tag:theconversation.com,2011:/au/topics/ceuta-83321/articlesCeuta – The Conversation2021-06-29T21:39:36Ztag:theconversation.com,2011:article/1628642021-06-29T21:39:36Z2021-06-29T21:39:36Z¿Podemos confiar en los guardianes de la frontera?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/408710/original/file-20210628-13-efn5p9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C6000%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La valla entre España y Marruecos en Ceuta el 17 de mayo de 2021.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/ceuta-spain-may-17-2021-massive-1975170869">Shutterstock / Cristian Borrego Sala</a></span></figcaption></figure><p>La reciente tensión fronteriza en Ceuta y la celebración del Día Mundial del Refugiado el pasado 20 de junio piden una reflexión sobre la garantía de los derechos de los migrantes y el fortalecimiento de los mecanismos de cooperación para una gestión migratoria más justa y ordenada. En esta ocasión, el Parlamento Europeo emitió un comunicado criticando los acuerdos sobre el retorno y devolución de migrantes irregulares, destacando la importancia de garantizar las obligaciones de derechos humanos hacia los migrantes y los refugiados.</p>
<p>Hace unas semanas la ciudad autónoma de Ceuta vivía un momento de presión migratoria resultado de la tensión político-diplomática entre España y Marruecos.
Mucho se habló en la prensa, debates y tertulias, así como en los medios académicos de la que llamaron ‘crisis migratoria en Ceuta’, ante la llegada repentina de cerca de ocho mil migrantes a esta pequeña ciudad de 18,5 Km² en el Norte de África. </p>
<p>Algunos lo han calificado de ‘invasión’, ‘asalto’, ‘ataque’, incluso términos que no se pueden emplear en este artículo; por un lado porque no son correctos y, sobre todo, porque son falsos. Lo erróneo de su utilización reside en que no se trataría en ningún caso de ‘invasión’ o ‘ataque’ debido a que no se ha observado un asalto violento y con pretensiones de ocupación de la zona fronteriza, orquestado de manera sistemática y planificada. Se ha tratado claramente de un intento conseguido por parte de un grupo importante de personas que han cruzado la frontera para solicitar residencia o protección internacional en territorio español. Nada más lejos de los términos utilizados por parte de un sector de la prensa y determinados grupos políticos. Además, el recurso repetido a estos calificativos, así como al concepto de ‘crisis migratoria’ contribuye a escalar la tensión pretendida por el régimen marroquí.</p>
<p>No obstante, es preciso indicar que de este grupo de personas que cruzaron la frontera, con la connivencia de Marruecos, fueron devueltas la gran mayoría al abrigo del acuerdo bilateral entre España y Marruecos, quedando esencialmente los menores no acompañados (en torno a mil). </p>
<p>Habiendo aclarado estos términos pasamos a analizar los orígenes y el impacto de los hechos acaecidos y las consecuencias que deben tener estas circunstancias para la elaboración de una política europea no sólo de asilo y refugio, sino también de gestión de las migraciones. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/408709/original/file-20210628-21-48rdrj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C6000%2C3970&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/408709/original/file-20210628-21-48rdrj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C6000%2C3970&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/408709/original/file-20210628-21-48rdrj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/408709/original/file-20210628-21-48rdrj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/408709/original/file-20210628-21-48rdrj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/408709/original/file-20210628-21-48rdrj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/408709/original/file-20210628-21-48rdrj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/408709/original/file-20210628-21-48rdrj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Tanquetas militares españolas desplegadas en Ceuta a finales de mayo de 2021.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/ceuta-spain-may-18-2021-military-1975745309">Shutterstock / Cristian Borrego Sala</a></span>
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<h2>Externalización de fronteras</h2>
<p>La pretensión de la utilización de las migraciones como arma de política exterior se deriva de lo que se ha venido a denominar externalización de la frontera y que viene a ser el fenómeno por el cual la Unión Europea (UE) otorga a sus países vecinos un papel vital en asegurar la frontera externa y gestionar los flujos migratorios, a través de una estrategia de ‘gobernanza a distancia’. Vemos cómo las fronteras de la Unión adquieren elasticidad, extendiéndose mucho más allá del territorio europeo a través de prácticas de cooperación con países terceros. </p>
