tag:theconversation.com,2011:/global/topics/guerra-67671/articlesguerra – The Conversation2024-03-17T21:39:01Ztag:theconversation.com,2011:article/2245192024-03-17T21:39:01Z2024-03-17T21:39:01ZEn la guerra no solo matan las armas: impacto de los conflictos bélicos en las enfermedades crónicas<p>Es evidente que los conflictos armados merman visiblemente la salud de la población por las lesiones y muertes ocasionadas por las propias armas. La guerra también tiene un reconocido impacto en la incidencia de las enfermedades transmisibles, fundamentalmente como consecuencia de la destrucción de las infraestructuras que permiten acceder a servicios básicos como el agua potable, el saneamiento, la electricidad y la atención sanitaria urgente. </p>
<p>Sin embargo, existen pocas investigaciones acerca del impacto de los conflictos bélicos sobre enfermedades crónicas no transmisibles como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad renal y la salud mental. Un vacío sorprendente si tenemos en cuenta que afectan hasta a un 70 % de la población a lo largo de la vida. </p>
<p>Aunque adquirir una <a href="https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12889-022-13399-z">visión global de la situación no es fácil</a>, hay una serie de circunstancias sobre las que merece la pena reflexionar.</p>
<h2>Destrucción de infraestructuras y desplazamientos de población</h2>
<p>Para empezar, las guerras implican la destrucción de infraestructuras y servicios –entre ellos, hospitales y centros de salud–, lo que impide el seguimiento de patologías que pueden afectar a un número importante de personas.</p>
<p>Además, los desplazamientos de la población hacen que disminuya la provisión de la atención y el acceso a medicamentos, incrementando la desigualdad por su escasez y coste.</p>
<p>El bloqueo en el acceso a servicios de salud, reportado de forma periódica por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023, es una constante en los conflictos bélicos. E implica que dejan de realizarse tanto pruebas diagnósticas (analíticas, radiología…) como tratamientos (quimioterapia oncológica, diálisis…).</p>
<p>Para colmo, las condiciones de vida se ven seriamente afectadas por la falta de acceso a agua, electricidad, cobijo, nutrientes e higiene. Esto agrava las enfermedades crónicas, los problemas respiratorios y los trastornos metabólicos y vasculares.</p>
<h2>Recursos financieros y humanos dedicados a la batalla</h2>
<p>Como en situación de guerra los recursos financieros se destinan fundamentalmente a la producción, compra de equipos y armamento, se menoscaba de forma significativa la inversión en salud pública, prevención, vigilancia y control de estas enfermedades, que quedan en un segundo plano.</p>
<p>A esto se le suma la falta de recursos humanos por reclutamiento de personas en el conflicto y por la prioridad de la ayuda de emergencia, que también está limitada para las organizaciones no gubernamentales (ONG), con barreras burocráticas y físicas. Además, <a href="https://www.who.int/emergencies/situations/conflict-in-Israel-and-oPt">el personal y las infraestructuras son también objetivo del conflicto, como se está registrando en Gaza en estos momentos</a>.</p>
<h2>Un asesino silencioso</h2>
<p>Las muertes prematuras y muertes silenciosas, definidas desde 2018 por el presidente de la Cruz Roja Internacional, Peter Maurer, como un “asesino silencioso” en los países en conflicto, son difíciles de cuantificar. Pero lo cierto es que, allí donde se libran batallas, <a href="https://www.icrc.org/en/document/red-cross-and-novo-nordisk-announce-ground-breaking-partnership-tackle-chronic-care">miles de personas tienen su vida en riesgo por sus enfermedades si no reciben medicamentos esenciales, como insulina para tratar su diabetes</a>.</p>
<p>La falta de vigilancia, control, atención y seguimiento de personas con enfermedades no transmisibles impacta en un aumento de muertes prematuras evitables. Sobre todo porque hace que se detecten más casos en estadio avanzado, con peores pronósticos que cuando no hay conflicto.</p>
<p>Este exceso de mortalidad, al contrario que las muertes directas en las fases más intensas del conflicto, se registra a medio plazo. Aunque una persona con diabetes o enfermedad renal puede fallecer en poco tiempo si no tiene acceso a insulina o diálisis, un paciente con hipertensión no tratada puede sufrir un accidente cerebrovascular o cardiovascular en un margen de tiempo más amplio. Y si los diagnósticos y tratamientos del cáncer se interrumpen, el pronóstico empeora en la mayoría de los casos, aunque los fallecimientos no llegan de manera inmediata.</p>
<h2>¿A quién damos prioridad en caso de conflicto?</h2>
<p>Cuando no hay recursos para atender a todos los pacientes, ¿cómo se prioriza? En un estudio reciente se <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6697255/">proponían</a> varios criterios éticos que pueden servir a los médicos para seleccionar a los pacientes con enfermedad renal terminal que necesitan hemodiálisis durante los conflictos armados, concretamente en referencia a la guerra de Siria. </p>
<p>En este caso se invocan tres principios para la asignación de los equipos de hemodiálisis: “beneficencia”, que busca la mayor salud para el paciente; “no maleficencia”, evitando causarle un mal al preservar su seguridad; y “justicia”, distribuyendo los escasos recursos existentes de forma equitativa. </p>
<p>Más discutible sería la priorización de pacientes según el criterio de “utilidad social”, que propone que los recursos se asignen por la capacidad que tienen las personas de contribuir a la atención de otros o a la prestación de servicios críticos a civiles durante el conflicto. En este caso, se produciría una clara discriminación de los pacientes más vulnerables: niños, mujeres embarazadas, personas con discapacidad, ancianos, etc. </p>
<p>De ahí que sea necesario definir un marco ético de justicia, donde la distribución de unos recursos insuficientes se realice con equidad, también en los conflictos armados. </p>
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<p><em>Artículo escrito con el asesoramiento de la <a href="https://seepidemiologia.es/">Sociedad Española de Epidemiología</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/224519/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Isabel Portillo es investigadora en el Instituto de Investigación Biobizkaia. Coordinadora Cribados Osakidetza. Miembro de la Asociación Española Contra el Cancer. Secretaria de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Epidemiologia </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Valle Coronado Vázquez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Existen pocas investigaciones acerca del impacto de los conflictos bélicos sobre enfermedades crónicas no transmisibles como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad renal y la salud mental.Valle Coronado Vázquez, Profesora de Humanidades Médicas., Universidad Francisco de VitoriaMaría Isabel Portillo, Coordinadora de los Programas de cribado de cáncer colorrectal y prenatal. Osakidetza-Servicio Vasco de Salud, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2204952024-01-03T12:15:00Z2024-01-03T12:15:00Z¿Habrá más guerras y disturbios en 2024? Estos son los 5 puntos calientes que hay que vigilar<p>Lamentablemente, 2023 fue un año especialmente violento en el escenario mundial. Estalló la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, que causó la muerte de miles de palestinos y cientos de israelíes, entre ellos muchos niños de ambos bandos. Y la amarga guerra entre Rusia y Ucrania ha continuado y sigue sin atisbarse su final. </p>
<p>Como resultado de la atención prestada a estos dos conflictos, otros países han desaparecido del radar para muchas personas. Sin embargo, varios puntos calientes han estado lidiando con disturbios latentes que podrían estallar en 2024 y acaparar la atención mundial. </p>
<p>Entonces, ¿hacia dónde deberíamos dirigir nuestra atención el año que viene? He aquí cinco lugares donde creo que los conflictos civiles o los disturbios podrían agravarse y desembocar en violencia.</p>
<h2>Myanmar</h2>
<p>Myanmar se sumió en el caos en 2021, cuando un golpe militar derrocó al Gobierno democráticamente elegido de Aung San Suu Kyi y desencadenó protestas civiles generalizadas que acabaron transformándose en una resistencia armada. </p>
<p>El país, hogar de <a href="https://www.embassyofmyanmar.be/ABOUT/ethnicgroups.htm">135 grupos étnicos</a>, rara vez ha conocido la paz. Durante años, antes del golpe, hubo un conflicto civil de baja intensidad entre el ejército y varios grupos étnicos minoritarios que llevaban mucho tiempo peleando por el control de los recursos naturales de sus regiones y la independencia del Estado.</p>
<p>El conflicto estalló cuando, tras el golpe, las milicias étnicas unieron sus fuerzas a las de los luchadores prodemocráticos de la mayoría bamar que protestaban contra la junta.</p>
<p>Su resistencia <a href="https://warontherocks.com/2023/11/the-myanmar-military-is-facing-death-by-a-thousand-cuts/">se intensificó a finales de 2023</a> con una ofensiva coordinada en el norte que supuso para el ejército sus mayores pérdidas en muchos años. </p>
<p>Los insurgentes se hicieron con el control de ciudades y pueblos en la frontera noreste con China, incluido el control de rutas comerciales clave. Esto dio lugar a <a href="https://www.theguardian.com/world/2023/nov/22/myanmar-fighting-at-its-worst-since-2021-coup-says-united-nations">nuevos combates</a> al oeste del estado de Rakhine, así como en otras zonas.</p>
<p>La tenacidad de la resistencia de estos grupos minoritarios, unida a la negativa de los militares a transigir, hace pensar que la guerra civil del país puede agravarse considerablemente en 2024 y recuperar la atención internacional. </p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1728638209502880035"}"></div></p>
<h2>Mali</h2>
<p>En Mali, nación situada en la turbulenta región africana del Sahel, <a href="https://www.crisisgroup.org/africa/sahel/mali/nord-du-mali-une-confrontation-dont-personne-ne-sortira-vainqueur">las tensiones se intensificaron a lo largo de 2023</a> y ahora amenazan con estallar en una guerra civil a gran escala. </p>
<p>Mali lleva mucho tiempo luchando contra la actividad insurgente. En 2012, su gobierno <a href="https://www.nytimes.com/2012/03/23/world/africa/mali-coup-france-calls-for-elections.html">cayó en un golpe de Estado</a>. Y los rebeldes tuareg, respaldados por militantes islamistas, tomaron el poder en el norte. </p>
<p>En 2013 se estableció una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas para llevar la estabilidad al país. Posteriormente, en 2015, los principales grupos rebeldes <a href="https://www.france24.com/en/20150620-rebels-mali-tuareg-peace-deal-algiers-accord">firmaron un acuerdo de paz</a> con el gobierno. </p>
<p>Tras otros dos golpes de Estado en 2020 y 2021, los militares consolidaron su poder y afirmaron que restablecerían el pleno control territorial del Estado sobre todo Mali. El régimen insistió en que la misión de mantenimiento de la paz de la ONU <a href="https://www.un.org/africarenewal/magazine/july-2023/un-mali-we-respect-government%E2%80%99s-decision-mission-withdrawal">se retirara</a> del país, algo que hizo en junio de 2023. Posteriormente, estalló la violencia entre el ejército y las fuerzas rebeldes por el futuro uso de las bases de la ONU. </p>
<p>En noviembre, los militares, al parecer respaldados por el Grupo Wagner de Rusia, tomaron el control de la <a href="https://apnews.com/article/mali-tuareg-rebels-kidal-azawad-d1184c497265601de5d18d306fc398e3">estratégica ciudad septentrional de Kidal</a>, en manos de las fuerzas tuareg desde 2012. Esto socava la frágil paz que se ha mantenido desde 2015. </p>
<p>Es poco probable que los militares recuperen el control total de todas las zonas del norte en manos de los rebeldes. Al mismo tiempo, los insurgentes se han envalentonado. Con el acuerdo de paz de 2015 prácticamente muerto, cabe esperar un aumento de la inestabilidad en 2024. </p>
<h2>Líbano</h2>
<p>En 2019 estalló una protesta civil generalizada en Líbano contra los líderes que, según la percepción de la opinión pública, no atendían las necesidades cotidianas de la población. </p>
<p>La situación <a href="https://theconversation.com/lebanons-crisis-has-gone-from-bad-to-worse-but-is-anyone-listening-169645">siguió deteriorándose</a> con un gobierno remodelado, una escalada de la crisis económica y una <a href="https://apnews.com/article/lebanon-port-blast-beirut-blocked-investigation-d4606d6f28e3eb56510eac923611a03c">explosión masiva en un puerto</a> que puso al descubierto prácticas corruptas. </p>
<p>El Fondo Monetario Internacional <a href="https://www.imf.org/en/News/Articles/2023/09/14/pr23315-lebanon-imf-staff-concludes-visit-to-lebanon">criticó a Líbano en septiembre</a> por la falta de reformas económicas. El gobierno libanés tampoco ha llegado a un acuerdo para nombrar un presidente, cargo que lleva vacante <a href="https://www.state.gov/one-year-anniversary-of-lebanons-presidential-vacancy/">más de un año</a>. </p>
<p>Esta situación podría socavar el frágil acuerdo de reparto del poder en Líbano, en el que los puestos políticos clave de primer ministro, portavoz y presidente se asignan a un musulmán suní, un musulmán chií y un cristiano maronita, respectivamente. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/como-influira-hezbola-en-la-guerra-entre-israel-y-hamas-216228">¿Cómo influirá Hezbolá en la guerra entre Israel y Hamás?</a>
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<p>Más recientemente, la guerra entre Israel y Hamás ha amenazado con extenderse a Líbano, sede del grupo militante <a href="https://www.bbc.com/news/world-middle-east-67307858">Hezbolá</a>, que afirma contar con un ejército de 100 000 combatientes. Y lo que es más importante, esto pone en peligro el turismo como esperanza clave para la recuperación económica de Líbano. </p>
<p>Estos factores pueden precipitar un colapso económico y político más grave en 2024. </p>
<h2>Pakistán</h2>
<p>Desde la independencia de Pakistán en 1947, los militares han desempeñado un <a href="https://theconversation.com/explainer-a-historical-trail-of-pakistans-powerful-military-enterprise-205749">papel intervencionista en la política</a> del país. Aunque los líderes pakistaníes son elegidos popularmente, en ocasiones los militares los han desalojado del poder. </p>
<p>En 2022, el primer ministro pakistaní Imran Khan cayó en desgracia con los líderes militantes de Pakistán. Posteriormente fue <a href="https://edition.cnn.com/2022/04/09/asia/imran-khan-voted-out-pakistan-prime-minister-intl-hnk/index.html">desalojado del poder</a> en una votación parlamentaria y, más tarde, detenido por cargos que, según sus partidarios, obedecen a motivos políticos. </p>
<p>Tras su detención se <a href="https://www.nytimes.com/2023/05/09/world/asia/imran-khan-arrest-pakistan.html">produjeron violentas manifestaciones en todo el país</a>, una muestra de ira contra los militares que antes era impensable. </p>
<p>Pakistán también se enfrenta a los efectos indirectos de la inestabilidad en el vecino Afganistán y al <a href="https://news.un.org/en/story/2023/09/1141712">aumento de los atentados terroristas</a>. Estos problemas de seguridad se han visto agravados por una economía en dificultades y por los costes derivados de las <a href="https://www.theguardian.com/global-development/2023/aug/05/a-year-on-the-devastating-long-term-effects-of-pakistans-floods-are-revealed">devastadoras inundaciones de 2022</a>.</p>
<p>Está previsto que Pakistán celebre <a href="https://www.aljazeera.com/news/2023/11/2/pakistan-to-hold-delayed-elections-on-february-8-electoral-commission-says">elecciones parlamentarias</a> en febrero de 2024, tras las cuales se espera que el actual gobierno militar provisional transfiera el poder a un gobierno civil. Muchos vigilan de cerca a los militares. Si este traspaso de poderes no se produce, o si hay retrasos, pueden generarse disturbios civiles.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1728529031262306609"}"></div></p>
<h2>Sri Lanka</h2>
<p><a href="https://theconversation.com/how-did-sri-lanka-run-out-of-money-5-graphs-that-explain-its-economic-crisis-187352">En 2022, Sri Lanka se enfrentó a una crisis económica debilitante</a> que provocó una grave escasez de combustible, alimentos y medicinas. Las protestas civiles provocaron la huida del país del entonces presidente Gotabaya Rajapaksa. Fue sustituido rápidamente por el actual presidente, Ranil Wickremesingh. </p>
<p>La estabilidad volvió en 2023, cuando Sri Lanka empezó a aplicar reformas económicas en el marco de un acuerdo de rescate con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, no se ha abordado el descontento generalizado con las élites políticas ni las causas subyacentes de las dificultades económicas del país. </p>
<p>Las elecciones también están previstas en Sri Lanka para finales de 2024. Aunque es probable que Wickremesingh, el actual presidente, se presente a un segundo mandato, inspira <a href="https://www.pbs.org/newshour/world/unpopular-sri-lankan-president-consolidates-power-after-victory">poca confianza</a>: se le considera demasiado cercano a las élites políticas corruptas. </p>
<p>Este descontento podría dar lugar a nuevas protestas, sobre todo si la economía vuelve a tambalearse, en una situación similar a la que llevó a la destitución de Rajapaksa en 2022.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220495/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jessica Genauer no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>De Myanmar a Pakistán, estos países tienen conflictos latentes desde hace tiempo o una ciudadanía cada vez más descontenta. Todo podría empeorar en el nuevo año.Jessica Genauer, Senior Lecturer in International Relations, Flinders UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2201772024-01-02T20:55:15Z2024-01-02T20:55:15ZUna nueva investigación prueba que la guerra en Europa tiene más de 5 000 años<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/566906/original/file-20231220-15-uaocdf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C4%2C2700%2C1750&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Imagen del yacimiento de San Juan ante Portam Latinam (Laguardia, Álava).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://comunicacion.uva.es/es/detalle/La-primera-guerra-en-Europa-tuvo-lugar-mil-anos-antes-de-lo-que-se-pensaba-hasta-ahora-segun-el-estudio-de-una-investigadora-de-la-UVa/">José Ignacio Vegas / Universidad de Valladolid</a></span></figcaption></figure><p>El conflicto ha existido siempre. Y en muchas ocasiones a lo largo de la historia se ha resuelto mediante la violencia. Agresiones, asesinatos, razias, emboscadas y vendettas pueden rastrearse en el registro arqueológico prácticamente desde los orígenes de la humanidad. Pero no la guerra. </p>
<p>La guerra –al contrario que las formas de violencia enumeradas– requiere de organización temporal o permanente. Esta suele involucrar la creación de ejércitos con distintas formas de institucionalización (jerarquía, protocolos) y legitimación, al menos por parte de uno de los grupos implicados. Esto significa que, durante la guerra, la gente puede matar a otra gente sin que se considere asesinato. La guerra, además, ha de tener una discrecionalidad temporal específica, generalmente situada entre meses y años. Es decir, no puede durar solo unas horas o unos días; tampoco extenderse a lo largo de siglos o milenios. </p>
<p><a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.1235675">Diversas investigaciones</a> <a href="https://faculty.washington.edu/plape/citiesaut11/readings/Ferguson_Intensifications_War.pdf">sugieren</a> una conexión entre el nacimiento de la guerra y la acentuación del sedentarismo, cuando el control de la tierra y la propiedad privada empezó a ser cada vez más y más importante. </p>
<p>La aparición de excedentes, sobre todo agrícolas-ganaderos, durante el Neolítico pronto resultó en una tendencia a la concentración del poder, a la desigualdad permanente, al deseo de control de territorios mayores y a la necesidad de defenderlos. También condujo al establecimiento de los primeros estados, donde la guerra fue con frecuencia usada para mantener, expandir y consolidar el poder, siendo ya capaces de reclutar grandes ejércitos y de librarlas en el sentido moderno del término. ¿Pero cuándo empezó la guerra? Gracias a la arqueología podemos acercarnos a la respuesta. </p>
<h2>Lo que sabíamos sobre la aparición de la guerra</h2>
<p>Para rastrear la emergencia de la guerra, durante mucho tiempo los prehistoriadores se han visto obligados a recurrir a indicadores indirectos como la presencia de defensas, la aparición de armas en el registro o la identificación de ciertos elementos gráficos, como escenas rupestres de temática afín. Más recientemente, <a href="https://faculty.uml.edu/ethan_spanier/Teaching/documents/WarfareintheNeolithic.pdf">la investigación ha basculado hacia evidencias directas</a>, particularmente las heridas en huesos humanos que –sin duda– son la evidencia más incontestable que podemos tener de la violencia en el pasado.</p>
<p>Gracias a avances metodológicos en antropología forense, sabemos que la gran mayoría de los enterramientos múltiples con signos de violencia conocidos en la prehistoria europea hasta bien entrado el Neolítico (6000-3000 a. e. c.) <a href="https://staffprofiles.bournemouth.ac.uk/display/book/295655">responden esencialmente a masacres</a>. Es decir, a matanzas indiscriminadas de comunidades de no más de 20–30 personas, con representación de todo el espectro poblacional (hombres, mujeres y niños), como resultado de brutales ataques por sorpresa de otros grupos. </p>
<p><a href="https://www.cambridge.org/core/journals/antiquity/article/abs/mass-cannibalism-in-the-linear-pottery-culture-at-herxheim-palatinate-germany/2E337084566E8E0E8C8CBF18F1E33157?utm_campaign=shareaholic&utm_medium=copy_link&utm_source=bookmark">Los pocos yacimientos que no caben en esta categoría</a> parecen responder a sacrificios u otras prácticas rituales violentas. En sitios como los asentamientos británicos de Crickley Hill y Hambledon Hill, el hallazgo de cientos de puntas de flecha entorno a las defensas podría sugerir grandes ataques coordinados, pero no cuentan con evidencia esquelética o es muy pobre. Para eso había que esperar hasta la Edad del Bronce, cerca del 1200 a. e. c. (como por ejemplo, en la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_del_valle_del_Tollense">Batalla de Tollense</a>, Alemania).</p>
<h2>San Juan ante Portam Latinam: huesos y paradigmas rotos</h2>
<p>El enterramiento del abrigo bajo roca de San Juan ante Portam Latinam (SJAPL) se descubrió en 1985 en Laguardia (Álava). J. I. Vegas y sus colaboradores lo excavaron entre 1990 y 1991. En él aparecieron amontonados los restos esqueléticos de al menos 338 personas, que fueron datados en torno al 3200 a. e. c., en el Neolítico final. </p>
<p>Ya <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=273463">los primeros estudios documentaron</a> huellas de violencia. Concretamente, 53 traumatismos craneales y ocho heridas por punta de flecha ocurridas tiempo antes de la muerte (antemortem), ya cicatrizadas. Pero también un traumatismo craneal y cinco heridas por punta de flecha ocurridas en torno al momento de la muerte (perimortem), sin cicatrizar. </p>
<p>Además, existía la sospecha que las 52 puntas de flecha de sílex encontradas aisladas (la mayoría con signos de impacto) habían llegado ahí clavadas en los cuerpos y no como parte del ajuar funerario. Así las cosas, pese al aparentemente limitado número de heridas sin cicatrizar, el enterramiento se definió originalmente como una masacre, posiblemente por la escasez de yacimientos prehistóricos con signos de violencia colectiva conocidos en aquel momento.</p>
<p>El <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2209481119">corpus de yacimientos neolíticos con registro violento</a> que conocemos actualmente en Europa se encargó pronto de señalar la singularidad de SJAPL. Mientras que en aquéllos predominaban los traumas perimortem, sobre todo craneales, típicos de la violencia cuerpo a cuerpo, en SJAPL parecían hacerlo las heridas por punta de flecha –evidencia de combate a distancia– y los traumas antemortem, sugiriendo un conflicto complejo, largo y de escasa letalidad. </p>
<p>Además, la demografía también difería. Mientras que en los otros yacimientos, varones, mujeres y niños tendían a replicar las proporciones de una población natural, en SJAPL predominaban los hombres adolescentes y adultos. </p>
<h2>Nueva revisión de los datos</h2>
<p>Recientemente, <a href="https://doi.org/10.1038/s41598-023-43026-9">hemos reexaminado</a> la colección para valorar estas singularidades. Dicha revisión identificó un total de 107 traumatismos craneales, de los cuales 48 estaban sin cicatrizar y 59 cicatrizados; y un total de 47 traumatismos postcraneales, de los que 17 estaban sin cicatrizar y 30 cicatrizados. </p>
<p>Interesantemente, la práctica mayoría afectaban a varones adolescentes y adultos, muy particularmente aquellos sin cicatrizar. Además, se observó que en algunos de estos varones concurrían heridas cicatrizadas y sin cicatrizar, lo cual indicaba que estuvieron expuestos a la violencia en varias ocasiones, como también lo sugería la alta prevalencia de heridas cicatrizadas. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/566908/original/file-20231220-29-z80wdt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Fotografía de cráneo con impacto." src="https://images.theconversation.com/files/566908/original/file-20231220-29-z80wdt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/566908/original/file-20231220-29-z80wdt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=506&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/566908/original/file-20231220-29-z80wdt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=506&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/566908/original/file-20231220-29-z80wdt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=506&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/566908/original/file-20231220-29-z80wdt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=636&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/566908/original/file-20231220-29-z80wdt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=636&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/566908/original/file-20231220-29-z80wdt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=636&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotografía de cráneo con impacto.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://comunicacion.uva.es/es/detalle/La-primera-guerra-en-Europa-tuvo-lugar-mil-anos-antes-de-lo-que-se-pensaba-hasta-ahora-segun-el-estudio-de-una-investigadora-de-la-UVa/">Teresa Fernandez Crespo/Universidad de Valladolid</a></span>
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<p>Esta revisión estimó que al menos el 23 % de las personas enterradas en SJAPL sufrieron algún episodio violento a lo largo de su vida y, como mínimo, el 10 % murió a consecuencia de ello. Sin embargo, esta es una estimación muy a la baja, pues no considera las 52 puntas de flecha que potencialmente impactaron en los tejidos blandos ni aquellas heridas aisladas no atribuibles a individuos concretos. De hacerlo, esto supondría que alrededor de 90 individuos (un 27 %), al menos, habrían muerto violentamente en SJAPL. </p>
<p>Además, conviene tener en cuenta que solo en torno a un 50% de las heridas deja marca en el hueso, y que la conservación de los restos en SJAPL es bastante pobre, con múltiples fracturas recientes que impiden un registro completo. Por ello, el número final podría fácilmente duplicarse o triplicarse. </p>
<p>A tenor de estos resultados, SJAPL es a día de hoy el yacimiento europeo más antiguo en el que se ha documentado claramente un conflicto a gran escala (con un elevado número de gente involucrada), organizado (protagonismo de los varones, actuando como combatientes) y duradero (meses, si no años). Además, Rioja Alavesa, donde se localiza SJAPL, es la región europea con mayor número absoluto de heridas por punta de flecha (identificadas al menos en otros tres yacimientos), todas ellas concentradas entre el 3380 y el 3000 a. e. c., lo que indica la celebración de un conflicto de carácter regional.</p>
<p>Las altas tasas de estrés inespecífico documentadas en SJAPL denuncian un empeoramiento de la calidad de vida, pero también revelan una insospechada capacidad logística de las comunidades neolíticas finales para sostener –aunque no sin coste– un conflicto violento en el tiempo. Es decir, para librar una guerra. La primera guerra documentada en el continente en tiempos neolíticos, casi dos milenios antes de lo tradicionalmente asumido.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220177/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Teresa Fernández Crespo ha recibido fondos de la British Academy (NF170854), la Unión Europea (MSCA-IF790491), y el Ministerio de Ciencia e Innovación (CNS2022-136080) para la realización y la publicación de esta investigación.
</span></em></p>Aunque los seres humanos se han peleado siempre, no siempre ha habido guerras. Pero ahora sabemos que, en Europa, son 2000 años más antiguas de lo que se pensaba.Teresa Fernández Crespo, Investigadora Distinguida en Prehistoria, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2184932023-12-07T18:38:52Z2023-12-07T18:38:52Z¿En quién se ha convertido el soldado que regresa a casa tras una guerra?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/561595/original/file-20231124-24-hphlbz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C4%2C2695%2C1511&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un soldado ucraniano, en marzo de 2022, en la ciudad de Irpin, cerca de Kiev.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/irpin-ukraine-5-march-2022-ukrainian-2132531481">Kutsenko Volodymyr/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Los seres humanos mantenemos ciertas expectativas sobre el mundo. Algunas son triviales, como pensar que si el teléfono sufre un daño alguien podrá, o nos ayudará, a arreglarlo.</p>
<p>Otras menos triviales, en cambio, suelen despertar voces descreídas. Afirmar que pensamos que, por una parte, nadie nos va a dañar y, por otra, en caso de ser dañados, alguien acudirá en nuestra ayuda, invita a la intervención del cínico. </p>
<p>De acuerdo: cualquiera sabe que los seres humanos nos dañamos los unos a los otros. Pese a ello, no solemos pensar que toda persona con la que nos cruzamos vaya a hacerlo. Sería una vida insoportable. Pero digamos que se nos daña. ¿Podemos afirmar que, en ese caso, nadie, absolutamente nadie, estaría dispuesto a atendernos? Resulta difícil creer en el vacío de la absoluta soledad ante el encuentro con el daño. </p>
<p>Tal vez solo las personas que hayan sido testigos de una situación de daño extremo sean las que estén en disposición de responder si estas expectativas son un fraude. Los veteranos de guerra son especialmente adecuados, porque el combate es un escenario de constante experiencia del daño que se vive de primera mano. </p>
<h2>Pérdida de la confianza</h2>
<p>El escritor Jean Améry, que luchó en la Resistencia francesa durante la ocupación nazi, encarcelado y torturado por la SS, planteó que estas expectativas son una ilusión colectiva. Podemos leer en <a href="https://pre-textos.com/producto/mas-alla-de-la-culpa-y-la-expiacion/"><em>Más allá de la culpa y la expiación</em></a> que la fe en que nadie le dañaría sin su consentimiento y, en caso de suceder, alguien acudiría a auxiliarlo se vino abajo después del primer golpe de su torturador. </p>
<p>No es el único: en <a href="https://www.upress.umn.edu/book-division/books/male-fantasies-vol-1">los escritos producidos por veteranos</a>, en <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=430223">sus diarios</a>, <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-tempestades-de-acero/275075">testimonios</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/American_Sniper_(pel%C3%ADcula)">incluso en las ficciones inspiradas por su paso por la guerra</a>, identificamos la tensión entre un “yo” de preguerra, aún confiado en el correcto orden de estas expectativas, y un “yo” de postguerra, que regresa a casa cuestionando todo aquello que creía saber. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/561597/original/file-20231124-24-d0f1q9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Fotografía de unos soldados en la calle." src="https://images.theconversation.com/files/561597/original/file-20231124-24-d0f1q9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/561597/original/file-20231124-24-d0f1q9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=444&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/561597/original/file-20231124-24-d0f1q9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=444&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/561597/original/file-20231124-24-d0f1q9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=444&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/561597/original/file-20231124-24-d0f1q9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=558&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/561597/original/file-20231124-24-d0f1q9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=558&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/561597/original/file-20231124-24-d0f1q9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=558&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Miembros de la Resistencia holandesa con tropas de la 101ª División Aerotransportada de EE.UU. delante de la iglesia Lambertus en Veghel durante la Operación Market Garden, septiembre de 1944.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:101st_with_members_of_dutch_resistance.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Al perder la confianza en el mundo, el veterano reconstruye su autoimagen mediante narrativas que den sentido a su experiencia. Se da la “narrativa de aceptación” cuando el veterano considera que es una persona diferente, irreconciliable con la que partió a la guerra. Por el contrario, utiliza “narrativas de evasión” cuando evalúa que su identidad preguerra se ha mantenido intacta hasta el regreso a casa. </p>
<p>Ambos tipos de narrativa cumplen la función de “<a href="https://doi.org/10.1002/SYMB.225">reclamar al veterano su identidad moral</a>”. Está en cuestión su autopercepción: “¿Cómo pude hacer lo que hice?”. El veterano suele descubrir que en la guerra fue capaz de experimentar cosas que nunca hubiera imaginado, como dañar a una persona inocente. </p>
<h2>Imaginación frente a realidad</h2>
<p>Los soldados <a href="https://roderic.uv.es/handle/10550/54256">imaginan cómo va a ser la guerra antes de partir</a>. No son niños que desconocen que en las guerras se muere o se sufre de verdad. Saben que no siempre son los buenos de la película. Sin embargo, solo allí tienen experiencia directa con el daño que hacen las balas, ven cómo mueren las personas o son testigos de la mutilación producida por un bombardeo de artillería. Lo que imaginaron queda bien lejos de la realidad. </p>
<p>También aprenden de primera mano lo que es producir un daño irreparable. Los veteranos descubren que durante la guerra hicieron cosas que su “yo” anterior nunca hubiera hecho. Se produce una ruptura entre el concepto de sí mismos antes de la guerra y de la persona que regresa al hogar. </p>
<p>Tanto <a href="https://www.simonandschuster.com/books/Odysseus-in-America/Jonathan-Shay/9780743211574">Jonathan Shay</a>, psicólogo especializado en tratar con veteranos de la guerra de Vietnam, como Nancy Sherman, profesora de filosofía en la academia militar de Westpoint, detectaron las consecuencias de la guerra en los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEP). También <a href="https://global.oup.com/academic/product/afterwar-9780199325276?cc=es&lang=en&">señalaron otro tipo de heridas invisibles</a>: “Transgresiones morales cometidas u omitidas, perpetradas por uno mismo o por otros, o por ser testigo de intenso sufrimiento ajeno”. Es decir, caer por debajo de los estándares normativos dignos de buenas personas o buenos soldados.</p>
<p>Shay planteó que las heridas morales no son TEP. Alguien con TEP no siempre siente que ha hecho algo malo. La cura de la herida moral, si la hay, pasa por recuperar la confianza en las expectativas sobre el mundo. Muchos son incapaces de reconciliar su identidad moral de antes de la guerra con aquello que experimentaron. En el peor de los casos acaban por suicidarse, <a href="https://www.theguardian.com/us-news/2018/sep/26/suicide-rate-young-us-veterans-jumps">algo bastante común entre los veteranos</a>. El TEP no suele ser la causa del suicidio, sino la incapacidad de reconciliar su ruptura identitaria. </p>
<h2>No fui yo, fueron las circunstancias</h2>
<p>Porque, claro, ¿cómo se reconcilia el veterano del presente con su “yo” pasado, que nunca creyó que podría disparar a un niño a sangre fría? ¿Cómo se autoevalúa si considera que no ha cambiado y, a la vez, intenta aceptar el vacío moral exhibido durante el conflicto? Dadas las evidencias mostradas en algunos de sus relatos, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8585102">la reconciliación pasa por lo que llamamos “estrategia del victimario”</a>. Esta consiste en proteger la identidad personal y las expectativas sobre el mundo. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/561594/original/file-20231124-25-1r14om.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un soldado estadounidense lleva una bolsa de lona a la zona de carga." src="https://images.theconversation.com/files/561594/original/file-20231124-25-1r14om.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/561594/original/file-20231124-25-1r14om.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=904&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/561594/original/file-20231124-25-1r14om.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=904&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/561594/original/file-20231124-25-1r14om.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=904&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/561594/original/file-20231124-25-1r14om.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1135&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/561594/original/file-20231124-25-1r14om.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1135&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/561594/original/file-20231124-25-1r14om.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1135&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Un soldado estadounidense lleva una bolsa de lona a la zona de carga antes de que sea registrada durante una miniescapada en Camp Virginia, Kuwait, 7 de diciembre de 2011.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:111207-A-TH293-151_(6482625127).jpg">U.S. military or Department of Defense / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>El victimario cree saber que las expectativas sobre el mundo son una ilusión. Sin embargo, esta “verdad” pertenece al campo de batalla. Su trabajo, más allá de las obligaciones militares, consiste en proteger estas expectativas.</p>
<p>Encuentra así una justificación externa para la trasgresión moral, sea bajo la idea de “cumplimiento del deber” o para “proteger la sociedad de las consecuencias de la guerra”. Es mejor mantener esa ilusión al caos nihilista del vacío moral, por lo que acaba por verse a sí mismo como el garante de la seguridad. Justifica sus actos, por muy moralmente atroces que hubieran sido, o por mucho que antes de la guerra los hubiera rechazado, diciendo que protegen las expectativas del mundo. Llevar la guerra a casa implica que la sociedad civil perdería estas expectativas, y eso es intolerable. </p>
<p>Los testimonios de estos veteranos que optaron por la narrativa de evasión se elaboran sobre la idea de que su núcleo moral continuó indemne pese a todo. Los moralmente corruptos, los que trastocaron los ideales por los que se alistaron, son siempre los militares de alto grado, los jueces, los burócratas, los políticos. La guerra del veterano era la guerra justa. </p>
<p>Con esta simplificación de la realidad, el veterano justifica que no quebrantó sus principios morales, sino que fueron aquellos que organizaron la guerra los que lo hicieron. Fue engañado, obligado a matar: es la víctima. Y si tuvo que actuar de victimario… bueno, había que proteger la ilusión en la que el resto de los civiles vivimos.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-coste-psicologico-de-tener-que-combatir-en-la-guerra-179428">El coste psicológico de tener que combatir en la guerra</a>
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<h2>“Es que soy así”</h2>
<p>En el documental <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film799240.html"><em>Fantasmas de Abu Ghraib</em></a> podemos observar en funcionamiento la justificación del victimario. La mayor parte de los soldados se consideran víctimas tanto de la situación como del sistema. No se aprecia ni arrepentimiento ni sentimiento de responsabilidad ante lo que ocurrió en casi ninguno de los soldados destinados a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tortura_y_abuso_de_prisioneros_en_Abu_Ghraib">esa cárcel en suelo iraquí</a>. Su actitud es la de equipararse a las víctimas. Proteger su “yo”, como alguien que nunca cambió su posición moral. </p>
<p>A una de las soldados que torturaron en Abu Ghraib se le pregunta: “¿Por qué se hizo una foto en donde sonreía y levantaba un pulgar en señal de ‘OK’ al lado del cadáver de un iraquí asesinado durante un interrogatorio?”. La veterana contesta: “Tal vez ahora no lo haría, pero, es que yo soy así, es lo que hago siempre cuando me tiran una foto… sonrío y levanto el pulgar”. </p>
<p>“Soy así. Sonrío y levanto el pulgar”.</p>
<p>Evitar la experiencia del daño producido es una estrategia poco saludable. Lleva a terribles consecuencias vitales, desde el suicido a la incapacidad de llevar una vida digna. Aceptar que como soldado transgredió principios morales que consideraba inquebrantables tampoco es que sea mucho mejor, pero al menos sostiene cierta honestidad con uno mismo. Es asumir que somos capaces de hacer cosas terribles en contextos deshumanizados que invitan al paréntesis moral. </p>
<p>El desafío de las sociedades democráticas que se quieren encargar adecuadamente de sus veteranos pasa por reconocer sus heridas morales y reconstruir su confianza en las expectativas sobre el mundo. Puede que las expectativas sean una ilusión, un invento social para que vivamos con cierta tranquilidad, pero lo sean o no, es un invento conveniente que nos permite pensar que siempre vamos a poder contar con alguien en caso de necesidad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/218493/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alberto Murcia Carbonell no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Reconciliar la persona que se ha sido antes de ir a la guerra con el veterano que vuelve tras haber visto el horror no es nada fácil.Alberto Murcia Carbonell, Profesor Humanidades, ética y nuevas tecnologías , Universidad Camilo José CelaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2173982023-11-15T21:07:44Z2023-11-15T21:07:44ZNo somos una especie violenta, pese a lo que digan las noticias<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/559536/original/file-20231115-29-497qt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=42%2C250%2C4028%2C2838&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/miniature-figurine-prehistoric-man-war-tank-2144126531">life_in_a_pixel/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El espectáculo que nos ofrece el <a href="https://theconversation.com/es/topics/conflicto-israel-palestina-146517">panorama bélico actual</a> reaviva una de las preguntas más centrales de la biología, la filosofía y la ética: ¿es <em>Homo sapiens</em> una especie violenta? </p>
<p>Se trata de una cuestión compleja en torno a la cual se han desarrollado escuelas aparentemente contrapuestas. Por un lado están las que creen que <a href="https://www.alianzaeditorial.es/libro/filosofia/leviatan-thomas-hobbes-9788491811411/">el mal es inherente a la naturaleza humana</a>. Por otro, las que imputan la agresividad de <em>Homo sapiens</em> a <a href="https://www.alianzaeditorial.es/libro/ciencias-sociales/discurso-sobre-las-ciencias-y-las-artes-discurso-sobre-el-origen-de-la-desigualdad-entre-los-hombres-jean-jacques-rousseau-9788420669557/">comportamientos aprendidos o modulados por el contexto sociocultural</a>. </p>
<p>Desde la antropología, podemos intentar aproximarnos a esta cuestión analizando las muertes por agresión que han marcado la historia de nuestra especie desde su origen, y compararlas con el nivel de interacciones letales que ocurre en otros animales, especialmente aquellos con los que estamos más estrechamente emparentados. </p>
<p>Un <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27680701/">análisis comparativo de más de 1 000 especies de mamíferos</a>, realizado en 2016 y publicado en <em>Nature</em>, predecía para nuestra especie un 2 % de muertes por violencia interpersonal. Un porcentaje similar al que se obtiene tras analizar los datos históricos de más de 600 poblaciones de <em>Homo sapiens</em> desde la Prehistoria hasta la Edad Contemporánea. </p>
<p>Ese 2 % es un número muy parecido al obtenido para la gran mayoría de primates, lo que apunta a que nuestra violencia podría ser una herencia compartida en nuestra historia evolutiva con otros mamíferos sociales. Es, en cualquier caso, la cifra esperable para el tipo de animal que somos. En otras palabras, no seríamos más violentos de lo que nos corresponde como primates, lo que no es de ningún modo un intento de relativizar su gravedad, sino de contextualizarla dentro del reino animal. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/559547/original/file-20231115-21-faa07f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/559547/original/file-20231115-21-faa07f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/559547/original/file-20231115-21-faa07f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/559547/original/file-20231115-21-faa07f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/559547/original/file-20231115-21-faa07f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/559547/original/file-20231115-21-faa07f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/559547/original/file-20231115-21-faa07f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/559547/original/file-20231115-21-faa07f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Bonobos (<em>Pan paniscus</em>) luchando en la República Democrática del Congo, África.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/fighting-bonobos-pan-paniscus-short-distance-173458760">Sergey Uryadnikov/Shutterstock</a></span>
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<h2>Vivir en grupo propicia los conflictos</h2>
<p>Uno de los factores principales que parecen condicionar estas interacciones violentas es nuestra naturaleza social: vivir en grupo propicia los conflictos y la competición por los recursos, mientras que estos episodios apenas se registran en especies con modos de vida solitarios. </p>
<p>Este estudio también explica que los niveles de violencia han fluctuado mucho dependiendo de la población, el momento histórico y el contexto sociocultural específico de cada grupo, incidiendo en la posibilidad de que ese instinto agresivo sea, por lo tanto, culturalmente modulable. </p>
<p>Si analizamos, además, las cifras reales de muertes por homicidio, los valores oscilan <a href="https://ourworldindata.org/grapher/distribution-of-homicide-rates">en torno a las 6 muertes por cada 100 000 habitantes</a>. Eso significa que en torno al 0,006 % de la población mundial muere por violencia conespecífica (a manos de otro individuo dentro de la misma especie). </p>
<p>Existen periodos particularmente letales, sobre todo aquellos en los que la violencia se ejerce a gran escala por la implicación de al menos un estado, o conflictos civiles o coloniales que pueden llegar a culminar con la brutal eliminación de un grupo entero. El ejemplo más representativo del primer caso fue la II Guerra Mundial, en la que se estima que pudo fallecer en torno al 2-3 % de la población mundial, aunque en algunos países llegó a suponer hasta el 20 % de su población. Y de conflictos civiles, destaca el reciente genocidio de Ruanda, que se saldó con más de 800 000 muertos. </p>
<p>Pues bien, sorprendentemente, incluso en esos periodos singularmente atroces, el porcentaje de humanos que mueren a manos de otros humanos no suele superar el que se predice para un primate. </p>
<h2>Violencia interpersonal</h2>
<p>Las muertes por violencia interpersonal representan <a href="https://ourworldindata.org/causes-of-death-treemap">menos de un 1 % de las causas de muerte</a> frente a más de un 90 % de muertes por enfermedad y casi un 10 % de muertes traumáticas (accidentes, suicidios, complicaciones materno-infantiles en relación con el parto). </p>
<p>Estos números no recogen <a href="https://fra.europa.eu/en/data-and-maps/2021/frs">otros tipos de violencia indirecta o agresiones</a> que no culminan necesariamente con la muerte del individuo (tortura, abuso, discriminación, malnutrición). Pero en todo caso, a la luz de estas cifras resulta difícil concluir que la violencia caracterice a nuestra especie (lo que no minimiza, insisto, su gravedad).</p>
<p>Algunos tipos de violencia pueden considerarse adaptativos cuando son útiles para la consecución de recursos (comida, pareja, espacio), especialmente si estos son escasos. Esa utilidad explicaría su persistencia, a pesar de constituir un <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-homo-imperfectus/349958">comportamiento claramente destructivo que parecería ir en contra del propio éxito demográfico</a>. Pero en global, <em>Homo sapiens</em> no ha nacido para matar. </p>
<p>De hecho, la guerra requiere entrenamiento, no solo físico sino también psicológico, con el que <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/evan.21806">deshumanizar al enemigo y facilitar así su aniquilación</a>. No cabe duda de que la invención de la artillería y las armas por proyectil, con las que nuestra especie ha aprendido a matar a distancia, han facilitado la evasión de nuestros mecanismos inhibitorios innatos contra la violencia. Porque ojos que no ven (o que ven a distancia) no sienten (o sienten menos). </p>
<h2>La empatía y la compasión no son noticia</h2>
<p>La realidad es que el número de <a href="https://theconversation.com/los-sapiens-vivimos-mas-para-ayudar-a-los-demas-188229">interacciones pacíficas y gestos empáticos y compasivos que articulan nuestra convivencia diaria es infinitamente mayor que el número de episodios violentos</a>; pero no son noticia. No lo son porque basta una sola muerte evitable, precoz, cruel o <em>antinatural</em> para ensombrecer el entramado de acciones silenciosas caritativas o simplemente tolerantes en torno a las cuales se organiza una especie que da cabida a muchos individuos muy diferentes. </p>
<p>Las acciones bondadosas no son noticia porque, para nuestra especie, ser respetuoso, paciente o confiado –nos ponemos en manos del médico, el transportista, el cocinero, el profesor o el cuidador, aunque no los conozcamos– es lo <em>normal</em>. Es lo que percibimos como atroz o inaceptable, lo <em>anormal</em> –la crueldad, el infanticidio, la tortura, la violación– lo que se convierte en noticia, porque en ese clamor colectivo y esa noticia están también implícitos la denuncia y el rechazo. </p>
<p>No quiero con esto banalizar la barbarie de todas y cada una de las muertes violentas, pero sí alertar contra el peligro de escudarnos en un derrotismo estéril. No podemos permitir que el convencimiento –no probado– de que nuestra especie es mala por naturaleza nos lleve a rendirnos por adelantado. </p>
<p>En momentos de crisis y desánimo social, quizá toque predicar el optimismo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/217398/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Martinón-Torres recibe fondos de Ministerio de Ciencia e Innovación (Project PID2021-122355NB-C33 financed by MCIN/ AEI/10.13039/501100011033/ FEDER, UE) y The Leakey Foundation</span></em></p>Cuando los antropólogos analizan muertes por agresión que han marcado la historia de nuestra especie desde su origen, y las comparan con el nivel de interacciones letales en otros primates, concluyen que no somos más violentos que ellos.María Martinón-Torres, CENIEH Director, Atapuerca Research Team and author of "Homo imperfectus" (Ed. Destino), Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2072812023-11-05T22:29:51Z2023-11-05T22:29:51ZLas mujeres en guerra: la fascinante historia de Catalina López ‘la varonil’<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/539045/original/file-20230724-15-spq1fc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C1%2C1028%2C766&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Grabado '¡Qué valor!, de Francisco de Goya, parte de los 'Desastres de la guerra'. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Francisco_de_Goya_y_Lucientes_-_What_courage!_-_WGA10129.jpg">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>A lo largo de la historia, el destino de mujeres y niñas en tiempos de guerra ha estado marcado por la posibilidad de ser masacradas, torturadas, violadas, esclavizadas o deportadas si su bando resultaba derrotado. </p>
<p>Ante tal perspectiva, la única opción (aunque extrema y poco común en la práctica) para salvar el honor y la dignidad de la familia era sacrificar a sus propios hijos y acabar con la propia vida. La Guerra de las Galias de Julio César en época romana, el <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Jauhar">Jauhar</a> (práctica de quemarse viva para evitar la captura) en la India medieval o el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Harakiri"><em>harakiri</em></a> japonés (también practicado por mujeres) sirven de ejemplo de estas prácticas repetidas en contextos, cronologías y espacios muy alejados. </p>
<p>En casos en los que esto no fuese posible, la venganza se presentaba como una alternativa para salvar el honor <em>in extremis</em>. Así se ve en casos de mujeres esclavizadas que toman su vida, la de sus amos o la de su descendencia: <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_Judit">desde la Judit bíblica</a> (quien cortó la cabeza del general Holofernes), hasta <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Margaret_Garner">Margaret Garner</a>, quien en 1856 tomó la vida de su hija para evitar que cayese en manos de los cazadores de esclavos, y cuya historia inspiró la novela <em>Beloved</em> de Toni Morrison. Víctimas, mártires o vengadoras, esos eran los principales roles culturales para las mujeres en época de guerra.</p>
<p>Existieron figuras femeninas que exhortaron a los hombres a no flaquear, como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Pita">María Pita</a> o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Agustina_de_Arag%C3%B3n">Agustina de Aragón</a>. </p>
<p>Sin embargo, estas excepciones eran poco comunes. Si una mujer mostraba resistencia activa o participaba en la defensa desesperada de una ciudad, se arriesgaba a sufrir represalias aún más crueles por parte del enemigo y a ser desacreditada o menospreciada por los hombres de su propio bando. Para el juicio masculino, se convertía en una furia o una arpía: una inversión de la feminidad, que muestra su monstruosidad a través de una violencia feroz, descontrolada y cruel. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/539049/original/file-20230724-19-yvmske.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una mujer vestida de época en medio de un paisaje de guerra, con una carreta abandonada detrás de ella." src="https://images.theconversation.com/files/539049/original/file-20230724-19-yvmske.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/539049/original/file-20230724-19-yvmske.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=717&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/539049/original/file-20230724-19-yvmske.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=717&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/539049/original/file-20230724-19-yvmske.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=717&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/539049/original/file-20230724-19-yvmske.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=901&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/539049/original/file-20230724-19-yvmske.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=901&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/539049/original/file-20230724-19-yvmske.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=901&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Agustina de Aragón dibujada por Augusto Ferrer-Dalmau.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Agustina_de_aragon4red.jpg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En la práctica, incluso en el siglo XX, las mujeres que se unían al ejército solían estar relegadas a funciones de logística, intendencia y enfermería. Si tenían un papel más activo desde el punto de vista militar, era generalmente en el ámbito del espionaje y la resistencia. Un trabajo arriesgado, pero adaptado a su “inferioridad”, ya que ser ignoradas por el enemigo les permitía pasar inadvertidas.</p>
<p>Para desafiar estos estereotipos que han perdurado desde la antigüedad, debemos acudir a archivos y fuentes históricas y descubrir qué nos dicen sobre las mujeres en la guerra. No nos engañemos: incluso estas fuentes están construidas desde una perspectiva masculina. </p>
<p>Sin embargo, también nos reservan sorpresas en las que las opciones disponibles para las mujeres son más ricas, amplias y dinámicas. Hay un ejemplo que desafía todos los moldes: Catalina López, “la varonil”. </p>
<h2>Historia de Catalina</h2>
<p>No sabemos mucho sobre ella. Solamente se han conservado <a href="https://books.google.es/books/about/Libro_del_cabildo_de_la_villa_de_Santiag.html?id=9h2d8R2i14cC&redir_esc=y">unas pocas líneas que sobre ella escribe Rodrigo de Vera y Guijano</a>, un funcionario de principios del siglo XVII de la villa de Saltillo, una ciudad del actual México cercana a Monterrey. </p>
<p>En 1607, de Vera y Guijano pretendía ser nombrado alguacil mayor de la audiencia de Guadalajara, una de las secciones en las que se dividía <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Virreinato_de_Nueva_Espa%C3%B1a">la Nueva España</a> en América del Norte. Para ello remitió al rey Felipe III (que reinó entre 1598 y 1621) <a href="https://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/342237">un documento que, en el siglo XVII, equivalía a un currículum vitae actual</a>. En él incluía no solo sus propios méritos, sino también los de su familia. Y ahí es donde encontramos esta extraordinaria historia. </p>
<p>Rodrigo menciona entre sus antepasados a la tía de su esposa, Catalina López. Según relata, Catalina se enfrentó “sola y armada a caballo” a un ejército de dos mil indígenas. Sin embargo, en lugar de prolongar el conflicto armado, logró “obligar con dádivas al mayor señor”, es decir, negoció exitosamente la paz.</p>
<p>Catalina regresó triunfante a San Sebastián El Grande, en el actual estado mexicano de Jalisco, con el jefe indígena atado a su caballo y seguido de toda su gente. </p>
<p>El documento menciona una cifra de 10 000 seguidores, sin duda exagerada. Sin embargo, lo que sí es cierto es que, todavía en 1607, éstos vivían “<a href="http://pares.mcu.es:80/ParesBusquedas20/catalogo/description/342237">asentados de paz sin gasto de S. M. Su Majestad como antes le tenía</a>”. </p>
<h2>Habilidades negociadoras</h2>
<p>El caso de Catalina López nos invita a expandir nuestra comprensión de la violencia, el género y las normas que los rodean.</p>
<p>El historiador Carlos Manuel Valdés proporciona <a href="https://coahuilacultura.gob.mx/wp-content/uploads/2020/08/2-La-gente-del-mezquite.pdf">algunas claves</a> para interpretar la experiencia de Catalina. Según él, el padre de Catalina, dos de sus hermanos y varios sirvientes y esclavos en su casa fueron asesinados durante un ataque indígena. Los culpables se retiraron a las montañas sin que los españoles tomaran represalias. En este contexto Catalina decidió cabalgar sola para enfrentarse a ellos.</p>
<p>Para los españoles de la época, el hecho de que una mujer se acercara sola al ejército enemigo era un acto de valentía sin igual, de ahí que se dijera de ella que “<a href="http://pares.mcu.es:80/ParesBusquedas20/catalogo/description/342237">por excelencia llaman la varonil</a>”. Sin embargo, para los indígenas, una mujer aproximada sin escolta masculina se consideraba un mensajero y recibía protección. Catalina adoptó un papel común en esa época: el de las mujeres que se aventuraban en territorio enemigo para abrir negociaciones. </p>
<p>Podríamos interpretar la entrega de regalos (las fuentes no especifican lo que entregó) como un engaño de los indígenas o un intento de corrupción por parte de Catalina hacia su jefe. Sin embargo, en la cultura receptora, estos regalos simbolizaban reciprocidad, el restablecimiento de la paz y la restauración de los lazos sociales rotos por la violencia.</p>
<p>Que fuentes históricas <a href="http://pares.mcu.es:80/ParesBusquedas20/catalogo/description/342237">como la aquí analizada</a> celebren a Catalina López como “la varonil” no implica que su triunfo se basara en aplastar a sus rivales por la fuerza. Todo lo contrario, se fundamenta en el coraje necesario para enfrentarlos sola y en su habilidad para negociar, obteniendo así la mejor de las victorias militares: triunfar sin utilizar las armas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/207281/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Igor Pérez Tostado ha recibido financiación por parte del Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia y del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, proyecto «En los límites de la violencia (III): la violencia lenta de los imperios modernos» (PID2021-122319NB-C22) financiado por MCIN /AEI /10.13039/501100011033 / FEDER, UE). </span></em></p>El papel que la guerra reserva a las mujeres ha sido durante mucho tiempo de víctimas, mártires o vengadoras. Pero ellas también han luchado en batallas, de muchas formas diferentes.Igor Pérez Tostado, Investigador Responsable del grupo PAI HUM1000 Historia de la globalización: violencia, negociación e interculturalidad, Universidad Pablo de OlavideLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2159022023-10-30T21:29:39Z2023-10-30T21:29:39ZCómo el miedo cambia nuestra mente: impacto de la difusión del terror<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/556274/original/file-20231027-22-97tdqw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=44%2C26%2C2950%2C1967&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/palestinians-evacuate-wounded-after-israeli-airstrike-2374214011">Anas-Mohammed/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En mayo del año 1097, los cruzados catapultaron cabezas decapitadas de prisioneros por encima de las murallas de Nicea. El objetivo de la acción fue aterrorizar a los defensores y lograr la conquista de la ciudad. Y seguramente les funcionó, porque el 19 de junio de ese mismo año la tomaron. </p>
<p>La difusión del terror para conseguir ventajas tácticas o estratégicas por parte de estados, grupos políticos, militares y religiosos ha sido una constante durante toda la historia de la humanidad. Y nuestro mundo del siglo XXI no está habitado por mejores seres humanos, solo más sofisticados.</p>
<p>Siguiendo con el ejemplo histórico, únicamente los que vivían junto a las murallas sintieron el estupor de ver cabezas humanas lanzadas al aire. Los habitantes de ciudades cercanas a Nicea no recibieron la noticia de los terribles hechos del asedio hasta semanas o incluso meses después. Y desde luego, solo escucharon narraciones más o menos detalladas de lo acontecido, sin imágenes ni vídeos que reprodujeran exactamente lo sucedido en el asedio. El poder de difusión del terror en el siglo XI era limitado. </p>
<p>En el mundo actual, las ubicuas tecnologías de la comunicación permiten que nos “catapulten cabezas” a todos en tiempo real y con un poder de difusión del cual es casi imposible escapar. Como ocurre hoy con las imágenes de las masacres en Israel y Palestina, o como pasó con los terribles atentados terroristas de las últimas décadas, o como acontecerá, desgraciadamente, con los conflictos que vengan. </p>
<p>Para colmo, las empresas de la comunicación deben competir en un mercado feroz por las audiencias y los clics, y saben que el miedo y el sensacionalismo constituyen un buen reclamo para atrapar nuestra atención.</p>
<h2>Imágenes que pueden hacer que nuestro cuerpo secrete mucho cortisol</h2>
<p>Recientemente se han empezado a estudiar las consecuencias psicológicas de fenómenos como la “exposición continuada a noticias” (<a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23020743/"><em>news information overload</em></a>, en inglés) o la “contemplación generalizada de eventos traumáticos” (<a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0263276415619220"><em>generalized trauma event witnessing</em></a>).</p>
<p><a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/2167702619858300">Experimentar una situación extrema</a>, como puede ser el asesinato de una persona, aunque sea solo por la pantalla del móvil, activa la rama simpática del sistema nervioso autónomo. Nuestro organismo responde segregando al torrente sanguíneo una serie de hormonas como la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol –la conocida hormona del estrés–. Estas hormonas atraviesan la barrera hematoencefálica y penetran en nuestro cerebro. </p>
<p>Con ellas circulando por las arterias nuestra fisiología cambia: aumentan nuestras pulsaciones y sube la tensión sanguínea para poder luchar o huir de los estímulos amenazantes o las situaciones de pérdida. Se trata de cambios adaptativos a corto plazo. Pero a largo plazo y de forma crónica, como es bien sabido desde hace décadas, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1074742711000517?casa_token=5-q-dRG0f1wAAAAA:0At9mnlLk3N2NIc45qFM3zvn-J6mlaawgoyUBsYjqz1Fj9-assL69HzULDlk4X9xWq3C7vugXA">pueden provocar graves problemas de salud</a>.</p>
<p>¿Y cuál es el efecto de esta exposición constante a estímulos amenazantes en nuestro cerebro? ¿Corremos el riesgo de que nuestra manera de pensar se transforme?</p>
<h2>Mala memoria y falta de control</h2>
<p>Desde hace solo algunos años tenemos constancia de que, tanto en humanos como en animales, el estrés continuado produce <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27862513/">cambios sistémicos en nuestro cerebro</a>. Bajo situaciones de estrés agudo se inhiben las memorias dependientes del hipocampo y también se cancela el control ejercido por el córtex prefrontal. Al mismo tiempo, nuestras emociones privilegian el desencadenamiento de hábitos y rutinas a través de una región llamada estriado dorsal, regulada por la amígdala, el centro del miedo.</p>
<p>Estos cambios tienen sentido porque están, en principio, destinados a ayudarnos a afrontar situaciones estresantes concretas a corto plazo. Cuando nos enfrentamos a una amenaza, lo urgente es reaccionar rápido y no que la memoria se tome un tiempo en recordar situaciones relacionadas para analizar los factores contextuales. Pero si se perpetúan, puede conllevar graves consecuencias cognitivas a medio y largo plazo.</p>
<p>¿Por qué? <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27862513/">En esencia, lo que ocurre con el estrés crónico es que dificulta el funcionamiento adecuado de nuestra memoria y aprendizaje, afectando esencialmente a</a> la especificidad de la memoria, la flexibilidad y la reconsolidación.</p>
<p><strong>1. Especificidad.</strong> La información procesada en situaciones de estrés es más abstracta y está mal contextualizada. Se estrecha la atención con el fin de priorizar las partes esenciales del evento estresante y procesar solamente la información esencial.</p>
<p><strong>2. Flexibilidad.</strong> Con el estrés prácticamente se anula la capacidad de integrar información novedosa en esquemas previamente establecidos. También se limita la utilización de esquemas previos para procesar de forma más adecuada estímulos que estamos recibiendo por nuestros sentidos. Eso nos impide transferir información previamente adquirida a contextos recientes. Digamos que, bajo tensión, no podemos aprovecharnos con la misma eficacia de la experiencia acumulada.</p>
<p><strong>3. Reconsolidación</strong> Nuestra memoria no es rígida, sino que nos ayuda a adaptarnos a nuevas condiciones contextuales y facilita el aprendizaje. El proceso de actualización y reestabilización de nuestra memoria se denomina reconsolidación. Pero el estrés dificulta la actualización, y, por lo tanto, la reconstrucción de nuestras huellas de memoria mediante la integración de nueva información. </p>
<p>Si estos cambios sistémicos en nuestros procesos psicológicos se perpetúan en gran parte de la población –y la exposición continuada a escenas violentas ayuda a ello–, <a href="https://www.nature.com/articles/npjscilearn201611">la toma racional de decisiones políticas y sociales por parte de la ciudadanía y sus dirigentes se verá dificultada</a>. </p>
<p>Y el auge de los populismos, la polarización, el aumento de los conflictos violentos y, en consecuencia, la crisis de las democracias liberales puede agudizarse debido a esta incapacidad para afrontar a largo plazo y racionalmente los retos que nos acucian.</p>
<p>Porque mientras que nos caen cabezas, es imposible tomar decisiones lógicas. Quizás por eso nos las arrojan.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/215902/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Francisco Javier Saavedra Macías no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Cada vez que un acontecimiento violento estalla en algún rincón del mundo, sufrimos una inundación de imágenes terribles. Así, últimamente hemos asistido a la retransmisión casi en directo del terror de los conflictos de Ucrania y Gaza. ¿Qué impacto tiene en nuestras mentes?Francisco Javier Saavedra Macías, Profesor Titular departamento de Psicología Experimental, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2140572023-09-26T18:41:20Z2023-09-26T18:41:20ZNagorno-Karabaj: ¿el final de un conflicto congelado?<p>Tras una operación militar “especial” –teóricamente antiterrorista– de escasa duración, las tropas azeríes han logrado <a href="https://www.france24.com/es/asia-pac%C3%ADfico/20230920-azerbaiy%C3%A1n-y-armenia-alcanzan-un-alto-al-fuego-en-nagorno-karabaj">la rendición incondicional y la deposición de las armas</a> de las precarias fuerzas armadas de Nagorno-Karabaj. Comienza, probablemente, la desactivación definitiva <a href="https://www.bbc.com/mundo/articles/cek4elpyk83o">de un conflicto que llevaba congelado</a>, con virulentos rebrotes militares, desde el año 1988.</p>
<p>¿Qué ha cambiado para que se haya producido este abrupto giro de los acontecimientos? En primer lugar, el desinterés hacia este enclave de las principales potencias con intereses regionales que podrían haber mantenido el apoyo a la autoproclamada entidad independiente de Artsaj y a su Estado-matriz, Armenia. </p>
<p>Francia, Estados Unidos y Rusia, como copresidencias del <a href="https://www.osce.org/mg">Grupo de Minsk</a> en el marco de la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa (OSCE), no han conseguido ningún avance sustancial en la resolución político-diplomática del conflicto. </p>
<p><a href="https://www.osce.org/minsk-group/108308">Desde que se creó en el año 1995</a>, después de la Cumbre de Budapest de la organización regional, con el objetivo de supervisar el acuerdo suscrito por las partes tras cesar el conflicto militar en el año 1994, Armenia consiguió “congelar” el conflicto hasta el año 2020. Todo ello, además, unido a las incumplidas resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.</p>
<h2>La posición de Rusia</h2>
<p>Un segundo elemento relevante se deriva de las consecuencias geopolíticas y estratégicas de la agresión de Rusia a Ucrania. Desde los primeros choques interétnicos desarrollados entre representantes de la población armenia y azerí en el año 1988, las fuerzas armadas soviéticas y, con posterioridad, las rusas, han garantizado la interposición en el marco de las operaciones de mantenimiento de paz. Especialmente tras <a href="https://www.peaceagreements.org/view/2455">el Acuerdo Trilateral</a> de 2020 entre los tres estados implicados (Armenia, Rusia y Azerbaiyán) con las autoridades de Stepanakaert, la capital de Nagorno-Karabaj, como observadores silentes de su suerte. </p>
<p>Sin embargo, la diplomacia “fluida” que Vladimir Putin mantiene con la Turquía de Erdogan –principal potencia regional que apoya incondicionalmente a Azerbaiyán–, sumado a las desavenencias importantes surgidas con Nikol Pashinián, primer ministro de Armenia, han propiciado que en este reciente episodio bélico el contingente ruso desplegado como fuerza de interposición se haya abstenido de intervenir conforme a su mandato.</p>
<h2>La proyección exterior de Armenia</h2>
<p>La tercera variable está conectada con la evolución de la política interna de Armenia y su proyección exterior. El primer ministro de Armenia,<a href="https://www.ellitoral.com/internacionales/nikol-pashinian-azerbaiyan-armenia-nagorno-karabaj-artsaj-ahora-hoy-rusia-turquia-iran-ilham-liyev-otan-union-europea-yevlakh-guerra-conflicto-unidos-video_0_Wt0uEcZczH.html"> Nikol Pashinián</a>, se hizo con el poder tras una serie de revueltas ciudadanas contra Sargsián, que intentaba perpetuarse como primer ministro tras la jefatura del Estado. Sus primeras visitas oficiales las hizo al enclave de Artsaj y a Putin, como declaración de intenciones de su mandato. </p>
<p>Sin embargo, <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-54886462">la guerra de las seis semanas (2020)</a>, que permitió recuperar a Bakú parte del territorio perdido en 1994, se tradujo en una alteración del conflicto muy significativa. Además de quebrar la confianza armenia en el Kremlin, el coste militar, económico y social para esta república fue muy elevado.</p>
<p>Rusia fue requerida por Ereván, capital de Armenia, para acudir en su ayuda militar en el marco del acuerdo militar bilateral que mantienen ambas repúblicas y, en paralelo, en el marco de la Organización del<a href="https://en.odkb-csto.org/"> Tratado de Seguridad Colectiva</a>, liderada por Moscú. </p>
<p>Putin estaba preparando en el año 2020, al amparo de la conmoción internacional debido a la pandemia de la covid-19, la campaña militar contra Ucrania. Apoyando <a href="https://theconversation.com/bielorrusia-titere-de-putin-y-cooperador-necesario-en-la-agresion-contra-ucrania-177968">al régimen de Lukashenko</a> como futuro cooperador necesario de la agresión y reformando la Constitución de la Federación Rusa para poder perpetuarse en el Kremlin. </p>
<p>Por ello, ignoró las peticiones de auxilio de Pashinián y Armenia inició un viraje hacia una política exterior multivectorial y una aproximación hacia la Unión Europea y a Estados Unidos, país con el que recientemente ha realizado maniobras militares conjuntas tensando aún más las relaciones con Rusia.</p>
<h2>El desarrollo de Azerbaiyán</h2>
<p>El cuarto factor está ligado al espectacular desarrollo económico y militar de Azerbaiyán. La riqueza energética y la exportación de hidrocarburos ha propiciado la creación de unas modernas fuerzas armadas equipadas con un suministro en el que Israel y Rusia, que no hace distinciones y ha sido proveedor de ambas repúblicas, son los proveedores principales. </p>
<p>En menor medida aparece Turquía que, sin embargo, es su principal apoyo político y diplomático en un espacio postsoviético <a href="https://www.rferl.org/a/week-in-russia-gutterman-limited-leverage-near-abroad/32605150.html?withmediaplayer=1">en el que Rusia pierde fuelle</a> y en el que los intereses de China e Irán quieren ser frenados por Ankara.</p>
<p>¿Se ha dejado caer a Nagorno-Karabaj? Parece evidente que sí. </p>
<p>Pashinián había declarado tras dos cumbres celebradas sucesivamente en Bruselas y en Moscú en mayo y junio que estaba dispuesto a reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán, incluyendo el enclave territorial en disputa desde la independencia de las respectivas repúblicas hace más de tres décadas. </p>
<p>Más allá de la compleja evolución histórica de la región, así como del puzzle interétnico del imperio ruso y de la extinta Unión Soviética, Armenia y Azerbaiyán fueron reconocidas internacionalmente como repúblicas independientes con Nagorno-Karabaj como parte integrante de la segunda y Najicheván, de mayoría étnica azerí, como república autónoma en el seno de la primera. Artsaj funcionó como estado <em>de facto</em>, pero no <em>de iure</em>. Sin el soporte económico y político de Armenia, los más de 100 000 habitantes de esta minoría no pueden sobrevivir como entidad estatal al margen de Azerbaiyán. </p>
<p>Así ha sucedido durante los pasados meses en los que el corredor de Lachín, que conectaba Nagorno-Karabaj con Armenia, ha permanecido bloqueado por los azeríes. La insostenibilibad de la situación ha concluido con la rendición de las fuerzas armadas del enclave territorial y con la petición de desarme completo y disolución de todos los grupos armados que operaban en la zona –incluidos los armenios–, así como la reintegración completa del territorio a la soberanía de Azerbaiyán.</p>
<h2>Casi 40 000 víctimas mortales</h2>
<p>Más de treinta años de conflictividad interétnica, con cerca de 40 000 víctimas mortales entre los dos conflictos bélicos (1988-94 y 2020) y las sucesivas escaladas y desescaladas, parecen llegar a su final. Sin embargo, es prematuro plantear que la tensión vaya a desaparecer de la región. Armenia ha realizado una forzosa concesión para intentar salvaguardar su propia integridad territorial, amenazada ahora por una Azerbaiyán potencialmente expansionista y <a href="https://www.aa.com.tr/es/mundo/azerbaiy%C3%A1n-decidida-a-unir-su-territorio-con-la-rep%C3%BAblica-de-najichev%C3%A1n/2066291">con interés en conectar</a> territorialmente Najicheván con su territorio.</p>
<p>El desastre humanitario es un peligro latente entre una población armenia de Nagorno-Karabaj que se debate entre huir hacia Armenia –abandonando tierras y propiedades– o apostar por <a href="https://www.hrw.org/news/2023/09/23/azerbaijan-ensure-civilians-rights-nagorno-karabakh">un futuro igualmente incierto</a> permaneciendo en Azerbaiyán, exponiéndose al revanchismo y a la conflictividad interétnica con la población azerí que vuelva a la región tras décadas de éxodo.</p>
<p>Los intereses de los principales actores regionales son múltiples y contrapuestos: el oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC) exporta el 80 % del petróleo de Azerbaiyán hacia el Mediterráneo, pero también a través de una ruta alternativa vía Rusia. Exportó el pasado año algo más de 12 000 millones de metros cúbicos de gas natural a Europa y se encuentra ubicada estratégicamente en la Nueva Ruta de la Seda China.</p>
<p>Armenia tendrá que apostar por buscar apoyos sólidos en nuevos socios occidentales tras su fallida experiencia con Rusia. Parece que la potencia que tutelaba a ambas repúblicas ha alterado sus objetivos estratégicos en el antiguo espacio soviético tras la experiencia ucraniana. Y con ellos, la suerte de decenas de miles de personas que forman la población civil armenia. Nada nuevo en la geopolítica de las potencias internacionales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214057/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Ángel López Jiménez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La tensión podría continuar en una región que forma un puzle geopolítico con intereses contrapuestos.José Ángel López Jiménez, Profesor de Derecho Internacional Público, Universidad Pontificia ComillasLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2090582023-07-06T17:40:18Z2023-07-06T17:40:18ZLas guerras del siglo XX: una historia de ruptura entre el hombre y su entorno<p>Hacer la guerra es una <a href="https://theconversation.com/le-retour-de-la-guerre-confirme-en-creux-que-lhistoire-est-bel-et-bien-finie-178909">actividad humana</a> muy antigua y <a href="https://theconversation.com/quand-larcheologie-enquete-sur-lorigine-de-la-violence-organisee-149382">violenta</a>; un uso de la fuerza, generalmente armada, entre varias comunidades organizadas, clanes, facciones o Estados para obligar a la parte contraria a someterse a su voluntad. Es, según la definición del teórico de la guerra <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/De_la_guerre">Carl von Clausewitz</a>, “un acto de violencia cuyo objeto es obligar al adversario a doblegarse a nuestra voluntad”. En este sentido, “la guerra no es más que la continuación de la política por otros medios”, “un choque de voluntades y medios”.</p>
<p>Como se libra sobre el terreno, y más en general en los espacios –el “teatro de las operaciones”–, la guerra tiene su propio entorno con el que mantiene relaciones múltiples y cambiantes: lo modifica a medida que se desarrolla.</p>
<p>Los militares han buscado desde el principio sacar provecho táctico del entorno para la ejecución de las operaciones militares, siempre analizando lo que es beneficioso o perjudicial para las mismas.</p>
<h2>Impactos que van <em>in crescendo</em></h2>
<p>Históricamente, los cambios medioambientales asociados a los enfrentamientos armados fueron locales y superficiales durante mucho tiempo, limitándose los combates a zonas geográficas restringidas, durante cortos periodos de tiempo y con la participación de un número limitado de combatientes que utilizaban principalmente armas blancas o armas de fuego portátiles y una artillería rudimentaria sin proyectiles explosivos. </p>
<p>Durante mucho tiempo, la guerra se libró mediante “<a href="https://www.seuil.com/ouvrage/combattre-stephane-audoin-rouzeau/9782020975087">incursiones en territorio enemigo</a>”, mediante emboscadas.</p>
<p>Pero la magnitud y la diversidad de las consecuencias medioambientales de la guerra no han dejado de aumentar con el incremento de la violencia bélica, el tamaño de los ejércitos implicados y, sobre todo, la potencia de las armas, que también se han diversificado y especializado.</p>
<p>Un primer umbral en la brutalidad de la guerra se cruzó con las guerras napoleónicas del siglo XIX, que inauguraron la <a href="https://www.decitre.fr/livres/mondes-en-guerre-9782379332470.html">masificación de la guerra</a>, con los primeros enfrentamientos a gran escala entre ejércitos nacionales cuya mano de obra procedía en parte del servicio militar obligatorio.</p>
<p>La tecnificación de la guerra, iniciada a finales del siglo XIX bajo el impulso del progreso tecnológico y del armamento, y la utilización masiva de este arsenal de potencia sin precedentes, marcaron con la Primera Guerra Mundial (1914-1918), conocida como la Gran Guerra, la entrada <a href="https://www.sudoc.abes.fr/cbs/xslt//DB=2.1/SET=2/TTL=1/SHW?FRST=1">en la era de la guerra mecanizada moderna</a>.</p>
<h2>La Gran Guerra, un momento decisivo</h2>
<p>La <a href="https://theconversation.com/1920-2020-cent-ans-apres-les-munitions-de-la-grande-guerre-polluent-toujours-nos-sols-134268">Gran Guerra</a> supuso la primera ruptura antropológica en la relación entre el ser humano y su entorno, que nunca antes se había visto tan profunda y permanentemente alterada en tan corto espacio de tiempo. A partir de entonces, la guerra se convirtió en un factor de antropización de los entornos.</p>
<p>Esta guerra, de una violencia medioambiental sin precedentes, fue total, ganada o perdida en el frente o en la retaguardia invirtiendo también todos los compartimentos del medio ambiente: el aire, los mares, el suelo y el subsuelo, las llanuras y las montañas.</p>
<p>Fue también un punto de inflexión en el acto bélico. La mayor de todas las guerras de máquinas y materiales, dominada en gran medida por la artillería, también fue incorpórea: nos <a href="https://www.seuil.com/ouvrage/combattre-stephane-audoin-rouzeau/9782020975087">matamos a distancia sin vernos</a>. La Gran Guerra fue la catástrofe inaugural de un siglo XX bárbaro.</p>
<p>Durante las dos guerras mundiales, la huella medioambiental, <a href="https://www.researchgate.net/publication/232897171_The_long-term_effects_of_explosive_munitions_on_the_WWI_battlefield_surface_of_Verdun_France">cuando es conocida y sobre todo visible</a>, fue una consecuencia colateral de la contienda: el combatiente era el objetivo, no el entorno en el que se desenvolvía.</p>
<h2>Vietnam, el medio ambiente en el punto de mira</h2>
<p>Fue con la guerra de Vietnam (1955-1975) y la Guerra Fría cuando el medio ambiente se convirtió en objetivo deliberado de la acción militar <a href="https://www.researchgate.net/publication/232897171_The_long-term_effects_of_explosive_munitions_on_the_WWI_battlefield_surface_of_Verdun_France">para desalojar al combatiente</a>.</p>
<p>La invisibilidad defensiva del soldado de la Gran Guerra en sus trincheras dio paso, en batallas cada vez más tecnológicas, a tácticas basadas en la hipervisibilidad del enemigo mediante la eliminación de elementos ambientales susceptibles de ocultarle: cámaras térmicas contra la oscuridad, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Agente_Naranja">agentes defoliantes</a> y un manto de bombas contra la selva en Vietnam, el uso de fósforo blanco para quemar bosques durante la guerra de 2020 en Nagorno-Karabaj… Todo porque el ojo electrónico del avión no tripulado necesita ver para disparar.</p>
<p>Pero fue también en Vietnam donde los efectos medioambientales de la guerra se hicieron brutalmente visibles para millones de telespectadores y lectores.</p>
<h2>El nacimiento del ecocidio</h2>
<p>El nombre y el concepto de <a href="https://theconversation.com/ecocidio-justicia-para-las-victimas-del-crimen-ambiental-152260"><em>ecocidio</em></a> nacieron de esta toma de conciencia, en el contexto más amplio de las críticas a la intervención militar estadounidense en Vietnam.</p>
<p>En <a href="https://nzetc.victoria.ac.nz/tm/scholarly/tei-Salient34141971-t1-body-d12.html"><em>Ecocide in Indochina</em></a> (1970), Barry Weisberg lo define como una estrategia destinada a destruir al enemigo, en parte atacándolo, pero también atacando todo su entorno natural, aquello que le permite sobrevivir.</p>
<p>Las secuelas medioambientales de la guerra son una realidad inequívoca. La magnitud y la tipología de estos cambios están estrechamente ligadas a la intensidad de los combates, a su densidad (la violencia de los combates en una zona geográfica restringida), a su dinámica (la evolución espacial y temporal de los campos de batalla), a la potencia de las armas y a los compartimentos medioambientales ocupados por las fuerzas armadas (suelo, subsuelo, agua y aire).</p>
<p>Pocos fenómenos geomorfológicos, ya sean estrictamente geológicos y/o biogeomorfológicos –la acción de los organismos vivos sobre el paisaje–, son capaces, como la guerra moderna, de modificar y perturbar de forma duradera el medio ambiente en un periodo tan corto y con tal magnitud.</p>
<h2>Consecuencias aún poco conocidas</h2>
<p>Los estudios medioambientales e históricos para establecer vínculos entre los cambios en el estado normal del medio ambiente –o incluso la contaminación– y los grandes conflictos armados siguen siendo locales, irregulares y aún incipientes.</p>
<p>Hoy, apenas nos estamos dando cuenta de la importancia de los más de cien años de huellas dejadas por la Primera Guerra Mundial en los suelos y aguas subterráneas, mientras Europa se ve sacudida desde el 24 de febrero de 2022 por un <a href="https://theconversation.com/es/topics/guerra-rusia-ucrania-117059">conflicto interestatal de alta intensidad</a> y de una brutalidad nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial. Una guerra de agresión de Rusia contra un Estado soberano, Ucrania, con una fisonomía que creíamos relegada al pasado.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/209058/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Daniel Hubé ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d'une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n'a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.</span></em></p>Las consecuencias de los conflictos armados sobre el medio ambiente han adquirido una nueva dimensión en el siglo XX con la tecnificación de la guerra.Daniel Hubé, Ingénieur environnementaliste, BRGMLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1881372023-01-18T20:58:02Z2023-01-18T20:58:02ZLo que la Biblia realmente dice sobre el aborto puede sorprenderte<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/477507/original/file-20220803-9305-7f9x9s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C1%2C1010%2C691&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Los abortos eran conocidos y practicados en tiempos bíblicos, aunque los métodos diferían significativamente de los modernos.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/pro-life-activist-jason-hershey-reads-from-a-bible-as-he-news-photo/56303642?adppopup=true">Win McNamee via Getty Images</a></span></figcaption></figure><p>En los días transcurridos desde que la Corte Suprema de los Estados Unidos <a href="https://theconversation.com/a-revolutionary-ruling-and-not-just-for-abortion-a-supreme-court-scholar-explains-the-impact-of-dobbs-185823">anuló Roe v. Wade</a>, que habia establecido el derecho constitucional al aborto hecho 50 años, <a href="https://www.star-telegram.com/news/local/fort-worth/article262921023.html">algunos cristianos citan la Biblia</a> para argumentar por qué esta decisión debe celebrarse o lamentarse. Pero aquí está el problema: este texto de 2.000 años de antigüedad no dice nada sobre el aborto.</p>
<p><a href="https://www.fresno.edu/person/001g000001wnx9yiac/melanie-howard">Como profesor universitario de estudios bíblicos</a>, estoy familiarizado con los argumentos basados en la fe que usan los cristianos para respaldar los puntos de vista sobre el aborto, ya sea a favor o en contra. Mucha gente parece asumir que la Biblia trata el tema de frente, lo cual no es el caso.</p>
<h2>Contexto antiguo</h2>
<p>Los abortos eran <a href="https://www.hup.harvard.edu/catalog.php?isbn=9780674168763">conocidos y practicados</a> en tiempos bíblicos, aunque los métodos diferían significativamente de los modernos. <a href="https://www.fulcrum.org/concern/monographs/n870zr06z">El médico griego Soranus</a> del siglo II, por ejemplo, recomendaba el ayuno, las sangrías, los saltos vigorosos y el transporte de cargas pesadas como formas de interrumpir un embarazo.</p>
<p><a href="https://www.fulcrum.org/concern/monographs/n870zr06z">El tratado de Soranus sobre ginecología</a> reconoció diferentes escuelas de pensamiento sobre el tema. Algunos médicos prohibían el uso de cualquier método abortivo. Otros las permitían, pero no en los casos en que pretendían encubrir una relación adúltera o simplemente para preservar la buena apariencia de la madre.</p>
<p>En otras palabras, la Biblia fue escrita en un mundo en el que el aborto se practicaba y se veía con matices. Sin embargo, los equivalentes hebreo y griego de la palabra “aborto” no aparecen ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento de la Biblia. Es decir, el tema simplemente no se menciona directamente.</p>
<h2>Lo que dice la Biblia</h2>
<p>Sin embargo, la ausencia de una referencia explícita al aborto no ha impedido que sus oponentes o defensores busquen en la Biblia apoyo para sus posiciones.</p>
<p>Los opositores al aborto recurren a varios textos bíblicos que, en conjunto, parecen sugerir que la vida humana tiene valor antes del nacimiento. Por ejemplo, la Biblia comienza describiendo la creación de los humanos “<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=gen+1%3A27&version=NRSVUE">a imagen de Dios</a>”: una forma de explicar el valor de la vida humana, presumiblemente incluso antes de que nazcan las personas. Asimismo, la Biblia describe varias figuras importantes, incluidos los profetas <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=jeremiah+1%3A5&version=NRSVUE">Jeremías</a> e <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=isa+49%3A1&version=NRSVUE">Isaías</a> y <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=gal+1%3A15&version=NRSVUE">el apóstol cristiano Pablo</a>, como llamados a sus tareas sagradas desde su tiempo en el útero. <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=psalm+139&version=NRSVUE">El Salmo 139</a> afirma que Dios “<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=psalm+139%3A13-15&version=NRSVUE">me entretejió en el vientre de mi madre</a>”.</p>
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<img alt="A painting shows God's hand reaching out to touch Adam, the first human in the Bible's story of creation." src="https://images.theconversation.com/files/474400/original/file-20220716-16-uee3tw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474400/original/file-20220716-16-uee3tw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474400/original/file-20220716-16-uee3tw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474400/original/file-20220716-16-uee3tw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474400/original/file-20220716-16-uee3tw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474400/original/file-20220716-16-uee3tw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474400/original/file-20220716-16-uee3tw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">‘La creación de Adán’, pintado por Miguel Ángel alrededor del año 1511 en la Capilla Sixtina.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/the-creation-of-adam-from-the-sistine-chapel-ceiling-by-news-photo/566419839?adppopup=true">GraphicaArtis/Getty Images</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Sin embargo, los opositores al aborto no son los únicos que pueden apelar a la Biblia en busca de apoyo. Los partidarios pueden señalar otros textos bíblicos que parecerían contar como evidencia a su favor.</p>
<p><a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=exod+21%3A22-25&version=NRSVUE">Éxodo 21</a>, por ejemplo, sugiere que la vida de una mujer embarazada es más valiosa que la del feto. Este texto describe un escenario en el que los hombres que están peleando golpean a una mujer embarazada y le provocan un aborto espontáneo. Se impone una multa monetaria si la mujer no sufre ningún otro daño más allá del aborto espontáneo. Sin embargo, si la mujer sufre un daño adicional, el castigo del perpetrador es sufrir un daño recíproco, hasta de por vida.</p>
<p>Hay otros textos bíblicos que parecen celebrar las decisiones que las mujeres toman sobre sus cuerpos, incluso en contextos en los que dichas decisiones habrían sido socialmente rechazadas. <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=mk+5%3A25-34&version=NRSVUE">El quinto capítulo del Evangelio de Marcos</a>, por ejemplo, describe a una mujer con una dolencia ginecológica que la ha hecho sangrar continuamente corriendo un gran riesgo: Extiende la mano para tocar el manto de Jesús con la esperanza de que la cure, aunque el toque de una mujer que menstruaba se creía que causaba contaminación ritual. Sin embargo, Jesús elogia su elección y alaba su fe.</p>
<p>De manera similar, en el Evangelio de Juan, la seguidora de Jesús, María, <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=john+12%3A1-8&version=NRSVUE">aparentemente desperdicia recursos</a> vertiendo un recipiente completo de ungüento costoso en sus pies y usando su propio cabello para secarlos, pero él defiende su decisión de romper el tabú social en torno a tocar tan íntimamente a un hombre que no es pariente.</p>
<h2>Más allá de la Biblia</h2>
<p>En respuesta a la decisión de la Corte Suprema, los cristianos de <a href="https://www.cnn.com/2022/06/25/us/abortion-christian-debate-blake-cec/index.html">ambos lados de la división partidista</a> en Estados Unidos han apelado a varios textos <a href="https://www.christianheadlines.com/contributors/michael-foust/tony-evans-urges-christians-to-promote-a-womb-to-the-tomb-strategy-for-pregnant-women.html">para afirmar que su tipo particular de política está respaldado por la Biblia</a>. Sin embargo, si afirman que la Biblia condena o aprueba específicamente el aborto, están distorsionando la evidencia textual para que se ajuste a su posición.</p>
<p>Por supuesto, los cristianos pueden desarrollar sus propios argumentos basados en la fe sobre cuestiones políticas modernas, ya sea que la Biblia les hable directamente o no. Pero es importante reconocer que aunque la Biblia fue escrita en una época en que se practicaba el aborto, nunca aborda directamente el tema.</p>
<p><em>Este artículo fue <a href="https://www.elimparcial.com/">traducido por El Imparcial</a>.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/188137/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Melanie A. Howard no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
</span></em></p>La ausencia de una referencia explícita al aborto no ha impedido que sus oponentes o defensores busquen en la Biblia apoyo para sus posiciones, dice una profesora universitaria de estudios bíblicos.Melanie A. Howard, Associate Professor of Biblical & Theological Studies, Fresno Pacific UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1934032022-11-08T18:42:12Z2022-11-08T18:42:12ZArmenia-Azerbaiyán: una guerra intermitente como modo de vida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/493779/original/file-20221107-23-4js0ul.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C14%2C4728%2C3142&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/grunge-flags-azerbaijan-armenia-divided-by-2203835411">Shutterstock / xbrchx</a></span></figcaption></figure><p>Los choques en los territorios fronterizos entre Armenia y Azerbaiyán en el entorno de Nagorno Karabaj <a href="https://www.europapress.es/internacional/noticia-nuevos-disparos-armenia-azerbaiyan-dia-ue-despliega-mision-frontera-20221020183200.html">han vuelto a repetirse en los últimos meses</a>, con más de 200 soldados armenios muertos, además de multitud de heridos, desplazados y la consiguiente destrucción material.</p>
<p>El resultado de esta <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-54394452">guerra intermitente</a> ha ido inclinándose a un lado o a otro de la balanza según el momento en el que nos encontrásemos. Así, en los años 80 Armenia fue la gran ganadora, pues se anexionó el territorio del Alto Karabaj, pasando a quedar integrada la llamada República de Artsaj dentro del territorio armenio. </p>
<p>Entonces la superioridad armenia fue aplastante y los soldados lo demostraron con cierta crueldad. Ahora las tornas han cambiado y son los azeríes, con indudable apoyo turco, quienes demuestran <a href="https://alfayomega.es/torturan-a-armenios-y-divulgan-los-videos-en-redes/">su superioridad sobre el terreno</a> torturando prisioneros, vejando a civiles, mutilando gente, destruyendo iglesias centenarias, publicando en redes sociales sus fechorías. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493780/original/file-20221107-15-xiz9zg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493780/original/file-20221107-15-xiz9zg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493780/original/file-20221107-15-xiz9zg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493780/original/file-20221107-15-xiz9zg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493780/original/file-20221107-15-xiz9zg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493780/original/file-20221107-15-xiz9zg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493780/original/file-20221107-15-xiz9zg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493780/original/file-20221107-15-xiz9zg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Mapa que muestra la ubicación de los enfrentamientos en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán en 2022.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:2022_Armenian%E2%80%93Azerbaijani_clashes.png">Wikimedia Commons / Viewsridge</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Sin lugar a dudas, el conflicto por el Nagorno Karabaj es un caso típico de <a href="https://www.20minutos.es/noticia/4994587/0/claves-conflictos-congelados-putin-rusia-presion-occidente-ucrania/">conflicto “congelado”</a>. Joseph Stalin organizó el vasto territorio de la URSS siguiendo un patrón para sembrar división dentro del mismo país y evitar así que surgiese un movimiento nacionalista que reclamara la independencia de una república soviética frente a Moscú, como en efecto pasó en los tiempos de la perestroika y la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Gl%C3%A1snost">glasnost</a> del ya difunto Gorbachov. </p>
<p>Desde 1991, estos conflictos en ciertas regiones –Nagorno Karabaj, Osetia del Sur, <a href="https://theconversation.com/4-claves-para-entender-que-es-transnistria-y-por-que-moldavia-podria-ser-la-nueva-victima-de-putin-182319">Transnistria</a>– aparecen y desaparecen a conveniencia de los intereses de Rusia, que los usa para demostrar que aún es un actor imprescindible para mantener su antiguo territorio estable y pacificado. </p>
<h2>Situación estable hasta 2020</h2>
<p>La situación en Nagorno Karabaj ha estado más o menos estable –sin enfrentamientos abiertos a gran escala, aunque con víctimas mortales prácticamente cada año– hasta 2020, cuando Azerbaiyán decidió lanzarse a recuperar el territorio que había perdido, humillado, 25 años atrás. Gracias al armamento turco, los azeríes aplastaron sin mucha dificultad al ejército armenio. </p>
<p>Por otro lado, Armenia sufre las consecuencias de su inestabilidad política, pues en los últimos años ha cambiado de gobierno varias veces al calor de revueltas populares incruentas, siguiendo el modelo de las <a href="https://elordenmundial.com/que-fueron-revoluciones-colores/">revoluciones de colores</a>. </p>
<p>Moscú acusa a Occidente –más concretamente a Washington– de estar detrás de estas revueltas en los países de la antigua órbita soviética, como fue la <a href="https://www.reuters.com/article/internacional-georgia-revolucion-idLTASIE4AM08S20081123">Revolución de la Rosa en Georgia</a> (2003) y la <a href="https://www.realinstitutoelcano.org/ucrania-la-revolucion-naranja-se-tine-de-rojo/">Revolución Naranja en Ucrania </a>(2004), modelo replicado en la denominada <a href="https://nuso.org/articulo/la-rebelion-que-no-dio-frutos/">Primavera Árabe</a>, a partir de 2011. </p>
<p>Según el Kremlin, algunos países occidentales financian fundaciones y ONG para difundir en sus antiguos dominios los valores democráticos y del liberalismo y para que agiten sus calles para derrocar regímenes afines a Moscú y establecer gobiernos prooccidentales. La guerra de Osetia del Sur (2008) y la ocupación de Crimea (2014) fueron el definitivo golpe sobre la mesa por parte de Rusia para poner de manifiesto que hay ciertas líneas que no se pueden traspasar.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493781/original/file-20221107-3705-nedhe6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493781/original/file-20221107-3705-nedhe6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493781/original/file-20221107-3705-nedhe6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493781/original/file-20221107-3705-nedhe6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493781/original/file-20221107-3705-nedhe6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493781/original/file-20221107-3705-nedhe6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493781/original/file-20221107-3705-nedhe6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493781/original/file-20221107-3705-nedhe6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Protestas de la diáspora armenia en Nueva York en relación con los enfrentamientos fronterizos entre Armenia y Azerbaiyán que comenzaron el 13 de septiembre de 2022.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Protests_of_the_Armenian_diaspora_in_New_York,_2022.png">Wikimedia Commons / Voice of America</a></span>
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<h2>¿Por qué Armenia pide auxilio a EE.UU?</h2>
<p>Precisamente, lo más llamativo del último episodio de esta guerra intermitente es el cambio de alianzas que ha habido. Aunque los ciudadanos armenios son conscientes de que la existencia de su pequeño país –que fue grande y glorioso en el pasado– depende en gran medida de la voluntad de Rusia de defenderles, Armenia ha vuelto sus ojos a EE. UU. para pedir auxilio. Esto se debe a dos factores:</p>
<p>En primer lugar, porque la protección rusa se ha mostrado no muy eficaz en estos dos últimos años. Aunque Armenia forma parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) dirigida por Moscú y Azerbaiyán no, Rusia no ha intervenido enérgicamente sino que se ha limitado a ofrecer sus buenos oficios como mediador para rebajar la tensión y alcanzar por vía pacífica un alto el fuego y unos acuerdos de paz que han supuesto una claudicación –y humillación– en toda regla para la parte armenia. </p>
<p>“El enemigo ocupó 40 kilómetros cuadrados de tierras armenias el pasado mayo y 10 más ahora”, reconoció recientemente un resignado Nikol Pashinián, presidente del Gobierno de Armenia. ¿Tendría Rusia que haber mandado tropas a combatir y no solo como fuerzas de mantenimiento de la paz? ¿Ha hecho bien Moscú en apostar por la vía diplomática más que por la de las armas? ¿Lo ha hecho por respeto al derecho internacional o para no dañar los negocios de su aliado turco, protector de Azerbaiyán? </p>
<p>En segundo lugar, Pashinián es consciente de las esperanzas puestas por Washington en este pequeño país, a modo de cuña entre tres países más que interesantes desde el punto de vista de EE. UU.: Rusia, Irán y Turquía. </p>
<p>Nancy Pelosi visitó el país a mediados de septiembre para mostrar su apoyo a Armenia, más concretamente para “resaltar el fuerte compromiso de Estados Unidos con la seguridad, la prosperidad económica y la gobernanza democrática en Armenia y la región”. </p>
<p>Turquía ha estrechado lazos comerciales con Azerbaiyán y tiene proyectos de infraestructuras para comunicar ambos países, siendo su único obstáculo Armenia; con los últimos ataques, quedaría vía libre para su <a href="https://www.azernews.az/nation/182882.html"><em>Victory Road</em></a>, que uniría las ciudades azeríes de Hajigabul-Minjivan-Zangazur a través de la ciudad de Susha (en territorio de Nagorno Karabaj).</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193403/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Antonio Alonso Marcos recibe fondos de Universidad San Pablo CEU. </span></em></p>La guerra intermitente entre Armenia y Azerbaiyán lleva 30 años viva e inclinándose de un lado a otro. Armenia acusó hace unos días a Azerbaiyán de abrir fuego contra sus posiciones en la frontera cuando expertos de la UE se desplazaban a la zona para tratar de encontrar la paz.Antonio Alonso Marcos, Profesor Adjunto Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales Departamento de Humanidades, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1922372022-10-16T20:19:32Z2022-10-16T20:19:32ZLa amenaza nuclear de Putin según la teoría de juegos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/489750/original/file-20221014-25-hxof7x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=37%2C9%2C6193%2C4138&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/flag-russia-painted-on-concrete-wall-2204725471">Shutterstock / Tomas Ragina</a></span></figcaption></figure><p>Contamos con un Reloj del Juicio final. En 1945, científicos que directa o indirectamente, como Albert Einstein, habían contribuido a desarrollar las primeras armas nucleares, fundaron el <a href="https://thebulletin.org/doomsday-clock/current-time/">Boletín de Científicos Atómicos</a>, y dos años más tarde crearon el Reloj del Juicio Final. No es un reloj físico, es una idea que recoge en minutos y segundos el tiempo que resta hasta la media noche, el fin del mundo. Este oscuro reloj es una metáfora del riesgo de que un conflicto nuclear acabe con la civilización tal cual la conocemos. Al <a href="https://thebulletin.org/doomsday-clock/timeline/">inicio de cada año</a> se emite un comunicado oficial que indica si hemos adelantado o retrasado segundos. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489181/original/file-20221011-3595-5qhxni.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489181/original/file-20221011-3595-5qhxni.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489181/original/file-20221011-3595-5qhxni.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=173&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489181/original/file-20221011-3595-5qhxni.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=173&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489181/original/file-20221011-3595-5qhxni.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=173&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489181/original/file-20221011-3595-5qhxni.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=217&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489181/original/file-20221011-3595-5qhxni.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=217&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489181/original/file-20221011-3595-5qhxni.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=217&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El reloj del juicio final. Evolución desde su creación.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Fuente: Boletín de científicos atómicos</span></span>
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<p>La perestroika de Mijaíl Gorbachov nos hizo ganar tiempo, y la caída de la Unión Soviética marcó el momento más alejado del juicio final. A partir de entonces, cada año ha ido aproximándose a las 0:00h, entre otras cosas por la inclusión de nuevos riesgos como el calentamiento global, la incorporación de más países al club nuclear y el desarrollo de nuevas armas. </p>
<p>Al inicio de 2022 el reloj marcó solo 100 segundos para la medianoche, pero pocos medios se hicieron eco, la sensación del riesgo de guerra nuclear parecía haber desaparecido. </p>
<h2>La doctrina de la destrucción mutua asegurada y las matemáticas</h2>
<p>Un encuentro casual en la Univesidad de Princeton entre dos refugiados del nazismo llevó a una cooperación que acabaría con la publicación en 1944 de un libro soprendente: <a href="http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/8865"><em>La teoría de los juegos y el comportamiento económico</em></a>. Los autores eran el matemático húngaro <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/John_von_Neumann">John von Neumann</a>y el economista austriaco <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Oskar_Morgenstern">Oskar Morgenstern</a>. La teoría de juegos abría un campo de las matemáticas que serviría para valorar las actuaciones humanas frente a distintas situaciones. El área principal de aplicación era la economía. Sin embargo, el método se ha extendido a otras áreas, y una de ellas es la guerra.</p>
<p>Tras la II Guerra Mundial la misma teoría de juegos llevó a John von Neumann a proponer la doctrina de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Destrucci%C3%B3n_mutua_asegurada">Destrucción Mutua Asegurada </a>(MAD, acrónimo en inglés, que también significa loco). Según MAD, si EE UU (y la OTAN) y la URSS (y el Pacto de Varsovia) tenían cada cual suficientes armas nucleares para acabar con el otro no las usarían, pues sería su autodestrucción. Aunque al filo de la navaja, el mundo vivió entonces un periodo de paz inusualmente prolongado. </p>
<p>Desde <a href="https://public.tableau.com/app/profile/kate.kohn/viz/EstimatedGlobalNuclearWarheadInventories1945-2021/Dashboard1">1986 el número de cabezas nucleares fue disminuyendo</a> aunque se han mantenido en una cantidad suficiente para llevar al conjunto del planeta a la catástrofe.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489744/original/file-20221014-18-n4ktdk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489744/original/file-20221014-18-n4ktdk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489744/original/file-20221014-18-n4ktdk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=269&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489744/original/file-20221014-18-n4ktdk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=269&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489744/original/file-20221014-18-n4ktdk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=269&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489744/original/file-20221014-18-n4ktdk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=339&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489744/original/file-20221014-18-n4ktdk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=339&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489744/original/file-20221014-18-n4ktdk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=339&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Inventario estimado de de cabezas nucleares en el mundo, 2022.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://public.tableau.com/views/EstimatedGlobalNuclearWarheadInventories2021/Dashboard1?:language=en-US&:display_count=n&:origin=viz_share_link">Matt Korda, and Robert Norris, Federation of American Scientists, 2022.</a></span>
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<p>Pero el equilibrio que postula MAD se tambalea. La situación cambió el 24 de febrero de 2022 con el inició de la invasión de Ucrania por Rusia, y Putin se ha encargado de recordarnos que el riesgo del empleo de armas nucleares sigue existiendo. </p>
<h2>Escenarios según la Teoría de Juegos</h2>
<p>La invasión de Ucrania, que parecía que iba a ser un paseo militar, se ha convertido en <a href="https://elordenmundial.com/errores-putin-vencer-ucrania-invasion-rusia/">un fiasco para Putin</a>. Se han puesto en evidencia las debilidades de su ejercito y su inferioridad frente a las armas occidentales. Incluso teniendo en cuenta que la propaganda en las guerras dificulta conocer la verdad, es claro que Ucrania está recuperando, a un alto coste de vidas, parte de los territorios ocupados con algunas operaciones de un éxito incuestionable, como ha sido la destrucción parcial del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Puente_de_Crimea">puente de Kerch</a>, que une Crimea y Rusia ¿Que sucederá si el avance de Ucrania sobre estas zonas continúa?</p>
<p>La teoría de juegos puede aportarnos algo de claridad. Consideremos tres escenarios:</p>
<ol>
<li><p>La guerra se enquista y se prolonga indefinidamente. </p></li>
<li><p>Rusia lanza una gran ofensiva y consigue que Ucrania acepte las condiciones de Putin.</p></li>
<li><p>Ucrania, con la ayuda occidental, consigue expulsar a los rusos de las áreas ocupadas.</p></li>
</ol>
<p>La tercerea opción es para muchos la ideal. Es posible que Rusia acepte la situación, pero aquí Putín se juega más que la derrota. En el abandono de las zonas ocupadas podría destruir los reactores de Zaporiyia. Esta sería una acción desesperada que no le proporciona ninguna ventaja ni evitaría su caída, y además la contaminación afectaría a Rusia. Podríamos plantear que Putin en esa situación recurra al empleo de armas nucleares. Rusia dispone de un gigantesco <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00963402.2022.2038907">arsenal nuclear</a> que podría utilizar contra algún país de la OTAN, pero en ese caso la destrucción mutua asegurada está garantizada. Por esa razón esta vía parece descartada. </p>
<h2>El escenario mas probable: El empleo de un bomba táctica</h2>
<p>Pero ¿qué sucedería si se emplea un <a href="https://elordenmundial.com/que-son-armas-nucleares-tacticas/">arma táctica</a> (una bomba nuclear pequeña) en las zonas recuperadas por Ucrania que Rusia considera de su soberanía? </p>
<p>Rusia formalmente, aunque de forma ilegal, las ha incorporado a su territorio. De acuerdo con <a href="https://archive.mid.ru/en/web/guest/foreign_policy/international_safety/disarmament/-/asset_publisher/rp0fiUBmANaH/content/id/4152094">su doctrina</a>, uno de los casos en los que contempla el uso de armas nucleares es la agresión contra la Federación Rusa, incluso con armas convencionales, si la existencia del Estado resulta amenazada. La recuperación por Ucrania de estos territorios en la <em>legalidad rusa</em> puede considerarse como una amenaza contra la Federación Rusa. </p>
<p>Una bomba nuclear de fusión utiliza deuterio y tritio que es activado por menos de 10 kg de U-235 o Pu-239. Estos isótopos tienen que estar en concentraciones muy altas, varias veces superiores a las que se encuentran en los reactores nucleares, y conseguirlos es, afortunadamente, extremadamente difícil. De hecho, Rusia y EE UU desde hace décadas no los producen, les sobra con lo que tienen en existencias. </p>
<p>Al fisionarse el U-235 o el Pu-239 generan mayoritariamente isótopos de vida corta que en pocos minutos se desintegran. Lo mismo ocurren con los neutrones liberados que activan algunos materiales que son radiactivos pocas horas. El destrozo lo produce sobre todo la <a href="https://nuclearweaponsedproj.mit.edu/nuclear-weapon-effects-simulations-and-models/nuclear-weapons-blast-effects-calculator">liberación de energía</a>. Las más pequeñas (1 kt o menos) son como bombas convencionales pero de potencia destructiva muy superior. La consecuencia es que el país que las lanza <a href="https://theconversation.com/ensayos-nucleares-cuando-el-fin-del-mundo-se-puso-a-prueba-188538">no teme ver contaminado su propio territorio</a>, por lo que no es un problema usarlas dentro de sus fronteras o en sus proximidades. Se estima que Rusia tiene <a href="https://theconversation.com/que-paises-tienen-armas-nucleares-y-donde-estan-180554">unas 2 000</a> armas de este tipo, pero le basta usar una para cambiar las reglas del juego. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489751/original/file-20221014-21-vhodea.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Círculos concentricos de colores a partir del centro de la ciudad ucraniana de Dnipro" src="https://images.theconversation.com/files/489751/original/file-20221014-21-vhodea.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489751/original/file-20221014-21-vhodea.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489751/original/file-20221014-21-vhodea.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489751/original/file-20221014-21-vhodea.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489751/original/file-20221014-21-vhodea.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=469&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489751/original/file-20221014-21-vhodea.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=469&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489751/original/file-20221014-21-vhodea.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=469&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Estimación gráfica de los efectos de una pequeña bomba nuclear de 1 kt lanzada en Dnipro, según la web NUKEMAP.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://nuclearsecrecy.com/nukemap/">Nukemap / Alex Wellerstein</a></span>
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<p>Rusia podría utilizar estas bombas en áreas con baja densidad de población y, aunque no provocase miles de muertos, el efecto propagandístico sería incontrolable. Habríamos entrado en el reino de la incertidumbre, y en el mejor de los casos quizás el cataclismo solo sería económico. </p>
<p>La Unión Europea tiene que tener preparada una acción conjunta ante esta eventualidad. De hecho, es necesario un acuerdo que incluya al mayor número de países posibles para aislar a cualquier estado que utilice un arma de este tipo. En un mundo postnuclear todos seríamos perdedores. </p>
<h2>La mejor opción según la teoría de juegos</h2>
<p>Una de las variantes de la Teoría de Juegos son los juegos cooperativos, populares por la película <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Una_mente_maravillosa_(libro)"><em>Una mente maravillosa</em></a> que cuenta la vida de su principal creador, John Nash. </p>
<p>La aplicación de los juegos cooperativos a la situación actual probablemente nos llevaría a que la opción menos mala fuese una negociación con Rusia que evitase la opción nuclear, antes que expulsar a Rusia de todas las zonas que ha ocupado, que además llevan en guerra desde 2014. </p>
<p>Putin, antes de que lo expulsasen y de recurrir al arma nuclear, aceptaría la negociación. A la larga, parar la guerra, aunque eso implique hacer algunas concesiones injustas para Ucrania, acabará volviéndose contra Putin.</p>
<p>En un análisis de riesgo-beneficio, la teoría de juegos nos lleva a que la negociación con Putin es la opción menos mala, pero es un juego en la cuerda floja.</p>
<p>En cualquier caso, hay que reanudar el camino de la reducción de armas nucleares: quienes las tienen pueden usarlas para chantajear a quienes no las poseen. De no hacerlo, asistiremos a una nueva carrera nuclear a la que intentaran unirse nuevas naciones. El Reloj del Juicio Final avanzaría más que nunca hacia la media noche.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/192237/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>J. Guillermo Sánchez León no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Aplicamos los criterios de la teoría de juegos para valorar el riesgo real de un Armaguedón nuclear dirigido por Putin. Los resultados no son tranquilizadores.J. Guillermo Sánchez León, Modelización matemática. IUFFyM, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1921272022-10-11T17:01:43Z2022-10-11T17:01:43Z¿Qué dice la historia sobre las movilizaciones de reservistas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/489053/original/file-20221010-11-rycgng.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1%2C1022%2C659&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Concentración de tropas en la playa de Ondarreta con destino a la guerra de Marruecos.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Concentraci%C3%B3n_de_tropas_en_la_playa_de_Ondarreta_con_destino_a_guerra_de_%C3%81frica_(1_de_8)_-_Fondo_Car-Kutxa_Fototeka.jpg">Fondo Car-Kutxa Fototeka / Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>Una de las grandes crisis a las que se vio sometido el sistema político de la Restauración española (1875-1923) fue la Guerra de Marruecos. Esta aventura colonial que pretendía construir en el norte de África un sucedáneo de los territorios perdidos contra los EE. UU. en 1898 (Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam) provocó grandes movilizaciones populares. Las protestas se iniciaron en 1909 en Barcelona, el puerto en el que se concentraban las tropas de refresco con las que el gobierno de Antonio Maura pretendía apoyar el despliegue en el teatro norteafricano.</p>
<p>El principal motivo de descontento popular fue la llamada a filas de los reservistas de las quintas de 1902 a 1907. Eran, en su mayoría, hombres de clases populares que ya habían contraído obligaciones familiares después de superar el servicio militar. Sin su presencia, sus familias perdían su sostén económico y se arriesgaban a caer en la indigencia. </p>
<p>Para los más privilegiados, la legislación de la época ofrecía diferentes salidas que les permitían escapar del servicio militar y de morir o ser mutilados en Marruecos, como pagar a un sustituto o hacer frente a un enorme pago. La protesta social por la injusticia de este servicio se puede resumir en uno de los lemas del socialismo español de finales del siglo XIX: ¡O todos o ninguno! </p>
<p>La universalización real del servicio militar en España no llegó hasta la dictadura franquista: ni la Restauración, ni el régimen de Primo de Rivera ni la II República fueron capaces de terminar con el trato preferente a las clases altas. A su manera, fue un problema que lastró la popularidad de todos estos regímenes.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489121/original/file-20221011-23-z15ga2.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489121/original/file-20221011-23-z15ga2.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489121/original/file-20221011-23-z15ga2.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489121/original/file-20221011-23-z15ga2.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489121/original/file-20221011-23-z15ga2.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489121/original/file-20221011-23-z15ga2.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489121/original/file-20221011-23-z15ga2.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489121/original/file-20221011-23-z15ga2.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Embarque de tropas para la Guerra de África en el puerto de Barcelona.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://arxiusenlinia.cultura.gencat.cat/#/cercabasica/detallunitat/ANC1-585-N-1405">Arxiu Nacional de Catalunya / Josep Maria Sagarra i Plana</a></span>
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<h2>Movilizar reservistas</h2>
<p>La España de la Restauración no ha sido el único contexto en el que una movilización de reservistas ha resultado contraproducente para el sistema político que la decretó. En general, este recurso es visto como una muestra de emergencia y fracaso militar: el prolegómeno de una derrota o una guerra larga llena de calamidades y carestías. Además, extiende por toda la población el miedo a sufrir en primera persona las consecuencias directas de la guerra. No sólo se trata ya de frío y hambre, también de muerte y destrucción.</p>
<p>En la antesala de la I Guerra Mundial, <a href="https://www.nationalarchives.gov.uk/pathways/firstworldwar/document_packs/p_knox.htm">Rusia realizó una movilización total que supuso el llamamiento de millones de reservistas el 30 de julio de 1914</a>. No se puede entender el estallido de las revoluciones rusas de 1917 sin el descontento de las clases populares por su participación en la Gran Guerra y el sobreesfuerzo que se les exigió. El reclutamiento fue obligatorio y el llamamiento de reservistas se centraba en la población menos favorecida. La mala dirección estratégica y táctica de la campaña no ayudó. Tampoco la incapacidad de la población de entender qué se jugaban en una guerra cuyas razones no comprendían. El ejército estaba mal armado y peor dirigido, la falta de conocimiento sobre el estado real de sus propias tropas hizo a la maquinaria bélica rusa inútil, desmoralizando a sus soldados y a su población civil.</p>
<p>La movilización popular favorable y el nivel de compromiso general con el esfuerzo bélico suelen marcar los límites por los que un llamamiento de reservistas es recibido de una manera positiva o no. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489116/original/file-20221011-19-malfl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo de un soldado alemán agachado ante un francés." src="https://images.theconversation.com/files/489116/original/file-20221011-19-malfl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489116/original/file-20221011-19-malfl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489116/original/file-20221011-19-malfl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489116/original/file-20221011-19-malfl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489116/original/file-20221011-19-malfl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489116/original/file-20221011-19-malfl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489116/original/file-20221011-19-malfl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Cartel de propaganda francés antialemán de 1914 donde se lee: ‘Vil prusiano, ¡muere! No echarás a perder con tus botas nuestra bella París’.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Vil_Prussien,_cr%C3%A8ves_!_Tu_n%27auras_pas_sali_de_tes_bottes_notre_beau_Paris.jpg">Tangopaso / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>La sensación de agresión injusta de la guerra franco-prusiana de 1870-71 movilizó a la sociedad civil francesa en 1914. El recuerdo de la derrota francesa entonces animó el revanchismo en la sociedad gala. Por su parte, el nacionalismo militante alemán logró un gran compromiso político en el Reichstag. Esto convirtió aquella misma guerra en un conflicto popular entre los partidos políticos alemanes con representación parlamentaria, al menos en sus inicios.</p>
<h2>Razones para luchar en una guerra</h2>
<p>Las guerras en las que hay un claro sentimiento de agresión e indefensión suelen hacer popular la resistencia ante el invasor. El miedo a unas condiciones de paz peores que la propia guerra facilita apoyar la decisión de continuar el conflicto ante una agresión. <a href="https://youtu.be/8TlkN-dcDCk">Cuando en 1940 Winston Churchill prometió al pueblo británico</a> “sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas”, la alternativa a continuar la guerra pasaba por la propia destrucción del Reino Unido, su sociedad, su economía y todo su sistema de valores. </p>
<p>Sin embargo, cuando Sadam Hussein movilizó a los reservistas de Irak en 2003, estas fuerzas no tardaron en rendirse ante la superioridad de la coalición liderada por EE. UU. Nadie parecía dispuesto a jugarse su vida para sostener el régimen del sátrapa. El problema fue confundir esta falta de defensa popular de la dictadura con complacencia ante la ocupación.</p>
<p>Conforme el grueso de la población va notando las consecuencias de un conflicto, aunque esté lejos de los frentes, la oposición interna a la guerra se manifiesta. El consenso se rompe y las divisiones aumentan, porque la victoria nunca es tan inmediata como la propaganda de las partes pretende hacer creer. </p>
<p>Más allá de las carencias materiales que puede traer un conflicto bélico, las cartas de pésame a los padres, novias y viudas o las comitivas oficiales para notificar las bajas suelen ser algunos de los principales elementos que ponen en marcha la resistencia a alargar el conflicto. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489125/original/file-20221011-22-ca6cb0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489125/original/file-20221011-22-ca6cb0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489125/original/file-20221011-22-ca6cb0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489125/original/file-20221011-22-ca6cb0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489125/original/file-20221011-22-ca6cb0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489125/original/file-20221011-22-ca6cb0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489125/original/file-20221011-22-ca6cb0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489125/original/file-20221011-22-ca6cb0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ejercicios militares para civiles en Kiev (Ucrania) el 6 de febrero de 2022.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/kyiv-ukraine-feb-06-2022-territorial-2119615412">Shutterstock / Drop of Light</a></span>
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<h2>El caso de la guerra en Ucrania</h2>
<p>Los países en los que existe o ha existido un servicio militar echan mano de la movilización de sus reservistas cuando son atacados. La emergencia de la situación en Ucrania en 2022 ha hecho indispensable que ambos contendientes movilicen sus fuerzas de reserva. Las diferencias entre ambos son claras. </p>
<p>Ucrania ha llamado a los reservistas para hacer frente a una agresión directa a su propio territorio. Los reservistas ucranianos no habrán recibido con entusiasmo la posibilidad de morir en una guerra, pero <a href="https://theconversation.com/los-ucranianos-no-estan-dispuestos-a-renunciar-a-su-territorio-ni-a-su-soberania-190515">la motivación está clara</a>: la defensa de sus hogares, la vida de sus familiares y amigos, sus propiedades y sus anhelos de futuro. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489056/original/file-20221010-18-j4yhcg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489056/original/file-20221010-18-j4yhcg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489056/original/file-20221010-18-j4yhcg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=849&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489056/original/file-20221010-18-j4yhcg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=849&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489056/original/file-20221010-18-j4yhcg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=849&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489056/original/file-20221010-18-j4yhcg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1066&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489056/original/file-20221010-18-j4yhcg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1066&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489056/original/file-20221010-18-j4yhcg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1066&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada del decreto presidencial ruso nº 647 sobre la declaración de movilización parcial en la Federación Rusa.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:%D0%A3%D0%BA%D0%B0%D0%B7_%D0%9F%D1%80%D0%B5%D0%B7%D0%B8%D0%B4%D0%B5%D0%BD%D1%82%D0%B0_%D0%A0%D0%BE%D1%81%D1%81%D0%B8%D0%B8_%E2%84%96647.png">Kremlin / Wikimedia Commons</a></span>
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<p><a href="https://theconversation.com/putin-moviliza-mas-tropas-y-amenaza-con-armas-nucleares-en-un-discurso-que-trasluce-su-debilidad-191127">Los reservistas rusos no tienen esa suerte</a>. La información de la que disponen aclara poco sobre las razones de la aventura bélica y de la situación militar real. Además, tendrán que entablar combate con un armamento anticuado, heredado de la época soviética, contra unos ciudadanos con los que hasta hace 30 años compartían un proyecto común.</p>
<p>La movilización exitosa de la reserva militar ucraniana ha ofrecido una valiosa lección militar para el siglo XXI. Contar con una fuerza estratégica de reserva resulta útil en el contexto de una guerra defensiva. Su motivación es alta y su capacidad bélica no debe subestimarse. </p>
<p>En el otro extremo de la balanza nos encontramos el caso ruso. Este nos recuerda ejemplos pasados. Sustentar una agresión sobre las espaldas de las fuerzas de reserva lanza un mensaje de debilidad e improvisación hacia el exterior y de confusión hacia el interior. Una narrativa interna que puede ser muy contraproducente para mantener el esfuerzo de guerra y peligrosa para la estabilidad política del agresor.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/192127/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Luis Velasco no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Tras la llamada a filas de miles de reservistas por parte de Putin, muchos ciudadanos rusos decidieron abandonar el país. ¿Qué supone esta convocatoria y qué nos dice la historia de las movilizaciones de reservistas?Luis Velasco, Profesor de Historia Contemporánea - Universidad de Vigo, coordinador del programa de máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales de la Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto Español de Estudios Estratégicos, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1882042022-08-17T18:54:33Z2022-08-17T18:54:33ZMédicos judíos del gueto de Varsovia documentaron en secreto los efectos de las políticas nazis de hambruna en un libro redescubierto recientemente<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/477744/original/file-20220804-24-8ne1d4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=70%2C118%2C1282%2C883&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El libro 'Maladie de Famine' incluye fotos inquietantes tomadas dentro del Gueto, juntas con un record de los efectos médicos de la inanición.</span> <span class="attribution"><span class="source">'Maladie de Famine," American Joint Distribution Committee</span></span></figcaption></figure><p>Hace 80 años, un grupo de científicos y médicos judíos hambrientos en el gueto de Varsovia recopilaban datos sobre sus pacientes que carecían de alimentos.</p>
<p>Esperaban que su investigación beneficiara a las generaciones futuras a través de mejores formas de tratar la desnutrición, y querían que el mundo supiera de las atrocidades nazis para evitar que algo similar volviera a suceder.</p>
<p>Registraron los sombríos efectos de una falta casi total de alimentos en el cuerpo humano en un libro titulado “<a href="https://www.worldcat.org/title/maladie-de-famine-recherches-cliniques-sur-la-famine-executees-dans-le-ghetto-de-varsovie-en-1942/oclc/613124708">Maladie de Famine</a>” (en inglés, “The Disease of Starvation: Clinical Research on Starvation in the Varsovia Ghetto in 1942”) que fue redescubierto recientemente en la biblioteca de la Universidad de Tufts.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/474374/original/file-20220715-4647-pxtnux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="yellowed frontispiece of a book" src="https://images.theconversation.com/files/474374/original/file-20220715-4647-pxtnux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474374/original/file-20220715-4647-pxtnux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=830&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474374/original/file-20220715-4647-pxtnux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=830&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474374/original/file-20220715-4647-pxtnux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=830&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474374/original/file-20220715-4647-pxtnux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1042&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474374/original/file-20220715-4647-pxtnux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1042&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474374/original/file-20220715-4647-pxtnux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1042&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Esta traducción al francés fue donado a la Universidad de Tufts en 1948.</span>
<span class="attribution"><span class="source">'Maladie de Famine,' American Joint Distribution Committee</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p><a href="https://scholar.google.com/citations?user=HyTsVigAAAAJ&hl=en&oi=ao">Como científicos que estudiamos</a> <a href="https://scholar.google.com/scholar?q=irwin%20rosenberg&btnG=&hl=en&as_sdt=0%2C22">el hambre</a>, sus efectos biológicos y su uso como arma de destrucción masiva, creemos que la historia de cómo y por qué los científicos judíos realizaron esta investigación en condiciones tan extremas es tan importante y convincente como sus resultados.</p>
<p>El médico principal del proyecto clandestino, Israel Milejkowski, escribió el prólogo de los libros. En él explica:</p>
<blockquote>
<p>“El trabajo se originó y se llevó a cabo en condiciones increíbles. Sostengo mi pluma en mi mano y la muerte mira fijamente en mi habitación. Mira a través de las ventanas negras de casas tristes y vacías en calles desiertas llenas de posesiones destrozadas y robadas. … En este silencio reinante reside el poder y la profundidad de nuestro dolor y los lamentos que un día sacudirán la conciencia del mundo”.</p>
</blockquote>
<p>Al leer estas palabras, ambos quedamos paralizados, transportados por su voz a un tiempo y un lugar donde el hambre se usaba como arma de opresión y aniquilación mientras los nazis exterminaban sistemáticamente a todos los judíos en sus territorios ocupados. Como estudiosos del hambre, también sabíamos muy bien que este libro cataloga muchas de las justificaciones de <a href="https://www.icrc.org/en/doc/war-and-law/treaties-customary-law/geneva-conventions/overview-geneva-conventions.htm">las Convenciones de Ginebra de 1949</a>, que hicieron del hambre a los civiles un crimen de guerra.</p>
<h2>Un expediente médico desafiante</h2>
<p>A los pocos meses de su invasión de Polonia en 1939, las fuerzas nazis crearon el infame gueto de Varsovia. En su apogeo, se requirió que más de <a href="https://www.jstor.org/stable/26627292">450.000 judíos vivieran en esta pequeña área amurallada</a> de aproximadamente 3,9 kilómetros cuadrados dentro de la ciudad, <a href="https://doi.org/10.2307/4065270">sin poder salir ni siquiera para buscar comida</a>.</p>
<p>Aunque a los alemanes en Varsovia se les asignó <a href="https://hekint.org/2022/01/06/the-warsaw-ghetto-hunger-study/">una ración diaria de unas 2.600 calorías</a>, los médicos del gueto estimaron que los judíos solo podían consumir unas 800 calorías al día en promedio a través de una combinación de raciones y contrabando. Eso es aproximadamente la mitad de las calorías que consumieron los voluntarios <a href="https://doi.org/10.1093/jn/135.6.1347">en un estudio sobre el hambre</a> realizado cerca del final de la Segunda Guerra Mundial por investigadores de la Universidad de Minnesota, y menos de <a href="https://www.dietaryguidelines.gov/sites/default/files/2020-12/Dietary_Guidelines_for_Americans_2020-2025.pdf">un tercio de las necesidades energéticas promedio de un hombre adulto</a>.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/474375/original/file-20220715-16-4kqicm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="emaciated naked patient sits on hospital bed with nurse behind" src="https://images.theconversation.com/files/474375/original/file-20220715-16-4kqicm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474375/original/file-20220715-16-4kqicm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474375/original/file-20220715-16-4kqicm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474375/original/file-20220715-16-4kqicm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474375/original/file-20220715-16-4kqicm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=932&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474375/original/file-20220715-16-4kqicm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=932&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474375/original/file-20220715-16-4kqicm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=932&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Miles de judíos murieron antes de las deportaciones, a causa de las condiciones en el Gueto de Varsovia.</span>
<span class="attribution"><span class="source">'Maladie de Famine,' American Joint Distribution Committee</span></span>
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<p>Cuando los nazis designaron el distrito del Gueto de Varsovia, encerraron dos hospitales, uno para adultos judíos y otro para niños judíos. A los hospitales se les permitió continuar tratando a los pacientes con cualquier recurso que pudieran obtener, pero a los judíos en general se les <a href="https://www.archives.gov/publications/prologue/2010/winter/nuremberg.html">prohibió realizar investigaciones</a>. Sin embargo, a partir de febrero de 1942, un grupo de médicos judíos del gueto desafió a sus captores reuniendo meticulosamente y en secreto datos y observaciones sobre múltiples aspectos biológicos de la inanición.</p>
<p>Luego, el 22 de julio de 1942, las fuerzas nazis entraron en el gueto y destruyeron los hospitales y otros servicios críticos. Los pacientes y algunos de los médicos fueron asesinados en el acto o deportados para ser gaseados, sus laboratorios, muestras y parte de su investigación fueron destruidos.</p>
<p>Con su propio fallecimiento acercándose, los médicos restantes pasaron las últimas noches de sus vidas reuniéndose en secreto en los edificios del cementerio, transformando sus datos en una serie de artículos de investigación. Para octubre, mientras le daban los toques finales al libro, ya habían sido gaseados <a href="https://encyclopedia.ushmm.org/content/en/article/deportations-to-and-from-the-warsaw-ghetto">unos 300.00 judíos del gueto</a>. Los propios datos de los médicos mostraron que otros 100.000 habían muerto por hambre forzada y enfermedades.</p>
<p>Con las deportaciones finales de los pocos judíos sobrevivientes en marcha y su propia muerte inminente, Milejkowski escribió sobre el vacío oscuro y bostezante del gueto en ese momento y las horribles condiciones en las que los médicos habían trabajado para realizar y registrar la investigación.</p>
<p>Milejkowski tuvo palabras no solo para el lector, sino también para sus queridos colegas, muchos de los cuales ya habían sido ejecutados.</p>
<blockquote>
<p>“Qué puedo decirles, mis queridos colegas y compañeros de miseria. Eres parte de todos nosotros. La esclavitud, el hambre, la deportación, esas figuras de muerte en nuestro gueto también fueron tu legado. Y tú, por tu trabajo, podrías darle al secuaz la respuesta ‘Non omnis moriar’, [No moriré del todo]”.</p>
</blockquote>
<p>El acto de resistencia del equipo a través de la ciencia fue su forma de sacar algo bueno de una situación malvada, para mostrarle al mundo la calidad del médico judío, pero sobre todo para desafiar la intención de los nazis de borrar su existencia.</p>
<p>Con la muerte llamando a la puerta, los médicos sacaron de contrabando su preciada investigación del gueto a un simpatizante que la enterró en el cementerio del hospital de Varsovia. Menos de un año después, todos menos unos pocos de los 23 autores estaban muertos.</p>
<p>Inmediatamente después de la guerra, el manuscrito fue desenterrado y llevado a uno de los pocos autores sobrevivientes, el Dr. Emil Apfelbaum, y al Comité de Distribución Conjunta Estadounidense en Varsovia, una organización benéfica cuyo objetivo principal en ese momento era ayudar a <a href="https://www.jdc.org/video/75-years-later-remembering-jdcs-role-in-saving-wwii-survivors">los sobrevivientes judíos</a>. Juntos, hicieron las ediciones finales e imprimieron los seis artículos supervivientes, encuadernándolos en un libro junto con las fotos tomadas en el gueto. Apfelbaum murió solo un par de meses antes de la impresión final, destrozado por sus años en el gueto.</p>
<p>En 1948 y 1949, el American Joint Distribution Committee difundió 1.000 copias de la traducción al francés a hospitales, facultades de medicina, bibliotecas y universidades de los EEUU. Era una copia humilde y desmoronada de este libro que esperaba ser “redescubierta” unos 75 años después en el sótano de una biblioteca de la Universidad de Tufts.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/474631/original/file-20220718-61161-bd2k07.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="black and white photo of an emaciated boy lying on a bed" src="https://images.theconversation.com/files/474631/original/file-20220718-61161-bd2k07.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474631/original/file-20220718-61161-bd2k07.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474631/original/file-20220718-61161-bd2k07.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474631/original/file-20220718-61161-bd2k07.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474631/original/file-20220718-61161-bd2k07.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=569&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474631/original/file-20220718-61161-bd2k07.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=569&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474631/original/file-20220718-61161-bd2k07.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=569&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Muchos residentes del gueto de Varsovia que murieron de hambre estaban libres de enfermedades.</span>
<span class="attribution"><span class="source">'Maladie de Famine,' American Joint Distribution Committee</span></span>
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<h2>Las sombrías descripciones del libro</h2>
<p>Basada en las observaciones de miles de muertes por inanición, esta investigación del gueto de Varsovia proporciona información sobre la progresión biológica de la inanición que los científicos apenas comienzan a comprender.</p>
<p>Por ejemplo, muchos residentes del gueto de Varsovia que murieron de hambre estaban libres de enfermedades. Los investigadores del gueto encontraron que mientras que un cuerpo por lo demás saludable disminuía debido al hambre aparentemente tenía una menor necesidad de vitaminas, la necesidad de ciertos minerales permanecía. Vieron pocos casos de escorbuto (deficiencia de vitamina C), ceguera nocturna (deficiencia de vitamina A) o raquitismo (deficiencia de vitamina D). Pero sí vieron osteomalacia significativa, un ablandamiento de los huesos, ya que el cuerpo los extrajo para sus reservas de minerales.</p>
<p>Cuando los doctores proporcionaron azúcar a los severamente desnutridos, sus células hambrientas de energía la absorbieron rápidamente. Esto demostró que la capacidad de absorber y usar energía rápidamente se mantuvo hasta el final, lo que sugiere que la energía era el factor más importante en la inanición, no otros micro o macronutrientes.</p>
<p>Cada una de estas observaciones nos invita como científicos a explorar más. Y con estas lecciones podemos esperar prevenir muertes o daños a largo plazo por inanición a través de un mejor tratamiento para las personas con desnutrición severa. </p>
<p>Como científicos que estudian el hambre hoy en día, sería <a href="https://www.ama-assn.org/system/files/2019-01/code-of-medical-ethics-chapter-7.pdf">impensable y poco ético matar de hambre a las personas</a> para aprender cómo se ajusta y cambia el cuerpo humano durante las etapas finales de la inanición extrema. Incluso si los investigadores se adentran en una población afectada por la hambruna para aprender sobre la inanición, inmediatamente tratan a las víctimas, borrando el objeto mismo de su investigación.</p>
<p>En parte como resultado de la experiencia del gueto de Varsovia, las Convenciones de Ginebra tipificaron como <a href="https://ihl-databases.icrc.org/applic/ihl/ihl.nsf/Article.xsp?action=openDocument&documentId=ACF5220D585326BCC12563CD0051E8B6">delito la hambruna masiva intencional</a>, fortalecida aún más por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU <a href="https://www.un.org/press/en/2018/sc13354.doc.htm">en 2018</a>. Sin embargo, este aspecto inhumano de la guerra <a href="https://theconversation.com/starving-civilians-is-an-ancient-military-tactic-but-today-its-a-war-crime-in-ukraine-yemen-tigray-and-elsewhere-184297">permanece hasta el día de hoy</a>, como lo demuestra eventos actuales en <a href="https://www.politico.eu/article/the-starvation-of-a-nation-how-putin-is-using-hunger-as-a-weapon-in-ukraine/">Ucrania</a> y <a href="https://www.economist.com/leaders/2021/10/09/ethiopia-is-deliberately-starving-its-own-citizens">Tigray</a>, Etiopía.</p>
<p>Aunque “Maladie de Famine” nunca se ha perdido u olvidado por completo, las lecciones de la investigación de los médicos se han desvanecido en la semioscuridad. Ocho décadas después de la destrucción que puso fin a sus estudios, esperamos arrojar una luz renovada sobre este trabajo y su impacto duradero en la comprensión de los médicos sobre la inanición y cómo tratarla. Los datos y observaciones únicos sobre la hambruna severa que los médicos del gueto de Varsovia, a pesar de su propio sufrimiento, presentaron en este precioso libro pueden incluso ahora ayudar a proteger a otros de ese mismo destino.</p>
<p><em>Este artículo fue <a href="https://www.elimparcial.com/">traducido por El Imparcial</a>.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/188204/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Merry Fitzpatrick no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Irwin Rosenberg no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
</span></em></p>El libro registra los sombríos efectos de una falta casi total de alimentos en el cuerpo humano. Es un tesoro para los médicos que también muestra la dedicación y humanidad de los científicos judíos.Merry Fitzpatrick, Research Assistant Professor of Nutrition Science and Policy, Tufts UniversityIrwin Rosenberg, Professor Emeritus of Nutrition and Medicine, Tufts UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1851662022-07-19T18:35:31Z2022-07-19T18:35:31ZPutin sobre Ucrania y Xi Jinping sobre Taiwán: dos discursos similares<p>La guerra de Rusia para subyugar o desmembrar Ucrania ha alimentado la preocupación de que la República Popular China pueda utilizar pronto la fuerza contra Taiwán para hacer realidad el <a href="https://politiqueinternationale.com/revue/n163/article/le-reve-taiwanais-de-xi-jinping">“sueño chino de reunificación nacional”</a>. Esta preocupación se acentúa por el hecho de que, tres semanas antes de la invasión de Ucrania, Vladimir Putin y Xi Jinping emitieron una <a href="https://www.lemonde.fr/international/article/2022/02/05/au-jo-de-pekin-vladimir-poutine-et-xi-jinping-affichent-un-front-commun-face-aux-etats-unis_6112423_3210.html">declaración de plena solidaridad</a> durante la visita del presidente ruso a Pekín. ¿Entonces <a href="https://www.ledevoir.com/opinion/idees/685593/ukraine-et-taiwan-meme-combat">Ucrania y Taiwán comparten la misma lucha</a>?</p>
<p>Tanto Rusia como China son hoy estados autoritarios y revisionistas, en el sentido de que quieren desafiar el orden mundial existente. Aunque la situación de Taiwán es bastante diferente a la de Ucrania en términos de derecho internacional, los discursos de justificación de Vladimir Putin y Xi Jinping convergen en lo esencial.</p>
<p>De hecho, las “narrativas” rusa y china se apoyan en dos pilares comunes: por un lado, la afirmación de una identidad nacional compartida, y posteriormente desgarrada, que debe ser restaurada; por otro lado, una preocupación geoestratégica provocada por una presencia militar potencialmente hostil de Estados Unidos o sus aliados en su entorno cercano, sinónimo de amenaza de cerco y desafío a su legítima esfera de influencia en su “territorio nacional”.</p>
<p>Además de estos argumentos, hay otro aspecto importante: el deseo de estos sistemas autoritarios de protegerse contra el “contramodelo” democrático encarnado en sus fronteras por Ucrania y Taiwán.</p>
<h2>Rusia: reivindicación de una identidad nacional compartida</h2>
<p>Al igual que el de <a href="https://theconversation.com/la-chine-ou-le-paradigme-du-national-capitalisme-autoritaire-174488">China</a>, el actual régimen ruso puede describirse como <a href="https://www.iris-france.org/156883-le-national-capitalisme-autoritaire-une-menace-pour-la-democratie-3-questions-a-p-y-henin-a-insel/">nacional-capitalismo autoritario</a>. En este tipo de régimen, la legitimación del autoritarismo moviliza en particular un discurso de identidad nacional.</p>
<p>No es de extrañar que esta lógica esté en primera línea de la narrativa rusa para justificar el desmembramiento de Ucrania, el objetivo proclamado de su acción militar. Vladimir Putin elaboró personalmente este discurso en un largo documento titulado <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sobre_la_unidad_hist%C3%B3rica_de_rusos_y_ucranianos">“Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos”</a>, en el que se instrumentaliza la historia en apoyo de su política revisionista, que muchos historiadores <a href="https://theconversation.com/a-historian-corrects-misunderstandings-about-ukrainian-and-russian-history-177697">no han dejado de denunciar</a>.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1535198724070297601"}"></div></p>
<p>Recordando la larga y complicada historia de una Ucrania desgarrada entre las esferas de influencia rusa y lituana-polaca, Putin argumenta que el movimiento de reivindicación de una identidad nacional ucraniana –principalmente cultural y lingüística–, que fue especialmente evidente a finales del siglo XIX, fue manipulado por el movimiento nacional polaco que luchaba contra <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Zarato_de_Polonia">la anexión de la llamada “Polonia del Congreso” por el Imperio ruso</a>. Más interesante es su <a href="https://www.bfmtv.com/international/asie/russie/vladimir-poutine-l-ukraine-a-ete-entierement-construite-et-creee-par-lenine_VN-202202210554.html">denuncia de la política soviética de nacionalidades</a> en el futuro del espacio heredado de la URSS.</p>
<p>La agresión rusa no hizo más que reforzar la visión de la historia compartida por la mayoría de los ucranianos, según la cual su identidad nacional se había construido a lo largo de los siglos, sobre todo en oposición al imperio autoritario de los zares y luego a las autoridades comunistas. Siempre reprimido por las autoridades soviéticas, este programa de reflexión histórica se reavivó a finales de los años 80, con la perestroika, por iniciativa del Partido Comunista de Ucrania, <a href="https://www.foreignaffairs.com/reviews/capsule-review/2022-04-19/memory-crash-politics-history-and-around-ukraine-1980s-2010s">según informa un historiador de Kiev que participó en este renacimiento</a>.</p>
<p>Cabe señalar de paso que la anexión de Crimea a Ucrania por decisión del Soviet Supremo el 19 de febrero de 1954 –presentada en su momento por Moscú como un generoso regalo del hermano mayor con motivo del 300 aniversario del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Perey%C3%A1slav">Tratado de Pereïaslav</a>, y hoy como una <a href="http://en.kremlin.ru/events/president/news/67828">ocurrencia de Jruschov</a>– tenía como objetivo, de hecho, reforzar el <a href="https://www.wilsoncenter.org/publication/why-did-russia-give-away-crimea-sixty-years-ago">peso del elemento ruso</a> en una república en la que los <a href="https://euromaidanpress.com/2022/01/21/it-took-red-army-a-decade-to-subdue-western-ukraine-after-1945-russian-specialist-on-ukraine-warns-kremlin/">movimientos que desafían el orden ruso-soviético</a> no se habían extinguido.</p>
<h2>La retórica de China</h2>
<p>La retórica china <a href="https://thepoliticalroom.com/la-relacion-china-taiwanesa-las-claves-del-conflicto-y-su-desarrollo/">que justifica la necesaria “reunificación”</a> con Taiwán tiene ciertamente una legitimidad a priori en términos de derecho internacional, ya que, en principio, los propios Estados Unidos no discuten la pertenencia de la isla a China. Sin embargo, esta reunificación se presenta como el último vestigio de los <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_desigual">“tratados desiguales”</a> que hay que borrar para realizar el “gran sueño chino”.</p>
<p>Es cierto que fue a través del <a href="http://www.diaoyudao.org.cn/es/2015-06/28/content_35954658.htm">Tratado de Shimonoseki</a> en 1895 como Japón se apropió de la isla de Taiwán. Sin embargo, los distintos gobiernos chinos no reclamaron la devolución de Taiwán a la madre patria durante varias décadas. Hasta 1942, cuando se exigió la restitución de Manchuria, Taiwán solo aparecía como un territorio que liberar de la ocupación japonesa, del mismo modo que Corea y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Annam">Annam</a>, también antiguas colonias chinas. </p>
<p>Raramente mencionado, este punto está bien <a href="https://journals.openedition.org/chinaperspectives/4828">documentado por el historiador estadounidense Alan M. Wachman</a>. En 1937, en sus <a href="https://www.allenandunwin.com/browse/books/general-books/history/Red-Star-Over-China-Edgar-Snow-contributions-by-Dr-John-K-Fairbank-9781611855128">entrevistas con el periodista Edgar Snow</a>, Mao consideraba que el Partido Comunista debía ayudar a los taiwaneses a luchar por su independencia, posición que reiteró Zhou Enlai en julio de 1941. En 1938, el presidente nacionalista Chiang Kai-shek expresó la misma posición:</p>
<blockquote>
<p>“Debemos permitir que Corea y Taiwán recuperen su independencia, lo que beneficiará a la defensa nacional de la República de China”.</p>
</blockquote>
<p>El avance vino de un actor inesperado, Franklin Delano Roosevelt. El 14 de agosto de 1941, la <a href="https://www.un.org/fr/about-us/history-of-the-un/preparatory-years">Carta del Atlántico</a> dispuso la devolución de Taiwán a la República de China. Informado por sus relaciones con Estados Unidos, el Kouo-Min-Tang (el partido de Chiang Kai-shek) incorporaría este punto de vista en 1942. Al mismo tiempo, el Partido Comunista Chino hizo el mismo cambio de posición, que presentó como una iniciativa de los comunistas taiwaneses.</p>
<p>Como señala <a href="https://journals.openedition.org/chinaperspectives/4828">Alan Wachman</a>, este debilitamiento del argumento de la legitimidad histórica conduce a un cambio hacia el argumento geoestratégico.</p>
<h2>Argumentos geoestratégicos</h2>
<p>No vamos a repetir aquí la larga polémica sobre la legitimidad de la ampliación de la OTAN a las antiguas democracias populares, luego a los Estados bálticos liberados de la anexión soviética, e incluso, algún día, a Georgia y Ucrania. En cualquier caso, esta ampliación lleva a las fronteras de la Federación Rusa una coalición potencialmente opuesta a sus planes revisionistas de restaurar, por la fuerza si es necesario, la <a href="https://theconversation.com/en-ukraine-la-russie-fait-la-guerre-pour-etendre-sa-sphere-dinfluence-177077">esfera de influencia</a> heredada del Imperio zarista y de la URSS. El siguiente vídeo fue publicado por un diplomático chino, una señal reveladora del alineamiento de las posiciones de Pekín y Moscú en este tema del cerco:</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1503820283072888833"}"></div></p>
<p>Como alianza defensiva, no es probable que la OTAN emprenda acciones ofensivas contra Rusia, cuyas preocupaciones en este punto están, como mínimo, sobrevaloradas. Sin embargo, la ampliación de la OTAN habrá limitado sin duda su capacidad de actuación en los países que considera parte de su “extranjero cercano” (aunque no le habrá impedido prestar apoyo militar a las “repúblicas separatistas” controladas por minorías rusoparlantes y rusófilas, desde Transnistria hasta Abjasia y Donbass). Sin la presencia militar occidental en los países vecinos, es difícil ver cómo el ejército ucraniano podría haber resistido con tanta eficacia la ofensiva rusa de febrero de 2022.</p>
<p>Utilizando una terminología que recuerda al <a href="https://www.jstor.org/stable/24909770">discurso alemán de antes de la Primera Guerra Mundial</a>, Rusia afirma que la presencia militar occidental pretende “rodear” su territorio. Del mismo modo, la autonomía de Taiwán bajo la protección de Estados Unidos es, a ojos de las autoridades chinas, el anclaje de una barrera que cierra los mares de China a lo largo de la <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/First_island_chain">“primera cadena de islas”</a>. </p>
<p>El manual sobre la geografía militar del Estrecho de Taiwán publicado en 2013 por la Academia de Defensa de Pekín contiene una presentación muy explícita de lo que está en juego geoestratégicamente en la posesión de Taiwán: el control de la isla es vital para protegerse de un bloqueo, al mismo tiempo que amenazaría las comunicaciones de Japón; y proporcionaría a la Marina del Ejército Popular un acceso sin obstáculos al Océano Pacífico y una influencia decisiva sobre los estados de la región, según informan los investigadores <a href="https://digital-commons.usnwc.edu/nwc-review/vol72/iss1/10/">William Murray e Ian Easton</a>.</p>
<p>Por muy reales que sean las apuestas estratégicas y geopolíticas, nos parece que hay una dimensión adicional en la motivación rusa y china para acabar con el estatus respectivo de Ucrania y Taiwán.</p>
<h2>El argumento político</h2>
<p>La <a href="https://theconversation.com/oso-y-dragon-el-vinculo-estrategico-entre-rusia-y-china-en-el-nuevo-orden-multipolar-178015">denuncia conjunta</a> de las “revoluciones de colores” por parte de Putin y Xi Jinping llama la atención sobre el hecho de que estos líderes de regímenes autoritarios ven una amenaza en las democracias que tienen a sus puertas. La democracia funciona ciertamente mejor en <a href="https://perspective.usherbrooke.ca/bilan/servlet/BMTendanceStatPays?langue=fr&codePays=TWN&codeTheme=9&codeStat=EIU.DEMO.GLOBAL">Taiwán</a> que en <a href="https://perspective.usherbrooke.ca/bilan/servlet/BMTendanceStatPays?codePays=UKR&codeStat=EIU.DEMO.GLOBAL&codeTheme=9">Ucrania</a>, pero en ambos casos, estos pequeños países demuestran que tanto los exsoviéticos como los chinos pueden vivir perfectamente fuera de las dictaduras.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/467584/original/file-20220607-40890-87xz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/467584/original/file-20220607-40890-87xz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=469&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/467584/original/file-20220607-40890-87xz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=469&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/467584/original/file-20220607-40890-87xz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=469&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/467584/original/file-20220607-40890-87xz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=590&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/467584/original/file-20220607-40890-87xz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=590&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/467584/original/file-20220607-40890-87xz1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=590&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Esta imagen, ampliamente difundida por los sitios web oficiales ucranianos, pone de manifiesto la alternancia en el poder en Ucrania, que contrasta significativamente con la situación en Rusia y Bielorrusia desde hace más de veinte años.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Euromaidan</span></span>
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<p>Si durante años Moscú ha sido tan sistemático en denigrar la democracia ucraniana es porque este régimen, por su propia existencia, contradice la narrativa del Kremlin. Como dice el periodista <a href="https://desk-russie.eu/2022/04/01/lukraine-premier-front-du-combat.html">Jean-François Bouthors</a>, “para Vladimir Putin, dejar que Ucrania avance en esta dirección democrática es imposible. ¿Cómo puede sostener, por un lado, que la autocracia que impone en el país está justificada por una determinada civilización rusa y, por otro, que, como afirma, los ucranianos no son diferentes de los rusos, cuando estos han optado por la democracia?”. [Desde su punto de vista, el poder en Moscú se vio realmente amenazado por el experimento democrático ucraniano.</p>
<p>Por su parte, las académicas Kelly Brown y Kalley Wu Tzu-Hui señalan que Taiwán presenta ahora un modelo alternativo de modernidad y democracia en el mundo chino; esta es, según ellas, la principal razón por la que Pekín tiene un problema con Taiwán: “Trouble with Taiwan”, la frase elegida como título de <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/journal-of-asian-studies/article/abs/trouble-with-taiwan-history-the-united-states-and-a-rising-china-by-kerry-brown-and-kalley-wu-tzu-hui-london-zed-books-2019-246-pp-isbn-9781786995223-cloth/5E46A81D70BC82ECDEE4708FA6473FB8">su libro</a> publicado en 2019.</p>
<p>Aunque este argumento es discreto en la comunicación al “norte”, es <a href="https://www.monde-diplomatique.fr/2022/05/GRESH/64659">bien recibido en muchos países del “sur”</a>, para quienes la postura rusa y china tiene el <a href="https://foreignpolicy.com/2022/05/02/ukraine-russia-war-un-vote-condemn-global-response/">mérito de romper con un sistema democrático liberal dominado por Estados Unidos</a>, que se apresura a sancionar los excesos a los que el frente de los regímenes nacional-capitalistas autoritarios está acostumbrado por naturaleza.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185166/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pierre-Yves Hénin ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d'une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n'a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.</span></em></p>Los discursos ruso y chino sobre Ucrania y Taiwán tienen mucho en común, tanto en términos de identidad y estrategia como de política.Pierre-Yves Hénin, Professeur émérite en économie, Université Paris 1 Panthéon-SorbonneLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1864422022-07-18T18:22:05Z2022-07-18T18:22:05ZPor qué las Humanidades nos ayudan a entender lo que ocurre en Ucrania<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/474289/original/file-20220715-495-t5o6xa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C5%2C1794%2C1066&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Foto de Járkov de Maks Levin, fotógrafo y fotoperiodista ucraniano, asesinado en el cumplimiento de su deber profesional.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/oireachtas/52211394081/">Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>16 de junio de 2022: “<a href="https://www.europapress.es/madrid/noticia-alumno-mejor-nota-evau-madrid-quiere-estudiar-filologia-clasica-tengo-muy-claro-20220616144415.html">El alumno con la mejor nota de la EVAU en Madrid quiere estudiar Filología Clásica</a>”</p>
<p>Varios días después <a href="https://elpais.com/opinion/2022-06-28/48-horas-de-ataques-a-gabriel.html">se conoce</a> que el perfil personal de Gabriel Plaza ha recibido comentarios desagradables amparados en el anonimato. Uno de ellos capta mi atención: “Tan esenciales no son las Humanidades cuando vivo sin ellas”. </p>
<p>Este artículo es una breve respuesta a esa frase. </p>
<p>Para mí, filóloga clásica, que vive con ellas, las Humanidades influyen en el día a día. Influyen, por ejemplo, en cómo leo las noticias de la guerra de Ucrania.</p>
<h2>Crear desiertos</h2>
<p>El 24 de febrero de 2022, <a href="https://www.efe.com/efe/america/mundo/las-claves-historicas-con-que-putin-justifica-su-intervencion-en-ucrania/20000012-4747042">Putin declara el comienzo de una “operación especial” en Ucrania</a> como respuesta a una petición de ayuda de las Repúblicas Populares de Donbás. Cita motivos de seguridad y hace acusaciones de genocidio. Sin embargo, lo que nos queda en la retina es la <a href="https://www.rtve.es/noticias/20220327/imagenes-guerra-ucrania-destruccion-vista-satelite/2301642.shtml">destrucción sistemática</a> que se lleva a cabo poco después. Nada nuevo bajo el sol, a juzgar por la apreciación que Tácito <a href="https://es.wikisource.org/wiki/Agricola_(T%C3%A1cito)">pone en boca del jefe britano Calgaco</a>: “dicen que hacen la paz donde crean un desierto”. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/474290/original/file-20220715-20-f2znn7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/474290/original/file-20220715-20-f2znn7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474290/original/file-20220715-20-f2znn7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=614&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474290/original/file-20220715-20-f2znn7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=614&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474290/original/file-20220715-20-f2znn7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=614&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474290/original/file-20220715-20-f2znn7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=772&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474290/original/file-20220715-20-f2znn7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=772&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474290/original/file-20220715-20-f2znn7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=772&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Grabado en acero de un boceto que representa el discurso de Calgaco ante los caledonios en la batalla de Mons Graupius.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Calgacus.JPG">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>La frase de Calgaco es de uso frecuente para explicar y justificar <a href="https://www.jstor.org/stable/j.ctt183pb5x.7?seq=1">no sólo las dinámicas bélicas romanas, sino también las del imperio británico en el siglo XIX y principios del siglo XX</a>, como si invadir a los vecinos sirviera para mantener la paz en los imperios. </p>
<p>Sin embargo, de lo que Calgaco hablaba en realidad era de la avaricia del imperio romano, que no se sacia en sus conquistas: la extorsión es más productiva cuando se invaden territorios ricos, pero también se invaden los pobres por el placer de dominarlos y quitarles lo poco que tienen. Los inductores de la guerra se mueven entre el expolio y la megalomanía.</p>
<h2>Delirio de grandeza</h2>
<p><em>Megalomanía</em> no es una palabra griega antigua. <a href="https://dicciomed.usal.es/creador/883">La acuñó</a> en el siglo XIX el psiquiatra francés Henri Dagonet para describir la psicosis de los delirios de grandeza. </p>
<p>Es útil indagar en su etimología: <em>megalo-</em> significa <em>grande</em>; <em>mania</em> define el frenesí o furor que el dios Dioniso provocaba en sus devotos, con o sin consumo de alcohol, al tomar posesión de ellos. Es un fenómeno de masas que se extiende de forma casi infecciosa, no una aflicción individual. Nótese también que la palabra <em>mania</em> pertenece a la misma familia que la palabra griega para fuerza y poder (<em>menos</em>), lo que sugiere que el megalómano deriva fuerza de su autopercepción de grandeza.</p>
