Los trabajos que analizan el impacto ambiental de la alimentación establecen sus propios criterios y no suelen tener en cuenta todos los parámetros e indicadores.
Se sabe que la obesidad supone uno de los principales factores de riesgo de covid-19 grave, al aumentar la posibilidad de infección. Medidas preventivas como una alimentación saludable o la práctica de ejercicio podrían reducirlo.
Los invernaderos solares de Almería emplean sistemas de riego eficientes y ventilación natural y apuestan por el reciclaje del 100 % del plástico y la reutilización de los desechos orgánicos.
A pesar de que hay estudios que apuntan a los posibles efectos beneficiosos del ayuno intermitente, hace falta más evidencia científica al respecto, de cara a un posicionamiento veraz y consistente.
Está ampliamente demostrado que la leche materna es el alimento ideal en los primeros meses de vida. Pero a veces no es posible y, por eso, la ciencia está buscando la leche de fórmula más similar.
La ortorexia se relaciona con la obsesión por ‘comer sano’, no siempre en base a la evidencia científica. Entre sus posibles consecuencias se encuentran los cambios drásticos en la dieta y la restricción de grupos de alimentos.
El auge de la gastronomía internacional ha aumentado el consumo de pescado crudo en elaboraciones como el sushi, el ceviche, el tartar o el carpaccio. ¿Cómo podemos prevenir sus riesgos?
Cenar después de las 21:00 puede aumentar el riesgo de padecer cáncer, sobre todo de mama, colon y próstata. Los estudios científicos apuntan a que la mejor estrategia es desayunar y cenar temprano, y ayunar toda la noche.
Problemas globales como la pandemia de covid-19, medidas administrativas como el Brexit o catástrofes naturales pueden desestabilizar los sistemas alimentarios.
El desayuno tiene efectos saludables en general, entre otras cosas porque ayuda a prevenir la ganancia de peso a largo plazo, tanto en niños como en adultos. Ahora bien, desayunar no siempre mejora la atención, memoria y rendimiento cognitivo. ¿De qué depende?
Cuando todos los adultos trabajan para sostener la economía familiar, es socorrido echar mano de comidas precocinadas. El problema es ignorar que los fabricantes incluyen a menudo azúcar, con el aumento de obesidad, ictus e infartos que ello supone.
Hay periodos en los que el ansia por comer está más presente que otros. En ocasiones, se potencia durante la premenstruación o la posmenopausia. ¿Qué hay detrás de estas exigencias fisiológicas?
Una de las consecuencias que la pandemia ha arrastrado es el aumento de casos de trastorno de la conducta alimentaria en jóvenes. Uno de los motivos ha sido el incremento del uso de redes sociales.
Los microbiomas podrían reducir el riesgo de contaminación en los productos que comemos, corroborar el origen y autenticidad de los alimentos, aportarles valor añadido o reducir los residuos que generan.
Observar la dieta mediterránea desde un mero punto de vista nutricional es un error. Detrás hay una cultura que evoluciona con el paso del tiempo y a la que dicha dieta debe adaptarse.
Un cambio hacia una alimentación con mayor consumo de vegetales y proteína animal de producción ecológicamente eficiente mejoraría tanto el bienestar humano como la salud del planeta.
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesora Titular de Nutrición y Bromatología - Directora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel Hernández
Profesor en la Universidad del País Vasco. Investigador del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesora en la Universidad del País Vasco. Investigadora del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Investigadora predoctoral del Grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea