tag:theconversation.com,2011:/fr/topics/habitos-86917/articleshábitos – The Conversation2023-12-14T12:27:34Ztag:theconversation.com,2011:article/2198732023-12-14T12:27:34Z2023-12-14T12:27:34Z¿La mejor manera de cumplir un propósito de Año Nuevo? Haga un “propósito de año viejo”<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/565521/original/file-20211220-15-zf40ri.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C14%2C4815%2C3188&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Una pintura con colores oscuros y dorados muestra a María y José en el pesebre con el niño Jesús.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/photo/this-year-i-will-text-on-a-vintage-typewriter-royalty-free-image/958919128?adppopup=true">Nora Carol Photography/Getty Images</a></span></figcaption></figure><p>Si ha hecho un propósito de Año Nuevo, es probable que su plan de superación personal se ponga en marcha el 1 de enero, cuando se le pasa la resaca y empieza en serio la búsqueda de un “nuevo yo”.</p>
<p>Pero si las investigaciones sobre el cambio de hábitos sirven de indicación, <a href="https://doi.org/10.1371/journal.pone.0234097">sólo la mitad</a> de los propósitos de Año Nuevo tienen probabilidades de superar el mes de enero, y mucho menos de durar toda la vida. </p>
<p>Como expertos en <a href="https://scholar.google.com/citations?user=yrmBP5AAAAAJ&hl=en">psicología positiva</a> y <a href="https://scholar.google.com/citations?user=QrpiSzEAAAAJ&hl=en">literatura</a>, recomendamos un enfoque poco convencional pero más prometedor. </p>
<p>Lo llamamos el “propósito de año viejo”. </p>
<p>Combina ideas de psicólogos y del primer gurú de la superación personal de Estados Unidos, Benjamin Franklin, que fue pionero en un modelo de cambio de hábitos muy adelantado a su tiempo.</p>
<p>Con el enfoque del “año viejo”, quizá pueda eludir los inevitables retos que conllevan los propósitos tradicionales de Año Nuevo y lograr cambios positivos y duraderos.</p>
<h2><strong>Un periodo para practicar y fracasar</strong></h2>
<p><a href="https://doi.org/10.1159/000324861">Las investigaciones han puesto de relieve</a> dos posibles escollos de los propósitos de Año Nuevo. </p>
<p>En primer lugar, si le falta confianza para invertir en un esfuerzo en toda regla, no conseguir el objetivo puede convertirse en una profecía autocumplida. Además, si mantiene el cambio pero percibe el progreso como inaceptablemente lento o inadecuado, puede abandonar el esfuerzo.</p>
<p>Los propósitos de año nuevo son diferentes. En lugar de esperar hasta enero para empezar a intentar cambiar tu vida, haces un simulacro antes de que empiece el Año Nuevo. </p>
<p>¿Cómo funciona?</p>
<p>Primero, identifica un cambio que quieras hacer en tu vida. ¿Quieres comer mejor? ¿Moverte más? ¿Ahorrar más? Ahora, a pocos días del 1 de enero, empiece a vivir de acuerdo con su compromiso. Haz un seguimiento de tus progresos. Puede que tropieces de vez en cuando, pero esto es lo que hay: sólo estás practicando. </p>
<p>Si alguna vez has ensayado para una obra de teatro o has jugado partidos de entrenamiento, habrás utilizado este tipo de práctica de bajo riesgo para prepararte para la realidad. Estas experiencias nos dan permiso para fracasar.</p>
<p>La psicóloga <a href="https://www.penguinrandomhouse.com/books/44330/mindset-by-carol-s-dweck-phd/">Carol Dweck</a> y sus colegas <a href="https://doi.org/10.1080/00461520.2012.722805">han demostrado</a> que cuando las personas ven el fracaso como el resultado natural de esforzarse por conseguir algo desafiante, es más probable que persistan hasta alcanzar el objetivo. </p>
<p>Sin embargo, si la gente percibe el fracaso como una señal definitiva de que no es capaz -o ni siquiera merecedora- de alcanzar el éxito, el fracaso puede llevar a la rendición. </p>
<p>Si uno llega a convencerse de que no puede alcanzar un objetivo, puede producirse algo llamado “<a href="https://ppc.sas.upenn.edu/sites/default/files/lhtheoryevidence.pdf">indefensión aprendida</a>”, lo que significa que es probable que abandone el empeño por completo.</p>
<p>Muchos de nosotros, sin querer, nos abocamos al fracaso con nuestros propósitos de Año Nuevo. El 1 de enero, nos lanzamos a un nuevo estilo de vida y, como era de esperar, resbalamos, caemos, volvemos a resbalar… y al final nunca nos levantamos. </p>
<p>Los propósitos de año nuevo nos quitan presión. Te da permiso para fracasar e incluso para aprender del fracaso. Poco a poco se va ganando confianza y los fracasos son menos importantes, ya que ocurren antes de la “fecha de inicio” oficial del propósito.</p>
<p>Un jardinero desherbando un arriate cada vez</p>
<p>Mucho antes de convertirse en uno de los mayores triunfadores de Estados Unidos, Franklin ideó un método que le ayudó a superar los inevitables fracasos de la vida, y que podría ayudarle a dominar sus propósitos de año viejo.</p>
<p>Cuando aún era joven, Franklin ideó lo que llamó su “audaz y arduo proyecto de alcanzar la perfección moral”. Con una confianza encantadora, se propuso dominar 13 virtudes, entre ellas la templanza, la frugalidad, la castidad, la industria, el orden y la humildad.</p>
