tag:theconversation.com,2011:/ca/topics/e-coli-81040/articlesE.Coli – The Conversation2023-07-23T19:55:52Ztag:theconversation.com,2011:article/2097962023-07-23T19:55:52Z2023-07-23T19:55:52Z¿Qué infecciones podemos contraer en las piscinas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/538723/original/file-20230721-15-gjvz7g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4176%2C2768&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-jumping-pool-huge-splash-239533282">Olesia Bilkei/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La llegada del calor provoca la trashumancia masiva hacia las piscinas y los centros de ocio acuáticos. Ignorando, quizás, que las actividades recreativas en piscinas, spas, jacuzzis, lagos, ríos u océanos nos exponen a contraer diversas enfermedades infecciosas, que generalmente afectan al sistema digestivo, a la piel o al sistema respiratorio.</p>
<p>Solo en España hay más de 1,2 millones de piscinas privadas de uso unifamiliar o disfrutadas por una comunidad de propietarios cuyas <a href="https://www.sanidad.gob.es/en/profesionales/saludPublica/saludAmbLaboral/calidadAguas/piscinas/pdf/Informe_Piscinas_2021.pdf">aguas hay que vigilar para evitar que proliferen microorganismos patógenos</a>. Una cifra a la que hay que añadir más de 70 000 piscinas de uso público. </p>
<p>Los organismos patógenos que podemos encontrar en aguas recreativas son diversos: pseudomonas, protozoos, estafilococos, estreptococos fecales, coliformes fecales como la famosa <em>Escherichia coli</em>, coliformes totales, norovirus o incluso legionela, que suele aparecer en piscinas climatizadas o spas. </p>
<p>No hay datos globales de España, pero en los Estados Unidos, <a href="https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/70/wr/mm7020a1.htm">entre los años 2015 y 2019, más de 3 600 personas enfermaron</a> por bañarse en agua mal desinfectada en piscinas, jacuzzis y parques acuáticos. Hubo 286 hospitalizaciones y trece personas murieron. </p>
<p>Los niños, las mujeres embarazadas y las personas inmunocomprometidas tienen un mayor riesgo de contraer una infección mientras nadan.</p>
<h2>Heces en más de la mitad de las piscinas</h2>
<p>En concreto, la presencia de <em>Escherichia coli</em> es un indicador específico de contaminación fecal acuática y su detección acarrea el cierre inmediato de la piscina para desinfectar el agua. </p>
<p>Bastan alrededor de unos 0,14 gramos de materia fecal, una cantidad similar a unos pocos granos de arena, para contaminar una piscina. Por eso las personas enfermas con diarrea no deben bañarse. </p>
<p>Un estudio realizado en piscinas públicas estadounidenses durante la temporada de natación del verano confirmó que los nadadores introducen heces en el agua de la piscina con frecuencia. En concreto, el análisis encontró que el 58 % de las muestras de filtros de piscina analizadas dieron <a href="https://www.cdc.gov/media/releases/2013/p0516-pool-contamination.html">positivo para <em>Escherichia coli</em></a>. </p>
<h2>El oído de nadador</h2>
<p>El mismo estudio detectó <em>Pseudomonas aeruginosa</em> en el 59 % de las muestras. Según los criterios técnicos-sanitarios, la presencia límite para esta bacteria en aguas de piscinas es de cero unidades formadoras de colonia por cada 100 mililitros de agua. </p>
<p><em>Pseudomonas aeruginosa</em> supone un problema de salud pública grave, porque puede causar dos infecciones que son comúnmente conocidas como foliculitis de la bañera y oído de nadador. </p>
<p>Los síntomas de la primera incluyen erupciones cutáneas y ronchas rojizas en la piel que causan mucho picor, además ampollas llenas de pus alrededor de los folículos pilosos. Quienes sufren oído de nadador experimentan picor, pus y dolor en el oído infectado. </p>
<p>La bacteria <em>Pseudomonas aeruginosa</em> también puede causar infecciones en la córnea o en las vías urinarias y respiratorias. Incluso, ocasionalmente, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5036752/">dolores de cabeza y músculos, ardor en los ojos y fiebre</a>.</p>
<h2>Cólicos y diarreas</h2>
<p><em>Giardia duodenalis</em> y <em>Cryptosporidium</em> son protozoos intestinales ubicuos que parasitan a los animales domésticos y salvajes, pero también a los seres humanos. Son los principales responsables de la mayoría de las enfermedades gastrointestinales transmitidas por agua contaminada y alimentos a nivel mundial. Ambas provocan ataques de diarrea acuosa, acompañada de cólicos en el caso de <em>Giardia</em>. </p>
<p>Las aguas potables y recreativas contaminadas representan la mayor parte de la exposición a <em>Cryptosporidium</em> spp. en países de altos ingresos. Los casos en Europa y Estados Unidos son frecuentes cada año. En los Estados Unidos, en el periodo 2015-2019, <em>Cryptosporidium</em> causó 76 brotes por bañarse en agua mal desinfectada en piscinas, jacuzzis y parques acuáticos, lo que resultó en 2 492 casos. Los brotes más importantes ocurrieron en 1993 en Milwaukee (EE. UU.), con 400 000 casos, y <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3966397/#:%7E:text=In%20November%202010%2C%20%E2%89%8827%2C000,young%20and%20middle%2Daged%20persons">en el año 2010 en Suecia, con 27 000 casos</a>.</p>
<h2>La acción desinfectante del cloro</h2>
<p>El cloro es el desinfectante más habitual utilizado en el agua de piscinas. Mata las bacterias atacando los lípidos de las paredes celulares y destruyendo las enzimas y estructuras dentro de la célula. </p>
<p>El cloro que queda en el agua tras acabar con toda la comunidad microbiana se llama cloro libre residual. Sus valores deben de estar entre 0,5 y 2 miligramos por litro, <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10661-020-08683-7">porque la ausencia de cloro o la superación de ese límite conlleva el cierre de la piscina</a>.</p>
<p>El causante de la irritación de ojos y de los malos olores en el agua es el cloro combinado residual, que resulta de la combinación del cloro libre con otras sustancias no patógenas presentes en el agua. </p>
<p>También se mide asiduamente el nivel de pH, que debe mantenerse en unos valores aproximados de entre 7,2 y 7,8 . </p>
<p>Si el pH es ácido (valores por debajo de 7) los bañistas pueden sufrir daños en las mucosas, ojos, piel, etc. y los elementos y materiales que componen la piscina se deterioran con mayor rapidez. </p>
<p>Por el contrario, si el pH es excesivamente básico (valores por encima de 8), el desinfectante no actuará con eficacia, y los usuarios pueden sufrir problemas dérmicos y las algas y microorganismos proliferaran con rapidez en el agua, que puede adquirir tonalidades verdosas.</p>
<h2>Baños en ríos y lagos</h2>
<p>La reciente detección de <em>Cryptosporidium hominis</em> y otras especies de criptosporidios en los zorros salvajes gallegos puede indicar la probable superposición de los ciclos selváticos y domésticos de este parásito en entornos rurales. Y si hay transmisión activa entre animales de granja y animales salvajes, se abre la posibilidad de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32302466/">transmisión a los seres humanos</a>. </p>
<p>Ese es uno de los motivos por los que no es recomendable bañarse en zonas naturales, como ríos, lagos u arroyos no controlados. Del mismo modo, es peligroso que las mascotas naden en agua dónde exista una proliferación de microalgas, diatomeas, cianobacterias o dinoflagelados, porque pueden intoxicarse. La presencia masiva de estos organismos puede teñir el agua de color verde o azul verdoso, e incluso con tonos naranja/rojo o amarillo/marrón. Solo las toxinas potenciales producidas por los dinoflagelados marinos causan más de 60 000 incidentes de envenenamiento por año, con una tasa de mortalidad del 1,5 % en todo el mundo.</p>
