tag:theconversation.com,2011:/fr/topics/pacientes-82137/articlespacientes – The Conversation2023-09-14T17:54:04Ztag:theconversation.com,2011:article/2130182023-09-14T17:54:04Z2023-09-14T17:54:04ZMás allá del tratamiento: la importancia del factor humano en la consulta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/548260/original/file-20230914-29-hba3sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=510%2C40%2C4896%2C3558&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/friendly-female-doctor-hands-holding-patient-515200255">Andrei_R/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cuando acudimos a un profesional sanitario, buscamos una solución a nuestro problema, que puede ir desde una molestia, como un dolor de espalda, hasta algo más grave que requiera una intervención quirúrgica. Pero en función de quién nos atienda podemos obtener diferentes resultados, incluso si recibimos el mismo tratamiento. </p>
<p>De hecho, elementos ajenos a las técnicas o intervenciones terapéuticas <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28521961/">pueden generar mayores beneficios que el propio tratamiento</a>. Nos referimos a los llamados factores no específicos, entre los que se encuentra el <a href="https://theconversation.com/efecto-placebo-en-fisioterapia-hablemos-de-ello-177751">famoso efecto placebo</a>. Pero no es el único.</p>
<h2>Cómo crear una estrecha alianza terapéutica</h2>
<p>Desde hace más de treinta años, <a href="https://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/article-abstract/492193">en el campo de la psicoterapia</a>, la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1337906/">medicina</a> y la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20576715/">fisioterapia</a> se viene utilizando el concepto de “alianza terapéutica” entre el paciente y el profesional sanitario. Este enfoque incluye en <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1836955312700875?via%3Dihub">su definición</a> el vínculo afectivo entre ambos, el acuerdo de metas y objetivos y la relación de confianza y empatía. Las investigaciones demuestran que esa sintonía produce <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24309616/">mejoras reales</a> en el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27133031/">tratamiento</a>.</p>
<p>¿Y qué debe tener en cuenta el profesional sanitario para afianzar esa alianza terapéutica? Puede resumirse en tres puntos:</p>
<p><strong>1.</strong> <strong>Empatía</strong>. Ponerse en el lugar de la persona que acude a la consulta <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35338901/">facilita encontrar una mejor opción de tratamiento</a>, además de generar un mayor ambiente de confianza.</p>
<p><strong>2.</strong> <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22613237/"><strong>Comunicación centrada en la persona</strong></a>. Esto genera soporte emocional y permite mejorar el vínculo entre terapeuta y paciente. Se consigue mediante comunicación verbal y no verbal, planteando preguntas abiertas y practicando una escucha activa. Ya lo decía <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Epicteto">Epicteto</a>: “así como existe el arte de bien hablar, existe el arte de bien escuchar”.</p>
<p><strong>3.</strong> <a href="https://jeffersonhealthcare.org/wp-content/uploads/2020/02/Sticks-and-Stones.pdf"><strong>Uso del lenguaje</strong></a>. Este factor puede influir de manera tanto positiva como negativa. Utilizar términos biomédicos como “degeneración” o “desgaste” puede generar en el paciente una percepción negativa sobre su diagnóstico. El profesional debe buscar alternativas a ese tipo de conceptos y esforzarse en que se entiendan bien todas sus explicaciones.</p>
<h2>El valor de las expectativas y el contexto social</h2>
<p>Si se establece una buena alianza terapéutica, el paciente estará mucho más implicado con su recuperación, lo que puede mejorar los resultados. Pero hay otros factores no específicos a tener en cuenta.</p>
<p>En primer lugar, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2931638/">las expectativas personales</a> pueden inclinar la balanza, aunque no siempre se tengan en cuenta a la hora de tratar una patología. Una manera de no defraudarlas es que el facultativo sea sincero y realista con respecto al pronóstico, argumentándolo con el mayor número de datos posibles.</p>
<p>También se conoce <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15621376/">la influencia del contexto social en la percepción del dolor</a>. Se ha podido observar que profesionales sanitarios como los fisioterapeutas pueden sentirse poco preparados para tratar pacientes que padecen <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25812929/">dolor lumbar</a> junto con problemas psicosociales que influían en su recuperación. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10954644/">La insatisfacción laboral</a>, contar con poco apoyo social o tener problemas familiares pueden agravar esas molestias. </p>
<p>Aunque no siempre es fácil modificar estas condiciones, al menos hay que trabajar con la persona para que pueda tenerlas en cuenta durante el proceso de su recuperación.</p>
<p>Profesionales sanitarios y pacientes deben considerar esta perspectiva. En el contexto de una enfermedad o patología que produce dolor o supone una disminución de la calidad de vida hay que valorar que no solo el tratamiento va a hacer que mejore esta situación, sino que todo lo que la rodea puede ser igual o incluso más importante. Así que, si sufre problemas de salud, rodéese de personas que le traten bien y sepan escucharle y busque la mejor manera de informarse.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213018/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cuando sufrimos problemas de salud, nos recuperamos antes si moderamos nuestras expectativas, tratamos con profesionales sanitarios empáticos y nos rodeamos de personas que nos tratan bien y saben escucharnos.Daniel Sanjuán Sánchez, Fisioterapeuta y personal docente investigador en la Facultad de Ciencias de la Salud en Universidad San Jorge, profesor asociado en la Facultad de Enfermería y Fisioterapia en la Universitat de Lleida. Miembro del grupo de investigación iPhysio, Universidad San JorgeCarolina Jiménez Sánchez, Docente del Grado en Fisioterapia de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad San Jorge. Investigador Principal Grupo de Investigación iPhysio, Universidad San JorgeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2011962023-08-15T19:43:52Z2023-08-15T19:43:52ZTecnología de vanguardia para que los futuros profesionales sanitarios empaticen con sus pacientes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/537804/original/file-20230717-239230-6k5hle.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=134%2C35%2C5065%2C3278&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/medical-technology-concept-mixed-media-female-1115081207">PopTika/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En alguna ocasión hemos tenido que acudir a un servicio médico con cierta urgencia. Y en alguna ocasión, probablemente, la mayoría de nosotros hemos percibido que el profesional sanitario que nos ha atendido parece fatigado y mantiene un trato frío y distante. Esto nos ha producido una sensación de que “no estaba presente” con nosotros y, por tanto, de que <a href="https://theconversation.com/el-reto-de-mejorar-la-comunicacion-entre-medicos-y-pacientes-197056">no hemos podido transmitirle realmente cómo nos sentíamos</a>. Tan solo pudimos relatarle una serie de síntomas físicos y nada más. </p>
<p>Salimos de ese centro médico con la sensación de que hemos sido tratados como un mero número. Y aunque nuestros síntomas físicos hayan sido revisados, no tenemos una sensación de alivio emocional. Si teníamos miedo o tristeza o nos sentíamos solos, incomprendidos o enfadados, dichas emociones siguen con nosotros. </p>
<p>¿Nos sentiríamos de otro modo si ese profesional hubiese sido capaz no solo de preguntar y abordar eficazmente nuestros síntomas físicos, sino también de hacernos sentir mejor? </p>
<p>Para ello, habría sido necesario que empatizase con nuestras emociones, lo que implica observar al paciente y preguntarle por sus dudas, atendiendo a sus temores y abordando sus emociones. Y eso solo es posible si se cumplen dos condiciones: 1) que los profesionales sanitarios cuenten con el tiempo suficiente; y 2) que hayan sido convenientemente entrenados, durante su formación académica, para desarrollar una medicina basada en la humanización de la salud.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/537805/original/file-20230717-200504-h7ieuq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Médico cogiendo la mano de su paciente." src="https://images.theconversation.com/files/537805/original/file-20230717-200504-h7ieuq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/537805/original/file-20230717-200504-h7ieuq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/537805/original/file-20230717-200504-h7ieuq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/537805/original/file-20230717-200504-h7ieuq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/537805/original/file-20230717-200504-h7ieuq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/537805/original/file-20230717-200504-h7ieuq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/537805/original/file-20230717-200504-h7ieuq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los médicos deben ser entrenados para empatizar con las emociones de sus pacientes.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-hold-hands-patient-which-sat-1517186540">Anatta_Tan/Shutterstock</a></span>
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<p>Este segundo punto es en el que hemos estado trabajando desde 2019 en el <a href="https://www.uspceu.com/investigacion/grupos-investigacion/id/psy-tech">Psycho-Technology Lab, de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid</a>, incorporando la simulación a través de herramientas de vanguardia como la realidad mixta. </p>
<h2>Entrenamiento con pacientes virtuales</h2>
<p>Esta tecnología se despliega a través de unas gafas y un software específico. Una vez que el alumno se pone el dispositivo, puede ver objetos, como avatares u otro tipo de instrumentos virtuales. Pero a diferencia de la realidad virtual, el estudiante es capaz de percibir su entorno físico inmediato (por ejemplo, el aula donde está) a la vez que interactúa con los objetos que está viendo virtualmente. </p>
<p>La realidad mixta cuenta con <a href="https://www.mdpi.com/2079-9292/12/4/1019">ventajas y desventajas, aunque su aplicación en el ámbito de la salud mental es aún muy escaso y, por tanto, altamente innovador</a>. En este campo, permite que los alumnos entrenen con avatares virtuales tantas veces como sea necesario, hasta integrar todo el conocimiento adquirido, con una práctica basada en la humanización de la salud. Es decir, se les enseña a empatizar con sus pacientes y ser capaces de responder eficazmente a las distintas emociones que manifiesten.</p>
<p>Para elaborar este <a href="https://www.mdpi.com/2227-7080/11/4/88">protocolo de instrucción hemos desarrollado varios estudios</a>, en los que hemos hemos hallado algunas claves. Por ejemplo, que la incorporación de la tecnología digital <a href="https://www.mdpi.com/2079-9292/12/7/1727">incrementa la motivación y el rendimiento de los alumnos</a> y que la utilización de avatares ya está dando <a href="https://www.mdpi.com/2079-9292/10/18/2212">resultados muy prometedores</a> en el entorno sanitario.</p>
<h2>Alumnos más motivados y satisfechos</h2>
<p>Para determinar si la realidad mixta había sido empleada con anterioridad por otros autores para abordar la salud mental, <a href="https://www.mdpi.com/2079-9292/12/4/1019">el Psycho-Technology Lab ha realizado una revisión</a> de 2 608 estudios científicos. Las conclusiones respaldan su utilidad para entrenar diversas habilidades en futuros sanitarios, tales como poder detectar la gravedad que refiere un paciente o la capacidad para entrevistar a un paciente pediátrico y a sus progenitores. </p>
<p>Los alumnos apreciaban también las ventajas de usar la realidad mixta, declarando una mayor satisfacción, así como un elevado nivel de motivación y de disfrute del proceso de aprendizaje. También manifestaban un incremento de la sensación de autoeficacia a la hora de desplegar habilidades prácticas, en comparación con modelos más tradicionales de enseñanza.</p>
<p>El protocolo de entrenamiento en humanización de la salud aún está siendo testado científicamente en el Psycho-Technology Lab. No obstante, esperamos que los resultados apoyen que la formación recibida por los alumnos les permita adquirir destrezas suficientes para proporcionar a sus pacientes un trato sanitario basado en el humanismo. Y que, por tanto, estos puedan abandonar la consulta teniendo la sensación de haber sido entendidos y valorados.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/201196/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esther Rincón recibe fondos de la Universidad San Pablo-CEU, CEU Universities (Madrid, Spain); y concretamente, para desarrollar este estudio se contó con la financiación del proyecto “MPFI20AP”.</span></em></p>Las habilidades para practicar una medicina basada en la humanización de la salud se pueden adquirir mediante el trato a pacientes virtuales con dispositivos de realidad mixta.Esther Rincón, Adjunct professor, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2061222023-08-04T05:55:06Z2023-08-04T05:55:06ZRazones para cambiar el pijama por ropa de deporte durante los ingresos hospitalarios<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/540413/original/file-20230801-19-oma1fj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=405%2C27%2C5601%2C3656&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sick-elderly-asian-old-man-couldnt-1362884789">Arunporn Thanapotivirat / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cada vez que una persona es admitida en el hospital por cualquier motivo, ya sea porque está enferma o para someterse a una cirugía, se espera que pase su estancia descansando en la cama mientras se recupera. Sin embargo, aunque el descanso es importante, pasar todo el tiempo sentado o en reposo en pijama y en la cama podría resultar contraproducente y derivar en más problemas de salud como consecuencia del sedentarismo. </p>
<p>Pero ¿qué alternativa tiene un paciente ingresado en un hospital? En muchos casos, la solución podría pasar por caminar de manera ligera, o decantarse por alguna otra manera de estar físicamente activo.</p>
<p>Hemos llegado a la conclusión de que <a href="https://bjsm.bmj.com/content/early/2023/05/22/bjsports-2022-106409">dedicar solo 25 minutos al día a caminar tranquilamente durante una estancia hospitalaria puede acelerar significativamente la recuperación</a> y evitar volver a ser hospitalizados en el futuro. Y además de mejorar la salud de los pacientes, para los sistemas de atención médica podría suponer un ahorro de miles de millones de euros cada año.</p>
<h2>El reposo no es la prioridad</h2>
<p>Aunque la idea de hacer caminar a los pacientes no es nueva, rara vez se ha integrado en el tejido de la atención hospitalaria. El énfasis se ha puesto, principalmente, en el descanso, con el concepto erróneo de que demasiada actividad podría obstaculizar la recuperación. Sin embargo, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27918776/">investigaciones recientes</a> sugieren que podría ocurrir justo lo contrario.</p>
<p>Los efectos negativos del reposo en cama empezaron a estudiarse en la década de 1940. Desde entonces, se ha llevado a cabo mucha investigación sobre el reposo en cama, principalmente para entender qué efecto puede tener la exploración espacial en el cuerpo. Sorprendentemente, no tarda mucho. A las pocas horas de guardar reposo en la cama, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15900645/">empezamos a perder masa muscular y ósea</a>. Esto lleva a una pérdida de fuerza que acaba reduciendo la capacidad de desarrollar independientemente las tareas cotidianas.</p>
<p>Por si fuera poco, largos períodos de reposo en cama disminuyen el flujo sanguíneo y la capacidad pulmonar e <a href="https://journals.physiology.org/doi/full/10.1152/jappl.2002.92.1.75*">incrementan el riesgo de trombosis venosa profunda</a>. También puede llevar a úlceras por presión, estreñimiento e incontinencia.</p>
<p>En contraste, introducir caminatas ligeras en la rutina diaria de un paciente parece contrarrestar todos esos efectos perjudiciales. No solo porque la actividad física permite preservar la fuerza muscular necesaria para la movilidad y las tareas cotidianas, sino porque, además, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36094529/">mantiene el sistema cardiovascular a punto</a>. </p>
<p><a href="https://bjsm.bmj.com/content/early/2023/05/22/bjsports-2022-106409">Nuestro estudio</a> ha demostrado que los adultos mayores que participaron en una actividad física leve, como caminar, tenían una mejor función física y una menor probabilidad de sufrir caídas. Además, los pacientes activos demostraron un riesgo de readmisión 10 % menor dentro de los 30 días después del alta.</p>
<p>El estudio se basó en datos de más de 3 000 adultos mayores, de entre 55 a 78 años (54,32 % mujeres), que fueron admitidos en una Unidad de Cuidados Intensivos del hospital o en una sala de Medicina General debido a una enfermedad aguda o a una intervención quirúrgica.</p>
<p>Otros <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6776357/">estudios anteriores</a> también han mostrado los beneficios de la actividad física durante una estancia en el hospital. Por ejemplo, existe evidencia que muestra los beneficios de la terapia de movilidad temprana en las Unidades de Cuidados Intensivos para pacientes críticos e inconscientes, mejorando su recuperación, la capacidad funcional y el número de días libres de ventilación.</p>
<h2>La campaña #EndPJParalysis</h2>
