Aunque muchos de los artículos de The Conversation surgen de los editores, que identifican historias que cubrir y encuentran expertos relevantes para escribirlas, también aceptamos propuestas de académicos e investigadores. Ustedes son los expertos, así que siempre estamos encantados de escuchar sus ideas.
Antes de enviarnos su propuesta, le agradecemos que lea estos cinco puntos importantes acerca de los criterios de selección.
1. Quién puede escribir en The Conversation
The Conversation trabaja sólo con académicos e investigadores con puestos en universidades y en otros institutos de investigación cualificados.
Se trata de una definición algo limitada, e inevitablemente significa que no tenemos en cuenta la experiencia que acumulan quienes trabajan en ONGs y organizaciones benéficas, en la investigación empresarial e industrial, en las agencias de investigación gubernamentales y entre los investigadores independientes o no afiliados, de cuyo valor no dudamos.
La razón es, sencillamente, que nuestro modelo está estrechamente circunscrito al sector de la enseñanza superior y la investigación. Por favor, no se ofenda si declinamos encargarle un trabajo por este motivo, o si este criterio también afecta a los posibles coautores.
2. Lanzamientos, afiliación y ediciones internacionales
Cualquier académico o investigador con un puesto en una universidad o instituto de investigación cualificado en cualquier parte del mundo puede escribir. Sin embargo, The Conversation es una organización con miembros colaboradores, por lo que, aunque a veces encargamos trabajos a académicos de instituciones ajenas a la red, nuestros editores pasan la mayor parte del tiempo trabajando con investigadores de nuestras instituciones colaboradoras.
The Conversation no es una única organización, sino once ediciones distintas en todo el mundo, con equipos editoriales independientes que generan contenidos para sus audiencias. En la edición en español encargamos contenidos principalmente a académicos de universidades de España y Latinoamérica.
Los investigadores de otras partes del mundo pueden hacer propuestas a nuestros colegas de:
- África (Sudáfrica, Kenia, Nigeria, Ghana y Senegal)
- Australia
- Brasil
- Canadá
- Canadá francófono
- Francia
- Indonesia
- Nueva Zelanda
- Reino Unido
- Estados Unidos
- Europa
Puede utilizar la pestaña de la esquina superior izquierda de la página web para cambiar la edición que está leyendo, que también condiciona la edición a la que está enviando sus propuestas.
3. ¿Qué publicamos y a quién va dirigido?
Nuestra audiencia está formada por lectores de todo el mundo. Casi el 60 % de nuestros lectores proceden de Latinoamérica y Estados Unidos. A la hora de escribir, no considere que el investigador está necesariamente en su país.
Publicamos artículos de interés para el lector general. Esto significa que, aunque nuestros lectores, procedentes del público en general, pueden ser responsables políticos, investigadores, profesores, directores generales o gerentes, médicos o personal sanitario, estrategas militares o estudiantes, los artículos no deben estar escritos pensando en ellos.
Los artículos deben equilibrar la visión, la perspectiva y la experiencia de nuestros autores, que proceden de un entorno especializado, con el contexto de nuestros lectores, que pueden no provenir de ese mismo entorno. Este es un punto importante: un tema que podría ser interesante puede parecerlo menos si se presenta como una “orientación para responsables políticos” o como algo que sólo puede ser de interés o utilidad para los “profesionales” de un campo concreto, o si se describe utilizando una jerga críptica.
La mayor parte de lo que publicamos son perspectivas de expertos o análisis de temas de actualidad. Intentamos encontrar expertos que puedan proporcionar a nuestros lectores una comprensión más profunda o amplia de lo que está ocurriendo en el mundo, los acontecimientos actuales, los temas emergentes o las cuestiones acuciantes. Esto significa inevitablemente que el autor se referirá a la investigación (la suya o la de otros), y a ello animamos: aprovechar esa experiencia es lo que le da autoridad para escribir sobre el tema.
Pero aunque nos interesa conocer nuevas investigaciones, habrá muchas que simplemente no tengan el atractivo transversal para un público general. Recuerde: muchos temas son interesantes desde el punto de vista académico, pero no necesariamente para los no académicos.
4. Cómo debe ser una propuesta
Una propuesta no es más que un resumen claro y conciso de la idea principal que desea exponer, el principal concepto que desea compartir, el nuevo hallazgo, conclusión o implicación que ha establecido, y por qué interesaría a nuestros lectores. Vaya al grano. Nuestros artículos tienen entre 700 y 900 palabras, por lo que hay que exponer lo que se quiere decir con rapidez y claridad.
Antes de proponernos nada, revise la plataforma para hacerse una idea de qué tipo de historias cubrimos y cómo las cubrimos. Busque palabras clave y temas relacionados con su campo o con el artículo que tiene en mente. Probablemente no publicaremos artículos que sean muy parecidos a lo que ya tenemos. Busque las lagunas: ¿qué se nos ha escapado?
Su propuesta debe resumir claramente lo que quiere decir en pocas palabras, e indicar al redactor qué atractivo tiene. Asegúrese de proponer una historia concreta, no sólo un tema general. Y explique cuál es su relación con el tema. ¿Por qué es usted la persona indicada para escribirlo? ¿Qué investigación o experiencia tiene en este campo?
Intente evitar pegar el resumen de un artículo académico en el recuadro habilitado, presentar un tema amplio sin más explicaciones (“investigación sobre el cáncer”) en lugar de algo específico (“nuestro nuevo estudio revela el papel hasta ahora desconocido de una proteína concreta en la formación de tumores”), utilizar jerga, o no explicar por qué un lector querría leerlo.
5. Gestión de las expectativas: recibimos muchas propuestas
Hay cientos de miles de investigadores hispanoparlantes y un número limitado de redactores en nuestra edición.
Por favor, no se desanime ni se ofenda si su propuesta no recibe un encargo. No tiene nada que ver con la calidad de su trabajo o investigación. Puede que los editores consideren que no tiene el atractivo necesario para nuestro público, o es posible que se adapte mejor a otro tipo de público, por lo que debería plantear la idea al departamento de comunicación de su universidad. O puede que la propuesta sea perfectamente válida, pero que ya se haya encargado a otra persona que escriba algo parecido, o que ya lo hayamos tratado, o que el tema haya quedado desactualizado temporalmente.
No obstante, le animamos a seguir haciendo propuestas y a volver a intentarlo.