tag:theconversation.com,2011:/es/topics/vacaciones-57549/articlesvacaciones – The Conversation2024-03-20T21:16:25Ztag:theconversation.com,2011:article/2243282024-03-20T21:16:25Z2024-03-20T21:16:25ZCómo nos afecta el recuerdo de la pandemia a la hora de elegir destino vacacional<p>El confinamiento que vivimos debido a la covid-19 ha tenido efectos en nuestro <a href="https://wires.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/wcc.802">comportamiento</a>. También ha afectado a las emociones, la <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2020.1803807">percepción del riesgo</a> y la seguridad sanitaria. Sin embargo, no ha modificado nuestro <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/WHATT-01-2021-0011/full/html">deseo de viajar</a>, una necesidad que ha sido reprimida por más tiempo del deseado.</p>
<p>Se prevé que el cambio climático será más perturbador que la reciente pandemia, así como en gran medida irreversible. Por eso, existen dudas y <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/09669582.2022.2029872">reflexiones</a> sobre las preocupaciones de las personas por la crisis climática y futuros eventos causados por el clima, especialmente después de la pandemia. </p>
<p>Conocer esto es importante porque existe una <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0959378019301736">relación</a> directa entre la mayor preocupación por algo que va a suceder y el deseo o necesidad de actuar hoy para evitar ese futuro no deseado.</p>
<p>Al respecto, un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272494422001633">estudio</a> concluyó que después de la pandemia los viajeros se muestran más preocupados por los problemas ambientales. Por ese motivo, ahora hay más turistas que prefieren alojarse en casas rurales, en hoteles con certificaciones ambientales, que hacen más consumo local y están más dispuestos a pagar ecotasas para compensar su huella de carbono.</p>
<p>Este comportamiento se explica por la <a href="https://www.researchgate.net/publication/232587095_Affect_Generalization_and_the_Perception_of_Risk">teoría del afecto generalizado</a>, que proviene de la psicología social, y argumenta que las preocupaciones ante un peligro, crisis o riesgo de cualquier tipo pueden provocar un <a href="https://compass.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/spc3.12311">derrame</a>, haciendo a las personas más preocupadas a nivel general. Si estamos más preocupados por las cosas de nuestra vida privada, el trabajo y los viajes, nuestro comportamiento es más responsable y precavido para evitar problemas.</p>
<h2>Menos preocupación por la degradación climática</h2>
<p>Pero otro <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160738323001366">estudio</a> más reciente explica que en realidad la preocupación de los viajeros por los impactos del cambio climático o la degradación ambiental ha disminuido después de la pandemia. Los autores afirman que después de la covid-19 existe un mayor deseo de viajar, y la mayoría de los peligros climáticos importan menos cuando estamos eligiendo dónde ir de vacaciones. </p>
<p>Este mismo estudio aclara que hay dos amenazas que sí preocupan más a los viajeros ahora que antes de la pandemia: los <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/13/18/10004">incendios forestales</a> y los posibles brotes de <a href="https://www.researchgate.net/publication/346041810_Climate_change_coastal_tourism_and_impact_chains_-_a_literature_review">enfermedades infecciosas</a>. O sea, que los viajeros están más dispuestos a cancelar sus vacaciones si sus destinos preferidos están amenazados por estos dos riesgos. </p>
<p>Esta discriminación en las preocupaciones se debe probablemente a que ambos riesgos son percibidos como igual de <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0305750X20303417">disruptivos</a> y peligrosos para la salud que la anterior pandemia. </p>
<p>Este estudio concluye que después de la covid-19 los viajeros son más sensibles a solo una fracción dentro del universo de riesgos e impactos climáticos que podrían afectar a sus experiencias vacacionales (olas de calor, sequía, reducción de la biodiversidad marina y terrestre, reducción de área de playa…). </p>
<p>A esto se le conoce como <a href="https://psycnet.apa.org/doiLanding?doi=10.1037%2F0022-3514.60.1.5">“finite pool of worry”</a> o <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0959378022001601">piscina finita de preocupaciones</a>. Esta teoría socio-psicológica afirma que los humanos tienen recursos cognitivos y emocionales limitados. Por tanto, preocuparse más por una amenaza puede agotar estos recursos y hacer que uno se preocupe proporcionalmente menos por otras.</p>
<p>Existe, por tanto, una diferencia entre ambos hallazgos. Esto sugiere la necesidad de seguir investigando. La mayoría de los estudios se basan en experimentos con información declarada. Existe la posibilidad de que no se ajusten a situaciones reales, las que podrán observarse a medida que los efectos del cambio climático se materialicen plenamente a lo largo del tiempo.</p>
<h2>La capacidad adaptativa de los viajeros</h2>
<p>De todo el sistema turístico, los viajeros tienen la mayor <a href="https://doi.org/10.1016/j.tourman.2016.01.010">capacidadad adaptativa</a> debido a su flexibilidad para sustituir destinos, fechas y tipo de vacaciones ante eventos o situaciones no deseadas. </p>
<p>Esta es una de las razones por las que se prevé que destinos populares para veranear pierdan atractivo en temporada alta. Por ejemplo, la mayor frecuencia e intensidad de olas de calor pueden convertirlos en “lugares demasiado calurosos para ser visitados en verano”. Esto podría provocar cambios en la estacionalidad turística de estos destinos (meses de mayor afluencia de visitantes).</p>
<p>Entonces, el hecho de que ahora los viajeros se preocupen menos por los impactos del clima podría traer consecuencias. Por ejemplo, pueden haber destinos turísticos que comiencen a considerar que no van a perder su atractivo ante el aumento de las olas de calor y no necesitan hacer nada al respecto. </p>
<p>Sin embargo, existe un sinfín de <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fclim.2022.1019892/full">complejas relaciones</a> que van más allá. Veranos más calientes no solo impactan en el confort térmico de los visitantes. También tienen consecuencias para la <a href="https://www.nature.com/articles/s41591-023-02419-z">salud y el sistema sanitario</a>, afectan a la calidad del empleo –no solo turístico– e incrementan el consumo energético (luz y agua), dando lugar a tensiones energéticas. Todo ello, sin contar que también impacta en la fauna y biodiversidad terrestre y marina y en las precipitaciones. En definitiva, una cadena de impactos que afectan al atractivo turístico del destino, la calidad del servicio y, por consiguiente, a la satisfacción del propio turista, por mencionar algunos ejemplos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/224328/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Yen E. Lam González ha participado como investigador en proyectos competitivos financiados por la Comisión Europea a través de programas tales como Horizonte 2020- Retos Sociales- e Interreg MAC 2014-2020, financiación que se ha utilizado para el desarrollo de algunas de las investigaciones citadas. </span></em></p>El confinamiento ha afectado a nuestro comportamiento, pero no el deseo de viajar. Los viajeros hoy son más sensibles a incendios forestales y posibles enfermedades infecciosas que con respecto a antes de la pandemia. Sin embargo, sus preocupaciones por otros impactos del cambio climático han disminuido.Yen E. Lam González, Investigadora postdoctoral en Economía Aplicada, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2126832023-12-26T20:39:51Z2023-12-26T20:39:51Z“La que me espera en el trabajo”: pensamientos intrusivos que nos arruinan las vacaciones<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/566027/original/file-20231215-16097-agqq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C4%2C983%2C660&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-sad-woman-sitting-near-christmas-1864911442">Just Life/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Imaginemos una escena típica navideña. Macarena está sentada en el sofá de casa, junto a la chimenea. Sus hijos juegan con los nuevos juguetes y ella sostiene con sus manos una taza de café caliente y un buen libro; ese que estaba reservando desde el verano para este momento de vacaciones. </p>
<p>Pero un pensamiento perturba súbitamente su momento de paz. Le dice: “Macarena, te quedan solo cuatro días de vacaciones. Aprovecha, que la oficina te espera con los mil problemas sin solucionar que dejaste hace cinco días y con otros mil más que seguramente han llegado durante tu ausencia”. De repente, siente un dolor en el pecho y le asaltan unas ganas perentorias de salir corriendo. </p>
<p>Es la ansiedad anticipando el terrible momento de la incorporación al trabajo. Los <a href="https://bpspsychub.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/papt.12267">pensamientos intrusivos</a> han boicoteado su momento de bienestar.</p>
<h2>Estrés también antes de la incorporación</h2>
<p>En los últimos años se ha hablado mucho del <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-integral-63-articulo-sindrome-postvacacional-10022200">síndrome postvacacional</a>, la respuesta generalizada de estrés que sufre una persona cuando vuelve a la rutina laboral tras un periodo de descanso más extenso que los habituales dos días del fin de semana. </p>
<p>Esa reacción se refleja en una sintomatología específica donde predomina el decaimiento, la apatía, la falta de energía y, especialmente, la percepción subjetiva de no ser capaz de readaptarse al entorno laboral. Hay muchos artículos con <a href="https://www.psicologiamadrid.es/sindrome-postvacacional-depresion-y-ansiedad/">pistas</a> para combatir este síndrome –cambiar los horarios, comenzar rutinas saludables…–, pero se presta poca atención a lo que ocurre antes de la incorporación.</p>
<h2>Pero ¿qué sentido tienen?</h2>
<p>Desde una perspectiva psicobiológica, surge la siguiente pregunta: ¿tiene alguna función la intrusión de esos pensamientos? En principio, se podría pensar que favorecen la activación fisiológica y cerebral de la persona durante sus vacaciones. Algunos estudios han demostrado que varios factores entran en juego, como describiremos a continuación.</p>
<p>Por un lado, los pensamientos intrusivos como: “¡eh, espabila, que en cuatro días empiezas el trabajo de nuevo!” son <a href="https://doi.org/10.1037/0021-843X.109.2.179">señales de advertencia</a>, especialmente para personas que padecen ansiedad recurrente y/o viven en un estado de alerta continuo. En ocasiones, estos aguafiestas mentales son elaborados por el propio sistema nervioso para romper el estado de calma inherente a las vacaciones. </p>
<p>Algunos trastornos de ansiedad incluso implican <a href="https://doi.org/10.2478/fon-2020-0008">permanecer continuamente en un estado de sufrimiento y culpa</a>, sin que la persona sea capaz de alcanzar la calma o la relajación.</p>
<p>Los pensamientos intrusivos también pueden estar asociados con la necesidad de control. Algunas personas han encontrado el reconocimiento y la valía ejerciendo dicho control. Para ellas, soltarlo mientras se relajan en una hamaca o junto a una chimenea crepitante no es una opción agradable, sino un martirio. </p>
<p>En conjunto, lo que siente Macarena se denomina ansiedad anticipatoria, que es muy incapacitante y dañina por dos motivos principales. Por un lado, tiene una gran capacidad para <a href="https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3408017">sesgar la percepción del entorno</a>. Y por otro, si la persona no se enfrenta al estímulo concreto, este tipo de ansiedad no cesa, lo cual implica la <a href="https://doi.org/10.3390/sports7090199">continua activación del sistema nervioso autónomo</a>.</p>
<h2>Alteraciones cerebrales</h2>
<p>El cerebro necesita rutinas. Cuando dejamos el trabajo, nuestro órgano pensante cambia de enfoque y se adapta a la rutina vacacional. Y esta generalmente implica ocio, relajación y apoyo social, los <a href="https://ieeexplore.ieee.org/document/8758154">tres factores protectores más importantes frente a la respuesta de estrés</a>. El cerebro ha de adaptarse y lo hace de forma casi automática. </p>
<p>Sin embargo, realizar la adaptación a la inversa –es decir, pasar de las vacaciones a la rutina laboral– implica un proceso más complejo porque necesitamos dejar un ambiente informal, flexible y tranquilo para irnos a un contexto con estrés (aunque sea un estrés saludable), horarios, plazos de entrega, etcétera.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/que-podemos-hacer-para-que-la-vuelta-a-la-rutina-laboral-no-sea-tan-dura-212895">¿Qué podemos hacer para que la vuelta a la rutina laboral no sea tan dura?</a>
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<p>En términos de investigación, estos argumentos comienzan a tener algún apoyo empírico. Así, un estudio realizado con niños y niñas <a href="https://doi.org/10.1080/10253890.2021.1985107">reveló una diferencia en los niveles de cortisol</a>, la hormona predominante en la respuesta de estrés, propiciada por las vacaciones de verano. </p>
<p>También <a href="https://doi.org/10.31887/DCNS.2016.18.1/pkalivas">se ha demostrado</a> que los circuitos corticoestriales participan en estos pensamientos intrusivos durante las vacaciones, tal y como lo hacen en el <a href="https://doi.org/10.1016/j.jocrd.2019.03.002">trastorno obsesivo compulsivo</a>. Dichos circuitos se ocupan de sostener la planificación, el sistema de recompensas y las emociones, tres áreas que se ven afectadas durante el tránsito entre las vacaciones y la vuelta al trabajo.</p>
<h2>Cómo prevenir la ansiedad anticipatoria</h2>
<p>Según estos datos, parece que la diferencia entre estar de vacaciones y trabajando tiene su correlato en nuestro cerebro y nuestros procesos fisiológicos, que responden a ritmos diferentes. Esto explicaría esa ansiedad anticipatoria que sentimos muchos de nosotros días antes de la incorporación. </p>
<p>¿Y qué podríamos hacer para prevenirla? Trabajar mucho el “vivir aquí y ahora”, el objetivo de algunas terapias psicológicas como la <a href="https://www.escuelagestalt.com/la-terapia-gestalt-el-arte-de-vivir-el-presente/">Gestalt</a>. Si cuando llegan los pensamientos intrusivos somos capaces de respirar, recordar que “el ahora es ahora” y que lo demás ya vendrá, las interrupciones anticipatorias se amortiguan e incluso se disipan. </p>
<p>Por tanto, es recomendable “escuchar al cuerpo y a la mente” para que cuando lleguen estas sensaciones de alerta se puedan combatir desde la calma y la confianza de que merecemos un espacio para no hacer nada y descansar. Al fin y al cabo, somos seres humanos finitos que necesitan “parar” tanto como “arrancar”, hablando en términos de producción laboral.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/212683/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María J. García-Rubio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿A quién no le ha pasado? Estamos en mitad de nuestros días de asueto y nos asaltan pensamientos inoportunos anticipando la reincorporación al trabajo. ¿Qué sentido tienen? ¿Se les puede cortar el paso?María J. García-Rubio, Profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia - Codirectora de la Cátedra VIU-NED de Neurociencia global y cambio social - Miembro del Grupo de Investigación Psicología y Calidad de vida (PsiCal), Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2190632023-12-05T17:40:16Z2023-12-05T17:40:16ZPreguntar a las personas con pérdida de memoria sobre las vacaciones pasadas puede ayudarles a recordar momentos felices<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/562998/original/file-20191208-90580-1cu8vlp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C271%2C6949%2C4556&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Pedir a una persona con problemas de memoria que cuente anécdotas de vacaciones pasadas puede ayudar a desencadenar un recuerdo feliz.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/smiling-son-his-elderly-father-watching-729906145">Lucky Business/Shutterstock.com</a></span></figcaption></figure><p>A mucha gente le encantan las vacaciones porque son un momento para crear recuerdos felices con los seres queridos. </p>
<p>Pero, ¿y si pudieras hacer algo que ayudara a recuperar recuerdos en algunas de las personas a las que quieres?</p>
<p>Utilizando un proceso llamado <a href="http://doi.org/10.1002/14651858.CD001120.pub2">terapia de reminiscencia</a>, eso puede ser posible. En la terapia de la reminiscencia, se anima a los ancianos a hablar de sus recuerdos a lo largo de su vida, sobre todo de los recuerdos de experiencias positivas. </p>
<p>Como <a href="https://scholar.google.com/citations?user=dIcnUcoAAAAJ&hl=es&oi=ao">investigadores</a> especializados en <a href="https://scholar.google.com/citations?user=3RedgqwAAAAJ&hl=es&oi=ao">geropsicología</a>, y en preparación para las fiestas, queríamos explicar esta técnica y animar a los lectores a utilizar este enfoque basado en la evidencia para conectar con los seres queridos con problemas de memoria y demencia.</p>
<h2>Los beneficios de los recuerdos felices</h2>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/306171/original/file-20191210-95111-1m9y4xy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/306171/original/file-20191210-95111-1m9y4xy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=445&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/306171/original/file-20191210-95111-1m9y4xy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=445&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/306171/original/file-20191210-95111-1m9y4xy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=445&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/306171/original/file-20191210-95111-1m9y4xy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=559&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/306171/original/file-20191210-95111-1m9y4xy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=559&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/306171/original/file-20191210-95111-1m9y4xy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=559&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Tres generaciones encienden una vela de Hanukkah. Las luces navideñas pueden evocar recuerdos felices de celebraciones pasadas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/jewish-family-lighting-hanukkah-candles-menorah-530079643">Tercer Ojo Photography/Shutterstock</a></span>
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</figure>
<p>Casi el 9% de los adultos estadounidenses mayores de 65 años <a href="https://doi.org/10.1001/jamainternmed.2016.6807%5D">cumplen los criterios de demencia</a>. Los familiares suelen ser los cuidadores formales e informales de los seres queridos que desarrollan demencia, y estos cuidadores pueden experimentar una serie de <a href="https://doi.org/10.1016/0895-4356(92)90189-T">consecuencias físicas y psicológicas</a>. </p>
<p>Normalmente consiste en preguntar a la persona sobre distintos acontecimientos de momentos concretos de su vida. Durante las fiestas, los adultos mayores pueden estar preparados para hablar de recuerdos navideños debido a la afluencia de señales sensoriales, como el centelleo de las decoraciones navideñas, el olor de las galletas navideñas y, por supuesto, la música de temporada.
Un análisis de varios estudios sobre la investigación de la <a href="https://doi.org/10.1002/14651858.CD001120.pub3">terapia de reminiscencia</a> para la demencia sugiere que puede mejorar la <a href="https://doi.org/10.1177/1471301213516332">calidad de vida, la comunicación y el estado de ánimo</a>. Los individuos que participan en la terapia de reminiscencia con sus seres queridos informan de que la experiencia es generalmente positiva para ellos también, y puede ser una estrategia de afrontamiento eficaz cuando otro tipo de comunicación se vuelve difícil. </p>
<p>Otro estudio descubrió que los cuidadores afirmaban sentirse <a href="https://doi.org/10.1016/j.jalz.2016.03.008">más cercanos emocionalmente</a> a sus seres queridos con demencia cuando practicaban la terapia de reminiscencia. Además, informaron de menores costes de cuidados informales que los cuidadores que se sentían más distantes de sus seres queridos.</p>
<h2>Solicite más información</h2>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/306170/original/file-20191210-95165-5unken.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/306170/original/file-20191210-95165-5unken.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=425&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/306170/original/file-20191210-95165-5unken.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=425&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/306170/original/file-20191210-95165-5unken.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=425&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/306170/original/file-20191210-95165-5unken.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=535&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/306170/original/file-20191210-95165-5unken.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=535&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/306170/original/file-20191210-95165-5unken.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=535&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Hornear galletas y escuchar música tienen fuertes elementos sensoriales que pueden ayudar a evocar recuerdos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/grandchild-grandma-decorating-cookies-icing-704304796">Gpointstudios/Shutterstock</a></span>
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<p>He aquí algunos consejos para poner en práctica la terapia de la reminiscencia. La mayoría se centran en hacer preguntas que pueden ayudar a los mayores a rememorar sus recuerdos navideños. Por ejemplo:</p>
<ul>
<li><p>¿Cuáles eran las tradiciones familiares en torno a las fiestas cuando usted era pequeño?</p></li>
<li><p>¿Tenían árbol de Navidad? ¿Cuándo y quién lo decoraba?</p></li>
<li><p>¿Había alguna comida especial que prepararan y comieran durante las fiestas?</p></li>
<li><p>¿Viajaba alguna vez en Navidad?</p></li>
<li><p>¿Cómo fueron sus primeras vacaciones con su cónyuge?</p></li>
<li><p>¿Cuáles eran sus tradiciones navideñas cuando era padre?</p></li>
<li><p>¿Cuál es su recuerdo favorito de Nochevieja?</p></li>
</ul>
<p>Escuche con atención. Mantenga el contacto visual con su ser querido e incline su cuerpo hacia el suyo para que sepa que tiene toda su atención. Haga preguntas de seguimiento cuando sea oportuno. Esto indica a su ser querido que ha oído lo que ha dicho y que está interesado en saber más.</p>
<p>Involucre a su ser querido en actividades de bajo impacto que impliquen varios sentidos. Por ejemplo, hornear galletas navideñas puede suscitar recuerdos a través del tacto (extender la masa, decorar), el olfato (de los ingredientes, mientras se hornean) y el gusto (del producto acabado).</p>
<p>Anime a sus seres queridos a ser conscientes de su experiencia sensorial en cada fase de la actividad y pregúnteles por cualquier recuerdo que la sensación pueda traerles a la mente. Utilice ayudas visuales para estimular la recuperación de recuerdos, como fotos de fiestas pasadas. Las imágenes pueden ayudar a las personas mayores a recordar acontecimientos pasados concretos.</p>
<p>Escuchar música navideña mientras se hornea también activará la parte auditiva del cerebro. <a href="https://doi.org/10.1002/gps.3895">Un estudio de 2013</a> sobre la investigación en musicoterapia para la demencia concluyó que la musicoterapia puede ser una intervención útil por sí misma.</p>
<p>Esperamos que pruebe la terapia de reminiscencia estas fiestas. Puede ser el comienzo de una nueva tradición familiar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/219063/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Michael R. Nadorff no recibe salario, ejerce labores de consultoría, posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pudiera beneficiarse de este artículo, y ha declarado carecer de afiliaciones relevantes además de su cargo académico.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Mary E. Dozier no recibe salario, ejerce labores de consultoría, posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pudiera beneficiarse de este artículo, y ha declarado carecer de afiliaciones relevantes además de su cargo académico.
</span></em></p>Los estudios sugieren que pedir a los seres queridos con problemas de memoria que hablen de los recuerdos de las fiestas puede ayudarles a recuperar algunos recuerdos.Michael R. Nadorff, Associate Professor of Psychology, Mississippi State UniversityMary E. Dozier, Assistant Professor of Psychology, Mississippi State UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2141632023-09-26T18:53:10Z2023-09-26T18:53:10ZValoraciones 5 estrellas: ¿podemos fiarnos de las reseñas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/550373/original/file-20230926-23-4cplxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6000%2C3997&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/asian-woman-using-smart-phone-check-1818369293">CHAjAMP / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cada vez compramos más habitualmente en internet. Cuando lo hacemos, muchas veces adquirimos un producto sin poder evaluar su calidad. Debido a ello, las reseñas han adquirido cada vez más importancia. Estas reseñas suelen ser una valoración (por ejemplo, de 1 a 5) que, en ocasiones, va acompañada de un texto e incluso fotos y vídeos en los cuales se puede observar el producto en funcionamiento.</p>
<p>Ya hay <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10548408.2014.933154">numerosos estudios</a> que demuestran la relación entre estas reseñas y las ventas de productos. Los productos mejor valorados venden más y a mayor precio. Ante esta situación, una cuestión fundamental es si podemos fiarnos de esas valoraciones. A medida que su importancia es cada vez mayor, han surgido distintos esquemas y modelos para intentar escorar las valoraciones de forma artificial.</p>
<p>Inicialmente, alrededor del año 2010, el modelo consistía en introducir <a href="https://www.tripadvisor.co.uk/TransparencyReport2021">valoraciones falsas, positivas o negativas</a>. Las positivas se hacían por parte de la misma empresa, mientras que las negativas, por parte de sus competidores. Este esquema fue resuelto parcialmente por algunas plataformas permitiendo que solo pudieran valorar aquellos usuarios que hubieran comprado el producto. Así, TripAdvisor permite que cualquiera valore un hotel, mientras que Booking.com solo permite que aquellos que han reservado en su plataforma puedan valorar. Google, al igual que TripAdvisor, no exige prueba fehaciente de haber experimentado un servicio para permitir poner una valoración del mismo.</p>
<h2>Presionar a los clientes para que valoren</h2>
<p>Posteriormente, el sistema se sofisticó ligeramente. Así, las empresas incitaban a los consumidores que sabían que estaban satisfechos a que pusieran una valoración. Como mecanismo no se puede considerar que sea fraudulento, ya que solo se busca incentivar a determinados perfiles de clientes a valorar.</p>
<p>A su vez, en los últimos años asistimos a modelos mucho más agresivos y sistemáticos, perfectamente dirigidos y con campañas orquestadas a lograr un gran número de valoraciones en uno u otro sentido. Especialmente famoso resultó el caso de marcas chinas bien reconocidas en Europa: Amazon descubrió que sus buenas valoraciones se debían a granjas de servidores que <a href="https://www.wired.com/story/fake-amazon-reviews-underground-market/">generaban las valoraciones de forma automatizada</a>. Muchos de estos productos <a href="https://techcrunch.com/2021/05/11/chinese-products-get-pulled-from-amazon">han sido expulsados de Amazon, que ha prohibido su venta</a>.</p>
<p>Por otro lado, <a href="https://theconversation.com/por-que-nos-cuesta-tanto-poner-valoraciones-negativas-en-airbnb-132529">en un artículo publicado en 2020 sobre Airbnb</a> explicábamos que, cuando hay contacto directo entre comprador y vendedor (por ejemplo, en Airbnb), el tema es aún más complejo. Para evitar perjudicar a la persona que nos ha alojado en su domicilio, tendemos a autocensurarnos y a tener especial cuidado con lo que decimos.</p>
<h2>Nuevos modelos</h2>
<p>Adicionalmente, en los últimos tiempos han comenzados a aparecer nuevos sistemas para forzar una buena valoración. Por ejemplo, <a href="https://www.etsy.com/es/listing/1384216364/iman-de-calificacion-de-airbnb-iman-de">carteles para poner en la nevera de propiedades que se alquilan en Airbnb</a>. En estos carteles se deja claro al huésped que la valoración debe ser perfecta, de 5 estrellas. Cualquier otra valoración indicaría que la estancia ha sido poco menos que un desastre. </p>
<p>Hace poco tiempo tuvimos constancia de un sistema mucho más sutil aún y que afecta a una de las plataformas que había siempre presumido de ser inmune a este tipo de críticas, Booking.com. Al poco de hacer el <em>check-out</em>, el cliente recibe la solicitud de Booking.com para que valore su estancia. Una vez que la hace, y antes de publicarla, Booking.com avisa al hotel. </p>
<p>Si la valoración no es perfecta, hay casos en los que el hotel se pone en contacto con el cliente mostrando un aparente interés sincero por aquello que pueda haber ido mal solicitándole que, por favor, cambie la valoración. En concreto, un mensaje recibido por un cliente que reservó usando Booking.com es el siguiente:</p>
<blockquote>
<p>Buenos días, (NOMBRE DEL CLIENTE). Soy la recepcionista del (NOMBRE DEL ALOJAMIENTO). Hemos recibido su valoración por Booking.</p>
<p>¿Pasó algo malo durante su estancia?</p>
<p>A lo mejor fue un error, pero la nota final es un 8 (😭). Esta evaluación no refleja todo el trabajo que hacemos a diario.</p>
<p>Y la nota que hemos recibido perjudica mucho a todo el equipo.</p>
<p>Si usted es tan amable y puede modificar o eliminar su puntuación (🙏). Por favor. Perdón por molestarle y gracias.</p>
</blockquote>
<h2>Tecnología <em>blockchain</em> para detectar falsas valoraciones</h2>
<p>En resumen, cada vez empieza a ser más complicado fiarse de las valoraciones <em>online</em>. Ante esta situación, la tecnología <em>blockchain</em> podría ayudar a resolver algunos de los problemas mencionados anteriormente, tal y como explicamos en un estudio publicado recientemente, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2023.2173054"><em>Fighting fake reviews with blockchain-enabled consumer-generated reviews</em></a>. </p>
<p>Con el sistema que proponemos en el artículo, sería relativamente sencillo detectar gran parte de los problemas anteriormente citados. Por ejemplo, seguiría siendo posible modificar una valoración, pero en el <em>blockchain</em> quedarían ambas valoraciones, la original y la modificada. </p>
<p>Estadísticamente, se podrían detectar patrones anómalos en las valoraciones y, sobre todo, la base de datos de valoraciones no estaría en manos de ninguna empresa con intereses en las valoraciones, sino que serían independientes y disponibles para distintas iniciativas que se pudieran desarrollar en torno a las mismas.</p>
<p>En todo caso, lo que cada vez queda más claro es que cualquier tecnología o modelo que imaginemos estará siempre supeditada a la imaginación humana, que siempre será capaz de encontrar nuevas formas de engañar al sistema que se diseñe.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214163/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jacques Bulchand Gidumal no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El Día Mundial del Turismo, que se celebra cada 27 de septiembre, es un buen momento para tomar conciencia de que las reseñas que habitualmente leemos en la red sobre restaurantes, hoteles, casas de alquiler o productos no siempre son fiables.Jacques Bulchand Gidumal, Profesor de Emprendimiento y Turismo Digital, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2128952023-09-06T17:20:05Z2023-09-06T17:20:05Z¿Qué podemos hacer para que la vuelta a la rutina laboral no sea tan dura?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/546649/original/file-20230906-17-lonr5v.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=51%2C181%2C5760%2C3621&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/businessman-tired-working-on-laptop-office-287948186">Wavebreakmedia / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Luis ha estado tres semanas de vacaciones con su familia en la playa. Durante ese periodo ha disfrutado tanto que al volver al trabajo no recuerda la contraseña para fichar. Tras varios intentos, el sistema se colapsa; Luis se frustra y pega un grito. Todos sus compañeros lo miran y no entienden qué pasa. De forma repentina, nuestro protagonista comienza a sentir ansiedad, rabia e incluso culpa por haber desconectado tanto durante las vacaciones. Días después, muestra falta de motivación por el trabajo y apatía en general.</p>
<p>Lo que le ha pasado a Luis es que ha entrado de lleno en el famoso síndrome posvacacional. La vuelta al trabajo tras las vacaciones, especialmente las que tienen lugar en los meses de verano, no es tarea fácil. Según <a href="https://www.bizneo.com/blog/trabajadores-depresion-postvacacional/">el informe</a> de la empresa de <em>software</em> de recursos humanos Bizneo HR, hasta el 60 % de los españoles podrían sufrir este síndrome. Sus síntomas son bien conocidos: ansiedad, tristeza, rabia, falta de motivación y de energía en general. Tras la vuelta, los trabajadores <a href="https://repositorio.21.edu.ar/handle/ues21/17178">muestran cierta resistencia</a> a iniciar tareas habituales que forman parte de su día a día laboral. </p>
<p>Este hecho debería preocupar a la mayoría de los ejecutivos de las grandes empresas, ya que se ha demostrado científicamente que sus manifestaciones psicológicas <a href="https://doi.org/10.1093/occmed/kqab142">afectan negativamente a la productividad laboral</a>.</p>
<p>Entonces, ¿cómo se podría amortiguar esta dura vuelta a la rutina? Intentaremos dar respuesta a esta pregunta a partir de algunos datos conocidos sobre el funcionamiento cognitivo y comportamental.</p>
<h2>Primer objetivo: reducir el estrés</h2>
<p>Parece lógico que si conocemos los mecanismos por los cuales el cerebro desconecta tanto del trabajo que llega hasta olvidar una contraseña que usábamos cada día, podamos extraer de ahí alguna estrategia para mitigar la transición entre el descanso y el trabajo.</p>
<p>Una primera propuesta atañe a los niveles de <a href="https://doi.org/10.1016/j.biopsycho.2014.02.010">cortisol</a>, una hormona liberada durante la respuesta de estrés, incluido <a href="https://iris.uniroma1.it/retrieve/handle/11573/1208969/943621/De%20Sio_Work-related_2018.pdf">el que genera el ámbito laboral</a>. De hecho, existen <a href="https://iris.uniroma1.it/retrieve/handle/11573/1208969/943621/De%20Sio_Work-related_2018.pdf">numerosas investigaciones</a> sobre los niveles de este compuesto en personas con <a href="https://theconversation.com/el-sindrome-de-estar-quemado-la-proxima-pandemia-195968"><em>burnout</em></a> o estrés crónico laboral. </p>
<p>En este punto, la incorporación al trabajo tras un periodo de descanso no debería elevar estos niveles de tensión sino reducirlos. Pero ¿cómo hacerlo? Pues sacando toda la artillería de “factores protectores del estrés”.</p>