<p>El llamamiento a incorporar caminatas ligeras en las estancias hospitalarias respalda la campaña <a href="http://www.endpjparalysis.com">#EndPJParalysis</a>, un movimiento con origen en el Reino Unido que alienta a los pacientes a cambiar los pijamas y el reposo en cama por ropa de deporte y actividad ligera. Esta campaña, iniciada por profesionales de la salud, tiene como objetivo desafiar las normas tradicionales de la atención hospitalaria y empoderar a los pacientes en su proceso de recuperación.</p>
<p>El cambio no es meramente físico: también es psicológico. Vestir ropa normal y participar en ejercicio suave ayuda a los pacientes a mantener un sentido de normalidad y autonomía, aspectos cruciales que pueden influir positivamente en su mentalidad y recuperación.</p>
<p>Por supuesto, este enfoque debe ser adaptado a cada paciente, teniendo en cuenta su estado de salud y capacidades. Los profesionales de la salud deben asegurarse de que las caminatas se introducen de manera segura y supervisarlas de cerca, sin que nunca se presione a los pacientes más allá de sus niveles de comodidad.</p>
<p>Así que la próxima vez que necesite ingresar en un hospital, lleve sus zapatillas de caminar. No hay una talla única para todos, pero cada movimiento cuenta. La clave es asegurarse de hacer actividades adecuadas para las capacidades de cada paciente e incrementar gradualmente la actividad. Incluso pequeños movimientos, como salir de la cama y moverse a una silla cercana para descansar, o ir a dar un paseo corto al baño o a la cafetería, son un buen punto de partida. </p>
<p>Al rediseñar las normas de la atención hospitalaria tenemos la oportunidad no solo de mejorar los resultados de salud individuales, sino también reducir la carga de nuestros sistemas de atención médica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/206122/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Borja del Pozo Cruz recibe fondos del Gobierno de Andalucía, a través del programa de captación de talento EMERGIA (2020/00158)</span></em></p>El enfoque tradicional de hospitalización con reposo prolongado en cama y en pijama, aparentemente inofensivo, podría resultar contraproducente y generar problemas de salud en lugar de ayudar a la recuperación.Borja del Pozo Cruz, Investigador principal en Ciencias de la Salud, Universidad de CádizLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1781062022-03-17T19:02:37Z2022-03-17T19:02:37ZLlamar al paciente por su nombre y otros gestos que mejoran su salud<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/449762/original/file-20220303-23-1emvw23.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6006%2C4007&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-hold-hands-patient-which-sat-1686814150">Shutterstock / Anatta_Tan</a></span></figcaption></figure><p>¿Humanizar cura? La respuesta breve es no. Humanizar la manera en la que se trata a los pacientes en un hospital no cura y, ni mucho menos, salva vidas. Pero sí se convierte en una pieza fundamental para mejorar la percepción, el estado de ánimo e incluso el deseo de involucrarse en el seguimiento del tratamiento o acciones prescritas para la recuperación de la persona. Por lo tanto, no es un tema baladí. Influye en la salud. Incluso el dolor es percibido de diferente manera cuando nos sentimos bien tratados.</p>
<p>El paciente o la paciente puede llegar a entender que no le cures pero nunca que no le cuides. Y es ahí donde radica la esencia de la humanización de la atención sanitaria. Esa persona podrá comprender que la ciencia o su cuerpo no dé más de sí; que con los medios disponibles no seamos capaces de ofrecer la solución ansiada. Pero jamás que no nos preocupemos por ella. Que no sepamos mirarle a los ojos y tratarle como lo que es: una persona que merece respeto.</p>
<h2>¿Está deshumanizada la atención sanitaria hoy en día?</h2>
<p>Más allá de la voluntad personal de los grandes profesionales que habitan en nuestros hospitales, existen factores que dificultan que la atención sanitaria que ofrecemos sea más humana. Entre ellos, figuran la escasez de tiempo, la falta de recursos personales y físicos, la tecnificación de la medicina (que nos ha llevado a estar más pendientes de las máquinas y de los resultados de una prueba que de las personas), el propio diseño de las instalaciones médicas y el síndrome de estar quemado que afecta a <a href="https://theconversation.com/como-afecta-la-pandemia-al-personal-sanitario-efectos-psicologicos-y-como-minimizarlos-133988">una plantilla cada vez más mermada y agotada</a>.</p>
<p>A todo ello, debemos añadir el efecto devastador de la pandemia de covid-19, que se ha llevado por delante parte de lo avanzado en este terreno. La pandemia nos tapó el rostro a los profesionales de la salud, nos despojó de apariencia humana con los EPIs, nos impuso incorporar más procesos de protección en cada acción que desarrollábamos y nos robó tiempo. Se llevó por delante a muchas personas mayores de una generación admirable que, en la primera ola, murieron solos… Desolador. La pandemia ha demostrado que no estábamos preparados para algo así y que debemos humanizar, de nuevo, ese trato echándole imaginación.</p>
<p>Sin embargo, en todo ese maremágnum de obstáculos, como siempre, aparecen las personas con sensibilidad. Y es digno de destacar cómo profesionales del ámbito sanitario, desde médicos, enfermeros, auxiliares, personal de limpieza y otras labores han demostrado su capacidad de empatizar en mil y una ocasiones. Lo han hecho ofreciendo, por ejemplo, su teléfono personal para que una persona, consciente de que se moría, pudiera despedirse de su hijo. Sentido común, podríamos decir, pero un sentido que se ha topado en los últimos tiempos con demasiadas barreras.</p>
<h2>Detalles que marcan la diferencia en el cuidado de pacientes</h2>
<p>Un gesto. Una mirada. Un silencio. Mejorar el trato en un centro sanitario se resume en muchas ocasiones simplemente en prestar atención, saber que al otro lado hay una persona y analizar lo que hacemos para mejorarlo. </p>
<p>Veamos un ejemplo. Un <a href="https://doi.org/10.1016/j.enfi.2018.09.002">estudio desarrollado en la UCI del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla</a> reveló que el 60 % de sus pacientes refirieron dificultad a la hora de dormir adecuadamente derivada de la toma de constantes nocturnas realizada por el personal sanitario. </p>
<p>Por su parte, el estudio <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-enfermeria-intensiva-142-articulo-percepcion-del-sueno-pacientes-una-S1130239918300245">Percepción del sueño de los pacientes en una Unidad de Cuidados Intensivos</a>, realizado en Clínica Universidad de Navarra, señala que los ruidos, los monitores y la ronda de constantes fueron factores determinantes en la calidad del sueño.</p>
<p>Investigaciones como estas nos ayudan a sacar conclusiones. Por supuesto que debemos estar pendientes de los pacientes y verificar sus constantes, pero tenemos que personalizar la atención, ver quién necesita realmente que supervisemos su estado cada hora y a quién podemos desearle buenas noches y dejarle descansar hasta la mañana siguiente. No podemos caer en hechos tan llamativos como despertar a un paciente para darle la pastilla de dormir, algo que ocurre en nuestros hospitales.</p>
<p>Sin embargo, gracias a la sensibilidad de los profesionales sanitarios y, en especial, de profesionales de la enfermería, ya se llevan a cabo mejoras tan sencillas y decisivas como agrupar y minimizar las actuaciones, eliminar el ruido de los teléfonos por la noche y sustituirlo por luces, hablar en un tono bajo, sustituir carros ruidosos por otros más silenciosos, etc.</p>
<h2>¿Qué más se puede hacer para humanizar la atención sanitaria?</h2>
<p>La leyenda cuenta que un médico sabio dijo “La mejor medicina es amor y cuidados”. Alguien le preguntó: ¿y si no funciona? Él sonrió y contestó “Aumenta la dosis”.</p>
<p>Aumentémosla entonces. Son muchas las posibilidades a nuestro alcance, pero resumamos algunas de las acciones más reseñables:</p>
<ul>
<li><p>Identifiquémonos y dirijámonos al paciente por su nombre: que en ningún momento tenga la sensación de que es el 23 A o el de la colecistitis.</p></li>
<li><p>Transmitámosle la información de manera clara, cercana y comprensible, tanto al paciente como a sus acompañantes. Aprendamos a dar malas noticias.</p></li>
<li><p>Permitamos que sea dueño de sus decisiones y abandonemos ese paternalismo que ha existido en generaciones pasadas en la atención sanitaria en el que rara vez era el paciente quien decidía.</p></li>
<li><p>Respetemos la dignidad de la persona, su intimidad y su autonomía.</p></li>
<li><p>Promovamos un entorno tranquilo y confortable en las habitaciones y zonas comunes. Adecuemos nuestros centros.</p></li>
<li><p>Apoyemos emocionalmente en el duelo y velemos por el bien morir.</p></li>
<li><p>Pidamos a las administraciones que cuiden a sus profesionales, brindándoles los recursos necesarios para poder hacer bien su trabajo y dedicar el tiempo y la atención que requieren los pacientes.</p></li>
</ul>
