Muchos ríos mediterráneos desaparecen transitoriamente debido a la escasez de lluvias, pero otros mueren debido a la sobreexplotación de los acuíferos.
Contaminación en el río Ebro a su paso por la provincia de Zaragoza.
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Estas estrategias tienen como objetivo mejorar la seguridad hídrica, mitigar los efectos del calentamiento global en los recursos hídricos y adaptar su gestión a sus impactos.
Torre de la Iglesia de San Román de Sau inundada por el embalse de Sau, Tavartet, Cataluña, España.
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Las reservas hídricas de los embalses se emplean para regar cultivos, suministrar agua potable y generar energía. Además, proporcionan servicios ecosistémicos y de ocio.
La antigua aldea abandonada de Aceredo, en el concello de Lobios (Orense, Galicia), sumergida desde la construcción de la presa Alto Lindoso en 1992, ha emergido debido a la actual sequía en esta región.
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Aunque en regiones como Andalucía, Cataluña y Galicia ya se ha disparado la alerta por escasez de agua, la situación no afecta por igual a todo el país. Los pronósticos señalan que la precipitación será inferior a la normal en gran parte de la península ibérica en el final del invierno y la primavera.
Laguna seca en La Pampa, Argentina.
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Una serie de herramientas permiten predecir el riesgo de que ocurra un fenómeno climático extremo y las condiciones de humedad del suelo para planificar los cultivos y estimar pérdidas.
De poco sirven el avance de la ciencia y la tecnología en materia de agua si los usuarios finales del recurso, los ciudadanos, siguen actuando desde el desconocimiento o la desinformación.
Un año después de los incendios de 2019/20; este bosque se ha recuperado lentamente.
Rachael Nolan,
Muchas plantas son realmente buenas resistiendo los incendios forestales, pero la combinación de sequías, olas de calor y plagas de insectos acrecentadas por el cambio climático puede llevarlas al límite.
Deberíamos considerar los desastres como procesos históricos y responsabilizarnos como sociedad de nuestro papel en las catástrofes pasadas, presentes y futuras.
En el mejor de los casos, incluso si consiguiésemos reducir lo suficiente y con rapidez las emisiones, se agudizarían los fenómenos extremos y las altas temperaturas tardarían siglos en volver a niveles anteriores.
Las lluvias extremas y las inundaciones como las que sufrió el norte de Inglaterra en 2015 pueden poner vidas en peligro.
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El impacto del cambio climático en los fenómenos extremos relacionados con el agua es cada vez más evidente, advierte un autor principal del nuevo informe.
Un vecino ante el incendio declarado en Varympompi, al norte de Atenas (Grecia), el 3 de agosto de 2021.
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Las llamas vuelven a devorar millones de hectáreas en distintas zonas del planeta. Factores como la atmósfera desecante, las olas de calor y la simultaneidad de focos hacen imposible la extinción.
El lago Mead, que abastece a siete estados de Estados Unidos y dos de México, se está secando.
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En el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, el autor explica por qué hay esperanza: estos fenómenos se pueden frenar y revertir y las áreas de bosque están aumentando globalmente.
Embalse de Algeciras, en el municipio de Alhama de Murcia, región de Murcia, España.
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Las altas temperaturas y la mayor variabilidad de las precipitaciones, junto con el incremento de la demanda de agua y la disminución de su calidad, suponen grandes dificultades en la gestión de los recursos hídricos.
El cambio climático traerá consigo menos días de precipitación anual y más episodios de lluvias intensas, provocando periodos de sequías e inundaciones.