<p>En un movimiento típicamente Frankliniano, aplicó un poco de estrategia a sus esfuerzos, concentrándose en una virtud a la vez. Comparó este enfoque con el de un jardinero que “no intenta erradicar todas las malas hierbas a la vez, lo que excedería su alcance y sus fuerzas, sino que trabaja en uno de los macizos cada vez”. </p>
<p><a href="https://www.gutenberg.org/files/20203/20203-h/20203-h.htm">En su autobiografía</a>, donde describió este proyecto en detalle, Franklin no dijo que vinculaba su proyecto a un nuevo año. Tampoco se dio por vencido cuando resbaló una vez - o más de una vez.</p>
<p>“Me sorprendió encontrarme mucho más lleno de defectos de lo que había imaginado, pero tuve la satisfacción de verlos disminuir”, escribió Franklin.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/438272/original/file-20211217-21-1qce054.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Página abierta de un libro antiguo." src="https://images.theconversation.com/files/438272/original/file-20211217-21-1qce054.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/438272/original/file-20211217-21-1qce054.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=766&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/438272/original/file-20211217-21-1qce054.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=766&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/438272/original/file-20211217-21-1qce054.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=766&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/438272/original/file-20211217-21-1qce054.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=962&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/438272/original/file-20211217-21-1qce054.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=962&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/438272/original/file-20211217-21-1qce054.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=962&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Benjamin Franklin anotó sus meteduras de pata a lo largo de una semana.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://hdl.huntington.org/digital/collection/p15150coll7/id/107">The Huntington Library, Art Museum, and Botanical Gardens</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Dejó constancia de sus progresos en un libro, donde anotaba sus deslices. <a href="https://hdl.huntington.org/digital/collection/p15150coll7/id/107">Una página</a> -quizá sólo un ejemplo hipotético- muestra 16 de ellas relacionadas con la “templanza” en una sola semana. (En lugar de marcar los fallos, recomendamos registrar los éxitos, en línea con <a href="https://time.com/5756833/better-control-emotions-better-habits/">el trabajo del experto en hábitos B.J. Fogg</a>, cuyas investigaciones sugieren que celebrar las victorias ayuda a impulsar el cambio de hábitos).</p>
<p>Los fracasos repetidos podrían desanimar a alguien lo suficiente como para abandonar el empeño. Pero Franklin continuó durante años. Para Franklin, todo era cuestión de perspectiva: Este esfuerzo por mejorar era un “proyecto”, y los proyectos llevan tiempo. </p>
<h2>‘Un hombre mejor y más feliz’</h2>
<p>Muchos años después, Franklin <a href="https://www.gutenberg.org/files/20203/20203-h/20203-h.htm">admitió que nunca fue perfecto</a>, a pesar de sus mejores esfuerzos. Sin embargo, vale la pena recordar su evaluación final: </p>
<blockquote>
<p>“Pero, en general, aunque nunca llegué a la perfección que tanto ansiaba, sino que me quedé muy lejos de ella, fui, por el esfuerzo, un hombre mejor y más feliz de lo que habría sido si no lo hubiera intentado”. </p>
</blockquote>
<p>Tratar la superación personal como un proyecto sin plazos rígidos funcionó para Franklin. De hecho, su plan probablemente le ayudó <a href="https://www.history.com/topics/american-revolution/benjamin-franklin">a tener un gran éxito en los negocios, la ciencia y la política</a>. Y lo que es más importante, también encontró una inmensa satisfacción personal en el empeño: “Este pequeño artificio, con la bendición de Dios”, <a href="https://www.gutenberg.org/files/20203/20203-h/20203-h.htm">escribió</a>, fue la clave de “la constante felicidad de su vida, hasta sus 79 años, en los que esto se escribe”.</p>
<p>Puedes disfrutar del mismo éxito que tuvo Franklin si empiezas con tu propio calendario -ahora, durante el año viejo- y tratas la superación personal no como un objetivo con fecha de inicio, sino como un “proyecto” continuo.</p>
<p>También puede ayudarte recordar la nota que Franklin se escribió a sí mismo sobre una virtud que llamó, casualmente, “Resolución”: “Resuélvete a hacer lo que debes; haz sin falta lo que te propongas”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/219873/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mark Canada ha escrito un original de Audible llamado "Ben Franklin's Lessons in Life."</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Christina Downey no recibe salario, ejerce labores de consultoría, posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pudiera beneficiarse de este artículo, y ha declarado carecer de afiliaciones relevantes además de su cargo académico.
</span></em></p>La idea del nacimiento virginal ha formado parte del cristianismo desde el principio, pero su significado ha cambiado con el tiempo.Mark Canada, Chancellor and Professor of English, Indiana University Kokomo, Indiana University KokomoChristina Downey, Professor of Psychology, Indiana UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1515452021-02-04T18:26:05Z2021-02-04T18:26:05ZConsejos para tener un sueño reparador<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/382483/original/file-20210204-20-1wjdb18.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C0%2C5644%2C3768&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hidden-place-sleeping-woman-deep-forest-593731682">Shutterstock / oOhyperblaster</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p>¿Qué tal has dormido hoy?</p>
</blockquote>
<p>Esta es una frase que, con frecuencia, dirigimos a los nuestros. Intuitivamente, sabemos de la importancia del sueño para nuestro bienestar.</p>
<p>Pasar una mala noche hace que nos sintamos cansados, con el apetito alterado e incluso de mal humor. Pero lo contrario también es cierto: un buen día puede ayudarnos a tener una buena noche.</p>
<p>Pensemos en un día cualquiera. Nos levantamos con el dichoso despertador. Nos cuesta, claro: la noche anterior nos quedamos viendo la televisión hasta tarde. O enganchados con el móvil. O dándole vueltas a la reunión que tenemos al día siguiente y terminando a deshora el trabajo que debíamos entregar ayer. </p>
<p>Al fin, llega el fin de semana, que aprovechamos para dormir más. Notamos que vamos escasos de sueño y el cuerpo nos pide descanso. ¿Se siente identificado?</p>
<p>Si la respuesta es sí, y si además su hora central de sueño en días laborables difiere en más de dos horas de la de sus días libres, probablemente padezca <em>jet lag</em> social. En ese caso, quizás le interese lo que viene a continuación. </p>
<h2>¿A qué nos referimos cuando hablamos de <em>jet lag</em> social?</h2>
<p>El <em>jet lag</em> social supone un desajuste para nuestro reloj circadiano. Ese que nos reajusta con nuestro entorno y que, entre otras cosas, también <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-017-03171-4">puede repercutir en el rendimiento escolar</a>. </p>
<p>Curiosamente, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0960982220310071">este tipo de <em>jet lag</em> ha disminuido durante la pandemia</a>. ¿Por qué? </p>
<p>Disponer de mayor flexibilidad en horarios laborales y obligaciones sociales e invertir menos tiempo en desplazamientos nos ha permitido dormir más tiempo y hacerlo hasta más tarde, de forma más acorde a nuestro <a href="https://theconversation.com/diga-que-edad-tiene-y-le-dire-si-trasnocha-o-madruga-130423">cronotipo o tiempo interno</a>. Así, el horario es más estable a lo largo de la semana. </p>
<p>Sin embargo, este hecho aparentemente beneficioso se acompaña de una peor calidad del sueño. Es decir, sí, dormimos más; pero la evidencia científica parece indicar que también dormimos peor. </p>
<p>Según los artículos antes mencionados, el problema estaría en la falta de exposición a la luz natural y en un aumento del sedentarismo, debido a que salimos menos a la calle. Con ello volvemos a la idea inicial: para dormir bien, no solo es importe la noche. También lo es el día. </p>
<h2>Como el día y la noche</h2>
<p>El día es actividad, sonido (que no ruido), temperaturas algo más altas, y el momento ideal para alimentarnos. Además, el día es luz, como la noche oscuridad. </p>
<p>La exposición a luz natural al menos durante dos horas al día mejora la sincronización de nuestros ritmos (su ajuste), y nos ayuda a dormir mejor por la noche. Además, parece que también nos protege de los efectos nocivos de la exposición a la luz artificial en este momento del día. </p>
<p>La luz nocturna, venga de donde venga (ordenador, móvil, lámparas, etc.), inhibe la secreción de melatonina, una hormona que nos prepara para el sueño. Esta es la encargada de difundir el mensaje de la oscuridad desde el reloj biológico de nuestro cerebro al resto del organismo.</p>
<p>Además, acorde con cómo la evolución nos ha ido adaptando a nuestro entorno, durante el día debemos movernos, como nuestros ancestros lo hacían para ir a cazar y recolectar, y no permanecer todo el tiempo sentados. </p>
<p>Desde el punto de vista de la cronobiología, no solo debemos procurar hacer ejercicio, sino hacerlo de forma regular y a una hora similar cada día. </p>
<p>Tampoco conviene realizar actividad física intensa cerca de la hora de ir a dormir. Esto haría que tardásemos un rato en desactivarnos y nos costase más conciliar el sueño.</p>
<p>No nos olvidemos tampoco de qué comemos y cuándo lo hacemos. A nuestro reloj biológico le gusta la regularidad, también en la alimentación. Como dice el refrán, “de grandes cenas están las sepulturas llenas”. </p>
<p>De hecho, sabemos que conviene cenar al menos dos horas antes de acostarnos. También es recomendable evitar los hidratos de carbono simples al final del día, cuando se eleva la melatonina, ya que puede favorecer la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28455106">aparición de resistencia a insulina</a>. </p>
<p>La noche, por su parte, debería ser oscura, silenciosa, y más fresca. Además, implica en el ser humano un periodo de ayuno con respecto al día. Esta es la causa por la que debemos evitar el “picoteo” nocturno. </p>
<p>Tampoco deberíamos llevarnos el portátil a la cama, ni estar chateando en nuestro dispositivo móvil hasta las tantas. A la luz de la propia pantalla, <a href="https://theconversation.com/luz-y-ruido-lo-que-tambien-nos-quita-el-sueno-131325">que nos activa</a>, se sumará la preocupación por el trabajo o esa conversación que no podemos posponer. Por lo tanto, vendrá a ocupar el momento del descanso. </p>
<p>La temperatura de la habitación debe ser fresca (ni excesivamente fría, <a href="https://theconversation.com/cuando-y-donde-ponerse-el-termometro-153476">ni calurosa</a>). Esto permite que la temperatura central de nuestro cuerpo alcance el mínimo necesario para dormir profundamente. </p>
<p><a href="https://theconversation.com/luz-y-ruido-lo-que-tambien-nos-quita-el-sueno-131325">Y qué decir del ruido</a>. Seguro que el lector ha experimentado en algún momento la incompatibilidad que supone para su descanso. </p>
<p>Por desgracia, no siempre es un factor que podamos controlar y “apagar” a voluntad. Eso sí, conviene recordar que la ley lo regula, especialmente en horario nocturno, y no siempre se hace cumplir adecuadamente.</p>
<p>Mantener un buen contraste entre el día y la noche es fundamental para tener una buena higiene de sueño. Especialmente en este momento, en el que a menudo las diferencias parecen diluirse. </p>
<p>Seguro que esa película o programa de turno se vuelve a emitir. El sueño, sin embargo, no lo podremos recuperar, aunque lo intentemos durante el fin de semana. </p>
<p>Haga caso a su cuerpo y duerma. Dispone de un “medicamento” que le ayudará a combatir la obesidad, la diabetes, el cáncer. Además, mejorará su rendimiento físico y mental y su estado de ánimo. Por si fuera poco, es gratis y no requiere esfuerzo. Eso es el sueño. </p>
<p>¿A qué espera? Dormir es salud.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/151545/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María de los Ángeles Rol de Lama recibe fondos del Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades y la Agencia Estatal de Investigación (RTI2018-093528-B-I00), de la Unión Europea (Call H2020-sc1-BHC-2018-2020, Grant agreement 825546, Diabfrail-Latam), y el Ministerio de Economía y Competitividad, mediante el Instituto de Salud Carlos III (CIBERFES, CB16/10/00239), todos ellos cofinanciados con Fondos FEDER, y la Fundación Séneca (19899/GERM/15).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Antonia Tomás Loba recibe fondos de Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (RYC2018-025622-I; RTI2018-093528-B-I00); Fundación FERO (BFERO2020.01) and Fundación BBVA (Beca Leonardo, 2020)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juan Antonio Madrid Perez recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación y Universidades y la Agencia Estatal de Investigación (RTI2018-093528-B-100), de la Unión Europea (Call H2020-cs1-BHC-2018-2020, Grant agreement 825546, Diabfrail-Latam), y el Ministerio de Economía y Competitividad, mediante el Instituto de Salud Carlos III (CIBERFES, CB16/10/00239), todos ellos cofinanciados con Fondos FEDER, y la Fundación Séneca (19899/GERM/15).
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>María Ángeles Bonmatí Carrión recibe fondos de la Fundación Séneca (20401/SF/17).</span></em></p>Prestar atención a nuestros hábitos, tanto durante el día como durante la noche, puede ayudarnos a descansar mejor. Para ello, es imprescindible mantener una correcta higiene del sueño.María de los Ángeles Rol de Lama, Profesora Titular de Universidad. Codirectora del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia, Universidad de MurciaAntonia Tomás Loba, Investigadora Ramón y Cajal. Estudio la relación entre la cronodisrupción y el cáncer., Universidad de MurciaJuan Antonio Madrid Perez, Catedrático de Universidad, Laboratorio de Cronobiología, Universidad de Murcia, Universidad de MurciaMaría Ángeles Bonmatí Carrión, Investigadora postdoctoral en Fisiología, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1476382020-10-22T19:00:56Z2020-10-22T19:00:56ZLas 10 claves para educar la atención infantil en un mundo multitarea<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/365077/original/file-20201022-15-1m2khhk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C4%2C2771%2C1429&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/artificial-intelligence-virtual-reality-concept-3d-1758535178">Shutterstock / local_doctor</a></span></figcaption></figure><p>Un padre haciendo los deberes con su hija, la televisión de fondo, la madre participando en una multiconferencia de trabajo, el otro hijo escuchando música, la lavadora puesta… Esto es una tarde normal en una casa cualquiera.</p>
<p>Si nos paramos a analizar, en el mismo momento parece que se solapan varias tareas. Pero no es cierto. Nuestro cerebro <a href="https://asociacioneducar.com/neuromitos-aula4">no es multitarea</a>, eso es un neuromito. El cerebro no es capaz de prestar atención sostenida y selectiva a varias acciones. Lo que en realidad estamos haciendo es cambiar de una tarea a otra de manera muy rápida sin darnos cuenta del coste a nivel cognitivo que esto conlleva.</p>
<p>Si pretendemos estudiar a la vez que estamos mirando el móvil, estamos cambiando de tarea. Es decir, nuestro cerebro dedica unos segundos a una tarea, y después a la otra, y así sucesivamente. Esta alternancia continuada de la atención conlleva <a href="https://psicox.es/estres-por-la-multitarea-esta-nuestro-cerebro-disenado-para-que-realicemos-varias-tareas-simultaneas/">un aumento de la producción de cortisol</a>, que es la hormona que genera estrés. </p>
<p>Entendiendo que nuestro cerebro no es multitarea, ¿de qué manera podemos centrar la atención? Este es uno de los grandes retos de la educación y de los padres.</p>
<h2>1. Planificar</h2>
<p>En primer lugar, debemos enseñar a los niños a planificar. Entendemos por ello que el niño sepa realizar un plan de lo que tiene que hacer. Para eso podemos utilizar organizadores de la tarea en los que cada semana nuestros hijos vayan organizando qué actividades tienen que hacer, sobre qué asignaturas, qué material necesitan, qué actividad hay que entregar antes, etc. De esta manera, su atención se centrará en la actividad que vayan a realizar cada día.</p>
<h2>2. Revisar</h2>
<p>Asimismo, es importante recordar a los niños que revisen el estado de sus tareas cada poco tiempo. De esta manera evitamos la dispersión y focalizamos la atención en lo que tenemos que hacer y durante cuánto tiempo.</p>
<h2>3. Agrupar</h2>
<p>Debemos tratar de agrupar aquellas actividades que sean similares. Dado que pasamos de una tarea a otra, es importante que estas se parezcan. Así podemos evitar el bloqueo mental que supone cambiar rápidamente de tarea.</p>
<h2>4. Buscar un lugar de trabajo</h2>
<p>En casa es vital que los niños tengan un lugar donde trabajar. Sería interesante que ese lugar lo diseñemos con ellos. Una mesa amplia y, si es posible, de color blanco; luz natural; que no haya mucho ruido; que la estancia esté limpia de distracciones (móviles, juguetes, fotos…) y que tenga ventilación. El lugar donde trabajamos es fundamental para potenciar la atención. <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5394432/">El ambiente enseña por sí mismo</a>. </p>
<h2>5. Eliminar distracciones</h2>
<p>En esta línea, es importante que nos esforcemos en eliminar las distracciones. Para ello debemos trabajar con nuestros hijos las funciones ejecutivas. Debemos centrarnos en la atención ejecutiva, ese tipo de atención con voluntad que requiere concentración y tiempo. </p>
<p>Trabajar con ellos el control inhibitorio es importante, es decir, tratar de evitar las respuestas automatizadas, enseñarles a pensar antes de contestar, así como la flexibilidad cognitiva, es decir, mostrar capacidad para adaptarse a los cambios. </p>
<p>El trabajo con este tipo de habilidades también desarrolla la corteza prefrontal del cerebro, zona que se encarga de la voluntad, el autocontrol, la planificación, fundamentales para activar la atención de los niños. Existen muchos juegos para trabajar dichas habilidades, por ejemplo el Dobble, Color Smash, Caperucita Roja, etc.</p>
<h2>6. Explicar su trabajo</h2>
<p>Es importante trabajar con los niños y dedicar tiempo a que expliquen su trabajo. Deben aprender a reflexionar sobre lo que han hecho y a comprobar si han conseguido el objetivo que buscaban. </p>
<h2>7. Tiempo de juego</h2>
