tag:theconversation.com,2011:/global/topics/ecosistemas-64391/articlesecosistemas – The Conversation2023-11-22T18:48:03Ztag:theconversation.com,2011:article/2144472023-11-22T18:48:03Z2023-11-22T18:48:03ZEl misterio continúa: los círculos de hadas son más habituales de lo que se creía<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/553259/original/file-20231011-21-azmce0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=143%2C29%2C3850%2C2215&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Círculos de hadas</span> <span class="attribution"><span class="source">Audi Ekandjo</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/">CC BY-NC</a></span></figcaption></figure><p>Los círculos de hadas son una de las formaciones más intrigantes que encontramos en los desiertos. Se trata de una curiosa formación vegetal perenne que se organiza formando anillos, de varios metros de diámetro (entre 2 y 35 m.), dejando suelo desnudo en su interior. Hasta hace muy poco solo se conocían dos lugares en el mundo con estos llamativos círculos: una en el desierto de Namibia y otra en el de la Pilbara, en Australia. Pero, de ser una excepción, se han descubierto en otros muchos sitios. </p>
<p>Un estudio reciente, <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2304032120">publicado en la revista <em>PNAS</em></a>, amplía notablemente el conocimiento sobre la distribución de los círculos de hadas en el mundo. Ahora sabemos que no se restringen en exclusiva a las zonas señaladas, sino que están presentes, al menos, en 263 lugares de 15 países y tres continentes (África, Australia y Asia). </p>
<h2>Desiertos, lugares remotos y desconocidos</h2>
<p>Para las sociedades actuales, las zonas desérticas son lugares de sentimientos encontrados. Por un lado, se consideran territorios improductivos lo cual, al utilitarista ser humano de nuestro tiempo, le causa indiferencia y desinterés. Por otro, se suele ligar a un imaginario impregnado de exotismo que no se alcanza a descifrar. </p>
<p>Ambas visiones muestran la simplicidad de nuestros razonamientos, así como la ignorancia que generalmente rodea a estas zonas desérticas y, por extensión a las zonas áridas del mundo, que <a href="https://www.unccd.int/resources/global-land-outlook/glo2">ocupan nada menos que el 46 % de la superficie terrestre y albergan un tercio de la humanidad</a> (ambas cifras siguen aumentando).</p>
<p>Los desiertos no son una simple acumulación de arena. En realidad, predominan las rocas y <a href="https://www.amazon.es/Harmusch-Expediciones-zool%C3%B3gicas-Sahara-occidental/dp/8494268945">existe una heterogénea fauna y vegetación, incluyendo grandes depredadores y herbívoros</a>, que han desarrollado exitosas y fascinantes estrategias de supervivencia. En los desiertos hay recursos esenciales para la economía actual: metales raros, <a href="https://theconversation.com/por-que-el-sahara-occidental-es-una-pieza-clave-para-la-seguridad-alimentaria-mundial-180693">yacimientos de fosfato</a>, petróleo y, sorpresa, mucha agua. El mayor acuífero del mundo, el Nubio, está bajo el desierto del Sahara y contiene 150 000 km³ de agua (el más grande de España, el de la Mancha Oriental, tenía en su esplendor unas 10 000 veces menos). </p>
<h2>Los círculos de hadas y las termitas</h2>
<p>Los círculos de hadas pueden pasar fácilmente desapercibidos a pie de terreno. Sin embargo, con una mirada cenital, es mucho más fácil detectarlos. </p>
<p>A partir del rastreo de imágenes de más de medio millón de hectáreas mediante un sistema de inteligencia artificial, se han detectado 263 formaciones de este tipo, abriendo las puertas a teorías mucho más robustas sobre su importancia y origen. </p>
<p>Cuando se describieron por primera vez, en Namibia y en Australia, se elaboraron distintas hipótesis, cada una de ellas irreconciliable con la otra.</p>
<p>En Namibia se atribuyó su formación a la acción de las termitas en suelos desérticos arenosos. Posteriormente, en 2017, los investigadores australianos que descubrieron nuevos círculos de hadas en su desierto occidental descartaron la acción de las termitas y señalaron <a href="https://www.agenciasinc.es/Noticias/Turing-tenia-razon-sus-patrones-biologicos-son-una-promesa-en-ingenieria-de-tejidos">mecanismos de autoorganización biológica ya anticipados por el matemático Alan Turing</a>. Sin embargo, este mismo año y recurriendo al conocimiento de los aborígenes, otro trabajo volvió a relacionarlos con la actividad de las termitas.</p>
<p>El nuevo estudio destaca la presencia de estas curiosas formaciones a lo largo del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sahel">Sahel</a>, y muestra un gran número de casos en el continente australiano cuyo desapercibimiento resulta llamativo, y habla de la dificultad de estudiar estas regiones tan apartadas y remotas. </p>
<h2>¿Cómo se han hallado y porque no se habían visto antes?</h2>
<p>La enorme extensión de los desiertos, sus duras condiciones y la ausencia de infraestructuras complican transitar por ellos. Muchas de estas zonas están asoladas por conflictos e intensamente minadas, y la logística es extremadamente compleja. Además, los presupuestos de los proyectos son muy limitados. Sin embargo, alternativamente, se pueden utilizar una serie de herramientas informáticas para analizar el territorio desde un ordenador. </p>
<p>A partir de imágenes de Google Earth (algo más de medio millón de parcelas de una hectárea), y mediante un sistema de inteligencia artificial previamente entrenado con los círculos de hadas que se conocían, se han localizado formaciones de este tipo a lo largo y ancho del planeta. </p>
<p>El algoritmo programado ha servido para analizar qué relación pueden tener estas formaciones con diversas variables, como la precipitación, el contenido de nutrientes del suelo, la velocidad del viento y otras muchas. </p>
<h2>Cimientos para una teoría unificada</h2>
<p>Además de localizar nuevas formaciones, el análisis ha permitido deducir, por ejemplo, que estas formaciones son bastante más estables que la vegetación de otros sitios cercanos sin estos patrones de vegetación. También se ha observado que es más probable encontrarlas en suelos con una humedad del suelo muy baja, cercana al 2 %, con contenidos de nitrógeno limitados, y con un contenido de arena entre el 52 % y el 80 %. O que las precipitaciones que favorecen estos patrones de vegetación son aquellas que oscilan entre 100 y 300 mm al año.</p>
<p>¿Por qué es interesante esta información? Este atlas puede ser aún más completo. En efecto, el análisis espacial es limitado (al medio millón de hectáreas), debido a esas restricciones presupuestarias mencionadas y también a los límites computacionales y, por ende, de tiempo. </p>
<p>Conocer de qué depende que haya o no círculos de hadas permite enunciar teorías sobre su existencia y, con ello, configurar modelos predictivos sobre su distribución. Mediante este procedimiento, será más fácil completar el atlas. </p>
<p>Adicionalmente, el trabajo proporciona, al menos, un par de asideros interesantes. Por un lado, al aumentar la muestra de casos es más fácil sustanciar una teoría ecológica sobre estas extraordinarias formaciones. Por el otro, la organización espacial que encuentran los círculos de hadas en zonas tan áridas no deja de ser otro regalo que la naturaleza nos ofrece para que la imitemos. </p>
<p>Quizás la forma en la que utilizan los escasos e irregulares recursos hídricos sea algo de lo que podamos aprender para aprovecharlos mejor, y es el siguiente misterio sobre los círculos de hadas que deberíamos resolver.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214447/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Emilio Guirado recibe fondos de Generalitat Valenciana y European Social Fund. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Fernando Tomás Maestre Gil recibe fondos de investigación de la Universidad de Alicante, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Unión Europea. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jaime Martínez Valderrama recibe fondos de Fundación Biodiversidad (Proyecto ATLAS), European Regional Development Fund (FEDER) (Proyecto SUMHAL). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Manuel Delgado-Baquerizo recibe fondos de la Unión Europea NextGenerationEU/PRTR (proyecto TED2021-130908B-C41/AEI/10.13039/501100011033) y del Ministerio de Ciencia e Innovación de España (proyecto PID2020-115813RA-I00 financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Miguel Berdugo Vega recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación (Contrato Ramón y Cajal RYC2021-031797-I ). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>José Luis Molina Pardo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los círculos de hadas están presentes en más de 250 áreas arenosas de 15 países y 3 continentes, pese a que se creía que eran exclusivos de Namibia y AustraliaEmilio Guirado, Doctor en ciencias aplicadas al medioambiente, Universidad de AlicanteFernando Tomás Maestre Gil, Catedrático de Ecología, Universidad de AlicanteJaime Martínez Valderrama, Investigador científico, Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA - CSIC)José Luis Molina Pardo, Investigador en Biología y Geología, Universidad de AlmeríaManuel Delgado-Baquerizo, Ecosystem ecologist, Spanish National Research Council, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)Miguel Berdugo Vega, Investigador Ramón y Cajal en Ecosistemas Áridos, Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2070762023-06-18T19:52:25Z2023-06-18T19:52:25ZLo que los gatos paracaidistas de Borneo nos enseñan sobre la gestión de especies<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/531125/original/file-20230609-23-sfv6qg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=206%2C332%2C3856%2C2552&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/grey-stripped-cat-hunting-mouse-young-1840032202">Stefan_Sutka / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En la década de 1950, la Organización Mundial de la Salud (OMS) utilizó el insecticida DDT mediante fumigación aérea con el fin de controlar <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2538286/">la malaria en la isla de Borneo</a>. A pesar de que disminuyeron los casos de esta enfermedad, se produjeron efectos secundarios inesperados: el pesticida acabó con numerosos insectos, entre ellos con la avispa que controla a las orugas que se comen los tejados de las casas. Como consecuencia, las viviendas se deterioraron. </p>
<p>Por otra parte, los gatos que comían geckos que se alimentaban de estas avispas afectadas por el DDT acabaron muriendo también. La disminución del número de gatos condicionó la proliferación de ratas, que transmitieron graves enfermedades a las personas. Para hacer frente a estos problemas, la OMS decidió <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2636426/">repoblar las junglas de Borneo con gatos</a> lanzados en paracaídas desde aviones de las fuerzas aéreas británicas.</p>
<p>La lección que extraemos es que es fundamental comprender los ecosistemas, ya que nuestras acciones y decisiones pueden tener consecuencias imprevistas sobre la biodiversidad y el equilibrio natural. Los ecosistemas están intrínsecamente interrelacionados, por lo que pequeños cambios pueden desencadenar efectos en cadena que pueden ir más allá de nuestras previsiones. </p>
<p>El pensamiento ecológico exige flexibilidad, consideración de múltiples perspectivas y una comprensión global de las interconexiones. Este análisis tiene que incluir a las poblaciones humanas que coexisten en dichos ecosistemas, con sus formas de vida, sus animales domésticos y sus aspectos culturales.</p>
<h2>La complejidad de los ecosistemas</h2>
<p>A menudo se considera que los gatos son una plaga creciente, lo que origina un <a href="https://theconversation.com/por-que-la-ley-que-protegera-los-gatos-callejeros-tambien-ayudara-a-proteger-la-biodiversidad-183467">debate polarizado</a>. </p>
<p>Así, desde diversos ámbitos se alerta sobre el <a href="https://theconversation.com/legislar-sobre-gatos-callejeros-sin-negar-las-evidencias-cientificas-197214">peligro que suponen</a>, subrayando la urgencia de implantar medidas contundentes para contenerlos. Estas propuestas pueden ir desde la prohibición de alimentarlos a su expulsión de los espacios naturales, contemplando incluso el uso de métodos letales. </p>
<p>En ciertos contextos y lugares, la presencia de gatos <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10531-008-9503-4">puede constituir un problema</a>. No obstante, cuando se promueve con vehemencia “eliminar” la presencia de gatos en exteriores, surgen varias preguntas que merecen ser analizadas. ¿Es realmente una solución adecuada? ¿Se ha explorado si estos felinos desempeñan un papel importante en el ecosistema y las posibles repercusiones de su retirada en entornos agrícolas cercanos a los espacios naturales? </p>
<p>En ausencia de gatos, ¿será necesario <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0048969720379171">incrementar el uso de pesticidas</a> que, en última instancia, podrían ocasionar <a href="https://www.mdpi.com/2305-6304/9/10/267">un daño mayor a la fauna silvestre</a> y a nosotros mismos? </p>
<p>Para encarar eficazmente el desafío de reducir los problemas asociados a los gatos en exteriores, es indispensable adoptar enfoques que comprendan la complejidad del sistema en su totalidad y las interacciones entre sus diversos componentes, incluyendo a los humanos.</p>
<h2>Formas de convivencia entre gatos y humanos</h2>
<p>Desde una perspectiva biológica, todos los gatos pertenecen a la misma especie. Sin embargo, en la práctica nos encontramos con una amplia diversidad de gatos que presentan ciertas diferencias debido a las distintas formas de convivencia e interacción con las personas. Para una gestión eficiente de estas poblaciones felinas es crucial considerar estas diferencias. </p>
<p>Asimismo, un enfoque reduccionista, tal como el empleado en el caso de la malaria en Borneo, podría llevarnos a tratar el problema de manera errónea. Si abordamos la amenaza que los gatos representan como una mera cuestión de control poblacional, donde todas las acciones se enfocan en su eliminación, podríamos incluso generar resultados contraproducentes. </p>
<p>No obstante, al adoptar una visión sistémica, se reconocen las interrelaciones y se examinan las causas fundamentales del problema, lo que permite manejar la situación de forma más eficaz y sostenible.</p>
<p>El análisis de la presencia de gatos en espacios naturales desvela diversos <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0048969720379171">factores interconectados</a>. Sin duda, el abandono y la falta de programas de esterilización son <a href="https://www.mdpi.com/2076-2615/13/10/1586">elementos destacados</a>. Sin embargo, es crucial dar la misma relevancia a aspectos como la falta de políticas de gestión de gatos en áreas rurales y la necesidad de abordar los diferentes tipos de tenencia de gatos en zonas de alta biodiversidad.</p>
<p>A menudo, se omite el enfoque de la tenencia de gatos en semipropiedad, es decir, aquellos que cohabitan en las cercanías de los hogares, aunque no dentro de ellos. Es esencial tener en cuenta este modelo de tenencia, común en entornos rurales y periurbanos. </p>
<p>Estos felinos suelen tener un acceso más amplio a áreas ricas en biodiversidad. De hecho, la presencia de este tipo de gatos va en aumento, especialmente debido al crecimiento de las segundas viviendas en zonas rurales y de urbanizaciones pobladas por personas que, aunque trabajan en las ciudades, buscan la paz y tranquilidad del campo.</p>
<p>También resulta fundamental considerar los equilibrios que se establecen en términos de depredación por parte de los gatos. Esto conlleva valorar el equilibrio entre la depredación sobre la biodiversidad local y la depredación sobre otras especies, como las <a href="https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies/rattus_rattus_2013_tcm30-69972.pdf">ratas</a>, ratones y <a href="https://theconversation.com/no-son-conejos-hibridos-son-conejos-hambrientos-por-la-falta-de-alimento-natural-203526">conejos</a>. Dichas especies a menudo representan una amenaza tanto para la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0960982222008569">biodiversidad local</a> como para los cultivos y los <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/ps.4658">recursos de las comunidades rurales</a>. Por tanto, es indispensable analizar minuciosamente teniendo en cuenta los diversos factores involucrados.</p>
<h2>Un enfoque integrado para la gestión de los gatos</h2>
<p>Esta visión sistémica del problema es la que se plasma en la <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2023-7936"><em>Ley 7/2023 de protección de los derechos y del bienestar de los animales</em></a>. Esta legislación establece medidas significativas que encomiendan la gestión de los gatos de exterior a los ayuntamientos de toda España. </p>
<p>Ahora, siguiendo directrices comunes, todos los municipios tendrán la obligación de identificar todas las categorías de gatos presentes en su territorio y diseñar planes de gestión ajustados a las particularidades de cada una de ellas. El objetivo no es sólo esterilizar y mantener las colonias felinas, como a menudo se interpreta erróneamente.</p>
<p>La ley incentiva la elaboración de censos, la implantación de programas de esterilización para todos los gatos, incluyendo los periurbanos, los rurales y los mantenidos en semipropiedad, y promueve los programas municipales de adopción. </p>
<p>La mayoría de los problemas de depredación en los espacios naturales los ocasionan los gatos rurales, de finca o mantenidos de forma mancomunada en zonas periurbanas. La gestión de estos gatos pasa por trabajar con la gente que los mantiene de esta forma, para que los tengan esterilizados e identificados.</p>
<p>La ley también subraya la importancia de la educación y sensibilización sobre la tenencia responsable de gatos y los riesgos que pueden suponer para la biodiversidad. </p>
<p>En definitiva, la efectividad en la gestión de las poblaciones de gatos requiere adoptar un enfoque sistémico que considere la variedad de circunstancias, las interconexiones en el ecosistema y el bienestar de los animales. Esta legislación que promueve la esterilización, adopción y sensibilización pretende generar un equilibrio armónico en nuestra convivencia con estos felinos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/207076/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>He sido asesor de la Dirección General de Derechos de los Animales (Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030) durante la tramitación parlamentaria y posterior desarrollo reglamentario de la Ley 7/2023.</span></em></p>Nuestras decisiones pueden tener consecuencias imprevistas sobre la biodiversidad. Por eso, a la hora de gestionar las poblaciones de gatos, debe valorarse su papel en los ecosistemas.Octavio Pérez Luzardo, Catedrático de Toxicología, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1741132022-02-04T16:48:15Z2022-02-04T16:48:15ZDescubren extrañas bacterias en una de las lagunas más contaminadas del planeta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/442283/original/file-20220124-15-1v6n7a8.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4031%2C3017&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Los autores del estudio recogiendo muestras en la Laguna Anones (Vieques, Puerto Rico).</span> <span class="attribution"><span class="source"> Fotografía por María Mari Narváez.</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Los ejercicios militares representan una de las perturbaciones más severas de los ecosistemas naturales con un legado nefasto a nivel global. En los casos de bases militares, polígonos de bombardeos y maniobras navales, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0269749103003907?via%3Dihub">el ensayo con armas no convencionales</a> como el napalm, las balas revestidas de uranio y el agente naranja intensifican los daños ambientales y los riesgos a la salud. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/440964/original/file-20220116-14633-l10wx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440964/original/file-20220116-14633-l10wx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440964/original/file-20220116-14633-l10wx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440964/original/file-20220116-14633-l10wx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440964/original/file-20220116-14633-l10wx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440964/original/file-20220116-14633-l10wx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440964/original/file-20220116-14633-l10wx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">En el polígono de bombardeos se establecieron objetivos de prácticas simulando un convoy y un aeropuerto, entre otros escenarios de ejercicios militares.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Arturo Massol Deya</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Como agravante a este problema, se conoce poco sobre la magnitud de la contaminación. Los gobiernos se niegan a participar de procesos transparentes de divulgación completa de los tipos y las cantidades de sustancias químicas que utilizan en sus ejercicios de entrenamiento y experimentación militar. </p>
<p>Esto conduce a peligros ambientales potencialmente graves. Los compuestos explosivos no solo causan daños físicos al ambiente donde detonan, sino que también pueden tener consecuencias a largo plazo debido a trazas de contaminación o subproductos que permanecen e inclusive <a href="https://doi.org/10.1155/2012/617236">se bioacumulan en el ambiente</a>. </p>
<p>Dos de los explosivos más utilizados por los militares desde la Segunda Guerra Mundial son el hexahidro-1,3,5-trinitro-1,3,5-triazina (RDX) y el 2,4,6-trinitrotolueno (TNT).</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/440794/original/file-20220113-25-5wc6z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440794/original/file-20220113-25-5wc6z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440794/original/file-20220113-25-5wc6z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440794/original/file-20220113-25-5wc6z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440794/original/file-20220113-25-5wc6z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440794/original/file-20220113-25-5wc6z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440794/original/file-20220113-25-5wc6z6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Bombas oxidadas y desechos militares eran evidentes en la superficie de la Laguna Anones de Vieques, pero la mayoría de los impactos son cientos de bombas enterradas que se corroen en un suelo blando y anóxico. Fotografía por María Mari Narváez.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>La importancia ecológica de estudiar zonas militares</h2>
<p>El estudio de los microorganismos en ambientes degradados podría revelar nueva biodiversidad y ayudar a conocer mejor los procesos de restauración ambiental natural. Mientras la presencia de ciertas especies microbianas <a href="https://doi.org/10.1038/ismej.2015.5">sirve como indicador de desequilibrio ambiental</a>, otros microorganismos pueden exhibir genes específicos para biodegradar o biotransformar contaminantes en compuestos menos peligrosos. Esto contribuye a la <a href="https://doi.org/10.1111/j.1574-6976.2008.00143.x">limpieza natural del ambiente</a>.</p>
<p>Durante dos décadas, nuestro Laboratorio de Ecología Microbiana en la Universidad de Puerto Rico, <a href="http://vieques.uprm.edu/">recinto de Mayagüez</a>, ha estudiado la Laguna Anones de Vieques donde la Marina de Guerra de Estados Unidos realizó prácticas de bombardeos desde los años 1940 hasta 2003, cuando cesaron las actividades militares <a href="https://doi.org/10.1177/0094582X05283515">tras protestas y actos de desobediencia civil</a>.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/440962/original/file-20220116-15574-crmg36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440962/original/file-20220116-15574-crmg36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440962/original/file-20220116-15574-crmg36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440962/original/file-20220116-15574-crmg36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440962/original/file-20220116-15574-crmg36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440962/original/file-20220116-15574-crmg36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440962/original/file-20220116-15574-crmg36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Foto aérea del antiguo polígono de bombardeos de la Marina de Guerra de Estados Unidos en la isla-municipio de Vieques (Puerto Rico). Los impactos de los ejercicios militares se extienden a más de 900 acres de tierra, lagunas, acuíferos, así como el ecosistema marino donde miles de bombas sin detonar permanecen en su lecho. Un canal reabierto en el 2005 conecta la La Laguna Anones al Mar Caribe.</span>
<span class="attribution"><span class="source">José Almodóvar</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Ante la necesidad de aprender y documentar la biodiversidad de este lugar, establecimos la hipótesis de que, poco después del cierre del polígono, las comunidades microbianas en la Laguna Anones estarían dominadas por microorganismos con estrategias de adaptación y genes noveles para la biodegradación de explosivos como RDX y TNT. </p>
<p>Así, estudiamos la diversidad genética total de las comunidades (análisis metagenómico) en sedimentos de muestras colectadas en 2005 y 2014, un año después y a una década de la inclusión del polígono en la Lista de Prioridad Nacional <a href="https://cumulis.epa.gov/supercpad/cursites/csitinfo.cfm?id=0204694">por la Agencia de Protección Ambiental federal</a>. </p>
<p>En esta lista se designan los lugares más contaminados y peligrosos en Estados Unidos y sus territorios. Las muestras de sedimentos de la Laguna Anones se compararon con otros lugares incluyendo la reserva natural Laguna Guaniquilla <a href="https://www.paralanaturaleza.org/punta-guaniquilla-esp/">en la zona oeste de Puerto Rico</a>.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/440795/original/file-20220113-13-u5jc7h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440795/original/file-20220113-13-u5jc7h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440795/original/file-20220113-13-u5jc7h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440795/original/file-20220113-13-u5jc7h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440795/original/file-20220113-13-u5jc7h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440795/original/file-20220113-13-u5jc7h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440795/original/file-20220113-13-u5jc7h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Lizbeth Dávila Santiago y Arturo Massol Deyá colectando muestras de sedimentos (2014) en la Laguna Anones (Vieques, Puerto Rico). Fotografía por María Mari Narváez.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Exótica biodiversidad</h2>
<p>Consistente con ambientes limpios o prístinos, Guaniquilla exhibió el mayor grado de diversidad biológica y ausencia de genes relacionados con el metabolismo de explosivos. </p>
<p>Sin embargo, en la laguna viequense de Anones (2005) la diversidad era muy baja, dominada por una comunidad bien adaptada a factores de estrés ambiental con poblaciones noveles relacionadas a explosivos y metales pesados, incluidos genes envueltos en la reparación del propio material genético y para la biodegradación de nitroaromáticos <a href="https://doi.org/10.1128/AEM.01217-10">como TNT y RDX</a>. </p>
<p>A nivel taxonómico, más del 40 % de las especies correspondieron a miembros no clasificados del dominio Bacteria y se descubrieron al menos cinco genomas de especies bacterianas únicas y pertenecientes a nuevos géneros. </p>
<p>Una de ellas corresponde a una nueva familia taxonómica. Así quedó <em>Candidatus Biekeibacterium resiliens</em>, <a href="https://doi.org/10.1016/j.syapm.2021.126288">registrada recientemente</a>.</p>
<p>A una década del cierre del polígono (Anones 2014), la diversidad genética aumentó a niveles que la hacen parecerse un poco más a la laguna de referencia, Guaniquilla, en lugar de a su pasado nefasto. Además, se observó una disminución de más de 90 % de genes claves que codifican para enzimas involucradas en la biodegradación de explosivos, así como genes previamente dominantes que confieren resistencia para enfrentar metales peligrosos como cadmio, cobalto y plomo.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/440963/original/file-20220116-25-l6xwot.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440963/original/file-20220116-25-l6xwot.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440963/original/file-20220116-25-l6xwot.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440963/original/file-20220116-25-l6xwot.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440963/original/file-20220116-25-l6xwot.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440963/original/file-20220116-25-l6xwot.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440963/original/file-20220116-25-l6xwot.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Foto (1999) de la Laguna Anones al centro del polígono de bombardeos.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Arturo Massol Deya</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Implicaciones</h2>
<p>Nuestros hallazgos se limitan a la zona superficial de los sedimentos y no pueden ser extrapolados a la totalidad de la laguna ni al ecosistema amplio degradado por los ejercicios militares. </p>
<p>Se trata de un problema complejo, pero ¿podrá este conocimiento ayudar a identificar mejores estrategias para el control de la contaminación en Vieques? ¿Será que esta inteligencia pueda ayudar a acelerar la restauración de otros lugares contaminados? Lo que sí sabemos es que existe un potencial natural con una biodiversidad asombrosa, producto de la evolución y selección natural en un ambiente con largo historial de perturbaciones únicas. </p>
<p>El acercamiento metagenómico nos permitió mirar al pasado mientras nos proporciona un punto de referencia extraordinario para evaluar la aportación de procesos biológicos en la restauración ecológica de Vieques y servir de referencia genética para otros lugares.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/174113/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El estudio de los microorganismos en ambientes degradados podría revelar nueva biodiversidad y ayudar a conocer mejor los procesos de restauración ambiental naturalLizbeth Dávila-Santiago, Ph.D Candidate, Georgia Institute of TechnologyArturo Massol-Deyá, Professor of MIcrobial Ecology, University of Puerto Rico - MayagüezLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1619602021-08-19T19:48:10Z2021-08-19T19:48:10ZLos incendios no siempre son el enemigo: cómo beneficia el fuego a los ecosistemas y los humanos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/416587/original/file-20210817-27-i07ie7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3982%2C2670&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fuego prescrito en un bosque de eucaliptos australiano.</span> <span class="attribution"><span class="source">Cristina Santín</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Durante las últimas semanas, y como todos los veranos, hemos visto arder árboles, matorrales y hasta casas en diferentes países (Grecia, Turquía, EE. UU., Rusia, etc.). El fuego consume la vegetación a una gran velocidad y altera procesos imprescindibles para los ecosistemas. Por ejemplo, la circulación y retención de agua. Además, puede llegar a suponer una amenaza para la seguridad de las personas, como ha sucedido recientemente en <a href="https://www.latimes.com/california/story/2021-07-24/how-the-dixie-fire-became-californias-largest-of-the-year-so-far">California</a>, donde miles de residentes han tenido que ser evacuados. </p>
<p>Además, procesos ligados al cambio global parece que nos están conduciendo a una era donde los <a href="https://theconversation.com/amp/la-era-de-los-incendios-que-ya-no-podemos-apagar-165697">incendios son diferentes a los que estamos acostumbrados</a>.</p>
<p>Durante décadas, las investigaciones sobre el fuego se han centrado en caracterizar sus impactos negativos. A pesar de estos, el fuego es parte fundamental de los ciclos de la naturaleza y de los patrones de biodiversidad. </p>
<p>Otros efectos que podríamos considerar neutros o incluso positivos han sido mucho menos estudiados. En los últimos tiempos, el papel del fuego como elemento imprescindible y natural para muchos ecosistemas es cada vez más reconocido. Sin embargo, siguen faltando trabajos integradores que contemplen el papel del fuego desde diferentes perspectivas ecológicas y sociales.</p>
<h2>Efectos del fuego en ecosistemas forestales</h2>
<p>La sociedad obtiene un gran número de beneficios de la naturaleza en general, y de los bosques en particular. Estos beneficios, que se dan tanto de forma directa como indirecta, se conocen como <a href="http://blog.creaf.cat/es/conocimiento/que-son-los-servicios-ecosistemicos/">servicios ecosistémicos</a>. Los servicios ecosistémicos incluyen, por ejemplo, el aprovechamiento de madera para construcción, la provisión de agua para consumo humano y el sentimiento de bienestar que obtenemos tras dar un paseo por el bosque.</p>
<p>Los servicios ecosistémicos que aportan los bosques dependen tanto de sus características: su productividad, su diversidad biológica o su estructura, como de factores externos que les afectan, como, por ejemplo, las perturbaciones. Entre estas perturbaciones, los incendios son una de las más conocidas y estudiadas. El fuego consume grandes cantidades de biomasa vegetal, modificando la composición y estructura de los bosques, y tras su paso, los ciclos hidrológicos o de nutrientes se ven muy alterados. Por tanto, es evidente que el fuego afecta a los servicios ecosistémicos de los bosques. Pero, ¿cómo?</p>
<p>Durante las últimas décadas, un gran número de investigaciones han estudiado por todo el mundo los efectos que el fuego produce en el medio ambiente. Nosotros, ahora, hemos querido evaluar en conjunto y con una perspectiva global esos estudios previos. </p>
<p>En un <a href="https://www.researchgate.net/publication/353924386_A_global_synthesis_of_fire_effects_on_ecosystem_services_of_forests_and_woodlands/stats">trabajo</a> de revisión, hemos analizado más de 200 estudios publicados en los últimos 30 años en relación con efectos del fuego en indicadores de ocho servicios ecosistémicos. Encontramos que los efectos en la fertilidad del suelo, en las reservas de carbono y en los ciclos hidrológicos están entre los más estudiados. Sin embargo, otros servicios de gran relevancia, como la provisión de alimentos (por ejemplo, las setas) o los de tipo cultural (por ejemplo, el uso recreativo que hacemos de los bosques) han sido mucho menos estudiados (figura 1).</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/414551/original/file-20210804-23-1wzibw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/414551/original/file-20210804-23-1wzibw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/414551/original/file-20210804-23-1wzibw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=178&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/414551/original/file-20210804-23-1wzibw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=178&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/414551/original/file-20210804-23-1wzibw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=178&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/414551/original/file-20210804-23-1wzibw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=224&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/414551/original/file-20210804-23-1wzibw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=224&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/414551/original/file-20210804-23-1wzibw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=224&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 1. Trabajos recopilados según los servicios ecosistémicos estudiados (izquierda) y los países donde se realizaron (derecha) (número total de artículos = 207).</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Los trabajos considerados se han focalizado fundamentalmente en bosques mediterráneos, templados y boreales del hemisferio norte (en países como Estados Unidos, España o Australia). Sin embargo, fueron escasos en otras regiones del mundo, donde los ecosistemas forestales también son parte fundamental y donde el fuego es un agente clave (como en algunas áreas tropicales o subtropicales del África subsahariana o Sudamérica). </p>
<p>Respecto al tipo de impactos encontrados, nuestros resultados han mostrado que, en muchos servicios, los efectos negativos fueron los predominantes. Aunque también se encontraron, en algunos casos, efectos de tipo neutro e incluso algunos de tipo positivo, como por ejemplo en la fertilidad del suelo o la provisión (escorrentia) de agua, que a corto plazo puede aumentar tras el paso del fuego (figura 2). </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/414553/original/file-20210804-15-5ozkoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/414553/original/file-20210804-15-5ozkoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/414553/original/file-20210804-15-5ozkoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/414553/original/file-20210804-15-5ozkoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/414553/original/file-20210804-15-5ozkoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/414553/original/file-20210804-15-5ozkoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/414553/original/file-20210804-15-5ozkoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/414553/original/file-20210804-15-5ozkoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 2. Frecuencias (%) de efectos del fuego encontrados en los diferentes estudios recopilados.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Beneficios de los incendios</h2>
<p>Nuestro estudio también pone de manifiesto que, al menos hasta ahora, el fuego ha sido tratado generalmente como un enemigo al que hay que eliminar. En muchos países del mundo han existido y existen políticas de eliminación total del fuego. En España, recordamos las campañas del <a href="https://theconversation.com/todos-contra-el-fuego-119406">“todos contra el fuego”</a>. Fueron desarrolladas desde el (extinto) Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA), y fueron ampliamente difundidas durante las décadas de 1980 y 1990.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/4YkMY6VYJcM?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Ejemplos de anuncios televisivos de principios de la década de 1990 de la citada campaña.</span></figcaption>
</figure>
<p>Sin embargo, el fuego es un proceso ecológico. Es un agente clave en la evolución de numerosas especies, y paisajes de todo el mundo dependen de él. En muchas regiones, los incendios son parte de los ciclos naturales y los bosques están adaptados a ellos. </p>
<p>Por eso, el estudio de los efectos del fuego debe hacerse de acuerdo con las condiciones específicas de cada región, incluyendo amplias tipologías de procesos, y contemplando periodos temporales lo suficientemente largos para conocer si estos efectos se mantienen (o no) a largo plazo. </p>
<p>Aunque también cabe indicar que procesos ligados al <a href="https://theconversation.com/wildfires-in-mediterranean-europe-will-increase-by-40-at-1-5-c-warming-say-scientists-104270">cambio global</a> están modificando los regímenes de incendios que conocíamos. Por ello, cuando estudiemos estos efectos, este fenómeno también deberá ser tenido en cuenta.</p>
<p>Más allá de la importancia ecológica del fuego, en los últimos tiempos algunos investigadores están revindicando su papel como <a href="https://esajournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/fee.2044">suministrador de diferentes servicios</a>. Por ejemplo, generando y manteniendo espacios abiertos que son clave para el aprovechamiento ganadero, o mitigando el impacto de incendios futuros de mayor intensidad mediante la reducción de la cantidad de combustible disponible. </p>
<p>Consideramos que este tipo de aproximaciones son, además de enriquecedoras, fundamentales para entender mejor cómo el fuego se relaciona con los paisajes, y para poder minimizar los efectos negativos que pueden tener en nuestro bienestar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/161960/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jose V. Roces-Diaz recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación, Gobierno de España (Programa Juan de la Cierva Incorporación Ref. IJC2019-038826-I). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Cristina Santín recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación, Gobierno de España (Ayudas para la contratación Ramón y Cajal, Ref. N. RYC2018-025797-I).</span></em></p>Si bien puede tener consecuencias económicas y sociales negativas, el fuego es un proceso natural clave en la evolución de muchas especies y paisajes de todo el mundo.Jose V. Roces-Díaz, Investigador postdoctoral (JdC-I) en ecosistemas forestales y sus servicios en el CREAF, Universitat Autònoma de BarcelonaCristina Santín, Investigadora Ramón y Cajal, Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1593652021-05-16T19:16:01Z2021-05-16T19:16:01Z¿Cómo sobreviven los animales a los incendios?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/398726/original/file-20210504-22-36ng9y.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C350%2C4031%2C2583&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fuego en un matorral mediterráneo.</span> <span class="attribution"><span class="source">Lola Álvarez</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>A simple vista, los <a href="https://theconversation.com/es/topics/incendios-forestales-55463">incendios forestales</a> podrían parecer catástrofes que destruyen todo a su paso y no dejan más que un paisaje de desolación. Sin embargo, si visitamos una zona recientemente quemada, encontramos multitud de animales. Algunos de ellos son meros visitantes interesados en aprovechar los nuevos recursos del ambiente. Otros nunca se marcharon, sino que fueron capaces de sobrevivir a las llamas. </p>
<p>Los incendios son una <a href="https://academic.oup.com/bioscience/article/59/7/593/334816">perturbación natural</a> que genera dinámicas y brinda oportunidades para muchas especies, impulsando procesos ecológicos y evolutivos. Por eso, en zonas que arden de forma recurrente, encontramos especies con adaptaciones que les permiten vivir allí. </p>
<h2>El papel de los incendios en la naturaleza</h2>
<p>Hasta hace relativamente poco tiempo no se consideraba al fuego como un elemento inherente a algunos ecosistemas. Hoy sabemos que lo es. La ecología del fuego, que es el estudio de los procesos naturales asociados a los incendios, ha avanzado mucho en los últimos años. Sin embargo, se ha centrado en el estudio de las respuestas de las plantas al fuego. </p>
<p>Lo que sucede tras un incendio depende de sus características (severidad, intensidad, estructura espacial), de las del paisaje y de las especies que habitan en él. Algunas plantas sobreviven gracias a estructuras de resistencia como una corteza muy gruesa. Muchas otras quedan totalmente calcinadas, pero sus semillas germinan después de las primeras lluvias. Otras, aparentemente muertas, “resucitan” y brotan de estructuras subterráneas como raíces. </p>
<p>Al observar estos procesos, es fácil imaginar que el fuego es el detonante de muchos procesos ecológicos y el motor de la evolución de muchas especies de plantas. Pero ¿qué sabemos del efecto del fuego en los animales? </p>
<p><a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10682-018-9927-6">Para sobrevivir</a> a un incendio los animales tienen dos opciones: huir o esconderse. Los animales con gran capacidad de desplazamiento, como aves, grandes mamíferos e insectos voladores, son capaces de huir y ponerse a salvo. Otros con movilidad reducida o de pequeño tamaño, como ratones, reptiles e insectos que viven en el suelo, optan por buscar refugio y esperar a que llegue la calma. </p>
<p>Es decir, la supervivencia de los animales depende principalmente del movimiento, por eso es probable que sus adaptaciones sean de comportamiento. Hay estudios que sugieren que <a href="https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00114-016-1396-6">algunos murciélagos pueden responder al olor del humo incluso cuando hibernan</a>, y que <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rspb.2002.1974">algunas ranas reaccionan al sonido de los incendios</a>. Distinguir estas adaptaciones de otros comportamientos es fundamental si queremos comprender el papel del fuego en la configuración de la biodiversidad animal. </p>
<h2>Detección a tiempo, clave para la supervivencia</h2>
<p>Para los animales, detectar rápidamente un incendio es crucial para asegurar su supervivencia. Hay varias pistas que pueden indicar que un incendio se acerca. </p>
<p>Durante un incendio, las llamas provocan el aumento de la temperatura en las inmediaciones, lo que podría actuar como señal de alarma para algunos animales. Otras pistas pueden ser detectadas a más distancia, lo que daría ventaja a los animales en la evasión del incendio. </p>
<p>Antes de llegar a sentir el calor del fuego, los animales con capacidades auditivas serán capaces de escuchar el fragor del fuego, y los animales con capacidad de quimiorrecepción (olfato) olerán el humo. El humo generado en la combustión está cargado de partículas volátiles capaces de recorrer largas distancias en el aire muy rápidamente. Por algo una zarzuela dice que “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Por_el_humo_se_sabe_d%C3%B3nde_est%C3%A1_el_fuego">por el humo se sabe</a>”. </p>
<h2>El caso de las lagartijas</h2>
<p>Muchos reptiles utilizan el olfato para detectar amenazas como depredadores y huir. Por este motivo, decidimos evaluar <a href="https://academic.oup.com/beheco/advance-article/doi/10.1093/beheco/arab010/6209788?guestAccessKey=83b0389b-e342-457a-a139-7e9eb99ec049">la capacidad de detección de incendios</a> a través del olfato de la lagartija colilarga, <em>Psammodromus algirus</em>, una especie muy común en hábitats propensos al fuego de la cuenca mediterránea. </p>
<p>Realizamos un experimento de comportamiento para evaluar la reacción de lagartijas al enfrentarse a un estímulo de fuego (humo) o a un control (humo falso, sin olor). Para ello, capturamos ejemplares de esta lagartija en hábitats propensos a los incendios y otros en hábitats donde los incendios son muy infrecuentes.</p>
<p>El resultado fue asombroso. Las lagartijas de zonas propensas a incendios mostraron una mayor capacidad para detectar (oler) el humo que las lagartijas de la misma especie que viven en paisajes que raramente arden. Es decir, esto indica que en zonas con incendios recurrentes, se han seleccionado aquellos individuos que pueden detectar mejor el humo. Reconocer rápidamente el humo permite a las lagartijas tener tiempo para esconderse debajo de rocas o en grietas, y así sobrevivir. </p>
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<figcaption><span class="caption">Ejemplo de reacción al humo de una lagartija (<em>Psammodromus algirus</em>) de un hábitat propenso al fuego (arriba) y una lagartija de la misma especie de un hábitat no propenso al fuego (abajo).</span></figcaption>
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<h2>La era de los megaincendios: ¿cómo actuar?</h2>
<p>El cambio climático está provocando que muchas zonas de la tierra se vuelvan más cálidas y secas. Además, los cambios en el uso del suelo conllevan cambios en la disponibilidad de combustible y el aumento de la población hace que se den más igniciones. Todo esto está <a href="https://doi.org/10.1111/geb.13058">alterando los regímenes de incendios</a> naturales en muchas partes del mundo incluyendo <a href="https://doi.org/10.1007/s10584-011-0060-6">el Mediterráneo</a>. </p>
<p>En estas zonas, incluida la región mediterránea, se espera un futuro más inflamable con mayor riesgo de sufrir grandes incendios (megaincendios). </p>
<p>Esta actividad de incendios forestales sin precedentes sin duda está afectando a la vida silvestre. Necesitamos conocer las estrategias de supervivencia de los animales y los desafíos que tienen que superar tras un incendio. Esto es esencial si queremos predecir los efectos potenciales de los incendios, así como identificar especies vulnerables para su conservación.</p>
<p>Nos encontramos en una carrera contra reloj en el estudio de las respuestas de los animales al fuego. ¿Con qué fascinantes adaptaciones nos sorprenderán?</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/159365/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lola Álvarez Ruiz recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad del Gobierno de España. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juli G. Pausas recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad del Gobierno de España, así como de la Generalitat Valenciana, y de la Comisión Europea.</span></em></p>Muchas especies han desarrollado adaptaciones específicas para detectar y responder ante el fuego. Necesitan ser rápidas y reaccionar a tiempo para poder sobrevivir huyendo o escondiéndose.Lola Álvarez Ruiz, Investigadora predoctoral del Departamento de Ecología del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE-CSIC), Universitat de ValènciaJuli G. Pausas, Research Scientist in Ecology, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1579962021-04-12T20:11:54Z2021-04-12T20:11:54Z¿Cómo se mide la sostenibilidad de los ecosistemas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/393996/original/file-20210408-23-563y83.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4031%2C3005&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Paisaje forestal con predominio de pino piñonero.</span> <span class="attribution"><span class="source">Luis Díaz Balteiro</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>El manejo sostenible del medio natural constituye uno de los mayores desafíos del presente siglo. Es necesario que la ciencia y la tecnología desarrollen un marco teórico adecuado, coherente y operativo para poder abordar este complejo problema.</p>
<p>Es probable que el lector piense que los autores de este artículo estamos haciendo una afirmación exagerada. De hecho, en las economías avanzadas la contribución directa del medio natural al flujo de bienes y servicios materiales no es muy relevante. Así, supera muy ligeramente el 2 % del producto interior bruto, con una tendencia a la baja.</p>
<p>Ahora bien, ese 2 % tiene una especial significación. Representa la base sobre la que se desarrolla toda la actividad económica. Una mala gestión o una catástrofe ambiental podría deteriorar esa base. En ese caso, el bienestar material de las sociedades sufriría un duro quebranto. Sería muy difícil compensar esa hipotética pérdida de bienestar con incrementos significativos en otras componentes del PIB.</p>
<h2>Sostenibilidad y multifuncionalidad</h2>
<p>El término sostenibilidad ha adquirido en los últimos años una importancia cotidiana. Aparece continuamente en cualquier argumentación sea de tipo político o científico, lo que puede hacer pensar que su nacimiento corresponde al año 1987 con el celebérrimo <a href="http://www.upv.es/contenidos/CAMUNISO/info/U0506189">informe Brundtland</a>.</p>
