tag:theconversation.com,2011:/fr/topics/la-casa-de-papel-65721/articlesLa casa de papel – The Conversation2022-12-14T19:07:12Ztag:theconversation.com,2011:article/1963052022-12-14T19:07:12Z2022-12-14T19:07:12Z¿Por qué nos gusta ir con el ‘perdedor’?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/501019/original/file-20221214-6441-zbcqis.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C346%2C2310%2C2369&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">_David mata a Goliat_, grabado de Gustave Doré de 1886.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:071A.David_Slays_Goliath.jpg">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>“Imaginen un partido de fútbol del Mundial y están jugando Brasil contra Camerún. ¿Quién gana? O mejor dicho, ¿quién quieren que gane?”. Esta hipótesis se convirtió en realidad el pasado 2 de diciembre, cuando las dos selecciones se enfrentaron en el Mundial 2022. Las palabras del Profesor en <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_casa_de_papel"><em>La casa de papel</em></a> <a href="https://youtu.be/l4z-yQPpt2k">resultaron proféticas</a>. La selección camerunesa recibió muchas muestras de apoyo. Y es que, “si os fijáis, instintivamente el ser humano se pone del lado de los más débiles, de los perdedores”, como acertadamente explicó el personaje interpretado por Álvaro Morte. </p>
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<figcaption><span class="caption">Secuencia de La Casa de Papel en la que el personaje de El Profesor pronuncia la profética frase.</span></figcaption>
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<p>La valentía del pequeño frente al grande, la del <a href="https://theconversation.com/como-los-cuentos-construyen-el-espiritu-de-lucha-la-diferencia-entre-los-relatos-infantiles-rusos-y-ucranianos-180089">desvalido que planta cara al poderoso</a>, genera automáticamente simpatía. Este arquetipo forma parte de la historia occidental desde el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Goliat_(personaje_b%C3%ADblico)">mito bíblico de David y Goliat</a> y puede verse en innumerables ejemplos del discurso público actual.</p>
<h2>Sentido de la justicia</h2>
<p>La narrativa responde, según explican <a href="https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=G9WqDwAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT6&dq=Will+storr&ots=IeQSIoR41h&sig=hGIuwF8tCO7GR1g4URTCfkJrz0s#v=onepage&q=Will%20storr&f=false">los estudiosos</a>, a una creencia común: que poseemos las habilidades y el carácter de un estatus superior al que tenemos. Sin duda, nuestro sentido de la justicia tiende a premiar al que demuestra inteligencia y arrojo por encima de lo esperable. Por ello nos cuesta más empatizar con quien tiene un estatus superior y menos con quienes se esfuerzan para conseguirlo.</p>
<p>La lucha puede tener un objetivo monetario, como en la banda del Profesor; deportivo, como ocurre con la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Equipo_de_Bobsleigh_de_Jamaica">selección de bobsleigh de Jamaica</a> en los Juegos Olímpicos. También ideológico, de difusión de las ideas que un colectivo minoritario simboliza o expone. Es el caso de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Greenpeace">Greenpeace</a> y <a href="https://theconversation.com/las-protestas-radicales-alejan-al-publico-de-una-causa-193884">otros grupos activistas que buscan notoriedad a través de acciones reivindicativas</a>.</p>
<h2>La épica de la resistencia</h2>
<p>Nuestra adhesión se intensifica cuanto más improbable es la victoria. En un enfrentamiento desigual no se trata tanto de ganar como de resistir. La construcción de una narrativa de resistencia implica, pues, la existencia de un enemigo más poderoso al que no se duda en retar. Este puede ser real, como la selección de fútbol de Brasil, o metafórico. Así ocurre con la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Resistir%C3%A9_(canci%C3%B3n)">canción <em>Resistiré</em></a>, que tanta popularidad alcanzó en España en 2020 para ensalzar la <a href="https://theconversation.com/las-canciones-de-la-pandemia-metaforas-y-emociones-175075">actitud colectiva ante la pandemia de la covid 19</a>.</p>
<p>Mostrar sin pudor las debilidades propias es otro rasgo del discurso de resistencia. Precisamente, la falta de medios se enfatiza en el programa de televisión <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_resistencia_(programa_de_televisi%C3%B3n)"><em>La Resistencia</em>, de Movistar+</a>, creado como alternativa más desenfadada a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Late_motiv"><em>Late motiv</em></a>. A diferencia de este último, <em>La Resistencia</em> emplea como seña de identidad la grabación en teatros pequeños, los muebles y objetos usados o rotos en el escenario, entrevistas improvisadas, etc. Pese a ello, consiguió desbancar a <em>Late Motiv</em> y actualmente es el único <em>late show</em> que se emite en ese canal.</p>
<h2>Un enemigo concreto</h2>
<p>La resistencia es más complicada cuando el adversario es algo indefinido, como el sistema de valores o la tendencia dominante (<em>mainstream</em>). Así, <a href="https://www.instagram.com/humanistasual/">los delegados de estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería</a>, vestidos con el mono rojo y la careta de Dalí, se autodenominaron <a href="https://www.instagram.com/p/B3l1wl8IsXS/">#LaResistenciaHumanística</a> para reivindicar la importancia de los estudios de Humanidades en la sociedad. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/B3l1wl8IsXS","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>Algunos colectivos minoritarios justifican su enfrentamiento a un rival más poderoso porque este representa o defiende ideas o acciones que consideran injustas o perjudiciales. En estos casos la estrategia discursiva se apoya también en el uso de argumentos racionales y evidencias para refutar los puntos de vista contrarios y defender los propios. </p>
<p>Ya se ha hablado del activismo medioambientalista de Greenpeace. En España, el movimiento-empresa que promueve el consumo de comida real denominado <a href="https://www.lasexta.com/ahoraqueleo/virales/come-comida-real-para-salir-de-matrix_201912205dfcac490cf2c14ba15f7aef.html"><em>realfooding</em> se enfrenta a <em>Mátrix</em>, que simboliza la industria de los ultraprocesados</a>. Sea cual sea la forma que adopte, el objetivo es el mismo: hacer frente a ideas o acciones que se consideran dañinas y promover un cambio en la sociedad, haciendo ver que se lucha en inferioridad de condiciones.</p>
<p>Otra de las ventajas de la narrativa de resistencia es el poder cohesionador de ese discurso entre sus componentes. Aunque todos pertenecemos a diferentes grupos sociales, la existencia de un adversario común al que tenemos el valor de enfrentarnos hace que olvidemos nuestras diferencias y nos centremos en ese objetivo compartido. En este caso, la unión –en contra del enemigo– hace la fuerza.</p>
