tag:theconversation.com,2011:/fr/topics/violencia-sexual-61790/articlesviolencia sexual – The Conversation2024-01-03T20:19:56Ztag:theconversation.com,2011:article/2192342024-01-03T20:19:56Z2024-01-03T20:19:56ZDel amor romántico al inicio de las relaciones con violencia: cómo detectarlas<p>María lleva tres años con su novio. Al principio vivía en una relación perfecta, estaba convencida de que él era su príncipe azul. Pero poco a poco fue detectando comportamientos que no le gustaban: le controlaba el móvil, la llamaba a menudo para ver dónde se encontraba, le impedía ver o hablar con sus amigas… </p>
<p>Dentro de su grupo de chicas estos comportamientos eran vistos como normales y pensaban que María y su novio eran la pareja perfecta. Pero, poco a poco, estos gestos fueron empeorando, aparecieron gritos, amenazas e insultos, hasta que María decidió dejar la relación y se dio cuenta de que estaba siendo víctima de violencia. </p>
<p>La violencia en las relaciones de pareja se suele iniciar en la adolescencia. Hablamos de <a href="https://www.cdc.gov/violenceprevention/intimatepartnerviolence/teendatingviolence/fastfact.html">violencia en el noviazgo </a> para referirnos a cualquier comportamiento abusivo, coercitivo o violento que ocurre dentro de una relación de pareja en la que ambos miembros están involucrados en una relación romántica o sexual, con una intensidad y duración variable. </p>
<p>Muchas veces se inicia de forma sutil y es muy difícil detectar su aparición. Esta violencia puede afectar a todo tipo de personas jóvenes que mantengan una relación íntima con otra persona, independientemente de su sexo, género, orientación sexual, origen o nivel socioeconómico. </p>
<p>Cuando hablamos de violencia no solo nos referimos a algo tan evidente como un golpe. Existen distintos <a href="https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-48082013000200001">tipos de violencia</a>:</p>
<ul>
<li><p>Física: cualquier conducta que genera algún daño físico y afecte a la integridad de la persona (golpes, bofetadas, heridas…).</p></li>
<li><p>Sexual: cualquier intento de que la persona participe en actos sexuales no consensuados (besos forzados, tocamientos, violaciones…).</p></li>
<li><p>Verbal: uso de palabras para amenazar, culpar, minimizar actos violentos, insultar…</p></li>
<li><p>Social: actos sociales que atentan contra la integridad física, psíquica o relacional de una persona, siendo la forma más común el aislamiento. </p></li>
<li><p>Psicológica: acciones que generan daño psicológico. Por ejemplo. generar miedo, intimidar, aislar, culpar sin medida, humillar, amenazar con dejar de amar…</p></li>
</ul>
<p>Otro elemento que puede estar presente en las relaciones de este tipo es el acoso, entendido como un patrón de atención y contacto repetido e indeseado por parte de una pareja (actual o anterior) que causa miedo o preocupación por la seguridad de una víctima individual o alguien cercano a la víctima.</p>
<p>Además, es importante señalar que cada vez es más frecuente que estos comportamientos ocurran a través de redes sociales e internet. La violencia en citas electrónicas implica acciones de control, acoso, abuso, coerción, amenazas, y/o humillaciones de una pareja a través de dispositivos digitales.</p>
<h2>¿Cuáles son las consecuencias?</h2>
<p>La incidencia de violencia en el noviazgo varía según el tipo de violencia (física, sexual o psicológica) y el país estudiado, variando entre el 27,7 % y el 70,7 % de la población joven. En concreto en España, según <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jan.15170">un estudio llevado a cabo en universitarios</a>, la incidencia de violencia es del 53,2 % de la población, unas cifras que son preocupantes. De hecho, a menudo es un fenómeno invisible: es muy frecuente que las personas que la sufren no revelen y para los demás es difícil de percibir. Se estima que <a href="https://news.un.org/es/story/2021/03/1489292">una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja</a> al menos una vez en su vida. Estas pueden ser algunas de sus consecuencias:</p>
<ul>
<li><p>Psicológicas: problemas emocionales (ansiedad, depresión, trastornos de estrés postraumático…), baja autoestima, sumisión, dependencia, ideas suicidas debido a humillaciones, desvalorizaciones, insultos, amenazas, manipulaciones, culpabilización, aislamiento social y pérdida de la toma de decisiones.</p></li>
<li><p>Sociales: aislamiento social, absentismo laboral o escolar, pérdida de amistades y de apoyo social.</p></li>
<li><p>Físicas: lesiones, traumatismos, heridas, relaciones sexuales forzadas, enfermedades de transmisión sexual, embarazos de riesgo y abortos y muerte.</p></li>
<li><p>Otros: insomnio, abuso de alcohol y drogas, consecuencias en el futuro de las víctimas…</p></li>
</ul>
<h2>¿Qué causa violencia en el noviazgo?</h2>
<p>No existe un único motivo que cause la aparición de violencia en el noviazgo, aunque se sabe que hay una gran relación entre haber sufrido o sufrir violencia y ejercerla. Su aparición está causada tanto por <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-97282019000200015&lng=es&tlng=es">variables personales como interpersonales</a>, entre ellas la falta de apoyo familiar, culpabilizar a las víctimas, aceptación y tolerancia social y familiar hacia relaciones abusivas, transmisión intergeneracional de la violencia y mala gestión de emociones.</p>
<p>Los comportamientos que se desarrollan durante la primera relación amorosa están vinculados a las normas sociales que se aprenden durante los primeros años de desarrollo. En muchos casos, este conocimiento se obtiene de los mensajes en los medios de comunicación y de la observación de los comportamientos de relación en el núcleo socio-familiar, muchas veces marcado por la presencia de violencia simbólica (estereotipos, mensajes, valores o signos que refuerzan y reproducen relaciones basadas en el dominio y la sumisión y favorecen el hecho de que se repitan relaciones basadas en la desigualdad y el machismo).</p>
<p>Sin embargo, existen factores que favorecen la aparición de violencia: </p>
<ul>
<li><p>Creer en la existencia de la superioridad de un sexo sobre el otro y criarse en un ambiente sexista.</p></li>
<li><p>Estereotipos y roles tradicionales de género.</p></li>
<li><p>Estereotipos de comportamiento que dan lugar a actitudes y comportamientos asociados con el control y la violencia como herramientas para mantener cualquier tipo de relación. </p></li>
<li><p>Valores sociales y familiares asociados a la violencia. </p></li>
<li><p>Falta de experiencia y formación en resolución eficaz de conflictos, falta de asertividad. </p></li>
</ul>
<h2>La violencia de pareja como problema social y su prevención</h2>
<p>Un gran problema en torno a la Violencia en el noviazgo es la <a href="https://doi.org/10.21203/rs.3.rs-3173023/v1">aceptación de esta como algo normal</a> y como problemas o cosas de pareja normales que no se identifican como comportamientos violentos ni abusivos. </p>
<p>Existen factores que favorecen la aceptación de la violencia: </p>
<ul>
<li><p>La exposición a la violencia causa aceptación de esta como normal, de forma que la violencia dentro de una relación de pareja abarca conductas aprendidas como normales.</p></li>
<li><p>Culpabilizar a la víctima.</p></li>
<li><p>Perpetuar mitos de amor romántico y creencias sexistas. </p></li>
<li><p>Aceptar la violencia por su aparición gradual que impide la identificación de la misma.</p></li>
</ul>
<p>Sin embargo, la <a href="https://www.unwomen.org/sites/default/files/Headquarters/Attachments/Sections/Library/Publications/2015/A-framework-to-underpin-action-to-prevent-violence-against-women-es.pdf">violencia de pareja se puede prevenir</a> y estas son algunas claves:</p>
<ul>
<li><p>Mejora de habilidades como la capacidad de comunicación interpersonal, la gestión de conflictos y la toma de decisiones compartidas. </p></li>
<li><p>Empoderamiento personal desarrollando confianza en uno mismo. </p></li>
<li><p>Mejora de los servicios encargados de atender y detectar los casos de violencia.</p></li>
<li><p>Creación de entornos seguros contra todo tipo de violencia.</p></li>
<li><p>Establecimiento de relaciones familiares enriquecedoras, prohibiendo el castigo físico y realizando programas sobre crianza para padres y madres. </p></li>
<li><p>Cambio de actitudes, creencias y normas sobre los estereotipos de género nocivos que perpetúan los privilegios masculinos y la subordinación de la mujer. </p></li>
</ul>
<p>En conclusión, se trata de un fenómeno complejo que afecta a un alarmante porcentaje de la población joven. Desde sus manifestaciones más evidentes hasta las formas sutiles que la caracterizan, la violencia deja secuelas psicológicas, sociales y físicas duraderas. Las consecuencias son profundas, y la prevención es urgente.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/219234/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esperanza Barroso Corroto recibe fondos de Ayudas para la formación de personal investigador en centros públicos
de investigación y en empresas, en el marco de la retención y el retorno del talento, cofinanciadas por la Junta
de Comunidades de Castilla-La Mancha y por el Fondo Social Europeo Plus (FSE+).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juan Manuel Carmona Torres no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Del amor romántico a una relación con violencia hay en muchas ocasiones solo un paso. Por eso, es imprescindible detectar a tiempo este tipo de relaciones, prevenirlas y conocer las señales que indican que estamos ante una de ellas.Esperanza Barroso Corroto, Personal Investigador Predoctoral Prejccm 000002, FACULTAD DE FISIOTERAPIA Y ENFERMERÍA TOLEDO, Universidad de Castilla-La ManchaJuan Manuel Carmona Torres, Profesor Titular de Universidad en la Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2135892023-10-23T21:44:03Z2023-10-23T21:44:03ZCuál es la relación entre pornografía y violencia<p>La pornografía es entendida generalmente como aquellos materiales sexualmente explícitos destinados a excitar al consumidor. En algunos contenidos pornográficos se incluyen prácticas sexuales en las que está implicada la violencia de algún modo. ¿Podrían, entonces, estar promoviendo la violencia en aquellas personas que ven estos vídeos asiduamente?</p>
<p>Para testar la hipótesis de que la pornografía pueda estar promoviendo comportamientos imitativos, aprendizaje por observación y desensibilización, refuerzo de estereotipos sexistas y la percepción de que la violencia, especialmente hacia las mujeres, es algo aceptable, hemos realizado una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37309642/">revisión sistemática</a> de las investigaciones de los últimos 20 años.</p>
<h2>¿Qué violencia?</h2>
<p>Existen múltiples modelos teóricos que clasifican y conceptualizan la violencia. Nosotros nos basamos en la taxonomía de la violencia sexual en parejas íntimas propuesta por la especialista estadounidense <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25561088/">Meredith Bagwell-Gray y colegas en 2015</a>. Esta teoría sugiere que los diferentes tipos de violencia sexual en parejas íntimas se pueden categorizar en cuatro grupos, según la invasión y la fuerza utilizada en el contexto de la pareja. Estos grupos incluirían la coerción sexual, la agresión sexual, el abuso sexual y la actividad sexual forzada.</p>
<p>Tras revisar 1 524 artículos, finalmente se incluyeron en el análisis 59 estudios científicos que evaluaban la relación entre el uso de pornografía y distintas manifestaciones de violencia. Los estudios incluidos presentaron una amplia heterogeneidad en cuanto al diseño de estudio, el número de participantes (oscilando entre 42 y 4 363 participantes) y las definiciones de pornografía y violencia, lo que dificulta en gran medida poder comparar hallazgos y llegar a obtener conclusiones sólidas al respecto. </p>
<h2>¿Hay una relación?</h2>
<p>Algunos autores sugieren que el uso de pornografía no parece estar relacionado con actitudes agresivas hacia las mujeres. Sin embargo, varios estudios sí han encontrado esa asociación entre el uso de pornografía y la violencia no sexual. </p>
<p>Por ejemplo, se ha sugerido que ver pornografía en pareja se relacionaría con la victimización por agresiones físicas. Esto podría deberse, según algunos autores, a que la pornografía normaliza la violencia, lo que afectaría a la intimidad emocional de las personas incluso en contextos no sexuales. </p>
<p>Además, se ha mencionado una relación entre el uso de pornografía y el acoso y la victimización emocional, a pesar de que la causalidad entre estos factores aún no está clara.</p>
<h2>Pornografía y agresión sexual</h2>
<p>Al analizar esta asociación también se detecta una elevada heterogeneidad en los resultados de los distintos estudios. Algunos estudios no logran demostrar una relación directa entre el uso de pornografía y la agresión y coacción sexual, mientras que otros sugieren que el uso de pornografía se asocia con la agresión sexual, la coerción sexual, <a href="https://theconversation.com/la-violencia-sexual-entre-adolescentes-aumenta-que-esta-pasando-195950">la violencia en el noviazgo adolescente</a> y la victimización sexual. </p>
<p>Además, algunos estudios sugieren que la exposición a la pornografía violenta estaría relacionada con una mayor probabilidad de perpetrar violencia sexual. Algunos autores han destacado que tanto la influencia de los pares como la frecuencia del consumo de pornografía son factores significativos a tener en cuenta. </p>
<h2>Influencia en las creencias y actitudes</h2>
<p>Hemos analizado también la relación entre el uso de pornografía y los mitos sobre la violación (es decir, mitos estereotipados que respaldan la violación), actitudes de apoyo a la violencia contra las mujeres y actitudes hacia la coerción sexual. </p>
<p>Nuevamente, se encontraron resultados variados. Algunos estudios sugieren que el uso de pornografía se asocia con una mayor aceptación de las mujeres como objetos y, a su vez, con una mayor aceptación de los mitos sobre la violación. Otros estudios, sin embargo, parecen no encontrar una relación significativa entre el consumo de pornografía y la aceptación de mitos y otras creencias y actitudes relacionadas, en última instancia, con la agresión sexual.</p>
<h2>Limitaciones de los estudios actuales</h2>
<p>Este campo de estudio se enfrenta a dos dificultades importantes: la falta de consenso en la definición y clasificación tanto de lo que es pornografía como de lo que constituye violencia. Por ejemplo, mientras algunos científicos consideran que la pornografía son materiales sexualmente explícitos destinados a excitar al consumidor, otros consideran que la pornografía no se puede definir dado que evoluciona con el tiempo y la cultura. Respecto a la violencia, la existencia de múltiples modelos teóricos hace difícil entender el tipo de violencia en cada situación. </p>
<p>Por otro lado, hay todavía pocos estudios longitudinales que estudien a la misma población durante un periodo extendido en el tiempo: este tipo de investigaciones son las que pueden establecer una asociación de causalidad entre el uso de pornografía y los distintos tipos de violencia.</p>
<h2>Más investigación</h2>
<p>Con la información existente ahora mismo, la evidencia es mixta. Por lo tanto, por el momento es necesario interpretar los hallazgos existentes con suma cautela y atendiendo a las múltiples limitaciones asociadas. Se necesita un mayor número de investigaciones longitudinales para comprender adecuadamente esta relación y sus matices. </p>
<p>Ello permitiría, en el caso de que finalmente sí que se observe una asociación causal a nivel empírico entre la pornografía (como causa) y la violencia (como consecuencia), tomar decisiones a nivel social. Por ejemplo, en cuanto al desarrollo de planes de prevención de la violencia, psicoeducación sobre pornografía y violencia o bien modificación de las regulaciones sobre el acceso a los contenidos sexualmente explícitos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213589/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gemma Mestre-Bach recibe fondos de CITEI-UNIR. </span></em></p>¿Puede estar la pornografía promoviendo el refuerzo de estereotipos sexistas y la percepción de que la violencia, especialmente hacia las mujeres, es algo aceptable?Gemma Mestre-Bach, Investigadora postdoctoral, doctora en Medicina e Investigación Traslacional, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2124112023-08-29T18:20:47Z2023-08-29T18:20:47ZLas 7 estrategias del antifeminismo que esconde el discurso de Rubiales<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/545282/original/file-20230829-15-jm6dw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C1599%2C895&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Luis Rubiales en un momento del discurso que dio en la asamblea extraordinaria de la Real Federación Española de Fútbol el 25 de agosto.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.rtve.es/deportes/20230829/ultima-hora-reacciones-beso-rubiales-jenni-hermoso-final-mundial-femenino/2454537.shtml">RTVE</a></span></figcaption></figure><p>El <a href="https://rfef.es/es/noticias/discurso-de-luis-rubiales-ante-la-asamblea-general-extraordinaria">discurso del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales</a>, ante su Asamblea General se ha constituido en una especie de antimanual al recurrir a todas las estrategias del antifeminista. Fueron <a href="https://xyonline.net/sites/xyonline.net/files/2020-11/Flood%20Dragiewicz%20Pease%2C%20Resistance%20and%20backlash%20to%20gender%20equality%202020.pdf">Michael Flood, Molly Dragiewicz y Bob Pease</a> quienes desgranaron los mecanismos discursivos del antifeminismo que, por desgracia, nada tienen de excepcional. </p>
<p>Así que nos detenemos en identificar estas estrategias en el discurso, pasando de la más sutil a la más agresiva.</p>
<p><strong>1. Negación.</strong> </p>
<p>“El antifeminista negará que exista un problema de desigualdad o sexismo –que es tratar a las personas de forma diferente según su sexo– o rechazará que sea legítimo exigir un cambio”, dicen Flood, Dragiewicz y Pease. La negación del problema o de la necesidad de cambiarlo es un elemento muy común de resistencia a las iniciativas de igualdad de género: “Fue espontáneo, mutuo y consentido. Tengo una gran relación con todas las jugadoras y tuvimos momentos muy cariñosos en esta concentración”. </p>
<p><strong>2. Rechazo.</strong> </p>
<p>“El antifeminista se cerrará en banda a reconocer la responsabilidad de abordar un problema de desigualdad”. </p>
<p>Rubiales se presentó ante la asamblea dispuesto a “dar explicaciones”, sí, pero solo ante el órgano que le eligió y no por lo que está siendo criticado. Él no entiende <a href="https://www.sport.es/es/noticias/seleccion/femenino/comunicado-oficial-jennifer-hermoso-luis-91349639">el comunicado de la jugadora</a>, en el que dice <a href="https://efe.com/deportes/2023-08-26/jenni-hermoso-rubiales-beso-no-consentido/">que se sintió “vulnerable y víctima de una agresión”</a>. Rubiales insiste: “No se está tratando de hacer justicia. Eso es falso”.</p>
<p><strong>3. Inacción.</strong> </p>
<p>“Asimismo, el antifeminista rechazará la implementación de una iniciativa de cambio hacia la igualdad”. Rubiales acudió a dicha reunión con la intención, precisamente, de poner en su sitio a la jugadora y a quienes la apoyan para que nada cambiara.</p>
<p><strong>4. Apropiación.</strong> </p>
<p>“El antifeminista simulará que ha habido alguna mejora mientras socava de forma encubierta el cambio real hacia la igualdad”. En su comunicado, Rubiales pide perdón “sin paliativos”. Eso sí, solo por “un hecho que ocurrió en el palco” en un momento de “euforia” al agarrarse “esa parte del cuerpo”.</p>
<p><strong>5. Cooptación.</strong> </p>
<p>“El antifeminista utilizará el lenguaje de las propuestas y metas progresistas y usará palabras del discurso feminista, pero solo para ayudar a mantener estructuras y prácticas desiguales”.</p>
<p>Rubiales, de hecho, empieza apelando a “todas las asambleístas y todos los asambleístas”. Además, usa en su discurso la palabra “feminismo” y sus derivadas ocho veces; “igualdad” cuatro veces, y “justicia” seis veces. Pero más adelante apadrina el plural masculino, que “incluye tanto a mujeres como a hombres”. Por lo tanto, exhorta a los y las presentes, “no nos acomplejemos y sigamos utilizando ‘campeones’ para hablar de hombres y mujeres”. </p>
<p>Sin embargo, la palabra que domina el discurso es “dimisión” y sus derivadas (nueve veces), que ocupan la parte central de su discurso, como se ve en la gráfica. Otras palabras frecuentes son “cacería”, “asesinato”, “presión”, “sufrimiento” y “matar”, y sus derivadas, todas referidas a él y a quienes le apoyan.</p>
<p>“Las denuncias de victimización masculina y discriminación inversa también son elementos comunes de resistencia antifeminista. Muchos hombres se sienten amenazados por el feminismo y llaman la atención sobre lo que ven como formas de desventaja masculina”, dicen Flood, Dragiewicz y Pease. </p>
<p>Las estrategias antifeministas incluyen redefinir el problema de forma que parezca insignificante. Según Rubiales, la complicación no fue su comportamiento con la jugadora Jennifer Hermoso –el pico–, sino blandir sus genitales cerca de la reina de España y la infanta, por lo que pide perdón.</p>
<p>Los antifeministas –según explican Flood, Dragiewicz y Pease– tratan de revertir el problema adoptando una posición de víctima, alegando una discriminación inversa. A este recurso apela Rubiales varias veces: él es la víctima. “Se está ejecutando un asesinato social. A mí se me está tratando de matar”, dice.</p>
<p>“Hemos sufrido mucho. Hemos pasado por mucho. Hemos tragado mucho. Pero hemos estado juntos. Tú y yo y tu equipo, que agradezco que esté aquí”, dice Rubiales al entrenador de la selección de fútbol, <a href="https://businessinsider.mx/que-saber-jorge-vilda-entrenador-seleccion-espanola-femenil-disputa-jugadoras_deportes/">Jorge Vilda, también cuestionado en el pasado</a>. </p>
<p>En su lenguaje no verbal (dando la mano a los presentes) y verbal (repartiendo salarios, apelando a las personas por sus nombres), Rubiales también se hace fuerte incluyendo a sus compañeros de fatigas. “Lo mejor del fútbol sois vosotros. Está aquí: esta gente que me ha confiado poder ser presidente estos cinco años”, afirma, asegurando también haber recibido la solidaridad y apoyo de muchos.</p>
