tag:theconversation.com,2011:/global/topics/dengue-78510/articlesdengue – The Conversation2024-02-05T20:22:46Ztag:theconversation.com,2011:article/2218822024-02-05T20:22:46Z2024-02-05T20:22:46ZLas enfermedades desatendidas necesitan investigación, pero la financiación no está a la altura<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/573588/original/file-20240205-21-hcg83q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=77%2C88%2C7216%2C4484&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pills-world-map-shape-267836309">pogonici/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Las <a href="https://www.who.int/es/campaigns/world-ntd-day/2024/brief-outline">enfermedades tropicales desatendidas (ETD) son un grupo de 21 enfermedades</a> que prevalecen principalmente entre las comunidades desfavorecidas de las zonas tropicales y subtropicales, aunque algunas tienen una distribución geográfica mucho más amplia. </p>
<p>Las ETD <a href="https://www.who.int/health-topics/neglected-tropical-diseases#tab=tab_1">afectan a más de 1 000 millones de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)</a>. Causan una mortalidad y morbilidad importantes, <a href="https://www.who.int/health-topics/neglected-tropical-diseases#tab=tab_2">con aproximadamente 200 000 muertes y 19 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) perdidos anualmente</a>, con consecuencias sanitarias, sociales y económicas devastadoras. </p>
<p>Cada año, matan, desfiguran o incapacitan a millones de personas, incrementando su vulnerabilidad y la pobreza en las comunidades afectadas. Lo peor es que los tratamientos existentes a menudo son anticuados, tóxicos, no están disponibles, son difíciles de administrar en áreas remotas con servicios de salud precarios o, incluso para algunas enfermedades, ni siquiera existen. Esto es debido a que estas enfermedades afectan a personas que no constituyen un mercado lucrativo que incentive la investigación farmacéutica privada.</p>
<h2>Avances conseguidos pese a la disminución de la financiación global</h2>
<p>Desde <a href="https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA74/A74(18)-en.pdf">2021</a>, cada 30 de enero se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas. El objetivo de este día es visibilizar las ETD y el sufrimiento que causan, y obtener apoyo para su control, eliminación y erradicación, según las metas establecidas en la <a href="https://www.who.int/teams/control-of-neglected-tropical-diseases/ending-ntds-together-towards-2030">hoja de ruta para las ETD 2021-2030</a>, <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/health/">la meta 3.3 del objetivo 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (que establece, junto a otras enfermedades, poner fin a las enfermedades tropicales desatendidas para 2030)</a> y <a href="https://unitingtocombatntds.org/en/the-kigali-declaration/">otros compromisos globales</a>.</p>
<p>Afortunadamente, estos esfuerzos están empezando a ver sus frutos y se ha empezado a ver algún progreso. Por ejemplo, <a href="https://worldntdday.org/">en 2023 seis países eliminaron al menos una ETD</a>, siendo <a href="https://www.who.int/news/item/31-10-2023-bangladesh-achieves-historic-milestone-by-eliminating-kala-azar-as-a-public-health-problem">Bangladesh el primer país en eliminar oficialmente la leishmaniasis visceral como problema de salud pública</a>. <a href="https://www.emro.who.int/media/news/50th-country-recognized-by-who-for-eliminating-a-neglected-tropical-disease-marking-the-halfway-point-towards-the-100-country-target-set-for-2030.html#:%7E:text=Iraq%20is%20also%20the%2050th,map%20for%20neglected%20tropical%20diseases.">Irak se convirtió en el país número 50 en eliminar al menos una enfermedad desatendida</a>, la mitad del camino hacia la meta de 100 países establecida en la hoja de ruta de la OMS para 2030. </p>
<p>Prevenir y disponer de mejores y más accesibles sistemas diagnósticos es fundamental para alcanzar este ambicioso objetivo. Pero es evidente que no basta: también se necesitan mejores tratamientos, lo que significa más innovación e investigación.</p>
<p>La emergencia de la COVID-19 determinó una nueva orientación de los recursos hacia otras áreas, y la financiación global para la investigación básica y el desarrollo de productos para las ETD ha mostrado una tendencia a la baja desde 2020. </p>
<p>Según <a href="https://policy-cures-website-assets.s3.ap-southeast-2.amazonaws.com/wp-content/uploads/2024/01/31202213/2023-Neglected-Disease-G-FINDER-report.pdf">datos publicados hace unos días del informe de G-FINDER</a>, la financiación global para la investigación básica y el desarrollo de productos para las ETD se estancó de 2021 a 2022, lo que representa los niveles más bajos de inversión anual en innovación médica para las ETD desde 2009. La financiación para kinetoplastos (enfermedad de Chagas, leishmaniasis, tripanosomiasis africana humana) ha disminuido un 11 % de 2021 a 2022, siendo el nivel de financiación más bajo desde 2007. </p>
<p>Esta disminución en la financiación es preocupante porque la investigación funciona y es imprescindible aportar buenos resultados para las poblaciones desatendidas. </p>
<h2>Medicamentos para enfermedades desatendidas</h2>
<p>Entre las organizaciones que trabajan por las personas que sufren enfermedades desatendidas destaca la <a href="https://dndi.org/">Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (Drugs for Neglected Diseases Initiative: DNDi</a>), en la que trabajamos las autoras del artículo. Fue <a href="https://dndi.org/about/who-we-are/?gad_source=1&gclid=Cj0KCQiAwvKtBhDrARIsAJj-kTjTABfZeye4p-jNt5npZv_jtjZLJs-2za3FI5Sufa4oiLsLjR5y2hgaAlvoEALw_wcB">creada en el año 2003 por Médicos sin Fronteras y otras organizaciones internacionales</a> como entidad sin ánimo de lucro para desarrollar nuevos medicamentos para enfermedades desatendidas.</p>
<p>DNDi ha contribuido a salvar millones de vidas en todo el mundo mediante el descubrimiento, desarrollo, y facilitación de acceso de manera equitativa a <a href="https://dndi.org/research-development/treatments-delivered/">13 nuevos tratamientos asequibles y mejor tolerados para pacientes con enfermedades desatendidas</a>. </p>
<p>La tripanosomiasis africana humana o enfermedad del sueño es una de las historias de éxito en el trabajo de DNDi, que en estos años ha logrado desarrollar un fármaco oral seguro y eficaz contra las dos formas de la enfermedad, lo que permite soñar con un futuro cercano en el que todos los pacientes detectados sean curados rápidamente y sin complicaciones.</p>
<p>El modelo alternativo de investigación y desarrollo (I+D) farmacéutico sin ánimo de lucro para desarrollar nuevos tratamientos está orientado por las necesidades de los pacientes, y busca desvincular el coste de investigación del precio final del tratamiento. Es un modelo que funciona, y ha sido reconocido el pasado año 2023 recibiendo el prestigioso <a href="https://www.fpa.es/es/premios-princesa-de-asturias/premiados/2023-iniciativa-medicamentos-para-enfermedades-desatendidas.html?especifica=0">Premio Princesa de Asturias en Cooperación Internacional</a>. </p>
<p>España ha contribuido históricamente mucho a la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas, a través de sus científicos, cooperantes y financiación de programas. La investigación científica desarrollada en los institutos de investigación españoles ha aportado importantes conocimientos y ha apoyado el desarrollo de nuevos tratamientos para estas enfermedades. </p>
<p>Es necesario poder continuar con este apoyo y extender su ámbito para aportar la innovación médica a todas las enfermedades desatendidas, como la enfermedad de Chagas, presente en España, que <a href="https://dndial.org/es/doencas/doenca-de-chagas/">afecta de manera crónica a unos 6 millones de personas, mayoritariamente en América Latina</a>, la leishmaniasis, enfermedad parasitaria endémica de amplia distribución y también endémica en España, o el dengue, enfermedad cada vez con mayor extensión geográfica y brotes más frecuentes y graves.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221882/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Terín Beca es consultant en Drugs for Neglected Diseases initiative (DNDi). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Belén Pedrique Bárcena; Trabaja para Drug for Neglected Diseases initiative y es miembro de Médicos Sin Fronteras </span></em></p>Cada año, las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) matan, desfiguran o incapacitan a millones de personas, incrementando su vulnerabilidad y la pobreza. Los tratamientos existentes a menudo son anticuados, tóxicos, no están disponibles o ni siquiera existen.Terín Beca, Médica especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Consultora en Drugs for Neglected Diseases Initiative (DNDi). Profesora en la Facultad de Salud, Universidad Camilo José CelaBelén Pedrique Bárcena, Médico epidemiólogo especialista en medicinal tropical, DNDi.orgLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2178762023-12-18T20:41:59Z2023-12-18T20:41:59ZEl dengue: una enfermedad cada vez menos ‘tropical’ que se extiende por Europa<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/565784/original/file-20231214-23-8x6yy5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=73%2C73%2C5390%2C3563&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El virus del dengue se transmite por la picadura de mosquitos infectados del género 'Aedes'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/striped-mosquitoes-eating-blood-on-human-1510102085">Witsawat.S/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Si cualquiera de nosotros buscara información sobre el dengue en los “viejos” libros de texto o en los medios digitales, muy probablemente lo encontraríamos clasificado dentro del grupo de las conocidas como enfermedades tropicales y subtropicales. </p>
<p>Y con la misma elevada probabilidad, en los últimos meses nos habremos topado con noticias sobre <a href="https://www.unicef.org/peru/comunicados-prensa/mas-37-mil-ninas-ninos-adolescentes-enfermaron-de-dengue-primeros-meses-2023-recomendaciones-especialista">uno de los picos históricos de la epidemia más intensos (tanto en casos como en muertes) que se recuerdan en Perú</a>, que forzó la declaración de estado de emergencia en la mayoría de sus regiones. Este país, con variados climas subtropicales y tropicales, está sufriendo una significativa intensificación de la circulación del virus año tras año. </p>
<h2>Récords de casos en 2023</h2>
<p>También habremos encontrado recientemente noticias al respecto de la enfermedad fuera de América Latina: récords de nuevos casos autóctonos (no importados) en <a href="https://fundacionio.com/dengue-autoctono-en-florida-7-casos-nuevos/">EE. UU.</a>, <a href="https://fundacionio.com/italia-notifica-6-nuevos-casos-de-dengue-autoctono/">Italia</a> o <a href="https://fundacionio.com/casos-de-dengue-autoctono-en-francia-actualizacio-2/">Francia</a>, así como la aparición de los primeros desde hace años <a href="https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/docs/20230228_ERR_Dengue_autoctono.pdf">en España</a>: en Cataluña, Ibiza, etc. </p>
<p>Un año atrás, en 2022, se registraron <a href="https://www3.paho.org/data/index.php/es/temas/indicadores-dengue/boletin-anual-arbovirosis-2022.htmlhttps://www3.paho.org/data/index.php/es/temas/indicadores-dengue/boletin-anual-arbovirosis-2022.html">2,8 millones de casos de dengue</a> tan solo en el continente americano, lo que representa un aumento de más del doble en comparación con los 1,2 millones notificados en 2021.</p>
<p>Aunque la mayor parte de la incidencia afecta <a href="https://www.who.int/es/emergencies/disease-outbreak-news/item/2023-DON448">a las zonas tropicales y subtropicales de América, Asia y África</a>, en los últimos años se ha observado un aumento significativo en zonas más templadas, como Europa. Y especialmente en el sur del continente, donde la dolencia está presente desde la década de 1970. </p>
<p><a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/dengue-monthly">Según los datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC)</a>, en 2022 se notificaron 71 casos de dengue adquiridos localmente en la zona continental de la Unión Europea. Esto supone un aumento de nada menos que el 20 % respecto a 2021. ¿Qué está ocurriendo?</p>
<h2>Picaduras con graves consecuencias</h2>
<p>El <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dengue-and-severe-dengue">dengue</a> es una enfermedad causada por uno de los cuatro serotipos (DENV1, DENV2, DENV3 y DENV4) del virus del dengue (DENV). Este patógeno pertenece a la familia <em>Flaviviridae</em>, y se ha descrito que los cuatro serotipos pueden circular juntos y causar el mismo cuadro clínico. Especial atención merece el dengue grave o hemorrágico, que suele desencadenarse tras la exposición a uno de estos serotipos del virus después de haber estado previamente expuesto a otro. </p>
<p>El DENV <a href="https://www.cdc.gov/dengue/es/transmission/index.html">se transmite</a> por la picadura de mosquitos infectados del género <em>Aedes</em>, principalmente <em>Aedes aegypti</em> y, en menor medida, <em>Aedes albopictus</em>. Estos insectos, que se alimentan de sangre humana y pueden transmitir el virus a través de su saliva, se encuentran en las zonas tropicales y subtropicales de todo el mundo. Aunque, como apuntábamos, se han extendido a zonas más templadas en las últimas décadas. </p>
<p>Así, la transmisión del virus sigue un ciclo humano-mosquito-humano. Cuando un mosquito <em>Aedes</em> hembra infectado por el DENV pica a una persona, le introduce el DENV y comienza el ciclo dentro del ser humano. El periodo de incubación suele ser de entre 3 a 10 días, aunque varía en función de factores medioambientales, como la temperatura. </p>
<p>A continuación se empieza a desarrollar la enfermedad, que normalmente cursa con fiebre, dolor de cabeza, molestias musculares, dolor en las articulaciones, náuseas y vómitos. En casos graves puede provocar hemorragias, insuficiencia orgánica y la muerte.</p>
<p>Los mosquitos <em>Aedes</em> se reproducen en aguas estancadas, como en recipientes con agua, piscinas sin uso, neumáticos viejos, etc. Por ello, en ausencia de vacunas y tratamientos efectivos más allá de los que actúan sobre los síntomas, es importante eliminar los criaderos de mosquitos para prevenir la transmisión de la enfermedad. Pero no solo del dengue, puesto que estos insectos actúan también como vectores de transmisión del zika y el chikungunya. </p>
<h2>El papel del cambio climático y la globalización</h2>
<p>El cambio climático <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30884421/#:%7E:text=Background%3A%20Climate%20change%20allows%20Aedes,of%20Madeira%20during%202012%2D13.">es uno de los factores que contribuyen al aumento de los casos de dengue</a>, tanto en Ámerica como Europa. El aumento de las temperaturas y la duración de la temporada de mosquitos (por los veranos más cálidos y duraderos) puede favorecer la expansión del <em>Aedes aegypti</em>. </p>
<p>Estos mosquitos son capaces de sobrevivir en temperaturas superiores a 10 grados centígrados, y con el calentamiento global pueden expandir su área de distribución a zonas más templadas. Y al ocasionar modificaciones en los patrones de lluvia, el cambio climático incrementa el volumen de aguas estancadas, un hábitat ideal para su reproducción.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/y-si-la-malaria-volviera-a-llamar-a-las-puertas-de-europa-208529">¿Y si la malaria volviera a llamar a las puertas de Europa?</a>
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<p>Además, el aumento de los viajes y el comercio internacional (las personas que viajan a zonas con dengue pueden contraer la infección y transmitirla a su regreso a Europa), así como el crecimiento de las ciudades, crean condiciones favorables para la reproducción de estos mosquitos. </p>
<h2>¿Estamos en la senda de que Europa se convierta en una región endémica?</h2>
<p>Con todo este panorama, la posibilidad de que el dengue se convierta en una enfermedad endémica en el Viejo Continente es un escenario real: las condiciones ambientales –cambio climático y globalización– van siendo cada vez más favorables para la actividad del vector y la replicación del virus en el mismo. Además, se trata de factores que de momento escapan al control humano.</p>
<p>Si el dengue se convirtiese en una enfermedad endémica en Europa podría tener un impacto significativo en la salud pública. Por eso, <a href="https://climate-adapt.eea.europa.eu/en/observatory/evidence/health-effects/vector-borne-diseases/dengue-factsheet">las autoridades sanitarias europeas ya están trabajando</a> en prevenir su propagación con medidas sobre los factores que sí pueden controlarse, como la vigilancia de casos, la educación sobre cómo prevenir las picaduras de mosquitos y la aplicación de medidas críticas de control sobre la población de mosquitos desde el momento en que se detecta su presencia. Algo que, por ejemplo, viene sucediendo con bastante frecuencia en la isla española de <a href="https://www.ull.es/portal/noticias/2023/sanidad-activa-con-ayuda-de-la-ull-el-protocolo-ante-la-deteccion-de-un-mosquito-aedes-albopictus-en-santa-cruz-de-tenerife/">Tenerife</a>. Toda precaución es poca.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/217876/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raimundo Seguí López-Peñalver no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El cambio climático y la globalización contribuyen a que el mosquito vector del dengue, ‘Aedes aegypti’, esté conquistando nuevos territorios. ¿Podría convertirse en una enfermedad endémica también en Europa?Raimundo Seguí López-Peñalver, Profesor de Epidemiología en VIU, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1944212022-11-13T21:51:04Z2022-11-13T21:51:04ZOcho mil millones de personas: así amenazan a la salud pública el cambio climático y la superpoblación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/494734/original/file-20221110-26-o6pp76.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=485%2C285%2C3098%2C1983&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Las enfermedades infecciosas como la covid-19 encabezan la lista de preocupaciones sanitarias.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/an-elderly-man-a-resident-of-the-sprawling-township-of-news-photo/1211082728">Marco Longari / AFP via Getty Images</a></span></figcaption></figure><p>Hay cuestiones que me preocupan profundamente como científica de la población y la salud ambiental. </p>
<p>¿Tendremos suficientes alimentos para una población mundial creciente? ¿Cómo atenderemos a más personas en la próxima pandemia? ¿Qué hará el calor con los millones de hipertensos? ¿Los países librarán guerras por el agua a causa de las crecientes sequías? </p>
<p>Todos estos riesgos tienen tres cosas en común: la salud, el cambio climático y una población creciente que, según las previsiones de <a href="https://www.un.org/en/desa/world-population-reach-8-billion-15-november-2022">Naciones Unidas</a>, habrá alcanzado los 8.000 millones de personas en torno al 15 de noviembre de 2022, el doble de la población de hace sólo 48 años.</p>
<p>En mis <a href="https://www.health.pitt.edu/people/ant-2">40 años de carrera</a>, primero trabajando en la selva amazónica y en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, y luego en el mundo académico, me he encontrado con muchas amenazas para la salud pública, pero ninguna tan inflexible y omnipresente como el cambio climático. </p>
<p>De la multitud de efectos adversos para la salud relacionados con el clima, los cuatro siguientes representan las mayores preocupaciones para la salud pública de una población creciente.</p>
<h2>1. Enfermedades infecciosas</h2>
<p>Los investigadores han descubierto que <a href="https://theconversation.com/58-of-human-infectious-diseases-can-be-worsened-by-climate-change-we-scoured-77-000-studies-to-map-the-pathways-188256">más de la mitad de las enfermedades infecciosas humanas</a> pueden empeorar con el cambio climático.</p>
<p>Las inundaciones, por ejemplo, pueden afectar a la calidad del agua y a los hábitats donde bacterias y vectores peligrosos como los mosquitos pueden reproducirse y transmitir enfermedades infecciosas a las personas.</p>
<p>El dengue, una dolorosa enfermedad vírica transmitida por los mosquitos que enferma a <a href="https://www.cdc.gov/dengue/about/index.html">unos 100 millones</a> de personas al año, es más frecuente en entornos cálidos y húmedos. Su R0, o número básico de reproducción –un indicador de la rapidez con la que se propaga– <a href="https://doi.org/10.1016/S0140-6736(22)01540-9">aumentó alrededor de un 12%</a> desde la década de 1950 hasta la media de 2012-2021. La temporada de la malaria se expandió un 31% en las zonas altas de América Latina y casi un 14% en las tierras altas de África, a medida que las temperaturas aumentaban en el mismo periodo.</p>
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<img alt="Filas de camas, algunas cubiertas con mosquiteras, llenan un espacio similar a un almacén. Los médicos visitan a algunos de los pacientes." src="https://images.theconversation.com/files/493916/original/file-20221107-19-5r15ur.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493916/original/file-20221107-19-5r15ur.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493916/original/file-20221107-19-5r15ur.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493916/original/file-20221107-19-5r15ur.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493916/original/file-20221107-19-5r15ur.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493916/original/file-20221107-19-5r15ur.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493916/original/file-20221107-19-5r15ur.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Los pacientes descansan en una sala improvisada contra el dengue en un hospital durante un grave brote en Pakistán en 2021.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/patients-take-rest-on-beds-arranged-inside-a-makeshift-news-photo/1235932771">Arif Ali/AFP via Getty Images</a></span>
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<p>Las inundaciones también pueden propagar organismos transmitidos por el agua que causan <a href="https://doi.org/10.1186/s12879-020-04961-4">hepatitis</a> y <a href="https://doi.org/10.1136/bmj.39503.700903.DB">enfermedades diarreicas</a>, como el cólera, sobre todo cuando un gran número de personas se ven desplazadas por las catástrofes y viven en zonas con agua de mala calidad para beber o lavarse. </p>
<p><a href="https://doi.org/10.1371/currents.dis.7a2cee9e980f91ad7697b570bcc4b004">También las sequías</a> pueden degradar la calidad del agua potable. Como resultado, más poblaciones de roedores entran en las comunidades humanas en busca de comida, aumentando el <a href="https://doi.org/10.3390/pathogens11010015">potencial de propagación del hantavirus</a>.</p>
<h2>2. Calor extremo</h2>
<p>Otro grave riesgo para la salud es el aumento de las temperaturas. </p>
<p>El calor excesivo puede <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-heat-and-health">exacerbar los problemas de salud existentes</a>, como las enfermedades <a href="https://doi.org/10.1111/all.14177">cardiovasculares</a> y respiratorias. Y cuando el estrés por calor se convierte en <a href="https://www.cdc.gov/niosh/topics/heatstress/heatrelillness.html">insolación</a>, puede <a href="https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/heat-stroke/symptoms-causes/syc-20353581">dañar el corazón, el cerebro y los riñones</a> y llegar a ser letal.</p>
<p>En la actualidad, cerca del 30% de la población mundial está expuesta cada año a un estrés térmico potencialmente mortal. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático estima que ese porcentaje aumentará <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/about/frequently-asked-questions/keyfaq3/">al menos al 48% y hasta el 76%</a> a finales de este siglo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493119/original/file-20221102-24-un18ln.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493119/original/file-20221102-24-un18ln.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493119/original/file-20221102-24-un18ln.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493119/original/file-20221102-24-un18ln.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493119/original/file-20221102-24-un18ln.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=477&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493119/original/file-20221102-24-un18ln.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493119/original/file-20221102-24-un18ln.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493119/original/file-20221102-24-un18ln.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Donde el cambio climático afecta a la salud humana.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Centers for Disease Control and Prevention</span></span>
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<p>Además de las vidas perdidas, se prevé que la exposición al calor haya provocado <a href="https://www.thelancet.com/infographics-do/climate-countdown-2022">470.000 millones de horas de trabajo potencialmente perdidas</a> en todo el mundo en 2021, con pérdidas de ingresos asociadas que ascienden a 669.000 millones de dólares. A medida que la población crezca y el calor aumente, más personas dependerán del aire acondicionado alimentado por combustibles fósiles, lo que <a href="https://www.iea.org/news/air-conditioning-use-emerges-as-one-of-the-key-drivers-of-global-electricity-demand-growth">contribuye aún más al cambio climático</a>.</p>
