tag:theconversation.com,2011:/us/topics/infancia-62382/articlesinfancia – The Conversation2024-03-24T06:54:08Ztag:theconversation.com,2011:article/2264752024-03-24T06:54:08Z2024-03-24T06:54:08Z¿Por qué se ríen los niños? No siempre es porque estén contentos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/583851/original/file-20240318-16-afui6s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C3000%2C1985&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/portrait-african-baby-toddler-smiling-sitting-1942419196">Prostock-studio/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Aunque pueda parecer una paradoja, los niños no siempre ríen de alegría. Estudios científicos, incluido uno propio, demuestran que hay algo mucho más profundo que el regocijo en la risa de un niño.</p>
<p>La risa de los adultos es igualmente compleja. En un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0732118X22000472">estudio previo sobre el significado de la risa en los adultos</a>, llegué a la conclusión de que se trata de una <a href="https://theconversation.com/why-do-we-laugh-new-study-considers-possible-evolutionary-reasons-behind-this-very-human-behaviour-190193">respuesta evolutiva</a> a algo confuso o inesperado. Es una poderosa señal para nosotros mismos y para los demás de que una amenaza potencial es, en realidad, inofensiva.</p>
<p>A partir de esta investigación, centré <a href="https://www.risu.biz/wp-content/uploads/2024/02/Bellieni-RISU-71-2024.pdf">mi estudio más reciente</a> en la risa de niños y bebés. Y he llegado a la conclusión de que la risa está estrechamente relacionada con el desarrollo del cerebro y la personalidad: los niños se ríen por motivos muy diferentes en distintas etapas del desarrollo. Y lo hacen mucho antes de que ser capaces de comprender conceptos abstractos como juegos de palabras, chistes o incluso el lenguaje.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/por-que-no-podemos-hacernos-cosquillas-a-nosotros-mismos-196021">Por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos</a>
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<h2>Los beneficios evolutivos de la risa</h2>
<p>La risa se deriva de nuestra capacidad para comprender y juzgar inconscientemente las incongruencias de un chiste o una acción: es nuestra respuesta a una transición instantánea entre el asombro y la resolución.</p>
<p>Por tanto, la risa en los adultos <a href="https://theconversation.com/why-do-we-laugh-new-study-considers-possible-evolutionary-reasons-behind-this-very-human-behaviour-190193">señala la superación de algo que nos hace sentir amenaza o miedo</a>, ya sea para nosotros mismos como para los que nos rodean. Eso explica por qué los niños –y muchos adultos– se ríen en las montañas rusas o en situaciones similares: en lugar de gritar o llorar de miedo, pasan del desconcierto y el terror a la resolución. La risa es la señal de que han dado este paso.</p>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26010066/">Varios estudios</a> demuestran que este proceso es el mecanismo que subyace al éxito de la comedia. El filósofo francés Henri Bergson <a href="https://www.gutenberg.org/files/4352/4352-h/4352-h.htm">propuso y explicó por primera vez este mecanismo en 1900</a> con respecto a las bofetadas: </p>
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<p>“El elemento risible… consiste en una cierta inelasticidad mecánica, justo donde uno esperaría encontrar la adaptabilidad despierta y la flexibilidad viva de un ser humano”.</p>
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<h2>Los bebés aprenden a reír</h2>
<p>La risa comienza poco después del nacimiento. Los bebés aprenden a reír porque quieren imitar a sus padres y madres, así como recibir su aprobación. Así es como los bebés aprenden todo al principio: por imitación y recibiendo la aprobación de los adultos que les rodean.</p>
<p>Pero a medida que crecen, los bebés salen de esa simbiosis con sus progenitores que caracteriza los primeros meses de vida. Aprenden a distinguir su propia persona de la de sus progenitores y de su entorno. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24364812/">Una vez que empiezan a comportarse de forma autónoma</a> –de los 2 a los 5 años–, empiezan a sentir por primera vez una sensación nueva: ciertas cosas les resultan extrañas o fuera de lugar, y esto les choca, confunde y asombra.</p>
<p>Aquí es donde entra en juego la risa: tras un momento de vacilación, comprenden que lo que parecía aterrador o inesperado es, en realidad, inofensivo. </p>
<p>Por ejemplo, un niño se ríe cuando ve a su padre con una nariz de payaso falsa. ¿Por qué? Porque durante una fracción de segundo se sintieron avergonzados: esa nariz no es una nariz “viva”. Cuando entienden que sólo era una broma de papá, se calman y se ríen. También pueden reírse cuando su hermano mayor pone cara de tonto, y el proceso es el mismo: asombro, tranquilidad, risa.</p>
<h2>La comprensión de la lógica permite a los niños entender los chistes</h2>
<p>A partir de los 5 ó 6 años, los niños aprenden a manejar conceptos abstractos, lo que significa que pueden entender los chistes. Esto ocurre cuando superan la anterior <a href="https://link.springer.com/referenceworkentry/10.1007/978-0-387-79061-9_2228">etapa de egocentrismo</a>, que les impide comprender el razonamiento de los demás.</p>
<p>En esta etapa, la risa surge con el mismo criterio que la de los adultos, es decir, para desaprobar lo que les parece falso, no sólo en otras personas sino también en los razonamientos. Este proceso mental constituye la base de un buen chiste: incongruencia, asombro y resolución.</p>
<p>Estas tres etapas del desarrollo de la risa –imitación y aprobación, asombro, desaprobación– son buenos indicadores del crecimiento y desarrollo mental adecuados del niño.</p>
<h2>La risa de los padres puede ayudar al desarrollo de los bebés</h2>
<p>La risa de los progenitores, al igual que la de los bebés, es importante para el desarrollo. Pero ¿por qué los padres se ríen instintivamente de sus bebés? Podemos entender fácilmente que una madre o un padre sonrían alegremente a su bebé, pero la risa es más compleja.</p>
<p>Al mirar a su hijo, un padre o una madre no puede evitar un momento de perplejidad: los bebés son extraños porque se parecen a los adultos pero no hablan ni se comportan como tales. Este asombro momentáneo dura una fracción de segundo antes de ser superado de inmediato: ¡es sólo su querido bebé!</p>
<p>Esto debería animar a madres y padres a reírse a carcajadas con sus bebés, a no sentirse cohibidos ni asustados, a convertirse en sus “compañeros de risa”. Estas interacciones pueden mejorar el comportamiento y el bienestar de los bebés, dado que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18955287/">la risa es un aliado demostrado de nuestro sistema inmunitario</a>. Pero, sobre todo, puede ayudarles a desarrollar una relación natural y sana con esta compleja respuesta humana.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/226475/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carlo Valerio Bellieni no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Cuando los niños descubren que algo que parecía aterrador o inesperado es, en realidad, inofensivo, se ríen.Carlo Valerio Bellieni, Professor of Pediatrics, Università di SienaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2125472024-02-05T15:07:02Z2024-02-05T15:07:02ZSolo en casa: desde qué edad es legal (y conveniente) que los menores estén sin adultos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/572780/original/file-20240201-29-v70msg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=24%2C0%2C5431%2C3628&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/blurry-little-boy-standing-alone-window-413922862">Shutterstock / Pikul Noorod</a></span></figcaption></figure><p>Los horarios laborales y las múltiples actividades que absorben a los padres y madres de familia fuera del hogar hacen que muchos se planteen esta pregunta: ¿cuándo es correcto, o incluso legal, que mi hijo o hija se queden solos en casa? </p>
<p>Responderla requiere tener en cuenta la legislación vigente, pero sería insuficiente quedarse solo en esos datos. Es preciso ir más allá, y plantearse otras cuestiones, en el campo educativo y de las relaciones familiares, que ayuden a los padres y madres a tomar las decisiones adecuadas.</p>
<h2>Los mínimos marcados por la ley</h2>
<p>Aunque los expertos recomiendan que el momento “solo en casa” no llegue antes de los <a href="https://www.healthychildren.org/Spanish/safety-prevention/at-home/Paginas/Is-Your-Child-Ready-To-Stay-Home-Alone.aspx">nueve o diez años</a>, la ley no es tan clara. La ley española, por ejemplo, no establece una edad mínima para que los padres puedan dejar legalmente a sus hijos menores solos en casa. El Código Civil se limita a establecer lo que se denomina <a href="https://noticias.juridicas.com/external/nj_masterunizar/cc.l1t7.html#:%7E:text=Art%C3%ADculo%20172.&text=Se%20considera%20como%20situaci%C3%B3n%20de,necesaria%20asistencia%20moral%20o%20material.">“situación de desamparo”</a>, que es aquella que se produce por el incumplimiento de los deberes de protección de menores, quedando estos privados de la necesaria asistencia moral o material.</p>
<p>Por su parte, <a href="https://www.oas.org/dil/esp/Articulos_227_a_233_Codigo_Penal_Espana.pdf">el artículo 229 del Código Penal</a> sanciona el abandono de un menor con la privación de libertad, la cual se agrava cuando se ha puesto en peligro la vida o la salud del menor. Llama la atención que en cambio la reciente <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2023-7936">ley del bienestar animal</a> haya determinado con bastante detalle el tiempo que no se puede dejar sola a una mascota.</p>
<h2>Los niños de la llave</h2>
<p>La realidad es que el <a href="https://www.fundacionmapfre.org/publicaciones/todas/informe-accidentes-en-la-poblacion-infantil-espanola/">informe sobre Accidentes en la población infantil española</a> señala que el 9,1 % de los menores de 12 años se quedan solos en casa. Y de ellos, un 5 % tiene menos de cuatro años. Un <a href="https://educowebmedia.blob.core.windows.net/educowebmedia/educospain/media/documentos/Prensa/Publicaciones/informe_nativoscrisis_educo_2017.pdf">informe de la ONG Educo</a> calculaba que en España había en 2017 más de medio millón de niños de entre 6 y 13 años solos en sus casas durante largos espacios de tiempo. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/asi-afecta-el-entorno-fisico-social-y-familiar-a-la-salud-mental-infantil-172074">Así afecta el entorno físico, social y familiar a la salud mental infantil</a>
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<p>Se les conoce como “los niños de la llave” y su número ha ido en aumento de forma alarmante <a href="https://solidaridadintergeneracional.es/wp/en-espana-580-000-ninos-de-la-llave-de-entre-6-y-13-anos-se-quedan-solos-por-las-tardes/">en los últimos años</a>. Se les llama así porque disponen de una llave para entrar y salir de casa. Salen del colegio y nadie les espera a la salida. Se dirigen solos a su casa para pasar allí la tarde. ¿Por qué? La razón por la que estos niños están solos no siempre es el desamparo o la negligencia: el informe de Educo afirma que las razones de esta situación pasan por una situación económica y laboral de precariedad con escaso apoyo familiar y social.</p>
<h2>Un problema en todo el mundo</h2>
<p>España no es el único país afectado por este problema, niños de todo el mundo han de enfrentarse a la soledad de las tardes en casa o al cuidado de hermanos pequeños mientras sus padres trabajan. Una encuesta publicada por <a href="http://www.afterschoolalliance.org/AA3PM/">Afterschool Alliance </a>(America After 3 PM) revelaba que en 2022 casi 7,7 millones de escolares estadounidenses pasaban las tardes solos.</p>
<p>Resultan también preocupantes los problemas psicológicos y afectivos que puede generar esta situación. De hecho, los niños y niñas se resienten sobre todo de la soledad y del aburrimiento, llegando a tener la sensación de que importan poco a sus padres, o incluso de que no les quieren.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/como-lograr-la-conciliacion-laboral-y-personal-estrategias-desde-la-perspectiva-neurocientifica-213480">¿Cómo lograr la conciliación laboral y personal? Estrategias desde la perspectiva neurocientífica</a>
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<h2>El valor del tiempo compartido con los hijos</h2>
<p>Ante esta realidad, donde algunos niños y niñas se enfrentan a una soledad y responsabilidad prematuras, es esencial no solo reflexionar sobre las exigencias legales mínimas, sino también reconocer el tiempo compartido entre padres e hijos como una auténtica inversión en su bienestar emocional, construyendo vínculos sólidos, así como habilidades sociales que tienden a perdurar lo largo de su vida. Este tiempo compartido no solo impacta en la seguridad y el afecto recibido, sino que también parece tener un impacto positivo en <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0001699315572159">los resultados académicos</a>.</p>
<p>No obstante, al abordar la cuestión del tiempo, hemos caído en la tentación de pensar que solo el tiempo de calidad es aquel verdaderamente importante. Aquel tiempo donde proyectamos nuestra atención al otro: el momento del cuento, del baño, del masaje antes de ir a dormir, o de una conversación con cierta relevancia. </p>
<p>Si bien es innegable que el tiempo de calidad es crucial, los expertos nos advierten que no debemos menospreciar <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jomf.12170">la cantidad de tiempo</a> que pasemos con ellos, en su presencia. De hecho, este tiempo es fundamental. El tiempo de cantidad es aquel en el que estamos disponibles en casa para nuestros hijos, aunque no estemos interactuando directamente con ellos. Es estar ahí, simplemente.</p>
<p>El psicólogo británico americano <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Michael_Lamb_(psychologist)">Michael Lamb</a>, en su influyente libro <a href="https://www.wiley.com/en-gb/The+Role+of+the+Father+in+Child+Development%252C+5th+Edition-p-9780470599969">sobre la paternidad</a>, ya indicó que la involucración parental tiene tres grandes dimensiones: </p>
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<li><p>La disponibilidad (cantidad de tiempo). </p></li>
<li><p>La interacción (calidad de tiempo). </p></li>
<li><p>Y la responsabilidad (ser garantes últimos del desarrollo y protección de nuestros hijos). </p></li>
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<p>Por lo tanto, y aun siendo cierto que las familias sufrimos una falta de tiempo que nos lleva a dar prioridad al tiempo de calidad, debemos recuperar la idea del tiempo de cantidad.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/572779/original/file-20240201-25-pe8co2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C20%2C6689%2C4426&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/572779/original/file-20240201-25-pe8co2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C20%2C6689%2C4426&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/572779/original/file-20240201-25-pe8co2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/572779/original/file-20240201-25-pe8co2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/572779/original/file-20240201-25-pe8co2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/572779/original/file-20240201-25-pe8co2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/572779/original/file-20240201-25-pe8co2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/572779/original/file-20240201-25-pe8co2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/little-boy-trying-reach-out-pasta-1837724398">Shutterstock / Pixel-Shot</a></span>
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<h2>Una reflexión conjunta</h2>
<p>Son muchos los riesgos y pocas las políticas que ayudan a conciliar a familias, especialmente aquellas con bajos recursos. No obstante, es necesaria una reflexión política, social y familiar para evitar las posibles consecuencias de la realidad de los “niños de la llave”. </p>
<p>Nosotros proponemos que, al tiempo que seguimos investigando sobre el posible impacto psicológico y afectivo que estar solos puede causar en estos niños (pues comprendiendo los efectos podemos desarrollar intervenciones más específicas), como sociedad reflexionemos de manera profunda sobre esta nueva realidad. </p>
<p>Mientras esto sucede, tenemos la oportunidad de revalorizar la parte cuantitativa del tiempo en familia. A pesar de las limitaciones de tiempo de las familias actuales, es importante recuperar la importancia del estar ahí aunque no sea con atención completa. La disponibilidad de los padres y padres para sus hijos, incluso cuando no hay interacción directa, es esencial en la construcción de vínculos sólidos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/212547/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marc Grau-Grau recibe fondos de la Cátedra Childcare & Family Policies Fundación Joaquim Molins Figueras.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Montserrat Gas Aixendri recibe fondos de la Cátedra Childcare & Family Policies Fundación Joaquim Molins Figueras.</span></em></p>Los horarios laborales y las múltiples actividades hacen que muchos padres y madres se planteen cuándo es correcto o legal que sus hijos menores se queden solos en casa.Marc Grau-Grau, Profesor contratado doctor y vicedecano de la Facultad Ciencias de la Educación e Investigador y coordinador de la Cátedra Joaquim Molins Figueras Childcare and Family Policies, Universitat Internacional de CatalunyaMontserrat Gas Aixendri, Catedrática de Derecho, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2197372024-01-03T13:32:53Z2024-01-03T13:32:53ZLo que nos enseñan sobre la memoria los niños sin recuerdos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/567776/original/file-20240103-23-fg55pl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=146%2C51%2C5527%2C3690&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/holiday-adventure-girl-car-camera-292880624">ambrozinio/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Sale de la oficina pensando en el fin de semana. Mientras avanza por el pasillo detecta una cara que le resulta familiar, aunque no es capaz recordar de qué. </p>
<p>Aguanta la incomodidad de los primeros momentos de la conversación fingiendo que ese vacío de su memoria no existe. Cuando se fija en la sonrisa de la persona, algo se dispara dentro de su mente. Su cabeza se llena de imágenes, lugares y nombres de su juventud. </p>
<p>Respira aliviada por haber reconocido a un viejo amigo. Donde hace unos minutos había un desierto de la memoria solamente habitado por la sensación de familiaridad, ahora hay un mar de recuerdos.</p>
<h2>La diferencia entre saber y recordar</h2>
<p>No es lo mismo saber algo que recordarlo. Por ejemplo, sabemos qué es una naranja o qué significa la palabra <em>madrugar</em> sin recordar exactamente cuándo y dónde adquirimos esa información. Este tipo de conocimiento es muy útil porque resultaría <a href="https://theconversation.com/que-pasaria-si-pudieramos-recordarlo-absolutamente-todo-204560">abrumador</a> recordar uno a uno todos los días que hemos tenido que madrugar solo para <a href="https://theconversation.com/como-cambian-nuestros-recuerdos-durante-el-sueno-156535">saber el significado</a> de esa palabra. </p>
<p>Muy distinto es lo que experimentamos cuando nos acordamos de lo que hemos desayunado esta mañana o de dónde celebramos nuestro último cumpleaños. A esta sensación tan íntima de poder revivir acontecimientos concretos de nuestra vida de forma detallada los psicólogos la denominan “sensación de recordar”. </p>
<p>Todos los recuerdos que podemos expresar verbalmente se incluyen dentro de nuestra memoria declarativa, que a su vez se divide <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Endel_Tulving">en dos tipos</a>. Por un lado está la capacidad para revivir con detalle eventos de nuestro pasado, conocida como memoria episódica (lo que recordamos). Y por otro, el conocimiento general sobre el mundo, denominado memoria semántica (lo que sabemos). </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/566552/original/file-20231219-17-vpjm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C20%2C6709%2C4446&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/566552/original/file-20231219-17-vpjm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/566552/original/file-20231219-17-vpjm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/566552/original/file-20231219-17-vpjm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/566552/original/file-20231219-17-vpjm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/566552/original/file-20231219-17-vpjm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/566552/original/file-20231219-17-vpjm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Pexels ekaterina bolovtsova.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/es-es/foto/camara-perro-mascota-vintage-5264091/">ekaterina bolovtsova/Pexels</a></span>
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<h2>El papel del hipocampo para recordar</h2>
<p>En un <a href="https://www.jneurosci.org/content/40/12/2510">estudio</a> en el que utilizamos <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Magnetoencefalograf%C3%ADa">magnetoencefalografía</a> pudimos registrar los ritmos cerebrales de personas sanas mientras realizaban una tarea de memoria. Observamos que el ritmo alfa (en torno a los 12 hercios) cambiaba más intensamente cuando las personas eran capaces de recordar los detalles asociados al evento que cuando simplemente sabían que el estímulo lo habían visto antes. Cuando buscamos en qué regiones cerebrales se producía el efecto observamos que el hipocampo entraba en juego exclusivamente si la persona era capaz de recordar el episodio completo. </p>
<p>Aunque el hipocampo forma parte de una amplia red de circuitos cerebrales que se activan durante el recuerdo, se trata de una estructura imprescindible para el funcionamiento de la memoria episódica. De hecho, las personas adultas que sufren una lesión en el hipocampo desarrollan amnesia anterógrada y pierden la capacidad para crear nuevos recuerdos episódicos. </p>
<p>Afortunadamente, estos pacientes mantienen intacta su capacidad para usar la memoria semántica: no tienen problemas de lenguaje y pueden identificar perfectamente objetos de su entorno.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/yyvJdYGyM20?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Registro de Magnetoencefalografía y representación esquemática del ritmo alfa en el hipocampo.</span></figcaption>
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<h2>Niños que saben pero no recuerdan</h2>
<p>¿Es imprescindible crear recuerdos episódicos para generar conocimiento general sobre el mundo? De forma intuitiva pensamos que es necesario registrar varias experiencias con perros para generar el concepto de “perro”. El caso de los adultos con amnesia anterógrada no nos permite responder fácilmente a esta pregunta, porque generaron su memoria semántica antes de la lesión. </p>
<p>Pero ¿qué ocurre si un niño sufre este tipo de lesión al poco de nacer? Sería un niño sin recuerdos sobre su pasado personal. ¿Podría aprender el significado de las palabras o reconocer los objetos? </p>
<p>La psicóloga <a href="https://faranehvarghakhadem.com/">Faraneh Vargha-Khadem</a> y sus colaboradores llevan años estudiando los casos de amnesia del desarrollo provocados por un daño temprano en el hipocampo. Los primeros casos estudiados fueron tres niños llamados Beth, Jon y Kate. Tal y como ocurre en los adultos, no podían recordar el último programa de televisión que habían visto o qué les habían regalado por su cumpleaños. A pesar de esta dificultad, parecían haber adquirido conocimiento semántico sin problemas. Sorprendentemente, estos niños habían adquirido vocabulario, iban al colegio y se relacionaban con su entorno sin poder recordar dónde estuvieron el día anterior. </p>
<p>Vargha-Khadem cuenta una anécdota con el <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0304394018303033">paciente Jon</a> que pone de manifiesto esta diferencia entre recordar y saber. Jon hacía siempre el mismo camino para ir a su laboratorio en Londres: cogía el metro en una estación cercana y cuando llegaba a su destino subía en ascensor hasta la superficie. Sin embargo, ese día el ascensor estaba averiado y tuvo que subir varios pisos por las escaleras. Cuando llegó al laboratorio no recordaba nada de lo ocurrido e indicó que había subido en ascensor. Cuando le preguntaron “¿Cómo sabes que has usado el ascensor hoy?”, él respondió: “Yo siempre subo en ascensor”. Es decir, ante la imposibilidad de recordar lo que había ocurrido, utilizó su conocimiento semántico para responder a la pregunta.</p>
<p>Estos datos nos indican que saber y recordar son dos formas de acceder a nuestro pasado que dependen de regiones cerebrales diferentes. Lo que nos enseñan los niños con amnesia del desarrollo es que, aunque no recordemos cada experiencia con detalle, probablemente todas estén contribuyendo a nuestra capacidad para entender el mundo que nos rodea.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/219737/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María del Carmen Martín-Buro García de Dionisio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Un estudio con personas que habían perdido la memoria de los sucesos cotidianos al poco de nacer nos ilumina sobre las diferencias entre saber y recordar a nivel cerebral.María del Carmen Martín-Buro García de Dionisio, Profesora de Psicología Experimental, Universidad Rey Juan CarlosLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2185312023-12-19T17:44:42Z2023-12-19T17:44:42ZMenores e internet: cómo pueden actuar las familias a la luz de la ciencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/562940/original/file-20231201-22-vvtlqh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=66%2C41%2C5492%2C3642&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fabio Principe/Shutterstock</span> </figcaption></figure><p>En los últimos años hemos asistido a una creciente concienciación sobre el uso y abuso de las pantallas por los menores. Ciertos <a href="https://www.losrecursoshumanos.com/the-new-york-times-la-educacion-digital-es-para-los-pobres-y-los-estupidos">medios</a> han difundido la idea de que la tecnología digital debería ser eliminada de la vida de los adolescentes, con iniciativas <a href="https://www.bbc.com/mundo/articles/cldxr742rk0o">legales</a> para desenmascarar su poder adictivo. <a href="https://efe.com/espana/2023-11-30/movil-menores-firmas-congreso/">Otros</a> se han hecho eco de la reclamación de padres que solicitan su prohibición. Y a pesar de la notoriedad mediática, no parece haber un consenso claro sobre este asunto a nivel educativo, sanitario o social.</p>
<p>De todos modos, la tecnología digital no puede ser considerada únicamente como mala o perjudicial. Evidencias publicadas en <a href="https://www.jmir.org/">revistas de primer nivel</a> avalan que la digitalización ha conducido a un importante avance y perfeccionamiento del entorno sanitario. Y tampoco son desdeñables sus beneficios en el <a href="https://www.nature.com/articles/s41562-023-01712-8">ámbito educativo</a>.</p>
<h2>La importancia de escuchar a los expertos</h2>