<h2>Arquetipo audiovisual</h2>
<p>Además de la serie <em>La casa de papel</em> (<a href="https://www.antena3.com/series/casa-de-papel/tercer-grado/alex-pina-el-primer-proyecto-de-la-casa-de-papel-se-llamo-los-desahuciados_201705105912b43b0cf2a1da48263ccb.html">que iba a titularse <em>Los desahuciados</em></a>), la ficción audiovisual utiliza el arquetipo narrativo del débil que planta cara al fuerte en muchos otros ejemplos: <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/The_Karate_Kid_(pel%C3%ADcula_de_1984)"><em>Karate Kid</em></a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Erin_Brockovich_(pel%C3%ADcula)"><em>Erin Brockovich</em></a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADas_de_f%C3%BAtbol"><em>Días de fútbol</em></a> o los chicos que protagonizan la saga <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/It_(pel%C3%ADcula_de_2017)"><em>It</em></a> (precisamente se llaman el “Club de los Perdedores”). En todos estos ejemplos, los protagonistas parten de una evidente condición de inferioridad, pese a lo cual consiguen sacar lo mejor de ellos mismos. Por eso no podemos evitar “ir con ellos” y desear que consigan sus objetivos.</p>
<p>En definitiva, construir narrativas que nos expliquen es una de las tareas más importantes que podemos hacer como individuos o como miembros de grupos sociales. Ese relato será el que aparecerá en las conversaciones con las amistades, o en los medios y redes sociales. Por eso, al igual que explicaba el Profesor, es imprescindible comprender el poder del discurso en nuestras vidas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196305/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Olga Cruz Moya no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Solemos empatizar con el rival que tiene menos posibilidades. El desvalido que planta cara al poderoso es una narrativa potente que se ha usado desde tiempos bíblicos.Olga Cruz Moya, Profesora titular de universidad, área de Lengua española, Universidad Pablo de OlavideLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1694082021-11-30T19:10:06Z2021-11-30T19:10:06ZDe la televisión generalista a las plataformas: el viaje de ‘La casa de papel’<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/434164/original/file-20211126-13-upcsfq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C17%2C2994%2C2226&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La casa de papel</span> <span class="attribution"><span class="source">Netflix</span></span></figcaption></figure><p>Un misterioso hombre conocido como El Profesor planea el mayor atraco de la historia a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España. Es un atraco perfecto, ya que imprimirán el dinero del botín (2 400 millones de euros en total) en lugar de saquear la cámara acorazada, como creerá la policía. </p>
<p>Para llevarlo a cabo, recluta a un equipo de ocho personas con habilidades especiales, a las que “bautiza” con el nombre de diversas capitales del mundo para preservar su anonimato. Lo hace porque hay que respetar una norma fundamental si se quiere que el trabajo salga bien: nada de relaciones personales. Tan solo harán falta 24 horas para que El Profesor se dé cuenta de que en este golpe todo acabará siendo personal, mandando su plan perfecto al garete. </p>
<p>Con esta premisa arranca <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_casa_de_papel"><em>La casa de papel</em></a>, una serie de televisión creada por Álex Pina y producida por Atresmedia y Vancouver. Su clamoroso éxito internacional, una vez incorporada al catálogo de Netflix, propició la compra de los derechos por parte de esta última y, por el camino, puso a España en el radar como cantera de una nueva generación de contenidos audiovisuales con gancho en todo el mundo. </p>
<h2>Las dos vidas de <em>La casa de papel</em></h2>
<p>La primera vida de <em>La casa de papel</em>, en el canal privado español <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Antena_3">Antena 3</a>, tuvo poco de extraordinario. La serie, dividida en dos partes de nueve y seis capítulos respectivamente, se estrenó en la cadena el martes 2 de mayo de 2017 y registró una audiencia de 4 900 000 espectadores y un 25,1 % de cuota de pantalla. Tras un parón de cuatro meses, coincidiendo con las vacaciones de verano, se estrenó la segunda parte. El primer capítulo superó a las demás cadenas en el <em>prime time</em>, pero su audiencia fue languideciendo semana a semana. Bajo demanda no corrió mejor suerte. En Atresplayer, el servicio bajo demanda de la cadena, la serie congregó durante las dos temporadas a unos 200 000 usuarios únicos. </p>
<p>Será en su segunda vida comercial cuando se comience a hablar de <a href="https://revista.profesionaldelainformacion.com/index.php/EPI/article/view/80582">fenómeno global</a>. <em>La casa de papel</em> se incorporó al catálogo de Netflix también en dos partes, a finales de 2017 y en abril de 2018. Doce días después del estreno de esta última, la compañía anunciaba que ya era la serie de habla no inglesa más vista de su historia. Tan solo un mes después adquirían los derechos para producir más temporadas. Con la quinta, que estrena su segunda parte este tres de diciembre, la serie echa el cierre. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/434169/original/file-20211126-19-bpklv4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/434169/original/file-20211126-19-bpklv4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/434169/original/file-20211126-19-bpklv4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/434169/original/file-20211126-19-bpklv4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/434169/original/file-20211126-19-bpklv4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/434169/original/file-20211126-19-bpklv4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/434169/original/file-20211126-19-bpklv4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/434169/original/file-20211126-19-bpklv4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La casa de papel, en la interfaz de Netflix.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://about.netflix.com/es_es/company-assets">Netflix</a></span>
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<p>¿Qué provocó que un contenido que pasó con más pena que gloria por la televisión de toda la vida provocase una revolución? </p>
<p>La respuesta es el denominado “efecto Netflix”, esto es, la capacidad de esta plataforma de generar audiencias masivas gracias al modelo de consumo que ofrece. La posibilidad de ver toda la serie de golpe (a diferencia de la emisión en televisión lineal, que obliga a esperar una semana) unida a la ausencia de publicidad convierten la experiencia de ver Netflix en quintaesencia de la comodidad. </p>
