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Uno de los cuatro monos titi recientemente descubiertos en el sur del Amazonas brasileño. Diogo Afonso Silva, Author provided

El auge del descubrimiento de nuevas especies no es buena noticia para la biodiversidad

El descubrimiento de nuevas especies está en auge. Es llamativo que ocurra algo similar a lo que pasó en los siglos XVIII y XIX, cuando los naturalistas europeos se adentraron en tierras recién descubiertas y trajeron un gran número de animales y plantas exóticas. Pero ¿cómo es posible cuando especies en todo el mundo se extinguen a una velocidad sin precedentes?

En esta dicotomía se encuentra la Tierra al entrar en un nuevo capítulo de su historia: la Época del Antropoceno, marcada por el impacto global significativo que los humanos están teniendo en los ecosistemas del planeta.

Lo más impresionante es que estos descubrimientos no se limitan a pequeños organismos crípticos (como insectos o parásitos), sino que también se incluyen animales grandes como jirafas, elefantes, delfines e incluso orangutanes. De hecho, se han descubierto más de 400 especies de mamíferos desde 1993. Nuestro propio tipo, los primates, se sitúa en la tercera posición, con el descubrimiento de más de 50 nuevas especies en el mundo.

Algunos científicos ya lo catalogan como una “nueva era de descubrimientos”.

¿Por qué se están descubriendo tantas especies nuevas después de más de un siglo creyendo que no había nada más que descubrir? La gente es consciente de que la biodiversidad de la Tierra está en crisis y, por primera vez en la historia geopolítica, Naciones Unidas ha reconocido que la biodiversidad es un tema que nos afecta a todos los seres humanos. Nunca tantos países habían unido sus fuerzas oficialmente para combatir la extinción de especies como ocurre ahora mismo.

El resultado es un reavivado interés por la biodiversidad que está llevando a muchos científicos y ecologistas a realizar expediciones científicas a zonas poco exploradas de la Tierra para catalogar la riqueza de especies que nos rodea.

De acuerdo con Gerardo Ceballos, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Paul Erlich, de la Universidad de Stanford, alrededor del 40% de las nuevas especies de mamíferos descubiertas desde 1993 hasta el año de publicación de su artículo, en 2007, ha sido consecuencia de la exploración de nuevos territorios. Por ejemplo, el bosque tropical oriental del oeste del Congo, el pie del Himalaya al noroeste de la India y la cuenca amazónica.

Deforestación en la Amazonía peruana. Un claro en la selva con plantas de maíz. Shutterstock/DrMorelyRead

Expansión urbanística y deforestación

El otro factor a tener en cuenta es la rápida expansión urbana y rural en zonas silvestres, que ha hecho que el acceso a estas partes del mundo sea más sencillo. Esto es debido al desarrollo de infraestructuras a gran escala, lo que ha producido una modificación notable del hábitat. Como consecuencia, muchas de las especies descubiertas en estas zonas están ya en peligro de extinción por la explotación y pérdida de su hábitat.

Eso es lo que ha ocurrido con cuatro nuevas especies de mono tití del sur y del sudoeste del Amazonas. Esta región fue una vez extremadamente remota y escenario de mitos y leyendas que atrajeron a conocidos exploradores de principios del siglo XX. El teniente coronel Percy Fawcett lideró varias expediciones a esa parte de Brasil en busca del legendario tesoro de El Dorado. Él y su hijo nunca regresaron de su expedición de 1925.

El presidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt y el mariscal Cándido Rondón lideraron juntos la famosa expedición científica de 1913-14 para navegar el peligroso Río de la Duda (ahora denominado río Roosevelt) y medir su curso. El viaje estuvo plagado de desastres, que terminaron con el hundimiento de sus piraguas en uno de los muchos rápidos del río.

Esta región se ha convertido hoy en foco de la agricultura industrial brasileña y tiene el índice anual de deforestación más alto de Brasil. Esta zona es también conocida como el “Arco brasileño de la deforestación”, aludiendo a la forma de media luna creciente que tiene la frontera agrícola y que está asolando los bordes meridionales del Amazonas. Con la tala de árboles y el establecimiento de infraestructuras como carreteras, acceder a estas zonas remotas ya no es tan difícil, lo que hizo que el descubrimiento de estas especies de mono tití fuera inevitable.

Dividido en dos

Pero no solo se encuentran nuevas especies en el ecosistema. Muchos casos han surgido del análisis de especies ya establecidas. El hecho de dividir una especie en dos es el resultado de la aplicación de técnicas modernas de la genética molecular en el campo de la taxonomía y la sistemática.

Los datos de secuencia de ADN pueden utilizarse para ver relaciones evolutivas (filogenia) entre las especies. También genera grandes cantidades de datos (el genoma humano tiene una longitud de tres mil millones de pares de bases), lo que implica un gran poder estadístico. Y con los rápidos avances en este campo, cada vez es más barato hacerlo. El proyecto del genoma humano costó 2 700 000 dólares americanos. Hoy en día, con docenas de genomas de referencia disponibles, los gigantes de la secuenciación de ADN, como Illumina, proporcionan genomas completos por tan solo cien dólares americanos.

Secuencia de ADN. Shutterstock/Gio.tto

Estos avances en el campo de la genética molecular y la genómica, junto con los grandes avances en superordenadores, suponen la posibilidad de analizar genomas enteros de organismos para producir filogenias cada vez más refinadas y mejor resueltas, mostrando en muchos casos diversidad críptica omitida por otros métodos anteriores.

Sin embargo, esta emergente diversidad oculta ha sido criticada por algunos científicos al señalar que estamos sufriendo una “inflación taxonómica” (un aumento excesivo en el número de taxones reconocidos, no por descubrimiento, sino por cambios en la forma en que son definidos, como una subespecie que se convierte en una nueva especie).

Esto se agrava aún más por el uso de conceptos de especies alternativos y menos restrictivos, además de los conceptos de especies biológicas bien establecidos, que definen las especies en términos de grupos de poblaciones naturales entrecruzadas y aisladas reproductivamente de otros grupos.

Estos conceptos menos restrictivos, como el conocido concepto de especies filogenéticas, han llevado a un aumento del 50% en el número de especies de vertebrados, según algunos científicos.

Los profesionales de la conservación, como IUCN redlist y CITES, se preocupan por el cambio constante de taxonomías y nuevas incorporaciones. Las taxonomías inestables y que cambian con facilidad indican que los objetivos de conservación varían constantemente, y eso puede obstaculizar la conservación. Pero si queremos salvar hasta el último de los organismos y que evolucione, que es el verdadero objetivo de la conservación, la ciencia debería aprender más sobre la increíble diversidad de la vida en la Tierra.

This article was originally published in English

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