<p>En este debate es imprescindible escuchar la voz de los investigadores del comportamiento. Son ellos los que deben contrastar empíricamente las teorías existentes sobre este tema, siguiendo una rigurosa metodología. Después, los resultados se transmitirán a la comunidad científica y a la sociedad para que los distintos agentes implicados tomen las medidas pertinentes.</p>
<p>En el <a href="https://iea.ceu.es/">Instituto de Estudio de las Adicciones (IEA-CEU)</a> estamos trabajando en esa línea mediante una iniciativa liderada por el grupo de investigación <a href="https://www.uspceu.com/investigacion/grupos-investigacion/id/psy-tech">Psycho-Technology</a>, perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo CEU (Madrid).</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/razones-para-retrasar-el-uso-del-movil-la-perdida-de-la-atencion-217053">Razones para retrasar el uso del móvil: la pérdida de la atención</a>
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<p>Basándose en investigaciones propias y otras muchas evidencias científicas, el equipo interdisciplinar de Psycho-Technology puede contribuir a que las familias tengan una visión más certera de la realidad a la que se enfrentan a diario en sus hogares digitalizados. Para ello, se han diseñado talleres de formación y se publicarán guías de ayuda con información práctica y veraz.</p>
<h2>Últimos estudios sobre hogares digitales y estilos de crianza</h2>
<p>He aquí algunos de los más recientes argumentos científicos sobre el papel que pueden desempeñar las familias en este asunto:</p>
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<li><p>Un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10562819/pdf/jba-12-652.pdf">metaanálisis</a> publicado en octubre de 2023 concluye que el estilo parental (o de crianza) era un factor decisivo en el uso de internet por parte de los hijos. Los estilos de crianza más apropiados –los llamados “democráticos”, que establecen límites claros y consecuencias a su trasgresión pero nunca de forma impuesta, sino consensuada– se relacionaban con un menor uso problemático de la red en menores de entre 12 y 19 años.</p></li>
<li><p>Los investigadores también ponían de manifiesto la importancia de los progenitores a la hora de compartir con sus hijos adolescentes los potenciales riesgos del entorno web (por ejemplo, comunicar información personal o acceder a contenidos inapropiados para su edad). Así fomentan que los niños y adolescentes tomen conciencia de dichos riesgos.</p></li>
<li><p>El estudio revelaba así mismo que los estilos parentales más autoritarios o punitivos estaban directamente asociados con un consumo excesivo de internet en los adolescentes. Probablemente, esto obedece a estrategias de compensación o evasión.</p></li>
<li><p>En <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35933287">otro metaanálisis</a> de 2022 se señaló la conveniencia de que los progenitores adapten sus estrategias de crianza según el sexo, la edad y la actividad específica de pantalla –si los menores consumen redes sociales, internet en general o videojuegos–. </p></li>
<li><p>Un <a href="https://www.nature.com/articles/s41562-023-01712-8">amplio estudio</a> publicado el 13 de noviembre de 2023, que revisó los resultados de 217 metaanálisis, ha arrojado resultados reveladores: la clave no está tanto en limitar el tiempo de uso de las pantallas, sino en poner atención al contenido que se consume. Se enfatizó, nuevamente, el papel de los progenitores a la hora de filtrar ese contenido y acompañar a los menores en su visionado, subrayando la peligrosidad de ciertos elementos, como la información facilitada en redes sociales. Y para muestra, un botón: gracias a la <a href="https://efe.com/espana/2023-11-22/chats-menores-pornografia-homofobo-machista/">intervención de una madre</a>, se destapó que miles de menores españoles habían tenido acceso a contenido pornográfico, homófobo y machista sin que ni los progenitores ni los educadores tuviesen constancia de ello.</p></li>
</ul>
<p>El camino que transitan las familias debe ser revisado, sostenido y regulado, porque no cuentan con respuestas claras y accesibles sobre lo que verdaderamente deben hacer, ni sobre cómo ni cuándo hacerlo. Y su papel, como demuestra la ciencia y la propia sociedad, es fundamental.</p>
<h2>En busca del término medio</h2>
<p>Teniendo esto en cuenta, sería conveniente proveer a las familias de unas pautas claras y basadas en la evidencia científica. Y garantizar que dichos protocolos (ya sean <a href="https://www.telemadrid.es/noticias/madrid/Ayuso-anuncia-un-protocolo-pionero-en-Espana-para-prevenir-las-adicciones-a-las-pantallas-de-los-alumnos-0-2617238268--20231121112848.html">regionales</a>, <a href="https://www.incibe.es/incibe/informacion-corporativa/con-quien-trabajamos/proyectos-europeos/sic-spain2">nacionales</a> o <a href="https://www.betterinternetforkids.eu/">europeos</a>) lleguen efectivamente a la sociedad. Porque prohibir el uso del teléfono móvil a los menores de 16 años no va a impedir necesariamente que accedan a este tipo de contenidos por otras vías.</p>
<p>Tal vez sea más recomendable “sembrar” para después “recoger”. Hemos facilitado tecnología de última generación a los menores con escasa o nula supervisión, y ahora muchos se plantean una prohibición férrea. Establecer pautas de educación dirigidas a todos los agentes involucrados en el bienestar de la infancia puede ayudar a encontrar un “término medio” aristotélico. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-abuso-del-porno-afecta-seriamente-la-salud-y-dana-el-aprendizaje-afectivo-de-los-jovenes-183302">El abuso del porno afecta seriamente la salud y daña el aprendizaje afectivo de los jóvenes</a>
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<p>Un ejemplo es la prohibición del teléfono móvil en los recintos educativos para reducir el ciberacoso. Según algunos <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/AEA-05-2021-0112/full/html#sec006">estudios</a>, la medida ha funcionado. Pero quizás no sea suficiente. Sería además conveniente profundizar en las razones de por qué casi <a href="https://dilotodocontraelbullying.es/wp-content/uploads/2021/04/Presentacio%CC%81n-DiloTodoContraElBullying-2021_Compress2.pdf">un 80 % de los menores</a> afirma haber sido testigo de casos de acoso en sus centros educativos. </p>
<p>Es como si quisiésemos evitar la adicción a la heroína prohibiendo el uso de las jeringuillas. El teléfono móvil o internet no es más que un medio, un canal; el origen se halla en algo mucho más profundo. Quizás habría que hablar, de nuevo, y en más de un contexto, de valores. Podríamos llamarlo “civismo tecnológico”. </p>
<p>Urge que las instituciones competentes garanticen una estrategia común que abarque un plan de educación y difusión basado en argumentos científicos. Este debe ir dirigido a todos los garantes de un óptimo desarrollo de los futuros ciudadanos del siglo XXI: las familias, el entorno educativo y el ámbito sanitario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/218531/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esther Rincón no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las investigaciones en la ciencia del comportamiento abogan por un término medio entre la prohibición de las pantallas y la libertad absoluta. En esta estrategia, la supervisión de las familias resulta decisiva.Esther Rincón, Adjunct professor, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2179672023-12-10T22:13:47Z2023-12-10T22:13:47Z¿Son los dibujos animados clásicos demasiado violentos para los niños de hoy?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/561827/original/file-20231127-23-miz6o7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=139%2C74%2C2999%2C2250&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Tom y Jerry</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/tom-jerry-cat-mouse-vector-2364386909">alek7y/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Acabar aplastado contra el suelo o la pared, reducido a una silueta de dos dimensiones que se “despega” como un papel. Recibir un golpe que inflama un dedo hasta más del doble de su tamaño. Caer desde alturas extraordinarias y romperse en mil pedacitos. Estas y otras fatalidades les suceden con frecuencia a personajes de dibujos animados clásicos como el pato Donald, el Coyote o el gato Tom, obsesionado con quitarse de en medio al ratón Jerry con escaso éxito. </p>
<p>¡Ah, cuántos recuerdos! ¡Qué tiempos dorados eran aquellos! Los dibujos animados atrapan la atención de los más pequeños y de los adultos por su sencillez narrativa, la perspicacia de los personajes y por sus guiones amigables.</p>
<p>Así, la animación, desde la invención de la <a href="https://www.domestika.org/es/blog/5378-los-pioneros-de-la-animacion-antes-de-mickey-mouse?irclickid=xK4yzrUzyxyPUOqxFoXjm3UgUkFVecXf4xL3SQ0&irgwc=1&program_id=17608&affiliate_id=357605&ad_id=1492994&utm_medium=affiliates&utm_source=impact">linterna mágica</a> en el siglo XV hasta las actuales plataformas audiovisuales, ha sido una fuente inagotable de entretenimiento. Sin embargo, es posible que en ocasiones nos preguntemos si esa representación de <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2925974">la violencia</a> puede tener un impacto en la construcción de la identidad en edades tempranas.</p>
<h2>Dibujos clásicos, no sólo para niños</h2>
<p>La animación originalmente no estaba destinada exclusivamente a un público infantil, sino que se concebía como una forma de experimentación visual dirigida a audiencias más amplias. Por otro lado, los niños y su realidad sociocultural son significativamente diferentes del público de entonces. </p>
<p>Algunos <a href="https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/61155/Carta_de_autorizacion.pdf?sequence=2">estudios</a> sugieren que la exposición a estos modelos pueden tener un impacto significativo en la comprensión del entorno y en la relación que los más pequeños establecen con él. </p>
<h2>La violencia disfrazada de burla</h2>
<p>Hablemos de <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-51451427"><em>Tom y Jerry</em></a>, una animación ingeniosa con trama humorística que ha sobrevivido hasta nuestros días. En casi todos los cortos, la historia consiste en alguna versión de la siguiente dinámica: Tom, el gato, persigue al ratón Jerry e idea maneras de matarlo. Las persecuciones, peleas y situaciones cómicas que tanto hacen reír involucran daño físico, eso sí, a personajes dibujados. Aunque estas escenas pueden parecer inofensivas debido al tono burlón y la falta de consecuencias realistas, <a href="https://books.google.es/books/about/La_representaci%C3%B3n_del_mundo_en_el_ni%C3%B1o.html?hl=es&id=Ez_KcXS8_lUC&redir_esc=y">plantean interrogantes</a> sobre su impacto en la percepción de la agresión, la convivencia y sus consecuencias en la vida real.</p>
<p>En cambio, y a diferencia de los dibujos clásicos, en las series de animación más recientes la violencia física ha dado paso a ataques verbales. Un ejemplo moderno es <a href="https://webdelmaestrocmf.com/portal/7-dibujos-animados-muy-toxicos-no-recomendados-para-ninos/"><em>El Increíble Mundo de Gumball</em></a>, que carece de agresiones físicas explícitas, pero incluye elementos de conflicto y violencia verbal.</p>
<h2>¿Qué hacer?</h2>
<p>Como padres y educadores, más que prohibirles ver estos contenidos, lo importante es darles poco a poco las herramientas necesarias para interpretar los mensajes que les llegan. Esta progresiva <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7982039">alfabetización visual</a> les permitirá desarrollar estrategias útiles durante toda la vida.</p>
<p>Los niños aprenden <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3254109/">de lo que ven y lo que escuchan</a>. Para ayudarles a <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3254109/">distinguir entre realidad y fantasía</a>, especialmente considerando la exposición a contenido potencialmente perjudicial, es necesaria la guía activa de los adultos, el diálogo continuo y la formulación de preguntas reflexivas.</p>
<h2>El juego simbólico violento</h2>
<p>Si nos preocupa el efecto que puede tener en un niño o niña ver cómo el Coyote trata de lanzar un yunque sobre el Correcaminos cuando pasa por debajo, es probable que nos planteemos qué significa que en sus juegos los niños reproduzcan situaciones de violencia. </p>
<p>Pero los juegos de guerra, de violencia intrínseca, son comunes a todas las culturas, haya o no televisión con dibujos animados. Son <a href="https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/3985528/mod_resource/content/8/Livro_Nosso_Capitulo_Play_Yumi.pdf#page=18">una parte natural del desarrollo en la niñez</a> como los juegos de cuidado de otros.</p>
<p>El periodo de juego simbólico sirve para reproducir las vivencias del día a día y, de cierto modo, ensayarlas antes de llevarlas a cabo en un contexto real. Incluye juegos de cocinitas, bebés, dinosaurios, pero también de piratas y pistolas. </p>
<p>Estos juegos de violencia pueden servir como estrategias de autoconocimiento e imaginación, ya que <a href="http://www.richlearningopportunities.co.uk/pdf/bang%20bang%20gun%20play%20and%20why%20children%20need%20it.pdf">imaginar espadas o armas es relativamente sencillo</a>.</p>
<h2>Un equilibrio saludable</h2>
<p>En la actualidad, los niños tienen a su disposición una <a href="https://asignaturadelgrado.blogspot.com/2023/04/analisis-anticipado-del-video-que.html">amplia gama de contenidos</a>, y la televisión ya no es el único medio de consumo de imágenes. En este contexto, es vital desarrollar la capacidad crítica de los más pequeños para interpretar conscientemente estos mensajes, una responsabilidad compartida entre padres y educadores. La ausencia de referentes hará que se busquen en <a href="https://tiempodeninos.com/cuando-la-pantalla-educa-a-tus-hijos/">las pantallas</a>.</p>
<p>En la era digital, donde los medios moldean la cultura, la inclusión de la educación en medios en los planes gubernamentales se vuelve esencial. Materias como educación artística y cultura visual son fundamentales, ya que permiten a los jóvenes interpretar y cuestionar de manera reflexiva las representaciones mediáticas, incluido los dibujos animados. </p>
<p>Debemos fomentar el diálogo entre padres e hijos desde una edad temprana, cultivando así una mirada crítica. Darle un buen impulso a <a href="https://educacionnosinartes.wordpress.com/manifiesto-educacionnosinartes/">la educación artística y visual</a>, así como sumergirse en la educación sobre medios es como tener un as bajo la manga. Nos ayuda a entender y cuestionar las cosas que nos lanzan desde todas partes en los medios. En este viaje, tanto los adultos como los más jóvenes necesitamos seguir aprendiendo para tener una perspectiva crítica. ¡Es hora de preparar a nuestros hijos para enfrentarse al diluvio de imágenes con ojos críticos!</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/217967/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>¿Son los dibujos animados “clásicos” demasiado violentos para los niños pequeños? ¿Qué ocurre cuando la violencia no es física sino verbal?Cláudia Maria Costa Dias, Docente e Investigadora. Prof. en el Grado de Educación Infantil y Máster en Psicopedagogía de la Universidad Internacional de la Rioja., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Anita Feridouni Solimani, Profesora de Artes Plásticas y Visuales, Creación de Contenidos Digitales y Competencia Digital para la Docencia Universitaria, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Milagros Torrado Cespón, Docente e investigadora. Lengua inglesa y su didáctica, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2149142023-12-07T18:42:41Z2023-12-07T18:42:41Z¿Estamos consiguiendo educar en igualdad?<p>¿Se ha sorprendido alguna vez escuchando a dos niños o niñas mantener una conversación en la que se diferencian roles por sexo? ¿Cómo es esto de habitual en la sociedad de hoy?</p>
<p>Los estereotipos y sesgos de género se construyen en la infancia y <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381329">limitan el futuro de la juventud</a>. Además, se intensifican a través de planes de estudio, materiales y prácticas de enseñanza o la relación con la familia y los compañeros y compañeras. </p>
<p>La <a href="https://revistas.udc.es/index.php/ATL/article/view/arief.2017.2.1.2063">coeducación</a> en España comenzó a ponerse en marcha en los años 80. No supone solo que niños y niñas compartan espacios, sino que se favorezca expresamente una pedagogía coeducadora: igualitaria, que ponga en valor la diversidad, emocional y sexual, y que prevenga cualquier violencia entre iguales y, por supuesto, la violencia de género.</p>
<p>En el marco de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU este objetivo es el número 4. Se centra en garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. </p>
<h2>Sexismo en las aulas</h2>
<p>El sexismo en las aulas aparece en las actitudes, los valores y las conductas que la sociedad, en general, y familias y docentes, en particular, atribuyen a chicas y chicos en función del género. Existe todavía <a href="https://www.larioja.org/larioja-client/cm/igualdad/images?idMmedia=1270367">un conjunto de estereotipos repartidos según el sexo</a> que crea desigualdades basadas en cuestiones biológicas y desatiende a la nueva realidad social.</p>
<p>La educación en igualdad presta especial atención a la eliminación de estos estereotipos sexistas. Evitar cualquier tipo de discriminación de género <a href="https://www.psicothema.com/pdf/3879.pdf">favorece un clima positivo en el aula y mejora la convivencia</a>, la cooperación, el respeto mutuo y las relaciones personales entre el grupo de iguales.</p>
<p>Sabemos que la escuela es un agente de socialización importante; la socialización es la que forma el concepto de identidad de género. Pero la escuela no solo socializa a partir del currículo manifiesto (el conjunto de contenidos que se transmiten al alumnado según la legislación educativa), sino que cobra especial importancia <a href="https://theconversation.com/el-curriculum-oculto-y-los-aprendizajes-invisibles-en-la-escuela-206689">el currículum que llamamos “oculto”</a>. Este es el que se desarrolla de forma implícita y está compuesto por normas y valores que se transmiten a los y las estudiantes. </p>
<p>La escuela no es solo un espacio para adquirir conocimientos, sino que también puede convertirse en un espacio importante para la sensibilización y la detección de la violencia de género. La coeducación es el camino más eficaz para prevenir las desigualdades de género. </p>
<h2>¿Qué necesitan los docentes?</h2>
<p><a href="https://sede.educacion.gob.es/publiventa/d/22894/19/0">Diferentes estudios</a> ponen de manifiesto que los profesores y las profesoras aún tienen carencias y necesitan entender y aprender a aplicar las competencias para detectar e intervenir en materia de igualdad en las diferentes etapas educativas. Conocer <a href="https://revistaseug.ugr.es/index.php/profesorado/article/view/21192">el proceso de creación y transmisión de los estereotipos sexistas y su influencia</a> en la construcción del pensamiento y la formación de los niños y las niñas es fundamental, así como la creación de espacios libres de sexismo y violencia de género. </p>
<p>El papel que pueden tener los centros educativos en esta materia puede englobarse en dos ámbitos importantes. </p>
<p>El primero de ellos se basa en la prevención, en la educación en y para la igualdad, a través de las distintas asignaturas y actuaciones internas de los centros: talleres, programas, etc. </p>
<p>El segundo tiene que ver con su papel en la detección de la violencia de género y en su posicionamiento y actuación al respecto.</p>
<h2>Tres claves</h2>
<p>Los expertos <a href="https://www.larioja.org/larioja-client/cm/igualdad/images?idMmedia=1270367">señalan tres claves</a> a tener en cuenta para la educación en igualdad:</p>
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<li><p>El lenguaje amplía imaginarios: las palabras son el principal vehículo del proceso de aprendizaje. Los niños y niñas en la infancia entran en contacto con todo lo que aprenden en la escuela a partir del lenguaje. Es importante apostar por un lenguaje inclusivo y no sexista que reconozca y visibilice la diversidad humana.</p></li>
<li><p>El profesorado como referente: la educación es mucho más que la transmisión de contenidos. La persona educadora es un referente de autoridad para su alumnado que guía, marca límites, infunde respeto y confianza. La coeducación supone mostrar modelos y referentes de aquello que queremos reconocer. Además, podemos ofrecer modelos deseables que acompañen al crecimiento en la infancia y la adolescencia, para que aprendan a relacionarse de manera positiva y a resolver sus conflictos de manera asertiva.</p></li>
<li><p>La mirada crítica y el humor: hay que evitar que las generaciones más pequeñas reproduzcan el sexismo que se transmite a diario a través de <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8255295">diferentes canales de socialización</a> como la televisión, la publicidad, la literatura o la música. Es importante que la juventud aprenda a analizar de manera crítica la información que le llega. Hacerse preguntas, saber interpretar los mensajes, cuestionar si son o no válidos para la propia experiencia y buscar otros que se adapten mejor a la realidad es una gran tarea coeducativa.</p></li>
</ol>
<p>Una coeducación que verdaderamente nos ayude a avanzar como sociedad igualitaria debe de cuidar no solo la transmisión de información y contenidos, sino enseñar a sentir, a vivir, a relacionarnos, a expresarnos, a poder elegir, a escuchar, a ser escuchadas y escuchados, a ganar autonomía y a respetarnos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214914/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Educar en igualdad va mucho más allá de los mensajes explícitos y de la coeducación formal: niños y niñas deben aprender a relacionarse con igualdad, a ser críticos y a respetarse.Ana Isabel Agustí López, Coordinadora del Master en Formación del Profesorado., Universidad Internacional de ValenciaAna Rodríguez Martín, Vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2139172023-09-28T17:42:55Z2023-09-28T17:42:55ZProblemas de sueño y TDAH: ¿cómo se relacionan estos dos trastornos?<blockquote>
<p>Álex es un niño muy movido. Tiene muchas ideas pero ninguna buena, porque hace muchas trastadas. Si por lo menos prestara atención a las cosas que le digo, ¡pero ni eso! Yo creo que es hiperactivo…</p>
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<p>Así califica la madre de Álex lo que le pasa a su hijo, que podría sufrir el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Implica falta de atención (incapacidad para concentrarse), hiperactividad (movimiento, golpeteo o conversación inapropiados) e impulsividad (actuar sin pensar).</p>
<p>Para ser diagnosticado, debe presentarse en dos entornos distintos (en casa, en el colegio, con sus amistades…) y durante, al menos, seis meses, según el <a href="https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf#page=%5B86%5D">DSM-5</a>. Las condiciones las cumplen el <a href="https://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(17)30167-0/fulltext">3-5 % de los/as niños/as y el 5,9-7,5 % de las personas adolescentes</a>. El TDAH se clasifica en tres categorías: hiperactivo-impulsivo, inatento y una combinación de ambos.</p>
<p>No obstante, hay que considerar que muchos de sus síntomas son compatibles con el comportamiento infantil normal. Los más pequeños están aprendiendo sobre su mundo social y transgredir las normas forma parte de este proceso.</p>
<h2>Dormir bien, fundamental en la infancia</h2>
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<p>Martina no necesita dormir –cuenta su padre entre risas–. Cada vez que hay que acostarla, es un drama. Duerme menos que otros niños o niñas de su edad, se mete en nuestra cama y algunas veces se despierta sobresaltada en mitad de la noche.</p>
</blockquote>
<p>El padre de Martina no debería restarle importancia al comportamiento de su hija: dormir bien es básico para el rendimiento <a href="https://doi.org/10.1016/j.chc.2020.08.003">físico y mental</a>, que implica el <a href="https://doi.org/10.1016/j.smrv.2021.101472">aprendizaje, la memoria, la generalización del conocimiento y el procesamiento emocional</a>. Esto se aplica especialmente a la infancia, ya que es un período sensible a la <a href="https://doi.org/10.1016/j.ijpsycho.2013.06.019">maduración cerebral y el desarrollo cognitivo</a>. Por eso, los problemas de sueño pueden tener consecuencias a <a href="https://doi.org/10.1016/j.ridd.2019.103463">corto</a> y <a href="https://doi.org/10.1542/peds.2019-2056I">largo</a> plazo. </p>
<p>¿Y con qué frecuencia sucede? Parece que las alteraciones en el descanso nocturno son bastante comunes en los primeros años de vida. Las padecen entre el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27054204/">24</a> y el <a href="https://doi.org/10.1186/s12887-021-02529-y">40 %</a> de los/as niños/as y alrededor del <a href="https://doi.org/10.1186/s12887-021-02529-y">20 %</a> de los adolescentes. Pero el porcentaje se dispara en el grupo de los menores con TDAH: afecta hasta al <a href="https://doi.org/10.1192/bja.2020.65">73,3 %</a> de los casos. </p>
<h2>Una relación compleja</h2>
<p>Los estudios no dejan claro si el TDAH altera el sueño o si dicha alteración tiene consecuencias sobre la conducta. En realidad, las <a href="https://doi.org/10.1016/j.cpr.2016.10.004">dos posibilidades</a> pueden darse simultáneamente.</p>
<p>Por un lado, quienes sufren TDAH podrían tener <a href="https://theconversation.com/es/topics/ritmos-circadianos-108213">ritmos circadianos</a> propios. Por ejemplo, pueden experimentar ciclos de sueño-vigilia más largos o contar con una arquitectura del sueño diferente, lo que afectaría a su descanso nocturno.</p>
<p>Por otro lado, la privación de sueño podría disminuir la actividad del córtex prefrontal. Esta área del cerebro se encarga de las llamadas funciones ejecutivas, que regulan la atención y controlan los impulsos. Algunos investigadores creen que es donde se esconde la <a href="https://doi.org/10.1111/mila.12264">conciencia humana y la voluntad</a>. Por tanto, los problemas de sueño <a href="https://doi.org/10.1016/j.cpr.2016.10.004">podrían producir síntomas que “simulan” los propios del TDAH</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=111&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=111&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=111&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=139&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=139&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=139&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Relación bidireccional. Elaboración propia.</span>
<span class="attribution"><a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>Nuestro trabajo</h2>
<p>En <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00431-023-05145-3">un estudio reciente</a>, nos decantamos por la segunda alternativa, sin dejar de tener en cuenta la influencia de la primera. Para ello, se utilizó la información de alrededor de 1 200 niños y niñas españoles obtenida por el <a href="https://www.proyectoinma.org/">Proyecto INfancia y Medio Ambiente (INMA)</a>. </p>
<p>Los problemas para dormir se midieron a los 8-9 años, y los síntomas de TDAH a los 10-11 años. Analizamos la relación entre ambos y tuvimos en cuenta otros factores que podrían tener un efecto en dicha vinculación. De este modo observamos que por cada unidad de incremento de las alteraciones de sueño (del 0 al 9), aumentaban los síntomas entre un 10 y un 16 %.</p>