<p>Además, los contenidos quedan expuestos a mucha más audiencia potencial (Netflix está presente en 190 países) y sus algoritmos de recomendación son muy eficaces a la hora de facilitar el contacto con individuos que hayan mostrado inclinación a contenidos similares. </p>
<p>Durante esta segunda vida de <em>La casa de papel</em> también comienza a hacerse evidente un cambio en la producción de la serie. Las temporadas siguientes, ya con Netflix Originals, tienen muchos más medios económicos, lo que explica una factura visual mucho más espectacular. Además, las temporadas se compactan, tanto en número de capítulos como en duración (de los 70 minutos por episodio de la temporada original a unos 40-50 en las siguientes). </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/434427/original/file-20211129-19-220gic.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/434427/original/file-20211129-19-220gic.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/434427/original/file-20211129-19-220gic.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/434427/original/file-20211129-19-220gic.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/434427/original/file-20211129-19-220gic.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/434427/original/file-20211129-19-220gic.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/434427/original/file-20211129-19-220gic.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/434427/original/file-20211129-19-220gic.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotograma de <em>La casa de papel</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://twitter.com/lacasadepapel/status/1455950742276169738">Twitter / La casa de papel</a></span>
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<p>Muchas cosas cambian también desde el punto de vista narrativo. En la primera temporada, los escenarios de la serie se habían reducido a un puñado de localizaciones (la Casa de la Moneda, la guarida de El profesor, la finca de Toledo donde ultiman el plan, la carpa de la policía y el bar en el que los personajes Raquel y Salva coinciden). También existía una distinción muy clara de los tiempos: el del atraco (presente) y los meses previos al golpe (<em>flashbacks</em>).</p>
<p>En las siguientes, la multiplicación de escenarios, líneas narrativas y saltos atrás en el tiempo son muy evidentes. <em>La casa de papel</em>, convertida en fenómeno global, expande la historia a nuevos territorios, como si fuese al encuentro de esa nueva audiencia internacional. Otro tanto cabe decir del aumento en el número de personajes y de la forma de contar la historia, mucho más acelerada y diseminada. Si la primera temporada destaca por el interés en preservar el enigma en lo que concierne a los personajes, las ulteriores apuestan por dejar que los conozcamos un poco mejor, incrementando las escenas en forma de <em>flashback</em>. La serie queda así configurada con una fuerte dualidad: de un lado, la serie de personajes (la de los <em>flashbacks</em>) y, de otro, la serie de acción (dentro del Banco de España). </p>
<h2>El misterio de las audiencias de <em>La casa de papel</em></h2>
<p>El éxito de <em>La casa de papel</em> a estas alturas resulta indiscutible. La resonancia de la serie en internet, las conversaciones en redes, el seguimiento de sus protagonistas, el impacto cultural de algunas de sus señas de identidad (como la máscara, los famosos monos rojos o la recuperación de la canción <em>Bella Ciao</em>) son la mejor prueba de que es un fenómeno planetario. Todas esas actividades, aunque parezcan intrascendentes, son clave para entender algo que en el ámbito digital vale su peso en oro: el <em><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=246502">engagement</a></em>. La audiencia digital es muy volátil, se va posando en lo que le interesa, ya que puede construir su ocio “a medida”. Por eso todo aquello que indica adhesión del usuario con el contenido tiene mucha importancia. El fan fiel vale su peso en oro. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/434431/original/file-20211129-59485-1j137uk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/434431/original/file-20211129-59485-1j137uk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/434431/original/file-20211129-59485-1j137uk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/434431/original/file-20211129-59485-1j137uk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/434431/original/file-20211129-59485-1j137uk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/434431/original/file-20211129-59485-1j137uk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/434431/original/file-20211129-59485-1j137uk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/434431/original/file-20211129-59485-1j137uk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Publicidad de la quinta temporada de <em>La casa de papel</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://twitter.com/NetflixES/status/1433366573192994816">Twitter / La casa de papel</a></span>
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<p>Ahora bien, para ser una serie que cambió tantísimas cosas, sorprende lo mucho que ha costado tener datos para contextualizar ese éxito, sobre todo viniendo de una plataforma que se vanagloria de tener una información exhaustiva del consumo de sus clientes. </p>
<p>Durante mucho tiempo Netflix operó sin dar detalles de manera regular sobre los visionados de sus programas. Al tratarse de una plataforma sin publicidad, que paga por anticipado los períodos de licencia y no liquida royalties por reproducción, no tenía ninguna obligación de proporcionar cifras. Sí que ha ofrecido algún que otro dato puntual, cuando el éxito arrollador del programa así lo justificaba. Y lo hacía con una métrica severamente criticada: el número de hogares (es decir, cuentas) que hubiesen visto, al menos, dos minutos de un contenido. </p>
<p>Han tenido que pasar varios años para que este famoso “al menos dos minutos” haya pasado a mejor vida. Netflix ahora proporciona a través de <a href="https://top10.netflix.com">Netflix Top 10</a> un ranking semanal con los diez de programas y películas más populares generado a partir del número de horas acumuladas de visionado que registren. Esta nueva métrica supone trasladar el foco de las cuentas a las reproducciones, un indicador más cercano al consumo real y que ofrece un interesante termómetro de su popularidad. </p>
