tag:theconversation.com,2011:/es/topics/ganado-vacuno-63690/articlesganado vacuno – The Conversation2023-09-10T20:36:50Ztag:theconversation.com,2011:article/2128872023-09-10T20:36:50Z2023-09-10T20:36:50ZLa inquietante enfermedad hemorrágica epizoótica que amenaza a los ciervos y al ganado<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/546927/original/file-20230907-15-7zp74c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C417%2C5361%2C3145&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cervus-elaphus-red-deer-female-lying-2221284115">LFRabanedo / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El pasado 10 de noviembre de 2022, las autoridades italianas comunicaron la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37081599/">detección de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) en explotaciones de ganado bovino en la isla de Cerdeña</a>. Unos días más tarde también se registraron casos en Sicilia. Estos brotes constituyeron los primeros de la dolencia identificados hasta la fecha en Europa. </p>
<p>Poco después, el 18 de noviembre de 2022, fueron detectados los primeros casos en España, en el sur de la península. Desde entonces, la enfermedad se ha extendido por la geografía española y ya han sido comunicados más de <a href="https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/sanidad-animal-higiene-ganadera/notaehe_29_08_2023_tcm30-659356.pdf">80 brotes en bovinos y cérvidos</a>, con cientos de casos repartidos por numerosas comunidades autónomas.</p>
<h2>No se contagia a los humanos</h2>
<p>El <a href="https://theconversation.com/el-58-de-las-enfermedades-infecciosas-humanas-puede-empeorar-con-el-cambio-climatico-188473">cambio climático</a> y la globalización han aumentado el riesgo de que los patógenos se propaguen a áreas geográficas nuevas e inesperadas, pero ¿qué es la enfermedad hemorrágica epizoótica y qué riesgo supone?</p>
<p>La Organización Mundial de Sanidad Animal clasifica la enfermedad hemorrágica epizoótica como una afección de rumiantes domésticos y salvajes causada por el virus de la enfermedad hemorrágica epizoótica (VEHE). Este patógeno es un miembro de la familia <em>Reoviridae</em>, género <em>Orbivirus</em>, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7706924/#:%7E:text=It%20is%20widespread%20in%20tropical,1%20(1%2C2)">del que existen más de ocho serotipos</a>. </p>
<p>El virus tiene un genoma de ARN bicatenario (es decir, el material genético es ARN de cadena doble) de diez segmentos que codifica <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19632280/">siete proteínas estructurales (VP1-VP7)</a> y cuatro proteínas no estructurales (NS1, NS2, NS3/NS3a y NS4). La proteína VP2 es el principal determinante de la especificidad del serotipo, mientras que la VP7 posee antígenos específicos de serogrupo.</p>
<p>La enfermedad es de declaración obligatoria porque conlleva un alto riesgo de generar importantes pérdidas económicas directas e indirectas, pero no nos enfrentamos a una zoonosis, es decir, no se transmite a los humanos. De todos modos, es categorizada por la Unión Europea como enfermedad objeto de vigilancia y deben adoptarse medidas para evitar su propagación.</p>
<h2>Los ciervos, principales afectados</h2>
<p>El virus es transmitido por la picadura de insectos del género <em>Culicoides</em>, e infecta a muchas especies de rumiantes. Su sintomatología puede variar drásticamente y manifestarse desde asintomáticamente o como una dolencia leve hasta provocar un desenlace funesto. En algunos brotes, las estimaciones de mortalidad alcanzan hasta el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15465704/">20 % en ciervos salvajes</a>. </p>
<p>De hecho, los ciervos son las especies más afectadas por la forma hiperaguda, caracterizada por fiebre, anorexia, dificultad respiratoria, edema severo de la cabeza y el cuello, lesiones en lengua y paladar, indiferencia hacia los humanos y, en etapas posteriores, hemorragia por los orificios corporales. La enfermedad hemorrágica epizoótica causa deshidratación y una temperatura corporal alta, lo que hace que los afectados busquen agua antes de morir. En 2012, solo en treinta condados norteamericanos del estado de Míchigan, <a href="https://scholarworks.gvsu.edu/honorsprojects/194/">mató a 15 000 ciervos</a>. </p>
<p>En España, las estimaciones apuntan a que, por ejemplo, en la comunidad autónoma de Extremadura, <a href="https://www.europapress.es/extremadura/noticia-asaja-extremadura-eleva-casi-cinco-millones-perdidas-enfermedad-hemorragica-epizootica-vacuno-cervuno-20230811122824.html">la enfermedad ha causado la muerte de más de 2 500 ciervos</a> en los últimos meses, lo que ha supuesto unas pérdidas económicas en torno a los cuatro millones de euros. </p>
<h2>El cambio climático favorece la transmisión</h2>
<p>Son conocidas más de 1 400 especies de <em>Culicoides</em>, de las cuales más de 30 pueden transmitir el virus de la enfermedad hemorrágica epizoótica. La distribución global del patógeno depende de la presencia y distribución geográfica de ese insecto vector y de los huéspedes vertebrados susceptibles. </p>
<p>Los factores que afectan a la diseminación viral incluyen factores ambientales como la temperatura y la humedad. Por eso, los brotes suelen coincidir con el pico de abundancia en la población del insecto, principalmente a finales de verano y en otoño. Los brotes cesan con la llegada de las heladas, que matan al transmisor. </p>
<p>Por esa razón, el aumento de las temperaturas, debido al cambio climático, favorece la supervivencia del vector y la transmisión de la enfermedad durante periodos de tiempo más prolongados. Es más, dicho incremento de temperaturas reduce el período de incubación de la afección, lo que a su vez facilita la transmisión del virus.</p>
<h2>¿Cómo afecta al ganado?</h2>
<p>La enfermedad fue <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10224379/">detectada por primera vez en 1955 en Estados Unidos</a>, cuando varios cientos de venados de cola blanca (<em>Odocoileus virginianus</em>) aparecieron muertos en Nueva Jersey y Míchigan. Desde entonces, fue identificada ampliamente en las regiones templadas y tropicales de América, Asia, África, Australia y Oriente Medio, pero recientemente han surgido brotes en países de la cuenca del Mediterráneo, como Marruecos, Argelia, Túnez, Israel, Jordania y Turquía.</p>
<p>En el ganado vacuno, la enfermedad puede producir síntomas leves y autolimitantes durante unas dos semanas, pero también una mortalidad notable. El ganado ovino es susceptible a la infección, pero poco a la enfermedad clínica, mientras que el caprino es muy poco susceptible. Se trata de una dolencia que, como apuntábamos antes, afecta especialmente a los ciervos, y que puede aquejar también a gamos y corzos.</p>
<p>No obstante, ciertos serotipos y cepas del virus responsable, como la cepa Ibaraki del serotipo 2, exhiben mayor capacidad de enfermar al ganado, y los bóvidos se llevan la peor parte. De hecho, en 1959 la citada cepa provocó un extenso brote en ganado bovino o vacuno en Japón, y hoy en día sigue <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4638292/">causando numerosos casos en estos animales</a> en el Lejano Oriente.</p>
<p>Además, la cepa israelí del serotipo 7 y la cepa 318 del serotipo 6 también han ocasionado pérdidas importantes en las especies lechera y cárnicas de algunos países africanos del entorno mediterráneo. En 2006, un brote del serotipo 7 ocasionó una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20494156/">pérdida de tres millones de euros</a> para la industria del ganado bovino lechero de Israel.</p>
<h2>Inquietante expansión de la enfermedad por Europa</h2>
<p>Una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37081599/">investigación de las autoridades italianas</a> muestra que el virus detectado en los brotes de Cerdeña y Sicilia en otoño de 2022 corresponde al serotipo 8 y procede del norte de África. </p>
<p>A finales de septiembre de 2021, fue <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36680057/">identificada una nueva cepa perteneciente a dicho serotipo en granjas ganaderas del centro-oeste de Túnez</a> que luego se propagó por las regiones norte y este, con más de 200 brotes confirmados. La misma cepa fue la que se identificó en las islas italianas y, días después, en España. Esto supone un grave peligro para la industria ganadera en Europa, ya que actualmente no hay vacunas disponibles. </p>
<p>Esto confirma la sospecha de que la enfermedad hemorrágica epizoótica ha sido transmitida por insectos <em>Culicoides</em> a través del aire desde el norte de África hasta las regiones del sur de Europa. En África, el vector principal es el grupo de <em>Culicoides schultzei</em>, que incluye varias especies. En América del Norte, el virus ha sido aislado principalmente de <em>Culicoides sonorensis</em> y en Australia, de <em>Culicoides brevitarsis</em>. Comprender las especies implicadas en la transmisión de la nueva cepa del serotipo 8 del virus de la enfermedad hemorrágica epizoótica es esencial para permitir la identificación del área de transmisión de alto riesgo. </p>
<h2>Amenaza para la cría de ciervos</h2>
<p>El escenario supone un problema grave para la ganadería bovina, pero también para la cría de ciervos, que es una industria joven y en constante crecimiento en muchos países. Las estimaciones sitúan el <a href="https://nadefa.org/wp-content/uploads/sites/33/2023/05/Economic-Impact-of-the-US-Deer-Breeding-and-Hunting-Operations-1.pdf">impacto económico sobre esta actividad en EE. UU.</a> en 8 000 millones de dólares (unos 7 400 millones de euros) anuales y en la pérdida de más de 56 000 trabajos directos. Ya apuntamos que la mortalidad por enfermedad hemorrágica epizoótica alcanza hasta un 20 % en las poblaciones silvestres de ciervos, pero los criadores llegan a perder hasta el 80 % de sus rebaños. </p>
<p>En España, las estimaciones apuntan a que existen unos <a href="https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/ieet_mami_cervus_elaphus_tcm30-99791.pdf">500 000 ciervos silvestres y unos 650 000 ejemplares en cotos privados</a>, cuya gestión y aprovechamiento genera un impacto económico estimado en unos 2 600 millones de euros. Además, con la llegada del otoño, espectáculos como la berrea del ciervo, ligada a la actividad cinegética, son un importante atractivo turístico que genera riqueza en el mundo rural. La detección de casos en cérvidos salvajes es preocupante, porque potencialmente podrían comportarse como un reservorio de infección con el tiempo y amenazar esas actividades.</p>
<p>Los ciervos muertos por la enfermedad no constituyen una fuente de infección para las personas u otros animales, pero, independientemente de la enfermedad hemorrágica epizoótica, es recomendable no cazar ni comer ningún ejemplar que parezca enfermo.</p>
<p>No existe cura ni tratamiento para esta enfermedad. Por lo tanto, el objetivo es prevenir la propagación del virus y evitar la enfermedad clínica en huéspedes rumiantes. La vacunación constituye la medida más eficaz para contenerla con éxito. </p>
<p>En el caso que nos ocupa, en Japón hay disponibles comercialmente dos vacunas contra el serotipo 2. En Estados Unidos, donde los serotipos 1 y 6 del virus son endémicos y causan brotes recurrentes, <a href="https://www.ijidonline.com/article/S1201-9712(16)31584-3/fulltext">las vacunas autógenas</a>, desarrolladas a partir de patógenos y antígenos obtenidos de uno o varios animales, han sido utilizadas con frecuencia. </p>
<p>En la actualidad no existe ninguna vacuna contra esta enfermedad autorizada en Europa, ya que todavía no ha sobrevenido una necesidad real. Sin embargo, teniendo en cuenta la amplia expansión de los serotipos 6 y 8 en la cuenca mediterránea y la reciente llegada del serotipo 8 a Europa, es posible que la situación cambie en un futuro muy próximo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/212887/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Hace unos meses se detectaron los primeros casos de esta enfermedad vírica en España, que afecta principalmente a los ciervos y al ganado bovino y para la que aún no hay vacuna autorizada.Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1746772022-01-12T21:22:51Z2022-01-12T21:22:51Z¿Podemos renunciar a la ganadería industrial?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/440517/original/file-20220112-21-ib18nr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C5%2C3703%2C2459&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/swine-flu-detection-thermal-camera-274972001">Shutterstock / Dario Sabljak</a></span></figcaption></figure><p>Los alimentos de origen animal vuelven a estar de actualidad tras las declaraciones del ministro de Consumo de España <a href="https://www.theguardian.com/world/2021/dec/26/spanish-should-eat-less-meat-to-limit-climate-crisis-says-minister">en un medio británico</a>. La preocupación de la sociedad civil europea por la contaminación de las llamadas “macrogranjas” ha llevado incluso a la creación de un ministerio específico en los Países Bajos. </p>
<p>Mientras tanto, formas ambientalmente muy favorables de ganadería, <a href="https://theconversation.com/asi-se-ha-convertido-la-trashumancia-en-una-pieza-fundamental-de-los-ecosistemas-120032">como la trashumancia</a>, languidecen hasta su casi total desaparición. </p>
<p>Los consumidores y los votantes asisten confundidos a un baile de términos que no les permite distinguir entre sistemas más o menos sostenibles.</p>
<h2>¿Son todas las granjas intensivas macrogranjas?</h2>
<p>El primer problema que hay es la confusión de términos, “ganadería industrial” y “macrogranja”, por una parte, y “ganadería intensiva”, por otra. </p>
<p>La ganadería industrial se estructura en grandes granjas por una cuestión de economías de escala. Por eso suelen ser términos análogos, pese a que signifiquen cosas diferentes. Una macrogranja implica gran cantidad de animales, de hasta decenas de miles para cerdos o vacas, y de hasta millones para pollos. </p>
<p>Una alta densidad es problemática de gestionar por la elevada concentración de excretas (purines, estiércol) en poco espacio, especialmente si no existen suficientes tierras de cultivo a una distancia cercana donde poder hacer un abonado racional. Una granja de 10 000 ovejas en extensivo, al ocupar mucho espacio, no sería un problema. </p>
<p>La ganadería industrial también implica una producción con altos insumos externos provenientes de producción lejana a la granja. Dada la evolución del sistema económico actual, dichos insumos proceden del mercado internacional. Es habitual que se importen desde países con una adecuada infraestructura de exportación pero con sueldos bajos. Eso explica la actual dominancia de Suramérica como región productora.</p>
<p>Gran parte de esas exportaciones son de tarta de soja para alimentación animal. El cultivo de soja es un potente determinante de la degradación de los ecosistemas suramericanos. Pero es importante destacar que la tarta de soja se elabora a partir de los restos de extraer aceite de soja, destinado a consumo humano. La ganadería industrial es una fuente complementaria de rentabilidad del consumo de la soja, pero casi la mitad de sus beneficios económicos provienen del consumo humano.</p>
<h2>Otros tipos de ganadería intensiva</h2>
<p>La ganadería intensiva implica un modo de producción en el que los animales están confinados y no salen a pastar. Obviamente, la ganadería industrial de macrogranjas es un tipo de ganadería intensiva. Pero hay otros tipos de ganadería intensiva que no implican industrialización. </p>
<p>El caso más obvio son los prados de siega, donde se corta hierba en la misma finca y se le da de comer a las vacas lecheras estabuladas. El ejemplo más reconocible de este tipo de sistema en vacuno de leche en España <a href="https://www.cifacantabria.org/documents/13398228/13399455/689925/51350435-83f0-d96f-8554-bbea650b0af5">se da de forma generalizada en Galicia, Cornisa Cantábrica y Navarra</a>, donde, en muchos casos, al menos la mitad de la alimentación animal se produce en las tierras de la propia explotación</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/440477/original/file-20220112-23-a54dkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/440477/original/file-20220112-23-a54dkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440477/original/file-20220112-23-a54dkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440477/original/file-20220112-23-a54dkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440477/original/file-20220112-23-a54dkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440477/original/file-20220112-23-a54dkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440477/original/file-20220112-23-a54dkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440477/original/file-20220112-23-a54dkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Vacas de leche en Vizcaya.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Agustín del Prado</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>También en este caso están los pollos de corral o los cerdos que aprovechan los restos de huertos o de hogares rurales. Esta producción está muy ligada al territorio, no está industrializada y no presenta los importantes desafíos en sostenibilidad de las macrogranjas. A escala territorial, la densidad de animales es baja, lo que convierte sus excretas en una ventaja en vez de en un problema. </p>
<p>Habitualmente, la ganadería intensiva se contrapone a la extensiva porque en aquella los animales están confinados y en la segunda no. Sin embargo puede tener, en muchos casos, una gran similitud en el grado de vínculo al territorio. Ambas se consideran formas de producción ligadas al mismo, lo que les otorga un alto grado de sostenibilidad. Por ejemplo, la siega de prados es un proceso análogo al pastado por herbívoros. La distribución de estiércoles o purines en los mismos resulta también más fácil y más económica en granjas de pequeño tamaño, imitando la diseminación natural por herbívoros.</p>
<h2>Modelos combinados</h2>
<p>Un elemento de confusión adicional es entender cada modelo ganadero como un compartimento estanco. La realidad es que en España los diferentes modelos están mucho más entrelazados de lo que se tiende a percibir. </p>
<p>Es habitual que en España una vaca nodriza pase toda su vida pastando en el campo, pero que <a href="https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/produccion-y-mercados-ganaderos/sectores-ganaderos/vacuno-de-carne/informacion-del-sector/">sus terneros pasen por una fase de engorde en condiciones intensivas e incluso industriales</a> antes del sacrificio. La variedad y complejidad de modelos no está ni descrita ni caracterizada. </p>
<p>Sin embargo, resulta importante esclarecer este asunto para hacer propuestas de regulación, legislación y etiquetado. De esa manera se podrían favorecer las opciones más sostenibles y también permitiría al consumidor tomar decisiones informadas. Por eso hemos empezado a trabajar en ello desde nuestro grupo de investigación en el Basque Centre for Climate Change. </p>
<h2>¿Podríamos renunciar a la ganadería industrial?</h2>
<p>Actualmente podrían proceder de la ganadería industrial <a href="https://www.mapa.gob.es/images/es/20190807_informedeconsumo2018pdf_tcm30-512256.pdf#page=159">hasta dos tercios</a> de los productos ganaderos que consumimos en España, especialmente en porcino y aviar. Su supresión podría entonces tener consecuencias en la disponibilidad de alimentos con la que contamos, y también en su precio. Aquí, sin embargo, debemos reflexionar sobre los costes ambientales que la ganadería industrial causa y que no está pagando. Resulta artificialmente barata. </p>
<p>Igualmente, la ganadería ligada al territorio, tanto extensiva como intensiva, recibe insuficientes beneficios económicos por todo lo bueno que genera. Este tipo de ganadería tiene además unos costes de mano de obra mayores, lo que ayuda a mitigar el gran problema que es la despoblación rural. </p>
<p>La ganadería tiene más importancia en zonas de productividad agrícola marginal, que son precisamente las más despobladas. La aridez y la accidentada orografía de nuestro país explican que la ganadería <a href="https://theconversation.com/hemos-llegado-al-techo-de-produccion-ganadera-174669">tenga más importancia</a> que en otros. </p>
<p>Cambiar hacia un modelo ganadero de mayor valor añadido ayudaría a generar puestos de trabajo allí donde ahora mismo hacen más falta. El abandono del campo y la cada vez más extendida matorralización causan cada vez más problemas de incendios y pérdida de biodiversidad. Indican, además, el potencial de la ganadería extensiva para <a href="https://theconversation.com/es-posible-alimentar-al-mundo-solo-con-ganado-de-pastoreo-121946">producir mucho más</a>.</p>
<h2>Los riesgos de depender de mercados globales</h2>
<p>En un contexto mundial donde hay que reducir urgentemente la dependencia de los combustibles fósiles, el modelo actual de producción ganadera también está en cuestión. </p>
<p>El actual auge de la ganadería industrial se enmarca en una progresiva industrialización de la producción animal en el continente <a href="https://doi.org/10.1017/s0022029921000157">desde hace décadas</a>. Pero también en una burbuja en torno a la producción porcina, relacionada con la epidemia china de peste porcina africana. Dicha burbuja <a href="https://www.agronegocios.es/las-razones-del-ministro-garzon/">podría estallar en el corto o medio plazo</a> a medida que China recobre la producción. </p>
<p>Sumemos a esto el encarecimiento de las materias primas, incluidos fertilizantes y piensos, a medida que las políticas climáticas encarezcan la energía. No parece razonable seguir promoviendo una paulatina transformación de la producción ganadera desde recursos locales y menos sensibles a dichos cambios hacia otra dependiente de mercados globales. Más aún si se hace a expensas de los beneficios ambientales de la ganadería y aumentando el uso de combustible fósil para su producción. </p>
<p>Dentro de la realidad compleja que es el panorama productivo ganadero, mejor tender a las granjas ligadas al territorio, sean extensivas o intensivas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/174677/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pablo Manzano en el BC3 está financiado por Ikerbasque, la Fundación Vasca para la Ciencia, del Gobierno Vasco.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Agustín del Prado recibe financiación del programa Ramón y Cajal del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de España (RYC-2017-22143) e Ikerbasque, la fundación Vasca para la Ciencia del Gobierno Vasco.</span></em></p>La confusión de términos entre macrogranjas, ganadería industrial, ganadería intensiva y extensiva lastra el debate sobre la producción sostenible.Pablo Manzano, Ikerbasque research fellow, BC3 - Basque Centre for Climate ChangeAgustín del Prado Santeodoro, Investigador en agricultura y cambio climático, BC3 - Basque Centre for Climate ChangeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1365262020-06-09T19:06:51Z2020-06-09T19:06:51ZAsí contribuye la mejora genética animal a la seguridad alimentaria<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/340393/original/file-20200608-176585-cg5ia4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C11%2C7337%2C4891&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/es-es/foto/agricultura-al-aire-libre-animales-arboles-735968/">Kat Jayne / Pexels</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>El papel de la mejora genética animal en la sociedad pasa desapercibido. En el saber popular es más nombrada por bulos y mitos que por su contribución al bienestar de la sociedad. ¿Sabía que más de un 40 % del aumento del rendimiento de la ganadería es debido a la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4788124/">mejora genética</a>? </p>
<p>Este artículo explicará qué es la mejora genética animal, cómo se aplican las técnicas genómicas y su papel en la disponibilidad de alimento.</p>
<h2>Qué es la mejora genética animal</h2>
<p>Es el proceso de selección para elegir los animales que dejarán un mayor número de descendientes en las siguientes generaciones según un objetivo de selección que se quiere mejorar. Este objetivo de selección suele incluir una mayor producción, de mejor calidad, mayor bienestar de los animales para que no sufran enfermedades y, en los últimos años, aumentar la sostenibilidad y el respeto por el medioambiente. </p>
<p>La mejora genética trata de identificar los individuos que portan las mejores combinaciones de genes para cumplir ese objetivo. Estos genes se transmitirán en las sucesivas generaciones.</p>
<p>La mejora genética es tan antigua como la ganadería. Hace unos 10 000 años los seres humanos del <a href="https://mihistoriauniversal.com/prehistoria/inicios-de-la-agricultura-y-la-ganaderia/">Neolítico</a> capturaban animales y los domesticaban para reducir la incertidumbre de los periodos de escasez de alimentos. A su vez, se quedaban con aquellos animales que eran más dóciles, productivos o tenían alguna característica de interés.</p>
<p>En la actualidad, la selección genética utiliza todo el conocimiento científico y técnico disponible. Empezando por una recogida masiva de datos. Cientos de terabytes de información se generan todos los meses en granjas y centros agropecuarios. </p>
<p>Esta información puede incluir:</p>
<ul>
<li><p>El pedigrí de cada animal (identificación del padre y madre). </p></li>
<li><p>Datos sobre la producción. Por ejemplo: litros de leche, número o peso de los huevos, pesos de animales adultos, etc. </p></li>
<li><p>Fechas de nacimiento.</p></li>
<li><p>Tratamientos veterinarios.</p></li>
<li><p>Parámetros morfológicos.</p></li>
<li><p>Información adicional, como las emisiones de <a href="http://www.metalgen.es">metano</a>. </p></li>
</ul>
<p>La mejora genética es uno de los campos donde se utiliza el <em>big data</em> desde antes de que le pusiéramos nombre. </p>
<h2>Selección genómica</h2>
<p>En la última década, las técnicas de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ewiBPvFsaGU">secuenciación del genoma</a> y de genotipado han contribuido a conocer las variantes genéticas que porta cada animal. Así podemos detectar de forma más precisa los animales con las mejores combinaciones de genes. </p>
<p>Esta tecnología se ha denominado <a href="http://www.revistafrisona.com/Portals/0/articulos/n177/A17704.pdf?ver=2013-04-03-151122-857">selección genómica</a> y requiere de herramientas estadísticas, matemáticas y computacionales cada vez más potentes.</p>
<p>La mejora genética es una combinación de ciencias biológicas, matemáticas y computacionales. Los expertos en este campo deben dominar todas estas ciencias. En realidad, la demanda laboral de personas que dominen los tres campos es creciente.</p>
<p>Para conocer el mérito genético de los animales es necesario conocer su rendimiento productivo. Pero no es suficiente. Hasta el 2010, se necesitaba la información de sus parientes para tener cálculos fiables, principalmente de su descendencia. Debíamos esperar a que los hijos de estos animales entrasen en producción y poder calcular así una predicción fiable de su mérito genético. En algunas especies, como el vacuno, esto podía suponer hasta 5 años de espera.</p>
<p>Con las herramientas de secuenciación, podemos conocer cómo son las variantes del genoma de los individuos al nacer simplemente con una muestra de sangre o pelo. La selección genómica permite calcular el mérito genético de los individuos de forma mucho más precisa y a edades más tempranas usando información de su ADN. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/338347/original/file-20200528-51516-1fnagmm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5742%2C3681&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/338347/original/file-20200528-51516-1fnagmm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/338347/original/file-20200528-51516-1fnagmm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/338347/original/file-20200528-51516-1fnagmm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/338347/original/file-20200528-51516-1fnagmm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=484&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/338347/original/file-20200528-51516-1fnagmm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=484&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/338347/original/file-20200528-51516-1fnagmm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=484&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-putting-raw-meat-refrigerator-closeup-795124657">Africa Studio / Shutterstock</a></span>
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<h2>Mejora genética y disponibilidad de alimento</h2>
<p>Incluso durante la pandemia provocada por la COVID-19, la ganadería ha jugado un papel fundamental para <a href="https://www.revistaalimentaria.es/consumidora/coronavirus-la-distribucion-asegura-que-no-habra-falta-de-alimentos">abastecer de alimento</a> a la población. Durante este tiempo, hemos sentido la necesidad de acumular comida para el confinamiento, casi como hacían nuestros antepasados ante la incertidumbre o miedo a la falta de alimento.</p>
<p>La ganadería suministra carne, leche y huevos con un rendimiento cada vez más alto gracias en buena parte a esta selección genética acumulada a lo largo de las últimas décadas. Por ejemplo, la eficiencia en <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Broiler">pollos broiler</a> se ha incrementado alrededor de un 77 % en 60 años y la producción lechera ha duplicado su eficiencia debido en gran parte a la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4788124/">selección genética</a>. Una mayor eficiencia implica también mayor sostenibilidad, ya que reduce el uso de recursos naturales para producir la misma cantidad de alimento.</p>
<p>Un ejemplo claro es el ganado <a href="https://www.campogalego.com/es/como-se-esta-notando-el-efecto-de-la-seleccion-genomica-en-el-vacuno-de-leche/">vacuno de leche</a>. A principios de los años 80, el rendimiento por vaca era de unos 3 400 litros. Y en España había casi 2 millones de vacas lecheras. En la actualidad, una vaca seleccionada produce más de 10 000 litros de leche por lactación. El censo de vacas lecheras ha caído hasta casi el 40 %. Necesitamos menos vacas y se produce mucha mayor cantidad de leche.</p>
<p>El siguiente infograma compara la reducción en el numero de individuos y el incremento en producción en 30 años:</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/328452/original/file-20200416-192689-sy10lq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/328452/original/file-20200416-192689-sy10lq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/328452/original/file-20200416-192689-sy10lq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/328452/original/file-20200416-192689-sy10lq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/328452/original/file-20200416-192689-sy10lq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/328452/original/file-20200416-192689-sy10lq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/328452/original/file-20200416-192689-sy10lq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Comparación en número de vacas lecheras en España y su producción entre 1984 y 2019.</span>
</figcaption>
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<h2>Los genes que guarda su nevera</h2>
<p>A menudo, el mero hecho de oír hablar de <a href="https://www.dciencia.es/adn-genes-cromosomas/">genes</a>, genética o selección en aspectos relacionados con los alimentos crea desconfianza acerca de su calidad o seguridad. Pero los seres humanos hemos <em>comido genes</em> desde mucho antes de existir la ciencia como tal. </p>
<p>Es importante divulgar un mensaje de transparencia sobre cómo es el proceso de la <a href="https://wakelet.com/@cursoBIMG_OgsD5">mejora genética</a> para mejorar la confianza del consumidor en la seguridad alimentaria.</p>
<p>Nuestras neveras están llenas de genes, vegetales o animales. Las plantas y los animales <a href="https://francis.naukas.com/2014/02/02/comer-si-miedo-de-j-m-mulet/">siempre han tenido genes</a>. La mejora genética <em>simplemente</em> selecciona aquellas variantes que son favorables al ser humano, y que han permitido a los animales que nos proporcionan alimento estar mejor adaptados y ser más resilientes con el medio. Sin olvidar que los niveles de seguridad alimentaria en la Unión Europea son ahora más altos que nunca.</p>
<p>Tampoco olvidemos que somos humanos porque hemos llegado hasta aquí comiendo carne, leche, huevos y pescado entre otras cosas. El trabajo de la mejora genética durante las últimas décadas ha contribuido a que la población pueda abastecerse de alimento con proteína de alta calidad, incluso en estos difíciles momentos que estamos viviendo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/136526/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Óscar González-Recio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La mejora genética ayuda a que la población pueda abastecerse de alimento con proteína de alta calidad, también en estos difíciles momentos que estamos viviendo.Óscar González-Recio, Investigador especializado en mejora genética animal, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1322822020-04-01T19:17:56Z2020-04-01T19:17:56Z¿Es tan mala la leche de vaca como la pintan?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/321336/original/file-20200318-1972-1s01czj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3095%2C2106&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/glass-milk-hand-against-herd-cows-160700681"> Capricorn Studio / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Si dejamos de tomar leche, mejoraremos nuestra salud y también la del planeta. Es uno de los mensajes que últimamente se escuchan en Internet y las redes sociales cuando se habla de productos lácteos. ¿Con o sin fundamento científico?</p>
<p>Vayamos por partes. La leche, eso nadie lo discute, aporta toda la energía y nutrientes necesarios a los mamíferos durante un periodo variable tras el nacimiento. Pero no solo es un alimento fundamental para los lactantes. También proporcionan una <a href="https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.jafc.9b00204">gran variedad de nutrientes</a> de excelente calidad en la infancia, la adolescencia y la edad adulta. Entre otras cosas porque ofrece un buen balance entre proteínas, lípidos, minerales y carbohidratos. Algo difícil de encontrar en otros alimentos.</p>
<h2>Proteínas y calcio a raudales</h2>
<p>No solo eso. La calidad de las proteínas de nuestra dieta depende del aporte de <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5149046/">aminoácidos esenciales</a>. Es decir, esos que nuestro organismo no puede sintetizar y, por lo tanto, no tenemos más remedio que ingerir a través de los alimentos. La leche y sus derivados son fuente de proteínas fácilmente digeribles que aportan todos los aminoácidos esenciales. Por eso se consideran proteínas de alta calidad nutricional. </p>
<p>¿Y qué hay de las alternativas? ¿No ofrecen lo mismo la leche de avena, o la leche de soja, por ejemplo? En el caso de las mal llamadas “leches” de origen vegetal (según la reglamentación comunitaria, el término “leche” solo puede usarse si es de origen animal), el contenido en proteína es inferior. Además de que, excepto la de soja, son deficitarias en algunos aminoácidos esenciales. </p>
<p>Por si estos argumentos no son suficientes, resulta que la leche y los productos lácteos también ofrecen una de las principales fuentes de <strong>calcio</strong> de la dieta. No solo por la cantidad, sino porque es especialmente biodisponible o fácil de absorber. Se considera que el consumo de tres raciones de lácteos al día proporciona del 65 al 75% de la cantidad calcio recomendada. Algo difícil de encontrar en otros alimentos. Eso sin mencionar que aportan otros minerales como potasio, magnesio, zinc y fósforo.</p>
<h2>¿Desnatada y sin lactosa es mejor?</h2>
<p>Llegados a este punto, si el problema no son ni las proteínas ni el calcio, ¿serán la grasa láctea y la lactosa –principal azúcar de la leche– los “malos de la película”? Tampoco. Es cierto que el 70% de los lípidos de la leche son ácidos grasos saturados. Pero, de estos, aproximadamente el 11% son de cadena corta, es decir, fácilmente digeribles. </p>
<p>Para colmo, la grasa láctea también es fuente de ácidos grasos esenciales que el cuerpo humano no puede elaborar a partir de otras sustancias y que, por lo tanto, ha de ingerir obligatoriamente a través de la dieta. Estos ácidos grasos son necesarios para que se lleven a cabo correctamente funciones básicas como la coagulación, el control de la presión sanguínea y los procesos inflamatorios.</p>
<p>De hecho, aunque muchas guías nutricionales recomiendan el consumo de lácteos bajos en grasa o desnatados, estudios recientes han demostrado que la grasa láctea no repercute negativamente en la salud cardiovascular. Los ácidos grasos de cadena media y corta presentes en la grasa láctea se emplean como fuente de energía rápida, por lo que no tienden a acumularse en el tejido adiposo y no tienen efecto sobre los niveles de colesterol en sangre. Es más, hay indicios de que los productos lácteos podrían <a href="https://doi.org/10.1093/advances/nmy099">reducir el riesgo cardiovascular</a>.A lo que se suma que, gracias a que es rica en grasa, la leche contiene vitaminas liposolubles A, D y E.</p>
<p>Muy al contrario, recientes estudios epidemiológicos y de intervención han demostrado la utilidad de los productos lácteos para <a href="https://academic.oup.com/ajcn/article/111/2/266/5680464">mantener el peso corporal</a>. En concreto, este efecto se ha atribuido al elevado contenido en proteínas, que proporcionan un notable efecto saciante con un aporte calórico relativamente bajo. </p>
<p>En cuanto a la presencia de lactosa, ha sido muy debatida por los problemas de intolerancia que presentan determinadas personas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en muchos productos lácteos, como los yogures o los quesos, su contenido es muy reducido o prácticamente inexistente. Por lo que pueden ser consumidos por personas intolerantes a la lactosa sin provocar malestar alguno.</p>
<h2>Niños con huesos fuertes, adultos sin osteoporosis</h2>
<p>Investigaciones recientes sobre los lácteos han permitido identificar beneficios para la salud más allá de los derivados de su valor nutritivo. Entre otras cosas, sabemos que el calcio presente en la leche es fácilmente absorbido gracias a la presencia de vitamina D, lactosa y fragmentos de proteínas. Por eso incluir lácteos en nuestra dieta contribuye al desarrollo de una masa ósea adecuada durante el crecimiento y previene la osteoporosis en la edad adulta. </p>
<p>Otros fragmentos de proteínas que se producen durante la digestión gastrointestinal de los lácteos podrían ser beneficiosos en la defensa contra las infecciones o para evitar la oxidación en el organismo. Incluso se ha relacionado el consumo de lácteos con una menor predisposición a sufrir hipertensión.</p>
<h2>“Ningún otro mamífero lo hace” y otros mitos</h2>
<p>A pesar de estos beneficios, recibimos mucha información contradictoria sobre si el consumo de leche y productos lácteos es realmente bueno para nuestra salud. Quizás el mensaje más extendido es que el consumo de leche en la edad adulta no es natural ni necesario, ya que ningún otro mamífero lo hace. </p>
<p>Desde luego, este postulado es tan cierto como que ningún otro mamífero cultiva vegetales, ni cocina alimentos mejorando sus propiedades nutricionales y su sabor y textura. Ni, desde luego, elabora recetas que forman parte de su tradición y cultura. Pero no por eso dejamos de hacerlo. ¿O sí?</p>
<p>También se ha publicado que el consumo de lácteos puede ser perjudicial para el corazón y las enfermedades cardiovasculares, que estimula la producción de moco e incluso que produce acné. Sin embargo, nada de esto se ha podido demostrar en estudios científicos.</p>
<p>Si no es por salvaguardar la salud, ¿deberíamos dejar de beber leche para reducir nuestra huella de carbono? Es cierto que los productos de origen vegetal generan menor huella de carbono que los de origen animal. Pero también debemos tener en cuenta las propiedades de los nutrientes que vamos a reemplazar y su aprovechamiento por nuestro organismo. </p>
<p>En ese sentido, haremos un favor mayor al planeta evitando el despilfarro alimentario, o consumiendo productos de proximidad frente a productos importados, en vez de eliminar de la dieta un grupo de alimentos de excelente calidad nutricional.</p>
<p>En definitiva, dentro de una dieta equilibrada, la leche y los productos lácteos suponen unos alimentos fundamentales por los nutrientes que aportan en relación con su contenido calórico. Ofrecen una fuente de calcio inigualable, proteínas de alta calidad y vitaminas. </p>
<p>Objetivamente, solo estaría justificado evitar la leche y derivados en personas alérgicas a las proteínas lácteas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/132282/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Isidra Recio Sánchez recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Rosina López-Alonso Fandiño recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación</span></em></p>¿Hay motivos para evitar la leche de vaca? No salvo que seas alérgico o intolerante a la lactosa. Porque contiene proteínas de alta calidad nutricional, calcio, vitaminas y ácidos grasos esenciales.Isidra Recio Sánchez, Profesora de Investigación del CSIC del área de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, CIAL-CSIC Instituto de Investigación en Ciencias de la AlimentaciónRosina López-Alonso Fandiño, CIAL-CSIC Instituto de Investigación en Ciencias de la AlimentaciónLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1333152020-03-31T19:25:52Z2020-03-31T19:25:52ZBienestar animal, ¿mito o realidad?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/319818/original/file-20200311-116245-13fts1y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3714%2C2478&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-freerange-chicken-freely-grazing-outside-492303379">Zlikovec/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Son varios los temas relacionados con la producción animal objeto de debate en este siglo. La <a href="https://theconversation.com/que-dice-y-que-no-el-informe-de-la-onu-sobre-la-carne-122917">emisión de metano</a> por parte de los rumiantes, los vertidos orgánicos de las granjas porcinas, las enfermedades de transmisión de los animales al hombre (vacas locas), el uso del suelo y la sostenibilidad medioambiental y, por descontado, el bienestar de los animales destinados a la producción de alimentos. </p>
<p>El bienestar animal es definido por la <a href="https://www.oie.int/es/bienestar-animal/el-bienestar-animal-de-un-vistazo/">Organización Mundial de la Sanidad Animal</a> como “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”. Además, hoy en día entendemos el bienestar animal como aquel derivado del cumplimiento de las denominadas “cinco libertades”. Estás son las siguientes:</p>
<ul>
<li><p>Libre de hambre, de sed y de desnutrición.</p></li>
<li><p>Libre de temor y de angustia.</p></li>
<li><p>Libre de molestias físicas y térmicas.</p></li>
<li><p>Libre de dolor, de lesión y de enfermedad.</p></li>
<li><p>Libre de manifestar un comportamiento natural.</p></li>
</ul>
<p>Estas y no otras son las cláusulas que estipulan nuestra relación con los animales de granja destinados a la producción de alimentos.</p>
<h2>Diferencias entre países</h2>
