tag:theconversation.com,2011:/africa/topics/internet-54449/articlesInternet – The Conversation2024-01-23T11:38:47Ztag:theconversation.com,2011:article/2203772024-01-23T11:38:47Z2024-01-23T11:38:47ZAnte la saturación tecnológica, ayunos digitales intermitentes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/569246/original/file-20240115-45156-jnhont.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=206%2C62%2C5784%2C3925&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/millennial-girl-home-refuse-using-phone-1898016691">Troyan/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Tecnología sí o tecnología no? Esa es la gran cuestión. </p>
<p>En nuestro día a día, y a menudo a través de los propios dispositivos móviles, recibimos un aluvión de mensajes que contribuyen a una <a href="https://joseluisserrano.net/podcast/tecnologia-si-o-no/">visión polarizada de la tecnología</a>. Por un lado, algunos <a href="https://doi.org/10.20882/adicciones.806">estudios</a> alertan sobre sus efectos negativos como la <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2020.106616">depresión</a>, la <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2023.107760">ansiedad</a>, el <a href="https://doi.org/10.1108/IntR-06-2015-0181">estrés</a>, el <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2020.106530">agotamiento emocional</a>, el <a href="https://doi.org/10.1016/j.techsoc.2020.101406">sedentarismo</a> o <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10964-014-0176-x">peor calidad de sueño</a>. Pero a la vez hay otros que reconocen su importancia para la <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2020.106511">comunicación</a>, la <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2020.106511">formación de relaciones</a>, la <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2020.106511">autoexpresión</a>, la <a href="https://doi.org/10.7821/naer.2022.1.734">gestión de la información</a>, la enseñanza o el aprendizaje. Aunque también <a href="https://doi.org/10.1038/s41562-023-01712-8">reconocen que, por el momento, se desconoce</a> la influencia real que las pantallas tienen en la salud o en la educación. </p>
<p>Tanto internet como las redes sociales (y los dispositivos que utilizamos para acceder a ellos) pueden resultar saludables o insanos según el uso que les demos. Ejemplos de lo segundo son el <em>zombie scrolling</em> (deslizar hacia abajo la pantalla sin apenas enterarnos de lo que vemos), la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ciberpereza">ciberpereza</a>, la multitarea y las interrupciones constantes. Por eso, cuando usamos estos dispositivos conviene hacer pausas frecuentes, incorporar <a href="https://theconversation.com/aperitivos-de-actividad-fisica-para-combatir-el-sedentarismo-en-el-trabajo-209813">aperitivos de actividad física</a> y controlar el tiempo que pasamos frente a pantallas. </p>
<p>Un concepto relativamente novedoso que ha surgido a raíz de estos problemas es el de <a href="https://theconversation.com/internet-los-beneficios-de-la-desconexion-106591"><em>detox</em> digitales</a>, una estrategia que nació con la promesa de hacer desaparecer los efectos de su uso excesivo.</p>
<h2>El mito del ‘detox’ digital</h2>
<p>El <em>detox</em> digital consiste en una pausa voluntaria de uso de la tecnología. Puede ser de 24 horas o de una semana, y tiene como propósito disminuir el tiempo de conexión, y con ello el estrés, la ansiedad, la depresión, la adicción o la sobrecarga cognitiva que nos puede estar provocando el uso continuado del móvil, tableta u ordenador.</p>
<p>Un <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2023.107977">estudio</a> reciente con 850 participantes alemanes (entre 18 y 65 años) no encontró que utilizar el móvil de manera más continuada o intermitente tenga un impacto en el bienestar mental. En cambio, variables como el tipo de actividad, el momento del día y rasgos de personalidad como la extroversión o la introversión juegan un papel más significativo, según otra <a href="https://doi.org/10.24989/dp.v1i1.1821">investigación</a>.</p>
<p>En una <a href="https://doi.org/10.1177/20501579211028647">revisión sistemática</a> se concluyó que una desconexión puntual no tiene relación directa con el bienestar, el autocontrol o la salud general.</p>
<h2>24 horas sin medios para tomar conciencia</h2>
<p>Alejarnos de manera drástica de la tecnología con restricciones y sin modificar hábitos no provocará cambios efectivos. Podemos huir del mundo digital de manera temporal pero nuestros hábitos nos seguirán esperando. </p>
<p>Hacer desconexiones puntuales, por el contrario, sí nos puede ser útil para iniciar procesos de reflexión y tomar conciencia del uso que hacemos de la tecnología. A esta conclusión se llegó en uno de los primeros <a href="https://doi.org/10.3916/C39-2012-02-04">estudios</a> sobre desconexión digital publicado en 2012. Participaron 1 000 estudiantes universitarios de diez países diferentes y trataron de estar 24 horas sin medios tecnológicos.</p>
<p>En 2017, replicamos el <a href="https://doi.org/10.3916/C39-2012-02-04">estudio</a> anterior. Hasta la fecha, 539 estudiantes de la Universidad Murcia han tratado de pasar 24 horas desconectados de TV, tableta, ordenador y móvil. Solo un tercio lo ha logrado, pero lo más importante fue el autoconocimiento adquirido. </p>
<p>Los estudiantes tomaron conciencia del uso abusivo que suelen hacer de las tecnologías. También de la influencia de los medios digitales en sus rutinas diarias. Notaron su dependencia tecnológica, una mejora en la concentración y una disminución en las interrupciones durante el tiempo de desconexión. </p>
<p>Sin embargo, experimentaron dificultades para realizar tareas académicas o comunicarse con los demás. Algunos estudiantes manifestaron sentirse aislados y ansiosos por falta de información.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/569119/original/file-20240112-29-v3b063.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/569119/original/file-20240112-29-v3b063.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/569119/original/file-20240112-29-v3b063.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/569119/original/file-20240112-29-v3b063.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/569119/original/file-20240112-29-v3b063.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/569119/original/file-20240112-29-v3b063.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/569119/original/file-20240112-29-v3b063.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/569119/original/file-20240112-29-v3b063.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Para que la desconexión digital sirva es necesario tener claros los objetivos.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia.</span></span>
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<h2>Asumir el control</h2>
<p>Si realmente queremos disfrutar del mundo digital, una desconexión puntual ayudará a tomar conciencia del uso que hacemos de la tecnología. Pero si realmente queremos ser efectivos, es pertinente estar atentos y pasar a la acción creando una red de <a href="https://joseluisserrano.net/podcast/habitos-duraderos/">hábitos duraderos</a> que modifique nuestros comportamientos en entornos digitales.</p>
<p>Necesitamos considerar cómo nuestra vida cotidiana, marcada por el estrés, el aislamiento social, el sedentarismo o la falta de sueño, disminuye nuestra capacidad de autocontrol. Esto provoca que estemos menos atentos y tomemos peores decisiones. </p>
<p>Solemos culpar a los <a href="https://theconversation.com/debemos-temer-a-los-algoritmos-198895">algoritmos</a> de las redes sociales por atrapar nuestra atención. Sin embargo, <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2020.106637">recientemente se ha demostrado</a> que son las interrupciones internas de las personas las que provocan las distracciones. </p>
<h2>Compromiso del usuario</h2>
<p>Según la neurocientífica <a href="http://tinyurl.com/yt8ulutu">Nazaret Castellanos</a>, “el 80 % de las distracciones que nos secuestran surgen en casa, no fuera”. Este tipo de interrupciones suelen ser impulsadas por nuestra necesidad de búsqueda de información nueva, reconocimiento social y miedo a perdernos algo importante. </p>
<p>La propia tecnología nos puede proteger de sí misma siempre que haya un compromiso del usuario. Por ejemplo, con la adopción de aplicaciones digitales de bienestar digital. Un <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2022.107542">estudio</a> llegó a la conclusión de que el éxito de estas se da en personas con un alto nivel de conciencia del papel que el móvil tiene en sus vidas. </p>
<h2>Planificar ayunos digitales intermitentes</h2>
<p>Es poco probable que la tecnología digital nos intoxique, lo que subraya una limitación del concepto de <em>detox</em> digital. En su lugar, proponemos la estrategia del ayuno digital intermitente, en el que planificamos periodos concretos de uso consciente de la tecnología.</p>
<p>La investigación reciente no establece relación directa entre el tiempo de uso y el bienestar. Pero cada persona debe identificar dónde está su línea roja de carga mental. Después podrá limitar la duración de uso y elegir el momento más adecuado para utilizar los medios digitales.</p>
<p>Un ejemplo que ilustra la anterior idea: 15 minutos de uso de una pantalla antes de dormir puede perjudicar más nuestra salud general que estar conectados una hora por la tarde. La luz azul emitida por los LED suprime la producción de la hormona melatonina. Esto altera la regulación de los <a href="https://joseluisserrano.net/podcast/sueno-tiempos-aprendizaje/">ritmos circadianos</a>, el estado de alerta y el rendimiento cognitivo durante el día, según esta <a href="https://doi.org/10.1111/gcb.13927">revisión</a>. Es decir, que esos 15 minutos antes de apagar la luz pueden hacer que descansemos peor y esto tiene peores consecuencias a medio plazo que la hora de consumo digital de la tarde. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/569120/original/file-20240112-22293-4pfozr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/569120/original/file-20240112-22293-4pfozr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/569120/original/file-20240112-22293-4pfozr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/569120/original/file-20240112-22293-4pfozr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/569120/original/file-20240112-22293-4pfozr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/569120/original/file-20240112-22293-4pfozr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/569120/original/file-20240112-22293-4pfozr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/569120/original/file-20240112-22293-4pfozr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los seis principios del método ADI (Ayuno Digital Intermitente).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia.</span></span>
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<h2>Tomar el control</h2>
<p>En conclusión, la relación entre el uso de la tecnología y el bienestar depende de muchas variables y de la interacción entre estas. Factores culturales o rasgos de personalidad influirán en las estrategias que son más efectivas para cada persona.</p>
<p>El objetivo no es desintoxicarnos de lo digital, sino aprender a controlar su uso para vivir lo mejor de cada mundo. El psicólogo <a href="http://tinyurl.com/yucbtfmq">Luis Muiño</a> lo expresa así: </p>
<blockquote>
<p>“Saber que estamos escapando temporalmente del mundo real y tener el control para poder regresar a él es una parte fundamental de nuestra relación con el mundo de las máquinas”.</p>
</blockquote>
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<p><em>En la redacción de este artículo ha participado Diana López Conesa, docente de Formación Profesional y estudiante del Máster en Tecnología Educativa de la Universidad de Murcia.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220377/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Luis Serrano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Abstenerse de pantallas de manera puntual no provocará cambios duraderos que mejoren el bienestar general. Es más eficaz ser conscientes del uso que hacemos y controlarlo deliberadamente.José Luis Serrano, Profesor Titular de Tecnología Educativa, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2185312023-12-19T17:44:42Z2023-12-19T17:44:42ZMenores e internet: cómo pueden actuar las familias a la luz de la ciencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/562940/original/file-20231201-22-vvtlqh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=66%2C41%2C5492%2C3642&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fabio Principe/Shutterstock</span> </figcaption></figure><p>En los últimos años hemos asistido a una creciente concienciación sobre el uso y abuso de las pantallas por los menores. Ciertos <a href="https://www.losrecursoshumanos.com/the-new-york-times-la-educacion-digital-es-para-los-pobres-y-los-estupidos">medios</a> han difundido la idea de que la tecnología digital debería ser eliminada de la vida de los adolescentes, con iniciativas <a href="https://www.bbc.com/mundo/articles/cldxr742rk0o">legales</a> para desenmascarar su poder adictivo. <a href="https://efe.com/espana/2023-11-30/movil-menores-firmas-congreso/">Otros</a> se han hecho eco de la reclamación de padres que solicitan su prohibición. Y a pesar de la notoriedad mediática, no parece haber un consenso claro sobre este asunto a nivel educativo, sanitario o social.</p>
<p>De todos modos, la tecnología digital no puede ser considerada únicamente como mala o perjudicial. Evidencias publicadas en <a href="https://www.jmir.org/">revistas de primer nivel</a> avalan que la digitalización ha conducido a un importante avance y perfeccionamiento del entorno sanitario. Y tampoco son desdeñables sus beneficios en el <a href="https://www.nature.com/articles/s41562-023-01712-8">ámbito educativo</a>.</p>
<h2>La importancia de escuchar a los expertos</h2>
<p>En este debate es imprescindible escuchar la voz de los investigadores del comportamiento. Son ellos los que deben contrastar empíricamente las teorías existentes sobre este tema, siguiendo una rigurosa metodología. Después, los resultados se transmitirán a la comunidad científica y a la sociedad para que los distintos agentes implicados tomen las medidas pertinentes.</p>
<p>En el <a href="https://iea.ceu.es/">Instituto de Estudio de las Adicciones (IEA-CEU)</a> estamos trabajando en esa línea mediante una iniciativa liderada por el grupo de investigación <a href="https://www.uspceu.com/investigacion/grupos-investigacion/id/psy-tech">Psycho-Technology</a>, perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo CEU (Madrid).</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/razones-para-retrasar-el-uso-del-movil-la-perdida-de-la-atencion-217053">Razones para retrasar el uso del móvil: la pérdida de la atención</a>
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</em>
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<hr>
<p>Basándose en investigaciones propias y otras muchas evidencias científicas, el equipo interdisciplinar de Psycho-Technology puede contribuir a que las familias tengan una visión más certera de la realidad a la que se enfrentan a diario en sus hogares digitalizados. Para ello, se han diseñado talleres de formación y se publicarán guías de ayuda con información práctica y veraz.</p>
<h2>Últimos estudios sobre hogares digitales y estilos de crianza</h2>
<p>He aquí algunos de los más recientes argumentos científicos sobre el papel que pueden desempeñar las familias en este asunto:</p>
<ul>
<li><p>Un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10562819/pdf/jba-12-652.pdf">metaanálisis</a> publicado en octubre de 2023 concluye que el estilo parental (o de crianza) era un factor decisivo en el uso de internet por parte de los hijos. Los estilos de crianza más apropiados –los llamados “democráticos”, que establecen límites claros y consecuencias a su trasgresión pero nunca de forma impuesta, sino consensuada– se relacionaban con un menor uso problemático de la red en menores de entre 12 y 19 años.</p></li>
<li><p>Los investigadores también ponían de manifiesto la importancia de los progenitores a la hora de compartir con sus hijos adolescentes los potenciales riesgos del entorno web (por ejemplo, comunicar información personal o acceder a contenidos inapropiados para su edad). Así fomentan que los niños y adolescentes tomen conciencia de dichos riesgos.</p></li>
<li><p>El estudio revelaba así mismo que los estilos parentales más autoritarios o punitivos estaban directamente asociados con un consumo excesivo de internet en los adolescentes. Probablemente, esto obedece a estrategias de compensación o evasión.</p></li>
<li><p>En <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35933287">otro metaanálisis</a> de 2022 se señaló la conveniencia de que los progenitores adapten sus estrategias de crianza según el sexo, la edad y la actividad específica de pantalla –si los menores consumen redes sociales, internet en general o videojuegos–. </p></li>
<li><p>Un <a href="https://www.nature.com/articles/s41562-023-01712-8">amplio estudio</a> publicado el 13 de noviembre de 2023, que revisó los resultados de 217 metaanálisis, ha arrojado resultados reveladores: la clave no está tanto en limitar el tiempo de uso de las pantallas, sino en poner atención al contenido que se consume. Se enfatizó, nuevamente, el papel de los progenitores a la hora de filtrar ese contenido y acompañar a los menores en su visionado, subrayando la peligrosidad de ciertos elementos, como la información facilitada en redes sociales. Y para muestra, un botón: gracias a la <a href="https://efe.com/espana/2023-11-22/chats-menores-pornografia-homofobo-machista/">intervención de una madre</a>, se destapó que miles de menores españoles habían tenido acceso a contenido pornográfico, homófobo y machista sin que ni los progenitores ni los educadores tuviesen constancia de ello.</p></li>
</ul>
<p>El camino que transitan las familias debe ser revisado, sostenido y regulado, porque no cuentan con respuestas claras y accesibles sobre lo que verdaderamente deben hacer, ni sobre cómo ni cuándo hacerlo. Y su papel, como demuestra la ciencia y la propia sociedad, es fundamental.</p>
<h2>En busca del término medio</h2>
<p>Teniendo esto en cuenta, sería conveniente proveer a las familias de unas pautas claras y basadas en la evidencia científica. Y garantizar que dichos protocolos (ya sean <a href="https://www.telemadrid.es/noticias/madrid/Ayuso-anuncia-un-protocolo-pionero-en-Espana-para-prevenir-las-adicciones-a-las-pantallas-de-los-alumnos-0-2617238268--20231121112848.html">regionales</a>, <a href="https://www.incibe.es/incibe/informacion-corporativa/con-quien-trabajamos/proyectos-europeos/sic-spain2">nacionales</a> o <a href="https://www.betterinternetforkids.eu/">europeos</a>) lleguen efectivamente a la sociedad. Porque prohibir el uso del teléfono móvil a los menores de 16 años no va a impedir necesariamente que accedan a este tipo de contenidos por otras vías.</p>
<p>Tal vez sea más recomendable “sembrar” para después “recoger”. Hemos facilitado tecnología de última generación a los menores con escasa o nula supervisión, y ahora muchos se plantean una prohibición férrea. Establecer pautas de educación dirigidas a todos los agentes involucrados en el bienestar de la infancia puede ayudar a encontrar un “término medio” aristotélico. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-abuso-del-porno-afecta-seriamente-la-salud-y-dana-el-aprendizaje-afectivo-de-los-jovenes-183302">El abuso del porno afecta seriamente la salud y daña el aprendizaje afectivo de los jóvenes</a>
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<p>Un ejemplo es la prohibición del teléfono móvil en los recintos educativos para reducir el ciberacoso. Según algunos <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/AEA-05-2021-0112/full/html#sec006">estudios</a>, la medida ha funcionado. Pero quizás no sea suficiente. Sería además conveniente profundizar en las razones de por qué casi <a href="https://dilotodocontraelbullying.es/wp-content/uploads/2021/04/Presentacio%CC%81n-DiloTodoContraElBullying-2021_Compress2.pdf">un 80 % de los menores</a> afirma haber sido testigo de casos de acoso en sus centros educativos. </p>
<p>Es como si quisiésemos evitar la adicción a la heroína prohibiendo el uso de las jeringuillas. El teléfono móvil o internet no es más que un medio, un canal; el origen se halla en algo mucho más profundo. Quizás habría que hablar, de nuevo, y en más de un contexto, de valores. Podríamos llamarlo “civismo tecnológico”. </p>
<p>Urge que las instituciones competentes garanticen una estrategia común que abarque un plan de educación y difusión basado en argumentos científicos. Este debe ir dirigido a todos los garantes de un óptimo desarrollo de los futuros ciudadanos del siglo XXI: las familias, el entorno educativo y el ámbito sanitario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/218531/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esther Rincón no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las investigaciones en la ciencia del comportamiento abogan por un término medio entre la prohibición de las pantallas y la libertad absoluta. En esta estrategia, la supervisión de las familias resulta decisiva.Esther Rincón, Adjunct professor, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2140032023-10-05T17:41:38Z2023-10-05T17:41:38ZMás infelices pero menos solos: así influye el uso de internet en el bienestar de los españoles<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/552049/original/file-20231004-19-ihiaec.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=301%2C39%2C2613%2C1905&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/top-view-woman-watching-video-internet-644188654">GaudiLab/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En los últimos años, el análisis del bienestar ha cobrado gran relevancia. Se ha generalizado el uso de medidas que van “más allá del PIB (Producto Interior Bruto)” y que cuestionan la idoneidad de este parámetro como indicador de bienestar. </p>
<p>El modo de pensar, de entender la economía y el progreso social están cambiando: el principal objetivo ya no es tanto el crecimiento económico como impulsar una economía centrada en las personas, que busque incrementar su calidad de vida.</p>
<p>En consecuencia, las percepciones que tienen los propios ciudadanos de su nivel subjetivo de satisfacción están adquiriendo mayor preeminencia frente a las medidas objetivas y de carácter agregado, como el citado PIB, la tasa de empleo o el acceso a la atención médica. Al fin y al cabo, las primeras no sólo reflejan de manera más realista cómo se encuentran las personas, sino que además son más inclusivas y sensibles hacia los grupos minoritarios. </p>
<p>Al mismo tiempo, las tecnologías digitales cobran cada vez más importancia en nuestras vidas, en un momento en el que la sociedad está atravesando una importante transición digital. Esta transición se refiere a los efectos económicos y sociales derivados de la integración de este tipo de tecnologías en todos los aspectos de nuestra vida (comunicación, ocio, trabajo, educación, etc.). Y que, en última instancia, afectan a nuestro bienestar. </p>
<h2>El peso de la tecnología en la calidad de vida</h2>
<p>En este contexto, nace nuestro proyecto de investigación <a href="https://sites.google.com/view/ewellbeing">E-WELLBEING</a>. Financiado por fondos <a href="https://next-generation-eu.europa.eu/index_es">Next Generation EU</a>, su objetivo es analizar la relación entre las tecnologías digitales, especialmente internet, y el bienestar de los ciudadanos europeos.</p>
<p><a href="https://www.nature.com/articles/s41599-023-02110-1">La primera publicación científica</a> de este proyecto se circunscribe al caso de los españoles y ha sido difundida en <a href="https://www.nature.com/palcomms/"><em>Humanities and Social Sciences Communications</em></a>. Para realizar el trabajo, utilizamos microdatos extraídos de la <a href="https://www.europeansocialsurvey.org/">Encuesta Social Europea (ESS)</a>. Dicha información se corresponde a los años 2016 y 2018, con una muestra de 3 614 observaciones, y permite usar una gran variedad de variables.</p>
<p>La encuesta incluía cinco preguntas que nos permiten evaluar los niveles subjetivos de bienestar en varias dimensiones. Dos cuestiones medían la felicidad y satisfacción vital, mientras que las otras tres puntuaban la vida social. Esta se concretaba en la frecuencia con la que el encuestado se reunía con amigos, familiares o compañeros de trabajo; el número de personas con las que podía hablar de asuntos personales e íntimos; y, por último, el nivel de participación en actividades sociales en comparación con la gente de su misma edad. </p>
<p>Para realizar el análisis, también se tuvo en cuenta si los entrevistados usaban internet (o no), el tiempo que le dedicaban y los efectos de éste sobre su nivel percibido de bienestar.</p>
<h2>Luces y sombras del uso de internet</h2>
<p>Los resultados arrojan una primera conclusión: la influencia de internet depende tanto de las características socioeconómicas de las personas (nivel educativo, edad, lugar de residencia…), como de la dimensión de bienestar analizada.</p>
<p>En términos generales, nuestro estudio indica que quienes sufren apuros económicos o financieros, problemas de salud o discapacidad son menos felices y tienen una vida social menos activa, como cabría imaginar. Por el contrario, aquellos que viven en pareja, en ciudades pequeñas o en entornos rurales, así como los mayores de 60 años, muestran mayores niveles de bienestar y de socialización (a excepción de quienes viven en pareja, con una vida social más reducida). </p>
<p>Cuando ponemos el foco en los efectos de internet, los encuestados que hacen un uso más intensivo también experimentan menores niveles de satisfacción vital y felicidad y menos encuentros presenciales con amigos, familiares o compañeros. Sin embargo, y esto es interesante, afirman contar con más personas para hablar de asuntos íntimos y participar más a menudo en actividades sociales en comparación con individuos de su misma edad. Eso sugiere un efecto de sustitución de las interacciones presenciales por las virtuales.</p>
<p>Además, observamos que el uso de la Red mejora el bienestar de los más mayores. En este grupo de población, quienes pasan más tiempo <em>on-line</em> gozan de una mayor participación social en comparación con las personas de su misma edad que se conectan menos y, en general, con las personas jóvenes. </p>
<p>Por último, en el caso de las personas con discapacidad, pasar más tiempo en internet está asociado con una menor frecuencia de encuentros presenciales. Esto parece sugerir que el efecto de sustitución de las interacciones en persona por las virtuales es más acusado para este colectivo.</p>
<p>En resumen, los resultados muestran que el uso intensivo de internet ejerce un efecto negativo para la felicidad, la satisfacción vital y las reuniones presenciales, pero que favorece las conexiones personales y la participación en actividades sociales. También debemos tener en cuenta que la relación entre el bienestar y el tiempo que nos mantenemos <em>on-line</em> depende, en gran medida, de nuestras circunstancias socioeconómicas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214003/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Suárez Álvarez recibe fondos de Fondos Next Generation.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Maria R Vicente recibe fondos de Fondos Next Generation. </span></em></p>Los cambios tecnológicos, y particularmente internet, han cambiado sin duda nuestras vidas, pero ¿para bien o para mal? Según las conclusiones de un nuevo estudio, el panorama no es ni blanco ni negro, y depende mucho de las circunstancias personales.Ana Suárez Álvarez, Economía Aplicada, Universidad de OviedoMaria R. Vicente, Profesora de Economía Aplicada, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2141632023-09-26T18:53:10Z2023-09-26T18:53:10ZValoraciones 5 estrellas: ¿podemos fiarnos de las reseñas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/550373/original/file-20230926-23-4cplxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6000%2C3997&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/asian-woman-using-smart-phone-check-1818369293">CHAjAMP / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cada vez compramos más habitualmente en internet. Cuando lo hacemos, muchas veces adquirimos un producto sin poder evaluar su calidad. Debido a ello, las reseñas han adquirido cada vez más importancia. Estas reseñas suelen ser una valoración (por ejemplo, de 1 a 5) que, en ocasiones, va acompañada de un texto e incluso fotos y vídeos en los cuales se puede observar el producto en funcionamiento.</p>