<p>Volviendo a las piscinas, para esquivar todo lo posible a las infecciones debemos asegurarnos de que el agua donde nos bañamos se limpia y mantiene regularmente, evitar tragar agua mientras nadamos y no bañarnos cuando estamos enfermos. Procurar no orinar en el agua, ni cambiar pañales junto a la piscina. Tomar una ducha rápida antes de entrar en el agua es otra medida preventiva importante, al igual que evitar que las mascotas entren en el agua. Al salir del agua, es prudente secarse los oídos para prevenir infecciones. Y si en algún momento presenciamos o detectamos un incidente fecal, conviene avisar inmediatamente al personal de la piscina.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/209796/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Bastan 0,14 gramos de materia fecal, una cantidad similar a unos pocos granos de arena, para contaminar una piscina con ‘Escherichia coli’ y tener que cerrarla de inmediato. Y no es el único microorganismo capaz de contaminar las aguas de baño.Raúl Rivas González, Miembro de la Sociedad Española de Microbiología. Catedrático de Microbiología, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2061262023-06-13T19:18:25Z2023-06-13T19:18:25ZEl perfil bueno de ‘E. coli’, la bacteria que ha ayudado a ganar (al menos) doce premios Nobel<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/531144/original/file-20230609-29-h066xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C60%2C2360%2C1656&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/scientist-holding-plate-e-coli-growing-1243913440">Pattar.w092 / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>No importa si usted está leyendo este artículo en la pantalla de un celular o en un papel. Sobre la superficie hay millones de <a href="https://theconversation.com/es/topics/bacterias-78968">bacterias</a>. Esto no es algo raro: también se encuentran en los hospitales, en el aire, en la comida y hasta dentro de nuestros cuerpos. </p>
<p>Las bacterias son la forma viviente más diversa y antigua de nuestro planeta, por lo que desempeñan un papel sumamente importante en nuestras vidas. Pero ojo, no debemos alarmarnos: la gran mayoría de estos microorganismos no tienen la capacidad de infectarnos. De hecho, algunas son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Y además, ciertas especies se utilizan en la producción de compuestos de interés humano y en la investigación.</p>
<h2>Razones de su mala fama</h2>
<p>En este artículo hablaremos de <a href="https://theconversation.com/es/topics/e-coli-2062"><em>Escherichia coli</em></a>, una bacteria que encontramos en nuestro tracto intestinal sano y nos acompaña casi desde <a href="https://www.nature.com/articles/pr2003354">nuestro nacimiento</a>. Sin embargo, cuando oímos hablar sobre ella, la mayoría de las veces su nombre se asocia a algún <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-46284800">brote</a> o a casos de infección. Esto se debe a que algunas variantes han adquirido atributos específicos de virulencia.</p>
<p>Si ha consumido carne poco cocinada, vegetales crudos o leche sin pasteurizar y después ha experimentado dolor estomacal, diarrea y vómito, muy probablemente haya sido víctima de una infección ocasionada por las variantes patógenas de <em>E. coli</em>. Algunas pueden ser muy peligrosas: por ejemplo, se estima que causaron <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)02724-0/fulltext">850 000 muertes en 2019</a>. </p>
<p>Pero la patogenicidad no es la regla: la gran mayoría de las variantes de <em>E. coli</em> son inofensivas e incluso beneficiosas, pues sintetizan <a href="https://www.intechopen.com/chapters/50921">vitamina K</a> en nuestros intestinos y lo mantienen protegido de otras bacterias patógenas.</p>
<p>Más allá de estos servicios brindados por <em>E. coli</em>, en los laboratorios se ha hecho un lugar como <a href="https://www.cambridge.org/core/elements/model-organisms/F895B26EAC0373BCA5A138835AC73AEA">organismo modelo</a> entre los científicos. Las investigaciones con esta bacteria no han pasado desapercibidas, ya que han ganado al menos <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK562895/box/box001/?report=objectonly">doce premios Nobel</a>.</p>
<h2>¿Qué la vuelve tan especial en el laboratorio?</h2>
<p>En 1885, el microbiólogo alemán <a href="https://www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(16)30066-4/fulltext">Theodor Escherich</a> (1857-1911) aisló del intestino de un niño una bacteria de rápido crecimiento a la que nombró <em>Bacterium coli commune</em> (“bacteria común del colon”). En 1919, fue renombrada como <em>Escherichia coli</em> en honor a su descubridor. </p>
<p>Hoy en día, prácticamente la totalidad de los laboratorios en el mundo utilizan a <em>E. coli</em> en sus investigaciones gracias a la facilidad con que se cultiva, a su susceptibilidad para ser modificada genéticamente y a su rápido crecimiento (en sólo 40 minutos, <em>E. coli</em> produce dos generaciones). En la actualidad existen muchísimas herramientas moleculares para trabajar con ella.</p>
<p><em>E. coli</em> es el organismo más estudiado y mejor comprendido del planeta; con su ayuda hemos entendido algunas de las bases de la vida. Una de las más importantes fue descubrir que los genes están compuestos de ADN y que dicha molécula porta la información genética con las instrucciones de lo que somos. </p>
<p>Con posterioridad, este hallazgo permitió describir, analizar y emplear químicamente al ADN para producir “ADN recombinante”, es decir, la fusión del material genético proveniente de dos o más especies.</p>
<h2>Cincuenta años de ADN recombinante</h2>
<p>La tecnología del ADN recombinante parece algo salido de una película de ciencia ficción, pero lleva ya medio siglo con nosotros. En 1973, investigadores de las universidades de Stanford y Carolina, en San Francisco, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC427208/">obtuvieron</a> la primera molécula de este tipo. Hoy en día se utiliza con toda normalidad en los laboratorios, lo que ha abierto un nuevo panorama para solucionar los problemas de salud humana.</p>
<p>Esta técnica permite tomar un fragmento de ADN de un organismo (por ejemplo, un gen), empalmarlo con otra molécula de ADN que le dé estabilidad y transferirlo a un organismo diferente (en sus inicios se utilizó <em>E. coli</em>). Así se logran generar millones de copias del fragmento original. </p>
<p>Un ejemplo práctico de esta técnica lo encontramos en 1978, cuando el gen que codifica la insulina humana fue introducido a <em>E. coli</em> para producir grandes cantidades de dicha proteína. Cuatro años más tarde, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) la aprobó para uso en personas. </p>
<p><a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/9783527807796.ch5">Este método fue mucho más rentable</a> que obtener la insulina de animales: para producir una libra (unos 0,4 kilos) de ese compuesto biológico eran necesarias aproximadamente cuatro toneladas de páncreas de cerdo. Además, la insulina recombinante producida en <em>E. coli</em> evitó las reacciones alérgicas que causaba la de origen animal. </p>
<p>Con el tiempo, otros productos terapéuticos como la hormona de crecimiento, la eritropoyetina, los factores de coagulación y el interferón β humano fueron obtenidos en <em>E. coli</em>. </p>
<p>En la actualidad existen más sistemas de expresión de proteínas terapéuticas, como las células de mamíferos. Sin embargo, <em>E. coli</em> sigue siendo un organismo importante para la industria farmacéutica. En el periodo de junio de 2018 a junio de 2022 se aprobaron <a href="https://www.nature.com/articles/s41587-022-01582-x/tables/1">36 productos</a> expresados en <em>E. coli</em> para su uso en humanos; entre ellos, fármacos biosimilares para el tratamiento de osteoporosis y análogos de la insulina. Además, también se elaboran tratamientos para enfermedades menos comunes como el melanoma uveal (un tipo de cáncer de ojo). </p>
<p>Por si esto fuera poco, <em>E. coli</em> también es fundamental en la producción de vacunas. Por ejemplo, contra la <a href="https://www.nature.com/articles/s41587-022-01582-x/tables/1"><em>Neisseria meningitidis</em> del serogrupo B</a> (causante de la enfermedad meningocócica) o en los pasos iniciales de las <a href="https://www.nytimes.com/interactive/2021/health/pfizer-coronavirus-vaccine.html">distintas inmunizaciones</a> contra la covid-19.</p>
<p>Y el empleo de nuestra protagonista va más allá de los productos terapéuticos: con ella se produce el <a href="https://bioresourcesbioprocessing.springeropen.com/articles/10.1186/s40643-023-00626-7">colorante índigo</a> de los pantalones de mezclilla y <a href="https://escholarship.org/content/qt5mz1s1pz/qt5mz1s1pz_noSplash_343d3de9a7e642028a09e5703e739d50.pdf">aminoácidos</a> empleados en suplementos alimenticios. También se ha estudiado el escalamiento industrial de la producción de <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4946582/">biocombustibles</a>.</p>
<h2>No es simple, solo pequeña</h2>
