tag:theconversation.com,2011:/global/topics/maternidad-62766/articlesmaternidad – The Conversation2024-01-24T21:45:56Ztag:theconversation.com,2011:article/2208652024-01-24T21:45:56Z2024-01-24T21:45:56ZHito de las técnicas reproductivas: ¿qué supone el nacimiento de un bebé gestado por dos mujeres?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/570867/original/file-20240123-29-xddw2g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=31%2C23%2C5162%2C3418&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/baby-head-mother-hands-mum-holding-2203759137">Inara Prusakova / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El pasado 25 de julio, las portadas de numerosos periódicos y revistas europeos anunciaban que <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Louise_Brown">Louise Brown</a> cumplía 45 años. Quizá no le diga nada este nombre, pero fue la primera persona del mundo que nació por <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29908772/">fecundación in vitro</a>. </p>
<p>Esta técnica, que valió el premio Nobel de Medicina al fisiólogo británico <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Edwards">Robert Edwards</a> en 2010, permite fusionar óvulos y espermatozoides fuera del aparato reproductor, en el laboratorio. Para ello se obtienen los gametos de dos individuos, se fecundan en una incubadora y el embrión se mantiene en cultivo durante sus primeros días. A continuación, dicho embrión es transferido al útero, donde implantará para dar lugar al embarazo.</p>
<p>Que la fecundación tenga lugar fuera del tracto reproductor –una especie de caja negra que nos impide conocer cómo son las primeras divisiones celulares del embrión– posibilita <em>tunear</em> parcialmente la reproducción. Por un lado, y gracias al <a href="https://ivi.es/tratamientos-reproduccion-asistida/dgp-pgt/">test o diagnóstico genético preimplantacional</a>, podemos analizar el ADN de los distintos embriones que se generan in vitro y seleccionar los que son mejores para transferir según sus variantes genéticas. Por otro lado, es posible alterar los gametos de los donantes de una manera impensable mediante la reproducción convencional.</p>
<p>Esta última ventaja es muy interesante para parejas homosexuales que desean tener descendencia biológica. <a href="https://www.cbsnews.com/news/elton-johns-baby-whose-sperm-is-it/">Elton John y su marido, David Furnish</a>, fueron de los primeros en popularizar la técnica de <em>sperm pooling</em> en 2010. Llevaron a cabo una fecundación in vitro con el óvulo de una donante y una mezcla de esperma de ambos. De esta manera, se desconoce quién es el donante del espermatozoide que produce dicha fecundación (aunque puede averiguarse la identidad del padre a posteriori con una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10810166/">prueba de ADN</a>). </p>
<p>Por lo que refiere a mujeres lesbianas, la técnica denominada <a href="https://www.fjd.es/es/cartera-servicios/ginecologia-obstetricia/subespecialidades-unidades/reproduccion-asistida/tecnicas-tratamientos-7afc/tratamientos-reproduccion-asistida/metodo-ropa#:%7E:text=%C2%BFQu%C3%A9%20es%20el%20m%C3%A9todo%20ROPA%3F&text=Es%20una%20t%C3%A9cnica%20que%20permite,la%20pareja%20(madre%20gestante).">Recepción de Ovocitos de la Pareja (ROPA)</a> permite que las dos progenitoras contribuyan en las etapas de concepción y gestación. Una de ellas dona del óvulo que se fecundará con un espermatozoide, mientras que a la otra se le transferirá el embrión y llevará a cabo el embarazo. </p>
<p>Así, una mujer será la madre genética del bebé y su compañera la madre gestacional, desde la implantación hasta el parto.</p>
<h2>Un embrión para dos úteros</h2>
<p>Ahora, un dispositivo empleado originalmente para mejorar la tasa de éxito de reproducción asistida en parejas heterosexuales ha acabado facilitando que dos mujeres sean las madres gestantes de un mismo embrión. </p>
<p>El pasado 30 de octubre <a href="https://www.rtve.es/noticias/20231102/nace-mallorca-primer-bebe-europa-gestado-por-dos-mujeres/2459884.shtml">nacía en Palma de Mallorca (España) el primer bebé europeo gestado por dos mujeres</a>. Estefanía y Azahara, de 30 y 27 años, querían ser madres y decidieron implicarse las dos al máximo en el embarazo.</p>
<p>Para ello utilizaron un instrumento, denominado <a href="https://www.invocell.com/how-it-works">INVOcell</a>, en el que se pueden introducir espermatozoides y hasta un máximo de dos óvulos. El INVOcell se emplazó durante cinco días en la vagina de Estefanía, quien por motivos de salud presentaba más dificultades para tener un embarazo normal que su pareja. Pasado ese tiempo, el instrumento se recuperó y el embrión fecundado fue transferido al útero de Azahara, quien lo gestó durante los casi nueve meses restantes. </p>
<p>En la práctica, este dispositivo imita a las incubadoras de laboratorio donde se realiza la fecundación in vitro. Que permita llevar a cabo la fusión de los gametos originando el embrión en el tracto reproductor femenino permite que la otra miembro de la pareja pueda participar biológicamente en la gestación.</p>
<h2>Cuando el embarazo sea cosa del pasado</h2>
<p>El uso de INVOcell constituye un hito en las técnicas de reproducción asistida. Algunos se han planteado si es posible que el dispositivo se transfiera a más de una mujer durante los cinco días de desarrollo preimplantacional. En ese caso, ¿cabría la posibilidad de lo utilizaran unidades familiares formadas por más de dos mujeres? </p>
<p>Aunque esta cuestión podría resultar completamente banal si algunos avances científicos llegan a desarrollarse por completo. Hablamos de la <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8829025">ectogénesis</a> o <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37357356/">gestación <em>ex utero</em></a>, proceso mediante el cuál una parte o la totalidad de la gestación se lleva a cabo en una incubadora. </p>
<p>Por el momento, tan solo existen <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28440792/">resultados preliminares en corderos</a> que han alcanzado hasta cuatro semanas de gestación en una incubadora. Sin embargo, la posibilidad de llevarlo a cabo en humanos y durante la totalidad del embarazo ya aparece en el horizonte. Llegados a ese caso, ¿cómo afectaría al concepto de maternidad biológica? ¿En qué lugar se situaría la terminación voluntaria del embarazo? ¿Se fomentaría como una alternativa a la gestación subrogada? </p>
<p>Tras cada nuevo paso que da la investigación científica en materia de reproducción asistida surgen nuevos y desafiantes interrogantes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220865/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Adrián Villalba Felipe no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Explicamos la técnica gracias a la cual nació en Palma de Mallorca el primer bebé europeo gestado por dos mujeres.Adrián Villalba Felipe, Profesor asociado en Universidad Internacional de Valencia (VIU) e Investigador Postdoctoral en Institut Cochin (Université Paris Cité, Francia), Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2203852023-12-27T22:39:02Z2023-12-27T22:39:02Z¿Tener hijos nos hace más felices?<p>La <a href="https://doi.org/10.1007/s11205-011-9865-y">creencia predominante</a> en muchas partes del mundo es que tener hijos es la clave de la felicidad, y que las personas que no los tienen no se sienten realizadas.</p>
<p>Pero ¿es realmente así? La respuesta a esta pregunta es a la vez sencilla y compleja, y el grado de satisfacción que se siente en la vida, tanto si se decide tener hijos como si no, depende de muchos factores complejos.</p>
<p>Veamos primero la respuesta sencilla: no, no es necesario tener hijos para ser <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1066480720911611">feliz y sentirse realizado</a>.</p>
<p>Los estudios sobre mujeres que no tienen hijos por elección demuestran que la mayoría siente que tiene un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0277539514001824?via%3Dihub">buen sentido de la identidad y la individualidad</a>. No se sienten definidas por su papel dentro de la familia y sienten que tienen <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0891243202238982">más libertad</a> y control sobre su cuerpo, su vida y su futuro. Las mujeres sin hijos también afirman tener una mayor <a href="https://doi.org/10.1177/0192513X07303879">estabilidad económica</a>, aunque no es necesario tener un <a href="https://www.jstor.org/stable/353143?origin=crossref">estatus socioeconómico</a> más alto para estar satisfechas con la decisión de no tener hijos. </p>
<p>Las mujeres y los hombres que no tienen hijos también están <a href="https://doi.org/10.1207/S15374424JCCP2904_13">menos estresados</a> por término medio, y manifiestan <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165032721013926?via%3Dihub">mayor satisfacción</a> en sus matrimonios.</p>
<p>Hay pocos estudios sobre los hombres solteros y su experiencia de no tener hijos, y aún menos sobre la experiencia de no tener hijos de los transexuales o <em>queer</em>. Pero un <a href="https://www.bloomsbury.com/uk/chosen-lives-of-childfree-men-9780897895989">estudio</a> sobre hombres que habían optado por no tener hijos reveló que la mayoría estaban satisfechos con su decisión y contentos de tener más libertad en su vida. Solo unos pocos se arrepentían de su decisión, sobre todo porque no tendrían un legado.</p>
<p>Sin embargo, existe el riesgo de que los hombres sin hijos experimenten una <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0192513X07303879">reducción de la satisfacción vital general</a> en la vejez si <a href="https://academic.oup.com/esr/article-abstract/26/1/1/538246?redirectedFrom=fulltext">carecen de apoyo social</a>.</p>
<h2>La paradoja de la paternidad</h2>
<p>Las cosas se complican un poco más cuando analizamos la decisión de tener hijos.</p>
<p>Aunque no cabe duda de que los padres pueden sentirse felices y realizados en la vida, la satisfacción que sienten con esta decisión suele desarrollarse a lo largo del tiempo, y también puede depender de muchos factores que no pueden controlar. </p>
<p>Al principio, muchos padres experimentan una <a href="https://psycnet.apa.org/record/2010-13310-011">disminución temporal del bienestar</a> después de tener un hijo, un fenómeno conocido como la “<a href="https://psycnet.apa.org/record/2013-21502-002">paradoja de la paternidad</a>”. Esto se debe a que un nuevo bebé puede interponerse en el camino de muchas necesidades básicas, como dormir, comer bien y ver a los amigos. Esto puede ser una receta para el descontento. </p>
<p>Las mujeres heterosexuales también <a href="https://doi.org/10.1111/j.1741-3737.2003.00574.x">manifiestan más infelicidad</a> cuando se convierten en madres que los hombres. Esto puede deberse a que la carga de los cuidados suele recaer desproporcionadamente en las mujeres.</p>
<p>Pero tener un buen <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5222535/">apoyo familiar y social</a>, un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6294450/">coparental activo e implicado a partes iguales</a> y vivir en una zona con <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/social-policy-and-society/article/abs/introduction-parenting-support-in-the-nordic-countries-is-there-a-specific-nordic-model/18BFF0AB8EACD27F826AEDB573AEB237">políticas de apoyo al trabajo y la familia</a> pueden compensar el <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11205-011-9865-y">estrés y los costes de la paternidad</a>. </p>
<p>Esto explica probablemente por qué las mujeres noruegas <a href="https://link.springer.com/referenceworkentry/10.1007/978-3-319-69909-7_3710-2">no declaran</a> una <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1053535705001733?via%3Dihub">pérdida de felicidad</a> cuando tienen hijos, ya que Noruega cuenta con muchas políticas favorables a la familia que hacen posible que ambos progenitores <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0959353505051730">críen a sus hijos y tengan una carrera profesional</a>.</p>
<p>Aunque tener hijos puede ser duro, eso no significa que ese paso no pueda conducir a la felicidad, la alegría y <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0956797612447798">un mayor sentido de la vida</a>. La experiencia de la paternidad y la maternidad puede llevar incluso a una forma profunda de bienestar llamada bienestar eudaimónico. Se trata de la sensación de haber vivido una vida que merece la pena, que es distinta de la felicidad a corto plazo.</p>
<p>Tanto hombres como mujeres pueden experimentar <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11482-021-10020-0">bienestar eudaimónico positivo</a> cuando <a href="https://doi.org/10.1177/0192513X18758344">se convierten en padres</a>. Pero en el caso de las mujeres, el aumento del <a href="https://psycnet.apa.org/journals/bul/140/3/846">bienestar eudaimónico</a> que experimentan también depende de lo equilibradas que estén las tareas de crianza con su pareja. </p>
<h2>Afrontar el arrepentimiento</h2>
<p>Otra de las grandes preocupaciones de la gente es si se arrepentirá de no haber tenido hijos.</p>
<p>Afortunadamente, los estudios sobre <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1066480720911611">adultos mayores</a> sin hijos muestran que muchos de ellos tienen una alta satisfacción vital y una capacidad de recuperación frente a una mala salud mental.</p>
<p>Parece que la clave principal para ser feliz con <a href="https://doi.org/10.1177/1066480716648676">la decisión</a> de tener o no tener hijos depende de si <a href="https://doi.org/10.2190/J08N-VBVG-6PXM-0T">se maneja el control</a> sobre este asunto. Cuando sentimos que hemos elegido nuestro camino, tendemos a aceptar nuestras decisiones y a ser más felices con ellas.</p>
<p>Pero ¿y si te han quitado esa opción y querías tener un hijo pero no has podido? ¿Puede ser feliz entonces? Nuestra investigación demuestra que la respuesta es un rotundo sí. </p>
<p>Investigamos el <a href="https://iacp.ie/files/UserFiles/00981%20IJCP%20Q1-23%20-%20Full_1.pdf">impacto de no tener hijos</a> en 161 mujeres que querían tener hijos pero no pudieron por diversos motivos, como no encontrar pareja o infertilidad. Las participantes tenían entre 25 y 75 años.</p>
<p>Se comprobó que, de media, el bienestar de las participantes no difería del del público en general. Mientras que el 12 por ciento languidecía (es decir, sentía que su vida no tenía un rumbo claro), el 24 por ciento prosperaba psicológicamente, lo que significa que presentaba el nivel más alto de salud mental. El resto experimentaba niveles moderados de bienestar.</p>
<p>Curiosamente, para algunas, la lucha por tener un hijo dio lugar a un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S2468749920300764">crecimiento postraumático</a>. Esto se refiere a los cambios psicológicos positivos que se producen después de un acontecimiento traumático. Las mujeres con los niveles más altos de bienestar afirmaron que poder centrarse en nuevas posibilidades en sus vidas, aparte de ser madres, les ayudó a mejorar su bienestar. </p>
<p>Los estudios realizados en hombres que no han podido tener hijos debido a la infertilidad muestran que muchos <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/02646838.2010.544294">experimentaron tristeza</a> como consecuencia de ello, aunque esta tristeza se redujo a medida que envejecían. Sin embargo, al igual que en el caso de las mujeres que no han tenido hijos de forma involuntaria, encontrar formas de replantear su identidad y su papel en la sociedad <a href="https://psycnet.apa.org/doi/10.1177/1097184X99002001002">fuera de la paternidad</a> ayudó a muchos a encontrar sentido y satisfacción a su vida. </p>
<p>Entonces, ¿la paternidad o la maternidad nos hace más felices? ¿La falta de hijos nos hace desgraciados? La respuesta a estas preguntas no es tan sencilla como parece. La felicidad o la plenitud que experimentamos dependen de muchos factores, muchos de los cuales están fuera de nuestro control. Si bien es cierto que la forma en que elegimos dar sentido a nuestra vida es un factor clave, también lo es el apoyo social con el que contamos para ser padres y el clima político que nos rodea.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220385/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las autoras del estudio sobre el que habla este artículo lo tienen clarísimo: se puede seguir siendo feliz aunque no se pueda tener hijos. La felicidad depende de muchos factores, y algunos están fuera de nuestro control.Trudy Meehan, Lecturer, Centre for Positive Psychology and Health, RCSI University of Medicine and Health SciencesJolanta Burke, Senior Lecturer, Centre for Positive Health Sciences, RCSI University of Medicine and Health SciencesLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2142012023-11-30T18:11:30Z2023-11-30T18:11:30Z¿Se puede ser mujer (de entre 35 y 40) y no estar estresada por la maternidad?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/560376/original/file-20231120-23-33mqpe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=171%2C60%2C3183%2C2172&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/profile-stressed-woman-40-years-old-2106117521">tativophotos/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Hagamos una prueba sencilla: durante un día, contemos el número de mujeres con el que nos relacionamos y anotémoslo. También si alguna de ellas hace comentarios sobre la maternidad y qué tipo de comentarios. Estoy casi segura de que el estrés vinculado con la maternidad (o la ausencia de ella) saldrá a flote en alguno de ellos. Casi todas las mujeres lo sufren a partir de determinada edad, incluso aunque hayan decidido no ser madres. </p>
<p>En la actualidad, la <a href="https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/03009734.2019.1707913">etapa fértil estipulada por la biología y la fisiología</a> del cuerpo de la mujer no coincide con la edad a la que una mujer se plantea ser madre. De hecho, la estabilidad laboral y emocional que necesita una mujer para tomar la decisión de ser madre suele llegar en las sociedades occidentales <a href="https://genus.springeropen.com/articles/10.1186/s41118-020-00094-3">casi al final de esa etapa fértil</a>. El resultado es que hay que hacer malabares para cuadrar la maternidad con la vida personal y laboral y por tanto, se retrasa la maternidad. Entra en escena el estresor maternal.</p>
<h2>¿Qué es el estresor maternal?</h2>
<p>Un estresor es todo aquel estímulo que la persona percibe como una amenaza ante su integridad física o psicológica. Si vinculamos esta descripción con la maternidad, un estresor maternal es una amenaza generalmente psicológica frente al hecho de ser madre o de no serlo.</p>
<p>Se trata de un estresor complejo ya que no solo proviene de hechos que podrían pasar en el futuro (como ocurre con el distrés de los trastornos de ansiedad, por ejemplo) sino que implica también amenazas del pasado (ejemplo: haber decidido ser madre sin tener el trabajo deseado o sentir ansiedad con 50 años por no haber sido madre). Aquí el reloj biológico establece un límite claro que rara vez se permite excepciones. </p>
<p>Se ha demostrado que esta imposición temporal, junto con la incertidumbre económica, genera altos niveles de estrés especialmente en las mujeres entre los 35 y los 45 y, como consecuencia, un retraso “justificado” de la maternidad. En el <a href="https://ivi.es/blog/ivi-presenta-primer-estudio-sobre-tendencias-fertilidad-maternidad-espana/">reciente estudio</a> del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), en colaboración con la empresa GFK, se destaca que, de las 1 000 mujeres entrevistadas con intención de ser madres, el 78 % ha retrasado su decisión debido al marco socioeconómico en el que se encuentran y el contexto nacional en el que viven. El estresor maternal aparece tanto cuando se es madre como cuando no. </p>
<h2>Soy madre, ¿y ahora qué?</h2>
<p>En algunas ocasiones, documentales e historias de instagram “maquillan” la maternidad y ofrecen una imagen tan idílica que, cuando una da a luz a su bebé y está cansada, con ojeras y un aspecto horrible, se llega a preguntar: ¿será que no quería ser madre?</p>
<p>La respuesta es no. Lo que ocurre es que el posparto es más duro de lo que cuentan. Numerosos estudios han demostrado los <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1745506519844044">efectos psicológicos de las hormonas sexuales en el posparto</a> y también que el cerebro de la madre <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4318549/pdf/nihms659888.pdf">cambia a nivel estructural y funcional</a> debido a la neuroplasticidad. Algo que las <em>stories</em> de las redes sociales no suelen mostrar por la falta de atractivo, quizás.</p>
<p>Como profesional de la psicología, como acompañamiento para las mujeres que son madres por primera vez propongo realizar un proceso de duelo. ¿Un duelo si no ha muerto nadie? Sí, porque murió su vida antes de ser mamá. El cuerpo y la mente han cambiado, por lo que se ha de adaptar a esa “nueva versión” de sí misma. Ahora, con un menor a nuestro cargo, los esfuerzos físicos y cognitivos de su cuidado, se ha de integrar en el día a día. </p>
<p>Se ha de potenciar que las mujeres madres se reinventen con un nuevo plan de vida en el que combinar diferentes roles; no solo se es mamá sino que también existe el rol de mujer, trabajadora, hija, hermana, pareja, y un largo etc. </p>
<h2>No quiero ser madre, ¿y ahora qué?</h2>
<p>Esta es la cara B del mismo estresor: el hecho de decidir no ser madre también estresa a las mujeres. ¿Por qué, si ni el cerebro ni el cuerpo han cambiado?</p>
<p>La sociedad actual acepta que la maternidad se haya retrasado. Tal y como expone <a href="https://es.statista.com/estadisticas/474478/edad-media-de-la-maternidad-en-espana-por-comunidad-autonoma/">el informe publicado por <em>Statista</em></a> lo habitual es tener un primer hijo a partir de los 32 años, en casi todas las comunidades autónomas de España. Un dato que a muchos de los lectores de este artículo les parecerá pronto. Eso sí, se le sigue dando valor al hecho de que la mujer quiera ser madre, aunque sea tarde. </p>
<p>¿Y si no quiero ser madre nunca? Ahí las circunstancias cambian. Algunas mujeres han reportado que <a href="https://www.fons.org/Resources/Documents/Journal/Vol9No2/IPDJ_0902_006.pdf">se sienten juzgadas</a> por no querer ser madres especialmente por otras mujeres que sí lo son o por su familia más cercana.</p>
<p>Desde la perspectiva psicológica, una de las hipótesis que podría justificar esta presión que siente la mujer que no quiere ser madre se debe a que lo que siente (rechazo a la maternidad) choca con su idea de familia tradicional. Hace 40 años, el porcentaje de mujeres con 35 años que no quería ser madre no se acercaba apenas al porcentaje actual. Sin embargo y tal y como explican los expertos, <a href="http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1817-40782017000200005">el concepto de familia está cambiando</a>, lo que supone un alivio para las mujeres que no quieren ser madres.</p>
<p>La mujer que ha decidido no ser madre deberá trabajar sus esquemas cognitivos y sus creencias en torno al concepto de familia hasta llegar a la aceptación de que cada uno tiene derecho a vivir como quiere vivir con las demandas y los recursos que tiene.</p>
<p>En definitiva, tanto si una mujer pretende ser madre como si no, la maternidad en sí misma puede causarle una respuesta de estrés, especialmente entre los 35 y los 40 años. En ambas situaciones, el abordaje psicológico debería poner el foco en la aceptación de la decisión tomada desde un proyecto personal legítimo e indiscutible. </p>
<p>Si todas las mujeres lo hicieran sin juicios podríamos observar un verdadero cambio social alrededor de la maternidad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214201/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María J. García-Rubio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Tanto si se decide tener hijos como si no, entre los 35 y los 45 la mayoría de mujeres sienten el estresor maternal. Existen dos maneras de enfrentarse a él y vencerlo.María J. García-Rubio, Codirectora de la Cátedra VIU-NED de Neurociencia global y cambio social - Miembro del Grupo de Investigación Psicología y Calidad de vida (PsiCal) - Profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2169322023-11-09T21:39:00Z2023-11-09T21:39:00ZCuidar mucho empobrece y enferma (a las mujeres)<p>Las mujeres continúan siendo las principales responsables de la organización y la realización del cuidado. Los hombres, curiosamente, tienden a percibir más corresponsabilidad o reparto equitativo que las mujeres: sienten que hacen más en materia de cuidados de lo que las mujeres les atribuyen y también que las mujeres hacen menos de lo que se atribuyen a sí mismas. </p>
<p>Así lo ponen de manifiesto las conclusiones de una investigación sobre las <a href="https://www.osonaacciosocial.cat/wp-content/uploads/2023/10/Informe-Temps-per-Cures_20_10_23.pdf">necesidades de cuidados que tienen las familias con hijos e hijas de entre 0 y 16 años en la comarca de Osona</a> –casi 160 000 habitantes–, en la Cataluña central. </p>
<p>La gran mayoría de personas con criaturas a su cargo, por otro lado, compatibiliza el cuidado con una jornada laboral completa. Dicho esto, las mujeres se encuentran de forma desproporcionada en situaciones de jornadas parciales, lo que tiende a convertirse en menos horas que las de los hombres en la misma situación. </p>
<p>Otras estrategias de conciliación utilizadas para garantizar la cobertura de necesidades de cuidados de niños y niñas son la modificación de horarios laborales, la reducción de la jornada laboral, los permisos puntuales, el teletrabajo y, en menor medida, la salida temporal o permanente del mercado laboral. Las mujeres, de nuevo, son quienes, con mucha diferencia, recurren más a ellas.</p>
<p>La feminización de las jornadas laborales parciales y de otras estrategias de conciliación da como resultado niveles inferiores de ingresos. Pero también prestaciones sociales como la del desempleo o de las pensiones de jubilación más pequeñas, y una menor capacidad de progresión profesional. </p>
<p>Por lo tanto, <a href="https://iupress.istanbul.edu.tr/en/journal/jspc/article/bakim-etigi-penceresinden-kadin-yoksullugu">la dedicación intensiva al cuidado empobrece a las personas responsables y, sobre todo, a las mujeres</a>. Este empobrecimiento, además, no es solo monetario. En la relación dinámica existente entre la esfera de cuidado no remunerado en los hogares y el mercado laboral, el estudio visibiliza el vínculo entre <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7688061/">la pobreza de tiempo resultante de las altas cargas de cuidado</a>, particularmente intensa en el caso de las mujeres, y un empobrecimiento económico también feminizado. </p>
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<a href="https://theconversation.com/ellas-al-cuidado-y-ellos-a-cazar-la-arqueogenetica-prueba-que-no-siempre-fue-asi-199317">¿Ellas al cuidado y ellos a cazar? La arqueogenética prueba que no siempre fue así</a>
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<h2>El ocio y el autocuidado se resienten</h2>
<p>Sin embargo, no todo debería ser trabajar y cuidar. En relación con el tiempo personal, social y comunitario (de ocio, deporte y autocuidado, entre otros), las personas participantes en el estudio consideran que, desde que tienen criaturas a su cargo, el tiempo que pueden destinar a ese tipo de actividades se ha visto resentido de manera notable. </p>
<p>De nuevo, las mujeres son las que más perjudicadas se ven, tanto por el tiempo que han dejado de dedicar a sus <em>hobbies</em>, amistades y autocuidado como por el grado en que los echan de menos. Ello sugiere que, además del empobrecimiento económico y de tiempo previamente mencionados, <a href="https://www.fuhem.es/media/cdv/file/biblioteca/Boletin_ECOS/10/Genero_y_cuidados.pdf">la sobrecarga de cuidado que sufren las mujeres también tiene impactos negativos en su salud física y emocional</a>. </p>
<p>Si bien las profundas desigualdades de género que atraviesa la actual organización social del cuidado son enormemente relevantes, la investigación apunta que la dedicación al cuidado y las tareas domésticas no es homogénea en el conjunto de familias ni mujeres.</p>
<p>Entre otros factores que explican las diferencias encontramos la edad de las criaturas –los hijos e hijas de 0 a 3 años son quienes precisan una implicación de cuidado mucho más alta–, la composición del hogar –los hogares monomarentales sufren comparativamente una carga muy alta de horas de cuidados–, el número de hijos e hijas –un mayor número comporta una mayor necesidad de dedicación al cuidado– y la presencia de necesidades especiales de apoyo y cuidado entre los y las menores. </p>
<h2>Los perfiles femeninos, los más afectados</h2>
<p>Estos factores contribuyen a la creación de una polarización social del cuidado, donde los perfiles que acumulan más dedicación y sobrecarga son las mujeres, los hogares monomarentales, los hogares con criaturas menores de tres años y/o los hogares con criaturas con necesidades especiales. Son también estos perfiles los que presentan más riesgo de pobreza económica, de tiempo y deterioro de la salud. </p>
<p>Parte de los resultados de la investigación pueden parecernos intuitivos. Sin embargo, resulta de enorme importancia generar evidencia mediante el uso de metodologías científicas para mapear de manera clara y rigurosa las necesidades sociales y, una vez identificadas, impulsar servicios y políticas públicas que se ajusten a las demandas de la población y den respuesta a las desigualdades existentes. </p>
<p>En esto, ni el cuidado ni la perspectiva de género son excepciones y la aplicación de la mirada feminista al impulso de conocimiento científico es fundamental para la consecución también de relaciones sociales más equitativas y justas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/216932/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sandra Ezquerra Samper ha recibido fondos de Consorci d'Osona de Serveis Socials para realizar el estudio origen de este artículo. </span></em></p>Las mujeres continúan siendo las principales responsables de la organización y la realización del cuidado de los hijos e hijas. La principal consecuencia es su empobrecimiento económico, social y emocional.Sandra Ezquerra Samper, Directora Cátedra UNESCO Mujeres, Desarrollo y Culturas UVic-UCC, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2159162023-11-08T12:06:53Z2023-11-08T12:06:53Z¿Es malo ser un padre o madre helicóptero?<p>La expresión de padres helicóptero emerge de un testimonio en el libro de 1969 <a href="https://psychiatryresource.com/bookreviews/between-parent-child-review"><em>Between parent and teenagers</em></a> (<em>Entre padres y adolescentes</em>, sin traducción al español) del psicólogo israelí <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Haim_Ginott">Haim Ginott</a>. En él, un adolescente expresaba sentirse constantemente supervisado por su madre, como si un helicóptero sobrevolara sobre él. </p>