<p>Lo primero que debemos considerar es la disparidad de modos de producción a nivel global. Las diferencias derivan, en gran medida, de las diferentes intensidades de crecimiento demográfico en las diversas regiones geográficas del mundo. La población del planeta está aumentando de manera exponencial; se prevé que <a href="https://www.un.org/es/sections/issues-depth/population/index.html">nos aproximemos a los 9 700 millones</a> en 2050.</p>
<p>Pero la intensidad de crecimiento es mucho mayor en África y Asia que en Europa, EE. UU. o Australia, por citar algunos territorios. Esto hace que, en aquellas zonas donde la demanda es acuciante, la producción predomine sobre el bienestar. En los lugares donde la demanda no es acuciante, el bienestar animal se torna prioritario. En Europa nos movemos en esta segunda alternativa.</p>
<h2>Mejoras para aves, cerdos y vacas</h2>
<p>Tres son las principales especies con <a href="http://www.bienestaranimal.eu/baeu.html">una legislación propia en bienestar animal</a> en la Unión Europea: la avícola, la bovina y la porcina. Repasemos brevemente los avances en legislación europea de los últimos años.</p>
<p>Las gallinas ponedoras eran criadas en jaulas con una superficie útil por gallina de 550 cm². <a href="https://ec.europa.eu/food/animals/welfare/practice/farm/laying_hens_en">Ahora</a> se alojan en jaulas provistas de nido, perchas, baño de arena, bandas abrasivas para el limado de las uñas y con una superficie de 750 cm²/ave o bien en sistemas sin jaulas, denominados en suelo, con no más de 9 gallinas/m². </p>
<p>En un futuro no muy lejano, los sistemas en jaulas desaparecerán en la UE, como ya han desaparecido los productos que de ellos provienen de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=XNcFI2fedpQ">ciertos supermercados</a>.</p>
<p>Los <a href="https://ec.europa.eu/food/animals/welfare/practice/farm/pigs_en">avances en el bienestar del ganado porcino</a> también han sido importantes en la UE en los últimos años. Las cerdas se criaban en jaulas durante su preñez, pero ahora la legislación obliga a criarlas en grupo. Así se propicia un mejor desarrollo de su comportamiento. </p>
<p>A los lechones se les cortaban los colmillos y los rabos por rutina. Hoy en día <a href="https://www.boe.es/buscar/pdf/2002/BOE-A-2002-22544-consolidado.pdf">la legislación</a> obliga a razonar esta decisión. En los parques de los animales se añaden elementos para el juego y la intensidad de luz y ruido está regulada por ley.</p>
<p>La especie bovina también ha experimentado mejoras marcadas por <a href="https://ec.europa.eu/food/animals/welfare/practice/farm/calves_en">la normativa</a>. Se han centrado, sobre todo, en los terneros de menos de 6 meses de edad. Actualmente, deben recibir obligatoriamente calostro y unos niveles suficientes de hierro en su dieta. La ley obliga a criarlos en grupos a partir de cierta edad para favorecer la socialización.</p>
<h2>Cómo elegir al hacer la compra</h2>
<p>Pero ¿podemos reconocer todas estas mejorías en el bienestar animal en el supermercado? No es una pregunta de fácil contestación, ni con una única respuesta. Nuevamente depende de la especie animal a la que nos refiramos.</p>
<p>Los <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=LEGISSUM:4324376">códigos impresos en los huevos</a> (0, 1, 2 o 3) son de gran ayuda en el caso de las aves ponedoras. </p>
<p>No es así en el caso del pollo. <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32008R0543&from=es">Las categorías marcadas por la legislación</a> no son utilizadas normalmente debido a su complejidad y grado de confusión. El famoso pollo de corral no es más que un cambio en la alimentación de los mismos pollos criados en las mismas condiciones de bienestar. Más que pollo de corral se debería llamar pollo amarillo.</p>
<p>En el resto de las especies, son dos las principales herramientas que tiene el consumidor para conocer el bienestar de los animales que han sido partícipes de la generación del producto que va a comprar: las figuras de protección y los certificados de bienestar animal.</p>
<p>En muchas <a href="https://ec.europa.eu/info/food-farming-fisheries/food-safety-and-quality/certification/quality-labels/quality-schemes-explained_es">figuras de protección a nivel europeo</a> se incluyen parámetros relativos al bienestar de los animales. Estas figuras son:</p>
<ul>
<li><p>Las denominaciones de origen protegidas.</p></li>
<li><p>Las indicaciones geográficas protegidas. </p></li>
<li><p>Las especialidades tradicionales garantizadas.</p></li>
</ul>
<p>Los novedosos <a href="http://www.welfarequality.net/es-es/certificacion-welfair/">certificados de bienestar animal</a> son inspecciones pormenorizadas de las explotaciones donde se evalúa a través de multitud de factores el bienestar de los ejemplares de esa granja. Constituyen una buena herramienta a la hora de garantizar el buen trato a los animales de la explotación. En este vídeo de YouTube se puede conocer su génesis:</p>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/l7dLS0CivwI?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Vídeo explicativo del proyecto europeo Welfare Quality.</span></figcaption>
</figure>
<p>Sin duda, nos queda mucho camino por recorrer en materia de bienestar animal, pero en ningún caso debemos menospreciar los pasos hasta el momento dados.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/133315/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Anastasio Argüello Henríquez ha recibido fondos del Gobierno de España, del Gobierno de Canarias y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Noemí Castro Navarro recibe fondos de Gobierno de Canarias, Cabildo de Gran Canaria y Universidad de Las Palmas de Gran Canaria</span></em></p>La legislación europea ha introducido en los últimos años mejoras en las condiciones de vida de las aves, cerdos y vacas destinadas a la producción de alimentos. Pero aún queda camino por recorrer.Anastasio Argüello Henríquez, Catedrático de Producción Animal, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaNoemí Castro Navarro, Profesora Titular de Universidad, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1245312019-10-03T20:04:07Z2019-10-03T20:04:07ZNo reducir el consumo de carne es una irresponsabilidad contraria a la evidencia científica<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/295499/original/file-20191003-52796-17actsv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5760%2C3837&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/fresh-raw-red-meat-butcher-127556858?src=Ni5bM1KfUg1vOdE_x1Hn6Q-1-2">Shutterstock/ESB Professionals</a></span></figcaption></figure><p>El último revuelo formado en el mundo de la alimentación y salud tiene a la carne como protagonista. La causa de tal controversia es que <a href="https://annals.org/aim/fullarticle/2752328/unprocessed-red-meat-processed-meat-consumption-dietary-guideline-recommendations-from">unos investigadores recomiendan no variar el actual consumo de carne y sus procesados</a>. Esto contradice a las actuales recomendaciones de diversas organizaciones de salud pública, que apuntan a lo contrario, a disminuirlo. ¿Quién tiene razón? </p>
<h2>Omisiones y ‘cherry picking’</h2>
<p>El origen de este supuesto cambio de paradigma se halla en una <a href="http://www.dssimon.com/MM/ACP-red-meat/Red_Meat_Clinical_Guideline_Unprocessed_Red_Meat_and_Processed_Meat_Consumption.pdf">reciente guía</a> publicada en la revista <em>Annals of Internal Medicine</em>. Lo expuesto ahí se basa en dos revisiones y tres metaanálisis publicados en ese mismo número. </p>
<p>Hasta aquí nada criticable: un consorcio de científicos ha encontrado nuevas evidencias contrapuestas a las evidencias actuales. Sin embargo, al leer dichas revisiones y metaanálisis es cuando saltan las alarmas.</p>
<p>En primer lugar, en algunos de los metaanálsis se han obviado grandes estudios como <a href="http://www.predimed.es/">PREDIMED</a>, <a href="https://www.niddk.nih.gov/about-niddk/research-areas/diabetes/diabetes-prevention-program-dpp">DPP</a> y <a href="https://dietandhealth.cancer.gov/">NIH-AARP Diet and Health Study</a>. Si se hubieran incluido, los efectos encontrados habrían sido mayores.
Esto es lo que en jerga científica se denomina <em>cherry picking</em>: escoger estudios que son más favorables a lo que buscas. </p>
<p>Otro punto en su contra es que se compararon grupos donde la variación del consumo de carne fue muy baja. Además, no se tuvo en cuenta qué comió la gente cuando redujo su consumo de carne. No es lo mismo cambiar tu porción de carne por una de verduras que por patatas fritas.</p>
<p>Pero la mayor crítica, y la más obvia, es que analizando los resultados de estos nuevos artículos vemos que un mayor consumo de carne se relacionó con mayores problemas de salud. </p>
<p>Entonces, ¿a qué se debe el cambio en la recomendación? </p>
<p>Los autores, en su mayoría estadísticos, usaron el método GRADE para evaluar la calidad de la evidencia y encontraron que era de muy baja calidad. En vez de concluir que un consumo moderado de carne podría ser pernicioso, decidieron recomendar no variar el consumo actual, ya que la evidencia a favor era muy débil. Tres de los catorce científicos que formaban parte del consorcio votaron a favor de recomendar una reducción en el consumo de carne. </p>
<p>Además de concluir algo tan irresponsable que puede tener un impacto en la salud de la sociedad, estos científicos yerran al usar la metodología GRADE. Si bien es cierto que se usa con muchos metanálisis de estudios controlados-aleatorizados, no es el método adecuado para evaluar ensayos observacionales (como los que componen la mayor parte de este estudio). </p>
<p>Los expertos recomiendan otros métodos como el <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31429718">HEALM</a> o el usado por el Instituto Americano de Investigación del Cáncer (<a href="https://www.aicr.org/continuous-update-project/reports/breast-cancer-report-2017.pdf">AICR</a> por sus siglas en inglés).</p>
<h2>La evidencia actual</h2>
<p>Los estudios proporcionados en la mencionada guía no son desechables. Es información añadida respecto al consumo de carne y salud. No contienen evidencia como para cambiar las recomendaciones actuales, pero sí para que se siga investigando el tema. </p>
<p>Puede ser que el consumo de carne y derivados no sea <em>tan</em> perjudicial para la salud como ahora mismo parece. Probablemente futuros estudios apuntarán hacia esta u otra dirección. Sin embargo, no nos podemos olvidar <a href="https://theconversation.com/comer-menos-carne-contra-el-cambio-climatico-una-estrategia-controvertida-y-llena-de-matices-112026">del impacto medioambiental de la ganadería vacuna</a>, ya que este también influye en nuestra salud. </p>
<p>Las evidencias actuales son claras y recomiendan disminuir el consumo de carne mundial. Por un lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió de la <a href="https://www.who.int/mediacentre/news/releases/2015/cancer-red-meat/es/">probable carcinogenicidad</a> de la misma. Por otro, un <a href="https://eatforum.org/content/uploads/2019/07/EAT-Lancet_Commission_Summary_Report_Spanish.pdf">reciente informe</a> publicado en <em>The Lancet</em> apunta a que la producción animal actual genera un grave problema medioambiental. </p>
<h2>A quién hacer caso</h2>
<p>Algo debe cambiar en la divulgación científica para que la población deje de desconfiar (y con razón) en todo lo referente a alimentación y salud. Demasiados bulos, intereses y mitos respecto a este tema han hecho que cada vez menos gente confíe en la ciencia para estos temas.</p>
<p>Ya escribí sobre <a href="https://theconversation.com/como-evitar-que-las-recomendaciones-nutricionales-nos-confundan-un-huevo-113812">cómo interpretar las recomendaciones nutricionales</a>. Ahora es el momento de entonar el <em>mea culpa</em> y trabajar para que el mensaje que llega a la sociedad no se distorsione. Esto debe empezar por los científicos, pero sin olvidar los medios de comunicación. </p>
<p>Es difícil saber a quién creer entre toda esta vorágine de ciencia de baja calidad y recomendaciones interesadas. Mi recomendación es confiar en las grandes organizaciones, como la OMS y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Ambas trabajan en ámbitos diferentes, pero son confiables. Además, por su estructura, diría que son menos maleables.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/124531/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gonzalo Delgado Pando no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Un polémico estudio publicado esta semana hace oídos sordos a las recomendaciones de organismos como la OMS. Los trabajos, sin embargo, son muy matizables.Gonzalo Delgado Pando, Research Officer. Calidad de los Alimentos y Análisis Sensorial, TeagascLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1239232019-09-30T20:12:56Z2019-09-30T20:12:56ZCómo ahorrar el agua ‘invisible’ que derrochamos cada día<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/294546/original/file-20190927-185394-1wqi44z.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4000%2C2669&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/stream-clean-water-flows-into-stainless-610050113?src=XVZc4-uhRIDP7CEtTanXrA-1-0">Shutterstock/LedyX</a></span></figcaption></figure><p>Alrededor del 90 % del agua que consumimos se utiliza para producir alimentos. Por lo tanto, son importantes unos sistemas de producción agrícolas adecuados y una buena elección de productos por parte de los consumidores.</p>
<p>El agua <em>invisible</em> utilizada en el proceso de producción de un bien cualquiera (agrícola, alimenticio o industrial) se denomina “huella hídrica”. Según datos de la Red de la Huella Hídrica (<em>Water Footprint Network</em>), para producir un kilo de legumbres se necesitan de media unos 3 000 litros de agua. Un kilo de ternera requiere de 15 000 litros de agua, pues hay que contabilizar la cantidad de agua que ha bebido el animal, el forraje que ha comido y los servicios que ha necesitado a lo largo de su vida (limpieza, veterinaria). </p>