<p>Ya hay <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10548408.2014.933154">numerosos estudios</a> que demuestran la relación entre estas reseñas y las ventas de productos. Los productos mejor valorados venden más y a mayor precio. Ante esta situación, una cuestión fundamental es si podemos fiarnos de esas valoraciones. A medida que su importancia es cada vez mayor, han surgido distintos esquemas y modelos para intentar escorar las valoraciones de forma artificial.</p>
<p>Inicialmente, alrededor del año 2010, el modelo consistía en introducir <a href="https://www.tripadvisor.co.uk/TransparencyReport2021">valoraciones falsas, positivas o negativas</a>. Las positivas se hacían por parte de la misma empresa, mientras que las negativas, por parte de sus competidores. Este esquema fue resuelto parcialmente por algunas plataformas permitiendo que solo pudieran valorar aquellos usuarios que hubieran comprado el producto. Así, TripAdvisor permite que cualquiera valore un hotel, mientras que Booking.com solo permite que aquellos que han reservado en su plataforma puedan valorar. Google, al igual que TripAdvisor, no exige prueba fehaciente de haber experimentado un servicio para permitir poner una valoración del mismo.</p>
<h2>Presionar a los clientes para que valoren</h2>
<p>Posteriormente, el sistema se sofisticó ligeramente. Así, las empresas incitaban a los consumidores que sabían que estaban satisfechos a que pusieran una valoración. Como mecanismo no se puede considerar que sea fraudulento, ya que solo se busca incentivar a determinados perfiles de clientes a valorar.</p>
<p>A su vez, en los últimos años asistimos a modelos mucho más agresivos y sistemáticos, perfectamente dirigidos y con campañas orquestadas a lograr un gran número de valoraciones en uno u otro sentido. Especialmente famoso resultó el caso de marcas chinas bien reconocidas en Europa: Amazon descubrió que sus buenas valoraciones se debían a granjas de servidores que <a href="https://www.wired.com/story/fake-amazon-reviews-underground-market/">generaban las valoraciones de forma automatizada</a>. Muchos de estos productos <a href="https://techcrunch.com/2021/05/11/chinese-products-get-pulled-from-amazon">han sido expulsados de Amazon, que ha prohibido su venta</a>.</p>
<p>Por otro lado, <a href="https://theconversation.com/por-que-nos-cuesta-tanto-poner-valoraciones-negativas-en-airbnb-132529">en un artículo publicado en 2020 sobre Airbnb</a> explicábamos que, cuando hay contacto directo entre comprador y vendedor (por ejemplo, en Airbnb), el tema es aún más complejo. Para evitar perjudicar a la persona que nos ha alojado en su domicilio, tendemos a autocensurarnos y a tener especial cuidado con lo que decimos.</p>
<h2>Nuevos modelos</h2>
<p>Adicionalmente, en los últimos tiempos han comenzados a aparecer nuevos sistemas para forzar una buena valoración. Por ejemplo, <a href="https://www.etsy.com/es/listing/1384216364/iman-de-calificacion-de-airbnb-iman-de">carteles para poner en la nevera de propiedades que se alquilan en Airbnb</a>. En estos carteles se deja claro al huésped que la valoración debe ser perfecta, de 5 estrellas. Cualquier otra valoración indicaría que la estancia ha sido poco menos que un desastre. </p>
<p>Hace poco tiempo tuvimos constancia de un sistema mucho más sutil aún y que afecta a una de las plataformas que había siempre presumido de ser inmune a este tipo de críticas, Booking.com. Al poco de hacer el <em>check-out</em>, el cliente recibe la solicitud de Booking.com para que valore su estancia. Una vez que la hace, y antes de publicarla, Booking.com avisa al hotel. </p>
<p>Si la valoración no es perfecta, hay casos en los que el hotel se pone en contacto con el cliente mostrando un aparente interés sincero por aquello que pueda haber ido mal solicitándole que, por favor, cambie la valoración. En concreto, un mensaje recibido por un cliente que reservó usando Booking.com es el siguiente:</p>
<blockquote>
<p>Buenos días, (NOMBRE DEL CLIENTE). Soy la recepcionista del (NOMBRE DEL ALOJAMIENTO). Hemos recibido su valoración por Booking.</p>
<p>¿Pasó algo malo durante su estancia?</p>
<p>A lo mejor fue un error, pero la nota final es un 8 (😭). Esta evaluación no refleja todo el trabajo que hacemos a diario.</p>
<p>Y la nota que hemos recibido perjudica mucho a todo el equipo.</p>
<p>Si usted es tan amable y puede modificar o eliminar su puntuación (🙏). Por favor. Perdón por molestarle y gracias.</p>
</blockquote>
<h2>Tecnología <em>blockchain</em> para detectar falsas valoraciones</h2>
<p>En resumen, cada vez empieza a ser más complicado fiarse de las valoraciones <em>online</em>. Ante esta situación, la tecnología <em>blockchain</em> podría ayudar a resolver algunos de los problemas mencionados anteriormente, tal y como explicamos en un estudio publicado recientemente, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2023.2173054"><em>Fighting fake reviews with blockchain-enabled consumer-generated reviews</em></a>. </p>
<p>Con el sistema que proponemos en el artículo, sería relativamente sencillo detectar gran parte de los problemas anteriormente citados. Por ejemplo, seguiría siendo posible modificar una valoración, pero en el <em>blockchain</em> quedarían ambas valoraciones, la original y la modificada. </p>
<p>Estadísticamente, se podrían detectar patrones anómalos en las valoraciones y, sobre todo, la base de datos de valoraciones no estaría en manos de ninguna empresa con intereses en las valoraciones, sino que serían independientes y disponibles para distintas iniciativas que se pudieran desarrollar en torno a las mismas.</p>
<p>En todo caso, lo que cada vez queda más claro es que cualquier tecnología o modelo que imaginemos estará siempre supeditada a la imaginación humana, que siempre será capaz de encontrar nuevas formas de engañar al sistema que se diseñe.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214163/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jacques Bulchand Gidumal no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El Día Mundial del Turismo, que se celebra cada 27 de septiembre, es un buen momento para tomar conciencia de que las reseñas que habitualmente leemos en la red sobre restaurantes, hoteles, casas de alquiler o productos no siempre son fiables.Jacques Bulchand Gidumal, Profesor de Emprendimiento y Turismo Digital, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2024122023-05-30T18:27:09Z2023-05-30T18:27:09ZCómo las empresas de internet deducen nuestra ideología política y otra información personal sin preguntarnos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/528643/original/file-20230526-19-5mrza1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5458%2C3339&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/user-data-privacy-abstract-personal-private-1062285074">Lightspring / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La privacidad no es un valor en alza. Muchas personas no temen exponerse en las redes sociales o en internet. Al contrario, con frecuencia les mueve un deseo de celebridad, de ser vistos y oídos en el espacio digital, detectados por el mayor número posible de internautas. Por eso no perciben sus datos personales como <a href="https://theconversation.com/500-millones-de-afectados-por-la-brecha-de-datos-de-facebook-y-ahora-que-158496">algo valioso</a> que no puede regalarse a cualquiera. No son conscientes de que, al perder su privacidad, también pierden libertad.</p>
<p>Este artículo se refiere a los <a href="https://theconversation.com/esta-en-peligro-la-impunidad-de-los-gigantes-tecnologicos-por-exprimir-nuestros-datos-personales-202063">tratamientos automatizados de los datos personales de los usuarios</a> de webs, plataformas o redes sociales. A la posibilidad de crear perfiles humanos mediante algoritmos y tecnologías de inteligencia artificial, para después <a href="https://theconversation.com/quien-decide-que-noticias-consultamos-google-o-nosotros-206196">tomar decisiones sobre qué hemos de pensar</a> y comprar, o a quién debemos votar.</p>
<h2>Yo no soy afín a ese partido político</h2>
<p>Comencemos por un caso real. En una <a href="https://gdprhub.eu/index.php?title=OGH_-_6Ob35/21x">sentencia dictada el 15 de abril de 2021</a>, el Tribunal Supremo austriaco sostuvo que el dato sobre la afinidad de un sujeto con un determinado partido político constituye una categoría especial de su información personal. Ello implica que dicha información no puede difundirse sin el consentimiento expreso de la persona concernida. </p>
<p>La empresa demandada en el pleito vendió datos personales de diversos individuos para fines de <em>marketing</em>, para que otras empresas pudieran remitirles publicidad de bienes y servicios. La información recopilada por la empresa vendedora incluía datos sobre la afinidad partidista de los nacionales austriacos.</p>
<p>El demandante era un particular que decidió ejercitar su <a href="https://www.aepd.es/es/derechos-y-deberes/conoce-tus-derechos/derecho-de-acceso">derecho de acceso</a> es decir, solicitar a la empresa que le informara sobre los datos personales que tenía en su poder y que estaba vendiendo a terceros. De esta manera se enteró de que la empresa le había ubicado dentro del grupo de sujetos con afinidad política hacia el Partido Liberal de Austria (FPÖ).</p>
<p>La información relativa a esta supuesta afinidad con el partido ultraconservador se había obtenido mediante el uso de un algoritmo para definir las “direcciones del grupo objetivo” según las características sociodemográficas, sin que nuestro protagonista hubiera dado el consentimiento respecto a este tratamiento automatizado de sus datos personales. Estos eran su nombre, teléfono, dirección postal y correo electrónico, además del registro de sus búsquedas en internet mediante las <em>cookies</em> instaladas en su ordenador. </p>
<p>El demandante negó que fuera verdad la afinidad política que se le imputaba, y solicitó que se le abonara una cantidad de dinero para resarcirle por el descrédito que para su imagen (digital) suponía la difusión de esa información.</p>
<h2>¿Qué saben de nosotros las empresas de internet?</h2>
<p>Las empresas que trabajan en el sector privado <em>online</em> van mucho más allá de la mera venta de sus productos, lo que buscan es elaborar, mientras realizan su negocio, verdaderos estudios de mercado, crear perfiles de sus clientes. Para ello manejan dos tipos de información: </p>
<ul>
<li><p>El primero podría considerarse información real, derivada de los datos concretos proporcionados por los clientes (nombre, lugar de residencia, profesión, estado civil, teléfono de contacto, correo electrónico).</p></li>
<li><p>El segundo engloba otros parámetros como son las pautas de comportamiento, preferencias culturales o patrones de consumo. Aquí es donde interviene la tecnología y el aprendizaje de los mecanismos de inteligencia artificial, capaces de recrear patrones humanos. </p></li>
</ul>
<p>Ambos tipos de información quedan almacenados en enormes bases de datos y permiten identificar o reconstruir la identidad de cada usuario atribuyéndole una información sobre su religión, ideología, clase social, salud, etc. Esta información puede ser cierta o no, porque no proviene de datos objetivos cedidos por su dueño, sino que se obtiene mediante la triangulación y organización de la información real obtenida de cada individuo.</p>
<h2>Perfiles automatizados</h2>
<p>Por tanto, a través de los tratamientos automatizados y partiendo de datos no sensibles proporcionados por los usuarios, las empresas digitales de una cierta magnitud son capaces de llegar, al menos de forma presunta, a una información que tanto los ciudadanos como el legislador consideran datos de categoría especial o datos sensibles (origen étnico o racial, convicciones religiosas o filosóficas, afinidad política, vida sexual etc.). </p>
<p>A partir de ahí, la tecnología “encasilla” a los sujetos en modelos estándar de personas de un estrato socioeconómico determinado, un grupo que responde a los mismo patrones predeterminados de comportamiento. </p>
<p>Estos patrones sirven de guía al mercado y retroalimentan la publicidad, siempre del mismo tipo de productos o de servicios, que encajan en el perfil creado previamente. El resultado es que las personas son “conducidas” hacia unos hábitos de consumo cada vez más estandarizados y, por tanto, menos libres.</p>
<p>En definitiva, es necesario que seamos más conscientes cuando emitimos el consentimiento para el tratamiento de nuestros datos personales. Es ahí donde hemos perdido la batalla, porque no solo cedemos nuestros datos de identificación sino que consentimos la creación de perfiles automatizados. No solo perdemos privacidad sin apenas ser conscientes de ello, sino que también perdemos libertad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/202412/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Paloma de Barrón Arniches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La inteligencia artificial analiza nuestras pautas de comportamiento, preferencias culturales y patrones de consumo ‘online’ para atribuirnos una religión, una ideología, una clase social o cierto estado de salud. Pero no siempre acierta.Paloma de Barrón Arniches, Profesora Agregada de Derecho Civil, Universitat de LleidaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2028622023-03-30T17:18:14Z2023-03-30T17:18:14ZCómo la escritura transforma la cultura<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/518264/original/file-20230329-25-jqto6a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=3%2C5%2C1195%2C674&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://telos.fundaciontelefonica.com/como-la-escritura-transforma-la-cultura/">Telos</a></span></figcaption></figure><p>El ser humano se ha podido manejar sin escribir durante la mayor parte de su historia. Hasta tiempos relativamente recientes, hemos vivido en la que <a href="https://www.fondodeculturaeconomica.com/Ficha/9786071642585/F">Walter Ong denominaba</a> cultura de la oralidad primaria, “una cultura que carece de todo conocimiento de la escritura o de la impresión”.</p>
<p>Si bien algún tipo de protoescritura pudo estar presente desde el paleolítico, la escritura más antigua conocida se inventó en Sumeria hacia el 3 400 a.e.c., como tecnología de almacenamiento de información y, en un principio, con fines principalmente administrativos o contables (registros mercantiles, códigos legislativos, apuntes mnemotécnicos, etc.). </p>
<p>Sin embargo, una vez inventada, la escritura impactó en todos los ámbitos y para siempre, hasta el punto de dinamitar esa cultura de la oralidad primaria en todas las sociedades en las que se fue implantada.</p>
<p>Un ejemplo claro de esto <a href="https://www.press.jhu.edu/books/title/2761/origins-rhetoric-ancient-greece">es el de la Grecia antigua</a>. </p>
<h2>Tras la Edad Oscura</h2>
<p>La creación del alfabeto en Grecia debió ocurrir en el siglo VIII a.e.c. Antes de ese siglo existía en Grecia la civilización micénica, que toma este nombre por tener su centro en la ciudad de Micenas, en el Peloponeso. La cultura micénica se desarrolló entre 1 700 y 1 200 a.e.c. y, tras su caída, los griegos entraron en la denominada Edad Oscura, que concluyó con la aparición de Homero y Hesíodo. </p>
<p>La mayoría de los expertos concuerdan en que entre los pueblos de habla griega que conformaban la cultura micénica existía una escritura silábica, la llamada Lineal B, pero esta <a href="https://www.cambridge.org/es/academic/subjects/classical-studies/ancient-history/documents-mycenaean-greek-three-hundred-selected-tablets-knossos-pylos-and-mycenae-commentary-and-vocabulary?format=PB&isbn=9781107503410">desapareció con la caída de esta civilización</a>. </p>
<p>Por ello, puede proponerse con toda seguridad que en la Edad Oscura la cultura griega era completamente oral, tanto en la producción como en la transmisión de saberes. Durante aproximadamente cinco siglos, los griegos parecieron olvidar el arte de la escritura, aunque hay que admitir que lo recuperaron con resultados francamente espectaculares. La <em>Ilíada</em>, la <em>Odisea</em>, la <em>Teogonía</em> y <em>Los trabajos y los días</em> son obras inmortales que siguen fascinando a los lectores hoy en día y fueron, además, las primeras composiciones literarias objeto de fijación escrita de la civilización griega, hecho que puede situarse entre el 700 y el 650 a.e.c.</p>
<p>Escribir permitió la creación de grandes obras, pero la misma existencia de la palabra escrita conllevaba tantas novedades en la forma de entender el mundo que también despertó notables desconfianzas. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/518272/original/file-20230329-26-q6mt8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo de un hombre sentado en un patio y hablando a otros hombres que le rodean." src="https://images.theconversation.com/files/518272/original/file-20230329-26-q6mt8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/518272/original/file-20230329-26-q6mt8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=436&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/518272/original/file-20230329-26-q6mt8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=436&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/518272/original/file-20230329-26-q6mt8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=436&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/518272/original/file-20230329-26-q6mt8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=548&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/518272/original/file-20230329-26-q6mt8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=548&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/518272/original/file-20230329-26-q6mt8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=548&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>La Academia de Platón</em> (1904) de Paul Buffet.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:L%E2%80%99%C3%A9cole_de_Platon_(1904)_-_Paul_Buffet.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Platón denuncia y acepta</h2>
<p>En un famoso pasaje del <em>Fedro</em>, Platón denuncia los potenciales efectos negativos que tiene la escritura. Lo hace aludiendo a una leyenda según la cual una deidad regaló al rey de Egipto distintos descubrimientos: el cálculo, la geometría, la astronomía, los juegos de damas y de dados y, por último, la escritura. El rey se muestra agradecido por todos ellos pero, al llegar a la escritura, el dios le advierte de que su utilidad es de doble filo ya que “es olvido lo que producirán en las almas de quienes las aprendan, al descuidar la memoria, ya que, fiándose de lo escrito, llegarán al recuerdo desde fuera, a través de caracteres ajenos a ellas, no desde dentro, desde ellos mismos y por sí mismos”. </p>
<p>Mientras que lo oral refleja la mente de aquel que habla, lo escrito se vuelve independiente del pensamiento al estar fijado en un soporte que existe de forma autónoma. La palabra escrita es claramente inferior a la palabra hablada, pues un texto no dialoga, no defiende sus argumentos y, ante una pregunta, calla.</p>
<p>Sin embargo, la postura de Platón fluctúa entre el rechazo abierto a la escritura y su aceptación resignada. Por una parte, la siente como una amenaza para el viejo método educativo de la dialéctica practicada por su maestro Sócrates. Por otra, sabe que no se puede dar la espalda totalmente a la escritura, la cual representa el progreso. </p>
<p>La escritura estaba ya imponiéndose en tiempos de Platón como un gran logro. El mismo filósofo reconoció en las <em>Leyes</em> la importancia de la escritura en el momento de fijar una ley: una vez escrita ya no se altera y se presta a un cuidadoso estudio para que un juez pueda comprenderla bien. El carácter estable de la palabra escrita ofrece también ventajas prácticas.</p>
<p>De hecho, la escritura siguió funcionando principalmente como una herramienta auxiliar, comprensible además por muy pocos, subordinada al uso de la palabra hablada. </p>
<p>Un texto era principalmente una forma de depositar información de forma fiable y duradera para que luego esta información pudiera ser consultada, verbalizada o recitada por aquellos que lo necesitasen, ya sean mercaderes, legisladores, aedos o sacerdotes. <a href="http://biblioteca.hebraica.org.ar/items/show/8142">No es hasta mucho tiempo después cuando la escritura adquiere un papel central de nuestra cultura</a>.</p>
<h2>La fijación de la palabra impresa</h2>
<p>Muchos estudiosos señalan que la imprenta es la que marca realmente el cambio del modelo de transmisión oral de la cultura a la lectura. Sin embargo, habrían de pasar muchos años desde su invención hasta que la lectura pudo ser realmente algo socialmente generalizado. De hecho, la alfabetización masiva de la población es un hecho reciente.</p>
<p>Sabemos, por ejemplo, que la lectura de textos poéticos en voz alta fue muy común hasta prácticamente el siglo XIX. Y es que, si hablamos de literatura, el gran cambio se produce en el siglo XIX cuando el Romanticismo intensifica el valor de la originalidad, muchas veces incompatible con las fórmulas repetitivas, usadas para ayudar a la memoria, de la cultura oral. La letra impresa fue la protagonista de la transición de la cultura oral a la cultura escrita.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/518270/original/file-20230329-28-ctyxcq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo de obreros trabajando en la imprenta de un periódico del siglo XIX." src="https://images.theconversation.com/files/518270/original/file-20230329-28-ctyxcq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/518270/original/file-20230329-28-ctyxcq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=574&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/518270/original/file-20230329-28-ctyxcq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=574&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/518270/original/file-20230329-28-ctyxcq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=574&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/518270/original/file-20230329-28-ctyxcq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=721&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/518270/original/file-20230329-28-ctyxcq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=721&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/518270/original/file-20230329-28-ctyxcq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=721&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Máquinas de la imprenta de <em>El Imparcial</em>, en la revista <em>La Ilustración de Madrid</em>. Dibujo de Manuel Nao y grabado de Bernardo Rico, 1870.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Industria_-_M%C3%A1quinas_de_la_imprenta_de_El_Imparcial,_en_La_Ilustraci%C3%B3n_de_Madrid.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Pero no sería justo decir que la imprenta y la escritura hayan expulsado totalmente a la palabra hablada de nuestra cultura. De hecho, el siglo XX trae nuevos avances tecnológicos que permiten la recuperación de la oralidad, si bien mediada por la escritura. A esto se refiere Ong al hablar de la era de la oralidad secundaria.</p>
<p>Frente a la oralidad tradicional (primaria), uno de los cambios fundamentales de la nueva oralidad es que existe una distancia temporal y espacial entre la producción y el consumo de la palabra. </p>
<p>Así, desaparece la presencia física del locutor pero queda la voz y, dependiendo del medio, también la imagen. El oyente, al igual que sucedía con el lector, es sólo un ente abstracto en el momento de grabar. No se habla para un público presente sino para una audiencia potencial, y la palabra oral puede ser reproducible. </p>
<p>Y como también le pasa al lector de letra impresa, <a href="https://www.upress.umn.edu/book-division/books/oral-poetry">el oyente de voz grabada no puede dialogar, intervenir o replicar esa palabra</a>. Las reservas de Platón hacia la escritura también se aplicarían a las grabaciones.</p>
<h2>La escritura en la era digital</h2>
<p>Si la escritura supuso un cambio cultural que se acrecentó con la invención de la imprenta, es inevitable plantearse cómo la era digital ha afectado a su vez a la escritura. </p>
<p>De este punto de partida nace la idea del paréntesis de Gutenberg, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1600-0730.2009.00962.x">formulada primeramente por el profesor Lars Ole Sauerberg</a>. Sauerberg y otros teóricos como Thomas Pettitt desarrollaron el proyecto “<a href="https://www.academia.edu/38284215/The_Gutenberg_Parenthesis_Research_Forum_an_Internet_Archive">The Gutenberg parenthesis – print, book and cognition</a>”. Funcionaba como un foro abierto de discusión que organizaba eventos más o menos formales partiendo de la siguiente pregunta: “¿Es nuestra emergente cultura digital, en parte, un retorno a las prácticas y modos de pensar que eran centrales para las sociedades humanas antes del advenimiento de la imprenta?”.</p>
<p>En líneas generales, la tesis del paréntesis de Gutenberg sostiene que la era de la textualidad sería, esencialmente, una interrupción en la forma de comunicación, creación y transmisión de la cultura. Sauerberg sostiene que la era digital no es simplemente una fase distinta en una progresión lineal de las formas de comunicación, sino más bien una vuelta a las prácticas y los modos de pensar anteriores a la imprenta. </p>
<p>Sauerberg y sus colaboradores distinguen tres épocas con distintas características. La era «pre-Gutenberg» se caracterizaba por su fluidez. La cultura era efímera, difícil de almacenar en un soporte físico, pero fácilmente compartible y flexible, es decir, podía ser cambiada. Es la imprenta la que introduce una idea de fijación, de permanencia, de estabilidad y autoridad. La era «post-Gutenberg» recupera la fluidez de la forma de producir y difundir los productos culturales de la era «pre-Gutenberg». En el medio digital se pierden las ideas de autoridad, individualidad y permanencia de la imprenta. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/518449/original/file-20230330-28-ycbo9c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/518449/original/file-20230330-28-ycbo9c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=166&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/518449/original/file-20230330-28-ycbo9c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=166&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/518449/original/file-20230330-28-ycbo9c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=166&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/518449/original/file-20230330-28-ycbo9c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=208&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/518449/original/file-20230330-28-ycbo9c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=208&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/518449/original/file-20230330-28-ycbo9c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=208&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">gutenberg parenthesis.</span>
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<p>El cambio fundamental al que apuntan los autores es la concepción de la realidad más ligada a una red de conexiones que a una estructura de pertenencias. En este sentido, la cultura predominantemente oral se transmitía de persona a persona, llegaba a alguien, cambiaba, se difundía. Con el libro impreso pasa a estar contenida en un objeto reproducible, pero no modificable. La tesis del paréntesis de Gutenberg defiende que, al funcionar más como una red de conexiones que como un contenedor, la cultura digital se caracteriza por una forma de escritura más colectiva, cambiante y efímera. </p>
<p>Un buen ejemplo de esto es, precisamente, el propio foro del proyecto del paréntesis de Gutenberg. El sitio web estuvo disponible en el MIT, después en la University of Southern Denmark (hasta 2018 aproximadamente) y actualmente ya no está accesible, lo que de alguna manera apoya sus principales tesis.</p>
<p>Como vemos, la escritura ha sido la protagonista de grandes cambios culturales y ha sabido ir adaptándose a distintas épocas y medios, transformándose con ellos. Desde el punto de vista de la comunicación, la escritura pone en el centro del proceso al lector. Es él, tanto en el papel como en la pantalla, el que lleva la iniciativa en el proceso comunicativo: elige qué leer, qué repetir, qué abandonar. </p>
<p>Esto explica la trascendencia que el lector ha adquirido, por ejemplo, en la teoría literaria contemporánea (teorías de la recepción, pragmáticas), pero también la importancia actual de la publicidad para cualquier producto cultural. La tecnología ha permitido cifrar no únicamente el lenguaje, sino también la voz y la imagen. Estamos ante la era del poder del receptor.</p>
<hr>
<p><em>Una <a href="https://telos.fundaciontelefonica.com/como-la-escritura-transforma-la-cultura/">versión de este artículo</a> fue publicada originalmente en la revista Telos de <a href="https://www.fundaciontelefonica.com/">Fundación Telefónica</a>.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/202862/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Este artículo es un resultado de +PoeMAS, “MÁS POEsía para MÁS gente. La poesía en la música popular contemporánea”, proyecto de investigación con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación (PID2021-125022NB-I00), coordinado en la UNED por Clara I. Martínez Cantón y Guillermo Laín Corona, entre enero de 2022 y diciembre de 2024.<a href="https://poemas.uned.es/">https://poemas.uned.es/</a>
</span></em></p>Este artículo, publicado originalmente en la revista Telos de Fundación Telefónica, analiza el desarrollo de la escritura como forma de comunicación hasta llegar a la era digital.Clara Isabel Martínez Cantón, Profesora del Departamento de Literatura española y Teoría de la Literatura. Área de Teoría de la Literatura, UNED - Universidad Nacional de Educación a DistanciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2009772023-03-06T19:18:48Z2023-03-06T19:18:48ZAprender para conectar, conectar para aprender<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/513009/original/file-20230301-23-6xb44f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C0%2C895%2C503&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> </figcaption></figure><p>Durante muchos años, los procesos de aprendizaje privilegiaron la memorización y conducción por encima de la construcción y autogeneración de conocimiento. La autogestión y autonomía estaban lejos de ser parte de la enseñanza y el aprendizaje. </p>
<p>Además, el aprender se daba según las particularidades de los estudiantes: sus motivaciones, contextos, intereses y otros factores que condicionaban dicha actividad. Con el paso del tiempo y la evolución tecnológica esta dicotomía originó la necesidad de dar cabida a ideas distintas respecto a cómo se logra aprender. </p>
<p>En este sentido, es necesario comprender que en la actualidad el aprendizaje se potencia cuando el conocimiento adquirido puede conectarse con diversas motivaciones y realidades. Se ha observado que cuando alguien está interesado en una <a href="https://www.redalyc.org/journal/104/10464915009/html/">temática, disciplina o situación su aprendizaje es más concreto</a> y duradero, pues ese interés le ayuda a generar las conexiones necesarias en su estructura cognitiva. </p>
<h2>Aprender conectado</h2>
<p>Aprender conectado a la realidad es una ventaja que potencia el sentido de los contenidos aprendidos: no es lo mismo aprender ante circunstancias hipotéticas que experimentando la realidad, cercanos a un entorno, problema o situación que requieren la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos. </p>
<p>Actualmente, con la presencia de las tecnologías e internet, el acceso al conocimiento se ha incrementado. Esto implica que las formas de aprender sean cada vez más variadas, en entornos donde el espacio y el tiempo no se limitan a un aula o institución. </p>
<p>El aprendizaje puede ser formal e informal, y adquiere sentido desde la conexión e interacción con otros. Es así como las experiencias de los demás alimentan los conocimientos propios, a través del intercambio y construcción colaborativa del conocimiento, y dan significado al aprendizaje a través de la socialización y la convivencia.</p>
<h2>Redes personales a medida</h2>
<p>El aprendizaje conectivo es el que sucede a través de las interconexiones que residen en el cerebro de las personas o de las redes virtuales. Son conexiones que facilitan el acceso al conocimiento construido y expuesto, y exigen la involucración directa y activa por parte de las personas, pues son ellas las que, desde sus necesidades, construyen estos entramados.</p>
<p>En este sentido, aprender desde la conectividad implica explicar el aprendizaje con argumentos distintos a los de las teorías tradicionales <a href="https://revistainnovaeducacion.com/index.php/rie/article/view/4">conductismo, cognitivismo y constructivismo</a> y dar paso a propuestas que tomen en cuenta la presencia de las tecnologías, la facilidad de interacción que propician los diversos dispositivos y la inmediatez al conocimiento a través de internet. </p>
<p>Es por esta razón por la que el <a href="https://ateneu.xtec.cat/wikiform/wikiexport/_media/cursos/tic/s1x1/modul_3/conectivismo.pdf">conectivismo</a>, si bien no ha sido validado del todo como una teoría, ha sido un referente que se acerca a la comprensión de los fenómenos educativos del siglo XXI.</p>
<h2>Multidisciplinariedad</h2>
<p>Desde la perspectiva del conectivismo, el acceso al conocimiento genera personas cualificadas que aprenden, crean, comparten y trabajan sobre la información en distintos contextos. Su preparación no se limita a una disciplina o área del saber, sino que es multidisciplinar, lo que da cabida a la creación de mayores conocimientos. </p>
<p>El aprendizaje ya no es un proceso que está completamente bajo el control del individuo como una actividad interna, sino que también se produce cuando se conecta una persona con otras. Estas conexiones potencian lo que se puede aprender, y se dice entonces que el conocimiento reside en organizaciones, grupos de personas o dispositivos. </p>
<h2>Intercambio y reciprocidad</h2>
<p>Las conexiones que se construyen en la red tienen el propósito de intercambiar el conocimiento entre quienes se conectan, siendo esta reciprocidad la parte más crítica del aprendizaje. Las redes creadas pueden ser internas o externas. Por ejemplo, los enlaces construidos en el cerebro de los individuos que evocan conocimientos adquiridos (internas), o las conexiones que se concretan cuando se interactúa con otras personas que manejan los mismos temas de interés y comparten información al respecto (externas).</p>
<p>Por tanto, la idea de aprender para conectar y conectar para aprender implica la disposición de los individuos para concebir su aprendizaje como un entramado de enlaces internos o externos que están en constante cambio y expansión, construidos en un ambiente caótico donde las tecnologías posibilitan el acceso y exposición del conocimiento.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/200977/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Claudia Islas Torres no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La conexión es una parte fundamental del aprendizaje. Conexión de los contenidos con la realidad que nos rodea, de los conocimientos que adquirimos entre sí, y de nuestros conocimientos con los de los demás.Claudia Islas Torres, Profesora-Investigadora, coordinadora de la Maestría en Procesos Innovadores en el Aprendizaje del CUAltos, Universidad de GuadalajaraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1795942022-12-05T18:08:30Z2022-12-05T18:08:30ZPor qué las relaciones adolescentes virtuales perpetúan estereotipos machistas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/498688/original/file-20221202-20-njuvw8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6003%2C3996&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-teenager-friends-laughing-pointing-girl-2158259465">Shutterstock / Egoitz Bengoetxea</a></span></figcaption></figure><p>Distintos <a href="http://eprints.lse.ac.uk/54280/1/EU%20Kids%20Online%20III_Second%20annual%20progress%20report_2013.pdf">informes</a> de <a href="https://bit.ly/32J36A2">organizaciones</a> internacionales y de ámbito nacional advierten desde hace más de una década de los <a href="http://www.injuve.es/observatorio/salud-y-sexualidad/revista-de-estudios-de-juventud-123-la-salud-afectivo-sexual-de-la-juventud-en-espana">riesgos que comporta durante la adolescencia</a> el uso de las redes sociales. </p>
<p>Estos informes coinciden en que los chicos y chicas adolescentes acceden de manera generalizada a las redes, usándolas para establecer nuevas relaciones de amistad y mantener las de su entorno presencial. </p>
<p>La investigación académica, por su parte, también se ha ocupado del asunto desde distintas perspectivas. Así, el estudio de la adolescencia, de carácter esencialmente interdisciplinar, analiza la <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/10748120110424816/full/html">influencia que tiene en el desarrollo adolescente</a> la participación en las comunidades virtuales.</p>
<p>Por tanto, han quedado atrás supuestos de décadas anteriores en donde se asumían diferencias en las interacciones entre los mundos presenciales y virtuales: a día de hoy, ya no se discute la continuidad entre ambos entornos de socialización.</p>
<h2>Internet y comportamiento ético</h2>
<p>Desde los primeros estudios en este campo, se ha destacado la importancia de considerar la doble vertiente del uso de internet: como herramienta y como contexto social. </p>
<p>Esto hace que tenga un doble impacto en los aspectos relacionados con el desarrollo moral que se afrontan de forma especial en la adolescencia: si como contexto, internet permite conectar e interactuar con pares y con desconocidos, y participar en comunidades en línea, es ahí en donde estriban no sólo las oportunidades, sino también los <a href="https://www.researchgate.net/publication/261312425_Digital_Youth_The_Role_of_Media_in_Development">riesgos y desafíos</a> para el comportamiento ético. </p>
<p>El anonimato en la participación, junto con la conectividad casi permanente, son aspectos que afectan a la privacidad, y al tipo y calidad de la información que se recibe y comparte. </p>
<h2>Vulnerables en todos los ámbitos</h2>
<p>De esta forma, en el denominado “lado oscuro” de internet, destaca un problema que afecta de manera especial a las chicas adolescentes y jóvenes. </p>
<p>Ellas son las víctimas de agresiones en prácticamente todos los ámbitos relacionados con la sexualidad: cortejo con hostigamiento, <em>ciberdating</em> o violencia en cita en las relaciones de pareja, invitaciones a la práctica del sexo, mensajes o llamadas de acoso sexual explícito, <em>stalking</em> o acecho, insultos, envío y recepción de material <em>pornográfico</em>, <em>sextorsion</em> (chantaje con imágenes de contenido sexual), <em>grooming</em> (búsqueda de la confianza para obtener concesiones de índole sexual), <em>sexting</em> (difusión de contenidos de carácter sexual), suplantación de personalidad, etc.</p>
<p>Esta vulnerabilidad digital de las chicas también es producto de los estereotipos sexistas vinculados al “amor romántico” que, actuando en el entorno presencial, se mantienen en el virtual: los celos, el control de los dispositivos a través del intercambio de contraseñas, el del uso del tiempo fuera de la relación de pareja, etc., considerándose como “prueba de amor”. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4229%2C2819&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4229%2C2819&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sad-female-teenager-tablet-computer-laptop-1636600042">Shutterstock / Burdun Iliya</a></span>
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</figure>
<h2>El ‘ser para otros’, acentuado</h2>
<p>La <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6306384">investigación educativa y feminista destaca el peligro</a>: el “ser para otros” de las mujeres, frente al “ser para sí” de los hombres, estaría en la base de la violencia de género en donde las mujeres son las responsables del funcionamiento de la relación. </p>
<p>De especial interés, por la alarma que genera en familias e instituciones educativas, y por su previsible influencia en el desarrollo afectivo-sexual en la etapa adolescente, es el consumo de pornografía que, por las características de gratuidad en el acceso y de anonimato en el uso, tiene una amplia presencia en el espacio virtual. Siendo un campo específico de estudio, relativamente reciente, nuestra investigación (en proceso de publicación) muestra resultados interesantes, aunque aún no contundentes.</p>
<h2>Pornografía y amor romántico</h2>
<p>Las chicas se muestran más críticas que los chicos en cuanto al consumo de pornografía; aunque también se observa en ellas <a href="https://institutomujer.castillalamancha.es/centro-de-documentacion-y-biblioteca-luisa-sigea/publicaciones/trabajos-de-investigacion">cierta confusión</a>, producto de la interiorización de mitos del amor romántico, como la anteposición del placer masculino al suyo propio, o la dificultad para expresar su deseo en las relaciones afectivo-sexuales. </p>
<p>Los importantes cambios de este período en los ámbitos cognitivo, emocional y social explican igualmente el interés por el conocimiento de todo lo relacionado con el cuerpo y la sexualidad. <a href="https://cdn.20m.es/adj/2019/06/10/4007.pdf">Estudios recientes</a> señalan que una amplia mayoría de chicos comienzan el visionado de pornografía con menos de 16 años, así como que su consumo frecuente es realizado por cerca de la mitad de los varones adolescentes. </p>
<h2>La importante y compleja tarea educativa</h2>
<p>La tarea educativa de la institución escolar es de importancia crucial para el abordaje de la educación afectivo-sexual en la adolescencia, si no se quiere dejar que sea la pornografía el lugar del aprendizaje.</p>
<p>La tarea no es sencilla por distintas razones, entre ellas, por la potente influencia del contexto social. En él, los estereotipos sexistas predominan, y ofrecen una visión errónea de la conducta sexual: se invisibiliza el deseo mutuo y compartido de los protagonistas de la relación. </p>
<p>Otro factor que complica la tarea es una característica específica del desarrollo en la adolescencia: la existencia de una conciencia difusa entre lo que se debe y se puede hacer, y lo que no.</p>
<p>Solamente alcanzar una moral autónoma que se base en los principios éticos universales de respeto al otro, y de la empatía cognitiva y emocional en las relaciones interpersonales, nos permite avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres. La escuela ha de acompañar a su alumnado en este camino.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179594/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Soledad Andrés Gómez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Durante la adolescencia, desarrollamos nuestra moral autónoma. El entorno virtual en el que socializan los jóvenes hace más difícil este aprendizaje, tanto para ellos como para profesorado y familias.María Soledad Andrés Gómez, Profesora Facultad de Educación, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1953952022-11-27T18:09:01Z2022-11-27T18:09:01ZLa hora de Mastodon<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/497464/original/file-20221127-22-4bdwht.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C4977%2C3330&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/barcelona-spain-07-november-2022-mastodon-2223933877">Shutterstock / davide bonaldo</a></span></figcaption></figure><p>La crisis de autodestrucción en la que se ha embarcado Twitter desde que a finales de octubre Elon Musk tomara el control de la compañía ha provocado una fuga de usuarios que se encuentran a la búsqueda de nuevos hogares digitales.</p>
<p>Aunque Mastodon no es necesariamente el único destino natural de los emigrantes de Twitter, el <a href="https://mastodon.social/@estebanmoro/109342663127191604">espectacular crecimiento</a> que ha tenido durante estas últimas semanas parece revelar una preferencia clara por esta red, en la que incluso los antiguos empleados de Twitter han encontrado refugio y montado <a href="https://macaw.social/explore">su propia instancia</a>.</p>
<p>También es cierto que el éxodo no está exento de penalidades, ya que Mastodon no es Twitter, y tanto el diseño de <em>software</em> como la cultura de cada red responden a filosofías contrapuestas.</p>
<h2>1. ¿Qué es Mastodon?</h2>
<p>Mastodon es una implementación del protocolo <a href="https://www.w3.org/TR/activitypub/Overview.html">ActivityPub</a> para la gestión de un servicio de <em>microblogging</em> (categoría a la que pertenecen, por ejemplo Twitter y Tumblr), cuyo código abierto permite su instalación en cualquier servidor web (lo que constituye una <em>instancia</em>). Mastodon es también la red de instancias federadas y, finalmente, una marca registrada por<a href="https://joinmastodon.org/es/about"> Mastodon gGmbH</a>, una organización sin ánimo de lucro dirigida por Eugen Rochko, creador del <em>software</em> y administrador del <a href="https://mastodon.social">servidor original</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/497417/original/file-20221125-7303-c8zagm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/497417/original/file-20221125-7303-c8zagm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/497417/original/file-20221125-7303-c8zagm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=140&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/497417/original/file-20221125-7303-c8zagm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=140&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/497417/original/file-20221125-7303-c8zagm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=140&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/497417/original/file-20221125-7303-c8zagm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=176&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/497417/original/file-20221125-7303-c8zagm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=176&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/497417/original/file-20221125-7303-c8zagm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=176&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Logo de Mastodon.</span>
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<h2>2. ¿En qué se diferencia de Twitter?</h2>
<p>Mientras que Twitter es fácil, Mastodon genera fricción por diseño. Twitter se gestiona de manera centralizada, con <em>software</em> propietario, es una empresa cotizada que vende publicidad (y verificación de identidades) y en la que los algoritmos han tomado posesión de la experiencia del usuario.</p>
<p>Mastodon, por el contrario, funciona de manera descentralizada, con <em>software</em> libre, no tiene publicidad y no hay algoritmos que alteren el <em>timeline</em> del usuario.</p>
<h2>3. ¿Hay que dejar Twitter?</h2>
<p>No es recomendable cerrar las cuentas, es preferible mantener ocupadas nuestras identidades y marcas en esa red. Además, los perfiles son el lugar idóneo para compartir los enlaces hacia nuestros nuevos destinos.</p>
<p>Lo que sí es recomendable es descargar los archivos de la cuenta para disponer de una copia de seguridad en local y configurar la doble verificación para mejorar la protección de la cuenta.</p>
<h2>4. ¿Por qué ahora toca Mastodon?</h2>
<p>Sin necesidad de abandonar la cuenta de Twitter, parece razonable disponer de un plan B en caso de que esa red implosione o quiebre. Hay muchos usuarios que han aprovechado la ocasión para volver a sus cuentas de Tumblr y también se nota una creciente actividad en Instagram.</p>
<p>De todas formas, desde que Elon Musk realizó la oferta inicial hasta que se hizo con la compañía, la conversación sobre Mastodon fue cobrando cada vez mayor protagonismo en Twitter (al mismo tiempo que se intensificaba la conversación sobre Twitter en Mastodon).</p>
<p>Resulta inevitable acudir a Twitter como referencia para explicar Mastodon, pero no sólo por esta crisis sino también por razones históricas. Mastodon nació en 2016 porque un usuario de Twitter dejó la red desencantado a causa de sus ineficiencias. Así fue como Eugene Rochko diseñó Mastodon inspirado por Twitter pero dispuesto a revertir todos sus fallos estructurales.</p>
<p>Por esta razón he afirmado que Mastodon es la respuesta a la pregunta <a href="https://www.ecuaderno.com/2022/11/18/its-not-a-bug-its-a-mastodon/">¿cómo habría sido Twitter si lo hubiera desarrollado la comunidad del software libre?</a></p>
<h2>5. ¿Con qué criterio se debe escoger una instancia?</h2>
<p>Elegir una instancia (servidor) de Mastodon se parece, en parte, a la elección de un proveedor de correo electrónico: nuestra identidad queda vinculada a la marca de la plataforma escogida (Gmail, Yahoo! Mail, AOL Mail o Outlook) y, con independencia de cuál sea nuestra opción, podremos comunicarnos con los usuarios de todas las demás.</p>
<p>En Mastodon hay <a href="https://instances.social/list/advanced#lang=&min-users=&max-users=">instancias genéricas</a> (que son las más saturadas) y hay <a href="https://fediverse.party/en/portal/servers/">instancias temáticas</a> en función de países, regiones, ciudades, lenguas, profesiones, disciplinas y aficiones.</p>
<p>Otras cuestiones a considerar en la selección de una instancia son: </p>
<ul>
<li><p>el tamaño de la instancia (cantidad de cuentas alojadas) porque puede afectar al rendimiento del servidor y porque condiciona la experiencia del <em>timeline</em> local, que es el que corresponde a las actualizaciones de los usuarios de ese servidor. </p></li>
<li><p>las políticas de uso aceptable y términos del servicio establecidos por el administrador de la instancia escogida (idiomas aceptados, temas no permitidos, servidores bloqueados, contenido no disponible, etc.).</p></li>
<li><p>el riesgo de <em>defederación</em> que podría sufrir la instancia en función de su temática o a causa de sus integrantes.</p></li>
</ul>
<p>La buena noticia es que las cuentas de Mastodon son perfectamente transportables entre instancias, de modo que siempre existe la posibilidad de mudarse a otro servidor (conservando la comunidad de la cuenta, aunque el contenido permanezca en el anterior).</p>
<h2>6. ¿Cómo encontrar a nuestros contactos?</h2>
<p>Paradójicamente, el método más directo para saber si nuestros contactos están en Mastodon consiste en revisar su perfil de Twitter, ya que allí es donde se están indicando las señas de identidad correspondientes a Mastodon.</p>
<p>Uno de los factores que me ha convencido del potencial de Mastodon para el <em>networking</em> académico y la divulgación de la ciencia es la <a href="https://github.com/nathanlesage/academics-on-mastodon">amplia diversidad de especialidades científicas</a> que tienen centenares, cuando no miles, de representantes agrupados en comunidades perfectamente identificables: Antropología, Arqueología, Astrofísica, Bioinformática, Biofísica, Economía, Química, Comunicación, Criminología, Derecho, Humanidades Digitales, Historia, Neurociencia, Psicología, Sociología, etc. En Mastodon aguarda un tesoro a cada investigador.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/497466/original/file-20221127-33893-8yce55.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/497466/original/file-20221127-33893-8yce55.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/497466/original/file-20221127-33893-8yce55.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/497466/original/file-20221127-33893-8yce55.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/497466/original/file-20221127-33893-8yce55.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/497466/original/file-20221127-33893-8yce55.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=981&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/497466/original/file-20221127-33893-8yce55.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=981&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/497466/original/file-20221127-33893-8yce55.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=981&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://twittodon.com/">Twittodon</a></span>
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<h2>7. ¿Cómo se verifica nuestra identidad en Mastodon?</h2>
<p>En Mastodon no existe la verificación centralizada de perfiles de usuario (el distintivo celeste de Twitter), sólo existe la verificación de los enlaces que el usuario incluye en su perfil (hasta cuatro) y solo en la medida en que el propietario de la cuenta pueda incluir una línea de código HTML (disponible en su perfil) en el archivo HTML de la página hacia la que apunta el enlace. En tal caso, el enlace correspondiente aparecerá en color verde, indicando que está verificado.</p>
<p>Hay un servicio muy interesante llamado <a href="https://twittodon.com">Twittodon</a> que permite realizar una verificación cruzada entre una cuenta de Twitter y una cuenta de Mastodon y que genera un enlace que, al añadirse al perfil, confirma esa correspondencia y figura en color verde. Twittodon también ofrece acceso a una <a href="https://twittodon.com/verified.php?search=">base de datos de correspondencias verificadas</a> que puede utilizarse para localizar las cuentas de Mastodon de los usuarios de Twitter.</p>
<h2>8. ¿Cómo se comunica públicamente nuestra identidad en Mastodon?</h2>
<p>Cuando comunicamos a un amigo nuestra presencia en Twitter podemos decirle «búscame en Twitter», ya que conociendo nuestro nombre puede realizar una búsqueda muy sencilla en el buscador interno de Twitter. En cambio, decir «estoy en Mastodon», es el equivalente a decir «tengo correo electrónico»: no hay modo de localizarte si no indicas en qué servidor estás. </p>
<p>En Mastodon no hay búsqueda centralizada (sólo búsqueda contra la base de datos de una instancia) y tampoco hay búsqueda por palabras. Sólo pueden buscarse etiquetas (#MastodonHelp), perfiles de usuarios por su username (<a href="https://mastodon.cloud/@jlori">@jlori@mastodon.cloud</a>), perfiles de usuarios por su URL (<a href="https://mastodon.cloud/@jlori">https://mastodon.cloud/@jlori</a>) y publicaciones por su URL (<a href="https://mastodon.cloud/@jlori/109331733327310686">https://mastodon.cloud/@jlori/109331733327310686</a>).</p>
<p>Fuera de Mastodon, en cualquier sitio web, blog o cuenta en redes sociales, el modo correcto de comunicar la identidad es mediante la URL de la cuenta. Si por el contrario se comunica mediante el <em>username</em> (@jlori@mastodon.cloud), el navegador interpretará esa secuencia como si fuera una dirección de correo electrónico.</p>
<h2>9. ¿Qué características tiene la escritura en Mastodon?</h2>
<p>La restricción originaria de Twitter fue de 140 caracteres por tuit, ampliada posteriormente a 280 caracteres, que es el límite hasta ahora. En Mastodon el límite estándar se ha ampliado hasta los 500 caracteres, aunque es una restricción que cada administrador de instancia podría modificar hacia arriba o hacia abajo.</p>
<p>La segunda característica que define a la escritura en Mastodon es la necesidad de hacer un uso intensivo de etiquetas (similar a la lógica de descubrimiento de contenidos que opera en Instagram) para que las publicaciones trasciendan la frontera del <em>timeline</em> local (algo que también se consigue teniendo seguidores de instancias remotas) y alcancen a usuarios de Mastodon que no nos siguen pero que están rastreando la etiqueta en cuestión.</p>
<h2>10. ¿Qué información solvente puedo consultar sobre Mastodon?</h2>
<p>La fuente oficial, que conviene explorar a fondo, es <a href="https://docs.joinmastodon.org/">Mastodon Documentation</a> y una guía muy recomendable es <a href="https://fedi.tips/">Fedi.Tips</a>.</p>
<p>La cuenta del desarrollador del <em>software</em> original de Mastodon, Eugen Rochko, puede visitarse en <a href="https://mastodon.social/@Gargron">mastodon.social/@Gargron</a>.</p>
<p>Finalmente, como ya he <a href="https://www.ecuaderno.com/2022/11/18/its-not-a-bug-its-a-mastodon/">confesado</a>, aquellos usuarios que estén dispuestos a sortear la carrera de obstáculos que representa incorporarse a Mastodon y aprender sus técnicas y su cultura (desaprendiendo parte de las heredadas) se encontrarán en un ambiente que, a los viejos <em>rockeros</em> de internet, nos trae los recuerdos de las comunidades de Usenet, de los comienzos de la Web y, por supuesto, de la revolución de los blogs.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195395/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jose Luis Orihuela imparte docencia y realiza consultoría y formación sobre los temas desarrollados en el artículo y prepara un libro sobre Mastodon.</span></em></p>10 preguntas para despejar el camino hacia Mastodon, la red social de la que todo el mundo habla.Jose Luis Orihuela, Profesor de Comunicación Multimedia y Estrategia Digital, Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1940272022-11-06T17:30:15Z2022-11-06T17:30:15Z¿Se enfrenta Twitter a una fuga masiva de usuarios?<p><a href="https://twitter.com/elonmusk/status/1585841080431321088">Cuando Elon Musk anunció que “el pájaro es libre”</a> tras cerrar la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares, algunos usuarios de la plataforma entendieron que había llegado la hora de <em>salir volando</em>. </p>
