tag:theconversation.com,2011:/ca-fr/topics/movimientos-sociales-57137/articlesmovimientos sociales – La Conversation2022-03-16T19:58:51Ztag:theconversation.com,2011:article/1768672022-03-16T19:58:51Z2022-03-16T19:58:51ZLa moda entra en campaña<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/446500/original/file-20220215-17-yzm3cl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=28%2C0%2C1325%2C665&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Alexandria Ocasio-Cortez en la gala Met 2021 con su vestido "Tax the Rich". </span> <span class="attribution"><span class="source">NDZ/STAR MAX/IPx</span></span></figcaption></figure><p>En la última campaña para las elecciones presidenciales de EE.UU., el protagonismo del mundo de la moda fue indiscutible. La mítica directora de <em>Vogue</em>, Anna Wintour, y su jersey animando a los americanos a ir a votar, o la alianza de la campaña del entonces candidato Biden con Tory Burch, Jason Wu, o Vera Wang fueron algunos de los ejemplos. Más allá de los anuncios, de los discursos, o incluso de las redes sociales, la moda se configuraba como un instrumento de comunicación política popular, atractivo y muy directo.</p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/CGnOW7cnWa5/?utm_source=ig_web_copy_link","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>Sin embargo, la alianza moda-política no es nueva. Quizás porque en su sentido moderno ambos mundos nacen bajo las directrices de los príncipes renacentistas y adquieren todo su esplendor en la corte francesa de María Antonieta, la moda ha ayudado a configurar un sentido del poder y de las relaciones sociales. Así lo vio claro años antes también Felipe II cuando entendió <a href="https://fashionunited.es/noticias/retail/el-negro-esa-moda-que-vino-de-espana-y-regresa-con-nuevos-codigos/2018122829116">que el hallazgo del color negro que se extrae del palo de campeche</a> le ayudaría a construir la imagen de un Imperio y, también, a que todas las cortes europeas quisieran comprar la planta descubierta en el nuevo mundo. </p>
<p>Siguiendo a <a href="https://www.taylorfrancis.com/chapters/edit/10.4324/9781315099620-11/fashion-georg-simmel">George Simmel</a>, en la moda se entremezclan la identidad personal con la social; el deseo de singularidad y la necesidad de aprobación por nuestros congéneres; la diferenciación y la imitación como proceso pedagógico y de adaptación.</p>
<p>El fundamento del uso de la moda por el poder es este carácter socializador, como lo es también su provecho por grupos o tribus con reivindicaciones sociales concretas. Es fácil verlo en la configuración de fenómenos como las camisas negras del fascismo en Italia, las azules falangistas en España, o incluso las de estilo hawaiano en el movimiento actual proarmas de los “<a href="https://www.wsj.com/articles/why-the-extremist-boogaloo-boys-wear-hawaiian-shirts-11591635085">bogaloo boys</a>”. </p>
<p>El activismo o los movimientos sociales han sabido siempre superar la visión utilitaria y subestimada de la moda, y captar el concepto simbólico de la misma, su capacidad narrativa y su potencial identitario.</p>
<p>Afirma la politóloga Noelle-Neumann, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1460-2466.1974.tb00367.x">conocida por su teoría de la Espiral del Silencio</a>, que la moda es opinión pública. La moda genera climas dominantes donde operan el deseo de imitación y el rechazo al aislamiento social. Para pertenecer a un grupo o ser parte de una misma causa, la moda es un instrumento valioso de integración. Visto como ellos; soy uno de ellos.</p>
<h2>Del sufragismo al “Todas deberíamos ser feministas”</h2>
<p>Quizás uno de los ejemplos más claros en este sentido es el de las mujeres sufragistas en EE.UU. e Inglaterra. El uso de vestidos blancos y broches o complementos en morado y dorado constituyeron un modo sencillo de identificación, de expresión de un mensaje y de reconocimiento social.</p>
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<span class="caption">Manifestación de mujeres sufragistas en Washington DC, con todas las participantes vestidas de blanco.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://catalog.archives.gov/id/24520426">National Archives Catalog</a></span>
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<p>De hecho, la ventaja del vestido blanco o de una camisa hawaiana es que, teniendo capacidad expresiva, no necesitan traducción. La moda así es un lenguaje universal, visual, y no verbal, <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-el-lenguaje-de-la-moda/91714">elementos todos ellos que ayudan a su interpretación y difusión</a>. Por eso, en la denuncia de cuestiones políticas, es un instrumento muy valioso de comunicación.</p>
<p>El blanco, como color de quienes abogan por los derechos de la mujer, llega hasta nuestros días y se utiliza de manera reivindicativa, como hicieron las congresistas demócratas en el discurso del Estado de la Unión de 2019, lideradas por Alexandria Ocasio-Cortez. Ocasio parece no desaprovechar este carácter expresivo y reivindicativo de la moda, y en la última gala MET su atuendo no dejó indiferente a nadie: sobre un vestido blanco se leía un claro mensaje en letras rojas “Tax the Rich” (“Subamos los impuestos a los ricos”, en inglés).</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/446480/original/file-20220215-19-15ti9dk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/446480/original/file-20220215-19-15ti9dk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/446480/original/file-20220215-19-15ti9dk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=822&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/446480/original/file-20220215-19-15ti9dk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=822&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/446480/original/file-20220215-19-15ti9dk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=822&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/446480/original/file-20220215-19-15ti9dk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1033&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/446480/original/file-20220215-19-15ti9dk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1033&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/446480/original/file-20220215-19-15ti9dk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1033&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Nicole Kidman, Zoe Kravitz, Reese Witherspoon, Laura Dern y Shailene Woodley vestidas de negro en los Globos de Oro de 2018.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/zoe-kravitz-reese-witherspoon-laura-dern-788900647">Shutterstock / Tinseltown</a></span>
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<p>El movimiento #MeToo, que denunciaba los abusos contra las mujeres, utilizó el negro, y <a href="https://blog.rtve.es/moda/2018/01/el-negro-ti%C3%B1e-la-alfombra-roja-de-los-globos-de-oro-.html">la gala de los Globos de Oro en 2018</a> fue un desfile de modelos en este color. Llevarlo significaba ser activista en esta cuestión. De nuevo, la identificación de una causa y su facilidad plástica ayudaban a dar cohesión y a significarse sin necesidad de entrar en mayores complejidades discursivas.</p>
<p>La lucha por los Derechos Civiles en EEUU también utilizó dos prendas emblemáticas: chaquetas de cuero y boinas negras. <a href="https://edition.cnn.com/2016/02/16/us/black-panthers/index.html">Los Black Panthers así reconocidos</a> proponían una lucha más directa y subversiva. </p>
<p>Dentro de esta evolución de la moda y el activismo, se puede observar un salto histórico cuando se pasa de llevar prendas para expresar y reforzar identidades a un segundo momento en el que la moda es la que empieza a hacerse eco de esas reivindicaciones y las incorpora en sus productos.</p>
<p>De este modo lo entendió la diseñadora Vivienne Westwood al incorporar camisetas con mensajes directos dentro de la estética del movimiento punk. </p>
<p>En 1984, la diseñadora Katherine Hamnett, en una reunión con Margaret Tatcher, llevó la camiseta con el mensaje “58 % Don’t Want Pershing”, haciéndose eco de una encuesta sobre la proliferación de misiles nucleares. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/446344/original/file-20220214-108557-j96i34.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/446344/original/file-20220214-108557-j96i34.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/446344/original/file-20220214-108557-j96i34.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=904&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/446344/original/file-20220214-108557-j96i34.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=904&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/446344/original/file-20220214-108557-j96i34.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=904&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/446344/original/file-20220214-108557-j96i34.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1135&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/446344/original/file-20220214-108557-j96i34.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1135&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/446344/original/file-20220214-108557-j96i34.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1135&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La diseñadora Katherine Hamnett con Margaret Tatcher.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://katharinehamnett.com/gbp/biography">Katharine Hamnett</a></span>
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<p>Este uso de los eslogans en jerséis y camisetas ha llegado hasta hoy, y la colección de Dior primavera/verano de 2017 se recuerda <a href="https://www.dior.com/es_es/products/couture-213T03TA001_X9000-camiseta-%E2%80%9Cwe-should-all-be-feminists%E2%80%9D-punto-de-algodon-y-lino-negro">por la camiseta “We Should All Be Feminists”</a>. Incluso el caso de las camisetas con eslogan ha dado lugar a una reciente exposición sobre “<a href="https://youtu.be/m7bD7V456g0">T-shirt, Cult, Culture, Subversion</a>”.</p>
<h2>Moda y justicia social</h2>
<p>Actualmente, podemos hablar de una tercera etapa la relación activismo-moda coincidiendo con el auge de las redes sociales. Los medios digitales <a href="https://www.researchgate.net/publication/240595237_New_Media_and_Internet_Activism_From_the_Battle_of_Seattle_to_Bloging">proporcionan una plataforma perfecta</a> para reforzar las identidades, la participación y las conexiones globales y las marcas de moda no son ajenas a esto. Su participación en los temas y causas que se promueven viralmente se torna en un activismo corporativo, donde el “propósito” y la “justicia social” pasan a un primer plano.</p>
<p>La moda, que en los últimos tiempos había ido perdiendo significados sociales o aspiracionales para ser vista como una mera mercancía, busca significados en otros lugares y acude al activismo político. Alejada del escepticismo postmoderno, los ideales y valores sociales emergen como un asidero donde encontrar contenidos. </p>
<p>Así sucedió con el movimiento Black Lives Matter. Aunque había comenzado en 2013, BLM se hizo internacionalmente viral tras las protestas por la muerte de George Floyd en 2020. Siguiendo el ejemplo de lo que había empezado Nike, un aluvión de marcas de moda se adhirieron a la causa a través de sus redes con mensajes anti racistas. </p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1266502116463370241"}"></div></p>
<p>También hay que señalar que después de unos días de exaltación y unión al movimiento, algunas marcas empezaron a tener problemas con sus empleados por acusaciones de racismo en “ambientes de trabajo tóxicos”. Los casos de <a href="https://www.today.com/style/everlane-clothing-brand-accused-racism-former-employees-t185840">Everlane</a>, Away y Reformation dieron lugar a serias crisis de reputación. </p>