<p>Si lo pensamos bien, la humanización sanitaria desemboca en el simple sentido común de que debemos cuidar a quien lo necesita. Si es posible, curarle, pero siempre y en todo momento, cuidarle. Quizá no salvemos vidas, pero haremos que merezcan la pena.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178106/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Tomas Belzunegui Otano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Llamarle por su nombre, ofrecerle un entorno tranquilo y permitirle tomar decisiones son detalles que mejorarían el cuidado de los pacientes. Son gestos que no curan, pero infuyen en su salud.Tomas Belzunegui Otano, Profesor del Area de Medicina, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1763202022-03-08T20:33:37Z2022-03-08T20:33:37ZLa microbiota intestinal puede ser un arma de doble filo: ¿induce la anemia o la recupera?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/444869/original/file-20220207-21-1rnfc8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C14%2C4881%2C3232&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/sickle-cell-anemia-disease-scd-blood-1870785907">https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/sickle-cell-anemia-disease-scd-blood-1870785907</a></span></figcaption></figure><p>La anemia es una de las dolencias más comunes del siglo XXI que afecta a un gran porcentaje de la población mundial. La Organización Mundial de la Salud <a href="https://www.who.int/health-topics/anaemia#tab=tab_1">estima</a> que un 42 % de los niños menores de 5 años y un 40 % de las mujeres embarazadas sufren anemia. Estos son los principales sujetos susceptibles. </p>
<p>Este síndrome puede producir retrasos en el desarrollo cognitivo y motor de los niños y aumentos de la mortalidad materna y perinatal. Existen diversos tipos de anemia que aparecen como consecuencia de multitud de causas o afecciones. La <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3685880/">causa</a> más común es la deficiencia de hierro o anemia ferropénica. Esta es la responsable de aproximadamente un 50 % de los casos.</p>
<p>La anemia ferropénica es una afección recurrente. Tiende a extenderse en el tiempo y a presentar recaídas, especialmente debido a las limitaciones que presenta el tratamiento actual, basado en suplementos de hierro. Entre ellas destaca la escasa absorción intestinal del mineral. Así, el remanente de hierro no absorbido provoca efectos adversos como alteraciones digestivas (diarrea, estreñimiento, inflamación intestinal), estrés oxidativo o enfermedad hepática. Esto da lugar a una alta tasa de abandono del tratamiento, normalmente de forma prematura, y desencadena una reaparición de la anemia al poco tiempo.</p>
<p>Los pacientes con anemia ferropénica suelen sufrir alteraciones del sistema digestivo e inmunitario. Esto sucede porque el hierro es necesario para la correcta maduración de los linfocitos. Su déficit puede dar lugar a un transporte de oxígeno insuficiente en todos los órganos, incluyendo el intestino.</p>
<h2>¿Puede ser la microbiota la responsable de la anemia?</h2>
<p>Entre las causas que pueden producir una deficiencia de hierro, las más frecuentes son una disminución de la ingesta del mineral, así como un aumento de las pérdidas de sangre. Sin embargo, muchos de los pacientes que sufren este tipo de anemia no muestran una disminución aparente de la ingesta de hierro y tampoco hemorragias. De modo que nos preguntamos si puede haber causas adicionales a las comúnmente conocidas que puedan ocasionar una anemia ferropénica.</p>
<p>Con el objetivo de responder esta pregunta, científicos de varias partes del mundo están estudiando cómo las bacterias intestinales pueden <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1550413119305601">modular la absorción de hierro</a>, que tiene lugar en los primeros segmentos del intestino. </p>
<p>El <a href="https://theconversation.com/nuestra-salud-empieza-en-los-intestinos-132450">intestino</a> es el lugar del organismo donde se alberga la mayor comunidad de microorganismos. Hay más de 1000 especies de bacterias, además de virus y hongos. Debido a la diversidad de especies, la variabilidad de genes que existen en estos microorganismos excede, en gran medida, nuestra propia variabilidad genética. De hecho, también se usa el término “nuestro segundo genoma” para hablar del microbioma.</p>
<p>Se ha comprobado en modelos animales que en el intestino existen determinadas bacterias que producen compuestos que <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1550413119305601">inhiben la absorción de hierro</a>. Por tanto, estos resultados apuntan a una posible causa de anemia ferropénica derivada de una mala absorción intestinal provocada por la microbiota. Estos datos no han sido todavía corroborados aún en pacientes.</p>
<h2>La microbiota al rescate</h2>
<p>Por otro lado, también surge la cuestión de cómo reacciona la microbiota intestinal a una anemia ferropénica de origen conocido. Es el <a href="https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00394-021-02645-6">caso de la investigación</a> llevada a cabo por científicos de la Universidad de Almería, Granada y el Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Para ello, se ha utilizado un modelo animal de anemia ferropénica inducida a través de una dieta deficiente en hierro. Así se ha visto que en este caso la microbiota intestinal tiene un efecto compensador frente a los efectos negativos de la enfermedad.</p>
<p>La composición de la microbiota intestinal se altera como consecuencia de la anemia, especialmente en las partes finales del intestino. Esta alteración trae consigo un aumento en la producción de ácidos grasos de cadena corta. Estos son compuestos de origen bacteriano que poseen efectos beneficiosos sobre la función intestinal. En concreto, favorecen la renovación de las células de la mucosa intestinal. Así se convierten en una fuente de energía para estas y modulan las respuestas inmunitarias intestinales, entre otros efectos. </p>
<p>En el mismo estudio, se han identificado los potenciales productores de estos ácidos grasos de cadena corta, bacterias pertenecientes al género <em>Clostridium</em>. Ciertas especies de este género, como <em>Clostridium difficile</em>, se asocian comúnmente al padecimiento de enfermedades infecciosas como la colitis. Sin embargo, otras especies como <em>Clostridium butyricum</em> son los mayores productores de ácidos grasos de cadena corta en el intestino.</p>
<p>Las investigaciones apuntan a que estos compuestos están llevando a cabo una función de compensación o “rescate” en las células intestinales afectadas por la deficiencia de hierro. En concreto, actualmente se está estudiando su posible implicación en el mantenimiento de la barrera intestinal, que se encuentra afectada en la anemia. Recordemos que su función es evitar el traspaso de sustancias nocivas y microorganismos desde la luz intestinal hacia el torrente sanguíneo.</p>
<p>Estas investigaciones recalcan el papel dual que puede llevar a cabo la microbiota intestinal en un mismo contexto y desde dos perspectivas diferentes: cuando se parte de una anemia ferropénica de origen desconocido o cuando se estudian las consecuencias de una anemia de origen conocido.</p>
<p>En definitiva, todo parece señalar que cuidar la microbiota intestinal y la dieta, como principal factor que la afecta, es esencial tanto para prevenir enfermedades como para favorecer mecanismos de respuesta o adaptación frente a estas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176320/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Miguel Soriano Rodríguez recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España. Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación (PEICTI) 2021-2023. Proyecto con referencia PID2020-120481RB-I00.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ana Soriano Lerma recibe fondos de la Universidad de Granada, el Ministerio de Educación y Ciencia, el Instituto de Salud Carlos III, la European Molecular Biology Organization </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>José Antonio García Salcedo y Mª Inmaculada López Aliaga no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Según los últimos estudios, su microbiota podría actuar a su favor o en su contra, bien provocando anemia, bien acudiendo al rescate cuando ya se ha desarrollado la enfermedad.Miguel Soriano Rodríguez, Profesor Titular de Universidad. Departamento de Agronomía, Universidad de AlmeríaAna Soriano Lerma, Investigadora predoctoral en ciencias biomédicas, Universidad de GranadaJosé Antonio García Salcedo, Investigador principal en el area de biomedicina, Universidad de AlmeríaMª Inmaculada López Aliaga, Catedrática de Fisiología. Universidad de Granada (España), Universidad de GranadaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1738672021-12-27T19:18:00Z2021-12-27T19:18:00ZEsperar al paciente en la puerta y otras formas de mejorar el diagnóstico en las consultas médicas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/439058/original/file-20211227-50268-12d3wls.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1131%2C0%2C7854%2C3314&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-female-patient-meeting-hospital-shaking-767724232">Shutterstock / Stock-Asso</a></span></figcaption></figure><p>La situación generada por el covid-19 <a href="https://theconversation.com/la-pandemia-ha-paralizado-las-operaciones-que-no-ponian-en-peligro-la-vida-de-los-pacientes-159203">ha agravado otros problemas</a> que ya estaban en situación crítica antes de la llegada de este virus. En estos dos años se han agudizado los sentimientos de soledad y de aislamiento social. Lo mismo ha sucedido con el deterioro de la salud mental en términos de angustia, ansiedad y depresión.</p>