<p>Por otra parte, el carácter longitudinal de la cohorte INMA nos permitió clasificar a los/as niños/as en función de si tenían síntomas compatibles con el diagnóstico de TDAH en varias etapas de la infancia.</p>
<p>En base a esto, se repitieron los análisis sin tener en cuenta los clasificados con síntomas compatibles con el diagnóstico de TDAH, a los cinco años (previo a los problemas de sueño) y a los 8-9 años (simultáneo a los problemas de sueño). Así, encontramos que los resultados apenas variaban. Por tanto, esa relación entre una mala función del sueño y síntomas de TDAH se mantuvo para aquellos que no tenían previa ni simultáneamente el trastorno.</p>
<p>Además, vimos que la relación entre los problemas para dormir y el TDAH variaba en función de la situación laboral del padre. Si este trabajaba, había una relación directa entre ambas circunstancias, pero no ocurría así en los/as hijos/as de padres no trabajadores.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Diferencias en la relación entre los/as hijos/as de padres que trabajan y que no trabajan.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia.</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En resumen, las alteraciones de sueño se relacionaron con posteriores síntomas de TDAH en nuestra muestra. Esta evidencia podría tenerse en cuenta en iniciativas como el <a href="https://www.aepap.org/biblioteca/libros/programa-de-salud-infantil">Programa de Salud Infantil</a>: incorporar pruebas de cribado para la detección de problemas de sueño es rápido y sencillo. El fomento de una buena higiene de sueño desde la atención primaria podría prevenir problemas relacionados con el TDAH.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213917/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Llúcia González Safont recibe fondos de la Universitat de València, del Instituto de Salud Carlos III (CIBERESP), Unión Europea y Ministerio de Universidades mediante la Ayuda Margarita Salas MS21-125.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Marisa Estarlich Estarlich recibe fondos de la Universitat de València, del Instituto de Salud Carlos III, Unión Europa, Generalitat Valenciana y CIBERESP. </span></em></p>El trastorno por déficit de atención e hiperactividad y los problemas para dormir son alteraciones frecuentes en la infancia que, además, parecen retroalimentarse. Un nuevo estudio arroja luz sobre esta relación.Llúcia González Safont, Investigadora del Departamento de Enfermería de la Universitat de València y miembro de la Unidad Mixta de Investigación en Epidemiología, Ambiente y Salud FISABIO-Universitat Jaume I -Universitat de València, FisabioMarisa Estarlich Estarlich, Profesora ayudante doctor, Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2142442023-09-28T17:30:37Z2023-09-28T17:30:37Z¿Qué es el “síndrome de la hija mayor” y cómo solucionarlo?<p>¿Ha oído hablar del “síndrome de la hija mayor”? Se trata de la carga emocional que las primogénitas tienden a asumir (por obligación o por voluntad propia) en muchas familias desde una edad temprana. </p>
<p>Desde cuidar de los hermanos pequeños, ayudar en las tareas cotidianas o cuidar de <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s40894-019-00119-9">los padres enfermos</a>, hasta controlar los pedidos de la compra o las entregas por Internet, las <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/work-employment-and-society/article/abs/household-division-of-labour-generation-gender-age-birth-order-and-sibling-composition/C8915E3CE7CA1BDECA34D25AAC0C71D4">hijas mayores</a> suelen soportar una pesada pero invisible carga de responsabilidad doméstica.</p>
<p>Supongo que algunos se preguntarán, ¿cuál es el problema? ¿Qué hay de malo en ello? ¿No deben ser los hijos mayores, que se supone que son más maduros, los que ayuden y cuiden de sus hermanos pequeños? ¿No son las niñas “naturalmente” mejores cuidadoras? Estas <a href="https://www.elgaronline.com/display/edcoll/9781788975537/9781788975537.00033.xml">suposiciones populares</a> están tan arraigadas que pueden convertirse en un obstáculo para ver el problema.</p>
<p>Pero el <a href="https://www.tiktok.com/tag/oldestdaughtersyndrome">#SíndromeDeLaHijaMayor</a> es ahora tendencia en TikTok, donde las adolescentes hablan de la cantidad injusta de trabajo no remunerado (y no valorado) que realizan en sus familias, así como de sus efectos adversos en sus vidas, su salud y su bienestar.</p>
<p>Por supuesto, el “<a href="https://uk.news.yahoo.com/eldest-daughter-syndrome-tiktok-trend-093323841.html">síndrome</a>” existe desde hace siglos en muchas partes del mundo. Entonces, ¿por qué se habla ahora de este problema?</p>
<h2>Las niñas de entre cinco y catorce años dedican un 40 % más de tiempo al trabajo doméstico</h2>
<p>A pesar del aumento de las mujeres en <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-soc-073117-041215">educación</a> y <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jftr.12248?casa_token=SbEGSkHlhYQAAAAA:gO7Afzv3nFIe2QHW4kwYlb3hcEvAs31SRbLwbhviKNQgkmFD8nV-yGovkwTiOOaLFgMjy9LGcUnmr94">empleo</a>, siguen cargando con <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jomf.12590">la mayor parte de las tareas domésticas</a>. De hecho, los avances hacia la igualdad de género en el lugar de trabajo no se han <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jftr.12248?casa_token=STyBuPSvBKkAAAAA:Ov9x4WfFu4XW21hHDd_8pfFn_0mlOPE-SIu8DcLqFCUQnpa1NwJ-EUK3q44wpChTJT5ulFFHX_1OPDo">traducido en</a> igualdad de género en el hogar. Y el síndrome de la hija mayor puede explicar en parte esta situación.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="La hija mayor ayuda a su hermano y cuida de él." src="https://images.theconversation.com/files/519305/original/file-20230404-16-34v0km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/519305/original/file-20230404-16-34v0km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/519305/original/file-20230404-16-34v0km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/519305/original/file-20230404-16-34v0km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/519305/original/file-20230404-16-34v0km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/519305/original/file-20230404-16-34v0km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/519305/original/file-20230404-16-34v0km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">‘Cuida de tu hermano, ¿quieres?’</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.pexels.com/photo/little-girl-helping-her-brother-with-homework-5088191/">Pexels/olia danilevich</a></span>
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</figure>
<p>Los estudios demuestran que los niños contribuyen de forma notable, aunque a menudo <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11150-013-9234-5">pasada por alto</a>, al trabajo doméstico. Reflejando la división de género entre los adultos, las niñas de entre cinco y catorce años dedican <a href="https://www.unicef.org/turkiye/en/node/2311#:%7E:text=The%20data%20show%20that%20the,chores%20than%20boys%20their%20age.">un 40 % más de tiempo</a> al trabajo doméstico que los niños. </p>
<p>Siguiendo un <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/21620555.2018.1430508?journalCode=mcsa20">orden jerárquico patriarcal</a>, la <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/21620555.2018.1430508?journalCode=mcsa20">hija mayor</a> suele soportar la mayor carga entre sus hermanos. Como han expresado muchas personas en TikTok, el síndrome <a href="https://www.tiktok.com/tag/oldestdaughtersyndrome">puede perjudicar</a> el bienestar de las hijas mayores y “robarles” su infancia, ya que se ven obligadas a asumir una <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/21620555.2018.1430508?journalCode=mcsa20">cantidad desproporcionada</a> de responsabilidades adultas, lo que también se conoce como <a href="https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2022/sep/20/parentified-child-behave-like-adult">parentificación</a>. Al hacerlo, reproduce la desigualdad de género en el trabajo doméstico de una generación a otra.</p>
<h2>Cocinar y limpiar la casa, ¿es cosa de “niñas”?</h2>
<p>El síndrome de la hija mayor se basa en al menos tres teorías del comportamiento, que a menudo actúan simultáneamente y se refuerzan mutuamente.</p>
<p>En primer lugar, la <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jomf.12225?deniedAccessCustomisedMessage=&userIsAuthenticated=false">teoría del modelado de roles</a>, que sugiere que las hijas mayores suelen seguir a su madre como modelo para aprender a “hacer” el género. En segundo lugar, la <a href="https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/0044118X92024002004">teoría de la tipificación por sexos</a> propone que los padres suelen asignar a las niñas y a los niños tareas diferentes en función del sexo. </p>
<p>La tipificación del sexo se basa a menudo en la idea que tienen los padres del trabajo doméstico como <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0049089X04001073?casa_token=7-yGCGodnf4AAAAA:pz_LKJKsAWAgnNIZoqNuHHjRM6fpwgmli69FdBQrAibGqnyN7GtIZj9ae_KKP9M_OvrmJjM48Q">algo asociado a la feminidad</a>. En el caso de los padres que se esfuerzan conscientemente por inculcar la igualdad de género a sus hijos, la tipificación por sexos puede seguir produciéndose cuando las hijas mayores inconscientemente <a href="https://www.jstor.org/stable/2657414?casa_token=VDKVPExTOXAAAAAA%3AOnkPl9ACA1nU7FUY5hV5wPjQ2tQ1gbFjbu8Kojq6lC--QKqp6JxMEnOkiM1E8ZKWGz32JpqBdxILbj9F0DYs3ZVI09DeMsIH-uLPEFlNVeZ2EwBGO_s">se unen a sus madres en actividades sexistas</a> como cocinar, limpiar la casa y hacer la compra.</p>
<h2>El problema de la sustitución laboral de las madres trabajadoras</h2>
<p>Y en tercer lugar, la <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/1467-9507.00225?casa_token=PMbEnckrqtoAAAAA:NuCMXJNrsW2-DwY5kYhrlaQ7tzgLlXml3rBtnZnGR7zTjhR1Vx8gnKdz1-uUnsJ6ZTksuFxhYbJo834">teoría de la sustitución laboral</a> sugiere que cuando las madres trabajadoras tienen poco tiempo disponible para las tareas domésticas, las hijas mayores suelen actuar como “sustitutas”. Como resultado, acaban dedicando más tiempo a la prestación de cuidados y a las tareas domésticas. Y el progreso de las madres hacia la igualdad de género en el trabajo puede producirse <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/21620555.2018.1430508?journalCode=mcsa20">a costa</a> de que sus hijas mayores se hagan cargo de las tareas domésticas a una edad temprana.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="La hija mayor ayuda a su hermano con los deberes." src="https://images.theconversation.com/files/519303/original/file-20230404-27-dvcqk5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/519303/original/file-20230404-27-dvcqk5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/519303/original/file-20230404-27-dvcqk5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/519303/original/file-20230404-27-dvcqk5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/519303/original/file-20230404-27-dvcqk5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/519303/original/file-20230404-27-dvcqk5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/519303/original/file-20230404-27-dvcqk5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Los hermanos mayores suelen acabar ayudando con los deberes.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/photo/mother-helping-her-daughter-use-a-laptop-4260325/">Pexels/august de richelieu</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Si miramos más allá, la cuestión del síndrome de la hija mayor tiene implicaciones de gran alcance para la <a href="https://www.google.co.uk/books/edition/Servants_of_Globalization/sCcoCgAAQBAJ?hl=en&gbpv=1&dq=servants+of+globalisation&printsec=frontcover">desigualdad de género global</a> y la <a href="https://www.compas.ox.ac.uk/2018/a-global-crisis-in-care/">crisis mundial de los cuidados</a>. </p>
<p>En Filipinas, por ejemplo, <a href="https://www.google.co.uk/books/edition/Servants_of_Globalization/sCcoCgAAQBAJ?hl=en&gbpv=1&dq=servants+of+globalisation&printsec=frontcover">muchas madres emigran</a> a Estados Unidos, Oriente Medio y Europa para trabajar como empleadas domésticas. Su trabajo ayuda a liberar en cierta medida a sus clientes de la desigualdad doméstica de género mediante la <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jomf.12321?casa_token=jYXuxbZK_H8AAAAA:kJYVkwu5HRiCyfiAqzMDeeildvh9C3_vCgEgQCdLqHPVwcCB_y4qXBlMV_bezq8F2XG2h3VqnzXYFJ4">externalización doméstica</a>. Pero a cambio, las hijas mayores de estas mujeres de Filipinas a menudo tienen que asumir el papel de <a href="https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/011719680501400301?casa_token=plrqCW5kHG8AAAAA:yYkI906GzoUOiSdio9psYpb1VfxxdBVNMSvICk_eFI94n72L5QBxX6jd_DAu-kADauVqaKRufVbf">“madres sustitutas”</a> y llevar las riendas del hogar.</p>
<p>En este proceso, el síndrome de la hija mayor reproduce <a href="https://trainingcentre.unwomen.org/instraw-library/2009-R-MIG-GLO-GLO-EN.pdf">la desigualdad doméstica de género</a> a través de las generaciones y descarga dicha desigualdad de una parte del mundo a otra.</p>
<h2>Redistribuir responsabilidades domésticas</h2>
<p>La “cura” podría parecer sencilla: necesitamos que las familias reconozcan la carga injusta que puede haber recaído sobre la hija mayor y redistribuyan las responsabilidades domésticas de forma más equitativa.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/550032/original/file-20230925-17-sqva5c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/550032/original/file-20230925-17-sqva5c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/550032/original/file-20230925-17-sqva5c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/550032/original/file-20230925-17-sqva5c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/550032/original/file-20230925-17-sqva5c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/550032/original/file-20230925-17-sqva5c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/550032/original/file-20230925-17-sqva5c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/550032/original/file-20230925-17-sqva5c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/photo/three-children-smiling-2385657/">Pexels/Nishant Aneja</a></span>
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<p>Sin embargo, hacerlo no es nada sencillo. Requiere, en particular, que los miembros masculinos de la familia aumenten su contribución al trabajo doméstico. A su vez, implica que “borremos” <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jftr.12245?casa_token=F2VnZvOJRaoAAAAA:6-kRCkTWzBiHQsE33S-0Z-VzajzAIMI1WgFO_mKrawK7bOzSFuSQgKn-qkRG3IkSBEoCOpv0_6_kPCk">siglos de pensamiento</a> sobre las tareas domésticas y los cuidados como algo ligado al género y “femenino”.</p>
<p>Para lograrlo, primero tenemos que reconocer el problema de que el trabajo doméstico, en particular el realizado por los niños y las hijas mayores, pasa en gran medida <a href="https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/1043463193005003003">desapercibido, además de ser no remunerado e infravalorado</a>. </p>
<p>No podemos cambiar algo que no vemos. Por eso, ser más conscientes de la existencia de este síndrome, no sólo como una lucha individual sino también como un problema de desigualdad de género, es un buen comienzo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214244/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Yang Hu no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Ha oído hablar del “síndrome de la hija mayor”? Se trata de la carga emocional que las primogénitas tienden a asumir (por obligación o por voluntad propia) en muchas familias desde una edad temprana. Y les roba su infancia.Yang Hu, Professor, Department of Sociology, Lancaster UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2103132023-09-11T20:51:02Z2023-09-11T20:51:02Z¿Es la mente del bebé un papel en blanco?<p>Los filósofos <a href="https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Tabla_rasa_(tabula_rasa)">Aristóteles</a> y <a href="https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-tabula-rasa-john-locke">John Locke</a> sostenían que la mente del bebé es un lienzo en blanco. Para enfatizar esta idea, el primero usó la conocida metáfora <em>tabula rasa</em>. </p>
<p>Una <em>tabula</em> era la tablilla con delgada capa de cera en la que escribían los romanos. La palabra <em>rasa</em> significa “en blanco”, “vacía”. Así que la expresión <em>tabula rasa</em> viene a significar que el ser humano nace con la mente “vacía”, en blanco. </p>
<p>Por el contrario, <a href="https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-ideas-platon">Platón</a> y otros han considerado que el recién nacido tiene inclinaciones cognoscitivas innatas. Es decir, que salimos al mundo con notables capacidades de aprendizaje. Para avanzar y probar científicamente esta última hipótesis, académicos notables investigan y diseñan diversos experimentos. </p>
<p>Examinemos lo que han descubierto algunos de ellos en más de treinta años.</p>
<h2>El experimento del bloque que “vuela”</h2>
<p>El campo de especialización de Susan Hespos, <a href="https://psychology.northwestern.edu/people/faculty/core/profiles/susan-hespos.html">investigadora de la Northwestern University de Chicago</a>, es precisamente la cognición del bebé. Sus pesquisas abarcan el procesamiento analógico, la relación entre pensamiento y lenguaje y el razonamiento físico.</p>
<p>Así, por ejemplo, se sabe que los pequeños desarrollan con mucha rapidez su <a href="https://www.clinicarementeria.es/publicaciones/cuando-comienzan-a-ver-los-bebes.html#:%7E:text=A%20partir%20de%20los%20cuatro,se%20muevan%20a%20gran%20velocidad.">percepción visual</a>. En efecto, desde los tres o cuatro meses avanzan de manera acelerada en ese proceso. Partiendo de este hecho, Hespos <a href="https://www.livescience.com/18101-infants-grasp-gravity.html">ha diseñado experimentos</a> para medir el tiempo que el pequeño mira atentamente un objeto, filmando su cara con una videocámara.</p>
<p>Uno de ellos consistió en colocar una caja con un pequeño bloque encima. Una ayudante lo movía de un lado a otro sobre la caja, lo que atraía la atención infantil unos treinta segundos. Pero pronto se distraía, aburrido. </p>
<p>Luego, con un ardid, movieron el bloque fuera de la caja y éste se mantuvo en el aire. Los ojos del pequeño miraron fijamente ese hecho insólito por el doble de tiempo. Parecía preguntarse por qué no caía al suelo, como esperaba.</p>
<p>El tiempo que el bebé dirige su vista sobre el objeto se alarga si se trata de un suceso inesperado. Así, cuando el sujeto del experimento observaba el bloque “levitando”, se sorprendía porque no veía actuar la fuerza de gravedad, que conocía bien por su experiencia en arrojar y dejar caer objetos. Sus expectativas eran cuestionadas, lo que demuestra que a tan corta edad no dependemos de otros para adquirir conocimentos.</p>
<p>Hespos y su colega <a href="https://psychology.missouri.edu/people/vanmarle">Krysty vanMarle</a> también descubrieron que muy pronto desarrollamos <a href="https://www.researchgate.net/publication/259853187_Physics_for_infants_Characterizing_the_origins_of_knowledge_about_objects_substances_and_number">habilidades matemáticas rudimentarias</a>: los bebés de seis meses son capaces de distinguir cuál es la imagen que contiene más puntos. Y con diez meses pueden elegir la taza con más líquido. Además, a esa edad siempre se decantan por los recipientes que tienen mayor cantidad de alimentos.</p>
<h2>Escaneando la mente del bebé</h2>
<p>También ha indagado en el asunto Rebecca Saxe, <a href="https://mcgovern.mit.edu/profile/rebecca-saxe/">investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)</a>, en Boston, que estudia la <a href="https://theconversation.com/ponerse-en-la-piel-de-los-demas-se-puede-entrenar-209337">cognición social humana</a>. En sus trabajos utiliza una combinación de pruebas de comportamiento y tecnologías de imágenes cerebrales. Sobre todo, analiza el procesamiento de conceptos abstractos para comprender estados mentales de otras personas.</p>
<p>Con su equipo de investigadores, Saxe ha preparado con mucho cuidado un protocolo <a href="https://news.mit.edu/2018/study-finds-early-signatures-social-brain-0312">para escanear cerebros mediante resonancia magnética</a>. En el caso de los bebés, debían lograr que estuvieran despiertos e inmóviles durante mucho tiempo para observar cómo entienden y aprenden lo que ven. Los científicos experimentaron muchos problemas en el intento de explorar el primer cerebro infantil, pero después de varios años y muchas tentativas, lo lograron.</p>
<p><a href="https://mayfieldclinic.com/pe-anatbrain.htm#:%7E:text=The%20brain%20has%20three%20main,and%20fine%20control%20of%20movement.">Nuestros cerebros de adultos presentan diferentes regiones con funciones distintas.</a> Concretamente, hay dos zonas que desarrollan trabajos muy importantes: una identifica rostros y la otra reconoce escenas. </p>
<p>Durante el estudio, el bebé miraba vídeos de ambos tipos de representaciones. En las imágenes obtenidas con el resonador podía apreciarse con nitidez que la zona activada al reconocer personas era el lóbulo occipital derecho, mientras que el occipital izquierdo se activaba cuando identificaba escenas. Pero lo sorprendente fue que se registraba gran actividad en la región frontal de ambos lóbulos. </p>
<p>Este hecho era valioso por su similitud con la actividad neuronal del adulto cuando se concentra en algo muy interesante. Descubrieron, pues, que el cerebro con pocos meses de edad funciona de forma muy semejante al de los mayores.</p>
<h2>Superdotados para identificar rostros y sonidos</h2>
<p>El <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/abs/10.1098/rstb.2010.0371">reconocimiento de los individuos</a> a primera vista, poniendo atención a la información facial o corporal, es importante para las especies sociales.</p>
<p>Localizar a un amigo entre una multitud de personas es una tarea difícil, pero tratar de encontrar un mono determinado en un estadio lleno de ellos parece imposible. Pues las investigaciones científicas revelan que <a href="https://www.sciencedaily.com/releases/2002/05/020517080606.htm#google_vignette">un observador de seis meses de edad haría bien esta tarea</a>. </p>
<p>Los bebés recuerdan y reconocen mejor las caras de los monos que los niños mayores y los adultos. Y de igual manera, identifican más fácilmente los sonidos lingüísticos de diversas lenguas que los niños mayores y los adultos. Cuando crecemos, apuntan los investigadores, se va desconectando esa capacidad de reconocer rostros y <a href="http://beforefirstwords.upf.edu/precursors-of-language/sounds-of-language/#:%7E:text=Whereas%20a%20new%2Dborn%20can,change%20from%20one%20to%20the">sonidos</a>, lo cual sugiere que esta facultad se aprende y refina más tarde.</p>
<p>En este artículo reseñamos sólo tres experiencias entre otras muchas que se han estado llevando a cabo para conocer mejor la mente del bebé. Estas experiencias
muestran que los pequeños son <a href="https://www.netflix.com/watch/80117839?trackId=255824129">más inteligentes</a> de lo que creemos. Cuando abren los ojos, aprenden más que un adulto estudiando un libro o investigando.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/210313/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alfonso Reynoso Rábago no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Diversos experimentos han demostrado que nacemos con nociones precoces sobre física y matemáticas, además de con la capacidad de reconocer rostros y voces.Alfonso Reynoso Rábago, Profesor Investigador, Universidad de GuadalajaraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2049632023-06-01T17:01:10Z2023-06-01T17:01:10ZVamos a la escuela caminando y sin adultos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/528057/original/file-20230524-15-yjimv9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C17%2C3828%2C2138&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/happy-child-goes-school-backpack-curb-2191785513">Valery Zotev/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Hace unas décadas los estudiantes se reunían en grupos para caminar hacia la escuela sin necesidad de la supervisión de un adulto. En la actualidad, es cada vez más común que los niños y niñas sean trasladados en coches o autobuses hacia sus centros escolares. Esta dinámica ha reducido su autonomía y transformado sus viajes en situaciones pasivas bajo una vigilancia constante.</p>
<p>Es cierto que el detrimento de la actividad física puede tener consecuencias negativas para la salud de los menores, como el aumento de la obesidad infantil. No obstante, esta transformación en los hábitos de transporte también tiene implicaciones más allá de la salud. De hecho, la constante supervisión de una figura adulta puede limitar el desarrollo de la autonomía personal y la capacidad de resolución de conflictos en los niños y niñas. </p>
<h2>Madurez y responsabilidad</h2>
<p>Varios autores han demostrado que los caminos escolares activos y autónomos mejoran aspectos como la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0272494402902434?via%3Dihub">conciencia espacial</a>, la <a href="https://link.springer.com/article/10.1186/1471-2458-11-587">toma decisiones</a>, la <a href="https://sciencenordic.com/children-and-adolescents-denmark-exercise/children-who-walk-to-school-concentrate-better/1379550">concentración escolar</a> y mejoran el <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0966692311001086?via%3Dihub">conocimiento sobre su entorno</a>, lo que fomenta su madurez y responsabilidad.</p>
<p>Además, esta práctica no afecta únicamente al desarrollo físico y personal de los menores, sino que tiene influencia también en su desarrollo social. Esto se debe a que los momentos en los que se sienten libres y seguros son los mejores para crear un ambiente de aprendizaje y establecer relaciones saludables. </p>
<h2>Sentimiento de pertenencia</h2>
<p>Más allá del problema medioambiental que supone el cambio de hábitos en el transporte (y al aumento de los desplazamientos en coche o autocar), la disminución de tiempo que los niños dedican a diario a caminar por su barrio supone una falta de apego y sentimiento de pertenencia. </p>
<p>A su vez, dicha falta tiene consecuencias en la vida personal y social de los menores. De hecho, se ha demostrado que caminar de forma libre por el barrio es beneficioso para que desarrollen <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10852350903393392">mejores relaciones con su entorno</a> y las personas que lo habitan, así como para crear lazos con el lugar en el que viven. </p>
<p>Al no recorrer las calles a diario o no conocer los comercios y comerciantes que les rodean, pierden una oportunidad valiosa de conectar con su comunidad y de sentirse parte de ella. </p>
<h2>La percepción de las familias</h2>
<p>Como suele ocurrir, estos nuevos hábitos son al mismo tiempo una consecuencia y una causa de que los entornos por los que se mueven los escolares sean menos seguros y adecuados para ellos de lo que han sido en el pasado. </p>
<p>La densidad del tráfico, los puntos negros e incluso la falta de espacios verdes pueden hacer que muchas familias cuestionen la seguridad del camino hacia la escuela. En este sentido, la <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11116-015-9579-0">percepción de peligro de las familias</a> es uno de los elementos decisivos para la elección del modo de viaje a la escuela. Los adultos responsables son, en definitiva, los que deciden si los estudiantes pueden ir caminando solos a colegios e institutos.</p>