<p><em>La casa de papel</em>, según esta nueva metodología, forma parte de las diez series de televisión de habla no inglesa más vistas en la historia de la compañía.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/434412/original/file-20211129-59855-16q8731.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/434412/original/file-20211129-59855-16q8731.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=105&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/434412/original/file-20211129-59855-16q8731.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=105&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/434412/original/file-20211129-59855-16q8731.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=105&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/434412/original/file-20211129-59855-16q8731.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=132&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/434412/original/file-20211129-59855-16q8731.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=132&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/434412/original/file-20211129-59855-16q8731.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=132&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Datos de horas invertidas en las últimas temporadas de <em>La casa de papel</em>. Fuente: Top10.netflix.com.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<p><em>La casa de papel</em> es un excelente ejemplo de las posibilidades que la distribución por internet ha abierto <a href="https://about.netflix.com/es_es/news/netflix-continues-to-bring-new-and-diverse-stories-from-europe-middle-east-and-africa-to-the-world">al producto no anglosajón</a>. Derribó prejuicios y sirvió para que muchos espectadores se aproximasen a contenidos parecidos. También facilitó que todas las plataformas, y no solo Netflix, comprobasen que <a href="https://about.netflix.com/es_es/news/netflix-establishes-its-first-european-production-hub-in-madrid">la producción local</a> tiene potencial para viajar internacionalmente. </p>
<p><em>La casa de papel</em> también ilustra a la perfección el nuevo tipo de audiencia que han impulsado los servicios bajo demanda. Hemos pasado de la audiencia del <em>prime time</em> a la del <em>my time</em>. Y en ese tiempo propio y totalmente personalizado, Netflix se encarga de tender pasarelas de fácil acceso hacia lo rabiosamente popular.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/169408/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jordi Sánchez Navarro ha recibido fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en convocatorias de consurrencia competitiva para la realización de proyectos I+D+i. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Judith Clares-Gavilán ha participado como investigadora en proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en convocatorias de concurrencia competitiva para la realización de proyectos I+D+i.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Elena Neira no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Con el estreno de los cinco últimos capítulos el tres de diciembre de 2021, acaba La casa de papel, un fenómeno que, aunque se emitió en Antena 3, despegó en Netflix e impulsó la creación audiovisual española.Elena Neira, Profesora colaboradora de los Estudios de la Comunicación y de la Información de la UOC, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaJordi Sánchez Navarro, Director de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC y director del Máster de Cine Fantástico y Ficción Contemporánea, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaJudith Clares-Gavilán, Directora del Grado de Comunicación, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1262352019-11-03T20:38:33Z2019-11-03T20:38:33Z‘Joker’ o las máscaras del descontento<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/299691/original/file-20191031-187907-1nm9rzn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C2038%2C1149&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Joaquin Phoenix como el Joker. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.warnerbros.es/joker#">Warner Bros</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://www.warnerbros.es/joker#"><em>Joker</em></a>, la película galardonada con el <a href="https://www.efe.com/efe/espana/cultura/joker-de-todd-phillips-leon-oro-la-76-mostra-venecia/10005-4059006">León de Oro</a> en Venecia y que fue la <a href="https://www.efe.com/efe/espana/cultura/joker-ganadora-del-leon-de-oro-en-venecia-filme-sorpresa-zinemaldia/10005-4070876">Perla sorpresa del Zinemaldia</a> de 2019, ha resultado ser una cinta muy polémica por poner encima de la mesa temas muy complejos. El filme plantea problemas de gran calado, que desafortunadamente son muy actuales, como por ejemplo la soledad y el engaño, los trastornos mentales y la confusión del mundo real con el imaginario, las noticias falsas y el fingimiento continuo, el desprecio hacia lo diferente y los estallidos de violencia social. </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/ygUHhImN98w?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Tráiler de <em>Joker</em>.</span></figcaption>
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<p>Durante dos horas nos hace meternos en la piel del personaje y experimentar su inquietante desazón, acompañados de una excelente banda sonora. Repasemos algunas de las cuestiones que sugiere. </p>
<h2>Precariedad y malestar social</h2>
<p>Una subida en el precio del combustible o en el billete de metro pueden ser las gotas que desbordan los vasos del descontento, provocando repentinas revueltas, como testimonian lo sucedido en Francia con el movimiento de <a href="https://theconversation.com/las-dos-caras-de-los-chalecos-amarillos-108631">los chalecos amarillos</a> o en ese Chile que merced al golpe de Pinochet sirvió como <a href="https://theconversation.com/chile-sin-soluciones-inmediatas-para-un-estallido-anunciado-125571">laboratorio a la economía ultra-neoliberal</a> expandida luego por doquier. </p>
<p>Corren malos tiempos para <a href="http://www.adolescenciayjuventud.org/que-hacemos/monografias-y-estudios/ampliar.php/Id_contenido/126984/tipo/6/">las expectativas de los más jóvenes</a>, condenados en general a vivir peor que sus padres y a sufrir las imposiciones de un mercado laboral cuya inherente precariedad les hurta hacer planes vitales como el emanciparse o tener hijos. </p>
<p>Todo ello hace que <a href="https://www.ine.es/prensa/mnp_prensa.htm">la tasa de natalidad merme</a>, mientras que los avances médicos propician un progresivo envejecimiento de la población. Una bomba de relojería que la más insignificante chispa puede activar en cualquier momento.</p>
<h2>La confusión de la realidad con el mundo virtual</h2>
<p>En <em>Joker</em>, un antihéroe inspirado en los cómics de Batman, sin habérselo propuesto para nada, se convierte en el detonante de una violenta insurrección social y cosecha emuladores que le idolatran, al salir en televisión cometiendo un asesinato ante las cámaras. </p>
<p>La urbe donde vive tal personaje se parece mucho al Nueva York de <em>Taxi Driver</em> y por desgracia también a cualquiera de las grandes ciudades europeas, pobladas por gentes que desconfían de cuanto no sea homogéneo y con una empatía que brilla por su ausencia. Entre otras cosas porque se tiende a confundir la realidad con el mundo digital. </p>
<p>Resulta llamativo que, al presenciar una u otra desgracia, algunas veces en lugar de auxiliar a las víctimas, la reacción instintiva sea sacar el móvil para grabarlo y subirlo a las redes, por no mencionar que a veces dicha grabación es la motivación misma del incidente.</p>
<h2>El éxito de los antihéroes</h2>
<p>Pensemos en el éxito cosechado por <em>La casa de papel</em>, una serie donde los ladrones echan un pulso al sistema y se ven aclamados por la multitud, en la estela del mito de Robin Hood, cuando distribuyen entre los transeúntes una parte del dinero robado con gran ingenio y audacia. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotograma de la serie <em>La Casa de Papel</em>.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Netflix</span></span>
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<p>Los integrantes de la banda del Profesor utilizan unas máscaras dalinianas que nos recuerdan a las adoptadas por el movimiento <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Anonymous">Anonymous</a> y, por lo tanto, a la máscara utilizada en la película <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/V_for_Vendetta_(pel%C3%ADcula)"><em>V de Vendetta</em></a>. El descontento social se deja seducir fácilmente por quienes pueden hacer frente al poder establecido. Especialmente, cuando en principio rehúyen causar daño, como sería el caso real de aquellos piratas informáticos que aciertan a desvalijar grandes consorcios empresariales tocando unas cuantas teclas.</p>
<h2>Los caudillos desde la óptica de Cassirer</h2>
<p>Lo malo es que tales personajes de ficción no suelen tener sus correlatos entre la gente real y ese descontento social se ve capitalizado por los demagogos, tal como Ernst Cassirer nos hace ver de modo magistral en <a href="https://books.google.es/books/about/El_mito_del_estado.html?id=4PdpMwEACAAJ&source=kp_book_description&redir_esc=y"><em>El mito del Estado</em></a>, a propósito del ascenso de Hitler al poder. </p>
<p>Obviamente, su diagnóstico no conoce fronteras geográficas ni barreras temporales, porque los caudillos no dejan de proliferar cuando se degradan las condiciones económicas y los derechos más elementales hacen mutis por el foro junto al bienestar social. </p>
<p>Cuando el anhelo de caudillaje alcanza una fuerza imparable y se desvanece toda esperanza de cumplir los anhelos colectivos por una vía ordinaria –señala Cassirer–, ese deseo se personifica bajo una forma concreta, política e individual. Los vínculos anteriores de la sociedad –tales como la ley, la justicia o la constitución— se invalidan y sólo resta el poder místico del caudillo, cuya autoridad se impone como la suprema ley.</p>
<h2>La demagogia de toda supremacía</h2>
<p>Quienes apuntalan ese tipo de liderazgos devienen <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Taumaturgo">taumaturgos</a> que administran ese credo como maestros de la propaganda política y saben acuñar nuevas palabras o trastocar el significado de las antiguas para emplearlas como palabras mágicas destinadas a estimular determinadas emociones. </p>
<p>El hábil empleo de tales palabras mágicas acaba desfigurando la realidad y sus mentiras o bulos terminan imponiéndose a la más palmaria evidencia de los hechos. </p>
<p>Por supuesto se buscan unos cuantos chivos expiatorios para endosarles el origen de todos los males. En un momento dado pueden ser los judíos y en otro los masones, los rojos, los homosexuales, los foráneos o cuanto sea diverso en uno u otro aspecto, colectivos a los que se despoja por completo de su humanidad para cosificarlos desde una perspectiva supremacista, tras la cual se oculta normalmente algún complejo de inferioridad individual o colectivo.</p>
<h2>El pensar por cuenta propia preconizado por Kant</h2>
<p>Desde luego, la mejor vacuna contra el virus del totalitarismo practicado por los partidarios de una u otra supremacía es lo que propone Kant en <a href="https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3171408.pdf"><em>¿Qué es la Ilustración?</em></a>: aprender a pensar por cuenta propia, sin ceder nunca esa responsabilidad a los tutores que muy voluntariamente se propongan hacer tal cosa por nosotros, puesto que la libertad no es un don, sino la más ardua tarea que nos podemos proponer. </p>
<p>En medio de las grandes crisis político-sociales, “da la impresión”, advierte Kant en <a href="https://www.uv.mx/cpue/coleccion/N_3738/E%20Kant%20conflicto%20facultades.pdf"><em>El conflicto de las facultades</em></a>, “de que la gente anhelara encontrar una suerte de adivino, un hechicero familiarizado con lo sobrenatural. Si alguien es lo bastante osado como para hacerse pasar por taumaturgo, este puede acabar conquistando a la masa y hacerle abandonar con desprecio el bando de la filosofía, la cual debe oponerse públicamente a tales taumaturgos para desmentir esa fuerza mágica que se les atribuye de un modo supersticioso y rebatir las observancias ligadas a ella”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/126235/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Roberto R. Aramayo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La película ganadora del León de Oro 2019 plantea problemas muy actuales: la soledad, los trastornos mentales, el desprecio hacia lo diferente y los estallidos de violencia social.Roberto R. Aramayo, Profesor de Investigación IFS-CSIC. Historiador de las ideas morales y políticas, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1229822019-09-08T19:57:29Z2019-09-08T19:57:29ZTurismo cultural: de ‘El barbero de Sevilla’ a ‘La Casa de Papel’<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/291092/original/file-20190905-175710-ehq3yg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1920%2C1276&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El Real Alcázar de Sevilla, también localización de 'Juego de Tronos'. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://pixabay.com/es/photos/real-alc%C3%A1zar-de-sevilla-alc%C3%A1zar-3573907/">Adam Hill / Pixabay </a></span></figcaption></figure><p>Desde hace varios años, la lengua trata de afrontar la connotación peyorativa asociada al turismo recurriendo a la expresión “turismo cultural”, con la que se pretende ampliar el horizonte, buscar el conocimiento y las emociones a través del descubrimiento de un territorio y de su patrimonio. _</p>