<h2>3. Seguridad alimentaria y del agua</h2>
<p>El calor también afecta a la seguridad alimentaria y del agua de una población creciente.</p>
<p>Una revisión de The Lancet descubrió que las altas temperaturas en 2021 <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)01540-9/fulltext">acortaron la temporada de cultivo</a> en unos 9,3 días de media para el maíz y seis días para el trigo en comparación con la media de 1981-2020. </p>
<p>El calentamiento de los océanos, por su parte, puede matar a los mariscos y desplazar <a href="https://doi.org/10.1111/gcb.14512">la pesca de la que dependen las comunidades costeras</a>. Las olas de calor sólo en 2020 hicieron que <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)01540-9/fulltext">98 millones</a> de personas más se enfrentaran a la inseguridad alimentaria en comparación con la media de 1981-2010.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Una mujer de pie en un campo examina un tallo de sorgo" src="https://images.theconversation.com/files/493915/original/file-20221107-21-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493915/original/file-20221107-21-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493915/original/file-20221107-21-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493915/original/file-20221107-21-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493915/original/file-20221107-21-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493915/original/file-20221107-21-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493915/original/file-20221107-21-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un agricultor de Zimbabue se pasó al sorgo, un cultivo de grano que puede prosperar en condiciones de sequía, ya que la falta de agua marchitó otros cultivos en 2019.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/angeline-kadiki-an-elderly-who-is-a-sorghum-farmer-inspects-news-photo/1130994283">Jekesai Njikizana/AFP via Getty Images</a></span>
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<p>El aumento de las temperaturas también afecta al suministro de agua dulce a través de la evaporación y de la reducción de los <a href="https://e360.yale.edu/features/andes-meltdown-new-insights-into-rapidly-retreating-glaciers">glaciares de montaña</a> y del <a href="https://www.ioes.ucla.edu/project/climate-change-sierra-nevada/">manto de nieve</a> que históricamente han mantenido el flujo de agua durante los meses de verano.</p>
<p>La escasez de agua y la sequía tienen el potencial de desplazar a casi <a href="https://unstats.un.org/sdgs/report/2022/goal-13/">700 millones de personas para 2030</a>, según estimaciones de la ONU. Combinadas con el crecimiento de la población y las crecientes necesidades energéticas, también pueden alimentar conflictos geopolíticos cuando los países se enfrentan a la escasez de alimentos y compiten por el agua.</p>
<h2>4. Mala calidad del aire</h2>
<p>La contaminación del aire puede verse <a href="https://theconversation.com/extreme-heat-air-pollution-can-be-deadly-with-the-health-risk-together-worse-than-either-alone-187422">exacerbada por los factores del cambio climático</a>. El clima cálido y los mismos gases de los combustibles fósiles que calientan el planeta <a href="https://www.lung.org/clean-air/climate-change/climate-change-air-pollution">contribuyen al ozono a nivel del suelo</a>, un componente clave de la contaminación. Esto puede agravar las alergias, el asma y otros problemas respiratorios, así como las enfermedades cardiovasculares. </p>
<p>Los incendios forestales alimentados por ambientes cálidos y secos <a href="https://doi.org/10.1126/sciadv.abi9386">aumentan el riesgo de contaminación del aire para la salud</a>. El humo de los incendios forestales está cargado de partículas diminutas que pueden llegar hasta los pulmones, <a href="https://www.epa.gov/wildfire-smoke-course/why-wildfire-smoke-health-concern">causando problemas cardíacos y respiratorios</a>. </p>
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<img alt="Tres escolares con mochilas caminan entre el smog a lo largo de una carretera mientras se cubren la boca con pañuelos." src="https://images.theconversation.com/files/493917/original/file-20221107-25-5gvhig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493917/original/file-20221107-25-5gvhig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=405&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493917/original/file-20221107-25-5gvhig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=405&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493917/original/file-20221107-25-5gvhig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=405&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493917/original/file-20221107-25-5gvhig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=509&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493917/original/file-20221107-25-5gvhig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=509&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493917/original/file-20221107-25-5gvhig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=509&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">La contamianción del aire en Nueva Delhi, India, es un problema constante. Se agravó tanto en 2017 que la ciudad cerró temporalmente sus escuelas primarias.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/indian-schoolchildren-cover-their-faces-as-they-walk-to-news-photo/871511920">Sajjad Hussain/AFP via Getty Images</a></span>
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</figure>
<h2>¿Qué podemos hacer al respecto?</h2>
<p>Muchos grupos y expertos médicos están trabajando para contrarrestar esta cascada de consecuencias climáticas negativas para la salud humana.</p>
<p>Abordar la carga sanitaria de los países de ingresos bajos y medios es fundamental. A menudo, las personas <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK525226/">más vulnerables</a> de estos países <a href="https://sdgs.un.org/goals/goal13">se enfrentan a los mayores daños del cambio climático</a> sin disponer de los recursos necesarios para proteger su salud y su entorno. El crecimiento demográfico puede <a href="https://doi.org/10.1289/EHP10384">agravar estas iniquidades</a>. </p>
<p>Las <a href="https://www.paho.org/en/news/19-8-2022-eu-and-paho-supporting-nine-caribbean-countries-integration-health-national">evaluaciones de adaptación</a> pueden ayudar a los países de alto riesgo a prepararse para los efectos del cambio climático. Los grupos de desarrollo también están liderando proyectos para <a href="https://www.cgiar.org/">ampliar los cultivos</a> que puedan prosperar en condiciones de sequía. La <a href="https://www.paho.org/en">Organización Panamericana de la Salud</a>, que se centra en el Caribe, es un ejemplo de cómo los países están trabajando para reducir las enfermedades transmisibles y avanzar en la capacidad regional para contrarrestar el impacto del cambio climático.</p>
<p>En última instancia, para reducir los riesgos para la salud será necesario <a href="https://www.unep.org/resources/emissions-gap-report-2022">reducir las emisiones de gases de efecto invernadero</a> que impulsan el cambio climático. </p>
<p>Los países de todo el mundo se <a href="https://unfccc.int/process/the-convention/history-of-the-convention#Essential-background">comprometieron en 1992</a> a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Treinta años después, las emisiones mundiales <a href="https://www.unep.org/events/publication-launch/emissions-gap-report-2022">sólo están empezando a desacelerarse</a>, y comunidades de todo el mundo sufren cada vez más olas de calor extremas e inundaciones y sequías devastadoras.</p>
<p>La <a href="https://unfccc.int/event/cop-27"> 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático</a> –y que, en mi opinión, no se está centrando lo suficiente en la salud– puede ayudar a llamar la atención sobre los impactos climáticos clave que perjudican la salud. Como señaló el Secretario General de la ONU, António Guterres: Mientras celebramos nuestros avances, “al mismo tiempo, es un recordatorio de nuestra responsabilidad compartida de cuidar de nuestro planeta y un momento para reflexionar sobre los aspectos en los que todavía no cumplimos nuestros compromisos mutuos.”</p>