<p>Rubiales determina qué es y qué no es el feminismo. Exigir responsabilidades por lo ocurrido es “falso feminismo”, que es “la gran lacra de este país”. “La igualdad no es diferenciar cuando hay una opinión entre lo que dice el hombre y lo que dice la mujer. Hay que diferenciar entre la verdad y la mentira. Y yo estoy diciendo la verdad”, dice Rubiales, sin que quede muy claro qué es lo que ha querido definir, excepto que hay que creerle a él.</p>
<p>Rubiales también se atribuye la facultad de determinar qué es agresión. “¿Qué pensará una mujer (a la) que de verdad se le ha obligado y se le ha agredido sexualmente?”, se pregunta.</p>
<p><strong>6. Represión.</strong> </p>
<p>Flood, Dragiewicz y Pease indican que “el antifeminista trata de revertir o desmantelar una iniciativa de cambio una vez que ha comenzado su implementación”. La sorprendente declaración de que Rubiales no dimitiría, cuando todo el mundo esperaba lo contrario, tiene ese propósito: revertir una situación que parecía precipitarse en su contra.</p>
<p>Además, “el antifeminista atacará la credibilidad de quienes impulsan el cambio impugnando sus motivos y marginándolo como grupo de interés especial” dicen Flood, Dragiewicz y Pease. Para Rubiales, el “falso feminismo” está “vendiendo otra cosa en muchos de los medios”, tiene su propia agenda que, sin embargo, él no revela. Se trata de un complot contra él y contra los hombres “felices” y “plenos” (repetido tres veces) como él. </p>
<p><strong>7. Violencia.</strong> </p>
<p>“El antifeminista usa el lenguaje de la violencia, acoso y abuso contra personas subordinadas –dicen Flood, Dragiewicz y Pease–. Trata de echar la culpa a quienes son sus víctimas; niega la credibilidad del mensaje sobre la base de que es irracional, falso o exagerado”.</p>
<p>Para Rubiales, la agresión contra alguien que se puede considerar subordinada no es más que “un pico” paternal. Un gesto sin deseo ni dominio por su parte. Sin embargo, su explicación roza el erotismo al describir con todo lujo de detalles cómo fue Hermoso quien lo cogió “por las caderas, por las piernas”, le “levantó” del suelo, le “acercó a su cuerpo”, etc. </p>
<p>Asimismo, usa otro recurso típico del antifeminista y personaliza los ataques. Señala a “la señora (ministra de Trabajo en funciones, Yolanda) Díaz, la señora (ministra de Igualdad en funciones, Irene) Montero, la señora (ministra de Derechos Sociales en funciones, Ione) Belarra, el señor (exdiputado de Podemos, Pablo) Echenique” como parte de una conjura en su contra.</p>
<p>El antifeminismo es la oposición hacia ideologías, principios o movimientos feministas que luchan por la igualdad. Los antifeministas pueden no estar de acuerdo con aspectos específicos del feminismo o rechazarlo por completo; sus objeciones pueden surgir de sus preocupaciones sobre el impacto de la igualdad en los roles de género tradicionales –que los antifeministas intentan proteger–, escepticismo sobre afirmaciones feministas específicas o desacuerdo con propuestas políticas feministas para lograr la igualdad. </p>
<p>Los aplausos que recibe Rubiales al final de su discurso corroboran lo que dicen Flood, Dragiewicz y Pease, y que muchas investigadoras hemos comprobado una y otra vez en estudios cientíticos: el antifeminismo –o machismo– no es anecdótico, sino muy extendido; una verdadera lacra social.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/212411/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Miren Gutiérrez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El discurso de Luis Rubiales destila constantes ejemplos de machismo disfrazados de feminismo que los expertos en la materia son capaces de detectar.Miren Gutiérrez, Investigadora, activismo de datos, Universidad de DeustoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2002022023-02-21T19:27:14Z2023-02-21T19:27:14Z‘Ley del sólo sí es sí’: superando el feminismo punitivo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/510894/original/file-20230217-20-kv7iyz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C0%2C5659%2C3182&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/black-white-image-hanging-steel-lock-2050002083">Shutterstock / Valeri Vatel</a></span></figcaption></figure><p>Pocas leyes han dado más de sí que la popularmente conocida como ‘<a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-14630">Ley del sólo el sí es sí</a>’. Nacida con la finalidad de dar respuesta a las reivindicaciones sociales que, tras el <a href="https://theconversation.com/proceso-penal-y-proceso-social-a-proposito-del-caso-la-manada-118936">caso de la Manada</a>, exigían una mayor protección de las víctimas de delitos sexuales, parece haberse convertido en el gran caballo de batalla político.</p>
<p>Las novedades introducidas con la nueva normativa, a estas alturas ya conocidas por la totalidad de la ciudadanía, se centran en la desaparición de la distinción entre “los abusos y las agresiones sexuales”; la ubicación del “consentimiento de la víctima” como eje central de los delitos contra la libertad sexual; así como, un aspecto, a mi modo de ver, especialmente destacable, que parece haber pasado totalmente desapercibido, esto es, toda una batería de medidas con las que se pretende equipar en protección, tanto a víctimas de violencia de género, como a víctimas de delitos contra la libertad sexual.</p>
<h2>Implicaciones</h2>
<p>Veamos qué están implicado esos cambios o modificaciones.</p>
<p>La unificación de “abusos y agresiones sexuales”, siendo ahora toda conducta contra la libertad sexual considerada como “agresión sexual”, incorpora en dicho ámbito conductas de distinta gravedad con penas similares (no es lo mismo, ni tiene la misma intensidad, “tocar los pechos de la víctima en un bar repleto de gente”, que llevar a cabo esa misma conducta aprovechando que la víctima se encuentra en un estado de inconsciencia). A ese respecto, no hay que olvidar que, en la normativa anterior a la ‘Ley del sólo el sí es sí’, por “abuso sexual” se entendía, desde una perspectiva general, cualquier atentado contra la libertad sexual de la víctima, sin violencia, ni intimidación (castigado con pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses –anterior artículo 181 Código Penal–), mientras que, desde un punto de vista igualmente general, la “agresión sexual” se identificaba con aquella conducta que atentase contra la libertad sexual de la víctima con violencia o intimidación, siendo, ese supuesto, sancionado con una pena de prisión de uno a cinco años (anterior artículo 178 Código Penal).</p>
<p>El nuevo paradigma que se impone tras la ‘Ley del sólo el sí es sí’, en el sentido apuntado, unifica ambos tipos de conductas, pasando ahora todo a considerarse como “agresión sexual”, independientemente de la gravedad o intensidad de la conducta cometida, es decir, al margen de la concurrencia o no de la violencia o intimidación, sancionadas, desde un punto de vista general, con idéntico marco punitivo. Y es, precisamente, esa nueva realidad la que nos sitúa ahora en el contexto de la revisión de las penas y, por ende, de algunos casos de reducción de las mismas, respecto de agresores que ya habían sido condenados por dichas conductas, conforme a la normativa vigente con anterioridad.</p>
<p>El instituto de la revisión de la pena está íntimamente ligado al principio de legalidad penal y a la “irretroactividad de las leyes penales desfavorables”, permitiendo el Código Penal la retroactividad de aquellas más favorables al reo (<a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1995-25444#a2">artículo 2</a>). </p>
<p>La reforma de la ‘Ley del sólo el sí es sí’ ha incorporado una reducción de las penas de las “agresiones sexuales” por mor del principio de proporcionalidad, a la vista, no sólo de la distinta gravedad inherente a todas ellas, sino también como consecuencia de algunos de los excesos punitivos que ya venían advirtiéndose en algunos delitos sexuales. </p>
<p>Con ello, no se ha pretendido ni despenalizar conductas, ni desproteger a las víctimas de esos delitos, sino dotar de coherencia a la criminalización de los delitos contra la libertad sexual, respetando la proporcionalidad entre la respuesta penal y la gravedad específica de cada conducta, debiendo advertirse que el efecto de reducción de las penas de algunos agresores condenados con la normativa anteriormente en vigor resulta coherente con el principio de legalidad, propio de un sistema penal en el marco de un Estado Democrático y de Derecho, como el nuestro.</p>
<p>Por otra parte, la idea de que la nueva ley “pone en el centro el consentimiento de la víctima”, como si de una novedad se tratara, lanza, a mi modo de ver, un mensaje confuso a la ciudadanía. </p>
<h2>El consentimiento</h2>
<p>El consentimiento de la víctima o, mejor dicho, la ausencia del mismo, ha sido un elemento sustantivo de los delitos contra la libertad sexual, en tanto que bien jurídico disponible, puesto que ‘a sensu contrario’, nos encontraríamos ante conductas no constitutivas de delito. </p>
<p>La falta de consentimiento o de voluntariedad de la víctima es soporte de esas conductas delictivas, puesto que todas ellas, en general, se encuentran entre lo que consideramos como conductas criminalizadas, en la medida en que se trata de comportamientos contrarios a la voluntad de la víctima y, por lo tanto, merecedores de un determinado reproche penal. </p>
<p>La razón principal que permite entender por qué las conductas contrarias a la libertad sexual están y han estado previstas en el Código Penal reside en la ausencia de consentimiento de la víctima, en la medida en que las relaciones sexuales consentidas entre personas adultas no son constitutivas de delito. Así ha sido con la entrada en vigor de la ‘Ley del sólo el sí es sí’, pero también lo ha venido siendo con lo que, desde algunas voces, se ha catalogado como ‘el Código Penal de la Manada’. De no haber estado tradicionalmente ubicada en el centro la falta de consentimiento de la víctima, no hubiese sido posible condenar a los miembros de la Manada de Pamplona, inicialmente, a 9 años de privación de libertad y, posteriormente (<a href="https://www.poderjudicial.es/search/AN/openDocument/83c2e5bfb97cf31a/20190708">el Tribunal Supremo</a>), a 15 años de prisión.</p>
<p>Lo que diferencia la normativa anterior de la actual ‘Ley del sólo el sí es sí’ es que anteriormente, partiendo de la ausencia del consentimiento de la víctima, la gravedad de la pena variaba en función de la concurrencia o no de “violencia o intimidación” y, actualmente, como hemos visto, dichos medios comisivos no resultan determinantes para dicha modulación (a excepción de los supuestos en los que concurra una violencia de extrema gravedad), siendo cualquier atentado contra la libertad sexual calificado de “agresión sexual”.</p>
<h2>Protección integral de las víctimas</h2>
<p>No considero que la solución vaya de la mano del endurecimiento de las penas (como parece derivarse de la <a href="https://www.congreso.es/es/busqueda-de-publicaciones?p_p_id=publicaciones&p_p_lifecycle=0&p_p_state=normal&p_p_mode=view&_publicaciones_mode=mostrarTextoIntegro&_publicaciones_legislatura=XIV&_publicaciones_id_texto=(BOCG-14-B-318-1.CODI.)">Proposición de Ley Orgánica registrada por el Grupo Parlamentario Socialista el 6 de febrero de 2023</a>). Tampoco parece que la contrarreforma vaya a suponer un dique de contención contra las revisiones y reducciones de penas anteriores, en la medida en que siempre habrá que aplicar la ley penal más favorable a los casos anteriores y coetáneos a la misma.</p>
<p>Sin embargo, sí parece razonable una modulación de la respuesta punitiva, dentro del marco penal previsto en la ‘Ley del sólo el sí es sí’, para las agresiones sexuales (eso es, de 1 a 4 años de prisión) y para la violación (eso es, de 4 a 12 años de prisión), cuando concurra violencia y/o intimidación –pero no sólo–, que contribuya a establecer sanciones proporcionadas a la gravedad de las conductas cometidas.</p>
<p>Más allá de las consideraciones críticas hasta ahora realizadas, deberíamos poner el foco en lo que fue el objetivo principal de la ‘Ley del sólo el sí es sí’ que, por encima de reformas penales, se ubicó en una mejor y más efectiva protección de las víctimas de delitos sexuales. </p>
<p>En efecto, tal y como he comentado inicialmente, la presente ley incorpora una perspectiva ‘victimocéntrica’ que ha pasado de soslayo y que requiere, cuanto menos, de una mínima atención. </p>
<p>La nueva norma incorpora todo un sistema de medidas de protección integral de las víctimas de delitos sexuales que, en idéntico sentido al previsto en el marco de las víctimas de violencia de género, pretende ayudar a las mismas a superar la situación de victimización, atendiendo, básicamente, a sus necesidades. La diversidad de la naturaleza de las medidas en la misma contempladas, no sólo de protección (económicas, sociales, laborales, judiciales, atención psicológica y psiquiátrica, formación especializada a operadores que trabajen en ese ámbito, etc.), sino también de prevención y sensibilización, permite diseñar políticas públicas victimales enfocadas a una mejor y más adecuada tutela de las víctimas, en cuanto instrumento exclusivo de protección, ayuda y asistencia de las mismas.</p>
<p>Lamentablemente, el bronco debate político surgido al albur de las reformas penales ha invisibilizado uno de los aspectos más destacados de la presente norma que, en ese punto, sí se alinea con los objetivos del Convenio de Estambul, cuando insta a los Estados a proteger a las mujeres contra todas las formas de violencia y a concebir un marco global, políticas y medidas de protección y asistencia a todas las víctimas de violencia contra las mujeres.</p>
<h2>Un logro del feminismo</h2>
<p>La ‘Ley del sólo el sí es sí’ es, sin duda, un gran logro del feminismo. Sin embargo, caer en la trampa de reivindicar respuestas punitivas más severas, o entender que las rebajas de penas, así como las excarcelaciones producidas, son consecuencia de la incorrecta aplicación del derecho transitorio y de la propia Ley, ubicando ambos posicionamientos como prototipos de la tutela y protección de las víctimas de delitos sexuales, sólo nos sitúa ante lo que algunas feministas más críticas han convenido en tildar de ‘feminismo punitivo’ (<a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6541953">Pitch</a>, <a href="https://ctxt.es/es/20221201/Politica/41377/francoise-verges-feminismo-decolonial-francia-entrevista-antirracismo-islas-reunion.htm">Vergès</a>, entre otras). </p>
<p>Efectivamente, la identificación “protección de la víctima” con “severidad penal”, como si de un binomio indisoluble se tratara, no sólo nos aleja de una efectiva tutela de las víctimas, sino que permite que emerjan ‘extrañ@s’ compañer@s de viaje, puesto que, como bien sabemos, para el feminismo, el Derecho Penal siempre ha sido el instrumento estatal que ha permitido la persistencia de la situación de opresión, de discriminación y de subordinación de las mujeres en la sociedades machistas y patriarcales.</p>
<p>Más allá de los presentes planteamientos, si de tutelar eficazmente a las víctimas de delitos sexuales se trata, dos han de ser las perspectivas a futuro. Por un lado, frente a la presente deriva retribucionista, hay que volver a poner el foco no tanto en penas privativas de libertad más severas (o en el recurso, en su caso, a la medida de seguridad de libertad vigilada a través, por ejemplo, de pulseras electrónicas), sino en cómo se materializa el objetivo resocializador de las mismas, previsto en el artículo 25.2 de la Constitución. </p>
<p>No se trata de castigar más sino de que se concrete realmente en la ejecución de la privación de libertad el objetivo resocializador, favoreciendo que, en el tratamiento penitenciario individualizado, se adopten programas, herramientas y proyectos que, a futuro, van a garantizar no sólo que el agresor se reinserte sino la propia tutela de la víctima del específico delito. </p>
<p>Junto a ello, resulta igualmente imprescindible poner en marcha todo el elenco de medidas de protección, prevención e intervención previstas en el marco de la ‘Ley del sólo el sí es sí’, que ayude a las víctimas a superar la situación de victimización y permita empoderarlas.</p>
<p>Hay que poner, obviamente, recursos materiales, económicos y personales encima de la mesa para la materialización de esas propuestas. ¿Estaremos dispuestas?</p>
<hr>
<p><em><a href="https://www.ehu.eus/es/-/la-ley-del-solo-si-es-si-superando-el-feminismo-punitivo-1">Una versión de este artículo</a> fue publicada en la revista <a href="https://www.ehu.eus/es/campusa">Campusa</a> de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/200202/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana I. Pérez Machío no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Resulta imprescindible poner en marcha medidas de protección, prevención e intervención previstas en el marco de la ‘Ley del sólo el sí es sí’, que ayude a las víctimas a superar la situación de victimización y permita empoderarlas.Ana I. Pérez Machío, Profa. Titular (Catedrática acreditada) Derecho Penal UPV/EHU, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1989252023-02-02T18:16:34Z2023-02-02T18:16:34ZCaso Dani Alves: claves para entender algunos aspectos jurídicos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/507562/original/file-20230201-16-jmmr36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C16%2C5428%2C3591&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Dani Alves durante un entrenamiento con el FC Barcelona en el Camp Nou en 2022.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/barcelona-jan-3-dani-alves-action-2171826021">Shutterstock / Christian Bertrand</a></span></figcaption></figure><p>La <a href="https://www.europapress.es/catalunya/noticia-detenido-dani-alves-presuntamente-agredir-sexualmente-mujer-barcelona-20230120102942.html">noticia</a> difundida en los medios de comunicación sobre la supuesta agresión grave sufrida por una mujer el pasado mes de diciembre en Barcelona por la que está siendo investigado el futbolista internacional Dani Alves como presunto autor no ha dejado indiferente ni a gran parte de población ni a los operadores jurídicos y a los profesionales del Derecho.</p>
<p>Brevemente, y con la debida cautela, dado que la información de la que disponemos procede de medios no judiciales, pasaremos a analizar algunos de los aspectos jurídicos más destacados de las actuaciones procesales llevadas a cabo por el órgano judicial y de las declaraciones vertidas en prensa respecto a la renuncia de la víctima a percibir indemnización.</p>
<p>En primer lugar, abordaremos la cuestión relativa a la resolución dictada por el Juzgado de Instrucción acordando de inmediato su ingreso en prisión.</p>
<p>En este sentido, hemos de indicar que la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1882-6036">Ley de Enjuiciamiento Criminal</a> (LECrim) autoriza al juez instructor a adoptar una serie de medidas cautelares tendentes a asegurar la sujeción al procedimiento del investigado, su presencia durante el proceso y la efectividad del cumplimiento de la sentencia que se dicte en su día. Dentro de ellas se encuentra el ingreso en prisión del procesado. Estas medidas son de carácter excepcional y requieren de la existencia de unos presupuestos concretos, dado el carácter restrictivo de derechos, máxime cuando se acuerda la privación de su libertad. Su regulación se contempla en los artículos 502, 503, 504, 520 y siguientes de la LECrim.</p>
<p>Según establece <a href="https://www.conceptosjuridicos.com/lecrim-articulo-520/">el artículo 520 de LECrim</a> se debe llevar a cabo de la forma que menos perjudique al detenido o preso en su persona, reputación y patrimonio. Por ello, las medidas cautelares son de carácter subsidiario e instrumental e irán vinculadas a la duración de la pena que se establezca en la sentencia que en su día pueda dictarse. Únicamente se podrá acordar cuando no exista otra menos gravosa que pudiera servir a los mismos fines, y solo habrá de adoptarse de manera proporcional al mal o riesgo que se pretenda evitar. Entre estos motivos se encuentran la ocultación, alteración o destrucción de prueba; reiteración delictiva o riesgo de fuga, según señala el <a href="https://www.conceptosjuridicos.com/lecrim-articulo-503/">artículo 503 de la LECrim</a>.</p>
<h2>Existen motivos para creer en su culpabilidad</h2>
<p>Por tanto, nos encontramos ante un supuesto en el que el juez instructor ha considerado que los hechos que concurren en la causa presentan las características de delito y existen motivos bastantes para creer responsable del mismo al investigado, así como que pudiera existir un riesgo de fuga y hacer ineficaces las actuaciones a seguir en el proceso. </p>
<p>Los motivos concretos y detallados en los que fundamenta dicha decisión habrán quedado reflejados en el Auto dictado en el que se resuelve la situación personal del procesado, cuyo contenido desconocemos al no haber sido difundido.</p>
<p>No obstante, supuestamente, en este caso podría obedecer esta medida de privación total de libertad y del derecho fundamental a la libertad ambulatoria, mediante su ingreso en un centro penitenciario durante la sustanciación de un proceso penal, a las siguientes razones:</p>
<ul>
<li><p>Las características del delito de agresión sexual sancionado con pena superior a dos años de prisión.</p></li>
<li><p>La posible apariencia en la causa de motivos bastantes para creer responsable criminalmente del delito.</p></li>
<li><p>La alarma social del delito supuestamente cometido.</p></li>
<li><p>Asegurar la presencia del investigado o encausado en el proceso cuando pueda inferirse racionalmente un riesgo de fuga. Atendiendo a la naturaleza del hecho, a la gravedad de la pena que pudiera imponerse al investigado, a la situación familiar, laboral y económica de éste, su residencia en el extranjero por motivos de trabajo, la ausencia de extradición con otros países de su entorno…</p></li>
</ul>
<h2>Renuncia a la indemnización</h2>
<p>En segundo lugar nos referiremos a la información difundida en prensa y en cadenas informativas relativa a un <a href="https://www.chicagotribune.com/espanol/deportes/sns-es-dani-alves-agresion-sexual-barcelona-pumas-violacion-espana-futbol-brians-20230123-jz7qmmurw5ezvgjzfjvm4vq24i-story.html">supuesto rechazo o renuncia de la víctima a la percepción de indemnización</a> por los daños y perjuicios sufridos.</p>