<p>En el transcurso de las siguientes 48 horas, vi innumerables anuncios en mi cuenta de Twitter de personas que abandonaban la plataforma o se preparaban para hacerlo. Las etiquetas #GoodbyeTwitter, #TwitterMigration y #Mastodon <a href="https://www.wired.com/story/twitter-users-flock-to-other-platforms-as-the-elon-musk-era-begins/">fueron tendencia</a>. La red social descentralizada y de código abierto Mastodon ganó más de 100.000 usuarios en pocos días, según un <a href="https://hci.social/web/@mastodonusercount@bitcoinhackers.org"><em>bot</em> de conteo de usuarios</a>.</p>
<p>Como científica especializada en información que <a href="https://scholar.google.com/citations?user=D9LfKkAe7d0C&hl=en">estudia las comunidades en línea</a>, estos movimientos me parecieron el comienzo de algo que ya había visto antes. Las redes sociales no suelen durar para siempre. Dependiendo de nuestra edad y de nuestros hábitos <em>online</em>, probablemente haya alguna plataforma que echemos de menos, aunque siga existiendo de alguna forma. Piensen en MySpace, LiveJournal, Google+ y Vine. </p>
<p>Cuando las plataformas en internet decaen, a veces las comunidades en línea que hicieron sus hogares allí se desvanecen, y a veces hacen las maletas y se trasladan a un nuevo hogar. La agitación en Twitter está haciendo que muchos de los usuarios de la compañía se planteen abandonar la plataforma. Una investigación sobre anteriores migraciones de redes sociales muestra lo que les podría esperar a los usuarios de Twitter que vuelen del gallinero.</p>
<p>Hace varios años, dirigí <a href="http://dx.doi.org/10.1145/3392847">un proyecto de investigación</a> con Brianna Dym, ahora en la Universidad de Maine, en el que mapeamos las migraciones de plataforma de casi dos mil personas durante un período de casi dos décadas. La comunidad que examinamos fue la del <a href="https://www.teenvogue.com/story/how-do-we-define-fandom-stitch-fan-service"><em>fandom transformacional</em></a>, los fans de series y franquicias literarias y de cultura popular que crean arte utilizando los personajes y escenarios originales de las obras que siguen.</p>
<p>La elegimos porque se trata de una gran comunidad que ha prosperado en diferentes espacios <em>online</em>. Algunas personas que escribían <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Fanfiction"><em>fan fiction</em></a> de <em>Buffy Cazavampiros</em> en Usenet en la década de 1990 eran las mismas que escribían <em>fan fiction</em> sobre Harry Potter en LiveJournal en la década de 2000 y sobre <em>Star Wars</em> en Tumblr en la década de 2010.</p>
<p>Preguntando a los participantes sobre sus experiencias al pasar de una plataforma a otra –por qué se fueron de una, por qué se unieron a otra y los retos a los que se enfrentaron al hacerlo–, obtuvimos información sobre los factores que podrían impulsar el éxito y el fracaso de las plataformas, así como las consecuencias negativas que probablemente se produzcan para una comunidad cuando se traslada.</p>
<h2>¿Quién se va primero?</h2>
<p>Independientemente de cuántas personas decidan finalmente abandonar Twitter, e incluso de cuántas lo hagan al mismo tiempo, crear una comunidad en otra plataforma es una batalla ardua. Estas migraciones están impulsadas en gran parte por los efectos de red, lo que significa que el valor de una nueva plataforma depende de quién más esté allí. </p>
<p>En las primeras etapas críticas de la migración, la gente tiene que coordinarse para fomentar la nueva plataforma, lo que es realmente difícil. En esencia, se convierte, como describió uno de nuestros participantes, en un juego en el que nadie quiere irse hasta que se vayan sus amigos y nadie quiere ser el primero por miedo a quedarse solo en un nuevo espacio.</p>
<p>Por este motivo, la “muerte” de una plataforma –ya sea por una controversia, un cambio no deseado o a causa de la competencia– suele ser un proceso lento y gradual. Un participante describió el declive de Usenet como “ver un centro comercial cerrarse lentamente”.</p>
<h2>Nunca será lo mismo</h2>
<p>Entonces, ¿qué podría pasar si muchos usuarios de Twitter deciden marcharse? Lo que hace que Twitter sea Twitter no es la tecnología, sino la configuración particular de las interacciones que tienen lugar allí. Y la posibilidad de que Twitter tal y como existe ahora pueda reconstituirse en otra plataforma es prácticamente nula. </p>
<p>Es probable que cualquier nueva migración se enfrente a muchos de los retos a los que se han enfrentado las anteriores migraciones de plataformas: pérdida de contenidos, comunidades fragmentadas, redes sociales rotas y normas comunitarias cambiadas.</p>
<p>Pero Twitter no es una comunidad, sino un conjunto de muchas comunidades, cada una con sus propias normas y motivaciones. Algunas comunidades podrían migrar con más éxito que otras. Así que tal vez el K-Pop Twitter podría coordinar un traslado a Tumblr. He visto que gran parte del Twitter académico coordina un traslado a Mastodon. Otras comunidades podrían ya existir simultáneamente en Discord, y pueden simplemente dejar que la participación en Twitter se desvanezca a medida que menos gente le preste atención. Pero, como implica nuestro estudio, las migraciones siempre tienen un coste, e incluso en las comunidades más pequeñas algunas personas se perderán por el camino.</p>
<h2>Los lazos que unen</h2>
<p>Nuestra investigación también apuntó a recomendaciones de diseño para apoyar la migración y cómo una plataforma podría aprovechar el desgaste de otra plataforma. Las funciones de publicación cruzada pueden ser importantes porque muchas personas cubren así todas sus redes. Puede que no estén dispuestos a cortar los lazos de golpe, pero puede que se sumerjan en una nueva plataforma compartiendo el mismo contenido en ambas. </p>
<p>Importar redes de otra plataforma también ayuda a mantener las comunidades. Por ejemplo, hay <a href="https://twitodon.com/">múltiples</a> <a href="https://pruvisto.org/debirdify/">formas</a> <a href="https://fedifinder.glitch.me/">de</a> encontrar en Mastodon a las personas que seguimos en Twitter. Unos simples mensajes de bienvenida, guías para los recién llegados y formas sencillas de encontrar a otros migrantes podrían marcar la diferencia a la hora de ayudar a que los intentos de reasentamiento se mantengan.</p>
<p>Es importante recordar que este es un problema complejo por su propio diseño. Las plataformas no tienen ninguna intención de ayudar a los usuarios a marcharse. Como escribió recientemente el veterano periodista especializado en tecnología Cory Doctorow, esto es “<a href="https://doctorow.medium.com/how-to-leave-dying-social-media-platforms-9fc550fe5abf">una toma de rehenes</a>”. Las redes sociales atraen a la gente con sus amigos, y luego la amenaza de perder esas redes de amistad mantiene a la gente en las plataformas. </p>
<p>Incluso cuando hay que pagar un precio por abandonar una plataforma, las comunidades pueden ser increíblemente resistentes. Los usuarios de LiveJournal de nuestro estudio se reencontraron en Tumblr. Nuestro destino no está ligado al de Twitter.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194027/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Casey Fiesler no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Muchos usuarios sopesan dejar Twitter tras la llegada de Elon Musk. ¿Y cuál sería su nuevo destino? Un estudio demuestra que las migraciones de unas plataformas a otras suelen tener un coste muy elevado.Casey Fiesler, Associate Professor of Information Science, University of Colorado BoulderLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1935672022-11-02T17:37:53Z2022-11-02T17:37:53ZEl uso de los memes como arma antifeminista cala en la sociedad más joven<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/493010/original/file-20221102-14-qhdm2b.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C1914%2C1069&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Shutterstock / ishara chathuranga</span></span></figcaption></figure><p>La manosfera está cobrando cada vez más relevancia en España, hasta el punto de que ya podemos hablar de una manosfera española. Cuando hablamos de <a href="https://revistas.ucm.es/index.php/POSO/article/view/80369">manosfera</a> nos referimos al conglomerado de espacios virtuales heterogéneos que dan cabida a multitud de movimientos basados en la propagación de discursos misóginos y antifeministas. </p>
<p>Desde ella se crean todo tipo de contenidos –vídeos, memes, posts, <em>gifs</em>, tweets, etc.– que sirven para articular los postulados del discurso antifeminista. En este artículo nos centramos en el estudio de los memes creados, usados y extendidos desde la manosfera para difundir ideas antifeministas. Estos memes buscan deslegitimar y despolitizar los esfuerzos de los movimientos feministas y de las instituciones promotoras de la igualdad de género y tienen especial calado en el posicionamiento ideológico de la juventud española, <a href="https://www.fad.es/notas-de-prensa/crece-el-porcentaje-de-chicos-jovenes-15-a-29-anos-que-niega-la-violencia-de-genero-o-le-resta-importancia/">que cada vez se identifica más con los discursos antifeministas</a>.</p>
<p>En la <a href="https://www.adolescenciayjuventud.org/publicacion/jovenes-en-la-manosfera/">investigación</a> que hemos llevado a cabo para el <a href="https://www.adolescenciayjuventud.org/">Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud</a> de <a href="https://www.fad.es/">FAD</a> hemos analizado el papel de los memes en discursos antifeministas que surgen de comunidades misóginas de la manosfera española y que son determinantes en la configuración de la percepción social de políticas públicas destinadas a la erradicación de la violencia de género o el reconocimiento de derechos de personas pertenecientes al colectivo LGTBIQ+. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493006/original/file-20221102-20-7w5gz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493006/original/file-20221102-20-7w5gz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493006/original/file-20221102-20-7w5gz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493006/original/file-20221102-20-7w5gz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493006/original/file-20221102-20-7w5gz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493006/original/file-20221102-20-7w5gz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=506&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493006/original/file-20221102-20-7w5gz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=506&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493006/original/file-20221102-20-7w5gz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=506&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
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<h2>Por qué se recurre a los memes</h2>
<p>Pero ¿por qué los postulantes de la misoginia antifeminista recurren a la memética?
Los memes, imágenes que se crean, modifican y difunden a través de internet, son el paradigma de la cultura digital contemporánea y, pese a su aparente banalidad, incorporan posicionamientos sociales sobre temas que están siendo sometidos a debate público.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493004/original/file-20221102-28436-85med3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493004/original/file-20221102-28436-85med3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493004/original/file-20221102-28436-85med3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=907&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493004/original/file-20221102-28436-85med3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=907&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493004/original/file-20221102-28436-85med3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=907&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493004/original/file-20221102-28436-85med3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1140&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493004/original/file-20221102-28436-85med3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1140&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493004/original/file-20221102-28436-85med3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1140&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493008/original/file-20221102-26750-texge1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493008/original/file-20221102-26750-texge1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493008/original/file-20221102-26750-texge1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493008/original/file-20221102-26750-texge1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493008/original/file-20221102-26750-texge1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493008/original/file-20221102-26750-texge1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=755&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493008/original/file-20221102-26750-texge1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=755&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493008/original/file-20221102-26750-texge1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=755&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<p>Al contrario que los textos escritos –tweets, posts, mensajes, hilos, noticias–, los memes concretan, condensan y decantan los postulados de la manosfera mediante el recurso al humor y gracias a su uso conciso del lenguaje. Por otro lado, la apropiación del lenguaje feminista e institucional provoca risa cuando se descontextualiza y lleva a la caricatura reclamos históricos de la lucha por la igualdad.</p>
<p>En el contexto del giro reaccionario de internet y del <a href="https://recyt.fecyt.es/index.php/encrucijadas/article/view/92020/67453">auge del antifeminismo</a>, los memes se han convertido en herramientas políticas fundamentales para debatir cómo debería ser el mundo y sugerir propuestas para su transformación. </p>
<p>La eficacia de <a href="https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2448-49112019000200117">los memes como agentes de pensamiento político</a> se debe, por un lado, a que la utilización de memes políticos no constituye una discusión política al uso, sino que se produce en el contexto de las guerras meméticas, el término que se ha utilizado para referirse a la conversación política en redes caracterizada por una batalla dialéctica memética recíproca. Y, por otro lado, a su estrecha vinculación con la estética de la cultura digital, caracterizada por la polisemia y ambivalencia, que los coloca en una posición a caballo entre el extremismo y la sátira. </p>
<p>Dada la <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7248097">relevancia de los memes en la esfera política</a>, hemos buscado conocer el trabajo político de la memética antifeminista con el fin de comprender por qué el antifeminismo recurre a estos artefactos digitales de apariencia tan banal. Como resultado de nuestro trabajo, vemos que los memes constituyen una forma de comunicación contemporánea privilegiada no solo para promover la discusión pública de ciertos temas, sino para contribuir a la constitución de una agenda política antifeminista. </p>
<h2>Creando un enemigo común</h2>
<p>En nuestro análisis de los espacios digitales misóginos que componen la manosfera española nos hemos percatado de que los discursos antifeministas permean en la sociedad en su conjunto en gran medida gracias al antagonismo memético, una estrategia consistente en unir a un grupo a través de la creación de un enemigo común, en este caso, el feminismo y las feministas. </p>
<p>Pese a que pueda parecer que los memes son utilizados de forma banal, su creación y puesta en circulación estratégica demuestran tener un altísimo potencial de antagonización, como demuestra la existencia de un sinfín de cuentas de memes antifeministas con un elevado número de seguidores cuyo único fin es difundir ideas antifeministas a través de las eficientes píldoras de misoginia que son los memes.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493005/original/file-20221102-49291-u0ohiz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493005/original/file-20221102-49291-u0ohiz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493005/original/file-20221102-49291-u0ohiz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=264&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493005/original/file-20221102-49291-u0ohiz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=264&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493005/original/file-20221102-49291-u0ohiz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=264&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493005/original/file-20221102-49291-u0ohiz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=332&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493005/original/file-20221102-49291-u0ohiz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=332&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493005/original/file-20221102-49291-u0ohiz.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=332&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<p>Estamos viviendo una guerra memética y los memes han pasado de constituir herramientas de activismo político feminista a ser vehículos del antifeminismo que trivializan los discursos de reivindicación feministas y los despojan de su contenido ideológico original. Los memes antifeministas han cooptado mecanismos como el humor y la ironía para desafiar los argumentos del feminismo, aprovechando la impunidad que estas estrategias confieren a sus autores para replantear las afirmaciones feministas como absurdas, ridículas e ilógicas. </p>
<p>En este sentido, nos parece especialmente relevante escuchar a <a href="https://mau.se/en/persons/tina.askanius/">Tina Askanius</a> cuando dice que “necesitamos mirar más de cerca la fusión de lo no serio (cómico) con lo serio (político) y la relación cada vez más complicada entre el extremismo y la sátira”. Porque, no lo olvidemos, la guerra memética no es una guerra de memes, sino una guerra entre ideas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193567/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Elisa García Mingo recibe fondos del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación FAD Juventud</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Anita Fuentes no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las personas misóginas recurren a los memes para provocar risa a través de mensajes descontextualizados que llevan a la constitución de una agenda política antifeminista.Elisa García Mingo, Profesora de Sociología, Universidad Complutense de MadridAnita Fuentes, Doctoranda en Sociología y Antropología, Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1919822022-10-11T16:56:15Z2022-10-11T16:56:15ZSobreexposición de menores en internet: a propósito del vídeo publicado por Samantha Vallejo-Nágera<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/489034/original/file-20221010-20-igtk9a.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C1597%2C895&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La presentadora del concurso televisivo _Master Chef_ Samantha Vallejo-Nájera.</span> <span class="attribution"><span class="source">RTVE</span></span></figcaption></figure><p>Hace unos días volvía a saltar la polémica en torno al denominado <em>sharenting</em> o, lo que es lo mismo, la sobreexposición de un menor por parte de un progenitor. En este caso, el debate se ha reabierto a partir de la publicación de un vídeo en el <a href="https://www.instagram.com/samyspain/">perfil de Instagram de la empresaria y presentadora del concurso televisivo <em>Máster Chef</em> Samantha Vallejo-Nágera</a> en el que mostraba la reacción de uno de sus hijos, un menor con Síndrome de Down, al ser reprendido por ver la televisión fuera de los horarios pautados.</p>
<p>La afectación emocional y la especial vulnerabilidad del niño se han convertido en argumentos para criticar la actuación de la madre, que ha terminado retirando el vídeo de su cuenta y pidiendo disculpas.</p>
<h2>La protección legal de los menores en redes sociales</h2>
<p>Nuestro ordenamiento jurídico y legal ofrece una especial protección a los menores y al desarrollo de sus derechos. Este marco normativo ha evolucionado para incorporar los nuevos retos que plantea el entorno cambiante propio de la comunicación digital. </p>
<p>Así, <a href="https://www.boe.es/eli/es/lo/2018/12/05/3">la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales</a> menciona repetidamente esta especial atención a los menores, incluyendo un artículo específico, el 84, sobre su protección en Internet. Las propias plataformas o redes sociales se encuentran en esa encrucijada en la que se ven en la necesidad de mantener su modelo de negocio y cumplir con la ley, al tiempo que ofrecen soluciones y guías a padres y tutores. <a href="https://comein.uoc.edu/divulgacio/comein/es/numero119/articles/s-martinez-menors-i-social-media-usos-riscos-i-mesures-de-proteccio.html">Se puede discutir si su motivación es ética o reputacional</a>. </p>
<p>En este contexto no hay que olvidar que la propia norma legal reconoce la responsabilidad de progenitores o representantes legales en el uso de Internet por parte de los menores. Por ello, resulta lógico entender que se cuestione el uso que estas mismas personas puedan hacer de la imagen de los niños como puede ocurrir, por ejemplo, en redes sociales. Una sobreexposición que puede tener consecuencias a corto o largo plazo en el desarrollo de la personalidad del menor. </p>
<p>Es aquí donde se enmarca la polémica sobre el vídeo que compartió Samantha Vallejo-Nágera, donde muestra una escena en el que regaña a uno de sus hijos. Por tanto, se enmarcaría en una vivencia propia del ámbito más familiar.</p>
<h2>El poder del <em>like</em> y del comentario</h2>
<p>Las críticas vertidas hacia esta actuación han venido por parte de usuarios anónimos, pero también por parte de otros rostros conocidos que han considerado y juzgado tanto la actuación de la madre en la propia reprimenda como el hecho de compartir ese momento tan íntimo en el que niño reacciona llorando.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1576561694846767104"}"></div></p>
<p>Pero lo cierto es que este no es el único contenido que Vallejo-Nágera ha publicado en su cuenta mostrando el día a día o situaciones cotidianas de su hijo. Estas grabaciones no pasan desapercibidas por los usuarios de la red social: algunas de ellas acumulan incluso miles de reacciones. </p>
<p>En esta ocasión, la presión que han generado los comentarios ha llevado a su madre a subir un nuevo vídeo en el que pide disculpas y explica por qué publica dichos contenidos. Entre las razones que da habla de que ayuda “a dar visibilidad” al síndrome de Down, a las familias y a los niños afectados. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/CjOflX1q4G-","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>En su argumentario, faltan palabras que hagan referencia a la protección de la intimidad de su hijo, aunque sí pide disculpas a quién le haya <em>dolido</em> verlo o que haya considerado que era inapropiado. En paralelo, ha eliminado la regañina pero mantiene en su perfil el resto de imágenes en las que muestra al niño. Hay que decir que esos vídeos acumulan miles de <em>likes</em> y comentarios, muchos favorables. </p>
<p>En este sentido, no podemos olvidar el poder de esas interacciones que generan un refuerzo positivo con respecto a la actuación de la madre. Esta puede llegar así a percibir que está contribuyendo a esa “visibilización” de la que hablaba y, por tanto, desarrollando una labor social.</p>
<h2>Narrativas y formas de visibilización</h2>
<p>En Internet nos encontramos diferentes maneras de narrar. <a href="https://openaccess.uoc.edu/handle/10609/119246">El selfi o la autograbación se han convertido en una tendencia que forma ya parte de nuestra cultura visual</a>. Sin embargo, no debemos olvidar que nos hemos acostumbrado a ver el singular encuadre que generan debido a la escasa distancia que suele haber entre la lente y el sujeto que se enfoca, que es además el artífice de la instantánea. </p>
<p>En el caso de los vídeos que la popular chef suele compartir, nos encontramos con otra forma de enmarcar y, por tanto, con otro estilo de mostrar la secuencia. El objetivo se centra en el hijo y es la madre, que también interactúa o participa en el diálogo, la que graba la escena cámara en mano sin mostrarse muchas veces ante la lente. </p>
<p>Esta técnica se ha usado también en el ámbito cinematográfico y genera una sensación de realismo, que no hay que confundir con naturalidad. Al niño se le muestra el dispositivo móvil delante y la madre, por su parte, es plenamente consciente de que está grabando e incluso tiene presente que puede ser luego difundido de manera pública. Por tanto, la paradoja se presenta al poner en la balanza normalidad/cotidianeidad con esta forma de narrar.</p>
<p>Las <a href="https://theconversation.com/pueden-las-redes-sociales-ayudar-a-los-pacientes-con-enfermedades-raras-190928">redes sociales pueden contribuir a la labor social de muchas causas</a>. La forma de narrar que promueven resulta crucial para avanzar de manera positiva. Existen muchas maneras de visibilizar en los <em>social media</em> <a href="https://theconversation.com/me-estoy-muriendo-y-te-lo-cuento-por-tiktok-lo-que-nos-ensenan-los-casos-de-charlie-y-olatz-vazquez-189323">determinadas situaciones</a> que requieren respeto y que luchan por la igualdad de derechos. </p>
<p>Para que esto se produzca de forma correcta (es decir, teniendo en cuenta los derechos y libertades de los implicados con el fin de evitarles posibles daños, aunque no sean intencionados), resulta evidente la necesidad de una educación mediática que alcance a la ciudadanía en general. Eso ayudará al uso adecuado de las plataformas disponibles.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191982/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Silvia Martínez Martínez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La publicación de la reacción emocional del hijo de la chef a una reprimenda de su madre cuestiona el uso de vídeos que muestran la intimidad de menores para visibilizar o normalizar determinadas situaciones o causas sociales.Silvia Martínez Martínez, Directora del Máster Universitario Social Media: Gestión y Estrategia, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1769332022-09-30T09:55:53Z2022-09-30T09:55:53ZEl rastro que dejamos cuando usamos wifi aunque ni nos conectemos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/486149/original/file-20220922-23143-bvqtp4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C23%2C7976%2C4994&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/crowd-around-speech-bubble-chat-message-2079003184">Shutterstock / PHOTOCREO Michal Bednarek</a></span></figcaption></figure><p>¿Tiene la sensación de que las aplicaciones que usa saben dónde ha estado? ¿Cómo es posible que lleguen anuncios de cierta marca de café si ni siquiera se conectó a la red wifi cuando visitó la tienda hace un par de horas?</p>
<p>Vivimos en una sociedad altamente conectada. Cada día tenemos más dispositivos conectados y nos conectamos más tiempo y desde más localizaciones diferentes. Esto supone una amenaza silenciosa constante. Sin ser conscientes dejamos un rastro de lo que hacemos, cuándo lo hacemos y dónde lo hacemos.</p>
<p>El problema de la privacidad y la seguridad en internet está hoy más vigente que nunca. Existen múltiples dimensiones: la confidencialidad de la información, la autenticidad de la misma y de los interlocutores. </p>
<p>Este artículo se centra en un aspecto: cómo dificultar el rastreo.</p>
<h2>Las direcciones MAC y las redes wifi</h2>
<p>Para conectarse a una red wifi los dispositivos utilizan las direcciones MAC (las siglas en inglés de <em>Medium Access Control</em>). Estas sirven para identificar al dispositivo en la red cuando envía o recibe datos. Por ese motivo, las direcciones MAC deben ser únicas en la red.</p>
<p>Cada dispositivo viene con una dirección MAC configurada de fábrica. Dichas direcciones son únicas globalmente, de forma que no hay dos dispositivos en el mundo que compartan la misma dirección. </p>
<p>Esto es un problema, como vamos a ver a continuación.</p>
<p>En una red wifi los dispositivos utilizan las direcciones MAC cada vez que envían o reciben información. Si se usa siempre la misma dirección, los operadores de la red u otro tipo de <em>observadores</em> que pueda haber en la red pueden monitorizar cuándo un dispositivo concreto está conectado a la red. Además, en muchos casos es muy sencillo asociar la dirección MAC utilizada por un dispositivo con la identidad real del usuario. Por ejemplo, cuando al conectarnos por primera vez a una red proporcionamos información para poder obtener acceso.</p>
<p>Un dispositivo es vulnerable a ser rastreado incluso sin estar conectado a la red. El wifi requiere, en muchos casos, que los dispositivos tengan que enviar ciertos mensajes, por ejemplo para averiguar qué redes están disponibles. Estos mensajes incluyen las direcciones MAC, por lo que se pueden utilizar para revelar la identidad de los terminales, incluso sin que estos estén conectados a la red.</p>