<h2>Vías seguras, procesos participativos</h2>
<p>Por ello, es primordial que las instituciones se involucren y comprendan la necesidad de crear vías seguras para los viajes autónomos y activos. Son modificaciones de la ciudad que pueden realizar mediante procesos participativos. </p>
<p>Dichos procesos son el momento idóneo para escuchar a las familias (adultos y menores) y hacerlos protagonistas de las decisiones municipales. </p>
<h2>Proyectos en marcha</h2>
<p>En varios municipios, instituciones y centros escolares se están llevando a cabo proyectos que fomentan los viajes autónomos y activos de los menores, con resultados muy positivos. En concreto, en España, existen numerosos ejemplos con resultados positivos para la infancia y la sociedad en general. </p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/529550/original/file-20230601-21-964nba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Niños de espaldas, de la mano, caminando con mochilas." src="https://images.theconversation.com/files/529550/original/file-20230601-21-964nba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/529550/original/file-20230601-21-964nba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/529550/original/file-20230601-21-964nba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/529550/original/file-20230601-21-964nba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/529550/original/file-20230601-21-964nba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/529550/original/file-20230601-21-964nba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/529550/original/file-20230601-21-964nba.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Niños de camino a la escuela.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Idoia Legorburu</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Uno de ellos es Haurren Hirien Sarea (Red de Ciudades de los Niños y Niñas), mediante la cual se ha puesto en marcha el proyecto <a href="https://www.haurrenhiria.eus/language/eu/haurren-hiria-proiektua/">Eskolara Lagunekin</a> (“A la escuela con amigos y amigas”) en diferentes municipios de la comunidad autónoma vasca. A través de esta iniciativa, en municipios como <a href="https://leioazabalik.leioa.net/bizibideak">Leioa</a> o <a href="https://www.bilbao.eus/cs/Satellite?c=BIO_Servicio_FA&cid=1279157426658&language=es&pagename=Bilbaonet%2FBIO_Servicio_FA%2FBIO_Servicio">Bilbao</a>, miles de niños y niñas son protagonistas de proyectos para la movilidad autónoma y los caminos escolares.</p>
<h2>Transformación social desde el entorno cercano</h2>
<p>Sin embargo, muchas de estas iniciativas carecen del reconocimiento social necesario para unos resultados relevantes. Por ello, se debe hacer un mayor esfuerzo para popularizar los proyectos de movilidad autónoma y ofrecer mayor visibilidad a los proyectos existentes. De esta manera, las familias y la sociedad en general serán más consciente de la relevancia de la autonomía infantil y los viajes activos a la escuela.</p>
<p>Los trayectos a las escuelas se presentan como una oportunidad valiosa para que niños y niñas desarrollen tanto sus habilidades físicas, personales y sociales, así como para un cambio en el protagonismo de la infancia en el conjunto de la sociedad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/204963/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Idoia Legorburu Fernández recibe fondos del Grupo de Investigación KideON del Gobierno Vasco</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Nahia Idoiaga Mondragon recibe fondos del Grupo de Investigación KideON del Gobierno Vasco </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Israel Alonso y Naiara Berasategui Sancho no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Ir caminando al colegio, a ser posible sin padres o adultos, es recomendable no solo porque los niños hacen más ejercicio: mejora su sentido de autonomía y su conocimiento del entorno en el que viven.Idoia Legorburu Fernández, Researcher, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaIsrael Alonso, profesor en el departamento de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNahia Idoiaga Mondragon, Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNaiara Berasategui Sancho, Profesora en el Departamento de Didáctica y Organización escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2046352023-04-27T15:40:10Z2023-04-27T15:40:10Z¿Una ciudad para los niños? El activismo está reconquistando las calles<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/523253/original/file-20230427-608-95cb06.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C2%2C1911%2C1276&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Una imagen de KidicalMass en Barcelona, en mayo de 2022. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://kidsonbike.org/media-downloads/">Calvox Periche/Kidical Mass</a></span></figcaption></figure><p>El desarrollo urbano y las normas sociales relativas a la infancia han hecho que las calles de las ciudades ya no sean lugares aptos para niños y jóvenes. <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1068/d140581">Gill Valentine</a> ha explicado que este cambio se ha visto alimentado por nuestra división de los niños en dos categorías: “ángeles” y “demonios”. </p>
<p>Describe cómo, por un lado, se considera que los niños son demasiado pequeños, vulnerables e inocentes para deambular y jugar en espacios urbanos debido al tráfico, el “peligro de los extraños” y otros riesgos. Por otro lado, los adolescentes se consideran una amenaza pública y no se les debe permitir pasear por las calles con sus bicicletas, monopatines y, presumiblemente, malas intenciones.</p>
<p>Estudios posteriores han seguido explicando cómo este tipo de representaciones ha provocado la exclusión de los niños de los espacios públicos en el complejo entramado de la gobernanza urbana, la vida pública y la crianza de los hijos. El movimiento y el juego autónomos de los niños en las ciudades <a href="https://westminsterresearch.westminster.ac.uk/item/98xyq/children-s-independent-mobility-an-international-comparison-and-recommendations-for-action">ha disminuido constantemente en las últimas décadas</a>. A su vez, los niños y jóvenes están cada vez más <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00045608.2013.846167">secuestrados en casas, coches o espacios institucionales para la educación y el juego controlados por adultos</a>.</p>
<h2>Cerrar las calles a los niños es una mala política</h2>
<p>Muchos expertos y grupos de interés han expresado su preocupación al respecto y han explicado por qué cerrar las calles a los niños es una mala política. Los niveles de actividad física de los niños son <a href="https://www.oecd-ilibrary.org/sites/5ee82799-en/index.html?itemId=/content/component/5ee82799-en">alarmantemente bajos</a> y limitar su sensación de seguridad y autonomía también perjudica su <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/14733285.2013.812277">bienestar mental y social</a>. Estas tendencias están poniendo en peligro la salud de toda una generación y comprometiendo su capacidad para sostener sociedades y economías con <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/web/products-eurostat-news/-/edn-20210930-1">altas tasas de dependencia</a>. </p>
<p>Al mismo tiempo, como señalan a menudo los estudiosos de la infancia, los niños no son meras “inversiones de futuro” o “adultos del mañana”. También son personas con <a href="https://www.coe.int/en/web/compass/convention-on-the-rights-of-the-child">derechos actuales</a> a la ciudadanía, a la participación y a la autonomía en su entorno vital. </p>
<h2>Viejos y nuevos movimientos por una ciudad amiga de la infancia</h2>
<p>Sin embargo, hay muchos ejemplos en la historia moderna de cómo la gente se ha resistido a la exclusión de los niños de las calles. Uno de los más notables fue el movimiento <a href="https://www.theguardian.com/cities/2015/may/05/amsterdam-bicycle-capital-world-transport-cycling-kindermoord">Stop de Kindermoord</a> (“Detengamos el asesinato de niños”) en los Países Bajos a principios de la década de 1970. Su objetivo era frenar las muertes de niños en accidentes de tráfico, que en aquella época habían alcanzado el nivel más alto de Europa. </p>
<p>El movimiento organizó manifestaciones, presionó a los responsables políticos para que aprobaran medidas legales y urbanísticas y creó espacios seguros mediante la acción directa y el urbanismo táctico. Con éxito: la seguridad infantil escaló puestos en la agenda pública, y los activistas siguieron desempeñando un papel importante en las políticas de tráfico durante más de una década. Sin embargo, con el tiempo fueron marginados y <a href="https://scribepublications.co.uk/books-authors/books/movement-9781911344971">el peligro del tráfico se restableció</a> como parte “natural” de la infancia urbana.</p>
<p>Medio siglo después del movimiento Stop de Kindermoord, asistimos a otra oleada de activismo que recorre todo el planeta, pero especialmente Europa. Se utilizan estrategias antiguas y nuevas, pero el mensaje es similar: se busca un cambio sistémico, no campañas de concienciación sobre la seguridad vial. </p>
<p>Promover los chalecos de seguridad, los cascos y la sensibilización de los niños hacia la presencia de coches no son formas de frenar la violencia del tráfico, sino de mantenerla, ya que descargan la responsabilidad en los niños y los padres individualmente. En su lugar, los activistas movilizan a comunidades enteras y utilizan manifestaciones y experimentos locales para ofrecer a la gente experiencias concretas de cómo las ciudades podrían ser diferentes. </p>
<h2>Pasar a la acción hoy en día</h2>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/522108/original/file-20230420-28-xk6cti.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/522108/original/file-20230420-28-xk6cti.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/522108/original/file-20230420-28-xk6cti.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/522108/original/file-20230420-28-xk6cti.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/522108/original/file-20230420-28-xk6cti.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/522108/original/file-20230420-28-xk6cti.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/522108/original/file-20230420-28-xk6cti.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/522108/original/file-20230420-28-xk6cti.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotografía de Kidical Mass.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://kidsonbike.org/media-downloads/">Hannah Walther/Kidical Mass</a></span>
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<p><a href="https://kidsonbike.org/">Kidical Mass</a> es una protesta urbana de padres, educadores y niños que está en constante crecimiento y organiza manifestaciones en bicicleta en ciudades tanto pequeñas como grandes. En 2022 reunió a más de 90 000 niños, jóvenes y familias durante dos fines de semana en más de 400 localidades de toda Europa. </p>
<p>Los organizadores afirman que Kidical Mass es un experimento que permite a la gente ver los espacios de la ciudad bajo una luz diferente y convertir estas experiencias en reivindicaciones políticas. </p>
<p>El efecto político del movimiento se pudo ver recientemente en Alemania, donde <a href="https://kidsonbike.org/kidical-mass-successfully-affects-change/">la Conferencia de Ministros de Transporte</a> apoyó una reforma de la ley nacional de tráfico rodado basada en una petición entregada por activistas de Kidical Mass en 2022.</p>
<p><a href="https://bicibus.cat/index">BiciBús</a> es otro movimiento en expansión. El objetivo es sencillo: proporcionar a los niños un grupo guiado para ir en bici al colegio con una ruta predefinida a una hora determinada. Suelen funcionar una vez a la semana, con el objetivo de desarrollar el hábito de ir en bicicleta en familias y comunidades enteras. Pedalear en grupo no es sólo una forma segura de moverse, sino también divertida, y una manera de manifestarse a favor de las ciudades amigas de los niños. </p>
<p>La idea no es nueva, pero en los dos últimos años el número de <em>bicibuses</em> ha crecido rápidamente, sobre todo en Europa, gracias a las redes sociales.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/520274/original/file-20230411-16-ew2a8w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un grupo de niños y adultos en bicicleta por la ciudad." src="https://images.theconversation.com/files/520274/original/file-20230411-16-ew2a8w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/520274/original/file-20230411-16-ew2a8w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/520274/original/file-20230411-16-ew2a8w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/520274/original/file-20230411-16-ew2a8w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/520274/original/file-20230411-16-ew2a8w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/520274/original/file-20230411-16-ew2a8w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/520274/original/file-20230411-16-ew2a8w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">BiciBús en Barcelona.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://citylabbcn.org/wp-content/uploads/2023/04/WhatsApp-Image-2023-03-10-at-8.58.13-AM.jpeg">Calvox Periche/CityLab Barcelona</a></span>
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</figure>
<p>Las calles escolares y de recreo también son un factor importante en la nueva actividad cívica. Los grupos de defensa local (véase, por ejemplo, <a href="https://playingout.net/play-streets/start-on-your-street/">Playing Out</a> en el Reino Unido) están movilizando a las escuelas y comunidades locales para crear estos espacios urbanos abiertos, inclusivos y seguros. A menudo se trata de abrir ciertos tramos a los niños limitando el tráfico rodado. En algunos lugares, la colaboración con los responsables políticos y los planificadores urbanos ha dado lugar a cambios permanentes. </p>
<p>Los promotores de la campaña afirman que, a largo plazo, las calles escolares y las calles lúdicas deberían estar conectadas entre sí para crear redes de movilidad amplias, seguras e integradoras. </p>
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<iframe src="https://player.vimeo.com/video/136183455" width="500" height="281" frameborder="0" webkitallowfullscreen="" mozallowfullscreen="" allowfullscreen=""></iframe>
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<h2>¿Cómo avanzar?</h2>
<p>En muchos aspectos, los actuales movimientos cívicos a favor de las ciudades amigas de la infancia continúan la labor de sus predecesores. Al reclamar espacios urbanos, introducir experimentos dirigidos por los ciudadanos y movilizar a un gran número de personas, ofrecen oportunidades para ver y pensar en futuros alternativos. Lo que quieren –pero sólo está empezando– es tener impacto directo en procesos, iniciativas y marcos más institucionales. </p>
<p>Aun así, en relativamente poco tiempo han dejado huella. Mientras que las infraestructuras físicas pueden tardar en cambiar, la forma en que las comunidades las utilizan puede variar mucho más rápido. La creciente preocupación por el bienestar de los niños, unida a la necesidad de una transición urgente hacia la sostenibilidad del transporte urbano, proporciona a los movimientos un nuevo impulso. </p>
<p>Seamos o no testigos de un gran cambio de paradigma, parece que en algunos aspectos los activistas ya han ganado. Con los bicibuses, las manifestaciones y las calles tranquilas no sólo exigen un mañana mejor, sino que ya lo están viviendo. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/520271/original/file-20230411-26-3xge46.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un mapa de Europa en el que están marcadas las ciudades con acciones de Kidical Mass." src="https://images.theconversation.com/files/520271/original/file-20230411-26-3xge46.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/520271/original/file-20230411-26-3xge46.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/520271/original/file-20230411-26-3xge46.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/520271/original/file-20230411-26-3xge46.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/520271/original/file-20230411-26-3xge46.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/520271/original/file-20230411-26-3xge46.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/520271/original/file-20230411-26-3xge46.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Kidical Mass está organizando un fin de semana de acciones a gran escala del 5 al 7 de mayo, en el que las ciudades europeas acogerán gran número de manifestaciones, BiciBuses y experimentos callejeros. Se puede acceder al mapa interactivo que describe estas acciones en kidsonbike.org.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://twitter.com/KinderaufsRad/status/1645849196778475531">Kidical Mass/Twitter</a></span>
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</figure><img src="https://counter.theconversation.com/content/204635/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jonne Silonsaari recibe financiación del Consejo de Investigación Estratégica de la Academia de Finlandia.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Gemma Simón i Mas es miembro de ConBici.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jordi Honey-Rosés y Marco te Brömmelstroet no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>El desarrollo urbano y las normas sociales relativas a la infancia han llevado a que las ciudades sean hostiles para niños y jóvenes.Jonne Silonsaari, Doctoral Researcher in Urban Planning, University of AmsterdamGemma Simón i Mas, Estudiante de doctorado, Universitat Autònoma de BarcelonaJordi Honey-Rosés, Urban planning, Universitat Autònoma de BarcelonaMarco te Brömmelstroet, Professor in Urban Mobility Futures, University of AmsterdamLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2010132023-03-29T17:29:19Z2023-03-29T17:29:19ZPor qué es preocupante que los niños no jueguen tanto como antes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/517957/original/file-20230328-452-fvf85k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C25%2C5607%2C3707&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/beautiful-litlle-girl-on-hopscotch-202967737">Shutterstock / VP Photo Studio</a></span></figcaption></figure><p>“Me bajo a jugar” es una frase que muchos hemos pronunciado innumerables veces a lo largo de nuestra infancia. Hoy, cada vez menos niños la repiten durante cada vez menos años de sus vidas: según algunos estudios, los niños juegan menos que antes –una hora y media diaria– y dejan de <a href="https://www.museumofplay.org/app/uploads/2022/01/1-3-article-childrens-pastimes-play-in-sixteen-nations.pdf">jugar antes con juguetes</a>. En el estudio citado, los padres aseguran que, a partir de los 7–9 años, muchos prefieren los dispositivos electrónicos. </p>
<p>La aparición de dichos dispositivos, la vida en las grandes ciudades donde salir al aire libre es menos autónomo y seguro, las largas jornadas escolares con clases extraescolares: son varios los factores que pueden estar detrás de esta tendencia. Pero, más allá de sus causas, ¿qué consecuencias puede tener?</p>
<h2>La importancia del juego</h2>
<p>Desde hace ya años sabemos de la importancia del juego infantil por su contribución al desarrollo y al aprendizaje. <a href="https://www.researchgate.net/publication/265449180_The_Decline_of_Play_and_the_Rise_of_Psychopathology_in_Children_and_Adolescents">Algunas investigaciones</a> realizadas en EE. UU. alertan de la conexión entre la disminución del tiempo dedicado al juego libre y el aumento de la ansiedad y depresión infantil y juvenil.</p>
<p>El juego ha estado presente en todas las culturas y épocas como lo evidencian <a href="https://www.agenciasinc.es/Entrevistas/Los-primeros-juguetes-de-la-prehistoria-fueron-pequenas-figurillas-de-animales-canicas-o-miniaturas-de-objetos-adultos">restos arqueológicos de algunos juguetes</a>. Las crías humanas pasan por una amplia etapa de inmadurez biológica que las hace dependientes de los adultos para su supervivencia, y en esta etapa pasan gran parte del tiempo jugando. </p>
<p>Su inmadurez les permite obtener provecho del juego, a través del que pueden ensayar comportamientos, simular situaciones, practicar conductas, aprender a controlar su atención y sus emociones, ir aprendiendo elementos del contexto social e irse incorporando poco a poco al mundo adulto. </p>
<p>En suma, estas actividades infantiles contribuyen de forma positiva al <a href="https://cms.learningthroughplay.com/media/esriqz2x/role-of-play-in-childrens-development-review_web.pdf">desarrollo humano</a> en todas sus dimensiones:</p>
<ol>
<li><p>Física: estimulando la evolución del sistema nervioso. </p></li>
<li><p>Psicomotriz: favoreciendo el equilibrio y el control muscular. </p></li>
<li><p>Cognitiva: desarrollando el pensamiento y la creatividad. </p></li>
<li><p>Social: posibilitando el contacto con iguales y aprendiendo normas de comportamiento. </p></li>
<li><p>Afectivo-emocional: procurando placer, equilibrio psicológico o dominio de uno mismo.</p></li>
</ol>
<h2>Aprender a vivir</h2>
<p>Existen multiplicidad de comportamientos humanos que incluimos bajo la etiqueta de juego, de ahí su complejidad y la dificultad que supone definirlo y categorizarlo. </p>
<p>Fruto de la diversidad de enfoques y marcos conceptuales desde los que se han planteado las investigaciones, no resulta sorprendente encontrarnos que por cada ámbito del desarrollo infantil exista una forma de juego. </p>
<p>Con todo, suelen clasificarse en cinco grandes tipos: juego físico, con objetos, simbólico, de simulación o sociodramático y de reglas.</p>
<ol>
<li><p>El <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/12/6/6455">juego <em>físico</em></a> incluye el <em>juego activo</em> con actividades como saltar, trepar, jugar a la pelota, etc., que comienzan a desarrollarse a partir del segundo año de vida, junto con actividades de motricidad fina, como recortar o colorear, y el <em>juego brusco</em>, típico de la etapa preescolar, que se realiza con otros e incluye forcejeos, patadas y luchas a través de las cuales los niños aprenden a controlar su agresividad. Estos juegos ayudan no solo al desarrollo motriz y sensorial, sino que fomentan la capacidad de establecer vínculos de apego y desarrollar la comprensión de habilidades emocionales y sociales.</p></li>
<li><p>El juego <em>con objetos</em> empieza en los primeros meses cuando los bebés son capaces de agarrar y sostener objetos. Comienzan frotando objetos, golpeándolos, dejándolos caer… hasta conseguir más tarde ordenarlos, clasificarlos, hacer construcciones con ellos, etc. Son actividades que les sirven como mecanismos de exploración del mundo que les rodea.</p></li>
<li><p>El juego <em>simbólico</em>, que aparece entre los 2 y 3 años, está centrado en el uso de sistemas simbólicos como el lenguaje, la lectura, el dibujo o la música y favorece el desarrollo de capacidades para reflexionar sobre las experiencias, emociones, etc.</p></li>
<li><p>El <a href="https://www.researchgate.net/publication/230706102_The_Impact_of_Pretend_Play_on_Children%27s_Development_A_Review_of_the_Evidence">juego de <em>simulación</em> o ficción</a>, en el que los objetos se transforman para representar a otros (una escoba que representa un caballo, un dedo hace de pistola…), aparece alrededor del primer año y es una vía de desarrollo del pensamiento abstracto, por lo que tiene implicaciones en sus futuras habilidades cognitivas, sociales y académicas.</p></li>
<li><p>Los <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/02103702.2017.1292684">juegos <em>de reglas</em></a> incluyen desde juegos al aire libre, como el escondite o actividades deportivas, hasta <a href="https://theconversation.com/asi-nos-cambian-el-cerebro-los-juegos-de-mesa-191426">juegos de mesa</a> o electrónicos. Estos juegos permiten desarrollar la comprensión de las reglas y aspectos de la vida social como respetar turnos, compartir o comprender las perspectivas de los otros.</p></li>
</ol>
<h2>Las ciudades y el aire libre</h2>
<p>En las últimas décadas y debido a la progresiva incorporación de buena parte de la población a las ciudades se produce una disminución constante de juegos presenciales, tradicionales y al aire libre en favor de juegos estructurados, deportes organizados y actividades extracurriculares. Por ello algunas <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/14733280500352912">investigaciones</a> sugieren que actualmente los niños juegan menos que décadas atrás. </p>
<p>También se observa un aumento de juegos basados en la tecnología (videojuegos, realidad virtual y aumentada). Como nota curiosa, a pesar de sus detractores, se ha observado que estos juegos <a href="https://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=detalles&numero=33&articulo=33-2009-19">proporcionan habilidades necesarias</a> que responden a las características de las sociedades tecnológicas (agilidad en la toma de decisiones, resolución de problemas, etc.).</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/517959/original/file-20230328-26-4g3sdg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/517959/original/file-20230328-26-4g3sdg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/517959/original/file-20230328-26-4g3sdg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/517959/original/file-20230328-26-4g3sdg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/517959/original/file-20230328-26-4g3sdg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/517959/original/file-20230328-26-4g3sdg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/517959/original/file-20230328-26-4g3sdg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/517959/original/file-20230328-26-4g3sdg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/friends-playing-board-game-outdoors-1097725679">Shutterstock / Oleksandr Nagaiets</a></span>
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</figure>
<h2>¿Jugar durante toda la vida?</h2>
<p>En cuanto a sus implicaciones para el aprendizaje, el juego es una actividad infantil indispensable que <a href="https://www.researchgate.net/publication/325171106_Learning_through_play_a_review_of_the_evidence">contribuye de forma positiva</a> y puede ser utilizado como <a href="https://theconversation.com/diez-reglas-sencillas-para-pasarlo-bien-jugando-con-nuestros-hijos-182352">una herramienta pedagógica</a> por padres y docentes por su carácter motivador, divertido y agradable. </p>
<p>En esta línea, en contextos educativos se aplican dinámicas de juego como la <em>gamificación</em>, con el objetivo de implicar a los estudiantes en las tareas escolares, comprometerlos en los procesos de aprendizaje y <a href="https://theconversation.com/es-util-usar-recompensas-para-motivar-en-el-aula-y-en-los-deportes-198038">mejorar su rendimiento</a>.</p>
<p>Los adultos humanos seguimos conservando estos comportamientos que en otras especies solo definen a los miembros infantiles. Independientemente de la edad, el juego tiene un papel importante en la vida de las personas, suponiendo para unos una forma de entrenamiento y práctica de nuevas habilidades y comportamientos en un ambiente seguro, mientras que para otros es una forma de fomentar la interacción social y la conexión con los demás. En general, el juego puede tener varios beneficios para la salud mental y física, como reducir el estrés, mejorar la creatividad y la resolución de problemas.</p>