<p>En el año 90, el término volvió a aparecer en el famoso libro superventas <a href="https://www.navpress.com/p/parenting-with-love-and-logic/9781631469060"><em>Parenting with Love and Logic</em></a> (<em>Ser padres con amor y lógica</em>) de los divulgadores estadounidenses <a href="https://www.loveandlogic.com/pages/about">Foster Cline y Jim Fay</a>. Definía un estilo parental inefectivo que se caracteriza por una vigilancia constante de la vida de los hijos para acudir en cuanto surge el menor problema. </p>
<p>Según estos autores, este estilo parental da lugar a adultos que no son capaces de afrontar los pequeños retos y carecen de autonomía. El término ha evolucionado en el entorno académico con el nombre de “hiperpaternidad” o “hiperparentalidad”. </p>
<h2>Relación con menos autonomía</h2>
<p>A partir de la primera década de nuestro siglo han ido apareciendo <a href="https://guilfordjournals.com/doi/10.1521/jscp.2013.32.6.569">investigaciones</a>, principalmente en EE.UU., en las que se busca la relación entre la hiperparentalidad y distintos constructos psicológicos, como la ansiedad, la depresión, el ajuste social o las estrategias de afrontamiento. En estos estudios se pasan cuestionarios a las familias en las que se les pide que puntúen cómo de acertadas son afirmaciones como: </p>
<ol>
<li><p>Hago sugerencias a mi hijo o hija para ayudarle a conseguir las cosas. </p></li>
<li><p>Hago lo que puedo para evitar a mi hijo o hija situaciones difíciles. </p></li>
<li><p>Dejo que mi hija o hijo tome las responsabilidades personales relacionadas con su felicidad o su vida. </p></li>
</ol>
<p>Pero ¿podemos establecer <a href="https://theconversation.com/maneras-de-ser-padres-y-madres-y-su-influencia-en-la-adolescencia-192434">una relación de causalidad</a> entre esta supuesta sobreprotección y el desarrollo de características de personalidad menos beneficiosas para el futuro de los hijos? ¿O, por el contrario, las familias sobrevuelan las vidas de sus hijos porque estos no han desarrollado suficientes habilidades de afrontamiento y tienen necesidades específicas de apoyo? </p>
<p>Es más, ¿realmente estas conductas de cuidado son un aspecto negativo de la conducta parental o <a href="https://theconversation.com/como-ser-buenos-padres-digitales-128877">una respuesta lógica</a> a <a href="https://theconversation.com/progenitores-quemados-es-cada-vez-mas-exigente-criar-y-educar-a-los-hijos-202543">los nuevos retos</a> a los que se enfrenta la juventud en su transición de la adolescencia a la vida adulta?</p>
<h2>Condiciones históricas, sociales y contextuales</h2>
<p>El término “hiperparentalidad” ha cobrado relevancia en medios de comunicación de diversos países, incluido el nuestro, donde numerosos <a href="http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352021000100279">artículos</a> y <a href="https://www.udep.edu.pe/hoy/2018/08/hiperpaternidad-la-excesiva-atencion-a-los-hijos/">libros</a> se han dedicado al tema. Es crucial reconocer que <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/02660830.2011.11661605">la representación mediática y los contenidos divulgativos</a> pueden influir significativamente en cómo las familias enfocan la crianza y la educación sin tener en cuenta las desigualdades sociales, la diversidad cultural y los contextos sociales complejos. </p>
<p>Desde este punto de vista, esta visión de la hiperparentalidad carece de lo que el psicólogo estadounidense de ascendencia rusa <a href="https://psycnet.apa.org/record/1989-97267-002">Uri Bronfenbrenner</a> consideraría un análisis del proceso por el que surgen este tipo de conductas parentales y la forma en que estas afectan al desarrollo de las hijas e hijos. </p>
<p>Atribuir las conductas hiperparentales a las características internas y psicológicas de los padres y las madres, sin analizar todos los condicionamientos históricos, sociales y contextuales que pueden estar incidiendo en su supuesta aparición, es una forma muy limitada de analizar la cuestión. </p>
<h2>Los universitarios ‘infantilizados’</h2>
<p>En los años 90 el término “padres helicóptero” adquirió relevancia social a raíz de <a href="https://www.nytimes.com/2010/08/23/education/23college.html">las críticas de los administradores de campus universitarios anglosajones</a>, quienes señalaban la excesiva intervención de las familias en los procesos de evaluación y revisión de exámenes de sus hijos. </p>
<p>¿A qué se debía? La periodista canadiense <a href="https://www.theglobeandmail.com/life/give-helicopter-parents-a-break/article1389545/">Adriana Barton</a> sugiere que esta presencia activa de las familias en los campus universitarios podría estar motivada por la intensificada presión social que impulsa a iniciar la preparación académica para la universidad desde edades cada vez más tempranas. </p>
<p>Si una familia ha dedicado recursos y esfuerzo para que sus hijos accedan a la educación superior, es comprensible que deseen estar al tanto de su evolución académica, ¿verdad? </p>
<p>En España, esta perspectiva se respalda legalmente: si los padres financian los estudios y la subsistencia de un estudiante, incluso si es mayor de edad, tienen el derecho a conocer sus calificaciones, según un <a href="https://www.aepd.es/documento/2015-0441.pdf">informe jurídico de la Agencia Española de Protección de Datos</a>. </p>
<h2>¿Causa o consecuencia?</h2>
<p>En el ámbito académico, numerosos estudios han asociado la hiperparentalidad con una deteriorada salud mental en los hijos. No obstante, <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2022.872981/full">una revisión sistemática reciente</a> plantea que no hay evidencias concluyentes de que este estilo parental sea la raíz de dichos problemas. Surge entonces la pregunta: ¿es la salud mental el origen o el resultado de la hiperparentalidad? Se requieren investigaciones longitudinales para esclarecer esta relación.</p>
<p>Sí <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/1088357619827931">hay estudios</a> que sugieren que una mayor intervención de los padres puede ser beneficiosa, especialmente en la transición a la edad adulta de jóvenes con discapacidades. Esto nos lleva a considerar que las conductas hiperparentales podrían tener un propósito justificado: las familias podrían estar intensamente involucradas en la vida de sus hijos por motivos válidos.</p>
<p>En cuanto al sesgo socioeconómico que pueda tener este modelo de crianza, aunque se podría asumir que la hiperparentalidad es predominante en familias blancas de clase media, existen investigaciones que desafían esta idea. <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/21676968231171317">Un estudio específico</a> reveló que la crianza tipo “helicóptero” es más común en hogares de menor nivel socioeconómico y entre ciertas minorías étnicas. Sin embargo, dicho estudio no encontró evidencia de que los hijos criados bajo este estilo presentaran más problemas que aquellos de otros estilos parentales. </p>
<p>La hiperparentalidad, como cualquier otro estilo de crianza (por ejemplo, los estilos democrático o autoritario), podría estar más vinculada a patrones culturales específicos que a una manera de crianza determinada y universal. Se trataría de una forma de educar adaptativa: se amolda a las demandas del entorno cultural y psicosocial. </p>
<h2>¿Es la hiperparentalidad realmente un problema?</h2>
<p>La percepción actual sobre la hiperparentalidad carece de datos empíricos sólidos que sugieran un aumento excesivo de este estilo en la crianza, o que esta forma de educación sea perjudicial. No hay análisis profundos sobre por qué surgen conflictos relacionados con la hiperparentalidad, y sería valioso explorar a fondo estas dinámicas desde una perspectiva cualitativa.</p>
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<p><em>Una versión de este artículo se publicó originalmente en el blog <a href="https://blog.uclm.es/beatrizmartin/2018/08/04/hiperparentalidad-y-padres-helicoptero-la-psicologizacion-de-fenomenos-sociales/">EIDLE</a>.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/215916/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Beatriz Martín del Campo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La hiperparentalidad se critica como un estilo de crianza agobiante que no permite que los hijos se desarrollen de manera óptima y autónoma. Analizamos la validez de estas críticas.Beatriz Martín del Campo, Profesora Titular de Universidad. Psicología Evolutiva y de la Educación., Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2092452023-07-27T19:35:30Z2023-07-27T19:35:30ZMuerte súbita de un recién nacido: ¿cómo es posible que pase esto?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/537724/original/file-20230717-228160-mfmr36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=76%2C40%2C2919%2C1953&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sleeping-3-days-old-newborn-baby-211467763">Alina Reynbakh/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En 2003, una mujer australiana, Kathleen Folbigg, fue condenada a 40 años de prisión por matar a sus cuatro hijos de edades comprendidas entre 19 días y 18 meses. A pesar de que las autopsias no desvelaron signos de violencia o envenenamiento, el peso de la acusación se hizo firme en el juicio basándose principalmente en la controvertida <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Meadow%27s_law">Ley Meadow</a>. </p>
<p>Esta norma se basa en las afirmaciones de un pediatra británico, Roy Meadow, quien aseguraba que a menos que se presente evidencia para refutarlo, una muerte súbita representa una tragedia, dos fallecimientos de esta naturaleza levantan sospechas y tres o más casos se consideran homicidios. </p>