<p>En algunos casos, un dispositivo puede preguntar activamente por redes a las que ha estado conectado recientemente, incluyendo los nombres de dichas redes en los mensajes que envían. Esto permite a un potencial atacante averiguar qué redes ha visitado recientemente el dispositivo, obteniendo información muy sensible.</p>
<h2>Direcciones aleatorias y privadas</h2>
<p>Para evitar estos serios problemas de privacidad los principales sistemas operativos han comenzado a utilizar direcciones MAC aleatorias (llamadas <em>direcciones privadas</em> en el caso de los dispositivos de Apple). Para dificultar el rastreo, los dispositivos generan una dirección MAC aleatoria en lugar de la que trae configurada de fábrica. Esta dirección solo debe ser única en la red en la que está el dispositivo.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/484562/original/file-20220914-25-r8ii1k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/484562/original/file-20220914-25-r8ii1k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=617&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/484562/original/file-20220914-25-r8ii1k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=617&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/484562/original/file-20220914-25-r8ii1k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=617&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/484562/original/file-20220914-25-r8ii1k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=776&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/484562/original/file-20220914-25-r8ii1k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=776&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/484562/original/file-20220914-25-r8ii1k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=776&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Configuración de direcciones privadas en iOS.</span>
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<p>Si el dispositivo utiliza direcciones aleatorias diferentes para cada red a la que se conecta, un observador no podrá concluir que se trata del mismo dispositivo. Además, los dispositivos utilizan direcciones MAC aleatorias diferentes cada vez que envías información sin estar conectados a ninguna red. Esto dificulta el rastreo de usuarios que ni siquiera se han conectado a la red.</p>
<p>Recientemente los dispositivos móviles Android e iOS han comenzado a usar direcciones MAC aleatorias por defecto. En algunos escenarios o redes concretas puede ser necesario desactivar este comportamiento. Un ejemplo es en aquellas redes que utilizan listas de direcciones MAC autorizadas.</p>
<h2>El futuro</h2>
<p>En la actualidad se está investigando el impacto que puede tener el uso de direcciones MAC aleatorias en las aplicaciones que usamos y en las redes a las que nos conectamos. Existen escenarios en los que es necesario que la red identifique a un dispositivo de forma anónima a pesar de que emplee direcciones aleatorias. Este es el objetivo del grupo de trabajo MADINAS del <a href="https://www.ietf.org/">IETF</a> (<em>Internet Engineering Task Force</em>), principal organismo de estandarización de protocolos de internet.</p>
<p>Es importante estudiar cómo combinar el uso de direcciones aleatorias con otros mecanismos diseñados para mejorar la privacidad. En el futuro los dispositivos podrán adaptarse al contexto y las necesidades concretas de cada usuario. De igual forma que no andamos descalzos por la calle y sí podemos hacerlo en casa, nuestros dispositivos deben aprender cómo y cuándo aplicar ciertas soluciones para proteger nuestra privacidad.</p>
<p>¿Ha leído este artículo desde un dispositivo móvil conectado a una red wifi? Quizá haya revelado más información de la que piensa.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176933/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carlos Jesus Bernardos Cano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Tiene la sensación de que las aplicaciones de su teléfono le espían? Las conexiones constantes a redes wifi fuera de casa desvelan parte de nuestra privacidad. Un nuevo sistema de direcciones aleatorias pretende cambiarlo.Carlos Jesus Bernardos Cano, Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Telemática de la Universidad Carlos III de Madrid, Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1912752022-09-23T11:23:48Z2022-09-23T11:23:48ZIrán: Las protestas por la imposición del hiyab suscitan llamadas feministas a la acción en todo el mundo árabe<p>Las autoridades iraníes están reprimiendo las protestas que estallaron tras la muerte bajo custodia de una mujer de 22 años que fue detenida por la policía de la moral por no llevar el hiyab adecuadamente. La <a href="https://www.bbc.co.uk/news/world-middle-east-62986057">muerte de Mahsa Amini</a>, que al parecer fue golpeada tras ser detenida por llevar el pañuelo “de forma inadecuada”, desató protestas callejeras. </p>
<p>Los disturbios se han extendido por todo el país después de que muchas mujeres quemaran sus pañuelos para protestar contra las leyes que les obligan a llevar el hiyab. Según los informes, siete personas han sido asesinadas, y <a href="https://twitter.com/netblocks/status/1572651793355603972">el gobierno ha cerrado casi por completo</a> Internet.</p>
<p>Pero en el mundo árabe –incluido Irak, donde me crié– las protestas han llamado la atención y las mujeres se están <a href="https://twitter.com/i/spaces/1RDGlaVekMMJL/peek">citando en internet</a> para <a href="https://twitter.com/EsraaMAA1/status/1572373663164538882?s=20&t=sP2kn4dJ7RZUSqWT6GDr6w">ofrecer solidaridad</a> a las mujeres iraníes que luchan bajo el duro régimen teocrático del país.</p>
<p>La imposición del hiyab y, por extensión, la tutela sobre los cuerpos y las mentes de las mujeres, no son exclusivas de Irán. Se manifiestan en diferentes formas y grados en muchos países. </p>
<p>En Irak, y a diferencia del caso de Irán, el uso forzado del hiyab <a href="https://www.mei.edu/publications/constitutional-and-legal-rights-iraqi-women">es inconstitucional</a>. Sin embargo, la ambigüedad y las contradicciones de gran parte de la Constitución iraní, en particular el <a href="https://www.constituteproject.org/constitution/Iraq_2005.pdf?lang=en">artículo 2</a> que dice que el Islam es la fuente principal de legislación, ha permitido forzar el uso de hiyab.</p>
<p>Desde la década de 1990, cuando Saddam Hussein lanzó su <a href="https://www.theguardian.com/world/2005/jan/24/iraq.rorymccarthy1">Campaña de la Fe</a> en respuesta a las sanciones económicas impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, se ha generalizado la presión sobre las mujeres para que lleven el hiyab. Tras la invasión del país liderada por Estados Unidos, la situación empeoró bajo el gobierno de los partidos islamistas, muchos de los cuales tienen estrechos vínculos con Irán. </p>
<p>En contra de la afirmación hecha en 2004 por el presidente estadounidense <a href="https://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2004/03/20040312-5.html">George W. Bush</a> de que el pueblo iraquí estaba “aprendiendo ahora las bendiciones de la libertad”, las mujeres han estado soportando la pesada mano del patriarcado perpetuado por el islamismo, la militarización y el tribalismo, exacerbado por la influencia de Irán.</p>
<p>Salir sin hiyab en Bagdad se convirtió en una lucha diaria para mí después de 2003. Tenía que ponerme un pañuelo en la cabeza para protegerme siempre que entraba en un barrio conservador, especialmente durante los años de violencia sectaria. </p>
<p>Los recuerdos de los carteles y pancartas prohiyab que colgaban en los alrededores de mi universidad en el centro de Bagdad siempre me han perseguido. La situación no ha cambiado en dos décadas, con el hiyab <a href="http://www.idu.net/modblank.php?mod=news&modfile=print&itemid=25626">obligatorio</a> en las escuelas primarias y secundarias. </p>
<p>Una <a href="https://www.bbc.com/arabic/trending-62985885">nueva campaña</a> contra el uso obligatorio del hiyab en las escuelas públicas iraquíes ha surgido en las redes sociales. Natheer Isaa, una de las principales activistas del grupo <a href="https://twitter.com/Nathereisaa">Women for Women</a>, que lidera la campaña, me dijo que el hiyab es apreciado por muchos miembros conservadores o tribales de la sociedad y que la reacciones violentas son previsibles.</p>
<p>Campañas similares fueron suspendidas debido a amenazas y ataques en línea. Las mujeres que publican en las redes sociales con el <em>hashtag</em> de la campaña #notocompulsoryhijab (“no al hiyab obligatorio”), han atraído <a href="https://twitter.com/am_m_zhs/status/1571931577491275782?s=20&t=Y9fneuMxJufMq7RgcRMsSg">tuits reaccionarios</a> acusándolas de ser antiislámicas y antisociales. </p>
<p>Acusaciones similares se lanzan contra las mujeres iraníes que desafían al régimen quitándose o quemando sus pañuelos. El clérigo chiíta iraquí Ayad Jamal al-Dinn <a href="https://twitter.com/hiba_alnnayib/status/1572696301363666944?s=20&t=n1UixEREr2gur81vBChBgA">arremetió</a> contra las protestas en su cuenta de Twitter, calificando a las mujeres iraníes que protestan de “putas antihiyab” que buscan destruir el Islam y la cultura.</p>
<h2>Ciberfeministas y hombres reaccionarios</h2>
<p>En mi <a href="https://warwick.ac.uk/fac/soc/pais/research/projects/internationalrelationssecurity/cyberfeminisms/">trabajo etnográfico digital</a> sobre el ciberfeminismo en Irak y otros países, me he encontrado con numerosas reacciones similares ante las mujeres que cuestionan el hiyab o deciden quitárselo. Las mujeres que utilizan sus cuentas en las redes sociales para rechazar el hiyab suelen recibir ataques sexistas y amenazas que intentan avergonzarlas y silenciarlas. </p>
<p>Las que hablan abiertamente de su decisión de quitarse el hiyab reciben las reacciones más duras. El hiyab está vinculado al honor y la castidad de las mujeres, por lo que quitárselo se considera un desafío.</p>
<p>La lucha de las mujeres contra el hiyab obligatorio y la reacción contra ellas desafía la narrativa cultural predominante que dice que llevar el hiyab es una elección libre. Mientras que muchas mujeres deciden libremente si lo llevan o no, otras se ven obligadas a llevarlo. </p>
<p>Por ello, los académicos deben revisar el discurso en torno al hiyab y las condiciones que perpetúan su uso obligatorio. Al hacerlo, es importante alejarse de las falsas dicotomías de cultura frente a religión, o de lo local frente a lo occidental, que oscurecen en lugar de iluminar las causas fundamentales del hiyab obligatorio.</p>
<p>En su <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0141778919849525">investigación académica</a> sobre la violencia de género en el contexto de Oriente Medio, la académica feminista Nadje al-Ali hace hincapié en la necesidad de romper con esta dialéctica y reconocer las diversas y complejas dinámicas de poder implicadas, tanto a nivel local como internacional. </p>
<p>La cuestión de obligar a las mujeres a llevar el hiyab en las sociedades conservadoras debería estar en el centro de cualquier debate sobre la lucha más amplia de las mujeres por la libertad y la justicia social. </p>
<p>La lucha de las mujeres iraníes contra el uso obligatorio del hiyab, a pesar de las medidas de seguridad, forma parte de una lucha más amplia de las mujeres contra los regímenes conservadores autocráticos y las sociedades que les niegan su autonomía. La indignación colectiva en Irán e Irak nos invita a desafiar el hiyab obligatorio y a quienes se lo imponen a las mujeres o perpetúan las condiciones que lo permiten.</p>
<p>Como me dijo una activista iraquí: “Para muchas de nosotras, el hiyab es como las puertas de una cárcel, y nosotras somos las prisioneras invisibles”. Es importante que los medios de comunicación internacionales y las activistas saquen a la luz su lucha, sin suscribir la narrativa de que las mujeres musulmanas necesitan ser salvadas por la comunidad internacional.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191275/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Balsam Mustafa no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las activistas feministas utilizan Internet para desafiar a la clase dirigente conservadora y empoderar a las mujeres árabes.Balsam Mustafa, Leverhulme Early Career Research Fellow, Department of Politics and International Studies, University of WarwickLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1777552022-08-30T17:19:41Z2022-08-30T17:19:41ZFrente al riesgo de las redes: diez ‘salvavidas’ para los huérfanos digitales<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/481765/original/file-20220830-20464-1zfcgp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=31%2C15%2C5145%2C3430&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/new-technologies-child-uses-futuristic-processor-1193528422">Shutterstock / HQuality</a></span></figcaption></figure><p>Aprender a navegar el entorno digital y a socializar en él ha sido un proceso intuitivo para las generaciones más jóvenes, nativas digitales. Pero lo han hecho, en la mayoría de los casos, sin adultos que los acompañaran en el proceso, por lo que pueden considerarse <a href="https://theconversation.com/huerfanos-digitales-diez-riesgos-de-crecer-en-internet-174722">“huérfanas digitales”</a>. </p>
<p>Por ejemplo: el 53 % de los jóvenes españoles son incapaces de <a href="https://sede.educacion.gob.es/publiventa/descarga.action?f_codigo_agc=22526">distinguir entre hechos y opiniones</a> en textos relativamente claros.</p>
<p>Esta falta de acompañamiento hace imprescindible una alfabetización digital en todas las etapas educativas, aunque la necesidad no ha calado en el texto legislativo de la <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2020-17264">LOMLOE</a>. </p>
<p>El siguiente es un decálogo de propuestas prácticas ante los retos de la comunicación digital:</p>
<h2>1. Frente a la primacía de lo urgente, prudencia</h2>
<p>Con un mínimo esfuerzo técnico o intelectual se pueden transmitir imágenes, textos, vídeos y audios sin límite de espacio. Eso ha convertido la urgencia en una suerte de competición para los medios de comunicación, que a menudo supeditan la calidad a la inmediatez.</p>
<p>El primer aspecto que deberían analizar los jóvenes ante cualquier mensaje que les llega es si la alarma producida y la viralización que lo acompaña se deben a la trascendencia del acontecimiento o a la coincidencia en el tiempo de un número muy elevado de usuarios hablando del mismo tema. </p>
<h2>2. El lugar en la jerarquía informativa</h2>
<p>Las informaciones con impacto social elevado suelen ocupar el espacio de máxima relevancia de los principales medios de comunicación, independientemente de su orientación ideológica. </p>
<p>Un buen consejo para comprobar un contenido impactante aparentemente informativo es la repercusión en los medios de comunicación profesionales y la importancia que esos canales le conceden.</p>
<h2>3. Atención a la fuente original</h2>
<p>Las redes sociales y los canales de mensajería instantánea como WhatsApp han convertido a cualquier usuario en potencial comunicador de masas. Por eso, ante cualquier contenido que nos llega, debemos hacernos dos preguntas: si nos fiamos de quien nos lo hizo llegar y si además podemos fiarnos de la fuente original del mensaje. </p>
<p>Según la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%25C3%25ADa_de_dos_pasos#:%7E:text=La%2520teor%25C3%25ADa%2520de%2520dos%2520pasos,p%25C3%25BAblico%2520reacciona%2520ante%2520la%2520misma.">teoría del flujo en dos pasos</a>, tendemos a fiarnos más de aquellas personas que son para nosotros fuente de inspiración. Por eso debemos fijarnos en la fuente primaria, es decir, la que generó el contenido, aunque la persona que nos lo envía sea para nosotros una autoridad en la materia.</p>
<h2>4. Mejor poco y bien que mucho a medias</h2>
<p>El exceso de información produce desinformación. Se ha demostrado que el <a href="https://www.microsoft.com/en-us/us-partner-blog/2021/11/15/you-have-eight-seconds-differentiate-your-business-through-the-art-of-storytelling/">tiempo de atención media a un contenido en el entorno digital es de 8 segundos</a>. Si bien es cierto que en internet caben muchos contenidos informativos, los usuarios los consumen en muy poco tiempo.</p>
<p>Hay que educar la atención para corregir esa tendencia de atender simultáneamente a múltiples tareas y aplicaciones, y realizar ejercicios de desintoxicación digital, en concreto sobre el control de tiempo de uso del móvil. </p>
<h2>5. Cuidado con los titulares anzuelo</h2>
<p>Si bien internet es una herramienta prodigiosa por su capacidad para almacenar y conectar grandes cantidades de información, la realidad es que los canales digitales tienden a ofrecer contenidos breves y atractivos, generalmente diseñados para captar nuestra atención. Esta realidad, que en periodismo se denomina <em>clickbait</em> (titular anzuelo), está directamente vinculada con la merma de la calidad de la información periodística y la pérdida de confianza de los ciudadanos en los medios.</p>
<p>La alfabetización mediática ayudaría a los usuarios a eludir la trampa del titular anzuelo, al permitirles discernir qué temas específicos son importantes y en cuáles les interesa profundizar. Una práctica sencilla es la elaboración de listas de fuentes de confianza (por ejemplo, medios profesionales y periodistas de prestigio) en las redes sociales, para encontrar con rapidez y eficacia los contenidos más relevantes y comprobados.</p>
<h2>6. No caer en la trampa del emotivismo</h2>
<p>La apelación a las emociones como un recurso argumental para captar la atención del público no es necesariamente nociva, excepto si se utiliza de manera excesiva y provoca que no se preste atención a lo relevante. A menudo las noticias enfatizan lo anecdótico y lo frívolo de un acontecimiento soslayando lo fundamental. </p>
<p>Es el conocido como <a href="https://masconsulting.es/blog/2009/07/12/el-sindrome-del-foso-de-orquesta/">síndrome del foso de orquesta</a>: si dos grandes mandatarios están sobre las tablas de un teatro, uno de ellos anuncia una propuesta que logrará la paz en el mundo y el otro, en un despiste, se cae al foso de orquesta, la noticia de portada será la caída.</p>
<p>El reto de la alfabetización mediática es lograr que la audiencia no se quede en lo anecdótico y consiga aprovechar el emotivismo para llegar al problema fundamental.</p>
<h2>7. Desenmascarar las noticias falsas</h2>
<p>Redes sociales y sistemas de mensajería son canales de comunicación con muy pocas medidas de control sobre los emisores y los contenidos. La presencia de perfiles falsos, como los bots, hacen prácticamente imposible impedir la viralización de contenidos malintencionados.</p>
<p>Dado que la actitud del usuario en la selección de los canales es clave para combatir la desinformación, hay <a href="https://www.elmundo.es/extras/dia-internacional-acceso-informacion/2021/09/27/6151a22ee4d4d8c4028b456f.html">varias rutinas sencillas de verificación</a> que se pueden enseñar en el aula: un ejercicio consiste en generar un listado de aspectos que hay que comprobar antes de validar un contenido. </p>
<p>Esos elementos darían lugar a una suerte de “semáforo de la credibilidad” que permitiese conocer el nivel de garantía de aquello que se ha recibido antes de decidir retransmitirlo. Esa reflexión previa permite conocer si contribuimos a viralizar contenidos verdaderos, y cómo podemos mejorar las redes con nuestras aportaciones desmintiendo o completando las falsedades que recibamos.</p>
<h2>8. Engañar al algoritmo</h2>
<p>Es sabido que las redes sociales son operadas por algoritmos que seleccionan para nosotros los contenidos en función de nuestro historial de navegación por la red. A causa de este sistema se producen efectos como la llamada “caja de resonancia mediática” o los peligrosos <a href="https://www.ted.com/talks/eli_pariser_beware_online_filter_bubbles">“filtros burbuja”</a>, que reducen nuestra percepción del mundo exterior.</p>
<p>Se puede jugar con el algoritmo para diseñar el propio perfil, de manera que aprenda a enlazar con fuentes variadas y de prestigio. Hay que conseguir que los adolescentes sean capaces comprender que lo que aparece en sus redes solo es un fragmento intencional de la realidad, construido de forma artificial. No es que sea falso, pero sí que es incompleto, como acertadamente definió la novelista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie en <a href="https://www.ted.com/talks/chimamanda_ngozi_adichie_the_danger_of_a_single_story"><em>The danger of a single story</em></a>.</p>
<h2>9. Evitar la radicalización</h2>
<p>Uno de los efectos más preocupantes de la propagación de noticias falsas es la polarización social y la propagación de discursos del odio. Junto con la emotividad, la desinformación a menudo pretende radicalizar la sociedad y dividir a los ciudadanos en grupos enfrentados ideológicamente. En este sentido, los populistas son expertos en escoger las palabras y manipular los contextos para provocar reacciones emocionales entre los usuarios.</p>
<p>Pero el populismo se puede combatir con la alfabetización mediática. En el aula se pueden plantear análisis de texto basados en lenguaje populista y, a modo de juego, incitar a los jóvenes a distinguir los hechos de las opiniones, a detectar opiniones distintas y a comprender los fundamentos de cada postura, a rebatir opiniones, a distinguir opiniones argumentadas, a aumentar el número y la variedad de las opiniones, etc.</p>
<h2>10. Autocensura y espiral de silencio</h2>
<p>En contra de las previsiones más optimistas, internet ha provocado el resurgimiento de ciertos efectos perversos ya detectados en la sociedad de masas del siglo XX. La socióloga alemana Elisabeth Noelle-Newmann describió esta suerte de autocensura en su obra <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Espiral_del_silencio"><em>La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social</em></a>. </p>
<p>La tesis de la autora es que, frente a la opinión dominante, el individuo tiende a guardar silencio y a reservarse su propia opinión, e incluso a plantearse la posibilidad de que sea él quien está equivocado frente a la mayoría.</p>
<p>Una suerte de espiral del silencio se ha instalado en la sociedad digital: el temor a sufrir linchamientos en las redes, a provocar rupturas indeseadas entre grupos de familiares o de amistades, etc., lleva con frecuencia a la autocensura y al miedo a expresar públicamente nuestras opiniones, lo que en última instancia representa una grave lesión del derecho fundamental a la libertad de expresión.</p>
<p>Para contrarrestarlo, debemos poner en valor la comunicación interpersonal en grupos reducidos de personas de confianza, instruir en el arte del debate y de la dialéctica, para aprender a plantear adecuadamente las ideas propias.</p>
<h2>Asignatura inaplazable</h2>
<p>La alfabetización mediática no solo es una asignatura pendiente de nuestros sistemas educativos, sino una particularmente inaplazable. Urge educar desde la infancia en el uso de herramientas de comunicación tan poderosas como las digitales. </p>
<p>No se trata de sembrar miedo ni de propagar un pensamiento negativo hacia las nuevas tecnologías; más bien al contrario: el reto consiste en comprender el potencial de estas herramientas y en asumir que las personas, desde la etapa escolar, necesitamos aprender cómo funcionan y cómo utilizarlas.</p>
<p>Este planteamiento también supone un desafío para los educadores, que necesitan formación específica en Comunicación Social para identificar las causas y los efectos de la desinformación. El objetivo es común y compartido: construir un futuro basado en el conocimiento de la verdad, en la libertad de opinión, en la democracia y en la garantía de la defensa de los derechos humanos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177755/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Solano Altaba recibe fondos de la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo como miembro del equipo de investigación del programa de actividades de investigación PROVULDIG-2: "Nuevos escenarios de vulnerabilidad digital: alfabetización mediática para una sociedad inclusiva" (Ref. H2019/HUM-5775). Más información en <a href="http://www.provuldig2.com">www.provuldig2.com</a></span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ignacio Blanco-Alfonso recibe fondos de la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo como Investigador Principal del programa de actividades de investigación PROVULDIG-2: "Nuevos escenarios de vulnerabilidad digital: alfabetización mediática para una sociedad inclusiva" (Ref. H2019/HUM-5775). Más información en <a href="http://www.provuldig2.com">www.provuldig2.com</a></span></em></p>Diez cuestiones para evitar el lado oscuro de las redes, especialmente en los niños y adolescentes que han aprendido a usarlas sin ayuda adulta.María Solano Altaba, Decana de la Facultad de Humanidades y CC. Comunicación Universidad CEU San Pablo, Universidad CEU San PabloIgnacio Blanco-Alfonso, Catedrático de Periodismo de la Universidad CEU San Pablo (Madrid, España), Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1873662022-08-02T16:31:54Z2022-08-02T16:31:54Z“Sin chips no soy nada”: el camino hacia el reino de la interconectividad 6G<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/476977/original/file-20220801-82236-cwzln3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C25%2C5544%2C3060&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/businessman-holding-smartphone-map-point-global-1737902642">Shutterstock / chaythawin</a></span></figcaption></figure><p>Hace más de 100 años ya se podía escuchar en La Verbena de la Paloma del maestro Bretón eso de “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Y sigue siendo de innegable actualidad, tanto que podríamos cantar “Sin chips no soy nada” al son de <a href="https://youtu.be/qcC92ZnhGQY">los acordes de Amaral</a>. En las últimas décadas los prodigiosos chips han hecho irrupción en la banda sonora de nuestra vida sirviendo de corazón a dispositivos a través de los cuales nos informamos, trabajamos, nos entretenemos y nos relacionamos con otras personas. </p>
<h2>Las matemáticas del amor: “Si tú me das un like…”</h2>
<p>Las redes sociales son un ejemplo de ello: “Ni contigo ni sin tuit”. WhatsApp es la aplicación de mensajería instantánea más empleada en el mundo. En España lo usa el 97% de los jóvenes y el 87% de los mayores de 65 años. Vamos, que no tiene edad. Cada día se envían alrededor de 5 000 millones de <em>emojis</em>, casi uno por cada habitante del planeta. La aplicación Tinder, con 50 millones de usuarios, está presente en 196 países. A través de Tinder se concretan más de 26 millones de citas basadas en un algoritmo que intenta predecir personas afines y le da a cada perfil una puntuación secreta en función de una serie de variables, entre ellas, los <em>likes</em> que recibe. Es la matemática del amor: “Si tú me das un <em>like</em> lo dejo todo”. </p>
<p>Este año seremos más de 5 000 millones de usuarios de Internet en todo el mundo con un tráfico de datos equivalente a descargar 40 000 películas cada segundo. Y una parte importante de esos datos se intercambian entre máquinas, sin la intervención de ningún ser humano, en procesos llamados M2M (<em>machine to machine</em>, o máquina a máquina). Los microchips son la base de que todo esto suceda. </p>
<h2><em>Fly me to the moon, and let me play among the stars</em></h2>
<p>El <a href="https://theconversation.com/de-la-internet-de-las-cosas-a-la-internet-de-los-sentidos-163380">internet de las cosas (IoT)</a> es el nuevo paradigma de la comunicación que incluye la interconectividad entre objetos (desde sensores y dispositivos mecánicos hasta objetos cotidianos como pueden ser el frigorífico, el calzado o la ropa). Esto genera un enorme campo de potenciales aplicaciones como la industria 4.0, la agricultura de precisión, los coches autónomos, las ciudades inteligentes, <a href="https://ieeexplore.ieee.org/document/8826541">los <em>wearables</em> (dispositivos sensores incorporados a la ropa) o la domótica entre otras muchas</a>. La casa del futuro ya está aquí: frigoríficos que hacen la compra, cepillos de dientes que nos avisan de la revisión anual… “Gracias al <a href="https://theconversation.com/que-implica-la-llegada-del-5g-162880">5G</a>, que me ha dado tanto”. Esta tendencia tecnológica va a ser imparable. El mundo físico se fusiona con el mundo digital y podemos pedirle todo: <em>Fly me to the moon</em>… ¡que nos lleven a la luna!</p>
<h2>Redes de microchips interconectados para dar paso al 5G</h2>
<p>Para extender la conectividad a una infinidad de objetos, son muchos los retos que deben abordarse a diferentes niveles. Un componente importante para habilitar el IoT es la tecnología utilizada para el intercambio de información entre varios dispositivos, es decir, las redes de comunicación. </p>
<p>Este mundo hiperconectado será posible gracias a la quinta generación de redes móviles o 5G. Una de las aplicaciones es el acceso inalámbrico fijo que aprovecha las redes móviles. El sistema permite ofrecer servicios de Internet con gran capacidad de datos y a velocidades de <em>gigabits</em> por segundo. La fibra óptica dejará de ser la única opción para descargar datos a gran velocidad <a href="https://ieeexplore.ieee.org/document/8453791">sin perder capacidad y con tiempos de latencia de milisegundos</a>. Podremos hablar de navegación casi en tiempo real, algo especialmente importante, por ejemplo, en los coches autónomos, ya que al minimizar su tiempo de respuesta se mejora la seguridad.</p>
<p>La tecnología 5G busca aprovechar una zona del espectro electromagnético más allá de las actuales frecuencias de wifi y telefonía móvil, a decenas de gigahercios. Esto genera velocidades más rápidas y más ancho de banda, solventando el problema de saturación del espectro radioeléctrico actual. La reducción en el área de cobertura debida al menor alcance de estas ondas se compensará con un <a href="https://www.rfglobalnet.com/doc/a-comprehensive-guide-to-active-antennas-or-beamforming-0001">despliegue masivo de antenas superficiales inteligentes</a>. Estas antenas estarán integradas en el entorno para minimizar el impacto visual. </p>
<h2>Antenas inteligentes y chips <em>beamformers</em></h2>
<p>Las matrices de antenas juegan <a href="https://spectrum.ieee.org/5g-bytes-beamforming-explained">un papel muy importante en las mejoras introducidas en el despliegue de las incipientes redes 5G y en la experimental 6G</a>, así como en las comunicaciones por satélite (SATCOM).</p>
<p>Entre las principales ventajas que presenta el uso de matrices de antenas están la posibilidad de direccionar el patrón de radiación electrónicamente, sin partes mecánicas, en microsegundos, y la posibilidad de generar múltiples haces de radiación. Esto se consigue <a href="https://www.researchgate.net/publication/4258891_A_013-mu_m_CMOS_digital_phase_shifter_for_K-band_phased_arrays">controlando electrónicamente la fase de la señal recibida o emitida en cada uno de los elementos radiantes</a> que conforman la matriz, de manera que la interferencia del campo radiado por <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/9781119535096.ch12">cada una de las antenas individuales tenga los máximos o los mínimos en las posiciones deseadas</a>, en lo que se conoce como chips <em>beamformers</em>. </p>
<p>La electrónica de control está insertada en la parte radiante consiguiendo menos pérdidas en recepción y menos potencia requerida en transmisión, generando <a href="https://ieeexplore.ieee.org/document/8724517">una estructura más tolerante a fallos y con bajo impacto visual</a>. Pero esto no es fácil de conseguir con señales de onda milimétrica debido a los reducidos tamaños y separación entre elementos radiantes. El empleo de un número elevado de pequeños chips (hasta 64) distribuidos por la superficie de la antena consigue antenas planas del tamaño de una <em>tablet</em>. El desarrollo de este tipo de antenas será clave para que nuevas aplicaciones de masas en tecnología 5G y las futuras aplicaciones del 6G puedan ser competitivas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187366/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Concepción Aldea Chagoyen recibe fondos de Ministerio de Ciencia e innovación. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carlos Sánchez Azqueta recibe fondos del Gobierno de Aragón y del Ministerio de Ciencia e Innovación. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Santiago Celma Pueyo recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación.</span></em></p>Un número elevado de pequeños chips (hasta 64) consigue antenas planas del tamaño de una tableta. Esta es la base del 6G que se avecina, el reino de la interconectividad al milisegundo.Concepción Aldea Chagoyen, Catedrática de Electrónica, Universidad de ZaragozaCarlos Sanchez Azqueta, Profesor de Física, Universidad de ZaragozaSantiago Celma Pueyo, Catedrático de Electrónica, Universidad de ZaragozaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1848772022-08-01T17:29:58Z2022-08-01T17:29:58Z¿Estamos enseñando suficiente emprendimiento digital?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/473341/original/file-20220711-24-mm0ggp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=10%2C0%2C6921%2C4291&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/team-job-photo-young-businessmans-crew-387274792">Shutterstock / SFIO CRACHO</a></span></figcaption></figure><p>El emprendimiento digital puede <a href="https://publications.jrc.ec.europa.eu/repository/handle/JRC96465">definirse</a> como la acción humana que genera valor económico a través del uso y explotación de tecnologías digitales en relación con nuevos productos, procesos y mercados. </p>
<p>Hay dos formas de desarrollar el emprendimiento digital: crear nuevos productos o servicios tecnológicos (emprendimiento digital en el ámbito propio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación), o hacer un uso instrumental de las tecnologías digitales (emprendimiento digital fuera del sector de las TIC, pero usándolas como herramientas en nuestra iniciativa innovadora). </p>
<p>Lo que está claro es que en el año 2022 no es posible ser emprendedor sin tecnologías digitales, por lo que podríamos afirmar que todo el emprendimiento realmente es emprendimiento digital.</p>
<p>Pero ¿están nuestros estudiantes formados para ser emprendedores digitales? A pesar de los esfuerzos legislativos o normativos, la realidad se aleja de lo que sería deseable. Por ejemplo, en España y Europa la población es <a href="https://www.gemconsortium.org/reports/latest-global-report">menos emprendedora</a> que en otros contextos geográficos.</p>
<h2>Percepción y realidad</h2>
<p>Los estudiantes universitarios españoles y europeos tienen una percepción aceptable de su competencia de emprendimiento digital según la información recogida en 2021 en el proyecto <a href="http://www.um.es/emdigital">EmDigital</a>, aunque aparecen algunas diferencias según las ramas de conocimiento. No se aprecian en nuestro estudio, sin embargo, diferencias especialmente significativas <a href="http://dx.doi.org/https://doi.org/10.25267/Hachetetepe.2022.i24.1205">en cuanto a sexo</a>. </p>
<p>Pero todos los datos globales de carácter <a href="https://es.weforum.org/agenda/2020/06/como-los-emprendedores-digitales-contribuiran-a-dar-forma-al-mundo-tras-la-pandemia-de-covid-19/">internacional</a> (véase también esta información sobre <a href="https://interlat.co/wp-content/uploads/2021/04/13.2-Interlat.co-Experiencia-Especifica-1er-Estudio-Emprendimiento-Digital-2015.pdf">Latinoamérica</a> o estos datos sobre <a href="https://e-archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/25418/Tesis_adolfo_centeno_2017.pdf">países en vías de desarrollo</a>), nos conducen a señalar que es necesario promover la formación en emprendimiento digital. La formación en competencias de emprendimiento digital sigue siendo una lección pendiente de nuestros sistemas educativos y de nuestras sociedades. </p>
<h2>Competencias duras o blandas</h2>
<p>La palabra competencia, en el ámbito de la formación, se refiere a la capacidad para articular un determinado conocimiento en el momento en que lo necesitamos para resolver un problema real. Un niño puede aprender a sumar y restar en su cuaderno, pero, si no sabe sabe aplicar ese conocimiento cuando compra en una tienda, no es competente en cálculo matemático. Este enfoque por competencias busca formar al estudiante para aplicar conocimientos en la vida real.</p>
<p>Es importante, en este sentido, diferenciar las competencias duras de las blandas. Son duras las competencias que aparecen directamente vinculadas a un ámbito disciplinar (los conocimientos propios de la formación reglada) y son blandas aquellas competencias personales de tipo transversal que nos ayudan a construirnos como personas (comunicación, liderazgo, trabajo en grupo, creatividad…). Estas últimas son muy apreciadas en el mercado laboral y desde luego muy valiosas en nuestro mundo de relaciones personales y profesionales.</p>
<h2>Formación para el emprendimiento digital</h2>
<p>Entre las competencias –blandas y transversales– que en los últimos años están suscitando el interés educativo, encontramos la competencia en emprendimiento y la competencia digital. </p>
<p>El emprendimiento es considerado uno de los objetivos prioritarios para el desarrollo social, cultural y económico. La Unión Europea ha incluido el desarrollo de la competencia emprendedora como <a href="http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=1317&langId=en">uno de los elementos fundamentales</a> para afrontar los cambios económicos y socioculturales del presente y del futuro. </p>
<p>Y en este mismo sentido se considera básica la competencia digital, que nos prepara para utilizar las tecnologías en todos los ámbitos de nuestra vida, pues las tecnologías digitales conforman uno de los <a href="https://education.ec.europa.eu/es/recomendacion-del-consejo-relativa-a-las-competencias-clave-para-el-aprendizaje-permanente">elementos clave</a> de la sociedad del siglo XXI. </p>
<p>Del mismo modo, la UNESCO alude al emprendimiento y las tecnologías digitales en su modelo de <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000244957">“Educación para la Ciudadanía Mundial”</a>. Asimismo la OCDE considera prioritario el emprendimiento digital e incluso facilita <a href="https://www.oecd.org/digital/broadband/lac-digital-toolkit/es/Home/toolkit-text-chapter10es.htm">recomendaciones y materiales</a> para la formación.</p>
<p>En España, entre las competencias básicas de la <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2020-17264">ley de educación actual</a>, se señalan igualmente la competencia digital y el emprendimiento. Se puede comprobar en el texto que son varios los apartados en los que se indica la necesidad de desarrollar el espíritu emprendedor, así como promover las capacidades para hacer uso de las tecnologías digitales. El modelo español se sustenta en el <a href="https://doi.org/10.6018/riite.523261">marco europeo</a> y más concretamente en los modelos europeos <a href="https://entrecompeurope.eu/">EntreComp</a> y <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/cros/DIGICOM.D3.03_en">DigComp</a>.</p>
<h2>Oportunidades, planificación y gestión</h2>
<p>En el nivel universitario, estas competencias son necesarias en cualquier ámbito. La Universidad de la Murcia puede servirnos como ejemplo, por las actividades que organiza la <a href="https://www.um.es/en/web/umuemprende/quienes-somos/oficina">Oficina de Emprendimiento (UmuEmprende)</a>. Además, el Centro de Orientación e Información Educativa (COIE) dispone de un aula de emprendimiento. En cuanto a formación en competencias digitales, se trabaja esta dimensión desde diferentes cursos y actividades, pues es una competencia transversal de todas nuestras titulaciones.</p>
<p>Para formar específicamente en emprendimiento digital proponemos usar como base el <a href="https://www.um.es/emdigital/el-modelo/">modelo EmDigital</a>, que trabaja cuatro grandes áreas (identificación de oportunidades; planificación de la acción; implementación y colaboración; y gestión y seguridad) y 15 dimensiones de la competencia de emprendimiento digital.</p>
<p>Y nada más inspirador para los estudiantes que las buenas prácticas y los modelos de éxito. Hay muchos <a href="https://www.bilib.es/actualidad/blog/noticia/articulo/los-12-emprendedores-digitales-mas-importantes-del-mundo-y-sus-negocios-de-exito-internacional/">ejemplos de emprendedores digitales</a> que pueden servir de estímulo a las futuras generaciones de profesionales, también de <a href="https://www.hacktustartup.com/startups/10-mujeres-lideres-del-emprendimiento-en-latinoamerica-en-2022">mujeres</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/469009/original/file-20220615-14-h69xmh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469009/original/file-20220615-14-h69xmh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469009/original/file-20220615-14-h69xmh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=140&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469009/original/file-20220615-14-h69xmh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=140&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469009/original/file-20220615-14-h69xmh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=140&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469009/original/file-20220615-14-h69xmh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=177&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469009/original/file-20220615-14-h69xmh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=177&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469009/original/file-20220615-14-h69xmh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=177&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
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</figure>
<h2>Innovación y estrategias</h2>
<p>Hemos de promover una mentalidad emprendedora y formar en competencias digitales que contribuirán al desarrollo de los proyectos innovadores. Hemos de construir entre todos una cultura que ponga en valor el emprendimiento digital. </p>
<p>Y para ello, hemos de ser también innovadores en cuanto a nuestras formas de enseñar: métodos activos, aprendizaje por proyectos, aprendizaje–servicio, análisis de casos, estrategias de solución de problemas… </p>
<p>Todo un amplísimo abanico de <a href="https://www.um.es/innova/webformacion/metodologias.php">metodologías docentes</a> al servicio de la formación de los futuros profesionales y los futuros emprendedores en la sociedad digital.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184877/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>M. Paz Prendes Espinosa recibe fondos de la Fundación Séneca de la Región de Murcia para el desarrollo del proyecto de investigación EmDigital.</span></em></p>En Europa y América Latina nos falta espíritu emprendedor, comparados con otros países. La educación es fundamental, y el emprendimiento hoy día no puede entenderse sin competencias digitales.M. Paz Prendes Espinosa, Catedrática de Tecnología Educativa, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1854682022-06-29T17:32:26Z2022-06-29T17:32:26Z¿Cómo garantizar búsquedas efectivas y críticas en internet?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/471352/original/file-20220628-25-v8t1en.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=40%2C332%2C5372%2C2775&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/searching-information-data-on-internet-networking-1936709443">Shutterstock / Monster Ztudio</a></span></figcaption></figure><p>El acceso masivo a las tecnologías digitales, a la información y a las redes sociales ha creado nuevas oportunidades y retos para la educación. </p>
<p>Ser competente digital no solo supone conocer las tecnologías, sino saberlas aplicar para comunicarse, gestionar la información, colaborar, crear y compartir contenidos digitales teniendo en cuenta los aspectos legales y éticos, la privacidad y la seguridad, además de mostrar una visión crítica de las tecnologías. </p>
<p>En este escenario, saber buscar la información en internet de forma crítica es una de las claves para devenir un ciudadano del siglo XXI.</p>
<h2>¿Qué es la competencia digital?</h2>
<p>La Comisión Europea define la competencia digital como uno de los 8 estándares de competencia clave para el aprendizaje permanente. <a href="https://publications.jrc.ec.europa.eu/repository/handle/JRC128415">El marco europeo de competencias digitales</a> proporciona un marco completo y exhaustivo para la ciudadanía europea. En este sentido, los centros educativos deben integrar estas competencias digitales en los estudiantes de primaria y secundaria.</p>
<p>Sin embargo, y teniendo en cuenta que ninguna investigación actual se ha centrado en desarrollar un marco común para la educación primaria y secundaria, el proyecto europeo <a href="http://www.crissh2020.eu/">CRISS</a> en el que participamos definió unas áreas competenciales para los estudiantes de primaria y secundaria. </p>
<p>Estas son: ciudadanía digital, comunicación y colaboración digital, búsqueda y gestión de la información digital, creación de contenidos digitales y resolución de problemas digitales. En concreto, nos centraremos en la <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/ejed.12430">búsqueda y gestión de la información digital</a>: la capacidad de buscar y seleccionar los datos, la información y los contenidos digitales. </p>
<h2>La complejidad de una búsqueda</h2>
<p>La navegación por internet se ha convertido en una actividad absolutamente integrada en nuestro día a día. Por eso, tendemos a despreciar la complejidad tecnológica que hay detrás de una simple búsqueda y la fragilidad de los fundamentos en los que se sustenta. </p>
<p>Pero es importante que los estudiantes de primaria y secundaria tomen conciencia que llevar a cabo una búsqueda no es solo hacer un clic en Google introduciendo una palabra. </p>
<p>Para garantizar que las búsquedas en internet sean efectivas y críticas, es necesario llevar a cabo un proceso que se sistematiza en tres fases.</p>
<h2>Antes de iniciar una búsqueda</h2>
<p>Debemos planificar la búsqueda que queremos hacer. Hay que tener muy claro qué se quiere encontrar. Esto supone tener en cuenta algunos de los siguientes aspectos: </p>
<ol>
<li><p><strong>Tener bien definido nuestro objetivo de búsqueda:</strong> qué queremos buscar, para qué lo necesitamos, en qué formato nos interesa, cómo contrastaremos la información. </p></li>
<li><p><strong>Elegir qué tipo de buscador procede a cada necesidad:</strong> Google es un excelente buscador genérico pero seguro que podemos indagar en un buscador más especializado para obtener mejores resultados. Igualmente, se hace necesario completarlo en otros lugares bases de datos o bibliotecas virtuales.</p></li>
<li><p><strong>Pensar algunas palabras clave</strong> que describan de manera precisa y, si puede ser, única, el objeto que hay que buscar y sobretodo escribirlas en una lengua mayoritaria en internet (inglés, español, francés, etc.) ya que nos ampliará el número de resultados. </p></li>
<li><p><strong>Elegir o discriminar diferentes canales o formatos</strong> (texto, imagen, vídeo, PDF, etc.) nos acercará a lo que realmente queremos encontrar.</p></li>
<li><p><strong>Usar conectores lógicos</strong> entre las palabras clave nos ayudará a refinar los términos de la búsqueda. De manera alternativa, usar determinados símbolos, como las comillas o el asterisco, eliminará resultados no deseados. La mayoría de los buscadores entienden y aceptan los operadores lógicos (AND, NOT, NEAR y OR) y sus equivalencias en forma de símbolos matemáticos.</p></li>
</ol>
<h2>Una vez iniciada la búsqueda</h2>
<p>Es importante definir qué parámetros utilizaremos para seleccionar la información obtenida y evitar navegar entre resultados sin rumbo fijo. Los resultados siempre tienen que ser verificados por el usuario y contrastados con diferentes fuentes y páginas. </p>
<p>Muchas veces, la primera opción no es la más adecuada. Para ello debemos analizar:</p>
<ol>
<li><p>La procedencia de la autoría.</p></li>
<li><p>La vigencia de la última actualización. </p></li>
<li><p>Destinatarios de los contenidos. </p></li>
<li><p>La calidad del contenido (gramática, ortografía, ilustraciones, etc.). </p></li>
</ol>
<p>Pero ¿qué ocurre si no encontramos lo que queremos buscar? Si los resultados de nuestra búsqueda no son satisfactorios, o bien por exceso de resultados dificultando la selección, o bien por resultados insuficientes, o no concuerdan con nuestros objetivos de búsqueda, hay que revisar la estrategia utilizada y modificar algunos parámetros de la búsqueda. </p>
<h2>Una vez finalizada la búsqueda</h2>
<p>¿Qué hago con la información? Si la información es mucha, hay herramientas para almacenar la información de forma sencilla y ordenada, seleccionada en los diferentes procesos de búsqueda: </p>
<ol>
<li><p><strong>Marcadores del navegador.</strong> La mayoría de los navegadores (Google Chrome, Mozilla Firefox, Microsoft Edge, Safari) tiene la opción que permite añadir y guardar de forma organizada direcciones de interés. Además permite la función de sincronización de favoritos y listas de lectura entre diferentes dispositivos. Acostumbran a estar situados al lado de la dirección con un icono en forma de estrella.</p></li>
<li><p><strong>Marcadores sociales</strong> (<em>social bookmarks</em>, en inglés) son herramientas que permiten localizar, etiquetar, guardar, recuperar y compartir recursos de la red desde cualquier dispositivo hecho facilita la sincronización. </p></li>
<li><p><strong>Sindicación de contenidos</strong> (RSS). Permite recibir información actualizada de sitios web que resulten de interés. La finalidad de la sindicación de contenidos, más conocida por las siglas RSS (<em>Really Simple Syndication</em>, o Sindicación Realmente Simple), es permitir un fácil acceso a la información actualizada de determinados sitios web que resulten interesantes. </p></li>
</ol>
<h2>Cómo citar y señalar fuentes</h2>
<p>Para utilizar la información seleccionada la debemos referenciar correctamente: es fundamental el respeto hacia la propiedad intelectual del autor o la autora cuando procesamos, gestionamos y presentamos información localizada en internet. </p>
<p>Citar es la acción de indicar la procedencia de la fuente, la autoría de aquel material e información que hemos utilizado para elaborar un nuevo contenido. Si no lo hacemos estamos cometiendo plagio.</p>
<h2>El papel del profesorado</h2>
<p>Más allá de ser sistemáticos en el proceso de búsqueda, también es importante tener una visión crítica en el desarrollo de la competencia digital no sólo por parte de los estudiantes sino también del profesorado y la dirección del centro educativo. </p>
<p>El proyecto europeo <a href="https://www.detectproject.eu/">DETECT</a> (siglas en inglés de “Desarrollando la Alfabetización Digital Crítica del Profesorado”) da apoyo a los docentes de primaria y secundaria en el trabajo de las competencias digitales desde la perspectiva crítica. </p>
<p>Proporciona también un curso <em>online</em>, denominado <a href="https://moodle-detect.uoclabs.uoc.es/">SOLET</a> (siglas en inglés de Entorno de Autoaprendizaje para Profesores) donde se proporciona una serie de recursos y actividades para aplicar las tecnologías desde una perspectiva crítica en el aula. De manera especial se hace énfasis en la búsqueda y localización de información en la red, ya que pone en juego que los estudiantes tomen conciencia de las implicaciones legales y de seguridad haciendo uso de las tecnologías digitales.</p>
<h2>Importancia en bachillerato</h2>
<p>Trabajar la búsqueda crítica de la información en la red es pues una competencia transversal que se debe trabajar en distintas asignaturas o en proyectos interdisciplinares y que se debe consolidar al finalizar la educación obligatoria. Esta habilidad adquiere especial importancia en el crédito de síntesis de bachillerato.</p>
<p>Dominar la competencia de búsqueda de información en internet supone ser capaz de recuperar, almacenar, organizar, presentar y difundir la información obtenida. El papel del docente es clave para facilitar y orientar en el uso y aplicación de las tecnologías en el ámbito educativo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185468/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La enseñanza de una búsqueda crítica de información en internet debería ser parte de todas las asignaturas de manera transversal. Sin ello, no estamos educando ciudadanos competentes.Teresa Romeu, Profesora investigadora, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaMontse Guitert, Professor investigador de la Universitat Oberta de Catalunya, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1856092022-06-26T19:25:38Z2022-06-26T19:25:38ZLos estudiantes saben buscar en internet, pero ¿saben encontrar lo que necesitan?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/470503/original/file-20220623-52151-sn7eem.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5982%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/businesswoman-using-laptop-searching-browsing-internet-1922178821">Shutterstock / 13_Phunkod</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p>“Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber”. </p>
<p><em>Metafísica</em> de Aristóteles, libro primero, capítulo I.</p>
</blockquote>
<p>Vivimos en la era de la información. Pero esta abundancia de información es un arma de doble filo: viene acompañada de grandes niveles de desinformación y sobreinformación. Discernir entre lo bueno y lo malo <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s13278-022-00878-9">cada vez se hace más complicado</a>. En ocasiones, es una actividad semejante a encontrar una aguja en un pajar.</p>
<p>No siempre es fácil discernir si la información disponible en la web es veraz y fiable. Para los estudiantes de primaria y secundaria es una cuestión especialmente difícil y, en ocasiones, hasta los estudios previos al doctorado no se sabe bien de dónde extraer información relevante y fiable.</p>
<h2>Los tiempos de las enciclopedias físicas</h2>
<p>Hace unos años el proceso era muy diferente. Cuentan algunos colegas cómo iban a fotocopiar artículos, revistas, libros, a los que sólo tenían acceso en la biblioteca de la universidad en la que realizaban sus estudios. En la actualidad, tenemos todo en nuestros dispositivos electrónicos, a golpe de clic. Solo necesitamos teclear en nuestro navegador Google o Wikipedia y encontramos un mar de datos e información.</p>
<p>En la era de internet se torna complicado discernir entre la calidad y lo mediocre e, incluso, identificar noticias falsas. Esto se convierte en un verdadero reto para los estudiantes a los que se encarga investigar determinado tema para un trabajo o exposición en clase.</p>
<h2>No basta con saber usar Google</h2>
<p>Buscar información en internet conlleva más esfuerzo del que parece: no solo es una cuestión de saber usar un motor de búsqueda. La información está disponible en la red, en los libros, diarios, revistas, blogs, podcasts, redes sociales, periódicos digitales, grandes pensadores, charlas TED, personas de nuestro entorno, asociaciones, empresas… Millones de datos y conocimiento por todos lados y de todos los tipos.</p>
<p>Es con la experiencia, con las horas y horas de búsqueda y lectura de la información extraída, cuando vamos adquiriendo esta habilidad de distinguir entre lo bueno y lo malo; de eliminar la paja y quedarnos con la aguja. Ahí reside nuestra obligación como docentes: transmitir este conocimiento a los alumnos.</p>
<h2>Los trucos básicos</h2>
<p>Existen ciertas estrategias metodológicas que permiten la búsqueda de información, su evaluación y selección, como por ejemplo:</p>
<ol>
<li><p>Preguntarnos qué información concreta es la que necesitamos y para qué.</p></li>
<li><p>Uso de palabras clave. Esta palabra clave hace que se ejecute el motor de búsqueda, rastreando la información que hay en la red según los parámetros específicos del buscador utilizado, dando resultados distintos dependiendo de qué palabras usemos. </p>
<p>Para su elección, podemos seguir una serie de consejos como el uso del asterisco <em>*</em> para reemplazar un conjunto indeterminado de caracteres. Por ejemplo, renovable* incluirá la búsqueda no solo de la palabra <em>renovable</em>, sino también <em>renovables</em>, u otras palabras cuya raíz sea <em>renovable</em>. </p>
<p>También se puede usar el asterisco como adjetivo en la búsqueda. Por ejemplo: “Tecnologías renovables más * de los últimos años”. Buscará las tecnologías renovables más <em>demandadas</em>, más <em>usadas</em>, etc. El uso exclusivo de minúsculas y sin acentos también es recomendable.</p></li>
<li><p>Comparar la información proporcionada con otros buscadores.</p></li>
<li><p>Analizar las citas y las referencias de la información encontrada es una buena práctica y muy aconsejable si detectamos insuficiencias o excesiva información con respecto a nuestras necesidades. También es posible ampliar o reducir el rango de búsqueda mediante el uso de distintas palabras clave y uso del <em>*</em> como indicaba en el punto 2.</p></li>
<li><p>Verificar la calidad de las fuentes bibliográficas se torna imprescindible.</p></li>
</ol>
<h2>Búsqueda en la etapa universitaria</h2>