<p>A juzgar por <a href="https://books.google.es/books?id=Ze8vEAAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=The+Age+of+The+Strongman:+How+the+Cult+of+the+Leader+Threatens+Democracy+Around+the+World&hl=en&sa=X&ved=2ahUKEwj-uM2_2-v4AhUix4UKHemvA1QQ6AF6BAgIEAI#v=onepage&q=The%20Age%20of%20The%20Strongman%3A%20How%20the%20Cult%20of%20the%20Leader%20Threatens%20Democracy%20Around%20the%20World&f=false">estudios recientes</a> sobre la prevalencia del <em>hombre fuerte</em>, con su culto de personalidad y capacidad destructora, cuanto más sepamos sobre las implicaciones de la megalomanía, mejor.</p>
<h2>Acaparar la identidad del <em>otro</em></h2>
<p>Respecto al expolio, <a href="https://es.wikisource.org/wiki/La_Eneida_(traducci%C3%B3n_verbum_ad_verbum)/Libro_II#:%7E:text=Procedo%2Davanzo%20y%20las%20sedes%20y%20la%20fortaleza%20de%20Pr%C3%ADamo%20revisito%20(vuelvo%20a%20ver)%3A">Eneas describe cómo</a>, en su huida de una Troya ya derrotada, ve a Fénix y Ulises vigilando el botín: oro y otros objetos de valor arrancados de palacios y templos, mujeres y niños que serán distribuidos entre los vencedores. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/474293/original/file-20220715-16-9h3rmq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/474293/original/file-20220715-16-9h3rmq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474293/original/file-20220715-16-9h3rmq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=417&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474293/original/file-20220715-16-9h3rmq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=417&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474293/original/file-20220715-16-9h3rmq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=417&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474293/original/file-20220715-16-9h3rmq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=523&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474293/original/file-20220715-16-9h3rmq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=523&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474293/original/file-20220715-16-9h3rmq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=523&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Eneas huyendo de Troya</em>, de Federico Barocci.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aeneas%27_Flight_from_Troy_by_Federico_Barocci.jpg">Galleria Borghese / Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>Emergen relatos de pillajes en <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/apr/11/ukrainian-homes-looted-by-russian-soldiers">viviendas</a> y <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/apr/05/barbarians-russian-troops-leave-grisly-mark-on-ukraine-town-of-trostianets">negocios</a>, <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/mar/27/russian-soldiers-raping-and-sexually-assaulting-women-says-ukraine-mp">violaciones</a> y <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/jun/16/uk-aims-sanctions-at-russians-accused-of-abducting-ukrainian-children-maria-lvova-belova">niños ucranianos “trasladados” a Rusia</a>. </p>
<p>Créanme que la reacción de “los de Humanidades” cuando algo arde no es tocar la lira imitando al <a href="https://www.youtube.com/watch?v=fEj1h7BC2b4">Nerón de Peter Ustinov</a>. Más bien nos decantamos por las Humanidades porque, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Homo_sum,_humani_nihil_a_me_alienum_puto">como escribió Terencio</a> (s. II a.e.c.), “<em>homo sum: humani nihil a me alienum puto</em>” (“soy un ser humano: nada humano lo considero ajeno”). Así que cuando vemos las barbaridades actuales les solapamos las formas literarias elaboradas de dolor, como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Las_troyanas_(Eur%C3%ADpides)"><em>Las Troyanas</em> de Eurípides</a>, con míseras vidas y muertes por delante. </p>
<p>Tenemos más palabras para describir el dolor y nos encoge ver que las formas de la guerra han cambiado poco y siguen buscando el beneficio económico y la destrucción íntegra del vencido. Ahora, como antes, además de matar hay que destruir a los vivos para que no busquen venganza: de ahí las violaciones, que rompen a individuos, familias y comunidades, y <a href="https://www.researchgate.net/publication/244888217_Ancient_Origins_Sexual_Violence_in_Warfare_Part_I">se utilizaban</a> y <a href="https://theconversation.com/rape-by-russian-soldiers-in-ukraine-is-the-latest-example-of-a-despicable-wartime-crime-that-spans-the-globe-180656">utilizan de forma sistemática</a>. También <a href="https://books.google.es/books?id=jVazAAAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=mattingly+imperialism+power+identity&hl=en&sa=X&ved=2ahUKEwj--4S72Ov4AhXj8rsIHTltBtgQ6AF6BAgGEAI#v=onepage&q&f=false">es habitual robar y destruir todo lo que recuerde a los vencidos quiénes son</a>, para que no se aferren a su identidad y se vuelvan a poner en pie. </p>
<p>En el caso de Ucrania, un ejemplo es el oro de los <a href="https://www.worldhistory.org/trans/es/1-645/los-escitas/">escitas</a>, un pueblo antiguo cuyos recuerdos custodiaban varios museos, <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/jun/16/uk-aims-sanctions-at-russians-accused-of-abducting-ukrainian-children-maria-lvova-belova">que parece haberse evaporado, al menos en parte</a>. Ha habido <a href="https://www.museumsassociation.org/museums-journal/news/2022/04/russian-troops-targeting-cultural-workers-and-looting-collections/">acusaciones</a> de que se trata de una campaña sistemática para privar a Ucrania de los artefactos que demuestran su pasado, con los que se crea su identidad nacional.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/474292/original/file-20220715-26-tkzugi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/474292/original/file-20220715-26-tkzugi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474292/original/file-20220715-26-tkzugi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=572&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474292/original/file-20220715-26-tkzugi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=572&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474292/original/file-20220715-26-tkzugi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=572&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474292/original/file-20220715-26-tkzugi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=719&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474292/original/file-20220715-26-tkzugi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=719&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474292/original/file-20220715-26-tkzugi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=719&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El <em>Pectoral dorado de Tovsta Mohyla</em> es un antiguo tesoro de arte escita descubierto en 1971 por el arqueólogo ucraniano Boris Mozolevski.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pektoral111.JPG">Museum of Historical Treasures of Ukraine / Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Algunos precedentes sugieren que el retorno de lo que haya desaparecido no será fácil: el llamado <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tesoro_de_Pr%C3%ADamo">tesoro de Príamo</a>, que Heinrich Schliemann extrajo de la colina turca de Hissarlik (la antigua Troya), desapareció del museo berlinés que lo conservaba al acabar la Segunda Guerra Mundial. Pueden contemplarlo en el <a href="https://pushkinmuseum.art/museum/buildings/main/floor1/3_troy/index.php?lang=en">Museo Pushkin de Moscú</a>. <a href="https://www.theguardian.com/world/2000/apr/21/russia.iantraynor">Putin dejó claro hace 20 años que las obras de arte sustraídas de Alemania no iban a ser devueltas</a>. Las memorias largas no son propiedad exclusiva de los filólogos clásicos, pero son una de las habilidades que ponemos al servicio de las sociedades en las que vivimos.</p>
<p>¿Se puede vivir sin Humanidades? Supongo que sí, pero sin ellas tendríamos menos palabras para enfrentarnos al dolor, menos habilidad para expresarlo, y perderíamos una perspectiva llena de matices, no sólo ante la guerra de Ucrania, sino ante casi todo lo que ocurre en el día a día.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186442/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Laura Miguélez Cavero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Gabriel Plaza, el alumno con la mejor nota de la EVAU 2022, declaró que quería estudiar Filología Clásica y, a continuación, recibió muchas críticas en redes. ¿Qué utilidad tienen las Humanidades para enfrentarnos al mundo de hoy en día?Laura Miguélez Cavero, Profesor Ayudante Doctor en el Departamento de Filología Clásica, Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1859142022-07-10T16:29:05Z2022-07-10T16:29:05Z‘1984’ de George Orwell: ¿un reflejo de la Rusia de Putin?<p>La invasión de Ucrania por el ejército ruso el 24 de febrero de 2022 ha tenido un efecto colateral bastante inesperado en el panorama editorial ruso: en medio de los libros de autoayuda y otras ficciones más o menos consoladoras, el gran éxito de ventas de este periodo es la novela de anticipación social <a href="https://www.vedomosti.ru/media/articles/2022/04/12/917826-chitat-oruella-psihologii">del británico George Orwell, <em>1984</em></a>. Según las últimas cifras, las ventas de la novela han aumentado desde febrero un 30 % <a href="https://www.themoscowtimes.com/2022/05/25/explainer-why-orwells-1984-looms-large-in-putins-russia-a77780">en el caso de las librerías físicas y un 75 % en el de las ventas en línea</a> en un año y se han vendido 1,8 millones de ejemplares desde el inicio del conflicto.</p>
<p>Una pareja ucraniana que regresaba a su casa en Irpín tras la larga ocupación de la ciudad por el ejército ruso encontró incluso un <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/may/23/george-orwell-1984-about-liberalism-not-totalitarianism-claims-moscow-diplomat">ejemplar de la novela abandonado por un soldado</a>. Así, toda Rusia parece haberse sumergido en este clásico de la literatura universal. Es cierto que el embargo ha privado a los rusos de las películas de Hollywood y que están recurriendo a la lectura para mantenerse ocupados, pero la elección de <em>1984</em> es cualquier cosa menos inocente en el contexto político ruso.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470302/original/file-20220622-13-pkiha3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470302/original/file-20220622-13-pkiha3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=733&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470302/original/file-20220622-13-pkiha3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=733&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470302/original/file-20220622-13-pkiha3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=733&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470302/original/file-20220622-13-pkiha3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=921&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470302/original/file-20220622-13-pkiha3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=921&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470302/original/file-20220622-13-pkiha3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=921&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Imagen de la película <em>1984</em> de 1956.</span>
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<p>La novela de Orwell encuentra, en efecto, un poderoso eco en los acontecimientos contemporáneos. Publicada en 1949, coloca al lector en un mundo totalmente dominado por tres grandes potencias en guerra. Si en el pasado soñaban con ser la patria de la igualdad comunista, poco a poco se han transformado en sociedades totalitarias marcadas por la vigilancia extrema de la población, por la falsa propaganda del poder y por la violencia de la represión política. </p>
<p>“Novlangue”, “policía del pensamiento”, “el Gran Hermano te vigila”: la novela ha dejado muchas formas de referirse a un Estado policial y el término <em>orwelliano</em> se utiliza a menudo para describir los intentos de manipular y controlar a los ciudadanos mediante información falsa. Sin embargo, la lectura rusa de <em>1984</em> tiene varias especificidades.</p>
<h2>Rusia en tiempos de Orwell</h2>
<p>En primer lugar, porque <em>1984</em> trata efectivamente de Rusia. Aunque crea un universo compuesto que también hace referencia al fascismo y al nazismo, Orwell se inspiró sobre todo en la URSS para su novela: el Gran Hermano luce un bigote que recuerda al de <a href="https://theconversation.com/por-que-duro-tanto-el-estalinismo-181515">Stalin</a>, y su mismo apodo evoca el hecho de que, después de 1945, la URSS se consideraba el hermano mayor de los demás países que se habían unido al bloque comunista. El KGB no se equivocó, ya que calificó al novelista como el autor del <a href="https://fr.rbth.com/histoire/83703-george-orwell-1984-urss-russie">libro más odioso sobre la Unión Soviética</a>. La novela estuvo prohibida allí hasta 1988, aunque circuló ampliamente en la clandestinidad.</p>
<p>No es insignificante que el libro resurja precisamente en un momento en que el régimen de <a href="https://theconversation.com/por-que-la-responsabilidad-penal-de-vladimir-putin-es-indiscutible-182481">Vladimir Putin</a>, que a menudo ha revelado la fuerza del legado soviético en la Rusia contemporánea, está experimentando un fuerte impulso autoritario en el contexto de la guerra. Ya en 2015, justo después de la anexión de Crimea, el libro apareció entre los diez más leídos en Rusia, <a href="https://meduza.io/news/2015/12/23/v-top-10-samyh-populyarnyh-knig-v-rossii-popal-dzhordzh-oruell">con 85 000 ejemplares vendidos en ese año</a>. Hoy más que nunca, una parte de la población rusa siente que la realidad está superando a la ficción.</p>
<p>Un vídeo publicado en TikTok por un joven exiliado en Londres <a href="https://www.newsweek.com/woman-compares-russia-dystopian-novel-1984-viral-video-1685568">que rápidamente se hizo viral</a> muestra lo que algunos rusos reconocen en el espejo <em>orwelliano</em> con motivo de la guerra en Ucrania. Los países inventados por el novelista británico no sólo están sumidos en un estado de guerra perpetua con sus vecinos, sino que se caracterizan por la omnipresencia de la <a href="https://theconversation.com/porques-y-paraques-del-exito-de-la-propaganda-rusa-182565">propaganda que distorsiona la realidad</a> para hacerla encajar en el discurso del poder e impone a la población un asentimiento que desafía la lógica. “La guerra es la paz”, dice el Ministerio de la Verdad en la novela: del mismo modo, las autoridades rusas pretenden rebautizar una guerra sin nombre como “operación especial” y han puesto en marcha un pesado aparato de medidas judiciales <a href="https://www.ouest-france.fr/monde/guerre-en-ukraine/apres-100-jours-la-guerre-toujours-taboue-du-kremlin-853987a2-e34f-11ec-af2a-6ce2c998569c">para castigar a quienes no acepten estos elementos del lenguaje</a>.</p>
<p>También en nombre de la lucha contra las posibles noticias falsas, la agencia rusa de regulación de la información, Roskomnadzor, ha restringido o cerrado la mayoría de los medios de comunicación occidentales o apoyados por Occidente en Rusia, como la BBC, Deutsche Welle o Radio Free Europe/Radio Liberty, así como Facebook y Twitter: ahora, <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/feb/25/pure-orwell-how-russian-state-media-spins-ukraine-invasion-as-liberation">sólo la información controlada por el Estado tiene voz</a>. Y cuidado con los que pretenden enfrentarse directamente al gobierno: el 13 de abril de 2022, una gran operación condujo a la detención de unos 1 000 opositores, <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/apr/21/im-waiting-to-be-arrested-russian-fake-news-law-targets-journalists">entre ellos muchos periodistas</a>, que habían desobedecido la ley al expresar su desacuerdo con la entrada de Rusia en la guerra. Se enfrentan a hasta 15 años de prisión.</p>
<h2><em>1984</em>, una herramienta de oposición discreta o frontal</h2>
<p>En este contexto, la lectura de <em>1984</em> es una forma de expresar la oposición al Gobierno sin incurrir en los inmensos riesgos legales que amenazan a las opiniones disidentes. La novela de Orwell reactiva la tradición de la ciencia ficción soviética que, al inventar mundos distópicos en los que el ideal se había convertido en pesadilla, permitía criticar indirectamente a la URSS. Orwell se inspiró en gran medida en el primer hito de esta larga línea, <a href="https://www.radiofrance.fr/franceculture/nous-autres-le-roman-qui-a-inspire-1984-d-orwell-5484239"><em>Nosotros los otros</em></a> de Yevgeny Zamiatin (1920), que también mostraba una sociedad bajo la bota de un estado totalitario. </p>
<p>En 1972, la novela <em>Stalker</em>, escrita por Arkadi y Boris Strugatsky y adaptada al cine por Andrei Tarkovsky siete años más tarde, evocaba un universo futurista donde misteriosas “zonas”, totalmente controladas por el ejército, recordaban discretamente la existencia del Gulag. Por lo tanto, es natural que la novela de Orwell despierte el interés de una sociedad rusa acostumbrada a buscar en la literatura expresiones metafóricas para los excesos políticos que resulta imposible denunciar públicamente.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469991/original/file-20220621-17-spvb23.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469991/original/file-20220621-17-spvb23.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469991/original/file-20220621-17-spvb23.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469991/original/file-20220621-17-spvb23.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469991/original/file-20220621-17-spvb23.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469991/original/file-20220621-17-spvb23.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469991/original/file-20220621-17-spvb23.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Copias de la novela de Orwell y de <em>Sin novedad en el frente</em>, de Erich Maria Remarque, repartidas por el metro de Moscú @Telegram.</span>
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<p>Pero otra especificidad del contexto ruso es que el texto se ha incorporado <a href="https://www.lemonde.fr/international/article/2022/05/20/1984-de-george-orwell-erige-en-instrument-de-resistance-et-d-opposition-en-russie_6126882_3210.html">al arsenal de los activistas contra la guerra</a> de forma muy concreta. En marzo, se colocaron ejemplares de <em>1984</em> en el metro de Moscú junto con artículos de la ley que condena la difusión de información supuestamente falsa sobre la guerra. </p>
<p>En Ivanovo, al noreste de Moscú, <a href="https://t.me/horizontal_russia/10160">la abogada Anastasia Roudenko y el empresario Dmitry Siline</a> gastaron 1 500 dólares en distribuir 500 ejemplares del libro en los parques y calles de la ciudad antes de ser detenidos por la policía. </p>
<p>Estas acciones son ciertamente modestas, pero se difunden ampliamente en las redes sociales a través de Telegram o TikTok. <em>1984</em> se convierte así en una de las herramientas de las <a href="https://www.resistic.fr">estrategias digitales de resistencia</a> puestas en marcha por una parte de la sociedad civil en un contexto autoritario. La novela permite no sólo burlar la censura, sino también darle la vuelta a los instrumentos de control de un poder que está desarrollando un dominio sin precedentes en la Red gracias a sus legiones de <em>trolls</em> y <em>hackers</em>.</p>
<h2>Orwell, en el lado de Putin</h2>
<p>A diferencia de su vecino bielorruso, Rusia no ha prohibido la venta de <em>1984</em>. Pero el régimen intenta aprovechar esta moda literaria mostrando que el enemigo al que apunta la novela no es el que pensamos. Ya en marzo, Anatoli Wasserman, diputado del partido Rusia Unida de Vladimir Putin, declaró que la novela de Orwell <a href="https://news.ru/culture/vasserman-rasskazal-o-suti-knigi-1984-posle-eyo-zapreta-v-belorussii/">se limitaba a describir la experiencia del autor en la <em>BBC</em></a> y contribuía así a desacreditar el llamado modelo occidental, que en realidad está minado por el despotismo. Más recientemente, Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores y comunicadora de primera línea de la guerra, también consideró en una conferencia de prensa que la novela describía cómo <a href="https://www.themoscowtimes.com/2022/05/25/explainer-why-orwells-1984-looms-large-in-putins-russia-a77780">el liberalismo llevaría al mundo a su perdición</a>, calificando de “falsa” la idea de que era un retrato de la URSS.</p>
<p>Es un truco burdo, tan burdo como el conocimiento que tiene Zakharova de una novela a la que llama <em>1982</em>. Pero halaga a una parte de la opinión pública, siempre sensible a la tesis paranoica de una conspiración contra la patria. En el discurso del poder, Orwell se sumaría así a otra corriente literaria rusa, la del reciente movimiento liberpunk, que imagina el apocalipsis del mundo capitalista e invita a unirse a la lucha contra el Occidente decadente.</p>
<p>Más allá del fenómeno literario, <em>1984</em> sirve así de indicador de ciertas tensiones en la sociedad y el poder rusos. Por un lado, muestra el poder de la <em>historia</em> de Putin, que siempre es capaz de presentar la realidad bajo una luz ventajosa. Pero, por otra parte, el reciente éxito de la novela es una señal que contrasta con las encuestas que concluyen que la mayoría de la población apoya la guerra y a su líder: ofrece una perspectiva alternativa en una sociedad rusa que parece percibirse a sí misma bajo control, expuesta a una intensa propaganda y susceptible de ser fuertemente castigada por sus opiniones, y que, por lo tanto, difícilmente puede responder a una encuesta de opinión de forma distinta a la que se espera de ella.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185914/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Victoire Feuillebois ha recibido financiación de Idex Attractivité de la Universidad de Estrasburgo.</span></em></p>Desde el comienzo de la guerra contra Ucrania, la novela se ha convertido en un fenómeno literario y en una cuestión política en Rusia.Victoire Feuillebois, Assistant Professor in Russian Literature, member of GEO - UR 1340 and ITI LETHICA, Université de StrasbourgLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1828682022-05-11T12:17:26Z2022-05-11T12:17:26ZDiez circunstancias que nos abocan a una nueva pandemia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/462444/original/file-20220511-17-yizt3q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C11%2C7465%2C3172&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Globalización, aumento de población, urbanización desaforada, deforestación, guerras, hambrunas, cambio climático, consumo de animales salvajes y deterioro de los sistemas sanitarios son algunos de los factores que nos abocan a una nueva pandemia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/blurred-crowd-unrecognizable-street-1652886169">Shutterstock / Aleksandr Ozerov</a></span></figcaption></figure><p>Que existan epidemias y pandemias no es nada nuevo. Basta un repaso a la historia de la humanidad para comprobar que la lucha de las personas contra las enfermedades infecciosas ha sido constante. La peste negra, el cólera, la tuberculosis, la gripe, el tifus o la viruela son tan solo algunos ejemplos de enfermedades que nos han dejado cicatrices imborrables. </p>
<p>Cada enfermedad requiere una actuación específica y la puesta en marcha de distintos mecanismos de prevención, respuesta y tratamiento. Por esta razón, es fundamental identificar los orígenes y los patrones de aparición de los patógenos. </p>
<p>En este sentido, alrededor del 60 % de las enfermedades infecciosas emergentes que se notifican <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4230840/#:%7E:text=Today%2C%20approximately%2075%25%20of%20newly,and%20to%20prevent%20zoonotic%20EIDs">a nivel mundial son zoonosis</a> (que se transmiten entre animales y humanos). Las estimaciones apuntan que, en todo el mundo, cada año, alrededor de mil millones de personas enferman y millones mueren a consecuencia de eventos zoonóticos. Y de los más de 30 nuevos patógenos humanos detectados en las últimas décadas, el 75 % <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5960580/">se han originado en animales</a>.</p>
<p>La emergencia reciente de diversas enfermedades de origen zoonótico –la influenza aviar H5N1, la influenza aviar H7N9, el VIH, el Zika, el virus del Nilo Occidental, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), la enfermedad por el virus Ébola o la covid-19 (SARS-CoV2)– han planteado serias amenazas para la salud humana y el desarrollo económico mundial.</p>
<p>En general son impredecibles, ya que muchas se originan en animales y son causadas por virus nuevos que solo son detectados una vez producido un brote. Sin embargo, hay al menos diez factores que ya sabemos a ciencia cierta que están vinculados a la aparición de una futura epidemia o pandemia. Los enumeramos.</p>
<p><strong>1. Guerras y hambrunas</strong></p>
<p>Los daños causados por la guerra son muchos y complejos. La muerte, las lesiones y el desplazamiento son los más obvios. Pero la aparición de epidemias infecciosas también está estrechamente relacionada con los conflictos bélicos. </p>
<p>En el año 2006, se informó de brotes de cólera en 33 países africanos, y en el 88 % de los casos los informes procedían de países afectados por conflictos bélicos. En los últimos años, diferentes países de Oriente Medio y África han sufrido brotes infecciosos como efecto directo de la guerra, <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/13/19/10783">agravados por la escasez de alimentos y agua, el desplazamiento y los daños a la infraestructura y a los servicios de salud</a>.</p>
<p><strong>2. Cambio de uso del suelo</strong></p>
<p>El cambio en el uso de la tierra es una modificación en el ecosistema inducida por el ser humano. Estas alteraciones pueden afectar a la abundancia y distribución de la vida silvestre, y la hacen más susceptible a la infección por patógenos. Además, al crear oportunidades de contacto nuevas, facilitan la circulación de patógenos entre especies, lo que en última instancia conduce a la infección humana y a una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29466832/#:%7E:text=Abstract,disentangle%20underlying%20processes%20is%20lacking">mayor propagación de los patógenos</a>.</p>
<p><strong>3. Deforestación</strong></p>
<p>Con la deforestación y la fragmentación de los bosques favorecemos la extinción de especies especialistas en hábitats, permitiendo que prosperen las generalistas. Se ha <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25392474/">comprobado que las especies de vida silvestre</a> que son anfitrionas de patógenos, particularmente en el caso de murciélagos y otras especies de mamíferos como los roedores, son relativamente más abundantes en paisajes manipulados por el ser humano, como los ecosistemas agrícolas y las áreas urbanas, que en sitios adyacentes no perturbados. </p>
<p>El establecimiento de pastos, plantaciones o granjas de ganadería intensiva cerca de los márgenes del bosque también puede <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3223631/">aumentar el flujo de patógenos de la vida silvestre a los humanos</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/462441/original/file-20220511-12-mlmrt3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/462441/original/file-20220511-12-mlmrt3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/462441/original/file-20220511-12-mlmrt3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=193&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/462441/original/file-20220511-12-mlmrt3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=193&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/462441/original/file-20220511-12-mlmrt3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=193&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/462441/original/file-20220511-12-mlmrt3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=242&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/462441/original/file-20220511-12-mlmrt3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=242&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/462441/original/file-20220511-12-mlmrt3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=242&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Área deforestada de la amazonía brasileña.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/area-illegal-deforestation-vegetation-native-brazilian-1156323865">Shutterstock / Tarcisio Schnaider</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>4. Urbanización descontrolada y aumento poblacional</strong></p>
<p>Los cambios demográficos en el tamaño y la densidad de la población a través de la urbanización afectan a la dinámica de las enfermedades infecciosas. Por ejemplo, la gripe tiende a exhibir brotes más persistentes <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.aat6030#:%7E:text=Larger%2C%20more%20densely%20populated%20cities,less%20subject%20to%20climate%20variation.">en regiones urbanas más pobladas y densas</a>.</p>
<p><strong>5. Cambio climático</strong></p>
<p>El cambio climático aumenta el <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412015300489">riesgo de transmisión viral entre especies</a>. Muchas especies de virus son todavía desconocidas, pero es probable que tengan la capacidad de infectar a los humanos. Por suerte, en la actualidad la gran mayoría circula silenciosamente en los mamíferos salvajes. Sin embargo, el aumento de las temperaturas provocará migraciones masivas de animales que busquen condiciones ambientales más suaves, facilitando la aparición de puntos críticos de biodiversidad. Si llegan a áreas de alta densidad de población humana, principalmente en Asia y África, surgirán nuevas oportunidades para la propagación zoonótica al ser humano. </p>
<p>Predicciones recientes bajo escenarios de cambio climático apuntan que, para el año 2070, <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-022-04788-w">la transmisión de virus entre especies aumentará unas 4 000 veces</a>.</p>
<p><strong>6. Globalización</strong></p>
<p>La globalización ha facilitado la propagación de numerosos agentes infecciosos a todos los rincones del planeta. La transmisión de enfermedades infecciosas es el mejor ejemplo de la creciente porosidad de las fronteras. La globalización y el aumento de la conectividad aceleran la posible aparición de una pandemia por la movilización constante de los microorganismos <a href="https://globalizationandhealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12992-021-00677-5">a través del comercio y el transporte internacional</a>.</p>
<p><strong>7. La caza, el comercio y el consumo de carne de animales silvestres</strong></p>
<p>La transmisión de enfermedades zoonóticas puede ocurrir en cualquier punto de la cadena de suministro de carne de animales silvestres, desde la caza en el bosque hasta el punto de consumo. Los patógenos que se han propagado a los humanos a partir de la carne de animales silvestres son numerosos e incluyen entre otros <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7123567/">el VIH, el virus del Ébola, el virus espumoso de los simios o el virus de la viruela del mono</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/462440/original/file-20220511-25-ggpviy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2649%2C1923&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/462440/original/file-20220511-25-ggpviy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2649%2C1923&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/462440/original/file-20220511-25-ggpviy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=436&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/462440/original/file-20220511-25-ggpviy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=436&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/462440/original/file-20220511-25-ggpviy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=436&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/462440/original/file-20220511-25-ggpviy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=548&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/462440/original/file-20220511-25-ggpviy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=548&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/462440/original/file-20220511-25-ggpviy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=548&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Aspecto del mercado de Tomohon, en Indonesia, donde se comercia con animales salvajes para su consumo.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/tomohon-indonesia-snake-stall-extreme-market-1609828087">Shutterstock / Sony Herdiana</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>8. Tráfico ilegal de especies y mercados de animales salvajes</strong></p>
<p>Un ecosistema natural con un alto grado de riqueza de especies reduce la tasa de encuentro entre individuos susceptibles e infecciosos, disminuyendo la probabilidad de transmisión de un patógeno. Por el contrario, los mercados de animales vivos y los recintos dedicados a ocultar animales destinados al comercio ilegal son lugares donde especies animales de todo tipo son enjauladas y hacinadas. </p>
<p>En esas circunstancias no solo comparten el mismo espacio insalubre y antinatural, sino también los ectoparásitos y endoparásitos vectores de enfermedades. Los animales sangran, babean y se defecan y orinan unos sobre otros, lo que lleva al intercambio de microorganismos patógenos y parásitos, <a href="https://www.thelancet.com/journals/lanplh/article/PIIS2542-5196(21)00112-1/fulltext">forzando interacciones entre especies que nunca deberían ocurrir</a>.</p>
<p><strong>9. Evolución microbiana</strong></p>
<p>Los microorganismos están en constante evolución en respuesta a las presiones de selección indirectas y directas en su entorno. Un claro ejemplo son los virus influenza tipo A, cuyo reservorio ancestral son las aves acuáticas, a partir de las cuales han conseguido infectar a otros tipos de animales. </p>
<p>Otro ejemplo evidente de la capacidad de los microorganismos para adaptarse rápidamente es el desarrollo mundial de <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/antimicrobial-resistance">muchos tipos de resistencia antimicrobiana en patógenos humanos comunes</a>. </p>
<p><strong>10. Colapso del sistema de salud pública</strong></p>
<p>En las últimas décadas, en numerosos países, ha acontecido una retirada paulatina del apoyo financiero a los sistemas de salud pública. Esta situación ha diezmado la infraestructura esencial y necesaria para hacer frente a brotes epidémicos sorpresivos. La rápida aparición reciente de nuevas amenazas de enfermedades infecciosas como la covid-19, unida al resurgimiento de afecciones antiguas como el sarampión o la tuberculosis, tiene <a href="https://www.bmj.com/content/375/bmj.n2374">implicaciones importantes para los sistemas de salud públicos mundiales</a>.</p>
<p>Debemos ser conscientes de que la preparación contra posibles futuras epidemias y pandemias requiere de un estudio profundo y concienzudo de los potenciales factores que facilitan la emergencia de enfermedades infecciosas. El análisis sosegado y crítico permitirá diseñar futuras estrategias de previsión y prevención.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/182868/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Hay al menos diez factores que sabemos, a ciencia cierta, que nos pueden conducir a una nueva pandemia. Entre ellos las guerras (y estamos inmersos en una), la deforestación, la globalización, la caza y el tráfico ilegal de especies.Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1810432022-05-02T16:14:42Z2022-05-02T16:14:42ZCómo los drones están cambiando la guerra<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/460268/original/file-20220428-11-33jm5u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C1%2C1272%2C716&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Dron kamikaze ruso Kub-bla fabricado por la empresa Zala AeroGroup.</span> </figcaption></figure><p>En el conflicto de Ucrania estamos viendo drones que espían y bombardean como si fueran espíritus de un bosque, satélites que siempre permanecen en la retaguardia de los ejércitos, e inteligencia artificial que toma decisiones como si fuesen los dioses en los cielos que responden a las plegarias de los mortales. </p>