<p>La distribución de la huella hídrica en los cultivos y ganadería varía mucho según el lugar, época del año, variedad y sistema de producción. Esto nos proporciona una excelente base de datos de partida para tener en cuenta el uso oculto del agua.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/294538/original/file-20190927-185390-173k9z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/294538/original/file-20190927-185390-173k9z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/294538/original/file-20190927-185390-173k9z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/294538/original/file-20190927-185390-173k9z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/294538/original/file-20190927-185390-173k9z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/294538/original/file-20190927-185390-173k9z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/294538/original/file-20190927-185390-173k9z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/294538/original/file-20190927-185390-173k9z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Cantidades de agua (litros) para producir una unidad de algunos bienes.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://waterfootprint.org/media/downloads/WFN_presentation_schools.pdf">Water Footprint Network (2018)</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Una reciente publicación de la Comisión Europea <a href="https://www.nature.com/articles/s41893-018-0133-x">en la revista <em>Nature</em></a> sobre la huella hídrica de las dietas en los principales países europeos (Reino Unido, Francia y Alemania) pone de manifiesto que un cambio en la dieta actual, con exceso de azúcares, grasas y carne, hacia una dieta saludable recomendada no solo es bueno para la salud. También reduce sustancialmente el consumo de recursos hídricos en unos rangos que van del 11 al 35 % al cambiar a una dieta saludable con carne, del 33 al 55 % a una dieta saludable basada en pescado y del 35 al 55 % al hacerlo a una dieta saludable vegetariana.</p>
<p>El enfoque que nos ofrece la huella hídrica ha generado un cambio de paradigma en la gestión de los recursos hídricos y la sostenibilidad del agua en este planeta azul. Proporciona otra manera de entender los usos del agua y deja clara la diferencia entre el uso directo en los domicilios y las fábricas, y el uso indirecto, relacionado con la materia prima agrícola y notablemente mayor.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/294539/original/file-20190927-185415-1nz92mw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/294539/original/file-20190927-185415-1nz92mw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/294539/original/file-20190927-185415-1nz92mw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=415&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/294539/original/file-20190927-185415-1nz92mw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=415&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/294539/original/file-20190927-185415-1nz92mw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=415&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/294539/original/file-20190927-185415-1nz92mw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/294539/original/file-20190927-185415-1nz92mw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/294539/original/file-20190927-185415-1nz92mw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Huella hídrica directa e indirecta.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://aquapath-project.eu/?lang=es">Aquapath-project</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿Qué podemos hacer?</h2>
<p>Las opciones que tenemos para optimizar el uso del agua son variadas, tal y como plantea <a href="https://f05lt1jvsl61nlcd3hu2s61a-wpengine.netdna-ssl.com/wp-content/uploads/2018/10/nexus_guide_finalforweb.pdf">esta guía de Grace Communications</a>. He aquí un breve resumen.</p>
<p><strong>Opciones alimentarias:</strong></p>
<ul>
<li><p>Reducir el desperdicio de alimentos. La comida desperdiciada se suma a la energía y al agua desperdiciadas.</p></li>
<li><p>Probar el “lunes sin carne”. La producción de carne requiere más agua y combustibles fósiles que las verduras y los granos. Por lo tanto, omitir su consumo un solo día a la semana puede reducir nuestra huella hídrica y energética.</p></li>
<li><p>Apoyar la agricultura sostenible. En lo posible, compre alimentos de granjas sostenibles que minimicen el uso de pesticidas peligrosos y fertilizantes sintéticos. Esto reduce el uso energético y protege los cursos de agua de ser contaminados.</p></li>
</ul>
<p><strong>Opciones hídricas</strong>:</p>
<ul>
<li><p>Ahorrar agua ahorra energía. Al utilizar menos agua en el hogar (mediante, por ejemplo, el uso de cabezales de ducha de bajo flujo y la reparación de fugas), una menor cantidad de agua va por el desagüe y debe ser canalizada y depurada en una planta de tratamiento.</p></li>
<li><p>Comprar menos cosas. La reutilización y reciclaje de los productos puede reducir nuestro uso de agua indirecto, lo que podría disminuir nuestro impacto en los recursos alimentarios y energéticos.</p></li>
<li><p>Decir no al agua embotellada. En 2006, se requirió el equivalente a más de 17 millones de barriles de petróleo para producir el plástico del agua embotellada en Estados Unidos.</p></li>
</ul>
<p><strong>Opciones energéticas</strong>:</p>
<ul>
<li><p>Ser eficientes. Compre productos energéticamente eficientes (busque la etiqueta <em>Energy Star</em>) cuando reemplace sus electrodomésticos antiguos. Ahorrará energía y agua.</p></li>
<li><p>Fomentar la energía renovable. Los paneles solares eléctricos y muchos otros sistemas eléctricos renovables requieren poca o ninguna agua, a diferencia de las centrales eléctricas convencionales.</p></li>
<li><p>Cambiar a una fuente de energía verde. Elija opciones de energía verde disponibles a través de su compañía.</p></li>
</ul>
<hr>
<p><a href="https://traductordeciencia.es/huella-hidrica-el-uso-invisible-del-agua/">Una versión</a> de este artículo fue publicada en el blog de la UPNA, <a href="https://traductordeciencia.es/">Traductor de Ciencia</a></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/123923/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Maite Martínez Aldaya no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La mayor parte del agua que la humanidad consume se va en la producción de alimentos. Por ello, debemos ser muy cuidadosos y cambiar nuestros hábitosMaite Martínez Aldaya, Investigadora en el Instituto de Innovación y Sostenibilidad en la Cadena Agroalimentaria (IS-FOOD) de la UPNA, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1225902019-09-16T20:16:24Z2019-09-16T20:16:24ZHacia un uso más prudente y responsable de los antibióticos en ganadería<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/291520/original/file-20190909-109927-q2ny3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C40%2C5345%2C3304&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/piglets-indoors-on-pig-farm-netherlands-519329620?src=oBReDufqn7EFNJVKhQU7Ig-1-15">RockerStocker/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Los antibióticos son medicamentos indispensables para el tratamiento de la mayoría de las enfermedades infecciosas que afectan tanto al hombre como a los animales. Sin embargo, las bacterias son capaces de desarrollar mecanismos que les permiten hacerse resistentes a ellos. Es decir, pueden no solo sobrevivir, sino incluso continuar multiplicándose en su presencia.</p>
<p>Hoy en día, nos enfrentamos ya a <a href="https://theconversation.com/la-resistencia-a-los-antibioticos-un-problema-no-solo-confinado-a-los-hospitales-111481">bacterias que son resistentes</a> no a uno, sino a varios antibióticos (bacterias multiresistentes). Hay incluso bacterias resistentes a todos los antibióticos disponibles (bacterias panresistentes), para las que no existe tratamiento. Así, las bacterias resistentes <a href="https://amr-review.org/sites/default/files/160525_Final%20paper_with%20cover.pdf">se han convertido en una amenaza a nivel mundial</a>.</p>
<h2>Uso de antibióticos en ganadería</h2>
<p>El uso de antibióticos en ganadería es necesario para que los animales estén sanos y por tanto se pueda garantizar su bienestar. Por otro lado, su uso es también fundamental para garantizar la seguridad de los alimentos provenientes de estos animales. Una cabaña ganadera sana permite producir alimentos sanos y de calidad.</p>
<p>En ganadería, los antibióticos se emplean fundamentalmente para el tratamiento de las infecciones bacterianas (uso terapéutico). Su administración para prevenir enfermedades (uso profiláctico) se recomienda solo en situaciones muy excepcionales. </p>
<p>En Europa, el uso de antibióticos para favorecer el crecimiento de los animales (uso como agentes promotores del crecimiento) <a href="https://europa.eu/rapid/press-release_IP-05-1687_en.htm">está totalmente prohibido desde 2006</a>. Sin embargo, esto no es así en otras regiones del mundo donde aún se pueden añadir a la dieta de animales sanos. </p>
<p>En cualquier caso, el ganado sigue estando expuesto a cantidades de antibióticos superiores a las necesarias y <a href="https://www.oie.int/fileadmin/Home/eng/Our_scientific_expertise/docs/pdf/AMR/Annual_Report_AMR_2.pdf">su modo de uso es mejorable</a>. Además, muchos de los antibióticos empleados en veterinaria se utilizan también en medicina humana, incluso algunos de los considerados críticamente importantes para la salud de las personas.</p>
<h2>Bacterias resistentes a antibióticos en animales</h2>
<p>Respetar los periodos de supresión (tiempo que debe transcurrir desde que se deja de administrar el medicamento al animal hasta que este o sus productos puedan ser destinados al consumo humano) y los programas oficiales de control de residuos (<a href="https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/sanidad-animal-higiene-ganadera/higiene-de-la-produccion-primaria-ganadera/plan-nacional-de-investigacion-de-residuos-pnir/">Plan Nacional de Investigación de Residuos</a>) garantiza que en los alimentos de origen animal no se superen los niveles de residuos antibióticos establecidos por la normativa vigente.</p>
<p>Sin embargo, el ganado puede actuar como reservorio de bacterias resistentes. Estas pueden transmitirse de los animales al hombre por distintas vías: </p>
<ul>
<li><p><a href="https://theconversation.com/como-llegan-bacterias-resistentes-y-residuos-de-antibioticos-a-los-alimentos-121281">A través de los alimentos</a>.</p></li>
<li><p>Por contacto directo con los animales.</p></li>
<li><p>A través del medio ambiente. </p></li>
</ul>
<p>Las bacterias (resistentes o sensibles) no respetan barreras geográficas ni son exclusivas del hombre o de los animales. Se estima que alrededor del 75 % de las enfermedades infecciosas que afectan a los humanos tienen su origen en los animales.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/291319/original/file-20190906-175682-c6vst1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/291319/original/file-20190906-175682-c6vst1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/291319/original/file-20190906-175682-c6vst1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/291319/original/file-20190906-175682-c6vst1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/291319/original/file-20190906-175682-c6vst1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/291319/original/file-20190906-175682-c6vst1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/291319/original/file-20190906-175682-c6vst1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/291319/original/file-20190906-175682-c6vst1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Ejemplos de vías diseminación de bacterias resistentes.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.amr.gov.au">Australian Government</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Además, las bacterias resistentes pueden transferir los genes responsables de la resistencia a otras bacterias con las que conviven en un mismo entorno, como el intestino de los animales o del hombre y el medio ambiente. Puede suceder que una bacteria no patógena, es decir, una de las “buenas” presente en nuestra flora intestinal, reciba un gen que la hace resistente. O incluso peor; una bacteria patógena, pero sensible a los antibióticos, puede convertirse en resistente al recibir un gen de otra bacteria. En ese caso, tendremos un problema cuando enfermemos y deban tratarnos con antibióticos.</p>
<p>Está demostrado que <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC90599/pdf/ac002054.pdf">existe una asociación</a> entre el uso de antibióticos en medicina veterinaria y las resistencias observadas en los animales. Sin embargo, es difícil determinar qué proporción de la resistencia observada en las infecciones humanas tiene su origen en el uso de antibióticos en ganadería. </p>
<p>Cada caso es distinto y <a href="https://academic.oup.com/jac/article/71/8/2326/2237821">se han descrito ejemplos </a>en los que la resistencia parece haberse originado en los animales y de ahí haber pasado al hombre, pero también <a href="https://academic.oup.com/jac/article/69/2/287/715709">otros con un origen humano</a> y posterior diseminación a los animales. Lo que está claro es que cualquier uso de antibióticos (tanto en medicina humana como veterinaria o en la agricultura) favorece la aparición y diseminación de bacterias resistentes.</p>
<h2>Actuaciones para luchar contra las resistencias</h2>
<p>En nuestro entorno se están desarrollando acciones para luchar contra la resistencia a los antibióticos en ganadería. Las principales actuaciones siguen las directrices que marcan la Unión Europea y la <a href="http://www.resistenciaantibioticos.es/es">Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios</a>. Se podrían resumir en tres:</p>
<ul>
<li><p><strong>Vigilancia del uso de antibióticos y de las bacterias resistentes.</strong> Conocer el tipo y cantidad de antibióticos que se usan y la clase de bacterias resistentes y frecuencia con que se detectan nos proporciona información muy útil desde el punto de vista epidemiológico. Entre otras cosas, permite identificar asociaciones entre el consumo y la aparición de resistencias, analizar tendencias y diseñar medidas eficaces para frenar el problema.</p></li>
<li><p><strong>Promoción del uso prudente a través de actividades formativas para el sector y la elaboración de guías de uso prudente</strong>. Recientemente, basándose en <a href="https://www.ema.europa.eu/en/documents/other/answer-request-european-commission-updating-scientific-advice-impact-public-health-animal-health-use_en.pdf">un informe</a> elaborado por expertos, la Comisión Europea ha propuesto categorizar los antibióticos veterinarios según el impacto que su uso puede tener en la salud humana. Cada una de las cuatro categorías se acompaña de recomendaciones específicas de uso.</p></li>
<li><p><strong>Prevención de las infecciones.</strong> Puesto que los animales sanos no necesitan ser tratados, reducir las posibles infecciones ayudará a reducir el uso de antibióticos. Medidas para lograrlo incluyen la mejora de la higiene y la bioseguridad en las explotaciones ganaderas, la potenciación del sistema inmune de los animales y la puesta en marcha de planes sanitarios específicos para cada explotación.</p></li>
</ul>
