El breaking debuta en los Juegos Olímpicos de París 2024. Por primera vez, bailarines callejeros de 15 países, además de una mujer del Equipo Olímpico de Refugiados, compiten por el oro, la plata y el bronce.
Este deporte ha recorrido un largo camino desde sus orígenes en el Bronx. Sus movimientos alucinantes, que antes sólo se veían en los patios de recreo y en las fiestas de barrio, deslumbran ahora a miles de millones de espectadores de todo el mundo.
Si es la primera vez que los ve bailar, quizá se sorprenda de que los seres humanos consigan realizar estos movimientos sin hacerse daño.
Como exbailarina, actual fisioterapeuta de artes escénicas e investigadora de biomecánica, estudio cómo los bailarines tuercen y doblan sus cuerpos de formas inesperadas. Los entreno para que puedan actuar con seguridad, aunque lleven su cuerpo al extremo.
Los bailarines de break dance, también conocidos como b-boys, b-girls o breakers, no sólo tienen que inventar movimientos creativos. Además, necesitan desarrollar una fuerza y un control del cuerpo increíbles para llevarlos a cabo. Quizá el más desalentador sea el headspin o giro sobre la cabeza.
El breaking no tiene nada de rutinario
El breaking es una forma de danza callejera que se desarrolló en las décadas de 1960 y 1970, inspirada en el hip hop, las artes marciales y la gimnasia.
En los Juegos Olímpicos, dos atletas compiten a la vez en batallas improvisadas, en las que los competidores se turnan para intentar superarse el uno al otro luciendo sus mejores movimientos y estilo.
Un jurado puntúa a los bailarines basándose en cinco criterios: originalidad, técnica, musicalidad, ejecución y vocabulario –la gama de movimientos desplegados–. Se parece a cómo se puntúan la gimnasia o el patinaje artístico, si bien el breaking requiere mucha más improvisación.
Las batallas obligan a los atletas a ser extremadamente versátiles. Deben responder a sus competidores, lo que significa que los que tienen los protocolos de entrenamiento más sólidos y variados aumentan sus probabilidades de acumular puntos y salir ilesos.
El giro sobre la cabeza, en particular, requiere unos músculos del cuello potentes, y puede dejar a algunos espectadores boquiabiertos. ¿Cómo pueden los bailarines de break girar sobre sus cráneos, soportando el peso de sus cuerpos, sin romperse el cuello?
La biomecánica del giro sobre la cabeza
Aunque no se ha investigado mucho sobre la mecánica específica de los giros sobre la cabeza, una peonza puede ayudar a explicar cómo se realiza este asombroso movimiento.
Un objeto que gira mantiene su estado de rotación debido a lo que se conoce como la conservación del momento angular. Mientras el objeto gira alrededor de un eje vertical, la gravedad no actúa para frenarlo o hacer que vuelque. Sólo cuando la fricción frena la rotación, o cuando el objeto empieza a tambalearse, la gravedad lo hace caer.
Por lo tanto, para realizar adecuadamente un giro sobre la cabeza, los breakers deben asegurarse de que dan vueltas lo suficientemente rápido y de que sus torsos están lo bastante rígidos. Dar vueltas de manera uniforme requiere mantener el torso lo más vertical posible sobre la cabeza y endurecer los músculos del cuello para sostenerla, todo ello limitando cualquier flexión o tensión del cuello.
Los breakers pueden modificar la velocidad a la que giran acercando o alejando los brazos y las piernas del eje de rotación. También pueden parar, iniciar o acelerar el movimiento girando los brazos. Al dar vueltas, las fuerzas de rotación pueden reducir la presión hacia abajo sobre la cabeza, haciendo incluso que se deslicen.
Los b-boys y las b-girls de élite hacen que el headspinning parezca fácil, pero supone una gran carga para el cuello y puede provocar lesiones graves.
Una investigación reveló que, aunque el cuello de los breakers no es más flexible de lo normal, sí tiene más fuerza, tanto en movimiento como en la posición neutra, que es fundamental para lograr un headspin.
Otro estudio demostró que casi la mitad de quienes practican break declaran sufrir dolores y torceduras de cuello. Incluso existe un término específico para la lesión de la médula espinal causada por la tensión extrema a la que se somete el cuello durante el breaking, descrita por primera vez en el New England Journal of Medicine en 1985: el cuello de break-dancing.
Así que esperemos que todos los que compiten en las Olimpiadas por primera vez tengan mucho cuidado con su cuello.