<p>Ya lo dijo el biólogo estadounidense Edward O. Wilson: “El verdadero problema de la humanidad es el siguiente: tenemos emociones del paleolítico, instituciones medievales y tecnología propia de un dios. Y eso es terriblemente peligroso”. </p>
<p>La tecnología ha cambiado las reglas del juego. Los drones están siendo un arma de amplio uso en el conflicto, tanto desde un bando como desde el otro. En el caso de Ucrania, es <a href="https://twitter.com/faineg/status/1512500623660494855">sorprendente la resistencia defensiva</a> que están otorgando <a href="https://theconversation.com/guerra-low-cost-como-ucrania-esta-usando-drones-contra-rusia-179066?utm_source=twitter&utm_medium=bylinetwitterbutton">estos aparatos de bajo coste que los distintos países les han donado, o los propios ciudadanos ucranianos han cedido a su ejército</a>. </p>
<p>Drones que podemos encontrar en cualquier gran tienda por internet <a href="https://twitter.com/Jeibros/status/1512084270814093319">y que pueden costar entre 100 y 2 000 euros</a>. Estas armas están resultando ser tan efectivas que la empresa que los fabrica, la china DJI, <a href="https://www.forbes.com/sites/thomasbrewster/2022/03/17/chinas-dji-and-its-billionaire-chief-put-in-an-awkward-spot-as-both-sides-in-ukraine-war-use-its-drones/">se enfrenta ante el dilema de la neutralidad</a>, ya que sus productos están siendo empleados por ambas naciones.</p>
<p>Para hacerse una idea de la importancia de esta tecnología baste decir que el ministro de Transformación Digital ucraniano reprochó en Twitter a DJI de ser cómplice de las muertes de sus conciudadanos:</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1504068644195733504"}"></div></p>
<p>Pero no solo se están observando drones de uso lúdico en los cielos, sino que dada su eficacia en el conflicto, ambos ejércitos han adquirido varios modelos más.</p>
<p>En el bando de Kyev, <a href="https://theconversation.com/guerra-low-cost-como-ucrania-esta-usando-drones-contra-rusia-179066?utm_medium=email&utm_campaign=Envo%20medios%20ESPAA%201503&utm_content=Envo%20medios%20ESPAA%201503+CID_bacc78c9b8ef49a8c6a65937465e69f6&utm_source=campaign_mon">al conocido dron Punisher</a> se le ha unido un importante aliado. El pasado 4 de abril, <a href="https://www.defense.gov/News/News-Stories/Article/Article/2988794/">Estados Unidos anunció el envío de una remesa de armamento defensivo</a> muy importante para Ucrania. El envío incluía <a href="https://www.abc.es/internacional/abci-switchblades-drones-kamikaze-eeuu-enviado-ucrania-para-defenderse-rusia-202204071126_noticia.html">100 drones Switchblade</a>, una efectiva arma merodeadora capaz de volar durante largo tiempo y lanzarse como un misil contra cualquier objetivo interesante que encuentre (en este caso, tanques). La ventaja es que el lanzamiento de estos misiles se puede realizar de una manera sencilla.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/N7TPErUSIPc?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
</figure>
<p>A esta técnica kamikaze se la denomina <em>loitering</em>. <a href="https://www.defensenews.com/opinion/commentary/2022/04/01/turkish-drones-wont-give-ukraine-the-edge-it-needs/">No esperemos que el Switchblade sea una ventaja definitiva para el ejército de Zelensky</a>, pero sin duda servirá para apoyar a las tropas de tierra, realizar labores de exploración y seguir saboteando las líneas de abastecimiento del frente ruso.</p>
<p>De hecho, este tipo de drones es tecnológicamente mucho más avanzado que los famosos Bayraktar TB2 turcos, con los que el ejército ucraniano <a href="https://www.youtube.com/watch?v=7YaXdP06zO0&t=56s">ha realizado varias canciones patrióticas</a>. Tal y como veremos con los siguientes ejempos, el futuro de los drones quizás pase por este tipo de naves más pequeñas, empleadas en enjambre, frente a los mayores y pesados UAVs turcos.</p>
<p>Sin embargo, tal y como era previsible, el bando ruso no se ha quedado de brazos cruzados ante la ofensiva ucraniana. Y para ello, una de las defensas con las que cuenta es <a href="https://twitter.com/oldnickels/status/1511001347327332358">el sistema de defensa Pantsir</a>, que principalmente sirve para los drones más pesados, como el ya citado Bayraktar.</p>
<p>Siguiendo la máxima de que el fuego se combate con fuego, el ejército invasor se ha armado con diferentes drones. Por ejemplo, el Orlan-10 y el dron suicida KUB-BLA. </p>
<p>El primero de ellos se refiere a un dron de medio alcance empleado <a href="https://twitter.com/REjercitos/status/1509055027784167425">principalmente en misiones de exploración y regulación de tiro</a>.</p>
<p>En cambio, el dron suicida KUB-BLA sí que ha alertado a los expertos. Este aparato puede volar a unos 130 kilómetros por hora durante 30 minutos, y emplea algoritmos de visión artificial para detectar y lanzarse de manera autónoma sobre cualquier tipo de objetivo, explotando con él su carga de 3 kilogramos.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1510716460536143873"}"></div></p>
<p>Es precisamente este tipo de arma el que más preocupa a la comunidad internacional y a los investigadores en armas autónomas. </p>
<p>Un algoritmo no es más que una caja negra que realizará fríamente su función programada, sin ninguna consideración sobre posibles efectos colaterales <a href="https://jeibros.blogspot.com/2021/06/faisal-bin-ali-jaber-y-su-lucha-contra.html">o víctimas civiles</a>. Ni siquiera los mandos militares podrán responder sobre las causas por las que un objetivo inocente fue elegido por este dron suicida. Tan solo la nave fijará la vista en su objetivo mediante su caja negra matemática y lo destruirá.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/fwAiKJEhtWo?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Vídeo promocional del dron kamikaze Kub-bla fabricado por la empresa rusa Zala Aero Group.</span></figcaption>
</figure>
<p>Un paso más hacia la guerra automatizada y optimizada, sin la componente humana que revelaba que en la Segunda Guerra Mundial <a href="https://www.washingtonpost.com/opinions/killing-does-not-come-easy-for-soldiers/2017/10/13/6008e742-ae26-11e7-9b93-b97043e57a22_story.html">menos del 15 % de los soldados disparaban sus armas con intención real de matar debido al coste psicológico y a la empatía humana</a>.</p>
<p>Probablemente estemos ante el fin de la post-Guerra Fría. Quizás hayamos abierto la caja de Pandora y estemos perdiendo el miedo a lo que ocurre en una guerra moderna, al delicado equilibrio geopolítico, rodeados de tecnología, en un entorno de globalización y bajo la lupa de las redes sociales. </p>
<p>Y es posible que estemos ante un nuevo tipo de guerra en la que las máquinas automáticas tengan un papel fundamental, y que implique el comienzo del <a href="https://www.youtube.com/watch?v=KHXLsHUHGvI&list=WL&index=90">fin de un símbolo bélico como es el tanque</a>. Pero ojalá no tengamos que comprobarlo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/181043/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Julián Estévez Sanz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Estos dispositivos están jugando un gran papel en la guerra entre Rusia y Ucrania, pero algunos expertos temen que puedan cambiar los conflictos para siempre y a peor.Julián Estévez Sanz, Profesor e investigador en Robótica e Inteligencia Artificial, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1802852022-04-05T17:23:25Z2022-04-05T17:23:25Z¿Qué son exactamente las armas químicas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/455066/original/file-20220329-17-bsjbva.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C9%2C3199%2C1908&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/soldiers-chemical-protection-suites-walking-through-18759811">Joyfull / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En las zonas de conflicto, los ejércitos disponen de dos tipos de armas: las denominadas convencionales y las “no convencionales”. En la clasificación de armas de destrucción masiva se incluyen las armas nucleares, radiológicas, bacteriológicas y químicas, <a href="https://www.un.org/disarmament/fr/amd/armes-chimiques/">venenos potencialmente letales que pueden diseminarse en forma de gases, aerosoles o líquidos</a>.</p>
<p>En el caso de estas <a href="https://www.un.org/counterterrorism/es/chemical-biological-radiological-nuclear-terrorism">armas QBRN</a>, el impacto puede ser generalizado y afectar de forma indiscriminada e incontrolada tanto a los militares como a los civiles. Esto aumenta la sensación de vulnerabilidad.</p>
<p>Estas características de las armas químicas las convierten también en instrumentos de terror. No solo dañan el cuerpo: el riesgo, difuso y a menudo imperceptible, es igualmente perjudicial para la salud mental de los soldados y de las poblaciones amenazadas.</p>
<h2>Características de los agentes químicos</h2>
<p>Hay <a href="https://www.icrc.org/fr/document/cinq-choses-savoir-sur-les-armes-chimiques-ces-tueuses-implacables">cuatro tipos de agentes químicos</a>:</p>
<ul>
<li><p><strong>Agentes sofocantes o asfixiantes (cloro, fosgeno…)</strong>. Provocan irritación de las vías respiratorias y dañan los pulmones al provocar un edema (se llenan de líquido).</p></li>
<li><p><strong>Agentes sanguíneos (cianuro de hidrógeno, cloruro de cianógeno gaseoso, etc.)</strong>. Se trata de potentes venenos de acción rápida. Pueden bloquear la respiración a nivel celular e impedir así el funcionamiento de los órganos vitales. También pueden atacar a las enzimas, las proteínas que catalizan casi todas las reacciones biológicas del organismo. Esto paraliza la síntesis de las moléculas utilizadas como fuente de energía y provoca vómitos, mareos, pérdida de conciencia y muerte.</p></li>
<li><p><strong>Los vesicantes (gas mostaza, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Lewisita">lewisita</a>…)</strong>. Son profundamente irritantes, queman la piel, los ojos, el interior de los pulmones y otros tejidos corporales.</p></li>
<li><p><strong>Agentes neurotóxicos o nerviosos.</strong> Se dividen en dos grupos: agentes de la serie V (para venenos) y agentes de la serie G (como los producidos originalmente por IG Farben, en Alemania). Dentro de la serie V, el <a href="https://www.cdc.gov/niosh/ershdb/emergencyresponsecard_29750005.html">agente más conocido es el VX</a>, un veneno mortal que entra en el cuerpo por contacto con la piel. Los otros son VE, VM, VG y V-gas. La información detallada sobre sus características, que permitiría trabajar en su protección, es escasa en los repositorios en abierto. Los agentes de la serie G incluyen el gas somán (GD), el sarín (GB) y el tabún (GA). Causan principalmente la muerte por inhalación. Ambos grupos desactivan enzimas esenciales del sistema nervioso, lo que provoca la pérdida de control del cuerpo, convulsiones y la muerte por parálisis respiratoria. Incluso en bajas concentraciones, pueden causar lesiones al provocar dificultad para respirar, alteraciones visuales, etc.</p></li>
</ul>
<p>El uso del agente VX como veneno ha sido ampliamente discutido tras el <a href="https://www.theguardian.com/world/2017/feb/24/kim-jong-nam-north-korea-killed-chemical-weapon-nerve-agent-mass-destruction-malaysian-police">asesinato de Kim Jong-nam</a>, el hermanastro del líder norcoreano Kim Jong-un, en febrero de 2017 en Malasia.</p>
<p>En marzo de 1995, un <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0234967">ataque con sarín en el metro de Tokio</a> perpetrado por la secta Aum Shinrikyo (Verdad Suprema, hoy denominada <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Aum_Shinriky%C5%8D">Aleph</a>) mató a 12 personas e hirió a unas 1 000. Más de 5 000 personas necesitaron tratamiento médico como consecuencia de este suceso.</p>
<h2>Armas prohibidas</h2>
<p>El <a href="https://www.persee.fr/doc/afdi_0066-3085_1989_num_35_1_2892">Protocolo de Ginebra</a>, que se firmó en 1925, prohíbe el uso de armas químicas (y biológicas) en la guerra. Sin embargo, esto no ha impedido que algunas se hayan utilizado posteriormente. Aunque los gases y sus estragos se asocian con mayor frecuencia a la Primera Guerra Mundial, se siguen identificando usos más recientes en los conflictos.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Soldados con los ojos vendados en fila india. Fotografía vintage en blanco y negro" src="https://images.theconversation.com/files/454430/original/file-20220325-25-1caa0d6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/454430/original/file-20220325-25-1caa0d6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=372&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/454430/original/file-20220325-25-1caa0d6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=372&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/454430/original/file-20220325-25-1caa0d6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=372&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/454430/original/file-20220325-25-1caa0d6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=467&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/454430/original/file-20220325-25-1caa0d6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=467&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/454430/original/file-20220325-25-1caa0d6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=467&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">El uso de gas en la Primera Guerra Mundial causó estragos (soldados británicos de la división 55ª cegados por un ataque en Ypres, Flandes, en abril de 1918).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Thomas Keith Aitken (subteniente), colecciones de los Museos Imperiales de Guerra</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En 2017, la Cruz Roja informó de que los civiles de Mosul (Irak) <a href="https://www.nytimes.com/reuters/2017/03/04/world/middleeast/04reuters-mideast-crisis-mosul-chemical.html">estuvieron expuestos a vesicantes</a> durante los enfrentamientos entre los combatientes del Estado Islámico y las fuerzas iraquíes respaldadas por Estados Unidos. </p>
<p>Los controles internacionales de exportación regulan la venta de los equipos utilizados para su producción a gran escala. Por lo tanto, es bastante difícil adquirir materias primas para este fin. Dado que la mayoría de los agentes químicos no se encuentran en la naturaleza, su producción requiere una síntesis industrial y una cierta inversión si se quiere conseguir una producción masiva.</p>
<p>Sin embargo, la tecnología necesaria está disponible para un gran número de agentes químicos. Y el equipo para fabricarlos a pequeña escala puede adquirirse en comercios no especializados.</p>
<h2>Los impactos de los agentes químicos</h2>
<p>Las armas químicas, especialmente en forma de gases, son especialmente aterradoras. Todavía no hay forma de combatir las nubes de gas, y algunos agentes son capaces de penetrar el caucho natural, haciendo inútiles las protecciones.</p>
<p>Además, la mayoría de los cuatro tipos de agentes son invisibles, insípidos, inodoros y silenciosos, lo que refuerza aún más el aura de terror que los rodea.</p>
<p>Sin embargo, algunos tienen olores típicos, que los soldados y los civiles podrían ser entrenados para reconocer. Por ejemplo, el gas mostaza huele a ajo, el cianuro de hidrógeno a almendras amargas, el fosgeno a heno recién cortado y la lewisita a geranio.</p>
<p>En presencia de una nube química, los soldados solo pueden esperar a que el gas pase, y confiar en que sus máscaras y respiradores sean eficaces. Como resultado, a veces desarrollan <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1603385">fobia a las máscaras de gas</a> o sensación de claustrofobia cuando llevan estos equipos protectores.</p>
<p>Además, en estas situaciones de ansiedad, los soldados pueden ponerse nerviosos, sentir pánico, comportarse de manera irracional o experimentar cambios de personalidad, sintiéndose extraños. Por ejemplo, pueden quitarse las máscaras antigás y salir corriendo. Estos son síntomas comunes entre los veteranos y los civiles que sufren <a href="http://www.ptsd.va.gov/professional/PTSD-overview/Dissociative_Subtype_of_PTSD.asp">trastorno de estrés postraumático</a>.</p>
<p>El terror que causan forma parte del componente psicológico de las armas químicas. Los soldados pueden sentir una mayor sensación de estrés y miedo a un ataque químico con solo ver la artillería, los aviones, los misiles u otros sistemas que podrían utilizarse para lanzarlos.</p>
<p>Esta ansiedad debida a la elusividad de los gases puede llevar a los combatientes a creer erróneamente que los síntomas leves de estrés, ansiedad y enfermedades infecciosas menores (moqueo, sarpullido, ampollas, irritación de los ojos, dificultad para respirar y diarrea) <a href="http://www.kcl.ac.uk/kcmhr/publications/assetfiles/cbrn/Jones2008-psychologicaleffectsofchemicalweapons.pdf">son los primeros signos de exposición a agentes químicos</a>.</p>
<h2>Cómo protegerse</h2>
<p>El hecho de que su uso siga siendo posible a pesar de la prohibición significa que los ejércitos tienen que pensar en proteger a sus soldados. A medida que los conflictos han avanzado y el conocimiento de los agentes químicos ha evolucionado, han surgido numerosas técnicas.</p>
<p>Durante la Guerra del Golfo de 1991, las tropas estadounidenses se protegieron con equipos como máscaras antigás, cascos, guantes de goma, ropa de combate (BDO, del inglés <em>Battle Dress Overgarment</em>), pasamontañas y botas. </p>
<p>El BDO es un traje (chaqueta y pantalón) compuesto por una capa interior de espuma de poliuretano impregnada de carbón vegetal para absorber y atrapar los agentes químicos y una capa exterior de algodón con marcas de camuflaje. Aunque proporciona una buena protección, llevar el BDO limita considerablemente la capacidad de combate, sobre todo si se lleva durante mucho tiempo.</p>
<p>El BDO y los pasamontañas a juego provocan una rápida subida de la temperatura corporal, lo que aumenta el riesgo de insolación y agotamiento (especialmente en el desierto). Los guantes de goma limitan el sentido del tacto y la capacidad de hacer manipulaciones delicadas. Las máscaras de gas también reducen la capacidad de hablar, oír y ver.</p>
<p>Además, como percibieron los militares en la Primera Guerra Mundial, aunque las máscaras de gas con respiradores suelen proteger las vías respiratorias y los ojos, algunos agentes como el gas mostaza son capaces de atravesarlas.</p>
<p>Durante la Primera Guerra Mundial, los alemanes utilizaron lejía en polvo para tratar las superficies de la piel afectadas. Este método no era óptimo debido a la cantidad de producto necesaria. Además, las cajas de este producto eran una carga extra que había que llevar.</p>
<p>La aplicación de crema protectora antes de un ataque también resultó ineficaz, ya que no proporcionaba una barrera duradera. Las unidades móviles americanas con duchas, diseñadas para descontaminar a los soldados, también parecían ineficaces, ya que eran insuficientes y muy pesadas.</p>
<p>Otra forma de defensa contra los ataques químicos era un sistema portátil de detección en el campo de batalla. Como muchos agentes químicos son inodoros, las tropas necesitaban un sistema automático de detección y alarma que les avisara a tiempo para ponerse las máscaras antigás.</p>
<p>Sin embargo, el detector tenía varios puntos débiles importantes. No funcionaba a temperaturas bajo cero, podía fallar en su funcionamiento y requería un mantenimiento frecuente.</p>
<p>Todo ello confiere a las armas químicas un estatus especial. Aunque se ha demostrado que no tienen un impacto decisivo en el resultado de un conflicto, su efecto psicológico (tanto en los soldados como en los civiles) hace que se sigan utilizando, al menos como amenaza. Por tanto, son más eficaces como arma de terror o táctica (para golpear una zona limitada y específica) que como armas de destrucción masiva en sentido estricto.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/180285/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mutti Anggitta no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Clasificados como armas de destrucción masiva, los gases venenosos afectan al organismo y aterrorizan a civiles y soldados. ¿Cuáles son sus efectos? ¿Podemos protegernos de ellos?Mutti Anggitta, Analis Utama Keamanan dan Perempuan, Laboratorium Indonesia 2045Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1795762022-03-27T18:37:47Z2022-03-27T18:37:47ZCómo Donald Trump y Vladimir Putin se desvían del concepto de verdad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/452999/original/file-20220318-15-196xmw8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=26%2C15%2C1470%2C981&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La banalización de los discursos que ignoran impunemente la realidad debería alertarnos.</span> <span class="attribution"><span class="source">AFP</span></span></figcaption></figure><p>La verdad siempre ha sido objeto de pequeños y grandes “arreglos”. Pero lo que vemos ahora es una pérdida de su valor: es una característica de lo que ahora se llama posverdad, y revela una crisis en nuestra relación con la realidad.</p>
<p>Esos “arreglos” y mistificaciones que se realizan a la verdad se han convertido ahora en palabras tan públicas como cualquier otra, tan legítimas como las verdades fácticas que los historiadores y los periodistas tratan pacientemente de establecer.</p>
<p>Dos acontecimientos recientes me parecen sintomáticos de esta crisis de relación con la realidad que atraviesan nuestras democracias.</p>
<h2>La “Red de la Verdad”</h2>
<p>Donald Trump acaba de lanzar su propia red social, acontecimiento que se ha visto eclipsado por la aceleración de la crisis ruso–ucraniana. Al día siguiente de que sus partidarios asaltaran el Capitolio, Donald Trump fue vetado de Twitter “indefinidamente, por el riesgo de que se siga incitando a la violencia”. El expresidente estadounidense anunció que iba a crear su propia red, “humildemente” llamada <a href="https://www.france24.com/fr/am%C3%A9riques/20220221-le-r%C3%A9seau-truth-social-de-donald-trump-entame-sa-mise-en-ligne">“Truth Social”</a>, que puede traducirse como “Red de la Verdad”. La red funciona desde finales de febrero.</p>
<p>El nombre no es casualidad. Al igual que afirma “yo digo la verdad”, Donald Trump erige su red social como poseedora del monopolio de la verdad. “¡Venid a mi casa! Todo lo que allí se dice es por naturaleza verdadero”. Es verdadero porque en esa red hablo “yo” (o, lo que es lo mismo, los que dicen ser yo). Lo digo yo, por lo tanto es válido como verdad. La realidad, como todas las normas racionales de justificación y verificación, se supedita a los intereses particulares del hablante.</p>
<p>Sin embargo, hay una contradicción entre los términos de esta declaración. Lo <em>verdadero</em>, precisamente por ser la adecuación entre lo que se dice y lo que es, no puede ser <em>de nadie</em>. No se puede privatizar. Hay algo en la realidad que hace que lo que digo sea cierto, y ese algo no soy yo. Por eso, para decir lo que es <em>verdadero</em>, hay que aceptar descentrarse, al menos distanciarse de las propias creencias e intereses inmediatos. Por lo tanto, esta afirmación es una cuestión de falsificación, llevada aquí a su límite caricaturesco.</p>
<h2>Perversión del valor de la verdad</h2>
<p>Se advierte una ambivalencia en el discurso de Donald Trump, convertido desde hace tiempo en figura paradigmática del régimen de la posverdad, en el que ha desaparecido la división entre <em>verdad</em> y <em>falsedad</em>. Y, en efecto, en muchos aspectos, estamos ante alguien que parece totalmente indiferente al principio de realidad y, por tanto, a la verdad fáctica en la que se supone que descansa la validez de nuestras afirmaciones y opiniones. Con él, todo sucede como si la realidad no tuviera ningún efecto sobre lo que tenemos que decir al respecto.</p>
<p>Pero lo paradójico es que Donald Trump no deja de reivindicar “la verdad” y, por tanto, hace un cierto uso del léxico de la verdad. Mientras que en la Atenas clásica los sofistas admitían de buen grado que la verdad no era asunto suyo y la dejaban en manos de los filósofos, en este caso se trata de hacer como si se poseyera la verdad y hacerla suya. Recordemos cómo el presidente estadounidense solía decir a los periodistas que sus afirmaciones documentadas eran noticias falsas, invirtiendo así el estándar de la verdad para disfrazar mejor sus mentiras. Todo ello sin la menor vergüenza y con total descaro.</p>
<p>Por tanto, no es seguro que estemos asistiendo realmente a la desaparición del “valor” de la verdad, sino a una perversión de este valor. Y en este intento de atraco y confiscación, es nuestra relación con la realidad la que está amenazada. Y sin embargo, lo que puede mantener la verdad es la independencia de la realidad, sin la cual, recordemos, no podemos discutir. Es la existencia de esta tercera parte, que no soy yo ni el otro, la que nos permite discutir.</p>
<p>Es de temer que las redes de la “verdad” según el modelo de la de Trump se multipliquen como un reguero de pólvora, y que se acelere el fenómeno de las <a href="https://www.lemonde.fr/blog/fredericjoignot/2016/08/30/comment-les-algorithmes-nous-enferment-dans-une-bulle-intellectuelle/">“burbujas cognitivas”</a>. Los algoritmos seleccionan lo que se ajusta a nuestras creencias y nos presentan contenidos que se aproximan a nuestras expectativas y preferencias, jugando con los efectos de identificación reforzados por la dimensión virtual de estos “pseudointercambios” en los que sólo nos enfrentamos a lo mismo.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1497091416635457553"}"></div></p>
<p>Así pues, hoy en día es dentro de la misma red donde se practican las escisiones y es de temer que la proliferación de nuevas redes refuerce esta compartimentación. Una compartimentación que impedirá el ejercicio de un juicio compartido, base del funcionamiento democrático, ese debate que nace de la contradicción y la confrontación argumentativas. Sólo se puede pensar pensando contra uno mismo, es decir, pensando “en el lugar” del otro. </p>
<p>En cambio, ya no discutimos, ya no nos relacionamos. Simplemente alimentamos la violencia de la fantasía en la comunión del resentimiento. Porque para debatir, debemos ser capaces de ponernos de acuerdo en lo que no es discutible, y que precisamente nos obliga a pensar, a sopesar lo que decimos, todavía más cuando lo decimos públicamente. Esto significa que si no se reconoce la realidad por sí misma, no podemos deliberar colectivamente.</p>
<h2>“Esto no es una guerra”</h2>
<p>En este sentido, otro hecho que aparentemente tiene poco que ver con el episodio trumpiano me parece bastante significativo: hasta que quedó obsoleto por un poderoso efecto de realidad (ya no era posible negar que estábamos ante una guerra), asistimos a un debate semántico sobre la naturaleza de las “operaciones militares” de Putin en Ucrania. Al menos hasta la ofensiva del 24 de febrero, a pesar de sus numerosas violaciones de los acuerdos de Minsk en la región, mucha gente utilizó el eufemismo, negándose a hablar de “agresión” o, peor aún, de “guerra”.</p>
<p>Sin embargo, la guerra tiene una definición precisa, la de la violación de la soberanía de un Estado mediante una intervención armada. En contra de la evidencia, atestiguada y documentada, nos hemos acomodado a un discurso que niega una verdad de hecho, un discurso de negación, cuyo clímax quizá esté en la forma en que Vladimir Putin declaró la guerra negándose a nombrarla, hablando de una “operación militar”. Guerra: una palabra tabú.</p>
<p>Cuando la realidad deja de constituir la norma y el sentido del discurso, ya no es posible discutir, y todas las estrategias de diálogo están condenadas al fracaso. Nos despertamos aturdidos. Este episodio trágico quizás debería llevarnos a cuestionar la banalización de los discursos que se liberan impunemente de lo que hace nuestro mundo común, la realidad. Porque al renunciar a la realidad, también renunciamos a evitar que el discurso sea una máscara de la violencia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179576/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marion Bourbon ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d'une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n'a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.</span></em></p>Cuando llamamos verdad a algo que no se apoya en la realidad, perdemos la posibilidad del diálogo. La verdad es la base del contrato social y la confianza de un pueblo en sus dirigentes.Marion Bourbon, Agrégée et Docteure en Philosophie, Chercheuse associée à l'Université Bordeaux Montaigne, Enseignante à l'Université Bordeaux Montaigne et à l'Université de Bordeaux, Université Bordeaux MontaigneLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1794922022-03-23T19:26:57Z2022-03-23T19:26:57Z¿Están las raíces de la humanidad teñidas de sangre?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/453952/original/file-20220323-25-gten2s.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=13%2C8%2C2982%2C1985&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Civiles y soldados ucranianos se refugian bajo un puente en Kiev el 5 de marzo de 2022.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ukrainian_civilians_and_soldiers_take_shelter_under_a_bridge_in_Kyiv.jpg">Wikimedia Commons / mvs.gov.ua</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Durante las últimas semanas asistimos a la escalada de la masacre perpetrada sobre Ucrania. El catálogo de <a href="https://theconversation.com/podria-putin-ser-condenado-por-crimenes-de-guerra-en-ucrania-178792">crímenes</a> imputables al presidente de la Federación Rusa no parece tener límite. Desde bombardeos indiscriminados sobre edificios de viviendas, escuelas y recintos hospitalarios –el caso de la maternidad de Mariúpol– con los que busca quebrar la resistencia de la población civil, a misiles que impactan con precisión quirúrgica sobre enclaves que resguardan a una multitud de inocentes, como el teatro de esa ciudad, <a href="https://www.france24.com/es/europa/20220317-ucrania-guerra-bombardeo-teatro-mari%C3%BApol">en cuyo césped estaba escrita en ruso la palabra “niños”</a>, o un <a href="https://www.efe.com/efe/espana/mundo/ascienden-a-ocho-los-muertos-en-el-bombardeo-contra-un-centro-comercial-kiev/10001-4765708">centro comercial en Kiev</a>. </p>
<p>A ello se suma la amenaza reiterada por Putin de apretar el botón nuclear, con la que ha logrado que las potencias occidentales se inhiban de intervenir directamente en el conflicto, dejando al pueblo ucraniano abandonado a su suerte. Las dimensiones de la tragedia nos llevan a preguntarnos por las causas de su comportamiento. ¿Padece una enfermedad terminal? ¿Son los <a href="https://www.huffingtonpost.es/entry/perfil-vladimir-putin-rusia-ucrania_es_6228a20de4b07e948aed907c">delirios imperiales</a> de un psicópata investido de poder, agravados por el <a href="https://letraslibres.com/politica/putin-esta-loco-y-no-tiene-un-plan-b/">confinamiento durante la pandemia</a>?</p>
<p>Incluso cabría plantearnos si hay algo más profundo y sórdido detrás de este genocidio, algo inherente a los genes que determinan nuestra naturaleza y que afloró al sedentarizarse las poblaciones humanas.</p>
<h2>Poblaciones nómadas y sedentarias, el origen de la guerra</h2>
<p>Durante la mayor parte de la historia evolutiva, nuestra subsistencia se basó en cazar animales salvajes y recolectar vegetales silvestres. Eso nos hizo vivir como nómadas que cambiaban de emplazamiento al agotar los recursos del entorno. Las sociedades que persisten así son bastante igualitarias, pues mudar los campamentos una vez tras otra dificulta acumular riquezas e impide la estratificación social.</p>
<p>Hace algo más de 10 000 años, tras el último máximo glaciar, aparecieron la agricultura y la ganadería durante la “<a href="https://www.caracteristicas.co/revolucion-neolitica/">revolución neolítica</a>”. Este cambio dio paso a un desarrollo dispar de las sociedades. Donde no tuvo lugar la transformación persistieron los clanes de cazadores-recolectores, con útiles de piedra. En los lugares donde se produjo tardíamente, se encuentran sociedades agrícolas no alfabetizadas. Y en las escasas zonas donde la transición fue más temprana, como el “creciente fértil” del levante mediterráneo, se desarrollaron sociedades industriales alfabetizadas con útiles de metal.</p>
<p>La producción de alimentos impone una vida sedentaria. Hay que trabajar y vigilar huertos y campos labrados, recoger las cosechas y almacenar los excedentes. Además, las madres nómadas transportan a sus hijos cuatro años, lo que limita el intervalo entre nacimientos. En cambio, la sedentarización permitió reducir el intervalo a dos años, produciendo un crecimiento demográfico exponencial. </p>
<p>A este aumento de población contribuyó que la fracción aprovechable de la biomasa producida por hectárea cultivada o dedicada a la ganadería es de un 90 %, mientras que en la caza y recolección se reduce a un 0,1 %. Por ello, la densidad de población de los agricultores y ganaderos es entre 10 y 100 veces mayor que la de los cazadores-recolectores. Esto confirió una primera ventaja militar a las sociedades productoras de alimentos. </p>
<p>Además, los excedentes almacenados permitieron mantener gremios especializados, como artesanos y comerciantes, soldados profesionales, sacerdotes o escribas, potenciando la evolución cultural y tecnológica. Aquello abrió la puerta a que una élite política y religiosa se hiciese con el control de los alimentos, fijase impuestos y afirmase su derecho a regir la sociedad.</p>
<h2>Una historia llena de conflictos</h2>
<p>La historia humana está plagada de conflictos entre ricos y desposeídos, entre pueblos con y sin la capacidad de cultivar. O que, sencillamente, adquirieron esa capacidad en distintos momentos. </p>
<p>La producción de alimentos no se desarrolló en territorios inhóspitos como el Ártico, exceptuando la ganadería del reno en Eurasia, o en los desiertos sin agua para el regadío. Ahora bien, se da la paradoja de que en ciertas regiones ecológicamente aptas, como La Pampa o California, la agricultura no se adquirió en época prehistórica, mientras que algunos centros de origen son hoy zonas secas y degradadas ambientalmente. </p>
<p>En ciertos lugares la domesticación de plantas y animales se consiguió independientemente y en diferentes momentos del tiempo, pero en la mayoría se importó desde regiones vecinas. Los cazadores-recolectores de las zonas próximas aprendieron estas técnicas o fueron sustituidos por los productores de alimento, gracias a su ventaja numérica y tecnológica. En otras regiones, geográficamente aisladas, continuaron con la caza y la recolección hasta que el mundo moderno acabó con ellos.</p>
<p>¿Por qué se desarrolló la agricultura en la franja occidental de Eurasia antes que en otros continentes? Como indicó Jared Diamond en su libro <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Armas,_g%C3%A9rmenes_y_acero"><em>Armas, gérmenes y acero</em></a>, de las 56 especies de gramíneas silvestres con semillas lo suficientemente grandes para ser explotadas por los recolectores, un 59 % se encontraban en la región mediterránea.</p>
