La digitalización ha cambiado los patrones de compra en la industria de la moda. El incremento de las ventas a través de internet lleva a muchas empresas a replantearse ajustes en su red comercial.
Los centros educativos avanzan en la digitalización tras el impulso de la pandemia, aunque aún faltan planes a medio plazo, especialistas y aplicaciones concretas en metodologías y evaluación.
Digitalizar el ámbito universitario es mucho más que trasladar a internet los datos o las clases. Esta oportunidad de transformación necesita una actitud y una cultura abiertas y positivas.
Netflix cambia su estrategia en solo unas semanas tras la caída de suscriptores: de decir que el camino no era la publicidad a asegurar que la incorporará en uno o dos años
Las empresas comienzan a abrir las puertas a trabajadores con perfiles humanísticos, que pueden ser especialmente útiles para la transformación tecnológica de estas.
Los países en desarrollo sin litoral necesitan una mayor integración comercial internacional. Las economías ricas deben promover y facilitar la participación de los países sin costas en la toma de decisiones relativas al comercio.
A día de hoy el metaverso ofrece, sobre todo, experiencias lúdicas. Sin embargo, marcas y empresas están buscando el modo de crear y asegurarse el negocio en esta nueva forma de internet.
Tras el parón de 2020 la venta de viviendas se ha ido recuperando, aupada por los bajos tipos de interés. Habrá que ver si la amenaza de la inflación hace variar esta tendencia.
Los Gobiernos deben incentivar una innovación menos centrada en la automatización y más en tecnologías compatibles con las personas para generar mejores empleos y, así, una prosperidad económica más compartida.
Las nuevas tecnologías ayudarán a los agricultores a garantizar que emplean una cantidad de agua de riego óptima en los cultivos y que los fertilizantes no están contaminando los acuíferos.
La pandemia de la covid-19 y la nueva normalidad han obligado a acelerar los procesos de digitalización en la sociedad en general, y en la Administración pública en particular. Un artículo original de Telos, la revista que edita Fundación Telefónica.
En el futuro todas las profesiones contarán con el apoyo, directo o indirecto, de la tecnología. Tenderán a automatizarse las actividades que no aporten valor, manteniendo a los trabajadores en aquellas más creativas. Pero el algoritmo aprende.
Una sociedad cada vez más tecnológica necesita consumir un gran volumen de recursos naturales y nos obliga a renovarnos constantemente si no queremos quedar obsoletos.
Ricardo Riaza, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Tal vez las expectativas puestas en las tecnologías en educación hayan sido desde el principio demasiado altas. ¿Están produciendo mejoras en el aprendizaje? ¿Se están aplicando adecuadamente?
Las nuevas tecnologías pueden generar perdedores. En el mundo rural, debe garantizarse que sean inclusivas, dotando a sus habitantes de competencias digitales y evitando la marginación.
La desprotección de los trabajadores y la falta de derechos laborales y de sindicalización hacen que vayamos a un mundo de relaciones laborales unipersonales, una tendencia cada vez más marcada en el mercado laboral.
En el siglo XXI, factores como la flexibilidad, la autonomía, la posibilidad de conciliar, tener un trabajo interesante o contar con un buen líder son factores que sirven para atraer talento a las organizaciones.
Expert in AI, Data and Tech for Development, Policy-making and Governance. Expert in biomedical and digital innovation., Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Catedrática de Historia e Instituciones Económicas, (UPNA). Directora del Institute for Advanced Research in Business and Economics (INARBE), Universidad Pública de Navarra