<p>Con <em>E. coli</em> hemos entendido y mejorado nuestras vidas al desarrollar nuevas tecnologías y productos. Algunos avances científicos han estado acompañados de incertidumbre, como cuando se cuestionó su seguridad y regulación del ADN recombinante. Esto provocó la reunión de científicos para discutir las formas adecuadas de tratar los riesgos potenciales. </p>
<p>Cincuenta años más tarde, esta técnica ha permitido salvar millones de vidas. Pero las dudas continúan con la tecnología de edición genética <a href="https://theconversation.com/what-is-crispr-gene-editing-and-how-does-it-work-84591">CRISPR</a> o con la producción de las nuevas vacunas de ARN mensajero. Es importante hacer énfasis que estos avances son producto de investigaciones rigurosas en las que también se empleó <em>E. coli</em>.</p>
<p>Vive en su intestino, ha revolucionado el mundo de las ciencias biológicas y solo mide 1 µm (500 ejemplares de <em>E. coli</em> ocuparían el diámetro del punto final de esta oración). No cabe duda, como escribió Antoine de Saint-Exupéry, que “lo esencial es invisible a los ojos”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/206126/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Aunque tiene mala fama, la bacteria ‘Escherichia coli’ es una vieja amiga de la ciencia. Sin su contribución no se habrían hecho hallazgos decisivos en el campo de la genética o las vacunas.Yersain Ely Keller de la Rosa, Maestro en Ciencias Bioquímicas, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)Kevin Navarrete, Investigador en el laboratorio de Biología Molecular de bacterias patógenas, Instituto de Microbiología, Praga, Czech Academy of SciencesLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1834752022-05-24T17:53:42Z2022-05-24T17:53:42ZLlevar zapatos en casa es simplemente asqueroso<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/464262/original/file-20220519-26-hfgwzv.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5280%2C3522&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/take-off-our-shoes-when-we-1306225270">Filono Cardoso / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Probablemente usted se limpie los zapatos si pisa algo repugnante. Pero cuando llega a casa, ¿se descalza en la puerta? Lo último en lo que pensamos en ese momento es en lo que arrastra la suela de nuestros zapatos. </p>
<p>Somos químicos medioambientales y llevamos una década examinando el ambiente interior y los contaminantes a los que se expone la gente en sus hogares. Aunque nuestro análisis del ambiente interior, a través de nuestro <a href="https://www.360dustanalysis.com">programa DustSafe</a>, dista mucho de ser completo, en la cuestión de si hay que andar con o sin zapatos en casa la ciencia se inclina por lo segundo. </p>
<p>Lo mejor es dejar la suciedad al otro lado de la puerta.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/447469/original/file-20220221-18-1h8q5jy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una mujer se descalza en la puerta de casa" src="https://images.theconversation.com/files/447469/original/file-20220221-18-1h8q5jy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/447469/original/file-20220221-18-1h8q5jy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/447469/original/file-20220221-18-1h8q5jy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/447469/original/file-20220221-18-1h8q5jy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/447469/original/file-20220221-18-1h8q5jy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/447469/original/file-20220221-18-1h8q5jy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/447469/original/file-20220221-18-1h8q5jy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Es mejor dejar la suciedad fuera de la puerta.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span>
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<h2>¿Qué contaminantes hay en su casa y cómo han llegado a ella?</h2>
<p>Las personas pasan hasta el 90 % de su tiempo en espacios cerrados, por lo que la cuestión de si debemos llevar o no zapatos en casa no es en absoluto trivial.</p>
<p>En cuanto a riesgos para la salud pública, la normativa suele regular el suelo, la calidad del aire y los riesgos medioambientales en exteriores. Sin embargo, últimamente existe un creciente interés por regular la <a href="https://ncc.abcb.gov.au/sites/default/files/resources/2021/Handbook-Indoor-Air-Quality.pdf">calidad del aire</a> <a href="https://www.euro.who.int/en/media-centre/sections/press-releases/2021/new-who-global-air-quality-guidelines-aim-to-save-millions-of-lives-from-air-pollution">interior</a>. </p>
<p>Las sustancias <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/09603123.2018.1457141?journalCode=cije2">que se acumulan</a> en el interior de nuestros hogares no sólo incluyen el polvo y la suciedad de las personas y los animales domésticos, que sueltan pelo y piel. Alrededor de un tercio procede del exterior, y se introduce a veces arrastrado por el viento y otras a través de las suelas de los zapatos.</p>
<p>Algunos de los microorganismos presentes en el calzado y el suelo son <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/epidemiology-and-infection/article/mechanisms-for-floor-surfaces-or-environmental-ground-contamination-to-cause-human-infection-a-systematic-review/37BF6318BD1473C4918A23C843B25D05">patógenos resistentes a los medicamentos</a>, incluidos agentes infecciosos asociados a los hospitales (gérmenes) muy difíciles de tratar. Si a esto le añadimos las toxinas cancerígenas de los <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10408444.2018.1528208">residuos de las carreteras asfaltadas</a> y los <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/23273747.2016.1148803">productos químicos para el césped</a> que alteran el sistema endocrino, es posible que veamos la suciedad de nuestros zapatos bajo una nueva luz.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/447472/original/file-20220221-24-z7zsx5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una mujer apoya los pies en el sofá" src="https://images.theconversation.com/files/447472/original/file-20220221-24-z7zsx5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/447472/original/file-20220221-24-z7zsx5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/447472/original/file-20220221-24-z7zsx5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/447472/original/file-20220221-24-z7zsx5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/447472/original/file-20220221-24-z7zsx5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/447472/original/file-20220221-24-z7zsx5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/447472/original/file-20220221-24-z7zsx5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Por favor, no haga esto.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span>
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<h2>Un inventario de las asquerosidades de interior</h2>
<p>Nuestro trabajo ha consistido en medir y evaluar la exposición a una serie de sustancias nocivas que se encuentran en el interior de los hogares, entre ellas:</p>
<ul>
<li><p><a href="https://www.newscientist.com/article/2231210-antibiotic-resistance-genes-can-be-passed-around-by-bacteria-in-dust/">Genes resistentes a los antibióticos</a> (genes que hacen que las bacterias sean resistentes a los antibióticos).</p></li>
<li><p><a href="https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.estlett.0c00587">Productos químicos desinfectantes en el entorno doméstico</a>.</p></li>
<li><p><a href="https://doi.org/10.1016/j.envpol.2021.117064">Microplásticos</a>.</p></li>
<li><p><a href="https://bmjopen.bmj.com/content/11/5/e044833.citation-tools">Productos químicos perfluorados</a> (también conocidos como PFAS, tienden a permanecer en el cuerpo y no descomponerse) utilizados de forma ubicua en multitud de productos industriales, domésticos y de envasado de alimentos.</p></li>
<li><p><a href="http://hdl.handle.net/1959.14/1276977">Elementos radiactivos</a>.</p></li>
</ul>
<p>Uno de los puntos fuertes de nuestro trabajo ha sido la evaluación de los niveles de <a href="https://theconversation.com/house-dust-from-35-countries-reveals-our-global-toxic-contaminant-exposure-and-health-risk-172499">metales potencialmente tóxicos (como el arsénico, el cadmio y el plomo)</a> dentro de hogares en <a href="https://doi.org/10.1021/acs.est.1c04494">35 países</a>.</p>
