP + 30 EH + 60 EI /4 = 52,5 años). En este supuesto caso observaríamos la ‘negación’ que la persona hace de su edad real, con una discrepancia (Edad real – Edad Cognitiva) de 27,5 años.</p>
<h2>Análisis de la película</h2>
<p>En la película, Gaspard Dassonville es un famoso productor y presentador de TV en el ocaso de su carrera. A pesar de sus 63 años largos pretende vivir como si fuera un joven. Entre otras, anda con mujeres treintañeras y no reconoce signo alguno de envejecimiento; incluso a veces su estado físico no le da para poder acometer todo lo que proyecta. </p>
<p>Por cosas de la vida, su anciano padre sufre un accidente doméstico y queda postrado en una silla de ruedas. Gaspard se ve obligado a acogerlo en su casa. Pero su padre es otro personaje que encara singularmente su “cuarta edad” de ochenta y bastantes, con una actitud indómita y furiosa. El anciano no hace más que entorpecer la vida de su hijo, el cual, antes de tenerlo a su cargo hacía lo que le venía en gana. </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/tV2n08PzINE?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Tráiler en español de la película <em>En la flor de la vida</em> (Nick Quinn, 2012).</span></figcaption>
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<p>Una tras otra, las cuidadoras se van marchando de la casa ante la actitud ofensiva y gruñona del padre. Hasta que llega una singular cuidadora de gran imaginación y encanto personal. La figura y el talante de la joven provocarán que padre e hijo rivalicen por la mujer, pues cada uno a su manera se ha enamorado de ella. Y a la vez, en ambos se producirán cambios sustanciales.</p>
<p>En relación a lo que antes decía, esta comedia cumple su cometido como film entretenido y simpático, a la vez que aborda el tema de la vejez como edad que rechazan de manera obstinada los dos personajes mayores. Se subraya un tipo de adulto mayor que pretende hacerse pasar por joven, obviando su edad y sus limitaciones. Esto recuerda una famosa frase de Dalí: “Muchas personas no cumplen los ochenta porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los cuarenta”.</p>
<p>Tanto la negación de la edad del hijo como la no aceptación de la misma por el padre son formas de defensa psicológica contra la angustia de envejecer y contra un intenso temor a la muerte. Así como el hijo es un candidato a Peter Pan, el padre es un anciano cascarrabias e insufrible que ha llegado a la cima de la vida desalentado. </p>
<p>La introducción de la nueva y atractiva cuidadora en la historia hace las veces de solución angelical o de hada caída del cielo. Zana, que así se llama la mujer, logra que los hombres “vuelvan a la vida”. El espectador presencia unos felices acontecimientos que siguen el trazado que apuntara Sigmund Freud denominado “la cura por amor”.</p>
<h2>Rememorar para asumir</h2>
<p>En la vida real, a estas personas que temen el envejecimiento se les aconseja que participen en un tratamiento grupal compuesto por individuos de la misma edad y que el moderador o terapeuta del grupo propicie la “reminiscencia”. Se trata de que los componentes del grupo hablen de acontecimientos pasados de su infancia o juventud. Recordar y contar acontecimientos antiguos y ejercitar la memoria remota es algo que gusta a las personas de edad. </p>
<p>Esta forma de tratamiento, a pesar de su sencillez técnica, hace que los componentes del grupo se aproximen por afinidad al hecho de que todos pertenecen a la misma generación. Esto les hace ir tomando poco a poco conciencia de la edad de manera gradual y, a la vez, placentera.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/106319/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Enrique Fernández Lópiz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La geroscofobia, o el miedo a envejecer, es un problema real. La película ‘En la flor de la vida’ deja claras sus consecuencias, y también explica cómo combatirlo.Enrique Fernández Lópiz, Profesor Titular de Universidad. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación (Psicogerontología)., Universidad de GranadaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1048072018-10-11T21:39:28Z2018-10-11T21:39:28ZCómo afecta la fecha de nacimiento al rendimiento escolar y a la vida posterior<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/240274/original/file-20181011-154542-1ug8pam.