<p>El hecho de añadirle un adjetivo le daría entonces una vocación más noble, centrada en la cultura y el conocimiento, a una actividad que es de buen gusto despreciar; siendo el turista, en nuestra imaginación y para utilizar la <a href="https://www.canal-u.tv/video/universite_de_tous_les_savoirs/le_touriste_jean_didier_urbain.1466">famosa expresión de Jean-Didier Urbain</a>, “el idiota que viaja”.</p>
<p>Para diferenciarse del turismo de masas, hoy en día se asocia una plétora de calificativos al término tan criticado, para precisar sus formas e intenciones, pero también para seducir a diferentes “nichos” de viajeros: turismo de la memoria, LGBT, religioso, gastronómico, halal, médico, sostenible, religioso, solidario, y muchos más.</p>
<h2>Nuevas prácticas</h2>
<p>El concepto de “turismo cultural”, definido por la Organización Mundial del Turismo en 1985 como “los movimientos de personas con motivaciones básicamente culturales, tales como
circuitos de estudios, circuitos culturales y de artes del espectáculo, viajes a festivales u otros eventos culturales, visitas a monumentos, viajes para estudiar la naturaleza, el
folklore o el arte, así como peregrinaciones”, solo sirve para expresar una realidad antigua. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/290975/original/file-20190904-175682-196h2g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/290975/original/file-20190904-175682-196h2g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/290975/original/file-20190904-175682-196h2g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=865&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/290975/original/file-20190904-175682-196h2g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=865&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/290975/original/file-20190904-175682-196h2g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=865&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/290975/original/file-20190904-175682-196h2g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1087&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/290975/original/file-20190904-175682-196h2g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1087&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/290975/original/file-20190904-175682-196h2g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1087&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de Francis Basset, Primer Baron de Dunstanville y Basset, durante su Grand Tour.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Batoni_-_Francis_Basset,_1st_Baron_de_Dunstanville.jpg">Museo del Prado / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>¿Acaso los viajeros ingleses del <a href="https://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00006836/document">Grand Tour</a>, los Románticos del siglo XIX, no hacían turismo cultural? Sin embargo, las prácticas turísticas –y por lo tanto, culturales– evolucionan según modas y tendencias, y éstas van de la mano de las prácticas culturales cotidianas.</p>
<p>La globalización y la estandarización de nuestras actividades de ocio, así como la circulación instantánea de bienes culturales, afectan a la actividad turística. Hoy se puede viajar para descubrir no solo los elementos típicos de la cultura visitada sino también las huellas del último libro, la última película o la serie conocida en todo el mundo.</p>
<p>Y en este campo, las instituciones turísticas españolas están demostrando soltura. Identificado el país desde los años 60 con el turismo de masas, “de sol y playa”, se ha trabajado para cambiar su imagen, marcada por los estereotipos, gracias a iniciativas basadas en productos culturales típicamente españoles. O no.</p>
<p>Partiendo de lo más elitista a lo más popular, pensamos en el turismo lírico con <a href="https://www.spain.info/es/reportajes/sevilla_ciudad_de_opera.html">“La Ruta de la ópera”</a> sevillana, un itinerario señalizado creado en 2012 en la capital andaluza que sigue los pasos de las óperas francesas e italianas <em>Carmen</em>, <em>Don Juan</em> y <em>El Barbero de Sevilla</em>. </p>
<p>Así como el <a href="https://journals.openedition.org/teoros/3187">turismo literario</a>, con la reciente ruta por el Valle del Baztán en Navarra, inspirada en la trilogía de <a href="https://www.turismo.navarra.es/esp/organice-viaje/recurso.aspx?o=7631&">Dolores Redondo</a>, y por supuesto el <a href="https://www.espacesetsignes.com/produit/47/9791094176429/madrid-mis-en-scenes">turismo cinematográfico</a>.</p>
<h2>En la estela de películas y series</h2>
<p>Si bien la visita a una localización cinematográfica no es una práctica nueva –piensen en <a href="https://www.arte.tv/fr/videos/078979-002-A/andalousie-et-sergio-leone-inventa-le-western-spaghetti/%20en%20la%20regi%C3%B3n%20de%20Almer%C3%ADa-">los spaghetti western de Sergio Leone</a>–, la novedad consiste en supervisar estas visitas facilitando la tarea del turista con itinerarios señalizados, folletos y otras aplicaciones. En el cine del oeste, la <a href="http://www.andaluciafilm.com/index.php/inicio">Andalucía Film Commission</a> de Carlos Rosado, creada en 1998, es pionera. </p>
<p>Estas iniciativas permiten un viaje por el espacio, la ficción y el tiempo. Ahora bien, la creación de un producto turístico es hoy en día prácticamente simultánea a la creación de un producto cultural. Por ejemplo, pensamos en las consecuencias de la película de Woody Allen financiada en gran parte por las autoridades catalanas, <a href="https://www.spain.info/es/reportajes/vicky_cristina_barcelona_espana_segun_woody_allen.html"><em>Vicky Cristina Barcelona</em></a>, en Barcelona y Oviedo, donde ahora se encuentra la controvertida estatua del director. Su próxima película, rodada en San Sebastián, está <a href="https://www.efe.com/efe/espana/destacada/medio-centenar-de-personas-protesta-contra-el-rodaje-allen-en-donostia/10011-4028956">causando gran revuelo</a>. </p>
<p>Pensemos también en <em>La Guerra de las Galaxias:Episodio II - El ataque de los clones</em> en Sevilla en 2015, que transformó la Plaza de España en el patio del palacio de Theed.</p>
<h2>Turismo de series</h2>
<p>Quizás más populares que las películas, las series se han convertido en generadoras de productos turísticos. </p>
<p>En España, los aficionados a <em>Juego de Tronos</em> pueden visitar una <a href="https://www.escapadarural.com/blog/todos-los-lugares-de-juego-de-tronos-en-espana/">quincena de lugares de rodaje</a>. Por ejemplo, la página institucional de la Oficina de Turismo de Sevilla ofrece a los visitantes la oportunidad de visitar el Alcázar para observar sus jardines <a href="https://www.visitasevilla.es/historia/de-star-wars-juego-de-tronos">“como Khaleesi admiraba los Jardines del Agua”</a>, algo que no corresponde con la serie. Hoy, es común escuchar a los turistas preguntando en la oficina de turismo, situada justo enfrente, cómo llegar al “Palacio de <em>Juego de Tronos</em>”.</p>
