tag:theconversation.com,2011:/es/topics/agricultura-ecologica-92199/articlesagricultura ecológica – The Conversation2024-02-26T20:54:42Ztag:theconversation.com,2011:article/2242912024-02-26T20:54:42Z2024-02-26T20:54:42ZLas plantas reconocen cadáveres de sus compañeras y activan sus defensas<p>Es posible creer que las plantas son organismos delicados que, como no pueden salir corriendo, mueren en cuanto aparece una amenaza. Sin embargo, las plantas tienen un potente sistema defensivo que reconoce a los organismos nocivos (patógenos o herbívoros) y <a href="https://www.cell.com/cell/pdf/S0092-8674(20)30491-8.pdf">responde contra ellos</a>. Activan un escudo, un sofisticado sistema de defensa que actúa de modo similar a nuestro sistema inmunológico. Pero incluso van más allá. </p>
<p>Un nuevo estudio, realizado con plantas de pimiento, acaba de demostrar que su sistema defensivo se activa incluso cuando detectan cadáveres de otras plantas. </p>
<h2>Así se defienden</h2>
<p>Cuando un herbívoro muerde una hoja, la planta reconoce el peligro mediante <a href="https://www.cell.com/trends/plant-science/fulltext/S1360-1385(20)30333-2">receptores presentes en sus células</a>. </p>
<p>Pero ¿qué perciben realmente estos receptores celulares de la planta? </p>
<p>Al romperse los tejidos vegetales, tras la mordida del herbívoro, quedan partes de células en la zona del ataque (principalmente moléculas de la pared celular, como la celulosa). Estos fragmentos celulares son <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-phyto-082718-100146">patrones moleculares asociados a daño</a>, que las células que han quedado sanas reconocen, enviando señales al resto de la planta para dar aviso del ataque. </p>
<p>En ese momento comienza la <a href="https://nph.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/nph.16953">resistencia sistémica vegetal</a>. La planta envía una señal hormonal a todos sus tejidos, activando las defensas (por ejemplo, sintetizando compuestos insecticidas), para evitar que el atacante termine por matar a la planta.</p>
<p>Investigadores de la <a href="https://etsiiaa.uva.es/">Universidad de Valladolid</a> y de la <a href="https://mbg.csic.es/es/">Misión Biológica de Galicia (CSIC)</a> decidieron investigar cómo explotar este mecanismo defensivo vegetal en la agricultura. </p>
<h2>La base de la biofumigación</h2>
<p>En la década de los 90 se inició una práctica agrícola muy interesante para controlar plagas y enfermedades de los cultivos, la <a href="https://www.mdpi.com/1422-0067/12/11/7760">biofumigación</a>. Básicamente consiste en cultivar brásicas, un conjunto de plantas muy utilizadas en la agricultura y en nuestra dieta, incluyendo, por ejemplo, al brócoli, el repollo, las coles de Bruselas, la berza (o kale), la colza o el nabo, y enterrarlas antes del siguiente cultivo. </p>
<p>¿Y por qué se hace eso? Estos vegetales tienen una característica química que les convierte en superalimentos. Acumulan en sus tejidos compuestos denominados <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-food-070620-025744">glucosinolatos</a>, con numerosos efectos beneficiosos en nuestra alimentación (anticancerígenos, antidiabéticos, antiinflamatorios, etc.). </p>
<p>Sin embargo, originalmente su función es la defensa de estas plantas. Para evitar el ataque de herbívoros y patógenos, las brásicas acumulan en sus tejidos estos glucosinolatos, que resultan muy tóxicos para determinados microorganismos (bacterias y hongos) e insectos plaga. </p>
<p>Si un agricultor cultiva una brásica y posteriormente entierra las plantas, se liberarán al suelo los glucosinolatos (y compuestos derivados de estos), que limpiarán el suelo de patógenos y plagas. </p>
<h2>Los pimientos reconocen cadáveres de otras plantas</h2>
<p>En un <a href="https://bmcplantbiol.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12870-023-04525-z">trabajo</a> reciente, publicado en la revista <a href="https://bmcplantbiol.biomedcentral.com/">BMC Plant Biology</a>, utilizamos tejidos de una brásica (la berza gallega o kale), no como biofumigante, sino como aviso de peligro para otros cultivos. Concretamente se recogieron hojas de berza y se pulverizaron, para posteriormente aplicarlas en el suelo. Además, parte de estos tejidos pulverizados fueron sometidos a altas temperaturas (120 ºC), para eliminar los glucosinolatos y, de esta forma, saber si estos compuestos actúan como señales de peligro para otras plantas.</p>
<p>El polvo de berza fue aplicado a raíces de plantas de pimiento, infectadas en sus hojas con un hongo patógeno llamado <em><a href="https://www.mdpi.com/1422-0067/22/4/2183">Rhizoctonia solani</a></em>. </p>
<p>Con este experimento, se pretendía comprobar si las raíces de pimiento eran capaces de reconocer los glucosinolatos de la berza como signos de peligro y activaban sus defensas por toda la planta, impidiendo el ataque del patógeno en las hojas. </p>
<p>Los resultados obtenidos demuestran que las plantas de pimiento reconocían a los glucosinolatos a través de sus raíces y activaban sus defensas sistémicas mediante diferentes rutas hormonales, acumulando compuestos antifúngicos en sus hojas. </p>
<p>Este estudio representa un importante avance en el entendimiento de cómo las plantas reconocen el peligro y responden ante él, abriendo la puerta a desarrollar estrategias sencillas para mejorar la sanidad de nuestros cultivos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/224291/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jorge Poveda Arias no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Un nuevo estudio con pimientos muestra cómo se protegen cuando las raíces detectan cadáveres de otras plantas.Jorge Poveda Arias, Profesor Ayudante Doctor. Departamento de Producción Vegetal y Recursos Forestales. Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2021872023-04-25T10:44:56Z2023-04-25T10:44:56Z¿Los productos ecológicos son saludables?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/522515/original/file-20230424-20-1zns3x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C269%2C5615%2C3430&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/basket-organic-vegetables-58493290">Goodluz / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cada vez disponemos de más alimentos ecológicos (eco, orgánicos o bio) a nuestro alcance. En general, percibimos que llevar ese adjetivo los hace más beneficiosos para la salud que los convencionales. Pero ¿es en realidad ecológico sinónimo de saludable?</p>
<h2>Bio por todas partes</h2>
<p>De manera muy simplificada, la <a href="https://www.mapa.gob.es/es/alimentacion/temas/produccion-eco/">producción ecológica</a> tiene como principal objetivo producir alimentos a partir de sustancias y procesos naturales, prescindiendo de productos químicos.</p>
<p>Lo ecológico está de moda entre quienes se preocupan por la salud y pueden permitírselo. De hecho, el <a href="https://www.mordorintelligence.com/industry-reports/organic-food-and-beverages-market">mercado</a> de este tipo de productos está en alza y su crecimiento parece imparable.</p>
<p>Fruta, verdura y cereales son ya habituales entre los alimentos ecológicos. Cada vez es mayor la presencia también de productos procesados. Entre ellos nos podemos encontrar galletas, cereales de desayuno, tortitas de cereales, pan tostado, así como bebidas, “yogures” y postres vegetales.</p>
<h2>Preocupados por el medio ambiente y la salud</h2>
<p>La preocupación por el medio ambiente y el bienestar de los animales son dos de las principales <a href="https://www.annualreviews.org/doi/10.1146/annurev-publhealth-031816-044437">razones</a> esgrimidas para elegir alimentos ecológicos, pero también <a href="https://www.mdpi.com/2072-6643/12/6/1881">lo es la salud</a>.</p>
<p>A estos alimentos se les suele atribuir menor riesgo de <a href="https://academic.oup.com/oncolo/article/20/4/372/6399002">cáncer</a>. Pero además, el consumidor cree que tienen <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0950329313000141">menos grasa</a> y <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0195666316308212">calorías</a> que los convencionales, así como <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0950329313000141">mayor contenido de fibra</a>.</p>
<h2>No están claros los beneficios para la salud</h2>
<p>Sin embargo, los posibles beneficios para la salud de los alimentos ecológicos están aún en estudio. Los <a href="https://www.mdpi.com/2072-6643/12/1/7">ensayos clínicos</a> realizados a corto plazo no han dado resultados favorables. Y tampoco disponemos de estudios a largo plazo.</p>
<p>Es cierto que los alimentos ecológicos están asociados a menor incidencia de varias <a href="https://www.mdpi.com/2072-6643/12/1/7">patologías</a> como infertilidad, alergias, síndrome metabólico o diabetes tipo 2. Algunos investigadores apuntan a que la <a href="https://www.mdpi.com/2072-6643/12/1/7">ausencia de pesticidas y el menor contenido de metales pesados</a> podría estar detrás de estos beneficios. Pero también podrían deberse a que los <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10408398.2017.1394815">consumidores de productos ecológicos</a> suelen seguir una dieta y un estilo de vida más saludables, tienen un índice de masa corporal menor y son más activos físicamente.</p>
<p>El tema de las diferencias nutricionales es aún controvertido. Algunos <a href="https://www.annualreviews.org/doi/10.1146/annurev-publhealth-031816-044437">estudios</a> muestran que los cultivos ecológicos tienen más antioxidantes, minerales y vitaminas. Sin embargo, otros trabajos <a href="https://ehjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12940-017-0315-4">no han encontrado diferencias</a> y hay serias dudas respecto a la importancia nutricional de las diferencias encontradas.</p>
<h2>Entonces, ¿son los productos ecológicos saludables?</h2>
<p>En base a nuestros propios <a href="https://www.mdpi.com/2072-6643/15/8/1876">resultados</a>, la respuesta es que, en conjunto, no lo son. Un 80 % de los más de 1 800 productos procesados “eco” que hemos analizado no se pueden considerar saludables. De hecho, casi el 60 % de los productos son altos en <a href="https://theconversation.com/sin-azucares-anadidos-cuando-tiene-sentido-usar-esta-etiqueta-y-cuando-no-169956">azúcares libres</a> y el 41 % contienen demasiada grasa.</p>
<p>Al comparar con los productos convencionales, los ecológicos presentan algunas mejoras nutricionales. Sin embargo, son tan pequeñas que resultan irrelevantes.</p>
<p>Lo que sí hemos observado es que, para algunos tipos de alimentos, hay mayor oferta de la versión saludable en la alternativa ecológica. Por ejemplo, los cereales de desayuno que como ingredientes solo tienen cereales suelen ser ecológicos y son saludables. Por el contrario, en las versiones convencionales abundan los azúcares, la sal y las grasas añadidos. </p>
<p>No le ocurre lo mismo a las galletas orgánicas, que suelen ser productos de gran aporte calórico, con muchos azúcares añadidos y grasa. El pan tostado y productos similares están muy cargados de sal, ecológicos o no. Y los azúcares que aportan todas las bebidas, los “yogures” y los postres vegetales son, en su mayoría <a href="https://theconversation.com/sin-azucares-anadidos-cuando-tiene-sentido-usar-esta-etiqueta-y-cuando-no-169956">libres</a>.</p>
<h2>Declaraciones nutricionales y fortificación</h2>