<p>Si nos centramos en el alumnado universitario pregraduado, este ha de estar familiarizado en la búsqueda de información fiable con fines académicos. Pero, aunque el <a href="https://www.ine.es/prensa/tich_2021.pdf">93,2 % de la población</a> de 16-74 años ha usado internet en los tres últimos meses, en las aulas es habitual observar cómo los alumnos no suelen saber encontrar la información pertinente.</p>
<p>La información académica también se encuentra en todas partes. Ya no solo disponemos de los servicios de la biblioteca universitaria en su catálogo digital, sino que tenemos a nuestra disposición grandes repositorios bibliográficos como <a href="https://www.scopus.com/home.uri">Scopus</a>, <a href="https://www.recursoscientificos.fecyt.es/licencias/productos-contratados/wos">Web of Science</a> y <a href="https://scholar.google.es/schhp?hl=es">Google Académico</a>, entre otros. </p>
<p>Sin embargo, existen técnicas que nos ayudan a manejar grandes cantidades de datos provenientes de fuentes fiables para nuestras investigaciones.</p>
<h2>Una aplicación posible</h2>
<p>Cuando manejamos una gran cantidad de datos, la aplicación de un análisis bibliométrico se hace necesaria. El análisis bibliométrico es una ciencia que utiliza métodos estadísticos y matemáticos para analizar la literatura científica en profundidad.</p>
<p>Pero ¿cómo realizar un análisis bibliométrico? Propongo para ello el uso de un <em>software</em> llamado <a href="https://www.vosviewer.com/">VOSviewer</a> por parte de docentes e investigadores para realizar sus revisiones.</p>
<p>VOSviewer permite la realización, visualización y exploración de mapas de coocurrencia, una interconexión colectiva de términos basada en su presencia conjunta dentro de una unidad de texto. </p>
<p>Con esta herramienta se crea un mapa basado en una red sobre publicaciones científicas, aunque también es posible crear esa red sobre revistas científicas, investigaciones, países o palabras clave.</p>
<p>Para ello, se extrae información de Scopus, como la mayor base de datos de referencias bibliográficas sobre el tema a investigar, exportamos la documentación y la introducimos en el VOSviewer para realizar el mapa de coocurrencia. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/470247/original/file-20220622-23-g5pynh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470247/original/file-20220622-23-g5pynh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470247/original/file-20220622-23-g5pynh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=483&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470247/original/file-20220622-23-g5pynh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=483&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470247/original/file-20220622-23-g5pynh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=483&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470247/original/file-20220622-23-g5pynh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=607&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470247/original/file-20220622-23-g5pynh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=607&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470247/original/file-20220622-23-g5pynh.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=607&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Mapa de coocurrencia de palabras clave en el campo de estudio de las energías renovables mediante modelización econométrica.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En la figura se representa <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/12/12/4828">un caso real</a>, un mapa que analiza 1 329 palabras clave en artículos científicos que estudian el desarrollo de las energías renovables a través de un análisis econométrico. Se identifican 5 grupos (clústeres) por colores vinculados a las tres grandes preguntas del marco estratégico de la Unión Europea, facilitando la toma de decisiones.</p>
<h2>Enseñar desde la infancia</h2>
<p>Para encontrar la información deseada en internet en la etapa universitaria es clave el uso de bases de datos especializadas y apoyarse en el análisis bibliométrico para realizar estudios más exhaustivos y rigurosos.</p>
<p>Pero la enseñanza del proceso de búsqueda de información en internet es fundamental y ha de realizarse en todos los niveles de estudio. Se trata de un eslabón básico para construir una sociedad informada y capaz de cuestionarse, razonar y pensar sobre cualquier ámbito.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185609/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Consoli Quintana Rojo recibió fondos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de las Ayudas al Profesorado Universitario (FPU) convocatoria 2015.</span></em></p>Muchos estudiantes creen que basta con introducir un término en el buscador y usar los primeros resultados: es necesario enseñarles a optimizar, afinar y seleccionar los resultados.Consoli Quintana Rojo, Doctora en Economía y Empresa. Profesora e investigadora del área de Economía Aplicada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1853672022-06-23T17:21:48Z2022-06-23T17:21:48ZCómo fomentar la comunicación cara a cara entre los adolescentes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/470531/original/file-20220623-55883-efezxb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1069%2C5955%2C2897&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-teenage-boys-girls-using-gadgets-439280473">Shutterstock / George Rudy</a></span></figcaption></figure><p>Ser un buen profesor exige tener una visión global de los hábitos de los alumnos. En el terreno de las nuevas tecnologías, esta capacidad de observación es fundamental para poner en marcha estrategias frente a los retos y necesidades que plantean.</p>
<p>Para ello, tan importante es estar preparado en metodologías activas y tecnologías de la información y la comunicación como conocer la naturaleza humana y los paradigmas pedagógicos probados. </p>
<p>Desde la <a href="https://www.culturagenial.com/es/el-hombre-es-un-ser-social-por-naturaleza/">antropología</a>, la pedagogía y <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rstb.2015.0077">la neurociencia</a> se confirma la capacidad social del ser humano, adaptado para sobrevivir mejor en compañía. En ella se cimenta la comunicación interpersonal. </p>
<p>Propiciar experiencias positivas de comunicación interpersonal en el aula nos permite ayudar a los estudiantes a sentirse cómodos y a buscar cada vez más la relación con sus iguales en persona, una relación que muchas veces las tecnologías relegan a un segundo plano.</p>
<h2>¿Es más fácil chatear?</h2>
<p>El consumo del móvil y de las TIC, tanto en el aula como <a href="https://naerjournal.ua.es/article/view/v11n1-9/861">fuera de ella</a>, <a href="https://www.caritas.es/main-files/uploads/2022/02/Informe-Adicciones-WEB-1.pdf">supone un hábito de horas</a> y que muchos adolescentes prefieran chatear a hablar con otro en persona.</p>
<p>Estas seis tácticas didácticas consiguen experiencias satisfactorias reforzando la comunicación interpersonal presencial propiciando nuevos hábitos que consigan dosificar el consumo de tecnología:</p>
<ol>
<li><p>Programar <a href="https://revistas.udd.cl/index.php/BDI/article/view/215/188">actividades memorables</a> emocionalmente. Estas pueden ser tanto formales (clase magistral participativa), como informales (talleres, dinámicas, salidas, visitas, etc.). Incorporar en estas experiencias la experimentación, la curiosidad, la sorpresa, el descubrimiento y la experiencia. También los estudiantes pueden sugerir actividades. </p></li>
<li><p>Organizar subgrupos en el aula dando tiempo de trabajo en equipo que resulte satisfactorio y exitoso. Se puede combinar con una tarea fuera del aula a través de plataformas digitales que permitan colaborar de forma sincrónica. Se fomentan así los vínculos afectivos entre ellos para que trabajen juntos y desplieguen habilidades socioemocionales. Se les proporciona bases para que sepan colaborar en equipo promoviendo habilidades como la <a href="https://www.vivatacademia.net/index.php/vivat/article/view/1123/1635">empatía</a>, la participación democrática, la tolerancia y la mediación.</p></li>
<li><p>Desplegar metodologías activas y acompañar promoviendo el protagonismo en el aprendizaje, la curiosidad, la motivación interna. Se puede lograr a través de <a href="https://sede.educacion.gob.es/publiventa/PdfServlet?pdf=VP17667.pdf&area=E">aprendizaje por proyectos</a>, por retos o por problemas o basado en el pensamiento combinado con el trabajo colaborativo o cooperativo. El aprendizaje por proyectos se combina con otras estrategias docentes (aula invertida, gamificación) y otras estrategias con aproximación transversal (<a href="https://www.revistaccinformacion.net/index.php/rcci/article/view/97/62">educación emocional</a>, inteligencias múltiples). Este tipo de metodologías motiva mucho al alumnado porque consigue superarse interactuando y colaborando con los demás.</p></li>
<li><p>Animar al uso de herramientas analógicas, en combinación con las <a href="https://produccioncientificaluz.org/index.php/utopia/article/view/36583/39418">tecnológicas</a>. Por ejemplo, pueden diseñar una dramatización original, componer un relato de cuentacuentos, un rap con letra poética, o algún artilugio en formato de realidad aumentada o realidad virtual, que luego deban editar o programar con la tecnología adecuada. Así valoran trabajar en equipo con otros recursos. </p></li>
<li><p>Fomentar la comunicación entre ellos en equipo a través de una disposición espacial del aula más <a href="https://redined.educacion.gob.es/xmlui/bitstream/handle/11162/125986/CREANDO%20ESPACIOS%20DE%20APRENDIZAJE.pdf?sequence=1&isAllowed=y">flexible</a>. Se puede tener en cuenta diversos espacios de aprendizaje dentro del aula teniendo en cuenta los procesos de elaboración de productos propios. </p></li>
<li><p>Liderar y generar un buen <a href="https://www.redalyc.org/pdf/270/27018888004.pdf">clima del aula</a> en el que predomine la confianza, el compañerismo, el trabajo, el optimismo, la alegría, el conocimiento de los pares, la expresión emocional, la empatía y la estima mutua. </p></li>
</ol>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/470529/original/file-20220623-51718-jfbl3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470529/original/file-20220623-51718-jfbl3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470529/original/file-20220623-51718-jfbl3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=751&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470529/original/file-20220623-51718-jfbl3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=751&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470529/original/file-20220623-51718-jfbl3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=751&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470529/original/file-20220623-51718-jfbl3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470529/original/file-20220623-51718-jfbl3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470529/original/file-20220623-51718-jfbl3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Alumnas del grado de Educación durante una actividad en el aula con pantalla verde (croma).</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Lenguaje corporal y autoestima</h2>
<p>Además, hay dinámicas que les descubren la comunicación interpersonal con contacto físico. Podemos hacer un desfile de modelos para que entiendan el lenguaje corporal. Sirve para aceptar su cuerpo, su forma de moverse, su ritmo al compás de una base rítmica adecuada que eligen. Disponer de espacio y distancia ante los demás les hace perder el pánico escénico y se convierte en una actividad lúdica en la que entienden que se puede aprender de un ejercicio entre iguales. </p>
<p>A medida que desfilan se puede aplaudir y reforzar de forma positiva atreverse a superar la timidez y salir de su zona de confort. Es un ejercicio con grandes beneficios en la autoestima. </p>
<h2>Escucha activa</h2>
<p>Para profundizar en la comunicación interpersonal, podemos agruparlos en pares o tríos, según convenga. Uno de ellos cuenta una anécdota graciosa durante dos minutos. El otro par o los otros dos compañeros deben escuchar de forma activa el relato, pero deben fijarse intencionadamente en los elementos que conforman el lenguaje corporal del interlocutor. </p>
<p>Primero, en los componentes de la paralingüística: qué tono de voz, volumen, timbre, entonación tiene su colega. Segundo, qué distancia corporal despliega cuando habla y comprobar si suele o no tocar al interlocutor. Tercero, qué partes de su cara y cuerpo son más expresivas o mueve más. </p>
<p>De ese modo, por primera vez, se fijan en los elementos de lenguaje corporal aprendiendo a leer estos con más detenimiento para comprender cómo están los demás. También asimilan mejor el concepto de escucha activa. </p>
<h2>¿Bailamos?</h2>
<p>Un baile de salón en parejas con un paso sencillo, como el merengue de compás binario, les exige ir al compás y escuchar la intención corporal del compañero al son de la música. Es divertido, aprenden a ponerse de acuerdo, se cogen respeto y confianza, sin ningún afán, salvo el de pasarlo bien. </p>
<p>Decía el filósofo <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_Wittgenstein">Lutwig Wittgenstein</a>: </p>
<blockquote>
<p>“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente.” </p>
</blockquote>
<p>Una vez los estudiantes ponen en juego los diversos códigos para crear productos propios en equipo, descubren la potencialidad de su propia mente y adquieren más fluidez, confianza y autoestima para afrontar otros retos y resolver problemas nuevos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185367/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Beatriz Peña Acuña no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Acostumbrados a las relaciones líquidas y distantes que ofrece internet, los estudiantes pueden llegar a preferirlas al contacto físico. Desde el aula se puede ayudar a promover la comunicación en persona.Beatriz Peña Acuña, Profesora de Didáctica, Universidad de HuelvaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1759402022-06-19T18:26:51Z2022-06-19T18:26:51ZLas ventajas de crecer con internet: adolescentes y participación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/468406/original/file-20220613-24020-dfngz8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C5145%2C3422&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/african-american-woman-sending-text-message-323884478">Shutterstock / Samuel Borges Photography</a></span></figcaption></figure><p>El desarrollo de las tecnologías digitales, y el consiguiente cambio sociocultural, ha animado a la población adolescente hacia la participación en entornos virtuales. </p>
<p>Esta permanente conexión y supuesta dependencia de sus teléfonos inteligentes y sus redes digitales despierta recelo, cuando no preocupación, por parte de quienes no crecimos en una situación similar. Pero hay otra manera de analizar y entender el fenómeno: nunca en la historia de la humanidad los jóvenes habían manifestado tanta inquietud por participar en la cultura de su época y habían tenido tantas facilidades para hacerlo.</p>
<p>El gusto por el uso de las tecnologías digitales ha sido una característica propia de las generaciones más jóvenes, que ven internet, en general, y las redes sociales y las tecnologías móviles, en particular, como su hábitat natural de actuación. Sus relaciones sociales se organizan de forma autónoma en diferentes grupos, donde comparten una narrativa digital a través de TikTok, Instagram, YouTube, WhatsApp, etc.</p>
<p>La población adolescente desarrolla sus estrategias virtuales de <a href="https://www.mdpi.com/2076-0760/9/6/92">compartir, resolver problemas, desarrollar tareas, construir colaborativamente el conocimiento y potenciar canales de comunicación dinámicos</a>. Asimismo, la adolescencia manifiesta abiertamente una tendencia hacia el aprendizaje informal en las redes sociales, que los convierte en <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7260356">sujetos interactuantes, despiertos y socialmente digitales</a>.</p>
<h2>Digitalmente creativos</h2>
<p>La adolescencia <a href="http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org">se empodera en el espacio digital y se apropia de la autoridad suficiente para participar en la inteligencia colectiva</a>, que decía Lévy. </p>
<p>Con el desarrollo de las tecnologías digitales, la población adolescente ha visto las puertas abiertas hacia la creación, viéndose abocados a esto para no caer en el riesgo de exclusión por parte de sus semejantes. </p>
<h2>Intercreatividad</h2>
<p>Así, las generaciones jóvenes están llevando a cabo procesos de intercreatividad, un paso más allá de la creatividad, donde unen en sus relaciones con iguales dos conceptos muy importantes, creatividad e interactividad. Desde esta perspectiva de comunicación horizontal, es posible el desarrollo de su propio aprendizaje y contribuir a construir el conocimiento social. </p>
<p>Los adolescentes tiene la capacidad de relacionarse de forma exitosa en los entornos analógicos y digitales y necesitan formar parte de grupos sociales para modificar su entorno y, al mismo tiempo, enriquecer y madurar su mundo interno. Se manifiesta así su capacidad de posicionarse de manera intercreativa ante la realidad que la rodea.</p>
<p>En esta etapa evolutiva cobra vital importancia el ámbito social, donde se consideran actores principales, a modo de los héroes mediáticos a los que siguen, como los <em>youtubers</em> y otros <em>influencers</em>, que se han convertido en los modelos a seguir con gran influencia en la creatividad y pensamiento adolescente.</p>
<h2>Narrativa transmedia</h2>
<p>En la sociedad postdigital, los adolescentes interactúan a través de las tecnologías de forma innata y desde grupos organizados, siendo cada vez más conscientes de sus capacidades y de las posibilidades de la cultura del conocimiento. </p>
<p>Las múltiples pantallas abren paso a la cultura participativa, ejercitando narrativas colaborativas para crear y expresar opiniones y sentimientos, asumir responsabilidades y tomar decisiones en un escenario transmedia. </p>
<p>Recordemos que una narración transmedia se desarrolla a través de múltiples plataformas y que cada texto conforma un nodo específico de información valioso para la totalidad del mensaje.</p>
<h2>Falta de educación</h2>
<p>La escasa educación mediática que reciben los más jóvenes se había centrado, hasta ahora, en el desarrollo de competencias que les posibilitase la interpretación crítica de aquellos mensajes emitidos por los medios de comunicación. </p>
<p>Sin embargo, en la actualidad, las prácticas transmedia en contextos juveniles precisan no sólo de ese análisis crítico del discurso, sino la incorporación de la creación transmedia de historias y la capacidad y competencia para gestionar el flujo de información que reciben. </p>
<h2>Conflictos y gestión</h2>
<p>Algunos adolescentes no son del todo conscientes de los riesgos que implica la participación en determinados espacios digitales: no sólo a nivel de seguridad y control, sino también de gestión de los conflictos interpersonales que se originan.</p>
<p>Integrar las tecnologías digitales en el día a día del aula, con el <a href="https://skat.ihmc.us/rid=1J134XMRS-1ZNMYT4-13CN/George%20Siemens%20-%20Conectivismo-una%20teor%C3%ADa%20de%20aprendizaje%20para%20la%20era%20digital.pdf">planteamiento conectivista de Siemens</a>, permite experimentar propuestas de aprendizaje desde los videojuegos, la realidad aumentada, el metaverso o las distintas producciones de narrativas transmedia que invitan a la creación y potencian canales idóneos para el empoderamiento adolescente.</p>
<p>Es común que generaciones anteriores consideren a los adolescentes inmaduros e incapaces de aceptar e integrarse en el “mundo adulto”. Pero los jóvenes han demostrado hoy más que nunca que tienen recursos para establecer una relación personal con los demás a través de la integración de su novedoso mundo social digital con atractivos horizontes. </p>
<p>Eso sí, necesitan acompañamiento experto en alfabetización mediática para evitar los posibles engaños y manipulaciones a los que puedan estar abocados.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/175940/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sara Osuna-Acedo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los adolescentes usan internet y redes sociales para aprendizaje informal, comunicación y creación colaborativa. Vivimos una época de máxima participación en la cultura por parte de las nuevas generaciones.Sara Osuna-Acedo, Profesora Catedrática de Universidad - Comunciación y Educación, UNED - Universidad Nacional de Educación a DistanciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1815092022-06-16T16:44:52Z2022-06-16T16:44:52Z¿Qué es lo que hace que nos enganchemos a TikTok?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/467551/original/file-20220607-12-qa4r9r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=34%2C8%2C5716%2C3819&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/girl-dark-side-tiktok-promoting-social-1945379527">Shutterstock / Ti Vla</a></span></figcaption></figure><p>El moderno entorno digital, y más concretamente las redes sociales, han transformado por completo la forma en la que interactuamos dentro de ese mundo. </p>
<p>Facebook, Twitter, Instagram o WhatsApp se han convertido en plataformas en las que los usuarios se comunican no solo con amigos y familiares, sino también con marcas y organismos públicos, generando un ecosistema que ya forma parte de la sociedad. </p>
<p>En este contexto y a lo largo de los últimos años, TikTok, red social cuyo objetivo es crear y compartir vídeos cortos, se ha posicionado como una de las aplicaciones más utilizadas en todo el mundo, especialmente entre la población más joven. De hecho, se convirtió en <a href="https://blog.apptopia.com/worldwide-us-download-leaders-2020">la aplicación más descargada a nivel mundial en 2020</a> y en Estados Unidos <a href="https://dircomfidencial.com/marketing-digital/la-generacion-z-de-eeuu-ya-usa-mas-tiktok-que-instagram-20211122-0402/">ha conseguido desbancar en popularidad a Instagram entre la generación Z –centeniales–</a>. Estos datos demuestran el rápido crecimiento que está experimentando la industria de las plataformas de vídeos cortos.</p>
<p>El auge en el uso y la popularidad de estas herramientas ha provocado que se conviertan en un fenómeno de estudio. Una de las líneas de aproximación más frecuentes a las redes sociales, tanto en el plano académico como en el profesional, es la adherencia. Este concepto incluye la idea de cómo, en el mundo digital, se gestiona el intento de enganchar a los usuarios, motivándoles a estar cada vez más tiempo en una plataforma.</p>
<h2>¿Qué nos atrae de las plataformas de vídeo?</h2>
<p>En anteriores investigaciones se ha demostrado que <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/IntR-11-2013-0236/full/html">existen tres variables que inciden directamente en la cantidad de horas que un usuario pasa en este tipo de plataformas</a>, es decir, en el nivel de adherencia que tienen con respecto a las mismas. </p>
<p>La primera variable estudiada es la existencia de una motivación constante, entendida como aquello que lleva al usuario a seguir haciendo uso de la plataforma y que es <a href="https://ieeexplore.ieee.org/document/9211390">una extensión de la demanda de la red social</a>. Esta motivación constante está <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0747563210002293">relacionada directamente con la satisfacción</a> que se experimenta al usar las redes sociales, así como la que genera <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/13/5/2680">recibir comentarios positivos, <em>me gusta</em> u otro tipo de premio en este entorno</a>.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/467524/original/file-20220607-24-ff2cm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/467524/original/file-20220607-24-ff2cm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/467524/original/file-20220607-24-ff2cm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=797&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/467524/original/file-20220607-24-ff2cm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=797&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/467524/original/file-20220607-24-ff2cm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=797&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/467524/original/file-20220607-24-ff2cm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1001&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/467524/original/file-20220607-24-ff2cm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1001&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/467524/original/file-20220607-24-ff2cm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1001&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Los usuarios buscan compartir contenidos y también sentirse validados.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/thebetterday4u/33719073368/in/album-72157708132064914/">HS You / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nd/4.0/">CC BY-ND</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El segundo potenciador del uso de las redes sociales es el deseo de compartir experiencias. Cuando usamos las redes sociales no solo buscamos consumir contenido. También <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0167923606000583">deseamos crearlo, ya que gracias a ese acto de compartir generamos un sentimiento de pertenencia a la comunidad</a>, contribuyendo con nuestras aportaciones. Si se potencia la colaboración entre la comunidad, los usuarios desarrollan mayor adherencia y mayor uso de la plataforma. </p>
<p>Por último, en el caso de las plataformas que ofrecen la opción de generar contenidos en vídeo, también se tiene en cuenta la habilidad para producir vídeos de calidad. En este último caso se analiza cómo, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5700732/#:%7E:text=The%20results%20demonstrated%20that%20content,did%20not%20significantly%20influence%20them.">a medida que los usuarios sienten que tienen una habilidad real para crear buenos contenidos en formato vídeo, tienden a hacer un uso más constante de la red social</a>.</p>
<h2>¿Cómo influyen en las generaciones que más interesan a las marcas?</h2>
<p>Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, y <a href="https://www.marketingdirecto.com/wp-content/uploads/2021/05/estudio-anual-redes-sociales-2021-vreducida-1.pdf">que quienes más tiempo invierten en estas redes son las generaciones centenial y milenial</a>, <a href="https://www.cogitatiopress.com/mediaandcommunication/article/view/4737">llevamos a cabo una investigación</a> para analizar si estas variables influían, y en qué medida, en el uso que estas generaciones hacían de TikTok. Participaron 1 419 centeniales y 882 mileniales. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/467516/original/file-20220607-18-jp3tud.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/467516/original/file-20220607-18-jp3tud.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/467516/original/file-20220607-18-jp3tud.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/467516/original/file-20220607-18-jp3tud.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/467516/original/file-20220607-18-jp3tud.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/467516/original/file-20220607-18-jp3tud.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/467516/original/file-20220607-18-jp3tud.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/467516/original/file-20220607-18-jp3tud.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Varias variables influyen en nuestra tendencia a engancharnos a ciertas aplicaciones.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/es/fotos/DCXuZ7WzM9I">Shingi Rice / Unsplash</a></span>
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<p>Tras nuestro estudio descubrimos que, aunque todos afirman que las tres variables influyen directamente en la adherencia que se tiene a la plataforma, el peso de cada una de ellas varía en función de la generación. Mientras que los mileniales muestran una fuerte relación entre el nivel de adherencia y el hecho de poder compartir comportamientos o crear vídeos, los centeniales manifiestan más relación con la oportunidad de recibir de forma constante una motivación que les lleve a usarla más.</p>
<p>Dado que se analiza el caso de TikTok, es importante destacar que también queda demostrada la influencia de la habilidad percibida por la comunidad en la creación de dichos vídeos. Si los usuarios sienten que tienen la habilidad de crear buenos contenidos en TikTok, porque otros lo validan, el sentimiento de adherencia que tienen con la plataforma será mayor. </p>
