Los exámenes con los que se obtienen los certificados oficiales constan de cuatro partes: todas evalúan la capacidad de comunicación práctica y no los conocimientos teóricos.
Los certificados oficiales de idiomas son una manera de demostrar de manera estandarizada el nivel de competencia en una lengua extranjera. Siendo muy útiles para algunas cosas, no siempre son imprescindibles.
No solemos darnos cuenta de cuántas lenguas nos rodean en el día a día. Cada vez es más frecuente encontrar en los paisajes urbanos mensajes en distintos idiomas.
El esfuerzo de investigadores de varias universidades públicas ha logrado crear una plataforma para el aprendizaje y la práctica del inglés a través de la traducción y la subtitulación.
Surgió del contacto continuado con hispanohablantes nativos que traducían directamente frases del español al inglés, una forma de préstamo lingüístico denominada “calcos”.
Recientemente, el presidente del gobierno Pedro Sánchez ha pedido que el catalán, el gallego y el euskera sean reconocidos como lenguas oficiales de la UE. ¿Es esto posible?
Preparar y sacar un título oficial es la mejor vía para validar internacionalmente nuestro nivel de idioma. Se pueden preparar combinando las clases interactivas con numerosos recursos digitales.
Hablar a los hijos en un idioma que no es el nuestro, aunque lo dominemos, puede tener un impacto en nuestra capacidad de transmitir emociones. Aunque también tiene muchas ventajas.
El inglés es hoy día la lengua franca académica, pero medir el mérito de los investigadores por lo que publican en esta lengua perjudica especialmente a disciplinas como la filosofía.
Padres y madres que se sienten cómodos en otra lengua distinta de la nativa pueden optar por hablar a sus hijos en ella para facilitar el bilingüismo. Pero hay que tener en cuenta una serie de consejos.
La música puede ser una aliada en la enseñanza de idiomas. Especialmente cuando las letras siguen una estructura narrativa y conectan emocionalmente con los adolescentes. El ‘country’ es un género apropiado.
Las universidades pueden abrirse a los estudiantes e investigadores de fuera, y favorecer la proyección en el extranjero de su propia comunidad, a través del uso del inglés como lengua franca.
Aprender un idioma es mucho más que aprender a decir cosas en otro código: nos expone a experiencias culturales, históricas y sociales cristalizadas en la lengua. De mayores apreciamos esto aún más.
Un año más, el ‘Diccionario de Cambridge’ ha elegido su palabra del año en inglés. En este 2022 ha sido ‘homer’. Y no, no tiene nada que ver con la ‘Odisea’ ni con ‘Los Simpson’.
Aunque hay otros factores que influyen, como la cercanía gramatical o la motivación, aprendemos más fácilmente nuevos idiomas si hablamos ya más de uno.
Nuestros tres estudios específicos en España muestran que aprender en una segunda lengua además de la nativa refuerza la competencia lingüística en ambas.
Los escolares sudafricanos estudian en inglés, aunque la mayoría hablan una de las otras 10 lenguas del país. Para que puedan estudiar en sus lenguas ha surgido el proyecto BAQONDE.
Catedrática de Universidad, Grupo ReALL,Enseñanza de lenguas, Centro de Investigación Pensamiento Contemporáneo e Innovación para el Desarrollo Social (COIDESO), Universidad de Huelva, Universidad de Huelva