<p>Estos contaminantes –y sobre todo la peligrosa neurotoxina del plomo– son inodoros e incoloros. Por lo tanto, no hay forma de saber si los peligros de la exposición al plomo están solo en los <a href="https://doi.org/10.1016/j.envint.2021.106582">suelos</a> exteriores o en las <a href="https://www.abcb.gov.au/sites/default/files/resources/2020/Lead_in_Plumbing_Products_and_Materials.pdf">tuberías de agua</a>, o si también están en el <a href="https://theconversation.com/house-dust-from-35-countries-reveals-our-global-toxic-contaminant-exposure-and-health-risk-172499">suelo del salón</a>.</p>
<p>La <a href="https://theconversation.com/house-dust-from-35-countries-reveals-our-global-toxic-contaminant-exposure-and-health-risk-172499">ciencia</a> sugiere que existe una relación muy fuerte entre el plomo dentro de nuestra <a href="https://www.mapmyenvironment.com">casa y el del patio</a> o el porche. La razón más probable de esta conexión es la suciedad que entra por el aire desde el exterior o la que pisan nuestros zapatos y las patas peludas de nuestras adorables mascotas. </p>
<p>Por lo tanto, parece prioritario asegurarse de que la suciedad del exterior de nuestras viviendas se quede justo allí, fuera. </p>
<p>Un reciente <a href="https://www.wsj.com/articles/heres-why-ill-be-keeping-my-shoes-on-in-your-shoeless-home-11644503227">artículo</a> argumentaba que llevar los zapatos en casa no es tan malo. El autor señalaba que <em>E. coli</em> –una bacteria peligrosa que se desarrolla en los intestinos de muchos mamíferos, incluidos los humanos– está tan ampliamente distribuida que está prácticamente en todas partes. Por lo tanto, no debería sorprender que esté presente en las suelas de los zapatos (en el 96 % de las suelas de los zapatos, como señalaba el artículo). </p>
<p>Pero seamos claros. Aunque está bien ser científico y quedarse con el término <em>E. coli</em>, este microorganismo es, dicho de forma más sencilla, la bacteria asociada a la caca. Ya sea la nuestra o la de nuestra mascota, tiene el potencial de hacernos enfermar si estamos expuestos a altos niveles. Y seamos sinceros: es simplemente asqueroso.</p>
<p>¿Por qué pasearla por el interior de su casa si tenemos una alternativa tan sencilla como descalzarnos en la puerta?</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/447449/original/file-20220221-26-1xza5z0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1518%2C4541%2C2090&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/447449/original/file-20220221-26-1xza5z0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1518%2C4541%2C2090&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/447449/original/file-20220221-26-1xza5z0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/447449/original/file-20220221-26-1xza5z0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/447449/original/file-20220221-26-1xza5z0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/447449/original/file-20220221-26-1xza5z0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/447449/original/file-20220221-26-1xza5z0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/447449/original/file-20220221-26-1xza5z0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">¿Por qué pasear la suciedad por su casa si tiene una alternativa muy sencilla: descalzarse en la puerta?</span>
<span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span>
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<h2>Una casa libre de zapatos</h2>
<p>Entonces, ¿hay desventajas en andar sin zapatos por casa? </p>
<p>Más allá del <a href="https://www.washingtonpost.com/lifestyle/wellness/feet-toes-broken-pain-covid/2021/01/11/470d2efa-4a05-11eb-a9f4-0e668b9772ba_story.html">dedo del pie que tropieza ocasionalmente</a> con algún obstáculo, desde el punto de vista de la salud ambiental no hay muchas desventajas en no ponerse los zapatos dentro de casa. Aunque dejarlos en la alfombra de la entrada también deposita allí patógenos potencialmente dañinos.</p>
<p>Prevenir es mucho mejor que tratar, y quitarse los zapatos en la puerta es un acto de prevención básica y sencilla para muchos de nosotros. ¿Necesita zapatos para apoyar los pies? Fácil: basta con tener un calzado de interior que nunca se use fuera.</p>
<p>Queda la cuestión del <em>síndrome de la casa estéril</em>, que se refiere al aumento de las tasas de alergias entre los niños. Hay quien sostiene que está relacionado con los hogares excesivamente esterilizados.</p>
<p>De hecho, un poco de suciedad es probablemente beneficiosa, ya que diversos <a href="https://www.jacionline.org/article/S0091-6749(10)00907-3/fulltext">estudios</a> indican que ayuda a desarrollar el sistema inmunitario y a reducir el riesgo de alergias.</p>
<p>Lo cierto es que hay formas mejores y menos asquerosas de conseguirlo que caminar en nuestros hogares con los zapatos sucios. Salga a la calle, salga a pasear, disfrute del aire libre. Pero no lleve la suciedad al interior para que se acumule y contamine nuestros hogares.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/183475/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mark Patrick Taylor recibió financiación a través de una subvención de ciencia ciudadana del Gobierno australiano (2017-2020), CSG55984 'Citizen insights to the composition and risks of household dust' (el proyecto DustSafe). Es profesor honorario de la Universidad Macquarie y empleado a tiempo completo de la EPA Victoria, nombrado para el papel estatutario de científico ambiental jefe.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Gabriel Filippelli no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La cuestión de si debemos llevar o no zapatos en casa no es trivial. Sobre todo porque en las suelas arrastramos patógenos resistentes a medicamentos, toxinas cancerígenas y productos químicos que alteran el sistema endocrino.Mark Patrick Taylor, Victoria's Chief Environmental Scientist, EPA Victoria; Honorary Professor, School of Natural Sciences, Macquarie UniversityGabriel Filippelli, Chancellor's Professor of Earth Sciences and Executive Director, Indiana University Environmental Resilience Institute, IUPUILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1809202022-04-10T18:39:48Z2022-04-10T18:39:48Z¿Deberían preocuparnos las infecciones asociadas al consumo de pizzas contaminadas en Francia?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/457102/original/file-20220408-24990-uyztjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C2787%2C1794&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-man-buying-frozen-pizza-grocery-1933617329">Shutterstock / BearFotos</a></span></figcaption></figure><p>El 18 de marzo Francia <a href="https://www.santepubliquefrance.fr/presse/2022/cas-graves-de-syndrome-hemolytique-et-uremique-shu-chez-l-enfant-retrait-rappel-preventif-de-lots-de-pizzas-surgelees-fraich-up-de-la-marque">notificó una alerta sanitaria</a> sobre pizzas congeladas contaminadas con la bacteria <em>Escherichia coli</em> productora de toxina Shiga (conocida como STEC). Las pizzas involucradas en la alerta se han distribuido en otros países (Luxemburgo, Bélgica, entre otros) pero no en España. </p>
<p>Durante el mes de marzo las autoridades francesas realizaron <a href="https://www.santepubliquefrance.fr/presse">varios comunicados de prensa</a> en relación a las investigaciones en curso sobre casos graves de síndrome urémico hemolítico en niños. </p>
<p>A fecha 30 de marzo las autoridades francesas <a href="https://www.santepubliquefrance.fr/presse/2022/cas-graves-de-syndrome-hemolytique-et-uremique-shu-chez-l-enfant-de-nouveaux-cas-signales-les-autorites-sanitaires-rappellent-les-conduites-a">comunicaron</a> que están realizado el seguimiento de 75 casos en niños, 41 de ellos con síndrome urémico hemolítico con edades comprendidas entre 1 y 18 años, con una edad media de 7 años. Hasta la fecha <a href="https://solidarites-sante.gouv.fr/actualites/presse/communiques-de-presse/article/cas-graves-de-syndrome-hemolytique-et-uremique-shu-chez-l-enfant-retrait-rappel">se han registrado dos muertes en niños</a>.</p>
<p>Las investigaciones epidemiológicas, microbiológicas y de trazabilidad realizadas por las autoridades francesas han confirmado un posible vínculo entre la aparición de los casos agrupados de síndrome urémico hemolítico y el consumo de pizzas congeladas de la gama Fraîch'Up de la marca Buitoni contaminadas por bacterias <em>E. coli</em> productoras de toxinas Shiga (STEC 026). </p>
