Este año pasará a la historia para los palmeros, que han convivido tres meses con los terremotos, la lava, los gases y las cenizas emitidas durante una erupción que, afortunadamente, ha terminado.
Se cumple medio siglo de la hasta hace poco última erupción terrestre en España: la del volcán Teneguía, en La Palma. El experto en Mineralogía y Petrología Eumenio Ancochea nos cuenta cómo la vivió y las diferencias con la actual.
Algunas de las imágenes más impresionantes llegadas estos días de La Palma muestran impresionantes descargas eléctricas en la nube de ceniza sobre el volcán. ¿Por qué se producen? ¿son peligrosas?
Para continuar con la actividad laboral tras la erupción es necesario considerar los aspectos atemporales de la prevención de riesgos laborales, así como los mayores riesgos teóricos.
La forma en que un volcán expulsa lava, fragmentos de roca y gases no solo depende de las propiedades del magma, también de dónde se produzca su salida.
Lo más probable es que la superficie cubierta por la lava sea declaradas zona protegida al convertirse en patrimonio geológico, de forma que sus antiguos habitantes deberán ser reubicados.
Las erupciones del nuevo volcán de La Palma no dejan indiferente a la salud ocular. Tanto los gases como las cenizas pueden producir irritación, conjuntivitis e incluso úlceras en los ojos.
Raquel Esteban, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea et María Teresa Gómez Sagasti, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
La recuperación de la vegetación y de la agricultura en los suelos volcánicos de nueva formación llevará tiempo, pero llegará.
La lava del volcán ya ha llegado al mar. Y ahora, ¿qué? No se puede prever cuánto durará la erupción o cómo se comportará. Sin embargo, los eventos históricos pueden darnos algunas pistas.
Las investigaciones aportan ya mucha información sobre vulcanismo, pero aún existen cuestiones por resolver que ayudarían a predecir mejor el comienzo y final de estos fenómenos geológicos.
Joan Martí Molist, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Cuando la erupción de La Palma acabe, la reconstrucción de las infraestructuras viarias y las líneas de luz y agua serán las primeras tareas. Sin embargo, los cultivos tendrá que esperar.
La actividad volcánica puede resultar una importante fuente de contaminación del agua. Esto limita el abastecimiento de agua potable para seres humanos y animales.
La monitorización de parámetros geofísicos, geodésicos y geoquímicos hace posible alertar de la inminencia de una posible erupción y estimar en qué zona podría llegar a producirse.
Ante una catástrofe como la de La Palma, las reacciones de las personas afectadas pueden ser muy diversas, pero todas normales. En estos eventos, la psicología de emergencia es fundamental.
Investigadora del proyecto "Comunicación Científica y Divulgación en la Transferencia del Conocimiento en la Universidad", Universidad Complutense de Madrid