<hr>
<p><em>Samantha Totoni, doctoranda en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh, contribuyó a este artículo.</em> </p>
<hr>
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<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/194421/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Maureen Lichtveld no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La población humana se ha duplicado en 48 años, y el empeoramiento del cambio climático ha hecho que el mundo se enfrente a graves riesgos sanitarios, desde las enfermedades infecciosas hasta el hambre y el estrés térmico.Maureen Lichtveld, Dean of the School of Public Health, University of PittsburghLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1832932022-05-23T17:55:24Z2022-05-23T17:55:24ZViaje alucinante al interior del cerebro de los mosquitos picadores<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/463864/original/file-20220518-23-yj1j39.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C6%2C4256%2C2125&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ejemplar de _Aedes aegypti_.</span> <span class="attribution"><span class="source">Luis Monje</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Moscas y mosquitos <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0250381">poseen cerebros simples</a> y eficientes formados por unas 200 000 neuronas con los que logran desarrollar más procesos que un superordenador. Una reciente investigación ha revelado que los cerebros de los dípteros codifican características odoríferas únicas para seleccionar a sus víctimas humanas.</p>
<p>La hematofagia –la alimentación con sangre– es extremadamente rara en insectos. Del millón aproximadamente de especies de insectos conocidas, solamente unas 10 000 se alimentan de sangre de animales vivos. La <a href="https://theconversation.com/profiles/manuel-peinado-lorca-682122/dashboard">mayoría son generalistas</a> que pican a cualquier vertebrado que encuentran a su paso y alrededor de un centenar de ellas se <a href="https://www.cambridge.org/core/books/biology-of-bloodsucking-in-insects/9C793FCDBA0419A37C7D188DD9D52B91">alimentan preferentemente de seres humanos</a>.</p>
<p>Una forma particularmente agresiva del mosquito <em>Aedes aegypti</em> ha evolucionado para especializarse <a href="https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0960982220309787">en picar a los humanos</a> hasta convertirse en <a href="https://www.nature.com/articles/nature13964">un eficaz vector de los virus</a> que cada año acaban con la vida de cientos de miles de personas y causan enfermedades crónicas como la malaria, el dengue, la chikunguña y el zika. Esa forma doméstica coexiste con una <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/evo.12281">forma ancestral</a> de <em>bosque</em> (<em>Aedes aegypti formosus</em>), que se encuentra a lo largo de la costa de Kenia y practica la hematofagia en animales no humanos.</p>
<p>Las hembras de esos mosquitos <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25391959/">seleccionan casi exclusivamente el olor humano entre los de otros animales</a>, pero no se sabe cómo los distinguen. Los olores de los vertebrados son mezclas complejas de sustancias químicas volátiles que <a href="https://journals.biologists.com/jeb/article/221/22/jeb185959/20728/Do-apes-smell-like-humans-The-role-of-skin">comparten muchos componentes</a>, lo que hace que la discriminación entre ellos sea un interesante desafío de codificación sensorial.</p>
<p>Este problema es relevante en el caso de los mosquitos <em>Ae. aegypti</em>, cuyas hembras <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-022-04675-4#ref-CR23">pueden detectar animales vertebrados</a> utilizando el dióxido de carbono del aliento y <a href="https://theconversation.com/por-que-los-mosquitos-se-ceban-con-nuestros-tobillos-131521">otras señales generales</a> como el calor corporal, la humedad y el contraste visual, pero que dependen en gran medida del olor corporal para la <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-022-04675-4#ref-CR24">discriminación entre especies</a> y muestran una fuerte preferencia por el olor humano frente al de otros animales. (Figura 1).</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/463732/original/file-20220517-15181-hubmj0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/463732/original/file-20220517-15181-hubmj0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/463732/original/file-20220517-15181-hubmj0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=516&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/463732/original/file-20220517-15181-hubmj0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=516&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/463732/original/file-20220517-15181-hubmj0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=516&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/463732/original/file-20220517-15181-hubmj0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=648&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/463732/original/file-20220517-15181-hubmj0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=648&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/463732/original/file-20220517-15181-hubmj0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=648&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Figura 1. Preferencia de los mosquitos Ae. aegypti por el olor humano en comparación con otros de varios orígenes. (a–b), respuesta de la hembra de <em>Ae. aegypti</em> a olores humanos y animales en ensayos realizados con olfatómetros. La respuesta al aliento humano exhalado (a1), al CO2 (b1) o a manguitos de control sin usar (b2) fue mínima en ausencia de olor humano o animal. c, todas las neuronas sensoriales olfativas que expresan el mismo complejo receptor (el mismo color) envían axones a un solo glomérulo en el lóbulo de la antena. d, esquemas de las diversas formas en que las que puede variar la actividad neuronal provocada por los olores humanos y animales en el lóbulo de la antena, lo que permite a los mosquitos discriminar entre ellos. Los tonos de rojo indican diferentes niveles de actividad neuronal. Modificada a partir de la Figura 1 de Zhao et. al. 2022.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Luis Monje</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El olor humano está formado por muchos compuestos diferentes y estos mismos compuestos también están presentes, aunque en diferentes proporciones, en la mayoría de los olores de los mamíferos. <a href="https://bioone.org/journals/journal-of-the-american-mosquito-control-association/volume-23/issue-3/8756-971X(2007)23%5b288%3aLCOAAA%5d2.0.CO%3b2/LABORATORY-COMPARISON-OF-AEDES-AEGYPTI-ATTRACTION-TO-HUMAN-ODORS-AND/10.2987/8756-971X(2007)23%5b288:LCOAAA%5d2.0.CO;2.short">Investigaciones anteriores</a> han demostrado que los compuestos emitidos aisladamente no son atractivos para los mosquitos y que, además de requerir una mezcla múltiple para experimentar una atracción potente, las hembras pueden discriminar en función de las proporciones en las que se mezclan los diferentes compuestos. El reto es determinar las proporciones exactas de unos y otros que los convierten en atractivos.</p>
<p>La pregunta fundamental es qué detectan los mosquitos y cómo. En una investigación cuyos resultados han sido <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-022-04675-4">publicados este mismo mes</a>, los científicos parecen haber logrado penetrar en el cerebro de <em>Ae. aegypti</em> para preguntarle: “¿Qué puedes oler? ¿Qué alumbra tu cerebro? ¿Qué está activando tus neuronas? ¿Cómo se activa tu cerebro de manera selectiva cuando detectas el aroma humano frente al animal?”.</p>
<h2>Cómo se hizo el experimento</h2>
<p>Los mosquitos detectan la mayoría de las señales químicas volátiles utilizando receptores expresados en <a href="https://doi.org/10.1093/jmedent/19.5.489">miles de neuronas sensoriales olfativas</a> dispersas por las antenas y los palpos maxilares. El cerebro del mosquito tiene 60 centros nerviosos llamados glomérulos. Las neuronas que expresan el mismo conjunto <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Receptor_celular">de receptores específicos</a> envían axones a un solo glomérulo olfativo situado dentro del <a href="https://www.annualreviews.org/doi/10.1146/annurev.neuro.30.051606.094306">lóbulo del cerebro que regula las antenas</a> (Fig. 1c), lo que hace de <a href="https://www.nature.com/articles/nature07983">ese glomérulo un lugar ideal</a> para descifrar la codificación de las mezclas de olores humanos.</p>
