Las reacciones alérgicas son respuestas desproporcionadas del sistema inmune, cuyo correcto funcionamiento puede depender de una microbiota sana y equilibrada.
Marc Llirós Dupré, Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya
Según un reciente estudio, la comunidad microbiana que habita el esperma humano podría estar detrás de los crecientes problemas de fecundidad masculina.
Múltiples estudios vinculan la mala alimentación, y la consiguiente alteración del equilibrio de nuestras bacterias intestinales, con el aumento actual de la ansiedad y la depresión.
El contacto boca a boca se observa en peces, aves y primates, pero el beso íntimo con contacto entre las lenguas e intercambio de saliva parece ser exclusivamente humano y es común en más del 90 % de las culturas.
Conocer la disbiosis presente en el intestino de las personas con estreñimiento funcional abre nuevas vías de tratamiento mediante la modulación de la microbiota.
La idea imperante es que la evolución es una lucha de todos contra todos. Pero, en realidad, cada organismo es al mismo tiempo una comunidad de seres vivos donde prima la cooperación. La microbiota humana es un buen ejemplo de ello.
Una nueva investigación apunta a que la alteración de la microbiota influye en los síntomas que sufren los pacientes de alzhéimer. La dieta puede ser, por ello, un factor importante en su prevención y tratamiento.
Un nuevo estudio pone las bases para diseñar moléculas similares a las que generan las bacterias intestinales con fines terapéuticos. Uno de sus autores explica los detalles de este prometedor avance.
Aunque en el cine casi siempre interpreten el papel de “malos”, en realidad los microbios no son patógenos, sino que cumplen funciones ecológicas esenciales en el mantenimiento de la biosfera. Cinco conocidas películas y series lo reflejan.
Lo que comemos hace proliferar ciertas bacterias intestinales y reduce la presencia de otras. Esta “firma microbiana” puede usarse como referencia para prevenir y tratar enfermedades a través de la alimentación.
Este crecimiento anómalo de bacterias en el intestino delgado puede causar síntomas como hinchazón, dolor abdominal o diarrea. Sin embargo, hace falta más investigación para saber por qué se produce y cuál es su relación con otras dolencias.
Ciertos compuestos químicos que forman parte de envases, cosméticos, detergentes o los propios alimentos pueden tener un papel en el aumento del sobrepeso o la obesidad de la población. Aquí explicamos cómo actúan y qué podemos hacer para evitarlos.
La aerofagia, el meteorismo y las flatulencias son las manifestaciones de la acumulación excesiva de gases en nuestro organismo, en la que desempeñan un importante papel las bacterias intestinales.
Varias investigaciones apuntan a que un desequilibrio en la microbiota intestinal podría explicar los síntomas cognitivos y emocionales que acompañan a la fatiga crónica, un mal (aún) poco comprendido.
Aerofagia, indigestión, aumento del riesgo de obesidad o síndrome metabólico… Comer a toda prisa altera los ritmos normales del sistema digestivo y, como mínimo, puede producir molestias.
Las mujeres tienen más del doble de probabilidad de desarrollar alzhéimer que los hombres. La menopausia, la microbiota y el estrés que les genera la conciliación parece estar detrás de la diferencia.
El galardón ha recaído en los microbiólogos Jeffrey I. Gordon y Peter Greenberg, y la bioquímica Bonnie L. Bassler, pioneros en el estudio de la microbiota y la comunicación entre bacterias.
Jara Pérez Jiménez, Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN - CSIC)
Tomar fibra aporta alimento a nuestras bacterias que, a cambio, nos devuelven los metabolitos de fermentación. Y estos metabolitos ayudan a que la glucosa no nos suba demasiado en esa comida, ni tampoco en la siguiente.
Profesor en la Universidad del País Vasco. Investigador del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Investigadora predoctoral del Grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesora Contratada Doctor del Área de Histología de la Facultad de Medicina. Investigadora del Grupo CTS429 Biología e Histología Médicas, del CIBER en Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) y del IBIMA, Universidad de Málaga
Estudiante Predoctoral Depto. de Bioquímica y Biología Molecular B e Inmunología. Nutricionista en el grupo de Obesidad y Metabolismo en el IMIB, Universidad de Murcia