Las adolescentes publican más contenido sobre su vida en las redes sociales que los chicos . Además, emplean más filtros para retocar sus fotos, lo que sugiere que son más receptivas a la presión social por la imagen.
¿Quién tiene derecho a compartir la imagen de un menor? Exponemos las razones para escuchar a los adolescentes cuando nos piden que no compartamos imágenes suyas en internet.
Del telégrafo al teléfono, de ahí al fax, luego el correo electrónico e internet. ¿Cómo operan las agencias de viaje en un mundo cada vez más marcado por los cambios tecnológicos?
Los adultos tienen visiones distorsionadas de los peligros en las redes. Escuchar y compartir ayuda a que los jóvenes sean más abiertos a contar lo que les preocupa realmente.
La tiktokera española Roro triunfa especialmente entre hombres y es criticada por muchas mujeres. La narrativa cuidada de sus vídeos apunta a roles tradicionales que muchos varones parecen añorar.
Compartir en redes sociales la foto de un animal raro o de un paisaje virgen parece una acción inofensiva, pero puede suponer una amenaza para la naturaleza al fomentar las visitas masivas a los enclaves y la recolección de ejemplares de especies sensibles.
¿Quién propaga bulos en las redes sociales? Un número muy limitado de usuarios son los principales superpropagadores de contenidos de baja credibilidad en los medios digitales.
La mayoría de niñas y niños de 9 años usan más de una hora al día el móvil de sus padres si no tienen móvil propio. Los riesgos siguen ahí, y a menudo sin las precauciones imprescindibles.
La cultura de la cancelación, popularizada por Black Twitter y movimientos como #MeToo, combina justicia social con venganza digital. Criticada por intelectuales, enfrenta la disyuntiva entre la libertad de expresión y la represión colectiva impulsada por emociones.
La nueva normativa eleva de 14 a 16 años la edad mínima para que un menor se pueda abrir una cuenta en redes sociales e impulsa medidas como la verificación de edad o el control parental.
Cada generación usa distintas palabras porque vive, hasta cierto punto, en un mundo distinto. Las redes sociales han intensificado algunas diferencias lingüísticas.
¿Por qué los adolescentes son tan importantes para el marketing? Por sus ideas frescas, su mundo personalizado y su conexión. Las empresas que no hablen su lenguaje pueden quedarse sin voz ni mercado.
Esta investigación pone de manifiesto que hay un odio en dichos mensajes lo suficientemente alto como para perturbar el debate público, pero lo suficientemente bajo para no entrar en problemas legales.
La evolución de las redes sociales ha llevado a una revolución en la forma en la que obtenemos información. Un ejemplo de ello es cómo nos informamos acerca de nuestra salud.
A partir del 26 de junio Meta utilizará fotos y datos de usuarios de Instagram y Facebook para alimentar su IA. Y no es ilegal. Ya lo hacen otras redes sociales. Plantear que paguen por su uso no es descabellado.
La investigación iniciada del pasado 16 de mayo apunta a prácticas que favorecen, al menos, conductas problemáticas con las redes sociales entre los usuarios más jóvenes.
Los jóvenes buscan más información sobre cómo broncearse que sobre prevención frente a las quemaduras solares en las redes sociales, donde además proliferan los bulos. Los programas de comunicación basados en modelos de creencias de salud pueden incentivar conductas preventivas.
Profesora de Cibercomunicación y Nuevos Medios. Especialista en la formación a familias y docentes para el buen uso de la tecnología. Divulgadora sobre bienestar digital, Universidad Camilo José Cela
Profesora de Lengua española de la ULPGC y miembro del Instituto Universitario de Análisis y Aplicaciones Textuales (IATEXT), Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Profesora del Grado en Fotografía y del Máster en Fotografía Artística. Investigadora sobre cultura visual, humanidades médicas y Autorreferencialidad., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja