Crear títulos elaborados, con diseños propios hechos a mano, es ahora una actividad que se difunde y comparte por redes sociales. Para los estudiantes, tiene muchos beneficios.
Las campañas de prevención sobre los peligros del consumo de alcohol tienen más probabilidades de influir en el comportamiento cuando implican a los jóvenes que cuando siguen siendo prescriptivas.
El mundo de la política está ahora nervioso por el impacto de los nuevos medios de comunicación y la falta de regulación sobre ellos. Pero ¿qué ocurrió cuando apareció el cine?
Convencer a alguien de que una teoría conspiranoica no es cierta tiene menos que ver con los hechos o la evidencia y más con la empatía y el establecimiento de un espacio compartido.
Las redes sociales tienen un gran potencial para la innovación pedagógica a través del contacto e intercambio de proyectos y experiencias de los docentes más activos y comprometidos.
La comunicación auténtica busca una nitidez pura que se parece más a despojarse de lo irrelevante o inconexo. Pasar de la acumulación caótica a la esencia liberadora.
La crisis provocada en Twitter por la errática gestión de Elon Musk eleva las preocupaciones acerca del futuro la comunicación de la ciencia, mientras crece el interés por los protocolos abiertos.
La presencia de los menores en las redes sociales necesita la guía de los progenitores, que han de conocerlas para poder acompañarles de manera efectiva.
Durante la adolescencia, desarrollamos nuestra moral autónoma. El entorno virtual en el que socializan los jóvenes hace más difícil este aprendizaje, tanto para ellos como para profesorado y familias.
Una fuga de usuarios tendría un impacto preocupante sobre la comunidad científica, en las investigaciones basadas en minería de datos y en las iniciativas de ciencia ciudadana.
Los docentes tienen un papel importante en el ámbito de las redes sociales. Para ello, tienen que empezar por entender ellos mismos los procesos informativos y la tecnología.
Pese a su mala fama y los problemas que han traído, las redes sociales tienen un lado muy positivo. Son herramientas que también se usan para investigar y divulgar conocimiento.
Muchos usuarios sopesan dejar Twitter tras la llegada de Elon Musk. ¿Y cuál sería su nuevo destino? Un estudio demuestra que las migraciones de unas plataformas a otras suelen tener un coste muy elevado.
Prácticamente todas las publicaciones y sociedades científicas, la mayoría de los centros de investigación, universidades y muchos investigadores emplean Twitter para su trabajo profesional. ¿Qué ocurrirá si Musk cobra por usarlo?
Las fotografías de chimeneas humeantes o un oso polar sobre una placa de hielo flotando en el mar se han convertido en clichés que no causan efecto en los ciudadanos. Las instantáneas más conectadas con personas e historias tienen un mayor impacto.
Cuando los visitantes volvieron a los parques temáticos tras la pandemia, las medidas anticovid generaron una nueva batería de quejas y reclamaciones. Y muchas han quedado reflejadas en las redes.
La publicación de la reacción emocional del hijo de la chef a una reprimenda de su madre cuestiona el uso de vídeos que muestran la intimidad de menores para visibilizar o normalizar determinadas situaciones o causas sociales.
Detrás de la desinformación existe una gran industria que aplica esta técnica basada en el uso de perfiles de personas aparentemente corrientes para difundir desinformación y recopilar datos.
En su camino hacia la integración o el éxito algunos optan por cambiar sus nombres por otros más pegadizos o sofisticados. Pero incorporar nombres provenientes de otros idiomas y culturas también puede ser un ejercicio de inclusión y diversidad.
Profesora de Lengua española de la ULPGC y miembro del Instituto Universitario de Análisis y Aplicaciones Textuales (IATEXT), Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Profesora del Grado en Fotografía. Investigadora sobre cultura visual, humanidades médicas y Autorreferencialidad., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja