Las gafas de sol no están catalogadas como producto sanitario, sino como EPI. Eso permite que las encontremos en gran variedad de establecimientos y no todos garantizan la protección ocular que deberían.
Además de las cremas solares, a la hora de protegernos del sol conviene tener en cuenta las sombrillas, las prendas de vestir y de baño e incluso qué alimentos consumimos.
En estos meses, el hemisferio norte del planeta Tierra está más expuesto al Sol, siendo su radiación más intensa. Tenemos que proteger nuestra piel y nuestros ojos de los efectos de dicha radiación.