<p>En resumen, el juego no es solo una actividad para niños, sino que puede ser una parte importante de la vida de las personas de todas las edades. Las potencialidades del juego están en la base del desarrollo de las capacidades de resolución de problemas, cognitivas y socioemocionales de orden superior desarrolladas por los seres humanos. </p>
<p>El juego es necesario para alcanzar nuestra plena condición humana por lo que acertadamente ahora es reconocido por la ONU no solo como una oportunidad sino como un <a href="https://recyt.fecyt.es/index.php/BORDON/article/view/brp.2013.65107/11377">derecho para la infancia</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/201013/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ángeles Conde Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Jugar nos sirve durante la infancia para desarrollar todas las dimensiones humanas y entrenar para la vida. Pero hay un tipo de juego que los niños abandonan cada vez antes. ¿Con qué consecuencias?Ángeles Conde Rodríguez, Profesora Titular de Psicología Evolutiva y de la Educación, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2022522023-03-27T18:33:20Z2023-03-27T18:33:20ZUna infancia sedentaria: los niños y las niñas ya no se mueven como deberían<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/517759/original/file-20230327-22-kx337r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C57%2C5520%2C3916&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/large-group-kids-running-dandelion-spring-151850882">Shutterstock / Lelechka</a></span></figcaption></figure><p>Cuando imaginamos el día a día durante la infancia solemos pensar en carreras, gritos y juegos, en una vitalidad y dinamismo que los adultos recordamos con cierta nostalgia. En los patios escolares, en los parques, en las calles, niños y niñas en movimiento, reticentes a estarse quietos o volver a casa… </p>
<p>Sin embargo, hace tiempo que las alarmas se han encendido. Esta imagen idealizada de la infancia parece no corresponderse con <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7054194">la realidad diaria</a> que viven nuestros hijos e hijas. Las calles y plazas de pueblos y ciudades nos gritan a través de su silencio y los <a href="https://octaedro.com/libro/tiempos-educacion-y-ocio-en-una-sociedad-de-redes-16264-05/">investigadores</a> nos <a href="https://bmjopen.bmj.com/content/9/1/e023191">advierten</a> de un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7712844/">descenso del tiempo de juego y movimiento</a>, de horas y horas <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34260341/">frente a pantallas diversas</a>, de jornadas escolares interminables porque permanecen sentados en el pupitre. ¿Se está desdibujando ese espacio infantil? ¿<a href="https://theconversation.com/es-la-escuela-mala-para-la-salud-189991">Impide la escuela</a> que los niños y niñas se muevan lo que necesitan?</p>
<p>Para responder a estas preguntas, hemos medido la actividad física cotidiana de 126 escolares de 10 años (aproximadamente el mismo número de niños y niñas) de cuatro escuelas de Educación Primaria de la ciudad de A Coruña. Para ello, los participantes llevaron una pulsera de actividad (un acelerómetro) que registró sus pasos durante una semana completa.</p>
<h2>¿Cuánta actividad física necesitan?</h2>
<p>Para tener una referencia de cuánta actividad física deben realizar en estas edades se ha recurrido a las recomendaciones de las agencias internacionales de salud y a los expertos en evaluación objetiva de la actividad física cotidiana en edades tempranas. Aunque en algunos casos se ofrecen umbrales distintos para niños y niñas, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18562971/">se acepta</a> la cifra de 13 000 pasos como el número mínimo a realizar diariamente. </p>
<p>Según nuestros resultados, los niños monitorizados quedan lejos de alcanzar los pasos recomendados y, por lo tanto, no se mueven lo suficiente para desarrollarse de forma sana y equilibrada. La media de pasos semanales está próxima a los 9 000, casi 4 000 pasos por debajo de los mínimos recomendados.</p>
<h2>La escuela, ¿una ayuda o un problema?</h2>
<p>Para valorar el papel de la jornada escolar sobre la actividad de la infancia se compara la actividad física realizada durante los días de clase (de lunes a viernes) con los fines de semana (sábados y domingos). Los resultados favorecen a los días de clase, con una media de 9 600 pasos frente a menos de 7 000 durante los fines de semana. </p>
<p>La imagen idílica de una infancia jugando libre y plena de actividad durante los fines de semana choca frontalmente con los modelos urbanos actuales y con los hábitos y disponibilidad de los adultos. En estas edades, el tiempo de ocio de los más pequeños depende casi exclusivamente de la disponibilidad de los adultos. </p>
<p>El resultado son fines de semana con una actividad muy reducida, casi la mitad de lo recomendado para estas edades. ¿Qué hace la infancia durante este tiempo? </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/517756/original/file-20230327-16-ijw4rf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=33%2C8%2C5573%2C3724&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/517756/original/file-20230327-16-ijw4rf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=33%2C8%2C5573%2C3724&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/517756/original/file-20230327-16-ijw4rf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/517756/original/file-20230327-16-ijw4rf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/517756/original/file-20230327-16-ijw4rf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/517756/original/file-20230327-16-ijw4rf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/517756/original/file-20230327-16-ijw4rf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/517756/original/file-20230327-16-ijw4rf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/large-group-kids-running-dandelion-spring-151850882">Shutterstock / Sergey Novikov</a></span>
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<h2>¿Ayuda la asignatura de Educación Física?</h2>
<p>Los días que tienen la asignatura de Educación Física se incrementa de forma significativa el número de pasos (1 300 pasos más), llegando a una media de más de 10 700, frente a los algo menos de 9 400 pasos los días de clase sin Educación Física. </p>
<p>Aunque el objetivo principal de la materia de Educación Física no es aumentar directamente los niveles de actividad física del alumnado, sin duda ayuda a hacer más activos los días del alumnado. </p>
<h2>¿Hay diferencias entre niños y niñas?</h2>
<p>La práctica de actividad física es uno de los ámbitos donde existe una <a href="https://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PIIS2214-109X(18)30357-7/fulltext">brecha de género a favor de los hombres</a> en casi cualquier etapa vital. La diferencia también se mantiene en la infancia: los datos de este estudio indican que, tomando como referencia los siete días de la semana, los niños dan 2 100 pasos más que las niñas. </p>
<p>Esta diferencia asciende hasta los 2 400 pasos los días de clase. Solo durante los fines de semana, cuando la actividad física está más condicionada por los ritmos familiares, esta diferencia no es significativa y se reduce a 900 pasos menos para las niñas.</p>
<h2>Una infancia inmóvil</h2>
<p>La escuela tiene que mejorar sus dinámicas para favorecer el juego y el movimiento de su alumnado para contribuir en mayor medida a alcanzar los niveles saludables de actividad física. </p>
<p>A pesar de ello, acudir a clase y adaptarse a las rutinas escolares implica más actividad física que un fin de semana de tiempo libre: las familias deben también realizar un esfuerzo para ser más activas y ayudar así a reducir la gran brecha existente entre lo que necesita moverse la infancia y lo que realmente se mueve. </p>
<p>Si la situación es preocupante para la infancia en general, las niñas son un colectivo especialmente vulnerable, con menor práctica de actividad física que los niños y más dificultades para alcanzar los niveles deseables (y saludables) de movimiento. </p>
<p>Sí, la infancia se está deteniendo. Les estamos dejando sin tiempos ni espacios para moverse.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/202252/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>A pesar de que los colegios e institutos pueden hacer más, es durante los fines de semana cuando el sedentarismo impera, ya que muchos niños dependen de la disponibilidad de los adultos para poder moverse.Lara Varela-Garrote, Profesora Contratada Doctora en el área de Didáctica de la Expresión Corporal, Universidade da CoruñaLuisa Losada Puente, Assistant lecturer, Universidade da CoruñaMiriam Carretero García, Profesora Ayudante Doctora, Universidade da CoruñaRaul Fraguela-Vale, Associate professor, Universidade da CoruñaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1940742023-02-07T17:49:21Z2023-02-07T17:49:21Z¿Cómo moldea el estrés nuestro cerebro? La infancia es el periodo crítico<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/508600/original/file-20230207-13-a5qg5r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=40%2C10%2C6669%2C4456&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/crying-child-stress-pain-sadness-despair-1067086859">Shutterstock / NadyaEugene</a></span></figcaption></figure><p>Quién no ha experimentado alguna vez <a href="https://theconversation.com/es/topics/estres-56855">estrés</a> en su vida, ya sea asociado al trabajo, a los estudios o a problemas económicos o familiares. La respuesta de nuestro organismo al estrés es buena: adaptativa y totalmente necesaria para nuestra supervivencia como especie. Nos mantiene en estado de alerta para poder enfrentarnos a los desafíos cotidianos. </p>
<p>Pero ¿qué ocurre cuando ese estado de alerta se mantiene de forma prolongada en el tiempo? Es lo que denominamos estrés crónico y puede tener un efecto muy negativo en nuestra salud mental.</p>
<p>En este contexto, cabe preguntarse: ¿somos igual de vulnerables al estrés crónico en todas las etapas de nuestra vida? ¿Tiene las mismas consecuencias un trauma sufrido en la infancia que uno sufrido en la edad adulta o en la senescencia? La respuesta es no, y la clave está en <a href="https://theconversation.com/neuroplasticidad-el-extraordinario-poder-de-nuestro-cerebro-para-transformarse-y-repararse-197731">la plasticidad de nuestro cerebro</a>.</p>
<h2>Los dos primeros años de vida, claves</h2>
<p>Durante la primera infancia se configuran las redes neuronales que intervienen en el desarrollo de nuestras emociones. En este periodo, la plasticidad es muy elevada. En concreto, los dos primeros años de vida son fundamentales para que se produzca un desarrollo cerebral adecuado y la adquisición de habilidades socio-afectivas. </p>
<p>En esta fase, que llamamos “periodo crítico de plasticidad”, el ambiente es muy efectivo en producir cambios a largo plazo en nuestro cerebro y, consecuentemente, en nuestro comportamiento. El cierre de este periodo es crucial para la maduración y estabilización de los circuitos neurales; una vez acabado, la plasticidad queda muy limitada. Podríamos utilizar como símil un chicle: al empezar a masticarlo es muy moldeable, pero con el tiempo se vuelve más duro y difícil de modelar (plasticidad limitada, pero no inexistente).</p>
<p>Un ambiente enriquecedor en la infancia produce cambios plásticos en el cerebro que promueven la resiliencia; es decir, la capacidad para superar circunstancias traumáticas. Por el contrario, un trauma infantil, como sufrir maltrato, supone un factor de riesgo para el desarrollo de multitud de <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00406-022-01495-5">trastornos neuropsiquiátricos y comportamientos patológicos</a>, como la esquizofrenia, trastornos ansioso-depresivos, violencia o adicción. De hecho, un 45 % de los trastornos que aparecen durante la infancia y un 30 % de los surgidos en edad adulta están directamente relacionados con el <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0896627316000209?via%3Dihub">maltrato infantil</a>. </p>
<p><a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/child-maltreatment">Según la Organización Mundial de la Salud</a>, la negligencia –definida como la falta de satisfacción de las necesidades físicas, médicas, educativas o emocionales de un niño o niña– es el tipo más común de maltrato. <a href="https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticle/1107651">Estudios recientes</a> han demostrado que según el tipo de negligencia sufrida y en función del género, los efectos en el cerebro y la conducta son distintos. De ahí la importancia de la inclusión de género en la investigación.</p>
<h2>Un delicado equilibrio de conexiones</h2>
<p>Las sinapsis (mecanismo que emplean las neuronas para comunicarse) varían con la edad. Estas sinapsis son muy rápidas y eficaces; si hay un fallo, la conexión no se establece bien y aparecen alteraciones neuronales. </p>
<p>En términos generales, podemos clasificar las sinapsis como excitadoras o inhibidoras. Las excitadoras se generan sobre todo en etapa perinatal y primera infancia, reduciéndose durante la adolescencia (la llamada poda sináptica), mientras que las inhibidoras tienen un curso temporal inverso. Por eso, un niño o niña de dos años no es consciente del riesgo que supone cruzar la carretera sin mirar si vienen coches.</p>
<p>Aquí entra en juego la corteza prefrontal, una región situada en la parte más anterior del cerebro y muy importante en la toma de decisiones. Con dos años de vida, esta zona todavía no ha madurado y, por tanto, no hay un balance equilibrado entre ambos tipos de sinapsis. </p>
<p>¿Podría el estrés afectar a este desequilibrio y desencadenar la aparición de alteraciones socio-afectivas? Muchos estudios demuestran que los <a href="https://www.eneuro.org/content/4/2/ENEURO.0034-17.2017">desajustes en el balance excitación/inhibición</a> son, efectivamente, relevantes para explicar la aparición de numerosas enfermedades psiquiátricas. </p>
<p>Ahora bien, conocer las consecuencias celulares y moleculares del estrés en el cerebro humano es complicado. Por ello, la utilización de <a href="https://www.mdpi.com/1422-0067/21/16/5819">modelos animales</a> es vital en este campo de estudio. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/508602/original/file-20230207-26-9ckb4k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una persona mayor con chaqueta azul y con las manos en la cabeza vista de espaldas." src="https://images.theconversation.com/files/508602/original/file-20230207-26-9ckb4k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/508602/original/file-20230207-26-9ckb4k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/508602/original/file-20230207-26-9ckb4k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/508602/original/file-20230207-26-9ckb4k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/508602/original/file-20230207-26-9ckb4k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/508602/original/file-20230207-26-9ckb4k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/508602/original/file-20230207-26-9ckb4k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/adult-woman-has-headache-she-sitting-1138610708">Shutterstock / AimPix</a></span>
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<h2>La soledad, la mayor causa de estrés a edades más avanzadas</h2>
<p>Si buscamos artículos científicos sobre los efectos del estrés en personas mayores de 60 años o en modelos animales de envejecimiento, veremos que hay poco publicado. </p>
<p>Aun así, se sabe que el aislamiento social afecta a <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/ageing-and-society/article/age-and-loneliness-in-25-european-nations/CB2D91D8793AA3522286EAD7203FA492">uno de cada tres adultos mayores</a> en Europa. Es el <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7437541/">estresor más frecuente</a> en esta etapa de la vida y el más relacionado con trastornos depresivos, especialmente en mujeres. </p>
<p>Las relaciones sociales son necesarias para sobrevivir, pero conforme envejecemos pasamos más tiempo a solas. Sin ir más lejos, tras la pandemia de covid-19, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9271012/">el número de casos de depresión aumentó en la población de avanzada edad</a>. Y como sabemos, muchas de estas personas estuvieron solas en casa durante la pandemia. </p>
<p>Volviendo al símil del chicle, nuestro cerebro se va haciendo menos moldeable con el tiempo, aunque la plasticidad cerebral nunca deja de existir. Por eso, durante nuestra infancia y adolescencia somos más vulnerables al estrés, lo cual no quiere decir que no pueda afectar (y mucho) a nuestro cerebro durante edad adulta y avanzada. La aparición de enfermedades psiquiátricas o alteraciones socio-afectivas dependerá del momento de nuestra vida en el que suframos estrés y del tipo de estresor que lo desencadene.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194074/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esther Castillo-Gómez recibe fondos de la Comisión Europea (MSCA-SE. 101086247), Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades "RTI2018-095698-B-I00", Generalitat Valenciana (AICO/2021/246) y Universitat Jaume I (UJI-A2020-20).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Aroa Mañas Ojeda no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Durante los primeros años de vida, el cerebro es más sensible a los estímulos exteriores y puede verse afectado por un trauma para toda la vida.Aroa Mañas Ojeda, Estudiante del Programa de Doctorado Ciencias Biomédicas y Salud en el Grupo de Investigación NEST, Universitat Jaume IEsther Castillo-Gómez, Profesora Titular de Anatomía y Embriología Humana. Doctora en Neurociencias. Investigadora principal grupo NEST. Investigadora G23 CIBERSAM. Departamento de Medicina., Universitat Jaume ILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1952642022-12-13T19:52:42Z2022-12-13T19:52:42ZGuía práctica para uso de redes por menores<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/500791/original/file-20221213-20725-5dike1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C413%2C5734%2C3224&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/silhouette-girl-using-her-tablet-computer-265870769">Shutterstock / First Glimpse Photography</a></span></figcaption></figure><p>El entorno digital puede ser a la vez útil y hostil, especialmente para los niños y adolescentes. A la hora de plantearnos cuándo y cómo queremos adentrar a los menores en el ecosistema digital, los adultos podemos dotarles de los conocimientos necesarios para desenvolverse.</p>
<p>Aunque parezca mentira, la mejor manera de preparar a los menores para su presencia en redes sociales es proporcionándoles una formación en valores que les enseñe tanto a respetar los límites como a ponerlos, y que les ayude a crecer a nivel emocional y a desarrollar una autoestima sana: esta labor es fundamental y los progenitores no deberíamos pasarla por alto. </p>
<p>Padres y madres pueden intentar conocer en profundidad las redes sociales en las que los menores van a tener presencia y guiar sus primeros pasos en ellas. Lo más probable es que empiecen por redes como TikTok o Instagram, que son las que mayor penetración tienen en esos segmentos de edad, tal y como indica el <a href="https://iabspain.es/estudio/estudio-de-redes-sociales-2022/">último estudio de IAB</a>. En este sentido, pueden tenerse en cuenta una serie de observaciones comunes a ambas redes sociales: </p>
<h2>Poner cara a los seguidores</h2>
<p>Es importante asegurarse de que los perfiles que abran los menores sean privados y que conocen a cada persona a la que dan acceso a los mismos. Como padres, se debería revisar qué contactos tienen en esas redes, asegurando poder poner nombre y cara a todos ellos, y echar un ojo a qué personas o cuentas están siguiendo, para asegurarse de que el contenido al que acceden es adecuado. </p>
<p>Del mismo modo que los menores permiten acceder a usuarios a su cuenta, deben sentirse empoderados para echar de las mismas a aquellas personas que no les hacen sentir bien y bloquearlas y denunciarlas si fuera necesario. Todas las redes sociales cuentan con un procedimiento específico para realizar ambas acciones que los menores deben conocer. </p>
<h2>Dopamina y adicción al ‘like’</h2>
<p>Las redes sociales y sus algoritmos están desarrollados para hacer sentir al usuario recompensado en forma de “me gusta”, “vistas” o comentarios. Estos activan la dopamina, el neurotransmisor de las sensaciones placenteras y de la relajación, y pueden llegar a generar adicción, tal y como reflejan numerosos <a href="https://www.iomcworld.org/open-access/neurotransmitter-dopamine-da-and-its-role-in-the-development-of-social-media-addiction-59222.html">estudios</a>. </p>
<p>Por lo tanto, es importante controlar el tiempo que los menores pasan dentro de las redes sociales y hacerles ver hasta qué punto está siendo una experiencia productiva. En esta línea, también es importante explicarles que no son esclavos de las notificaciones y de los mensajes, y que ellos son los que deciden cómo y cuándo responderlas, en caso de que lo consideren oportuno. </p>
<h2>Descubrir contenido</h2>
<p>La presencia en las redes sociales de los menores suele tener una doble motivación: conexión social con sus iguales y entretenimiento. Para que este último pueda tener un carácter instructivo y de descubrimiento se puede orientar su experiencia sugiriendo términos de búsqueda, palabras clave o usuarios que sean representativos o relevantes para sus intereses y que pueden estar vinculados con sus aficiones. </p>
<p>Todas las redes cuentan con sus propios buscadores, en los que, introduciendo las palabras clave, daremos con usuarios o perfiles especializados en esos contenidos. Otra manera de dar con cuentas interesantes es usar Google. Por ejemplo, si les apasiona la papiroflexia, se escribe: red social (Instagram, Tiktok…) + papiroflexia. </p>
<h2>Desactivar la geolocalización</h2>
<p>Es importante alertar a los menores de que, por seguridad, no compartan su ubicación en tiempo real, evitando usar la geolocalización. Lo más aconsejable es que suban el contenido de manera asíncrona. Lo ideal sería que alguien de fuera de su círculo de amistades no pueda saber dónde están a través de lo que suben. </p>
<p>También es interesante enseñarles a compartir contenido solo con algunos de sus seguidores, aquellos que son más cercanos. De esa manera tendrán un mayor control sobre con quién comparten sus vídeos y fotografías. </p>
<h2>Huella digital</h2>
<p>Que padres y madres tengan acceso a la cuenta de sus hijos y vean qué contenidos suben es una de las reglas clave para el uso de los medios sociales por parte de los menores. En este sentido, es importante que entiendan que aquello que suben a las redes sociales está configurando su huella digital y que deben cuidarlo porque puede llegar a marcar su futuro. </p>
<p>Es cierto que los menores pueden crear otra cuenta que sus padres desconozcan, por eso es imprescindible crear una relación de confianza que favorezca la comunicación entre padres e hijos, para que, en caso de necesidad, sientan que cuentan con su apoyo. </p>
<h2>Generación muda</h2>
<p>La digitalización de las relaciones de los menores con sus iguales hace que con frecuencia la conversación en el mundo físico les resulte cada vez más difícil. De hecho, se les conoce como la <a href="https://www.bbva.com/es/es/asi-es-la-generacion-mute-jovenes-que-se-comunican-solo-por-whatsapp/">“Generación Mute”</a> pues prefieren relacionarse a través de las redes sociales. Por ello, es clave que padres y madres faciliten esos lugares físicos de encuentro: asociaciones, actividades extraescolares, equipos deportivos en los que se pueden crear lazos de amistad más allá de las pantallas, compartiendo experiencias en la vida real. </p>
<p>En definitiva, la presencia de los menores en las redes sociales y su salto al mundo digital necesita del apoyo y guía de sus padres, quienes tienen en la educación en valores la clave para sentar las bases, y a los que no les queda más remedio que meterse de lleno en los medios sociales en los que sus hijos van a tener presencia para poder acompañarlos de manera efectiva.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195264/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ainhoa Torres Sáez de Ibarra no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La presencia de los menores en las redes sociales necesita la guía de los progenitores, que han de conocerlas para poder acompañarles de manera efectiva.Ainhoa Torres Sáez de Ibarra, Doctora en Periodismo y profesora de Redes Sociales, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1952312022-11-24T12:07:27Z2022-11-24T12:07:27ZBronquiolitis por el virus respiratorio sincitial: cómo está la situación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/497181/original/file-20221124-18-lfni80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=26%2C0%2C5964%2C3997&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/little-girl-inhales-inhaler-nebulizer-home-2086378054">Shutterstock / Viktoria Ostroushko</a></span></figcaption></figure><p>Desde octubre de 2022, los casos de bronquiolitis en niños pequeños han aumentado rápidamente a nivel mundial, causando alarma social y preocupación. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Europa, y otras regiones ya están vigilando con cierta inquietud esta epidemia.</p>
<p>Este tipo de bronquiolitis está causado principalmente por <a href="https://theconversation.com/el-virus-respiratorio-que-mas-preocupa-a-los-pediatras-y-no-es-el-coronavirus-132562">el virus respiratorio sincitial</a> (VRS). Se trata de un virus respiratorio común que generalmente causa síntomas leves similares a los del resfriado. La mayoría de las personas adultas se recuperan en unos pocos días pero, con relativa frecuencia, causa infecciones graves en bebés. </p>
<p>En estas infecciones, las vías respiratorias pequeñas (bronquiolos) se inflaman y se obstruyen con mucosidad, dificultando la respiración. Esto da lugar a multitud de visitas pediátricas en atención primaria y, en los casos más extremos, a hospitalizaciones.</p>
<h2>El VRS se está comportando de forma anómala</h2>
<p>Las epidemias de VRS han sido muy regulares antes de la covid-19, empezando todos los años a finales de otoño o en invierno y desapareciendo durante los meses de primavera/verano. Sin embargo, las medidas que ayudaron a mantenernos a salvo de la covid-19 durante los últimos dos años y medio (cierres, distanciamiento social, uso de mascarillas, lavado de manos) también <a href="https://www.nature.com/articles/s41579-022-00807-9">limitaron la propagación de otros virus</a>, incluido el VRS.</p>
<p>Por esa razón, durante las <a href="https://www.mdpi.com/2036-7449/14/4/59">temporadas de 2020 y 2021</a> se produjo un repentino descenso de los casos y las hospitalizaciones por VRS. Sin embargo, este año, la temporada ha comenzado antes de lo habitual. Y aunque el aumento de casos ha sido más evidente desde finales de octubre, el VRS empezó a detectarse incluso durante la primavera. </p>
<p>Además, el virus se está propagando más rápidamente y causando <a href="https://www.cdc.gov/rsv/research/rsv-net/dashboard.html">más hospitalizaciones</a> de lo habitual, lo que está poniendo a prueba el sistema sanitario en <a href="https://www.ecdc.europa.eu/sites/default/files/documents/communicable-disease-threats-report-week-46.pdf">varios países</a>. En otros <a href="https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Paginas/VIGILANCIA-CENTINELA-DE-INFECCION-RESPIRATORIA-AGUDA.aspx">países</a>, en cambio, todavía no se ha observado un aumento en las hospitalizaciones con respecto a temporadas anteriores a la pandemia, aunque es pronto para sacar conclusiones. </p>