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5607%2C3741&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/beautiful-adorable-four-year-old-boy-280611824">Shutterstock / Tomsickova Tatyana</a></span></figcaption></figure><p>Nacer en diciembre, enero, agosto o septiembre puede afectar de forma significativa y duradera a su vida. Los resultados de nuestro <a href="https://ideas.repec.org/cgi-bin/get_doc.pl?urn=RePEc%3Aqut%3Aqubewp%3Awp056&url=http%3A%2F%2Fexternal-apps.qut.edu.au%2Fbusiness%2Fdocuments%2FQuBEWorkingPapers%2F2018%2Fpaper_290518.pdf">nuevo estudio</a> indican que la fecha de nacimiento puede influir en la construcción de nuestra personalidad. En concreto, hemos descubierto que la confianza en uno mismo puede variar significativamente en función del mes de nacimiento.</p>
<p>El motivo no tiene nada que ver con los signos del zodiaco. Lo que ocurre es que la fecha de nacimiento determina el momento en el que empezamos el colegio. Esto es debido a que casi todos los países establecen una fecha límite a partir de la cual se decide cuándo deben empezar el colegio los niños. </p>
<p>Por ejemplo, en Reino Unido la fecha límite es el 1 de septiembre y en España el año natural. En países federales como Australia o Estados Unidos, la fecha límite suele variar en cada estado. De este modo, los niños que cumplan cinco años antes de la fecha límite podrán empezar el colegio; sin embargo, aquellos que cumplan años después de dicha fecha seguirán teniendo cuatro años y tendrán que esperar un año más para empezar el colegio. </p>
<p>La posición relativa de la fecha de nacimiento con respecto a la fecha límite de escolarización tiene una importante consecuencia: determina si el niño pertenecerá durante la primaria y la secundaria al grupo de estudiantes mayores, más maduros y más altos de la clase o no. </p>
<h2>La edad relativa y el éxito profesional</h2>
<p>Es bien sabido que la edad relativa en el colegio puede tener un impacto duradero. Existe todo un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0273229700905161">corpus de investigación</a> que muestra, por ejemplo, que los estudiantes relativamente mayores tienen, en comparación con el resto de sus compañeros, más probabilidades de convertirse en deportistas profesionales. Este patrón se hace evidente en un amplio abanico de deportes y en muchos países con distintas fechas límite de escolarización. </p>
<p>Lo vemos, por ejemplo, en el <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/(SICI)1520-6300(1998)10:6%3C791::AID-AJHB10%3E3.0.CO;2-1">fútbol</a> o el <a href="https://shapeamerica.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/02701367.1994.10607644?journalCode=urqe20">hockey sobre hielo</a>. Muestra de ello es Pep Guardiola, un reconocido futbolista que fue relativamente mayor que sus compañeros y que, en la actualidad, es el <a href="https://es.mancity.com/pep-guardiola">entrenador del Manchester City</a>.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/235532/original/file-20180910-123125-1o63cdn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/235532/original/file-20180910-123125-1o63cdn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/235532/original/file-20180910-123125-1o63cdn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/235532/original/file-20180910-123125-1o63cdn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/235532/original/file-20180910-123125-1o63cdn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/235532/original/file-20180910-123125-1o63cdn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/235532/original/file-20180910-123125-1o63cdn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">En un estudio previo, encontramos que los congresistas de los Estados Unidos suelen haber sido relativamente mayores que sus compañeros de curso.</span>
<span class="attribution"><span class="source">from www.shutterstock.com</span></span>