<p>Si ya de por sí los alimentos ecológicos se perciben como saludables, el uso de reclamos publicitarios del tipo “sin azúcar”, “con fibra” o similares puede potenciar esta impresión. Son las denominadas <a href="https://theconversation.com/light-sin-azucar-o-sin-grasa-la-letra-pequena-de-los-alimentos-152695">declaraciones nutricionales</a>, y es curioso observar que los productos ecológicos utilizan estos <a href="https://www.mdpi.com/2072-6643/15/8/1876">reclamos</a> con mayor frecuencia que los convencionales. </p>
<p>Una de las estrategias para hacer al producto más atractivo es la fortificación o adición de vitaminas y minerales. Pero no es el caso de los ecológicos, ya que apenas están suplementados con vitaminas. En cuanto a minerales, solo lo están algunas bebidas vegetales ecológicas, con calcio y en menor proporción que las convencionales.</p>
<p>Esta escasa fortificación con vitaminas y minerales de las bebidas, los “yogures” y los postres vegetales es importante, porque pretenden sustituir a los lácteos. Sin embargo, si no se suplementan no pueden cubrir las mismas necesidades nutricionales que estos.</p>
<p>En conclusión, desde el punto de vista nutricional, los productos procesados ecológicos no son saludables por el mero hecho de incorporar las etiquetas eco, orgánico o bio. Como con cualquier otro producto, antes de comprarlo hay que fijarse en los ingredientes y leer la información nutricional del paquete.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/202187/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cada vez encontramos más alimentos ecológicos a nuestro alcance. En general, percibimos que estos son más saludables que los convencionales. Pero ¿es en realidad ecológico sinónimo de saludable?Ana Belén Ropero Lara, Profesora Titular de Nutrición y Bromatología - Directora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel HernándezFernando Borrás Rocher, Profesor Bioestadística Facultad Medicina, Universidad Miguel HernándezMarta Beltrá García-Calvo, Profesora de Nutrición y Bromatología. Colaboradora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel HernándezLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1638592021-11-28T20:11:51Z2021-11-28T20:11:51ZAgricultura participativa o cómo fomentar la conexión entre las personas y la naturaleza<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/433272/original/file-20211122-13-1y6johm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1595%2C1061&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Foto de Marina García Llorent3</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Las actividades colectivas y participativas de agricultura son herramientas para introducir la naturaleza en la vida cotidiana de las personas y ayudar a mejorar la conexión entre estas y la naturaleza. La cooperación, la acción colectiva y el papel de las mujeres podrían tener un gran potencial para la transformación del sistema agroalimentario actual hacia un sistema más sostenible y socialmente justo. </p>
<p>A estas conclusiones ha llegado un equipo del <a href="https://laboratoriosocioecosistemas.es/">Laboratorio de Socioecosistemas</a> del departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). El <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/26395916.2020.1766573">estudio se ha publicado</a> en la revista <em><a href="https://www.tandfonline.com/toc/tbsm22/current">Ecosystems and People</a></em>.</p>
<p>A través de iniciativas locales de <a href="https://www.bancomundial.org/es/news/feature/2013/11/12/vietnam-group-farming-of-new-products-as-a-way-out-of-poverty">agricultura colectiva</a> basadas en la agroecología, mediante las que se realizan actividades participativas en torno a una agricultura ambientalmente sostenible y socialmente justa, es posible volver a entender la naturaleza desde diferentes puntos: desde lo material, lo experiencial, lo cognitivo, lo emocional o lo filosófico. </p>
<p>En esta investigación se han identificado los factores que explican un mayor vínculo con la naturaleza: la importancia social que se da a los paisajes agrícolas locales, los vínculos personales con las actividades agrícolas, el tiempo que se pasa al aire libre y personas autodenominadas como mujeres. Es decir, cuando estos factores se daban en la vida cotidiana de las personas, su conexión con la naturaleza era mayor. </p>
<h2>Las mujeres y su conexión filosófica con la naturaleza</h2>
<p>En el estudio se ha descubierto que las mujeres mostraban una visión del mundo más fuerte y amplia en los argumentos filosóficos sobre su conexión con la naturaleza, mientras que los hombres se vinculaban con la naturaleza mediante respuestas más cognitivas. </p>
<p>Los resultados del estudio se han recopilado a través de talleres realizados con las personas que participaban en la iniciativa de agricultura colectiva y participativa <a href="https://agrolabmadrid.com/">Agrolab</a>. </p>
<p>Agrolab es una iniciativa de formación práctica en agroecología. A través de ella se hacen talleres donde se trabaja la reflexión sobre la relación con la naturaleza de manera individual y colectiva. La información que se obtuvo trató de explicar los factores que influyen en la relación de las personas con la naturaleza, cómo entendemos de manera individual la relación de la naturaleza con uno mismo y la comprensión social de lo que significa estar conectado o no con la naturaleza.</p>
<p>Es importante comprender que vivimos en una situación de rápidos cambios globales, y entender los factores que impulsan la conexión entre las personas y la naturaleza es clave para fomentar la sostenibilidad ambiental y cultural de los paisajes agrícolas. Un reto en nuestra era es incluir los componentes básicos para un futuro deseable, como economías alternativas y nuevas métricas para medir el bienestar humano.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/432835/original/file-20211119-12563-1bgwalq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/432835/original/file-20211119-12563-1bgwalq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/432835/original/file-20211119-12563-1bgwalq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/432835/original/file-20211119-12563-1bgwalq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/432835/original/file-20211119-12563-1bgwalq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/432835/original/file-20211119-12563-1bgwalq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/432835/original/file-20211119-12563-1bgwalq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/432835/original/file-20211119-12563-1bgwalq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Diversas semillas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/creating-seed-bank-packing-storing-organic-1694128690">Shutterstock / hanif66</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>La importancia de las semillas para construir buenos antropocenos</h2>
<p>Desde este punto, estamos continuando la investigación con el proyecto <a href="https://laboratoriosocioecosistemas.es/portfolio_page/savia/">SAVIA-Sembrando Alternativas de Innovación Agroecológica</a>. En uno de sus objetivos se basa en la iniciativa social <a href="https://goodanthropocenes.net/"><em>Seed of good Anthropocenes</em></a>, que recopila semillas para unos buenos <a href="https://es.unesco.org/courier/2018-2/antropoceno-problematica-vital-debate-cientifico">Antropocenos</a>, es decir, proyectos, proyectos y experiencias que siendo escasos en sus territorios juegan un papel fundamental en la <a href="https://www.ipcc.ch/srccl/">Crisis Climática</a>, con una mirada territorializada en los sistemas de producción y consumo. </p>
<p>Los resultados de esta investigación revelan que las estrategias agrícolas colectivas como la iniciativa Agrolab y las semillas para un buen Antropoceno pueden fomentar la conexión entre las personas y la naturaleza a través de la intervención en diferentes ámbitos de manera simultánea. </p>
<p>Estas intervenciones representan dos tipos de puntos de influencia para el cambio: las intervenciones superficiales, que son fáciles de aplicar pero que tienen una capacidad limitada para provocar un cambio transformador, y las intervenciones profundas, que son difíciles de aplicar pero que tienen una gran capacidad para provocar un cambio transformador (por ejemplo, el acceso a la información o las visiones del mundo). </p>
<p>Los retos de la investigación que surgieron indican la necesidad de explorar la conexión entre las personas y la naturaleza desde una perspectiva emocional y relacional. Así, creemos necesario inspirar estrategias agrícolas que promuevan relaciones más inclusivas y diversas entre las personas y los paisajes naturales como las que podemos encontrar en las iniciativas agroecológicas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163859/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las actividades de agricultura colectivas y participativas pueden introducir la naturaleza en la vida cotidiana de las personas. La cooperación, la acción colectiva y el papel de las mujeres podrían tener un gran potencial para la transformación del sistema agroalimentario actual hacia un sistema más sostenible y socialmente justo.Irene Pérez-Ramírez, Investigadora en Socioecosistemas, Universidad Autónoma de MadridMarina García-Llorente, Investigadora en Socioecosistemas, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1633052021-07-27T18:18:17Z2021-07-27T18:18:17ZLos desafíos invisibles de una agricultura verde en Europa<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/409079/original/file-20210630-23-1g6mewt.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C36%2C4019%2C2963&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Paisaje nivelado artificialmente con monocultivo intensivo de cítricos en el sureste español. Esta apariencia "verde" está sustentada por elevados insumos y una baja biodiversidad.</span> <span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>La pandemia nos ha enseñado que el medio ambiente tiene un papel fundamental en la salud mundial. La biodiversidad y el buen estado de los ecosistemas no solo son un seguro para la sostenibilidad y habitabilidad del planeta. <a href="https://theconversation.com/si-no-sanamos-el-clima-volveremos-a-enfermar-135091">Ambos protegen nuestra nuestra salud, poniendo barreras naturales a los virus</a>. <a href="https://theconversation.com/una-pac-mas-justa-y-sostenible-basada-en-el-conocimiento-cientifico-160029">La agricultura es medio ambiente</a>, forma agroecosistemas, y las prácticas sostenibles en agricultura sirven tanto a la salud de la población como a la del planeta.</p>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0921800907003035">Los agroecosistemas producen mucho más que alimentos</a>. Cuando están bien mantenidos y en armonía con la naturaleza, sus diversas funciones sirven al bienestar humano, generan servicios ecosistémicos. Por ejemplo: </p>
<ul>
<li><p>filtran el agua en los suelos y fijan el propio suelo en su lugar, </p></li>
<li><p>disminuyen inundaciones y coladas de barro, </p></li>
<li><p>atraen polinizadores, </p></li>
<li><p>retienen carbono en suelos y vegetación, que no se incorpora a la atmósfera disminuyendo los gases de efecto invernadero, </p></li>
<li><p>y albergan paisajes que son herencias culturales de territorios, preservando su memoria colectiva. </p></li>
</ul>
<h2>La agricultura dentro del Pacto Verde europeo</h2>
