El simple hecho de mirar imágenes de comida nos abre el apetito y activa los resortes fisiológicos de la ingesta, pero, como sugieren recientes estudios, también podría quitarnos las ganas de comer.
El sobrepeso y la obesidad afectan a centenares de millones de personas en todo el mundo. Y la explicación no es tan simple como una falta generalizada de voluntad y autocontrol: hay raíces biológicas más profundas.
Existe cierto desconcierto sobre los verdaderos efectos de edulcorantes como el eritritol, la estevia o el aspartamo, y si realmente ayudan a perder peso o controlar la diabetes. Esto es lo que se sabe hasta el momento.
Cuando una persona decide que ha llegado el momento de perder peso, suele mostrarse ansiosa por ver resultados rápidos. Pero los expertos suelen recomendar adelgazar de manera más lenta. ¿Son ambas opciones igual de eficaces y seguras?
Al conjunto de alteraciones metabólicas que aumentaban el riesgo de enfermar del corazón, o incluso morir, se le denominó en su origen síndrome X. Combatir el estrés, mantenernos activos y la dieta mediterránea ayudan a evitar caer en sus redes.
Consumir alcohol solo aporta calorías vacías que repercuten en nuestro equilibrio calórico, incrementando la ingesta total de energía. Y suele asociarse a una dieta de peor calidad.
Este importante hallazgo no solo permite conocer mejor los mecanismos bioquímicos de la obesidad, sino que también abre la puerta a desarrollar tratamientos que favorezcan la expresión del gen identificado.
El ayuno del Ramadán es una de las formas más antiguas de ayuno intermitente. ¿Es bueno para la salud física? ¿Y para la salud mental? ¿Implica una nutrición deficitaria temporal?
El ejercicio le ayudará a perder peso y evitará que vuelva a engordar. Pero cuidado: no le ayudará a conseguir sus objetivos de pérdida de peso de forma aislada, es decir, sin acompañarlo de una dieta adecuada.
Incorporando ciertos ingredientes como quinoa y chía es efectivamente posible elaborar galletas ayuden a combatir la obesidad y las enfermedades vinculadas a ella.
La ansiedad, la depresión o el mero aburrimiento pueden despertar un tipo de hambre que no tiene que ver con nuestras necesidades fisiológicas y que demanda alimentos poco saludables. ¿Cómo podemos hacerle frente?
A pesar de las múltiples campañas puestas en marcha para combatir la obesidad, la concienciación de la sociedad es mínima. Y algo parecido pasa con las campañas que tratan de reducir el consumo de alcohol. ¿Por qué?
La gordofobia se alimenta de la creencia de que las personas con exceso de peso son perezosas y glotonas, y que no tienen fuerza de voluntad ni autodisciplina para mantenerse delgadas. Pero la obesidad es responsabilidad de la sociedad.
Ciertos rasgos de la personalidad nos pueden hacer engordar. Pero al analizar los factores que contribuyen a la obesidad también hay que tener en cuenta factores socioeconómicos.
La leptina, hormona responsable de la sensación de saciedad, también pone en marcha un mecanismo para transformar la grasa blanca en beis, más saludable. Hacer ejercicio y seguir una buena dieta favorecen esta metamorfosis.
A ciertas edades, conviene desayunar y merendar cada día. Sobre todo si se siguen ciertas pautas saludables y sostenibles como incluir frutas de temporada, frutos secos y cereales integrales, huyendo de alimentos envasados.
Reivindicar las diversidad de los cuerpos como reflejo de la diversidad humana es una práctica social deseable. Pero no debemos olvidar que el sobrepeso y la obesidad son una enfermedad.
Vinculada directamente a la obesidad, la apnea obstructiva del sueño impide la correcta respiración durante el descanso nocturno. Conlleva una plétora de males asociados, como trastornos cardiovasculares o un alto riesgo de sufrir accidentes.
Considerando el índice de masa corporal, un culturista de baja estatura, al pesar el músculo más que la grasa, podría ser clasificado erróneamente como una persona con sobrepeso. A la vez que una persona alta y delgada, pero con barriga cervecera, podría considerarse normopeso aunque su metabolismo se encuentre alterado.
El exceso de peso no solo incrementa el riesgo de que las gestantes sufran problemas de salud o un parto complicado. También disminuye las posibilidades de que adopten la lactancia materna como medio de alimentar a su bebé.
Profesor en la Universidad del País Vasco. Investigador del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesora Titular de Nutrición y Bromatología - Directora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel Hernández
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea