La incorporación de los principios de impacto social, medioambiental y de gobierno (modelo ESG) a la estructura empresarial obliga a emplear nuevos métodos de gestión y de operaciones.
El comercio del futuro será un híbrido entre lo digital y lo presencial; la experiencia de compra cobrará importancia, aunque haya menos contacto con el producto y las transacciones sean electrónicas.