<h2>Perspectivas y aspectos a mejorar</h2>
<p>Todas estas acciones son fundamentales para frenar el problema de las resistencias, y parece que empiezan a dar frutos. En España <a href="http://www.resistenciaantibioticos.es/es/system/files/field/files/informe_jiacra-espana.pdf?file=1&type=node&id=410&force=0">se ha observado un descenso del 14 % </a>en el uso total de antibióticos en ganadería entre 2014 y 2016. La reciente implementación de la receta electrónica en medicina veterinaria ayudará también a conocer mejor el uso que se está haciendo de los antibióticos en ganadería.</p>
<p>Sin embargo, aún hay tareas pendientes. A nivel internacional, es fundamental una mayor coordinación a nivel legislativo, de vigilancia e intervención. Es también fundamental hacer más fluida la colaboración entre la medicina humana y la medicina veterinaria, sin olvidar el impacto sobre el medio ambiente. Cualquier actuación para combatir el problema de las resistencias debe plantearse desde la perspectiva <em>One Health</em> (Una Salud). Según esta, la salud del hombre, los animales y el medio ambiente están interconectadas. </p>
<p>Finalmente, es necesaria más investigación para comprender mejor los mecanismos por los que se generan las resistencias, desarrollar nuevas herramientas de diagnóstico, así como nuevas alternativas a los antibióticos y mejores medidas de control de las enfermedades.</p>
<hr>
<p><em>Este artículo constituye un resumen de la charla impartida en el <a href="https://www.uik.eus/es/resistencia-antibioticos-en-el-medio-ambiente-origen-de-un-escenario-apocaliptico">curso de verano de la UPV/EHU</a> organizada por el JRL Environmental Antibiotic Resistence.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/122590/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Hurtado no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El uso excesivo e inadecuado de los antibióticos, tanto en medicina humana como veterinaria, favorece la aparición y diseminación de bacterias resistentes.Ana Hurtado, Investigadora en Sanidad Animal, Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario NEIKER-TecnaliaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1229172019-09-08T20:00:02Z2019-09-08T20:00:02ZQué dice (y qué no) el informe de la ONU sobre la carne<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/290907/original/file-20190904-175682-1jz76y2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4104%2C2733&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/download/confirm/633974036?src=-1-1&size=huge_jpg">Shutterstock/Dragosh Co</a></span></figcaption></figure><p>El informe que el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, perteneciente a la ONU) publicó recientemente es exhaustivo y clarificador. El hecho de que hayan participado en su elaboración 107 expertos de 52 países da idea de su importancia y magnitud.</p>
<p>Titulado <em>El cambio climático y la tierra</em>, el informe está estructurado en siete capítulos. En total <a href="https://www.ipcc.ch/report/srccl/">1 384 páginas de texto</a>, más abundante material suplementario. Conscientes de la dificultad que supone para los no expertos en el tema la lectura y el estudio de un texto de tal extensión, el IPCC ha elaborado <a href="https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2019/08/2019-PRESS-IPCC-50th-IPCC-Session_es.pdf">un comunicado de prensa de siete páginas</a> en varios idiomas, donde recoge las principales ideas y conclusiones del informe. Su lectura, por la transcendencia del tema y la concisión y claridad con que está escrito, resulta muy recomendable para todo ciudadano del mundo.</p>
<p>Esta declaración supone, en primer lugar, una llamada de atención a toda la humanidad. El informe pretende concienciarnos de las consecuencias que pueden tener las pautas y hábitos de vida que hemos instaurado en nuestra sociedad para el futuro del planeta.</p>
<p>De forma más concreta, apela al área de la silvicultura, agricultura y ganadería, cuya gestión y actividades generan el 23 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Pero no olvidemos, y el informe de la IPCC así lo señala, que la gran mayoría de las emisiones contaminantes de nuestra atmósfera se deben al consumo de combustibles fósiles y a la actividad industrial, procesos en los que estamos involucrados una gran parte de los habitantes del planeta. </p>
<p>A esto habría que añadir, a consecuencia del afán de consumismo que prevalece en nuestra sociedad, el despilfarro de comida que realizamos, que alcanza la vergonzosa cifra de un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial. Solo con que consiguiéramos solucionar este problema, más bien lacra si lo consideramos desde la óptica de la sensibilidad y solidaridad humanas, reduciríamos las emisiones contaminantes en un 10 %.</p>
<h2>La necesidad de mejorar los sistemas de producción</h2>
<p>Volviendo al sector agrario y alimentario, el informe concluye:</p>
<blockquote>
<p>“Las dietas equilibradas basadas en alimentos de origen vegetal [como cereales secundarios, legumbres, frutas y verduras] y alimentos de origen animal producidos de forma sostenible en sistemas que generan pocas emisiones de gases de efecto invernadero presentan mayores oportunidades de adaptación al cambio climático y de limitación de sus efectos”. </p>
</blockquote>
<p>Por tanto, a lo que nos insta la ONU a los agentes del sector (técnicos, agricultores y ganaderos) es a afinar los modelos de producción, de manera que estos sean más eficientes y sostenibles. El objetivo es que seamos más respetuosos con el medio ambiente y generemos menos emisiones contaminantes, asegurando siempre la calidad y la seguridad alimentaria para el consumidor. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/download/confirm/481623085?src=-1-21&size=huge_jpg">Shutterstock/Birkir Asgeirsson</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Al igual que tras la Segunda Guerra Mundial el sector agrario dio respuesta a la urgente llamada para producir alimentos con el fin de abastecer las necesidades de la maltrecha Europa, no quepa duda de que, en los momentos actuales, también será capaz de responder a estas demandas que se señalan en el informe de la IPCC. </p>
<p>Con respecto a los consumidores, que son los que tienen la última palabra en los hábitos y conductas de consumo, es indudable que sabrán captar el mensaje de la ONU y pedirán cada vez más alimentos, además de sanos y saludables, que hayan sido producidos de manera respetuosa con el medio ambiente y los animales. Prácticas que ya realizan la gran mayoría de agricultores y ganaderos navarros, pero que tendrán que intensificar en el futuro próximo.</p>
<h2>¿Y qué pasa con la carne?</h2>
<p>La palabra carne no aparece citada en ningún momento en el comunicado de prensa del IPCC que recoge las principales conclusiones del informe. Se sobreentiende que la carne está implícita en el término alimentos de origen animal, pero no hay una mención expresa al consumo de carne en el documento de prensa. </p>
<p>Sí es verdad que hay un apartado importante sobre él en el capítulo de Seguridad Alimentaria del informe. Existen zonas del mundo donde el consumo de carne es elevado. Se mencionan en el informe algunos supuestos ilustrativos de la situación. Por ejemplo, si todas las naciones del mundo tuvieran el mismo consumo de carne que se da en Estados Unidos, la totalidad de la superficie habitable de la tierra sería insuficiente para producirla con los sistemas actuales de producción. </p>
<p>Es previsible, además, que la demanda de proteína animal vaya creciendo en los países en desarrollo. Por tanto, es indudable la urgencia de ir optimizando los sistemas de producción de carne, en aras a reducir la presión sobre la tierra y sobre el uso del agua, y desde la perspectiva del consumidor, modulando el consumo de carne en algunos segmentos de población.</p>
<p>Tras todo lo expuesto, cabe realizar un par de reflexiones finales. </p>
<p>Por una parte, hacer una referencia al trato mediático que, en general, se le da al consumo de carne. Titulares como “La ONU pide que se consuma menos carne para evitar el cambio climático”, que han abierto telediarios o han encabezado portadas de diarios, suponen una interpretación sesgada del informe mencionado. </p>
<p>Por otra, hay que recalcar la importancia que el consumo de carne tiene en la alimentación humana. Su riqueza proteica, con algunos aminoácidos esenciales para el organismo humano, junto a su elevado contenido en ciertas vitaminas y minerales, hacen de la carne un alimento básico y fundamental en la dieta humana. No lo olvidemos.</p>
<hr>
<p>Una <a href="https://traductordeciencia.es/informe-de-la-onu-lo-que-se-dice-y-lo-que-no-se-dice-sobre-la-carne/">versión de este artículo</a> fue publicada en el blog de la UPNA, Traductor de Ciencia</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/122917/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Antonio Mendizabal Aizpuru no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El reciente informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático pretende concienciarnos de las consecuencias que pueden tener para el futuro del planeta las pautas y hábitos de vida que hemos instaurado en nuestra sociedad.José Antonio Mendizabal Aizpuru, Catedrático de Producción Animal, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1174852019-05-29T20:05:31Z2019-05-29T20:05:31ZCómo la primera inventora moderna de España mejoró la salud pública con un carruaje<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C3%2C2270%2C1552&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">'Carruaje para caballerizas para la conducción higiénica de las burras, vacas o cabras de leche para la expedición pública', abril de 1865</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://www.inmujer.gob.es/publicacioneselectronicas/documentacion/Documentos/DE1704.pdf">'Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX'. Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, 2017.</a></span></figcaption></figure><p>Poco se sabe de la vida de Fermina Orduña, más allá de que vivió en Madrid en el siglo XIX.</p>
<p>Sí sabemos que, en 1865, se convirtió en la primera mujer en registrar un invento en España. En aquel momento las patentes se denominaban “privilegios de invención”; Fermina obtuvo el suyo, por cinco años, el 20 de mayo de 1865. </p>
<p>Se conoce este dato porque, el lunes 20 de julio de 1868, <em>La Gaceta de Madrid</em> publicaba la relación de los “privilegios de invención e introducción concedidos por S. M. desde el mes de enero de 1865 a septiembre de 1867”, por orden de la Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio. En la página 10 constaba el concedido a “Doña Fermina Orduña, de Madrid, invención por Real Cédula de 20 de mayo de 1865: Sistema para expender la leche de burras, vacas y cabras”.</p>
<h2>El invento de Fermina Orduña</h2>
<p>El invento de Fermina se llamaba <em>Carruaje para caballerizas para la conducción higiénica de las burras, vacas o cabras de leche para la expedición pública</em>. </p>
<p>Este vehículo no era un simple carro para transportar la leche, sino un carruaje para trasladar al ganado lechero. En aquella época la leche se adquiría sin tratamiento previo para su consumo, aunque se sabía que no era conveniente dejar pasar demasiado tiempo desde el ordeñado hasta su consumo. El invento de Fermina pretendía minimizar ese tiempo transcurrido desde desde el ordeño hasta su venta. Se trataba de ganar en higiene y, por lo tanto, en salud.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C3%2C2270%2C1552&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C3%2C2270%2C1552&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=517&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=517&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/277063/original/file-20190529-192440-dlvlwv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=517&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">‘Carruaje para caballerizas para la conducción higiénica de las burras, vacas o cabras de leche para la expedición pública’, abril de 1865.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.inmujer.gob.es/publicacioneselectronicas/documentacion/Documentos/DE1704.pdf">'Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX'. Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, 2017.</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El carro estaba cerrado y el número de caballos que lo movía dependía de la cantidad de ganado lechero transportado. El carruaje constaba de un <em>establo</em> con pienso de grano seco para asegurar la buena alimentación del ganado y evitar que ingiriera forraje nocivo para la lactancia. También tenía un envase de agua caliente para conservar la leche a temperatura natural durante veinte minutos. Por último, incorporaba una caldera para mantener la temperatura del agua y una campana para avisar a la clientela.</p>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/275489/original/file-20190520-69178-2wgqtj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/275489/original/file-20190520-69178-2wgqtj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=836&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/275489/original/file-20190520-69178-2wgqtj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=836&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/275489/original/file-20190520-69178-2wgqtj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=836&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/275489/original/file-20190520-69178-2wgqtj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1050&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/275489/original/file-20190520-69178-2wgqtj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1050&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/275489/original/file-20190520-69178-2wgqtj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1050&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fermina Orduña.</span>
<span class="attribution"><span class="source">MUNCYT / Eulogia Merle</span></span>
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</figure>
<p>La propuesta de Fermina pretendía ofrecer un producto de calidad. Lo hacía mediante el buen trato del ganado, correctamente transportado y alimentado, lo que permitía reponer la leche cuando fuera necesario. También ayudaba la distribución rápida e higiénica desde el ordeño hasta el consumo.</p>
<p>En resumen, el invento ofrecía leche fresca, en buen estado, de calidad y a domicilio. Tras ordeñar a los animales, la leche se introducía en un vaso de cristal que se cerraba de manera hermética. Por último, se sumergía en el envase de agua caliente para conservarlo a la temperatura de la ubre.</p>