<p>El <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_es">Pacto Verde europeo</a>, que propone conseguir una Europa climáticamente neutra en 2050, y ser el primer continente climáticamente neutro, pone uno de sus focos en la agricultura. Pretende cambiar progresivamente la forma en que se practica hoy en día. Actualmente, <a href="https://www.eea.europa.eu/publications/annual-european-union-greenhouse-gas-inventory-2021">es el segundo sector en emisiones de gases de efecto invernadero (11 %) de la Unión Europea (UE), por delante del sector industrial</a>.</p>
<p>El sistema <a href="https://theconversation.com/medidas-para-garantizar-la-sostenibilidad-de-la-agricultura-mediterranea-128179">agroindustrial intensivo actual de producción de alimentos</a> y consumo no es sostenible. Es, en gran parte, responsable de desastres ambientales como la degradación de suelos sobreexplotados y formas de paisaje artificiales que propician inundaciones. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=YjdlXxhcvsc&list=PLEf11FLKsEh4VvHQ4e5Za_4AIIvlu9gEZ&index=13&t=2480s">Flujos cargados de nutrientes que contaminan ríos, lagunas interiores, acuíferos subterráneos y el mar</a>. </p>
<p>Para poder realizar esta transición hacia una agricultura más verde y sostenible, en un plazo de tiempo corto, se ha diseñado dentro del Pacto Verde <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal/actions-being-taken-eu/farm-fork_es">la estrategia “De la granja a la mesa”</a>. Se trata de una amplia declaración de intenciones que abarca todo el sistema alimentario, desde la producción de alimentos, a la distribución y el consumo. </p>
<p>Esta estrategia quiere respetar los límites del planeta tanto al producir como al consumir; alimentos sanos en un mundo sano. La agricultura es, asimismo, un elemento clave en otro gran pilar del Pacto Verde: <a href="https://ec.europa.eu/info/sites/default/files/env-20-002_factsheet1-vbo-es.pdf">la estrategia de Biodiversidad, que entiende que un planeta sano pasa por una agricultura sostenible</a>.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Plantación de tomillos alternando entre filas de almendros en campos de secano, extremadamente áridos y con suelos pobres, en el sureste español. La diversificación de cultivos con aromáticas es una alternativa de manejo de agroecosistemas de secano con potenciales beneficios medioambientales: mejora de los suelos, control de la erosión, secuestro de carbono atmosférico en suelos y vegetación, que contribuye a mitigar el cambio climático. Además, favorece el aumento de polinizadores y de la biodiversidad, con potenciales beneficios económicos. Ejemplo del proyecto Diverfarming.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>La estrategia “De la granja a la mesa” propone alcanzar un mínimo de un 25 % de agricultura ecológica en territorio europeo, reducir un 50 % el uso de pesticidas y un 20 % el uso de fertilizantes, todo ello en menos de una década (2030). Estos cambios son un importante reto para nuestra sociedad.</p>
<p>Pero, dada la complejidad de los sistemas de producción y distribución de alimentos y sus efectos, nos preguntamos: </p>
<ul>
<li><p>¿Un sistema agrícola más ecológico producirá suficientes alimentos para dar de comer a la creciente población mundial (<a href="https://www.un.org/development/desa/es/news/population/world-population-prospects-2017.html">8 600 millones en 2030</a>)?</p></li>
<li><p>¿Producirá Europa alimentos con menos impacto en el medio ambiente a costa de <a href="https://theconversation.com/el-dano-colateral-de-los-pactos-verdes-el-colonialismo-ambiental-161764">externalizar parte de la producción y sus impactos negativos a otros países</a>?</p></li>
<li><p>¿<a href="https://theconversation.com/podemos-comer-sano-y-de-forma-sostenible-162619">Son necesarios cambios en nuestra dieta para favorecer un sistema alimentario más sostenible</a>?</p></li>
</ul>
<h2>Los desafíos de la estrategia europea</h2>
<p>Una cosa parece clara: una transición viable hacia una agricultura más verde no puede basarse solo en la producción sostenible, sino también en el consumo responsable. Los cambios, frecuentemente, no son tan fáciles y directos. Bajo la estrategia “De la granja a la mesa” subyacen una serie de desafíos invisibles:</p>
<p><strong>¿La producción será suficiente?</strong> </p>
<p>No existe consenso científico sobre si un aumento importante de la producción en ecológico podrá alimentar a la población mundial. Según la cumbre de la FAO de 2008 en Roma sobre Seguridad Alimentaria Mundial, la producción de alimentos debe aumentar un 50 % para 2030, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0743016712001155?via%3Dihub">y duplicarse para 2050 para alimentar a 9 mil millones de personas en el planeta</a>. Pero <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0743016711000830?via%3Dihub">no toda la comunidad científica está completamente de acuerdo en estas previsiones</a>.</p>
<p>En este contexto, la UE pretende convertir un mínimo del 25 % del terreno agrícola a agricultura ecológica, a pesar de que algunos estudios indicaron una disminución de la producción entre el <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/renewable-agriculture-and-food-systems/article/abs/organic-agriculture-and-the-global-food-supply/93DD2635AC706B08EE68B881D17A143B">20 %</a> y el <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0030727019831702">35 %</a> en agricultura ecológica comparada con la agricultura convencional. La clave podría estar en combinar esta medida con otras.</p>
<p><strong>¿Qué ocurre con las restricciones de fertilizantes?</strong> </p>