<p>Los investigadores desarrollaron herramientas para visualizar las respuestas provocadas por olores en los terminales de las neuronas sensoriales olfativas de dicho glomérulo olfativo. Se centraron en particular en el subconjunto de neuronas que expresan <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Olfactory_receptor">receptores de olores (OR)</a>, porque estos tienen un papel crítico en la discriminación del huésped. Las hembras que portan mutaciones en el <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6287053/">correceptor OR “orco”</a> –uno de los genes esenciales en el sistema olfativo de los insectos– se sienten atraídas por los hospedantes, pero apenas <a href="https://www.nature.com/articles/nature12206">discriminan entre humanos y animales</a>.</p>
<p>Utilizando el <a href="https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/crispr-cas9">editor genético CRISPR-Cas9</a>, ya empleado en investigaciones sobre el <a href="https://theconversation.com/por-que-los-mosquitos-se-ceban-con-nuestros-tobillos-131521">comportamiento de los temibles <em>Anopheles gambiae</em></a>, el equipo de investigación creó mosquitos <em>Ae. aegypti</em> genéticamente modificados que expresan el indicador de calcio GCaMP6f controlado endógenamente por el locus “orco”. Los mosquitos adultos transgénicos mostraban expresión de GCaMP6f en neuronas sensoriales que se proyectan en aproximadamente 34 de los 60 glomérulos del lóbulo de la antena.</p>
<p>Dicho de otro modo, estos insectos transgénicos tenían cerebros que se <em>iluminaban</em> como mapas de calor cuando estaban activos. Esto permitió a los científicos obtener imágenes cerebrales en alta resolución (Figura 2) cuando, utilizando un sencillo túnel de viento (Figura 1), suministraron aire con aromas humanos y animales para determinar qué atraía la atención de los mosquitos. Todos los aromas se administraron en mezclas de cuatro concentraciones (de 1/25x a 5x).</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/463729/original/file-20220517-6205-uefiwm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/463729/original/file-20220517-6205-uefiwm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/463729/original/file-20220517-6205-uefiwm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=594&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/463729/original/file-20220517-6205-uefiwm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=594&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/463729/original/file-20220517-6205-uefiwm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=594&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/463729/original/file-20220517-6205-uefiwm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=746&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/463729/original/file-20220517-6205-uefiwm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=746&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/463729/original/file-20220517-6205-uefiwm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=746&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Figura 2. Los olores humanos y animales activan combinaciones peculiares de glomérulos en el lóbulo de la antena. a, reconstrucciones del lóbulo que resaltan los glomérulos orco+ (arriba, en gris), tres glomérulos focales (en el medio, con algunos glomérulos anteriores eliminados para mostrar los glomérulos A y B) y el ángulo desde el que se ven en representaciones 3D (abajo). A, glomérulo sensible de animales; B, glomérulo de sintonización amplia; H, glomérulo sensible de humanos. b–d, representaciones en 3D de la respuesta de un único mosquito hembra modelo a los olores de humanos (b), ratas (c) y ovejas (d). Las puntas de flecha indican los glomérulos focales de a. Los círculos discontinuos delimitan los glomérulos que responden enérgicamente a una concentración total de 5x. e, respuesta media de los glomérulos focales a estímulos registrados en b–d como mapas de calor. El tamaño del punto indica la dosis, y el sombreado alrededor de los puntos muestra la desviación media estándar. Modificada a partir de la Figura 3 de Zhao et. al. 2022.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Luis Monje</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El olor humano evoca respuestas neuronales únicas</h2>
<p>Tres glomérulos dominaron las respuestas a dosis bajas y medias (Fig. 2a-d). El glomérulo de sintonización amplia (Figura 2b) resultó activado indistintamente por el olor de las tres especies (flechas azules). Otro, (H), respondía enérgicamente al olor humano, pero era insensible o poco sensible a los animales (flechas verdes). Un tercer glomérulo (A) resultó fuertemente activado por ambos animales, pero no por los humanos (flechas naranjas).</p>
<p>Aunque se activaron glomérulos adicionales con la dosis más alta de cada combinación (Figura 2b-d) y puede haber respuestas débiles por debajo del umbral de sensibilidad, lo llamativo es la simplicidad del patrón. La actividad relativa de los tres glomérulos separó los olores humanos y animales a través del gradiente de concentración (Figura 2e).</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/463730/original/file-20220517-14-fnv7eq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/463730/original/file-20220517-14-fnv7eq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/463730/original/file-20220517-14-fnv7eq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/463730/original/file-20220517-14-fnv7eq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/463730/original/file-20220517-14-fnv7eq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/463730/original/file-20220517-14-fnv7eq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/463730/original/file-20220517-14-fnv7eq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/463730/original/file-20220517-14-fnv7eq.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 3. Las mezclas de olores humanos y animales difieren en la concentración relativa de compuestos clave. Perfiles de olor para los humanos, los animales usados en los experimentos y los emanados por el néctar de dos plantas. Modificada a partir de la Figura 4 de Zhao et. al. 2022.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Luis Monje</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>La respuesta neuronal al olor humano debería ser reconocible por las características químicas de las mezclas de olores humanos cuya gama de compuestos volátiles se originan a partir de <a href="https://theconversation.com/por-que-los-mosquitos-se-ceban-con-nuestros-tobillos-131521">las secreciones y del microbioma</a> de la piel y de las interacciones entre ambos. Para comprobarlo, los investigadores hicieron varios experimentos (Figura 3).</p>
<p>Encontraron que los mosquitos que seleccionan humanos detectan dos aldehídos de cadena larga, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Decanal">decanal</a> y <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Undecanal">undecanal</a>, que se originan a partir de lípidos exclusivos del sudor emanados en la base de los folículos pilosos de la piel humana y provocan una respuesta fuerte y prolongada en el glomérulo H. </p>
<p>La activación de este, unida a la de un segundo glomérulo de sintonización amplia, impulsa la búsqueda activa de la víctima, lo que da como resultado una señal binaria con el potencial de explicar la preferencia a larga distancia por el olor humano frente al olor animal.</p>
<p>Este <em>viaje</em> al interior del cerebro de los mosquitos ofrece nuevos conocimientos sobre su preferencia por los humanos y sobre la codificación neuronal que ha evolucionado en los cerebros de los animales para discriminar estímulos olfativos complejos.</p>