<p>Sin embargo, este concepto fue introducido por <a href="http://www.fao.org/3/i3482s/i3482s01.pdf">von Carlowitz</a> en el siglo XVIII en el campo forestal. Este noble prusiano definió un plan forestal sostenible como aquel que proporciona una provisión estable de bienes. Se refería tanto a la madera como a productos derivados indispensables para el bienestar humano.</p>
<p>Este enfoque funcionó bien hasta mediados del siglo XX. En torno a esa fecha, la estructura mental de las sociedades cambia. Al medio natural se le empiezan a exigir otras funciones: no solo la producción de bienes y servicios comercializados a través de los mercados, también una provisión estable de bienes y servicios de naturaleza ambiental. Dos ejemplos serían la reducción de las pérdidas de suelo por erosión y la conservación de la biodiversidad.</p>
<h2>El enfoque basado en indicadores</h2>
<p>Para abordar el manejo sostenible del medio natural es necesario partir de esa multifuncionalidad. Es decir, no centrarse en un único objetivo (por ejemplo, la madera), sino afrontar todos los objetivos presentes en un determinado ecosistema (como un bosque). Su gestión se hace con lo que podríamos denominar enfoque basado en indicadores. Con esta orientación, a los sistemas naturales se les asocia una batería de indicadores.</p>
<p>Dichos indicadores son agrupados en tres pilares: ambiental, económico y social. Este enfoque, siendo prometedor, no está exento de dificultades. El principal problema reside en el elevado número de indicadores propuestos desde diferentes instituciones. Por ejemplo, en los recientes <a href="https://www.ine.es/dyngs/ODS/es/index.htm">Objetivos de Desarrollo Sostenible</a> se recomienda el uso de 231 indicadores. </p>
<p>El propósito final de este enfoque sería unir todos los indicadores en un índice cuyo valor cuantifica el grado de sostenibilidad de un determinado sistema natural. Un excesivo número de indicadores puede complicar esta tarea, entre otras, por las siguientes razones:</p>
<ul>
<li><p>En muchos casos, con este enfoque asocia a cada indicador un determinado peso. Dicho peso refleja las preferencias de un centro que toma las decisiones por un indicador con respecto a otro. Para su obtención, el centro tiene que proporcionar información, habitualmente respondiendo a preguntas relacionadas con la importancia relativa de cada indicador. Un elevado número de indicadores implica un elevado número de preguntas. Esto complica conseguir información consistente, especialmente en un deseable contexto de toma de decisiones participativa.</p></li>
<li><p>Un elevado número de indicadores puede y suele conducir a la redundancia de muchos de ellos. En otras palabras, un número significativo de los indicadores considerados suelen estar relacionados entre sí y no aportan nueva información al problema analizado.</p></li>
<li><p>La sostenibilidad es un concepto normativo, pues implica la preocupación de la generación presente por el bienestar de las generaciones futuras. Pese a ello, debemos tener en cuenta que el propósito final es que este tipo de análisis sirva de apoyo al diseño de políticas que tengan un buen nivel de aceptación social. Obviamente, si un número significativo de los indicadores utilizados representan juicios de valor específicos de determinados grupos ideológicos será más difícil alcanzar consensos sociales.</p></li>
</ul>
<h2>En busca de un índice de sostenibilidad</h2>
<p>El propósito final del enfoque basado en indicadores consiste en obtener un índice, que debe medir el grado de sostenibilidad de un sistema natural. Basándonos en una extensa y reciente literatura, postulamos una manera sólida de atacar este problema. La idea básica consiste en conectar el concepto de indicador con el concepto de criterio. Este concepto es la base de la <a href="http://www.mcdmsociety.org/">teoría de la decisión multicriterio</a>.</p>
<p>De esta manera, hemos aplicado con éxito los <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/12/18/7527">conceptos</a>, métodos y <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0301479716302729">experiencias</a> ganadas en el seno de esta fértil teoría al problema de la conversión de un conjunto de indicadores en un índice agregado de sostenibilidad.</p>
<p>Finalmente, apuntamos la fuerte conexión que existe entre la llamada economía circular y la sostenibilidad. Estos conceptos son como el negativo y el positivo de una fotografía. En otras palabras, el enfoque de la economía circular constituye un medio adecuado para alcanzar un fin que es el deseado manejo sostenible.</p>
<h2>Conclusión</h2>
<p>Las sociedades demandan al medio natural tanto bienes y servicios con valor de mercado como otros servicios sistémicos esenciales para el bienestar humano. El enfoque basado en indicadores y su integración con técnicas de optimización constituye un camino fructífero.</p>
<p>Publicaciones recientes corroboran esta visión. Algunas desde el punto de vista de la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0301479718302226">conceptualización</a>. Otras para medir el grado de sostenibilidad de los <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/11/13/3645/htm">sistemas naturales</a> en un contexto de multifuncionalidad. Tal tipo de análisis puede servir, entre otras cosas, para diseñar políticas ambientales juiciosas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/157996/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Es difícil definir la sostenibilidad usando indicadores, como la huella hídrica o la de carbono, cuando se quieren abordar muchos factores. Los autores proponen recopilarlos en un solo índice.Luis Díaz Balteiro, Catedrático de Ordenación de Montes y Valoración Agraria, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Carlos Romero López, Catedrático Emérito de Economía, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1492122020-12-10T19:01:51Z2020-12-10T19:01:51ZAumentar la biodiversidad de los bosques hará que resistan al cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/371727/original/file-20201127-24-tqrul.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=49%2C0%2C5472%2C3637&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Vista aérea de un bosque mixto del sur de los Pirineos. </span> <span class="attribution"><span class="source">Andrés Abrego</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>La actual crisis de <a href="https://theconversation.com/es/topics/biodiversidad-55704">biodiversidad</a>, consecuencia de alteraciones derivadas de la acción humana, es un fenómeno global que está generando pérdidas de especies sin precedentes. Recientemente, <a href="https://ipbes.net/global-assessment">un informe publicado por las Naciones Unidas</a> estima que hasta un millón de especies de plantas y animales –el 11,5 % de la biodiversidad global– están actualmente en peligro de extinción. </p>
<p>Dicha pérdida de biodiversidad tiene especial relevancia para el funcionamiento de los ecosistemas. <a href="https://i.unu.edu/media/ehs.unu.edu/news/3890/resilience_academy_wp2.pdf">Múltiples evidencias</a> constatan que existe una relación directa entre la diversidad de los ecosistemas y su capacidad para hacer frente a alteraciones derivadas por la pérdida del hábitat y el cambio climático.</p>
<p>Esta relación existe también en el caso de los bosques. Los bosques mixtos –bosques compuestos por más de una especie forestal– tienen mayor resiliencia frente a las alteraciones ambientales. Por eso están ganando importancia como modelo de gestión integrado de los recursos forestales. </p>
<p>Además, las masas forestales más diversas son capaces de proveer un abanico mas amplio de servicios ecosistémicos. Permiten así compatibilizar la gestión sostenible del bosque con su conservación y uso social.</p>
<h2>Tipos de interacciones ecológicas</h2>
<p>Los individuos o especies no viven aislados del resto, sino que se relacionan entre sí. Las interacciones entre organismos, ya sea entre especies o entre individuos de la misma especie, es una de las fuerzas más importantes que moldean los <a href="https://besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/1365-2435.12356">cambios de composición de especies y funcionalidad</a> de los ecosistemas, tanto a escala global como local.</p>
<p>Dichas relaciones pueden ser de diferente signo (negativa, neutra o positiva) e intensidad (débil e intensa). Por ejemplo, la polinización es una relación positiva entre la planta con flor y el polinizador. Ambos se ven beneficiados: el polinizador obtiene polen y/o néctar y la planta polinización cruzada con otros congéneres. </p>
<p>El signo de las interacciones entre las especies e individuos depende de las condiciones ambientales y ecológicas en las que se encuentren. Un factor determinante en el caso de las plantas es <a href="https://nph.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.1469-8137.2006.01752.x">la cantidad disponible de recursos</a>.</p>
<p>En las especies de plantas forestales, la competencia entre especies o individuos es el tipo de interacción más estudiada. Ocurre como consecuencia de limitaciones en la disponibilidad de recursos: típicamente agua, luz, espacio o nutrientes. </p>
<p>Sin embargo, en ciertas situaciones, varias especies pueden compartir el mismo espacio sin generar competencia, complementándose. Cuando distintas especies o individuos comparten el mismo lugar, se generan unas condiciones ambientales que les permite obtener numerosos beneficios a un bajo coste.</p>
<p>En los bosques caducifolios y las selvas tropicales, por ejemplo, existe una alta disponibilidad de recursos, por lo que predominan los procesos de competencia. Por su parte, el bosque mediterráneo y la sabana generarían condiciones de baja disponibilidad de recursos en largos períodos del año. En ellos es esperable que dominen los procesos de facilitación. </p>
<p>Los procesos de facilitación en plantas son especialmente comunes en ambientes más extremos, ya que <a href="https://besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1365-2745.2007.01295.x">permiten proteger del impacto de herbívoros y generar recursos adicionales</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/371714/original/file-20201127-24-1bqyyct.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/371714/original/file-20201127-24-1bqyyct.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/371714/original/file-20201127-24-1bqyyct.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/371714/original/file-20201127-24-1bqyyct.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/371714/original/file-20201127-24-1bqyyct.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/371714/original/file-20201127-24-1bqyyct.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/371714/original/file-20201127-24-1bqyyct.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/371714/original/file-20201127-24-1bqyyct.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Las plántulas es el estadio de regeneración más sensible a las relaciones bióticas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/2vc_MW7GQPI">Jannik Selz / Unsplash</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El sur de Europa como interfase entre climas</h2>
<p>El sur de Europa, y más concretamente la península ibérica, es el límite septentrional de muchas especies forestales europeas. </p>
<p>Debido a su gran heterogeneidad de climas y condiciones ambientales, la península ibérica actúa como interfase o zona de contacto entre climas y especies de diferente índole. Así, puede ocurrir que en la misma localidad coexistan especies de orígenes muy diversos. Esto hace que el estudio de las comunidades forestales sea especialmente interesante. </p>
<p>El sur de los pirineos es un área donde conviven especies típicas de climas continentales y/o oceánicos como el haya o el pino silvestre, especies típicamente mediterráneas como la encina y especies a caballo entre ambos climas, como el roble pubescente. </p>
<p>En estas condiciones, los procesos de competencia y facilitación entre especies e individuos es especialmente variable. El signo de dichas interacciones puede cambiar entre localidades cercanas o dependiendo de las condiciones climáticas de cada año.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/371710/original/file-20201127-23-34ay1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/371710/original/file-20201127-23-34ay1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/371710/original/file-20201127-23-34ay1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/371710/original/file-20201127-23-34ay1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/371710/original/file-20201127-23-34ay1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/371710/original/file-20201127-23-34ay1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/371710/original/file-20201127-23-34ay1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/371710/original/file-20201127-23-34ay1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Bosque típico del sur de los Pirineos.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Juan A. Blanco</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Oportunidades para la gestión forestal</h2>
<p>Frente a un escenario de cambio global, es necesario potenciar aquellos procesos que faciliten la estabilidad y sostenibilidad de los recursos naturales. Es fundamental buscar soluciones que promuevan la supervivencia de los sistemas naturales. </p>
<p>En la península ibérica, la disminución de precipitaciones debida al calentamiento global puede comprometer los recursos forestales. Convertirlos en bosques mixtos puede contribuir a aumentar su supervivencia frente a la escasez de recursos. </p>
<p>Las masas forestales mixtas pueden ser proporcionalmente más eficientes en el uso del agua. Esto las convierte en más resilientes y más independientes con respecto a las condiciones ambientales.</p>
<p>Por estas razones, en Europa se está promoviendo la conversión de las masas forestales manejadas puras a masas mixtas o con más de una especie para mejorar su sostenibilidad a largo plazo.</p>
<p>Además, el manejo forestal está dejando de ser rentable en muchas regiones de Europa. Aquellos bosques menos intervenidos por el hombre están ganado complejidad estructural, incorporando especies nativas de crecimiento más lento y creando nuevas oportunidades para su manejo a largo plazo, debido al aumento de su complejidad estructural y funcional. </p>
<p>La potenciación y conservación de los bosques mixtos puede ser una medida fundamental para favorecer aumentar la resiliencia de los recursos forestales y garantizar su supervivencia en el futuro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/149212/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Javier Rodríguez Pérez recibe fondos de la Fundación "la Caixa", dentro de la convocatoria de Captación de talento (Número de contrato: LCF/PR/PR13/51080004).</span></em></p>Incrementar el número de especies de las masas forestales y potenciar su crecimiento allí donde sucede de forma natural contribuye a aumentar la resiliencia de los bosques ante alteraciones ambientales.Javier Rodríguez Pérez, Postdoctoral research fellow, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1490502020-11-11T20:20:11Z2020-11-11T20:20:11ZLas consecuencias ambientales de una transición energética desordenada y con prisa<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/368686/original/file-20201110-13-5tk67j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C26%2C5991%2C3961&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Vial de acceso a un parque eólico en el norte de España.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/day-summer-on-oldest-camino-de-726377554">Shutterstock / Martin Schuetz</a></span></figcaption></figure><p>Es más que probable que haya leído antes, muchas veces, que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera son muy altos. Podría ser incluso que haya visto los datos en Internet, actualizados casi a tiempo real. En caso contrario, puede acceder a esos datos, <a href="https://www.esrl.noaa.gov/gmd/ccgg/trends/gl_trend.html">procedentes de una red de sensores bien mantenidos y controlados</a>. </p>
<p>Ese incremento de CO₂ prosigue acompañado por incrementos en otros gases de efecto invernadero; aquellos que impiden que el calor se disipe al exterior de la atmósfera terrestre. Algunos de esos gases son el metano (CH₄), retenido en los suelos de las latitudes altas <a href="https://www.researchgate.net/profile/F_Stuart_Chapin_Iii/publication/252146189_Permafrost_and_the_Global_Carbon_Budget/links/53d97cb70cf2a19eee87e225/Permafrost-and-the-Global-Carbon-Budget.pdf">siempre y cuando permanezcan congelados</a>, y varios <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%93xidos_de_nitr%C3%B3geno">óxidos de nitrógeno</a>.</p>
<p>Cierto es que cualquier afirmación acerca de “niveles muy altos”, o bajos, debería ir acompañada de una referencia objetiva. En el caso del CO₂ atmosférico la ciencia la proporciona: <a href="https://www.scientificamerican.com/article/co2-levels-for-february-eclipsed-prehistoric-highs/">ningún humano ha respirado anteriormente concentraciones de dióxido de carbono como las actuales</a>. No han existido desde hace millones de años, desde el Oligoceno. Y eso preocupa, mucho, porque la temperatura del planeta guarda una <a href="https://earthobservatory.nasa.gov/ContentFeature/CarbonCycle/images/epica_CO2_temperature.png">relación estrecha con la cantidad de CO₂</a> en la atmósfera, y está <a href="https://xkcd.com/1732/">aumentando rápidamente</a>. </p>
<p>En esencia, afrontamos grandes cambios en el clima de la Tierra, con consecuencias difíciles de predecir. Ni siquiera podemos esperar cambios similares para las <a href="https://www.eea.europa.eu/publications/climate-change-impacts-and-vulnerability-2016/key-findings">distintas zonas de la península ibérica</a>. Es comprensible, por tanto, que términos como <a href="https://theconversation.com/son-realistas-los-objetivos-de-descarbonizacion-de-la-economia-europea-147699"><em>descarbonización</em></a> sean imprescindibles, omnipresentes. Y también que las estrategias energéticas prescindan del uso masivo de combustibles fósiles, protagonistas de la disrupción climática.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1202909390367526912"}"></div></p>
<h2>Las sombras de la descarbonización</h2>
<p>La disrupción climática que la descarbonización pretende abordar es un fenómeno complejo, derivado de la conjunción de <a href="https://population.un.org/wpp/Graphs/DemographicProfiles/Line/900">7 800 millones de humanos</a> sobre el planeta, y de un <a href="https://science.sciencemag.org/content/344/6188/1114">consumo de recursos desproporcionado</a> en buena parte del mismo. </p>
<p>Supongo que ante la emergencia es tentador ofrecer certezas, y soluciones expeditivas; simples. Entran entonces en escena términos aparentemente definitivos, como “energías renovables”, “sostenibilidad”, etc. Pero los problemas complejos, por definición, no suelen tener soluciones obvias. Los <em>héroes en blanco y negro</em>, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=uNj6oXxeKWM">que cantaba Johnny Cash</a>, no están disponibles.</p>
<p>Los procesos extractivos tienen un impacto, de una naturaleza u otra. Extraer energía, extraer minerales, extraer vegetación, deja detrás cuando menos el hueco de dicha extracción. Los gestores de política energética en España parecen decididos a sustituir la energía extraída de combustibles fósiles por aquella extraída de energías renovables. De eso trata el <a href="https://www.miteco.gob.es/es/cambio-climatico/participacion-publica/eae-pniec.aspx">Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030</a>. </p>
<p>Esa estrategia futura parece incluir el desarrollo masivo de proyectos de parques eólicos. La implantación de estaciones de producción de energía a partir del viento también implica impactos, dignos de conocer en detalle, y de evaluar y ponderar a la hora de tomar decisiones. Especialmente si los proyectos se cuentan por decenas o incluso cientos, y afectarán a porciones sustanciales del territorio.</p>
<h2>Impacto ambiental de los parques eólicos</h2>
<p>Los parques eólicos tienen un impacto intuitivo sobre el paisaje. Uso como ejemplo las proporciones de un proyecto que me pilla geográficamente cerca: será un parque eólico a 800 metros sobre el nivel del mar, con aerogeneradores de 126 metros de alto, y cuyas aspas tendrán un diámetro de 147 m. Ese parque eólico será visible desde al menos 10 km en las cuatro direcciones cardinales. Aquellos situados en zonas más altas de sierras y cordales serán más visibles. </p>
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<figcaption><span class="caption">Parques eólicos en el noroeste de España.</span></figcaption>
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<p>Si tenemos en cuenta que en España hay actualmente unos <a href="https://www.aeeolica.org/sobre-la-eolica/la-eolica-espana/mapa-de-parques-eolicos">1 000 parques eólicos</a>, añadir una cantidad notable de nuevas infraestructuras dejará pocos paisajes sin impacto eólico visual. Eso es cambio en el paisaje. A algunos esos cambios <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1080/10398560701701288">nos provocarán desazón, tristeza; solastalgia</a>. Soy consciente, no obstante, de que el cambio provocado en lo emocional es subjetivo, y de interpretación lábil. </p>
<p>No es subjetivo ni trivial el impacto biofísico sobre el territorio, del cual el paisaje es la foto fija. Si bien la producción de electricidad a partir del viento es más limpia y renovable que la quema de combustibles fósiles, su instalación no lo es tanto. Conlleva, además de las obvias turbinas eólicas, la apertura y uso de viales de mantenimiento. Conlleva, además, colocar y mantener líneas de evacuación que conecten con la red eléctrica, entre otras infraestructuras subsidiarias. </p>
<p>La apertura de viales en el territorio es una de las principales <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev.ecolsys.29.1.207">vías de erosión y pérdida de suelo</a>, e implica una penetración desproporcionada del <a href="https://science.sciencemag.org/content/354/6318/1423">impacto humano sobre la fauna y flora</a>. Implica también agravar la fragmentación de los ecosistemas, uno de los grandes <a href="https://conbio.org/images/content_publications/Chapter4.pdf">motores de la crisis de biodiversidad</a>.</p>
<p>Tampoco es subjetivo ni despreciable el impacto de impedir el crecimiento de la vegetación en el entorno de parques eólicos. Al menos en el noroeste de España, los proyectos de nuevos parques eólicos apuntan a zonas previamente deforestadas; ya sea por la explotación forestal, ganadera, los incendios repetidos, o cualquier combinación de las mismas. Van a parar, por tanto, a zonas donde la explotación humana ha limitado históricamente el crecimiento de la vegetación o, lo que es lo mismo, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Fotos%C3%ADntesis">la acumulación de carbono atmosférico en tejidos vivos</a>. </p>
<p>Esas zonas siguen siendo capaces de albergar vegetación leñosa. Siguen teniendo potencial de captura y secuestro de carbono, del exceso de CO₂ con el que arrancaba este texto. Y siguen, por tanto, siendo <a href="https://www.eea.europa.eu/highlights/eight-facts-about-europe2019s-forest-ecosystems">capaces de proporcionarnos beneficios</a>.</p>
<h2>Efectos en aves, mamíferos e insectos</h2>
<p>Sin ser mi especialidad, no creo equivocarme al asumir que la localización de los parques eólicos busca exprimir los conductos habituales de viento. La idea no es nueva en la naturaleza. Los corredores eólicos son utilizados por aves, mamíferos e insectos desde que existen animales voladores, e impulsos migratorios. Por eso la colocación de grandes turbinas en los caminos del viento impacta de lleno con el <a href="https://doi.org/10.1016/j.biocon.2014.08.017">hábitat gaseoso y tridimensional de numerosas especies</a>. </p>
<p>Ese impacto además es conocido; está siendo bien estudiado. En casos de especies escasas, de reproducción lenta, la explotación humana del viento <a href="https://doi.org/10.1016/j.biocon.2017.02.023">compromete su viabilidad futura</a>.</p>
<p>Y sin embargo el impacto de los parque eólicos no se limita a la especies raras. No se limita a aquellas especies que, como apenas vemos, <a href="https://www.ted.com/talks/daniel_pauly_the_ocean_s_shifting_baseline?utm_campaign=tedspread&utm_medium=referral&utm_source=tedcomshare">no echaremos de menos cuando falten del todo</a>. Se extiende a las especies comunes.</p>
<p>La atención prestada al impacto de las actividades humanas sobre las especies comunes ha sido menor; quizás porque hemos asumido seguridad en los grandes números. No obstante, dichas especies mueven la mayor parte <a href="https://science.sciencemag.org/content/327/5962/154">del tránsito de materia y energía</a> en los ecosistemas. Y ese tránsito incluye procesos de los que sacamos partido directo. Por ejemplo la polinización. </p>
<p>En ese sentido conviene considerar cuidadosamente las estimas de mortalidad de vertebrados en parques eólicos. Podrían suponer en un país como España varios cientos de miles de <a href="https://academic.oup.com/condor/article/118/2/411/5153228">aves</a> y <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10344-015-0903-y">murciélagos</a> al año. O incluso un aspecto poco apreciado pero no menos importante: ¿qué impacto tienen los parques eólicos sobre las poblaciones de insectos voladores, animales clave para sostener el funcionamiento de los ecosistemas? </p>
<p>Cuando menos, sabemos que en ocasiones las colisiones de insectos con las turbinas llegan a <a href="https://www.nature.com/articles/35083698">condicionar el rendimiento de estas</a>; cabe esperar que los insectos salgan peor parados. Algunos estudios empiezan a <a href="https://www.dlr.de/content/en/articles/news/2019/01/20190326_dlr-studies-interactions-flying-insects-wind-farms.html">estimar ese impacto</a>, que merece evaluación e investigación.</p>
<h2>Renovables, pero de forma controlada</h2>
<p>La combinación de emergencia climática y demanda energética invita a considerar múltiples perspectivas, cada una cercana a sus respectivos especialistas. </p>
<p>Este artículo destaca algunos aspectos bien documentados, manejados frecuentemente en mi campo de trabajo; aporta <a href="https://archive.org/details/artofscientifici00beve">por tanto una perspectiva parcial</a>. </p>
<p>A partir de ahí, opino: echo en falta en el discurso público una perspectiva general, balanceada a partir de las especializadas. No parece razonable que la urgencia, justificada por el abandono de los combustibles fósiles, nos arrebate un plan de trabajo riguroso para las renovables. No parece justificada la aprobación masiva de proyectos, sin ordenación previa, sin evaluación ambiental rigurosa. </p>
<p>Cuánta energía hace falta. Cuánta podemos recuperar a través de procesos más eficientes. Qué proyectos son realmente sostenibles; dónde causarán el menor impacto posible. Sin un planteamiento general que aborde al menos esas consideraciones, parecería que lo que viene es menos transición, y más especulación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/149050/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mario Quevedo de Anta no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La urgencia en la implantación de energías renovables puede llevar a la aprobación masiva de proyectos sin una valoración adecuada de sus impactos en el paisaje, los ecosistemas y las especies.Mario Quevedo de Anta, Profesor Titular de Ecología, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1453352020-09-06T19:22:12Z2020-09-06T19:22:12ZUn mundo, una salud<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/356594/original/file-20200904-24-18pepob.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4059%2C2133&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/little-toddler-girl-caresses-kisses-pig-558988747">Shutterstock / HQuality</a></span></figcaption></figure><p>Con la pandemia de COVID-19, la población ha tomado conciencia de la relación que existe entre la presencia de determinados microorganismos en animales y la aparición de enfermedades en humanos. Pero esta relación no se limita a los coronavirus. </p>
<p>Ya en 2006, un grupo de científicos –medicos y veterinarios– puso en marcha la iniciativa <a href="https://onehealthinitiative.com/"><em>One Health</em> (“Una Sola Salud”)</a>. Su idea era ni más ni menos que impulsar un enfoque interdisciplinar en el cuidado de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente, entendiendo que todas están ligadas entre sí.</p>
<h2>Fiebre del Nilo occidental en Andalucía y fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en Valladolid</h2>
<p>Este año 2020, además de la pandemia de COVID-19, ha habido un importante brote de <a href="https://theconversation.com/caballos-y-mosquitos-el-virus-del-valle-del-guadalquivir-144427">Fiebre del Nilo</a> occidental en Andalucía. La enfermedad afecta fundamentalmente a los caballos, con gravedad variable. Pero también es transmitida por algunos mosquitos a los seres humanos, pudiendo causar desde una enfermedad casi asintomática a una enfermedad severa e incluso mortal. </p>
<p>Que haya surgido aparentemente “de la nada” se explica, sobre todo, por las aves migratorias que son portadoras de este virus. De hecho, estas aves son responsables de que desde hace años esta enfermedad se haya ido extendiendo por el mundo, llegando a zonas muy distantes de su foco original.</p>
<p>Para colmo, hace unas semanas se anunciaba que varias personas en España estaban afectadas por la <a href="https://theconversation.com/el-virus-de-la-fiebre-hemorragica-de-crimea-congo-reaparece-en-espana-144482">Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo</a>. Algo que se viene repitiendo desde hace ya varios veranos. Esta enfermedad se transmite fundamentalmente por una especie de garrapata, y ha pasado de ser casi exclusivamente detectada en África Central, a extenderse por el centro y el sur de Europa. Garrapatas, aves, caballos, humanos, mosquitos… Todo conectado.</p>
<p>En ambos casos, como en la COVID-19, se trata de <a href="https://theconversation.com/murcielagos-y-pangolines-el-coronavirus-es-una-zoonosis-no-un-producto-de-laboratorio-135753">zoonosis (o enfermedades zoonóticas)</a>, que es como se denomina a aquellas que los humanos adquirimos a partir de animales. Pueden ser transmitidas por insectos, o a través del contacto con los animales que portan el microorganismo y que pueden estar enfermos o ser asintomáticos.</p>
<p>También existen zoonosis inversas: enfermedades transmitidas desde los humanos a los animales. Que, ojo, también son importantes. Es más, en este momento, se trabaja en protocolos para prevenir la <a href="http://www.iucn-whsg.org/sites/default/files/WHSG%20and%20OIE%20COVID-19%20Guidelines%2025%20Aug%202020.pdf">transmisión de la COVID-19 a la fauna salvaje</a> por contagio desde sus cuidadores o investigadores.</p>
<h2>¿Por qué han empezado a aparecer estas enfermedades en zonas donde antes no se detectaban?</h2>
<p>Una primera razón es la mayor movilidad humana y animal (mascotas, ganado), que hacen que los microorganismos puedan viajar de una punta a otra del planeta en cuestión de horas. </p>
<p>Pero también influyen las <a href="https://theconversation.com/asi-influyen-los-cambios-medioambientales-en-la-aparicion-de-nuevas-enfermedades-131778">alteraciones que se están produciendo en los ecosistemas</a>, muchas de ellas debidas a la acción humana. La “salud medioambiental” se resiente, cambia el clima, y los insectos que antes no podían vivir a las bajas temperaturas europeas, ahora se multiplican sin problemas. Además de ésto, el cambio climático ha hecho que cambien las rutas migratorias de las aves, dispersando los microorganismos que portan hacia nuevos territorios. </p>
<p>Otro elemento a tener presente es la urbanización de determinadas zonas remotas, unida a la construcción de carreteras y otras infraestructuras. Esto hace que tengamos contacto directo o indirecto con animales que normalmente estaban en ecosistemas aislados del ser humano. Este tipo de actividades ha llevado a la aparición de enfermedades como las causadas por algunos arenavirus o por el <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1002/path.4444">virus Nipah</a>.</p>
<p>La <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10980-020-00995-w">deforestación</a> también nos sale cara. Al fin y al cabo, pone a los humanos y a los animales domésticos en contacto con murciélagos, roedores y otras especies animales. Y eso implica relacionarnos con nuevos microorganismos, desconocidos para nuestro sistema inmune. </p>
<h2>La iniciativa “One Health”, “Una sola salud”.</h2>
<p>En este contexto, la iniciativa <em>One Health</em> -Una sola salud- hace hincapié en que la salud humana, la de los animales y la “salud” del medio ambiente deben considerarse como un todo. Lo que ocurre en cada una de las partes repercute en las demás. </p>
<p>Los veterinarios lo tienen reflejado en el lema que figura en su escudo: <em>Hygia pecoris, salus populi</em> (La higiene del ganado es la salud del pueblo). Esta frase indica la importancia de la higiene del ganado en la salud de las personas.</p>
<p>Volviendo a la pandemia de COVID-19, por un lado, el virus tiene su origen en un animal (lo que conecta la salud humana con la salud animal). Pero la pandemia ha provocado un incremento exponencial en el uso de guantes, mascarillas, productos desechables etc., lo que repercute directamente en el medio ambiente. </p>
<p>Otro campo en el que también es importante el concepto de “Una sola salud” es el de la resistencia a antibióticos. El uso <a href="https://www.who.int/news-room/detail/07-11-2017-stop-using-antibiotics-in-healthy-animals-to-prevent-the-spread-of-antibiotic-resistance">excesivo de antibióticos en veterinaria</a>, tanto para mascotas como para animales de producción, provoca la selección de bacterias resistentes, que pueden transmitirse a los humanos y causar infecciones muy difíciles de tratar. Sin obviar que abusar de los antibióticos repercute en la salud animal.</p>
<p>Muchos de los residuos de antibióticos no son eliminados adecuadamente, contaminan los suministros de agua y provocan la aparición de bacterias resistentes en la fauna salvaje. Se han detectado microorganismos resistentes a múltiples antibióticos en animales de zonas tan aisladas como la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0048969718341688?via%3Dihub">Antártida</a>.</p>
<p>Parece evidente que debemos comprender y asumir que <a href="https://www.oie.int/en/for-the-media/onehealth/">nuestra salud y la de los animales</a> <a href="https://theconversation.com/las-mascotas-son-victimas-del-coronavirus-pero-no-lo-contagian-136119">(domésticos</a> y salvajes) son interdependientes y están unidas a la salud de los ecosistemas en los que vivimos. Solo tenemos un mundo y una única salud: la de todo el planeta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/145335/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Teresa Tejedor Junco no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Con la pandemia de COVID-19, la población ha tomado conciencia de la relación que existe entre la presencia de determinados microorganismos en animales y la aparición de enfermedades en humanos.María Teresa Tejedor Junco, Profesora Titular de Microbiología, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1399452020-06-23T20:19:25Z2020-06-23T20:19:25Z¿Cuánto vale un parque?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/341802/original/file-20200615-65942-152odae.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5675%2C3429&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid, España.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/crystal-palace-palacio-de-cristal-located-401715076">Wikimedia Commons / LucVi</a></span></figcaption></figure><p>Para el sector inmobiliario y los responsables del urbanismo municipal el valor de un parque sería el precio tasado del valor catastral de su superficie. En muchos casos, para los vecinos del entorno no deja de ser una carga negativa, al tratarse de un lugar de concentración juvenil generador de contaminación acústica y de inseguridad. Para los colectivos con más sensibilidad ecológica su valor sería incalculable.</p>
<p>Pero ¿podríamos valorizar un parque?</p>
<p>A pesar de que aún existen muchas reticencias, es factible proporcionar un valor económico a los servicios ambientales que la Naturaleza nos aporta. Hablamos de valor y no de precio, que como sentenciaba Quevedo y remachaba Machado, es de necios confundir ambos conceptos. </p>
<p>La valorización de los servicios ecosistémicos se hace cada vez más necesaria para poder llevar a cabo una contabilidad ambiental que nos sirva para evaluar su conservación, su mantenimiento o su adaptación. Una valorización en donde se requiere hacer un esfuerzo especial para cuantificar aquellos considerados hasta ahora como bienes intangibles, homologándolos mediante referencias en precios de mercado. </p>
<p>¿Cuánto vale contemplar un paisaje o el mar? Por ejemplo, en las promociones inmobiliarias, disponer de vista a paisajes naturales, al mar o a un parque supone un <a href="https://www.pisos.com/aldia/ranking-de-los-10-elementos-que-mas-encarecen-el-precio-de-una-vivienda/1623408/">incremento de valor añadido</a> de hasta un 10% de media del valor de la vivienda.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/340140/original/file-20200605-176560-1rb64lt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C2%2C1564%2C1156&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/340140/original/file-20200605-176560-1rb64lt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/340140/original/file-20200605-176560-1rb64lt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/340140/original/file-20200605-176560-1rb64lt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/340140/original/file-20200605-176560-1rb64lt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/340140/original/file-20200605-176560-1rb64lt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/340140/original/file-20200605-176560-1rb64lt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Gorsedd Garden, Cardiff. Los parques aportan a la ciudad servicios ecosistémicos culturales, de apoyo y de aprovisionamiento.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Borja Salvo</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Qué son los servicios ecosistémicos</h2>
<p>La <a href="https://digital.cic.gba.gob.ar/bitstream/handle/11746/652/11746_652.pdf?sequence=8&isAllowed=y">historia de los parques</a> es el reconocimiento de la evolución del concepto de servicios ecosistémicos. En las primeras ciudades surgidas en Mesopotamia, el engalanamiento vegetal de edificios institucionales era un <a href="http://www.sedhc.es/biblioteca/actas/Aju%20107%20Toribio.pdf">emblema del poder</a>.</p>
<p>El progresivo paso del ser humano de rural a urbanita condujo a la creación de un ecosistema artificial dominado por la especie humana, con un alto consumo de materiales y de producción de desechos y con un escenario ambiental urbano cada vez más preocupante. </p>
<p>Muchas de estas protociudades desaparecieron, más que por asedios y saqueos bélicos, por el agotamiento de recursos naturales y la insalubridad que propiciaba <a href="https://historia.nationalgeographic.com.es/a/grandes-pandemias-historia_15178">pertinaces pandemias</a>).</p>
<p>La ciudad romana de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Baelo_Claudia">Baelo Claudia</a> (provincia de Cádiz) es un buen ejemplo de como la conjunción de la sobreexplotación de bosques y acuíferos, junto con catástrofes naturales, como un tsunami, y las enfermedades derivadas de sus efectos llevaron, tras un período de esplendor por su comercio de salsa <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Garo_(salsa)">garum</a> con Roma, a su <a href="https://repositorio.iaph.es/bitstream/11532/328244/3/CDE_PR_INV_ALIANZAS_CULTURA200%200_LABORATORIO_PRELIMINAR_BAELO.pdf">despoblamiento</a>.</p>
<p>En el medievo se promocionaban las urbes con el eslogan de que <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=595366">“el aire de las ciudades hace libre a las gentes”</a>. Aquel aire, cada vez más enrarecido por la contaminación de la actividad humana, favoreció el reconocimiento de un nuevo servicio ecosistémico. La aristocracia poderosa se valió entonces de grandes extensiones ajardinadas en donde la vista no alcanzaba sus límites perimetrales, siempre con un cerramiento para evitar el contagio con el vulgo. Surge así la noción del Parque.</p>
<h2>Del parque privado al interés general</h2>
<p>Las ciudades seguían creciendo como centros de nuevas oportunidades y de actividades económicas y administrativas. Carentes de planificación, estos ecosistemas urbanos eran desiertos culturales. El cuadro de tensión urbana obligó a planes de salubridad que incorporaban la creación de parques en las afueras de las ciudades para el esparcimiento de la población. </p>
<p>El caso más paradigmático de la capacidad atractora de los parques es sin duda Central Park de Nueva York, que si bien en origen se situaba en el extrarradio, se erigió progresivamente en núcleo de la ciudad gracias a los servicios ecosistémicos que proporcionaba. Los nuevos paradigmas incorporados con la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Carta_de_Atenas">Carta de Atenas</a>, de ciudades de sol y verdor, comenzaron a tener su reflejo en los primeros planeamientos urbanísticos de extensos nuevos suelos urbanizables.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/341800/original/file-20200615-65934-oow5lk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/341800/original/file-20200615-65934-oow5lk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/341800/original/file-20200615-65934-oow5lk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=235&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/341800/original/file-20200615-65934-oow5lk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=235&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/341800/original/file-20200615-65934-oow5lk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=235&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/341800/original/file-20200615-65934-oow5lk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=296&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/341800/original/file-20200615-65934-oow5lk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=296&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/341800/original/file-20200615-65934-oow5lk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=296&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Mapa de Central Park, New York City, de 1875.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Central_Park_1875_Restored.png">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Los parques en los desarrollos urbanísticos actuales</h2>
<p>La mecánica administrativa, los intereses del mercado inmobiliario y la escasa y poco formada participación pública ha introducido “sistemas de áreas libres” sin más criterio que la obligación legal de hacerlo con minúsculos costes de producción. </p>
<p>El resultado final ha sido amplias extensiones de praderas verdes, o en el peor de los casos de áreas libres de materiales de alta dureza. En ambas alternativas la contabilidad ambiental se salda negativamente ya que los costes de mantenimiento están muy por encima del valor generado por los servicios ecosistémicos. </p>
<p>Así, en el primer caso, el coste de producción y mantenimiento de un metro cuadrado de césped natural se estima en 4,22€ anuales, mientras que los servicios ecosistémicos de ese mismo tepe de césped tendrían un valor de 0,97€/m2/año (secuestro de carbono, albedo, uso y disfrute, etc.). En consecuencia el saldo ambiental final sería negativo desde un punto de vista ecosistémico (3,25€/m2 /año). </p>
<p>En el supuesto de una superficie dura (hormigón, cemento, asfalto) la proporción se reduce considerablemente: el único elemento positivo a sumar sería el uso y disfrute, al que habría que restar el menor confort ambiental en algunos momentos del año, por el aumento de la temperatura sobre la misma.</p>
<h2>Parques para el futuro</h2>
<p>Nos enfrentamos a una crisis climática sin precedentes, que sufriremos muy especialmente las ciudades mediterráneas. La litoralización de la población y la intensa actividad humana en el interior de las urbes, en especial debido a un modo de movilidad insostenible, está generando además de un topoclima especial, la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Isla_de_calor">Isla de Calor Urbano</a>.</p>
<p>Los efectos de este incremento de temperatura, respecto al medio natural circundante, afectan a la salud humana debido al aumento de la duración de las olas de calor o de noches tropicales y ecuatoriales. Estas inciden especialmente en el aparato respiratorio, debido a la agitación de partículas en suspensión, a la emisión de gases contaminantes y ozono troposférico. </p>
<p>Paralelamente, cabe prever un aumento de <a href="https://www.ambientum.com/ambientum/cambio-climatico/cambio-climatico-causa-el-90-de-los-desastres-naturales.asp">catástrofes naturales</a> y un incremento de especies exóticas invasoras, dando paso a <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cambio-clim%C3%A1tico-y-salud">nuevas enfermedades</a>.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/341801/original/file-20200615-65921-dyqng0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/341801/original/file-20200615-65921-dyqng0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/341801/original/file-20200615-65921-dyqng0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/341801/original/file-20200615-65921-dyqng0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/341801/original/file-20200615-65921-dyqng0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/341801/original/file-20200615-65921-dyqng0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/341801/original/file-20200615-65921-dyqng0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/341801/original/file-20200615-65921-dyqng0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Jardín vertical de 24 metros de altura y 460 metros cuadrados, en la Caixa Forum de Madrid, obra del botánico Patrick Blanc.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:CaixaMadridJardinVertical1.jpg">Wikimedia Commons / Javier Martín</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>La terapia, los parques</h2>
<p>El cada vez mayor conocimiento de los servicios ambientales que aportan los vegetales al ya principal hábitat humano ha llevado al desarrollo e implementación de estrategias de adaptación y mitigación ante esta crisis. Las medidas de <a href="https://ecoosfera.com/2014/09/con-estos-sencillos-pasos-consigue-un-descuento-en-el-pago-del-predial-con-una-azotea-verde/">naturación</a> o verdificación de las ciudades prosperan con más frecuencia. Buen ejemplo de ello son las <a href="http://www.v-ter.com/vivers-ter/novedades/noticias-2016/227-paris-fija-100-hectareas-techos-verdes-paredes-2020.html">Soluciones basadas en la Naturaleza</a>, como las fachadas y cubiertas vegetales, los corredores ecológicos que conectan las centralidad urbana con el medio natural o las potentes infraestructuras verdes como los grandes cinturones <a href="https://es.qwe.wiki/wiki/European_Green_Belt">europeos</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Gran_muralla_verde_(China)">asiáticos</a>.</p>
<p>El problema de esta terapia reside en la monolítica planificación urbanística. No son avales esperanzadores para un futuro mejor Ni los intereses del mercado inmobiliario, ni el de los políticos (que para atajar el sistémico problema del desempleo incentivan del sector de la construcción), ni la sensibilidad ciudadana que, pese a reconocer la crisis climática, aún deposita su esperanza en una rápida respuesta de la ciencia y la tecnología.</p>
<p>Aún no hay conciencia de que el mejor futuro para la ciudad y la ciudadanía reside en los parques.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/139945/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Los espacios verdes no han sido verdaderas prioridades de la planificación urbana. Pero el futuro de crisis climática y probables pandemias hace que sean aún más necesarios.Ángel Enrique Salvo Tierra, Profesor de Botánica y Planificación y Ordenación Territorial, Universidad de MálagaAntonio Flores Moya, Catedrático de Botánica, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1248292019-10-22T21:00:26Z2019-10-22T21:00:26ZGran Bellotada Ibérica: ¿buena voluntad o criterio científico?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/297860/original/file-20191021-56242-1epsl53.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=169%2C0%2C2086%2C1181&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Localización de las iniciativas populares de la campaña de reforestación La Gran Bellotada Ibérica.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?mid=1Km577o1uXN14n-gcDlL5OqoI36Prr3YO&ll=39.830503803528536%2C-3.0184649588113643&z=5">La Gran Bellotada Ibérica / Google Maps</a></span></figcaption></figure><p>Durante “Una noche en la Opera”, Groucho Marx está pidiendo a un camarero distintos productos para comer, terminando cada petición con un “y también dos huevos duros” a petición de su público. El absurdo que inspira dicha escena es similar al que nos recorre a muchos profesionales (científicos y divulgadores), dedicados al mundo de la restauración de ecosistemas, con iniciativas como ‘<a href="http://lagranbellotadaiberica.org/">La gran bellotada ibérica</a>’, que quiere plantar 25 000 000 de bellotas por toda la Península Ibérica. ¿Volveremos a ver ardillas viajando de Pirineos a Tarifa sin tocar el suelo? </p>
<p><a href="https://www.millenniumassessment.org/es/About.html">En los últimos 50 años</a> en España, el 45 % de los servicios ecosistémicos evaluados se han degradado o se usan de forma insostenible. Es evidente que se necesita reformular el uso de los espacios naturales y hacer un esfuerzo en la restauración de nuestros ecosistemas y sus <a href="https://www.restauraciondeecosistemas.com/que-son-los-servicios-ecosistemicos/">servicios o funciones</a>. Debido a ello, y siguiendo los informes de <a href="https://eur-lex.europa.eu/resource.html?uri=cellar:d41348f2-01d5-4abe-b817-4c73e6f1b2df.0008.05/DOC_1&format=PDF">Comunicación de la Comisión Europea</a>, se incorpora el concepto de Infraestructura Verde al <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2015-10142">ordenamiento jurídico español</a> y se elabora una <a href="https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/ecosistemas-y-conectividad/basescientifico-tecnicaseeivcre_tcm30-479558.pdf">Estrategia Estatal de Infraestructura Verde, y de la Conectividad y Restauración Ecológicas</a> con las bases para asegurar, entre otras, la conectividad entre espacios naturales y la restauración de ecosistemas degradados. </p>
<p>El reto que se plantea en la actualidad es dar respuesta a un problema ambiental de manera rápida, coordinada y con bases científicas y técnicas sólidas. Hemos perdido mucho tiempo discutiendo como abordar las <a href="https://theconversation.com/un-pacto-por-el-cambio-climatico-utopia-o-posibilidad-124659">consecuencias del cambio climático y las acciones para mitigarlo de manera global</a>, por lo que urgen respuestas locales efectivas. Si no es así, llegarán otros a darlas, quizá con buena intención, pero sin las necesarias bases científicas y técnicas. También se hace necesaria la evaluación de la efectividad y eficacia de estas medidas en el tiempo.</p>