<p>Una estrategia por parte del trabajador recién reincorporado podría ser la búsqueda de apoyo social entre sus compañeros y compañeras de trabajo. Numerosas investigaciones concluyen que rodearse de personas de confianza con las que tienes cierta complicidad <a href="https://content.iospress.com/articles/restorative-neurology-and-neuroscience/rnn139008">reduce los niveles de cortisol</a>. </p>
<p>En línea con esto, otro enfoque sería poner en marcha actividades agradables antes del trabajo, como la <a href="https://doi.org/10.1080/17437199.2020.1760727">meditación</a>, que reduce la activación del sistema nervioso, o el ejercicio físico. Tal y como señala <a href="https://doi.org/10.1016/j.psyneuen.2022.105843">una revisión de estudios</a>, la práctica de actividades físicas optimiza los procesos fisiológicos y crea un estado interno más relajado, idóneo para enfrentar la jornada laboral.</p>
<h2>Autoconcédase premios al trabajo bien hecho</h2>
<p>Por otro lado, <a href="https://doi.org/10.1177/1073858419896751">se ha demostrado</a> la implicación de los circuitos corticoespinales en los pensamientos intrusivos que rechazan la vuelta a nuestras obligaciones. Estos son importantes en la planificacion, la recompensa y los procesos emocionales, entre otros. Por tanto, una buena forma de suavizar el regreso supone sustituir las satisfacciones que aportan las vacaciones (actividades divertidas y novedosas, por ejemplo) por otras vinculadas con la rutina. </p>
<p>En este caso, una táctica podría consistir en establecer un plan individual de recompensas relacionado con retos laborales a medio-corto plazo. Por ejemplo, me propongo cumplir dos objetivos desde el lunes 1 hasta el viernes 5, y si los cumplo, haré una actividad que me guste durante el fin de semana. De esta forma, <a href="https://doi.org/10.31887/DCNS.2016.18.1/asirigu">el sistema de recompensa sigue activo</a> a pesar de que no estemos ya de vacaciones.</p>
<h2>Ponga una novedad en su vida</h2>
<p>Finalmente, y como hemos anticipado, la “novedad” está muy presente durante las vacaciones. Incluso existen <a href="https://doi.org/10.1016/j.jdmm.2020.100487">estudios</a> que exploran cómo puede afectar este factor en la toma de decisiones durante los periodos de descanso. Aquí, la estrategia sería establecer un calendario concreto que incluya, además de las actividades habituales, algunas nuevas tras la reincorporación. </p>
<p>Por ejemplo, me planifico el mes de septiembre con mis retos laborales y además, me voy a apuntar a clases de guitarra, algo que siempre quise y nunca me atreví a hacer. Con esta iniciativa, aprovecharíamos la atracción del cerebro hacia la novedad y la sorpresa y escaparíamos de algún modo de la rutina, <a href="https://doi.org/10.1016/j.conb.2023.102758">tal y como se ha demostrado recientemente</a>.</p>
<p>En resumen, la vuelta a nuestros quehaceres habituales puede ser menos traumática, e incluso podemos evitar el síndrome posvacacional, si adoptamos alguna de las estrategias explicadas en este artículo. Sin duda, lo más importante es ser conscientes de nuestras necesidades físicas y psicológicas, escucharlas y actuar en consecuencia, intentando adoptar una actitud positiva hacia la vuelta al entorno laboral.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/212895/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María J. García-Rubio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El aterrizaje en el trabajo tras unas largas vacaciones suele ser accidentado y desmotivador, pero hay maneras de suavizarlo aprovechando lo que sabemos sobre el funcionamiento de nuestro cerebro a día de hoy.María J. García-Rubio, Codirectora de la Cátedra VIU-NED de Neurociencia global y cambio social - Miembro del Grupo de Investigación Psicología y Calidad de vida (PsiCal) - Profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1982142023-03-31T09:49:24Z2023-03-31T09:49:24Z¿Aumenta la violencia en las relaciones de pareja durante las vacaciones?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/518548/original/file-20230330-14-8fbvih.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=25%2C0%2C5725%2C3819&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-physically-abusing-his-girlfriend-help-1715316835">Shutterstock / Tinnakorn jorruang</a></span></figcaption></figure><p>En lo que llevamos de año ya son <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/victimasMortales/fichaMujeres/home.htm">11 víctimas mortales por violencia de género</a> en España. La cifra es alarmante. La irremediable pregunta es ¿por qué no para de aumentar? Y, sobre todo, ¿tendrá alguna relación con los periodos vacacionales cuando estos llegan? </p>
<p>Aunque inicialmente no parece existir una relación directa con las vacaciones, existen varias interpretaciones desde diferentes ámbitos y enfoques. Desde la psicología, y centrándose en el aspecto de las interacciones sociales, se parte de la idea de que el hecho de estar más tiempo en convivencia con nuestros familiares en general y nuestra pareja en particular <a href="https://www.uv.mx/cendhiu/files/2013/08/Articulo-Violencia-de-genero.pdf">hace que existan más motivos de conflicto</a>, lo que puede llevar a la violencia verbal y física, siendo el feminicidio la consecuencia última de estas.</p>
<p>En este sentido hay que considerar que en nuestra rutina diaria compartimos poco tiempo en pareja. La mayoría de las personas pasa gran parte del día en su trabajo y en su trayecto al mismo. El tiempo que transcurre en el domicilio conlleva actividades como la alimentación, aseo, interacción con hijos, tiempo de ocio, etc. La convivencia con la pareja es realmente un breve periodo de tiempo al día, por lo que la probabilidad de un conflicto es más reducida.</p>
<p>Sin embargo, en los periodos vacacionales el tiempo que compartimos en pareja aumenta considerablemente, aumentando así también la probabilidad del conflicto. A esta ecuación hay que añadir que también pasamos más tiempo con familiares, familia política, amistades, etc., <a href="https://www.aacademica.org/dr.jose.luis.rojas.solis/9.pdf">lo que hace que los desacuerdos, malentendidos y discusiones sean más probables</a>. En muchas ocasiones el inicio del conflicto no es necesariamente un problema de pareja, sin embargo, puede llegar a detonar en este.</p>
<h2>Qué ocurre una vez detonado el conflicto</h2>
<p>Una vez detonado el conflicto en la pareja, la violencia, física o verbal, hará acto de presencia como parte de la dinámica habitual en las discusiones de ambos. Encontramos en ocasiones personas que obtienen lo que desean a través de la violencia. Esas ganancias (que le den la razón, que el otro se calle, que accedan a sus deseos, etc.) se convierten en un reforzador del comportamiento, lo que produce que en la próxima ocasión que se produzca una discusión la persona recurrirá nuevamente a la violencia, ya que esta “funciona” para cumplir sus deseos. </p>
<p>Sin embargo, no siempre ocurre que a través de la violencia se obtiene el resultado deseado, y en ocasiones la otra persona no accederá a sus deseos. Lejos de darse por vencido, lo que ocurrirá es un incremento en la violencia para el mismo objetivo. Ante este incremento el contrario suele sucumbir, por lo que ahora este nuevo comportamiento más violento se verá reforzado. A partir de ese momento este pasará a ser la elección violenta prioritaria, <a href="https://www.researchgate.net/publication/267417574_Aspectos_psicologicos_de_la_violencia_de_genero_Una_propuesta_de_intervencion">y así sucesivamente se va produciendo una escalada de violencia</a>.</p>
<h2>Levantarse “con el enemigo”</h2>
<p>Esta situación, <em>in crescendo</em>, podría conllevar una charla entre compañeros con el correspondiente desahogo emocional en un día laboral habitual. Sin embargo, en un periodo vacacional implica levantarse “con el enemigo”, quien sigue sin “dar su brazo a torcer”, por lo que el conflicto continúa, generando procesos cognitivos que implican un grupo de ideas irracionales hostiles y violentas, llevando a una situación insostenible que acaba convirtiendo la relación en un polvorín en el que en cualquier momento puede saltar una chispa.</p>
<p>Llegado este punto hay que aclarar al lector que sabemos que <a href="http://revistas.um.es/analesps/article/view/analesps.32.1.189161">son muchos más los factores implicados en la violencia de género</a> que pueden llevar al feminicidio. Sin embargo, lo que pretendemos con esta visión reduccionista de este fenómeno es dar cuenta de cómo la interacción cotidiana con una persona puede conducir a situaciones de fricción y violencia, buscando ofrecer una explicación plausible de la relación entre violencia feminicida y festividades, no centrando la misma en la festividad sino en el tiempo de interacción y las consecuencias derivadas del incremento de esta interacción.</p>
<p>Estos aspectos se ven parcialmente confirmados con los efectos del confinamiento en Wuhan y otras localidades de la provincia china de Hubei, epicentro de la pandemia por la covid-19, donde la solicitud de divorcios <a href="https://www.duna.cl/noticias/2020/03/17/el-aumento-de-los-divorcios-en-china-tras-la-cuarentena-por-coronavirus/">se multiplicó por siete</a>, según fuentes oficiales, respecto a las cifras habituales. El lado amable de este confinamiento es que también se produjo un incremento en los embarazos entre las habitantes de aquella región, por lo que podríamos llegar a concluir que pasar más tiempo juntos nos hace ser más violentos a unos o más cariñosos a otros.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198214/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Martínez Mir no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las parejas conviven durante periodos de tiempo muy prolongados durante las vacaciones y eso hace que se incremente el malestar emocional y el impacto que este tiene en las relaciones.Raúl Martínez Mir, Profesor de Psicología, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1882502022-09-06T09:07:43Z2022-09-06T09:07:43ZAsí cambian nuestras células tras unas relajantes vacaciones<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/482715/original/file-20220905-1161-ulteh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C914%2C5742%2C2905&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/beautiful-young-woman-relaxing-beach-316972271">Shutterstock / Desizned</a></span></figcaption></figure><p>No nos damos cuenta, pero una gran parte de nosotros vivimos en condiciones de estrés casi continuo. Desde que el sonido del despertador nos arrebata de los brazos de Morfeo hasta que volvemos a intentar caer en sus brazos de nuevo solemos estar sometidos a diferentes formas de estrés que pueden afectarnos de manera bastante grave. </p>
<p>De hecho, el estrés crónico es un serio enemigo del equilibrio fisiológico y uno de los principales factores desencadenantes de enfermedades como <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s42000-018-0023-7">el síndrome metabólico</a>, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0091302221000741?via%3Dihub">la diabetes tipo 2</a>, <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/18/18/9922">las enfermedades cardiovasculares</a>, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/B9780128194102000254?via%3Dihub">algunas neurodegenerativas como el párkinson</a> y <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0197018621000334?via%3Dihub">la inflamación crónica</a>. Esencialmente, enfermedades en cuyo origen tienen bastante que ver hábitos de vida.</p>
<p>Por ello, tomarnos un descanso es importante para descargar de estrés y de daño celular al organismo. La cuestión es, ¿de verdad descansamos en vacaciones? ¿O, en lugar de eso, nos estresamos más cuando formamos parte de estampidas llenas de prisas, atascos, colas en los aeropuertos y carreras para colocar la sombrilla en la primera línea de playa? </p>
<h2>Efectos colaterales del estrés</h2>
<p>Constantemente recibimos información en forma de estímulos sensoriales desde el exterior, pero también desde el interior. Así detectamos si tenemos hambre, sed, sueño, dolor, malestar… </p>
<p>Muchas de estas sensaciones dependen de conducciones nerviosas, pero otras se producen porque nuestras células y órganos liberan sustancias que informan a otras células y órganos. A estas sustancias las conocemos como <strong>factores locales y hormonas</strong>.</p>
<p>Por ejemplo, cuando necesitamos reaccionar de inmediato para defendernos de un peligro liberamos sustancias como la <strong>adrenalina</strong>, la <strong>norepinefrina</strong> y el <strong>cortisol</strong> que activan los órganos para producir una respuesta rápida que o bien nos pone en alerta o bien, directamente, nos permite escapar. </p>
<p>Estas hormonas del estrés solicitan de nuestro cuerpo una respuesta defensiva u ofensiva necesaria para la supervivencia. Lo notamos de inmediato en síntomas como sequedad de boca, sudoración de las manos, aumento de la frecuencia cardiaca o dolor de cabeza. El problema es que, por lo general, nos estresamos estando en la oficina, en el sofá, en casa, en el súper o incluso charlando con amigos. En esas situaciones, nuestro cuerpo recibe señales de peligro, pero nuestros músculos y órganos no responden a ellas (no huimos ni peleamos). </p>
<p>Cuando esa “contradicción” se perpetúa en el tiempo nos ocasiona serios problemas. El estrés crónico mantiene a nuestras células en un estado de activación continua que acaba produciendo daños moleculares y celulares, respuestas inflamatorias crónicas y todo un conjunto de efectos colaterales que afectan a nuestra salud. </p>
<p>¿La solución? Tomarnos la vida con un poco de tranquilidad.</p>
<h2>Relajación necesaria: el efecto de las endorfinas y otras hormonas</h2>
<p>El descanso y la relajación tienen efectos beneficiosos más que contrastados sobre las células. Por lo pronto, <a href="https://academic.oup.com/advances/article/7/4/679/4568692?login=true">las evidencias científicas indican que el descanso y el sueño reparador ayudan a eliminar los daños acumulados en éstas y a recuperar los ritmos naturales de sueño y vigilia</a>. </p>
<p>La <strong>melatonina</strong> u “hormona del sueño” juega un papel esencial en este sentido, porque activa la eliminación de estructuras celulares dañadas. Eso impide que se acumule la basura celular y evita que progresen enfermedades <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7584015/">neuroneurodegenerativas como el alzhéimer</a>.</p>
<p>Por otro lado, unas agradables vacaciones liberan en nuestro organismo <strong>endorfinas</strong>. Conocidas como las “hormonas de la felicidad”, se trata de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Endorfina">pequeñas proteínas que estimulan los centros de las emociones placenteras en el cerebro</a>. Se consideran opioides endógenos y nuestras neuronas las liberan cuando nos encontramos en situaciones relajantes, felices y cuando hacemos ejercicio. Aunque los efectos moleculares de estos neurotransmisores no están del todo claros, <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12017-012-8180-3">algunos indicios indican que pueden prevenir la progresión de enfermedades neurodegenerativas</a>.</p>
<p>Otro neurotransmisor que se libera cuando nos encontramos relajados es la <strong>serotonina</strong>, otra sustancia también conocida como “hormona de la felicidad”. Su deficiencia se ha asociado con múltiples enfermedades, <a href="https://portlandpress.com/clinsci/article-abstract/99/1/1/77980/Fatigue-in-chronic-disease">especialmente con la fatiga crónica</a>, pero también con <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0969996117301109?via%3Dihub">la demencia</a> o con la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7598536/">gravedad de la covid-19</a>.</p>
<h2>Las vacaciones mejoran la salud</h2>
<p>Teniendo en cuenta todos estos factores, disfrutar de unas vacaciones relajadas que nos alejen del estrés diario es importante para recuperar los equilibrios fisiológicos que nos permiten mantener una buena salud. </p>