<p>Desde el punto de vista práctico, esta investigación puede ayudar al desarrollo de nuevos repelentes que nos permitan disfrutar del agradable aire exterior sin miedo a que estos insectos nos roben la sangre o nos transmitan virus peligrosos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183293/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Responsable del Grupo Federal de Biodiversidad del PSOE.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Luis Monje no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los mosquitos poseen cerebros simples con los que logran desarrollar más procesos que un superordenador. Gracias a ellos, los mosquitos chupadores de sangre pueden seleccionar a sus víctimas humanas.Manuel Peinado Lorca, Catedrático de Universidad. Director del Real Jardín Botánico de la Universidad de Alcalá., Universidad de AlcaláLuis Monje, Biólogo. Profesor de fotografía científica, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1650422021-07-26T17:43:50Z2021-07-26T17:43:50Z¿Qué enfermedades pueden transmitirnos los mosquitos si nos vamos de viaje?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/413109/original/file-20210726-21-1sbwrrg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3936%2C2622&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mosquito-on-white-wire-meshnet-disease-1262336038">Shutterstock / GrooveZ</a></span></figcaption></figure><p>Los mosquitos, insectos de la familia Culicidae, están distribuidos prácticamente por todo el planeta. Además de producir molestas picaduras, pueden transmitir enfermedades, algunas de ellas mortales, si no hay un adecuado tratamiento a tiempo.</p>
<p>Pero ¿por qué nos pican? En general, tanto los machos como las hembras se nutren de jugos azucarados, néctares y otras secreciones vegetales. Solo las hembras (al menos las de importancia sanitaria) se alimentan también de sangre y, por tanto, ejercen un papel activo en la transmisión de enfermedades.</p>
<p>Éstas necesitan ingerir sangre, humana o animal, para desarrollar los huevos a partir de sus óvulos fecundados. Éstas se aparean solamente una vez, pero tienen la particularidad de mantener viables hasta su muerte los gametos masculinos. Así, ingerirán sangre y pondrán huevos hasta que mueran. Lo hacen a través de una trompa recta y fina de longitud igual o superior a la de la cabeza y tórax juntos.</p>
<p>Esta ingesta es posible gracias a sus especializadas piezas bucales, capaces de atravesar, en muchas ocasiones, la ropa de una persona. La cantidad de sangre puede variar entre 4 y 10 milímetros cúbicos.</p>
<p>Se pueden alimentar tanto de mamíferos, como de aves, reptiles o anfibios y sus preferencias son extremadamente variables de una especie a otra. Esta última característica en la selección del hospedador del que se alimenta es de gran trascendencia en la transmisión de zoonosis, sobre todo las víricas.</p>
<h2>¿Qué enfermedades pueden transmitir?</h2>
<p>Durante el período de tiempo que dura la toma de sangre, hasta varios minutos si no son molestadas, las hembras pueden inocular con su saliva agentes infecciosos. Por ejemplo, los virus productores del dengue, la fiebre amarilla, el chikunguña, el zika (transmitidos fundamentalmente por la especie <em>Aedes aegypti</em>, pero también por <em>Aedes albopictus</em>), los protozoos del género <em>Plasmodium</em>, causantes de la malaria o paludismo (por mosquitos <em>Anopheles</em>), y las larvas de algunas filarias, sobre todo las causantes de filariasis linfáticas.</p>
<p>Además, existen otras afecciones víricas como las encefalitis producidas por el Virus del Nilo Occidental, la encefalitis japonesa y la fiebre del Valle del Rift, transmitidas sobre todo por especies de mosquitos del género <em>Culex</em>.</p>
<p>Sin duda, las afecciones víricas más importantes, tanto por su extensión, número de personas afectadas y su poder patógeno son el <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dengue-and-severe-dengue">dengue grave o hemorrágico y la fiebre amarilla</a>.</p>
<p>Todas éstas suelen cursar con fiebre, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, cansancio, vómitos y náuseas y erupciones cutáneas en algunos virus. En caso de complicarse, pueden producir hemorragias o afecciones orgánicas en el hígado y el riñón. El tratamiento para todas ellas es, exclusivamente, paliativo de los síntomas.</p>
<p>Solamente en el caso de la <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/yellow-fever">fiebre amarilla</a> existe una vacuna fiable y eficaz, la cual se administra para conseguir la inmunización de grupo en zonas endémicas. </p>
<p>También se aplica a viajeros que lleguen a estas zonas, con la finalidad de que no sean portadores del virus a otras zonas en las que el mosquito transmisor está presente. Sobre todo, en los casos (bastante frecuentes) de afecciones asintomáticas que pasan inadvertidas.</p>
<h2>Infecciones víricas en zonas tropicales</h2>
<p>Algunas de estas infecciones víricas, como el dengue, el chikunguña y el virus del Nilo Occidental pueden transmitirse también en el continente europeo. Sin embargo, su mayor distribución y transmisión, al igual que la malaria y las filariosis linfáticas, se suelen adquirir en <a href="https://www3.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=12905:information-arboviruses-region-americas&Itemid=42243&lang=es">zonas tropicales y subtropicales</a> de África, Asia (a excepción de la fiebre amarilla) y América Latina.</p>
<p>Por tanto, el viaje a zonas endémicas de estas enfermedades supone un riesgo importante de infección si no se toman las medidas adecuadas para evitar las picaduras.</p>
<p>Respecto a los parásitos transmitidos por vectores, el causante de la malaria es sin duda el de mayor importancia. Hay unos 300 millones de <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/malaria">personas afectadas</a> y más de 400 000 muertes anuales, más del 65 % niños y niñas menores de 5 años. </p>
<p>Para esta enfermedad, además de las medidas de protección, en ocasiones es necesario tomar medicación antimalárica adecuada antes, durante y después del viaje, ya que no existen, en la actualidad, vacunas suficientemente efectivas y fiables.</p>
<p>Las afecciones importantes producidas por las filariasis linfáticas, también transmitidas por mosquitos, difícilmente pueden afectar a personas que viajan a las zonas de endemia de forma puntual. Solamente afectarían a aquellas cuya estancia fuera larga. Es decir, al menos de varios meses o un año, como le ocurrió a parte de los componentes de las tropas que participaron en las guerras del sudeste asiático durante la Segunda Guerra Mundial.</p>
<p>En Europa, y también en España, puede contraerse, sin necesidad de viajar, el dengue, el cikunguña y el virus del Nilo Occidental, si bien los casos son muy puntuales. Además, existen casos de malaria en personas que no viajaron y que enfermaron, seguramente, tras la picadura de mosquitos infectados que fueron importados tras un viaje directamente en avión, barco, etc. o con el equipaje personal de algún pasajero.</p>
<p>Sin embargo, el calentamiento global y el cambio climático auguran un aumento de la transmisión de estas y otras infecciones que actualmente son mucho más frecuentes en las zonas tropicales y subtropicales, en las cuales las poblaciones de mosquitos transmisores están muy bien establecidas. </p>
<h2>Medidas de protección frente a las picaduras</h2>
<p>Par evitar la transmisión, tanto de enfermedades víricas como de la malaria durante un viaje a zonas de endemia, deben llevarse a cabo dos acciones fundamentales.</p>
<p>En primer lugar, debe consultarse la situación epidemiológica de la zona de visita, así como las potenciales recomendaciones de vacunas o tratamientos. Esta información está disponible en las instituciones responsables de salud internacional de cada país de origen, como por ejemplo la <a href="https://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/vacunaciones/viajero/">página web</a> de “atención al viajero” del Ministerio de Sanidad de España. </p>
<p>Por otro lado, deben tomarse las siguientes medidas de protección individual:</p>
<ul>
<li><p>Llevar ropa de manga larga, pantalones largos, sombrero o gorra.</p></li>
<li><p>Dormir en habitaciones con mosquiteras en puertas y ventanas, o incluso con mosquiteras de cama impregnadas con insecticidas.</p></li>
<li><p>Aplicarse en la piel sustancias repelentes de liberación prolongada (por ejemplo, DEET).</p></li>
<li><p>Si fuera necesario, utilizar insecticidas autorizados en habitaciones y casas.</p></li>
<li><p>Por último, en la medida de lo posible, evitar viviendas cercanas a aguas estancadas, lagos, ríos, etc. ya que los mosquitos tienen un ciclo acuático. </p></li>
<li><p>Prestar especial atención en las horas nocturnas ya que, como la mayoría de especies antropófilas (las que tienen preferencia por la sangre humana), los periodos de nutrición coinciden con las horas nocturnas o del crepúsculo, si bien no faltan especies que pican durante el día, como el mosquito tigre, <em>Aedes aegypti</em> y <em>Aedes albopictus</em>.</p></li>
</ul>