<p>En el supuesto de ser cierta dicha afirmación nos encontraríamos ante una renuncia expresa, clara y terminante de sus derechos civiles, que se podría interpretar como una muestra de mantener solo su acusación respecto a la perpetración del delito cometido y dejar patente su desinterés por obtener un beneficio económico manifestando su desprecio a percibir el importe de la cuantía correspondiente en concepto de daños y perjuicios. </p>
<p>Por tanto, debe considerarse que declina recibir cantidades indemnizatorias que le pudieran pertenecer, tanto las previstas a su favor por su propia letrada como las sumas y conceptos que fueran calculadas y solicitados por el Ministerio Fiscal. Dicha conducta y comportamiento avalaría más, si cabe, su credibilidad en la narración de los hechos, al demostrar una clara ausencia de ánimo de enriquecimiento.</p>
<p>Sin perjuicio de lo expuesto, hemos de significar que dada la gravedad del tipo penal, un supuesto delito de agresión sexual, a fin de proteger de manera integral a las víctimas de estos atroces delitos, la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-14630">Ley Orgánica 10/2022 de 6 de septiembre</a> establece en su disposición final primera, apartado dos, una modificación al añadir un nuevo segundo párrafo al <a href="https://www.conceptosjuridicos.com/lecrim-articulo-112/">artículo 112 de la LECrim</a>: “no obstante, aun cuando se hubiera previamente renunciado a la acción civil, si las consecuencias del delito son más graves de las que se preveían en el momento de la renuncia, o si la renuncia pudo estar condicionada por la relación de la víctima con alguna de las personas responsables del delito, se podrá revocar la renuncia al ejercicio de la acción civil por resolución judicial, a solicitud de la persona dañada o perjudicada y oídas las partes, siempre y cuando se formule antes del trámite de calificación del delito”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198925/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Dolores López Faraldos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Por qué Dani Alves ingresó en prisión provisional sin haber sido juzgado? ¿Puede su víctima renunciar a la indemnización del deportista o eso lo tendrá que determinar el juez? La autora explica el caso desde el punto de vista jurídico.María Dolores López Faraldos, Profesora Facultad de Derecho y Relaciones Internacionales, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1986092023-01-31T18:18:10Z2023-01-31T18:18:10ZAsí funcionan en España los protocolos contra la violencia sexual en entornos de ocio<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/507166/original/file-20230130-7874-nnc112.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=33%2C8%2C5573%2C3724&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/silhouettes-dancing-people-having-celebration-disco-56874433">Shutterstock / Kzenon</a></span></figcaption></figure><p>El <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Dani_Alves#Controversias">caso Dani Alves</a> ha puesto de manifiesto la eficacia de los protocolos contra las violencias sexuales en entornos festivos. La sala barcelonesa donde sucedieron los hechos está adherida al <a href="https://ajuntament.barcelona.cat/dones/es/protocolo-no-callamos">protocolo <em>No Callem</em> (No Callamos) del Ayuntamiento de Barcelona</a>, lo que implica que el personal que trabaja en el local está sensibilizado y formado sobre las violencias sexuales y cómo actuar ante ellas. </p>
<p>Hace décadas que desde diferentes <a href="https://www.drogasgenero.info/noctambulas/">entidades</a> se trabaja el abordaje de las violencias sexuales en espacios de ocio, pero especialmente en los últimos años se ha constatado la necesidad de contar con herramientas para prevenirlas y reaccionar ante ellas adecuadamente tanto por las administraciones como por el propio sector. </p>
<p>Como punto de partida hay que tener presente que el procedimiento ante estos comportamientos debería incluirse en los planes de seguridad de las actividades, pero es esencial señalar que su tratamiento ha de ser específico. No estamos ante un delito más, no solo porque <a href="https://news.un.org/es/story/2019/11/1465761">el impacto que tiene una violencia sexual</a> para quien la sufre es mucho mayor que el de otros delitos e infracciones, sino porque su detección a menudo es complicada. </p>
<p>En contextos de fiesta existe un proceso de normalización de algunas conductas (<a href="https://www.europapress.es/cultura/cine-00128/noticia-director-adrian-silvestre-condena-agresiones-sexuales-feroz-niega-estar-involucradono-estuve-presente-20230130124502.html">como hemos podido ver también en la fiesta posterior a la gala de los premios de cine Feroz</a>, celebrada el pasado 29 de enero) que facilita la impunidad de los agresores y que lleva a la justificación de su comportamiento.</p>
<p><a href="https://www.ucm.es/sexviol/file/informe-sexviol-25-febrero-2022">Los mitos sobre las violencias sexuales</a> todavía son defendidos por quienes agreden y por su entorno como verdades que respaldan su actitud y les exime de culpa, haciendo recaer sobre la agredida la responsabilidad de lo que le ha sucedido. Además, es habitual identificar la violencia sexual solo desde la perspectiva penal, lo que deja fuera muchas conductas que son reprobables. Si el personal no tiene formación especializada es posible que no detecte los hechos o que no reaccione de forma adecuada. </p>
<p>Los recintos pueden diseñar su propio protocolo o adherirse a los ya creados por diferentes administraciones. Por ejemplo, el citado “No Callem” o el <a href="https://interior.gencat.cat/es/arees_dactuacio/seguretat/violencia_masclista/violencies-sexuals-en-entorns-doci/index.html">“Protocolo de seguridad contra las violencias sexuales en entornos de ocio” del departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña</a>. También algunas entidades realizan procedimientos para fiestas concretas como el <a href="https://protocoloamvas.com/">“Protocolo municipal para la atención a mujeres víctimas de agresiones sexuales y otros tipos de violencias machistas en las fiestas del carnaval de Santa Cruz de Tenerife”</a>. Es esencial que todo el proceso de diagnóstico, diseño, implantación y evaluación se lleve a cabo por profesionales expertos en igualdad, género y seguridad. </p>
<p>En cuanto al contenido, existen diferentes aspectos a tener en cuenta, como la prevención, la detección, la reacción y la atención a la persona afectada. </p>
<h2>Prevención</h2>
<p>La formación de todo el personal es el punto de partida para prevenir la violencia sexual. Los contenidos deben incluir diferentes temas como la sensibilización, conceptos jurídicos básicos, procedimientos operativos para actuar ante determinadas conductas, coordinación con otros recursos y atención a la persona afectada. </p>
<p>Además, el compromiso contra la violencia sexual ha de visibilizarse a través de carteles o mensajes en redes sociales. Esa práctica ayuda a crear un entorno seguro para trabajadores y asistentes y puede ser disuasorio para potenciales agresores, quienes sabrán que en ese recinto se reacciona activamente ante determinadas conductas. </p>
<p>Las diferentes metodologías de prevención de la inseguridad que nos aporta la <a href="https://crimipedia.umh.es/topics/criminologia-ambiental/">criminología ambiental</a> también nos serán muy útiles. Hay que analizar el diseño del local y detectar las zonas que puedan ser de riesgo y buscar soluciones para combatirlos: mejorar la señalización y la visibilidad, evitar recovecos, implantar sistemas tecnológicos que permitan pedir ayuda en entornos alejados de la multitud o por el contrario excesivamente ruidosos, mayor presencia de personal en determinadas zonas… </p>
<h2>Detección y reacción</h2>
<p>Uno de los aspectos a incluir en el protocolo es un procedimiento operativo para que el personal actúe de manera correcta en caso de detectarse una agresión. Aunque la reacción será diferente según de quién se trate –no será la misma actuación la del personal de barra que la del personal de control de acceso o de seguridad privada– todos deben saber cómo actuar, ya sea directamente o avisando a quien corresponda. Es esencial una buena coordinación con las fuerzas y cuerpos de seguridad y otros recursos como los sanitarios. </p>
<h2>Atención a la víctima</h2>
<p>La persona agredida merece la mejor atención posible desde el primer momento. Todas las actuaciones han de girar alrededor de su protección y bienestar. Hay que respetar sus <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2015-4606">derechos</a>, sus necesidades, tiempos y decisiones. De ahí que la formación deba incluir cómo debe ser esa atención inicial hasta que llegue o se derive a un profesional especializado. </p>
<p>También hay que conocer qué información es especialmente relevante para trasladarla a la policía cuando sea el caso y cómo preservar las posibles pruebas y el escenario de los hechos. </p>
<p>Finalmente, es importante contar en los recintos con los llamados “puntos lilas”. Estos puntos son espacios estáticos de referencia desde los que se ofrece información y atención. En ellos ha de haber personas expertas capaces de gestionar las diferentes situaciones con las que puedan encontrarse y han de trabajar en coordinación con seguridad pública, privada y personal sanitario. Si por las características de local no es viable, como mínimo debe contarse con un responsable del protocolo contra las violencias sexuales que además pueda realizar inicialmente las funciones de atención y acompañamiento de las personas afectadas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198609/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>He trabajado para diferentes festivales, organizaciones y administraciones en el diseño, implantación y evaluación de Protocolos contra las violencias sexuales en entornos de ocio. </span></em></p>Es necesario que el personal de los locales de ocio tenga formación especializada. Cada local puede diseñar su propio protocolo o adherirse a los que existen. Además, el compromiso contra la violencia sexual ha de visibilizarse a través de carteles o mensajes en redes sociales.Ana Belén Almécija Casanova, Criminóloga y Jurista. Profesora asociada de legislación aplicada a la edificación EPSEB-UPC. Vicepresidenta de ACPIDA, Asociación Catalana para la Prevención del Delito a través del Diseño Ambiental., Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTechLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1953372022-11-24T19:21:04Z2022-11-24T19:21:04ZLa violencia contra las mujeres, una herencia de la historia reciente<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/497256/original/file-20221124-22-i9q73o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5982%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Manifestación del 8 de marzo de 2017 en Madrid.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-march-8-2017-thousands-599511608">Shutterstock / Marcos del Mazo</a></span></figcaption></figure><p>La violencia de género es la que se ejerce contra las mujeres por el solo hecho de ser mujeres. Se basa en una estructura de dominación y de control para mantener la desigualdad que sustenta un modelo económico de división sexual del trabajo en la sociedad contemporánea, modelo que nace tras las revoluciones burguesas y liberales de finales del siglo XVIII y del siglo XIX y trae consigo un sistema de segregación de género en el que las mujeres carecen de derechos y son tuteladas por varones (marido, padre, hermano, patrón u otros). No pueden votar, ni ser elegidas, pero tampoco tienen acceso a la educación, a la propiedad, a trabajar sin autorización del varón u otros derechos. </p>
<p>Aunque nos hagan creer que la desigualdad y la violencia contra las mujeres han existido siempre, esto no es cierto. En el libro <a href="https://mujeresconciencia.com/2021/05/29/el-caliz-y-la-espada/"><em>El cáliz y la espada</em></a> (2021), la académica austriaca <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Riane_Eisler">Riane Eisler</a> critica la idea de un modelo de dominación heredado de las sociedades de la antigüedad. Según su teoría, la evolución cultural occidental etnocéntrica pasó de basar la vida en el “principio de vinculación”, “colaborativo”, a un modelo de dominación que la autora considera “un punto crucial y catastrófico de la prehistoria de la civilización”. Dicho de otro modo “el poder de quitar la vida en lugar de darla que es el poder definitivo para imponer la dominación”.</p>
<p>Se desmonta así la idea extendida de que los hombres son violentos por naturaleza y por ello agreden para poner el foco en cómo las sociedades modernas y contemporáneas fueron desarrollando múltiples estructuras de control y dominación para mantener la desigualdad entre mujeres y hombres. </p>
<p>El nuevo sistema económico implica que las mujeres realicen toda una serie de trabajos no remunerados, pero fundamentales para la vida. Estos trabajos son considerados de “poco valor” por su ausencia de remuneración, separando los ámbitos de lo público y de lo privado para poner el centro en el valor del dinero, en lugar de en el valor de la vida.</p>
<h2>La violencia de género en las agendas</h2>
<p>Las mujeres lucharon desde el primer momento por la igualdad de derechos y de libertades y consiguieron, poco a poco, modificar las leyes y las realidades. En los últimos años la movilización del movimiento de mujeres y feministas en todo el mundo y la progresión de las denuncias de las víctimas de múltiples violencias, especialmente la violencia sexual que se da por sí misma y en interacción con otras violencias, han logrado situar las demandas de las mujeres en las agendas políticas, sociales y de los medios de comunicación en todo el mundo.</p>
<p>Acciones internacionales sin precedentes, tales como el movimiento <a href="https://theconversation.com/es/topics/metoo-67279"><em>Me Too</em></a>, la performance internacional “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=aB7r6hdo3W4">Un violador en tu camino</a>”, la movilización <a href="https://siemprevivas.org/hermanayositecreo/">#HermanaYoSiTeCreo</a> en España o la “<a href="https://www.politicaexterior.com/articulo/la-revolucion-del-velo/">Revolución del velo</a>” en Irán, junto al progresivo aumento y denuncia social de multitud de nuevas formas de ciberviolencias (ciberacoso; <a href="https://www.savethechildren.es/actualidad/happy-slapping-violencia-online-menores"><em>happy slaping</em> o bofetada feliz</a>; exposición involuntaria a contenido sexual/violento; pornovenganza o sextorsión, entre algunas), han puesto de manifiesto la importancia del compromiso de la sociedad en su conjunto en la lucha contra las múltiples formas que adopta la violencia de género desde una mirada interseccional. </p>
<p>Por otro lado, es fundamental tener en cuenta los instrumentos internacionales de derechos humanos, centrados en el derecho a la reparación que tienen las víctimas o supervivientes de las violencias machistas, tal y como recoge Tania Sordo en el Informe para el Ministerio de Igualdad del Gobierno de España “<a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/investigaciones/2021/estudios/practicas_reparaacion_violencias.htm">Prácticas de reparación de violencias machistas. Análisis y propuestas</a>” (2021).</p>
<h2>La ampliación del concepto</h2>
<p>Desde el <a href="https://rm.coe.int/1680462543">Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica</a>, aprobado en 2011 y ratificado por España en 2014, el conocido como Convenio de Estambul, se ha ampliado la consideración de víctimas de violencia de género más allá de la que ejercen sobre las mujeres sus parejas o exparejas. </p>
<p>El Convenio contempla como delito todas las formas de violencia contra la mujer: la violencia física, psicológica y sexual, incluida la violación; la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, el acoso, el aborto forzado y la esterilización forzada. Desde 2014 también son consideradas víctimas directas de violencia de género las hijas y los hijos de las mujeres que sufren este tipo de violencia.</p>
<p>En 2017 todos los partidos políticos suscribieron en España el <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/pactoEstado/">Pacto de Estado contra la Violencia de Género</a>, que prevé incorporar a todas las mujeres víctimas de violencias machistas que recoge el Convenio de Estambul, aunque no exista o haya existido relación sentimental continuada o de pareja.</p>
<h2>Una buena praxis profesional: la intervención reparadora</h2>
<p>El reconocimiento de las múltiples violencias que están operando bajo los ejes de dominación y subordinación ha permitido consolidar enfoques de trabajo profesional basados en el género, los derechos humanos, el enfoque interseccional y la alta especialización. </p>
<p>Se promueve una práctica profesional basada en la escucha activa y en las necesidades de las mujeres víctimas, con un acompañamiento adaptado a estas y sus familiares (cuando es preciso) para mitigar el impacto sufrido y con acciones encaminadas a la reparación individual, comunitaria y social. No olvidemos que el impacto de la violencia de género es equiparable a la violencia en los conflictos armados o la violencia terrorista.</p>
<p>Son fundamentales los procesos de intervención en donde se garanticen los derechos de las víctimas a ser creídas en sus relatos del horror y a la reparación, asegurando no causar más dolor y evitando la violencia institucional y la revictimización. Proteger el derecho de las víctimas a tener autonomía, a expresarse y a estar acompañadas es esencial.</p>
<p>Conocer y reconocer todo el trabajo y compromiso de las instituciones del Estado, la academia, las organizaciones y los movimientos sociales por la construcción de sociedades libres de violencias y con justicia de género supone también reconocer las aportaciones, especialmente de las mujeres desde todas esas instancias, al corpus científico de la violencia de género, que históricamente se ha visto afectado por estrategias de devaluación y silenciamiento.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195337/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Es fundamental garantizar los derechos de las víctimas, a ser creídas en sus relatos del horror y a la reparación, asegurando no causar más dolor evitando la violencia institucional y la revictimización.Cristina Mateos Casado, Profesora de Periodismo. Especialidad en Comunicación y Género, Universidad Complutense de MadridIsabel Tajahuerce Ángel, Profesora de Comunicación y Género. Facultad de CC Información., Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1736962022-02-08T18:35:53Z2022-02-08T18:35:53ZCercano a la víctima y sin antecedentes ni patologías: así es el perfil de los agresores sexuales<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/445089/original/file-20220208-24-13bbxb2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C4920%2C3245&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/traumatized-woman-sit-on-bed-bedroom-145891352">Shutterstock / ChameleonsEye</a></span></figcaption></figure><p>La violencia sexual es un delito que no ha dejado de aumentar desde que se dispone de estadísticas oficiales en España, según el <a href="http://www.interior.gob.es/ca/web/archivos-y-documentacion/informe-sobre-delitos-contra-la-libertad-e-indemnidad-sexual-en-espana">Informe sobre delitos contra la libertad e indemnidad sexual en España 2019</a> del Ministerio de Interior. En 1989 se registraron 5 770 denuncias, mientras que en el año 2018 se habían más que duplicado alcanzando la magnitud de 13 782. El 80 % correspondían a los delitos más agravados (agresión y abuso sexual).</p>
<p>No obstante, la cuantificación de este fenómeno está alejada de su presencia real, ya que la tendencia a denunciar la violencia sexual es todavía muy baja. Se estima que de cada 100 agresiones sexuales solo se denuncian 12. El resto quedan silenciadas como nos indican algunas <a href="https://wp.unil.ch/europeansourcebook/">fuentes</a>.</p>
<p>En España se gestó un movimiento de intolerancia social hacia este grave problema, una reacción que ha sido alimentada tanto por el tratamiento recibido por determinados casos y su percepción por la opinión pública como por la existencia del movimiento de mujeres y la cuarta ola del feminismo. </p>
<p>El papel jugado tanto por la opinión pública como por parte del movimiento organizado de mujeres en España, y también a nivel mundial, junto al uso de las herramientas digitales como mecanismo político, han apoyado la construcción de un relato crítico y menos tolerante con la cultura de la violación que impera en la sociedad y en nuestras representaciones culturales.</p>
<p>Es en este contexto y bajo la influencia de la cruenta agresión conocida como “caso San Fermín 2016” donde nace el <a href="https://ucm.es/SEXVIOL">grupo SEXVIOL</a>, del cual formamos parte las firmantes de este texto. Desde esta interpelación social distintas investigadoras, sacudidas por la noticia, fueron tejiendo una pequeña red de debates sobre la gravedad del suceso, el desarrollo del proceso judicial y sus resonancias mediáticas, adoptando un compromiso activista con vistas a contribuir al conocimiento científico de las violencias sexuales en España. </p>
<p>Este grupo de investigación inició en 2017 un proyecto de trabajo con dos objetivos: conocer la incidencia estadística de las agresiones sexuales en España y explorar las características de esta forma de criminalidad mediante un análisis de contenido de sentencias judiciales relativas a este tipo de agresiones.</p>
<p>El pasado diciembre SEXVIOL presentó en la <a href="https://www.ucm.es/sexviol/file/programa-de-la-i-jornada-sobre-violencia-sexual-ucm-1">I Jornada Científica sobre Investigación e Intervención sobre violencia sexual en España</a> los resultados preliminares de <em>Violencia Sexual en España, informe de su
incidencia mediante el análisis de fuentes estadísticas y jurídicas</em>, un trabajo del que ahora mismo está disponible el acceso al <a href="https://www.ucm.es/sexviol/file/resumen-ejecutivo-informe-sexviol-2021_web">Resumen Informe Ejecutivo</a> y que en breve será extensible al estudio completo.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/445093/original/file-20220208-23-sjoj0c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/445093/original/file-20220208-23-sjoj0c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/445093/original/file-20220208-23-sjoj0c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/445093/original/file-20220208-23-sjoj0c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/445093/original/file-20220208-23-sjoj0c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/445093/original/file-20220208-23-sjoj0c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/445093/original/file-20220208-23-sjoj0c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/445093/original/file-20220208-23-sjoj0c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Manifestación del 8 de marzo de 2017 en Madrid.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-march-8-2017-woman-599511617">Shutterstock / Marcos del Mazo</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>178 sentencias analizadas</h2>