<p>Para que aprendan a centrar la atención, cada día decidiremos de manera consensuada un juego y un tiempo. Ya sea de manera individual o con nosotros, el tiempo que hayamos decidido se dedicará solo y exclusivamente al juego que hemos seleccionado. No habrá distracciones de ningún tipo. Es necesario no tanto trabajar la multitarea, si no aprender a centrar la atención 5 o 10 minutos al día en una actividad.</p>
<p>Es significativo que, sabiendo que la atención nace del asombro, no paremos de estimular a los niños. Debemos dejar que sean ellos los que se acerquen al conocimiento, que busquen estímulos que les atraigan y los seleccionen por encima de otros. Para ello también es importante trabajar el <a href="https://www.jugaia.com/es/blog/10-beneficios-del-juego-desestructurado-n21">juego desestructurado</a>. </p>
<p>Los niños pequeños se cansan de la muñeca que no para de repetir la misma frase una y otra vez. A veces prefieren las construcciones, en las que cada vez surge un nuevo juego. </p>
<h2>8. Contacto con la naturaleza</h2>
<p>También es importante el contacto con la naturaleza. Una escapada en familia al campo, a un bosque, detenernos a escuchar cómo baja el agua del río, el color de las hojas, plantearnos pequeños retos, buscar tres colores de hojas diferentes, encontrar palos o nubes con formas distintas… Estas actividades enseñan a focalizar la atención, a parar y fijar la atención en aspectos concretos. </p>
<h2>9. Dar ejemplo</h2>
<p>No podemos dar la espalda a la sociedad en la que vivimos, una sociedad de prisas, de la multitarea, de internet. La preocupación de los padres por internet y su uso es mayoritario. La mejor manera de educar en línea es primero prepararlos sin estar conectados. Para ello hay que enseñarles a escuchar, a tener capacidad crítica, a seleccionar estímulos significativos. </p>
<p>También debemos ser ejemplo. No podemos pedirle a un niño que dedique menos tiempo a la tableta cuando nosotros no paramos de usarla. </p>
<h2>10. Recreos para el cerebro</h2>
<p>Debemos enseñarles a entender que sus periodos de atención duran un tiempo. Por ejemplo, para niños de Primaria son de, aproximadamente, 15-20 minutos. De manera que todo lo que exceda ese tiempo no será atendido. Por este motivo, es bueno aprender a hacer <em><a href="https://helenecolinet.com/brain-breaks-jugar-descansar-aprender/">recreos para el cerebro</a></em>. Estos parones disminuyen el estrés y aumentan la concentración.</p>
<p>También es importante conocer el nivel de dificultad que requiere la tarea que deben hacer. Tenemos que captar su atención y si la tarea es muy difícil, el niño no se conecta (lo ve imposible). Por el contrario, si la tarea es muy fácil, resulta aburrida y tampoco capta la atención del niño. </p>
<p>Con estas claves conseguiremos que los pequeños sean capaces de centrar la atención. Es importante que lo trabajemos de manera continuada para conseguir convertirlo en hábito y para que su cerebro trabaje de forma ordenada.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/147638/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Maria de Hontanares López Águeda no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Cómo lograr que los niños se concentren en las tareas que deben hacer? En un mundo lleno de estímulos a veces resulta complicado para las familias lograr que sus hijos presten atención a una sola cosa. Estas claves que ofrece la neuropsicología harán que sea más sencillo.Maria de Hontanares López Águeda, Profesora en el Máster de Neuropsicología y Educación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1465562020-09-28T19:45:03Z2020-09-28T19:45:03ZCOVID-19: Pequeños empujoncitos para una convivencia más segura en el aula<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/360391/original/file-20200928-22-154jfby.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5318%2C3276&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/small-child-wants-fly-airplane-wearing-1401898169">Shutterstock / vovan / Marta Cerezo</a></span></figcaption></figure><p>“No compartas el bocadillo, "no toques la barandilla”, “lávate las manos cuando vayas al servicio”, “que nadie toque tus pinturas”, “no toques, no toques”… Son los nuevos mandamientos de la vuelta a las aulas este curso.</p>
<p>Tras más de medio año de convivencia con la COVID-19, numerosas campañas de concienciación por parte del Gobierno, reducción de aforos en locales, abastecimiento (y desabastecimiento) general de mascarillas y gel hidroalcohólico… ¿ahora qué?</p>
<p>Parte del estancamiento en “dar a conocer” el virus por parte de las autoridades es la falta de reflexión sobre dos conceptos cuyos significados se diluyen con facilidad: la conciencia y la consciencia. Pues bien, vamos a ver en qué consisten. </p>
<p>La <a href="https://dle.rae.es/conciencia">conciencia</a> se refiere al “conocimiento del bien y del mal que permite enjuiciar moralmente la realidad y los actos”. A estas alturas, todos sabemos que no llevar mascarilla está mal y que mantener la distancia interpersonal está bien, por ejemplo.</p>
<p>Vayamos, entonces, un paso más allá. Hablemos de la <a href="https://dle.rae.es/consciencia">consciencia</a>. Este concepto se refiere a “la capacidad de reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella”. Escapa de la moral entre el bien y el mal, tiene más que ver con nuestra relación con el entorno.</p>
<p>De este modo, aún teniendo conciencia (sabiendo cómo comportarnos), puede que actuemos inconscientemente. </p>