<h2>Premios Fermina Orduña</h2>
<p>Esta pionera y emprendedora ha dado nombre a los <a href="http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_ConvocaPrestac_FA&cid=1354736008827&noMostrarML=true&pageid=1331802501637&pagename=PortalCiudadano%2FCM_ConvocaPrestac_FA%2FPCIU_fichaConvocaPrestac&vest=1331802501621">Premios “Fermina Orduña” a la Innovación Tecnológica</a>, convocados por la Consejería de Educación e Investigación de la Comunidad de Madrid. </p>
<p>Este galardón, de carácter anual y convocado por primera vez en 2018, pretende “reconocer la labor de personas físicas que a lo largo de su carrera profesional hayan estado vinculadas de alguna forma a la Comunidad de Madrid y que hayan logrado impulsar e implantar de forma significativa la innovación tecnológica en el tejido productivo y empresarial, o estén haciéndolo en la actualidad.”</p>
<p>El 16 de enero de 2019 se entregaron los premios correspondientes a esta primera convocatoria. La empresaria del sector cárnico madrileño <a href="http://fuam.es/fuam/organos-de-gobierno/paloma-frial/">Paloma Frial Suárez</a> y la investigadora en salud ocular <a href="http://www.celiasanchezramos.com/">Celia Sánchez Ramos</a> compartieron <em>ex aequo</em> el premio en la categoría de “Trayectoria Profesional en Innovación Tecnológica”. </p>
<p>El premio “Jóvenes Innovadores menores de 40 años” recayó en <a href="https://www.linkedin.com/in/jaimelaulhe/?originalSubdomain=es">Jaime Laulhé</a>, creador de la <em>startup</em> madrileña <a href="https://www.geoblink.com/es/">Geoblink</a>, reconocida internacionalmente. </p>
<p>Cada modalidad recibe un <a href="https://www.mercedespalacios.com/ilustracion/galardon-premios-fermina-orduna/">hermoso galardón</a> realizado por la ilustradora Mercedes Palacios (que integra las flores del madroño y el escudo con las siete estrellas que aparece en la bandera de la Comunidad de Madrid junto con el carro que inventó Fermina Orduña) y 42.000 euros en metálico.</p>
<p>¿Fue Fermina Orduña la primera inventora española? Me atrevo a afirmar con rotundidad que no. Fue la primera mujer a la que se le permitió solicitar un “privilegio de invención”. Con toda seguridad, muchos otros inventos fueron patentados con anterioridad por maridos, hermanos u otros parientes, para evitar que fueran rechazados por presentarlos una <em>simple mujer</em>.</p>
<hr>
<p><em>Este artículo es una versión ampliada de <a href="https://mujeresconciencia.com/2018/09/14/fermina-orduna-la-primera-espanola-en-registrar-una-patente/">Fermina Orduña, la primera española en registrar una patente</a> que se publicó en el blog</em> Mujeres con ciencia <em>de la</em> Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU <em>el 14 de septiembre de 2018.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/117485/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Macho-Stadler no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Fermina Orduña fue la primera mujer de España en registrar una patente, un ingenio capaz de transportar la leche recién ordeñada.Marta Macho-Stadler, Profesora de matemáticas, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1118852019-02-21T22:15:36Z2019-02-21T22:15:36ZDejar de comer carne sí ayudará a salvar el planeta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/259393/original/file-20190217-56212-8788cx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=49%2C0%2C5472%2C3645&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/vF5i44ERvF0">Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>El tema de la contribución del ganado al cambio climático es algo que me preocupa. Ya <a href="http://www.sobreestoyaquello.com/2017/12/metano-y-cambio-climatico.html">me he posicionado</a> al respecto <a href="http://www.sobreestoyaquello.com/2018/04/chuletones-sostenibles-las-vacas.html">en alguna ocasión</a>. </p>
<p>El investigador Frank Mitloehner, profesor en la Universidad de California en Davis (EE UU), publicó en 2016 un libro blanco titulado <em>Contribuciones del ganado al cambio climático: hechos y ficción</em>. Fue <a href="https://www.afia.org/?Display=196">aplaudido por la poderosa AFIA</a>, la patronal de las industrias manufactureras de productos ganaderos y agrícolas estadounidenses. En 2018, el propio autor escribió una reseña <a href="https://theconversation.com/dejar-de-comer-carne-no-va-a-salvar-el-planeta-107994">en <em>The Conversation</em></a>.</p>
<p>El problema es que Mitloehner usa estadísticas incompletas sobre la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) para minimizar los impactos ambientales de la ganadería.</p>
<h2>Un porcentaje incompleto</h2>
<p>El investigador afirma que la producción ganadera es responsable del 4,2 % de las emisiones de GEI de los Estados Unidos. No es poco si tenemos en cuenta que estamos ante el colíder en este tipo de contaminación. Reconoce que los métodos de evaluación del <em>ciclo de vida</em> son la “regla de oro” para medir con precisión las contribuciones del ganado al cambio climático, pero extrae conclusiones que no reflejan el ciclo de vida completo de los productos animales.</p>
<p>Su cálculo del 4,2 % no tiene en cuenta varias fuentes de emisiones importantes. <a href="https://www3.epa.gov/climatechange/Downloads/ghgemissions/US-GHG-Inventory-2016-Chapter-5-Agriculture.pdf">Cita las estimaciones</a> de la Agencia Medioambiental de los Estados Unidos para la emisión derivada de la fermentación entérica y el manejo del estiércol, pero excluye las emisiones de:</p>
<ol>
<li><p>La producción de semillas y forrajes para animales, incluidas las emisiones de óxido nitroso asociadas con la aplicación de fertilizantes.</p></li>
<li><p>La deforestación y los cambios en el uso del suelo. </p></li>
<li><p>El transporte de alimentos para animales, ganado y productos alimenticios. </p></li>
<li><p>Las emisiones asociadas a los productos alimenticios de origen animal.</p></li>
</ol>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/259394/original/file-20190217-56236-3b3xdq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/259394/original/file-20190217-56236-3b3xdq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/259394/original/file-20190217-56236-3b3xdq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/259394/original/file-20190217-56236-3b3xdq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/259394/original/file-20190217-56236-3b3xdq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/259394/original/file-20190217-56236-3b3xdq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/259394/original/file-20190217-56236-3b3xdq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/xkxdxmof_c4">Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>Emisiones mundiales vs. estadounidenses</h2>
<p>Mitloehner no distingue entre las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y las estrictamente estadounidenses. Por ejemplo, sostiene que quienes aseguran que las emisiones derivadas de la ganadería estadounidense son comparables a las del transporte están equivocados.</p>
<p>Sin embargo, los datos que equiparan ambos sectores a nivel mundial son muy precisos. <a href="http://www.fao.org/3/a-i3437e.pdf">La estimación más reciente</a> de la FAO es que un 14,5 % ,<a href="GT">7,1 gigatoneladas </a>, de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero son atribuibles a la agricultura animal. Un volumen ligeramente menor, 7 GT, son <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar5/syr/">atribuibles al transporte</a>, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).</p>
<p>El porcentaje de emisiones de GEI estadounidenses que el doctor Mitloehner atribuye a la agricultura animal no es comparable a las tendencias globales. Tampoco refleja la magnitud del problema. En primer lugar, porque las emisiones de la energía y el transporte de ese país son excepcionalmente altas. En segundo, porque parte de ellas se realizan en otros países. Por ejemplo, las debidas a la deforestación para abrir las tierras al pastoreo y a la producción de cultivos forrajeros, cuyos productos finales se destinan al mercado estadounidense.</p>
<h2>Agua, insecticidas y antibióticos</h2>
<p>Mitloehner se centra en los GEI, pero no se ocupa de los otros impactos ecológicos y de salud pública derivados de la ganadería industrial. No ofrece dato alguno sobre el consumo del agua, la contaminación de los recursos hídricos por la escorrentía agropecuaria ni el uso masivo de insecticidas que está acabando con la biodiversidad natural. Tampoco de la contaminación del aire, la resistencia a los antibióticos, los impactos en las comunidades rurales y en los trabajadores, y <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26231503">otros efectos dañinos</a>.</p>
<p>El investigador afirma que “las mejoras en la eficiencia de la producción ganadera están directamente relacionadas con las reducciones del impacto ambiental”. Para sostenerlo se centra en el aumento de la eficiencia por cabeza de ganado. No tiene en cuenta la escala de la producción animal de alimentos, ni la huella ambiental total de la agricultura animal en Estados Unidos.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/259395/original/file-20190217-56208-nr6ys.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/259395/original/file-20190217-56208-nr6ys.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/259395/original/file-20190217-56208-nr6ys.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/259395/original/file-20190217-56208-nr6ys.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/259395/original/file-20190217-56208-nr6ys.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/259395/original/file-20190217-56208-nr6ys.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/259395/original/file-20190217-56208-nr6ys.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/4MbiKlr1kgU">Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>¿A más eficiencia, menos emisiones?</h2>
<p>Las industrias ganaderas estadounidenses han progresado en términos de eficiencia, pero el impacto de criar cada año unos 10.000 millones de animales destinados al consumo directo es enorme. Los beneficios de la mayor eficiencia de cría por cabeza se compensan si la producción animal de alimentos continúa aumentando, lo que trae como resultado una huella ambiental total cada vez mayor. </p>
<p>Por lo tanto, es irreal suponer que el sector agropecuario de Estados Unidos ha reducido su huella ambiental total porque haya reducido las emisiones de GEI por cabeza de ganado producida.</p>
<p>Las reducciones urgentes y radicales de emisiones son fundamentales en todos los sectores, incluidos el transporte, la energía y la agricultura. Pero si las emisiones se reducen en los sectores no agrícolas, <a href="http://www.jhsph.edu/research/centers-and-institutes/johns-hopkins-center-for-a-livable-future/_pdf/research/clf_reports/2015-12-07e-role-of-diet-food-waste-in-cc-targets.pdf">pero continúan las tendencias pronosticadas</a> en el consumo de productos animales, el aumento de la temperatura media mundial probablemente superará los 2°C. </p>
<p>La reducción del impacto ambiental de la agricultura exigirá drásticas disminuciones en la ingesta de carne y lácteos. Sobre todo en países como Estados Unidos que tienen los niveles más altos de consumo per cápita.</p>
<p>El estadounidense típico <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26573136">consume unas tres veces</a> más carne, lácteos y huevos que la media mundial, lo que perjudica la salud humana y el medio ambiente. En comparación con la dieta mundial promedio, la estadounidense provoca casi el doble del uso de la tierra agrícola y de las emisiones. Entre un 80 y un 90 % <a href="https://www.wri.org/sites/default/files/Shifting_Diets_for_a_Sustainable_Food_Future_0.pdf">están relacionadas con el consumo</a> de alimentos de origen animal.</p>
<p>El libro critica los esfuerzos de los consumidores para reducir la dieta de productos cárnicos. Entre otras el <a href="https://www.meatlessmonday.com/"><em>lunes sin carne</em></a>, que anima a los ciudadanos a comprender que las decisiones sobre su dieta afectan el medio ambiente y que deben comenzar a reducir (que no a suprimir) la ingesta de productos animales. </p>
<p>El problema del cambio climático puede parecer que sobrepasa la capacidad individual para marcar la diferencia. Sin embargo, cambiar nuestras decisiones del día a día, por pequeñas que sean, es una forma viable para que entre todos demos un paso hacia la reducción de nuestra huella ambiental.</p>
<p>Si nos esforzamos en reducir las contribuciones antropogénicas al cambio climático, es preciso también que quienes se dedican a interpretar las estimaciones de emisiones empleen el máximo rigor y la mejor metodología disponible para evaluar los impactos ambientales de las actividades agropecuarias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/111885/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuel Peinado Lorca no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La contribución de la ganadería al cambio climático divide a los investigadores. Para analizarlo, es imprescindible estudiar las estadísticas con el máximo rigor posible.Manuel Peinado Lorca, Catedrático de Universidad. Departamento de Ciencias de la Vida. Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1079942018-12-10T22:35:03Z2018-12-10T22:35:03ZDejar de comer carne no va a salvar el planeta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/249677/original/file-20181210-76980-63iccu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C0%2C5590%2C3732&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/qysVTP1OONk"> Unsplash / Jenny Hill</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>El impacto del cambio climático en nuestro planeta es alarmante. A medida que los efectos nocivos se han intensificado, la carne se ha convertido en un objetivo público. Cada día más gente aboga por <a href="http://fortune.com/2017/07/19/climate-change-vegan-vegetarian-diet-humane-society/">comer menos carne para salvar el medio ambiente</a>. Algunos activistas, incluso, proponen poner un <a href="https://www.theatlantic.com/health/archive/2017/12/should-meat-cost-more-than-gold/548264/">impuesto a la carne</a> para reducir su consumo.</p>
<p>Argumentan que la producción genera más gases de efecto invernadero que todo el sector del transporte. Sin embargo, esta afirmación es falsa (como podremos comprobar más adelante), pero la persistencia de este idea lleva a suposiciones inexactas en relación con el consumo de carne y el cambio climático.</p>