<p>La salud mental no se puede separar de la salud física, de tal forma que los trastornos relacionados con el estrés emocional aumentan el riesgo de contraer enfermedades y contribuyen a sufrir lesiones evitables. En este contexto, uno de los principales retos a los que se enfrenta el sistema sanitario es la <a href="https://www.women360congress.com/humanizacion-del-sistema-sanitario/">humanización de la atención a las personas</a>.</p>
<h2>Relación bidireccional entre paciente y profesional</h2>
<p>La evidencia científica indica que <a href="http://www.xpabcn.com/revista/index.php/XPAHC/article/view/31">la comunicación es un factor clave para prevenir y mejorar las enfermedades</a>, ya que tiene un efecto positivo tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y en la recuperación de la persona enferma.</p>
<p>Potenciar la comunicación no solo se traduce en mejoras para el paciente, también <a href="https://www.medicoslaspalmas.es/images/COLEGIO/institucion/publicaciones/manual-relacion-medico-paciente.pdf">contribuye a disminuir el estrés del profesional</a> e, incluso, la cantidad de litigios por prácticas inadecuadas. Se trata de construir una relación de confianza y cercanía que sea bidireccional y cooperativa, de la que ambos actores salgan beneficiados.</p>
<p>La comunicación efectiva en la consulta médica, como en cualquier otra situación, requiere utilizar correctamente los recursos verbales y no verbales de emisor y receptor para establecer una conexión entre ambos.</p>
<p>Las consultas telefónicas están basadas sobre todo en palabras, por lo que se pierden todas las señales no verbales del cuerpo, que transmiten mucha información que ayuda al receptor a entender cómo nos sentimos y facilitan la correcta interpretación de nuestros mensajes.</p>
<h2>La importancia de la primera impresión</h2>
<p>La conexión con el paciente <a href="https://www.aafp.org/fpm/2014/0700/p25.html">se empieza a establecer al inicio de la consulta</a>. Se puede comenzar el diálogo con una breve interacción social que haga referencia a cuestiones personales conocidas en consultas anteriores. Por ejemplo, su situación laboral o el estado de algún familiar. Cuando responda, simplemente con observar y escuchar el médico encontrará pistas sobre su estado emocional.</p>
<p>El primer contacto puede condicionar el resto de la interacción. Si desde el principio se propicia un clima de confianza y cercanía, luego será más fácil que el paciente manifieste lo que realmente le preocupa. Habrá más posibilidades de que la comunicación sea efectiva y de que haya una mayor cooperación entre las dos partes.</p>
<p>Otro recurso que contribuye a la conexión entre ambos es mostrar empatía. Esto se consigue comprendiendo la experiencia del paciente y manifestándolo de forma explícita a través de comentarios como “Entiendo el dolor que le puede causar” o “Esta situación debe de resultarle frustrante”.</p>
<p>Ofrecer a la persona oportunidades para expresarse, solicitar información y plantear cualquier inquietud es imprescindible en una relación bidireccional. Esto implica dejar de lado el estilo directivo y paternalista basado en instrucciones que se transmiten de forma unidireccional desde el médico hacia el paciente.</p>
<p>Además de hacer preguntas y comentarios que inviten al interlocutor a intervenir, el médico ha de tomar conciencia de que su palabra no tiene por qué ser la predominante. Es muy importante permitir hablar a la otra persona para poder escuchar lo que le quiere transmitir.</p>
<h2>Información clara y decisiones compartidas</h2>
<p>Las palabras que elegimos en nuestros mensajes pueden marcar una gran diferencia en la percepción del receptor. Es importante ser lo más específicos posible en las explicaciones y en las preguntas. El objetivo es asegurarnos de que la persona comprende la información y está debidamente informada sobre las posibles adversidades.</p>
<p>Informar al paciente de que existen opciones y explicarle de forma clara lo que sucedería en cada una de ellas puede ayudarle a interiorizarlas, a explorar sus preferencias y a tomar una decisión de forma consecuente y responsable. Es esencial que la toma de decisiones sea compartida y que la persona se sienta apoyada por el médico.</p>
<p>También resulta fundamental para la comunicación adaptar el lenguaje a cada paciente y utilizar una terminología comprensible para él, para asegurarnos de que nos ha entendido.</p>
<p>Recordemos que la jerga médica especializada dificulta la comprensión de los mensajes y aumenta la distancia entre emisor y receptor. Podemos complementar la información transmitida de forma oral con documentos escritos y con otros recursos gráficos o audiovisuales que ayuden a entenderla.</p>
<h2>Cercanía y contacto visual para fomentar la empatía</h2>
<p>El lenguaje no verbal transmite mucha más información que las palabras. De forma verbal el hablante puede contradecir lo que siente o piensa. En el lenguaje corporal esto es mucho más complicado porque este lenguaje conecta directamente con nuestras emociones y estas no pueden falsearse.</p>
<p>El médico puede recibir al paciente en la puerta de la consulta, en lugar de esperarle detrás de su mesa. Si al saludarle acompaña sus palabras con <a href="https://www.fmc.es/es-aspectos-clave-no-verbal-consulta-articulo-X1134207211270235">gestos que demuestran una actitud de atención plena</a> (sonrisa, contacto visual, expresión facial tranquila, apretón de manos, etc.), contribuirá a conseguir ese clima de confianza y cercanía del que hablábamos antes.</p>
<p>Otra técnica que facilita la comunicación es adoptar posturas corporales que indiquen disposición y cercanía. Mantener el cuerpo rígido, inclinarlo hacia atrás o cruzar los brazos y las piernas son ademanes que transmiten inseguridad y tensión. </p>
<p>Por el contrario, una postura natural y relajada, inclinada ligeramente hacia delante, enseñando las palmas de las manos y con los brazos abiertos se suele interpretar de forma positiva por el interlocutor.</p>
<p>Utilizar el lenguaje de la distancia (proxémica) y el del tacto (háptica) contribuirá a conseguir la comunicación efectiva. Son dos lenguajes muy potentes desde el punto de vista comunicativo, pero hay que cuidarlos especialmente para no generar incomodidad ni en el médico ni en el paciente.</p>
<h2>La mirada y la sonrisa, herramientas con mucho potencial</h2>
<p>También es importante mantener el contacto visual durante la mayor parte de la entrevista médica. Es una de las mejores herramientas para demostrar empatía y transmitir confianza para que cuente su historia. Nos perderíamos mucha información valiosa si estamos más preocupados por consultar la historia clínica o la pantalla del ordenador mientras el paciente habla.</p>
<p>Sonreír es otro recurso que contribuye a generar confianza. Al inicio y al final de la consulta tiene especial efectividad, para crear un clima de cordialidad y para cerrar de forma amable el encuentro. En determinados momentos a lo largo de la entrevista, la sonrisa puede servir para aliviar la ansiedad, rebajar tensiones y facilitar el relato del receptor.</p>
<p>Acercarse a la persona al inicio y al final de la consulta sirve para mostrar la cercanía que muchas veces no es posible a lo largo de la entrevista porque la mesa actúa como barrera para la comunicación. Estrechar la mano, tocar ligeramente el brazo, dar una palmada en el hombro… son gestos que pueden ayudar a calmar a la otra persona y que emiten mensajes de aprecio o complicidad con ella.</p>
<h2>Comprender la realidad del paciente para mejorar el diagnóstico</h2>
<p>El profesional también puede estar atento al lenguaje paraverbal. El tono de la voz, la dicción, el volumen, la entonación, el silencio… son recursos muy poderosos para transmitir emociones y demostrar empatía. Conviene tenerlos muy presentes especialmente cuando se ha de manejar situaciones difíciles, dar malas noticias, resolver situaciones de agresividad, etc.</p>
<p>Otra forma de conseguir mayor conexión con el paciente es emplear gestos y expresiones faciales acordes con los mensajes verbales. Es conveniente evitar tanto la escasa como la exagerada gesticulación, para favorecer la comodidad de la otra persona, así como expresiones inadecuadas que transmitan sorpresa o discrepancia con ella.</p>