<p>Solo bajar los niveles de hormonas del estrés, aumentando a la vez aquellas que nos producen placer y relajación, ayuda a que las células eliminen los daños acumulados con el tiempo y previenen múltiples enfermedades. No es necesario ir a destinos exóticos ni a playas de ensueño: basta con dejar a un lado las presiones, descansar sin preocupaciones y disfrutar. Con eso ganamos mucho en salud y nuestras células lo agradecen. </p>
<p>Y cuando las vacaciones acaban, no estaría de más seguir teniendo presente lo bien que le sienta a nuestro organismo el descanso bien organizado.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/188250/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Guillermo López Lluch es miembro de la Sociedad Española de Biología Celular, la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, la Society for Free Radical Research y presidente de la International Coenzyme Q10 Association. Las investigaciones realizadas por el autor están financiadas por fondos públicos provenientes del Gobierno de España o del Gobierno Autonómico de Andalucía. </span></em></p>El descanso y la relajación tienen efectos beneficiosos contrastados sobre nuestras células. Tanto es así que unas vacaciones relajadas pueden prevenir la diabetes, el alzhéimer y las enfermedades cardiovasculares.Guillermo López Lluch, Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de OlavideLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1870922022-08-02T16:28:06Z2022-08-02T16:28:06Z¿Para qué sirven tantas semanas de vacaciones escolares?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/477136/original/file-20220802-7581-qze1zx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=30%2C3%2C2014%2C1358&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">¿Son las vacaciones escolares demasiado largas o es necesario todo el tiempo disponible para disfrutar de ellas?</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/justinconnors/9564679194/">Justin Connors / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/">CC BY-NC</a></span></figcaption></figure><p>Parece que nunca llegan. Los más pequeños de casa las esperan con gran ilusión; finalizan el curso académico visiblemente exhaustos, intelectualmente cansados y por encima de todo ansiosos ante la expectativa. ¿De qué hablamos? Efectivamente, de las vacaciones escolares de verano.</p>
<h2>Días de verano</h2>
<p>En Europa cada país cuenta con un número diferente de días de vacaciones escolares en la etapa de Educación Primaria, situándose España –junto con Turquía, Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Lituania y Letonia– en una de las posiciones más altas, con 13 semanas en el periodo estival. Por encima se encuentran Bulgaria (16), Italia y Rusia (14). Sin embargo, con menos semanas de descanso en este periodo quedan muchos otros países, como Estonia y Grecia (12), Rumanía, Hungría y Portugal (11), Suecia (10), Irlanda y Polonia (9), Noruega y Francia (8) y, en la cola, Alemania, Dinamarca y Países Bajos (6).</p>
<p>En la mayoría de los países, las vacaciones más largas llegan al final de curso. Las fechas precisas vienen definidas por zonas, regiones o cada una de las comunidades, que establecen el comienzo y el final de las clases.</p>
<p>Países como España, Francia e Italia hacen coincidir este parón con el periodo de verano. Uno de los principales motivos son las altas temperaturas en los meses de julio y agosto, que dificultan la asistencia a las aulas y el seguimiento de las clases. Los países de América Latina tienen el mismo formato pero con sus meses de verano (de diciembre a marzo).</p>
<p>Terminan las clases y comienza el ansiado periodo de libertad para los escolares y el momento de mayor estrés para los padres. Surgen las preguntas: ¿qué hago con los niños?, ¿por qué tienen tantas vacaciones?, ¿cómo voy a conciliar su descanso con mi trabajo?, ¿tienen que hacer deberes?, ¿es bueno que se desconecten tanto de la rutina?</p>
<p>Estas cuestiones no tienen una respuesta fácil. A lo largo de los años <a href="https://doi.org/10.3102%2F00346543066003227">son muchos los autores y estudios que han intentado darles respuesta</a>. La mayoría concluyen que un descanso entre periodos lectivos es positivo, ya que aporta a los niños y niñas la posibilidad de consolidar los conocimientos y renovar energías para afrontar el resto del curso.</p>
<h2>¿Benefician las vacaciones a los escolares?</h2>
<p>La respuesta directa a esta pregunta sería sí. Entrando un poco más en el análisis, podemos ver que los beneficios son varios:</p>
<ul>
<li><p><strong>Favorece el descanso.</strong> En el día a día, los escolares tienen unas rutinas con altos niveles de exigencia: levantarse pronto, acudir a la escuela, realizar actividades extraescolares, hacer los deberes… Esto implica un desgaste tanto físico como emocional que los niños y niñas no serían capaces de asumir de forma ininterrumpida, apareciendo problemas relacionados con la ansiedad y el estrés. </p>
<p>En ocasiones, exigir al menor una dedicación intensiva que no se corresponda con sus propias competencias y expectativas puede generar graves déficits emocionales, llegando a provocar depresión infantil. Es importante plantear un cambio en vacaciones: parar y permitir a los niños y niñas establecer nuevas rutinas que incluyan descansos más largos, periodos más cortos de trabajo y niveles de exigencia más bajos.</p></li>
<li><p><strong>Desarrolla el vínculo familiar.</strong> Durante las vacaciones de verano, al menos un periodo de tiempo se dedica a actividades, viajes o excursiones en familia, lo que permite mejorar las relaciones.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/477147/original/file-20220802-20-vsp3dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una mujer y tres niños en bañador caminan hacia la orilla en una playa." src="https://images.theconversation.com/files/477147/original/file-20220802-20-vsp3dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/477147/original/file-20220802-20-vsp3dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=602&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/477147/original/file-20220802-20-vsp3dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=602&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/477147/original/file-20220802-20-vsp3dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=602&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/477147/original/file-20220802-20-vsp3dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=756&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/477147/original/file-20220802-20-vsp3dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=756&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/477147/original/file-20220802-20-vsp3dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=756&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">El tiempo de vacaciones ayuda a fortalecer los vínculos familiares.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/rueful/6671265895/">Kiran Foster / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<ul>
<li><p><strong>Fomenta el contacto con el medio.</strong> En el periodo estival, los niños y niñas suelen estar más en contacto con la naturaleza en la playa, la piscina o la montaña. Estos momentos se pueden aprovechar para consolidar los aprendizajes escolares y entender el contexto más allá del libro.</p></li>
<li><p><strong>Permite a los niños y niñas tomar un mayor número de decisiones.</strong> En el día a día vivimos demasiado rápido, los horarios están siempre muy apretados, tratamos de exprimir cada minuto realizando mil tareas a la vez: mandamos un mensaje mientras ponemos la lavadora y repasamos los deberes de inglés… Esto hace que no tengamos tiempo para preguntarles a nuestros hijos qué quieren y les presentemos todo su día organizado y planificado al detalle. </p>
<p>En vacaciones esto no ocurre. Nos permitimos el lujo de querer saber qué les apetece hacer a ellos. Estas opciones permiten hacerles participes de su propia vida y aumentar sus niveles de autonomía y responsabilidad.</p></li>
</ul>
<h2>Algunos peros…</h2>
<p>Debemos plantear también cuáles son las dificultades de las vacaciones escolares. Principalmente encontramos:</p>
<ul>
<li><p><strong>Conciliación familiar y laboral.</strong> Los periodos vacacionales escolares tan largos no se corresponden con los periodos laborales, lo que lleva muchas veces a recurrir a múltiples recursos: campamentos escolares, abuelos, personas de apoyo. Los niños y niñas pueden percibir que la rutina y la exigencia continúan, ya que, si bien las actividades o la ubicación pueden cambiar, los horarios, no. Además, pueden sentir que sus cuidadores principales no están “todavía” disponibles y tienen que quedarse con otros.</p></li>
<li><p><strong>La ausencia total de rutina también desequilibra a los pequeños.</strong> Las comidas se retrasan, se consumen más helados y chucherías y la escritura o la lectura quedan en un segundo plano.</p></li>
</ul>
<h2>Todo lo bueno se acaba</h2>
<p>Con todo esto, ¿a que conclusión llegamos? ¿Son malas las vacaciones? ¿Son muchas?</p>
<p>Las vacaciones son necesarias: que existan, que empiecen y también que se acaben. Su existencia ayuda a fijar un objetivo, a ser capaces de hacer un esfuerzo constante por conseguir una recompensa.</p>
<p>Su adecuada gestión debe obedecer a un equilibrio entre calidad educativa, políticas sociales y disponibilidad de recursos, así como tener muy en cuenta la conciliación de la vida familiar y la laboral.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187092/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sandra Ruiz Ambit no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Disfrutan los escolares en España de demasiadas vacaciones escolares? ¿Tiene un descanso de tantas semanas algún beneficio?Sandra Ruiz Ambit, Docente Facultad de Educación, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1325292020-03-02T21:07:44Z2020-03-02T21:07:44ZPor qué nos cuesta tanto poner valoraciones negativas en Airbnb<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/317567/original/file-20200227-24680-8m5z3j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=49%2C172%2C5472%2C3399&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/minsk-belarus-january-2018-travel-around-1012300891">AlesiaKan/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Las valoraciones de productos que encontramos en internet nos ayudan a elegir entre la amplia oferta disponible. En general, la mayoría de bienes y servicios <em>online</em> tienen calificaciones positivas, pero el caso de Airbnb destaca especialmente. En esta plataforma, <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-030-05940-8_5">la puntuación media es de 4,75</a> en una escala de 1 a 5.</p>
<p>¿Por qué son tan altas las evaluaciones? Al ser tan elevadas en todas las viviendas, ¿pierden valor como elemento para tomar decisiones?</p>
<h2>Las valoraciones en internet</h2>
<p>La compra en línea tiene muchas ventajas, pero no está exenta de problemas. El principal es que tenemos que decidir sin tocar el producto que estamos comprando, sin ver el hotel que estamos reservando y sin disfrutar previamente la actividad que vamos a realizar.</p>
<p>Para solucionar esta cuestión, casi todas las webs de venta incluyen valoraciones de los productos. Normalmente, son los usuarios que han comprado previamente el mismo artículo quienes puntúan y hacen comentarios.</p>
<p>Incluso, existen webs muy conocidas (como TripAdvisor) cuyo modelo de negocio gira directamente alrededor de las valoraciones. También en Google Places y Google Maps cada vez tienen más importancia las evaluaciones de comercios y puntos de interés.</p>
<h2>Representatividad de las opiniones</h2>
<p>Poner una calificación <em>online</em> es voluntario. Nadie nos obliga. Las páginas pueden ser más o menos insistentes, pero al final queda en nuestra mano valorar o no.</p>
<p>Por ello, <a href="https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/1403/1403.7400.pdf">hay dudas</a> acerca de la representatividad de las opiniones que encontramos en internet. ¿Valoran todo tipo de usuarios con diferentes niveles de satisfacción? ¿O lo hacen solo los muy enfadados o muy satisfechos? Por ejemplo, un <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1096348019835600">estudio reciente</a> demostró que en el caso de restaurantes, cuanto peor era el tiempo, más negativas eran las valoraciones.</p>
<p>De momento, no existen estudios que permitan afirmar categóricamente en qué medida son representativas las opiniones en internet. </p>
<h2>Evaluaciones positivas, en general</h2>
<p>Las valoraciones que encontramos en la Red suelen ser, en general, positivas. <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2016.1267113">Distintos</a> artículos científicos que analizan grandes muestras señalan que la valoración media se encuentra entre el <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/17579881111173776/full/html">3,7</a> y el 4,1 en un rango de 1 a 5. Estudios de la propia TripAdvisor también mencionan medias cercanas al <a href="https://www.tripadvisor.com/TripAdvisorInsights/w733">4,1</a>.</p>
<p>Este efecto se ha denominado <a href="http://people.stern.nyu.edu/afilippa/papers/longrun.pdf">inflación de la reputación</a>. En principio, no significa nada respecto a la representatividad: no implica que valoren más a menudo las personas satisfechas. Es más lógico pensar que, en general, los usuarios están contentos con los productos que compran y con los servicios que contratan. Por eso las valoraciones tienden a ser positivas.</p>
<h2>El caso de Airbnb</h2>
<p>Ahora bien, si la media ya es elevada en otras webs, el caso de Airbnb destaca especialmente. <a href="https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2554500">Varios</a> <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2016.1267113">estudios</a> han <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-030-05940-8_5">constatado</a> esta situación. </p>
<p>La valoración media en la aplicación de alojamiento turístico se sitúa en 4,75 en un rango de 1 a 5. Más del 95 % de las propiedades tienen valoraciones muy positivas, casi perfectas. ¿A qué se deben estas evaluaciones tan optimistas?</p>
<p>En <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2019.1602597">un artículo</a> que hemos publicado recientemente analizamos esta cuestión en detalle, con diferentes conclusiones.</p>
<p>Cuando nos quedamos en un Airbnb, normalmente mantenemos un contacto personal con el anfitrión. Esto tiene dos consecuencias principales: </p>
<ul>
<li><p>Nuestra estancia es más satisfactoria que en el caso de otro tipo de alojamiento. </p></li>
<li><p>Tendemos (inconscientemente) a ofrecer puntuaciones más altas, matizamos las experiencias negativas e incluso renunciamos a valorar si la opinión va a ser negativa.</p></li>
</ul>
<p>En definitiva, conocer y tener contacto con el anfitrión hace que estemos más satisfechos y que nos impongamos un sesgo. No queremos perjudicar a una persona a la que conocemos.</p>
<p>En nuestro estudio, los usuarios también mencionaron otras causas. Algunos no querían que una valoración negativa apareciera en su perfil público de Airbnb. Otros indicaron que les resultaba complejo redactar adecuadamente su experiencia negativa.</p>
<p>Como puede apreciarse, no hay un problema de fiabilidad con las opiniones que encontramos en Airbnb. Están desplazadas hacia lo positivo por dos razones fundamentales. Primero, porque en general quedamos satisfechos con nuestra estancia. Segundo, porque voluntariamente nos imponemos un cierto sesgo. </p>
<h2>Aun así, ¿podemos fiarnos de las opiniones?</h2>
<p>Parece lógico pensar que, si hay muy poca diferencia entre la valoración media de las viviendas, su interés será mucho menor que si hubiera diferencias. </p>
<p><a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2016.1267113">Algunos estudios</a> demuestran que, aunque todas las puntuaciones son muy positivas, en el texto asociado a la opinión pueden leerse comentarios útiles para diferenciar unas viviendas de otras. No obstante, sería preferible que las valoraciones tuvieran un rango más amplio.</p>