<p>La adición limitada de fertilizantes minerales en agricultura ecológica, como por ejemplo <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-017-01410-w">nitrógeno, provoca su búsqueda en otras fuentes alternativas, como la plantación de leguminosas</a>. Para compensar este déficit de nitrógeno sintético, se debe utilizar más superficie para plantar leguminosas, que fijan biológicamente el nitrógeno, y sirve para suministrar nitrógeno a cultivos no leguminosos. Esto implica menor superficie disponible para otros cultivos. La fijación de nitrógeno por leguminosas propuesta por la agricultura ecológica necesitaría <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0378429018308438">2,6 unidades de tierra más para producir el mismo rendimiento que la agricultura convencional</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Monocultivo de mandarinos diversificado con cebada y veza. Tanto la cebada como la veza son fijadoras de nitrógeno en el suelo. Su cultivo en calles anteriormente desnudas, aumenta la biodiversidad y mejora la calidad del suelo: favorece la infiltración y previene la erosión, al mismo tiempo que mejora su estructura y potencialmente el secuestro de carbono. Ejemplo del proyecto Diverfarming.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>¿Cambiaremos nuestra dieta?</strong> </p>
<p>La agricultura ecológica combinada con una reducción de la ganadería es <a href="http://dx.doi.org/10.1038/s41467-017-01410-w">una solución prometedora para avanzar en sistemas alimentarios sostenibles</a>. La reducción de la ganadería implicaría una reducción de la demanda de tierra para alimentar al ganado. </p>
<p>Esta solución pasa necesariamente por un cambio en la dieta, reduciendo el consumo de productos animales, <a href="https://theconversation.com/comer-menos-carne-contra-el-cambio-climatico-una-estrategia-controvertida-y-llena-de-matices-112026">con implicaciones positivas para el medio ambiente</a> y la salud de la población. Aquí desempeñan un papel importante, de nuevo, las leguminosas. Además de fijar nitrógeno en el suelo, necesario para los cultivos, el consumo de legumbres como fuente de proteínas compensaría el descenso del consumo de proteínas de origen animal.</p>
<p><strong>¿Reduciremos el desperdicio alimentario?</strong></p>
<p>Junto con la reducción de la ganadería y el aumento de la agricultura ecológica, la reducción del desperdicio alimentario es clave. Hay varias causas de desperdicio de alimentos: problemas de procesamiento y falta de planificación adecuada, pérdidas tras las cosechas para control de precios, y el desperdicio que hacemos en nuestras propias casas. Por ejemplo, un consumidor estadounidense medio desperdicia <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0195405">una cuarta parte de la comida diaria disponible para el consumo</a> y un 7 % de la tierra de cultivo anual. </p>
<p>De aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial que no se consumen, <a href="https://www.nature.com/articles/s43016-020-00186-5">alrededor de un 14 % corresponde a pérdidas tras las cosechas</a>. Esta es una práctica principalmente utilizada en países relativamente ricos para controlar los precios de mercado, evitando que los precios bajen por debajo de los costes de producción. Tiene un elevado impacto ambiental, y además consume recursos naturales que finalmente no aportan alimentos al mercado.</p>
<p><strong>¿Externalizaremos los impactos negativos?</strong></p>
<p>El riesgo de <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-020-02991-1">externalizar el daño de la agricultura intensiva a otros países</a> que no ponen limitaciones al uso de pesticidas, herbicidas, fertilizantes y deforestación para uso agrícola, pero suministran alimentos a la UE, es uno de los peligros de esta estrategia. La misma estrategia reconoce que el sistema alimentario de la UE debe acompañarse de políticas similares a nivel mundial, <a href="https://theconversation.com/el-dano-colateral-de-los-pactos-verdes-el-colonialismo-ambiental-161764">para evitar que Europa importe alimentos producidos en otros países en condiciones no sostenibles</a>.</p>
<h2>Respetar la naturaleza y los derechos sociales</h2>
<p>La estrategia deja abiertas diferentes vías para la consecución de sus objetivos, sin concretar de momento más allá. Prevé utilizar algunos instrumentos legales, entre ellos:</p>
<ul>
<li><p>El Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER).</p></li>
<li><p>Diferentes directivas y planes de acción (Plan de Acción para la Economía Circular, Gestión Integrada de Plagas, etc.).</p></li>
<li><p>La Política Agraria Común (PAC) adaptada a cada estado miembro.</p></li>
</ul>
<p>La estrategia da especial importancia a los derechos sociales, con foco en los trabajadores precarios, estacionales y no declarados, <a href="https://www.theguardian.com/global-development/2020/sep/20/we-pick-your-food-migrant-workers-speak-out-from-spains-plastic-sea">mano de obra demasiado frecuente en la agricultura intensiva</a>. Y apoya el impulso de diferentes estrategias de manejo agrícola sostenible. Actualmente, conviven, y se solapan, variadas prácticas agrícolas verdes. Buscan compatibilizar la producción de alimentos, modos de vida sostenible y dignos con:</p>
<ul>
<li><p>el respeto medioambiental (agricultura ecológica),</p></li>
<li><p>la lucha contra el cambio climático (agricultura del carbono),</p></li>
<li><p>el control de la degradación del suelo (agricultura de conservación),</p></li>
<li><p>el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=aD9A2T8JKlM">aumento de la biodiversidad </a>(<a href="http://www.diverfarming.eu/index.php/en/">diversificación del cultivos</a>, agricultura ecosistémica),</p></li>