<p>Sin embargo, el pasado 5 de junio, Kathleen <a href="https://efe.com/mundo/2023-06-05/claves-indulto-madre-australiana-condenada-por-matar-a-sus-bebes/">fue indultada</a> y declarada inocente a sus 55 años de edad, después de pasar 20 de ellos en la cárcel. Su inocencia se demostró gracias a los resultados de las investigaciones de la científica española <a href="https://www.crick.ac.uk/research/labs/carola-vinuesa">Carola García de Vinuesa</a>, cuyo equipo vinculó los fallecimientos <a href="https://theconversation.com/kathleen-folbiggs-children-likely-died-of-natural-causes-not-murder-heres-the-evidence-my-team-found-156487">a causas genéticas</a>.</p>
<p>Mucha gente pensó que “era la peor madre”, un “monstruo” o una “asesina de bebés”. No obstante, Kathleen siempre mantuvo su defensa, alegando que todas las muertes repentinas de sus hijos sucedieron por causas naturales, como se demostró finalmente.</p>
<h2>Una tragedia desconcertante</h2>
<p>Uno de los hechos más traumáticos que jamás deberíamos experimentar, no solo como padres sino como seres humanos, es la muerte de un bebé. La llegada de un nuevo individuo a la familia es siempre un motivo de alegría. Sin embargo, un día, sin más, aparece sin vida.</p>
<p>El <a href="https://www.aeped.es/grupo-trabajo-estudio-muerte-subita-infantil/documentos/libro-blanco-muerte-subita-infantil">síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)</a> es una trágica realidad que conmueve a muchas familias. Se caracteriza por el fallecimiento inesperado de individuos aparentemente sanos. De manera desconcertante, el bebé aparece muerto tras haber sido puesto a dormir, sin mostrar ningún signo previo de sufrimiento o enfermedad. </p>
<p>Hay que tener en cuenta que para ser considerado un caso de SMSL, ni la historia clínica del afectado ni la escena del suceso ni los hallazgos de la autopsia deben proporcionar ninguna justificación evidente para el deceso. Esta incertidumbre añade un profundo nivel de angustia a los padres y a los profesionales de la salud involucrados.</p>
<p>A pesar de ello, el SMSL es <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1695403319302516">la principal causa de muerte en bebés durante su primer año de vida</a> en países desarrollados, suponiendo en torno al 50 % de la mortalidad total. </p>
<h2>Factores evitables</h2>
<p>La pregunta es: ¿se puede prevenir una muerte repentina y sin causa aparente? En muchos de estos casos sí. Aunque el motivo exacto que la produce sigue siendo un enigma, es importante destacar que los numerosos estudios realizados en las últimas décadas han corroborado la existencia de <a href="https://bmcpediatr.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12887-021-02536-z">ciertos factores</a> que elevan el riesgo y otros que protegen al bebé de morir por SMSL. </p>
<p>Por un lado, hay <a href="https://www.dl.begellhouse.com/journals/6dbf508d3b17c437,186e14b9417da291,3347130f48d4d27b.html"></a><a href="https://bmcpediatr.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12887-021-02536-z">condiciones genéticas o vulnerabilidades biológicas</a> que no se pueden evitar. Entre ellas están que el bebé tenga sexo masculino, sea negro, haya nacido prematuramente (antes de las 37 semanas de gestación o con un peso al nacer menor de 2,5 kilos) o haber pasado o estar padeciendo un proceso infeccioso respiratorio. </p>
<p>Por otro el lado, están los elementos externos, los más comunes y, en la mayoría de los casos, susceptibles de ser modificados o prevenibles. Entre ellos se encuentran los siguientes, que aumentan el riesgo: </p>
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<li><p>Hacer <a href="https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/201406-colecho-muerte-subita.pdf">colecho</a> con niños menores de tres meses, sobre todo en alguna de las siguientes circunstancias: sobrecalentamiento del bebé, por temperatura elevada de la habitación o por exceso de ropa en la cama; problemas de adicciones en la madre, incluido el alcohol y/o tabaco; o que en el lugar donde duerme el bebé haya humo.</p></li>
<li><p><a href="https://bmcpediatr.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12887-021-02536-z">No proporcionar cuidados prenatales</a>.</p></li>
<li><p>Que el niño <a href="https://www.analesdepediatria.org/es-sindrome-muerte-subita-del-lactante-articulo-S1695403319302516">duerma de lado o boca abajo</a>. De hecho, si lo hace decúbito prono frente a boca arriba, la probabilidad de sufrir SMSL aumenta entre 2,3 y 13,1 veces. Además, cuando la superficie <a href="https://bmcpediatr.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12887-021-02536-z">es blanda</a>, el riesgo se multiplica por 5,1. Si combinamos ambos factores, el bebé tiene 21 veces más de posibilidades de morir por SMSL. Las campañas preventivas, especialmente centradas en promover la posición <a href="https://www.analesdepediatria.org/es-sindrome-muerte-subita-del-lactante-articulo-S1695403319302516">supina para dormir</a>, han conseguido reducir entre un 30,1 y un 85,4 % el fatal evento.</p></li>
</ul>
<p>Por otra parte, disminuye el riesgo ofrecer <a href="https://zaguan.unizar.es/record/107211">lactancia materna exclusiva y dormir con el chupete</a>, aunque interfiera con el mantenimiento de dicha lactancia.</p>
<h2>La hipótesis del triple riesgo</h2>
<p>Muchos autores postulan la teoría del <a href="https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152018000100065">“triple riesgo”</a> o la “triple causa” . Es decir, tres factores coincidentes al mismo tiempo provocarían este tipo de muertes repentinas:</p>
<ol>
<li><p>Un período crítico en el desarrollo cardiorrespiratorio durante el primer año de vida.</p></li>
<li><p>Un factor externo, como los citados anteriormente. </p></li>
<li><p>Vulnerabilidad intrínseca: una anomalía en las respuestas cardiorrespiratorias que no evita la muerte del lactante mientras duerme plácidamente.</p></li>
</ol>
<p>En este sentido, los resultados de las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37226597">últimas investigaciones</a>, <a href="https://theconversation.com/kathleen-folbiggs-children-likely-died-of-natural-causes-not-murder-heres-the-evidence-my-team-found-156487">como los de la científica española Carola García</a>, atribuyen el SMSL a <a href="https://jnnp.bmj.com/content/89/10/A34.1">inmadurez o alteraciones en tejidos</a>, células o genes que controlan <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30600425/">centros neurológicos</a>, provocando anomalías en el patrón cardiorrespiratorio del bebé. Es decir, la vía aérea no funciona correctamente, el reflejo de protección se altera y aparece hipotensión y/o hipoxia (falta de oxígeno), lo que que provoca la incapacidad de despertar en condiciones nocivas.</p>
<p>Cada muerte que podría haberse evitado es inaceptable. Son pocas las pautas sencillas de cuidado infantil, como las mencionadas anteriormente, que han demostrado ser tan eficaces y exitosas para salvar vidas. Es crucial difundir las medidas preventivas y evitar una tragedia que repercute en todos los miembros de la familia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/209245/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esmeralda Santacruz Salas no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Es una tragedia desconcertante y sin causas aún del todo claras, pero sí se sabe que muchos de los fallecimientos producidos por el síndrome de la muerte súbita del lactante se pueden evitar manteniendo unas sencillas precauciones.Esmeralda Santacruz Salas, PDI Facultad de Enfermería. UCLM, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2025432023-04-26T18:35:51Z2023-04-26T18:35:51ZProgenitores quemados: ¿es cada vez más exigente criar y educar a los hijos?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/521251/original/file-20230417-28-7hvytl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C12%2C8179%2C5101&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/headache-noise-stress-family-living-room-2216278693">Shutterstock / PeopleImages.com - Yuri A</a></span></figcaption></figure><p>El progresivo descenso de la natalidad en el mundo va acompañado de un sentimiento bastante generalizado de que cada vez es más difícil criar y educar a los hijos.</p>
<p>Un estudio realizado con población española indica que <a href="https://lingokids.com/es/prensa/burnout-parental-7-de-cada-10-progenitores-agotados">8 de cada 10 madres y padres</a> se sienten en mayor o menor medida culpables por no dedicar a sus hijos el tiempo que consideran que deberían, lo que comporta malestar emocional y, en los casos más extremos, sintomatología de estar quemados o <em>burnout</em> (agotamiento físico y mental, trastornos del sueño, nerviosismo…). </p>
<p>Otro <a href="https://www.pewresearch.org/social-trends/2023/01/24/parenting-in-america-today/">reciente estudio</a> realizado en Estados Unidos a finales del año 2022 indica que dos terceras partes de los progenitores preguntados sienten que el ejercicio de las funciones parentales es más arduo de lo que esperaban. La sensación de dificultad corresponde a las madres, debido a que, a pesar de los avances hacia la coparentalidad, todavía <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272009000200010">son ellas quienes asumen más responsabilidades</a> <a href="https://www.pewresearch.org/social-trends/2017/03/23/gender-and-caregiving/">en la crianza de los hijos</a>.</p>
<p>Aunque comparar la maternidad y la paternidad en diferentes épocas históricas es un ejercicio complejo, y admitiendo la gran diversidad en el ejercicio de la crianza y la parentalidad según el país, la cultura o los niveles socioeconómicos de las familias, estos datos apuntan a una tendencia en los países desarrollados o postindustriales que puede ser debida a diversos factores.</p>
<h2>Más conciencia, más miedos</h2>
<p>La pandemia de covid-19 ha aumentado <a href="https://www.paho.org/es/noticias/15-9-2021-ninos-ninas-adolescentes-estan-profundamente-afectados-por-pandemia-covid-19">la ansiedad y el estrés</a> de los niños y adolescentes y de sus progenitores; pero algunos problemas ya existían anteriormente: el mencionado estudio estadounidense señala también la <a href="https://theconversation.com/proteger-la-salud-mental-en-la-infancia-es-urgente-que-papel-tienen-los-colegios-167951">salud mental infantil</a> y el <a href="https://theconversation.com/se-puede-prevenir-el-acoso-escolar-indicadores-para-la-deteccion-precoz-201334">acoso escolar</a> como las dos principales preocupaciones de los progenitores, seguidas del miedo a que los hijos sufran daño físico o lleguen a tener <a href="https://theconversation.com/que-son-las-adicciones-comportamentales-y-por-que-se-ceban-con-la-adolescencia-195225">problemas con las drogas o el alcohol</a>. </p>
