En el Día Mundial del Refugiado es importante reflexionar sobre por qué millones de personas tienen que abandonar su hogar mientras el resto del mundo mira desde la barrera.
El estudio ‘Estilos de pensar la ciencia: diagnóstico y prevalencia’ explora las maneras de entender la ciencia y la crisis ecológica de la población española. Ha encontrado que están muy relacionadas con la ideología política y religiosa.
Solo con valores y comportamientos asumidos de solidaridad, tolerancia, empatía, igualdad y seguridad podremos hacer frente con determinación y esperanza a las múltiples incertidumbres y crisis en las que estamos inmersos.
Los compromisos actuales de los países de cara a 2030 nos llevan a un aumento de unos 2,5 ℃ en la temperatura global. En la cumbre deberían acordarse medidas más ambiciosas para frenar el calentamiento global.
Cartel anunciador del la COP26 en Glasgow (Escocia, Reino Unido).
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Aunque la reunión puede ayudar a poner el cambio climático en el foco de la atención pública y mediática, en la práctica es difícil que salgan de ella compromisos materializables o progresos reales.
Huelga por el clima en Berlín, Alemania, el 20 de septiembre de 2019.
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Para mitigar el calentamiento global hace falta innovación y participación social, pero también es necesario incluirlo en la agenda económica que marca las decisiones políticas.
La ecoansiedad se relaciona con la preocupación por el cambio climático y con respuestas emocionales negativas ante sus efectos. Son necesarios más estudios para aclarar este concepto.
Debido a la pandemia, el cambio climático protagoniza escasas noticias. Internet, y en especial YouTube, constituye una fuente alternativa para encontrar contenidos que explican este problema global.
En el 2020, los Estados tenían que actualizar sus compromisos para reducir emisiones. Siguen siendo demasiado poco ambiciosos como para disminuir lo suficiente los gases causantes del cambio climático. El Acuerdo de París está fracasando.
La ciencia debe formar parte de los cimientos sobre los que se apoyen las políticas para salir de la actual crisis y fortalecer la industria y la economía europeas para avanzar hacia el futuro.
Captar la atención de los ciudadanos no es suficiente para que se involucren en la mitigación de la crisis climática. Es necesario captar su interés y conseguir que venzan su resistencia al cambio.
El concepto de cambio climático o cambio global resulta demasiado difuso para definir el fenómeno que vivimos. Nos encontramos ante un proceso de deterioro ambiental; ante una pandemia ambiental.
Las causas de la emergencia climática y la covid-19 tienen elementos comunes y sus efectos son convergentes. Las decisiones deberían abordar ambas situaciones para preservar la salud global del planeta.
Debemos reducir las emisiones un 7,6% anualmente antes de 2030 para no superar los 1,5°C de calentamiento global. El peor escenario climático nos llevaría a un aumento de casi 5°C a finales de siglo.
El sistema sanitario supone una importante huella de carbono para el medio ambiente. Esto evidencia la necesidad de pasar a un modelo de salud preventivo, en el que las vacunas son un factor clave.
Desde el estado de alarma y hasta el final de la desescalada, las compras por internet aumentaron un 67% en España. Pero, ¿sabe realmente el consumidor el impacto ambiental que genera esta actividad?
Dos encuestas realizadas en 2019 y 2020 revelan que incluso en tiempos de crisis sanitaria mundial, existe un apoyo público para hacer frente a la crisis climática.
Cuestiones como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad están relacionadas con la situación de crisis que vivimos. Tengámoslas en cuenta.
Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)