<p>En este primer informe, SEXVIOL presenta los resultados derivados del análisis de 178 sentencias emitidas por la Audiencia Provincial de Madrid entre los años 2016 y 2018, sentencias todas ellas asociadas a procesos de enjuiciamiento de agresión sexual. Algunas de las principales conclusiones que se extraen de esta investigación son las siguientes:</p>
<ul>
<li><p>En más del 80 % de las agresiones sexuales existía previamente algún tipo de vínculo entre víctima y victimario. En el 17,4 % de los casos el vínculo era íntimo (pareja o expareja). A su vez, los victimarios desconocidos representan el 19,1 % de las agresiones sexuales.</p></li>
<li><p>Las viviendas son el lugar donde se cometen la mayoría de las agresiones sexuales (60,1 %), seguidas del espacio público (20,2 %).</p></li>
<li><p>El uso de armas únicamente aparece en un 13,5 % de los casos de agresión sexual enjuiciados.</p></li>
<li><p>En el 90 % de las agresiones no se emplea violencia física extrema. En un 4,6 % de las sentencias las víctimas presentan lesiones graves o mortales; más de la mitad de los casos reportaron lesiones físicas leves (51,5 %); por su parte, en un 31,5 % de los casos analizados no se identificaron lesiones físicas.</p></li>
<li><p>La hora del día en la que se producen las agresiones sexuales es irrelevante: un 45,2 % tuvieron lugar de día frente al 54,8 % que ocurrieron de noche.</p></li>
<li><p>La violencia sexual es violencia de género, ya que el 95,5 % de las víctimas de las agresiones sexuales eran mujeres. El 99,4 % de los victimarios son hombres.</p></li>
<li><p>Los agresores sexuales no siempre responden a un patrón antisocial o patológico. De hecho, un 70,2 % de los victimarios no contaban con antecedentes penales de ningún tipo y solo un 1,7 % de los procesados tenían antecedentes por agresión sexual.</p></li>
</ul>
<h2>No ataca violentamente de noche</h2>
<p>Estas conclusiones nos conducen en una doble dirección. Por un lado, nos llevan a desmentir el mito consistente en presentar la violencia sexual como el asalto de un agresor desconocido, con un perfil patológico, que ataca violentamente en la noche, en un lugar aislado y por sorpresa. La víctima se defiende tenazmente y, en consecuencia, la agresión causa heridas, traumatismos o muerte [Estrich (1987): Real Rape]. </p>
<p>Por otro, contribuyen a visibilizar, sensibilizar y concienciar en torno a este tipo de agresiones, un camino que se construye mediante la producción de conocimiento científico contrastado que pone luz a la oscuridad generada por los mitos agazapados bajo estereotipos.</p>
<p>Ahora bien, las víctimas nos apelan. Debe seguir trabajándose en políticas públicas que prevean servicios de acompañamiento, asesoría jurídica y atención especializada que atiendan los daños físicos, psicológicos, sociales y afectivo-sexuales que causan estas agresiones. Asimismo, es esencial educar, en tanto que la educación siempre es la mejor prevención. Educar tanto en el ámbito afectivo sexual como en la construcción de masculinidades igualitarias.</p>
<p>Nadie está libre de sufrir violencia sexual y nadie es prescindible en el trabajo para su erradicación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173696/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Después de analizar 178 sentencias por agresión sexual, un estudio concluye que este tipo de violencia se suele ejercer en una vivienda, casi siempre sin armas, el agresor tiene un vínculo con la víctima y no suele tener antecedentes penales.Empar Aguado Bloise, Profesora del Departamento de Sociología y Antropología Social - Integrante del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres (IUED), Universitat de ValènciaTania García Sedano, Magistrada Suplente y Profesora Asociada de Derecho Penal, Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1712442022-01-20T17:57:13Z2022-01-20T17:57:13ZLa violencia en la infancia aumenta el riesgo de conducta suicida juvenil<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/441971/original/file-20220121-23-1n8dg24.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=19%2C19%2C6465%2C4297&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-giving-hand-depressed-man-against-1330908527">Shutterstock / Pixel-Shot</a></span></figcaption></figure><p>Hay conversaciones que salvan vidas. Lo sé porque, además de investigadora de la conducta suicida, colaboro como psicóloga y orientadora en el <a href="https://www.telefonoesperanza.com/es/prevencio-suicidi">Teléfono de Prevención del Suicidio de Cataluña</a>. </p>
<p>En unas de las llamadas más angustiosas y difíciles que recuerdo del último año había un joven con la voz temblorosa al otro lado. Había subido al terrado de su piso y me decía que no quería vivir más, que se sentía muy cansado, que en realidad no sabía cómo había llegado hasta allí. No sé cuanto tiempo transcurrió, probablemente más de una hora. Hubo largos silencios en esa llamada. Pero lo importante es que, al terminar la conversación, su voz había cambiado, estaba más serena. Y se mostró muy agradecido por haber sido escuchado. </p>
<p>Desde el momento en que cogemos una llamada en el teléfono de prevención del suicidio, tenemos una prioridad clara: aguantar la llamada el mayor tiempo posible. Es importante realizar una evaluación de la situación que vive la persona e intentar guiarle hacia un cambio de perspectiva, conseguir que la persona no cuelgue hasta estar seguros de que no va a quitarse la vida. </p>
<p>En este sentido, la reconocida psiquiatra <a href="https://youtu.be/hfvBkJ1FZUI">Carmen Tejedor</a> demostró que el tiempo que trascurre entre que una persona piensa en darse muerte y el momento en que actúa pasan por término medio 90 minutos. Si la persona supera este tiempo, se genera suficiente ambivalencia y dudas para que descarte el acto suicida (de momento). Por lo tanto, esos 90 minutos son vitales. De ahí que al teléfono no haya límite de tiempo ante una llamada de estas características. </p>
<h2>Un suicidio cada 40 segundos</h2>
<p>Cada año, aproximadamente un millón de personas fallece en el mundo por suicidio, lo cual supone aproximadamente <a href="http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide">una muerte cada 40 segundos</a>. </p>
<p>No obstante, la relevancia del suicidio como problema de salud global se aprecia más claramente si se analizan los datos epidemiológicos de los diferentes grupos de edad por separado. De esta manera, el suicidio a nivel mundial se encuentra entre las tres primeras causas de muerte en el grupo de edad comprendido entre los 15 y los 44 años, pasando a ser <a href="http://www.ine.es">la segunda causa de muerte entre los 10 y los 24 años de edad</a>.</p>
<p>Es más, si se tuvieran en cuenta también los intentos de suicidio, las cifras de incidencia serían todavía mayores <a href="http://www.who.int/mental_health/suicide-%20prevention/world_report_2014/es/">(entre 10 y 20 veces por cada suicidio)</a> </p>
<p>Ante estas cifras, se entiende que el suicidio juvenil haya sido reconocido a nivel mundial como un problema sociosanitario grave, tanto por el número elevado de casos como por el <a href="https://psycnet.apa.org/doi/10.1016/j.jad.2011.04.014">impacto que provoca</a> en los propios afectados, en sus familiares y en la sociedad en general. </p>
<h2>Buscando las causas</h2>
<p>Al sistema sanitario solo llega la «punta del iceberg» de los comportamientos suicidas. El resto se mantienen ocultos, lo que hace sospechar que nos enfrentamos a una clara <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29246453/">infraestimación de este fenómeno</a>. </p>
<p>Dada su gravedad, muchos investigadores han intentado explorar los factores relacionados con la conducta suicida. En un destacado <a href="https://doi.org/10.1016/S2468-2667(17)30118-4">metanálisis</a> que incluyó 37 estudios, encontraron que aquellos que habían vivido cuatro o más eventos adversos en la infancia (incluyendo maltrato infantil y abuso sexual) tenían hasta siete veces más riesgo de desarrollar problemas sociales, mentales y físicos (incluyendo suicidio), comparados con aquellos que no habían experimentado ningún evento adverso en su infancia. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/441693/original/file-20220120-21-gjiyrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Menor acurrucada sobre una cama." src="https://images.theconversation.com/files/441693/original/file-20220120-21-gjiyrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/441693/original/file-20220120-21-gjiyrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/441693/original/file-20220120-21-gjiyrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/441693/original/file-20220120-21-gjiyrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/441693/original/file-20220120-21-gjiyrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/441693/original/file-20220120-21-gjiyrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/441693/original/file-20220120-21-gjiyrx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/girl-on-bed-fear-sexual-violence-683857327">Shutterstock / Yupa Watchanakit</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Violencia interpersonal y conducta suicida</h2>
<p>La violencia interpersonal es un grave problema de salud pública y social, que ocasiona un malestar significativo en los niños y jóvenes, generando además elevados costes a nivel económico y social. Así lo reconoce la <a href="https://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/documentos_ficha.aspx?id=4254">Organización Mundial de la Salud </a>. </p>
<p>A ese respecto, un destacado <a href="https://doi.org/10.1016/j.jad.2017.03.035">estudio</a> demostró que las personas que han sido víctimas de cualquier tipo de violencia interpersonal durante la niñez o adolescencia tienen hasta dos veces mayor riesgo de realizar intentos de suicidio cuando son jóvenes o adultos jóvenes. Y este riesgo casi se cuadruplica cuando el abuso ha sido de tipo sexual </p>
<p><a href="https://guilfordjournals.com/doi/abs/10.1521/suli.2005.35.3.239">Otras investigaciones</a> sugieren que algunas características específicas del abuso sexual aumentan el riesgo de conducta suicida. Concretamente los casos de abuso sexual que involucran contacto y penetración. Pero también <a href="https://doi.org/10.1111/j.1939-0025.1985.tb02703.x">los casos de abuso sexual intrafamiliar</a>, en los que el niño o niña es agredido por alguien en quien confía, su cuidador o una figura de apego. Se cree que esto puede <a href="https://doi.org/10.1111/j.1939-0025.1985.tb02703.x">sacudir el sentido básico de confianza</a> que los niños tienen hacia sí mismos y hacia el mundo, desalentándolos en la búsqueda de ayuda y favoreciendo el desarrollo de problemas emocionales o psicológicos que pueden conducir a la conducta suicida </p>
<p>La <a href="https://doi.org/10.1016/j.jaac.2015.11.010">literatura existente</a> también ha destacado el papel que tiene el acoso escolar en la conducta suicida juvenil. La victimización entre pares se ha convertido recientemente en un tema de preocupación pública debido a los informes alarmantes de los medios de comunicación sobre la muerte por suicidio en jóvenes. Al respecto, diversos <a href="https://doi.org/10.1111/j.1939-0025.2010.01015.x">estudios</a> indican que las víctimas de esta forma de violencia tienden a reportar mayor soledad, mayor absentismo escolar, mayor ideación suicida, baja autoestima y niveles de depresión más elevados que sus pares no víctimas.</p>
<p>Sin embargo, y aunque las experiencias de victimización se consideran factores que precipitan el desarrollo de conducta suicida, no todos los jóvenes que han sido <a href="https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2006.03.011.">víctimas</a> manifiestan esta conducta. Esta diferencia puede atribuirse a otros factores personales o contextuales, como por ejemplo el apoyo social o la relación positiva con la familia, que pueden desempeñar un papel protector y ayudar a superar situaciones adversas, un concepto conocido comúnmente como <a href="https://doi.org/10.%201186/1471-2288-%2011-134">resiliencia</a>.</p>
<p>A la vista de estos datos, los niños y jóvenes que han sufrido violencia interpersonal deberían ser especialmente considerados en los programas de prevención del suicidio, donde profesionales especializados pueden desempeñar un papel fundamental en la identificación y acompañamiento de las víctimas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/171244/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Elizabeth Suárez Soto no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Cada año, aproximadamente un millón de personas fallece en el mundo por suicidio, lo cual supone aproximadamente una muerte cada 40 segundos. Los jóvenes que han sufrido abusos en la infancia y en la adolescencia tienen mayor riesgo de intento de suicidio.Elizabeth Suárez Soto, Doctora en Psicología. Psicóloga Clínica Infanto Juvenil. , Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1719222021-11-24T20:18:02Z2021-11-24T20:18:02ZEl aterrador mosaico de formas de violencia contra mujeres y niñas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/433403/original/file-20211123-21-9siuza.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C0%2C1914%2C1077&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-using-force-coerce-woman-scared-1166882995">Shutterstock / asiandelight</a></span></figcaption></figure><p>El 25 de noviembre es el día que las Naciones Unidas ha declarado como <a href="https://www.un.org/es/observances/ending-violence-against-women-day/">Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer</a>. En muchas ocasiones, este tipo de violencia tiende a reducirse al maltrato físico, pero las acciones y los tipos que abarca van mucho más allá.</p>
<p>Las formas en que la violencia se aplica contra las mujeres y las niñas son muy variadas y, sobre todo, aterradoras. <a href="https://www.unwomen.org/es/about-us/about-un-women">ONU Mujeres</a> –la organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres– clasifica estos tipos en <a href="https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/faqs/types-of-violence">siete bloques</a> y cada uno de ellos comprende distintas acciones: </p>
<ol>
<li><p>Violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado.</p></li>
<li><p>Violencia sexual.</p></li>
<li><p>Violencia en línea o digital.</p></li>
<li><p>Feminicidio.</p></li>
<li><p>Trata de personas.</p></li>
<li><p>Mutilación genital femenina.</p></li>
<li><p>Matrimonio infantil. </p></li>
</ol>
<p>Me centraré, sobre todo, en las tres primeras.</p>
<p>En la violencia contra las mujeres en el ámbito privado se incluyen la violencia económica, la psicológica, la emocional y la física. Sí, todas ellas afectan a las mujeres a pesar de que en ocasiones parezcan invisibles.</p>
<h2>De la violencia económica a la emocional</h2>
<p>La llamada <a href="https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/faqs/types-of-violence">violencia económica</a> se produce cuando la persona agresora intenta conseguir la dependencia financiera de la mujer prohibiéndole, por ejemplo, trabajar o recibir formación. </p>
<p>En España, en octubre de este año, la titular del Juzgado Penal nº. 2 de Mataró (Barcelona), Lucía Avilés, <a href="https://www.rtve.es/noticias/20211008/violencia-economica-impago-pension/2185302.shtml">solicitó al Gobierno</a> que tipificase la violencia económica como una modalidad de violencia machista y la incluyera en el Código Penal.</p>
<p>La <a href="https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/faqs/types-of-violence">violencia psicológica</a> consiste en provocar miedo a la mujer a través de la intimidación, amenazarla con causarle daño físico a ella, su pareja o sus hijas o hijos –incluso a sus mascotas y bienes– u obligarla a aislarse de sus amistades, de su familia, de la escuela o del trabajo.</p>
<p>La <a href="https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/faqs/types-of-violence">violencia emocional</a> busca minar la autoestima de la mujer a través de críticas constantes, infravalorando sus capacidades, insultándola o sometiéndola a otros tipos de abuso verbal. También se incluyen aquí todas las acciones dirigidas a dañar la relación con sus hijas o hijos o el no permitirle ver a su familia ni a sus amistades. El Ministerio de Igualdad <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/informacionUtil/home.htm">tiene disponible en su web</a> información útil para detectar este tipo de violencia que puede pasar más inadvertida. </p>
<p>Las acciones de la <a href="https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/violenceagainstwomen.aspx">violencia física</a> son aquellas que causan daño a la mujer empleando cualquier tipo de fuerza física contra ella (golpeándola, propinándole patadas, quemándola, denegándole atención médica, obligándola a consumir alcohol o drogas, etc.).</p>
<h2>El acoso y la cultura de la violación</h2>
<p>Este tipo de violencia puede producirse en el ámbito privado o fuera de él. Por <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1999-9744">violencia sexual</a> se entiende cualquier acto de naturaleza sexual cometido contra la voluntad de otra persona, ya sea porque esta no ha otorgado su consentimiento o porque no lo pueda otorgar por ser menor de edad, sufrir una discapacidad mental o encontrarse gravemente intoxicada o inconsciente por efecto del alcohol o las drogas. </p>
<p>Este tipo de violencia incluye el <a href="https://www.conceptosjuridicos.com/acoso-sexual/">acoso sexual</a>, que abarca el contacto físico no consensuado, por ejemplo, cuando una persona agarra, pellizca, propina bofetadas o realiza tocamientos de índole sexual a otra persona. Incluye también otros tipos de violencia no física como abucheos, comentarios sexuales sobre el cuerpo o el aspecto de una mujer, la solicitud de favores sexuales, miradas sexualmente sugerentes, acecho o exhibición de órganos sexuales. </p>
<p>Dentro de la violencia sexual está, cómo no, la <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1999-9744">violación</a>, esto es, cualquier penetración vaginal, anal u oral no consentida por parte de otra persona utilizando cualquier parte del cuerpo o un objeto. El agresor puede ser una persona conocida o no, ocurrir dentro del matrimonio y de una relación de pareja, así como durante un conflicto armado.</p>
<p>Un tercer tipo de acciones que se enmarcan en este apartado son todas aquellas que fomentan la llamada “<a href="https://www.unwomen.org/es/news/stories/2019/11/compilation-ways-you-can-stand-against-rape-culture">cultura de la violación</a>”, entendiendo por tal el entorno social que permite normalizar y justificar la violencia sexual.</p>
<h2>Internet y asesinatos por honor</h2>
<p>Dado el aumento de dispositivos móviles, las acciones de <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/informacionUtil/comoDetectarla/VG_Digital/home.htm">violencia digital</a> están creciendo de manera exponencial. Este tipo de violencia abarca cualquier acto cometido, asistido o agravado por el uso de la tecnología de la información y las comunicaciones (teléfonos móviles, internet, medios sociales, videojuegos, mensajes de texto, correos electrónicos, etc.) contra una mujer por el hecho de serlo. </p>
<p>La violencia digital incluye el <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/colecciones/pdf/Libro_18_Ciberacoso.pdf">ciberacoso</a>, que consiste en el envío de mensajes intimidatorios o amenazantes; el <a href="http://www.mujeresenigualdad.com/Como-afecta-el-sexting-a-las-mujeres_es_116_2120_0_236.html"><em>sexting</em></a>, referido al envío de mensajes o fotos de contenido explícito sin contar con la autorización de la persona destinataria y el <a href="https://www.amnesty.org/es/latest/campaigns/2017/11/what-is-online-violence-and-abuse-against-women/"><em>doxxing</em></a>, que supone la publicación de información privada o identificativa sobre la víctima.</p>
<p>No pasamos por alto las violaciones que constituyen los <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/investigaciones/2021/estudios/analisis_asesinatos.htm">asesinatos</a> (feminicidios, en algunos países, entre los que se incluyen <a href="https://www.europapress.es/internacional/noticia-son-llamados-crimenes-honor-20140531102554.html">asesinatos por honor</a>); la <a href="https://www.policia.es/_es/colabora_trata">trata de personas</a>, la <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/female-genital-mutilation">mutilación genital femenina</a> y el <a href="https://www.unicef.org/es/historias/el-matrimonio-infantil-en-el-mundo">matrimonio infantil</a>. </p>