<p>Podemos interpretar estos datos como un reflejo de una toma de conciencia social acerca de temas que en décadas anteriores recibían menor atención, como es el caso claro del acoso y de la salud mental, en sentido amplio, incorporando también las dificultades y trastornos del neurodesarrollo y el aprendizaje. </p>
<p>Una mayor toma de conciencia es necesaria y clave para detectar y atender las dificultades, pero también va acompañada de un incremento de la preocupación de los progenitores por prevenir dichos problemas, controlar los factores que pueden originarlos, identificarlos en caso de que se produzcan y atenderlos debidamente buscando y proporcionando las ayudas necesarias. </p>
<h2>Más expectativas, más impotencia</h2>
<p>Por lo que respecta a las expectativas con respecto a los hijos, el estudio señala como prioridades, por este orden, que los hijos lleguen a ser económicamente independientes, tengan empleos que les satisfagan, realicen una carrera universitaria, se casen y tengan hijos. </p>
<p>A medida que las sociedades han ido alcanzando un mayor bienestar, han ido cambiando algunas de estas expectativas. Las generaciones anteriores también esperaban que sus hijos fuesen económicamente independientes, se casasen y tuviesen descendencia, pero la expectativa de satisfacción en el empleo era menos importante. </p>
<p>Además, en las últimas décadas las expectativas con respecto al nivel de estudios de los hijos se han ido incrementando <a href="https://www.nber.org/papers/w15683">en todas las clases sociales</a>. </p>
<p>Por una parte, el acceso a mayores niveles educativos es una consecuencia positiva del desarrollo económico y social. Por otra, las sociedades postindustriales requieren cada vez más de una mejor cualificación para la integración social y laboral de sus miembros. Aparece, además, el deseo de que el ejercicio de la profesión sea algo satisfactorio y que contribuya al desarrollo personal. </p>
<p>Educar y apoyar a los hijos en el alcance de estas metas no se percibe como algo fácil en la sociedad actual, en la que las eventuales crisis económicas, y ahora también sanitarias, generan en la población una percepción general de inestabilidad. </p>
<h2>¿Más difícil que qué?</h2>
<p>Tras este breve análisis de las principales preocupaciones de los progenitores y de sus expectativas con respecto a los hijos, ¿podemos afirmar que hoy día es más difícil que antes ser madre o padre? Podríamos decir que lo que en realidad ha cambiado es el sentido del término “difícil”. </p>
<p>Para los sectores más desfavorecidos de las generaciones anteriores lo realmente difícil era proporcionar alimento a los descendientes y mantenerlos a salvo de infecciones y enfermedades comunes que hoy día no constituyen un problema. A buen seguro que esos retos suponían para las madres y los padres un gran esfuerzo acompañado en muchos casos de niveles altos de malestar emocional, que no eran generalmente identificados ni atendidos por la sociedad. </p>
<p>Para la mayoría de la población actual, en nuestro contexto de referencia, las dificultades son otras, las vinculadas al cumplimiento de las expectativas de la sociedad del bienestar: estudios, satisfacción personal, bienestar físico y emocional… </p>
<h2>Más autoexigencia</h2>
<p>Los progenitores son conscientes de la importancia de la educación para el logro de los objetivos de desarrollo personal e integración social. Las investigaciones sobre el desarrollo infantil, la escuela y los medios de comunicación han contribuido a transmitir la importancia de la educación en los primeros años de vida y, muy especialmente, de la educación familiar y de la colaboración entre los distintos agentes educativos, fundamentalmente maestros y progenitores. </p>
<p>Existe una clara conciencia de que el futuro de los niños puede verse muy favorecido por la cantidad y calidad de las experiencias positivas o entorpecido por las negativas. </p>
<p>Las décadas de los 1990 y 2000 han visto el surgimiento de un modelo de “<a href="https://www.jstor.org/stable/j.ctt1rrd8rb">parentalidad intensiva</a>”: los progenitores dedican más tiempo y dinero a la crianza y la educación de sus hijos que las generaciones anteriores, especialmente en las <a href="https://www.ucpress.edu/book/9780520271425/unequal-childhoods">clases medias</a>. </p>
<p>Por una parte, los progenitores son conscientes de la importancia de jugar con sus hijos, de interactuar con ellos, de realizar actividades juntos (dibujar, jugar, mirar cuentos…), de hablarles, de comunicarse. Las generaciones anteriores dedicaban claramente menos tiempo al juego y a la interacción directa con los niños. </p>
<p>Por otra parte, proporcionar a los hijos buenos servicios educativos, sanitarios, de ocio o de apoyo al aprendizaje requiere una mayor inversión económica y una mayor dedicación al trabajo remunerado. </p>
<h2>Un reajuste necesario</h2>
<p>¿Qué podemos hacer como sociedad ante esta tendencia? En primer lugar, reajustar nuestras ideas acerca de lo que los niños realmente necesitan de nosotros como madres y padres. </p>
<p>Si bien las experiencias positivas o negativas tienen una repercusión importante, los niños son altamente resilientes y menos frágiles de lo que tendemos a pensar. No necesitan madres y padres perfectos; hasta cierto punto, pueden encajar ciertas contradicciones y frustraciones propias de la vida cotidiana. Las frustraciones <a href="https://theconversation.com/como-podemos-ayudar-al-bienestar-emocional-de-nuestros-hijos-182349">forman parte de la vida</a> y los más pequeños deben aprender a afrontarlas. Aprender a tolerar la frustración es clave para el <a href="https://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/consejos-ensenar-tu-hijo-tolerar-frustracion">desarrollo socioemocional</a>. </p>
<p>Tampoco necesitan a los adultos el 100 % de su tiempo. Si les damos oportunidad, aprenden a disfrutar por sí mismos de sus juegos, encuentran sus propias distracciones, viven sus fantasías… No nos debe asustar que experimenten momentos de aburrimiento.</p>
<h2>Acompañamiento y apoyo social</h2>
<p>Por otra parte, sería importante crear servicios públicos de apoyo y asesoramiento para la crianza dirigidos a las familias, prácticamente inexistentes en la actualidad, además de mantener y elevar la calidad de los servicios públicos en general (educativos, sanitarios, sociales…). </p>
<p>En definitiva, apoyar a niños y jóvenes en su desarrollo personal e integración activa en las sociedades complejas es una tarea colectiva en la que las madres y los padres deberían sentirse acompañados en el ejercicio de su importante papel.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/202543/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Magda Rivero García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Cada vez más padres y madres sienten que su tarea es más difícil de lo que imaginaban. Abunda la sensación de “no estar a la altura” de exigencias reales o autoimpuestas.Magda Rivero García, Profesora Titular de Psicología del Desarrollo y de la Educación, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1852202022-07-14T17:21:57Z2022-07-14T17:21:57ZElisabeth Eidenbenz, la maestra que salvó la vida a 600 niñas y niños en la maternidad de Elna<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/472388/original/file-20220704-15-tbo0bh.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C1%2C681%2C378&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Elisabeth Eidenbenz.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://web.gencat.cat/es/actualitat/detall/Es-recupera-la-memoria-de-la-Maternitat-dElna">Generalitat de Catalunya.</a></span></figcaption></figure><p>“<em>Imaginemos que hay un naufragio, y las personas afectadas han sido educadas por los criterios de la supervivencia. Estos se agarrarán con las dos manos al tablón, en medio del naufragio, y no ayudarán a nadie más que a sí mismos. Estos, no lo lograrán. Por el contrario, si las personas del naufragio son las educadas por el valor de la solidaridad, éstas se agarrarán sólo con una mano al tablón y con la otra mano ayudarán a más personas a salvarse</em>”. <a href="http://lamaternidaddeelna.blogspot.com/2012/03/los-valores-de-la-maternidad-de-elna.html">Elisabeth Eidenbenz</a></p>
<p>Elisabeth Eidenbenz (1913-2011) nació en Suiza un año antes de comenzar la Primera Guerra Mundial. El suyo era un país neutral, como lo fue también durante la Segunda Guerra Mundial. Elisabeth podía haberse mantenido al margen de este conflicto bélico, ya que Suiza no participó militarmente en la contienda. Pero no lo hizo. Fundó la Maternidad de Elna donde, entre 1939 y 1944, ayudó a nacer a casi seiscientas niñas y niños cuyas madres eran refugiadas republicanas españolas y mujeres judías o gitanas que huían de la invasión nazi.</p>
<h2>Una maestra empeñada en ayudar</h2>
<p>Elisabeth Eidenbenz era maestra. Enseñó en varios colegios y centros para personas adultas de Suiza y Dinamarca hasta que decidió que quería ayudar de una manera diferente. </p>
<p>En 1936 formaba parte de movimientos sociales suizos que optaron por ayudar a la población de Madrid, Valencia y Cataluña durante la Guerra Civil Española. Con su “cuartel general” ubicado en Valencia, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Service_Civil_International">Servicio Civil Internacional</a> enviaba a personas voluntarias y repartía suministros.</p>
<p>Elisabeth aprendió primeros auxilios sanitarios y, como miembro de la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra, llegó a Madrid el 24 de abril de 1937 para auxiliar a mujeres embarazadas, niñas y niños en la zona republicana. </p>
<p>A principios de 1939, las personas que escapaban del régimen franquista huyeron para refugiarse en campos franceses. Elisabeth, como otras personas voluntarias, formaron parte de esa enorme “riada humana”. </p>