<p>El pasado 18 de marzo <a href="https://www.santepubliquefrance.fr/presse/2022/cas-graves-de-syndrome-hemolytique-et-uremique-shu-chez-l-enfant-retrait-rappel-preventif-de-lots-de-pizzas-surgelees-fraich-up-de-la-marque">se inició la retirada del mercado</a> de las pizzas de la gama mencionada, comercializadas desde junio de 2021. Además, las autoridades han pedido a las personas que tengan dichas pizzas que no las consuman y las destruyan.</p>
<h2>¿Cuál es el peligro de la bacteria <em>E. coli</em>?</h2>
<p><em>Escherichia coli</em> es una bacteria que está presente de forma natural en el intestino de personas y animales de sangre caliente. La mayoría de las cepas de <em>E. coli</em> no son patógenas. Sin embargo, en algunas ocasiones esta bacteria se ha visto involucrada en infecciones intestinales y en infecciones extraintestinales. </p>
<p>Se reconocen seis categorías de <em>E. coli</em> que producen diarrea: enterotoxigénicos (ETEC), enteropatogénicos (EPEC), enteroinvasivos (EIEC), enteroagregativos (EAEC), de adherencia difusa (DAEC) y productores de toxina Shiga (STEC). Esta última también se conoce como <em>E. coli</em> verotoxigénico (VTEC), ya que producen citotoxinas (Vtx) que afectan células de la línea Vero.</p>
<p>Concretamente, STEC puede causar enfermedades graves en las personas. En la Unión Europea en 2020 la infección por esta bacteria fue la cuarta enfermedad de transmisión alimentaria más frecuente en personas, con 4 446 personas afectadas (casos), 652 hospitalizaciones y 13 muertes. </p>
<p>Hay que destacar que <a href="https://www.taylorfrancis.com/books/edit/10.1201/b22030/handbook-foodborne-diseases-dongyou-liu">uno de los mayores brotes asociados a esta bacteria</a> se produjo en Alemania en 2011 con 3.128 casos, 817 con síndrome urémico hemolítico y 46 muertes. En dicho brote, los alimentos involucrados fueron brotes de semillas germinadas. </p>
<h2>La alimentación es la causa de transmisión principal</h2>
<p>La transmisión de STEC se produce fundamentalmente por el consumo de alimentos y agua contaminados. Aunque la transmisión también se puede producir de persona a persona por transmisión fecal-oral debido a malas medidas de higiene. En ocasiones, se puede dar por el contacto directo con animales infectados o sus heces. </p>
<p>La mayoría de los brotes de <em>E. coli</em> productor de toxina Shiga se han asociado al consumo de carne poco cocinada, especialmente hamburguesas y carne picada; leche cruda; productos lácteos elaborados a partir de leche cruda; vegetales no cocinados (lechuga, espinacas, brotes de semillas germinadas, entre otros) y frutas. </p>
<p>Por eso, es importante evitar la contaminación de alimentos con STEC maximizando las medidas de higiene durante la producción, manipulación y consumo de alimentos. Los operadores de las empresas alimentarias son responsables de la puesta en el mercado de alimentos seguros. Para ello deben cumplir con los estándares de higiene e implantar sistemas de autocontrol. Hay que destacar que esta <a href="https://doi.org/10.1016/j.meatsci.2014.01.009">bacteria se destruye con el calor</a> por lo que el cocinado adecuado es una herramienta eficaz.</p>
<h2>¿Debería alertarnos este tipo de infecciones?</h2>
<p>La infección por <em>E. coli</em> productor de toxina Shiga se manifiesta inicialmente con fuerte dolor abdominal, diarrea acuosa y a veces vómitos, seguido de diarrea sanguinolenta y colitis hemorrágica (un tipo de gastroenteritis). El periodo de incubación oscila entre 2 y 10 días. </p>
<p>En general las personas afectadas se suelen recuperar en un plazo de unos diez días, pero en algunos casos, especialmente en niños y personas de la tercera edad, la infección puede evolucionar y desencadenar una enfermedad grave: el síndrome urémico hemolítico (SUH). </p>
<p>Los niños afectados por este síndrome presentan palidez, fatiga, disminución del volumen de orina y en algunos casos convulsiones. Este síndrome puede llevar a fallo renal y desencadenar el fallecimiento. Se estima que <a href="https://www.taylorfrancis.com/books/edit/10.1201/b22030/handbook-foodborne-diseases-dongyou-liu">entre el 5 y el 10 % de los niños infectados evoluciona hacia síndrome urémico hemolítico</a>.</p>
<p>En 2020 en la Unión Europea el <a href="https://www.efsa.europa.eu/es">síndrome urémico hemolítico se presentó</a> en 320 casos de los 4 446 notificados, siendo más frecuente en niños de 0 a 4 años (234 casos), seguido de los niños de 5 a 14 años (57 casos).</p>
<h2>Como prevenir la transmisión</h2>
<p>Para prevenir la transmisión de <em>E. coli</em> productor de toxinas Shiga es importante adoptar las siguientes medidas en la preparación y consumo de alimentos, especialmente en niños menores de 15 años y personas de la tercera edad:</p>
<ul>
<li><p>Se deben seguir las medidas de higiene durante la manipulación y cocinado de los alimentos. Es esencial el lavado de manos después de ir al baño, antes de preparar los alimentos y antes del consumo.</p></li>
<li><p>Los alimentos crudos se deben mantener separados de los alimentos cocinados.</p></li>
<li><p>Se debe evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocinados. Para ello es esencial el lavado de manos antes y después de manipular alimentos crudos y lavar las superficies y utensilios en contacto con alimentos crudos (tablas, cuchillos, etc.).</p></li>
<li><p>Hay que cocinar convenientemente la carne, especialmente si se trata de carne picada o hamburguesas. Se debe alcanzar una temperatura de 70ºC en el centro durante al menos 2 minutos.</p></li>
<li><p>No se debe consumir leche cruda.</p></li>
<li><p>En niños menores de cinco años se debe evitar el consumo de quesos y otros productos lácteos elaborados con leche cruda.</p></li>
<li><p>Las verduras y frutas, especialmente si se van a comer crudas, deben lavarse cuidadosamente y, si es posible, pelarlas antes de su preparación y consumo. El <a href="https://doi.org/10.1002/fsn3.514">lavado puede reducir la contaminación microbiana, pero su efecto es limitado</a>.</p></li>
<li><p>Las preparaciones a base de harina (pizza, masa para galletas, pasteles, etc.) no se deben consumir crudas o poco cocinadas. </p></li>
<li><p>En la preparación de alimentos envasados se deben seguir las indicaciones reflejadas en el envase, especialmente en relación con la temperatura y tiempo de cocinado indicados por el fabricante.</p></li>
<li><p>Los alimentos cocinados que no se van a consumir de modo inmediato se deben conservar refrigerados. Antes de su consumo se deben recalentar de forma conveniente.</p></li>
<li><p>Si el cocinado o recalentamiento se realiza en microondas se debe prestar especial atención a los tiempos, ya que pueden ser necesarios procesos más prolongados.</p></li>
</ul><img src="https://counter.theconversation.com/content/180920/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Elena Gonzalez Fandos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Dos niños han muerto en Francia tras ingerir pizzas congeladas posiblemente contaminadas con la bacteria E. coli. ¿Cómo se podrían evitar estas intoxicaciones?Elena Gonzalez Fandos, Catedrática de Tecnología de los Alimentos, Universidad de La RiojaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1807162022-04-07T14:44:56Z2022-04-07T14:44:56Z¿Dónde se acumulan los microbios en mi cocina?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/456561/original/file-20220406-15-7p40p6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C4995%2C3330&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/dirty-pot-wooden-spoon-kitchen-sink-1762803260">Shutterstock / Hugo Kleinhans</a></span></figcaption></figure><p>Las cocinas, junto con los baños, suelen ser los ambientes domésticos más contaminados. Es frecuente aislar patógenos de encimeras, utensilios, electrodomésticos complejos como robots de cocina y licuadoras, abrelatas, desagües de fregadero, paños, tablas de cortar, esponjas y estropajos. </p>
<p>En particular, los utensilios de madera –ya sean cucharas, tenedores, tablas de cortar, o algún otro aparejo–, muy apreciados y utilizados en el entorno doméstico, están prohibidos en el sector de la restauración, pues no se consideran suficientemente seguros a <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1967-16485">nivel microbiológico</a>. Es más, ya en el año 1991 el Departamento de Agricultura de EE UU publicó una <a href="https://agris.fao.org/agris-search/search.do?recordID=US201301741231">recomendación</a> para que los estudiantes que van a la universidad y cocinan por primera vez no utilizaran tampoco tablas de cortar de madera. </p>
