Menu Close
op x.

Así se recibió la obra de Beethoven en España

Una de las efemérides culturales más destacadas del año 2020 ha sido el 250 aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven. La gran influencia de su creación musical y la verdadera calidad de mito en que pronto se transformó su figura han hecho de él una referencia insoslayable en la historia de la música occidental.

Nacido exactamente el 16 de diciembre de 1770 en Bonn, las páginas de cultura de todo el mundo se han llenado estos días de artículos dedicados a los más diversos temas relacionados con su vida y obra, en cierta forma como preludio de una celebración más redonda, que llegará el 2027, cuando se cumpla el bicentenario del fallecimiento del compositor.

Tras su muerte el 26 de marzo de 1827 en Viena, se comenzó pronto a gestar la figura de gran simbolismo que se ha popularizado enormemente desde entonces. Los periódicos de la época dieron cuenta de la despedida del músico en su entierro, que congregó una enorme multitud: en su oración fúnebre el escritor Grillparzer dejó ya constancia de la calidad de mito del compositor, al que consideraba el “heredero y amplificador de la inmortal fama de Bach y Haendel, de Haydn y de Mozart”.

Funerales de Beethoven (Franz Xaver Stöber, 1827). A las honras fúnebres, el 29 de marzo de 1827, acudieron más de 20 000 personas. Wikimedia Commons

Los conciertos Barbieri y Beethoven

La recepción de su música y su figura por toda Europa marcó la vida cultural de los distintos países: en España, ya en vida del autor se habían conocido algunas de sus obras. El rey Carlos IV, extraordinario melómano, cultivó con gran interés la música de cámara desde su juventud, y en esas sesiones figuraban obras de todos los grandes autores de su época, incluido algún ejemplo de un todavía joven Beethoven.

Años más tarde, su creación camerística sería una de las más esperadas siempre en la Sociedad de Cuartetos, fundada en la ciudad en 1863 para incentivar el cultivo público de ese repertorio, pues hasta entonces había sido el mundo lírico el que había prevalecido en la vida musical de la sociedad del momento.

Pero si algo quedó reflejado con claridad en las crónicas de los periódicos de la segunda mitad del siglo XIX en España fue la recepción de sus sinfonías, tan influyentes en la creación posterior. Será el compositor, director y musicólogo Francisco Asenjo Barbieri, figura fundamental en la música española del siglo XIX, quien dará el primer impulso a esa recepción, en especial a través de la Sociedad de Conciertos de Madrid que fundó en 1866, año en el que bajo su dirección se interpretó por primera vez en España una sinfonía entera de Beethoven: la _[Sinfonía núm. 7 en la mayor op. 92]

La crítica de Galdós

Un acontecimiento muy destacado por la prensa, y [saludado con entusiasmo] por el entonces crítico musical del periódico La Nación, Benito Pérez Galdós, él mismo músico aficionado, que siempre tuvo a Beethoven como una de las cumbres de la música.

El éxito del estreno de la Séptima Sinfonía llevó a Barbieri a interpretar al año siguiente por primera vez de nuevo en España otras dos grandes sinfonías del compositor alemán: la [núm. 5 en do menor, op. 67] y la [núm. 6 en fa mayor, op. 68] –la Sinfonía Pastoral–, acogidas igualmente con gran interés por público y crítica, aunque todavía algunos se mostraban reticentes a su música.

Caricatura en la revista satírica Gil Blas en el estreno de la Sinfonía Pastoral de Beethoven.

En poco tiempo se realizarían los estrenos de prácticamente todas sus sinfonías, hasta llegar al año 1882, cuando con una gran expectación se interpretaba por primera vez la [núm. 9 en re menor op. 125], una de las obras más trascendentales del autor.

La prensa destacaba la dificultad del empeño y que en otras grandes capitales europeas como Milán o París solo hacía pocos años que se podía igualmente escuchar.

Y llegó Fidelio, su única ópera

Programa de mano del estreno de la versión definitiva de Fidelio en el Kärntnertortheater de Viena el 23 de mayo de 1814 con dirección del propio Beethoven. Wikimedia Commons

La única ópera de Beethoven, Fidelio, llegó a nuestro país en noviembre de 1893, cuando subió por primera vez a un escenario español en esa temporada del Teatro Real, aunque no convenció demasiado a la crítica, que subrayó la belleza de muchos de sus números, pero destacó que la fuerza del autor no se encontraba precisamente en el campo dramático.

Beethoven y Goya

El centenario del fallecimiento de Beethoven en 1927 fue en nuestro país, al igual que en el resto del mundo, todo un acontecimiento cultural con la celebración de numerosos homenajes, entre otros, tres conciertos monográficos de su obra celebrados en el entonces Monumental Cinema, que se transmitieron en directo por Unión Radio a toda España, un evento destacado en la entonces naciente radiodifusión española.

Tarjeta conmemorativa del centenario de Goya y Beethoven, con los rostros de ambos creadores, obra de Ramón Acín, 1928. Fundación Ramón y Katia Acín

Figuras como [Adolfo Salazar] o [Gerardo Diego] le dedicaron textos especiales, y la proximidad con otro gran aniversario celebrado al año siguiente, el centenario de la muerte de Goya, impulsó por entonces la formulación del paralelismo entre ambas figuras, expuesto por distintos intelectuales o artistas, como el propio Salazar o Ramón Gómez de la Serna.

Una unión glosada después por muy diversos autores, y que ha tenido tanto éxito hasta nuestros días, como hemos podido comprobar en algunos de los muchos eventos organizados en este año Beethoven.

Want to write?

Write an article and join a growing community of more than 180,900 academics and researchers from 4,919 institutions.

Register now