<p>Miles de personas refugiadas llegaron a la zona francesa de los Pirineos Occidentales. Vivían en penosas condiciones. Muchas de ellas murieron por desnutrición o distintas enfermedades. Sobre todo niños, porque la mortalidad infantil superaba el 90 %. </p>
<p>En esta situación, las mujeres embarazadas eran especialmente vulnerables: era fácil que perdieran a sus hijos y frecuente que ellas mismas fallecieran durante o tras el parto. Por ello Elizabeth decidió convertir le Château d'En Bardou, un palacete abandonado próximo a la localidad de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Elna">Elna</a> en la región del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Languedoc-Rosell%C3%B3n">Languedoc-Rosellón</a>, en un hogar de maternidad. </p>
<p>Estaba cerca del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentraci%C3%B3n_de_Argel%C3%A8s-sur-Mer">centro de internamiento de Argelèrs</a> y la joven maestra pensó que podía ayudar a las mujeres recluidas en ese campo a dar a luz. La Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra aprobó su propuesta. Con los 30 000 francos que le donaron, y junto a varias personas voluntarias, Elisabeth, la “Señorita Isabel”, acondicionó el palacete y quedó, sola, a cargo de ese centro sanitario.</p>
<h2>La maternidad de Elna</h2>
<p>El 7 de diciembre de 1939 tuvo lugar el primer parto: el niño se llamaba José Molina, como consta en la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Justos_entre_las_Naciones"><em>lista de Eidenbenz</em></a>, el registro de las niñas y niños que nacieron en aquel castillo.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472374/original/file-20220704-26-fdeiej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472374/original/file-20220704-26-fdeiej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=472&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472374/original/file-20220704-26-fdeiej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=472&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472374/original/file-20220704-26-fdeiej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=472&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472374/original/file-20220704-26-fdeiej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=593&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472374/original/file-20220704-26-fdeiej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=593&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472374/original/file-20220704-26-fdeiej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=593&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Château d'En Bardou, donde se ubicó la Maternidad de Elna (2005).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Wikimedia Commons.</span></span>
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</figure>
<p>Elisabeth buscaba a las mujeres embarazadas en el campo de Argelèrs y, con el permiso de la dirección del centro de internamiento, las llevaba a Elna para dar a luz. Como el resto de las personas refugiadas, eran mujeres en un estado físico lamentable. En el campo, situado en la playa, sin las condiciones sanitarias e higiénicas adecuadas, era difícil dar a luz y sobrevivir.</p>
<p>En un principio la maternidad funcionó gracias a donaciones procedentes de países europeos, de la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra, de la Cruz Roja, de particulares franceses e incluso de cuáqueros de Estados Unidos. </p>
<p>No había médicos asistiendo los partos, lo hacían comadronas experimentadas, sobre todo suizas. Ayudaban en el mantenimiento de la maternidad mujeres embarazadas o recién paridas, mujeres solas en un mundo de guerra.</p>
<p>Tras el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, los fondos disminuyeron y empezaron a llegar a Elna personas refugiadas de Francia y el resto de Europa, sobre todo mujeres judías y gitanas que huían de la ocupación nazi. Por ello, la maternidad tuvo que asociarse con la Cruz Roja y obedecer la política de este movimiento humanitario en lo relativo, en particular, a su principio de neutralidad. </p>
<p>Esta regla impedía a la maternidad de Elna amparar a personas refugiadas políticas, en ese momento y sobre todo, judías. No queriendo ceder a este mandato insolidario, se falsificaron las identidades de gran parte de las mujeres judías que necesitaban ayuda. La Gestapo vigilaba de cerca la gestión de la maternidad, e incluso en una ocasión Eidenbenz fue detenida para ser interrogada.</p>
<p>La Gestapo clausuró la maternidad de Elna a finales de abril de 1944. El último de los 597 bebés que nacieron allí se llamaba Danielle Louise: fue el 30 de abril de 1944.</p>
<h2>Los reconocimientos llegan 60 años después</h2>
<p>La historia de Elisabeth Eidenbenz y la maternidad de Elna se olvidó durante casi 60 años. En 2001, Guy Eckstein, francés de ascendencia judía nacido en la maternidad, y Nicolás García, nieto de refugiados españoles y alcalde de Elna, decidieron buscar a Elisabeth para rendirle un merecido homenaje.</p>
<p>En 2002, el estado de Israel incluyó a Eidenbenz entre <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Justos_entre_las_Naciones"><em>los Justos entre las Naciones</em></a>, distinción que enaltece a aquellas personas de confesión no judía que ayudaron de manera desinteresada a las víctimas judías durante la persecución nazi.</p>
<p>En 2006, el Gobierno español entregó a Elisabeth la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_Civil_de_la_Solidaridad_Social">Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social</a>. Ese mismo año, la Generalitat de Cataluña <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Premiados_con_la_Creu_de_Sant_Jordi#2006">concedió a Eidenbenz</a> la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Creu_de_Sant_Jordi">Creu de Sant Jordi</a>. En 2007 el Estado francés le otorgó su máxima distinción, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Legi%C3%B3n_de_Honor">Ordre national de la Légion d'honneur</a>.</p>
<p>Elisabeth Eidenbenz falleció en Zúrich el 23 de mayo de 2011, a la edad de 97 años. Al llegarle todos esos reconocimientos tardíos, humilde, decía: “No fui yo. No fue mérito mío. Yo sólo fui una pieza más del engranaje”.</p>
<hr>
<p><strong>Nota</strong>: La mayor parte de la información procede del libro <a href="https://www.arallibres.cat/cataleg/la-maternidad-de-elna/"><em>La maternidad de Elna</em></a>, de Assumpta Montellà.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/185220/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Macho-Stadler no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Elisabeth Eidenbenz (1913-2011) nació en Suiza un año antes de comenzar la Primera Guerra Mundial. El suyo era un país neutral, y podía haberse mantenido al margen de este conflicto bélico, pero no lo hizo. En lugar de eso, fundó la Maternidad de Elna.Marta Macho-Stadler, Profesora de matemáticas, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1837582022-07-13T09:38:59Z2022-07-13T09:38:59Z¿Por qué el parto humano es mucho más difícil que el de nuestros primos simios?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/465053/original/file-20220524-12-ggv0kz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C22%2C5120%2C2851&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Nuestra especie generalmente necesita ayuda para dar a luz.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/fr/image-photo/emergency-hospital-woman-giving-birth-husband-1181843014">Gorodenkoff / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>A grandes rasgos, existen dos tipos de parto en los primates. Por un lado, tenemos el parto de los primates no humanos, que es simple y rápido. Los esfuerzos expulsivos <a href="https://obgyn.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1046/j.1471-0528.2002.00010.x">en los chimpancés</a> apenas duran unos segundos. Y como el feto sigue una trayectoria recta, las hembras no necesitan la ayuda de un tercero.</p>
<p>Por otra parte tenemos el parto de los seres humanos, complejo y a veces difícil, que se puede demorar hasta 30 minutos o más. El feto sigue una complicada trayectoria curva que requiere la asistencia de un cuidador.</p>
<p>¿Cuándo y cómo surgió este tipo de nacimiento en el linaje humano? Ambas cuestiones son fundamentales, porque implican <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/ajpa.1330350605">procesos evolutivos</a> de gran importancia: la adquisición del bipedismo y el proceso de encefalización (es decir, el aumento del tamaño del cerebro en relación con el cuerpo).</p>
<h2>Caderas estrechas y cabeza grande</h2>
<p>Según la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/8728076/">hipótesis del dilema obstétrico</a>, el bipedismo modificó la arquitectura pélvica al reducir el espacio entre las caderas y el sacro. Esto contribuyó a la forma aplanada de la parte superior del canal de parto de adelante hacia atrás.</p>
<p>Por otro lado, la encefalización dio lugar a un aumento del tamaño del cerebro de los recién nacidos. Eso implica que tenemos dos presiones evolutivas que trabajan en direcciones opuestas: reducción de la pelvis y aumento del tamaño del cráneo del recién nacido. El ajuste entre el cráneo del feto y la pelvis se hizo cada vez más estrecho, hasta alcanzar un umbral en el que el parto se hace difícil.</p>
<h2>Los humanos nacen <em>prematuramente</em></h2>
<p>Para evitar que eso impidiera que la humanidad siguiera su curso, una de las soluciones de la biología fue hacer nacer a estos recién nacidos de forma <a href="https://digitallibrary.amnh.org/handle/2246/6008">prematura</a> para que el tamaño de sus cráneos les permitiera pasar por el canal de parto sin excesivos obstáculos.</p>
<p>La pega es que eso reduce la autonomía del recién nacido, que es inmaduro en muchos aspectos y tiene habilidades innatas de supervivencia para establecer un vínculo maternoinfantil lo más fuerte y temprano posible.</p>
<p>Aunque la carga recae principalmente sobre la madre (sobre todo por el coste metabólico de la lactancia), la <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.95.3.1336">implicación de otros familiares y amigos cercanos es importante</a> para cuidar a ese recién nacido. </p>