<p>En definitiva, el propósito es estar presente en la conversación con todos los sentidos atentos, observando y escuchando sin juzgar. El objetivo es obtener la mayor cantidad de información del paciente, tratando de comprender su realidad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173867/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Idoia Camacho Markina no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Sonreír, gesticular, ser empáticos o levantarse para recibir al paciente podría ayudar a los profesionales a entender su realidad y prevenir enfermedades.Idoia Camacho Markina, Profesora de Formación de Portavoces y Periodismo Especializado, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1545342021-03-02T20:04:55Z2021-03-02T20:04:55ZCómo mover a los pacientes minimizando riesgos: nuevas tendencias para hacerlo de forma segura<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/387333/original/file-20210302-19-qozhs9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6006%2C4007&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/blurred-teamwork-help-move-patient-hospital-606730220">Shutterstock / Chaikom</a></span></figcaption></figure><p>La Organización Mundial de la Salud prevé que para el 2050 la población mayor de 60 años se duplique, lo cual puede provocar <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/envejecimiento-y-salud">un aumento del número de personas en situación de dependencia</a>. En este contexto, los profesionales de la salud tienen el reto de generar estrategias de cuidados <a href="http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0140673614614628">que no solo prolonguen la vida</a>, sino también la calidad de los años. Esto contribuye a un envejecimiento saludable, el cual busca el correcto funcionamiento tanto a nivel físico como cognitivo, y ayuda al mantenimiento de la autonomía e independencia <a href="https://www.segg.es/media/descargas/Acreditacion%20de%20Calidad%20SEGG/Residencias/guiaOsteoporosis.pdf">a medida que se envejece</a>. </p>
<p>Los profesionales de la salud se encuentran entre las categorías profesionales más expuestas a los trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo. El contacto directo con el paciente requiere frecuentemente una sobrecarga física importante para levantar y reubicar a los pacientes. Esto a menudo se traduce en posturas inadecuadas y mantenidas durante demasiado tiempo, movimientos repetitivos y esfuerzos articulares <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32614529/">por el uso de técnicas manuales</a>. El manejo manual de pacientes (levantar de la cama, traspasar de cama a butaca) puede causar lesiones y trastornos musculoesqueléticos (especialmente dolor de espalda y hombros), que son muy frecuentes en profesionales como auxiliares de enfermería, celadores y fisioterapeutas, entre otros. </p>
<p>Una investigación de la prevalencia de estos problemas en enfermeras de Estados Unidos encontró que el 46 %, 35 % y 47 % <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11920961/">había experimentado problemas cervicales, de hombro y espalda, respectivamente, durante el último año</a>. Cabe destacar también que más del 80 % de las lesiones de espalda en el personal de enfermería son causadas <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9869308/">por el manejo manual de pacientes</a>. </p>
<h2>Educación y nuevas tecnologías</h2>
<p>En la actualidad se sabe que se debe evitar levantar o empujar manualmente cargas superiores a los 25 kg. Por tanto, en el caso de pacientes dependientes o semidependientes resulta muy recomendable el <a href="https://www.researchgate.net/publication/260044075_International_consensus_on_manual_handling_of_people_in_the_healthcare_sector_Technical_report_ISOTR_12296">uso de materiales y equipamiento específico como grúas</a>. Esto implica que ciertos métodos tradicionales manuales como el SIFAM (<em>Service lnitiation et Formation a la Manutention de Malades</em>) <a href="http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/100673/1/009240.pdf">del francés Paul Dotte</a>, desarrollado en los años 60 y 70, están siendo sustituidos por otros basados en la evidencia, más seguros para el paciente y el profesional.</p>
<p>Debido a la relevancia de este tema, se han introducido diferentes pautas y normativas para proteger a los trabajadores. Por ejemplo, la <a href="https://op.europa.eu/es/publication-detail/-/publication/d4adbb27-6dda-4a77-9f04-66e5a5da6f37/language-es/format-PDFA1B">directiva del Consejo 90/269 / EEC, a nivel de la Unión Europea (UE) en 1990</a> o el Consenso Internacional sobre Manejo Manual de Personas en el Sector de la Salud, publicado en el <a href="https://www.asphp.org/wp-content/uploads/2011/05/ArjoHuntleigh-Summary-ISO-TR-12296.pdf">Informe Técnico ISO/TR 12296 en 2012</a>. Sin embargo, estas guías no son lo suficientemente específicas para orientar la educación sobre el manejo y la movilidad segura del paciente. </p>
<p>La educación sobre el manejo seguro y la movilidad de los pacientes constituye la piedra angular del cambio de hábitos laborales en el sector sanitario. En los planes de estudios sanitarios se utilizan varias estrategias y recursos de enseñanza, como las simulaciones clínicas, la formación práctica, <a href="https://www.researchgate.net/publication/334865495_Hybrid_Learning_to_Develop_Safe_Patient_Handling_Judgement_in_Occupational_Therapy_Students">el aprendizaje híbrido</a>, el modelo de enseñanza interprofesional <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27580303/">entre pares</a> y las guías y algoritmos para orientar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22742695/">la toma de decisiones clínicas</a>. Las metodologías incluyen tareas sencillas o módulos más estructurados como la <em>Ergonomic patient handling card</em> desarrollada en Finlandia y la implementación del aprendizaje interactivo basado en casos como el <a href="https://www.researchgate.net/publication/259197699_Using_technology_to_enhance_physical_therapy_students'_problem-solving_skills_around_safe_patient_handling">SBLi desarrollado en Australia</a>. </p>
<p>Aunque aún se sabe poco sobre los métodos más efectivos, algunas estrategias como la colaboración interdisciplinaria y la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30352915/">enseñanza entre pares</a> resultan exitosas según algunos estudios.</p>
<p>Sin embargo, estos recursos <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30325746/">son poco conocidos</a> y el manejo seguro de pacientes se imparte de manera heterogénea en los grados universitarios de ciencias de la salud. </p>
<p>Por ello, y desde un enfoque pedagógico que contempla métodos de innovación docente, ha surgido <a href="https://sisu.ut.ee/rene/avaleht">el proyecto RENE</a> (<em>Renewing Ergonomic Education for Health Care Students in European Higher Education Insititutions</em>), que tiene como objetivo principal el mejorar y unificar la educación en manejo de pacientes a nivel europeo universitario. Cabe esperar que este tipo de iniciativas mejore la calidad de los cuidados de los profesionales de la salud, reduciendo también el riesgo de lesiones musculoesqueléticas en dicho colectivo. A su vez, el conocimiento adquirido por estos profesionales se podrá transmitir a los cuidadores informales a través de estrategias de promoción y educación para la salud. </p>
<p>Teniendo en cuenta que el sistema sanitario español cubre el 20 % del tiempo total dedicado a los cuidados de larga duración y el 80 % restante se realiza <a href="http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1851-82652017000200337">dentro del sistema informal de cuidados</a>, estas estrategias educativas de promoción del manejo seguro de pacientes pueden impactar positivamente a nivel socioeconómico, en la calidad de vida de las personas dependientes y de sus cuidadores.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/154534/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Javier Jerez-Roig recibió fondos de la Comisión Europea a través de la convocatoria de 2019 Erasmus+ (Strategic Partnerships for higher education) con el proyecto RENE (Renewing Ergonomic Education for Health Care Students in European HEIs)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Eduard Minobes Molina, Emilia Chirveches-Pérez, Judit Rusiñol Rodriguez, Marion Karppi y Montse Romero-Mas no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Las últimas tendencias proponen alternativas para llevar a cabo este proceso sin provocar daños músculoesqueléticos entre enfermeros y auxiliares.Javier Jerez-Roig, Professor of Physiotherapy; Research Delegate of the Faculty of Health Sciences and Welfare; Head of the Research Group on Methodology, Methods, Models and Outcomes of Health and Social Sciences (M3O), Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaEduard Minobes Molina, Director del Departamento de Ciencias de la Salud Básiques. Profesor agregado de Fisioterapia, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaEmilia Chirveches-Pérez, Directora del departamento de Ciencias de la Salud Aplicadas de la Facultat de Ciències de la Salut i el Benestar de la Uvic-UCC, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaJudit Rusiñol Rodriguez, Profesora e investigadora en Terapia Ocupacional, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaMarion Karppi, Senior LecturerMontse Romero-Mas, Relaciones Internacionales y Salud Digital, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1355872020-04-03T19:49:08Z2020-04-03T19:49:08ZÉtica médica: decisiones sobre el acceso de pacientes a UCI en situación de pandemia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/325355/original/file-20200403-74279-xvgkjt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5742%2C3276&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/focus-on-surgical-team-holding-anesthesia-107302769"> Wavebreakmedia / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La ética médica, desde el Juramento Hipocrático, trata de la <a href="https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-de-ginebra/">conducta profesional de los médicos</a>. Así, la deontología profesional en medicina se refiere a lo bueno y adecuado. La ética médica integra los valores, las actitudes, los derechos y las obligaciones que atañen al médico en el ejercicio de sus funciones, y también a los argumentos para la toma de decisiones. Estas se basan en aspectos clínicos y técnicos, pero también éticos y socioeconómicos como, por ejemplo, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=271609">la distribución de los recursos de los que se dispone</a>.</p>