<li><p>todas estas prácticas buscan en general la <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11027-013-9535-2#page-1">mejora de variados servicios ecosistémicos</a>.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Paisaje con almendros y cubierta verde" src="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Cubierta verde en almendro de secano en Almería, Sierra María-Los Vélez. El manejo de cubiertas verdes en monocultivos de secano aporta variados servicios ecosistémicos: mantiene la humedad del suelo y la fijación de nutrientes, aumenta la biodiversidad dentro del suelo y sobre el mismo, aumenta la infiltración de agua en el suelo, reduciendo la erosión, y mejora la calidad del paisaje. Este paisaje es ejemplo de inspiración para iniciativas pioneras que promocionan los valores del entorno rural, a través de personas y asociaciones dedicadas como Dietmar Roth y la asociación Alvelal.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Joris de Vente</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Algunas de estas prácticas pueden ser <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969718332200">similares, aunque con diferentes matices</a>. Distintos sistemas agrícolas, con enfoques desde más intensivos a más extensivos. Algunos poniendo el acento en la productividad, optimizando recursos (agricultura de precisión, vertical) hasta los que tienen como finalidad dejar una herencia medioambiental y cultural limpia y en buenas condiciones a futuras generaciones (<a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0167880920303777?via%3Dihub">agricultura regenerativa</a>). </p>
<p>Generalizando, podemos agruparlos en dos grandes modelos. Ambos coinciden en algunos aspectos y discrepan en otros:</p>
<ol>
<li><p><strong>La intensificación sostenible.</strong> Se centra en optimizar la agricultura a gran escala mientras se reducen sus impactos medioambientales negativos. Su lema podría resumirse en <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10113-016-1027-y">“alimenta al mundo de forma sostenible”</a>.</p></li>
<li><p><strong>La agroecología.</strong> Aplica principios ecológicos y de sostenibilidad a todo el sistema alimentario, poniendo el foco en promover los procesos naturales del ecosistema para producir alimentos, basándose en el conocimiento tradicional y local. Busca la justicia social y la soberanía alimentaria, empoderando a los productores. <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10113-016-1027-y">Su lema podría resumirse en “ayuda al mundo a alimentarse de forma sostenible”</a>.</p></li>
</ol>
<p>La polémica y los conflictos entre enfoques están servidos, desde los que acusan al primer modelo de seguir sometido al sistema neoliberal y realizar <a href="https://www.ecologiaverde.com/greenwashing-que-es-como-funciona-y-ejemplos-2077.html"><em>green washing</em></a> hasta los que acusan al segundo de ser poco realista y no poder aplicarse a gran escala.</p>
<p>El foco en la agricultura del Pacto Verde es enormemente ambicioso, pero necesario. Nos saca de la inacción. Es probablemente mejorable, pero puede significar un cambio en la concepción de los sistemas alimentarios y en la utilización de la naturaleza al servicio de la humanidad. Aprovechemos esta oportunidad, busquemos la equidad y trabajemos con la naturaleza, no contra ella.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163305/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carolina Boix Fayos (y el grupo de Erosión y Conservación de Aguas y Suelo del CEBAS-CSIC) recibe para su investigación fondos de convocatorias de investigación competitivas de la Comunidad Europea (proyecto DIVERFARMING 728003 y COASTAL 773782), del Ministerio de Ciencia e Innovación (proyecto AGRI_SER PID2020-119825RB-I00) y de la Fundación Séneca Región de Murcia (proyecto DECADE 20917/PI/18). </span></em></p>La estrategia europea “De la granja a la mesa” pretende cambiar desde la producción al consumo de alimentos. ¿Cómo conseguiremos alimentarnos sin perjudicar al medio ambiente y con justicia social?Carolina Boix Fayos, Investigadora, Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1451232020-08-30T19:18:07Z2020-08-30T19:18:07Z¿Qué comida es más respetuosa con el medio ambiente?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/355340/original/file-20200828-23-18lr73x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3818%2C2543&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">jens johnsson ASTYbCCA g unsplash</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/_ASTYbCCA1g">Unsplash/Jens Johnsson</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero <a href="https://theconversation.com/comer-menos-carne-contra-el-cambio-climatico-una-estrategia-controvertida-y-llena-de-matices-112026">es la agricultura y la ganadería</a>. Por lo tanto, nuestras decisiones a la hora de alimentarnos pueden tener un impacto significativo para reducir nuestra huella en el planeta. </p>
<p>La revista <em>The Lancet</em> publicó en 2019 un artículo que analizaba todas las variables y sacaba una especie de dieta de consenso, que bautizó como <a href="https://eatforum.org/learn-and-discover/the-planetary-health-diet/">“dieta sana planetaria”</a>. Esta tenía en cuenta factores como la salud, pero también la emisión de gases de efecto invernadero y el impacto sobre la biodiversidad. </p>
<p>El resultado es una dieta flexitariana, de base vegetariana en la que pueden aparecer productos animales como pescado y, raramente, carne. </p>
<p>Es complicado encontrar una solución global para todo el planeta dados los condicionantes respecto a la producción de alimentos. Un tomate puede tener muy bajo impacto ambiental en Almería y muy alto en Estocolmo. La dieta más beneficiosa para el planeta no puede ser algo universal y hay que hacer ajustes en cada zona, pero es una buena aproximación. </p>