<p>Está claro que la moda ha entrado en campaña. El uso simbólico de la moda adquiere una mayor resonancia en nuestros días. Políticos, activistas y movimientos reconocen su capacidad configuradora y su influencia social; y la moda responde, en su necesaria conexión con el mundo de los significados. Como se recogía en un artículo de <em>Vogue</em>, “los diseñadores no solo están fabricando ropa, junto con activistas y promotores también están generando cambios. Y esto los hace comerciales”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176867/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Teresa Sádaba no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Actualmente, la moda se configura como un instrumento de comunicación política popular, atractivo y muy directo, aunque la alianza entre la ropa y la política no es nueva.Teresa Sádaba, Dean at ISEM Fashion Business School, Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1577332021-05-17T19:39:39Z2021-05-17T19:39:39ZActivismo, el compromiso de la micropolítica<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/400386/original/file-20210512-14-1l15x20.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C51%2C1911%2C1000&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/protesters-crowd-simple-black-white-vector-1783312448">Shutterstock / Mikhail Gnatuyk</a></span></figcaption></figure><p>Los activistas se han convertido en defensores de derechos adquiridos, en voces que denuncian injusticias, atropellos y falta de transparencia. Son muchos los que se enfrentan a estigmas y críticas, incluso jugándose la vida por ello. </p>
<p>Según estudios de organizaciones como <a href="https://www.amnesty.org/es/">Amnistía Internacional</a>, <a href="https://www.frontlinedefenders.org/es">Front Line Defenders</a> o <a href="https://www.globalwitness.org/en/">Global Witness</a>, muchos han sido encarcelados y/o han perdido su vida en 2020. </p>
<p>La pandemia por la Covid-19 ha empeorado su situación, convirtiéndose en una nueva amenaza para los que están en prisión o viendo limitados sus derechos. </p>
<p>El activismo facilita que la ciudadanía <a href="https://blog.oxfamintermon.org/en-que-consiste-el-activismo-politico-blindando-derechos/">haga política</a> (el arte de la <a href="http://elultimoquevive.blogspot.com/2012/06/micropolitica.html">micropolítica</a> lo llaman), y que a través de <a href="https://www.redalyc.org/jatsRepo/5115/511552608008/511552608008.pdf">movimientos sociales</a> como el feminista, el ecologista o el LGTBIQ se consiga mejorar la vida de muchas personas, incluyendo sus preocupaciones en la agenda pública y de los medios de comunicación. </p>
<p>Pero es necesario hacernos dos preguntas: ¿sabemos qué han conseguido hacer estas personas por nuestra sociedad?, ¿qué precio pagan por la defensa del bien común y la lucha contra las injusticias? Muchas acciones pasan desapercibidas y otras son silenciadas, aunque algunas sí a aparezcan en los medios de comunicación.</p>
<h2>¿Qué causas defienden?</h2>
<p>Entre los temas que mas preocupan encontramos la defensa de los derechos humanos, el medioambiente y el territorio, la migración o la libertad de expresión. Pero <a href="https://xarxanet.org/sites/default/files/un_volunteers_-_voluntariado_activismo.pdf">lo que caracteriza a un activista</a> no es el tema o la causa. El activismo supone identificar una situación que debe ser denunciada, la unión de voluntades y su organización para lograr un cambio. Supone llevar a cabo diferentes acciones comunicativas y despertar el interés de la opinión pública para alzar la voz y ganar apoyos.</p>
<p>Nuestra historia nos muestra el papel que han jugado personas concretas, vinculadas a movimientos sociales, para cambiar, avanzar y garantizar derechos. Encontramos activistas de ayer y hoy, conocidos y no tanto. <a href="https://www.migobierno.com/martin-luther-king-activista-por-los-derechos-civiles">Martin Luther King</a>, <a href="https://gentequebrilla.es/2018/01/25/virginia-woolf-el-nombre-propio-de-la-lucha-feminista/">Virginia Woolf</a>, <a href="https://psicologiaymente.com/biografias/emmeline-pankhurst">Emmeline Pankhurst</a>, <a href="https://news.un.org/es/story/2020/06/1475852">Nelson Mandela</a>, <a href="https://www.fad.es/planetajoven/greta-thunberg-mujer-juventud-y-activismo-como-referente-social/">Greta Thunberg</a>, <a href="https://www.diariocritico.com/clara-campoamor-el-sufragio-femenino">Clara Campoamor</a>, <a href="https://www.cndh.org.mx/index.php/noticia/rigoberta-menchu-activista-de-los-derechos-humanos-de-guatemala-y-ganadora-del-premio-nobel">Rigoberta Menchú</a>, <a href="https://www.rtve.es/fotogalerias/malala-yousafzai-activista-derecho-educacion/121217/">Malala Yousafzai</a> o <a href="https://www.nationalgeographic.es/historia/2019/10/asi-cambio-mahatma-gandhi-las-protestas-politicas">Mahatma Gandhi</a> son algunos de los mas conocidos, pero muchos otros, menos conocidos, han perdido su vida por la defensa de los derechos fundamentales y el planeta.</p>
<p>De la misma manera que son reconocidos por su labor y su compromiso, son recriminados y tachados de vándalos o terroristas, de personas que no quieren el bien de la mayoría o que simplemente quieren ganar dinero. </p>
<p>Los casos más graves acaban en prisión y en la peor de las situaciones, perdiendo la vida. No podemos avanzar sin recordar el juicio celebrado recientemente por <a href="https://www.frontlinedefenders.org/es/case/case-history-berta-c%C3%A1ceres">el asesinato de Berta Cáceres</a>, una activista y defensora medioambiental hondureña a la que en 2016 le arrebataron la vida por defender el terriotorio del pueblo lenca frente a la construcción de una gran presa que amenazaba el río Gualcarque, imprescindible para su comunidad. Tristemente, los ataques se han seguido produciendo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/400388/original/file-20210512-22-1jq70fy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/400388/original/file-20210512-22-1jq70fy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/400388/original/file-20210512-22-1jq70fy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/400388/original/file-20210512-22-1jq70fy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/400388/original/file-20210512-22-1jq70fy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/400388/original/file-20210512-22-1jq70fy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/400388/original/file-20210512-22-1jq70fy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/400388/original/file-20210512-22-1jq70fy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Berta Zúñiga Cáceres (hija de Berta Cáceres) se manifiesta ante las puertas de la OEA en Washington DC el 5 de abril de 2016.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Manifestaci%C3%B3n_Berta_C%C3%A1ceres-OAS_5_de_abril_de_2016_(1).jpg">Wikimedia Commons / Daniel Cima</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<h2>Activismo de “postureo”</h2>
<p>Los activistas son referentes para muchas ciudadanas y ciudadanos, encuentran en ellos una motivación, un ejemplo, pero algunos también son identificados con lo que se conoce como “<a href="https://www.rtve.es/playz/20210202/postureo-etico-virtue-signalling/2071269.shtml">postureo ético</a>”. </p>
<p>Es fácil compartir una frase de Luther King o Woolf en las redes sociales para conmemorar una causa o un aniversario, para hacerse una foto que obtenga un número reseñable de ‘me gusta’. </p>
<p>Está el activismo que practican personajes populares, <a href="https://magnet.xataka.com/preguntas-no-tan-frecuentes/cuadrados-negros-instagram-como-activismo-redes-puede-perjudicar-al-black-lives-matter">más o menos creíble</a>. Luego nos encontramos a otras personas que se involucran con una causa, se comprometen con ella de forma pública (siendo o no un personaje popular), continuada y responsable. Ser activista supone compartir un objetivo y trabajar para alcanzarlo, muchas veces sin recursos, pero con mucha creatividad y entusiasmo. </p>
<h2>Lucha digital</h2>
<p><a href="https://ayudaenaccion.org/ong/blog/solidaridad/redes-y-activismo-digital/">Gracias a Internet</a>, los movimientos activistas han tenido acceso a herramientas y recursos que han facilitado su organización y el desarrollo de sus acciones, llegar a más personas y ganar apoyos. </p>
<p>Muchos autores <a href="https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:7839QsUa_v0J:https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5470030.pdf+&cd=15&hl=es&ct=clnk&gl=es&client=firefox-b-d">consideran Internet como un catalizador del cambio social</a>, que ha permitido que estas acciones transciendan del mundo digital y provoquen un cambio en las calles. </p>
<p>Son varios los ejemplos que podríamos mencionar, pero #MeToo y #BlackLivesMatter son dos casos que han traspasado las fronteras de un país para movilizar a gran parte de la ciudadanía mundial en la defensa de dos causas históricas. Justo hace unos días vivimos con atención <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-56822360">el juicio por la muerte de George Floyd</a> a manos de la policía de Mineápolis (EEUU). </p>
<p>Son muchos los logros conseguidos y los derechos consolidados, algunos puede que pasen desapercibidos y otros acaparan la atención de periodistas y organizaciones sociales cada día. </p>
<p>La libertad de expresión es uno de los derechos mas cuestionados y que más fácilmente se ve silenciado en países con democracias consolidadas. </p>
<p>El sufragio femenimo (y la consecuente lucha por la igualdad de derechos), que supuso para las mujeres poder participar en las decisiones que les afectan como ciudadanas y que la industria audiovisual <a href="https://www.vagabunda.mx/15-peliculas-sobre-la-realidad-y-la-lucha-por-la-igualdad-de-derechos-de-las-mujeres-en-distintas-epocas-y-lugares-del-mundo/">ha retratado a través de diferentes obras</a>, es un gran ejemplo de derecho colectivo. </p>
<p>La defensa de la Declaración Universal de Derechos Humanos es cada día más necesaria ante la vulneración continua de la misma por muchos Estados, como bien recoge el último informe de Amnistía Internacional <a href="https://www.amnesty.org/es/"><em>La situación de los Derechos Humanos en el mundo</em></a>. </p>
<p>También la defensa del planeta que miles de jóvenes liderados por Greta Thunberg demandan cada viernes a través de <a href="https://fridaysforfuture.org/what-we-do/who-we-are/">Fridays For Future</a> ante los líderes mundiales por un compromiso real y efectivo, ya que no tenemos un planeta B. Y, sin ser menos importante, es remarcable la lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ, sobre todo en países donde aún siguen siendo perseguidos por manifestar su identidad. </p>
<p>Gracias a estas personas, hoy en día vivimos en una sociedad mejor y muchos aún luchan por hacer de nuestro mundo un lugar más justo. Seria inimaginable vivir y educar a las nuevas generaciones sin los derechos y garantías que consiguieron. Desafortunadamente, sigue siendo necesaria la labor activista que muchos grupos llevan a cabo. </p>