<p>Es sin duda para corregir y anticipar este tipo de preguntas por lo que la Oficina de Turismo de Madrid ha señalado en su página web las ubicaciones de <a href="https://www.esmadrid.com/casa-papel-madrid"><em>La Casa de Papel</em></a>, una serie de cosecha propia, pero cuyo éxito, premiado con un Emmy, se ha extendido mucho más allá de sus fronteras. </p>
<p>Así, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que se presenta como el escenario principal de la serie, se ha convertido en el destino favorito de los turistas armados con palos <em>selfies</em>. Sin embargo, el edificio que realmente sirvió de telón de fondo es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, cuyo acceso a los turistas se ha limitado recientemente.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/290991/original/file-20190904-175705-12g9ijj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/290991/original/file-20190904-175705-12g9ijj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=301&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/290991/original/file-20190904-175705-12g9ijj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=301&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/290991/original/file-20190904-175705-12g9ijj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=301&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/290991/original/file-20190904-175705-12g9ijj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=378&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/290991/original/file-20190904-175705-12g9ijj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=378&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/290991/original/file-20190904-175705-12g9ijj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=378&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Edificio central del CSIC, en Madrid, donde se rodaron las escenas correspondientes a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de la serie ‘La casa de papel’.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Edificio_central_del_CSIC_(Madrid)_02.jpg">Luis García / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<h2>Turismo de experiencias</h2>
<p>A estas nuevas tendencias del turismo cultural se añade la noción de experiencia, particularmente de moda en el sector turístico. El llamado turismo de experiencias ofrece al viajero la oportunidad de experimentar la realidad, con más o menos buen gusto. A modo de ejemplo, podemos citar el <em>woofing</em> –intercambiar trabajo por alojamiento en una granja–, así como el llamado “turismo de la miseria”, diseñado para despertar la compasión y desarrollar la solidaridad. </p>
<p>Incluso ahora es posible experimentar la ficción, con la práctica en boga de los <em>escape rooms</em>. Así, en Madrid, existe uno que se basa en <a href="https://www.esmadrid.com/agenda/la-casa-de-papel-escape-room-wizink-center"><em>La Casa de Papel</em></a> y se puede encontrar toda la información en la página institucional de turismo.</p>
<p>Si los lugares se perciben como escenarios de ficción y si es posible ser un actor en ellos, los caminos entre la ficción y la realidad se desdibujan. Los más pesimistas pensarán que el lugar se asemeja entonces a una “ciudad donde usted es el héroe” y que gran parte de la información cultural y patrimonial de la visita tradicional queda atrás. </p>
<p>Pero los más optimistas –<a href="https://www.efetur.com/noticia/turismo-cine-fitur-2019/">y los profesionales</a> que surfean en esta ola forman parte de ellos– verán este tipo de motivación como un trampolín o como el punto de partida para otro viaje, de la cultura popular a la historia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/122982/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ivanne Galant no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El turismo cultural sirve para nombrar una vieja realidad, y para dejar claro que las modalidades de viajar cambian con el tiempo.Ivanne Galant, Docteure en études hispaniques, Université Sorbonne Paris NordLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1105342019-01-30T22:02:19Z2019-01-30T22:02:19ZNetflix cambia la manera de medir el éxito de las series<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/255711/original/file-20190127-108364-pszoqw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=18%2C0%2C6152%2C4105&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/futuristic-portable-device-many-pictures-793658065"> Metamorworks / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En España <a href="https://www.kantarmedia.com/es/sala-de-prensa/press-releases/kantar-media-incrementa-su-panel-de-audiencia-de-tv">hay más de 4.700 audímetros</a> repartidos por otros tantos hogares para medir la audiencia de la televisión de toda la vida. Solo lo que se vea en esos audímetros –que distinguen qué miembro del núcleo familiar está delante de la pantalla– se contabiliza a la hora de calcular la audiencia de un programa. Desde hace un par de años también se contabiliza el consumo de los invitados. </p>
<p>Los hogares están seleccionados con criterios sociológicos pero los audímetros <a href="https://verne.elpais.com/verne/2018/01/05/articulo/1515167250_983055.html">no son infalibles</a>. Y el que tiene uno es consciente del poder que le ha sido otorgado. </p>
<p>Desde 2014, también se tiene en cuenta la audiencia social, que se mide a partir del impacto que un programa de televisión genera en <a href="http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0122-82852016000100008">Twitter</a> (en Estados Unidos también se presta atención a Instagram y Facebook). Y en 2015 se empezó a medir también la audiencia en diferido (es decir, el consumo de la programación hasta siete días después de su difusión en directo) para dar respuesta a los nuevos hábitos de los telespectadores que prefieren ver los programas cuando pueden o quieren. </p>
<p>Los resultados que se obtienen en estos tres tipos de audiencias muestran que <a href="http://www.revistalatinacs.org/071/paper/1095/15es.html">los resultados de un mismo programa difieren</a> según la modalidad de consumo, es decir, un programa puede tener éxito en diferido o en redes y fracasar en su emisión lineal. </p>
<h2>El videoclub <em>online</em></h2>
<p>Sin embargo, la audiencia en diferido no mide en España lo que se consume en otros dispositivos diferentes a los televisores ni todo lo que se ve más allá de siete días después de la emisión. Lo que queda patente es que cada vez es más difícil determinar el éxito de un contenido audiovisual. </p>