<p>El motivo, en ambos casos, es que la madera es un material poroso que conserva la humedad, necesaria para el crecimiento microbiano. Para colmo, suele deteriorarse formando grietas en las que pueden quedar alojados un sinfín de microorganismos. Por esa razón se aconseja emplear artículos hechos de plástico, metal o silicona. También a nivel doméstico. </p>
<p>No obstante, el debate no está exento de polémica. Porque también existen estudios que apuntan a que la superficie rugosa de la madera es hostil para las bacterias. Incluso algunos análisis indican que la madera tiene propiedades <a href="https://ift.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/1541-4337.12199">antibacterianas</a>.</p>
<h2>Las cocinas como fuente de infección</h2>
<p>Aunque la percepción del riesgo de los consumidores de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos en el entorno doméstico es muy baja, lo cierto es que la contaminación cruzada en las cocinas de los hogares representa una importante <a href="https://ec.europa.eu/health/ph_publication/eb_health_en.pdf">fuente doméstica de infección</a>. En el año 2014, el 37,3 % de los brotes de origen alimentario en la Unión Europea germinaron en entornos domésticos. Del mismo modo, según uno de los últimos informes de vigilancia del Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos <a href="https://www.cdc.gov/foodsafety/outbreaks/index.html">(CDC)</a>, en el año 2016 hubo 76 brotes (10 %) y 895 casos de enfermedad (7 %) en ese país que fueron atribuidos a los alimentos preparados en casas particulares.</p>
<p>En los últimos años, los informes de la Unión Europea indican que varias enfermedades de origen alimentario están relacionadas con fuentes de <a href="https://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/4329">infección domésticas</a>. La manipulación inadecuada de los alimentos, no lavar las manos antes de preparar la comida y manipular los alimentos y las prácticas antihigiénicas son considerados los principales factores en los episodios de enfermedades transmitidas por los alimentos. </p>
<p>La lista es amplia, pero los géneros bacterianos <em>Salmonella, Campylobacter, Listeria</em> y <em>Brucella</em>, la bacteria <em>Escherichia coli</em> verocitotoxigénica (VTEC), los norovirus, el virus de la hepatitis A y parásitos cómo <em>Taenia solium</em>, <em>Echinococcus</em>, <em>Ascaris</em>, <em>Cryptosporidium</em>, <em>Entamoeba histolytica</em> o <em>Giardia</em> encabezan la lista de patógenos frecuentes transmitidos por alimentos y que afectan a millones de personas cada año.</p>
<h2>Los estropajos, principal foco de contaminación</h2>
<p>Entre los potenciales focos microbiológicos en ambientes domésticos destacan los estropajos. Con frecuencia se utilizan no solo para limpiar platos y utensilios de cocina, sino también diferentes superficies o incluso estantes de refrigeradores, lo que aumenta el riesgo de contaminación cruzada. </p>
<p>Gracias a la gran relación superficie/volumen de los estropajos, la habitual humedad constante que presentan, la estructura porosa y aireada y los nutrientes para el crecimiento bacteriano que contienen (procedentes de restos de comida), los estropajos son un hábitat ideal para los microorganismos. Se calcula que son capaces de albergar <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-017-06055-9">54 000 millones de bacterias por centímetro cúbico</a>.</p>
<p>Diversos estudios sobre la calidad microbiológica de los estropajos alertan que suelen contener un alto nivel de contaminación y que es frecuente el aislamiento de patógenos como <em>Salmonella</em> spp., <em>Acinetobacter</em> spp., <em>Moraxella spp.</em>, <em>Staphylococcus aureus</em>, <em>Campylobacter</em> spp., <em>Listeria monocytogenes</em>, <em>Enterobacter cloacae</em>, <em>Klebsiella oxytoca</em> o <em>Cronobacter sakazakii</em>. Un <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9449812/">análisis realizado en 1997 en 10 cocinas en EE UU</a> encontró que el 33 % de los estropajos analizados fueron positivos para <em>Escherichia coli</em> y el 67 % para coliformes fecales. </p>
<p>Un estudio realizado en el año 2020 sobre la calidad microbiológica de los estropajos utilizados en <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32867725/#:%7E:text=Kitchen%20sponges%20contained%20high%20counts,log10%2Fcm3">residencias universitarias</a>.) reveló que los estudiantes utilizaban los estropajos para lavar artículos como cubiertos, platos y vasos, pero también para limpiar el horno (32 %), el fregadero (26 %), el refrigerador (10 %) e incluso derrames en el suelo (4 %). </p>
<p>Los análisis demostraron que los estropajos usados contenían altos recuentos de bacterias aeróbicas mesófilas (79 000 millones de bacterias por centímetro cúbico), coliformes (72 000 millones de bacterias por centímetro cúbico), enterobacterias (73 000 millones de bacterias por centímetro cúbico) y levaduras y hongos filamentosos (70 000 millones de células por centímetro cúbico). Las enterobacterias aisladas con mayor frecuencia fueron <em>Enterobacter cloacae</em> (56 %) y <em>Klebsiella oxytoca</em> (16 %), ambas patógenas humanas. Todos los aislados de <em>Enterobacter cloacae</em> fueron resistentes a antibióticos como la amoxicilina, la cefalotina, la cefoxitina y el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32867725/#:%7E:text=Kitchen%20sponges%20contained%20high%20counts,log10%2Fcm3">cefuroxima-axetilo</a>. </p>
<p>En fin, no cabe duda de que, por la cuenta que nos trae, es conveniente renovar regularmente nuestros estropajos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180716/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Si las cucharas de madera son seguras a nivel microbiológico o es mejor usarlas de plástico, metal o silicona es objeto de debate. De lo que no hay duda alguna es de que los estropajos son el principal foco de contaminación de las cocinas.Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1632972021-07-01T17:30:26Z2021-07-01T17:30:26ZCómo evitar que ciertas bacterias nos amarguen el verano<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/408470/original/file-20210626-21-1v66pmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=125%2C0%2C7463%2C4983&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/3d-illustration-salmonellae-1091209547">Shutterstock / microstock3D</a></span></figcaption></figure><p>Los vómitos y la diarrea dejaron en tierra a Isabel, sus padres y su hermano. ¡Adiós a las anheladas vacaciones en Palma de Mallorca! Todo porque la tarde de antes habían celebrado el cumpleaños de su prima con una tarta “riquísima” de chocolate que alguien había dejado en la mesa de la cocina, fuera del frigorífico, durante unas cuantas horas. </p>
<p>Todos y cada uno de nosotros somos susceptibles de sufrir una <a href="https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001652.htm">intoxicación alimentaria</a>. Los alimentos, el verano y la mala manipulación pueden ser los responsables de estas infecciones.</p>
<p>La mayoría de las enfermedades gastrointestinales son causadas por bacterias (y/o sus toxinas) que se multiplican en los alimentos y que, al consumirlos, pueden ocasionarnos problemas para la salud. Unas veces de carácter leve (vómitos o diarreas) y otras graves que, en alguna ocasión, incluso nos llevan a la muerte.</p>
<p>Son más frecuentes en verano, ya que el calor y la interrupción de la cadena de frío favorecen el crecimiento de las bacterias en los alimentos y por lo tanto su contaminación.</p>
<h2>Contaminado versus deteriorado</h2>
<p>Un alimento contaminado es aquél que contiene gérmenes capaces de provocar una enfermedad a las personas que lo consumen. No es lo mismo un alimento contaminado que un alimento deteriorado o alterado ya que cuando un alimento se encuentra deteriorado sus cualidades organolépticas, olor, sabor, aspecto, se reducen o anulan, pudiéndose apreciar por medio de los sentidos (vista, olfato, gusto, tacto) y haciendo que el consumidor no lo compre o consuma.</p>
