Compartir en redes sociales la foto de un animal raro o de un paisaje virgen parece una acción inofensiva, pero puede suponer una amenaza para la naturaleza al fomentar las visitas masivas a los enclaves y la recolección de ejemplares de especies sensibles.
En lo concerniente al cuerpo humano, la temperatura es uno de los parámetros que se emplean como indicador de enfermedad. Pero ¿y en el caso del medio ambiente? ¿Qué medidas se emplean para evaluar la sostenibilidad?
Un estudio reciente demuestra que los navegantes europeos prefieren atracar en puertos deportivos que hacen uso de paneles solares y están comprometidas con el reciclaje y la eliminación de plásticos.
Las expansiones del puerto de Valencia redujeron el tamaño de las playas del sur de la ciudad. Los proyectos de rehabilitación, aportando arena y restaurando las dunas, intentan compensar este efecto.
La actividad de las empresas tiene una dimensión social y medioambiental que ha de evaluarse. En España el Estado de Información No Financiera ya es obligatorio y busca estandarizar criterios.
Con el Informe Bruntland (1987) entra en juego el concepto de ‘desarrollo sostenible’, que va más allá de la consecución de beneficios económicos e involucra la protección del medio ambiente.
Cuando se considera todo el ciclo de vida de un bioproducto, pueden encontrarse componentes o fases de fabricación que tienen un alto impacto ambiental. Por eso la UE ha lanzado diferentes proyectos para mejorar las certificaciones.
Prescindir de alimentos de origen animal es una práctica con milenios de antigüedad que hoy se impone cada vez más por motivos de salud, bienestar animal y respeto al medio ambiente.
Más que la fuente de proteínas en sí, lo que marca la diferencia son el resto de componentes del alimento, más perjudiciales en el caso de los productos de origen animal. El impacto al medio ambiente también debe tenerse en cuenta.
Al comparar el impacto ambiental de distintas tecnologías y fuentes energéticas, deben tenerse en cuenta otros factores como la emisión de partículas, el consumo de agua, la formación de ozono troposférico y la extracción de materiales.
Las personas tenemos la capacidad de entender las consecuencias ecológicas de nuestras decisiones y cambiar nuestro comportamiento. ¿Qué pueden hacer los ciudadanos, las empresas y las Administraciones reducir su impacto ambiental?
La Pequeña Edad del Hielo fue un período de fluctuación e inestabilidad climática que comenzó en la Edad Media. Estos fueron algunos de los impactos que produjo, sus repercusiones y consecuencias.
La UE ha anunciado medidas para agilizar la tramitación de algunos proyectos de energías renovables, pero su implantación sin una evaluación ambiental adecuada puede tener efectos adversos que superen sus beneficios.
Un estudio identifica por primera vez los principales países implicados en el comercio mundial de cefalópodos. Conocer la ruta que siguen los productos marinos permite evaluar su impacto ambiental.
El aumento productivo de los últimos años se sustenta en la apertura de nuevas explotaciones intensivas, lo que está provocando un intenso debate respecto a su repercusión ambiental.
Una sociedad cada vez más tecnológica necesita consumir un gran volumen de recursos naturales y nos obliga a renovarnos constantemente si no queremos quedar obsoletos.
La Administración, y no las grandes empresas, debe establecer cuándo, cómo y dónde llevar a cabo los proyectos de generación de energía renovable para evitar impactos ambientales irreparables.
Investigadora posdoctoral en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y CERE - Centre for Environmental and Resource Economics (Suecia), Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Doctora en Ciencias de la salud. Profesora en Grado de Enfermería. Investigadora postdoctoral IIS Aragón y Universidad de Zaragoza., Universidad de Zaragoza