<p>Baste este artículo para recordar que la violencia contra las mujeres y las niñas va mucho más allá de la violencia física, y que el primer paso para lograr acabar con ella es la<a href="https://www.unav.edu/web/facultad-de-filosofia-y-letras/estudios/formacion-online/estudios-sobre-la-mujer"> educación</a> y <a href="https://www.unav.edu/web/curso-online-de-formacion-en-igualdad">la formación en igualdad</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/171922/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>MªCruz Díaz de Terán Velasco no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La violencia contra las mujeres no se reduce a la violencia física. Si hacemos un recorrido por las distintas formas de violencia que se ejerce en el mundo contra las mujeres el resultado es escalofriante. En la educación está una de las soluciones.MªCruz Díaz de Terán Velasco, Profesora Titular de Filosofía del Derecho. Co-directora de los cursos on line en estudios sobre la mujer y formación en Igualdad en la Universidad de Navarra. Coordinadora de la Red Mujeres e Innovación (Programa CYTED). Investigadora del ICS, Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1661592021-08-15T16:31:42Z2021-08-15T16:31:42ZEl mundo no puede mirar hacia otro lado mientras los talibanes esclavizan sexualmente a mujeres y niñas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/416192/original/file-20210815-23-1qkj2df.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=42%2C0%2C4088%2C2895&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Combatientes talibanes hacen guardia en un puesto de control en la ciudad de Farah, capital de la provincia de Farah en el suroeste de Afganistán, en agosto de 2021. Varias de las 34 capitales del país han caído en manos de los talibanes, una noticia nefasta para las mujeres de Afganistán.</span> <span class="attribution"><span class="source">AP Photo/Mohammad Asif Khan</span></span></figcaption></figure><p>Desde la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN de Afganistán, el pasado mes de julio, los talibanes se han hecho rápidamente con el control de amplias zonas del país, <a href="https://www.nytimes.com/live/2021/08/15/world/taliban-afghanistan-news#jalalabad-falls">y ahora están rodeando Kabul</a> tras tomar <a href="https://www.aljazeera.com/news/2021/8/11/afghanistan-taliban-provincial-capitals-cities-timeline">varias capitales de provincia</a>. Aunque los talibanes y el gobierno afgano están negociando, <a href="https://www.nytimes.com/2021/08/05/us/politics/taliban-afghanistan-peace-deal.html">las perspectivas de un resultado pacífico se desvanecen rápidamente</a>.</p>
<p>Envalentonados por su continuo éxito, la falta de resistencia de las fuerzas afganas y la mínima presión internacional, los talibanes han intensificado su violencia. Para las mujeres afganas, su creciente poder <a href="https://abcnews.go.com/Politics/im-scared-afghan-girls-women-fear-talibans-return/story?id=78443760">es aterrador</a>.</p>
<p>A principios de julio, los líderes talibanes que tomaron el control de las provincias de Badakhshan y Takhar emitieron una orden a los líderes religiosos locales para que les proporcionaran <a href="https://www.hindustantimes.com/world-news/taliban-asks-for-list-of-girls-widows-to-be-married-to-their-fighters-reports">una lista de niñas mayores de 15 años y viudas menores de 45 para “casarse” con combatientes talibanes</a>. Todavía no se sabe si han cumplido.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Una niña afgana mira desde la solapa de una tienda de campaña, con el pelo tapándole la cara" src="https://images.theconversation.com/files/415708/original/file-20210811-25-2smtxk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5990%2C4044&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/415708/original/file-20210811-25-2smtxk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=405&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/415708/original/file-20210811-25-2smtxk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=405&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/415708/original/file-20210811-25-2smtxk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=405&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/415708/original/file-20210811-25-2smtxk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=509&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/415708/original/file-20210811-25-2smtxk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=509&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/415708/original/file-20210811-25-2smtxk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=509&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Una niña afgana desplazada mira desde su tienda improvisada en un campamento del norte de Afganistán en julio de 2021.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Rahmat Gul)</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p><a href="https://www.thenationalnews.com/world/asia/2021/08/03/taliban-trying-to-force-afghan-girls-as-young-as-13-into-marriage/">Si estos matrimonios forzados</a> se llevan a cabo, las mujeres y las niñas serán llevadas a Waziristán, en Pakistán, para ser reeducadas y convertidas al “auténtico Islam”.</p>
<p>Esta orden ha provocado un profundo temor entre las mujeres y sus familias que viven en estas zonas y las ha obligado a <a href="https://tolonews.com/index.php/afghanistan-173504">huir y unirse a las filas de los desplazados internos</a>, lo que se suma al desastre humanitario que se está produciendo en Afganistán. Solo en los últimos tres meses, <a href="https://tolonews.com/index.php/afghanistan-173980">900.000 personas han sido desplazadas</a>.</p>
<h2>Reminiscencias del brutal gobierno talibán</h2>
<p>Esta directiva de los talibanes es una cruda advertencia de lo que se avecina y un duro recordatorio de su brutal régimen de 1996 a 2001, durante el cual las mujeres fueron sometidas a persistentes violaciones de los derechos humanos, se les negó el empleo y la educación, <a href="https://gandhara.rferl.org/a/taliban-repression-afghan-women/31358597.html">se les obligó a llevar el burka y se les prohibió salir de casa sin un “tutor” masculino o mahram</a>. </p>
<p>A pesar de afirmar que <a href="https://www.npr.org/2021/08/04/1023426247/the-taliban-say-theyve-changed-experts-arent-buying-it-and-fear-for-afghanistan">han cambiado su postura respecto a los derechos de las mujeres</a>, las acciones de los talibanes y sus últimos esfuerzos por someter a miles de mujeres a la esclavitud sexual demuestran todo lo contrario. </p>
<p>Además, los talibanes han señalado su intención de negar la educación de las niñas más allá de los 12 años, prohibir el empleo de las mujeres y reinstaurar la ley que exige que las mujeres estén acompañadas por un tutor. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Mujeres y niños afganos viajan en un carro de motocicleta" src="https://images.theconversation.com/files/415710/original/file-20210811-25-1blchd1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/415710/original/file-20210811-25-1blchd1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/415710/original/file-20210811-25-1blchd1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/415710/original/file-20210811-25-1blchd1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/415710/original/file-20210811-25-1blchd1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=520&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/415710/original/file-20210811-25-1blchd1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=520&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/415710/original/file-20210811-25-1blchd1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=520&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Mujeres y niños afganos viajan en un carro de motocicleta en la provincia de Herat, al oeste de Kabul, en agosto de 2021.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Hamed Sarfarazi)</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Los avances logrados por las mujeres afganas en los últimos 20 años, sobre todo en materia de educación, <a href="https://foreignpolicy.com/2021/07/23/afghanistan-taliban-women-gender/">empleo y participación política, están gravemente amenazados</a>. </p>
<p>Ofrecer “esposas” es una estrategia destinada a atraer a los militantes para que se unan a los talibanes. Se trata de una esclavitud sexual, no de un matrimonio, y obligar a las mujeres a la esclavitud sexual bajo la apariencia de un matrimonio es tanto un crimen de guerra como un crimen contra la humanidad. El artículo 27 de la Convención de Ginebra establece:</p>
<blockquote>
<p>“Las mujeres deben ser especialmente protegidas contra todo atentado a su honor, en particular contra la violación, la prostitución forzada o cualquier otra forma de atentado a su pudor”. </p>
</blockquote>
<p>En 2008, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas <a href="https://undocs.org/en/S/RES/1820(2008)">adoptó la Resolución 1820</a> declarando que “la violación y otras formas de violencia sexual pueden constituir crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad”. Reconoce la violencia sexual como una táctica de guerra destinada a humillar, dominar e infundir miedo a los miembros civiles de la comunidad.</p>
<h2>Cómo contraatacar</h2>
<p>La ONU debe actuar ahora con decisión para evitar que se cometan más atrocidades contra las mujeres en Afganistán. </p>
<p>Propongo cuatro acciones políticas para que la comunidad internacional logre una paz sostenible. Se guían por la Resolución 1820 que subraya la importancia de incluir a las mujeres como participantes iguales en el proceso de paz y condena todas las formas de violencia de género contra los civiles en los conflictos armados:</p>
<ol>
<li><p>Pedir un alto el fuego inmediato para garantizar que el proceso de paz pueda avanzar de buena fe.</p></li>
<li><p>Garantizar el respeto de los derechos de las mujeres, consagrados en la Constitución de Afganistán, la legislación nacional y el derecho internacional.</p></li>
<li><p>Insistir en que las negociaciones de paz continúen con una participación significativa de las mujeres afganas. Actualmente, solo hay cuatro mujeres negociadoras de paz en el equipo del gobierno afgano y ninguna en el de los talibanes.</p></li>
<li><p>El levantamiento de las sanciones contra los talibanes debe estar condicionado a su compromiso de defender los derechos de las mujeres. La Unión Europea y Estados Unidos, que actualmente son los mayores donantes de Afganistán, deben condicionar la ayuda a los derechos de las mujeres y a su acceso a la educación y al empleo.</p></li>
</ol>
<p>Las mujeres de Afganistán y de toda la región agradecerían los esfuerzos de la ONU y de la comunidad internacional para garantizar que las supervivientes de la violencia sexual tengan la misma protección ante la ley y el mismo acceso a la justicia. </p>
<p>No debe haber impunidad para los actos de violencia sexual como parte de un enfoque integral para buscar la paz sostenible, la justicia y la reconciliación nacional en Afganistán.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/166159/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Vrinda Narain está afiliada a Women Living Under Muslim Laws como miembro de la Junta Directiva.
</span></em></p>Envalentonados por su continuo éxito, la falta de resistencia de las fuerzas afganas y la mínima presión internacional, los talibanes han intensificado su violencia. Para las mujeres, su creciente poder es aterrador.Vrinda Narain, Associate Professor, Faculty of Law, Centre for Human Rights and Legal Pluralism; Max Bell School of Public Policy, McGill UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1651542021-08-09T16:50:57Z2021-08-09T16:50:57ZQué es la nueva pornografía y cómo la consumen los más jóvenes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/414982/original/file-20210806-27-lvbepb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C5%2C3870%2C2572&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/kiev-ukraine-august-30-2019-pornhub-1502317952">Shutterstock / Stenko Vlad</a></span></figcaption></figure><p>La pornografía es la producción y distribución de imágenes sobre actos sexuales o <a href="http://irep.ntu.ac.uk/id/eprint/17818/">contenidos sexualmente explícitos</a> cuyo fin es provocar la excitación sexual. La nueva pornografía se podría caracterizar por filmaciones de sexo explícito, con acceso fácil, distribución mediante internet masivamente gratuita, alta calidad, orientadas a generar excitación sexual. Se trata de pornografía distribuida por empresas capitalistas que han aprovechado las tecnologías de cuarta generación (4G) y que posicionan sus ofertas en todo el mundo.</p>
<p>PornHub, una de las páginas de porno más conocidas, realiza anualmente un estudio de consumo de su sitio. Según la página web oficial <a href="https://www.pornhub.com/insights/2018-year-in-review">PornHub Insights</a>, en el año 2018 contabilizaron 33,5 millones de visitas. En el 2019, se contabilizaron 44 millones, es decir, un incremento de 10,5 millones de visitas. </p>
<p>A finales del año 2020, dicha plataforma de pornografía se vio obligada a eliminar casi la mitad de todos sus contenidos audiovisuales tras recibir diversas denuncias por difundir y monetizar vídeos en los que aparecían violaciones a menores, vídeos fruto del abuso y la explotación sexual, así como escenas de prácticas sexuales en las que mujeres aparecían siendo violentadas de diversas formas. </p>
<p>En España, el acceso de personas menores de edad a la pornografía es una de las problemáticas actuales que generan preocupación en la sociedad y, en especial, a aquellas personas adultas con menores en proceso de crecimiento. Hoy en día, el libre acceso a las tecnologías entre los más jóvenes también se relaciona con el inicio del consumo pornográfico. </p>
<p>En <a href="https://www.researchgate.net/publication/333718622_Nueva_pornografia_y_cambios_en_las_relaciones_interpersonales">un estudio realizado en 2019</a> se indicó que los menores acceden a la pornografía a edades cada vez más tempranas. Cabe destacar que, aunque los primeros contactos se realizan entre los 8 y los 9 años, la disponibilidad de pantallas y conexiones a internet son normalizadas desde los 7 años en España. </p>
<h2>España, entre los grandes consumidores de porno</h2>
<p>Además, ese mismo estudio puntualiza que la prevalencia del consumo de pornografía entre adolescentes y jóvenes llega hasta un 70 %, siendo la mayoría de los que acceden y la consumen chicos y las más explotadas las chicas. España se encuentra entre los países con los <a href="https://www.eukidsonline.ch/files/Eu-kids-online-2020-international-report.pdf">porcentajes más altos de consumo pornográfico</a>: 41 %.</p>
<p>No podemos olvidarnos de que el contexto en el que viven las personas jóvenes de hoy ha cambiado drásticamente, no solo por el libre acceso a la tecnología, como se ha mencionado, sino también por la incorporación de las redes sociales, un espacio que es un poderoso transmisor de mensajes por segundo, muchos de ellos erróneos o sesgados, sobre la sexualidad. </p>
<p>Teniendo en cuenta la etapa evolutiva en la que se encuentran las personas menores de edad y atendiendo a que la educación afectivo sexual no está muy presente en las instituciones educativas, el consumo de la pornografía puede crear graves problemas de salud psicoemocional, al mismo tiempo que perpetúa las desigualdades de género entre hombres y mujeres y la violencia machista hacia las mujeres.</p>
<h2>Buscando el placer del hombre</h2>
<p>Todos y todas conocemos que la industria pornográfica está preferentemente enfocada al placer del hombre, cosificando a las mujeres y mercantilizándolas con el fin de satisfacer los deseos del hombre. El porno hetero designa a las mujeres como seres sexuales pasivos y a los hombres como seres activos, promoviendo así un modelo de sexualidad desde un sistema patriarcal dónde las mujeres no pueden ser libres ni autónomas. </p>
<p>Como ha señalado en numerosas ocasiones la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Rosa_Cobo_Bed%C3%ADa">investigadora y escritora feminista Rosa Cobo</a>, el porno contribuye a rearticular el yo de muchos varones, pues la globalización del porno y los altos niveles de consumo masculino no solo pornifican la cultura, sino que transforman la cultura emocional y ponen en pie nuevos modelos de sociabilidad. </p>
<p>La llamada <a href="https://insertandalucia.com/nueva-pornografia-y-consumo-jovenes-andaluces/">“publicidad del patriarcado”</a> promueve las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31277972/">imágenes de mujeres</a> cuyo papel se reduce a la estimulación sexual y satisfacción de las fantasías de los hombres. Estas imágenes tienen un impacto negativo. </p>
<p>Si ponemos el foco en la situación de aislamiento provocada por la crisis de la Covid-19, <a href="https://www.nature.com/articles/s41443-020-00380-w">un estudio reciente</a> señaló que el consumo de pornografía había aumentado un 18,5 %. Este creciente impacto influye en las relaciones futuras entre las personas jóvenes ya que consolida el imaginario de desigualdad entre hombres y mujeres y sigue amparando las prácticas sexuales de violencia y situando al hombre en el centro como único transmisor y receptor de placer. </p>
<p>Por lo tanto, la pornografía puede generar unas expectativas dentro de la pareja inalcanzables, además del deseo de realizar prácticas que puedan llegar a ser violentas. Como ya señalaban en el libro <a href="https://redined.educacion.gob.es/xmlui/handle/11162/64463"><em>Educación sexual: de la teoría a la práctica</em></a>, de María Lameiras y María Victoria Carrera, el contenido pornográfico, desafortunadamente, no está regulado, lo cual conlleva a que los espectadores, especialmente las personas jóvenes, terminen generando expectativas irreales de las actividades sexuales. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-boy-covered-her-mouth-fright-1845288145">Shutterstock / atsurkan</a></span>
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<h2>Una educación sexual adecuada</h2>
<p>En <a href="https://www.researchgate.net/publication/347355532_Pornografia_y_Educacion_Afectivosexual">un estudio realizado en 2020</a> se señalaba que uno de los peores efectos del consumo de pornografía en adolescentes y jóvenes era la distorsión perceptiva, la formación o deformación de actitudes, especialmente en grandes consumidores de pornografía (unas tres horas semanales) sin la maduración emocional para comprender lo que ven, maduración que ofrecería una educación sexual adecuada. </p>
<p>Todos estos efectos, las variedades de machismo regeneradas por el porno, la distorsión perceptiva y la formación o deformación de actitudes es lo que tendríamos intentar afrontar desde la educación. </p>
<p>El objetivo de la educación afectivo sexual no puede depender del compromiso del profesorado, debe crear un modelo de sexualidad liberadora, crítica y emancipadora, favoreciendo el autoconocimiento del cuerpo, el placer, la desestigmatización de la masturbación independientemente del género, el tamaño y la forma de los genitales, entre otras. </p>
<p>En España, la actual <a href="https://www.educacionyfp.gob.es/destacados/lomloe.html">Ley de Educación</a> ha regulado la implementación de la Educación Afectivo-Sexual (EAS) en la educación obligatoria. Además, la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2021-9347">Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia</a> también la regula con bastante rigor. Por tanto, se puede decir que se han puesto las bases legales para dar respuesta a esa necesidad. </p>
<p>Por ese motivo, sería interesante comenzar a trabajar sobre pornografía con menores como medida preventiva de las futuras relaciones sexuales violentas. Aunque son las personas adolescentes las que más pornografía consumen, son también las personas que se encuentran en una edad donde se puede prevenir ese consumo. </p>
<p>No obstante, lo más recomendable cuando hablamos de prevención es trabajar desde la infancia para poder así conseguir una alfabetización entre las personas más jóvenes, favoreciendo el pensamiento crítico y no haciéndoles tan influenciables por parte de la pornografía androcéntrica. </p>
<h2>Los jóvenes y la curiosidad</h2>
<p>Sabemos que la curiosidad entre los y las adolescentes es inevitable, sin embargo, si no tienen alternativa de educación afectivo sexual, difícilmente podrán darse cuenta de lo que están consumiendo y del efecto que ese tipo de consumo tiene en el desarrollo de su deseo y, por consiguiente, de sus prácticas sexuales. </p>
<p>Las personas jóvenes tienen derecho a una educación integral. Además de proporcionarles conocimientos académicos, tienen el derecho a recibir una educación que les ayude a desarrollarse plenamente en todas las facetas de la vida, incluida la sexual.</p>
<p>Por otro lado, los factores que provocan el aumento de la explotación sexual son el incremento del uso de las tecnologías, las redes sociales, la pornografía y algunos otros factores, como pertenecer a la red de acogimiento residencial. </p>
<p>La pornografía es una escuela para la producción y distribución de imágenes propias, así como para solicitarlas de otras personas. Ciertamente, plataformas virtuales de pornografía como la citada PornHub pueden contribuir al aumento de la explotación sexual de menores, ya que, según el informe anual publicado por la propia página, una de las búsquedas más realizadas por los consumidores en el año 2019 fue la palabra inglesa <em>teen</em> (adolescente).</p>
<p>En ocasiones, cuando se trabaja con padres y madres, suelen creer que esas situaciones de victimización solo las experimentan niños y niñas con padres negligentes o que están acogidos en los servicios de protección a la infancia y adolescencia. Pero puede pasarle a cualquier menor. Por eso es tan importante que sepan que la dinámica familiar es clave: se tiene que aprender a escuchar y hablar, aprender a observar y aprender a dar ayuda.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/165154/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Miembro del grupo de investigación consolidado UPV/EHU GIU20/003 PSIDES: Psicología del desarrollo ante los nuevos retos sociales</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Miembro del grupo de investigación KideOn</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Miembro del grupo de investigación GARAIAN y beneficiaria del Programa Predoctoral de Formación de Personal Investigador No Doctor del Gobierno Vasco.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Lluís Ballester es miembro de la Red Jóvenes e Inclusión; está sindicado en CC OO.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Nahia Idoiaga Mondragon es miembro de KideOn Grupo de investigación del Gobierno Vasco, con referencia IT1342-19 (categoría A) </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Miembro del grupo de investigación consolidado UPV/EHU GIU20/003 PSIDES: Psicología del desarrollo ante los nuevos retos sociales.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Israel Alonso, Maialen Loureda Avilés, Maitane Picaza Gorrotxategi y Naiara Berasategui Sancho no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Las nuevas formas de consumir porno por parte de los adolescentes, y también de los adultos, y la ausencia de una educación afectivo sexual de calidad en los centros educativos y en las propias familias genera machismo, explotación sexual infantil y relaciones de sexo violentas.María Dosil-Santamaría, Profesora en el Departamento de Ciencias de la Educación en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico de Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaAmaia Eiguren Munitis, Docente del departamento de Didáctica y Organización Escolar. Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaIsrael Alonso, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaItsaso Biota Piñeiro, Investigadora Predoctoral del Gobierno Vasco en el Departamento de Ciencias de la Educación de la UPV/EHU., Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLluís Ballester Brage, Professor de Mètodes d'Investigació. Facultat d'Educació., Universitat de les Illes BalearsMaialen Loureda Avilés, Educadora Social, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaMaitane Picaza Gorrotxategi, Doctora en educación, Departamento de Didáctica y Organización Escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNahia Idoiaga Mondragon, Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNaiara Berasategui Sancho, Profesora en el Departamento de Didáctica y Organización escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNaiara Ozamiz Etxebarria, Profesora adjunta en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1557312021-03-25T20:03:01Z2021-03-25T20:03:01ZConsecuencias del uso excesivo de pornografía en los adolescentes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/391551/original/file-20210324-17-nn84h5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5176%2C3445&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/psycho-mental-boy-holding-smart-mobile-1540171559">Shutterstock / Indian Stock images</a></span></figcaption></figure><p>Una de las consecuencias de la llegada de internet ha sido el aumento del uso de pornografía en línea. Esto ha generado un incremento de la investigación científica centrada en las posibles consecuencias de estos materiales.</p>