<p>Esto no es del todo inesperado, ya que, a medida que los niños vuelven a la guardería o la escuela, en las que ya no se siguen las medidas preventivas vigentes durante pandemia, los virus, incluidos el VRS, vuelven de nuevo.</p>
<h2>La teoría del déficit inmunitario</h2>
<p>Pero ¿por qué el VRS se trasmite más rápido y causa más infecciones graves este año? Tanto los niños como las madres desarrollan defensas frente a los virus cuando entran en contacto con ellos. Pero durante la pandemia de la covid-19, la población en general tuvo pocas oportunidades de infectarse con el VRS o cualquier otro virus, por lo que no adquirieron inmunidad frente a ellos.</p>
<p>Este <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2666991921001123?via%3Dihub">déficit inmunitario</a> podría explicar por qué el VRS vuelve con más fuerza cuando han desaparecido las medidas preventivas encaminadas a contener la covid-19. Se nota especialmente en los recién nacidos, puesto que las madres transfieren sus defensas al feto a través de la placenta y, después del nacimiento, a través de la leche. Así, los recién nacidos están protegidos frente al VRS durante los primeros meses de vida siempre y cuando sus madres lo estén.</p>
<h2>La solución a la bronquiolitis por VRS está cada vez más cerca</h2>
<p>Actualmente existe un medicamento, aprobado a finales del siglo pasado, que puede ayudar a proteger a algunos bebés que tienen alto riesgo de enfermar gravemente por el VRS. Se trata de un anticuerpo llamado palivizumab que se administra en forma de inyecciones mensuales a los bebés prematuros y a niños pequeños con ciertas afecciones del corazón y los pulmones. Pero este fármaco es caro y de eficacia limitada, por lo que se administra sólo en casos muy concretos.</p>
<p>En los últimos años, gracias al trabajo de multitud de laboratorios de todo el mundo, el desarrollo de nuevos tratamientos y vacunas frente al VRS ha experimentado grandes avances. Actualmente, existen alrededor de <a href="https://media.path.org/documents/RSV_Vaccine_and_mAb_Snapshot_September_9_2022.pdf?_gl=1*1x8da00*_ga*MTY5NTgzMzc4My4xNjY5MjEyMTI2*_ga_YBSE7ZKDQM*MTY2OTIxMjEyNi4xLjAuMTY2OTIxMjEyNi4wLjAuMA..">39 aproximaciones</a> en distintas fases de ensayos clínicos.</p>
<p>Una de las más prometedoras es el anticuerpo <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35235726/">nirsevimab</a>, <a href="https://www.sanofi.com/en/media-room/press-releases/2022/2022-09-16-06-00-00-2517378">aprobado</a> hace poco por la Agencia Europea del Medicamento. Este medicamento evita que el virus entre en nuestras células. La principal ventaja de nirsevimab respecto a palivizumab es que una única inyección intramuscular protege a los niños neonatos y lactantes durante su primera temporada del VRS.</p>
<h2>Vacunar a las madres</h2>
<p>Con todo, lo ideal para prevenir las bronquiolitis por VRS sería disponer <a href="https://www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(22)00291-2/fulltext">de una vacuna</a>. Los niños pequeños, sin embargo, no tienen bien desarrollado el sistema inmune y responden mal a la vacunación. Por eso para los niños menores de 6 meses, lo que se recomienda es la inmunización pasiva, es decir, la administración de anticuerpos. </p>
<p>Una alternativa interesante es la vacunación de las madres. En este caso, los recién nacidos, tal como se ha explicado antes, se verían beneficiados por la transferencia de anticuerpos de la madre a través de la placenta y/o la lactancia. </p>
<p>Las vacunas basadas en subunidades (partes del virus, principalmente la denominada proteína F) son las que están más avanzadas para su uso en <a href="https://www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(22)00291-2/fulltext">embarazadas</a>. Recientemente, Pfizer ha comunicado una alta eficacia y seguridad de su vacuna en madres embarazadas para prevenir la enfermedad grave de las vías respiratorias debida VRS. </p>
<p>En el caso de los niños mayores de 6 meses, una de las opciones que se contempla es su vacunación mediante la administración intranasal de <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7924568/">virus completos atenuados</a>, es decir, que no causan enfermedad. Estas vacunas están en las últimas fases de ensayos clínicos.</p>
<p>En definitiva, cada vez estamos más cerca de tener las <a href="https://www.path.org/resources/rsv-vaccine-and-mab-snapshot/">herramientas adecuadas</a> para prevenir las temidas bronquiolitis causadas por el VRS.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195231/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El virus causante de las bronquiolitis en niños (VRS) se está propagando más rápidamente y causando más hospitalizaciones de lo habitual, poniendo a prueba el sistema sanitario.Isidoro Martínez González, Científico Titular de OPIs, Instituto de Salud Carlos IIISalvador Resino García, Investigador Científico de OPIs, Instituto de Salud Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1932302022-11-08T18:43:12Z2022-11-08T18:43:12ZCinco propuestas para adaptar las ciudades a la infancia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/492963/original/file-20221102-26-wuqcdk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C0%2C9471%2C3498&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/illustration-panoramic-scene-children-playing-together-167367683">Shutterstock / whiteisthecolor</a></span></figcaption></figure><p>La plaza es ese espacio público donde se encuentra la ciudadanía. Es un espacio donde compartir, conversar, intercambiar y disfrutar del tiempo libre, entre otras cosas. Desde la Antigua Grecia, la plaza ha sido un espacio de reunión donde ocuparse colectivamente de lo común. Aunque era un espacio reservado para los hombres. </p>
<p>A día de hoy, la plaza es, o debería ser, un lugar accesible del que disfruta cualquiera en su tiempo libre. Sin embargo, el pedagogo italiano <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Francesco_Tonucci">Francesco Tonucci</a> plantea dudas sobre que sea así. Tonucci <a href="https://www.unebook.es/es/libro/la-ciudad-de-los-ninos_167060">denuncia</a> que las plazas y las ciudades son espacios que están más pensados para los adultos que para la infancia. </p>
<p>¿Tienen las niñas, los niños y los adolescentes de hoy espacios donde encontrarse en su ciudad? La respuesta es sí o, al menos, sí deberían. La infancia tiene espacios de encuentro donde disfrutar de sus derechos como ciudadanía, pero podría y debería tener más y mejores. Sobre todo, implicándose en su creación y mejora desde el principio. </p>
<h2>Espacio de encuentro</h2>
<p>La ciudad es un espacio de convivencia. Algunas de sus funciones son la socialización, el desarrollo de la cultura y la formación de la ciudadanía. En ella tienen lugar vivencias y experiencias que favorecen la construcción de valores democráticos. </p>
<p>La infancia se vincula a su ciudad en la medida en que disfruta y se implica en ella. La ciudad para la infancia es algo más que un espacio donde habitar y transitar. Es un lugar donde encontrarse, jugar, crecer y participar. Pero sobre todo, donde pasarlo bien, sentirse segura y sentirse bien tratada.</p>
<h2>Salvar los obstáculos</h2>
<p>En algunas ocasiones, la sobreprotección adulta es un obstáculo para que la infancia disfrute del espacio. En otras ocasiones, el obstáculo persistente es la preferencia que se da a los vehículos privados frente las necesidades de las personas. </p>
<p>A menudo, se anteponen ciertos intereses económicos ante necesidades tan básicas como es el juego para la infancia. No es casualidad que en las plazas predominen los metros cuadrados de terrazas y se prohíban determinados juegos infantiles.</p>
<p>Pero la ciudad debe garantizar que la infancia tenga espacios de calidad para encontrarse. Resulta fundamental introducir mejoras urbanas que <a href="https://www.ub.edu/infanciayparticipacion/?page_id=8650">sitúen a la infancia en el centro de ciudad</a>. También es imprescindible que la ciudad garantice que todos los niños y las niñas tengan espacios de encuentro donde disfrutar de su tiempo libre.</p>
<h2>¿En qué espacios se reúne la infancia?</h2>
<p>La infancia se reúne alrededor de los espacios donde pasa gran parte de su tiempo, cómo puede ser su escuela o su hogar. En estos espacios de reunión, la infancia busca desconectar de las obligaciones y rutinas que ocupan la mayoría de sus horas. </p>
<p>Por ello, es habitual que al salir de la escuela tengan un punto de encuentro donde hablar de sus cosas, desarrollar sus juegos, hacer planes o idear nuevas experiencias. Acostumbran a ser espacios que esquivan la mirada adulta. Deberían ser, aunque no siempre es así, espacios alejados de ruidos, libres de humos, con iluminación, ricos en vegetación, con fuentes y papeleras, con mobiliario urbano que les facilite disfrutar juntos.</p>
<p>El tipo de actividad que deciden desarrollar en ese tiempo marcará la elección del espacio. En estos espacios de encuentro, es fundamental que se refuercen los vínculos con los iguales, se garantice su autonomía, se promueva la libertad de movimientos, se incremente su imaginación y se refuerce su identidad ciudadana. En cualquier caso, los niños y las niñas han de sentir que <a href="https://theconversation.com/este-es-nuestro-barrio-acciones-artisticas-que-ensenan-arte-y-ciudadania-183463">la ciudad es para ellos y ellas</a>.</p>
<h2>Mejorar los espacios donde relacionarse</h2>
<p>Cada vez hay más experiencias que implican a los niños y las niñas en la mejora de sus espacios de encuentro. Estas experiencias comparten una premisa fundamental: que la infancia es <a href="https://theconversation.com/por-que-es-bueno-que-los-ninos-hagan-politica-175265">ciudadanía activa</a>, capaz de tomar parte y partido en la mejora de su entorno.</p>
<ol>
<li><p><a href="https://abc.gob.ar/secretarias/areas/subsecretaria-de-educacion/politicas-socioeducativas/patios-abiertos/patios-abiertos">Los “patios abiertos”</a>: se usa el patio escolar como punto de encuentro en el fin de semana y en periodo de vacaciones. La escuela se establece como espacio social y educativo donde pasarlo bien fuera del horario escolar. Esta iniciativa amplía el mapa de espacios de encuentro. En ocasiones va acompañada de la incorporación de un profesional. Esta figura velará por potenciar relaciones positivas entre iguales, promover experiencias educativas diversas y cuidar las instalaciones. </p></li>
<li><p><a href="https://institutinfancia.cat/es/proyectos/plan-del-juego/">La “ciudad jugable”</a>: amplía las oportunidades de juego que ofrece la ciudad a la infancia y propone experiencias para su desarrollo y crecimiento. Toda la ciudad se concibe como escenario de juego. </p></li>
<li><p>Mapeo de los espacios de ocio: los chicos y las chicas sitúan en un mapa de su ciudad o barrio los espacios de encuentro que usan. El proceso de identificación y análisis colaborativo favorece conocer qué espacios son realmente importantes para ellos. Mediante la conversación, se identifican posibles mejoras y se promueve la responsabilidad por mantenerlos en óptimas condiciones. Se invita a los niños y las niñas a hacer un diagnóstico participativo a partir del cual buscar soluciones conjuntamente. </p></li>
<li><p><a href="https://institutinfancia.cat/es/proyectos/cocreamos-la-ciudad-con-los-ninos-ninas-y-adolescentes/">Espacios de cocreación de la ciudad</a>: la <a href="https://www.researchgate.net/publication/287807724_LOS_CONSEJOS_INFANTILES_Y_EL_DISENO_DE_ESPACIOS_PUBLICOS_UNA_PROPUESTA_METODOLOGICA">metodología del codiseño </a> son procesos de participación que implican a la infancia en la definición de los espacios en función de sus usos. Algunas experiencias más frecuentes tienen que ver con el codiseño de parques infantiles o con los entornos de las escuelas. </p></li>
<li><p><a href="https://www.researchgate.net/publication/361843296_Experiencias_participativas_de_ninos_ninas_y_adolescentes_desde_el_ambito_local_Pilares_que_facilitan_la_participacion">Los consejos municipales de la infancia y la adolescencia_</a>: estos grupos de <a href="https://www.researchgate.net/publication/277262782_Participacion_democracia_y_formacion_para_la_ciudadania_Los_consejos_de_infancia">niñas y niños organizados</a> se reúnen con cierta regularidad para abordar temas de su ciudad que consideran que podrían mejorarse. Colaboran con el equipo de gobierno para que la ciudad sea un espacio que dé respuesta a sus necesidades. Es una de las formas de hacer colaborativa entre el municipio y la infancia para la definición de la ciudad como espacio de relación. </p></li>
</ol>
<p>La infancia y la adolescencia pueden ser participantes activos en la definición de sus espacios de convivencia y relación. Las oportunidades de implicarse en estas prácticas les permiten incrementar su experiencia como ciudadanía comprometida con su entorno y su comunidad. En estas vivencias incrementan sus competencias ciudadanas y su autonomía. A la vez que contribuyen a mejorar su ciudad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193230/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Maria Novella Cámara recibe fondos del Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia 2018-22. Ministerio de Ciencia e Innovación, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y la Agencia Estatal de Investigació, así como de la European Comission (CERV-2022-CHILD).</span></em></p>Tráfico, humos, poca vegetación, aceras y plazas ocupadas por terrazas: los niños y adolescentes necesitan espacios de encuentro seguros, y pueden participar en su creación y mejora.Ana Maria Novella Cámara, Departamento de Teoría e Historia de la Educación. Facultad de Educación, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1919822022-10-11T16:56:15Z2022-10-11T16:56:15ZSobreexposición de menores en internet: a propósito del vídeo publicado por Samantha Vallejo-Nágera<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/489034/original/file-20221010-20-igtk9a.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C1597%2C895&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La presentadora del concurso televisivo _Master Chef_ Samantha Vallejo-Nájera.</span> <span class="attribution"><span class="source">RTVE</span></span></figcaption></figure><p>Hace unos días volvía a saltar la polémica en torno al denominado <em>sharenting</em> o, lo que es lo mismo, la sobreexposición de un menor por parte de un progenitor. En este caso, el debate se ha reabierto a partir de la publicación de un vídeo en el <a href="https://www.instagram.com/samyspain/">perfil de Instagram de la empresaria y presentadora del concurso televisivo <em>Máster Chef</em> Samantha Vallejo-Nágera</a> en el que mostraba la reacción de uno de sus hijos, un menor con Síndrome de Down, al ser reprendido por ver la televisión fuera de los horarios pautados.</p>
<p>La afectación emocional y la especial vulnerabilidad del niño se han convertido en argumentos para criticar la actuación de la madre, que ha terminado retirando el vídeo de su cuenta y pidiendo disculpas.</p>
<h2>La protección legal de los menores en redes sociales</h2>
<p>Nuestro ordenamiento jurídico y legal ofrece una especial protección a los menores y al desarrollo de sus derechos. Este marco normativo ha evolucionado para incorporar los nuevos retos que plantea el entorno cambiante propio de la comunicación digital. </p>
<p>Así, <a href="https://www.boe.es/eli/es/lo/2018/12/05/3">la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales</a> menciona repetidamente esta especial atención a los menores, incluyendo un artículo específico, el 84, sobre su protección en Internet. Las propias plataformas o redes sociales se encuentran en esa encrucijada en la que se ven en la necesidad de mantener su modelo de negocio y cumplir con la ley, al tiempo que ofrecen soluciones y guías a padres y tutores. <a href="https://comein.uoc.edu/divulgacio/comein/es/numero119/articles/s-martinez-menors-i-social-media-usos-riscos-i-mesures-de-proteccio.html">Se puede discutir si su motivación es ética o reputacional</a>. </p>
<p>En este contexto no hay que olvidar que la propia norma legal reconoce la responsabilidad de progenitores o representantes legales en el uso de Internet por parte de los menores. Por ello, resulta lógico entender que se cuestione el uso que estas mismas personas puedan hacer de la imagen de los niños como puede ocurrir, por ejemplo, en redes sociales. Una sobreexposición que puede tener consecuencias a corto o largo plazo en el desarrollo de la personalidad del menor. </p>
<p>Es aquí donde se enmarca la polémica sobre el vídeo que compartió Samantha Vallejo-Nágera, donde muestra una escena en el que regaña a uno de sus hijos. Por tanto, se enmarcaría en una vivencia propia del ámbito más familiar.</p>
<h2>El poder del <em>like</em> y del comentario</h2>
<p>Las críticas vertidas hacia esta actuación han venido por parte de usuarios anónimos, pero también por parte de otros rostros conocidos que han considerado y juzgado tanto la actuación de la madre en la propia reprimenda como el hecho de compartir ese momento tan íntimo en el que niño reacciona llorando.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1576561694846767104"}"></div></p>
<p>Pero lo cierto es que este no es el único contenido que Vallejo-Nágera ha publicado en su cuenta mostrando el día a día o situaciones cotidianas de su hijo. Estas grabaciones no pasan desapercibidas por los usuarios de la red social: algunas de ellas acumulan incluso miles de reacciones. </p>
<p>En esta ocasión, la presión que han generado los comentarios ha llevado a su madre a subir un nuevo vídeo en el que pide disculpas y explica por qué publica dichos contenidos. Entre las razones que da habla de que ayuda “a dar visibilidad” al síndrome de Down, a las familias y a los niños afectados. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/CjOflX1q4G-","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>En su argumentario, faltan palabras que hagan referencia a la protección de la intimidad de su hijo, aunque sí pide disculpas a quién le haya <em>dolido</em> verlo o que haya considerado que era inapropiado. En paralelo, ha eliminado la regañina pero mantiene en su perfil el resto de imágenes en las que muestra al niño. Hay que decir que esos vídeos acumulan miles de <em>likes</em> y comentarios, muchos favorables. </p>
<p>En este sentido, no podemos olvidar el poder de esas interacciones que generan un refuerzo positivo con respecto a la actuación de la madre. Esta puede llegar así a percibir que está contribuyendo a esa “visibilización” de la que hablaba y, por tanto, desarrollando una labor social.</p>
<h2>Narrativas y formas de visibilización</h2>
<p>En Internet nos encontramos diferentes maneras de narrar. <a href="https://openaccess.uoc.edu/handle/10609/119246">El selfi o la autograbación se han convertido en una tendencia que forma ya parte de nuestra cultura visual</a>. Sin embargo, no debemos olvidar que nos hemos acostumbrado a ver el singular encuadre que generan debido a la escasa distancia que suele haber entre la lente y el sujeto que se enfoca, que es además el artífice de la instantánea. </p>
<p>En el caso de los vídeos que la popular chef suele compartir, nos encontramos con otra forma de enmarcar y, por tanto, con otro estilo de mostrar la secuencia. El objetivo se centra en el hijo y es la madre, que también interactúa o participa en el diálogo, la que graba la escena cámara en mano sin mostrarse muchas veces ante la lente. </p>
<p>Esta técnica se ha usado también en el ámbito cinematográfico y genera una sensación de realismo, que no hay que confundir con naturalidad. Al niño se le muestra el dispositivo móvil delante y la madre, por su parte, es plenamente consciente de que está grabando e incluso tiene presente que puede ser luego difundido de manera pública. Por tanto, la paradoja se presenta al poner en la balanza normalidad/cotidianeidad con esta forma de narrar.</p>
<p>Las <a href="https://theconversation.com/pueden-las-redes-sociales-ayudar-a-los-pacientes-con-enfermedades-raras-190928">redes sociales pueden contribuir a la labor social de muchas causas</a>. La forma de narrar que promueven resulta crucial para avanzar de manera positiva. Existen muchas maneras de visibilizar en los <em>social media</em> <a href="https://theconversation.com/me-estoy-muriendo-y-te-lo-cuento-por-tiktok-lo-que-nos-ensenan-los-casos-de-charlie-y-olatz-vazquez-189323">determinadas situaciones</a> que requieren respeto y que luchan por la igualdad de derechos. </p>
<p>Para que esto se produzca de forma correcta (es decir, teniendo en cuenta los derechos y libertades de los implicados con el fin de evitarles posibles daños, aunque no sean intencionados), resulta evidente la necesidad de una educación mediática que alcance a la ciudadanía en general. Eso ayudará al uso adecuado de las plataformas disponibles.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191982/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Silvia Martínez Martínez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La publicación de la reacción emocional del hijo de la chef a una reprimenda de su madre cuestiona el uso de vídeos que muestran la intimidad de menores para visibilizar o normalizar determinadas situaciones o causas sociales.Silvia Martínez Martínez, Directora del Máster Universitario Social Media: Gestión y Estrategia, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1883152022-08-10T17:24:15Z2022-08-10T17:24:15Z‘Me ha venido la regla’: literatura infantil que explica la menstruación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/477871/original/file-20220805-4466-8y51b4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=4%2C1%2C912%2C706&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Imagen del libro 'Mía se hace mayor', de Mònica Peitx, con ilustraciones de Cristina Losantos y traducido por Raquel Solà.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.editorialjuventud.es/mia-se-hace-mayor-9788426143563/">Editorial Juventud</a></span></figcaption></figure><p>La llegada de la menstruación en la niña es uno de los temas ocultos en la sociedad. Los movimientos pedagógicos que pretenden dar visibilidad y naturalidad al hecho, a través del empoderamiento, se dirigen más hacia lo juvenil, pero sigue siendo un tabú en la literatura infantil, precisamente por su relación con el nacimiento del deseo, que desaparece del imaginario en una estrategia de supresión patriarcal. </p>
<h2>Los clásicos</h2>
<p>En el estudio de la literatura clásica infantil y de los cuentos, la entrada al mundo adulto para la mujer se hace a través de un objeto heredado, que posee un color especial. </p>
<p>En el caso de la niña, es el rojo: la sangre menstrual <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=266528">se sugiere</a> en las tres gotas de la madre de Blancanieves esparcidas sobre la nieve, precedente de la fecundación, en la manzana roja y envenenada que le entrega la madrastra, inicio de la madurez sexual. Y obviamente, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5376516">el simbolismo de la caperuza roja de Caperucita</a>, impulsada por su madre a buscar a la abuela. </p>
<p>Tampoco es extraño el color de <em>Las zapatillas rojas</em> y su pecaminoso deseo de bailar, ni la sangre que brota después del pinchazo de la Bella durmiente debido al hechizo de Maléfica, relatos universales que hablan del deseo incipiente femenino, y su connotación perversa. </p>
<p><a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/11711-libro-la-bruja-debe-morir-9788499927169">Sabemos que en estos cuentos de hadas</a> primitivos hay “exhibicionismo, violación y voyerismo” tras la psique social para explicar acontecimientos que suceden en el mundo interior del niño a través de la oralidad y los cuentos. </p>
<h2>La regla hoy en día</h2>
<p>No obstante, actualmente encontramos cuentos más poéticos, y otros más realistas, basados en problemas cotidianos y familiares, pero también en lo simbólico-imaginario de la infancia. Desde guías de información hasta cuentos poético-feministas.</p>
<p>Por esta razón, <a href="https://doi.org/10.17561/ae.v21.n2.6">rescatamos una serie de libros de literatura infantil</a> relacionados con la salud emocional y ciclicidad del cuerpo de la mujer, <a href="https://www.todostuslibros.com/libros/luna-roja_978-84-8445-330-7">desde distintos lenguajes</a>:</p>
<ul>
<li><a href="https://eltesorodelilith.com/"><em>El tesoro de Lilith</em></a>. Un cuento sobre la sexualidad, el placer y el ciclo menstrual, de Carla Trepat Casanovas (2012). Este libro introduce la metáfora de la naturaleza, tratando la evolución de lo femenino en similitud con la vida de un árbol, con la figura de la abuela como guía. Anna Salvia Ribera, psicóloga especialista en salud sexual y reproductiva, y escritora del <a href="https://www.penguinlibros.com/es/nutricion-belleza-y-fitness/261239-libro-viaje-al-ciclo-menstrual-9788402425157"><em>Viaje al ciclo menstrual</em></a> (2019), realiza la guía didáctica para acompañar a madres, abuelas, tías que quieran orientar a la niña, como hizo el personaje de la abuela, e introduce la figura de la mediadora. </li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/477876/original/file-20220805-7920-lfsl16.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="El dibujo de un útero durante las diferentes fases del ciclo menstrual explica cómo funciona la regla." src="https://images.theconversation.com/files/477876/original/file-20220805-7920-lfsl16.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/477876/original/file-20220805-7920-lfsl16.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/477876/original/file-20220805-7920-lfsl16.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/477876/original/file-20220805-7920-lfsl16.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/477876/original/file-20220805-7920-lfsl16.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/477876/original/file-20220805-7920-lfsl16.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/477876/original/file-20220805-7920-lfsl16.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Imagen del libro de Anna Salvia <em>La regla mola (si sabes cómo funciona)</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.penguinlibros.com/es/libros-infantiles-a-partir-de-9-anos/21241-ebook-la-regla-mola-si-sabes-como-funciona-menstruita-9788418057229">Penguin Libros</a></span>
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<ul>
<li><p>Otro de los libros de la última década que hablan directamente de la menstruación es <a href="https://blogdemay.files.wordpress.com/2017/07/mama-me-ha-venido-la-regla.pdf"><em>Mamá, me ha venido la regla</em></a> (2018), de Julia Serrano, descargable, y más realista. Una niña tiene la <a href="https://www.cun.es/chequeos-salud/infancia/primera-menstruacion">menarquía</a> y decide contárselo a su madre, que con mucha alegría propone celebrarlo por todo lo alto con todas las mujeres de su familia, remarcando conceptos como sororidad, tribu sostén y acompañamiento sano. </p></li>
<li><p>En la literatura infantil ilustrada, tenemos <a href="https://obstare.com/infantil/el-libro-rojo-de-las-ninas/"><em>El libro rojo de las niñas</em></a> (2016), (y <a href="https://obstare.com/infantil/el-libro-dorado-de-los-ninos/"><em>El libro dorado de los niños</em></a> en su versión masculina feminista) de Cristina Romero y Francis Marín, de lenguaje simbólico sustentado en la desnudez y la relación de lo femenino con el arquetipo de la loba, lo salvaje. No es un libro que estrictamente hable de la menstruación, pero sí la sitúa como un elemento esencial de la vida de una mujer, y muestra las fases comentadas constatando el poder femenino en cada una de ellas. </p></li>