<h2>Deconstruyendo mitos</h2>
<p>El primer paso para un avance social en gestión del medio natural sería desmontar los grandes mitos adquiridos y heredados en el tiempo, como la definición de calidad de paisaje que contempla vastos espacios con densa y alta vegetación, aguas cristalinas y picos poblados con grandes mamíferos. Esta visión tiene relación con conceptos clásicos de ecología o estándares de calidad de paisaje, donde el súmmum es una <a href="https://www.globalbioclimatics.org/book/claves4.htm">vegetación climácica</a> dominada por grandes árboles (robles, hayas y arbustos típicos de cada zona).</p>
<p>Se han realizado innumerables actuaciones en materia de restauración hidrológico-forestal en toda la Península Ibérica desde finales del siglo XIX, incluyendo repoblaciones (pinares) cuya gestión, en general, es insuficiente. Es necesario aprender de estas experiencias, tanto si se hicieron bien como si se cometieron errores (en sentido amplio), evitando la discriminación en “especies buenas y malas”. Tenemos un gran conocimiento de nuestro territorio, de las debilidades (vulnerabilidad) y de la capacidad de recuperación natural del ecosistema tras una perturbación (resiliencia), que debe ser implementado en la gestión de nuestro territorio. </p>
<p>Es fácil encontrar en nuestra sociedad otros mitos y bulos que se repiten a lo largo del tiempo. Así, la historia de que el geógrafo griego Estrabón –al que se le atribuye decir que una ardilla cruzaba España “de árbole en árbole”– define la Península Ibérica como un territorio frondoso cubierto de bosque primigenio virgen es uno de los que más arraigo tienen. </p>
<p>Pero no, en su <a href="https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/estrabon_8190/2#anclaTexto">publicación</a> no hace referencia a ninguna ardilla, es más, la describe como una tierra de topografía áspera y difícil con montañas, bosques y llanuras de suelo pobre. </p>
<p>De hecho, nuestros ecosistemas, debido a su evolución, han desarrollado adaptaciones a <a href="https://www.cambridge.org/core/books/fire-in-mediterranean-ecosystems/9A9EFE91B8240330BA457BB05EF8AA6C">incendios, sequías y otras perturbaciones</a>) que los hace resilientes. Sin embargo, el uso y gestión histórica del territorio provoca que muchos se encuentren actualmente muy degradados. </p>
<p>Esta dinámica de nuestros territorios y paisajes nos llevan a concluir, tanto ambiental como moralmente, que no se puede llenar la Península Ibérica de árboles. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/297858/original/file-20191021-56207-zw41q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/297858/original/file-20191021-56207-zw41q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/297858/original/file-20191021-56207-zw41q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/297858/original/file-20191021-56207-zw41q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/297858/original/file-20191021-56207-zw41q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/297858/original/file-20191021-56207-zw41q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/297858/original/file-20191021-56207-zw41q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/297858/original/file-20191021-56207-zw41q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Parque natural de Las Tablas de Daimiel, Ciudad Real.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/guadiana-river-natural-park-las-tablas-39982237">Pakmor / Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En la diversidad de ecosistemas ibéricos encontramos muchos valiosos, pero no arbolados, como los de zonas gipsícolas en ambiente semiárido en el Sudeste y centro, los brezales atlánticos y mediterráneos, amplios herbazales de zonas húmedas como Doñana o Las Tablas de Daimiel. Estas comunidades vegetales no arboladas son dignas de mantener, conservar y mejorar, como se está haciendo en muchos casos mediante su inclusión como <a href="https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/espacios-protegidos/red-natura-2000/rn_tip_hab_esp_tipos_habitat_IC.aspx">Espacios Naturales Protegidos</a>. Además, nos proporcionan biodiversidad y servicios ecosistémicos que se verían degradados al introducir especies no adaptadas a estas zonas, como sería el caso de arbolar o cambiar este tipo de vegetación. </p>
<p>Sin embargo, la superficie forestal arbolada en España ha aumentado un 30% en los últimos 25 años, pero el abandono y la falta de gestión sostenible genera problemas de vulnerabilidad <a href="https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-falta-de-gestion-forestal-acelera-la-sustitucion-de-pinos-por-encinas">al cambio climático de nuestros ecosistemas</a>. </p>
<p>Por tanto, plantar árboles donde sea y como sea es una falacia, que no tiene por qué ser cierta, y debe ser conocido por nuestra sociedad. Un buen punto de partida para conseguir los objetivos propuestos sería empezar a gestionar de manera correcta las masas arboladas existentes, en lugar de pensar en plantar nuevos en toda zona desarbolada. </p>
<h2><em>La gran bellotada</em></h2>
<p>Ante la falta de recursos profesionales en restauración de ecosistemas se alzan movimientos ciudadanos llenos de buena voluntad, cuya finalidad es mejorar nuestro medio ambiente, pero con poco criterio técnico para gestión y coordinación de estas acciones. </p>
<p>No es nueva la aparición de propuestas o proclamas para forestar áreas incendiadas o “limpiar” ríos y montes, pero una mala base científica puede llevar a la consecución de objetivos opuestos a los propuestos, especialmente en áreas donde otro tipo de vegetación es la ideal. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/297856/original/file-20191021-56242-1evihm8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/297856/original/file-20191021-56242-1evihm8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/297856/original/file-20191021-56242-1evihm8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/297856/original/file-20191021-56242-1evihm8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/297856/original/file-20191021-56242-1evihm8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/297856/original/file-20191021-56242-1evihm8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=366&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/297856/original/file-20191021-56242-1evihm8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=366&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/297856/original/file-20191021-56242-1evihm8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=366&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Reclamo de la campaña ‘La gran bellotada ibérica’.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://lagranbellotadaiberica.org/">La Gran Bellotada</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En redes sociales se están promoviendo iniciativas de este tipo, <a href="http://lagranbellotadaiberica.org/">más árboles igual a menos cambio climático</a>, donde se propone una buena idea, ya que hace visible un problema ambiental y busca soluciones locales (plantar semillas de árboles autóctonos). Sin embargo, falla en comunicar que ni en todos sitios hacen falta árboles, ni todos los ecosistemas son arbolados. Esto puede inducir a confundir restauración con forestación (aunque ambas puedan implicar mejora de servicios ecosistémicos). </p>
<p>Creemos que la solución debe basarse en acciones coordinadas con una planificación básica y no debe predominar la opción del “porque quiero, donde quiero y como quiero”, ya que, ante esta falta de criterio científico-profesional, solo cabría añadir “y dos huevos duros”.</p>
<hr>
<p><em>Este artículo ha sido escrito con la colaboración de <a href="https://www.jmarenas.com">Juan María Arenas</a>, doctor en Ecología y Restauración de Ecosistemas, divulgador científico y director de la web <a href="https://www.restauraciondeecosistemas.com">www.restauraciondeecosistemas.com</a></em>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/124829/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La restauración de ecosistemas no tiene que basarse en tópicos. No por plantar árboles estamos ayudando a recuperar un ecosistema, puede ser hasta contraproducente.Daniel Moya Navarro, Profesor Contratado Doctor e Investigador en grupo ECOFOR, Universidad de Castilla-La ManchaJorge Antonio de las Heras, Catedrático en el departamento de Producción Vegetal y Tecnología Agraria, Universidad de Castilla-La ManchaManuel Esteban Lucas-Borja, profesor en el Departamento de Ciencia y Tecnología Agroforestal y Genética de la E.T.S.I. Agrónomos de Albacete, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1251472019-10-14T20:27:01Z2019-10-14T20:27:01ZNo podemos frenar el avance de los desiertos, pero sí la desertificación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/296857/original/file-20191014-135501-1vxwezm.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4000%2C2988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Tabernas es una geoforma, no un desierto.</span> <span class="attribution"><span class="source">Jaime Martínez</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Los recursos gráficos son un recurso esencial para la información periodística. Cuando el tema es la desertificación, suele utilizarse la imagen del llamado Desierto de Tabernas. Pero existen demasiadas inconsistencias en el uso de estos paisajes acarcavados y calcinados por el sol para retratar un problema agravado por el cambio climático.</p>
<p>Considerar que Tabernas es un desierto es una simplificación. Asumir que la desertificación se produce por la expansión de los desiertos es otra idea errónea. Si queremos plantear estrategias adecuadas para luchar contra este problema, es esencial <a href="https://editorial.csic.es/publicaciones/libros/12868/0/los-desiertos-y-la-desertificacion.html">aclarar las diferencias entre desierto y desertificación</a>.</p>
<h2>Qué es un desierto (y qué no)</h2>
<p>Tabernas es en realidad una geoforma que presenta algunos de los rasgos típicos de los desiertos. Estos últimas ocupan las regiones hiperáridas y presentan condiciones bastante más rigurosas:</p>
<ul>
<li>La precipitación anual es menor de 200 mm. Hay años en los que no llueve nada.</li>
<li>La cubierta vegetal es muy escasa o inexistente.</li>
</ul>
<p>El Sahara (17 veces la superficie de España), Atacama (hay lugares donde no ha llovido en 45 años) y El Gobi (donde la temperatura cae a -40°C en invierno y llega a los 38°C en verano) son ejemplos de verdaderos desiertos.</p>
<p>Bajo estas condiciones tan extremas, la naturaleza ha encontrado la manera de sobrevivir. Los desiertos son ecosistemas maduros con <a href="https://harmusch.wordpress.com/2015/12/07/expediciones-zoologicas-al-sahara-atlantico/">una biodiversidad sorprendente</a>. </p>
<p>Hay plantas como el mezquite, en los desiertos norteamericanos, que desarrollan un sistema radicular capaz de bombear agua a más de 50 m de profundidad. O animales que jamás beben; su única fuente de agua son los líquidos corporales de sus presas. </p>
<p>Los desiertos encierran más vida de la que pueda imaginarse a primera vista y, desde luego, no son lugares degradados, sino poco productivos dadas sus severas limitaciones hídricas.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/296863/original/file-20191014-135517-1d6p9e3.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/296863/original/file-20191014-135517-1d6p9e3.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/296863/original/file-20191014-135517-1d6p9e3.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/296863/original/file-20191014-135517-1d6p9e3.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/296863/original/file-20191014-135517-1d6p9e3.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/296863/original/file-20191014-135517-1d6p9e3.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/296863/original/file-20191014-135517-1d6p9e3.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/296863/original/file-20191014-135517-1d6p9e3.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Expediciones en busca de fauna por el Sahara atlántico.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Asociación Harmusch</span></span>
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</figure>
<h2>El problema de la desertificación</h2>
<p>Los desiertos se expanden y contraen respondiendo únicamente a cambios en la aridez. Sin embargo, la desertificación es un proceso de degradación vinculado a variaciones climáticas y (esta es la gran diferencia) a actividades humanas inadecuadas. </p>
<p>La definición dada por la <a href="https://www.un.org/es/events/desertificationday/convention.shtml">Convención de Naciones Unidas sobre Desertificación</a> restringe este problema a las zonas secas del planeta (subhúmedas secas, semiáridas y áridas).</p>
<p>El <a href="https://wad.jrc.ec.europa.eu/">Atlas Mundial de Desertificación</a> recoge información exhaustiva sobre el problema. La superficie potencialmente afectada por desertificación ocupa el 41 % de las tierras emergidas y en ella vive más del 35 % de la población. </p>
<p>Las zonas secas albergan el 40 % de la superficie agrícola y el 63 % de la ganadería extensiva. Su importancia se acentúa en los países en vías de desarrollo, donde sus recursos son clave para 1 200 millones de personas que sobreviven con menos de un dólar al día.</p>
<p>La desertificación se origina cuando el sistema natural y el económico se desacoplan. Dicho de otra manera, cuando la tasa de consumo de recursos excede a la de regeneración durante un tiempo suficiente como para rebasar ciertos umbrales. Cuando se pierde el suelo fértil de una región o se saliniza un acuífero, la marcha atrás es imposible.</p>
<h2>Ejemplos de desertificación</h2>
<p>El fenómeno bautizado como <a href="https://science.howstuffworks.com/environmental/conservation/issues/desertification.htm">Dust Bowl</a> –literalmente cuenco de polvo-, ocurrido en los años 30 en EE. UU., reúne todos los elementos para ilustrar bien el fenómeno. </p>
<p>El medio-oeste norteamericano es una región árida caracterizada por fuertes tormentas de viento. Hasta hace cien años los búfalos pastaban las verdes praderas que cubrían el suelo. La densidad de población era baja y el uso de los recursos sostenible. En poco tiempo coincidieron tres factores que cambiaron el panorama:</p>
<ul>
<li>El arado de hierro permitió atravesar con facilidad el correoso manto de hierba. </li>
<li>Las nuevas variedades de trigo estaban diseñadas para soportar los rigurosos inviernos. </li>
<li>La revolución bolchevique de 1919, que colapsó las exportaciones rusas, facilitó las condiciones de mercado para que la nueva tecnología mostrase su potencial. </li>
</ul>
<p>Entonces, miles de hectáreas de pastizales naturales se convirtieron en campos de trigo. El suelo quedó expuesto a las tormentas de viento y salió, literalmente, volando por los aires. Aún hoy los satélites recogen esas nubes de polvo viajando al Atlántico.</p>
<p>Ligeras variaciones de este esquema explican la <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Aral_Sea">desaparición del mar de Aral</a> y de los <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969717317618">espartales norteafricanos</a>. En estos casos, las políticas estatales dirigidas a convertir amplias regiones en centros productores de primer orden acabaron con la fertilidad de la tierra en pocas décadas. </p>
<p>La conversión de pastizales en tierras agrícolas en Mongolia interior, la salinización de los campos de cultivo en Sumeria o el agotamiento de acuíferos en Arabia Saudí son solo algunos ejemplos para comprobar la transversalidad temporal y geográfica del fenómeno.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/296865/original/file-20191014-135491-1py50rs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/296865/original/file-20191014-135491-1py50rs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/296865/original/file-20191014-135491-1py50rs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/296865/original/file-20191014-135491-1py50rs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/296865/original/file-20191014-135491-1py50rs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/296865/original/file-20191014-135491-1py50rs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/296865/original/file-20191014-135491-1py50rs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/296865/original/file-20191014-135491-1py50rs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Abandono de explotaciones agrarias tras el agotamiento del acuífero en Oued Mird (sur de Marruecos).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Maria E. Sanjuán</span></span>
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</figure>
<h2>La desertificación en España</h2>
