Iman Rahimzadeh Kivi, Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA - CSIC) y Víctor Vilarrasa Riaño, Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA - CSIC - UIB)
Uno de los principales temores sobre las tecnologías de eliminación de dióxido de carbono es que haya fugas. Los autores han comprobado que no tienen por qué producirse si se elige el emplazamiento adecuado.
No hacer una transición adecuada hacia la neutralidad climática implica riesgos regulatorios, reputacionales y de supervivencia para las empresas, y mayores riesgos climáticos (el aumento de la temperatura del planeta y del nivel del mar, entre otros).
En los últimos 30 años se han planteado distintas estrategias para reconocer la responsabilidad de los países desarrollados y la situación de desventaja de los menos favorecidos.
Panel anunciador de la COP26 en la sede de la cumbre de Glasgow reflejado en un charco.
Flikr / COP26
Tras los confinamientos por la pandemia se ha producido un repunte de emisiones y los compromisos de los países siguen siendo insuficientes para evitar un calentamiento superior a 1,5 °C.
Un pequeño aumento de la temperatura media supone un incremento mucho mayor del riesgo de sequías graves.
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Muchos científicos ven probable que la Tierra se caliente 3°C o más.
Según estimaciones recientes, a partir de 2020 solo podrán emitirse 500.000 millones de toneladas de dióxido de carbono si queremos mantenernos por debajo del umbral de 1,5 grados. Las emisiones mundiales ya han alcanzado los 80.000 millones de toneladas desde entonces.
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H. Damon Matthews, Concordia University y Glen Peters, Center for International Climate and Environment Research - Oslo
El reloj utiliza la tendencia de emisiones de los últimos cinco años para estimar cuánto tiempo queda hasta que el calentamiento global alcance el umbral de 1,5 ℃.
Jóvenes con pancartas en Milán durante las reuniones preparatorias de la COP26.
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Aumentar la ambición de los compromisos de reducción de emisiones y crear un fondo para ayudar a los países en desarrollo en la transición son los dos objetivos más importantes de la conferencia.
Cartel anunciador del la COP26 en Glasgow (Escocia, Reino Unido).
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Aunque la reunión puede ayudar a poner el cambio climático en el foco de la atención pública y mediática, en la práctica es difícil que salgan de ella compromisos materializables o progresos reales.
Las cumbres climáticas de la ONU reúnen a representantes de casi todos los países.
UNFCCC
En el 2020, los Estados tenían que actualizar sus compromisos para reducir emisiones. Siguen siendo demasiado poco ambiciosos como para disminuir lo suficiente los gases causantes del cambio climático. El Acuerdo de París está fracasando.
El impulso a la inversión sostenible va a venir a través de las entidades reguladoras y las exigencias de los nuevos inversores. Los mileniales prefieren inversiones que se alineen con sus valores.
El cumplimiento del Acuerdo de París es indispensable para la salud planetaria. Pero todavía existen contradicciones e inercias que dificultan la puesta en práctica de las medidas necesarias.
Contaminación en Los Ángeles (EE.UU.).
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El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha prometido regresar al Acuerdo de París. Es decisivo para mitigar el calentamiento global: el gigante norteamericano es uno de sus principales causantes y su postura sirve de ejemplo moral.
Chimeneas humeantes de una central eléctrica junto al río Hai en su desembocadura en el mar de Bohai (Tianjin, China).
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¿Está la UE luchando adecuadamente contra el cambio climático? No del todo, porque la fabricación de productos en países como China o India que serán luego consumidos por los europeos se traduce en fugas masivas de emisiones de CO₂, con lo que la contaminación no desaparece, sino que viaja de un lugar a otro del planeta.
Nuestros últimos estudios sugieren que el metano, un gas de efecto invernadero más potente que el dióxido de carbono, se está acumulando en la atmósfera debido a la actividad humana.
Una nueva investigación analiza los sectores económicos responsables de la caída global de emisiones debida a la COVID-19. Tenemos una pequeño margen de tiempo para hacer el cambio permanente.
Enseignant-chercheur, Laboratoire des sciences du climat et de l’environnement (LSCE), Université de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines (UVSQ) – Université Paris-Saclay
Profesor Asociado de Economía Aplicada e Investigador del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social (IAES) y de la Cátedra de Responsabilidad Social Corporativa, Universidad de Alcalá