<p>Otros aspectos relacionados con la alimentación, como evitar el desperdicio de alimentos y tratar de consumir productos de cercanía o de temporada están, en general, fuera de discusión. Aun así, la producción local es matizable: puede tener menos impacto ambiental un tomate de Almería llevado en camión a Estocolmo que uno producido allí en un invernadero con calefacción todo el año.</p>
<h2>¿Es mejor lo ecológico?</h2>
<p>Hay un aspecto de este debate que suscita mucha controversia, como es el hecho de si la comida ecológica es mejor para el planeta. <a href="https://theconversation.com/podemos-mejorar-el-planeta-desde-la-alimentacion-144439">Algunos sostienen esta tesis</a>, pero un análisis riguroso de este tema indica justo lo contrario.</p>
<p>Por ley, para que un alimento pueda ser considerado ecológico debe de haberse producido según un reglamento de producción ecológica. Esto tiene que haber sido acreditado por una empresa certificadora que le otorga el sello (en Europa, el relieve de una hoja hecho con estrellas blancas sobre un fondo verde). </p>
<p>Si leemos el reglamento vemos que no habla de impacto ambiental, emisiones o huella hídrica o de carbono. Simplemente regula el tipo de insumos que se pueden utilizar en el cultivo, admitiendo solo los que son de origen natural. Esto de por sí ya no tiene sustento científico, puesto que las propiedades de cualquier compuesto dependen de su composición, no de su origen. También recoge otros elementos más controvertidos <a href="https://ojs.uv.es/index.php/Metode/article/view/9984">como el uso de la homeopatía o de la agricultura biodinámica</a>. </p>
<p>Tampoco se regula el uso de frutas o verduras en temporada ni el transporte de alimentos, con lo que varios de los aspectos que más incidencia tienen en el impacto de un alimento quedan excluidos. Eso permite que manzanas de Chile y kiwis de Nueva Zelanda puedan ser considerados ecológicos.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/355341/original/file-20200828-25-1vyzpdy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/355341/original/file-20200828-25-1vyzpdy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/355341/original/file-20200828-25-1vyzpdy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/355341/original/file-20200828-25-1vyzpdy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/355341/original/file-20200828-25-1vyzpdy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/355341/original/file-20200828-25-1vyzpdy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/355341/original/file-20200828-25-1vyzpdy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/UD_j10SKj5g">Unsplash/Alex Ghizila</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>A pesar de no tener base científica, ¿pueden estas prácticas aportar algún beneficio ambiental? El primer problema que nos encontramos <a href="https://www.nature.com/news/organic-farming-is-rarely-enough-1.10519">es la caída de producción</a>. Cualquiera que haya consumido alimentos ecológicos habrá notado su elevado precio, debido principalmente a la necesidad de compensar las pérdidas de producto. </p>
<p>Esto implica que si toda la producción se convirtiera en ecológica necesitaríamos más tierra de la disponible para poder seguir alimentando a la población. Además, aumentaríamos las emisiones de gases de efecto invernadero, como han señalado <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-019-12622-7">varios estudios</a> y <a href="https://ourworldindata.org/is-organic-agriculture-better-for-the-environment">metaanálisis</a>.</p>
<p>Otro de los aspectos que incide en el alto impacto ambiental de la producción ecológica es que el propio reglamento prohíbe explícitamente el uso de técnicas de mejora genética como los transgénicos y CRISPR, o el uso de cultivo hidropónico. </p>
<p>Ambas tecnologías pueden aportar beneficios ambientales <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0111629">como evitar el uso de pesticidas y aumentar la producción</a> sin incrementar el uso de suelo. De hecho, incorporarlas a la producción ecológica evitaría muchos de los problemas que presenta en la actualidad. </p>
<p>Algunos estudios han visto que el impacto de la producción convencional es aparentemente mayor <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s13593-014-0267-9">cuando se incorporan en el cálculo el coste energético de la producción de insumos</a>, principalmente del fertilizante nitrogenado, ya que esta es elevada. </p>
<p>Sin embargo, obvian que eso depende del “mix energético” (la combinación de fuentes de energía primaria que se utiliza en una zona geográfica): en países donde este no dependa de combustibles fósiles, sino de fuentes con bajas emisiones de carbono como las energías renovables o la energía nuclear, el cálculo vuelve a ser muy favorable a la producción convencional en este aspecto concreto. </p>
<p>Por lo tanto, a día de hoy, ninguna evidencia científica permite decir que el consumo de productos con el sello ecológico sea mejor para el planeta. Si quiere salvar el planeta, coma más fruta y verdura de temporada y olvídese de los sellos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/145123/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Miguel Mulet recibe fondos de el gobierno de España y de la Generalitat Valenciana en forma de proyectos de investigación obtenidos en convocatorias públicas competititvas.</span></em></p>A la hora de evaluar el impacto de un sistema de producción intervienen muchos factores. Los productos ecológicos no salen tan bien parados como se cree.José Miguel Mulet, profesor titular del departamento de Biotecnología, Universitat Politècnica de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.