<li><p>Otro texto remarcable que subraya el concepto de mujer como ser cíclico es <a href="https://www.gingerapebooks.com/lizano"><em>Historia de la mujer semilla</em></a> (2013), de Gloria Lizano. El libro, cuyas ilustraciones tienen una carga poética elocuente, describe a la mujer como “contenedora de la existencia, de la materia generadora”. Hace un claro homenaje a los cuentos orales africanos y su oda a la fertilidad de la mujer y el placer del cambio, sostenida entre mujeres. </p></li>
<li><p>En este sentido también cabe añadir la obra de la ilustradora Claudia Tremblay, <a href="https://www.ingedicions.com/products/luna-nueva"><em>Luna nueva</em></a> (2018), que enfoca el tema de la menstruación como fuente de poder y sabiduría, de rito iniciático, empoderamiento y cambio emocional. </p></li>
</ul>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/477874/original/file-20220805-29611-n38306.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una niña sentada frente a un río observa a un oso que pasea por la orilla de enfrente." src="https://images.theconversation.com/files/477874/original/file-20220805-29611-n38306.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/477874/original/file-20220805-29611-n38306.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/477874/original/file-20220805-29611-n38306.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/477874/original/file-20220805-29611-n38306.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/477874/original/file-20220805-29611-n38306.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/477874/original/file-20220805-29611-n38306.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/477874/original/file-20220805-29611-n38306.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Imagen del libro <em>Luna nueva</em>, de Claudia Tremblay.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.ingedicions.com/products/luna-nueva">ING Edicions</a></span>
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<h2>Más allá de la regla: la sexualidad</h2>
<p>Existen, como hemos mencionado, libros ilustrativos de carácter informativo, como <a href="https://salutsexual.sidastudi.org/es/registro/d25f08043443ca12013443cb4ed7002c"><em>¡Esto es un lío!</em></a>, que habla a las niñas y niños de la sexualidad y pubertad. Otros, hablan de sexualidad pero no la conectan con el tema de la menstruación, como <a href="https://issuu.com/edbellaterra/docs/cosquillas"><em>Cosquillas</em></a>.</p>
<p>En la literatura infanto-juvenil hay algunos títulos como <a href="https://www.editorialjuventud.es/mia-se-hace-mayor-9788426143563/"><em>Mía se hace mayor</em></a> o <a href="https://penguinaula.com/es/libro/mi-cuerpo-esta-loco-un-comic-para-sobrevivir-a-tus-hormonas-mes-087134/"><em>Mi cuerpo está loco. Un cómic para sobrevivir a las hormonas</em></a> que redundan en la novedad de la menstruación y sobre la apropiación/extrañeza del cuerpo, entre muchos otros textos. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/477873/original/file-20220805-27671-qkr00w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Diferentes páginas de un cómic que siguen a una adolescente que se va a comprar un sujetador." src="https://images.theconversation.com/files/477873/original/file-20220805-27671-qkr00w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/477873/original/file-20220805-27671-qkr00w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/477873/original/file-20220805-27671-qkr00w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/477873/original/file-20220805-27671-qkr00w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/477873/original/file-20220805-27671-qkr00w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/477873/original/file-20220805-27671-qkr00w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/477873/original/file-20220805-27671-qkr00w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Dos páginas del cómic <em>Mi cuerpo esta loco</em>, de Séverine de la Croix y Pauline Roland.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://penguinaula.com/es/libro/mi-cuerpo-esta-loco-un-comic-para-sobrevivir-a-tus-hormonas-mes-087134/">Penguin Libros</a></span>
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<p>Es interesante señalar cómo la mayoría de los cuentos que hemos consultado parten de iniciativas personales y no respaldadas por grandes editoriales. </p>
<p>Éstos, además, tienen en común aludir a las estaciones para explicar esas cuatro mujeres en una, esas cuatro fases <a href="https://www.todostuslibros.com/libros/luna-roja_978-84-8445-330-7">que ya Miranda Gray deslindaría</a> con la metáfora del ciclo de la naturaleza: invierno (menstrual)-primavera (preovulatoria)-verano (ovulatoria)-otoño (premenstrual). Este es un recurso poético muy claro para la infancia. </p>
<p>Esta forma de enseñar tiene una clara visión ecologista, que entronca con otras prácticas educativas que conectan con <a href="https://www.scielo.br/j/sess/a/b5f4MBFWhNCnFMStcnzv3Rk/abstract/?lang=es">un pensamiento anticapitalista y eco-feminista difundido por las redes</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/188315/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>¿Qué cuenta la literatura infantil y juvenil sobre la regla? ¿Es común tratar este tema entre los niños y las niñas?Inmaculada Díaz Gavira, Docente Universitaria, Lda. en Pedagogía y Doctorada en Artes Visuales y Educación, Universidad Internacional de ValenciaElena Guichot-Muñoz, Profesora de Didáctica de la lengua y de la literatura, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1849962022-07-04T17:04:20Z2022-07-04T17:04:20ZVolver a la infancia con Gabriela Mistral<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/470616/original/file-20220623-50671-s4p8bq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C5%2C1301%2C928&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Gabriela Mistral cuando niña, junto a su abuela paterna, Isabel Villanueva.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gabriela_Mistral_con_su_abuela_tomando_mate.jpg">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p><a href="http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94085.html"><em>Tala</em></a>, publicado por primera vez en Buenos Aires por Editorial Sur en 1938, se considera un hito dentro de la labor literaria de la poeta chilena Gabriela Mistral, y es uno de sus trabajos más maduros, además de una de las obras más importantes de la poesía chilena e hispanoamericana.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=730&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=730&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=730&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=918&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=918&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=918&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Gabriela Mistral sonriendo, hacia 1938.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gabriela_Mistral_sonriendo_ca._1938_(cropped).jpg">Biblioteca Nacional de Chile / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Tras el modernismo, muchos poetas se aproximaron al lenguaje llano, incluso coloquial, para comunicar experiencias arquetípicas más amplias. En el caso que nos ocupa, la poesía de Mistral brota de las frustraciones del amor y la maternidad, de la infancia y la vida misma. La poeta utiliza metros y formas tradicionales y su vocabulario es una modalidad ennoblecida del habla corriente. Así consigue ensanchar el horizonte de la poesía hispanoamericana e introducir nuevos temas en el género, como la sensación de plenitud que tiene la mujer soltera. </p>
<p>La calidad de <a href="http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94082.html"><em>Desolación</em></a>, libro al que en ediciones posteriores fue añadiendo numerosos poemas, <em>Tala</em> y <a href="http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94084.html"><em>Lagar</em></a> hicieron que, en 1945, la Academia Sueca la galardonara finalmente con el Premio Nobel de Literatura, que recibió el 10 de diciembre de aquel año. </p>
<h2>El retorno a la infancia o la negación a ser olvidada</h2>
<p>Pero ¿qué es <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tala--1/html/"><em>Tala</em></a>?</p>
<p>El nombre con el que Gabriela Mistral titula el poemario –<em>tala</em>– obedece a una palabra utilizada en la <a href="https://www.culturaydeporte.gob.es/cultura/areas/archivos/mc/archivos/cdmh/biblioteca/catalogo/seccionespecial/teosofia.html">filosofía teosófica</a> –a la que la autora se acercó en muchos momentos– que significa lugar, superficie, terreno, suelo, llanura, fondo, estado o condición. </p>
<p>Ella lo aplica en un sentido figurado, como la naturaleza íntima, la parte esencial, la causa y el fondo de todas las cosas. La tala –según dicha filosofía– sería un estado del intelecto. Cuanto más se desciende en dicho estado, menos espiritual se vuelve la persona. Esto conecta con su formación cristiana que, aunque muy adaptada a su particular manera de entender la mística del alma, tiene en realidad mayor peso en el poemario que la teosofía.</p>
<p><em>Tala</em> se inicia con el recuerdo del fallecimiento de su madre y se desarrolla a través de diversos símbolos religiosos, filosóficos o conceptuales, lo que presenta una poesía de memorial personal. Incluye además pensamientos infantiles, canciones de cuna y poemas para niños. En el medio inserta sus reflexiones como adulta y su frustración ante la vida y el sentir de la misma. Es un paseo biográfico que recorre los acontecimientos que más impactaron su vida.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=801&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=801&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=801&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1006&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1006&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1006&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Petronila Alcayaga Rojas (1845 - 1929), madre de Gabriela Mistral, hacia 1900.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Petronila_Alcayaga_Rojas,_madre_de_Gabriela_Mistral,_ca_1900.jpg">Biblioteca Nacional de Chile / Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p><em>A priori</em> no resulta fácil encontrar un hilo secuencial en <em>Tala</em>, pero la simbología lo estructura alrededor del recuerdo y figura de la madre, la soledad, el suicidio, la presencia de elementos teológicos… En el poema <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tala--1/html/ff25d1ee-82b1-11df-acc7-002185ce6064_8.html#I_11_"><em>Locas letanías</em></a>, la autora inventa una especial forma de oración donde suplica que todas las madres sean acogidas en el seno de Cristo. La simbología críptica aparece de forma continua ensartada en la sencillez de un aparente espontáneo verso.</p>
<p>El suicido aparece en el libro como homenaje a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Asunci%C3%B3n_Silva">José Asunción Silva</a>, poeta colombiano que <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-muerte-de-jose-asuncion-silva-1930/html/120a8ee4-7a45-11e1-b1fb-00163ebf5e63_2.html">se mató a los 30 años</a>. Este tipo de muerte será recurrente en la vida de Mistral, ya que su hijo-sobrino, YinYin, se suicidaría a los 18 años. Es un tema constante en su vida y su obra y, junto a la ausencia de su madre muerta, reflejan experiencias que permanecen. Las circunstancias turbulentas y desestabilizadoras dejan huella y sirven a la autora para dibujar un mundo poético como una suerte de reconocimiento resiliente hacia su propia historia. </p>
<p><a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tala--1/html/ff25d1ee-82b1-11df-acc7-002185ce6064_10.html#I_78_"><em>Razón de este libro</em></a> es un apéndice en el que Gabriela Mistral explicó la estructura de <em>Tala</em>, aunque no es necesario. Para la lectura del poemario tan solo hay que dejarse llevar, como si estuviéramos en la corriente de un río, desde el momento en el que la madre la lanza a la vida, pasando por el recuerdo infantil de la ciudad de Elqui, la huella del país natal, las personas que encontró en el camino, sus circunstancias…</p>
<h2>Poética de la infancia</h2>
<p>Mistral desarrolló una poética que parte de la niñez y se aleja de la autocompasión del niño-poeta crepuscular y de la violencia subversiva de los futuristas. Se recrea más bien en la estela de la mitología romántica que asocia la infancia con la naturaleza y celebra la capacidad del niño de maravillarse ante lo desconocido. El regalo, la sorpresa, representan ese hallazgo ante la vida de forma íntima, un encuentro personal y en singular, una invocación <a href="http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/colecciones/BND/00/RC/RC0012883.pdf">al lugar de identidad y procedencia de la poeta</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=993&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=993&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=993&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1247&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1247&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1247&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Gabriela Mistral con ocho años.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>Gabriela Mistral no dedicó ningún desarrollo teórico a su idea de la infancia. En cambio, mostró su mayor valor jugando con conceptos y sentimientos transformados en madura poética. ¿Cómo logró esa particular forma de contar una vida? Quiso que surgiese por medio de la intersección de relatos infantiles fragmentarios, retratos de niños reales o alegóricos y aforismos metapoéticos. El arranque maternal no es sólo una etapa de la vida que suscita pesar y fascinación. También encarna una determinada actitud hacia el mundo e incluso un sistema de valores que acaba representando para ella el verdadero principio de creación literaria. </p>
<p>En oposición a la artificialidad y la anestesia del hombre moderno, la infancia representa el polo positivo dentro de la obra de Gabriela Mistral. Por su proximidad con patrones de la literatura juvenil, bien podría integrarse más y mejor en los planes de lectura curriculares. Sus versos, sin duda, pueden ser un telar único de aprendizaje para el alumnado.</p>
<blockquote>
<p>Hay países que yo recuerdo</p>
<p>como recuerdo mis infancias.</p>
<p>Son países de mar o río,</p>
<p>de pastales, de vegas y aguas.(…)</p>
<p>Quiero volver a tierras niñas;</p>
<p>llévenme a un blando país de aguas.</p>
<p>En grandes pastos envejezca</p>
<p>y haga al río fábula y fábula.</p>
<p>Tenga una fuente por mi madre</p>
<p>y en la siesta salga a buscarla,</p>
<p>y en jarras baje de una peña</p>
<p>un agua dulce, aguda y áspera. </p>
<p>(<em>Tala</em>, “<a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tala--1/html/ff25d1ee-82b1-11df-acc7-002185ce6064_9.html#I_34_">Agua</a>”)</p>
</blockquote><img src="https://counter.theconversation.com/content/184996/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rosa Amor del Olmo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En ‘Tala’, la poeta chilena Gabriela Mistral recorre partes de la infancia para retratar pensamientos infantiles y reflexiones adultas.Rosa Amor del Olmo, Prof. Dra. Grado Educación. Profesora de Lengua y Literatura, Lectoescritura, Adquisición del lenguaje. Neuropsicología, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1837132022-06-02T15:09:53Z2022-06-02T15:09:53ZQué hay detrás de la escasez de leche de fórmula para bebés en EEUU y cómo asegurarnos de que no se repita<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/466597/original/file-20220601-49050-g7151l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5982%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La escena que encuentran muchos padres estadounidenses que buscan comprar leche de fórmula.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/grocery-store-shelves-where-baby-formula-is-typically-news-photo/1240603860?adppopup=true">Stefani Reynolds/AFP via Getty Images</a></span></figcaption></figure><p><em><a href="https://www.nytimes.com/2022/05/10/us/baby-formula-shortage.html">La escasez de leche de fórmula para bebés</a> se ha sumado a los problemas de los padres estadounidenses, que ya se enfrentan a <a href="https://www.theatlantic.com/culture/archive/2021/03/isolation-becoming-new-parent-during-pandemic/618244/">las presiones de criar a un bebé durante una pandemia</a> en un país que <a href="https://www.forbes.com/sites/marybethferrante/2019/06/21/unicef-study-confirms-the-u-s-ranks-last-for-family-friendly-policies/?sh=176ff24133ba">ocupa el último lugar en cuanto a políticas favorables a la familia</a>. Informes mediáticos cuentan que madres, padres y otros cuidadores <a href="https://www.wfaa.com/article/news/local/texas/lake-jackson-texas-mom-drives-hour-baby-formula-amid-shortage/287-d1638ecb-4153-415d-ab63-58e342ec764f">han tenido que conducir horas para encontrar tiendas que vendan leche de fórmula</a>.</em></p>
<p><em>¿Qué hay detrás de la escasez? ¿Y cómo se puede evitar que se repita? Steven Abrams, <a href="https://dellmed.utexas.edu/directory/steven-a-abrams">un destacado experto en salud pediátrica</a> de la Universidad de Texas que ha asesorado tanto a la industria de la leche de fórmula como al gobierno estadounidense en materia de nutrición infantil, responde a estas preguntas y aconseja a los padres que afrontan dificultades para conseguir un suministro adecuado de leche de fórmula infantil.</em></p>
<h2>¿Por qué hay escasez de leche de fórmula ahora?</h2>
<p>En realidad, hay dos factores que han provocado la actual escasez. En primer lugar, tenemos <a href="https://theconversation.com/4-reasons-americans-are-still-seeing-empty-shelves-and-long-waits-with-christmas-just-around-the-corner-168635">el problema de la cadena de suministro</a>, que ha afectado a todo tipo de productos desde el inicio de la pandemia. Se calmó un poco, pero a principios de 2022 <a href="https://www.wired.com/story/supply-chain-crisis-data/">se agravó</a>.</p>
<p>Luego, en febrero, una <a href="https://wwmt.com/news/local/baby-formula-shortage-crisis-intensifies-as-sturgis-plant-remains-shut-down">importante planta de fabricación de fórmulas para bebés en Estados Unidos se vino abajo</a>. La Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, o FDA) cerró <a href="https://www.nbcboston.com/news/national-international/fda-to-allow-closed-abbott-plant-to-release-baby-formula-supply-amid-shortage/2717440/">la fábrica de Abbott Nutrition</a> en el estado de Michigan. El cierre se produjo después de que Abbott <a href="https://www.similacrecall.com/us/en/home.html">retirara del mercado varias marcas de leche de fórmula</a>, incluidas las fórmulas rutinarias a base de leche de vaca Similac, como Similac Advance, y varias fórmulas especiales para bebés alérgicos, como Similac Alimentum y Similac EleCare.</p>
<p>El cierre de la fábrica tuvo que hacerse en medio de <a href="https://www.fda.gov/food/outbreaks-foodborne-illness/fda-investigation-cronobacter-infections-powdered-infant-formula-february-2022">una investigación sobre infecciones bacterianas</a> en relación con la fórmula en polvo producida en la planta, y la muerte de al menos dos bebés. El problema es que no hay mucha redundancia en la producción de fórmulas infantiles en Estados Unidos. En otras palabras, no hay suficientes fábricas para suplir la falta de producción cuando una falla. La planta de Michigan es la mayor productora del país, por lo que, cuando se produce una avería, se añade tensión a todo el sistema de distribución de leche de fórmula, especialmente en el caso de ciertas fórmulas para bebés con enfermedades alérgicas y trastornos metabólicos de alto riesgo.</p>
<p>En las últimas dos semanas la escasez ha empeorado. No puedo decir con seguridad por qué ha ocurrido esto, pero sospecho que se ha producido un acaparamiento debido a la ansiedad de los padres. Las tiendas pueden limitar la cantidad de leche de fórmula que se puede comprar, pero eso no impide que la gente vaya a comprar más por Internet.</p>
<p>Además, la escasez ha recibido una amplia publicidad en los periódicos, en la televisión y en los discursos políticos. Toda esa publicidad alimenta la sensación pública de que el sistema está fallando, provocando más compras de pánico y acaparamiento.</p>
<h2>¿A quién afecta la escasez?</h2>
<p>La mayoría de los padres alimentan a sus hijos con leche de fórmula en algún momento para satisfacer sus necesidades nutricionales, especialmente los bebés más grandes. Al nacer y en los días inmediatamente posteriores, alrededor del 80% de los bebés en EEUU reciben <a href="https://www.cdc.gov/breastfeeding/data/reportcard.htm">toda su nutrición a través de la leche materna</a>. Pero a los 6 meses, la <a href="https://www.cdc.gov/breastfeeding/data/reportcard.htm">mayoría de los bebés reciben al menos algo de leche artificial</a>. La proporción de bebés de un año que reciben leche artificial es aún mayor. Esto es en gran parte el resultado de la dinámica y las presiones sociales: las madres vuelven a trabajar después de dar a luz, pero no reciben suficiente apoyo para producir y almacenar cantidades suficientes de leche materna.</p>
<p>Pero la escasez afectará a algunos padres más que a otros. No es de extrañar que los padres más afectados sean los que tienen los ingresos más bajos. En Estados Unidos el programa federal de alimentación para mujeres, bebés y niños más pobres, <a href="https://www.fns.usda.gov/wic">llamado WIC</a>, proporciona leche de fórmula a la mayoría de los bebés de las familias con bajos ingresos. Pero los costes han subido y la leche de fórmula se ha vuelto más escasa.</p>
<p>Algunas familias tienen que conducir dos horas para encontrar tiendas que vendan leche de fórmula. Evidentemente, eso será más difícil para las familias más pobres, ya que hay costes de por medio. Del mismo modo, los padres más acomodados pueden comprar fórmulas más caras, de las llamadas marcas de élite.</p>
<p>Otro aspecto a tener en cuenta es que la escasez afecta tanto a la leche de fórmula normal como a <a href="https://www.fda.gov/news-events/press-announcements/fda-takes-important-steps-improve-supply-infant-and-specialty-formula-products">las versiones especializadas</a>. La fórmula normal o estándar es el tipo con el que la mayoría de las familias están familiarizadas, y alrededor del 95% de los bebés alimentados con fórmula en EEUU reciben el tipo estándar. La fórmula especializada es para los bebés con necesidades inusuales, debido a alergias, intestinos dañados o necesidades nutricionales especiales. Antes de que la fábrica de Michigan cerrara, fabricaba la mayor parte de la fórmula infantil especializada que se utiliza en EEUU, por lo que es una crisis absoluta para las familias que necesitan ese tipo de fórmula.</p>
<h2>¿Cuáles son las posibles consecuencias de la escasez?</h2>
<p>En los primeros seis meses, los bebés <a href="https://www.cdc.gov/breastfeeding/faq/index.htm">sólo deben tomar leche materna o de fórmula</a>; cualquier otra cosa que se les dé será nutricionalmente incompleta. Por tanto, existe el riesgo de que la escasez suponga que los bebés no reciban la nutrición que necesitan para desarrollarse. Esto podría provocar una serie de problemas de salud que afectarían a su crecimiento físico y a su desarrollo cerebral.</p>
<p>Además, existe la preocupación de que los padres utilicen alternativas poco seguras, como diluir la leche de fórmula de su bebé. Se sabe que hay personas que intentan fabricar la suya propia mezclando leche en polvo o leche vegana con vitaminas. Estas alternativas no sólo no son <a href="https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/70/wr/mm7033a4.htm">completas desde el punto de vista nutricional</a>, sino que pueden no ser del todo estériles.</p>
<p>Después de los seis meses, las cosas mejoran un poco cuando el bebé puede empezar a comer alimentos sólidos. Pero incluso entonces, la fórmula o la leche materna siguen siendo la principal fuente de nutrición. Por tanto, puede seguir existiendo el riesgo de que se produzcan carencias nutricionales, como las de hierro.</p>
<h2>¿Existen alternativas viables?</h2>
<p>A partir de los seis meses de edad, y durante periodos de tiempo razonablemente cortos, <a href="https://healthychildren.org/English/tips-tools/ask-the-pediatrician/Pages/Are-there-shortages-of-infant-formula-due-to-COVID-19.aspx#.Ynr6sYw9zEQ.twitter">los padres pueden alimentar a los bebés con leche de vaca</a> entera y buscar suplementos de hierro.</p>
<p>No es lo ideal, y sólo se aplica a los bebés mayores. Para los menores de seis meses, la leche de vaca es un verdadero problema. No tiene la mezcla de proteínas adecuada para los bebés y casi no tiene hierro, lo que supone un riesgo de anemia para los bebés más pequeños. La leche de vaca también tiene un desequilibrio de minerales, especialmente para los bebés más pequeños.</p>
<h2>Entonces, ¿qué orientación hay para los padres con bajos ingresos?</h2>
<p>Es un reto y no puedo dar una respuesta mágica. Pero los bancos de alimentos y el programa WIC han sido un salvavidas crucial. El programa WIC, en particular, ha demostrado ser muy flexible durante esta escasez. Cuando Abbott tuvo que retirar productos y luego no pudo proporcionar suficientes fórmulas no retiradas en los estados en los que era el proveedor de WIC, WIC fue capaz de cambiar de proveedor y reprogramar las tarjetas EBT para permitir a los padres de bajos ingresos comprar diferentes marcas.</p>
<h2>¿Qué se puede hacer para evitar que esta situación se repita?</h2>
<p>En primer lugar, tenemos que ayudar a las familias a recuperar la confianza en el sistema de producción y suministro de leche artificial. Esto evitará problemas como el acaparamiento o la elaboración de fórmulas caseras.</p>
<p>A continuación, debemos estudiar cómo garantizar que la caída de una planta no afecte a todo el sistema. El gobierno federal no puede hacer acopio de leche de fórmula de la misma manera que podría hacer acopio de petróleo, ya que la leche de fórmula tiene una vida útil. Pero la diversificación de la producción de preparados para lactantes es una posibilidad. Esto supondría asegurarse de que varias fábricas y empresas producen las fórmulas que este país necesita. Esto no significa necesariamente un aumento de los costes, ya que la competencia podría hacer bajar los precios.</p>
<p>Creo que EEUU también tiene que analizar el sistema de apoyo a la lactancia materna del país. No me malinterpreten, algunos padres siempre necesitarán leche artificial. Pero aquellos que quieren amamantar – se necesita hacer todo lo posible para apoyarlos. Eso incluye mejores políticas de licencia familiar, y ayuda para las madres de bajos ingresos que quieren bombear y almacenar la leche mientras trabajan.</p>
<p><em>Este artículo fue <a href="https://www.univision.com/">traducido por Univision</a>.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183713/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Steven A. Abrams ha recibido fondos de Perrigo Nutrition para investigación en materia de la seguridad alimentaria en Austin, Texas, durante la pandemia COVID. Ha hecho presentaciones pagadas sobre la fisiología de la nutrición, para la unidad educativa de Abbott Nutrition, o ANHI.