<p>De este modo, se puede concluir que compartir comportamientos, poder crear vídeos y recibir una motivación constante influyen directamente en la capacidad de adherencia que tiene TikTok en lo que a las generaciones centenial y milenial se refiere. </p>
<h2>Oportunidad de compartir</h2>
<p>Queda demostrado que la variable que más influye en la adherencia que genera este tipo de plataformas de vídeos es la oportunidad de compartir contenidos. El deseo de los usuarios por hacerlo, así como tener otras experiencias o recibir valoraciones, les lleva a hacer un uso más constante de TikTok. Estos resultados ponen de manifiesto el carácter puramente social de este tipo de plataformas.</p>
<p>Conocer qué influye directamente en el sentimiento de adherencia que los usuarios manifiestan cuando hacen uso de las redes sociales es esencial. </p>
<p>No solo es útil para trabajar en estrategias de publicidad, marketing y comunicación más exitosas, sino también para paliar y tratar los efectos negativos –como la adicción– que pueden llegar a derivar de su uso. Así, los resultados de esta investigación pueden interesar a campos tan diferentes como el marketing y la psicología.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/181509/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>TikTok es una de las redes sociales más utilizadas en el mundo y está en crecimiento. Pero ¿qué nos interesa de esta plataforma? ¿Por qué nos enganchamos a su constante flujo de vídeos?Patricia Durán-Álamo, Profesor del Departamento del Área de Comercialización e Investigación de Mercados en la UAH, Universidad de AlcaláPablo Gutiérrez-Rodríguez, Profesor de Marketing, Universidad de LeónPedro Cuesta-Valiño, Profesor de Marketing, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1812622022-06-14T17:18:58Z2022-06-14T17:18:58ZRetos virales que ponen en peligro a los adolescentes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/468513/original/file-20220613-24-158qh0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=43%2C17%2C5708%2C3811&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un reto viral denominado _Tide Pod Challenge_ consistía en grabarse comiendo cápsulas de detergente.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pod-challenge-detergent-797555044">Shutterstock / Kyle T Perry</a></span></figcaption></figure><p>Cada vez es más frecuente entre los adolescentes la realización de los denominados retos virales o <em>challenges</em> en Internet. Estos consisten en la grabación y difusión por medio de redes sociales (TikTok, Instagram) de una acción concreta (baile, broma, desafío…) para que los demás usuarios lo vean y a su vez hagan ese mismo reto. Así, dependiendo del interés que suscita el reto se convierte en viral por la difusión masiva que tiene en Internet y la tendencia del ser humano a imitar la conducta de los demás, sobre todo en la adolescencia.</p>
<p>Un reto viral puede ser propuesto por un grupo de amigos o bien el menor puede seguir por voluntad propia retos realizados por otros usuarios o celebridades que ve en Internet. De hecho, los retos apoyados por <em>influencers</em> suelen ser los más viralizados ya que estas personas son seguidas masivamente por una gran cantidad de personas. </p>
<p>Así sucedió con uno de los retos virales pioneros en 2014 denominado <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Ice_Bucket_Challenge"><em>IceBucket Challenge</em></a>, que consistía en tirarse un cubo de agua fría por encima y retar, mediante una nominación, a hacer lo mismo a otros para concienciar y recaudar dinero para investigar la esclerosis lateral amiotrófica.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/468511/original/file-20220613-12-ecqcbg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C0%2C9970%2C3967&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/468511/original/file-20220613-12-ecqcbg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C0%2C9970%2C3967&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/468511/original/file-20220613-12-ecqcbg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=240&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/468511/original/file-20220613-12-ecqcbg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=240&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/468511/original/file-20220613-12-ecqcbg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=240&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/468511/original/file-20220613-12-ecqcbg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=302&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/468511/original/file-20220613-12-ecqcbg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=302&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/468511/original/file-20220613-12-ecqcbg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=302&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El <em>Ice bucket Challenge</em> consistía en tirarse un cubo de agua fría por encima y retar, mediante una nominación, a hacer lo mismo a otros para concienciar y recaudar dinero para investigar la esclerosis lateral amiotrófica.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/panorama-man-pour-bucket-ice-topped-212413870">Shutterstock / wanphen chawarung</a></span>
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<h2>¿Qué tipos de retos hay?</h2>
<p>Existe una gran variedad de retos virales, tanto por su brevedad (duran menos de 1 minuto), como por su fugacidad (si un reto está de moda al poco tiempo deja de estarlo y otro se hace viral). La mayoría de los retos que hacen los adolescentes son inofensivos e interesantes. Por ejemplo, los retos sociales tienen un componente social o familiar de diversión como bailes o bromas inofensivas. Un ejemplo de este tipo de retos es el baile <a href="https://www.youtube.com/watch?v=SwN8-1lm2zY"><em>Chicken Teriyaki Challenge</em> de la nueva canción de la cantante Rosalía</a>.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/SwN8-1lm2zY?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
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<p>También existen retos solidarios cuyo propósito es concienciar sobre una buena causa, ayudar a los demás o fomentar buenas conductas. Un ejemplo es el <a href="https://aladina.org/noticia/unete-al-panuelo-challenge/">Pañuelo <em>Challenge</em>, propuesto por la Fundación Aladina</a> en el que diferentes usuarios se ponen un pañuelo en la cabeza para concienciar sobre el cáncer infantil. </p>
<p>Sin embargo, aunque este tipo de retos no conlleva riesgo alguno, en los últimos años se ha popularizado cada vez más la realización de retos virales peligrosos que ponen en riesgo la integridad de los menores y/o de sus entornos. Algunos ejemplos son: <a href="https://www.epe.es/es/sucesos/20220223/retos-virales-peligrosos-circulan-internet-13281423"><em>48 horas desaparecido</em>, que consiste en desaparecer sin dejar rastro durante dos días, o <em>el cascarón</em>, en el que los usuarios comen todo tipo de alimentos con cáscara</a> (huevos, caramelos con el envoltorio…), con el riesgo de obstrucción y asfixia que conlleva este tipo de comportamiento. El aumento de la realización de este tipo de retos preocupa mucho, sobre todo a familias y a equipos docentes.</p>
<p>Según <a href="https://www.statista.com/statistics/1095186/tiktok-us-users-age/">datos de Statista (2021)</a>, en TikTok, la plataforma <em>online</em> más prominente en la visualización y realización de retos virales en internet, un 25 % de los usuarios tiene entre 10 y 19 años. De hecho, el uso de esta aplicación tan popular entre niños y adolescentes tuvo mayor cantidad de descargas que cualquier otra aplicación en un trimestre, con 315 millones de instalaciones en App Store y Google Play en 2020. El <a href="https://www.amic.media/media/files/file_352_2531.pdf"><em>Informe Ditrendia</em> (2020)</a> indica que en España la aplicación de TikTok se abre una media de 7 veces al día, con un tiempo de uso promedio diario de 43 minutos.</p>
<p>Según un reciente estudio realizado por el <a href="http://gruposinvestigacion.unir.net/ciberpsicologia/">Grupo de Ciberpsicología de la Universidad Internacional de la Rioja</a>, los retos más frecuentes son los sociales (80,3 %), seguidos de los solidarios (20,6 %). Sin embargo, no hay que subestimar la alta cifra de retos peligrosos realizados por adolescentes, ya que <a href="https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs12144-021-02692-6">casi un 8 % reconoce haberlos realizado</a>, poniendo en riesgo su propia integridad o la de otra persona. </p>
<p>También este estudio muestra que es muy habitual entre los adolescentes la realización simultánea de retos sociales inofensivos junto con retos peligrosos (15,3 %). Esto hace que surjan situaciones paradójicas como la aparición de dos retos contradictorios de forma simultánea, como por ejemplo <em>Handwashing challenge</em> que conciencia a la población sobre la importancia de lavarse las manos durante la pandemia por COVID-19, junto con <em>Coronavirus challenge</em> que consiste en lamer un retrete público durante la pandemia.</p>
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<figcaption><span class="caption">El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se sumó al The Safe Hands challenge.</span></figcaption>
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<h2>Cómo prevenirlos</h2>
<p>Los retos virales son muy atractivos para los adolescentes porque les permiten interaccionar y compartir con los demás de forma divertida. Pero hay que concienciar a quienes los realizan, especialmente si son menores, de los problemas que supone hacer los que son peligrosos:</p>
<ul>
<li><p>Es importante que los menores sepan diferenciar entre retos inofensivos y retos peligrosos. Se puede hacer un reto cuando este sirve para pasárselo bien, se conciencia sobre una buena causa, no daña u ofende a nadie, promueve que la gente nos llevemos bien unos con otros o motiva a otra persona a superarse o motivarse.</p></li>
<li><p>Es necesario trabajar el pensamiento crítico y ayudarles a pensar antes de actuar. Esto, junto con el autocontrol, es un gran aprendizaje que es necesario fomentar y que puede ayudarles en otros ámbitos de su vida.</p></li>
<li><p>En casa (o en el colegio) deberíamos ayudarles a generar rutinas de pensamiento que les ayuden a discernir si deben o no hacer un reto. Lo ideal es trabajar el qué, el cómo, el cuándo, con quién se realiza y por qué. Las preguntas que debemos hacer para que el menor interiorice y responda son: ¿qué reto es y qué hay que hacer?, ¿es peligroso para mí o para los demás?, ¿puedo hacer sentir mal a alguien?, ¿nos lo vamos a pasar todos bien?, ¿me arrepentiré en un tiempo de haberlo hecho?, ¿me va a afectar en la realización de otra tarea importante?, ¿tengo que romper, ensuciar o dañar algo?, ¿es adecuado que salga esta persona (por ejemplo, mi hermano pequeño de 5 años o alguien que no se le ha invitado)?, ¿hago el reto por placer o porque siento que estoy obligado?</p></li>
</ul>
<p>De esta forma, fomentar el pensamiento crítico del menor, junto a las labores de educación, concienciación y supervisión parental, son esenciales para combatir el fenómeno creciente de los retos virales peligrosos en Internet.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/181262/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Joaquín Manuel González Cabrera recibe fondos de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) en el proyecto Propio Retos de Investigación 2020-2022 y del Ministerio de Ciencia e Innovación al proyecto RTI2018-094212-B-I00: CIBER-AACC. Además, realiza acciones de transferencia de investigación a organizaciones educativas y del tercer sector.
Estas acciones de financiación no condicionan de ninguna de las formas posibles mi labor de divulgación.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jessica Ortega Barón y Juan Manuel Machimbarrena no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>“48 horas desaparecido” o “El cascarón” son algunos de los retos virales peligrosos que pueden poner en riesgo a los adolescentes. Un 8 % reconoce haber llevado a cabo este tipo de ‘challenges’ típicos de las redes sociales.Jessica Ortega Barón, Personal investigador en el Grupo Ciberpsicología de la Universidad Internacional de la Rioja, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Joaquín Manuel González Cabrera, Docente e Investigador. Prof. Titular Universidad (Nivel 1). Actualmente, Investigador Principal del Área de Bienestar Emocional en el Instituto de Transferencia e Investigación (ITEI) e Investigador Principal del Grupo Ciberpsicología (UNIR)., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Juan Manuel Machimbarrena, Profesor adjunto del departamento de Psicología Clínica y de la Salud y Metodología de Investigación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1834802022-06-01T17:03:37Z2022-06-01T17:03:37Z¿Por qué los mayores no tramitan la declaración de la renta por internet?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/466585/original/file-20220601-48776-3ujtn7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5742%2C3819&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/smiling-senior-man-on-pc-learns-1715441659">Shutterstock / Robert Kneschke</a></span></figcaption></figure><p>Ante la campaña de la Renta 2022, la Administración anima a la población a completar este trámite por internet. Sin embargo, no todos los colectivos tienen las mismas habilidades para enfrentarse a esta tarea. </p>
<p>La <em>Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares 2021</em>, elaborada por el <a href="https://www.ine.es/dynt3/inebase/es/index.htm?padre=8320">Instituto Nacional de Estadística</a>, indica que solo la mitad de la población entre 65 y 70 años ha mantenido algún contacto o interacción con la administración electrónica en el último año. El porcentaje desciende al 36,8 % cuando se trata de obtener información de páginas web de la Administración, al 35,5 % cuando se refiere al envío de formularios cumplimentados (incluye el pago de impuestos, solicitud de citas médicas, etc.) y al 28,2 % en la descarga de formularios oficiales.</p>
<p>Sobre la utilización de la administración digital, <a href="https://provuldig2.com/wp-content/uploads/2021/11/A5-Informe-Brechdig-a-25-3-21-rev.pdf"><em>Seniors digitales: Informe sobre el uso del comercio y la administración electrónica en España</em></a>, elaborado por el Grupo de investigación Brecha Digital y Mayores de la Universidad CEU San Pablo, pone de manifiesto que solamente el 47 % de los internautas mayores de 60 años han realizado trámites en línea y su experiencia no ha resultado demasiado positiva. </p>
<p>Para más de la mitad de los séniores, la navegación por las páginas de la Administración no es sencilla. Además, consideran que el contenido y los términos utilizados son excesivamente técnicos y complejos. </p>
<p>Sin embargo, los navegantes sénior muestran una actitud perseverante y, cuando se enfrenta a una gestión en línea por primera vez, insisten, pese a las dificultades, de modo que dos de cada tres se sienten reconfortados cuando consiguen finalizar el trámite por sí solos. Además, una gran mayoría de los usuarios de la administración electrónica confía en sus páginas y no temen al hecho de facilitar sus datos personales en estos espacios. </p>
<h2>La complejidad de las páginas web</h2>
<p>En cuanto a los frenos que disuaden a los mayores de utilizar internet para realizar las gestiones más difíciles, como la elaboración de la declaración de la renta, destacan la complejidad y la terminología técnica de estas páginas web, así como la dificultad para recordar las contraseñas y los nombres de usuario.</p>
<p>Por otro lado, en el reciente estudio <a href="https://www.igi-global.com/pdf.aspx?tid=297228&ptid=277540&ctid=4&oa=true&isxn=9781799893929"><em>Perceptions and Attitudes of Spanish Digital Seniors Towards E-Government</em></a> se pone de manifiesto que los navegantes mayores de 60 años no son un colectivo homogéneo. Dentro de este grupo se pueden encontrar desde mayores que realizan un uso básico de internet hasta navegantes que habitualmente realizan compras y trámites de forma digital. </p>
<p>En esta investigación se identifican cinco grupos de internautas que realizan trámites en línea –recelosos, confiados, cautelosos, escépticos y reservados– y cinco que no utilizan la administración electrónica –temerosos, críticos, optimistas, indiferentes y desanimados–. </p>
<p>Analizando cada uno de los perfiles, los principales frenos de los “recelosos” son el miedo a proporcionar sus datos personales y la dificultad para recordar las contraseñas; mientras que los “confiados” no manifiestan impedimentos para realizar trámites en línea, aunque consideran bastante importante para incentivar este uso que el contenido y el diseño de las páginas web sean más sencillos. </p>
<p>Por su parte, los “cautelosos” declaran múltiples obstáculos en el uso de la Administración electrónica y los “reservados” se muestran desconfiados cuando tienen que ceder sus datos personales. </p>
<p>A los denominados “escépticos”, las páginas web de la Administración les inspiran la misma confianza que las páginas de comercio electrónico y estarían muy interesados en que la Administración pusiera en marcha medidas para incentivar su utilización.</p>
<h2>Temerosos, optimistas, indiferentes y desanimados</h2>
<p>En relación con los no usuarios, al mismo tiempo que los “temerosos” se muestran muy inseguros y cautelosos en su relación con la administración electrónica y eso les impide hacer uso de ella, los mayores “optimistas” tienen mucho interés en esta forma de contacto con la Administración, aunque todavía no se han atrevido a realizar gestiones en línea. Por su parte, los “indiferentes” y los “desanimados” no se plantean la utilización de la administración electrónica y prefieren otras vías de contacto con la Administración.</p>
<p>En conclusión, tanto aquellos adultos mayores que realizan trámites digitales como los que no lo hacen declaran que para mejorar su acceso a la administración electrónica se debería ofrecer una versión simplificada del contenido y un diseño de las páginas web que se adapte a las necesidades de los diferentes perfiles sénior, teniendo en cuenta las consecuencias psicológicas y físicas derivadas del envejecimiento. </p>
<p>Entre las medidas más inmediatas que opinan que tendrían que acometer los servicios públicos para lograr una administración electrónica adaptada a las personas mayores destacan la posibilidad de disponer de una clave única de acceso para contactar con todas las administraciones, un sistema de ayuda que resuelva las dudas y los problemas que pueden surgirles durante la realización de gestiones en línea, así como la posibilidad de recibir una formación adaptada a sus necesidades sobre cómo realizar trámites digitales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183480/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Sánchez Valle pertenece al Grupo de Investigación Consolidado Brecha Digital y Personas Mayores de la Universidad CEU San Pablo. Recibió financiación en el proyecto “Personas mayores, e-commerce y Administración electrónica: Hacia la ruptura de la tercera brecha digital” (CSO2015-66746-R) financiado por la Dirección General de Investigación Científica y Técnica del Ministerio de Economía y Competitividad; y “Nuevos escenarios de la vulnerabilidad digital: alfabetización mediática para una sociedad inclusiva PROVULDIG2” (H2019/HUM775) financiado por la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo (2020-2022).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carmen Llorente Barroso forma parte del equipo investigador de los proyectos:
1. “Personas mayores, e-commerce y Administración electrónica: Hacia la ruptura de la tercera brecha digital” (CSO2015-66746-R), financiado por la Dirección General de Investigación Científica y Técnica del Ministerio de Economía y Competitividad.
2. “Nuevos escenarios de la vulnerabilidad digital: alfabetización mediática para una sociedad inclusiva PROVULDIG2” (H2019/HUM775) financiado por la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo (2020-2022).
Además, es miembro del Grupo de Investigación BRECHDIG (Brecha digital y personas mayores) de la Universidad CEU San Pablo.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Leopoldo Abad Alcalá pertenece al Grupo de Investigación Consolidado Brecha Digital y Personas Mayores de la Universidad CEU San Pablo. Recibió financiación en el proyecto “Personas mayores, e-commerce y Administración electrónica: Hacia la ruptura de la tercera brecha digital” (CSO2015-66746-R) financiado por la Dirección General de Investigación Científica y Técnica del Ministerio de Economía y Competitividad; y “Nuevos escenarios de la vulnerabilidad digital: alfabetización mediática para una sociedad inclusiva PROVULDIG2” (H2019/HUM775) financiado por la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo (2020-2022).
</span></em></p>Solo la mitad de la población entre 65 y 70 años ha mantenido algún contacto o interacción con la administración electrónica en el último año y un 35 % ha enviado formularios administrativos cumplimentados.María Sánchez Valle, Profesora Titular de Comunicación, Universidad CEU San PabloCarmen Llorente Barroso, Profesora e Investigadora del Departamento de Ciencias de la Comunicación Aplicada (CAP), Universidad Complutense de MadridLeopoldo Abad Alcalá, Derecho Constitucional, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1803982022-04-12T19:19:30Z2022-04-12T19:19:30ZEn el mercado de la atención también hay desigualdad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/457775/original/file-20220412-14283-zcrt02.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3834%2C2155&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-hands-holding-smartphone-typing-text-1636019326">Shutterstock / OrelPhoto</a></span></figcaption></figure><p>¿Necesitamos memorizar cosas en pleno siglo XXI? La accesibilidad y omnipresencia de los medios digitales nos ha acostumbrado a tener acceso gratuito a grandes cantidades de información <em>online</em>, que está disponible para nosotros en cualquier momento y lugar. </p>
<p>Esto plantea la pregunta de si necesitamos memorizar mientras estudiamos o trabajamos. O, incluso, si hace falta recordar datos que utilizamos habitualmente como números de teléfono, direcciones y fechas de cumpleaños. </p>
<p>Podríamos pensar que nuestra vida se simplifica bastante cuando liberamos nuestra mente de información que podemos fácilmente almacenar en nuestros dispositivos móviles. Estos nos recuerdan qué y cuándo tenemos que hacer cada día y en cada momento. </p>
<p>Sin embargo, la realidad que vivimos es bien diferente. La posibilidad que tenemos de acceder a grandes cantidades de información aumenta exponencialmente la cantidad de información que recibimos cada día. Y eso es un problema.</p>
<h2>Nuestra atención es un recurso limitado</h2>
<p>Aunque la cantidad de información que tenemos a nuestro alcance parece ilimitada, nuestra capacidad de absorberla no lo es. </p>
<p><a href="https://economipedia.com/definiciones/teoria-de-la-informacion.html">La teoría de la información</a> explica cómo la información que recibimos deja de ser relevante cuando aparece en grandes cantidades. Todos hemos experimentado alguna vez una sensación de saturación frente a la información ante la que, curiosamente, reaccionamos desviando nuestra atención o bloqueándola.</p>
<p>En la <a href="http://www.scielo.org.co/pdf/esupb/v21n46/v21n46a02.pdf">infoesfera</a> en que actualmente invertimos gran parte de nuestro tiempo, el recurso económico más preciado ya no es el objeto que compramos como consumidores, sino la atención que prestamos a los diferentes mensajes que nos bombardean a cada momento. </p>
<p>Nuestra atención es un recurso limitado y, por lo tanto, muy valioso. Por ella compiten los mercados de la información <em>online</em>. En estos mercados ya no somos nosotros los consumidores, sino el producto que se compra y se vende. Las estadísticas que miden qué nos gusta o nos interesa determinan los valores de las compañías en bolsa e incluso las estrategias de los partidos políticos y los gobiernos. </p>
<p>Captar nuestra atención para transmitirnos un mensaje y hacer que nos interese se ha convertido en una competición feroz.</p>
<h2>Contaminación informativa</h2>
<p>Para ganar dicha competición las fuentes informativas recurren a los medios más diversos. Estos van desde el mero entretenimiento y diversión hasta la exhibición de lo más desgarrador. El objetivo es apelar a nuestras emociones mas primarias, nuestra compasión, nuestro miedo y nuestra propia necesidad de escapar al exceso de información. </p>
<p>Frente al exceso informativo nuestro cerebro reacciona bloqueando la información que lo satura. Esta gran cantidad de información sobrante que descartamos se transforma en desecho o basura informativa que contamina los canales de información y nos impide determinar e incluso encontrar lo que nos interesa, a la vez que limita nuestra capacidad de atención. </p>
<p>El efecto es parecido a las dificultades que tenemos para encontrar a un amigo en una multitud, u oír lo que alguien nos dice en una discoteca.</p>
<p>Dado que cada vez es mayor el número de menores diagnosticados con <a href="https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/adhd/index.html">trastorno de déficit de atención</a>, cuyo origen aún se desconoce, cabría preguntarse si la excesiva exposición a la contaminación informativa podría ser una de sus causas. </p>
<p>Para disminuir los efectos de esta contaminación informativa están apareciendo nuevas técnicas de concentración y meditación como el <a href="https://www.mindfulness-salud.org/mindfulness/que-es-mindfulness/"><em>mindfulness</em></a>, que nos ayudan a gestionar nuestra atención. </p>
<p>Sin embargo, la solución a este problema no pasa únicamente por responsabilizar a cada persona de su salud atencional, sino de implementar medidas para una atención sostenible y una ética empresarial basada en la “ecología de la atención”. Esta es una ecología en la que la atención individual se constituye colectivamente, por lo que se enfatiza la interdependencia y responsabilidad grupal en el uso de este valioso recurso.</p>
<h2>La atención y la decisión ética</h2>
<p>Ser conscientes de que nuestra salud como individuos depende en gran manera de cómo gestionamos nuestra atención nos plantea también el problema de decidir a qué prestamos atención. </p>
<p>No se trata solo de si somos mas o menos triviales al dedicar nuestra atención al ocio personal, sino de que atender a las necesidades de ciertas personas, animales y ecosistemas nos obliga a elegir a quién ayudamos y a quién dejamos de ayudar. </p>
<p>Esta decisión es, a veces, imposible. </p>
<p>¿Es más importante el cambio climático que la guerra en Ucrania o la covid-19? Cualquiera que sea nuestra decisión, si es que somos capaces de tomarla, nos genera automáticamente un sentimiento de culpabilidad e impotencia por no poder atender a todas las necesidades que demandan nuestra atención y actuación.</p>
<p>Mientras que la desconexión informativa parece ser la solución a nuestra salud individual, ignorar la demanda de atención de quienes nos necesitan genera desigualdad social y ecológica. </p>
<p><a href="https://nuso.org/autor/yves-citton/">La ecología de la atención</a> implica también una ética de la atención que es necesario desarrollar para garantizar la sostenibilidad informativa digital.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180398/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Chapman recibe fondos de los siguientes proyectos de investigación (2021-2023): “Interfaces: Representations of Human Vulnerability in the Fourth Industrial Revolution” (P20_00008) (2021-2023): “Representaciones de la Vulnerabilidad como Elemento De Exclusión o Cohesion Social: Precariedad y Discapacidad en Discursos De Ficción en Lengua Inglesa (S.XX y XXI)” (A-HUM22-UGR-20)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Miriam Fernández-Santiago recibe fondos de los siguientes proyectos de investigación
(2020-2023): “La narrativa norteamericana contemporánea y la Cuarta Revolución Industrial: Posthumanidad, privación y cambio social ( PID2019-106855GB-I00)
(2021-2023): “Interfaces: Representations of Human Vulnerability in the Fourth Industrial Revolution” (P20_00008)
(2021-2023): “Representaciones de la Vulnerabilidad como Elemento De Exclusión o Cohesion Social: Precariedad y Discapacidad en Discursos De Ficción en Lengua Inglesa (S.XX y XXI)”
(A-HUM22-UGR-20)</span></em></p>Hoy podemos acceder a grandes cantidades de información, y eso es un problema. Nuestra atención es un recurso limitado y, por lo tanto, muy valioso.Ana Chapman, Assistant lecturer, Universidad de MálagaMiriam Fernández-Santiago, Profesora Titular de Universidad, Universidad de GranadaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.