La estrategia del partido que lidera Santiago Abascal durante la crisis del COVID-19 arroja luz sobre sus principales características: una suerte de populismo radical de derechas aderezado de particularidades españolas, tradicionalismo y centralismo.
En el ámbito nacional pero también europeo resulta indispensable la superación de la actual situación caracterizada por una ingobernabilidad creciente que ya resulta insostenible por más tiempo.
A pesar del escenario marcado por la sentencia del “procés”, los resultados entre los bloques no han sido excesivamente distintos. Pero sí existen diferencias entre estas elecciones y las anteriores.
Las elecciones generales ofrecen un enorme castigo a Ciudadanos y un notable incremento de Vox. El PSOE ha perdido más de 700.000 votos y el PP ha recuperado 22 escaños. Seguimos teniendo un parlamento fragmentado y ninguna mayoría clara.
Las nuevas elecciones generales dibujan en España un complejo panorama en el que se asienta el multipartidismo con un importante componente ultraderechista.
El único debate entre los principales candidatos previo a las elecciones generales que se celebran en España el 10 de noviembre fue muy largo y mostró que un pacto de izquierdas resultaría inviable.
La campaña de las elecciones generales del próximo 28 de abril se ha articulado alrededor de dos debates televisivos. La televisión importa y centra porque es capaz de agitar la estrategia, las decisiones de los candidatos y el estado de ánimo de los votantes