<h2>¿Puede hacer algo Airbnb?</h2>
<p>La propia plataforma podría tomar medidas como las siguientes para corregir esta situación:</p>
<ul>
<li><p>Garantizar un mayor anonimato de la valoración. Por ejemplo, no asociándola al perfil de su autor. </p></li>
<li><p>Separar la puntuación del anfitrión (la persona) y de la vivienda (el espacio físico). Así, sería posible evaluar independientemente ambas cuestiones. </p></li>
<li><p>Incluir textos por defecto para facilitar a los usuarios explicar aspectos negativos.</p></li>
</ul>
<p>En la actualidad, lo único que existe adicionalmente a la valoración es la categoría de <em>superhost</em> (superanfitrión). Esta categoría exige, además de buenas valoraciones, otras cuestiones como acumular un número de huéspedes, tener pocas cancelaciones y un buen ratio de respuesta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/132529/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jacques Bulchand Gidumal no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las opiniones que encontramos en Airbnb son casi siempre positivas, pero esto no significa que sean poco fiables.Jacques Bulchand Gidumal, Profesor de Emprendimiento y Turismo Digital, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1292502020-01-01T20:55:44Z2020-01-01T20:55:44Z#travelgram: cómo las fotos que subimos a las redes han convertido los viajes en acontecimientos sociales<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/308312/original/file-20191230-11924-17ejjp9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5511%2C3677&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span></figcaption></figure><p>En los últimos años, los <a href="https://www.bbc.com/news/magazine-32336808">palos de <em>selfie</em></a> se han convertido en un producto muy popular a lo largo y ancho de todo el globo. Desde su aparición, quedó claro que los teléfonos móviles habían cambiado la manera en que viajamos. El carácter ubicuo de las redes sociales permite a los turistas producir contenido a medida que recorren sus destinos para gozo de sus audiencias, que pueden disfrutarlo prácticamente en directo.</p>
<p>Antes solíamos mostrar las diapositivas a los más cercanos y guardábamos fotos y postales como recuerdos preciados. Ahora, compartimos las <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0160738315000419">imágenes</a> y los <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/1369118X.2016.1220969?journalCode=rics20"><em>selfies</em></a> de nuestras vacaciones desde tierra, mar y aire, expandiendo “la <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/026327692009003001">mirada del turista</a>” para incluir al remoto público que está su casa en <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0160738315300335">la experiencia del viajero</a>. </p>
<h2>¿Merece la pena salir en Instagram?</h2>
<p>Viajar ha dejado de ser una búsqueda solitaria para convertirse en un “<a href="https://www.taylorfrancis.com/books/e/9780203861301/chapters/10.4324/9780203861301-21">acontecimiento social</a>” y, como tal, la observación se ha asociado irremediablemente con la fotografía. Hacer fotos, utilizar la cámara para ver y experimentar nuevos lugares, es lo habitual.</p>
<p>Los turistas toman <em>selfies</em> que presentan tanto al escenario como a las personas <a href="https://www.taylorfrancis.com/books/e/9780203861301/chapters/10.4324/9780203861301-21">de una forma</a> que resulta agradable y positiva desde el punto de vista estético. De hecho, la <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2018/jan/17/instagrammers-travel-sri-lanka-tourists-peachy-backsides-social-media-obsessed"><em>instagramabilidad</em></a> de un destino es una de las principales motivaciones de los más jóvenes para desplazarse hasta el lugar en cuestión, si bien se emplean filtros y <a href="https://twitter.com/polina_marinova/status/1146620000679022593?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1146620000679022593&ref_url=https%3A%2F%2Ftravel.nine.com.au%2Flatest%2Fbali-gates-of-heaven-attraction-fake-twitter-response%2F9014aa28-f31e-4ad7-912f-6749efc18b26">espejos</a> para crear una imagen que dista enormemente de la realidad.</p>
<p>Esta forma de enfocar las vacaciones altera la relación entre los turistas y sus redes sociales de tres significativas <a href="http://sk.sagepub.com/books/the-tourist-gaze-3-0-3e">maneras</a>: entre los turistas y los habitantes del destino, entre los turistas y las personas que los siguen desde casa y entre los propios turistas.</p>
<p>La premura por compartir las imágenes obtenidas durante los viajes conlleva ciertos riesgos. Una pareja australiana fue arrestada y posteriormente <a href="https://www.abc.net.au/news/2019-10-05/australians-released-from-iran/11576776">puesta en libertad</a> aparentemente por volar un dron sin el permiso pertinente.</p>
<p>Numerosos turistas fueron víctimas del escarnio en redes por amontonarse para tomar <em>selfies</em> en el monolito sagrado <a href="https://www.news.com.au/travel/australian-holidays/northern-territory/influencers-reason-for-deciding-to-climb-uluru-before-the-ban/news-story/b53928ee54800a6070bc0670b1679356">Uluru</a>, en Australia, antes de que su escalada fuera prohibida para los visitantes.</p>
<p>Cabe destacar la triste historia que se esconde tras la creciente popularidad de la montaña Vinicunca o Montaña Arcoíris, en los Andes peruanos, entre los <em>travelgrammers</em>: <a href="https://www.nytimes.com/2018/05/03/world/americas/peru-rainbow-mountain.html">se ha convertido</a> en un destino codiciado debido a que el cambio climático ha derretido sus picos, anteriormente colmados de nieve. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/B5JNHpuAMdr","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<h2>Midiendo los efectos</h2>
<p>Para comprender la forma en la que las fotografías en redes sociales afectan a la experiencia durante los viajes, emprendimos un <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s40558-019-00151-4">estudio</a> exploratorio con visitas nocturnas a un zoológico rodeado por un lujoso paraje.</p>
<p>Dividimos a los 12 participantes en dos grupos: a uno se le prohibió colgar fotografías en redes sociales, si bien tenían permitido tomar instantáneas; el segundo grupo, por su parte, no tenía ninguna restricción a la hora de compartir con sus seguidores las imágenes que considerasen oportunas. Aunque la muestra no era demasiado numerosa, obtuvimos información de calidad sobre la capacidad para disfrutar y la actitud que mostraban.</p>
<p>Los participantes fueron alojados en el hotel <a href="http://www.jamalawildlifelodge.com.au/">Jamala Wildlife Lodge</a>, en Canberra (Australia). Los costes de la visita fueron asumidos por los investigadores (el hotel no patrocinó el estudio y la estancia en sus instalaciones fue estándar, sin ningún tipo de lujo añadido). Tras abandonar el zoo, llevamos a cabo las entrevistas con el fin de conocer a fondo las opiniones de los individuos sobre la experiencia vivida. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/B40sRAoDjuS","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>Los resultados confirmaron que el deseo de compartir imágenes en tiempo real está fuertemente arraigado dentro del papel del turista, hasta el punto de que altera la forma en que los viajeros conectan con los lugares que visitan, como también modifica su sensación de urgencia por comunicarse con sus seguidores. </p>
<h2>Si no hay foto, no ocurrió</h2>
<p>Mandy y Amy se encontraban en el grupo al cual no se permitió colgar fotos en redes mientras estuvieran en el zoo. Ambas afirmaron sentirse decepcionadas al conocer la prohibición, a pesar de que dicha orden pareció estimular su capacidad para disfrutar el momento. </p>
<blockquote>
<p><strong>Entrevistador:</strong> ¿Mirasteis vuestras redes sociales durante la visita u os obligasteis a no hacerlo?</p>
<p><strong>Mandy:</strong> Sí, eché algún vistazo, pero no presté tanta atención como haría habitualmente. Creo, incluso, que no comenté ninguna publicación.</p>
<p><strong>Amy:</strong> Todavía después de subir algo (tras la visita al zoo) sobre las cosas que hemos hecho hoy y ver que pocas personas le han dado a “me gusta”, siento una cierta desilusión. Es como decir: “Jo, nadie más ha reaccionado a lo que he publicado”. Las 24 horas previas no nos pasaba eso (debido al experimento), porque nadie sabía nada sobre el tema.</p>
</blockquote>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/303110/original/file-20191122-74562-4f8vo1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/303110/original/file-20191122-74562-4f8vo1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/303110/original/file-20191122-74562-4f8vo1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/303110/original/file-20191122-74562-4f8vo1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/303110/original/file-20191122-74562-4f8vo1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/303110/original/file-20191122-74562-4f8vo1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/303110/original/file-20191122-74562-4f8vo1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/303110/original/file-20191122-74562-4f8vo1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Existe una lucha perenne entre hacer fotos y disfrutar la experiencia.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/couple-boyfriend-girlfriend-riding-small-boat-701068276?src=fd7785ef-8ea7-4ee7-8be6-4ec07ce49111-1-8">Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El anhelo de reconocimiento en redes sociales continuó tras abandonar el zoo. En el caso de Michelle, publicar sus sensaciones tras la visita hizo que surgieran nuevas preocupaciones: </p>
<blockquote>
<p><strong>Entrevistador:</strong> ¿Cómo te has sentido al no poder subir nada?</p>
<p><strong>Michelle:</strong> Ha sido un palo. Personalmente, no poder publicar lo que veía ha sido una experiencia negativa porque quería enseñar a la gente lo que hacíamos mientras lo estábamos haciendo.</p>
<p>Además, un par de personas sabían que íbamos al zoo y que no podríamos utilizar las redes, así que cuando suba lo que he visto van a decir algo como: “Se ha estado aguantando y ahora lo sube. Qué cosa más rara”. Ya sabes, subirlo después de que haya ocurrido. Normalmente, todo el mundo comparte lo que sea a medida que lo vive.</p>
</blockquote>
<p>Después, Michelle comentó también que reprimirse a la hora de compartir sus vivencias en redes sociales mermó la experiencia: </p>
<blockquote>
<p>Siento que si no comparto las fotos es como si un árbol cayera en medio del bosque y nadie lo oyera. Hemos vivido una experiencia maravillosa, pero si no la compartimos, nadie lo va a saber excepto nosotros.</p>
</blockquote>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/gta-gWLEtbg?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Numerosos videotutoriales con sugerencias de <em>travelgrammers</em> pueblan la red.</span></figcaption>
</figure>
<h2><strong>El centro de atención</strong></h2>
<p>La fotografía digital y las redes sociales transforman la relación entre el viajero y su audiencia debido a que esta se ha expandido y, por lo tanto, se ha diversificado potencialmente.</p>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0160738315300335">Los <em>selfies</em> en contextos turísticos</a>, más que exponer la mirada del turista, sirven como un espejo para este. La postal digital perfecta es centralista, como demuestra el testimonio de una participante de la investigación:</p>
<blockquote>
<p><strong>Shannon:</strong> Casi parece algo esperable cuando haces turismo. De hecho, en alguna ocasión algún guía turístico se ha quedado decepcionado cuando ha visto que no sacábamos fotos.</p>
</blockquote>
<p>La fotografía <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1470357207084865">ha pasado de tener</a> un propósito memorístico a conformar una manera de compartir una experiencia en directo. La tensión se sitúa ahora entre la necesidad de inmortalizar las experiencias para compartirlas en las redes y el compromiso con la propia actividad. Censurar el deseo de utilizar la fotografía como un medio para comunicar una experiencia no hará sino aumentar esta tensión.</p>
<p>Para garantizar la sostenibilidad del sector y conectar con su mercado objetivo, los operadores turísticos deben explorar maneras más efectivas que les permitan asegurar que el cliente disfrute de la experiencia sin dejar de compartirla con sus seguidores.</p>
<p>Las publicaciones digitales han evolucionado hasta ser una parte característica de los viajes, y las empresas deberían promover la compartición de las experiencias. Entre las aportaciones sugeridas por nuestros participantes encontramos la instalación de puntos de carga para los teléfonos y la celebración de competiciones fotográficas.</p>
<p>Por el contrario, el establecimiento de días o actividades sin móviles podría ser una manera de estimular la atención a la experiencia en directo. Asimismo, se debería concienciar a los turistas acerca del contenido que deciden compartir en sus redes sociales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/129250/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Naomi F Dale está afiliada a la National Capital Attractions Association, de la cual el zoológico mencionado en el artículo es miembro financiero.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Raechel Johns recibió financiación de Murray Darling Basin Futures para la recolección de datos para este estudio.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Michael James Walsh no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Antes sometíamos a los amigos a pases de diapositivas vacacionales. Ahora compartimos los viajes en vivo con una audiencia remota.Michael James Walsh, Assistant Professor Social Science, University of CanberraNaomi F Dale, Associate Professor of Management, University of CanberraRaechel Johns, Head of the Canberra Business School and Professor of Marketing and Service Management, University of CanberraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1291052019-12-19T20:45:36Z2019-12-19T20:45:36ZViajar en vacaciones dice sobre nosotros mucho más de lo que creemos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/307969/original/file-20191219-11900-ui3wrb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=3%2C0%2C2584%2C1722&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/stockholm-sweden-july-30-2011-typical-174115208">Shutterstock / Dream Master</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p>¡Tenemos que irnos! </p>
</blockquote>
<p>Las vacaciones se viven como una necesidad fisiológica, como comer o dormir. Son una recompensa por unos meses de duro trabajo, la desconexión del estrés, el deseo de cambiar de aires y “recargar las baterías”. Es una manera de escapar, no tanto del trabajo, como de la vida cotidiana, porque los parados, los jubilados o los adolescentes también viajan. </p>
<p>Irse de viaje es sentirnos libres y descubrir cosas nuevas. Las vacaciones nos reconectan, pasamos tiempo con la familia y los amigos. También nos sirven para cultivar el sentido de pertenencia a una comunidad. Ir al mismo lugar es lógico, ya que lo que cuenta son las reuniones con los padres, los abuelos o los amigos en lugares que están llenos de recuerdos como un camping, el pueblo o la casa familiar. Son lugares importantes de socialización desde la infancia: la playa, las excursiones de montaña, los juegos de petanca, el bar, la discoteca… lo que sea. </p>
<h2>Una obligación social</h2>
<p>Ocurre que ahora las vacaciones son una obligación social. Cuando los padres no pueden salir de viaje envían a sus hijos a colonias o campamentos. Y lo primero que hacen los niños al volver a la escuela después de vacaciones <a href="https://www.cairn.info/sociologie-du-tourisme--9782707152558.htm#">es describirlas</a>.</p>
<h2>Viajes a la carta</h2>