<p>Se buscan activistas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/157733/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Isabel Ruiz-Mora es miembro del Sindicato de Apoyo Mutuo (Siam), de la plataforma ciudadana Defendamos Nuestro Horizonte y de las asociaciones AIRP, ECREA y AEIC. </span></em></p>El activismo está pasando por un buen momento. La crisis climática, el apoyo a la causa feminista o la defensa de los derechos LGTBI ha hecho que su papel tenga un importante protagonismo social. Sin embargo, muchos activistas se han quedado por el camino o están presos en las cárceles de los países donde no hay democracia.Isabel Ruiz-Mora, Profesora Titular de Universidad, Facultad de Comunicación, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1459742020-09-23T20:04:04Z2020-09-23T20:04:04ZCOVID-19: Bases para la gestión sociopolítica de la crisis<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/359129/original/file-20200921-20-tze44m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4570%2C3021&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-woman-preparing-banner-covid-19-1703609599">Shutterstock / DisobeyArt</a></span></figcaption></figure><p>La pandemia de covid-19 ha afectado y afecta con especial dureza a España. Como nos afectó la crisis financiera de 2008, que evidenció las deficiencias estructurales del modelo económico español.</p>
<p>España es un país diverso. Y por tanto diversa y flexible debe ser la estructura política, económica y social que nos conduzca durante la transición a la realidad poscovid. Habrá que ser creativos respecto al modelo de gobernanza que se aplique para su gestión, tratando de aplicar visiones multidisciplinares e integradoras.</p>
<p>Los seres vivos, cuando se topan con desafíos, responden cambiando y adaptándose (evolucionando). Sólo así pueden sobrevivir. Y la rapidez y magnitud de los cambios que se produzcan serán mayores cuanto mayor sea la presión. </p>
<p>Este es el fundamento de la teoría de la evolución, planteada por <a href="https://theconversation.com/darwin-el-cientifico-que-nos-bajo-del-pedestal-111448"><em>Charles Darwin</em></a> en su obra ‘<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_origen_de_las_especies"><em>El origen de las especies</em></a>’.</p>
<p>La explicación del fenómeno de la <a href="https://www.investigacionyciencia.es/busqueda?FrontendSearch-text=evoluci%C3%B3n"><em>evolución</em></a> ha tenido un recorrido complejo, con el <a href="https://www.institutoroche.es/biotecnologia/98/una_sintesis_de_la_teoria_de_la_evolucion_supervivencia_adaptacion_y_entorno_para_la_sociabilidad">concepto de <em>selección natural</em> latente en el propio Darwin</a>. En tiempos modernos, sin embargo, hay que evocar la importancia de la <a href="https://aeac.science/emilio-munoz-libro-asebio"><em>regulación</em></a> y la <a href="https://theconversation.com/epigenetica-desigualdad-y-cambio-climatico-131114"><em>epigenética</em></a>.</p>
<p>La evolución es un proceso que implica <a href="https://cadenaser.com/programa/2020/07/18/a_vivir_que_son_dos_dias/1595066726_488636.html"><em>altruismo</em> y <em>cooperación</em></a>, así como relación con el medio.</p>
<h2>Globalización y evolución</h2>
<p><a href="http://www.minasyenergia.upm.es/00-investigaci%C3%B3n/2177-desde-la-atalaya-de-la-ciencia-reflexiones-sobre-la-globalizaci%C3%B3n-e-impactos-en-nuestra-realidad.html">La globalización es un macro entorno</a> que influye sobre los micro y meso <a href="http://ifs.csic.es/es/article/nuevo-episodio-reto-reflexionar-evolucion-entornos-sociabilidad-emilio-munoz-ifs"><em>entornos de sociabilidad NACE</em></a> (NAturaleza, Cultura y Ética). Incide sobre la biología de los humanos y el ambiente en el que se desarrollan –es decir, sobre dos de los factores de los entornos NACE: Naturaleza y Cultura– como hemos visto de forma dramática durante la pandemia de covid-19.</p>
<p>Además, hay que tener en cuenta la Ética, <a href="https://aeac.science/re-evoluciones/">basada en los valores de <em>responsabilidad</em>, <em>compromiso</em>, <em>empatía</em> y <em>justicia social</em></a>. Evolutivamente, uno de los elementos éticos más preocupantes es la desigualdad, un desafío social que deriva en “<a href="https://theconversation.com/covid-19-guia-de-antidotos-eticos-para-sacar-al-planeta-de-la-uci-135847">presiones evolutivas y efectos diferenciados para individuos, familias y colectivos en situación desfavorecida</a>” que pueden llegar incluso a <a href="https://theconversation.com/epigenetica-desigualdad-y-cambio-climatico-131114">plasmarse en los acervos genéticos y epigenéticos</a>.</p>
<p>La globalización favorece las conexiones globales e invisibles que se encargan de difundir por todo el mundo los cambios en el entorno (fenómeno de <a href="http://www.turnerlibros.com/book/darwin-viene-ciudad.html"><em>teleconexión</em></a>), a medida que las interacciones sociales se hacen más amplias e intensas en un mundo globalizado.</p>
<p>Pero, por otra parte, la globalización favorece el individualismo y ha dado lugar a la paradoja de <a href="https://cadenaser.com/programa/2020/05/31/a_vivir_que_son_dos_dias/1590928105_680252.html">reducir las distancias entre los continentes, pero aumentar las distancias entre los seres humanos y entre las naciones</a>.</p>
<h2>Actuación contraevolutiva de los sectores sociales y los poderes públicos</h2>
<p>La gestión de la crisis derivada de la covid-19 se está llevando a cabo en España de un modo <em>contraevolutivo</em>, con la implicación de cuatro elementos (<em>instituciones</em> en términos de lenguaje político; <em>ambientes</em> en lenguaje ecológico).</p>
<p>En primer lugar, la <em>burocracia</em>, un elemento que en España ha lastrado la evolución y ha dificultado la adaptación a los desafíos y oportunidades que surgen de los cambios en los ecosistemas y entornos de sociabilidad. Algunos ejemplos recientes son las respuestas a algunas iniciativas políticas, como <a href="http://www.seg-social.es/wps/portal/wss/internet/Trabajadores/PrestacionesPensionesTrabajadores/65850d68-8d06-4645-bde7-05374ee42ac7">el ingreso mínimo vital</a>, cuya tramitación se ha visto lastrada por la ineficacia de la gestión y la excesiva burocratización.</p>
<p>La <em>política</em>, que se está preocupando de sí misma, en un ejercicio de victimismo que facilita la separación entre “ellos” y “nosotros”, planteando al sujeto como víctima y a los otros como responsables. Asistimos a la descoordinación, cuando no enfrentamiento, entre partidos, entre gobiernos territoriales, en un clima de polarización política y ausencia total de cultura de cooperación.</p>
<p>La <em>justicia</em>. La pandemia está aflorando las <a href="https://www.elnotario.es/index.php/opinion/opinion/10013-coronavirus-y-administracion-de-la-administracion-de-justicia">deficiencias del sistema judicial</a>. El Consejo General del Poder Judicial, órgano de gobierno de los jueces, <a href="https://confilegal.com/20200716-dos-ventanas-de-oportunidad-para-la-renovacion-del-cgpj-y-del-constitucional-de-aqui-a-final-de-ano/">lleva sin renovarse más tiempo del que establece la ley</a>, lo que está dificultando la actuación de los jueces de una forma coordinada.</p>
<p>Y la <em>sociedad</em>, fuertemente influenciada por el proceso de globalización e inmersa en una situación que hemos calificado como de <a href="https://www.catarata.org/libro/la-crisis-de-la-sociedad-actual-y-los-riesgos-de-involucion_44603/"><em>involución social</em></a><em>.</em> <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_fin_de_la_Historia_y_el_%C3%BAltimo_hombre">Sobresaltada</a> desde el fin de la Guerra Fría, por el avance del capitalismo neoliberal y el ataque al estado del bienestar. </p>
<p>Una sociedad que evoluciona marcada por los acontecimientos naturales, sociales y políticos y que, como propone <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ulrich_Beck"><em>Ulrich Beck</em></a> a través del concepto de <em>reflexividad</em>, se autoexamina, se cambia a sí misma en el proceso de modernización. </p>
<p>En esencia, la sociedad actual responde a impulsos de inmediatez y –paradójicamente a pesar de la globalización– <a href="https://www.agenciasinc.es/Entrevistas/El-objetivo-de-la-desescalada-fue-contrarrestar-diez-anos-de-recortes-en-salud-publica">sufre de procesos de individualización extrema y aislamiento global</a>, cae en la desmemoria y la falta de capacidad de análisis. </p>
<p>Como consecuencia de la inacción de las jerarquías sociales y políticas, de la deficiente regulación, la sociedad se encuentra con dificultades de <em>adaptación ecológica</em>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/359122/original/file-20200921-24-1fnmqh9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4247%2C2831&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una mujer con mascarilla sujeta un cartón con la leyenda: Covid 19 crisis." src="https://images.theconversation.com/files/359122/original/file-20200921-24-1fnmqh9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4247%2C2831&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/359122/original/file-20200921-24-1fnmqh9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/359122/original/file-20200921-24-1fnmqh9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/359122/original/file-20200921-24-1fnmqh9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/359122/original/file-20200921-24-1fnmqh9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/359122/original/file-20200921-24-1fnmqh9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/359122/original/file-20200921-24-1fnmqh9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/millennial-girl-protest-covid-19-economic-1703611879">Shutterstock / DisobeyArt</a></span>
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</figure>
<h2>Conclusión: reflexión y propuestas</h2>
<p>La pandemia se está gestionando con prácticas y ambientes contrarios a los principios modernos de lo que es la evolución. Estaríamos ante una <em>involución gerencial</em>.</p>
<p>La reflexión política bajo el prisma de lo social y progresista señala que el marco político actual apuesta por la <em>ecología</em>, ante la pérdida de objetivos claros y estrategias amplias de la perspectiva de la <em>socialdemocracia</em>, que ha perdido su valor.</p>
<p>Para la gestión de una globalización evolutivamente sostenible haría falta una ecología global, o un <em>entorno de sociabilidad global</em>, porque la globalización nos ha dejado desarmados. </p>
<p>O incluso, para ser más precisos, una ecología político-social global. En ella se deberían incorporar dos conceptos: el de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ecolog%C3%ADa_pol%C3%ADtica"><em>ecología política</em></a>, que difiere de los estudios ecológicos apolíticos al politizar los problemas y fenómenos ambientales; y el de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ecolog%C3%ADa_social"><em>ecología social</em></a>, que presta mayor atención a los contextos sociales, psicológicos, institucionales y culturales de las relaciones entre las personas y el medio ambiente.</p>
<p>La gestión de la pandemia y la preparación para la situación pospandemia necesitan menos pasiones y emociones. Más razón, reflexión y análisis crítico. Junto con grandes dosis de mediación y cooperación en lo político, en las relaciones interterritoriales y entre partidos, instituciones y agentes sociales. </p>
<p>También la ciudadanía debe ser capaz de dejar las pasiones y emociones para el ámbito individual, y usar la razón y los sentimientos en el ámbito de lo colectivo, para <a href="https://www.herdereditorial.com/la-desaparicion-de-los-rituales_1">consolidar la comunidad</a>.</p>
<p>Y llega el final del verano con una incipiente segunda oleada de contagios. Mientras el sistema sanitario y su personal han aprendido y se han adaptado a las nuevas circunstancias, la burocracia y la política siguen sin evolucionar, haciendo gala de individualismo, descoordinación y escasa adaptación al entorno. </p>