<p>La cooperación con los países de origen y de tránsito está en el centro de la gestión migratoria en el Mediterráneo. De modo particular, los países de primera línea, y por tanto la Unión al completo, dependen en gran medida de los acuerdos bilaterales, que han convertido a países como Marruecos, Turquía o Libia en los guardianes de las fronteras europeas. Sin embargo, esta colaboración se ha traducido en la creación de ‘Estados-tapón’ en la orilla sur del Mediterráneo y plantea varias cuestiones respecto a su legalidad e incluso operatividad.</p>
<h2>Connivencia con regímenes autoritarios</h2>
<p>En primer lugar, se refuerza la connivencia de la UE con regímenes autoritarios o de dudosa calidad democrática, conocidos por su menosprecio por los derechos humanos de sus ciudadanos o de los extranjeros que residen o transitan por sus territorios. </p>
<p>Estos estados se benefician de la dependencia europea en cuestión migratoria y usan estos flujos como moneda de cambio para lograr ayudas europeas, acuerdos comerciales ventajosos o apoyo a sus intereses en política exterior.</p>
<h2>Anulación de la protección internacional</h2>
<p>En segundo lugar, al convertir estos países en los policías de la frontera sur, a través del desarrollo de una vigilancia prefronteriza, se evita la aplicación de la protección europea proporcionada por la frontera, ya que los países que ejercen el control no están cubiertos por la legislación europea. </p>
<p>Además, al desplazar la frontera fuera de la UE, en un proceso preventivo, el migrante de inmediato se califica como ‘irregular’, aun antes de cruzar la frontera. Esto ignora las idiosincrasias del proceso migratorio y el hecho de que entre estos migrantes se pueden encontrar solicitantes de asilo, refugiados, poniendo en duda la aplicación del principio de la protección internacional. </p>
<p>En suma, esta externalización de la frontera europea, cuestiona la garantía de los principios europeos y del derecho internacional.</p>
<p>La profundización del pacto europeo de migración y asilo debe contemplar un énfasis mayor en un marco de protección con estándares europeos que eleve el modelo de gestión migratoria vigente hasta hoy.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162864/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Susana de Sousa Ferreira no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La externalización de la frontera cuestiona la garantía de los derechos humanos y la protección de los migrantes, además de la seguridad de la UE.Susana de Sousa Ferreira, Profesora de Relaciones Internacionales, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1614472021-05-24T17:34:18Z2021-05-24T17:34:18ZPobreza, sequía y cambio climático: no olvidemos por qué los menores huyen de África<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/402391/original/file-20210524-13-3vgcs1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C5%2C3866%2C2579&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/my-son-sunset-1-21141163">Shutterstock /amskad</a></span></figcaption></figure><p>Las imágenes de la pasada semana en Ceuta de menores perseguidos por agentes de la Policía Nacional o por militares nos han sorprendido. Es una clara manifestación de <a href="https://theconversation.com/marruecos-usa-la-presion-migratoria-para-torcer-el-brazo-de-espana-y-la-ue-en-el-sahara-161307">un juego político entre España y Marruecos</a>, en el que se utiliza como peones a menores de edad marroquíes. </p>
<p>No obstante, estas acciones policiales son el protocolo que siguen las autoridades españolas para cumplir con los procedimientos para garantizar el respeto de los derechos de los niños y niñas que llegan a Europa sin protección de un adulto.</p>
<h2>Los derechos de (todos) los niños</h2>
<p>Los menores migrantes tienen derecho a la protección pública en igualdad de condiciones con los menores españoles. El <a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=39&tipo=2">artículo 39.4 de la Constitución Española</a> no diferencia entre menores españoles y menores extranjeros. Por tanto, todos los derechos que recoge la <a href="https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/crc.aspx">Convención de los Derechos del Niño</a> deben ser disfrutados también por los menores extranjeros. </p>
<p>La obligación de garantizar el respeto y disfrute de esos derechos por parte de los niños y niñas se extiende a todos los poderes del Estado, ya sea legislativo, ejecutivo o judicial. Los órganos de policía serían los encargados de hacer cumplir ese mandato.</p>