<p>La <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-contaminaciones-alimentarias-13107676">contaminación alimentaria</a>, sin embargo, ni se nota ni se ve, ya que los microorganismos no se aprecian a simple vista al ser microscópicos. Un alimento contaminado puede parecer completamente normal. Por eso es un error dar por supuesto que un alimento con buen aspecto está en buenas condiciones para su consumo.</p>
<p>Dentro de las bacterias a tener en cuenta en el verano destaca <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27841937/"><em>Salmonella</em></a>. Todas sus cepas son patógenas, es decir, nos pueden producir una enfermedad y se pueden encontrar en alimentos como los huevos o carnes mal cocinadas. Tampoco hay que perder de vista la <em>Listeria monocytogenes</em>, una bacteria que crece muy bien a temperatura de refrigeración, de ahí que tengamos que tener en cuenta la limpieza del frigorífico para evitar la contaminación de verduras o alimentos crudos. </p>
<p>También <em>Escherichia coli</em>, puede estar presente en alimentos mal cocinados o en aguas contaminadas que utilicemos para elaborar o lavar alimentos que consumimos crudos. </p>
<p>Sin olvidarnos de <a href="https://manipulador-de-alimentos.com/staphylococcus-aureus-y-la-manipulacion-de-alimentos/"><em>Staphylococcus aureus</em></a>, que crece a altas temperaturas en alimentos como las cremas pasteleras, dulces o helados, y que puede aparecer por una mala manipulación.</p>
<h2>¿Cómo evitar la contaminación de alimentos en verano?</h2>
<p>Si queremos evitar la contaminación alimentaria, y por tanto una enfermedad desagradable que nos amargue el verano, debemos comprar, almacenar, manipular, cocinar y consumir los alimentos de manera adecuada.</p>
<ol>
<li><p><strong>La compra</strong></p>
<p>Conviene planificar la compra antes de salir de casa, tener en cuenta las comidas que se van a realizar, verificar la caducidad de los alimentos y la capacidad de conservación de estos en casa.</p>
<p>Hay que valorar el establecimiento, el orden, la limpieza, la temperatura de conservación de los alimentos y, muy importante, una vez terminada la compra volver lo antes posible a casa para no romper la cadena de frío. </p></li>
<li><p><strong>El almacenamiento</strong></p>
<p>Siempre hay que mantener los alimentos perecederos a 4ºC para evitar el crecimiento de bacterias. Debemos guardarlos en recipientes cerrados para impedir el contacto de unos con otros. Limpiar muy bien el frigorífico y, en la medida de lo posible, evitar el contacto de carnes y pescados con frutas y verduras o alimentos listos para consumo.</p>
<p>Los congelados se deben mantener a -18ºC en bolsas cerradas para evitar el contacto del alimento con el aire, y se deben descongelar siempre a 4ºC para evitar que se multipliquen los microorganismos al subir la temperatura.</p></li>
<li><p><strong>La preparación</strong></p>
<p>Para preparar los alimentos se debe utilizar siempre agua potable, al igual que para preparar cubitos de hielo, helados o bebidas acuosas.</p>
<p>La verdura se debe aclarar con abundante agua y la fruta se debe pelar o lavar bien antes de consumirla.</p>
<p>Conviene cocinar los alimentos a una temperatura mínima de 70ºC, para así asegurarnos de la eliminación de estas bacterias. Una vez cocinados no se deben dejar a temperatura ambiente. Sobre todo hay que evitar que permanezcan entre 10ºC y 60ºC, temperaturas en las cuales crecen y se multiplican muy bien diversos microorganismos. </p></li>
<li><p><strong>La higiene en la cocina</strong></p>
<p>Por último, una de las principales fuentes de contaminación de los alimentos es la persona que los manipula. Por eso conviene evitar cualquier contacto de las manos con la boca o nariz, estornudos, toser, etc. Se debe mantener en todo momento la higiene en la cocina, así como en los utensilios, utilizando siempre agua potable para su limpieza.</p></li>
</ol>
<p>Siguiendo estos consejos podremos “disfrutar del verano” sin que ninguna bacteria eche por tierra nuestras vacaciones.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163297/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mª Rosario Lucas López recibe fondos de Proyectos I+D+I competitivos de la Junta de Andalucía (2020/00054 y 2020/00290).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Antonio Gálvez del Postigo recibe fondos de Proyectos I+D+I competitivos de la Junta de Andalucía (2020/00054 y 2020/00290)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>María José Grande Burgos y Rubén Pérez Pulido no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Siguiendo estos consejos podremos disfrutar del verano sin que ninguna bacteria contamine lo que comemos y eche por tierra nuestras vacaciones.Mª Rosario Lucas López, Profesora Titular del Área de Microbiología, Universidad de Jaén., Universidad de JaénAntonio Gálvez del Postigo, Chair professor, Universidad de JaénMaría José Grande Burgos, Assistant researcher, Universidad de JaénRubén Pérez Pulido, Profesor Titular Universidad, Universidad de JaénLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1296362020-01-19T21:05:44Z2020-01-19T21:05:44Z¿Durante cuánto tiempo se contagia la gastroenteritis?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/310044/original/file-20200114-151834-1gy5r5m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5890%2C3926&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span></figcaption></figure><p>Seguro que no le apetece lo más mínimo ir a trabajar cuando presenta todos los síntomas de la gastroenteritis, que incluyen náuseas, calambres abdominales, vómitos y diarrea. Pero, ¿y si se siente algo mejor? ¿Cuándo resulta seguro acercarse a sus compañeros o llevar a sus hijos al colegio o a la guardería?</p>
<p>En Australia, por ejemplo, el departamento de Salud recomienda permanecer en casa durante <a href="https://www.healthdirect.gov.au/gastroenteritis">al menos 24 horas</a> después del último vómito o la última visita al baño con diarrea. Sin embargo, el tiempo de contagio tras recuperarse de la gastroenteritis es un asunto completamente distinto.</p>
<h2>¿Qué origina la gastroenteritis?</h2>
<p>Para comprender de manera precisa cuánto se puede extender el periodo de contagio de la gastroenteritis, es necesario atender a sus diferentes variantes.</p>
<p>Los virus son la causa más común de gastroenteritis. El rotavirus es la causa principal en bebés y niños pequeños, mientras que el norovirus lo es en adultos. La gastroenteritis bacteriana también es habitual. Muchos casos encuentran su origen en infecciones por <em>Escherichia coli</em> (<em>E. coli</em>). Entre las demás bacterias que suelen provocar la gastroenteritis se incluyen la <em>Salmonella</em>, <em>Shigella</em> y el <em>Campylobacter</em>, a menudo presentes en carnes y pescados crudos o poco cocinados y en la leche no pasteurizada.</p>
<p>Asimismo, parásitos como <em>Giardia lamblia</em>, <em>Entamoeba histolytica</em> y <em>Cryptosporidium</em> son la causa de muchas enfermedades. Normalmente, la recuperación de la gastroenteritis parasitaria se produce con normalidad, pero puede suponer algún que otro problema para personas con sistemas inmunitarios debilitados.</p>
<h2>La identificación del virus</h2>
<p>La mayoría de los casos de diarrea son leves y no requieren de atención médica. No obstante, algunos precisan de análisis profundos, especialmente aquellos que se observan en <a href="https://www.racgp.org.au/afp/2012/october/stool-culture/">viajeros</a>, pacientes que han sufrido diarrea durante cuatro o cinco días (o más de uno con fiebre), personas que expulsan sangre con las heces, <a href="https://academic.oup.com/cid/article/32/3/331/282348">individuos que han consumido antibióticos recientemente</a> y enfermos cuyo sistema inmunitario es deficiente.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/232438/original/file-20180817-165967-3eucgi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/232438/original/file-20180817-165967-3eucgi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/232438/original/file-20180817-165967-3eucgi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/232438/original/file-20180817-165967-3eucgi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/232438/original/file-20180817-165967-3eucgi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/232438/original/file-20180817-165967-3eucgi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/232438/original/file-20180817-165967-3eucgi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">La mayoría de casos de gastroenteritis se resuelven sin necesidad de atención médica.</span>
