¿Se imagina encontrarse un día, de paseo por su barrio, a decenas de niños y niñas acompañados de estudiantes universitarios en la búsqueda del latido sonoro de sus calles y plazas? Las acciones de escucha e intervención sonora son fuente de recursos auditivos y visuales. Las piezas resultantes pueden exhibirse en un espacio expositivo.
Durante los últimos cuatro años, en el barrio desfavorecido de Nou Llevant-Soledad Sud de Palma de Mallorca, resultado de la expansión urbana de la ciudad, el alumnado de primaria y algunos vecinos hicieron suyo el espacio público, jugando con el arte como recurso didáctico.
Los estudiantes aprendieron multitud de posibilidades y técnicas de expresión artística al tiempo que incidieron en su entorno y desarrollaron una visión crítica sobre él.
Aprender fuera del aula
Nuestro barrio nos ofrece una fuente de recursos valiosa para crear y consolidar espacios de aprendizaje, reflexión y debate. Podemos indagar, aprender y desarrollar nuestras competencias, potenciar el pensamiento crítico. En definitiva, ser ciudadanos participativos en el territorio que habitamos.
Salir fuera del aula y ocupar el espacio público como un espacio de aprendizaje facilita la creación de alianzas entre el contexto escolar y social, a la vez que nos permite la creación de vínculos comunitarios.
En particular, las experiencias con el arte, a través de procesos creativos colaborativos, pueden ayudar a construir una red social que fortalezca el tejido educativo y cultural del barrio.
Este es el supuesto del que parte nuestro proyecto Re–Habitar el Barrio: Procesos de Transformación y Empoderamiento entre Universidad-Escuela-Sociedad a través de Prácticas Artísticas.

Alianzas entre universidad, escuela y comunidad
Diseñamos un programa artístico basado en el trabajo conjunto entre universidad, escuela y sociedad con el propósito de crear vínculos que promuevan la transformación social y el empoderamiento ciudadano.
El programa, titulado Mi barrio, mi escuela consta de 29 acciones artístico–pedagógicas realizadas por alumnado universitario, alumnado de primaria, profesores, familias, habitantes e instituciones del barrio, junto a docentes, expertos y artistas invitados.
Contexto y aprendizaje significativo
Es importante valorar la riqueza de nuestro entorno desde todas sus vertientes. Para ello las prácticas artísticas nos facilitan la aproximación al contexto del barrio.
El material pedagógico de cada una de las acciones lo brinda el propio barrio, lo que nos permite realizar un aprendizaje in situ. Los enfoques fueron variados y de esta manera pudimos partir de las experiencias de la vida diaria.
Desde diferentes miradas y desde diferentes abordajes exploramos el espacio común que compartimos y habitamos: desde la música, las artes plásticas y visuales, la poesía, el teatro, la cerámica, las nuevas tecnologías, la robótica, la sociología, la arquitectura…
Algunos ejemplos:
Desde la poesía y la música
Desde la performance y el relato fotográfico
Desde la cerámica y la arquitectura
El papel transformador del arte
El conocimiento del barrio a través de las prácticas artísticas e innovadoras contribuye a la transformación social y al empoderamiento ciudadano.
Al actuar desde nuestro entorno próximo, desde lo local, tanto los estudiantes como el resto de participantes pasan a provocar cambios de manera directa. La educación en general, y en particular las prácticas artísticas, a través de intervenciones pedagógicas, constituyen un potente motor para la transformación social.


El aprendizaje se hace así de manera dinámica y los participantes se hacen más conscientes de la realidad que les rodea; entienden que pueden y deben actuar a favor de las necesidades detectadas con el propósito de avanzar hacia una transformación social.
Valoramos resultados y aprendemos juntos
Tras la implementación del programa, se evaluó su impacto en el ámbito educativo, artístico, social y cultural. Las diversas acciones artístico–pedagógicas nos han permitido:
La creación de vínculos en comunidad y la aproximación al barrio.
La exploración y ocupación del espacio público.
La apropiación del contexto por parte de los participantes.
Enfrentarnos a un proceso creativo nos ha posibilitado apropiarnos tanto del proceso como del resultado de lo acontecido, lo hemos sentido como propio, hemos descubierto la sencillez de lo cotidiano.
Pertenencia y participación
Por ejemplo, en la acción Imaginario audiovisual del barrio se recoge el pasado y presente del barrio, así como el deseo de futuro por parte de los niños que lo habitan.
La inmersión en el barrio, comprendido como espacio público, común y de convergencia, ha permitido desarrollar en sus habitantes el sentimiento de pertenencia, al identificar realidades compartidas y posicionarse como voces legitimadas en el futuro del espacio en el que viven.