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<p>Algunos estudios también han señalado que los estudiantes relativamente mayores <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/ecoj.12047">rinden mejor</a> académicamente. Y, aunque la ventaja tiende a disminuir con el tiempo, estos también tienen una probabilidad ligeramente mayor de ir a la universidad. </p>
<p>Por otro lado, a largo plazo, el impacto no parece tan grande en cuanto a logros profesionales. No obstante, aquellos que fueron relativamente mayores en el colegio están mucho más presentes en ciertos entornos altamente competitivos. </p>
<p>Esto suele darse entre directores de grandes compañías. Además, investigaciones previas también han señalado que este es el caso de muchos <a href="https://ideas.repec.org/cgi-bin/get_doc.pl?urn=RePEc%3Abla%3Ajorssa%3Av%3A179%3Ay%3A2016%3Ai%3A3%3Ap%3A809-829&url=http%3A%2F%2Fhdl.handle.net%2F10.1111%2Frssa.12154">líderes políticos</a> estadounidenses.</p>
<h2>El papel de la autoestima</h2>
<p>Nuestro estudio sugiere que el “efecto cumpleaños” se da por la influencia de la edad relativa en la autoestima. </p>
<p>Investigaciones <a href="https://www.journals.uchicago.edu/doi/abs/10.1086/690714">recientes</a> han demostrado que los niños que superan con frecuencia a sus compañeros se sienten más seguros de sí mismos. Ser relativamente mayor que nuestros compañeros tiende a situarnos mejor en la distribución de logros. De este modo, los niños que experimentan esto durante toda su infancia pueden acabar desarrollando una mayor confianza en sus aptitudes, que podrán conservar durante su vida adulta.</p>
<p>Para comprobar esta idea, llevamos a cabo dos estudios. El primero se hizo con niños de entre 13 y 15 años de una escuela australiana nacidos con un mes de diferencia con respecto a la fecha límite.
Estudiamos la tendencia a asumir riesgos y a sentirse seguros de sí mismos de 661 niños, y encontramos <a href="https://ideas.repec.org/cgi-bin/get_doc.pl?urn=RePEc%3Aeee%3Ajoepsy%3Av%3A63%3Ay%3A2017%3Ai%3Ac%3Ap%3A43-81&url=http%3A%2F%2Fwww.sciencedirect.com%2Fscience%2Farticle%2Fpii%2FS0167487016307231">evidencias</a> de que algunos de los chicos relativamente mayores tendían a ser más competitivos que sus compañeros. </p>
<p>En el <a href="https://ideas.repec.org/cgi-bin/get_doc.pl?urn=RePEc%3Aqut%3Aqubewp%3Awp056&url=http%3A%2F%2Fexternal-apps.qut.edu.au%2Fbusiness%2Fdocuments%2FQuBEWorkingPapers%2F2018%2Fpaper_290518.pdf">segundo estudio</a> observamos a más de 1.000 adultos australianos (de entre 24 y 60 años) nacidos antes y después de la fecha límite. En este caso, encontramos que aquellos que fueron relativamente mayores en el colegio se sentían más seguros de su capacidad para completar tareas sencillas que requerían simples cálculos matemáticos. Además, estos también manifestaron una mayor disposición a asumir riesgos en la vida que aquellos que fueron relativamente menores.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/238617/original/file-20181001-19021-t2w1vi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/238617/original/file-20181001-19021-t2w1vi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/238617/original/file-20181001-19021-t2w1vi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/238617/original/file-20181001-19021-t2w1vi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/238617/original/file-20181001-19021-t2w1vi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/238617/original/file-20181001-19021-t2w1vi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/238617/original/file-20181001-19021-t2w1vi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El principal impacto del ‘efecto cumpleaños’ es en la confianza en uno mismo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">from www.shutterstock.com</span></span>
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</figure>
<h2>Medidas para mitigar los efectos de la fecha de nacimiento</h2>
<p>En un mundo donde la autoestima y el arrojo se premian, tener este tipo de rasgos constituye una ventaja. Por eso, aquellos que fueron relativamente menores tienden a encontrarse en desventaja. </p>
<p>Comprender cómo puede influir la fecha de nacimiento en los rasgos de la personalidad es importante, pues se podrían elaborar medidas para mitigar los insospechados efectos de la edad relativa. </p>