<p><a href="https://scholar.google.com/citations?user=SAqmem4AAAAJ&hl=en">Mi investigación</a> se centra en analizar las formas en que la agricultura animal afecta a la calidad del aire y al cambio climático. En mi opinión, existen muchas razones para optar bien por consumir proteínas animales o bien por elegir un menú vegetariano. Sin embargo, renunciar a la carne y sus derivados no es la panacea para el medio ambiente como muchos nos quieren hacer creer y, llevado al extremo, también puede producir consecuencias nutricionales negativas.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/249670/original/file-20181210-76965-1ot53et.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/249670/original/file-20181210-76965-1ot53et.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/249670/original/file-20181210-76965-1ot53et.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=407&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/249670/original/file-20181210-76965-1ot53et.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=407&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/249670/original/file-20181210-76965-1ot53et.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=407&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/249670/original/file-20181210-76965-1ot53et.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=512&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/249670/original/file-20181210-76965-1ot53et.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=512&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/249670/original/file-20181210-76965-1ot53et.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=512&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Producción ganadera mundial por región (leche y huevos expresados en proteínas)</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.fao.org/gleam/results/es/">FAO</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<h2>Récord en carne y gases de efecto invernadero</h2>
<p>Gran parte de la mala reputación de la carne se centra en la afirmación de que la ganadería es la mayor fuente de gases de efecto invernadero del mundo. Por ejemplo, <a href="http://www.worldwatch.org/files/pdf/Livestock%20and%20Climate%20Change.pdf">un análisis</a> publicado por el <a href="http://worldwatch.org/">Worldwatch Institute</a> de Washington en el año 2009 aseguraba que el 51% de la emisión de GEI (gases de efecto invernadero) en el mundo procedían de la cría y procesado del ganado.</p>
<p>Pero según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, <a href="https://www.epa.gov/ghgemissions/inventory-us-greenhouse-gas-emissions-and-sinks">las principales fuentes de emisión de GEI en E.E.U.U. en 2016</a> fueron la producción eléctrica (28% del total de emisiones), el transporte (28%) y la industria (22%). La agricultura y la ganadería representaron apenas un 9% de las emisiones, cifra a la que <a href="https://www.epa.gov/ghgemissions/inventory-us-greenhouse-gas-emissions-and-sinks">la ganadería contribuye con un irrisorio 3,9%</a>. Los números demuestran que la ganadería no se puede comparar con el transporte en términos de contaminación.</p>
<p>¿Por qué se ha llegado entonces a esa conclusión? En 2006, la <a href="http://www.fao.org/home/en/">Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura</a> (FAO) publicó un estudio titulado <a href="http://www.fao.org/3/a-a0701e.pdf"><em>La larga sombra del ganado: problemas ambientales y opciones</em></a>. El informe, que atrajo la atención internacional, afirmaba que la ganadería producía un asombroso 18% de los gases de efecto invernadero en todo el planeta. La agencia llegó a una conclusión sorprendente: el ganado hacía más daño al clima que todos los tipos de transporte juntos.</p>
<p>Esta afirmación es falsa y fue desmentida por <a href="http://news.trust.org/item/20180918083629-d2wf0">Henning Steinfeld, el autor principal del informe</a>. El error residía en que los analistas de la FAO llevaron a cabo una evaluación integral del ciclo de vida para estudiar el impacto climático de la crianza del ganado, pero a la hora de analizar el transporte emplearon un método diferente.</p>
<p>Para el ganado, la FAO tuvo en consideración todos los factores asociados a la producción de carne, entre los que se encuentran las emisiones generadas por la elaboración de fertilizantes, la conversión de bosques en pastos, el cultivo de pienso y las emisiones que provienen de los animales (eructos y deposiciones) desde su nacimiento hasta su muerte.</p>
<p>Sin embargo, cuando analizaron las emisiones de carbono producidas por el transporte ignoraron los efectos sobre el clima que provienen de la fabricación de materiales y piezas de los vehículos, el ensamblaje de los mismos y el mantenimiento de carreteras, puentes, aeropuertos y otras infraestructuras. En su lugar, solo tuvieron en cuenta las emisiones de coches, camiones, trenes y aviones. Como resultado, la comparación que hizo la FAO de las emisiones de gases de efecto invernadero entre ganadería y transporte estaba completamente distorsionada.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/242175/original/file-20181025-71035-16niitc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/242175/original/file-20181025-71035-16niitc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/242175/original/file-20181025-71035-16niitc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=229&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/242175/original/file-20181025-71035-16niitc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=229&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/242175/original/file-20181025-71035-16niitc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=229&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/242175/original/file-20181025-71035-16niitc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=288&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/242175/original/file-20181025-71035-16niitc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=288&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/242175/original/file-20181025-71035-16niitc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=288&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los investigadores han descubierto múltiples opciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector ganadero. Las barras rojas representan el alcance potencial de cada práctica.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://flic.kr/p/FAcCPQ">Herrero et al, 2016, via Penn State University</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span>
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<p>Durante una conferencia dirigida a científicos en San Francisco el 22 de marzo de 2010, señalé el error presente en el informe, lo que levantó una gran polvareda que produjo un <a href="https://www.telegraph.co.uk/news/earth/environment/climatechange/7509978/UN-admits-flaw-in-report-on-meat-and-climate-change.html">importante seguimiento mediático</a>. En un acto que les honra, <a href="http://news.bbc.co.uk/2/hi/8583308.stm">la FAO reconoció inmediatamente su error</a>, pero desgraciadamente la afirmación inicial de que la ganadería producía el mayor porcentaje de gases de efecto invernadero ya había recibido una gran cobertura por parte de los medios. Todavía hoy luchamos para demostrar que no es así.</p>
<p>En su informe de evaluación más reciente, la FAO estimó que la ganadería produce un <a href="http://www.fao.org/3/a-i3437e.pdf">14,5% de los gases de efecto invernadero de las actividades humanas a escala mundial</a>. No existe una evaluación del ciclo de vida completo del transporte con la que se pueda comparar. Sin embargo, <a href="http://news.trust.org/item/20180918083629-d2wf0">tal y como señala Steinfeld</a>, las emisiones directas del transporte se pueden comparar con las emisiones directas e indirectas del ganado, situándose las primeras en un 14%, frente al 5% de las segundas.</p>
<h2>Una producción menos nociva</h2>
<p>Mucha gente sigue pensando que dejar de comer carne <a href="https://mercyforanimals.org/nyc-announces-meatless-monday-pilot-program">solo un día a la semana</a> influirá en la lucha contra el cambio climático. Nada más lejos de la realidad. Un estudio reciente demuestra que incluso si todos los estadounidenses eliminasen todas las proteínas animales de sus dietas, las emisiones de gases de efecto invernadero del país <a href="http://www.pnas.org/content/114/48/E10301">solo se verían reducidas en un 2,6%</a>. Según los resultados de nuestra investigación en la Universidad de California en Davis, si toda la población de Estados Unidos se sumara a la práctica del <em>Meatless Monday</em> (Lunes sin carne), se apreciaría una reducción de gases de tan solo el 0,5%.</p>
<p>Además, los cambios tecnológicos, genéticos y de gestión que han tenido lugar en la agricultura y la ganadería de Estados Unidos durante los últimos 70 años han hecho que la producción ganadera sea más eficiente y menos nociva para el medio ambiente. Según la base estadística de la FAO, las emisiones directas de gases de efecto invernadero en EE.UU. han disminuido un 11,3% desde 1961, mientras que la producción de carne procedente de la ganadería se ha multiplicado <a href="http://www.fao.org/faostat/en/#data">por más de dos</a>.</p>
<p>La demanda de carne está creciendo en las economías emergentes y en vías de desarrollo, <a href="https://www.ers.usda.gov/amber-waves/2015/july/growth-in-meat-consumption-for-developing-and-emerging-economies-surpasses-that-for-the-developed-world/">con Oriente Medio, el norte de África y el sudeste asiático a la cabeza</a>. Aun así, el consumo de carne por individuo en estas regiones todavía dista mucho del de los países desarrollados. En 2015, la media de consumo de carne anual per cápita en los países con economías sólidas fue de 92 kilogramos, mientras que en Oriente Medio y en el norte de África fue de 24 kilos, reduciéndose hasta los 18 en el sudeste asiático.</p>
<p>En cualquier caso, dado el crecimiento previsto de la población en el futuro, países como Estados Unidos deberán adoptar prácticas más sostenibles para la cría del ganado.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/241923/original/file-20181023-169813-myv7z1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/241923/original/file-20181023-169813-myv7z1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/241923/original/file-20181023-169813-myv7z1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/241923/original/file-20181023-169813-myv7z1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/241923/original/file-20181023-169813-myv7z1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/241923/original/file-20181023-169813-myv7z1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/241923/original/file-20181023-169813-myv7z1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/241923/original/file-20181023-169813-myv7z1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">En los países en desarrollo (como Kenia, en la foto), la cría de ganado es una importante fuente de alimento e ingresos para muchos agricultores y pastores de granjas pequeñas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Wiki_loves_Africa_255.jpg">Loisa Kitakaya</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<h2>El valor de la agricultura animal</h2>
<p>Si la agricultura estadounidense prescindiera de los animales se reducirían en un grado muy pequeño las emisiones de gases, pero también sería más difícil alcanzar los objetivos nutricionales básicos. Muchos de los críticos con la ganadería señalan que si los agricultores cultivasen plantas únicamente, podrían producir una <a href="http://dx.doi.org/10.1088/1748-9326/8/3/034015">mayor cantidad de comida y de calorías por persona</a>. Pero los humanos también necesitamos muchos micro y macronutrientes fundamentales para la salud.</p>
<p>Resulta complicado elaborar un argumento acerca del déficit calórico de Estados Unidos, especialmente si nos atenemos a las tasas de obesidad infantil y en adultos del país. Además, no todas las partes de las plantas son comestibles (o apetecibles). La cría de ganado añade valor económico y nutricional a la agricultura vegetal.</p>
<p>Por ejemplo, el ganado consume plantas cuya energía reside principalmente en la celulosa, que no es digerible para los humanos y muchos otros mamíferos, pero las vacas, las ovejas y otros rumiantes pueden digerirla y liberar la energía que contiene. Según la FAO, cerca del 70% de las tierras agrícolas del mundo son dehesas que solo pueden ser utilizadas como <a href="http://www.fao.org/3/a-i3437e.pdf">tierras de pastoreo para ganado rumiante</a>.</p>
<p>La proyección del crecimiento poblacional a nivel mundial se sitúa en <a href="https://www.un.org/development/desa/publications/world-population-prospects-the-2017-revision.html">9.800 millones de personas para el año 2050</a>. Cómo alimentar a una cantidad tan desorbitada de habitantes supondrá un desafío brutal. Los nutrientes por ración de la carne superan a los de las opciones vegetarianas, y los animales rumiantes crecen gracias a alimentos que no son comestibles para los humanos. La cría de ganado, además, <a href="https://www.dandc.eu/en/article/ifpri-director-says-healthy-diet-includes-some-meat-some-vegetables-some-fruits-dairy">supone unos ingresos económicos necesarios para los pequeños agricultores</a> de países en vías de desarrollo: se estima que la ganadería es el sustento principal de mil millones de personas en todo el mundo.</p>
<p>El cambio climático demanda atención urgente, y la industria ganadera genera una gran cantidad de efectos negativos que afectan al aire, al agua y a la tierra. Este impacto, junto con el vertiginoso crecimiento de la población mundial, nos proporciona razones más que de sobra para continuar trabajando en la búsqueda de una mayor eficiencia en la agricultura animal. Personalmente, considero que el punto de partida debe situarse en hechos amparados por la ciencia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/107994/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Frank M. Mitloehner recibe fondos del California Air Resources Board (CARB) y del California Department of Food and Agriculture (CDFA).</span></em></p>La cría de ganado tiene un claro impacto en el medio ambiente pero, contrariamente a lo que muchos críticos dicen, no es la mayor culpable del cambio climático.Frank M. Mitloehner, Professor of Animal Science and Air Quality Extension Specialist, University of California, DavisLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.