Mentimos continuamente, y es posible que ni siquiera sepamos que lo hacemos tanto. Los estudios del cerebro humano explican cómo el cerebro no busca la verdad y justifica sus actos por encima de todo.
El miedo es una sensación que compartimos con otros mamíferos. Pero ¿por qué los humanos la buscamos a veces intencionadamente en películas de miedo, pasajes del terror o juegos de escape room?
Quienes se dedican a la interpretación simultánea desarrollan una memoria de trabajo prodigiosa que les permite comprender un idioma, reformular el mensaje y pronunciar en otro idioma, todo a la vez.
Frágil y maleable, muestra memoria es capaz de montar falsas “películas” que pasan por recuerdos reales. Y lo que es peor: también pueden implantárnoslos.
Entre el coma y la vigilia existe un estado llamado de mínima consciencia. Quienes lo experimentan pueden responder a órdenes simples, proporcionando respuestas de sí o no, aunque a veces tarda años en detectarse.
¿Se están volviendo nuestras mentes perezosas por exceso de estimulación? Entrenarnos en la gratificación a largo plazo nos puede ayudar a la salud cognitiva.
Gracias a esta técnica de cirugía cerebral, el paciente puede interactuar y responder preguntas en el transcurso de la operación. El objetivo es minimizar los daños en zonas críticas del cerebro, pero también sirve como herramienta de investigación neurocientífica.
Las drogas son capaces de manipular los mecanismos cerebrales de la memoria para que buscarlas y consumirlas se conviertan en el objetivo prioritario del drogadicto. Ocurre así.
Aunque emociones como el miedo y la ansiedad se originan en el cerebro, al final recorren el cuerpo y hacen que el corazón se acelere y el estómago se retuerza.
Diversos experimentos han demostrado que nacemos con nociones precoces sobre física y matemáticas, además de con la capacidad de reconocer rostros y voces.
Un reciente estudio con bebés ratifica que entre las muchas virtudes de la música está la de aliviar el dolor físico, aunque su efecto sea limitado y haga falta más investigación para calibrar su verdadero potencial.
¿Qué implicaciones tiene el uso del teclado para el procesamiento de lo que escribimos? ¿Y qué consecuencias puede tener abandonar la escritura manual durante la etapa escolar?
¿A quién no se le han movido los pies al ritmo de cierta música? El impulso de bailar está firmemente programado en nuestro cerebro y podría ayudarnos a socializar, a regular el estado de ánimo, a expresar nuestra sexualidad…
Una de las partes más sensibles a las altas temperaturas es el cerebro, pero el verano también trae muchos beneficios para nuestro órgano pensante de la mano de la serotonina y la vitamina D… y el mar.
Gracias a la extraordinaria capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse a las circunstancias, la pérdida de visión se compensa con una reorganización funcional. Así, las neuronas que manejaban información visual ahora pueden servir para otros fines.
Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st, Universitat de Barcelona