<p>El sistema político actual, sucesor del período de confortable estabilidad y del entramado institucional del denominado régimen del 78, parece no haberse adaptado al más pluralista panorama resultante de la irrupción de nuevas fuerzas políticas en el hemiciclo del Congreso de los Diputados y en los gobiernos autonómicos y locales. Y mucho menos a la situación planteada por la pandemia.</p>
<p>España necesita imperiosamente un plan estratégico, que indefectiblemente requiere del acompañamiento de unos nuevos presupuestos, adaptados a esta situación. Para ello, necesitamos una <em>respuesta evolutiva</em>, que nos permita adaptarnos a este desafío, a esta presión evolutiva, con mayor <em>inteligencia colectiva</em>, <em>social</em>, <em>institucional</em> y <em>política</em>, con las herramientas del <em>altruismo</em> y la <em>cooperación</em>, <em>coordinada</em> y <em>reflexionada</em> desde diferentes disciplinas, lo que nos permitirá recorrer el camino de la lucha efectiva por una reconstrucción.</p>
<hr>
<p><em><a href="https://aeac.science/contextos-de-gestion-contraevolutivos/">Una versión de este artículo</a> fue publicada en la web de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC).</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/145974/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Emilio Muñoz Ruiz es socio promotor de la AEAC y miembro de su Consejo Consultivo. Forma parte del equipo investigador del proyecto "Análisis científico, filosófico y social del COVID-19: repercusión social, implicaciones éticas y cultura de la prevención frente a las pandemias (BIFISO) ", financiado por el CSIC en el marco del programa CSIC-COVID-19.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jesús Rey Rocha es socio fundacional de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC) y miembro de su Junta Directiva. Es miembro del equipo investigador del proyecto 'Análisis científico, filosófico y social del COVID-19: repercusión social, implicaciones éticas y cultura de la prevención frente a las pandemias (BIFISO)' financiado por el CSIC en el marco del programa CSIC-COVID-19.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Victor Ladero es socio fundacional de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC) </span></em></p>España necesita un plan estratégico, con unos presupuestos adaptados a la situación, presididos por mayor inteligencia colectiva, y las herramientas del altruismo y la cooperación desde diferentes disciplinas.Emilio Muñoz Ruiz, Profesor de Investigación. Instituto de Filosofía del CSIC; Unidad de Investigación en Cultura Científica del CIEMAT, Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS - CSIC)Jesús Rey Rocha, Investigador Científico en Ciencia, Tecnología y Sociedad. Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IFS-CSIC), Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS - CSIC)Víctor Ladero, Científico Titular del IPLA-CSIC, Investigador del Instituto Investigaciones Sanitarias de Asturias (ISPA) y Socio Fundacional de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC), Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA - CSIC) Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1270452019-11-14T20:49:36Z2019-11-14T20:49:36Z¿Qué está ocurriendo en Sudamérica?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/301811/original/file-20191114-26202-7dmqkp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4394%2C2523&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La policía utiliza un cañón de agua contra los manifestantes durante una reciente protesta antigubernamental en Santiago de Chile. En varios países de América del Sur se han producido disturbios sociales en los últimos meses.</span> <span class="attribution"><span class="source"> (AP Photo/Esteban Felix)</span></span></figcaption></figure><p>La noticia de que el presidente de Bolivia, Evo Morales, <a href="https://www.cnn.com/2019/11/10/americas/bolivia-new-election-audit/index.html">dimitió en medio de un escándalo de fraude electoral</a> pone de relieve una lamentable realidad sobre América del Sur. Si bien es cierto que el continente ha hecho importantes progresos económicos en los últimos años, sigue viéndose afectado por frecuentes disturbios políticos y civiles.</p>
<p>Con más de 425 millones de habitantes, los países de América del Sur se encuentran, a nivel mundial, entre los mayores productores y exportadores de <a href="https://www.statista.com/chart/19127/biggest-producers-of-beef/">carne de vacuno</a> <a href="https://www.worldatlas.com/articles/world-leaders-in-soya-soybean-production-by-country.html">y soja</a> (Brasil), <a href="https://www.opec.org/opec_web/en/about_us/171.htm">petróleo</a> (Venezuela), <a href="http://www.ico.org/trade_statistics.asp">café</a> (Colombia), <a href="https://oec.world/en/profile/hs92/2204/">vino</a> (Argentina y Chile), <a href="https://www.statista.com/statistics/264626/copper-production-by-country/">cobre</a> (Chile y Perú) y <a href="https://www.theoilandgasyear.com/market/bolivia/">gas natural</a> (Bolivia). </p>
<p>Pero América del Sur también se caracteriza desde hace mucho tiempo por su <a href="https://www.washingtonpost.com/world/the_americas/why-political-turmoil-is-erupting-across-latin-america/2019/10/10/a459cc96-eab9-11e9-a329-7378fbfa1b63_story.html">inestabilidad política</a> y sus tensiones en materia de políticas públicas. </p>
<p>Durante el siglo pasado, en varios países de América del Sur se produjeron golpes de Estado, dictaduras militares y levantamientos sociales. Los últimos meses han demostrado que los disturbios no son cosa del pasado.</p>
<h2>Ola de manifestaciones</h2>
<p>Además de Venezuela, donde las <a href="https://theconversation.com/5-reasons-why-trumps-venezuela-embargo-wont-end-the-maduro-regime-121538">crisis política y económica</a> han dado lugar a un desastre humanitario conocido en todo el mundo, recientemente han estallado turbulencias en otras regiones del continente.</p>
<p>En Paraguay se han desatado protestas multitudinarias contra el presidente Mario Abdo. Los paraguayos están molestos por <a href="https://www.economist.com/the-americas/2019/08/22/a-secret-hydropower-deal-with-brazil-causes-a-political-crisis-in-paraguay">un acuerdo firmado con Brasil en relación con la central hidroeléctrica de Itaipú</a>, que la ciudadanía considera contrario a sus intereses. </p>
<p>Con un nivel de desaprobación del Gobierno que se sitúa en el 69%, la oposición ha iniciado un <a href="https://www.reuters.com/article/us-paraguay-president/paraguayan-presidents-popularity-plummets-amid-brazil-linked-political-crisis-idUSKCN1V421O">proceso de destitución contra Abdo y su vicepresidente que está a punto de concluir</a>. El proceso de destitución tiene lugar apenas siete años después de que el <a href="https://www.theguardian.com/world/2012/jun/22/paraguay-fernando-lugo-ousted">expresidente Fernando Lugo también fuera destituido</a> en 2012 en medio de un conflicto por unas tierras que ocasionó la muerte de 17 personas. </p>
<p>En Perú, el presidente Martín Vizcarra <a href="https://globalnews.ca/news/5972760/peru-president-dissolves-congress-corruption/">ha disuelto el Congreso</a> en un intento de forzar unas nuevas elecciones parlamentarias. Sus actos han desencadenado <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Im5LX4Nc0sg">varias manifestaciones</a> en todo el país, entre ellas una que <a href="https://www.cnbc.com/2019/10/11/reuters-america-update-2-mmgs-las-bambas-copper-mine-faces-production-halt-amid-protests.html">bloqueó el acceso a una mina de cobre y dio lugar al cese de la producción</a>. </p>
<p>Vizcarra ocupó el cargo de vicepresidente hasta el año pasado, después de que el <a href="https://www.cbc.ca/news/world/peru-kuczynski-resign-1.4587182">anterior presidente, Pedro Pablo Kuczynski, dimitiera</a> por su posible relación con un escándalo de soborno en el que se vio envuelta la empresa constructora brasileña Odebrecht. Otro presidente peruano, Alan García, <a href="https://www.bbc.com/news/world-latin-america-47965867">se suicidó el pasado mes de abril</a> cuando la policía llegó a su casa para detenerlo por su implicación en el mismo caso.</p>
<h2>Impugnación de resultados electorales</h2>
<p>En Bolivia también ha tenido lugar una <a href="https://www.theguardian.com/world/2019/oct/28/bolivian-election-protests-santa-cruz-block-roads-la-paz">oleada masiva de manifestaciones</a>. La oposición <a href="https://www.dw.com/en/bolivia-opposition-leader-calls-for-new-election-amid-unrest/a-51100841">no aceptó los resultados de las recientes elecciones</a>, que dieron la victoria a Morales en la primera vuelta de la votación para su cuarto mandato. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/301110/original/file-20191111-194637-31ckza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/301110/original/file-20191111-194637-31ckza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/301110/original/file-20191111-194637-31ckza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/301110/original/file-20191111-194637-31ckza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/301110/original/file-20191111-194637-31ckza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/301110/original/file-20191111-194637-31ckza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/301110/original/file-20191111-194637-31ckza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/301110/original/file-20191111-194637-31ckza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Evo Morales asiste a una conferencia de prensa en La Paz (Bolivia), el 10 de noviembre de 2019. Morales pide que se convoquen nuevas elecciones presidenciales y se revise el sistema electoral.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Juan Karita)</span></span>
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<p>Morales, que lideraba el país desde 2006, aceptó que la Organización de los Estados Americanos (OEA) llevara a cabo <a href="https://www.reuters.com/article/us-bolivia-election/bolivia-split-as-opposition-calls-for-morales-to-step-down-rejects-audit-idUSKBN1XB4SA">una auditoría de las elecciones</a>, en la que se concluyó que no se podían dar por válidos los resultados de octubre debido a “graves irregularidades”. Morales anunció que dimitía “por el bien del país”.</p>
<p>Desde las elecciones, se han cerrado las carreteras en todo el país y los disturbios diarios han sido moneda corriente. Santa Cruz, la provincia más rica de Bolivia, <a href="https://www.france24.com/en/20191029-dozens-injured-in-clashes-as-bolivia-s-election-standoff-enters-second-week">está siendo escenario de una huelga general</a>.</p>
<p>Jeanine Añez, ex-vicepresidenta del Senado, <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50402038">asumió el mando del país</a> tras las renuncias de Morales, del vicepresidente y de la presidenta del Senado. Rusia, uno de los más cercanos aliados de Morales, <a href="https://eldeber.com.bo/156572_rusia-reconoce-al-gobierno-transitorio-de-jeanine-anez-en-bolivia">reconoció a Añez como jefe de Estado interina del país</a>, y el presidente Carlos Mesa, quién disputó las últimas elecciones contra el líder del MAS, <a href="https://eldeber.com.bo/156581_mesa-anuncia-que-cc-participara-en-las-nuevas-elecciones-y-pide-a-anez-definir-plazo">pide nuevas elecciones lo más rápido posible</a>. </p>