<p>Vender un viaje es vender sueños. Para algunos es un esfuerzo para ralentizar el ciclo de vida y contrarrestar los cambios que nos vuelven obsoletos: los ancianos realizan actividades juveniles, hay segundas lunas de miel, el ecoturismo explota la nostalgia de un estilo de vida más auténtico, la montaña concentra los <a href="https://www.scienceshumaines.com/les-nouvelles-mythologies-du-tourisme_fr_10561.html">imaginarios de la eternidad</a> (duración del mineral) y la pureza moral (fusión espiritual, contemplación monárquica.</p>
<p>Lo que más ha cambiado es la duración, el destino, los gastos adicionales como restaurantes y <em>souvenirs</em>, ir más cerca, más barato, más de tanto en tanto. La motivación de los primeros viajes para los pobres de las contaminadas ciudades del Norte de Inglaterra en el siglo XIX era tomar el tren para huir al campo y la montaña; era un tema moral y político: invertir la alienación y emular la habilidad de los ricos de dejar su hogar. </p>
<h2>Viajes para ricos y para pobres</h2>
<p>Pero es curioso que las clases con trabajos más alienados suelen escoger vacaciones más alienadas: turismo masificado, playa, camping, un <em>tour</em> organizado… La clase acomodada, en cambio, se va de vacaciones más lejos y lo hace más a menudo, y tiene gastos no alimentarios mucho más altos respecto a los primeros. </p>
<p>Es en estas diferencias donde radican las desigualdades sociales. Y el turismo las reproduce. Un 34,2 % de los españoles no puede irse una semana de vacaciones al año, según la encuesta <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/web/products-eurostat-news/-/EDN-20190731-1">Eurostat</a> de 2018. Y la gente piensa que, si no puede permitirse un viaje, su trabajo debe ser un mal trabajo.</p>
<h2>¿Qué pensarán los vecinos?</h2>
<p>Los vecinos y conocidos también nos observan y quedarnos en casa es una forma de castigarnos a nosotros mismos. Lo importante es tener algo que decir a los demás. Es una lógica de diferenciación, por el valor que el turismo tiene de signo de estatus jerárquico y de voluntad de distinguirse del que no puede viajar, al estilo de <em><a href="https://www.unebook.es/es/libro/el-sistema-de-los-objetos_168522">El sistema de los objetos</a></em>, de Jean Baudrillard.</p>
<p>Para irse de vacaciones es necesario tener tres cosas: dinero, tiempo y reconocimiento social (a principios del siglo XX, la ética puritana en Estados Unidos valoraba negativamente a una persona que dilapidara su dinero en vacaciones). </p>
<p>Muchos puentes o la Navidad se pasan en familia, pero no se presume de ello, es menos gratificante, así que solo lo comentamos entre nosotros; y en cambio con los demás presumimos de que hemos estado “el Año Nuevo en Nueva York” o “de compras por Londres”. </p>
<h2>Exagerando el relato</h2>
<p>El <a href="https://www.20minutos.es/noticia/1159973/0/vacaciones/relato/espanoles-mienten/">10 % de los españoles</a> reconoce haber exagerado en el relato de sus vacaciones para generar envidia, superando así el 7 % de la media europea.</p>
<p>Según <a href="https://www.amazon.fr/Triomphe-dune-utopie-Jean-Viard/dp/2815908107">Jean Viard</a>, sale mucho más barato ir siete días al sol que a esquiar a Sierra Nevada o a Chamonix. El esquí se ha vuelto más caro, además de que se ha convertido en una actividad deportiva: si antes era un juego, hoy las pistas las ocupan los buenos esquiadores, lo que excluye a los gordos y a los mayores, a los que no están en forma.</p>
<p>Tradicionalmente, se iba en verano a la playa y en invierno a la montaña. Hoy, este tiempo es arrítmico: irse a la playa en invierno es como comer tomates a mediados de diciembre.</p>
<p>También la necesidad fisiológica de luz parece real en ciertos países situados en el extremo norte de Europa.</p>
<p>También se ha convertido en un imperativo social (para algunos) estar de manera permanente ligeramente bronceados. Es un signo de pertenencia a una rama determinada de la sociedad. </p>
<p>Sea lo que sea, viajar es casi una “obligación” social. Disfrutar más o menos es casi secundario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/129105/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>David Lagunas no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Viajar es un placer, pero también un distintivo de que nuestra posición social es buena. El lugar donde vayamos y el tiempo que estemos en él dará a los demás datos sobre nuestra posición social.David Lagunas, Profesor de antropología, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1202682019-07-22T21:03:05Z2019-07-22T21:03:05ZConsejos para nadar bien<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/284305/original/file-20190716-173355-wpq7xk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C0%2C5542%2C3709&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Pectorales, bíceps, tríceps, cuádriceps, isquios o gemelos... todos trabajando.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/JjUyjE-oEbM">Gentrit Sylejmani / Unsplash</a></span></figcaption></figure><p>Según el “<a href="https://www.europapress.es/deportes/olimpiadas-00169/noticia-seis-cada-diez-espanoles-practica-algun-deporte-20190617154632.html">Estudio de valores y mapa del deporte en España</a>”, en el que colabora el Comité Olímpico Español, la natación es el deporte más practicado en España. En los últimos años, la práctica de la natación ha experimentado un considerable crecimiento debido a la mejora en la calidad de vida que provoca dicha práctica. Como deporte aeróbico, alarga la vida, como así lo <a href="https://bjsm.bmj.com/content/51/10/812">demuestra un estudio</a> que concluye que su práctica merma significativamente el riesgo de fallecimiento por dolencias generales (28%) y reduce la mortalidad por problemas cardiovasculares (41%). </p>
<h2>Nadar desde la infancia</h2>
<p>Entre los beneficios potenciales de la natación infantil <a href="https://www.healthline.com/health/parenting/infant-swimming?fbclid=IwAR0A6kt4zdmVnG6V9Nf9n8HYlUgNUnc_dKIKjBNAEmOLxu_TmXNyi53h-vs">se pueden concretar</a>: </p>
<ul>
<li><p>mejora del funcionamiento cognitivo, </p></li>
<li><p>reducción del riesgo de ahogamiento, </p></li>
<li><p>mejora de la confianza, </p></li>
<li><p>aumento del tiempo de calidad, </p></li>
<li><p>construcción del músculo, </p></li>
<li><p>mejora de la coordinación, </p></li>
<li><p>mejora del sueño y </p></li>
<li><p>mejora del apetito, entre otros. </p></li>
</ul>
<p>Por todo ello, la práctica de las actividades acuáticas desde que uno es bebé se puede convertir en una experiencia única, creando su práctica miles de millones de neuronas nuevas a medida que nos deslizamos, pataleamos o golpeamos el agua. Cuanto antes se puedan adquirir estas experiencias, mucho mejor. </p>
<h2>Ahogamiento</h2>
<p>Los niños que no experimentan estas prácticas desde pequeños tienden a tener más miedo y ser más negativos sobre la natación. Incluso en algunos casos, por la falta de competencia acuática, aparece el ahogamiento.</p>
<p>La prevención de los ahogamientos entre los niños menores de 6 años implica, entre otras cosas, programas educativos hacia la competencia acuática. Sin embargo, es habitual encontrar propuestas o métodos “novedosos” que muestran progresiones para evitar que los bebés/niños se ahoguen en el agua. Estos modelos se centran en enseñar desde muy pequeños a flotar en el agua, y
a darse media vuelta si se caen boca abajo y necesitan salir a flote. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/284307/original/file-20190716-173347-e8bi7e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/284307/original/file-20190716-173347-e8bi7e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/284307/original/file-20190716-173347-e8bi7e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/284307/original/file-20190716-173347-e8bi7e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/284307/original/file-20190716-173347-e8bi7e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/284307/original/file-20190716-173347-e8bi7e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/284307/original/file-20190716-173347-e8bi7e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/284307/original/file-20190716-173347-e8bi7e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/5N6a5bft0m8">Terry Jaskiw / Unsplash</a></span>
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</figure>
<p>Son métodos que pretenden crear conciencia sobre la prevención de ahogamientos y mantienen la certeza de que se podrían evitar casi todos ellos con enseñanza y sensibilización. Estas técnicas tan populares presentan un rápido interés para las familias por los resultados tan efectivos que parecen mostrar. </p>
<p>Pero, en muchos casos, para llegar a este dominio de técnica, el bebé/niño pasa por una serie de experiencias que suponen momentos angustiosos, llegando a experimentar la sensación de ahogo durante unos segundos. Esto puede dar lugar a la aparición de miedo en el aprendiz, y enseñar a nadar desde el miedo es como empujar a los niños a que se caigan al enseñarlos a caminar. </p>
<p>De esta forma, la utilización de algunas técnicas de autosalvamento en el medio acuático hacen pasar al bebé/niño, en algunas ocasiones, por situaciones traumáticas sin ni siquiera prepararlo para ello. Casi la totalidad de estos programas no presentan evidencias científicas del efecto de los mismos en la disminución del ahogamiento.</p>
<h2>¿Cómo comenzar a nadar?</h2>
<p>A diferencia de los sistemas formales de la enseñanza de la natación, el aprendizaje natural tiene como objetivo lograr simular y predecir el aprendizaje que realizan los seres humanos, teniendo en cuenta no solo sus limitaciones de memoria y de capacidad de procesamiento, sino también el tiempo limitado del que se dispone a la hora de responder a las demandas de un entorno acuático. </p>
<p>Por lo tanto, los modelos formales no desmerecen a los naturales. Los efectos de la enseñanza formal y el aprendizaje natural son parecidos. Por lo que, venga de donde venga el aprender a nadar, su efecto acaba siendo el mismo. </p>
<p>Pero los modelos formales de enseñanza que respetan las características del aprendizaje natural, como el <a href="http://revistas.innovacionumh.es/index.php?journal=investigacionactividadesacuatica&page=article&op=view&path%5B%5D=1426&path%5B%5D=471">método acuático comprensivo</a>, se organizan y estructuran a través de la combinación de determinadas progresiones metodológicas, y cuentan con algunas ventajas nada desdeñables: tienen el apoyo de la evidencia científica, lo que permite una mayor eficacia en el aprendizaje. Este método asegura no solo saber nadar, sino también comprenderlo para poderlo utilizar de forma continuada en el futuro.</p>
<h2>¿Qué estilo es el mejor para estar en forma?</h2>
<p>El estilo <strong>crol</strong> o estilo libre permite tener un ritmo de movimiento constante donde intervienen los grupos musculares relacionados con los dorsales, pectoral, deltoides, tríceps, bíceps, redondo mayor, trapecio, abdominales, glúteos, intercostales y cuádriceps. </p>
<p>En el estilo de <strong>espalda</strong>, con características similares al crol, intervienen parecidos grupos musculares. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/284306/original/file-20190716-173355-cazury.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/284306/original/file-20190716-173355-cazury.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/284306/original/file-20190716-173355-cazury.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=814&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/284306/original/file-20190716-173355-cazury.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=814&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/284306/original/file-20190716-173355-cazury.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=814&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/284306/original/file-20190716-173355-cazury.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1023&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/284306/original/file-20190716-173355-cazury.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1023&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/284306/original/file-20190716-173355-cazury.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1023&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/i9QWgoRAdxI">Efe Kurnaz / Unsplash</a></span>
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</figure>
<p>A diferencia del crol y la espalda, en el estilo <strong>braza</strong> existe un trabajo equilibrado entre brazos y piernas. En la brazada participan pectorales, bíceps, tríceps, deltoides, dorsal ancho, redondo mayor, trapecio, romboides. Mientras que en las piernas intervienen los glúteos, cuádriceps, isquios y gemelos. </p>
<p>En el estilo <strong>mariposa</strong> se desarrollan los bíceps, tríceps, dorsal ancho, pectoral, redondo mayor, deltoides, trapecio, pectoral, cuádriceps, glúteo mayor, tibial, gemelo, recto interno, aductor y suelo pélvico. </p>
<p>Respecto al consumo calórico, calculando en base a 20 minutos de práctica, es el estilo mariposa el que llega a las 400 calorías. Le siguen la braza (360 calorías) y el crol y espalda con 250 calorías. </p>
<h2>Recomendaciones para practicarlo</h2>
<p>En primer lugar, para evitar ahogamientos son necesarias, en algunos casos, las barreras al agua y la supervisión competente. Todos los lugares deben adaptarse por motivos de seguridad y gestión de riesgos tal y como lo hacen las instalaciones acuáticas. </p>
<p>Las masas de agua ilimitadas como los lagos también requieren plataformas superficiales, así como límites físicos para garantizar que no se exceda la separación segura entre docente y aprendiz. </p>
<p>Las playas requieren límites flotantes para contener a los practicantes, una ubicación estratégica del lugar para los cursos, a fin de evitar las corrientes fuertes y otros riesgos, y prestar atención a las mareas para asegurarse de no superar la profundidad segura. </p>
<p>El error más frecuente en la natación es pretender que, en los estilos crol y de espalda, el cuerpo vaya plano como una tabla de madera, como indican Navarro, Díaz y González en su libro <a href="https://books.google.es/books/about/C%C3%B3mo_nadar_bien.html?id=dPghlgEACAAJ&redir_esc=y"><em>Cómo nadar bien</em></a>. Si esto es así, se puede convertir en un riesgo para el hombro. Esto se corregiría si el cuerpo girara formando una X. </p>
<p>En cuanto a la braza, el error más común es nadar con las piernas hundidas, lo que frena el avance. Lo ideal es nadar lo más horizontal posible.</p>
<p>La recomendación es utilizar el estilo con el que uno se sienta más cómodo, y el crol parece ser el preferido. Para ello hay que tener un control previo de la respiración, por lo que se recomienda un proceso de aprendizaje en algún centro de enseñanza de la natación. Cuando ya se haya adquirido <a href="https://www.um.es/univefd/respira.pdf">el ritmo respiratorio</a> adecuado, se sugiere, entre otros consejos, nadar en línea recta, realizar un movimiento siempre constante de los brazos y piernas, contar las brazadas, intentar alargar la brazada y girar el cuerpo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/120268/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juan-Antonio A Moreno-Murcia recibe fondos del Ministerio de Educación </span></em></p>Es el deporte más practicado de España y ahora se beneficia de las buenas temperaturas y las vacaciones. Pero, ¿lo hacemos bien? ¿Aprovechamos al máximo los beneficios de este ejercicio?Juan-Antonio A Moreno-Murcia, Associate professor, Universidad Miguel HernándezLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1022392018-08-29T22:04:26Z2018-08-29T22:04:26ZNuevas maneras de vivir: Ejecutivos de día, campistas de noche<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/233882/original/file-20180828-86144-ylpn2u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C0%2C997%2C748&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La bandera pirata de Loïc ondea en la linde de su parcela.</span> <span class="attribution"><span class="source">Hélène Michel/DR</span></span></figcaption></figure><p>Son empresarios, investigadores o consultores. Tienen un hogar “real” con todas las “comodidades modernas”. Y sin embargo, deciden huir de ahí por un tiempo y establecerse, durante varios meses, en un campamento a pocos kilómetros de su casa. Por la mañana se levantan para ir a la oficina y por la tarde se desconectan cuando entran en su caravana o tienda de campaña. No quieren ser considerados turistas. Viven, por un tiempo, en los límites del sistema.</p>