<p>En el caso de los menores no acompañados, el hilo conductor de las actuaciones de las Administraciones sería el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Inter%C3%A9s_superior_del_ni%C3%B1o">principio del interés superior del menor</a>, tal y como establece el artículo 3 de la Convención de Derechos del Niño. El <a href="https://www.ohchr.org/SP/HRBodies/CRC/Pages/CRCIndex.aspx">Comité de Derechos del Niño</a> se ha encargado de especificar el contenido y valoración de este principio en la <a href="https://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/documentos_ficha.aspx?id=3990">Observación general nº 14 (2013) sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial</a>.</p>
<p>La determinación del interés superior del menor debe documentarse en todo momento, es decir, ha de justificarse y motivarse en cada decisión que afecte a un menor. Además, no se trata de determinar el interés superior de la infancia, sino del menor en concreto que se verá afectado por la decisión o medida a tomar. </p>
<p>Para cumplir con este principio, se necesita evaluar la identidad del niño: su nacionalidad, crianza, antecedentes étnicos, culturales y lingüísticos, así como las necesidades especiales de protección que pueda presentar.</p>
<p>Las devoluciones en caliente de menores no acompañados forman parte de los efectos colaterales del juego fronterizo, pero son a todas luces inconstitucionales y contrarias a la normativa internacional de protección de derechos humanos.</p>
<h2>Las herramientas jurídicas de protección</h2>
<p>Al igual que sucede con las llegadas intermitentes de migrantes a través de la frontera sur de Europa, las pautas de actuación en situaciones derivadas de la apertura de fronteras por parte de gobiernos norteafricanos serían las directrices de garantía de derechos humanos que establecen los convenios internacionales en la materia. </p>
<p>No obstante, se impone una reflexión pausada sobre los flujos migratorios, sus tendencias e impactos. Tradicionalmente, el estudio de la inmigración se ha abordado desde su impacto territorial, el impacto económico y en el mercado de trabajo. Pero es evidente que las migraciones tienen tendencias y requieren enfoques de naturaleza transversal para la optimización de recursos y la planificación de estrategias de geopolítica más efectivas.</p>
<h2>Las crisis migratorias y el cambio climático</h2>
<p>En los años 60 y 70 del siglo XX, España asistió a movimientos migratorios fundamentalmente protagonizados por hombres que acudían solos a trabajar a Europa, al igual que hicieron ciudadanos españoles en esa época. Estos trabajadores comenzaron a reclamar la reagrupación de sus familias, en lo que puede considerarse una segunda etapa migratoria. </p>
<p>Posteriormente, y debido al endurecimiento de los requisitos para la reagrupación, comenzó a registrarse una feminización de la migración. En concreto, a partir de 1985 se constata un aumento de la presencia de mujeres que emigraban solas hasta España. </p>
<p>A finales del siglo XX e inicios del siglo XXI encontramos una nueva tendencia que consiste en la emigración de menores solos o no acompañados. Esta perspectiva nos indica que los flujos migratorios se rigen por pautas propias y determinan los perfiles de la población migrante en función de las circunstancias sociales y políticas de cada momento. </p>
<p>En la actualidad, la recepción de flujos migratorios en la frontera sur de Europa se caracteriza por rutas migratorias cada vez más extensas y procedentes en su mayoría del África subsahariana. Las condiciones económicas empobrecidas, la sequía y el cambio climático han propiciado la percepción de que emigrar es la única salida en los jóvenes y niños del continente africano. Otra cosa bien distinta es la utilización puntual de menores para generar tensión fronteriza entre Marruecos y España.</p>
<p>Por tanto, es necesario predecir las situaciones de crisis migratoria para anteponernos y responder de manera adecuada en función de los perfiles de migrantes que llegan a las costas de Europa, y no tanto en función de las circunstancias económicas o políticas.</p>
<h2>La crisis de la covid-19 y sus efectos sociales</h2>
<p>En los últimos tiempos hemos presenciado discursos xenófobos en relación con las migraciones. Se ha generado la imagen social de que algunos problemas de nuestra sociedad derivan o son acentuados por la presencia de inmigrantes de otros países menos desarrollados. </p>
<p>Los conflictos raciales, étnicos, culturales, de clase o simplemente de competencia en el ámbito laboral o de movilidad social adquieren una relevancia especial si tienen lugar en época de crisis. </p>
<p>Las crisis son terrenos propicios para la agudización de los conflictos económicos, y nos encontramos inmersos en una de las más devastadoras crisis sanitarias a nivel mundial. Ha tenido repercusiones profundas sobre el mercado de trabajo y sobre la situación de los grupos más empobrecidos, entre los que se encuentran los colectivos de inmigrantes. </p>