<p>Sin embargo, gran parte de los estudios han evaluado exclusivamente las consecuencias en los consumidores adultos. Probablemente, el hecho de que justamente la población más vulnerable a este tipo de contenidos <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00224499.2016.1143441">sea la menos estudiada</a> se deba, entre otros aspectos, a limitaciones éticas y prácticas, y a una cierta negligencia por parte de los formadores, que no quieren creer que niños y adolescentes acceden a estos contenidos.</p>
<p>Los menores disponen de un <a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/9/11/3625">acceso ilimitado</a> a múltiples y variados contenidos pornográficos. Sin embargo, debido a la etapa evolutiva en la que se encuentran, caracterizada, entre otros aspectos, por un cerebro aún en desarrollo, les resulta más dificultoso diferenciar entre realidad y ficción. </p>
<p>También se observa que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23621804/">los más jóvenes copian las conductas sexuales que visualizan en los materiales sexualmente explícitos</a> y los consideran una potente herramienta de educación sexual.</p>
<h2>Consecuencias negativas</h2>
<p>Aunque algún autor se ha centrado en las posibles consecuencias positivas derivadas del uso de pornografía en los jóvenes, la realidad científica evidencia un incremento exponencial de investigaciones que evalúan la asociación entre el uso de pornografía y múltiples consecuencias negativas.</p>
<p>Respecto a las conductas sexuales, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29556900/">se ha observado</a> que aquellos jóvenes que consumen pornografía presentan una mayor probabilidad de llevar a cabo sexo esporádico, sexo con amigos o sexo oral y/o anal. También refieren un mayor deseo sexual, mayor número de encuentros sexuales, múltiples parejas sexuales y una iniciación sexual más temprana, <a href="https://rodin.uca.es/xmlui/bitstream/handle/10498/23518/S%C3%A1nchez%2C%20Pazo%2C%20E..pdf?sequence=1&isAllowed=y">en comparación con aquellos adolescentes que no consumen pornografía</a>. </p>
<p>Sin embargo, cabe destacar que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26376287/">otros autores</a> no han observado efectos direccionales claros entre el uso de pornografía y el comportamiento sexual de los adolescentes, por lo que se trataría de una asociación controvertida.</p>
<p>En cuanto a las conductas sexuales de riesgo, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32275669/#:%7E:text=Conclusions%3A%20Exposure%20to%20sexually%20explicit,preventive%20programs%20in%20early%20adolescence">algunos autores</a> subrayan que existe una clara asociación entre la exposición a la pornografía y las relaciones sexuales sin preservativo en los adolescentes. Sin embargo, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21476164/">otros estudios</a> encuentran esta asociación en población adulta, pero no en el caso de los menores.</p>
<h2>¿Más conductas sexuales agresivas?</h2>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32306817/">Diversos estudios sugieren</a> que los jóvenes que ven pornografía violenta podría presentar más conductas sexuales agresivas y una mayor aceptación de la violencia en el noviazgo, aunque se requiere de más evidencia empírica para poder obtener resultados concluyentes.</p>
<p>Como factores predisponentes para una mayor probabilidad de consumo de pornografía y de su frecuencia, se ha encontrado la mayor impulsividad, el uso de alcohol y otras sustancias en el año previo, una menor vinculación emocional con los progenitores, alteraciones en el funcionamiento familiar y la violencia familiar.</p>
<p>Los adolescentes que han sido víctimas de violencia familiar presentan una mayor tendencia a consumir pornografía, y especialmente de contenido violento. Aunque algunos autores no han podido evidenciar una asociación clara entre el uso de pornografía y alteraciones en el bienestar psicológico, otros destacan que aquellos adolescentes que consumen pornografía presentan una mayor probabilidad de referir sintomatología depresiva y/o ansiosa, de reportar obesidad y de usar tabaco, alcohol y otras sustancias. No se encontrado asociación con las disfunciones sexuales en adolescentes, aunque sí en adultos. </p>
<h2>Uso problemático</h2>
<p>Existe cada vez más evidencia empírica que muestra una clara asociación entre el uso de pornografía y el <a href="https://www.adolescenciasema.org/ficheros/REVISTA%20ADOLESCERE/vol8num2-2020/32-41%20Tema%20de%20revision%20Uso%20problematico%20de%20pornografia.pdf">uso problemático de pornografía</a>. Aquellos adolescentes que consumen pornografía con más frecuencia presentan una mayor probabilidad de acabar reportando uso problemático de pornografía con consecuencias negativas para su vida sexual, sus relaciones personales y su bienestar, y es más probable que refieran sintomatología depresiva y un mayor interés sexual.</p>
<p>Los adolescentes que consumen pornografía de manera regular presentan una mayor propensión a mostrar actitudes de género negativas, y cuando perciben los materiales pornográficos como una herramienta de educación sexual muestran una mayor tendencia a percibir el sexo como un mero instrumento para la gratificación sexual.</p>
<p>La asociación entre el uso de pornografía y los factores mencionados con anterioridad es altamente controvertida. Esta falta de consenso evidencia la clara necesidad de disponer de más investigaciones longitudinales en esta línea que permitan llegar a <a href="https://www.aceprensa.com/sociedad/pornografia/hay-medios-para-proteger-a-los-menores-de-la-pornografia/">conclusiones más sólidas</a> sobre el posible impacto que los materiales sexualmente explícitos pueden tener sobre los más jóvenes y qué variables pueden ser mediadoras para que la pornografía tenga esos efectos perniciosos o no.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/155731/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gemma Mestre-Bach trabaja para la Universidad Internacional de la Rioja</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carlos Chiclana Actis trabaja en la Consulta Dr. Carlos Chiclana, recibe fondos de la Fundación Ciudadanía y Valores y es fundador de la ONG "Necesito Terapia".</span></em></p>El consumo de pornografía entre adolescentes puede fomentar conductas sexuales de riesgo. Afecta a su percepción sobre el sexo y los roles de género y puede estar asociado con aspectos como permisividad sexual, agresividad, violencia, coerción sexual y victimización.Gemma Mestre-Bach, Investigadora postdoctoral en la Universidad Internacional de la Rioja, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Carlos Chiclana Actis, Associate professor, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1427732020-07-26T19:24:32Z2020-07-26T19:24:32ZAviso a parejas adolescentes: no confundir amor con dependencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/348952/original/file-20200722-22-13zckh7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5751%2C3828&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/teenager-couple-breaking-after-argument-angry-370698032">Shutterstock / Antonio Guillem</a></span></figcaption></figure><p>Sin lugar a dudas, el amor nos hace felices. Se vive una experiencia de encanto que vale la pena disfrutar, ya que tiene un efecto positivo para el desarrollo emocional, especialmente durante la adolescencia. Sin embargo, cuando el deseo de amor sobrepasa los límites podríamos estar confrontando una dependencia emocional. </p>
<p>Hay relaciones en las que se observa ese desequilibrio: una de las partes depende en gran medida de la otra persona, esto le resta libertad y le genera una constante inconformidad. </p>
<h2>Muchos no son conscientes</h2>
<p>De hecho, la mayoría de las y los adolescentes que transitan por esta experiencia de sufrimiento mental ni siquiera lo notan y pueden mantenerse así con diferentes relaciones sentimentales durante toda la vida. </p>
<p><a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3774302/">De acuerdo con la literatura científica</a>, a la dependencia emocional se le atribuyen explicaciones biológicas, psicológicas y sociológicas. Pueden darse todas las condiciones o alguna de ellas. </p>
<p>En cuanto a la manifestación biológica, se conoce que las experiencias traumáticas de la infancia, como el abuso o la negligencia en el cuidado infantil, interactúan con la genética para cambiar la estructura y la función del cerebro provocando afectación en el sistema de apego emocional a corto y largo plazo. </p>
<p>Los centros emocionales del cerebro se comunican con la corteza cerebral y su funcionamiento superior, siendo determinante para nuestras elecciones, incluso para la manera de acercarnos al mundo. </p>
<h2>Inseguridad, falta de afecto, de autoestima…</h2>
<p>Es así como las carencias de afecto, la inseguridad o la baja autoestima acarrean problemas psicológicos que conducen a la dependencia emocional. Otra causa son las distorsiones cognitivas, mejor conocidas como las <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6972228">falsas creencias sobre el amor de pareja</a>. Algunas frases típicas son: “Es el amor de mi vida”, “es mi media naranja”, “tienes que hacer sacrificios por amor”…</p>
<p>En el fondo, estos significados están estrechamente vinculados con factores sociológicos, que es donde entran en juego las normas sociales: “Si todos lo hacen, entonces el comportamiento es apropiado”. O la norma social cautelar: “Si no lo hago, ¿cómo me juzgarán los demás?”. </p>
<p>Particularmente, el modelo de género tradicional idealiza desproporcionadamente el amor de pareja y amplifica las secuencias de relaciones asimétricas que favorecen el posicionamiento de una de las partes en situación de dependencia. </p>
<h2>¿Cómo surge la violencia?</h2>
<p>Ser dependiente emocional y la propensión a adaptarse sin resistencia a las normas del modelo de género tradicional son un caldo de cultivo para que surja la violencia en una relación de noviazgo. Cualquier adolescente puede ser víctima de esta situación que tiende a manifestarse con <a href="https://www.nureinvestigacion.es/OJS/index.php/nure/article/view/785">conductas más agresivas conforme aumenta el tiempo de relación</a>. </p>
<p>Una forma de prevención por excelencia es identificar comportamientos abusivos. Los más evidentes se clasifican en violencia física, sexual y psicológica/emocional. A pesar de que tanto ellas como ellos pueden ejercerlas, <a href="https://revistas.um.es/iqual/article/view/301161">las adolescentes son más susceptibles de sufrir violencia verbal y violencia sexual</a>.</p>
<p>Los actos de violencia pueden ser: golpear, morder, lanzar objetos, empujar, apretar, abofetear, la amenaza, la humillación, la ridiculización en público o los gritos, o violaciones como el coito forzado o tocar las partes íntimas sin que medie el consentimiento. </p>
<p>El resultado de experimentar estas expresiones violentas es la afectación de la salud física y mental de la persona. Sin embargo, existen otras prácticas que constituyen las zonas no visibles del problema, puesto que no son percibidos por la sociedad como actos abusivos. Se trata de tácticas utilizadas por quien comete el abuso para captar toda la atención en él o ella. </p>
<p>Dentro de estas conductas se encuentran el juego de los celos o la infidelidad, la mentira, el chantaje emocional donde se manipula a través del miedo, la culpa o la compasión, ignorar por completo a la pareja (comportamiento pasivo-agresivo), mostrar a terceros la comunicación intima (correo electrónico, SMS, fotografías, conversaciones…), reducir las situaciones problemáticas al mínimo sugiriendo que las percepciones de la pareja carecen de todo sentido…</p>
<p>Las personas abusadas emocionalmente con las situaciones mencionadas se enfrentan a la impotencia, el dolor, el miedo y la ira y, paradójicamente, las personas abusadoras también.</p>
<h2>Noviazgo adolescente y dominación</h2>
<p>En nuestros estudios sobre la <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6277913">violencia en el noviazgo de adolescentes</a> se presentan con un patrón de repetición elevado las relaciones de dominación-dependencia. Dentro de los síntomas más evidentes de la dependencia emocional está la concesión excesiva de los deseos de la otra persona, aferrarse a la relación y la disposición para un amor a expensas de las propias aspiraciones o valores.</p>
<p>El desafío se encuentra en aprender a identificar cuándo estamos atrapados en una relación nociva y cómo de beneficioso puede ser para la vida de ambas partes soltar esa relación. </p>
<h2>Hágase estas preguntas</h2>
<p>Estimular la autorreflexión es una estrategia que permite evaluar el apego hacia la pareja y se puede ejercitar realizando las siguientes preguntas: </p>
<ul>
<li><p>¿Estoy haciendo esto solo para complacer a la otra persona?</p></li>
<li><p>¿Estoy aceptando ser diferente para mantener a esa persona a mi lado?</p></li>
<li><p>¿Es esta actitud realmente amorosa?</p></li>
</ul>
<p>Operar de manera independiente, lograr una fuerte conexión con una misma y amar incondicionalmente nuestro propio ser es vital para vivir el amor de pareja.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/142773/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Amor y dependencia son dos conceptos antagónicos, pero frecuentes en relaciones de parejas entre adolescentes. En muchas ocasiones, la persona dependiente no es consciente de que lo es. El gran desafío está en aprender a identificar cuando se está atrapado en una relación nociva.María del Mar Pastor Bravo, Profesora Contratada Doctora. Departamento de Enfermería. Universidad de Murcia. Perteneciente al grupo de investigación Enfermería Mujer y Cuidados de la Universidad de Murcia y el grupo de investigación ENFERAVANZA, IMIB-Arrixaca., Universidad de MurciaVenus Medina-Maldonado, Profesora en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador - Facultad de Enfermería. Adscrita al grupo de investigación Estudios sobre Prevención de la Violencia (E-previo), PUCE, Quito- Ecuador., Pontificia Universidad Católica de EcuadorLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1341032020-03-20T11:56:54Z2020-03-20T11:56:54ZLa violencia intrafamiliar: otro de los efectos colaterales del virus<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/321894/original/file-20200320-22627-uk7rys.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5455%2C3637&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sad-young-woman-sitting-bedroom-people-1677168724"> SOMKID THONGDEE / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El estado de alerta que ha vaciado las calles de nuestras ciudades va a tener un impredecible impacto criminológico. Hay antecedentes, como el acusado descenso de la delincuencia en Washington el 15 de agosto de 1965, coincidiendo con el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/The_Beatles_at_Shea_Stadium">concierto de The Beatles en el Shea Stadium.</a> Nadie quiso perdérselo. Tampoco los delincuentes. ¿Pero qué ocurre de puertas para adentro?</p>
<p>Existe entre la opinión pública, e incluso en las referencias científicas especializadas, un amplio catálogo de conceptos para referirse a los actos violentos cometidos en el ámbito familiar o de las relaciones afectivas. Se apela a la violencia de género, a la violencia doméstica o a la violencia contra la pareja para, desde los matices semánticos propios de cada etiqueta, subrayar o poner el acento en la asimetría de las relaciones, el escenario de conducta o el rol criminógeno masculino. </p>
<h2>Violencia entre grupos que viven bajo un mismo techo</h2>
<p>También es frecuente el uso del término violencia intrafamiliar ya que, al margen de cómo se defina la “familia”, las conductas inapropiadas se producen en un contexto que es reconocido como “familiar”. En todo caso, en este artículo nos queremos referir específicamente a la conducta negligente, abuso de poder o conducta violenta (psicológica, física o sexual) que tiene lugar en el entorno social de un grupo de individuos que viven bajo el mismo techo. </p>
<p>En este sentido, aunque en algunas unidades convivenciales puede llegar a instalarse una dinámica de violencia crónica y multilineal, centraremos nuestra atención, no solo en las mujeres, sino también en las que podríamos considerar las víctimas más vulnerables en este tipo de escenarios, es decir, los menores y las personas de avanzada edad dependientes.</p>
<h2>El peligro de la invisibilidad</h2>
<p>En lo que concierne a la violencia ejercida contra estos dos colectivos, encontramos una realidad cuya denuncia es inaplazable: la invisibilidad. Si bien es cierto que en el caso de la violencia contra la mujer existe una inaceptable cifra negra, debemos admitir que se trata de un fenómeno que cuenta con el bienvenido altavoz del movimiento feminista. Sin embargo, los menores y las personas ancianas dependientes no tienen portavoces, ni tan siquiera “portavozas”, a pesar de que en un alto porcentaje se trata de niñas y mujeres adultas víctimas.</p>
<p>En lo relativo a los menores, el miedo, la sensación de culpabilidad y su corta edad inciden en esta falta de visibilidad. Por otra parte, en el caso de las personas de edad avanzada, la ausencia de registros o estimaciones reales de la dimensión del maltrato, así como la escasez de denuncias debido a la incapacidad de moverse por sí mismos y la poca credibilidad que se les otorga, ha permitido que este fenómeno sea prácticamente invisible. </p>
<h2>Maltrato a ancianos</h2>
<p>Uno de los factores que explica el maltrato hacia las personas ancianas tiene que ver con nuestra propia cultura en la que se ha consolidado una representación social de la ancianidad próxima a lo inservible e inútil. Las personas ancianas son percibidas como una carga, por lo que no es de extrañar que el tipo más frecuente de maltrato sea el abandono y la falta de cuidados. El hecho de que, en estos momentos, algunos medios de comunicación nos inviten al optimismo y a respirar tranquilos tras constatar que son nuestros mayores las principales víctimas del coronavirus, debemos enmarcarlo en esta perversa actitud hacia la tercera edad.</p>
<p>Otro bloque de factores de riesgo poco estudiado está relacionado con el contexto y el espacio físico. Efectivamente, una alta densidad ocupacional de la vivienda genera estrés y facilita la tensión en las interacciones cotidianas. De esta forma, un periodo más o menos prolongado de confinamiento forzoso como consecuencia del estado de alerta que se ha decretado en España va a poner las cosas muy difíciles a aquellas personas que padezcan unas inadecuadas condiciones de habitabilidad de la vivienda, tales como cantidad de espacio disponible, privacidad, contaminación acústica o temperaturas extremas. </p>
<h2>Alcohol, sexo no consentido, abusos…</h2>
<p>Si en estos hogares, además, se dan antecedentes de abusos, amenazas, sexo no consentido o consumo excesivo de alcohol, la bomba de relojería está servida. Estaría bien que, en vez de increpar a los <em>runners</em> durante este periodo de alerta estemos más pendientes de detectar <a href="https://psycnet.apa.org/record/2015-28024-006">posibles episodios de violencia intrafamiliar</a>.</p>
<p>Lamentablemente, es esperable un aumento de su incidencia en el actual contexto de emergencia sanitaria.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/134103/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César San Juan no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En situaciones de confinamiento como la que estamos viviendo, la violencia intrafamiliar se convierte en un problema añadido. No solamente hablamos de violencia de género, también de malos tratos a ancianos y a niños. Es previsible que los casos aumenten en estas semanas.César San Juan, Profesor de Psicología Criminal. Dpto. Psicología Social, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1130132019-03-07T22:04:08Z2019-03-07T22:04:08ZEl #MeToo no ha triunfado en África, pero las mujeres han impulsado sus propias campañas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/262644/original/file-20190307-82669-wvs0wm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1%2C923%2C611&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Women students have been at the forefront of South African university protests. </span> <span class="attribution"><span class="source">EPA/Nic Bothma</span></span></figcaption></figure><p>Hace casi un año y medio, cuando Alyssa Milano pidió a las mujeres que escribieran Me too («yo también») en las redes sociales, <a href="https://www.nbcnews.com/news/us-news/year-ago-alyssa-milano-started-conversation-about-metoo-these-women-n920246">nació el movimiento #MeToo</a>. Desde entonces, millones de mujeres han manifestado a través de las redes sociales que han sido víctimas de acoso o agresión sexual.</p>
<p>La fuerza de este movimiento residió en su capacidad para mostrarle al mundo que el acoso sexual es algo generalizado, y ha tenido consecuencias para los acosadores. En la industria del cine, productores y actores como Harvey Weinstein, Kevin Spacey y Bill Cosby han perdido su trabajo.</p>
<p>¿Pero forma parte África de este movimiento mundial contra la violencia sexual? En su análisis sobre el activismo transnacional en África, la autora Titilope Adayi señala que el #MeToo se ha centrado en ciertos países, como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, India y China. Prácticamente <a href="https://africasacountry.com/2018/07/metoo-africa-and-the-politics-of-transnational-activism">no se habla ni de África ni de Oriente Medio</a>.</p>
<p>Pero la visibilidad del #MeToo hace que sea fácil pasar por alto las potentes campañas contra la violencia sexual que se están llevando a cabo en África, pues la mayoría se hacen fuera del espacio digital.</p>
<p>En realidad, el #MeToo lo <a href="https://www.thecut.com/2018/10/tarana-burke-me-too-founder-movement-has-lost-its-way.html">inició</a> una mujer afroamericana, Tarana Burke, en 2006 (once años antes del #MeToo) para ayudar a las jóvenes a hacer frente al acoso sexual. Su campaña no estaba en las redes sociales y no se internacionalizó, pero ahora se ha sumado a la campaña digital.</p>
<p>Antes del #MeToo también existía la <a href="https://theconversation.com/how-south-africas-young-women-activists-are-rewriting-the-script-60980">campaña #EndRapeCulture</a> («acabemos con la cultura de la violación»), que comenzaron las estudiantes en Sudáfrica en 2016. Esta campaña fue lo suficientemente influyente como para obligar a las universidades del país a <a href="https://www.sun.ac.za/english/Documents/Stellenbosch%20University%20EndRapeCulture%20Report%202017.pdf">constituir equipos de trabajo</a> para hacer frente a la normalización generalizada de la violencia sexual en los campus. Pero #EndRapeCulture no se convirtió en un movimiento mundial, pese a combinar la acción directa (protestas en toples) con la campaña digital.</p>
<p>Entonces, ¿por qué el #MeToo no triunfó en África?</p>
<h2>La respuesta de las mujeres africanas</h2>
<p>Uno de los motivos de la falta de aceptación está relacionado con la naturaleza racial de la campaña: la iniciaron mujeres blancas y ricas de la industria del cine de Estados Unidos que tenían acceso a las plataformas digitales.</p>
<p>Otra razón por la que el #MeToo no tuvo tanto éxito en África tiene que ver con la fuerte cultura patriarcal, en la que las mujeres temen ser estigmatizadas si hablan sobre acoso o agresión sexual. La propia visibilidad de este tipo de acciones las hace más vulnerables, y también temen que sus familias puedan <a href="https://thisisafrica.me/tsitsi-dangarembgas-local-metoo-movement/">enterarse del abuso</a>. Por lo tanto, son silenciadas por la «cultura del honor».</p>
<p>Además, las mujeres saben que la ley no las protege. En varios países, incluidos Sudáfrica y Zimbabue, la victimización secundaria de las supervivientes es frecuente. En los tribunales, controlados por hombres, las condenas por violación están, de media, <a href="https://www.dailymaverick.co.za/opinionista/2018-09-07-the-cost-of-rape-seeking-justice-in-south-africa/">por debajo del diez por ciento</a>.</p>
<p>Sin embargo, mujeres de muchos países de África han organizado protestas en las calles. Esto les permite evitar la atención individualizada mientras visibilizan la causa.</p>
<p>En Kenia, iniciaron las protestas <a href="https://www.dw.com/en/mydressmychoice-kenyans-hold-rally-to-support-woman-beaten-for-wearing-miniskirt/a-18069645">#MyDressismyChoice</a> («mi ropa es mi elección») en las calles de Nairobi después de que una mujer fuera agredida en una parada de autobús por vestir minifalda. </p>
<p>En Senegal, dos chicas <a href="https://qz.com/africa/1501088/the-metoo-movement-should-listen-to-the-silence-of-african-women">iniciaron la campaña #Nopiwouma</a> (que significa «no me voy a callar» en wolof) para cuestionar el silencio de Senegal con respecto a la violencia de género. La campaña #Doyna, también en Senegal, significa «basta ya».</p>
<p>Una de las consecuencias de no hablar sobre el acoso sexual es que los hombres se salen con la suya, pese a su comportamiento, aunque las mujeres se manifiesten.</p>
<p>En Sudáfrica la incidencia de la violencia de género <a href="https://www.sahrc.org.za/index.php/sahrc-media/news/item/1466-gender-based-violence">es muy alta</a>. Un caso reciente implicó al ex-viceministro de Educación Mduduzi Manana, <a href="https://www.timeslive.co.za/politics/2017-08-07-mduduzi-manana-threw-me-on-a-car-bonnet-and-hit-me-in-the-face-says-ermelo-woman/">que golpeó a dos mujeres en una discoteca</a>. Manana acabó <a href="https://www.news24.com/SouthAfrica/News/breaking-mduduzi-manana-resigns-as-mp-20180724">renunciando</a> a su escaño parlamentario, pero se hizo de rogar.</p>
<p>En Uganda, la diputada Sylvia Rwabwogo denunció a un hombre que la había acosado durante ocho meses. Al final, fue condenado a dos años de cárcel, pero Rwabwogo fue muy criticada por los ugandeses, que manifestaron su solidaridad <a href="http://www.africanews.com/2018/10/06/african-women-reluctant-to-embrace-metoo/">con el estudiante «enamorado»</a>.</p>
<p>Organizaciones como la Unión Africana (AU) también han fracasado en lo que respecta a las agresiones sexuales. En enero de 2018, sus trabajadoras reclamaron a los altos cargos que acabasen con el acoso en la organización. El asunto solo se trató después de que saliese en los medios de comunicación. La <a href="https://qz.com/africa/1501088/the-metoo-movement-should-listen-to-the-silence-of-african-women/">insulsa respuesta</a> oficial de la Unión Africana fue decir que las jóvenes y vulnerables becarias y voluntarias, que tenían la esperanza de conseguir un trabajo fijo, fueron acosadas, sí, pero que poco se podía hacer para protegerlas.</p>
<p>La novelista y cineasta zimbabuense <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Tsitsi_Dangarembga">Tsitsi Dangarembga</a> lamenta que el #MeToo no haya llegado a su país, donde el acoso sexual también está extendido. Ella misma mantuvo una relación en la que sufrió acoso durante <a href="https://thisisafrica.me/tsitsi-dangarembgas-local-metoo-movement/">casi ocho años</a>.</p>
<p>En Sudáfrica las mujeres iniciaron otra campaña, <a href="https://www.okayafrica.com/real-story-behind-menaretrash-south-africas-viral-hashtag/">#MenareTrash</a>, para desafiar a los hombres a que se manifestasen contra la ola de violencia contra las mujeres, especialmente contra el feminicidio en el ámbito privado. Hubo <a href="https://www.dailymaverick.co.za/opinionista/2017-06-01-if-men-dont-like-hearing-menaretrash-change-south-africa-not-the-hashtag/">un gran rechazo</a> hacia la campaña por parte de los hombres, porque algunos sintieron que todos estaban siendo estigmatizados.</p>
<p>Este no parece ser un problema que se limite a Sudáfrica. A nivel mundial, los hombres tienen problemas para solidarizarse con las mujeres que se manifiestan contra el acoso sexual, las agresiones y las violaciones. Se hizo evidente en el caso de Brett Kavanaugh, en los Estados Unidos. Pese a estar acusado de intento de violación, fue <a href="https://www.bbc.com/news/world-us-canada-45660297">nombrado</a> juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/113013/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Amanda Gouws recibe fondos de la National Research Foundation</span></em></p>La visibilidad global del #MeToo ha hecho que las campañas contra la violencia sexual en África pasen inadvertidas.Amanda Gouws, Professor of Political Science and SARChi Chair in Gender Politics, Stellenbosch UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1097362019-01-13T21:39:18Z2019-01-13T21:39:18ZCosas que quizá no sepa de la película ‘Roma’<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/253378/original/file-20190111-43514-1d21808.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C0%2C1276%2C718&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.netflix.com/es/title/80240715">Netflix</a></span></figcaption></figure><p><em><strong>Nota del editor:</strong> En una primera versión de este artículo se afirmaba que “En 2010, el 58% de las indígenas mexicanas eran trabajadoras domésticas…”, cuando el dato se refiere estrictamente a las <a href="http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292013000200004">indígenas mexicanas del área metropolitana de Monterrey</a>.</em></p>
<hr>
<p><a href="https://www.imdb.com/name/nm0190859/?ref_=nv_sr_1">Alfonso Cuarón</a> fue <a href="https://www.washingtonpost.com/national/alfonso-cuaron-and-his-film-roma-win-at-golden-globes/2019/01/06/94fd1cac-1234-11e9-ab79-30cd4f7926f2_story.html">galardonado</a> recientemente con el premio al mejor filme en lengua extranjera y mejor director en los Globos de Oro por su cinta <em><a href="https://www.romamovie.com/">Roma</a></em>. El director y escritor también ha sido elogiado por las cualidades fílmicas de <em>Roma</em> y las historias cotidianas que cuenta del México de la década de los setenta.</p>
<p>La película contiene, sin embargo, otros elementos sutiles pero importantes que hasta ahora han sido ignorados por los críticos del filme.</p>
<p>Dos de estos elementos son el contexto político de México a principios de la década de los setenta y las condiciones sociales que han caracterizado la vida de las trabajadoras domésticas desde entonces. </p>
<p>El personaje principal de <em>Roma</em> es Cleo (interpretado por Yalitza Aparicio), una trabajadora doméstica cuyo personaje se basa en una niñera llamada Liboria Rodríguez (conocida como Libo), quien trabajaba para la familia de Alfonso Cuarón cuando éste era un niño.</p>
<h2>¿Quiénes fueron los Halcones?</h2>
<p>Cuarón sitúa a los personajes de <em>Roma</em> en medio de importantes acontecimientos históricos de México: la lucha de algunos mexicanos por el progreso del país y su oposición a un régimen político y autoritario que buscó mantener sus privilegios a través de diversas estrategias.</p>
<p>Una de estas estrategias es ejemplificada en la película por el personaje de Fermín, el pretendiente de Cleo (interpretado por Jorge Antonio Guerrero), que pertenece al grupo paramilitar los Halcones.</p>
<p>Sabemos ahora por <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">varias fuentes de primera mano</a> y documentos desclasificados del gobierno de los Estados Unidos que funcionarios de alto rango del gobierno mexicano organizaron, <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-35.pdf">financiaron, entrenaron</a> y armaron <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-18.pdf">en secreto</a> a varios grupos, incluidos los Halcones, para sofocar los movimientos sociales de fines de los años sesenta y principios de los setenta.</p>
<p>Los Halcones estaban compuestos por alrededor de 2.000 hombres jóvenes, de entre 18 y 29 años, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">distribuidos en escuadrones</a> con 200 miembros cada uno.</p>
<p>Los líderes de los escuadrones <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-20.pdf">eran estudiantes universitarios de clase media</a> quienes, a cambio de su participación en los Halcones, recibieron becas, pagas semanales y la promesa de un futuro brillante en el partido gobernante, el Partido Revolucionario Institucional (PRI).</p>
<p>Un segundo grupo, el de los agresores y sicarios, estaba constituido por <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">miembros de pandillas</a> así como por <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-38.pdf">jóvenes desempleados y de la clase trabajadora</a> de la Ciudad de México. Estos recibían sólo la mitad de los estipendios que obtenían los líderes.</p>
<p>Los Halcones <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-35.pdf">también fueron entrenados por militares y personal de la policía mexicana</a>, quienes a su vez, y <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-17.pdf">subsidiados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional</a>, recibieron entrenamiento en la Academia Internacional de Policía en Washington.</p>
<h2>El ataque a la democracia mexicana</h2>
<p><a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">Alrededor de 10.000 personas</a>, <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-17.pdf">principalmente estudiantes</a>, se manifestaron el 10 de junio de 1971 para exigir mejoras en las condiciones económicas, sociales, y democráticas de México.</p>
<p>En la cinta, y como una alegoría de la vida real, Cleo, la abuela y el chófer —quienes se dirigen a una tienda de muebles— se topan de frente con los manifestantes y con una larga fila de vehículos y policías antidisturbios mientras los Halcones esperan pacientemente en la esquina.</p>
<p>Como sucedió en la vida real, armados con varas de bambú y rifles M1 y M2, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">los Halcones atacaron a los manifestantes</a> y provocaron el segundo evento más sangriento en la historia mexicana moderna (<a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-17.pdf">el Halconazo</a>), tras <a href="http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/7646473.stm">la masacre de Tlatelolco</a> acaecida en octubre de 1968.</p>
<p>Se estima que alrededor de 120 personas fueron asesinadas y cientos más resultaron heridas, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">incluidos niños, mujeres y personas mayores</a>. Aunque los militares y la policía <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wO_1E1cwzmM">conocían de antemano que se iba a producir el ataque</a>, <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-40.pdf">se mantuvieron al margen y no hicieron nada</a>.</p>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/wO_1E1cwzmM?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Documental <em>Halcones: Terrorismo de Estado</em>, sobre los sucesos del 10 de junio de 1971 en Ciudad de México.</span></figcaption>
</figure>
<h2>Violencia y masculinidad</h2>
<p>Fermín pertenece al segundo grupo de los Halcones descrito anteriormente. En la escena del hotel, Fermín le confiesa a Cleo: “Le debo la vida a las artes marciales [a los Halcones]. Yo crecí con muchas carencias, ¿sabes?”.</p>
<p>Representando a los verdaderos Halcones, la participación de Fermín en ese grupo le permite cierta movilidad socioeconómica, pero a cambio de cometer atrocidades terribles.</p>
<p>La lealtad de algunos jóvenes al grupo de los Halcones y sus decisiones inmorales estuvieron, pues, mediadas por aspiraciones de clase, ideología y violencia.</p>
<p>La violencia de los Halcones también se manifestó en <a href="https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB91/mexstu-38.pdf">violencia de género</a>. En el filme, Fermín amenaza con golpear a Cleo y a su hija que está por nacer si Cleo insiste en buscarle y pedirle que se haga responsable de su paternidad.</p>
<p>Aún más, al final de la escena, y a pesar de provenir de una clase social baja, Fermín abandona el campo de entrenamiento de Halcones gritándole “gata” a Cleo, un insulto proveniente de las clases medias y altas que se dirige únicamente a las trabajadoras domésticas. Este insulto refleja, por tanto, el bajo estatus social al que las trabajadoras domésticas son relegadas continuamente.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1048560392778240002"}"></div></p>
<h2>Trabajadoras domésticas en México</h2>
<p>Un segundo elemento que no ha sido analizado por los críticos y al que se alude en <em>Roma</em> son las condiciones históricas y sociales de las trabajadoras domésticas en México.</p>
<p>En junio de 2018 había <a href="http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2018/enoe_ie/enoe_ie2018_08.pdf">2,2 millones de trabajadoras domésticas en el país</a>. Alrededor del 95 por ciento son mujeres, en su mayoría jóvenes y de mediana edad, aunque <a href="https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=noticias&id=5427&id_opcion=446">algunas son todavía niñas</a>.</p>
<p>En 2010, por ejemplo, <a href="http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292013000200004">el 58% de las indígenas mexicanas en el área metropolitana de Monterrey eran trabajadoras domésticas</a>, y muchas habían emigrado del campo a la ciudad. Esto significa, como afirma la investigadora en migración indígena <a href="https://noreste.ciesas.edu.mx/durin-severine-2/">Séverine Durin</a>, que el trabajo doméstico está fuertemente determinado por la etnia de la persona.</p>
<p>No es una coincidencia, pues, que la exniñera de Cuarón, Libo, y los personajes de <em>Roma</em> Cleo y Adela sean jóvenes, mujeres e indígenas.</p>
<h2>Condiciones laborales desventajosas</h2>
<p>Las leyes mexicanas <a href="https://legalzone.com.mx/wp-content/uploads/2018/06/Descargar-pdf-Ley-Federal-del-Trabajo-legalzone-m%C3%A9xico.pdf">no ofrecen a las trabajadoras domésticas los mismos derechos y beneficios</a> que otros trabajadores disfrutan, como pago de días festivos o incapacidad laboral. Aún más, las trabajadoras domésticas pueden ser despedidas legalmente en cualquier momento y sin previo aviso.</p>
<p>Apenas en diciembre de 2018 la <a href="http://www.internet2.scjn.gob.mx/red2/comunicados/noticia.asp?id=5806">Suprema Corte de Justicia</a> de México determinó que es inconstitucional que los empleadores nieguen a las trabajadoras domésticas el acceso a la seguridad social, lo que significa principalmente el acceso a los servicios de salud pública.</p>
<p>También es común que las trabajadoras domésticas <a href="http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292013000200004">tengan salarios bajos</a>, que trabajen largas horas, incluyendo sábados y domingos, y que carezcan de vacaciones. Algunas empleadas también se enfrentan a tratos humillantes, maltrato y discriminación debido a sus rasgos físicos, o por <a href="https://www.theguardian.com/cities/2015/nov/10/empleadas-domesticas-ciudad-de-mexico-luchan-trato-digno">hablar su lengua indígena</a>, usar ropas tradicionales, <a href="http://www.revistaterritorio.mx/el-parque-de-las-gatas.html">o mantener sus costumbres y tradiciones</a>.</p>
<p>Algunas también padecen confinamiento forzado o <a href="https://www.animalpolitico.com/2017/03/trabajadoras-domesticas-impunidad-delitos/">abusos sexuales</a> por parte de los maridos o los hijos adolescentes de sus empleadores. Y a pesar de todo lo anterior, se espera que las trabajadoras domésticas agradezcan a sus “patrones” por la “oportunidad” de tener un trabajo.</p>
<p><a href="https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=noticias&id=5427&id_opcion=446">Sólo una de cada 10 mujeres acude a denunciar ante la policía</a> cuando se suscita algún problema con sus empleadores, muchas veces por miedo a perder el único ingreso económico o empleo que pueden obtener.</p>
<p>Las trabajadoras domésticas con hijos también deben hacer arreglos extraordinarios para que sus propios hijos sean atendidos, lo que conduce a una larga separación familiar al mismo tiempo que ellas cuidan a los niños de otras familias. El cuidado y afecto que proporcionan estas mujeres, pues, no sólo se mercantiliza sino que además se fragmenta.</p>
<h2>No son realmente parte de la familia</h2>
<p>Algunos empleadores consideran a las trabajadoras domésticas como “parte de la familia”. Sin embargo, las desiguales relaciones de poder, las diferencias de clase, la discriminación y el racismo hacen que no sean realmente parte de la familia.</p>
<p><a href="https://www.youtube.com/watch?v=vAa9dueHtVI">El propio director Alfonso Cuarón reconoce que fue recientemente cuando se dio cuenta de que</a> Libo era una mujer indígena y lo que eso conlleva. Se dio cuenta de que Libo tenía también “necesidades afectivas y deseos sexuales”, y de que vivía en “un mundo de injusticia”, “con el bagaje de la clase más desposeída”.</p>
<p>En <em>Roma</em>, los miembros de la familia desconocen la vida social y personal de las trabajadoras domésticas.</p>
<p>Cuando llevan a Cleo a la sala de partos, una enfermera le pregunta a la abuela Teresa sobre el apellido de Cleo, su fecha de nacimiento y si tiene seguridad social. Pero Teresa no puede contestar esas preguntas.</p>
<p>Cleo recoge los excrementos del perro de la familia, cocina y sirve la mesa familiar, prepara a los niños para que vayan a la escuela y también los acuesta, lava y plancha la ropa y limpia la casa. Sin embargo, la abuela ignora todo sobre Cleo a pesar de vivir en la “misma” casa (por lo general, las trabajadoras domésticas duermen aparte e incluso comen lejos de la familia).</p>
<p>Consideran a Cleo “parte de la familia”, pero realmente no lo es.</p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/BrQ3UQ0HItd/?utm_source=ig_web_copy_link","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<h2>Violencia cotidiana</h2>
<p>La película <em>Roma</em> contiene varias historias que revelan sutilmente distintas formas de violencia: pobreza, exclusión social y violencia de género, que son promovidas por masculinidades <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2012/oct/17/difference-between-sexism-and-misogyny">sexistas y misóginas</a>.</p>
<p>Además, el trabajo silencioso pero interminable de las trabajadoras domésticas, que en <em>Roma</em> abarca la mitad de la película, esconde relaciones de poder desiguales, mediadas por la clase social, el género, la edad, los afectos, el origen étnico, la raza y la división entre el mundo urbano y lo rural.</p>
<p>Estos elementos se entrecruzan para mantener a las trabajadoras domésticas, principalmente mujeres indígenas, en posiciones subordinadas y dependientes. Las trabajadoras domésticas son, pues, convenientemente imaginadas como “de la familia”, pero ellas nunca son realmente parte de la familia, ni en México ni en <a href="https://utorontopress.com/ca/not-one-of-the-family-2">ningún otro lugar del mundo</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/109736/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alejandro Hernández es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Canadiense de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, de la Asociación Canadiense de Sociología y de la Asociación de Estudios Latinoamericanos. Alejandro recibió una beca Vanier (SSHRC) y una beca Conacyt. Sus opiniones son personales.