<p>Con la expansión del consumo de vídeo en Internet, llegaron los videoclubs <em>online</em> o las técnicamente denominadas <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Servicio_OTT">plataformas OTT (Over The Top)</a> y todo se complicó aún más. No tienen que invertir en grandes infraestructuras para llegar a los hogares y, por un precio más bajo que el de la televisión de pago, ofrecen una ingente oferta de series y cine. </p>
<p>Netflix <a href="https://www.statista.com/statistics/250934/quarterly-number-of-netflix-streaming-subscribers-worldwide/">tiene 148 millones de usuarios</a> en todo el mundo y se ha convertido en el modelo que todos siguen: HBO, Amazon Prime, etc. </p>
<p>El secreto está en producir contenido propio, que funcione, que enganche y ahorrarse el pago a creadores ajenos a la órbita de Netflix. Si hace falta, se estrena una película en pocas salas para que pueda optar, por ejemplo, a los Óscar, y al cabo de unos días se pone a disposición de todos los suscriptores. Ése es el caso de <em>Roma</em>. </p>
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<figcaption><span class="caption">Avance de la película <em>Roma</em> (Alfonso Cuarón, 2018), distribuida por Netflix.</span></figcaption>
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<p>De hecho, la plataforma cada vez “<a href="https://www.fastcompany.com/90221403/netflixs-recommendations-suck-but-its-not-too-late-to-fix-them">sugiere</a>” menos contenido audiovisual producido fuera de sus presupuestos y más programas y filmes propios. </p>
<p>En 2019, Netflix se gastará 15.000 millones de dólares (más de 13.000 millones de euros) en contenido original. ¿Deberían preocuparse las cadenas de televisión por el éxito de este videoclub digital? </p>
<p>El futuro de las emisiones lineales está asegurado porque <a href="http://www.revistalatinacs.org/10/art3/910_Malaga/32_Gallardo.html">el espectador no siempre quiere tener la capacidad de elegir lo que quiere ver</a>: el consumo pasivo es y será placentero. Es muy envidiable llegar a casa, tumbarse en el sofá, poner la televisión y ver lo que otros han decidido colocar en la parrilla. Por ahora, Netflix no se ha puesto a producir programas en directo, y ese es el principal punto fuerte al que debe aferrarse la televisión tradicional para sobrevivir. </p>
<h2>Qué significa éxito para Netflix</h2>
<p>Hasta el momento, el éxito de un programa de televisión dependía esencialmente de la audiencia que cosechara en su primera emisión. Un contenido de calidad se arriesgaba a fracasar en función de factores externos: día y hora de emisión, competencia, promoción de la cadena, etc. </p>
<p>Con la expansión de Netflix todo esto ha cambiado. ¿Qué tiene en cuenta Netflix a la hora de decidir si renueva o no una serie? Teniendo en cuenta lo reservada que es para dar datos de audiencia, los criterios que determinan el éxito según los pocos datos que va soltando la plataforma son estos:</p>
<ul>
<li><p><strong>Número de visualizaciones</strong>: Este criterio es obvio, aunque ya no es el único a tener en cuenta. </p></li>
<li><p><strong>Triunfo en su primer mes</strong>: El funcionamiento durante las primeras cuatro semanas parece ser el estándar establecido por Netflix para determinar si algo tiene futuro o no. Es un éxito que una película de producción propia como <em>A ciegas</em> sea vista en 80 millones de hogares en su primer mes. Por lo tanto, es muy probable que haya secuela. Hay que tener en cuenta que, para Netflix, alguien “ha visto” una serie o película si ha consumido al menos un 70% del contenido. </p></li>
<li><p><strong>El porcentaje de espectadores que llegan hasta el último capítulo de una serie.</strong> De nada sirve hacer otra temporada de algo que pocos han seguido hasta el final. </p></li>
<li><p><strong>Reputación</strong>: Netflix hereda la vieja costumbre televisiva de tener canales de documentales que luego pocos ven. En este caso se traduce en contenidos de calidad que al usuario le gusta que estén, aunque no sean los más vistos. Esto no solo se refiere a contenidos elitistas. Hay productos que han otorgado prestigio a la plataforma, como los inicios de <em>House of Cards</em> o <em>Narcos</em>. Esa pátina de calidad que aportan es determinante de cara a su renovación. </p></li>
</ul>
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<figcaption><span class="caption">Tráiler de <em>A ciegas</em> (Susanne Bier, 2018), producida por Netflix.</span></figcaption>
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<h2>Audiencias bajo demanda</h2>
<p>La dictadura de la audiencia exclusivamente cuantitativa en un periodo de tiempo corto o limitado a siete días ha acabado. Esto va a transformar la televisión en su conjunto. De hecho, los grandes grupos de comunicación ya se están poniendo las pilas para que todos sus productos puedan ser consumidos bajo demanda con calidad y, lo más importante, facilidad. </p>
<p>Hay un fenómeno muy destacable y directamente relacionado con la producción de series españolas: <em>La casa de papel</em>. Primero se emitió en la cadena de televisión en abierto en España Antena 3 TV sin obtener resultados sobresalientes, aunque sí aceptables. Y después llegó a la plataforma en línea.</p>
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<figcaption><span class="caption">Renovación de <em>La casa de papel</em>.</span></figcaption>
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<p>De no existir Netflix, <em>La casa de papel</em> no se hubiese convertido en <a href="https://www.efe.com/efe/espana/cultura/la-casa-de-papel-gana-en-nueva-york-el-emmy-internacional-a-mejor-drama/10005-3818136">un fenómeno global</a> y no se estaría produciendo la <a href="https://twitter.com/seewhatsnext/status/1055482302862516224">tercera temporada</a>. Es más, al no tener resultados sonados, nunca se hubiese comprado el formato en el extranjero para su emisión en otros mercados y hubiese sido muy complicado que el espectador se enganchase ante la que ya es la serie de habla no inglesa más consumida en la historia de Netflix. </p>
<p>Todo ha cambiado. Ahora los productores audiovisuales no van a ser juzgados en un solo día o en una sola emisión, sino que tendrán un mes para ver si su contenido ha fraguado entre los gustos de los espectadores. Al menos, todos aquellos que se suban al carro de Netflix.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/110534/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jorge Gallardo-Camacho no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las series ya no se juegan su éxito en un solo día como pasaba con las emisiones lineales de la TV tradicional. Internet ha abierto las puertas del campo.Jorge Gallardo-Camacho, Codirector del Grado Internacional de Comunicación. Profesor e investigador, Universidad Camilo José CelaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.