<p>A lo anterior se añade el ámbito social, por una amplificación del miedo hacia el otro, y la consiguiente utilización política a través de la radicalización de los discursos contra la inmigración. </p>
<p>La delincuencia protagonizada por menores de origen extranjero es un tema muy debatido y con <a href="http://criminet.ugr.es/recpc/20/recpc20-26.pdf">resultados contradictorios en la literatura científica</a>. Lo que sí está clara es la tendencia creciente de los delitos de odio en los países occidentales. </p>
<p>Las estrategias políticas xenófobas son peligrosas no solo por generar discursos violentos en las redes sociales. También por alimentar, y por tanto ser responsables últimos, de la delincuencia violenta contra determinados grupos minoritarios y especialmente vulnerables.</p>
<h2>Soluciones basadas en la prevención</h2>
<p>Ante la situación de crisis migratoria derivada del empobrecimiento de las zonas geográficas y colectivos más vulnerables, a nivel global, urge la necesidad de plantear estrategias de cooperación internacional que potencien el desarrollo sostenible de una manera global. </p>
<p>Para ello contamos con pautas bien conocidas como los objetivos de desarrollo sostenible de la <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/09/la-asamblea-general-adopta-la-agenda-2030-para-el-desarrollo-sostenible/">Agenda 2030 de Naciones Unidas</a>. Una distribución más equitativa de recursos permitiría reducir el impacto de las migraciones tanto en las personas migrantes como en las sociedades de origen y de acogida. </p>
<p>También las nuevas tecnologías pueden aportar respuestas a través de la predicción de situaciones de crisis internacional, la identificación de perfiles y la gestión de riesgos. Debemos predecir para reducir riesgos y proteger a los más vulnerables.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/161447/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gloria Fernández- Pacheco Alises no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El uso de la migración para generar tensión entre Marruecos y España es algo puntual. Los jóvenes y niños africanos buscan una salida frente a las desfavorables condiciones de sus países de origen.Gloria Fernández- Pacheco Alises, Profesora contratada doctora en Criminología, Universidad Loyola AndalucíaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1611422021-05-19T06:31:28Z2021-05-19T06:31:28ZLa instrumentalización de la política migratoria de Marruecos deriva en una crisis humanitaria en Ceuta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/401538/original/file-20210519-23-1t3jatc.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1595%2C893&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El ejército español se despliega para contener la entrada de ciudadanos marroquíes en Ceuta.</span> <span class="attribution"><span class="source">RTVE</span></span></figcaption></figure><p>La <a href="https://www.efe.com/efe/espana/politica/el-desafio-migratorio-de-marruecos-provoca-una-crisis-diplomatica-con-espana/10002-4539604">entrada irregular en España</a> de más de 8 000 personas, realizada con la connivencia de las autoridades marroquíes y una relajación de las medidas de seguridad y control fronterizo, entronca en una política de diplomacia migratoria mantenida por Marruecos, por la que emplea la migración como una herramienta de negociación y presión de sus países vecinos. </p>
<p>Entre las razones de esta presión migratoria convergen múltiples intereses y motivos de conflicto, que hace que la situación no se circunscriba únicamente a las relaciones con España, sino que también afectan a la Unión Europea, y a la propia posición e intereses geoestratégicos de Marruecos.</p>
<p>Como primera explicación de esta situación puede recurrirse al malestar levantado por la decisión del Gobierno español de conceder asistencia sanitaria a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Brahim_Gali">Brahim Gali</a>, líder del Frente Polisario, que reclama la independencia del Sáhara Occidental, el histórico y anquilosado <a href="https://theconversation.com/el-conflicto-del-sahara-occidental-politica-o-derecho-150331">conflicto </a>que mantiene Marruecos para reclamar la soberanía de esta excolonia española, después de que este fuese hospitalizado en Logroño hace un mes, y sobre las que Marruecos ya ha expresado su rechazo.</p>
<p>Sin embargo, como ha afirmado Ylva Johansson, comisaria de Interior, “las fronteras españolas son fronteras de la UE”. </p>
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<h2>Una postura que trasciende las tensiones con España</h2>
<p>Desde esta perspectiva, la postura marroquí trasciende las tensiones con España y se enmarca en una creciente estrategia proactiva de reivindicación de su soberanía sobre el Sáhara Occidental y una intensificación de la presión sobre las posturas diplomáticas europeas. </p>