<p>Esta razón explica también por qué se domesticaron más especies de grandes mamíferos en Eurasia que en África y el Nuevo Mundo. Así, hay pocas especies domesticables en función de su comportamiento y muchos intentos fracasaron debido al carácter agresivo de los animales, como atestiguan los <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/oa.1168">jeroglíficos y relieves egipcios</a>. La mayor proporción de especies candidatas a la domesticación se encontraba en Eurasia (72 de 148) y por ello fue mayor el porcentaje de éxitos (un 18 %). Además, en este continente la variación geográfica es principalmente longitudinal, facilitando que especies domesticadas en una región se “exporten” a otras situadas a latitud similar. En cambio, en América la geografía se orienta latitudinalmente, imposibilitando la aclimatación de las especies (para llegar a Norteamérica desde los Andes, la llama habría debido sobrevivir en las selvas tropicales de Centroamérica).</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/453801/original/file-20220323-23-1lntee6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453801/original/file-20220323-23-1lntee6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453801/original/file-20220323-23-1lntee6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=502&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453801/original/file-20220323-23-1lntee6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=502&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453801/original/file-20220323-23-1lntee6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=502&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453801/original/file-20220323-23-1lntee6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=630&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453801/original/file-20220323-23-1lntee6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=630&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453801/original/file-20220323-23-1lntee6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=630&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Algunos de los escasos morioris supervivientes al genocidio por los maoríes, fotografiados a finales del siglo XIX. Obsérvese que visten una mezcla de prendas tradicionales y europeas, producto de su aclimatación cultural.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Moriori_people.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El genocidio de los moriori</h2>
<p>Un ejemplo de cómo la colisión entre nómadas y agricultores-ganaderos puede tener consecuencias bélicas lo tenemos en el genocidio del pueblo moriori por parte de los maoríes.</p>
<p>Nueva Zelanda fue el último lugar colonizado por la humanidad. Los ancestros polinesios de los maoríes llegaron a estas islas en torno al año 1000 de nuestra era. Encontraron un mundo dominado por la avifauna, pues los mamíferos (con excepción de los murciélagos) no habían colonizado el archipiélago y las aves ocupaban su lugar. Las moas, especies no voladoras de gran porte y análogas ecológicas de los mamíferos herbívoros del continente, reinaban en estas islas, junto a un águila gigante que depredaba sobre ellas. Todas fueron cazadas hasta su extinción en pocas generaciones, lo que desmonta el mito de Rousseau sobre el “buen salvaje” en equilibrio con su entorno ecológico y garante de su conservación.</p>
<p>Animados por su afán exploratorio, un grupo de maoríes se adentró en el siglo XV con sus canoas en el océano. Aprovechando los vientos predominantes en el Pacífico Sur, alcanzaron un pequeño archipiélago situado a 800 km al sureste, las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Moriori">islas Chatham</a>. El nuevo entorno, más frío e inhóspito que su territorio de origen, les impidió practicar sus cultivos, retornando a una vida de cazadores-recolectores y explotando los recursos marinos de estas islas (peces, focas y aves nidificantes). </p>
<p>Su precaria población, unas 2 000 personas, les llevó a adoptar una cultura pacifista. Prohibieron la guerra y el canibalismo, solucionando las disputas mediante luchas rituales y reconciliación. </p>
<p>Los británicos descubrieron las islas en 1790, bautizándolas con el nombre del buque en el que arribaron, y las convirtieron en un centro ballenero, importando enfermedades que diezmaron a la población local. En noviembre de 1835 llegó a las Chatham un <a href="https://www.jstor.org/action/doBasicSearch?Query=THE+OCCUPATION+OF+THE+CHATHAM+ISLANDS+BY+THE+MAORIS+IN+1835.&so=rel">bergantín</a> con quinientos maoríes de la región neozelandesa de Taranaki, armados con pistolas, bastones de lucha y tomahawks, seguido por otro viaje con cuatrocientos más. Tras desembarcar, informaron a los morioris de su decisión de tomar posesión de su tierra y esclavizarlos. </p>
<p>Pese a que eran más numerosos y podrían haberles hecho frente, los clanes moriori celebraron un consejo de ancianos y decidieron mantener su ley de no violencia por imperativo moral, recomendando buscar acuerdos con los invasores. En los días siguientes, los maoríes masacraron indiscriminadamente a la población local, matándolos a centenares y comiéndoselos después. Los escasos supervivientes fueron esclavizados y en 1862 apenas quedaba un centenar de ellos.</p>
<p>En palabras de un líder maorí: “Tomamos posesión del territorio y de sus gentes, ninguno escapó; a los que huyeron los matamos y al resto también, pero… ¿qué importancia tiene? Obramos de acuerdo con nuestras costumbres”.</p>
<p>Desgraciadamente, los últimos acontecimientos en Ucrania nos muestran que estas palabras las podría suscribir el líder del Kremlin.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179492/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Paul Palmqvist Barrena no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las guerras y los genocidios parecen escapar a la lógica humana. Los estudios antropológicos sugieren que todo empezó con la expansión demográfica favorecida por la agricultura, la ganadería y el sedentarismo.Paul Palmqvist Barrena, Catedrático de Paleontología, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1789692022-03-14T19:26:06Z2022-03-14T19:26:06ZGuerra rusa en Ucrania: lecciones del precedente georgiano<p>El 24 de febrero, el ejército ruso entró ilegítimamente en Ucrania desde el este, el norte y el sur. Una de las principales razones que Vladimir Putin adujo en su <a href="https://www.youtube.com/watch?v=1qS6J-WbTD8">discurso a la nación</a> para esta ofensiva fue la necesidad de proteger a los habitantes de las dos repúblicas secesionistas de Donetsk y Lugansk, que durante años han estado fuera del control del Gobierno de Kiev. Un Gobierno que, por otra parte, Moscú considera una marioneta en manos de Occidente.</p>
<p>Si sustituimos Donetsk y Lugansk en la frase anterior por Abjasia y Osetia del Sur, y Kiev por Tiflis, casi volvemos a la situación de agosto de 2008, cuando Rusia libró una <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_ruso-georgiana_(2008)">guerra con Georgia</a> y reconoció la independencia de sus dos entidades escindidas.</p>
<p>¿Qué lecciones se pueden extraer de este precedente para entender la crisis actual?</p>
<h2>Un <em>déjà vu</em></h2>
<p>Empecemos con un breve recordatorio.</p>
<p>La URSS estaba compuesta por quince repúblicas socialistas. Cada una de estas repúblicas contaba con entidades de diversos rangos, el más alto de los cuales era la república autónoma.</p>
<p>Cuando se desmanteló la Unión, las quince repúblicas socialistas que la constituían –Rusia, los tres Estados bálticos, Bielorrusia, Ucrania y Moldavia en la parte europea; Armenia, Azerbaiyán y Georgia en el Cáucaso; y cinco Estados en Asia Central– se convirtieron en Estados independientes, dentro de las fronteras que habían tenido durante la URSS.</p>
<p>En la época soviética, Georgia era una república socialista. Osetia del Sur, poblada por osetios, un pueblo distinto de la mayoría de los georgianos, era una república autónoma dentro de Georgia. Con la desintegración de la URSS, proclamó una independencia que no fue reconocida por Tiflis (la capital georgiana).</p>
<p>Zviad Gamsakhurdia, al frente de Georgia desde 1990, aplicó una política nacionalista que rápidamente privó a Osetia del Sur de los elementos de su relativa autonomía respecto a Tiflis.</p>
<p>Las tensiones entre georgianos y osetios condujeron a un conflicto armado en la primavera de 1991. Con la elección de Eduard Shevardnadze como presidente de Georgia en marzo de 1992 y el despliegue de una fuerza de mantenimiento de la paz, compuesta por georgianos, osetios y rusos, el conflicto se estabilizó.</p>
<p>Mientras tanto, en la región de Abjasia, también una república autónoma dentro de la República Socialista de Georgia durante la URSS, estalló un conflicto similar entre abjasios y georgianos en agosto de 1992. También en este caso, Rusia se impuso como “mediadora” y las tres partes acordaron desplegar una triple fuerza de paz y desarmar la zona del conflicto. Sin embargo, la guerra continuó durante varios meses hasta la firma de <a href="https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/germananglais.pdf">un nuevo alto el fuego</a> el 14 de mayo de 1994.</p>
<p>Así, a principios de la década de 1990, a pesar de la nueva independencia de Georgia, Rusia pudo desplegar tropas en el territorio y <a href="https://open.metu.edu.tr/bitstream/handle/11511/45129/index.pdf">mantener una presencia militar</a>, bajo la apariencia de misiones de mantenimiento de la paz. Pero en la cumbre de la OSCE celebrada en Estambul en 1999, Georgia y Rusia acordaron <a href="https://www.acarindex.com/dosyalar/makale/acarindex-1423910583.pdf">cerrar permanentemente las bases militares rusas</a> situadas en territorio georgiano. Los soldados rusos abandonaron finalmente estas bases en noviembre de 2007.</p>
<h2>Crisis política</h2>
<p>En 2003 y 2004, Georgia experimentó una crisis política –la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_de_las_Rosas">Revolución de las Rosas</a>– como resultado de la cual el presidente Shevardnadze fue sustituido por Mikheil Saakashvili, quien entonces intentó que Georgia entrara en la OTAN y en la Unión Europea.</p>
<p>En Moscú, este giro de los acontecimientos fue <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1016/j.euras.2015.03.008">percibido como un golpe de Estado organizado por Occidente</a> para destituir a Shevardnadze y poner al frente del Gobierno georgiano a un presidente decididamente orientado hacia las estructuras euroatlánticas (diez años después, se haría la misma lectura de los acontecimientos del Maidán en Ucrania). En su momento, el representante ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, llegó a afirmar abiertamente que si Georgia obtenía una perspectiva real de adhesión a la Alianza, las repúblicas de Osetia y Abjasia proclamarían inmediatamente su independencia.</p>
<p>En agosto de 2008, tras varios enfrentamientos entre osetios y georgianos, estalló un nuevo conflicto. El ejército georgiano avanzó en territorio osetio hasta que Rusia intervino militarmente y se enfrentó a las tropas georgianas. El ejército ruso bombardeó varias ciudades georgianas cerca de la frontera con Osetia y destruyó rápidamente la mayor parte de la fuerza naval de Tiflis y sus defensas antiaéreas. El 12 de agosto de 2008, los abjasios también lanzaron una ofensiva contra las tropas georgianas en la región del desfiladero de Kodori.</p>
<p>14 días después del inicio de las hostilidades, Rusia reconoció la independencia de Osetia del Sur y Abjasia. A continuación, Moscú retiró a sus soldados del resto del territorio georgiano. Sin embargo, el ejército ruso siguió presente en los territorios de Osetia y Abjasia.</p>
<p>Esta guerra en Georgia permitió al Kremlin alcanzar varios objetivos. En primer lugar, al atacar las bases militares, la fuerza aérea y la marina de Georgia, Rusia debilitó considerablemente las capacidades militares de Tiflis. La campaña también sirvió como prueba de <a href="https://www.nato.int/cps/fr/natohq/topics_38988.htm">las relaciones entre la OTAN y Georgia</a>. La guerra de 2008 puso fin a la posibilidad de que Tiflis entrara en la OTAN <a href="https://www.cairn.info/revue-internationale-et-strategique-2011-2-page-30.htm">en un futuro próximo</a>.</p>
<p>Rusia se ha ganado finalmente el derecho a tener una base militar y tropas estacionadas permanentemente en cada una de las nuevas repúblicas. Por lo tanto, su presencia militar en Georgia está asegurada.</p>
<h2>Similitudes entre Georgia y Ucrania</h2>
<p>Se pueden establecer muchos paralelismos entre las <a href="http://connections-qj.org/article/russia-vs-euus-through-georgia-and-ukraine">guerras de Georgia y Ucrania</a>. En ambos casos, Rusia intervino en el territorio de las antiguas repúblicas soviéticas <a href="https://information.tv5monde.com/info/comment-poutine-justifie-l-invasion-de-l-ukraine-446209">legitimando sus intervenciones</a> por la necesidad de defender la seguridad de las poblaciones consideradas favorables a Moscú frente al gobierno de turno.</p>
<p>Desde el punto de vista jurídico, Rusia apoya sus dos intervenciones con argumentos comparables a las razones aducidas por <a href="https://savoirs.rfi.fr/fr/comprendre-enrichir/geopolitique/1999-les-bombes-de-lotan-tombaient-sur-la-serbie">la OTAN para bombardear Belgrado</a> en 1999, y la ayuda al proceso de independencia de Kosovo. Como explican <a href="https://www.erudit.org/fr/revues/ei/2009-v40-n4-ei3591/038929ar/">Pierre Jolicœur y Aurélie Campana</a> en relación con la guerra de Georgia:</p>
<blockquote>
<p>“Es igualmente un conflicto que se produjo en el proceso de descomposición de un Estado comunista federal para el que la etnicidad constituía uno de los principios organizadores de la vida política. Tanto en Kosovo como en los casos que tienen lugar en la ICE, las relaciones centro-periferia se encuentran en el centro del conflicto: la supresión de la autonomía política por parte de la autoridad central es el origen de los conflictos en Kosovo y Osetia del Sur, mientras que el deseo de aumentar la autonomía, o incluso de buscar la independencia, se dice que es el origen de los conflictos en Abjasia”.</p>
</blockquote>
<p>En su discurso del 18 de marzo de 2014 ante la Duma rusa, Vladímir Putin también argumenta que lo que se permitió a los kosovares en 1999 debería permitirse a Crimea y a su pueblo. Al igual que Kosovo, Crimea tiene derecho a que la comunidad internacional reconozca su independencia. <a href="https://www.lejdd.fr/International/Georgie-La-comparaison-avec-le-Kosovo-ne-veut-rien-dire-87836-3083759">El mismo paralelismo</a> lo había hecho unos años antes para justificar el reconocimiento ruso de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.</p>
<p>En 1999, cuando bombardeó Serbia, Rusia no tenía los medios económicos ni militares para oponerse a la OTAN. En 2008 en Georgia, y en 2014 y 2022 en Ucrania, Moscú quiere demostrar que vuelve a ser <a href="https://www.lexpress.fr/actualite/monde/europe/plus-de-10-000-militaires-face-a-l-ukraine-une-armee-russe-a-la-puissance-ressuscitee_2167904.html">una gran potencia</a> capaz de defender lo que considera sus intereses.</p>
<p>Los conflictos en Georgia se disolvieron rápidamente gracias a un alto el fuego y a negociaciones tripartitas en las que participaron Tiflis, Moscú y los respectivos representantes de las repúblicas de Osetia y Abjasia. En Ucrania, tras más de diez días de conflicto y <a href="https://www.la-croix.com/Monde/direct-guerre-Ukraine-Russie-pourparlers-ONU-resolution-Kiev-avancee-russe-ralentit-2022-02-28-1201202504">negociaciones infructuosas</a>, Rusia parece decidida a continuar la intervención.</p>
<h2>¿Serán suficientes las sanciones?</h2>
<p>Tras el <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/feb/24/war-ukraine-kyiv-map-where-has-russia-attacked">bombardeo inicial</a> de las bases militares, la fuerza aérea y la marina ucranianas, Moscú parece querer conseguir al menos los <a href="https://www.20minutes.fr/monde/3242599-20220225-guerre-ukraine-transnistrie-ossetie-sud-abkhazie-comment-fonctionnent-territoires-separatistes-reconnus-russie">mismos objetivos que en Georgia</a> en 2008, es decir, afianzar la pérdida de dos regiones escindidas por parte del adversario, reducir significativamente sus capacidades militares durante los próximos años y obtener una garantía a largo plazo de no pertenencia a la OTAN.</p>
<p>A diferencia de Georgia, la comunidad internacional reaccionó rápidamente a la invasión de Crimea en 2014 <a href="https://www.nato.int/docu/review/fr/articles/2015/07/13/annexion-de-la-crimee-les-sanctions-sont-elles-efficaces/index.html">imponiendo sanciones a Rusia</a>. Volvió a reaccionar el 24 de febrero de 2022, el día de la invasión de Ucrania, imponiendo nuevas sanciones mucho más duras. En los últimos ocho años, las sanciones no han sido suficientes para hacer retroceder a Rusia, ni han podido evitar la actual invasión. Esta vez, no es imposible que la severidad de las nuevas sanciones obligue a Moscú a buscar una solución en la mesa de negociaciones y no con las armas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178969/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sophie Marineau ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d'une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n'a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.</span></em></p>La invasión rusa de Ucrania con el pretexto de ayudar a las repúblicas separatistas de Donbass recuerda inevitablemente a la guerra de 2008 en Georgia.Sophie Marineau, Doctorante en histoire des relations internationales, Université catholique de Louvain (UCLouvain)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1790662022-03-14T19:24:52Z2022-03-14T19:24:52ZGuerra ‘low cost’: cómo Ucrania está usando drones contra Rusia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/451698/original/file-20220312-27-syh6kw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C506%2C3952%2C2140&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Dron de fabricación turca TB2 Baykraktar.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.baykartech.com/en/photo-gallery/">Baykar</a></span></figcaption></figure><p>“¿Tenéis algún dron? ¡Dádselo a un piloto experimentado! ¿Sabes pilotarlo tú mismo? Entonces, ¡únete a la Unidad 112 de la Brigada Especial de Kyiv!”. </p>
<p><a href="https://www.facebook.com/MinistryofDefence.UA/posts/263895272589599">Con estas palabras</a>, el 24 de febrero, el ministro de Defensa ucraniano llamó a las armas a la población, mediante un mensaje de Facebook. El mandatario se refería a esos drones que puede comprar cualquier persona aficionada en multitud de tiendas por internet y supermercados. Los ucranianos se preparaban para una guerra de guerrillas, de ataques rápidos y sorpresa, con <em>armas</em> que cuestan unos 100 euros. <a href="https://dronedj.com/2022/03/03/finland-140-dji-mini-drone-ukraine-military/">Incluso países vecinos están haciendo donaciones</a> de estos aparatos sin la intermediación de ningún gobierno. Y funcionan.</p>
<p>No es la primera vez que Ucrania emplea esta tecnología contra los rusos en los últimos años, <a href="https://coffeeordie.com/drone-war-ukraine/">y no con poco éxito</a>. Desde el conflicto inicial del Donbás, los soldados pilotaban y manipulaban hábilmente estos aparatos para infligir pequeños daños a las tropas enemigas. Además, son tan pequeños que la defensa resulta difícil. </p>
<p>Hoy en día el ejército de Zelenski los está empleando para arrojar pequeñas bombas, sabotear líneas de convoys, defender fronteras y explorar el terreno. En el juego del miedo los ucranianos han desarrollado un pequeño dron de ala fija de estas características, que han bautizado como <a href="https://www.thetimes.co.uk/article/game-changing-drones-helping-ukraine-in-battle-for-the-skies-lg68l8xjw"><em>The Punisher</em> (el Castigador)</a>. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/451697/original/file-20220312-17-1qfbrt7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/451697/original/file-20220312-17-1qfbrt7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/451697/original/file-20220312-17-1qfbrt7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/451697/original/file-20220312-17-1qfbrt7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/451697/original/file-20220312-17-1qfbrt7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/451697/original/file-20220312-17-1qfbrt7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/451697/original/file-20220312-17-1qfbrt7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/451697/original/file-20220312-17-1qfbrt7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Dron bautizado como <em>The Punisher</em> (El Castigador).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://uadynamics.com/">UA Dynamics</a></span>
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<p>Además, esta tecnología está ayudando a la maquinaria de propaganda y en la guerra por el relato del conflicto, ya que la mayoría de estos pilotos están continuamente subiendo vídeos (verdaderos o falsos) a YouTube y Twitter, e intentando confundir al enemigo y demostrar que hay cientos de ojos mirándoles desde el cielo. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/451696/original/file-20220312-26-1nq3f5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/451696/original/file-20220312-26-1nq3f5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/451696/original/file-20220312-26-1nq3f5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=829&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/451696/original/file-20220312-26-1nq3f5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=829&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/451696/original/file-20220312-26-1nq3f5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=829&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/451696/original/file-20220312-26-1nq3f5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1042&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/451696/original/file-20220312-26-1nq3f5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1042&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/451696/original/file-20220312-26-1nq3f5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1042&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Miembro de la organización Aerorozvidka y uno de sus drones.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.facebook.com/aerorozvidka/photos/a.549544951835657/4589627904493988">Аеророзвідка</a></span>
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</figure>
<h2>Una nueva forma de hacer guerra</h2>
<p>Sin embargo, no todo es positivo para los ucranianos. Esta tecnología plantea escenarios de guerra totalmente impensables hasta ahora. Uno de los principales fabricantes de este tipo de aeronaves es <a href="https://www.dji.com/es">la empresa china DJI</a>, quien mediante GPS puede geolocalizar perfectamente en todo momento a cualquier piloto no experimentado. </p>
<p>Quizás, viendo la mala publicidad que puede recibir la empresa por el empleo de sus productos en este conflicto, DJI podría decidir deshabilitar la capacidad de vuelo de estos drones en territorio ucraniano. O quizás le interese conocer precisamente esas posiciones y emplearlas con aviesas intenciones.</p>
<p>No solo son estos juguetes caros los que sobrevuelan los cielos en Ucrania actualmente, sino que hay un arma mucho más grande: los temidos drones turcos TB2 Baykraktar. Desde que comenzó el conflicto, el país de Zelenski <a href="https://time.com/6153197/ukraine-russia-turkish-drones-bayraktar/">ha reclamado numerosos ataques exitosos</a> llevados a cabo con estos drones, atacando convoys de camiones y tanques.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1497997019515961347"}"></div></p>
<p>Estas aeronaves <a href="https://jeibros.blogspot.com/2021/09/drones-militares-y-las-nuevas-reglas-de.html">han participado ya en numerosos conflictos bélicos</a>, otorgando una ventaja abrumadora para el bando atacante. A pesar de que los rusos solo proveyeron de rudimentarias defensas a Armenia, éstas fueron aplastadas por los drones en el reciente conflicto de Nagorno-Karabakh. Por lo tanto, Ucrania no se lo ha pensado dos veces y está adquiriendo el mayor número de estas armas. Ahora mismo se estima que tiene una veintena.</p>
<p>Al contrario que los modestos drones de radiocontrol, esta arma vuela a mucha mayor altitud, de manera casi invisible y con capacidad de arrojar bombas mucho más poderosas. Tanto es así, que <a href="https://www.youtube.com/watch?v=7YaXdP06zO0">en redes sociales circula una canción ucraniana</a> con imágenes de ataques de estos drones al grito de <em>Baykraktar</em>. </p>
<p>Aparentemente, la ventaja que están dando estos drones turcos no es la vista en otros conflictos. Estas aeronaves son lentas, pesadas, están controladas por un operador humano y, lo más importante, cada una cuesta aproximadamente un millón de dólares, un precio muy bajo frente a otras armas. <a href="https://fortune.com/2022/03/04/bayraktar-tb2-drone-ukraine-russia-war/">Eso hace que no sean invencibles para armas antiaéreas altamente sofisticas</a>, con las que sí cuenta el ejército de Vladimir Putin. </p>
<p>Sin embargo, el hecho de que se sigan haciendo ataques desde el cielo demuestra que este entorno aún no ha sido dominado por ninguno de los dos ejércitos y que estos drones pesados, junto a los pequeños aparatos de radiocontrol, puede que estén frenando en gran medida el avance ruso.</p>
<p>Sin duda, deberíamos ser conscientes de que el arte de la guerra y su economía están cambiando. Estamos ante <a href="https://theconversation.com/la-guerra-en-ucrania-se-retransmite-por-tiktok-177859">la primera guerra TikTok</a>, en la que tenemos una <a href="https://theconversation.com/la-guerra-rusia-ucrania-el-periodismo-como-guardian-de-la-verdad-178698">gran abundancia de información falsa y verdadera</a>, y que muchos de los ataques ocurren fuera de nuestra vista, mediante ataques cibernéticos. Todo esto y el auge del empleo de drones y robots quizás lleve a la reflexión de que inevitablemente nos dirigimos a guerras del futuro automatizadas, <em>lowcost</em> y, por lo tanto, con el gatillo mucho más fácil.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179066/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Julián Estévez Sanz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El ejército ucraniano está empleando drones para arrojar pequeñas bombas, sabotear líneas de convoys, defender fronteras y explorar el terreno.Julián Estévez Sanz, Profesor e investigador en Robótica e Inteligencia Artificial, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1783482022-03-10T17:04:40Z2022-03-10T17:04:40Z¿Por qué hay guerras? ¿Somos una especie violenta por naturaleza?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/451334/original/file-20220310-23-19spmwz.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C1%2C1166%2C765&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.president.gov.ua/en/photos/vidkritij-list-oleni-zelenskoyi-do-predstavnikiv-svitovih-zm-4469">The Presidential Office of Ukraine / Fabio Bucciarelli</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Los conflictos parecen ser inherentes a la condición humana. Solo tenemos que echar una mirada a nuestro alrededor: en estos momentos –mediados de marzo de 2022–, según la <a href="https://www.esglobal.org/autor/fride/">Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior</a>, hay al menos once guerras declaradas, sin contar con otros conflictos armados latentes en diversas partes del mundo. </p>
<p>Esto podría hacer pensar que la especie humana es especialmente violenta. ¿Es eso cierto? Porque, al mismo tiempo que se producen auténticas atrocidades, incluidos ataques premeditados contra la población civil, también vemos constantemente muestras de solidaridad y compasión excepcionales. ¿Es compatible?</p>
<h2>Competir es inherente a todos los seres vivos, la violencia no</h2>
<p>En los estudios que se realizan sobre el comportamiento humano, el <a href="http://journal-of-conflictology.uoc.edu/joc/ca/index.php/journal-of-conflictology/article/download/vol1iss2-bueno/974-1376-1-PB.pdf">conflicto</a> se define como una lucha o competencia entre individuos o entre grupos de individuos. La competencia sí es inherente a todos los seres vivos: competimos por los recursos, especialmente cuando estos son limitados. Esta competencia puede conllevar la manifestación de comportamientos agresivos y de violencia, aunque esto último, como vamos a ver, no es estrictamente necesario. </p>
<p>Y tal vez sea aquí donde se encuentre el quid de la cuestión. Porque si bien la competencia es inherente a la vida, también lo es la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7137181/">cooperación</a>.</p>
<p>En cuanto a la <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.1713611115">agresividad</a>, es un rasgo de conducta presente en la mayoría de especies animales, incluidas las personas. Se genera a partir de algunas respuestas emocionales, básicamente las centradas en el miedo y la ira. Que no son sinónimos.</p>
<p>El <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Miedo">miedo</a> es la emoción que nos impulsa a huir o a escondernos ante una amenaza, mientras que la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ira">ira</a> nos conmina a luchar ante las supuestas amenazas, no como una manifestación de violencia sino como simple mecanismo de autoprotección. Sobre todo cuando percibimos que la huida no es una opción posible o aceptable</p>
<h2>Distinguir entre violencia y agresividad</h2>
<p>Violencia y agresividad no son palabras sinónimas. La <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4176893/">violencia</a> se nutre de los comportamientos agresivos, pero va mucho más allá: los mezcla con condicionantes sociales y grupales. En este sentido, una de las fuerzas más poderosas de movilización individual y colectiva es la ideológica. </p>
<p>Las <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4122242/">muestras de identidad</a>, como pueden ser las banderas y los himnos nacionales, activan la producción de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Oxitocina">oxitocina</a> en el cerebro. Es una neurohormona que, entre otras muchas funciones, facilita la socialización. Pero también establece la base del <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3029708/">grupalismo</a>. </p>
<p>Es un tema complejo, en el que debemos ser muy cautos. No se trata en ningún caso de buscar “buenos” y “malos”, sino de comprender por qué a veces actuamos como lo hacemos, explicar los comportamientos humanos no para justificarlos sino para contribuir a la prevención de los conflictos o, como mínimo, a la resolución dialogada de los mismos, alejada del uso de la fuerza.</p>
<h2>El grupalismo y la doble moral</h2>
<p>Profundicemos en el grupalismo, en la base de muchos conflictos. Evolutivamente, la especie humana se ha adaptado para la vida en grupos, o tribus, y el cerebro responde a ello de una manera muy peculiar. Ya desde el nacimiento, de forma <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6603082/">instintiva</a>, aprende a diferenciar “los propios”, las personas de su mismo grupo, de “los otros”, las personas de otros grupos, e inmediatamente empieza a establecer una regla de doble moral.</p>
<p>Diversos <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0963721419862289">estudios</a> han demostrado que, en adultos, a los pocos días de incorporarse por primera vez un grupo recién formado cuyos miembros no se conocían entre sí con anterioridad, uno empieza a percibir a sus compañeros como más honestos, fiables, inteligentes, trabajadores, simpáticos e incluso guapos que a los miembros de otros grupos. Aunque ni a unos ni a otros los conocía de nada previamente. La mente grupal ha entrado en acción.</p>
<p>A partir de estas diferencias, la manipulación resulta fácil. Es suficiente con incrementar la percepción de deshonestidad o de cualquier otro aspecto negativo de los miembros de otro grupo para que se inicien rivalidades innecesarias, que pueden llevar al conflicto. </p>
<p>Además, cuando esta percepción negativa es suficientemente intensa, se puede incluso llegar a <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27562010/">cosificar</a> a las personas del otro grupo. Es decir, a dejar de considerar a las personas de un grupo supuestamente rival como seres humanos, lo que facilita la barbarie a la que muchos conflictos bélicos nos tienen tristemente acostumbrados.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/451335/original/file-20220310-23-12qkb32.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/451335/original/file-20220310-23-12qkb32.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/451335/original/file-20220310-23-12qkb32.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/451335/original/file-20220310-23-12qkb32.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/451335/original/file-20220310-23-12qkb32.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/451335/original/file-20220310-23-12qkb32.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/451335/original/file-20220310-23-12qkb32.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/451335/original/file-20220310-23-12qkb32.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Personas refugiadas en el metro de Kiev el 3 de marzo de 2022. Foto: Oleksandr Ratushnyak, UNDP Ukraine.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/undpukraine/51915500883/in/album-72177720297092326/">Flikr / UNDP Ukraine</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nd/4.0/">CC BY-ND</a></span>
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<h2>Líderes con patologías mentales</h2>
<p>A todo ello hay que sumar la posibilidad de que existan patologías mentales en algunos líderes que contribuyan a impulsar a sus conciudadanos a la guerra. Un <a href="https://journals-lww-com.sire.ub.edu/jonmd/Fulltext/2006/01000/Mental_Illness_In_U_S__Presidents_Between_1776_and.9.aspx">estudio</a> publicado en 2006 demostró que el 49% de los presidentes estadounidenses que habían ejercido su mandato entre 1776 y 1974 presentaban síntomas de padecer algún tipo de trastorno mental, entre los que se incluían depresión, ansiedad, trastorno bipolar y abuso de sustancias tóxicas, principalmente alcohol. </p>
<p>Todo ello sin contar con el denominado <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4952940/">síndrome de Hubris</a>, o de la arrogancia, que se desarrolla en un número significativo de personas que ejercen cargos de poder (político, económico, científico, cultural, etcétera). Y se caracteriza por una ambición sin límites y un comportamiento temerario e insolente.</p>
<p>Volvamos a la agresividad. Como se ha dicho, forma parte de nuestra naturaleza humana como mecanismo de autoprotección ante posibles amenazas. Pero la violencia es perfectamente evitable, a través de la humanización social y <a href="http://www.edicions.ub.edu/ficha.aspx?cod=08102">educativa</a> de “los otros”. </p>
<p>Esto explica también las increíbles muestras de solidaridad que generan los conflictos. Eso sí, es una solidaridad que se produce de forma mucho más fácil con aquellas personas que, dentro del conflicto, consideramos como más de “los nuestros”. El cerebro grupal siempre está en acción, por lo que es crucial mantener un clima social de diálogo para evitar los conflictos o solucionarlos cuando se empiezan a producir, sin llegar a males mayores.</p>
<p>Todo ello pasa, como se ha dicho, por las experiencias sociales y, muy especialmente, por las <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11125-019-09445-1">vivencias educativas</a>. </p>
<p>La educación influye en las conexiones que se establecen en el cerebro. Por consiguiente, una educación que favorezca el diálogo y la reflexión entre opiniones diversas facilitaría la resolución pacífica de los conflictos. Y también todo lo contrario si la educación se dedica a explotar las diferencias y la competitividad desmesurada.</p>
<p>Somos, en definitiva, una especie agresiva y al mismo tiempo solidaria y compasiva. Pero que puede convertirse en violenta según como sean los condicionantes sociales en que nos formamos como personas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178348/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>David Bueno i Torrens no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En estos momentos hay al menos 11 guerras declaradas en el mundo, sin contar otros conflictos armados latentes. ¿Significa que somos una especie especialmente violenta? Porque, al mismo tiempo que se producen auténticas atrocidades, también vemos constantemente muestras de solidaridad.David Bueno i Torrens, Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1ST., Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.