La crisis sanitaria nos ha obligado a cambiar hábitos que teníamos bien asentados, con el impacto cerebral que eso conlleva, y es probable que haya alterado nuestra forma de abordar la realidad. Pero, lejos de alarmarnos, debemos ser optimistas ante estos cambios.
¿Cuántos de nosotros cruzamos los dedos o tocamos madera de forma casi instintiva cuando deseamos tener buena suerte? A nivel cerebral, se relaciona con la cantidad de dopamina y su eficiencia.
Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1ST., Universitat de Barcelona