<h2>Principios bioéticos y derechos humanos</h2>
<p><a href="http://www.publicacions.ub.edu/refs/observatoriBioeticaDret/ficha.aspx?cod=08439">La Bioética, como ética aplicada a las ciencias de la vida</a>, se identifica con la ética médica y con el análisis de los procedimientos para la toma de decisiones. También con la <a href="https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-de-helsinki-de-la-amm-principios-eticos-para-las-investigaciones-medicas-en-seres-humanos/">ética de la investigación en personas</a>, contexto en el que se gestan, a mediados del siglo XX, <a href="http://www.bioeticayderecho.ub.edu/es/comentarios-al-libro-principios-de-etica-biomedica-de-t-beauchamp-y-j-childress">los principios de autonomía o respeto por las personas</a>, beneficencia (y no maleficencia) y justicia, que sirven, junto a los <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000146180_spa">derechos humanos internacionalmente reconocidos</a>, para fundamentar y argumentar la toma de decisiones en el ámbito sanitario.</p>
<p>En una sociedad longeva como la europea, la pandemia por COVID-19 nos enfrenta a dilemas éticos de calado en el contexto hospitalario. Conviene destacar aquí los <a href="http://www.bioeticayderecho.ub.edu/es/el-obd-ofrece-acceso-abierto-al-libro-bioetica-y-medicina-intensiva">comités de ética asistenciales como instancias interdisciplinares</a>, que asesoran en situación de conflicto para elaborar y revisar los códigos éticos de la institución y para formar en temas “bioéticos” (la formación en ética y bioética es hoy crucial para los profesionales sanitarios).</p>
<h2>Del paternalismo a la autonomía en sanidad</h2>
<p>La ética médica ha transitado del paternalismo médico de principios del siglo XX, cuando la frase “todo por el paciente pero sin el paciente” definía al médico, a la reivindicación de la autonomía en sanidad en la que quien toma las decisiones es el paciente/usuario, quien tiene derecho a aceptar y rechazar tratamientos, incluidos los de soporte vital <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2002-22188">mediante el requisito del consentimiento informado</a> y a otorgar voluntades anticipadas. Esta aproximación individual debe combinarse con la perspectiva que aporta <a href="https://revistes.ub.edu/index.php/RBD/article/view/27818">la salud pública y que vela por el interés colectivo</a>.</p>
<p>El virus SARS-CoV-2 está causando estragos en la población de edad avanzada y también en los sanitarios, como es lógico. No hay equipamiento ni material sanitario suficiente, falta personal y el número de personas contagiadas que requerirán tratamientos intensivos crece exponencialmente. </p>
<h2>Toma de decisiones en el ámbito sanitario</h2>
<p>Esta situación inédita y de la que se van conociendo poco a poco más datos, tanto de la naturaleza del virus como de la evolución de la enfermedad, así como de su epidemiología, obliga a identificar posibles escenarios y cursos de acción para tomar decisiones en el ámbito sanitario. </p>
<p>Para hacer una valoración adecuada se necesita <a href="https://semicyuc.org/wp-content/uploads/2020/03/%C3%89tica_SEMICYUC-COVID-19.pdf">la aportación de las sociedades científicas implicadas</a>, de las <a href="https://www.who.int/es/news-room/detail/30-03-2020-who-releases-guidelines-to-help-countries-maintain-essential-health-services-during-the-covid-19-pandemic">organizaciones internacionales de referencia</a> pero, muy especialmente, se requiere efectuar un análisis por parte de equipos interdisciplinares para que las decisiones no se fundamenten únicamente en criterios clínicos. </p>
<p>Hay enfermos, no enfermedades, y se deben ponderar los derechos e intereses en conflicto. En este caso, la pandemia obliga a priorizar el principio de justicia. La tensión entre el interés colectivo para proteger la salud pública y las preferencias individuales es evidente. </p>
<h2>Tensión entre interés colectivo e individual</h2>
<p>El estándar de cuidado que se proporciona habitualmente puede verse modificado y las decisiones sanitarias priorizarán el interés común frente al individual. Esta situación genera estrés en los profesionales, que deben optar entre varios cursos de acción. Por ello es necesario <a href="http://www.bioeticayderecho.ub.edu/es/el-obd-presenta-sus-recomendaciones-para-la-toma-de-decisiones-eticas-sobre-el-acceso-de-pacientes">identificar y consensuar las obligaciones</a> que se generan, los aspectos éticos, sociales y las pautas de actuación sobre el acceso de pacientes a unidades de cuidados especiales. </p>
<p>Son muchas las aristas en el debate sobre las actuaciones médicas en tiempos de pandemia: priorizar los intereses colectivos no implica relegar al individuo porque el médico deberá buscar alternativas al tratamiento, procurar la mejor atención disponible según los protocolos aplicables y aliviar su sufrimiento; respetar la intimidad y la confidencialidad de los afectados. Las decisiones se tomarán de forma equitativa, siempre por razones de salud pública. </p>
<h2>Plan de contingencia para prever dilemas éticos y cursos de acción</h2>
<p>Se recomienda tomar las decisiones de forma colegiada para evitar valoraciones e interpretaciones individuales de los casos. Los profesionales sanitarios deben tener una respuesta a la crisis mediante un plan de contingencia que vele por la seguridad y la salud de todos los implicados y poder prever y planificar los dilemas éticos y la posible solución por la que optar: unidades de cuidados intensivos frente a la hospitalización convencional; uso de tratamientos de soporte vital –como la ventilación mecánica y la reanimación cardiopulmonar–, retirada del tratamiento o derivación a unidades de cuidados paliativos cuando no hay alternativa o no están disponibles otros tratamientos.</p>
<h2>Información y principio de transparencia</h2>
<p>Es necesario también establecer los criterios a aplicar en previsión de falta de personal, material y espacios. Un aspecto fundamental es la información a pacientes y familiares sobre las decisiones, que deberán argumentarse y consensuarse en la medida que sea posible. Los criterios y argumentos utilizados deben poder conocerse públicamente de acuerdo al principio de transparencia.</p>
<p>La situación de pandemia obliga a valorar los recursos disponibles y a agotar todas las posibilidades antes del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Triaje">triaje de enfermos</a>. Por ejemplo, transferir pacientes a otros centros, ampliar instalaciones y adquirir más ventiladores mecánicos, etc. La edad no debe ser el único criterio para valorar el beneficio esperado para cada paciente. Hay que atender a su situación global de salud y calidad de vida esperada. </p>
<h2>Comités de triaje para tomar decisiones sobre limitación de tratamientos</h2>
<p>Los deseos de los pacientes y los de la familia en esta situación deben ser respetados, y es preciso consultar si la persona ha otorgado un documento de voluntades anticipadas en el que pone de manifiesto sus preferencias. Entre otras cuestiones no menos relevantes, desde el <a href="http://www.bioeticayderecho.ub.edu/">Observatorio de Bioética y Derecho de la Universitat de Barcelona</a> proponemos la creación de un comité de triaje hospitalario para tomar decisiones consensuadas sobre limitación de tratamientos de soporte vital. Es preciso instaurar los mecanismos que sean necesarios para la gestión emocional de los profesionales que deben enfrentarse a estas duras decisiones.</p>
<hr>