<p>La vuelta a las aulas ha supuesto para familias y educadores un quebradero de cabeza para que los más pequeños asuman nuevos hábitos que, en gran parte, van en contra de su propia condición. Experimentos sencillos como el de la <a href="https://www.cienciafacil.com/ExperimentoPimienta.html">pimienta que “huye” del jabón</a> o la <a href="https://www.sciencealert.com/this-simple-experiment-with-bread-is-a-genius-way-to-get-kids-to-wash-their-hands">rebanada de pan mohosa</a> que representa unas manos sucias pueden ser un primer paso para la concienciación, pero posiblemente no sean determinantes.</p>
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<figcaption><span class="caption">Experimento de la pimienta que huye del jabón, por Ciencia Fácil.</span></figcaption>
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<p>En este sentido, las ciencias conductuales pueden darnos algunos trucos para que los niños sobrelleven mejor estos nuevos hábitos. En 2008 los autores <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_empujoncito">Thaler y Sunstein asentaron la Teoría Nudge</a>, (el primero ganaría años más tarde el <a href="https://www.larepublica.co/globoeconomia/richard-thaler-famoso-por-teoria-del-nudge-gana-nobel-de-economia-2557108">Nobel de Economía</a>). Esta propone dar <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S021391111930161X">“pequeños empujoncitos”</a> para inducir acciones o decisiones beneficiosas para uno mismo y la sociedad. Se trataría de intentar dar respuesta a nuestro comportamiento inconsciente para hacer que remitan las malas decisiones que podemos tomar en nuestro día día por costumbre o por falta de tiempo. </p>
<h2>Algunos ejemplos de <em>nudges</em> o empujoncitos</h2>
<p>Veamos algunos ejemplos de cómo esta teoría puede alentar a cumplir medidas de higiene en los colegios:</p>
<p><strong>1. El lavado de manos</strong></p>
<p>Uno de los motivos por los que el lavado de manos puede ser ineficaz es porque no vemos la suciedad que hay en ellas (no me refiero, por ejemplo, a las migas de las galletas). La “conscienciación” de que el virus llega a cualquier parte puede partir de una <a href="https://www.nudgingforkids.com/healthy-handwashing-habit-getting-real-kids/">pegatina en los lugares con más contacto</a>, como los pomos de las puertas. Si los niños son conscientes de que han tocado una superficie sucia, será más probable que se laven las manos.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/360386/original/file-20200928-16-1w73780.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/360386/original/file-20200928-16-1w73780.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=414&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/360386/original/file-20200928-16-1w73780.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=414&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/360386/original/file-20200928-16-1w73780.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=414&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/360386/original/file-20200928-16-1w73780.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=521&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/360386/original/file-20200928-16-1w73780.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=521&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/360386/original/file-20200928-16-1w73780.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=521&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Pegatinas alrededor del picaporte que recuerdan que hay que lavarse las manos tras tocarlo.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/little-girl-locking-door-knob-carefully-1633181746">Shutterstock / Jatuporn Chainiramitkul / Marta Cerezo</a></span>
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<p><strong>2. El dispensador de gel</strong></p>
<p>Otro <em>nudge</em> que puede llevarse a cabo es el uso de pisadas que dirigen al lavabo o dispensador de gel. Las señalizaciones en el suelo han sido empleadas en colegios para diferentes usos, como el fomento de actividad física o la señalización de lugares importantes como las papeleras. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/360387/original/file-20200928-20-1i64lvg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/360387/original/file-20200928-20-1i64lvg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/360387/original/file-20200928-20-1i64lvg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=524&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/360387/original/file-20200928-20-1i64lvg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=524&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/360387/original/file-20200928-20-1i64lvg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=524&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/360387/original/file-20200928-20-1i64lvg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=658&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/360387/original/file-20200928-20-1i64lvg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=658&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/360387/original/file-20200928-20-1i64lvg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=658&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Dispensador de gel.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/corridor-school-203925487">Shutterstock / KPG_Payless / Marta Cerezo</a></span>
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<p><strong>3. En los baños</strong></p>