<p>En Ecuador el presidente Lenin Moreno retiró las subvenciones al combustible, vigentes desde la década de 1970, debido a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). <a href="https://time.com/5705202/what-happens-next-in-ecuador/">Desde entonces, el precio del combustible se ha disparado</a>, <a href="https://www.aljazeera.com/news/2019/10/ecuador-unrest-led-mass-protests-191010193825529.html">lo que ha desencadenado protestas multitudinarias</a> que paralizaron varias regiones del país en octubre.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/300885/original/file-20191108-194661-1ndlc29.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/300885/original/file-20191108-194661-1ndlc29.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/300885/original/file-20191108-194661-1ndlc29.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/300885/original/file-20191108-194661-1ndlc29.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/300885/original/file-20191108-194661-1ndlc29.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=565&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/300885/original/file-20191108-194661-1ndlc29.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=565&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/300885/original/file-20191108-194661-1ndlc29.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=565&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Manifestantes antigubernamentales escalan la fachada de una residencia en busca de una mejor posición para enfrentarse a la policía en Quito (Ecuador), en octubre de 2019.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Dolores Ochoa)</span></span>
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<p><a href="https://www.bbc.com/news/world-latin-america-50010190">Moreno ha acusado</a> a su predecesor, Rafael Correa, y al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de estar detrás de estas manifestaciones, que continuaron <a href="https://www.theguardian.com/world/2019/oct/14/ecuador-protests-end-after-deal-struck-with-indigenous-leaders">incluso después de que se restablecieran los subsidios</a>. </p>
<p>Chile, el país de América del Sur con el <a href="http://hdr.undp.org/en/composite/HDI">índice de desarrollo humano más alto</a> y uno de los <a href="https://www.worldatlas.com/articles/the-richest-countries-in-south-america.html">productos interiores brutos per cápita más elevados de la región</a>, está afrontando la mayor oleada de agitación social conocida desde la redemocratización del país en 1990. <a href="https://www.washingtonpost.com/business/how-chile-went-from-an-economic-star-to-an-angry-mess/2019/10/29/9d575fe8-fa41-11e9-9e02-1d45cb3dfa8f_story.html">El detonante</a> fue el aumento de las tarifas del transporte público y la luz a principios de octubre. </p>
<h2>Educación y pensiones de jubilación</h2>
<p>Los problemas relacionados con la <a href="https://www.washingtonpost.com/world/the_americas/stunning-wealth-poor-services-behind-massive-chile-protests/2019/10/28/93e8e3e4-f93a-11e9-9e02-1d45cb3dfa8f_story.html">educación</a>, que en su mayor parte es privada y cara, y el <a href="https://www.washingtonpost.com/world/the_americas/stunning-wealth-poor-services-behind-massive-chile-protests/2019/10/28/93e8e3e4-f93a-11e9-9e02-1d45cb3dfa8f_story.html">régimen de pensiones</a> están avivando gran parte del malestar en Chile, en particular entre la juventud y las personas mayores. Las protestas han causado al menos 20 muertos y miles de heridos, en medio de acusaciones de <a href="https://www.theguardian.com/world/2019/oct/24/chile-protests-human-rights-un-investigation">violencia ejercida por el Estado</a>.</p>
<p>Afortunadamente, Brasil y Argentina, los países más grandes de América del Sur, no están experimentando revueltas de este tipo, a pesar de que ambos países celebraron recientemente elecciones que pusieron de relieve la profunda división del electorado.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/301111/original/file-20191111-194669-1o0fytt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/301111/original/file-20191111-194669-1o0fytt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/301111/original/file-20191111-194669-1o0fytt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/301111/original/file-20191111-194669-1o0fytt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/301111/original/file-20191111-194669-1o0fytt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/301111/original/file-20191111-194669-1o0fytt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/301111/original/file-20191111-194669-1o0fytt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sonríe en un acto celebrado en Brasilia (Brasil) en octubre de 2019.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Eraldo Peres)</span></span>
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<p>En octubre de 2018 Brasil eligió al derechista <a href="https://www.cnn.com/2018/10/28/americas/brazil-election/index.html">Jair Bolsonaro</a>, antiguo capitán del ejército. El antiguo congresista venció al candidato de la izquierda, en la que fue la primera derrota del Partido de los Trabajadores desde 1998.</p>
<p>Al margen de la derrota y el desgaste causado por varios escándalos de corrupción, <a href="https://www.bbc.com/news/world-latin-america-46013408">los partidos de izquierda de Brasil</a> todavía ocupan un gran número de escaños en el Parlamento y de puestos de gobernador en los estados. </p>
<p>En Argentina, la reciente elección de <a href="https://www.dw.com/en/alberto-fernandez-wins-argentine-presidential-election/a-51011631">Alberto Fernández</a> ha devuelto al poder al partido de izquierda de la expresidenta Cristina F. de Kirchner, que se convirtió en vicepresidenta. Aun derrotado, el exlíder Mauricio Macri recibió un 41,7% de los votos, lo que muestra que, al igual que en Brasil, la oposición contra Fernández es fuerte. </p>
<h2>Posibles consecuencias</h2>
<p>El recrudecimiento de los disturbios en América del Sur presenta algunas similitudes entre los distintos países.</p>
<p>La mayoría de los disturbios comenzó por causas de menor importancia, como el aumento de las tarifas de los autobuses o el metro, pero están relacionados con problemas más amplios de política pública, como la corrupción, el acceso a la educación, la atención sanitaria o las pensiones. <a href="https://www.bloomberg.com/news/articles/2018-06-05/south-american-economies-dive-south-as-growth-outlook-dims">Los problemas económicos</a> han tenido una incidencia considerable en la insatisfacción generalizada. </p>
<p>Los sólidos indicadores económicos registrados en años anteriores en América del Sur <a href="https://www.reuters.com/article/us-latam-economics-recession-analysis/latin-america-lacks-ammunition-to-fight-global-economic-slowdown-idUSKCN1VA1YH">se han debilitado</a>. En muchos países se ha empezado a observar un bajo aumento del producto interior bruto y un alto nivel de desempleo. </p>
<p>Incluso Chile está viendo rebajadas sus perspectivas económicas. Con frecuencia se considera que el país constituye <a href="https://www.theglobeandmail.com/opinion/editorials/chiles-ascent-from-3rd-to-1st-world/article12298793/">la primera nación desarrollada de Latinoamérica</a>. Es algo pronto para decir si los recientes acontecimientos podrían cambiar esa situación. </p>
<p>Ya <a href="https://www.usnews.com/news/best-countries/articles/2019-10-24/protests-across-south-america-unleash-public-anger-at-elected-leaders">están empezando a establecerse comparaciones</a> entre los disturbios de América del Sur con la Primavera Árabe, la ola de manifestaciones a favor de la democracia que tuvieron lugar en el Norte de África y el Oriente Medio. </p>
<p><a href="https://www.theguardian.com/world/2018/dec/30/arab-spring-aftermath-syria-tunisia-egypt-yemen-libya">En 2010 y 2011</a> la Primavera Árabe impulsó la caída de los presidentes autocráticos de Egipto, Túnez y Libia, y generó una guerra civil en Yemen. </p>
<p>Aunque existen similitudes, los países de América del Sur son en gran medida democráticos, si bien es cierto que algunas de esas democracias adolecen de fragilidad. En las últimas elecciones celebradas en América del Sur, los electores han decidido su voto entre partidos de izquierda y de derecha.</p>
<p>Las próximas semanas determinarán cuál será la repercusión de estas reacciones colectivas. A pesar de la cantidad de riqueza natural que posee la región, la inestabilidad obedece normalmente a crisis económicas, que se traducen en protestas civiles masivas como las que estamos presenciando en estos momentos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/127045/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lenin Cavalcanti Guerra no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En el último siglo, varios países sudamericanos se enfrentaron a golpes de estado, dictaduras militares y levantamientos sociales. A pesar de las mejoras económicas de los últimos años, el continente sigue padeciendo revueltas.Lenin Cavalcanti Guerra, Post-Doctoral Fellow, Johnson Shoyama Graduate School of Public Policy, University of SaskatchewanLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1097362019-01-13T21:39:18Z2019-01-13T21:39:18ZCosas que quizá no sepa de la película ‘Roma’<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/253378/original/file-20190111-43514-1d21808.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C0%2C1276%2C718&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.netflix.com/es/title/80240715">Netflix</a></span></figcaption></figure><p><em><strong>Nota del editor:</strong> En una primera versión de este artículo se afirmaba que “En 2010, el 58% de las indígenas mexicanas eran trabajadoras domésticas…”, cuando el dato se refiere estrictamente a las <a href="http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292013000200004">indígenas mexicanas del área metropolitana de Monterrey</a>.</em></p>
<hr>
<p><a href="https://www.imdb.com/name/nm0190859/?ref_=nv_sr_1">Alfonso Cuarón</a> fue <a href="https://www.washingtonpost.com/national/alfonso-cuaron-and-his-film-roma-win-at-golden-globes/2019/01/06/94fd1cac-1234-11e9-ab79-30cd4f7926f2_story.html">galardonado</a> recientemente con el premio al mejor filme en lengua extranjera y mejor director en los Globos de Oro por su cinta <em><a href="https://www.romamovie.com/">Roma</a></em>. El director y escritor también ha sido elogiado por las cualidades fílmicas de <em>Roma</em> y las historias cotidianas que cuenta del México de la década de los setenta.</p>
<p>La película contiene, sin embargo, otros elementos sutiles pero importantes que hasta ahora han sido ignorados por los críticos del filme.</p>
<p>Dos de estos elementos son el contexto político de México a principios de la década de los setenta y las condiciones sociales que han caracterizado la vida de las trabajadoras domésticas desde entonces. </p>
<p>El personaje principal de <em>Roma</em> es Cleo (interpretado por Yalitza Aparicio), una trabajadora doméstica cuyo personaje se basa en una niñera llamada Liboria Rodríguez (conocida como Libo), quien trabajaba para la familia de Alfonso Cuarón cuando éste era un niño.</p>
<h2>¿Quiénes fueron los Halcones?</h2>
<p>Cuarón sitúa a los personajes de <em>Roma</em> en medio de importantes acontecimientos históricos de México: la lucha de algunos mexicanos por el progreso del país y su oposición a un régimen político y autoritario que buscó mantener sus privilegios a través de diversas estrategias.</p>
<p>Una de estas estrategias es ejemplificada en la película por el personaje de Fermín, el pretendiente de Cleo (interpretado por Jorge Antonio Guerrero), que pertenece al grupo paramilitar los Halcones.</p>
<p>Sabemos ahora por <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">varias fuentes de primera mano</a> y documentos desclasificados del gobierno de los Estados Unidos que funcionarios de alto rango del gobierno mexicano organizaron, <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-35.pdf">financiaron, entrenaron</a> y armaron <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-18.pdf">en secreto</a> a varios grupos, incluidos los Halcones, para sofocar los movimientos sociales de fines de los años sesenta y principios de los setenta.</p>