<p>La desertificación no es un ave exótica que habite lugares remotos. Nuestro país, el más vulnerable de Europa, cuenta con un <a href="https://www.mapa.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/desertificacion-restauracion-forestal/lucha-contra-la-desertificacion/lch_pand_descargas.aspx">Programa de Acción Nacional contra la Desertificación</a>. En él se detallan los síndromes o paisajes que ya han desertificado el 20 % del territorio (hay otro 1 % en marcha). </p>
<p>Todos ellos están relacionados con la intensificación de la agricultura o, paradójicamente, su abandono, lo cual habla de la enorme complejidad del problema. Algunos casos típicos son los siguientes:</p>
<ul>
<li>La intrusión marina en acuíferos costeros causada por la eficiente agricultura intensiva de regadío (tanto como para no dejar una sola gota de agua para otra cosa que no sea la agricultura).</li>
<li>La pérdida de suelo en cultivos leñosos como almendros, olivos o vides, debida al empeño en <a href="https://theconversation.com/por-que-hay-que-buscar-alternativas-al-glifosato-113676">acabar con las ‘malas hierbas’</a> que protegen al suelo de los agentes erosivos.</li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/296867/original/file-20191014-135521-1gco10e.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/296867/original/file-20191014-135521-1gco10e.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/296867/original/file-20191014-135521-1gco10e.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/296867/original/file-20191014-135521-1gco10e.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/296867/original/file-20191014-135521-1gco10e.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/296867/original/file-20191014-135521-1gco10e.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/296867/original/file-20191014-135521-1gco10e.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/296867/original/file-20191014-135521-1gco10e.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Erosión en un olivar en Córdoba.</span>
<span class="attribution"><span class="source">José Alfonso Gómez Calero</span></span>
</figcaption>
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<p>El <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/full/10.1098/rstb.2011.0323">cambio climático facilita ese desacoplamiento</a>. En las últimas décadas, las zonas secas han aumentado un 0,35 % su superficie. Las proyecciones de temperaturas, precipitaciones y sequías muestran escenarios preocupantes, <a href="https://www.nature.com/articles/s41558-018-0138-5">sobre todo en el Mediterráneo</a>. Ya se ha desertificado un 10-20 % del planeta y la presión sobre los recursos es cada vez mayor.</p>
<p>Pero volvamos a Tabernas para cerrar el círculo. Desde hace una década, el éxito empresarial de la explotación de aguas subterráneas para <a href="https://www.ideal.es/almeria/provincia-almeria/201409/27/olivar-campo-tabernas-multiplica-20140926223552.html">poner en regadío los tradicionales olivares de secano</a> ha llevado a la expansión descontrolada de este tipo de agricultura. </p>
<p>Se repite la historia: riqueza efímera que despoja al territorio de su productividad. En unos años ese acuífero, que ya ha dejado de alimentar manantiales claves de la zona, estará vacío.</p>
<p>La desertificación revela lo absurdo de ciertos planteamientos de nuestras sociedades de consumo. No se trata de parar desiertos que nos van a engullir. Se trata de no seguir exprimiendo ecosistemas -que son la base de nuestra economía, seguridad hídrica y alimentaria- hasta inutilizarlos por completo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/125147/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jaime Martínez Valderrama no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Ni Tabernas es un desierto ni la desertificación se produce por la expansión de este tipo de ecosistemas caracterizados por condiciones ambientales extremas.Jaime Martínez Valderrama, Investigador postdoctoral en Desertificación, Universidad de AlicanteLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1089382018-12-26T21:58:53Z2018-12-26T21:58:53ZLa naturaleza es un filón para obtener medicinas, pero solo si la protegemos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/251863/original/file-20181221-103657-11vm1de.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4262%2C2843&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un monstruo de Gila (Heloderma suspectum).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/gilamonster-heloderma-suspectum-122625310?src=CfOjhjgYFlhhHlFiLecNPg-1-2">Shutterstock / reptiles4all</a></span></figcaption></figure><p>El <em>Taxus brevifolia</em>, comúnmente conocido como Tejo del Pacífico, es una conífera de tamaño reducido y de crecimiento lento originaria del Pacífico Noroeste. El monstruo de Gila es un lagarto que tiene unas llamativas marcas naranjas y negras que habita las áridas tierras del suroeste de Estados Unidos y México. Son dos organismos muy diferentes pero que comparten una conexión fascinante. Ambos nos han proporcionado medicamentos que han salvado y mejorado las vidas de millones de personas. </p>
<p>En 1971 se aisló por primera vez el principio activo del paclitaxel (hallado en la corteza del Tejo del Pacífico), fármaco fundamental para el tratamiento de varios tipos de cáncer. Su importancia es tal que forma parte de la <a href="http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/273826/EML-20-eng.pdf?ua=1">Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud</a>. Este compuesto ha sido estudiado en <a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/results?cond=&term=paclitaxel&cntry=&state=&city=&dist=&Search=Search">más de 3.000 ensayos clínicos</a>, y su seguridad y efectividad producen unas ventas que reportan unas ganancias que oscilan <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0169409X17300303?via%3Dihub">entre los 80 y los 100 millones de dólares al año</a>.</p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/250058/original/file-20181211-76959-1i8j21j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/250058/original/file-20181211-76959-1i8j21j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/250058/original/file-20181211-76959-1i8j21j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/250058/original/file-20181211-76959-1i8j21j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/250058/original/file-20181211-76959-1i8j21j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/250058/original/file-20181211-76959-1i8j21j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/250058/original/file-20181211-76959-1i8j21j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/250058/original/file-20181211-76959-1i8j21j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">El follaje y los frutos del Tejo del Pacífico (<em>Taxus brevifolia</em>).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/Taxus_brevifolia#/media/File:Taxus_brevifolia_Blue_Mts_WA.jpg">Jason Hollinger/Wikimedia Commons.</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Maravillas de la medicina natural</h2>
<p>La exenatida, una versión sintética de un compuesto que se encuentra en la saliva del monstruo de Gila, es un tratamiento inyectable utilizado por al menos <a href="https://www.astrazeneca-us.com/media/blogs/2015/Celebrating-10-Years-of-Exenatide-The-First-GLP-1-RA-Treatment-Option-08271015.html">dos millones de personas que sufren diabetes tipo 2</a>. En el año 2014, los productos que contienen exenatida <a href="https://www.astrazeneca.com/content/dam/az/our-company/our-company-052017/investor-relations/presentations-and-webcast/Press-release-amp-development-pipeline-Q4-and-full-year-results-2014.pdf">generaron unos beneficios de 767 millones de dólares</a>. Y no solo eso: se ha demostrado el potencial de la exenatida en el <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2817%2931585-4/fulltext">tratamiento de la enfermedad de Parkinson</a>.</p>
<p>Estos dos ejemplos ilustran a la perfección cómo los compuestos procedentes de la naturaleza pueden mejorar la salud pública, pero no se debe obviar el trasfondo que narran, que no es otro que el daño que le hacemos a la fauna y la flora al no protegerlas. Hasta hace muy poco, el paclitaxel debía ser aislado de la corteza de los Tejos del Pacífico salvajes, lo que significa que se tenía que arrancar la corteza y matar estos <a href="https://www.nytimes.com/1991/05/13/us/tree-yields-a-cancer-treatment-but-ecological-cost-may-be-high.html">raros árboles de crecimiento lento</a>.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/250061/original/file-20181211-76983-3pr3xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/250061/original/file-20181211-76983-3pr3xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/250061/original/file-20181211-76983-3pr3xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=811&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/250061/original/file-20181211-76983-3pr3xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=811&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/250061/original/file-20181211-76983-3pr3xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=811&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/250061/original/file-20181211-76983-3pr3xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1020&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/250061/original/file-20181211-76983-3pr3xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1020&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/250061/original/file-20181211-76983-3pr3xs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1020&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">El monstruo de Gila (<em>Heloderma suspectum</em>) en su hábitat, en el desierto de Mojave, Estados Unidos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/gila-monster-lizard-saguaro-sundown-646092688?src=CfOjhjgYFlhhHlFiLecNPg-1-3">Jay Pierstorff/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En 1977, la demanda del medicamento hizo que se extrajeran algo más de tres toneladas de corteza para producir apenas <a href="https://www.acs.org/content/acs/en/education/whatischemistry/landmarks/camptothecintaxol.html">132 gramos de paclitaxel</a>. Las talas indiscriminadas <a href="https://www.acs.org/content/acs/en/education/whatischemistry/landmarks/camptothecintaxol.html">destruyeron 1.500 árboles</a>, dañando el medio en el que crecen los Tejos del Pacífico. La devastación continuó hasta 1994, cuando los químicos dieron con la tecla para <a href="http://web.missouri.edu/%7Eglaserr/210w97/taxol_bodypage.htm">sintetizar paclitaxel</a>.</p>
<p>Por suerte, la producción de exenatida no requiere la maceración de miles de monstruos de Gila. Sin embargo, a pesar de las ingentes cantidades de dinero que producen las ventas del compuesto, los delicados hábitats donde este lagarto y muchas otras especies viven están seriamente <a href="https://news.nationalgeographic.com/2016/07/gila-monsters-threatened-climate-change/">amenazados por el desarrollo y el cambio climático</a>.</p>
<h2>El coste de la destrucción del medio ambiente</h2>
<p><a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1847427/">Apenas hemos rascado la superficie</a> en lo que respecta al descubrimiento de medicamentos presentes en nuestro entorno. Con cada hábitat que la hoja de una motosierra devasta o es sepultado bajo el cemento, empobrecemos la naturaleza y nos privamos de potenciales remedios para muchas enfermedades. </p>
<p>La diversidad molecular de la vida en la Tierra es <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15729362">efectivamente ilimitada</a>, pero se encuentra en peligro. Las estimaciones más conservadoras indican que <a href="http://science.sciencemag.org/content/269/5222/347">perderemos un medicamento importante cada dos años</a> por los ataques que infligimos a la naturaleza.</p>
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<span class="caption">La naturaleza es el recurso más fiable del que disponemos para los avances médicos, ¿pero durante cuánto tiempo?</span>
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<p>Lejos de toda lógica, esta destrucción se produce en el apogeo de una nueva edad de oro de los descubrimientos. Herramientas como la secuenciación del ADN pueden revelarnos <a href="http://science.sciencemag.org/content/325/5937/161">“nuevas” especies ocultas</a>, mientras que los avances en espectrometría de masas, genómica e ingeniería genética nos han permitido aprovechar su diversidad molecular sin alterar en exceso la vida de especímenes salvajes.</p>
<p>Aunque el potencial de los productos naturales es indiscutible, el inmenso esfuerzo y los recursos necesarios para llevar al mercado una prometedora molécula <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1740774515625964?journalCode=ctja">producen desaliento</a>. Por si fuera poco, ciertos “bioprospectores” sin escrúpulos recolectan material vivo de manera ilegal, <a href="https://theconversation.com/biopiracy-when-indigenous-knowledge-is-patented-for-profit-55589">a menudo en países en vías de desarrollo</a>. Estas prácticas predadoras han impulsado una legislación que dificulta enormemente la investigación legítima de productos naturales a la vez que <a href="http://www.sciencepolicyjournal.org/uploads/5/4/3/4/5434385/rourke.pdf">se protege la biodiversidad</a>.</p>
<h2>Descubriendo el potencial de la naturaleza</h2>
<p>La magainina fue la primera proteína antimicrobiana descubierta en un organismo, aislada en las secreciones de la piel de la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC298875/pdf/pnas00330-0371.pdf">rana africana de uñas</a>. El hallazgo se deriva de la observación de las heridas quirúrgicas en estas ranas, que rara vez se infectan a pesar de procedimientos y condiciones no estériles. Los intentos de comercializar esta molécula se vieron envueltos en numerosas dificultades y aún hoy no existen productos con magainina, aunque se la considera una potencial medicina para curar infecciones.</p>
<p>Los productos naturales son un argumento de peso para la protección de los hábitats naturales y de las especies cuya vida parece no tener ningún valor, pero debemos adoptar un enfoque ético y transparente para conseguirlos. Este es uno de los objetivos del <a href="http://www.un.org/es/events/biodiversityday/convention.shtml">Convenio sobre la Diversidad Biológica</a> y del <a href="https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/recursos-geneticos/protocolo-de-nagoya/default-rg-nagoya.aspx">Protocolo de Nagoya</a>, acuerdos internacionales ambos para compartir de manera equitativa los beneficios derivados de la biodiversidad.</p>
<p>Pero como resultado de estos tratados, los académicos que trabajan para encontrar nuevas medicinas en la naturaleza deben someterse a la misma regulación que las compañías con intereses comerciales. Los exhaustivos requisitos formales están produciendo que muchos científicos académicos ignoren los acuerdos de colaboración internacionales para el <a href="http://www.sciencepolicyjournal.org/uploads/5/4/3/4/5434385/rourke.pdf">estudio de la biodiversidad de manera conjunta</a>, obstaculizando de esa manera el descubrimiento de nuevas moléculas.</p>
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<span class="caption">La opinión del autor sobre cómo los humanos explotan actualmente la biodiversidad.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Rob Jenkins</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Los gobiernos deben apoyar la investigación y la colaboración entre disciplinas científicas como la ecología y la bioquímica, y deben hacerlo invirtiendo recursos y proporcionando las estructuras adecuadas. Además, es fundamental crear lazos con las comunidades que viven en el entorno del que se extraen los productos naturales.</p>
<p>Estas medidas podrían propiciar un sistema de investigación y desarrollo de productos naturales que otorguen el valor adecuado a la naturaleza. En última instancia, la distribución equitativa de los beneficios derivados del descubrimiento de medicamentos ayudará a conservar el medio ambiente. Sin embargo, cada día que pasa las diferentes especies y sus procesos químicos únicos se pierden para siempre.</p>
<p>La naturaleza es una biblioteca pública que contiene información que aguarda para ser consultada. La ciencia, la tecnología y la voluntad política para conocer los secretos que nos esconde son ignoradas mientras la destrucción continúa y las empresas acumulan recursos extraídos de la naturaleza con el fin de obtener beneficios. Estamos acabando con la biblioteca más rica del mundo para construir una escuela para escritores, pero solo para unos pocos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/108938/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El monstruo de Gila proporcionó a los humanos un tratamiento para la diabetes. ¿Qué otros milagros médicos estamos perdiendo por no proteger la vida silvestre y los ecosistemas?Ross Piper, Entomologist, Zoologist and Visiting Research Fellow, University of LeedsAlexander Kagansky, Reader in Molecular Biology, The University of EdinburghJohn Malone, Assistant Professor of Molecular and Cell Biology, University of ConnecticutNils Bunnefeld, Professor in Biological and Environmental Sciences, University of StirlingRob Jenkins, Reader in Psychology, University of YorkLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.