<p>Dicho todo esto, y siguiendo las recomendaciones de los organismos de salud, puede viajar tranquilo y disfrutar de su estancia si la pandemia y la epidemiología de los mosquitos del lugar de destino se lo permiten.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/165042/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Màrius Vicent Fuentes i Ferrer no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>A través de las picaduras de los mosquitos se pueden contraer enfermedades que pueden ser mortales. Por eso, especialmente si viajamos a zonas tropicales, debemos tomar algunas medidas de precaución.Màrius Vicent Fuentes i Ferrer, Professor Titular de Universidad - Área de Parasitología, Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1267752019-11-12T21:47:44Z2019-11-12T21:47:44ZEl dengue no es una enfermedad de transmisión sexual<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/301286/original/file-20191112-178520-lzr6ij.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4256%2C2828&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mosquito-sits-on-womans-hand-sucks-1360282850?src=7663d01c-e3e0-4d24-8503-acb41b47fcf9-1-17">Shutterstock/sun ok</a></span></figcaption></figure><p>El dengue es una de las infecciones virales transmitida por mosquitos más comunes. Antes de 1970, solo nueve países habían sufrido epidemias graves de esta enfermedad. Hoy es endémica en más de cien países. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 40 % de la población mundial está en riesgo de contraer la enfermedad, y existen unos 390 millones de infecciones cada año. Por ese motivo es una de sus <a href="https://www.who.int/emergencies/ten-threats-to-global-health-in-2019">diez prioridades en materia de salud</a>.</p>
<p>En la mayoría de los casos la infección causa síntomas gripales (malestar general, fiebre alta, dolor de cabeza y una erupción en la cara que se extiende por el cuello, tórax y extremidades). En otros puede complicarse y convertirse en el llamado <em>dengue grave</em> o <em>hemorrágico</em>, con una mortalidad que alcanza el 20 %. No hay un tratamiento específico, pero si se diagnostica pronto y se proporciona asistencia médica adecuada, las tasas de mortalidad caen por debajo del 1 %.</p>
<p>El virus del dengue es un arbovirus, transmitido por artrópodos. El vector principal es el mosquito <em>Aedes aegypti</em>, que también transmite la fiebre amarilla y el zika. Algunas veces también <em>Aedes albopictus</em>, <a href="https://theconversation.com/chikunguna-como-la-globalizacion-extiende-nuevas-enfermedades-por-el-mundo-119293">el famoso mosquito tigre</a>. El virus se transmite a los seres humanos por la picadura de mosquitos hembra infectadas. Estas, que adquieren el virus tras ingerir la sangre de un enfermo, perpetúan la cadena conforme pican a otras personas.</p>
<p>Como no hay vacunas ni tratamiento específico, la mejor manera de controlar al dengue es controlar al mosquito. Siempre se ha dicho que el virus no se transmite de persona a persona, solo a través del insecto. ¿Es cierto que sin él no hay dengue?</p>
<h2>El último caso de dengue en Madrid</h2>
<p>El pasado mes de septiembre se diagnosticó un caso de dengue <a href="https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2019/11/07/5dc45f1f21efa079118b4599.html">a una persona en la Comunidad de Madrid</a>.</p>
<p>Desde hace muchos años, todos los casos detectados en España habían sido importados, es decir, en personas que habían adquirido la enfermedad en el extranjero. En 2018 se registraron ya los primeros casos de transmisión autóctona del virus en España: tres miembros de una misma familia de Murcia, otros dos en la misma región y un sexto en Cataluña. Este año ha habido otro caso en Barcelona. En todos ellos la vía de transmisión fue la picadura del mosquito tigre que desde hace años puebla ya la costa mediterránea. Mosquito que, a su vez, había adquirido el virus al picar a una persona infectada por dengue en el extranjero.</p>
<p>El último caso en Madrid ha sido distinto. No había viajado últimamente a ningún país endémico, tampoco había visitado recientemente la costa mediterránea donde puede estar el mosquito tigre. En la Comunidad de Madrid, de momento, no está asentado el mosquito. Además, se había descartado la presencia del mosquito en la residencia y en los lugares visitados por este paciente. </p>
<p>¿Cómo se ha podido entonces infectar?</p>
<p>La encuesta epidemiológica que se realiza en estos casos dice que su pareja sexual había viajado recientemente a Cuba y a la República Dominicana, países que en este momento viven un importante repunte de la enfermedad, y estaba infectado por dengue (un caso importado, por tanto).</p>
<p>Las pruebas genéticas demostraron que la cepa del virus encontrada en las muestras tomadas a estos dos pacientes era idéntica y coincidía con la que actualmente circula en Cuba. </p>
<p>Una explicación posible es que la persona se haya infectado por vía sexual. El dengue ha sido detectado en el semen y fluidos vaginales de personas infectadas, pero hasta ahora solo se había detectado un caso de transmisión sexual del dengue en Corea.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Virus del dengue.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/dengue-virus-engue-fever-acute-viral-339731096?src=5d250bbf-86b1-43b3-bc18-68fb26ff0546-1-6">Shutterstock/vitstudio</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Esta transmisión sexual de un arbovirus <a href="https://www.ijidonline.com/article/S1201-9712(18)34511-9/pdf">parece que no es un hecho aislado</a>. En el caso del zika, durante la epidemia de 2014, <a href="https://www.cdc.gov/zika/es/prevention/transmission-methods.html">ya se demostraron casos de transmisión sexual</a>. También se ha confirmado la transmisión sexual de virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo y del virus del Nilo Occidental. Desde 2016 se han descrito en varios trabajos la presencia por técnicas moleculares del ARN de los virus del chikunguña, dengue y fiebre amarilla en muestras de semen, aunque es verdad que para demostrar que el virus se ha transmitido por vía sexual no basta con detectarlo en el semen.</p>
<p>¿Por qué no se ha detectado hasta ahora este tipo de transmisión sexual del virus? ¿Han dejado de ser arbovirus? ¿Podemos decir que el dengue es ahora una enfermedad de transmisión sexual?</p>
<p>Es muy probable que en países donde el dengue es endémico y hay muchos casos por transmisión por mosquitos, sea muy difícil detectar si ha habido transmisión sexual. En zonas, donde los casos de dengue autóctono son muy escasos y no hay mosquitos vectores del virus, es posible hacer un estudio epidemiológico que descarte la transmisión por mosquitos y demuestra este otro tipo de vía de contagio.</p>
<p>Los virus no cambian fácilmente la vía de contagio. Es importante distinguir entre un virus que se trasmite sexualmente (como el VIH, en el que el contacto sexual es una de las principales vías de transmisión, además de la sangre contaminada), de un virus sexualmente transmisible. Estos últimos son virus que en determinadas circunstancias puede ser transmisibles por vía sexual, pero que normalmente se extienden de forma mucho más eficaz por otra ruta. Los arbovirus se transmiten entre personas a través de los mosquitos. Si ocurre transmisión sexual, probablemente sea un evento muy poco frecuente.</p>
<p>Por eso, podemos seguir diciendo que la transmisión por mosquitos es la autopista por la que se extiende el dengue, mientras que la transmisión sexual es un atajo ocasional. Aunque la transmisión de arbovirus por vía sexual parece que es posible, el mosquito sigue siendo la principal y más importante ruta de contagio. La mejor forma de evitar la infección de dengue, zika y fiebre amarilla es prevenir las picaduras de mosquitos.</p>
<p>No obstante, todo hace pensar que hay que estar preparados para el efecto que la transmisión sexual de arbovirus pueda tener a nivel global.</p>
<hr>
<p><em><a href="https://microbioun.blogspot.com/2019/11/es-el-dengue-una-enfermedad-de.html">Una versión</a> de este artículo fue publicada en el blog del autor, microBIO.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/126775/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ignacio López-Goñi no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>No es lo mismo un virus de transmisión sexual
que un virus sexualmente transmisible, por mucho que esta enfermedad pueda transmitirse por otras vías.Ignacio López-Goñi, Catedrático de Microbiología, Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.