<p>Los Halcones estaban compuestos por alrededor de 2.000 hombres jóvenes, de entre 18 y 29 años, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">distribuidos en escuadrones</a> con 200 miembros cada uno.</p>
<p>Los líderes de los escuadrones <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-20.pdf">eran estudiantes universitarios de clase media</a> quienes, a cambio de su participación en los Halcones, recibieron becas, pagas semanales y la promesa de un futuro brillante en el partido gobernante, el Partido Revolucionario Institucional (PRI).</p>
<p>Un segundo grupo, el de los agresores y sicarios, estaba constituido por <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">miembros de pandillas</a> así como por <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-38.pdf">jóvenes desempleados y de la clase trabajadora</a> de la Ciudad de México. Estos recibían sólo la mitad de los estipendios que obtenían los líderes.</p>
<p>Los Halcones <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-35.pdf">también fueron entrenados por militares y personal de la policía mexicana</a>, quienes a su vez, y <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-17.pdf">subsidiados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional</a>, recibieron entrenamiento en la Academia Internacional de Policía en Washington.</p>
<h2>El ataque a la democracia mexicana</h2>
<p><a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">Alrededor de 10.000 personas</a>, <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-17.pdf">principalmente estudiantes</a>, se manifestaron el 10 de junio de 1971 para exigir mejoras en las condiciones económicas, sociales, y democráticas de México.</p>
<p>En la cinta, y como una alegoría de la vida real, Cleo, la abuela y el chófer —quienes se dirigen a una tienda de muebles— se topan de frente con los manifestantes y con una larga fila de vehículos y policías antidisturbios mientras los Halcones esperan pacientemente en la esquina.</p>
<p>Como sucedió en la vida real, armados con varas de bambú y rifles M1 y M2, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">los Halcones atacaron a los manifestantes</a> y provocaron el segundo evento más sangriento en la historia mexicana moderna (<a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-17.pdf">el Halconazo</a>), tras <a href="http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/7646473.stm">la masacre de Tlatelolco</a> acaecida en octubre de 1968.</p>
<p>Se estima que alrededor de 120 personas fueron asesinadas y cientos más resultaron heridas, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">incluidos niños, mujeres y personas mayores</a>. Aunque los militares y la policía <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">conocían de antemano que se iba a producir el ataque</a>, <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-40.pdf">se mantuvieron al margen y no hicieron nada</a>.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/wO_1E1cwzmM?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Documental <em>Halcones: Terrorismo de Estado</em>, sobre los sucesos del 10 de junio de 1971 en Ciudad de México.</span></figcaption>
</figure>
<h2>Violencia y masculinidad</h2>
<p>Fermín pertenece al segundo grupo de los Halcones descrito anteriormente. En la escena del hotel, Fermín le confiesa a Cleo: “Le debo la vida a las artes marciales [a los Halcones]. Yo crecí con muchas carencias, ¿sabes?”.</p>
<p>Representando a los verdaderos Halcones, la participación de Fermín en ese grupo le permite cierta movilidad socioeconómica, pero a cambio de cometer atrocidades terribles.</p>
<p>La lealtad de algunos jóvenes al grupo de los Halcones y sus decisiones inmorales estuvieron, pues, mediadas por aspiraciones de clase, ideología y violencia.</p>
<p>La violencia de los Halcones también se manifestó en <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-38.pdf">violencia de género</a>. En el filme, Fermín amenaza con golpear a Cleo y a su hija que está por nacer si Cleo insiste en buscarle y pedirle que se haga responsable de su paternidad.</p>
<p>Aún más, al final de la escena, y a pesar de provenir de una clase social baja, Fermín abandona el campo de entrenamiento de Halcones gritándole “gata” a Cleo, un insulto proveniente de las clases medias y altas que se dirige únicamente a las trabajadoras domésticas. Este insulto refleja, por tanto, el bajo estatus social al que las trabajadoras domésticas son relegadas continuamente.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1048560392778240002"}"></div></p>
<h2>Trabajadoras domésticas en México</h2>
<p>Un segundo elemento que no ha sido analizado por los críticos y al que se alude en <em>Roma</em> son las condiciones históricas y sociales de las trabajadoras domésticas en México.</p>
<p>En junio de 2018 había <a href="http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2018/enoe_ie/enoe_ie2018_08.pdf">2,2 millones de trabajadoras domésticas en el país</a>. Alrededor del 95 por ciento son mujeres, en su mayoría jóvenes y de mediana edad, aunque <a href="https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=noticias&id=5427&id_opcion=446">algunas son todavía niñas</a>.</p>
<p>En 2010, por ejemplo, <a href="http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292013000200004">el 58% de las indígenas mexicanas en el área metropolitana de Monterrey eran trabajadoras domésticas</a>, y muchas habían emigrado del campo a la ciudad. Esto significa, como afirma la investigadora en migración indígena <a href="https://noreste.ciesas.edu.mx/durin-severine-2/">Séverine Durin</a>, que el trabajo doméstico está fuertemente determinado por la etnia de la persona.</p>
<p>No es una coincidencia, pues, que la exniñera de Cuarón, Libo, y los personajes de <em>Roma</em> Cleo y Adela sean jóvenes, mujeres e indígenas.</p>
<h2>Condiciones laborales desventajosas</h2>
<p>Las leyes mexicanas <a href="https://legalzone.com.mx/wp-content/uploads/2018/06/Descargar-pdf-Ley-Federal-del-Trabajo-legalzone-m%C3%A9xico.pdf">no ofrecen a las trabajadoras domésticas los mismos derechos y beneficios</a> que otros trabajadores disfrutan, como pago de días festivos o incapacidad laboral. Aún más, las trabajadoras domésticas pueden ser despedidas legalmente en cualquier momento y sin previo aviso.</p>
<p>Apenas en diciembre de 2018 la <a href="http://www.internet2.scjn.gob.mx/red2/comunicados/noticia.asp?id=5806">Suprema Corte de Justicia</a> de México determinó que es inconstitucional que los empleadores nieguen a las trabajadoras domésticas el acceso a la seguridad social, lo que significa principalmente el acceso a los servicios de salud pública.</p>
<p>También es común que las trabajadoras domésticas <a href="http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292013000200004">tengan salarios bajos</a>, que trabajen largas horas, incluyendo sábados y domingos, y que carezcan de vacaciones. Algunas empleadas también se enfrentan a tratos humillantes, maltrato y discriminación debido a sus rasgos físicos, o por <a href="https://www.theguardian.com/cities/2015/nov/10/empleadas-domesticas-ciudad-de-mexico-luchan-trato-digno">hablar su lengua indígena</a>, usar ropas tradicionales, <a href="http://www.revistaterritorio.mx/el-parque-de-las-gatas.html">o mantener sus costumbres y tradiciones</a>.</p>
<p>Algunas también padecen confinamiento forzado o <a href="https://www.animalpolitico.com/2017/03/trabajadoras-domesticas-impunidad-delitos/">abusos sexuales</a> por parte de los maridos o los hijos adolescentes de sus empleadores. Y a pesar de todo lo anterior, se espera que las trabajadoras domésticas agradezcan a sus “patrones” por la “oportunidad” de tener un trabajo.</p>
<p><a href="https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=noticias&id=5427&id_opcion=446">Sólo una de cada 10 mujeres acude a denunciar ante la policía</a> cuando se suscita algún problema con sus empleadores, muchas veces por miedo a perder el único ingreso económico o empleo que pueden obtener.</p>
<p>Las trabajadoras domésticas con hijos también deben hacer arreglos extraordinarios para que sus propios hijos sean atendidos, lo que conduce a una larga separación familiar al mismo tiempo que ellas cuidan a los niños de otras familias. El cuidado y afecto que proporcionan estas mujeres, pues, no sólo se mercantiliza sino que además se fragmenta.</p>
<h2>No son realmente parte de la familia</h2>
<p>Algunos empleadores consideran a las trabajadoras domésticas como “parte de la familia”. Sin embargo, las desiguales relaciones de poder, las diferencias de clase, la discriminación y el racismo hacen que no sean realmente parte de la familia.</p>
<p><a href="https://www.youtube.com/watch?v=vAa9dueHtVI">El propio director Alfonso Cuarón reconoce que fue recientemente cuando se dio cuenta de que</a> Libo era una mujer indígena y lo que eso conlleva. Se dio cuenta de que Libo tenía también “necesidades afectivas y deseos sexuales”, y de que vivía en “un mundo de injusticia”, “con el bagaje de la clase más desposeída”.</p>
<p>En <em>Roma</em>, los miembros de la familia desconocen la vida social y personal de las trabajadoras domésticas.</p>
<p>Cuando llevan a Cleo a la sala de partos, una enfermera le pregunta a la abuela Teresa sobre el apellido de Cleo, su fecha de nacimiento y si tiene seguridad social. Pero Teresa no puede contestar esas preguntas.</p>
<p>Cleo recoge los excrementos del perro de la familia, cocina y sirve la mesa familiar, prepara a los niños para que vayan a la escuela y también los acuesta, lava y plancha la ropa y limpia la casa. Sin embargo, la abuela ignora todo sobre Cleo a pesar de vivir en la “misma” casa (por lo general, las trabajadoras domésticas duermen aparte e incluso comen lejos de la familia).</p>
<p>Consideran a Cleo “parte de la familia”, pero realmente no lo es.</p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/BrQ3UQ0HItd/?utm_source=ig_web_copy_link","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<h2>Violencia cotidiana</h2>
<p>La película <em>Roma</em> contiene varias historias que revelan sutilmente distintas formas de violencia: pobreza, exclusión social y violencia de género, que son promovidas por masculinidades <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2012/oct/17/difference-between-sexism-and-misogyny">sexistas y misóginas</a>.</p>
<p>Además, el trabajo silencioso pero interminable de las trabajadoras domésticas, que en <em>Roma</em> abarca la mitad de la película, esconde relaciones de poder desiguales, mediadas por la clase social, el género, la edad, los afectos, el origen étnico, la raza y la división entre el mundo urbano y lo rural.</p>
<p>Estos elementos se entrecruzan para mantener a las trabajadoras domésticas, principalmente mujeres indígenas, en posiciones subordinadas y dependientes. Las trabajadoras domésticas son, pues, convenientemente imaginadas como “de la familia”, pero ellas nunca son realmente parte de la familia, ni en México ni en <a href="https://utorontopress.com/ca/not-one-of-the-family-2">ningún otro lugar del mundo</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/109736/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alejandro Hernández es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Canadiense de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, de la Asociación Canadiense de Sociología y de la Asociación de Estudios Latinoamericanos. Alejandro recibió una beca Vanier (SSHRC) y una beca Conacyt. Sus opiniones son personales.