</span></em></p>Un experto en nutrición infantil explica a qué se debe la actual escasez de leche de fórmula en el país y cómo las personas con menos recursos resultan especialmente afectadas.Steven A. Abrams, Professor of Pediatrics, The University of Texas at AustinLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1731012022-05-29T17:58:19Z2022-05-29T17:58:19Z¿Tienes novia? Por qué nunca debemos hacerle esta pregunta a un niño<p>Cuando a la salida del colegio una madre le pregunta a Nicolás, de 4 años, si tiene novia, el niño mira con extrañeza a su padre y le dice: “Papá, ¿tenemos novia?”, como quien se cuestiona si tiene en casa el último modelo de robot de cocina. </p>
<p>En un cumpleaños infantil uno de los padres se acerca a Olivia, de 7 años, para preguntarle quién es su novio. La niña de inmediato baja la cabeza y se aleja avergonzada del grupo de niños con el que está jugando. Al día siguiente en el colegio evita estar con ellos, porque le da vergüenza que alguien piense que alguno de sus amigos es su novio. </p>
<p>Las dos situaciones seguramente nos resulten familiares, ya que es habitual que los adultos formulen preguntas como ésas a los niños. Aunque obviamente solo pretenden observar cuál es la reacción del niño, se trata de una pregunta aparentemente inocente que puede tener consecuencias en la forma en la que el pequeño se relaciona con los demás. </p>
<h2>El concepto de amistad en los niños</h2>
<p>La interacción con los iguales constituye un medio muy potente de aprendizaje. El concepto de amistad evoluciona a lo largo de las etapas evolutivas y difiere por tanto en función de la edad del niño. <a href="https://www.gse.harvard.edu/faculty/robert-selman">Robert Selman</a>, profesor en la Universidad de Harvard, propuso una de las teorías más conocidas sobre la evolución de la amistad. </p>
<p>Este experto sugería que mientras que los preescolares mantienen una visión egocéntrica de la amistad y consideran amigo a aquel con quien comparten juegos y un mismo espacio físico, para los niños de la etapa escolar cobran importancia las preferencias compartidas y la cooperación. En la adolescencia se valora más el apoyo mutuo. </p>
<p>Las relaciones con los iguales contribuyen al desarrollo emocional y social, fomentando el sentimiento de pertenencia al grupo. En la infancia es normal la curiosidad por el propio cuerpo y por el cuerpo de otros, mientras que en la preadolescencia son frecuentes las conductas de exploración sexual. </p>
<p>El cambio en la naturaleza de las relaciones con los iguales tiene lugar en la adolescencia, con el aumento del interés sexual. No es hasta ese momento cuando las relaciones de amistad evolucionan hacia un vínculo afectivo mayor.</p>
<h2>Cómo influyen los adultos</h2>
<p>Desde pequeños existe una <a href="https://psycnet.apa.org/record/1990-19535-001">preferencia por relacionarse con pares del mismo género</a> que se mantiene hasta la adolescencia. Aunque es común que los niños prefieran jugar con iguales de su género, esta segregación influye en la forma de relacionarse con los demás. </p>
<p>Los adultos, con nuestros comentarios, aprobamos o reprobamos las relaciones que los niños mantienen con sus iguales, condicionándolas. Influimos, posiblemente de forma ingenua y no malintencionada, en la forma en la que los niños y las niñas se relacionan entre ellos. </p>
<p>Aunque existe una preferencia documentada hacia las amistades del mismo sexo, a edades tempranas los niños no atribuyen a nada más que a la amistad las relaciones que mantienen con los otros. De hecho, difícilmente un niño de 4 años puede explicar qué es un novio o una novia; en todo caso puede asimilarlo a ser los mejores amigos. Cuando un adulto acuña el término novio o novia al referirse a un buen amigo de su hijo, genera confusión en el niño, quien a su corta edad está aprendiendo a identificar sus emociones y las de los demás. </p>
<h2>¿No podemos ser amigos?</h2>
<p>Preguntar a los niños si tienen novio o novia puede influir en la forma en que se relacionan con sus amigos. Con esas preguntas les transmitimos la idea de que los niños y las niñas no pueden tener una relación de amistad, sino que al jugar con iguales del otro género la relación pasa a ser algo más. Fomentamos así que se relacionen solo con los de su mismo género, marcando diferencias entre ambos. </p>
<p>Además, les instigamos a esquivar a los amigos de distinto género para evitar comentarios jocosos del resto del grupo. La inocente pregunta ¿quién es tu novia? puede generar rechazo en un niño de 8 años hacia la amiga con quien comparte juegos, ya que no quiere ser señalado por el grupo por tener una relación íntima de amistad a la que suelen atribuirse comportamientos que a los niños les avergüenzan, como darse un beso o cogerse de la mano. </p>
<p>Preguntando a los niños si tienen novio o novia les advertimos de que hay una forma diferente de comportarse según con quién, por lo que avivamos un cambio en la forma de relacionarse con sus amigos. </p>
<h2>Hipersexualización innecesaria</h2>
<p>Cuando planteamos a los niños qué chico le gusta o quién es su novia, normalizamos que a su edad pueden tener un amigo o amiga íntima como tienen los adultos, fomentando la hipersexualización infantil. Precipitamos conductas que no son propias de la infancia, aprobándolas con nuestros comentarios. Aunque no sea nuestra intención, promovemos que los niños lleven a cabo conductas que son propias de los adultos y que asuman roles que no se corresponden con su etapa evolutiva. </p>
<p>En conclusión, los adultos debemos fomentar las relaciones de amistad entre los niños, ya que el apoyo social se ha identificado como uno de los factores protectores más potentes para el bienestar psicológico. </p>
<p>Sin embargo, interpretar conductas sociales de los niños, como compartir tiempo y juegos, como relaciones de noviazgo crea diferencias entre ellos, les confunde en el aprendizaje de las emociones y puede provocar un distanciamiento precisamente de aquellos amigos con quienes comparten más intereses y preferencias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173101/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Comentarios bienintencionados a los que no damos importancia tienen un efecto más intenso de lo que pensamos en la forma de socializar de los niños.Mireia Orgilés, Catedrática de Universidad. Experta en Tratamiento Psicológico Infantil, Universidad Miguel HernándezJosé Pedro Espada, Catedrático de Psicología, Universidad Miguel HernándezLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1807582022-05-02T16:16:06Z2022-05-02T16:16:06ZCómo luchar contra el sedentarismo en los centros educativos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/460244/original/file-20220428-19-nwil4f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=26%2C8%2C5964%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/fat-boy-playing-smartphone-bedroom-night-1510402490">Shutterstock / Lemonsoup14</a></span></figcaption></figure><p>Constantemente escuchamos que el sedentarismo tiene efectos perjudiciales para nuestra salud, pero ¿sabemos realmente cuáles de nuestras actividades son consideradas sedentarias? </p>
<p>Lo que nos dicen la ciencia es que se trata de “<a href="https://www.sedentarybehaviour.org/sbrn-terminology-consensus-project/spanish-translation/">actividades realizadas por el individuo en posición sentada o inclinada con un gasto energético bajo mientras se está despierto</a>”. </p>
<p>Aunque es posible intuir cuáles son estas actividades, es importante que todo el mundo las identifique. Esto permitirá gestionar el tiempo que les dedicamos, reduciendo sus efectos perjudiciales.</p>
<p>Los comportamientos sedentarios forman parte de nuestras vidas y muchas actividades que realizamos diariamente son consideradas como sedentarias. Eliminarlas completamente es complejo, pero podemos reducir el tiempo que dedicamos a estos comportamientos. </p>
<p>La Organización Mundial de la Salud incluye en sus <a href="https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/337004/9789240014817-spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y">directrices sobre actividad física una serie de recomendaciones sobre hábitos sedentarios</a> y están adaptadas a los diferentes grupos de edad. </p>
<p>Para preescolar se publicaron <a href="https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/51805/9789275321836_spa.pdf?sequence=5&isAllowed=y">recomendaciones sobre el tiempo sedentario frente a la pantalla</a>. </p>
<p>Entre los 5 y 17 años se recomienda limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias y especialmente al uso de pantallas en el tiempo de ocio. </p>
<p>A partir de los 18 años se recomienda limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias y sustituirlo por un mayor tiempo dedicado a la actividad física. </p>
<p>Pero estas recomendaciones son generales y aún es necesario saber cómo actuar, especialmente con los menores y en los diferentes contextos en los que desarrollan sus actividades diarias.</p>
<h2>Cómo luchar contra el sedentarismo en los jóvenes</h2>
<p>La Red de Investigación en Comportamiento Sedentario (<a href="https://www.sedentarybehaviour.org">Sedentary Behaviour Research Network</a>) es una organización de investigadores y profesionales de la salud con interés sobre el impacto del comportamiento sedentario sobre la salud. </p>
<p>Acaba de publicar las <a href="https://ijbnpa.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12966-022-01259-3">recomendaciones internacionales de comportamiento sedentario relacionado con la escuela en niños y jóvenes</a> y están disponibles en 19 idiomas. </p>
<p>Pretenden servir de ayuda para profesionales de la educación, la salud, la ciencia y sectores relacionados y así desarrollar acciones y políticas en beneficio de la salud y bienestar de los jóvenes.</p>
<p>¿En qué consisten <a href="https://www.sedentarybehaviour.org/wp-content/uploads/2022/03/SB_Recommendations_Spanish_final_version.pdf">estas recomendaciones y cómo pueden ponerse en práctica</a>?</p>
<p>Lo primero es conocer en qué consiste un día escolar saludable. </p>
<p>Debe incluir cortes de los periodos con largos comportamientos sedentarios a través de pausas activas. Es decir, hay que reducir el tiempo continuado en posición sentada o reclinada. </p>
<p>También debe incluir diferentes tipos de movimiento, limitando las tareas escolares sedentarias a un máximo de 10 minutos por día y por curso (Por ejemplo, 10 minutos en primero o 60 minutos en sexto). </p>
<p>El tiempo frente a pantallas de actividades relacionadas con la escuela debe incluir contenido importante. Igualmente, se ha de fomentar el aprendizaje con métodos alternativos en los que no sea necesario el uso de pantallas. Un ejemplo sería la realización de descansos de pantalla cada 30 minutos. </p>
<p>Asimismo, se recomienda cambiar actividades de aprendizaje sedentarias por actividades de aprendizaje que conlleven movimiento. Además, sustituir las actividades con pantallas por actividades sin pantallas promueve la salud y el bienestar de los jóvenes. Un ejemplo podría ser aprender contenidos en movimiento o a través de juegos que impliquen movimiento, tal y como pretenden los <a href="https://twitter.com/Activeclass2021">proyectos “Clase Activa”</a>.</p>
<p>Para que la puesta en práctica de estas recomendaciones sea posible, los autores sugieren basarse en cuatro recomendaciones básicas: </p>
<ol>
<li><p>Manejar el comportamiento sedentario. </p></li>
<li><p>Motivar el uso racional de las pantallas. </p></li>
<li><p>Convertir a las personas referentes para los jóvenes (padres, madres, educadores) en modelos de uso saludable y racional de las pantallas.</p></li>
<li><p>Monitorizar los signos de uso nocivo de las pantallas. </p></li>
</ol>
<p>Además, la Red de Investigación en Comportamiento Sedentario está a disposición de quienes deseen saber cómo poner en práctica estas recomendaciones.</p>
<p>En resumen, disponemos de unas nuevas recomendaciones de comportamiento sedentario específicas para la escuela y muchas oportunidades para desarrollarlas. El siguiente paso está en la mano de quienes deben ponerlas en práctica, que en definitiva podríamos decir que somos todos, solo que a diferentes niveles.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180758/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Javier Brazo-Sayavera es miembro de la Red de Investigación sobre Comportamiento Sedentario (Sedentary Behaviour Research Network: <a href="http://sedentarybehaviour.org">http://sedentarybehaviour.org</a>)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>José Francisco López-Gil es miembro de la Red Española por una Infancia Activa y Saludable (REIAS).</span></em></p>El sedentarismo tiene efectos nocivos sobre nuestra salud, pero detectar estas actividades y luchar contra ellas no es tan sencillo en algunos grupos de edad.Javier Brazo-Sayavera, Profesor del área de Educación Física y Deportiva, Universidad Pablo de OlavideJosé Francisco López-Gil, Investigador Post Doctoral Margarita Salas en el Centro de Estudios Sociosanitarios, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1808312022-04-17T19:16:26Z2022-04-17T19:16:26ZLos efectos del confinamiento, explicados por los propios niños<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/457089/original/file-20220408-34198-vr5i82.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=356%2C169%2C1201%2C735&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> </figcaption></figure><blockquote>
<p>“Me despierto muchas veces con pesadillas. Tengo miedo, estoy triste y muy aburrida”. </p>
<p><strong>Sara, 8 años, Valladolid.</strong></p>
</blockquote>
<p>La vida de los niños en gran parte del mundo, antes de la pandemia, difería significativamente de su vida en condiciones de confinamiento. Los menores solían realizar actividades extraescolares y disponían de parte de su tiempo para socializar con sus amigos. Era difícil pensar que otros niños, otros amigos, pudieran ser una “amenaza”, “personas a evitar” por miedo al contagio. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/457083/original/file-20220408-41073-2d0hsw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/457083/original/file-20220408-41073-2d0hsw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/457083/original/file-20220408-41073-2d0hsw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1071&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/457083/original/file-20220408-41073-2d0hsw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1071&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/457083/original/file-20220408-41073-2d0hsw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1071&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/457083/original/file-20220408-41073-2d0hsw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1346&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/457083/original/file-20220408-41073-2d0hsw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1346&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/457083/original/file-20220408-41073-2d0hsw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1346&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"><em>Echo mucho de menos a mis amigos, pero no echo de menos todos los coches que había antes.</em></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Además, los pequeños estaban acostumbrados a demostrar su afecto con una gran proximidad y con gestos como besos y abrazos. Las escuelas, las familias y las actividades extraescolares eran lugares en los que los niños podían confiar en los demás y sentirse seguros.</p>
<p>Desde el estallido de la pandemia, los niños fueron uno de los primeros grupos de población que tuvieron que interrumpir sus rutinas, ya que las escuelas cerraron bastante pronto y permanecieron cerradas durante meses, años en algunos casos. Existen algunas preocupaciones sobre los efectos a largo plazo de este cierre en los niños, especialmente en lo que respecta a su <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32112714/">salud mental y física</a>, sobre todo por la falta de actividad física al aire libre y de interacción con sus compañeros.</p>
<p>Todo ello se explica en el artículo <em>Children’s experiences of lockdown and social distancing in the Covid-19 pandemic</em>, publicado en la revista <em>Journal of Family Issues</em>, y realizado por la profesora Valeria Varea (Universidad de Örebro, Suecia) y los profesores Alfonso García-Monge y Gustavo González-Calvo (Universidad de Valladolid, España).</p>
<h2>La pedagogía de la esperanza</h2>
<p>La <a href="https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf">Convención</a> de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño se utiliza cada vez más como un instrumento para la mejora del bienestar de los niños, tratando de combinar el <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0907568219895809">derecho de los niños a la protección con el derecho a la autonomía y el desarrollo</a>. Establece en su artículo 31 que los niños tienen derecho a jugar y a un nivel de vida adecuado para su desarrollo social en su artículo 27. Los niños también tienen los derechos más básicos y fundamentales de la vida (artículo 6), la protección y el cuidado (artículo 3). Los padres tienen el deber especial de protegerlos. En pandemia, es un equilibrio difícil el que se establece entre garantizar la seguridad de los niños sin negar sus derechos de juego y desarrollo social.</p>
<p>Estrechamente relacionadas con la perspectiva de los derechos de los niños están las pedagogías del amor y la esperanza. Según el pedagogo brasileño Paulo <a href="https://educomunicacion.es/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm">Freire</a>, existe un amor basado en el diálogo pedagógico, la solidaridad, la esperanza y la imaginación. Este tipo de amor requiere una reflexión y una acción continuas sobre cómo las personas existen en (y con) el mundo y entre sí. </p>
<p>En los tiempos actuales de covid-19, esto es significativo, ya que las personas están experimentando formas diferentes (y desconocidas) de estar en el mundo y con los demás (donde hay restricciones en cuanto a la proximidad y el contacto físico); como consecuencia, su esperanza e imaginación pueden cambiar, especialmente entre los niños. </p>
<p>Las pedagogías del amor y la esperanza crean, por tanto, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/17408989.2019.1663499">niveles de agencia y libertad</a>. Sin embargo, cuando los niños están encerrados en sus hogares como consecuencia de la pandemia de covid-19, es difícil crear entornos que promuevan su agencia y libertad. </p>
<h2>Futuro y pandemia</h2>
<p>Nuestro estudio explora cómo los niños han experimentado el encierro como consecuencia de la actual pandemia y lo que piensan sobre su vida futura una vez finalice la crisis sanitaria.</p>
<p>Entre los meses de marzo y junio de 2020 se recogieron datos de 73 alumnos de entre 7 y 9 años, utilizando dibujos producidos por los participantes y preguntas cortas con comentarios descriptivos de los niños y sus familiares. Los niños respondieron con palabras y dibujos a los siguientes enunciados: </p>
<h2>La vida antes de la covid-19</h2>
<p>La mayor parte de los escolares se representaron a sí mismos en los dibujos jugando al aire libre, acompañados de otros niños. En las entrevistas, comentaron lo mucho que echaban de menos sus juegos, sus salidas al parque y a sus compañeros de clase. La libertad de salir a menudo a jugar al aire libre se daba por sentada antes de la crisis sanitaria, algo que podían hacer en compañía de sus iguales. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456661/original/file-20220406-17347-hcpwf1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456661/original/file-20220406-17347-hcpwf1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=189&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456661/original/file-20220406-17347-hcpwf1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=189&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456661/original/file-20220406-17347-hcpwf1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=189&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456661/original/file-20220406-17347-hcpwf1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=238&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456661/original/file-20220406-17347-hcpwf1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=238&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456661/original/file-20220406-17347-hcpwf1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=238&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">_Echo de menos a mi familia, ir al cine, al colegio, al parque y a mis amigos</span>
</figcaption>
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<h2>La vida durante la covid-19</h2>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/456662/original/file-20220406-14-2jdrnx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456662/original/file-20220406-14-2jdrnx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456662/original/file-20220406-14-2jdrnx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=704&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456662/original/file-20220406-14-2jdrnx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=704&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456662/original/file-20220406-14-2jdrnx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=704&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456662/original/file-20220406-14-2jdrnx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=885&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456662/original/file-20220406-14-2jdrnx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=885&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456662/original/file-20220406-14-2jdrnx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=885&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Este virus no tiene nada de bueno. Quiero salir y ver a mis amigos.</em></span>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/457086/original/file-20220408-19-hez7t9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/457086/original/file-20220408-19-hez7t9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/457086/original/file-20220408-19-hez7t9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=657&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/457086/original/file-20220408-19-hez7t9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=657&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/457086/original/file-20220408-19-hez7t9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=657&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/457086/original/file-20220408-19-hez7t9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=826&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/457086/original/file-20220408-19-hez7t9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=826&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/457086/original/file-20220408-19-hez7t9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=826&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"><em>Tenemos que llevar máscaras quirúrgicas cuando salimos y no podemos juntarnos con otros niños</em>.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>Durante el encierro, los niños perdieron la mayoría de las oportunidades de socializar y jugar con sus amigos. Expresaron su desagrado por estar todo el tiempo en sus casas sin tener la oportunidad de ver a sus amigos y abuelos.</p>
<p>A pesar de este escenario, los niños señalaron los aspectos positivos del encierro, como la posibilidad de pasar más tiempo con sus familias, tener más tiempo para jugar, tener la posibilidad de jugar con sus padres y no tener que levantarse temprano por la mañana. </p>
<p>Varios padres se mostraron sorprendidos por la comprensión de sus hijos sobre la compleja situación, y por la madurez de sus acciones. Algunos padres también comentaron sus estrategias para explicar la situación actual a los niños, como evitar el pánico y las noticias de la televisión. Algunas familias también probaron nuevas actividades para entretener a sus hijos, como el arte, la cocina y pasar más tiempo jugando con ellos.</p>
<h2>La vida después de la covid-19</h2>
<p>Los niños ilustraron un posible escenario después de la covid-19 en el que todo volvía a ser “normal”, o a ser como antes. Sus comentarios y dibujos destacaban su deseo de volver a jugar con sus amigos, abrazarlos y ver a sus abuelos. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/456663/original/file-20220406-18446-vz2z1x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456663/original/file-20220406-18446-vz2z1x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456663/original/file-20220406-18446-vz2z1x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=810&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456663/original/file-20220406-18446-vz2z1x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=810&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456663/original/file-20220406-18446-vz2z1x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=810&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456663/original/file-20220406-18446-vz2z1x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1017&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456663/original/file-20220406-18446-vz2z1x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1017&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456663/original/file-20220406-18446-vz2z1x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1017&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>La vida será como antes. Tengo muchas ganas de abrazar a mis amigos.</em></span>
</figcaption>
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<p>Las esperanzas de los niños a menudo se compensaban con expresiones de pérdida. </p>
<p>Las pedagogías del amor y la esperanza pueden hacer que escuchemos realmente lo que los niños tienen que decir sobre el encierro pandémico, sus necesidades y deseos. Favorecer los diálogos cercanos con los más pequeños ayuda a hacer que se sientan escuchados y atender sus necesidades.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180831/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gustavo González Calvo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Recopilamos experiencias directas de niños durante el confinamiento. Dibujos y entrevistas sobre cómo era su vida antes, durante y después arrojan luz sobre el impacto a largo plazo que tendrá la pandemia.Gustavo González Calvo, Didáctica de la Expresión Corporal, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1793242022-04-07T15:11:53Z2022-04-07T15:11:53ZNuevas formas de explorar el corazón de los niños para detectar apnea del sueño<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/453971/original/file-20220323-19-1rm4qqn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C25%2C5603%2C3724&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un niño siendo tratado de apnea del sueño.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/asian-boy-wearing-sleep-apnea-diagnostic-680720719">Shutterstock / Pisit Rapitpunt</a></span></figcaption></figure><p>Dormir es uno de los mayores placeres de la vida. De hecho, muchas personas pagarían por poder disfrutar de más horas de sueño. Muchas, desde luego, pero le aseguro que no todas. Sea la apnea del sueño una enfermedad ya conocida por usted o un concepto nuevo, el caso es que para aquellas personas que la padecen, dormir no es tan placentero como lo puede ser para el resto.</p>
<p>Los pacientes con <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0012369215357202">apnea del sueño</a> sufren pausas respiratorias durante la noche. Cuando el cerebro detecta estas pausas, se activa momentáneamente para alertar de que algo no va bien. </p>
<p>Sin que el paciente se despierte del todo, la respiración se restaura, pero los ciclos del sueño se reinician, dando lugar a un sueño anómalo y no reparador. Como consecuencia, las personas que lo sufren tienden a levantarse con dolores de cabeza y padecen somnolencia durante el resto del día. En definitiva, dormir no es un sueño para ellos.</p>
<h2>La apnea del sueño pediátrica</h2>
<p>Si bien decía que quizás haya oído hablar antes de esta enfermedad, algo que mucha gente desconoce es que la apnea del sueño también <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22926176/">afecta a uno de cada veinte niños</a>. Este desconocimiento hace que la enfermedad en la infancia se diagnostique menos de lo que se debería. Como resultado, es posible que muchos niños la padezcan, pero ni ellos ni sus padres lo sepan.</p>
<p>El sueño durante la infancia es un factor clave para el desarrollo. Por ello, no debe extrañar que esta enfermedad pueda llegar a afectar al crecimiento y dar lugar a <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26930303/">problemas en el aprendizaje</a> en los niños que la padecen. </p>
<p>Por este motivo, la detección temprana es un objetivo muy perseguido por los investigadores, en un intento de evitar la aparición de unas consecuencias que podrían lastrar a los niños para el resto de sus vidas.</p>
<h2>Cómo saber si un niño tiene apnea del sueño</h2>
<p>La prueba de referencia para diagnosticar la apnea del sueño se conoce como polisomnografía. Durante esta prueba, el niño tiene que pasar una noche durmiendo en un hospital. Mientras tanto, se registran una gran variedad de señales biomédicas, como por ejemplo el electrocardiograma. Después, estas señales son evaluadas por especialistas para confirmar la presencia (o ausencia) de la enfermedad. </p>
<p>El registro de dichas señales implica usar numerosos sensores y cables pegados al cuerpo, haciendo que la prueba sea especialmente molesta para los niños. Esto, sumado al hecho de dormir fuera de casa y a los costes y las largas listas de espera, hacen que cada vez haya más interés por encontrar una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24497654/">prueba diagnóstica alternativa</a>.</p>
<p>Desde el Grupo de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Valladolid llevamos tiempo trabajando en estudiar la enfermedad empleando un número reducido de señales biomédicas. Medir la saturación de oxígeno en sangre o el flujo aéreo durante el sueño ha dado muy buenos resultados. Recientemente, hemos hecho grandes avances analizando únicamente el electrocardiograma.</p>
<h2>La posible utilidad del corazón para diagnosticar apnea del sueño</h2>
<p>Mientras dormimos, nuestro cuerpo está controlado por el sistema nervioso autónomo, que es algo similar a “conectar el piloto automático”. Este sistema se encarga de controlar el funcionamiento de nuestro cuerpo durante el sueño, procurando que el corazón se adapte a una posible falta de oxígeno. Así, cuando ocurre una ausencia de respiración, el corazón se ralentiza, para después acelerarse al recuperar la respiración normal.</p>
<p>Hasta hace poco, los estudios de apnea del sueño que analizaban esta variación de los latidos del corazón estaban centrados en unas bandas de frecuencia enfocadas a patrones del comportamiento normal del sistema nervioso autónomo. No obstante, sabíamos que el corazón genera un <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/6140442/">patrón característico</a> como respuesta a la enfermedad. Dicho de otra forma, la apnea del sueño deja una firma en la señal del corazón durante la noche.</p>
<p>Nos preguntamos entonces si podríamos encontrar unas bandas de frecuencia que fuesen específicas para estudiar esos cambios que se deben a la apnea del sueño. Comparando la variabilidad del ritmo cardíaco de niños que padecían la enfermedad y niños sanos, obtuvimos la respuesta. En un <a href="https://www.nature.com/articles/s41390-020-01138-2">reciente estudio</a> descubrimos que existen tres bandas de frecuencia específicas de la apnea del sueño infantil.</p>
<h2>La variabilidad del ritmo cardíaco refleja la resolución de la enfermedad</h2>
<p>El descubrimiento de las nuevas bandas de frecuencia nos condujo a otro experimento. En él contábamos con la señal del corazón de 404 niños de entre cinco y diez años que sufrían apnea del sueño. Estos niños fueron sometidos a tratamiento y se volvió a medir su actividad cardíaca siete meses después. Decidimos entonces evaluar las diferencias entre el momento previo al tratamiento y los meses posteriores.</p>
<p><a href="https://academic.oup.com/sleep/advance-article-abstract/doi/10.1093/sleep/zsab214/6366352?redirectedFrom=fulltext">Los resultados del estudio</a> nos permitieron establecer una relación de causalidad entre la resolución de la enfermedad y los cambios que se producían en una de nuestras bandas de frecuencia. Esta banda, llamada BW2, se ha relacionado con la repetición de pausas respiratorias a lo largo de la noche. También observamos diferencias en la actividad de BW2 entre los niños que se habían curado y los niños que no.</p>
<p>Estos resultados son prometedores y permiten establecer los cambios en la actividad de BW2 como un potencial signo biológico de resolución de la enfermedad. Además, solo necesitamos registrar la actividad del corazón, lo cual conseguimos usando muy pocos electrodos. Diagnóstico más simple y tratamiento más temprano implican niños más sanos.</p>
<p>Aunque todo parece indicar que vamos por buen camino, todavía tenemos mucho trabajo por delante. No obstante, con esta investigación estamos un paso más cerca de agilizar la detección de la apnea infantil. Con ello, esperamos finalmente conseguir que dormir sí sea un sueño para todos los niños.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179324/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esta investigación ha sido financiada por el 'Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades—Agencia Estatal de Investigación' y el 'Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)' a través de los proyectos DPI2017-84280-R y RTC-2017-6516-1, por la 'Comisión Europea' y FEDER a través del proyecto ‘Análisis y correlación entre la epigenética y la actividad cerebral para evaluar el riesgo de migraña crónica y episódica en mujeres’ (‘Programa de Cooperación Transfronteriza Interreg V-A España-Portugal POCTEP 2014-2020’), y por el 'CIBER en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN)' a través del 'Instituto de Salud Carlos III' cofinanciado con fondos FEDER, así como a través del proyecto 'SleepyHeart' de la convocatoria de valorización 2020. Adrián Martín Montero disfruta de un contrato predoctoral 'Ayudas para contratos predoctorales para la Formación de Doctores' del 'Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades' (PRE2018-085219).</span></em></p>Una nueva investigación descubre que la variabilidad del ritmo cardíaco podría utilizarse como biomarcador para evaluar la resolución de la apnea del sueño infantil.Adrián Martín Montero, Investigador en Ingeniería Biomédica, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.