Una herramienta desarrollada en la Universidad Politécnica de Valencia ofrece predicciones sobre variables meteorológicas e índices de sequía y riesgo de incendios para ayudar a agricultores y autoridades a tomar decisiones relacionadas con la gestión del agua, la energía y los incendios.
El cambio climático y la sequía ponen en jaque a muchas especies base de nuestra alimentación. La biotecnología aporta respuestas y soluciones innovadoras para garantizar la seguridad alimentaria.
Farah Nibbs, University of Maryland, Baltimore County
El agua está en todas partes, pero las reservas
son muy limitadas en muchas islas del Caribe. El aumento de la demanda y el cambio climático agravan la escasez de agua para sus habitantes.
La exclusión del ser humano en las representaciones del ciclo del agua dificulta la alfabetización hídrica y la adquisición de compromisos que traten de revertir la grave crisis de la hidrosfera.
Un nuevo estudio revela que, a partir de 2050, África sufrirá escasez de alimentos y agua, y una pérdida masiva de empleos en la agricultura, a menos que se pongan en marcha ya medidas de mitigación del cambio climático.
Los gases ionizados son capaces de degradar compuestos orgánicos como pesticidas y medicamentos (incluyendo antibióticos) y eliminar bacterias y virus del agua para poder reutilizarla.
El proyecto IMPETUS promueve la colaboración entre diferentes agentes sociales para identificar los problemas ambientales, como la erosión y la sequía, que impactan en el sector turístico en la costa catalana y buscar soluciones para afrontarlos.
La reciente falta de lluvias supone la última estocada a un problema de fondo que ya venía arrastrando la región: el abandono del campo y la expansión de unos bosques que se ‘beben’ el agua en los montes.
En diferentes zonas del mundo, el agua reciclada ya se utiliza para regar, limpiar las calles o para consumo humano, sin embargo, en otros lugares la ciudadanía rechaza esta idea a pesar de sus garantías y beneficios.
Las civilizaciones antiguas, como la del valle del Indo, los mayas, los romanos y los musulmanes también sufrieron periodos de escasez de agua. Algunas de ellas lograron adaptarse, otras no lo consiguieron.
Las aguas de depuradora mantienen vivos a muchos arroyos y ríos de bajo caudal durante épocas de sequía, pero en poblaciones pequeñas no tienen por qué pasar ningún control. Microorganismos y plantas pueden ayudarnos a eliminar contaminantes.
Con motivo de la Semana Mundial del Agua, un evento organizado por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, recordamos la urgente necesidad de gestionar este recurso de manera adecuada en un escenario de cambio climático que puede poner en riesgo la seguridad hídrica y alimentaria muchas poblaciones.
Sequías ha habido y habrá siempre, pero podemos evitar sus impactos más severos con planes de gestión, cuidando ríos, lagos y acuíferos y ajustando el consumo doméstico y de sectores como el agrícola.
España lleva sumida en una sequía meteorológica desde enero de 2022 y este año no ha llovido prácticamente entre diciembre y marzo. ¿Es una consecuencia del cambio climático?
Los planes especiales de sequía, actualmente en revisión, recogen diferentes acciones destinadas a situaciones de prealerta, alerta y emergencia. Aunque sin una adecuada gobernanza, su aplicación puede ser lenta, ineficaz o imposible.
Cada día tomamos decisiones sobre el agua sin tener en cuenta todo lo que ha pasado hasta llegar a nuestros grifos. Los recursos hídricos son críticos para el desarrollo social y económico incluso en regiones donde son relativamente abundantes.
Tanto la falta como el exceso de lluvias acentúan los problemas de acceso al agua potable, salubridad y seguridad alimentaria de las regiones más vulnerables del planeta. Desarrollar sistemas de alerta temprana es fundamental para reducir su impacto.
La población humana se ha duplicado en 48 años, y el empeoramiento del cambio climático ha hecho que el mundo se enfrente a graves riesgos sanitarios, desde las enfermedades infecciosas hasta el hambre y el estrés térmico.