</span></em></p>Un sociólogo explica el contexto histórico y social que conforma el trasfondo de la película ‘Roma’, del director mexicano Alfonso Cuarón, galardonada como mejor película en lengua extranjera y él como mejor director en los Globos de Oro.Alejandro Hernandez, Assistant Professor, Concordia UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1086312018-12-12T21:58:48Z2018-12-12T21:58:48ZLas dos caras de los chalecos amarillos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/250261/original/file-20181212-110240-1jjfzu5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5755%2C3822&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Place de la Republique, Paris, Francia, 8 de diciembre de 2018.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/place-de-la-republique-paris-france-1252796095">Shutterstock / Salvatore Allotta</a></span></figcaption></figure><p>A menudo, las categorías de las ciencias sociales y las de la vida cotidiana, la política y los medios de comunicación se basan en el mismo vocabulario, lo que es fuente de confusión. Es el caso de la expresión “movimiento social”, que se refiere tanto a un concepto de sociología o de ciencia política como a prácticas comunes y corrientes cuando una parte de la sociedad se moviliza, cuando una lucha social aparece en los titulares y, por ejemplo, cuando una huelga paraliza un país.</p>
<p>Cuando los chalecos amarillos franceses <a href="https://theconversation.com/les-gilets-jaunes-quand-la-france-se-cabre-107581">exigen que el poder les respete y deje de tratarles con desprecio o arrogancia</a>, cuando se llaman a sí mismos ciudadanos, cuando quieren que se oiga y se escuche su voz en las altas esferas del Gobierno para dar a conocer los problemas y las dificultades que les acucian, y defienden la renovación y la ampliación de la democracia, hay que reconocer que se ajustan a la dinámica de un “movimiento social” tal y como yo lo entiendo.</p>
<p>Asimismo, cuando denuncian la precariedad y los ingresos insuficientes para una vida digna y piden que no se les excluya del cambio y las reformas, encarnan la cara defensiva del movimiento, y no tanto la de un agente capaz de perseguir una utopía o defender un contraproyecto de sociedad. Otras reivindicaciones no llegan a cuestionar hasta ese punto las orientaciones generales de la vida colectiva y tienen un alcance más limitado, como, por ejemplo, cuando se pide la derogación de una medida fiscal.</p>
<p>Pero, como ocurre en toda movilización de amplio alcance, a partir de aquí se observan derivas, por ejemplo de carácter racista o xenófobo. A este respecto, solo señalaremos que el grueso de las reivindicaciones es claramente social, y no tiene nada que ver con las cuestiones del islam, el laicismo, la inmigración o el origen étnico. En cambio, la cuestión de la violencia merece un análisis más detenido.</p>
<h2>Violencia y movimiento social</h2>
<p>En general —y es el tema principal de mi último libro—, la violencia es lo contrario del movimiento social, al menos entendido como se ha indicado más arriba. Surge cuando el movimiento no consigue (o deja de hacerlo) existir y traducirse en una acción concreta, y convierte en ruptura lo que en un conflicto tiene que ver con la relación, el debate y, tal vez, la negociación.</p>
<p>El conflicto confronta adversarios allí donde la violencia enfrenta enemigos. Pero la violencia también puede ser un elemento del movimiento social, un componente estratégico y, al mismo tiempo, expresivo. De hecho, es así como hay que entender, en algunos aspectos, los altercados del sábado 24 de noviembre y el sábado 1 de diciembre en París, sin olvidar que también los ha habido en otras ciudades de Francia.</p>
<p>Si se examina <a href="https://theconversation.com/deux-ou-trois-choses-dont-je-suis-presque-certain-a-propos-des-gilets-jaunes-108183">el perfil de las personas detenidas y llevadas ante la justicia</a>, los altercados violentos ocurridos en París han sido obra de ultras (de izquierdas y de derechas), de meros alborotadores, incluso saqueadores, procedentes de la periferia, y de chalecos amarillos furiosos que tal vez subieron a París para, llegado el caso, pelearse con las fuerzas del orden, quizá arrastrados por el ambiente de insurrección en el que estaban inmersos. Estas circunstancias obligan a rectificar la imagen simplista que dejaban traslucir los primeros comentarios, el 24 de noviembre, según los cuales había que distinguir entre los “alborotadores”, politizados o no, y el movimiento de base, muy alejado de la violencia. Pero el análisis es más complicado.</p>
<p>Para hacerse ver y oír y para llamar la atención de los medios de comunicación, los chalecos amarillos ya han ido dos veces a París y han intentado manifestarse lo más cerca posible de los lugares simbólicos del poder. Desde este punto de vista, el éxito estribó en la repercusión mediática que tuvieron los enfrentamientos con las fuerzas del orden, y no tanto en la presencia masiva de “chalecos amarillos”, que en realidad no fueron tan numerosos.</p>
<p>La violencia es necesaria, o útil, para ocupar un primer plano y, al mismo tiempo, es inaceptable para muchos chalecos amarillos. A este respecto, existe una ambivalencia en el movimiento, que experimenta una tensión entre la importancia que revestía su presencia en París y la violencia inevitable que ha surgido de él hasta ahora. </p>
<p>Es preciso hacer un análisis para distinguir la violencia que constituye la extremidad furiosa del movimiento y la violencia que, ajena a él, le es contraria, una especie de antimovimiento, aunque ambos tipos de violencia hayan surgido en los mismos círculos. Y, al mismo tiempo, hay que examinar la totalidad de la violencia desde el punto de vista de su relación funcional, incluso legitimadora, con un movimiento social que, en su esencia, es de por sí poco o nada violento.</p>
<h2>Movimiento social y fuerza política</h2>
<p>Un movimiento social no es una fuerza política, pero sus actores se preguntan qué tratamiento político se da a sus reivindicaciones. Es posible que algunos, dentro del movimiento, quieran transformarse en un partido, como ocurrió con Podemos, que surgió de los “Indignados” del 15-M en España. Otros consideran que la acción política puede ser canalizada por un partido que le dé voz, como en la socialdemocracia durante los tiempos de esplendor del movimiento obrero, o que la dirija al estilo leninista.</p>
<p>Hoy por hoy, los chalecos amarillos no tienen capacidad para dar nacimiento a una fuerza política propia, y no se reconocen en ningún partido, por mucho que el Rassemblement National (antes Front National, extrema derecha) y La France Insoumise (oposición de izquierda) intenten, más aún que la derecha clásica, capitalizar su movilización. Sus reivindicaciones iniciales, <a href="https://theconversation.com/les-etroites-marges-de-manoeuvre-pour-attenuer-le-ras-le-bol-fiscal-108189">que se limitan básicamente a medidas fiscales</a>, no han recibido una respuesta inmediata del poder, y sus peticiones se han hecho más complejas y se han diversificado.</p>
<p>Pero no existe ninguna fuerza social o política capaz de garantizar un tratamiento institucional para tales reivindicaciones, de modo que estas se aglutinan en una masa confusa que las propuestas políticas de cambio global tratan de reducir a una formulación única.</p>
<h2>Referéndum, disolución, autoritarismo y VI República</h2>
<p>En este contexto se perfilan, al menos, cuatro tendencias.</p>
<ul>
<li>La primera —traducción en lenguaje político del discurso de los actores cuando corean “¡Macron dimisión!"— consiste en exigir un referéndum. Pero este, según la tradición francesa, y a tenor de las circunstancias, solo puede ser un plebiscito a la inversa: la pregunta planteada vendría dictada por los contestatarios, y el resultado previsible sería la derrota del presidente, que acabaría dimitiendo.</li>
</ul>
<p></p>
<ul>
<li><p>La segunda tendencia es la de dar forma política a la idea <em>dégagiste</em> (defensora de "largarlos a todos”), según la cual hay que expulsar a los parlamentarios actuales. Esta tendencia conllevaría la disolución de la Asamblea Nacional, y su único resultado sería una cohabitación política, puesto que, según esta hipótesis, el presidente permanecería en el cargo.</p></li>
<li><p>Tercera tendencia: el autoritarismo, que empieza a alzar la voz. Se pide el nombramiento, a la cabeza del Gobierno, de un nuevo primer ministro que tenga mano firme. El nombre del General de Villiers circula en algunos entornos, aunque, al parecer, este se mostraría reticente. </p></li>
<li><p>Por último, hay quien habla (cuarta tendencia) de un cambio institucional radical, y en este contexto vuelve a surgir el tema de la “VI República”.</p></li>
</ul>
<p>Así, ante <a href="https://theconversation.com/debat-macron-et-les-gilets-jaunes-le-miroir-de-la-desintermediation-107635">la falta de nivel intermedio</a> en el sistema político y social institucional, las reclamaciones del movimiento se convierten en proyectos políticos de primer nivel. En consecuencia, lo único que pueden hacer para traducirse en resultados concretos es pagar el precio de un espasmo social prolongado que paraliza el país y que es fomentado por políticos cuyo deseo no es que se vuelvan a instaurar cuanto antes la paz, el diálogo y la negociación, sino mantener vivas las tensiones que encarna el paradójico binomio formado por los chalecos amarillos y la violencia.</p>
<h2>Un actor defensivo y… nuevo</h2>
<p>Según mi definición de “movimiento social”, este no se reduce a un episodio, una lucha o un momento, sino que se inscribe en la dimensión histórica de un tipo de sociedad y es su actor contestatario. Los chalecos amarillos, en la medida en que uno de los rasgos que los define es el de “movimiento social”, se ajustan más al tipo de sociedad que desaparece que al de una sociedad que nace, y <a href="https://theconversation.com/la-crise-des-gilets-jaunes-revele-lhistoire-dune-france-qui-disparait-107842">así lo afirma en este sitio web, con gran acierto, Daniel Behar</a>.</p>
<p>Los chalecos amarillos representan, ante todo, el rechazo a sufrir las consecuencias de esta transformación; son el actor defensivo de un modelo que empezó a descomponerse con el fin de los Treinta Gloriosos. Pero ¿las movilizaciones actuales están dando continuidad a otras, más antiguas, relacionadas con el movimiento social de la era industrial clásica que estamos dejando atrás, es decir, con el movimiento obrero? En realidad, no. Los actores de hoy no han hecho suyas las grandes luchas de los últimos cincuenta años, y hay abundantes testimonios de personas de cierta edad que explican que, para ellas, esta es la primera experiencia de compromiso y manifestación.</p>
<p>Sin embargo, se hacen alegremente comparaciones históricas, incluso con las protestas de 1995, lo cual es poco serio y da lugar a confusión y sesgo ideológico. Hay quien, demostrando no poca dejadez intelectual, se aprovecha de la situación actual para ajustar no se sabe qué cuentas con investigadores que habían expresado en 1995 su opinión sobre las movilizaciones de aquella época, y para sugerir una posible continuidad con 2018. Sin embargo, los actores de 1995 defendían un modelo social que asegurara diversas garantías a los trabajadores y los funcionarios, mientras que los de 2018 exigen medidas fiscales y sociales en favor de categorías muy distintas.</p>
<p>El movimiento de los chalecos amarillos es nuevo, aun cuando expresa el fin de un mundo sin mantener ningún vínculo con el sindicalismo o lo que queda de la clase obrera como tal. Es todavía más nuevo —y, sin embargo, se ubica en un nuevo mundo— si tenemos en cuenta sus formas de movilización, que combinan el recurso a las tecnologías modernas de comunicación y la presencia física en lugares múltiples que permiten abarcar todo el territorio nacional.</p>
<p>Pero la tecnología es una cosa y el sentido otra: los chalecos amarillos apenas nos hablan de la entrada en un nuevo mundo en el que ocuparían un lugar creativo, o incluso un mundo contestatario. Lo máximo que hacen es pedir —ya se ha señalado— una renovación de la democracia, y muestran de vez en cuando una sensibilidad sincera por el tema del medio ambiente.</p>
<h2>Chalecos amarillos, ¿qué futuro les espera?</h2>