<p><em>Este artículo incluye una síntesis de las recomendaciones de consenso para la toma de decisiones éticas sobre el acceso de pacientes a unidades de cuidados especiales en situación de pandemia elaboradas por el centro de investigación interdisciplinar <a href="http://www.bioeticayderecho.ub.edu/">Observatorio de Bioética y Derecho</a> de la <a href="http://www.bioeticayderecho.ub.edu/es/unesco">Cátedra UNESCO de Bioética</a> de la Universidad de Barcelona.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/135587/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Itzíar de Lecuona no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El estándar de cuidado que se proporciona habitualmente en los hospitales se está viendo modificado en estos días. Las decisiones sanitarias pueden priorizar el interés común frente al individual. Es necesario consensuar los aspectos éticos y las pautas de actuación, especialmente sobre al acceso de pacientes a unidades de cuidados especiales. Las decisiones se deben tomar de forma equitativa y siempre por razones de salud pública.Itzíar de Lecuona, Profesora Agregada, Departamento de Medicina y Subdirectora del Observatorio de Bioética - Cátedra UNESCO de Bioética de la Universidad de Barcelona, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1281882020-02-13T20:55:44Z2020-02-13T20:55:44ZLa evidencia no basta en medicina: también debemos comprender al paciente<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/313824/original/file-20200205-149766-r5tmbs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5546%2C3694&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-patient-discussing-something-while-sitting-696188545">Shutterstock/S_L</a></span></figcaption></figure><p>El conocimiento científico no es <em>natural</em>, sino que surge de las preguntas y respuestas obtenidas a través del método científico. Para obtenerlo se usan diseños que recolectan y analizan información. Por último, este conocimiento es aplicado con un objetivo que, en nuestro caso, es el de prevenir y curar enfermedades.</p>
<p>La aplicación del conocimiento en ciencias de la salud tiene lugar a través de intervenciones como los tratamientos farmacológicos, los programas de prevención de hábitos nocivos, las terapias manuales y las nuevas tecnologías <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30488380">como la salud móvil</a>.</p>
<p>Además, es preciso confirmar la eficacia de esa intervención: que sirva para lo que fue diseñada, sea efectiva, se aplique de manera eficaz para evitar un malgasto de recursos y, sobre todo, que sea segura para el paciente. En ciencias de la salud el conocimiento científico es puesto a prueba y contrastado mediante un proceso denominado <a href="https://www.sciencedirect.com/book/9780702042706/practical-evidence-based-physiotherapy">“evidencia clínica”</a>.</p>
<p>La evidencia clínica surge a finales de los años 90 con el propósito de aplicar métodos estadísticos y de análisis de datos en los procesos de salud y enfermedad. El objetivo era demostrar que las intervenciones eran eficaces, efectivas, seguras y no solamente basadas en la experiencia, la intuición o el consenso de los expertos. </p>
<p>Con los años se implantó como la forma de generar conocimiento y evaluar su aplicabilidad en <em>la clínica</em>, en la aplicación directa en personas enfermas. Esto confirma que <em>no todo vale</em> en ciencias de la salud. No todo conocimiento científico puede o debe aplicarse a nivel clínico, en la <em>vida real</em> de los hospitales y centros de salud.</p>
<p>La evidencia clínica, en un primer momento, estaba basada en la aplicación de diseños de investigación <em>cuantitativa</em>, dirigidos a responder preguntas sobre cantidad, frecuencia, probabilidades y riesgo. Destacan los ensayos clínicos, los estudios de cohortes, concordancia y validez diagnóstica, y estudios de caso y control. </p>
<p>Pero, a medida que se aplicaba esta evidencia de manera masiva, comenzaron a surgir <em>conflictos</em>. Estos aparecían cuando se intentaba aplicar un tratamiento basado en la evidencia clínica, <a href="https://us.sagepub.com/en-us/nam/qualitative-inquiry-and-research-design/book246896">pero era rechazado por el paciente o la familia por razones de cultura, creencias, o ideología</a>. </p>
<p>El escenario era el siguiente: por un lado existía una intervención médica que se había demostrado a través de la evidencia clínica que era eficaz y segura. Por otro lado, un grupo de pacientes que rechazaban ese tratamiento. No tenían estudios científicos para apoyar su decisión, sino que esgrimían conceptos como la confianza, la empatía, el sentirse acompañado, preceptos morales y éticos, mandatos religiosos y presión social. Ejemplos son <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28169420">la negativa de vacunación en menores de edad</a> por los progenitores y <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23538204">el rechazo de transfusiones de sangre por motivos religiosos</a>.</p>
<h2>Integrar la evidencia con las necesidades</h2>
<p>¿Cómo determinar qué conocimiento científico es <em>válido</em> en ciencias de la salud? ¿Cuál debería ser aplicado? ¿Qué criterios se deberían seguir? ¿Solo el basado en parámetros cuantificables, reproducibles; y extrapolable? ¿Todos los pacientes, familias y profesionales de la salud aceptan ese conocimiento contrastado?</p>
<p>Ante esta realidad compleja, en la que interaccionan la evidencia y las necesidades de los usuarios, comenzaron a aplicarse nuevos paradigmas centrados en describir y analizar las experiencias de los pacientes y sus familias, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29185831">en relación a la enfermedad, los tratamientos, y la organización sanitaria</a>.</p>
<p>Este tipo de investigación se denomina <em>cualitativa</em>, pues intenta comprender la experiencia de las personas ante la salud, la enfermedad y la discapacidad. Estos diseños estudian el comportamiento y respuestas de las personas según su cultura y etnia, la experiencia vivida, el contexto y entorno social, la participación activa de comunidades y a través del estudio de casos críticos.</p>
<p>En la actualidad existen muchos diseños de investigación cualitativa que son aplicados en ciencias de la salud. <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24979285">Su meta es comprender el impacto de las intervenciones basadas en la evidencia en la persona enferma</a>, en su familia, en los profesionales que deben aplicar esa intervención, en su entorno social y en la comunidad en la que viven. Un ejemplo fue el empleo masivo de retrovirales en el tratamiento de pacientes con VIH, y su impacto <a href="https://www.researchgate.net/publication/332577436_Improved_adherence_to_anti-retroviral_therapy_among_traditionalists_Reflections_from_rural_South_Africa">en los pacientes</a> y <a href="https://scholars.latrobe.edu.au/display/publication710323">su entorno</a>.</p>
<p>La investigación cualitativa no es la antítesis de la cuantitativa, en la que se apoya la evidencia clínica. Ambas sirven para generar conocimiento en ciencias de la salud, y se complementan mutuamente:</p>
<ul>
<li><p>La investigación cuantitativa ayuda a demostrar la eficacia, efectividad y seguridad de una intervención</p></li>
<li><p>La investigación cualitativa ayuda a comprender por qué un grupo de personas con una enfermedad rechazan las recomendaciones sanitarias, a pesar de que, en un primer momento, parezca irracional.</p></li>
</ul>
<p>En los últimos años ha cobrado especial importancia <a href="https://www.narcis.nl/publication/RecordID/oai%3Apure.rug.nl%3Apublications%2F85aa8b44-0d14-4b68-a962-5c54bce0f9b6">la integración</a> del conocimiento <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31763990">derivado de las expectativas de los usuarios</a>.</p>
<p>Por tanto, en el entorno sanitario se debe asegurar la eficacia y seguridad de los tratamientos, pero también incorporar el conocimiento obtenido de las experiencias de los pacientes.</p>
<p>La evidencia clínica hoy aplica el conocimiento científico a través de intervenciones sanitarias eficaces, efectivas y seguras. En otras ocasiones irá destinada a comprender las experiencias de los pacientes, familiares y profesionales, para plantear más preguntas que orienten nuevas investigaciones, describir fenómenos complejos que impactan en las organizaciones sanitarias y ayudar en el proceso de toma de decisiones. Esto permite asignar recursos, implantar nuevas tecnologías, modificar protocolos y formas de trabajar según las necesidades y experiencias de los usuarios.</p>
<p>Es importante integrar la experiencia de pacientes y familiares a través de la evidencia clínica. Esto permite dar perspectiva y profundidad a las intervenciones y tratamientos utilizados en entornos sanitarios y ciencias de la salud.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/128188/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Domingo Palacios Ceña no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las ciencias de la salud deben hoy integrar la experiencia de pacientes y familiares a través de la evidencia clínicaDomingo Palacios Ceña, Profesor Titular de Universidad. Facultad Ciencias de la Salud., Universidad Rey Juan CarlosLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.