<p>¿A qué responde esta nueva filosofía de búsqueda de la frugalidad, cuáles son sus etapas y rituales? Se trata de un nuevo enfoque sociológico que ve el camping como un lugar de escape a la vida profesional.</p>
<h2>Fase 1: De la solución de urgencia a la <em>micro-aventura</em></h2>
<p>A menudo comienza con un incidente, con un tropiezo con el modo de vida estándar o como respuesta a un entorno que funciona como una máquina. El recurso del camping aparece como una solución de emergencia.</p>
<p>Loïc vive con su pareja, tiene 50 años y es padre de tres hijos (ya adultos). Instaló su caravana frente a un lago en abril y vivirá allí hasta finales de septiembre; así lo lleva haciendo 15 años. Es ejecutivo en una empresa de ordenadores:</p>
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<p>“Hace 15 años vivía a 60 kilómetros. Solía ir y venir a trabajar todos los días. Ese verano, mis padres anunciaron que vendrían a pasar 15 días con nosotros. Yo estaba trabajando; y en ese apartamento, en verano, con el calor y tanta gente… vimos que no era posible acogerlos así. Entonces encontramos este campamento al lado de mi trabajo y nos juntamos todos a vivir en él”.</p>
</blockquote>
<p>Esta solución de emergencia se presenta a veces como una <a href="https://elpais.com/deportes/2017/05/12/adrenalina/1494613488_721972.html">forma de <em>microaventura</em></a>, una tendencia emergente de ocio.</p>
<p>Cuando el sueño de vivir una aventura alrededor del mundo se ve frustrado por el tiempo, el presupuesto o los impedimentos personales o laborales, la solución está en contemplar alternativas realistas, locales y económicas que mantengan en lo posible el deseo aventurero. Se trata, por ejemplo, de pasar las noches en un camping durante la semana y nadar en el río, todo ello mientras se respeta el horario de oficina y se cultiva la vida familiar.</p>
<p>Pueden ser planes plenamente rurales o en zonas urbanas que permitan, por ejemplo, <a href="https://www.chilowe.com/">remar por el Sena</a>. La compañía Red Bull, interesada en deportes de riesgo y alternativos, está trabajando sobre estas nuevas formas de vida. </p>
<p>Se trata de una “pequeña aventura factible, para gente normal con una vida real”, según dice <a href="https://www.alastairhumphreys.com/microadventures-landing/">Alastair Humphreys</a>, su promotor, entusiasmado con el proyecto.</p>
<p>Después, a medida que el ritmo se establece, la aventura crece… Lo explica Loïc desde su caravana:</p>
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<p>“El primer año fue de tres semanas en una tienda de campaña. El segundo año, cinco semanas. El tercer año, nos mudamos dentro del camping a un lugar mejor, más cerca del lago. Siempre en nuestra tienda, nos instalamos bajo un árbol. Nuestro gato estaba encantado de poder escalarlo a gusto. El cuarto año, cambiamos la tienda por una caravana y nos instalamos durante toda la temporada, que es de seis meses. Y ya hicimos eso cada año durante once. Tenemos nuestro verdadera residencia a 10 kilómetros del camping, pero continuamos pasando seis meses del año allí. »</p>
</blockquote>
<h2>Fase 2: Empezar un nuevo estilo de vida con sus rituales</h2>
<p>Es una forma de migración de ocio: usted decide dónde vivir según cómo se adapte a su tiempo libre y cómo organiza su trabajo desde allí. Vivir parte del año, o incluso todo el año, en un ambiente vacacional atrae a muchos nuevos habitantes a espacios privilegiados donde se integran los espacios para las obligaciones y para el ocio. </p>
<p>Se trata de una especie de migración por placer; una pausa en el modo de vida que lleva el resto del año, sin perder el ritmo profesional. Es una forma de vida alternativa que merece probarse.</p>
<p>Las características de esta migración son:</p>
<p><strong>La desconexión:</strong> Lo primero que se busca es una ruptura con un estilo de vida ajetreado y ultraconectado. En el campamento, se reduce la velocidad del día a día. Lo explica Loïc:</p>
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<p>"Cuando estás aquí, no tienes televisión, ni pantallas. Escuchamos un poco la radio latina, jugamos… Es la única época del año en que leo. Nos aporta serenidad, calma. Nos <em>desestresamos</em>. »</p>
</blockquote>
<p><strong>La vida salvaje:</strong> La presencia de un potente entorno natural como el mar, la montaña o un lago es la clave de esta desconexión. Tanto por la variedad de actividades saludables que permite (senderismo, natación, etc.) como por el beneficio que nos aporta el paisaje en sí y el contacto directo con la naturaleza:</p>
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<p>"Pregunto: ¿Qué os hace pensar que vivo diferente? Es por el bronceado, me dicen: ¿Vienes de vacaciones? Y respondo: No, vivo afuera”.</p>
</blockquote>
<p>Y el clima también es parte de la aventura:</p>
<blockquote>
<p>“Tiene que nevar para que abandonemos y volvamos a nuestra casa a pasar la noche… ¡y ni aun así! Un año, el 1 de mayo, nevó 15 centímetros al borde del agua. Ni nos movimos. Otro año, el agua del lago subió y nos inundó. Así que cambiamos de sitio el remolque… ¡y nos quedamos!”</p>
</blockquote>
<p><strong>La frugalidad:</strong> Al cambiar de hábitat, cambiamos nuestras costumbres y modos de vida. Cuando se vive en un camping, explica Loïc, se acaba por reducir nuestras necesidades materiales y adoptar un modo de vida más frugal:</p>
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<p>“Vivir en 12 m² es ir al grano. Todo está apretado. Tienes que limitarte. Ser minimalista. Eliges bien lo que te traes: tu ropa, tus libros. Pero, a cambio, la bañera es grande” bromea mostrando el lago.</p>
</blockquote>
<p><strong>Ambiente positivo:</strong> Vivir en un lugar de ocio o de vacaciones, cuando se trabaja, parece crear, por “porosidad”, un ambiente general positivo. Loïc lo explica así:</p>
<blockquote>
<p>“Toda la gente que se aloja en un camping está de vacaciones. Así que nosotros estamos de vacaciones. Hay un ambiente agradable, por la noche nos invitamos unos a otros a tomar aperitivos en grandes mesas. Pero al mismo tiempo yo estoy trabajando, así que no puedo participar en esas veladas todas las noches: les explico que me reservo esos momentos para los fines de semana. Por la noches, suelo ir a remar y a bañarme al lago, aunque tampoco todos los días”.</p>
</blockquote>
<p>La idea de <em>workation</em> (del inglés <em>work</em> -trabajo- y <em>vacation</em> -vacaciones-), algo así como <em>trabacaciones</em>, también se concibe según este principio de convivencia de tiempos y espacios de tareas y de ocio. Este modo de vida permite que los nómadas digitales se reúnan a modo de <em>coworking</em> en los lugares de vacaciones.</p>
<p><strong>Cambiar el centro de gravedad:</strong> No más conexiones, pocas tareas domésticas… Aquí se redefinen las prioridades y el tiempo se alarga:</p>
<blockquote>
<p>“Una vez que te instalas aquí, tiendes a hacer menos. Nos da pereza salir, tenemos que esforzarnos para hacerlo. Aquí nos aislamos del mundo.”</p>
</blockquote>
<h2>Fase 3: Coquetear con los límites del sistema </h2>
<p><strong>Entre estar a medias…</strong></p>
<p>Esta práctica desdibuja los límites entre el trabajo y el ocio, la vida cotidiana y las vacaciones. Es vivir en una zona intermedia, en el umbral, un lugar suspendido entre dos escenarios donde las reglas sociales habituales no se aplican y donde las relaciones sociales se basan en comunidades de carácter temporal pero con relaciones muy intensas. </p>
<p>Son lazos fuertes e inesperados que se deshacen con la vuelta a la vida normal. Cuenta Loïc:</p>
<blockquote>
<p>“Trabajo en un ambiente ejecutivo. Y ellos no entienden esto, no lo conciben. Lo del camping le parece primitivo… les parecemos dulces monstruos… hasta que vienen. Y entonces lo entienden. »</p>
</blockquote>
<p><strong>…Y dar el paso.</strong></p>
<p>Sobre su caravana, Loïc izó una bandera pirata con una calavera:</p>
<blockquote>
<p>"Era mi regalo del Día del Padre. Por esas fechas todo el mundo tenía banderas en el camping, insignias de su país porque se jugaba el Mundial de fútbol. Eso me cabreó y yo izé la bandera pirata. La piratería es un "modelo” de vida. Iguales, autogestionados, libres. Pero hay gente a la que no le gustaba, se asustaron y protestaron. Pero esa no era la idea, el escudo del cráneo y los huesos cruzados es una forma de recordar que puedes morir en cualquier momento: tienes que vivir, bien y ahora. Es una ideología. »</p>
</blockquote>
<p>Para él, este punto intermedio es el preludio de un cambio de vida más radical:</p>
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<p>“Esta podría ser mi forma de vida todo el tiempo. ¿Qué es lo siguiente? Estamos pensando en montar una casita aquí. O incluso vivir en comunidad. »</p>
</blockquote>
<p>Pero dar el salto a este modo de vida alternativo no es sencillo, ni desde el punto de vista social ni desde el punto de vista legal. Según Loïc:</p>
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<p>"El sistema no quiere que vivamos de manera libre. Los prejuicios, las leyes… todo va en contra: sólo se puede instalar una "casa pequeña” en una zona no edificable. Debes demostrar que puedes desmontarla y desplazarla cada tres meses, con fotos. Así que tienes que encontrar un agricultor que te alquile un campo, porque en los terrenos urbanizables no puedes hacerlo. En resumen, el sistema hace todo lo posible para evitar modos de vida alternativos. Tenemos que encontrar el resquicio legal…“.</p>
</blockquote>
<p>Pero entonces, estos ejecutivos campestres, ¿qué hacen durante las vacaciones? Una tesitura que riza el rizo… Pero explica Loïc:</p>
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<p>"Tenemos otra caravana más pequeña y con ella nos vamos de vacaciones a otro sitio, a otro camping, hacia el mar. Es muy gracioso cuando nos vamos del campamento y la gente nos dice: ¡Que paséis unas buenas vacaciones!”.</p>
</blockquote><img src="https://counter.theconversation.com/content/102239/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Tienen una vivienda, trabajo, hijos, responsabilidades… pero deciden instalarse a vivir en un camping, una experiencia alternativa para evadirse del estrés de la vida laboral en las ciudades.Hélène Michel, Professeur - Serious Games & Innovation Management, Grenoble École de Management (GEM)Dominique Kreziak, Maître de conférences en sciences de gestion, Université Savoie Mont BlancLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1012192018-08-23T14:36:10Z2018-08-23T14:36:10Z¿Quiere ahorrar en sus viajes? Piense como un economista<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/230923/original/file-20180807-7141-dtfv98.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un empleado cuenta rublos rusos en un banco.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://pictures.reuters.com/C.aspx?VP3=SearchResult&VBID=2C0BXZROH0G6N&SMLS=1&RW=1244&RH=746&POPUPPN=10&POPUPIID=2C0408WU92LV5&RW=1264&RH=744">Reuters/Ilya Naymushin</a></span></figcaption></figure><p>Un <a href="http://www2.unwto.org/publication/unwto-annual-report-2017">número récord</a> de turistas y viajantes de negocios visitaron otro país en 2017, y este año <a href="http://media.unwto.org/press-release/2018-06-25/international-tourism-exceeds-expectations-first-months-2018">va camino</a> de superar ese cálculo. </p>
<p>Cuando viaja al extranjero, algo que necesita de seguro, además de un pasaporte, es moneda local; es decir, euros en Europa, yenes en Japón o rublos en Rusia. En el pasado, los viajeros por lo regular <a href="https://www.smartertravel.com/2017/06/19/atms-abroad-travelers-need-know/">retiraban la cantidad que necesitaban de un cajero automático</a> en el país que estaban visitando, o solo usando una tarjeta de crédito, de manera que su banco calcula el costo en la moneda local a la tasa aproximada del mercado. Por lo general, también hay un cargo por realizar transacciones en el extranjero. </p>
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Read more:
<a href="https://theconversation.com/save-money-when-traveling-abroad-by-thinking-like-an-economist-100860">Save money when traveling abroad by thinking like an economist</a>
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<p>Sin embargo, cada vez más, los minoristas, restaurantes y cajeros automáticos ofrecen a los viajeros la opción de pagar o retirar dinero en términos convertidos de inmediato en su moneda local. <a href="https://seekingalpha.com/article/3651246-aci-worldwides-aciw-ceo-phil-heasley-q3-2015-results-earnings-call-transcript?part=single">Las compañías</a> <a href="https://seekingalpha.com/article/3971480-planet-payments-plpm-ceo-carl-williams-q1-2016-results-earnings-call-transcript?part=single">que ofrecen</a> el <a href="https://seekingalpha.com/article/3969132-cardtronics-catm-ceo-steven-rathgaber-q1-2016-results-earnings-call-transcript?part=single">servicio</a> le llaman “<a href="http://www.monexfs.com/solutions/dynamic-currency-conversion/">conversión dinámica de moneda</a>”. Por ejemplo, un turista estadounidense que viaja a París puede usar su tarjeta de crédito para pagar una comida lujosa en un bistro francés en dólares estadounidenses, en lugar de euros. </p>
<p>Esto pudiera parecer inocuo – y hasta conveniente – pero aceptar el uso de su moneda local en un país extranjero pudiera aumentar significativamente el costo de cada compra. Pensar un poco más con la mente de un economista puede ayudarlo a evitar este error y ahorrar mucho dinero.</p>
<h2>Aumento en el turismo</h2>
<p>Hace un siglo, los <a href="https://theconversation.com/longing-for-the-golden-age-of-air-travel-be-careful-what-you-wish-for-34177">viajes internacionales eran solo para los ricos</a>. En nuestros días, casi cualquier persona de un país industrializado puede viajar por el mundo con su presupuesto. </p>
<p>Aunque las personas <a href="http://time.com/money/3992929/airline-complaints-airfare-service/">se quejan por lo regular</a> de las “altas” tarifas aéreas, el costo real de volar nunca ha sido <a href="https://www.theatlantic.com/business/archive/2013/02/how-airline-ticket-prices-fell-50-in-30-years-and-why-nobody-noticed/273506/">menos caro</a> – este es la mitad de lo que era a principios de los años 80 – o <a href="http://www.travelandleisure.com/articles/why-airplanes-are-safe">más seguro</a>.</p>
<p>Y esa es la razón por la cual un récord de <a href="http://media.unwto.org/press-release/2017-07-14/strong-tourism-results-first-part-2017">1,24 mil millones de personas</a> viajaron a otros países en el 2016. Por supuesto, las empresas financieras han tratado de sacar provecho de todas estas travesías creando cada vez más formas de desprender a los viajeros del dinero que ganaron trabajando duro.</p>
<h2>Las compras en el extranjero</h2>
<p>Los turistas dependen de tarjetas de crédito, débito o de cajeros automáticos para pagar hoteles, comidas en restaurantes y baratijas como souvenir. </p>
<p>Una compleja red informática internacional comprueba si la tarjeta es válida para la transacción y transfiere el dinero. Por lo regular, para aceptar este tipo de pagos, los bancos y las compañías de tarjetas de crédito han cobrado a los clientes un <a href="https://www.nerdwallet.com/blog/banking/debit-card-foreign-transaction-international-atm-fees/">cargo por la realización de una transacción en el extranjero</a>.</p>
<p>Sin embargo, ahora los bancos ofrecen más tarjetas <a href="https://www.nerdwallet.com/blog/top-credit-cards/no-foreign-transaction-fee-credit-card/">sin cargos por transacciones en el extranjero</a>. Al mismo tiempo, “cajeros automáticos gratuitos” <a href="https://www.ricksteves.com/travel-tips/money/cash-machine-atm-tips">aparecen</a> por todo el mundo que no cobran tarifas de transacción locales (aunque su propio banco sí puede hacerlo).</p>