<p>Un movimiento no es una clase social, y menos aún una categoría o conjunto de categorías sociales. Los “chalecos amarillos” son diversos y, por tanto, indeterminados desde el punto de vista social; unos son modestos, otros no tanto; y están integrados por mujeres, y no solo o principalmente por hombres, así como por jóvenes y personas mayores.</p>
<p>Tienen razón en no querer ser víctimas de una larga transformación en la que han quedado “olvidados” y son “<a href="https://www.editionsladecouverte.fr/catalogue/index-La_France_invisible-9782707153746.html">invisibles</a>”, y hacen bien en reclamar medidas sociales a su favor y en exigir además respeto y democracia. Pero no son la sal de la tierra, y por ahora su movimiento no plantea ningún futuro nuevo más allá de lo que exigen las políticas sociales y de dignidad.</p>
<p>Es injusto ver en este movimiento un esbozo de fascismo, a la italiana, pues los chalecos amarillos no presentan reivindicaciones que se ajusten a esa imagen; también es incorrecto considerar que este movimiento es el actor contestatario de un mundo nuevo, pues no hace llamamientos en favor de una renovación cultural, intelectual, utópica y creativa, o hace muy pocos.</p>
<p>Atender sus demandas es necesario, incluso inevitable, pero también es peligroso.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/108631/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Michel Wieviorka dirige con Jean-Pierre Dozon el Panel Internacional para la Salida de la Violencia (IPEV-FMSH). La Corporación Carnegie de Nueva York es el principal patrocinador.</span></em></p>El movimiento es nuevo, aunque expresa el fin de un mundo sin vínculos con el sindicalismo o con lo que queda de la clase obrera.Michel Wieviorka, Sociologue, Auteurs historiques The Conversation FranceLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1001862018-07-23T22:32:46Z2018-07-23T22:32:46ZLas mujeres punk reclaman su lugar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/228553/original/file-20180720-142423-155zzkp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=4%2C14%2C1592%2C1049&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El punk permitió que muchas mujeres alcanzasen posiciones igualitarias a los hombres.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://visualhunt.com/f2/photo/28665430788/1c0613a76f/">Huub Zeeman / VisualHunt </a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/">CC BY-NC-ND</a></span></figcaption></figure><p>Tradicionalmente marginadas por la sociedad patriarcal y por la historiografía oficial, que ha proyectado una imagen del punk mayoritariamente masculina, estudios recientes están poniendo de relieve el protagonismo de muchas mujeres en aquel gran estallido cultural.</p>
<p>Se cumplen ahora poco más de 40 años del surgimiento de un movimiento que prendió rápido y se extendió por todo el mundo. Así, podemos encontrar, desde finales de los años 70 y principios de los 80, manifestaciones artísticas de todo tipo relacionadas con la estética y ética punk, en distintos lugares del planeta, desde los países asiáticos hasta Latinoamérica, desde Finlandia a Sudáfrica. </p>
<p>La cuarta edición del congreso <a href="https://www.kismifconference.com/en/">KISMIF </a>(“Keep it Simple, Make it Fast!”), que tuvo lugar en la Universidad de Oporto entre los pasados 3 y 7 de julio, reunió a expertos de distintos países y disciplinas (sociología, historia, musicología, estudios ingleses, hispánicos, bellas artes, comunicación, cine…) para reflexionar, entre otras cosas, sobre este fenómeno. El éxito de participantes y asistentes a este congreso también ha permitido confirmar la buena salud de unos estudios relativamente nuevos en los que cobra especial interés la presencia de las mujeres. </p>
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<figcaption><span class="caption">Patti Smith, la pionera.</span></figcaption>
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<h2>El punk y ellas</h2>
<p>A pesar de algunas publicaciones de investigadoras británicas y estadounidenses, como Helen Reddington, Lucy O’Brien, Sheila Witheley, Vivien Goldman o Sara Marcus, aún está por explorar la importancia que tuvieron las mujeres en el punk.</p>
<p>En España, nuestra edición de un dossier monográfico de la revista <em>Lectora</em> (U. de Barcelona) en 2017, “<a href="http://revistes.ub.edu/index.php/lectora/issue/view/1697/showToc">Punk Connections: A Transcultural Perspective</a>”, buscaba situar estos estudios desde una perspectiva académica. El reciente ciclo de películas “<a href="https://www.cinetecamadrid.com/ciclo/mujeres-hechas-de-punk">Mujeres hechas de punk</a>”, proyectado en la Cineteca de Madrid (25 de junio - 1 de julio) pretendía, asimismo, dar visibilidad a estas mujeres y abordar, desde una mirada contemporánea, su trascendencia y relevancia hoy en día. </p>
<p>Con ese fin, se proyectaron documentales sobre el punk en Reino Unido (<em><a href="https://www.youtube.com/watch?v=LHoJHMV0ybA">She’s a Punk Rocker: U.K</a></em>; <em><a href="https://www.youtube.com/watch?v=XqsHv5V4DQA">Here to Be Heard: the Story of the Slits</a></em>), E.E.U.U (<em><a href="https://www.youtube.com/watch?v=_gc4yrcdAok">The Decline of Western Civilization</a> (Part I)</em>; <em><a href="https://vimeo.com/221782946">We’re Here, We’re Present: Women in Punk</a></em>; <em><a href="https://www.youtube.com/watch?v=bxcvng_CpMQ">20th century Women</a></em>) y España, tanto Madrid (<em>Autosuficientes; <a href="https://www.youtube.com/watch?v=tygDzaqED0E">De un tiempo libre a esta parte</a></em>) como Cataluña (<em><a href="https://www.youtube.com/watch?v=NJktUn2OlvA">Peligro Social</a></em>; <em><a href="https://www.youtube.com/watch?v=-RbkP1vspxE">Desechables</a></em>). </p>
<p>Al establecerse conexiones entre Estados Unidos, Reino Unido y España, se demuestra que el punk no fue algo local ni exclusivamente anglocéntrico, sino que se experimentó también en muchos otros lugares. También se prueba que el fenómeno aún sigue vivo y que las mujeres tuvieron un papel protagonista y no meramente secundario, como se ha interpretado hasta hace poco. </p>
<p>La próxima publicación de un libro de entrevistas titulado <em>God Save the Queens: Pioneras del Punk</em> (<a href="https://www.66-rpm.com/">66rpm</a>, 2018), en el que se incluyen los testimonios de artistas españolas, chicanas y portuguesas como Ana da Silva (Raincoats), Paloma Romero, AKA Palmolive (Slits, Raincoats), Begoña Astigárraga (Vulpes), Silvia Escario (Último Resorte), Teresa Rodríguez (Desechables), Alicia Armendáriz, AKA Alice Bag (The Bags) u Ondina Pires (Ezra Pound e a Loucura, Pop Dell’Arte, Great Lesbian Show), busca dar voz a unas mujeres que vivieron en primera persona la eclosión del punk y que ahora, desde la perspectiva contemporánea, reflexionan sobre lo que este movimiento supuso para ellas. </p>
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<figcaption><span class="caption">Los Desechables, “No me consigues divertir”.</span></figcaption>
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<h2>El feminismo del punk</h2>
<p>Existe un gran desconocimiento entre el público en general sobre lo que fue y significó el punk, pero parece evidente, ahora, visto desde la perspectiva de los años, que no solo consistió en crestas, ropa de cuero y jóvenes sucios, malhumorados y violentos. </p>
<p>A diferencia de otros movimientos más especializados, el punk fue un fenómeno global en el que encontramos manifestaciones artísticas de todo tipo (música, cine, literatura, fanzines, cómics, pintura, etc.) en las que se plasma una preocupación por lo que ocurría en el mundo. </p>
<p>El papel femenino en el punk es fundamental en este sentido, pues este movimiento permitió a muchas mujeres situarse en una posición de igualdad. Una revisión de los elementos que contribuyeron al desarrollo del punk en general, y al de las mujeres punk en particular, resulta, por tanto, no solo pertinente hoy en día, sino de gran interés dadas las coincidencias actuales con muchas de las preocupaciones sociales y políticas que propició este movimiento. </p>
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<figcaption><span class="caption">El hechizo de Siouxsie.</span></figcaption>
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<p>Es cierto que muchas mujeres que estuvieron involucradas en el punk desde el principio manifestaron una cierta resistencia frente a la etiqueta feminista, porque consideraban que mostraba animadversión hacia los hombres. Pero a la larga, y con la perspectiva que ofrece el paso del tiempo, la mayoría de sus protagonistas ha reconocido que el punk significó una revolución, pero especialmente para ellas. </p>
<p>Y, aunque no siempre (como es el caso del hardcore) participaran en la escena punk de igual a igual con los hombres, sí había entre ellas un sentimiento de empoderamiento y de ser las dueñas de su cuerpo y de su libertad en un sentido nuevo en relación con otras escenas artísticas anteriores. Es importante recordar que el punk tiene muchas caras, pero, en lo que a feminismo se refiere, todas ellas suponen un paso adelante frente al papel tradicional asignado a la mujer. </p>
<p>Algunas veces, las mujeres demostraban su libertad a través de una imagen sexual y provocadora como forma performativa, como recomendaba Vivianne Westwood y hacían Siouxsie y Lydia Lunch, en Reino Unido y Estados Unidos, respectivamente, o Ana Curra y Tere <em>Desechable</em> en España. Otras deconstruían la idea mitificada y erótica de la mujer como objeto de la mirada masculina a través de su propia imagen y de su arte, desafiando las fronteras de género, como es el caso de Patti Smith, Poly Styrene, las Slits o las Raincoats. Pero todas ellas buscan, en definitiva, demostrar que son libres. </p>
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<figcaption><span class="caption">77 de Alice Bag con Kathleen Hannah y Allison Wolfe, uniendo los inicios del punk con el siglo XXI.</span></figcaption>
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<p>Las autobiografías de Alice Bag –<em>Violence Girl: East L.A. Rage to Hollywood Stage. A Chicana Punk Story</em> (2011)–, de Patti Smith, –<em>Just Kids</em> (2010) y <em>M Train</em> (2015)–, Kim Gordon –<em>Girl in a Band</em> (2015)–, Carrie Brownstein –<em>Hunger Made Me a Modern Girl</em> (2016)–, Chrissie Hynde –<em>Reckless</em> (2016)– o Viv Albertine –<em>Clothes, Clothes, Clothes. Music, Music, Music. Boys, Boys, Boys</em> (2016) y <em>Throw Away Unopened</em> (2018)– demuestran que existe un interés por parte de estas mujeres por contar lo que vivieron y, por parte del público, de conocer su versión de la historia. </p>
<p>Por tanto, podemos concluir que, si bien la postura de las mujeres punk no siempre fue de un feminismo militante, a través de sus actitudes rebeldes y del cuestionamiento del <em>statu quo</em>, sus ejemplos han servido para que generaciones posteriores, como las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Riot_grrrl">Riot Grrrls</a>, tomaran ejemplo y siguieran ese camino con un programa abiertamente feminista. </p>
<p>El periodista Rafa Cervera expuso en un artículo en <em>JotDown</em> <a href="https://www.jotdown.es/2015/08/lo-que-el-punk-hizo-por-el-feminismo-en-diez-puntos/">los puntos que el punk había aportado al feminismo</a>. También Sarah Jaffe apuntaba en <em>Dissent</em> <a href="https://www.dissentmagazine.org/article/why-feminism-needs-punk-viv-albertine-slits-autobiography">lo que el feminismo actual puede aprender del punk</a>. </p>
<p>Existen, sin duda alguna, muchas conexiones entre ambos movimientos y, aunque quizá en la actualidad las mujeres no tengan que pelear tanto como sus antecesoras a la hora de defender su libertad para expresar sus emociones, sus ideas y su creatividad, aún quedan muchas cosas por hacer.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/100186/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Cristina Garrigós no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Tradicionalmente marginadas por la historiografía oficial, que ha proyectado una imagen mayoritariamente masculina, estudios recientes están sacando a la luz la presencia de las mujeres en el punk.Cristina Garrigós, Catedrática de Filología Inglesa, UNED - Universidad Nacional de Educación a DistanciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.