<p>Por ejemplo, podría ayudar a los educadores a evaluar y estimular el potencial de cada niño. Y lo que es más importante, podría ayudar en el diseño de planes de estudios y programas de evaluación que no impongan, sin pretenderlo, penalizaciones a los estudiantes relativamente menores que nacieron justo antes de la fecha límite y no después. </p>
<p>Agrupar a los niños según sus habilidades en función de un amplio espectro de edades puede ser una mejor solución que dividir las clases estrictamente por edad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/104807/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lionel Page recibe fondos del Australian Research Council.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Dipanwita Sarkar y Juliana Silva Goncalves no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Por supuesto que no tiene nada que ver con el signo astrológico, sino más bien con la influencia de la fecha de nacimiento en la decisión de entrar en la escuela. Los niños que son mayores que sus compañeros suelen a tener mejores resultados y mayor autoestima.Lionel Page, Professor in Economics, Queensland University of TechnologyDipanwita Sarkar, Senior Lecturer QUT Business School, Economics and Finance, Queensland University of TechnologyJuliana Silva Goncalves, Postdoctoral Research Fellow QUT Business School, Economics and Finance, Queensland University of TechnologyLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/995522018-07-11T22:49:16Z2018-07-11T22:49:16ZEl secreto de la longevidad en las ‘zonas azules’: nueve razones para vivir más<p><em><a href="https://theconversation.com/experts-say-these-two-things-are-the-secret-to-living-a-longer-life-89447">Read in English</a></em>.</p>
<p>Las “<a href="https://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=91285403">zonas azules</a>” son las áreas del mundo donde las personas viven vidas considerablemente más largas. En estos territorios podemos encontrar octogenarios, nonagenarios y muchos centenarios, e incluso algunos supercentenarios (personas que han alcanzado los 110 años).</p>
<p>Estas regiones se empezaron a llamar “zonas azules” cuando el demógrafo belga <a href="https://www.researchgate.net/profile/Michel_Poulain">Michel Poulain</a> y el médico italiano <a href="https://www.researchgate.net/profile/Gianni_Pes">Gianni Pes</a> descubrieron una población de este tipo en la región de Barbaglia (Cerdeña, Italia) y marcaron el área con tinta azul.</p>
<p>Un estudio demográfico realizado a principios de este siglo mostró que una de cada 196 personas nacidas entre 1880 y 1890 alcanzó los 100 años.</p>
<p>Más tarde, el investigador estadounidense <a href="http://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1559827616637066">Dan Buettner se embarcó en un proyecto</a> destinado a identificar otros lugares con altas tasas de longevidad. Aparecieron cuatro regiones, que también se denominaron “zonas azules”: Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Loma Linda (California) y la Península de Nicoya (Costa Rica). En todos estos lugares hay un alto porcentaje de personas longevas, y cada área tiene las características específicas que se relacionan con esa condición.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/200083/original/file-20171220-4965-gy2h5u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/200083/original/file-20171220-4965-gy2h5u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/200083/original/file-20171220-4965-gy2h5u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/200083/original/file-20171220-4965-gy2h5u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/200083/original/file-20171220-4965-gy2h5u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/200083/original/file-20171220-4965-gy2h5u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/200083/original/file-20171220-4965-gy2h5u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">La Península de Nicoya en Costa Rica es el hogar de la segunda comunidad de centenarios más grande del mundo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Marissa Strniste/Flickr</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>En la región de Barbaglia, situada en las montañas de Cerdeña, se encuentra la mayor concentración de centenarios del mundo. La isla de Okinawa está habitada por las mujeres más ancianas de la Tierra. Icaria, una isla en el Mar Egeo, tiene una población longeva con los niveles más bajos de demencia senil. Loma Linda es el hogar de una comunidad de adventistas del séptimo día cuya esperanza de vida es 10 años superior a la media en los Estados Unidos. Y en Nicoya podemos encontrar la segunda comunidad de centenarios más grande del mundo.</p>