<p>Otro conocido ejemplo de <em>nudges</em> adhesivos es el de la mosca en los urinarios masculinos para “afinar la puntería” (e, indirectamente, ahorrar costes de limpieza).</p>
<figure class="align-center zoomable">
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<span class="caption">Pegatina de mosca en los urinarios masculinos para mejorar la puntería.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-blue-urinal-screen-deodorizer-1383499700">Shutterstock / chettarin / Marta Cerezo</a></span>
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<p><strong>4. Sentarse en el aula</strong></p>
<p>Estos adhesivos también pueden ayudar a los más pequeños a recordar el sitio donde se sientan en el aula. Por ejemplo, coloreando una silueta de sus propias manos para que así identifiquen su dibujo en el lugar donde deben sentarse.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/360389/original/file-20200928-16-rzfwq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/360389/original/file-20200928-16-rzfwq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/360389/original/file-20200928-16-rzfwq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=487&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/360389/original/file-20200928-16-rzfwq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=487&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/360389/original/file-20200928-16-rzfwq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=487&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/360389/original/file-20200928-16-rzfwq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=613&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/360389/original/file-20200928-16-rzfwq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=613&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/360389/original/file-20200928-16-rzfwq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=613&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Pegatinas personalizadas para que los niños reconozcan su sitio.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/small-plastic-chairs-nursery-kindergarten-classroom-273374558">Shutterstock / ChiccoDodiFC / Marta Cerezo</a></span>
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<p><strong>5. Medir el tiempo</strong></p>
<p>Por otro lado, la duración del lavado debe ser también la adecuada (según la <a href="https://www.who.int/gpsc/clean_hands_protection/en/">OMS</a>, de 20 segundos). Existen algunos ejemplos de recursos que orientan este tiempo, como el que consiste en cantar dos veces el <em><a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-38052945">Cumpleaños Feliz</a></em>. </p>
<p>Plantear un entretenimiento que sirva de cronómetro para animar a los niños a frotarse bien las manos puede ser de gran utilidad. Por ejemplo, un reloj de arena en el que, según pasa el tiempo, deje ver un dibujo o un muñeco que se “desentierre”. Por supuesto, la opción de cantar no la descartamos.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/360390/original/file-20200928-14-at8gvv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/360390/original/file-20200928-14-at8gvv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/360390/original/file-20200928-14-at8gvv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=342&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/360390/original/file-20200928-14-at8gvv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=342&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/360390/original/file-20200928-14-at8gvv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=342&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/360390/original/file-20200928-14-at8gvv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=429&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/360390/original/file-20200928-14-at8gvv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=429&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/360390/original/file-20200928-14-at8gvv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=429&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Empleo de reloj de arena para calcular el tiempo durante el lavado de manos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/kid-adult-washing-their-hands-protection-1680053455">Shutterstock / Yuganov Konstantin / Marta Cerezo</a></span>
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<p>La improvisación, en el contexto de los colegios, está siendo inevitable. La falta de recursos, de conocimiento sobre el virus y la sobrecarga para docentes y familias dificulta la adopción de pautas entre los más pequeños. </p>
<p>Estos pequeños empujoncitos pueden ser grandes aliados para que la convivencia entre los niños y el virus sea, al menos, diferente. Estas herramientas, por su propia naturaleza simple y no muy costosa, pueden ser adaptadas en otros contextos para fomentar la alimentación saludable, el deporte o las normas de circulación. En definitiva, para el bienestar común.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/146556/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Cerezo Prieto no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Cómo fomentar los nuevos hábitos de higiene en el colegio? La teoría del “pequeño empujón” puede ayudarnos.Marta Cerezo Prieto, Investigadora. Comunicación Audiovisual, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.