<p>Entonces, ¿cómo cubren los bancos los costos de estas transacciones si dejan cada vez más que los consumidores utilicen el sistema de forma gratuita? Una forma de hacerlo es ofrecer la opción de pagar en la moneda local del usuario. <a href="https://www.americanbanker.com/opinion/stop-gouging-travelers-with-dynamic-currency-conversion">Incluso algunos banqueros</a> advierten a los consumidores para que <a href="https://www.ricksteves.com/travel-tips/money/card-fees">no hagan esto</a> porque la tasa de cambio utilizada es mucho peor que la que le ofrecería su banco.</p>
<p>Por ejemplo, supongamos que usted es un español que visita Nueva York y compra ropa en una tienda. Después de encontrar en la tienda el suéter que desea para su mamá, va al cajero a pagar la factura de US$50 (impuestos incluidos). Después de deslizar su tarjeta de crédito española (que no tiene cargos por transacciones en el extranjero), el cajero le pregunta si desearía pagar en euros en lugar de hacerlo en dólares. </p>
<p>Si usted escoge pagar el precio en dólares, su banco convertiría el precio en euros a la tasa de mercado, 43€ en este momento. Sin embargo, si elige pagar en euros, la conversión de moneda incluye una tarifa por concesión, que puede ser de hasta 10 puntos porcentuales. De manera que usted podría terminar pagando unos 47€. </p>
<p>Lo mismo sucede con los cajeros automáticos. El año pasado, estaba en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, y necesitaba algunas libras esterlinas. En los viejos tiempos, un cajero automático simplemente ofrecía algunas opciones de denominación, emitía dinero y mi banco en casa eventualmente <a href="http://www.xe.com/currencycharts/?from=GBP&to=USD&view=1Y">calculaba</a> el costo en dólares estadounidenses. </p>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/180120/original/file-20170728-23754-14bf0wd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/180120/original/file-20170728-23754-14bf0wd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=555&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/180120/original/file-20170728-23754-14bf0wd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=555&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/180120/original/file-20170728-23754-14bf0wd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=555&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/180120/original/file-20170728-23754-14bf0wd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=698&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/180120/original/file-20170728-23754-14bf0wd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=698&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/180120/original/file-20170728-23754-14bf0wd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=698&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un cajero automático en el aeropuerto de Heathrow me ofreció cargar mi cuenta bancaria en dólares estadounidenses en lugar de las libras esterlinas que estaba retirando. La tasa que cobró habría sido de $1.42 por libra, o 14 centavos por encima de la tasa del mercado ese día.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Jay Zagorsky</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>En cambio, el cajero automático del aeropuerto me preguntó si quería mantener el tipo de cambio y saber exactamente cuántos dólares debitarían de mi cuenta bancaria. </p>
<p>Yo quería 100 libras esterlinas y probé dos cajeros automáticos diferentes. La tasa de cambio ofrecida en dólares varió de casi 4 por ciento a 10 por ciento más de lo que cobraba mi banco (o aproximadamente de $134 a $142). Rechacé ambas ofertas, realicé la transacción en la moneda local y terminé con un cargo total de solo $129 de mi banco.</p>
<p>He observado a numerosos viajeros internacionales cuando eligieron esta opción, como una familia italiana que discutió sobre esto en el próximo cajero automático, y la mayoría eligió la conversión dinámica en sus propias monedas.</p>
<p>Entonces, ¿por qué los viajeros pagan más al aceptar un tipo de cambio peor cuando simplemente pueden decir que no? </p>
<h2>Cómo ahorrar dinero en el extranjero</h2>
<p>Cuando se enfrente a un cajero automático o una máquina de tarjetas de crédito que le pregunta si desea la conversión a su moneda local, le recomiendo que la rechace, en especial, si se toma el trabajo de cerciorarse de que tiene una tarjeta o <a href="https://thepointsguy.com/2014/02/the-top-11-checking-accounts-for-avoiding-foreign-atm-fees/">banco sin cargos adicionales por el cambio</a>. Incluso si no tiene una, y su tarjeta de débito le cobra un cargo, en la mayoría de los casos tiene sentido usar la moneda local.</p>
<p>Por supuesto, la excepción a esta regla es si su banco o tarjeta de crédito cobra una tasa fija de cambio muy alta y usted solo necesita un poco de dinero. Si este es su caso, decir sí podría ahorrarle dinero, aun si obtiene un tipo de cambio bajo.</p>
<p>Lo más importante es que lo piense bien. Resístase ante su inclinación natural a decir que sí solo porque lo hace sentir más cómodo. No se deje engañar cuando se le pregunte si desea completar la transacción usando su moneda local. El uso de la moneda local puede ahorrarle dinero, por lo que su próximo viaje al extranjero será menos costoso.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/101219/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jay L. Zagorsky no trabaja para ninguna compañía u organización que se beneficie de este artículo; tampoco consulta ni posee acciones ni recibe fondos por ese concepto; y no ha divulgado afiliaciones relevantes más allá de su posición académica.</span></em></p>Cada vez más se les pregunta a los viajeros globales si desean pagar compras locales en la moneda de su país de origen. He aquí por qué debe resistirse a la tentación de hacerlo.Jay L. Zagorsky, Adjunct associate professor, Boston UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1007772018-07-30T22:12:39Z2018-07-30T22:12:39ZNómadas digitales: el reto de trabajar mientras se viaja por el mundo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/229811/original/file-20180730-106496-a4ow3v.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2995%2C1859&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-woman-using-laptop-computer-on-621541643?src=1HpqedDOMQtB-ocuVIRRVg-1-15"> Olesya Kuznetsova/ Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La expresión “nómada digital” hace referencia al <a href="https://www.telegraph.co.uk/news/features/11597145/Living-and-working-in-paradise-the-rise-of-the-digital-nomad.html">colectivo de los <em>millennials</em></a> que escapan de la rutina para viajar por el mundo y trabajar en playas remotas desde sus portátiles. Cada cierto tiempo, las estadísticas se repiten al alza: “En 2035 habrá <a href="https://levels.io/future-of-digital-nomads/">mil millones de nómadas digitales</a>”, anuncian los titulares.</p>
<p>Como antropólogo, comencé a investigar sobre el nomadismo digital en 2015. Tardé tres años desarrollar una interpretación de lo que podía estar pasando tras ese concepto. Por ahora, no hay estadísticas fiables. Y hasta que despeguen nuevos sistemas de medición, como el <a href="https://e-estonia.com/digital-nomads-visa-shape-urban-employment/">visado nómada digital de Estonia</a> (una vía fácil para que las personas vivan y trabajen en Estonia durante un año), nadie puede ofrecerlas. Pero he conocido a cientos de personas que se consideran nómadas digitales y muchas más que han soñado con serlo.</p>
<p>Lo primero que aprendí durante la investigación es que la sensación que las personas tienen con respecto a la etiqueta “nómada digital” va cambiando con el tiempo. Los que comienzan suelen creer que es un estilo de vida permanente, pero rara vez es así. Un participante en mi investigación me dijo: “Fui a una conferencia, abracé esta filosofía y me fui a Tailandia. Pero no voy por ahí diciendo que ahora soy nómada digital, es un poco hortera”.</p>
<p>De hecho, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/21931674.2016.1229930">todavía existe el debate</a> sobre si es un término de moda o un fenómeno real. Algunas personas incluso han <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/11745398.2017.1358098">tratado de definir</a> cuán <em>auténticos</em> son los nómadas digitales, dependiendo de cuánto se desplacen de un lugar a otro. Los foros, como Reddit, acogen <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/11745398.2017.1358098">debates acalorados</a> sobre quién es un auténtico nómada digital y quién no es más que un “pesado dándose bombo”.</p>
<h2>Escapar de la rutina</h2>
<p>La mayoría de los nómadas digitales con los que hablé, que alguna vez tuvieron trabajos estáticos, me dijeron que estaban escapando de los problemas asociados al trabajo occidental contemporáneo. Un desencadenante común es el económico: uno de mis encuestados, Zeb, tenía tres empleos en distintos restaurantes para pagarse el alquiler en San Francisco. La ciudad absorbía su tiempo y su dinero, lo que le impedía llevar a cabo a sus planes de vender productos reciclados por Internet. Pero al cambiar la carísima vida en California por el asequible Sudeste Asiático pudo lanzar su propio negocio.</p>
<p>Aún más común es el rechazo a las culturas laborales tóxicas. Lissette, una traductora profesional de Hamburgo (Alemania), es capaz de sacar adelante un trabajo de gran calidad con rapidez. Pero se cansó de la cultura del acoso sutil y del <em>presentismo</em> en el puesto de trabajo. Según me explicó: «Soy eficiente, me gusta hacer mi trabajo y salir a mi hora. Evidentemente, otros empleados tenían miedo de irse los primeros, así que se quedaban sentados en sus mesas mirando Facebook».</p>
<p>El activista y antropólogo David Graeber acuñó la expresión “<a href="http://strikemag.org/bullshit-jobs/">trabajo basura</a>” para referirse a los trabajos inútiles: parece que acertó con esa denominación, porque que <a href="https://yougov.co.uk/news/2015/08/12/british-jobs-meaningless/">cerca del 40 % de los adultos británicos</a> cree que su trabajo no tiene sentido. El concepto podría ampliarse para incluir los <a href="https://www.resolutionfoundation.org/media/press-releases/up-to-a-third-of-millennials-face-renting-from-cradle-to-grave/">alojamientos basura</a> (de poca calidad y muy caros), o los empleos basura, aquellos que <a href="https://theconversation.com/young-people-are-leading-a-growing-movement-against-low-pay-and-precarious-work-97202">no proporcionan a los jóvenes</a> salarios con los que mantenerse. Frente a estos desafíos, no sorprende que los recién llegados al mundo laboral ya estén desesperados por escapar de él.</p>
<h2>Jefe de mí mismo S.A</h2>
<p>Sin embargo, vivir como ciudadano del mundo genera <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2018/jun/18/digital-nomad-homeless-tech-work">ciertas complicaciones</a>. Como me explicó Lissette: “Los nómadas digitales suelen volverse solitarios o irresponsables”.</p>
<p>Los nómadas digitales deben asumir que la responsabilidad sobre casi todos los aspectos de la vida moderna es suya: <a href="https://www.simplypsychology.org/maslow.html">la salud mental, la rutina, los ingresos, la seguridad y la vivienda</a>. La mayoría de los nómadas digitales viajan con visados de turista, lo que les obliga a levar anclas y mudarse con frecuencia, una experiencia que los participantes en mi investigación han descrito como desorientadora.</p>
<p>Además de todo esto, muchos nómadas digitales dirigen su propia empresa y se enfrentan a la necesidad de crear marcas personales distintivas. Muchas veces no pueden acudir de forma presencial a reuniones o presentaciones, por lo que necesitan una estrategia de <em>marketing</em> digital que les haga destacar y ganar clientes.</p>
<p>Los trabajadores se ven obligados a considerarse “<a href="https://www.fastcompany.com/28905/brand-called-you">Jefe de mí mismo S.A.</a>”: convertirse en una marca exclusiva, tener una estrategia de <em>marketing</em> y habilidades comerciales. Muchas veces tienen que hacer su propio diseño gráfico, la redacción y el diseño de su web. La antropóloga Iliana Gershon estudió las <a href="https://anthrosource.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/plar.12075">marcas personales en Silicon Valley</a> y descubrió que muchos trabajadores se veían obligados a desarrollar estas habilidades simplemente para conseguir un trabajo en una oficina de corte tradicional. Por tanto, los nómadas digitales están llevando esta imposición a un nuevo ámbito.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/229812/original/file-20180730-106517-egd7r8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/229812/original/file-20180730-106517-egd7r8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/229812/original/file-20180730-106517-egd7r8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/229812/original/file-20180730-106517-egd7r8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/229812/original/file-20180730-106517-egd7r8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/229812/original/file-20180730-106517-egd7r8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/229812/original/file-20180730-106517-egd7r8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/sXeV4NySLWc">Ashim D’Silva / Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>¿Son felices?</h2>
<p>Para esos nómadas digitales vender su estilo de vida también forma parte del trabajo. Y muchos acaban dedicando buena parte de su esfuerzo laboral a proyectar en Internet una imagen estable y feliz. Lissette lo explicaba así:</p>
<blockquote>
<p>“Tengo la necesidad de que, cuando mi tía mire Instagram, vea que aquí, en la playa, todo es muy feliz. Obviamente, mi identidad digital siempre parece más feliz que mi vida”.</p>
</blockquote>
<p>La mayoría de los participantes de la investigación han lamentado en algún momento haber perdido algunas de las características del sedentarismo laboral: las charlas junto a la máquina de café, los horarios estables, las fiestas al salir del trabajo. Extrañan algunas de las cosas de las que están escapando.</p>
<p>No es de extrañar que los blogs y los artículos dirigidos a los nómadas digitales se obsesionen con temas recurrentes como la <a href="https://www.forbes.com/sites/kaviguppta/2015/02/25/digital-nomads-are-redefining-what-it-means-to-be-productive/">productividad</a>, la <a href="http://www.makingitanywhere.com/digital-nomad-skills/">resiliencia</a>, el pensamiento positivo, la focalización y el <em>mindfulness</em>. Pero la otra faceta de esta incesante necesidad de positividad es el <a href="https://hackernoon.com/i-went-full-nomad-and-it-almost-broke-me-2a02c5e8f138">agotamiento</a>. Como me dijo un participante en mi investigación, “es muy fácil perderse en un mar de alternativas”.</p>
<p>Como explica el empresario <a href="https://hackernoon.com/i-went-full-nomad-and-it-almost-broke-me-2a02c5e8f138">Sam Applebee</a>, el agotamiento llega sigilosamente, mientras que la conciencia de uno mismo y la capacidad de superación se deterioran. Muchos nómadas que entrevisté acabaron haciendo las maletas y volviendo a casa sin decírselo a nadie. Otros se vuelven a casa con intención de volver a la carretera, pero no lo hacen.</p>
<p>El nomadismo digital puede ser gratificante y ofrecer una vía alternativa a la monótona vida sedentaria de la oficina. Pero es importante que los aspirantes a nómadas digitales reflexionen sobre la importancia del entorno, de las redes familiares y sociales, y de su salud mental. La libertad no significa lo mismo para todo el mundo.</p>
<p><em>Algunos nombres propios citados en este artículo se han cambiado para proteger su anonimato</em>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/100777/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Dave Cook no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Qué desafíos conlleva ser un nómada digital? ¿Cómo afecta a nuestra libertad?Dave Cook, PhD Researcher, Anthropology, UCLLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.