<span class="attribution"><span class="source">From shutterstock.com</span></span>
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<p>La prueba más común consiste en un coprocultivo (cultivo de la materia fecal), que se realiza para identificar microorganismos surgidos a partir de heces sueltas o no formadas. El <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15095189">componente bacteriano</a> de los cultivos suele ser bajo, pero si el resultado es positivo puede acarrear consecuencias importantes para la salud del paciente</p>
<p>Algunos de los organismos aislados en los cultivos deben ser comunicados a las autoridades sanitarias debido a su potencial para provocar enfermedades en grupos poblacionales vulnerables, como las personas de edad avanzada, los niños, las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunitarios dañados.</p>
<p>Los departamentos de Salud <a href="https://www1.health.gov.au/internet/main/publishing.nsf/Content/cdna-casedefinitions.htm?Open=&utm_source=health.gov.au&utm_medium=redirect&utm_campaign=digital_transformation&utm_content=casedefinitions">deben ser informados</a> de los cuadros de gastroenteritis provocados por <em>Campylobacter</em>, <em>Cryptosporidium</em>, <em>Listeria</em>, <em>Salmonella</em>, <em>Shigella</em> y determinados tipos de infección por <em>E. Coli</em>. Poner estos casos en conocimiento de las autoridades puede ayudar a identificar con precisión los brotes cuando suceden y permitir desplegar las medidas necesarias para controlarlo. </p>
<h2>¿Se encuentra mejor? Pues sus heces…</h2>
<p>Los virus se transmiten mediante la ruta fecal-oral, lo cual significa que la materia fecal debe entrar en contacto con la boca para que tenga lugar el contagio. En ocasiones, puede ocurrir cuando el agua potable es contaminada con materia fecal o durante la preparación de las comidas.</p>
<p>Sin embargo, lo más habitual es que tras ir al baño permanezcan en las manos diminutas partículas provenientes de las heces. La utilización de papel higiénico para limpiarse no evita, al menos en su totalidad, <a href="https://jfoodprotection.org/doi/pdf/10.4315/0362-028X-71.12.2582">la contaminación de las manos</a>, situación que se puede ver agravada en personas que sufren diarrea. Las partículas se depositan en la boca de otra persona durante la preparación de los alimentos o al tocar superficies contaminadas y, posteriormente, llevarse las manos a la boca.</p>
<p>Aunque los síntomas de la gastroenteritis hayan remitido por completo, los organismos infecciosos pueden ser propagados mediante las deposiciones. La presencia en la materia fecal de <em>Campylobacter</em>, la cepa de <em>E. coli O157</em>, <em>Salmonella</em>, <em>Shigella</em>, <em>Cryptosporidium</em>, <em>Entamoeba</em>, y <em>Giardia</em> <a href="https://jfoodprotection.org/doi/pdf/10.4315/0362-028X-71.11.2339">puede prolongarse durante días o semanas</a>. De hecho, algunas personas que se han recuperado de Salmonella han <a href="https://jfoodprotection.org/doi/pdf/10.4315/0362-028X-71.11.2339">transmitido la bacteria</a> mediante las heces 102 días después.</p>
<p>Los parásitos pueden permanecer vivos en el sistema digestivo durante un largo tiempo tras sufrir diarrea. Los ooquistes infecciosos de <em>Cryptosporidium</em>, por ejemplo, pueden estar presentes en las heces hasta 50 días después, y los <a href="https://www.cdc.gov/MMWR/preview/MMWRhtml/ss5401a2.htm">ooquistes de <em>Giardia</em></a> pueden tardar aún más tiempo en ser excretados.</p>
<h2>¿Cuánto tiempo debería permanecer de baja?</h2>
<p>Gran parte de los consejos sobre cuándo volver al trabajo, el colegio o la guardería tras padecer gastroenteritis solo tienen en cuenta el virus más común, el norovirus, aunque pocos pacientes descubren cuál fue el que les afectó.</p>
<p>En el caso del norovirus, el porcentaje más alto de excreción viral a través de las heces se produce <a href="https://www1.health.gov.au/internet/main/publishing.nsf/content/cda-cdna-norovirus.htm/%24File/norovirus-guidelines.pdf">entre 24 y 48 horas</a> después de que todos los síntomas hayan desaparecido, tiempo tras el cual los niveles comienzan a descender rápidamente. Así pues, volver al trabajo es seguro <a href="https://www1.health.gov.au/internet/main/publishing.nsf/content/cda-cdna-norovirus.htm/%24File/norovirus-guidelines.pdf">48 horas después</a> de que los síntomas hayan remitido.</p>
<p>Es cierto que la excreción viral a través de las heces <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11280609">puede prolongarse</a> por encima de 48 horas, pero, dado que la infección por norovirus es tan común y su recuperación es tan rápida, no resulta práctico esperar a que las heces del paciente no presenten rastro alguno del virus antes de que regresen a su puesto de trabajo.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/232439/original/file-20180817-165943-1k417v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/232439/original/file-20180817-165943-1k417v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/232439/original/file-20180817-165943-1k417v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/232439/original/file-20180817-165943-1k417v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/232439/original/file-20180817-165943-1k417v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/232439/original/file-20180817-165943-1k417v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/232439/original/file-20180817-165943-1k417v1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Los niños que acuden a la guardería son especialmente vulnerables a los brotes de gastroenteritis.</span>
<span class="attribution"><span class="source">From shutterstock.com</span></span>
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<p>Si bien 24 horas son suficientes para la mayoría de la población, se adopta una regla específica de 48 horas de aislamiento en el caso de individuos que <a href="https://ww2.health.wa.gov.au/%7E/media/Files/Corporate/general%20documents/food/PDF/Guidelines_for_Exclusion_from_Work_Due_to_Gastroenteritis.pdf">formen parte de una categoría de alto riesgo</a> para el contagio de la gastroenteritis a otras personas, como pueden ser los manipuladores de alimentos, los trabajadores sanitarios y los niños menores de cinco años que van a la guardería o que juegan con sus amigos.</p>
<p>Si un coprocultivo da positivo en la presencia de algún organismo especialmente problemático, la situación podría cambiar drásticamente. Los manipuladores de alimentos, trabajadores sanitarios y cuidadores de guardería afectados por una <a href="https://www2.health.vic.gov.au/public-health/infectious-diseases/disease-information-advice/verotoxin-e-coli">verotoxina presente en una cepa de <em>E. coli</em></a>, por ejemplo, no pueden volver al trabajo hasta que los síntomas desaparezcan y el resultado de los análisis de dos coprocultivos realizados con al menos 24 horas de diferencia den negativo en la verotoxina. Como consecuencia, la baja laboral es mayor, llegando a abarcar varios días. </p>
<h2>Cómo impedir el contagio</h2>
<p>La manera más eficaz de prevenir el contagio del virus a los demás es lavarse las manos con agua y jabón. </p>
<p>En un estudio se depositaron 10 000 quistes de <em>Giardia</em> en la palma de una mano, de los cuales <a href="https://jfoodprotection.org/doi/pdf/10.4315/0362-028X-73.10.1937">el 99 % fueron eliminados</a> tras aplicar agua y jabón.</p>
<p>Para evitar que las personas que nos rodean enfermen, es recomendable desinfectar a fondo después de que alguien <a href="https://epi.dph.ncdhhs.gov/cd/norovirus/home.html">vomite o vaya al baño con diarrea</a>. Limpie la superficie <a href="https://www.health.nsw.gov.au/Infectious/factsheets/Pages/gastroenteritis-outbreaks.aspx">con agua caliente y un detergente neutro</a>, vistiendo guantes desechables, y utilice lejía que contenga una solución de hipoclorito de un 0,1 % para desinfectar la zona.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/129636/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Vincent Ho no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En muchos casos, seguimos siendo contagiosos cuando ya han desaparecido los síntomas. Pero hay cosas fáciles de hacer para minimizar el riesgo de contagio.Vincent Ho, Senior Lecturer and clinical academic gastroenterologist, Western Sydney UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.