<p>¿Cuál es el secreto de esta gran longevidad, el misterio de las zonas azules en las que viven tantos centenarios?</p>
<p>Un equipo compuesto por varios especialistas (médicos, antropólogos, demógrafos, nutricionistas, epidemiólogos) y liderado por el mismo Dan Buettner viajó varias veces a las diferentes zonas azules. Identificaron nueve factores generales de longevidad, que están relacionados con la dieta y el estilo de vida:</p>
<ol>
<li><p>Actividad física intensa y regular en el desempeño de las tareas cotidianas. El sedentarismo es un concepto desconocido para las personas que viven en estas regiones.</p></li>
<li><p>Tener un “ikigai”, palabra japonesa (Okinawa) que se usa para referirse a las “razones de ser” o, más precisamente, las razones por las que nos levantamos cada mañana. </p></li>
<li><p>Reducción del estrés, un factor estrechamente unido a casi todas las enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Reducir el estrés significa interrumpir el ritmo normal de nuestra rutina para dar paso a otras actividades que forman parte de los hábitos sociales normales. Por ejemplo, echarse la siesta en las sociedades mediterráneas, rezar en el caso de los adventistas, celebrar la ceremonia del té de las mujeres en Okinawa, etc.</p></li>
<li><p>“Hara hachi bu”, una precepto de Confucio que significa que no debemos comer hasta que estemos llenos, sino solo hasta el 80% de nuestra capacidad.</p></li>
<li><p>Priorizar una dieta rica en frutas, verduras y legumbres. La carne, el pescado y los lácteos pueden ser consumidos, pero en menores cantidades.</p></li>
<li><p>Consumo moderado de bebidas alcohólicas, lo que confirma <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11739-010-0346-0">la creencia de que los bebedores moderados viven vidas más largas que los no bebedores</a>.</p></li>
<li><p>Participar en grupos sociales que promuevan hábitos saludables.</p></li>
<li><p>Participar en comunidades religiosas con prácticas religiosas sociales.</p></li>
<li><p>Construir y mantener los vínculos entre los miembros de la propia familia: padres, hermanos, abuelos y otros.</p></li>
</ol>
<p>En resumen, los nueve factores anteriores para tener una vida más longeva podrían sintetizarse en dos:</p>
<p><strong>1. Vida saludable.</strong> En primer lugar, mantener un estilo de vida saludable, lo que implica practicar ejercicio de intensidad regular, con rutinas para “romper” con el estrés diario, incluir principalmente productos a base de plantas en nuestra dieta, comer sin llenarse y no beber en exceso.</p>
<p><strong>2. Vida en comunidad.</strong> En segundo lugar, integrarse en grupos que promuevan y apoyen esas “buenas prácticas”: familia, comunidades religiosas, grupos sociales, etc., grupos que deben tener su propio “ikigai”, es decir, su propia “razón de ser”. Hay un “ikigai” personal, pero también hay un “ikigai” colectivo que establece los objetivos para cada comunidad así como los desafíos que hay que superar para alcanzarlos.</p>
<p>Vivir de esta manera significa vivir mejor y más tiempo. La longevidad puede estar determinada por la genética, pero también es algo que se puede entrenar, como se puede ver en el ejemplo de los habitantes de las zonas azules.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/99552/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rafael Puyol es presidente de SECOT (Seniors españoles para la cooperación técnica). </span></em></p>Cada vez más gente cumple 100 años, especialmente en algunas zonas concretas del planeta. ¿Qué nos indica eso?Rafael Puyol, Presidente del Comité asesor The Conversation España. Presidente de la Junta de Gobierno de IE University, IE UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.