<p>Esta estrategia tuvo como punto de inflexión la <a href="https://theconversation.com/el-derecho-internacional-y-el-reconocimiento-de-la-soberania-marroqui-sobre-el-sahara-occidental-por-parte-de-trump-151935">controvertida decisión de Estados Unidos</a> de reconocer unilateralmente la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental en diciembre de 2020, con la que Estados Unidos se ha puesto a la cabeza de una cada vez más larga lista de países africanos y árabes que han reconocido implícitamente su soberanía mediante la apertura de embajadas en este territorio: recientemente, Burkina Faso, Guinea Bisáu y Guinea Ecuatorial, o Egipto, Jordania y Emiratos Árabes Unidos, que lo harán en los próximos meses.</p>
<p>La suspensión de relaciones diplomáticas con Alemania cuatro meses más tarde, enmarcada en la crítica del reconocimiento unilateral de la soberanía marroquí sobre el territorio saharaui por parte del país europeo, mostraba la intransigente postura adoptada por Marruecos y permitía entrever una situación como la ocurrida en Ceuta. </p>
<p>La <a href="https://euroefe.euractiv.es/section/agricultura-y-pesca/news/vista-oral-del-recurso-del-frente-polisario-contra-inclusion-del-sahara-en-el-pacto-pesquero-ue-marruecos/">próxima resolución del Tribunal</a> de Justicia de la UE sobre los acuerdos económicos firmados entre la UE y Marruecos y la posibilidad de este último de incluir al Sáhara Occidental en el acuerdo, denunciado por el Frente Polisario, podría suponer un elemento más de fricción con Marruecos en este ámbito. </p>
<p>Estaríamos asistiendo, en este sentido, a un golpe sobre la mesa con el que Marruecos pretende recordar a sus socios europeos la importancia de sus relaciones y el riesgo de su enfriamiento.</p>
<h2>Intereses marroquíes en el continente africano</h2>
<p>Estas presiones se están produciendo en dos contextos que conviene recordar. El primero es el giro mostrado por la política exterior marroquí a lo largo de la última década, escenificado en su regreso a la Unión Africana en 2017 (en la que confluyen representantes marroquíes y del Frente Polisario, pese a lo cual Marruecos no ha ocultado su objetivo de lograr un reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara por parte de esta organización y sus miembros). </p>
<p>Este giro no refleja únicamente intereses territoriales, sino un interés por intensificar su papel político en este continente, que podría conducir a un reequilibrio de sus relaciones con Europa. El segundo marco hace referencia a la creciente externalización de los controles migratorios por parte de la UE, que otorga a los países vecinos (como también demostró Turquía el año pasado) la capacidad de instrumentalizar la migración en el proceso de negociación con esta organización.</p>
<p>El acceso de esta elevada cifra de migrantes a Ceuta, que se produce tras meses de asfixia económica de la población marroquí consecuencia del cierre de fronteras con Ceuta y Melilla y el bloqueo del comercio transfronterizo, abre una crisis humanitaria en España. </p>
<p>También contribuye a intensificar la polarización política en el país, como ya ha demostrado, entre otros, Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha VOX a través de sus acusaciones de “invasión” y su traslado a Ceuta. Ambos elementos contribuyen a la vulnerabilidad de España ante esta situación.</p>
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<h2>Medidas humanitarias</h2>
<p>En este contexto, la militarización de la zona por parte del gobierno español no es más que una respuesta cortoplacista a la crisis humanitaria desatada. También lo son las devoluciones en caliente promovidas como solución parcial a la presión migratoria, que no resuelve la situación de los menores que han cruzado la frontera o aquellas personas en situaciones sanitarias vulnerables. </p>
<p>La solución pasa por la intensificación de las medidas humanitarias, la intensificación de los instrumentos sociales de atención a la población migrante y el fortalecimiento del trabajo diplomático para contribuir a fortalecer el “colchón de intereses” sobre el que se asienta las relaciones, no solo de España y Marruecos, como se suele afirmar, sino de Marruecos con la Unión Europea también.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/161142/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alfonso Casani Herranz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El grave conflicto desatado trasciende las relaciones entre Marruecos y España dado que afecta también a la Unión Europea y a la propia posición e intereses geoestratégicos del país magrebí.Alfonso Casani Herranz, Investigador en el Departamento de Ciencia Política y de la Administración, Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.