</span></em></p>Un sociólogo explica el contexto histórico y social que conforma el trasfondo de la película ‘Roma’, del director mexicano Alfonso Cuarón, galardonada como mejor película en lengua extranjera y él como mejor director en los Globos de Oro.Alejandro Hernandez, Assistant Professor, Concordia UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1060172018-11-04T22:16:58Z2018-11-04T22:16:58ZCómo prevenir la violencia en las parejas adolescentes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/243210/original/file-20181031-76390-13jpi3c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5607%2C2402&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-beating-his-wife-on-dark-1095613538">Shutterstock / Tiko Aramyan</a></span></figcaption></figure><p>Cuando escuchamos la palabra “violencia de pareja” nos vienen a la cabeza golpes, moratones, o violaciones, pero no son este tipo de comportamientos de carácter físico o sexual severo los que caracterizan la mayoría de los casos de maltrato en parejas adolescentes, no al menos en los inicios de la relación. <a href="http://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0886260515593543">Se trata en su mayoría de comportamientos psicológicos más sutiles</a>, tales como el control de la pareja e intentos de aislamiento de familia y amigos, seguidos de insultos y humillaciones. </p>
<h2>La violencia psicológica como precursora</h2>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243440/original/file-20181101-83651-1f7tu2g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243440/original/file-20181101-83651-1f7tu2g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243440/original/file-20181101-83651-1f7tu2g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243440/original/file-20181101-83651-1f7tu2g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243440/original/file-20181101-83651-1f7tu2g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=569&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243440/original/file-20181101-83651-1f7tu2g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=569&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243440/original/file-20181101-83651-1f7tu2g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=569&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<p>Es totalmente comprensible que las imágenes que nos vienen a la cabeza al escuchar “violencia de pareja” estén completamente asociadas a casos tan graves como una paliza o incluso asesinatos. Sin embargo, es importante recalcar que estos supuestos son muchas veces la punta del <em>iceberg</em>. Para cuando se ha dado esta situación, lo más probable es que previamente hayan aparecido comportamientos violentos psicológicos, como humillaciones, insultos y, en especial, un control excesivo. De ahí, que una de las claves para combatir los actos más atroces sea la prevención del maltrato psicológico. </p>
<p>Esto nos lleva a tres conclusiones: </p>
<ol>
<li><p>En la población general de parejas adolescentes, este tipo de violencia es la más prevalente; </p></li>
<li><p>Solo una subpoblación de parejas de relación insana llega a las conductas más graves y visibilizadas por la sociedad; </p></li>
<li><p>La violencia física no aparece de forma repentina sin que coexista con otros modos de agresión, especialmente de tipo psicológico. </p></li>
</ol>
<p>Los <a href="http://www.violenciagenero.igualdad.mpr.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/investigaciones/2015/pdf/Libro20_Percepcion_Social_VG_.pdf">estudios han demostrado</a> que la violencia psicológica en las relaciones de noviazgo adolescente es un factor de riesgo clave para la aparición de comportamientos severos (como, por ejemplo, golpear u obligar a mantener relaciones sexuales). </p>
<h2>El papel de las redes sociales</h2>
<p>Los adolescentes han crecido con las nuevas tecnologías, y es inútil que intentemos que no las usen. El reto es promover su buen uso y hacerles reflexionar sobre las consecuencias de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=MRTXsTXYpLc">ciertos comportamientos</a>, ya sean <em>online</em> u <em>offline</em>. </p>
<p>Conviene aclarar que las redes sociales y los teléfonos móviles no provocan por sí mismos que las personas se vuelvan controladoras y acosadoras. Son únicamente una herramienta fácil de usar para aquellas personas que ya lo son, y que sienten la necesidad de controlar a sus parejas. Las nuevas tecnologías favorecen esa tarea.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243448/original/file-20181101-83632-d68jlj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243448/original/file-20181101-83632-d68jlj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=367&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243448/original/file-20181101-83632-d68jlj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=367&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243448/original/file-20181101-83632-d68jlj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=367&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243448/original/file-20181101-83632-d68jlj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243448/original/file-20181101-83632-d68jlj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243448/original/file-20181101-83632-d68jlj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<p>Les permiten comprobar cuándo se ha conectado su pareja al whatsapp por última vez, qué fotos ha subido a las redes sociales, qué comentarios escribe en su muro público, qué ropa llevaba aquél día… </p>
<p>En resumen, la intención y la necesidad de controlar a la pareja no nace con las nuevas tecnologías, nace de uno mismo. </p>
<p>Las personas controladoras, según los estudios, suelen presentar cierto perfil: son celosas, muchas veces impulsivas, desconfiadas con el entorno y con su pareja, tienden a tener una imagen negativa de sí mismas, baja autoestima, y sienten temor ante la posibilidad del abandono y la ruptura, entre otros factores. </p>
<h2>“Me controla porque me quiere”</h2>
<p>Lo más preocupante de estos comportamientos de control no es su frecuencia, sino cómo las perciben. Las conductas de control normalizadas por los adolescentes son percibidas como señales de amor y pasión hacia la pareja. </p>
<p>Son habituales comentarios como: “me llama en todo momento porque se preocupa mucho por mí”; “se pone celoso porque me quiere una barbaridad; "si no tuviera celos no me haría ni pizca de gracia porque significaría que no le importo nada”, etc. </p>
<p>Llegan a tal punto de normalización que las reacciones explosivas e incluso agresivas motivadas por celos no las penalizan, ya que, en su opinión, son el reflejo de la pasión que tiene que existir en una relación de pareja romántica. Por lo cual, las creencias sobre el amor romántico también se convierten en un factor clave de riesgo, ya que llegan a asociar positivamente la necesidad de la coexistencia de la pasión, los celos y el conflicto. </p>
<p>Es importante subrayar que estas conductas y creencias de relaciones insanas en la etapa adolescente se ven tanto en ellos como en ellas, y tanto en relaciones heterosexuales como homosexuales, aunque se manifiesten de maneras diversas. </p>
<h2>Los realities como modelo</h2>
<p>A todo lo anterior se le añade que nuestros adolescentes absorben ciertos modelos de relación que ven en los medios de comunicación y los toman como referentes a seguir. </p>
<p>Los adolescentes son audiencia diana de algunos <em>realities</em> basados en el morbo y el conflicto. Respiran estos modelos y mensajes cada día, en su mayoría sin ningún adulto referente ni iniciativa educativa que ponga en duda estos modelos insanos. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243793/original/file-20181104-83654-yfyufz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243793/original/file-20181104-83654-yfyufz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243793/original/file-20181104-83654-yfyufz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243793/original/file-20181104-83654-yfyufz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243793/original/file-20181104-83654-yfyufz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243793/original/file-20181104-83654-yfyufz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243793/original/file-20181104-83654-yfyufz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Los adolescentes son audiencia diana de algunos <em>realities</em> basados en el morbo y el conflicto y los asumen como modos de relación ‘normales’ e incluso ‘ideales’.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/break-up-divorce-upset-young-couple-1135596542">Shutterstock / F8 studio</a></span>
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<p>Los asumen, por lo tanto, como modos de relación “normales” e incluso “ideales” en un momento tan crítico como es la adolescencia en la creación de esquemas de relaciones románticas. ¿Acaso alguna vez nos han anticipado lo que vamos a sentir cuando nos enamoramos? o ¿cómo vamos a diferenciar una relación romántica sana de una que no lo es? </p>
<p>Es importante que los adultos y, en general, la sociedad, tengamos claro que ellos y ellas entran en la adolescencia con una tendencia imparable de exploración, en pleno despertar del deseo sexual, y son todavía inmaduros y emocionalmente inestables. Y se embarcan en este camino sin la suficiente guía, canalización y educación para poder enfrentar y manejar tantísimas situaciones en las que se van a encontrar en este complejo “campo de entrenamiento”. </p>
<p>Por lo tanto, estamos frente a una población de gran vulnerabilidad por las características mismas que implica el período evolutivo adolescente. </p>
<p>La buena noticia es que las neurociencias nos demuestran que la adolescencia también se caracteriza por ser un período evolutivo de gran aprendizaje y oportunidades de cambio por su gran neuroplasticidad en el campo socioemocional y de las relaciones interpersonales. </p>
<h2>Prevención</h2>
<p>Todo ello apunta a la necesidad de <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1111/jora.12315">hacer prevención</a> desde el inicio de la adolescencia temprana (o incluso antes) con el objetivo de educar en la promoción del buen trato y las relaciones saludables de pareja. En esta misión, será importante dotarles de las habilidades socioemocionales necesarias para enfrentar nuevas y complejas situaciones con las que probablemente se van a encontrar. </p>
<p>Asociado a esto último, será clave trabajar la concienciación y la regulación emocional, fomentar la empatía y el respeto hacia el otro, promover conductas de apoyo hacia sus iguales, y actitudes igualitarias, hacerles reflexionar sobre las consecuencias de ciertos comportamientos y actitudes (<em>offline</em> y <em>online</em>), así como ayudar a canalizar de forma adecuada el enfado, la ira, la tristeza, la euforia y la frustración que experimentarán en esa montaña rusa que es la adolescencia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/106017/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alazne Aizpitarte Gorrotxategi recibe financiación del Departamento de Educación del Gobierno Vasco. </span></em></p>Será clave dotar a los jóvenes de las habilidades socioemocionales necesarias para su “campo de entrenamiento” en las relaciones románticas.Alazne Aizpitarte Gorrotxategi, Doctora en Violencia de Pareja en Edad Adolescente, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1057092018-11-01T16:19:51Z2018-11-01T16:19:51ZLos migrantes viajan en ‘caravanas’ por una razón: seguridad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/242323/original/file-20181025-71038-21h0vo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Los migrantes de Centroamérica se enfrentan a extorsiones, robos, asaltos, secuestros, violaciones y asesinatos mientras atraviesan México. Algunos se sienten a salvo en grupo.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://www.apimages.com/metadata/Index/Mexico-Central-America-Migrant-Caravan/97f5e1f6b8a44d90922541b03625d609/75/0">AP Photo/Rodrigo Abd</a></span></figcaption></figure><p>Una caravana de inmigrantes de Centroamérica que se dirige a Estados Unidos para <a href="https://theconversation.com/migrant-caravan-members-have-right-to-claim-asylum-heres-why-getting-it-will-be-hard-101005">solicitar asilo</a> se encuentra en ahora México.</p>
<p>El grupo empezó el 13 de octubre en Honduras con 200 personas. A medida que fue avanzando por Honduras, Guatemala y ahora México, aumentó a tener hasta <a href="https://news.un.org/en/story/2018/10/1023852">7.000 miembros</a> y ahora tiene alrededor de 3.500, <a href="https://www.npr.org/2018/10/29/661676110/mexico-offers-caravan-members-work-visas-if-they-stay-in-southern-mexico">según el gobierno mexicano</a>. </p>
<p>A los inmigrantes se han unido varias organizaciones humanitarias como la <a href="https://media.ifrc.org/ifrc/2018/10/18/mexican-red-cross-prepared-attend-caravan-migrants/">Cruz Roja Mexicana</a>, que les proporciona asistencia médica, y <a href="http://www.pueblosinfronteras.org/index.html">grupos de derechos humanos</a>, que supervisan la situación. </p>
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Read more:
<a href="https://theconversation.com/migrants-travel-in-groups-for-a-simple-reason-safety-105621">Migrants travel in groups for a simple reason: safety</a>
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<p>Están también los periodistas, y sus reportajes han llamado la atención del presidente Donald Trump.</p>
<p>Trump <a href="https://www.nbcnews.com/politics/first-read/trump-admits-there-s-no-proof-his-claims-about-migrant-n923801">afirmó</a> que en la caravana de personas probablemente se escondan terroristas de Oriente Medio. </p>
<p>Posteriormente, Trump reconoció que no hay pruebas de esto, pero los medios de comunicación conservadores <a href="https://www.conservativereview.com/news/trump-is-right-mainstream-media-is-wrong-on-terrorist-threat-from-migrant-caravan/">difundieron ese mensaje</a> y al parecer la supuesta amenaza fue motivo del <a href="https://theconversation.com/tiroteo-en-pittsburgh-la-historia-de-las-oleadas-antisemitas-y-antimigrantes-en-eeuu-105909">asesino antisemita</a> que mató a 11 personas en un templo en Pittsburgh, Pennsylvania.</p>
<p>Es comprensible que los estadounidenses se preocupen por su seguridad y la inmigración. Pero como <a href="https://scholar.google.com/citations?user=vDqqSPYAAAAJ&hl=en&oi=ao">investigador en migraciones forzosas</a>, creo que también es importante tener en cuenta por qué los inmigrantes viajan en grupos: lo hacen por su propia seguridad.</p>
<h2>Seguridad del grupo</h2>
<p>Los centroamericanos que emigran, como cientos de miles de personas que <a href="https://www.nytimes.com/2016/11/13/world/americas/fleeing-gangs-central-american-families-surge-toward-us.html">huyen de la región cada año</a>, escapan de la <a href="https://theconversation.com/forced-migration-from-central-america-5-essential-reads-98600">violencia extrema</a>, de la falta de oportunidades económicas y de los crecientes problemas ambientales, incluidas las <a href="http://floodlist.com/tag/guatemala">sequías y las inundaciones</a>, de sus países de origen. </p>
<p><a href="https://www.cfr.org/backgrounder/central-americas-violent-northern-triangle">Guatemala, Honduras</a> y <a href="https://theconversation.com/a-record-29-000-mexicans-were-murdered-last-year-can-soldiers-stop-the-bloodshed-90574">México</a> tienen los mayores índices de homicidios del mundo. Según <a href="https://www.msf.org/mexico-unsafe-country-thousands-refugees-fleeing-violence-central-america">Médicos sin Fronteras</a>, que ofrece atención médica en zonas de crisis, el 68% de los migrantes y refugiados a los que encuestaron en México experimentaron violencia en el viaje. Casi un tercio de las mujeres sufrieron abusos sexuales.</p>
<p>Ya sea al cruzar Centroamérica, el desierto del Sáhara o las montañas de Afganistán, habitualmente los inmigrantes son <a href="http://www.unhcr.org/en-us/news/press/2017/2/58b458654/refugees-migrants-face-heightened-risks-trying-reach-europe-unhcr-report.html">extorsionados</a> por delincuentes, milicias y agentes de inmigración corruptos, que saben que los inmigrantes son un blanco fácil: llevan dinero, pero no armas. </p>
<p>Viajar en grupos grandes aumentan las posibilidades de circular de forma segura, y aporta cierto sentido de comunidad y solidaridad durante el viaje, según <a href="https://www.npr.org/sections/pictureshow/2018/05/17/611102667/a-personal-testimony-of-the-migrant-caravan">declaran los propios inmigrantes</a>.</p>
<h2>Los peligros de América Central</h2>
<p>Los <a href="https://theconversation.com/central-american-migrant-caravan-begins-crossing-us-border-5-essential-reads-95824">grupos grandes de inmigrantes</a> también atraen la cobertura mediática. A medida que los periodistas escriben sobre por qué la gente se está desplazando de un lugar a otro, están poniendo el foco sobre los <a href="https://theconversation.com/central-american-kids-come-to-the-us-fleeing-record-high-youth-murder-rates-at-home-99132">muchos problemas de Centroamérica</a>.</p>
<p>Sin embargo, los titulares sobre las grandes caravanas de inmigrantes pueden tergiversar las tendencias en la frontera entre Estados Unidos y México, donde en realidad, la inmigración está reduciéndose.</p>
<p>Si bien el número de familias y niños de Centroamérica que solicitan asilo en EEUU ha aumentado en los últimos dos años, el número de migrantes económicos mexicanos que cruzan la frontera se encuentra en un <a href="https://www.wola.org/2017/12/new-data-shows-migrant-apprehensions-along-u-s-mexico-border-46-year-low-despite-trump-administrations-demands-massive-security-buildup/">nivel históricamente bajo</a>.</p>
<p>Y aunque la mayoría de los miembros de la caravana de inmigrantes espera solicitar asilo en EEUU, la historia reciente nos dice que muchos <a href="https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/crece-580-migracion-a-mexico-1534027.html">se quedarán en México</a>. </p>
<p>Como respuesta a las duras medidas contra la inmigración de Trump, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, prometió <a href="https://theconversation.com/mexico-seeks-to-become-country-of-refuge-as-us-cracks-down-on-migrants-97668">recibir</a> a los refugiados centroamericanos e intentar mantenerlos a salvo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/105709/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Karen Jacobsen recibe fondos de la Fundación Henry J. Leir y la Fundación Carnegie.</span></em></p>Más de dos tercios de los inmigrantes centroamericanos sufrirán actos de violencia en su viaje por México, desde el robo y la extorsión hasta la violación. Las caravanas generan más seguridad.Karen Jacobsen, Henry J. Leir Chair in Global Migration, Fletcher School of Law & Diplomacy, Tufts UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.