<p>Fuera del vientre materno, el cerebro del recién nacido sigue creciendo, pero en un grupo humano de socialización temprana. Concretamente, durante el primer año de vida el volumen del cerebro se multiplica por 2,25 en los humanos modernos y por 1,6 en los chimpancés.</p>
<p>Esto ha contribuido, probablemente, a que seamos uno de los primates más sociales.</p>
<h2>¿Por qué se estudian los australopitecos en este contexto?</h2>
<p>Los australopitecinos son un grupo fósil con rasgos relacionados con el bipedismo en la pelvis, pero con un tamaño de cerebro sólo <a href="https://www.nature.com/articles/s42003-022-03321-z">ligeramente mayor</a> que el de los chimpancés. Por lo tanto, aún no se encuentran plenamente en la dinámica de la encefalización. En el contexto del dilema obstétrico, permiten estudiar los efectos del bipedismo sobre el parto, pero no de la encefalización.</p>
<p>Para estudiar el modo de parto, los movimientos que realizará el feto en el canal del parto (mecánica obstétrica) y su eventual descenso a la cavidad pélvica es necesario utilizar un método que reproduzca las fuerzas de resistencia, la palanca y la reacción que resultan del contacto entre el cráneo del feto y la pelvis.</p>
<p>Se suele recurrir al mismo método que se utiliza en las ciencias de la ingeniería, por ejemplo para simular pruebas de choque, el método de los elementos finitos. Implica trabajar con mallas, es decir, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7594473/">representaciones de superficies anatómicas por conjuntos de triángulos</a>, y se calcula aplicando fuerzas o desplazamientos sólo en los vértices de estos triángulos (los elementos).</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/464820/original/file-20220523-20-lplv5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/464820/original/file-20220523-20-lplv5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/464820/original/file-20220523-20-lplv5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/464820/original/file-20220523-20-lplv5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/464820/original/file-20220523-20-lplv5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/464820/original/file-20220523-20-lplv5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=473&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/464820/original/file-20220523-20-lplv5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=473&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/464820/original/file-20220523-20-lplv5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=473&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Una malla de cuenca de Australopithecus.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En el caso de los australopitecos, tenemos una pelvis que es una malla rígida (excepto en la articulación sacroilíaca) y un cráneo fetal que tiene capacidad de deformación. Por lo tanto, el contacto entre estas dos mallas puede modelarse fácilmente mediante elementos finitos, que es un método adecuado. </p>
<p>Para explorar diferentes hipótesis, variamos el tamaño de este cráneo desde un volumen pequeño (que acomoda un cerebro de 110 g), grande (cerebro de 180 g) e intermedio (145 g).</p>
<h2>Los resultados de nuestro estudio</h2>
<p>Sólo los cráneos neonatales de 110 g podían pasar por las cuencas de <em>Australopithecus</em> con seguridad, según <a href="https://obgyn.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1046/j.1471-0528.2002.00010.x">publicábamos recientemente</a>. Teniendo en cuenta que un cráneo adulto pesaba alrededor de 400 g, esto da una relación entre el tamaño del cráneo neonatal y el adulto de alrededor del 28 %, comparable a la de los humanos modernos, y lejos de la de los primates no humanos, de alrededor del 43 %.</p>
<p>Es posible que los australopitecos compartieran nuestra forma de cuidar a los bebés y niños, según la cooperación entre los miembros del grupo. De hecho, esta proporción entre el cráneo neonatal y el adulto sugiere que las habilidades neonatales deben haber sido también bastante limitadas en estos parientes lejanos. </p>
<p>Una interesante línea de investigación consiste ahora en examinar el papel del perineo durante el parto de los australopitecos. De hecho, podría tener un papel crucial en la rotación del feto al final del parto, y participar en la orientación de su cráneo como en los humanos.</p>
<p>En este caso, la presencia de una comadrona, como en los humanos modernos, también podría haber sido obligatoria en los australopitecos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183758/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pierre Frémondière ha recibido financiación de las becas del CNRS GDR 3592 y de la Red Internacional de Investigación CNRS-INEE nº GDRI0870 Bipedal Equilibrium, y de la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia, beca nº 31003A-156299/1.</span></em></p>Un estudio muy reciente analizó el parto en los australopitecos para entender por qué dar a luz era tan difícil para los humanos.Pierre Frémondière, Sage-femme enseignant à l'école de maïeutique de la faculté des Sciences Médicales et Paramédicales de Marseille, chercheur associé au laboratoire ADES 7268, Aix-Marseille Université (AMU)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1767162022-05-12T18:01:03Z2022-05-12T18:01:03ZAsí influyen el sistema sanitario y las políticas públicas en la lactancia materna exclusiva<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/462029/original/file-20220509-15-lwgii7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5455%2C3628&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/breastfed-newborns-asian-296059736">Shutterstock / 2p2play</a></span></figcaption></figure><p>La lactancia materna aporta múltiples <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(15)01024-7/fulltext">beneficios para la salud</a>. Todo ello tiene un <a href="https://internationalbreastfeedingjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13006-020-00277-w">efecto en términos de rendimiento y productividad</a>, al reducirse las bajas por enfermedad y al haber menos absentismo laboral.</p>
<p>La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido como meta global de nutrición que al menos el 50 % de los lactantes reciba leche materna de forma exclusiva durante los 6 primeros meses de vida. Y para alcanzar tal objetivo, <a href="http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/255731/WHO_NMH_NHD_14.7_spa.pdf?ua=1">insta a los países miembros</a> a aplicar medidas concretas que protejan y fomenten la lactancia materna exclusiva. Para ello, la OMS y UNICEF han desarrollado la <a href="https://www.ihan.es/">Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN)</a>, que acredita las prácticas estándares mínimas para promover y proteger la lactancia materna exclusiva en los servicios de salud. Se utiliza para evaluar el progreso y la calidad asistencial de un país en esa área.</p>
<h2>¿Cuál es la situación actual en España?</h2>
<p>Las tasas de este tipo de lactancia en España son del 28 %, muy por debajo de lo recomendado por la OMS. Además, según <a href="https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/IHAN.pdf">el último informe del Ministerio de Sanidad</a> (2011), en España solo hay acreditados 17 hospitales IHAN. Otros 11 están en proceso de acreditación. Esto supone el 3,1 % del total de hospitales y maternidades. Países como Noruega y Eslovenia presentan los porcentajes más altos de la Unión Europea, con un 92 % y 93 % respectivamente. </p>
<p>En España solo hay 14 centros de salud acreditados y la mayoría de ellos se encuentran en Valencia.</p>
<p>Con respecto a la publicidad de la lactancia materna, solo existe <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2008-9289">legislación</a> para <a href="https://www.who.int/es/publications/i/item/WHO-NMH-NHD-17.1">regular</a> los preparados para lactantes (etiquetado, publicidad e información) y las consecuencias por incumplimiento van desde una sanción administrativa hasta una infracción grave.</p>
<h2>Permisos por nacimiento y cuidado del menor</h2>
<p>Por otro lado, la duración de los permisos por nacimiento y cuidado del menor ha ido aumentando en los últimos años para el segundo progenitor. Partiendo de 15 días en 2007, han alcanzado la equiparación con los permisos maternales en 2021 (16 semanas). <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1989-5272">Ambos permisos</a> son de igual duración para cada progenitor, pero intransferibles. Los permisos maternales españoles no se han modificado en los últimos 32 años y su duración no cubre los 6 meses requeridos para la lactancia materna exclusiva.</p>
<p>Desde la perspectiva de las matronas de atención primaria de Tenerife, según <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/19/1/128">una investigación que hemos publicado recientemente</a> en el <em>International Journal of Environmental Research and Public Health</em>, existen varios factores en relación al sistema sanitario y las políticas públicas que afectan de forma positiva y negativa a la práctica de la lactancia materna exclusiva. En una <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/18/7/3819">publicación anterior</a> que complementa este estudio, analizamos los factores relacionados con la esfera biopsicosocial de las mujeres.</p>
<p>A nivel del sistema sanitario, las clases de preparación al nacimiento y los talleres de lactancia materna proporcionan herramientas para la instauración y mantenimiento de la lactancia materna exclusiva. No acudir a estas clases dificulta tanto informarse como formarse en el tema. Esto supone una barrera para este tipo de lactancia. </p>
<p>En relación a la estancia hospitalaria, las barreras tienen que ver con aquellas prácticas rutinarias en torno al parto como la separación madre-bebé, la oferta indiscriminada de tetinas, la falta de matronas en las plantas de maternidad y la emisión de mensajes contradictorios y negativos hacia las mujeres por parte del personal sanitario debido a su muchas veces deficiente formación en lactancia materna.</p>
<h2>Prácticas hospitalarias</h2>
<p>Las prácticas hospitalarias que promueven el contacto precoz madre-bebé tras el nacimiento facilitan la instauración de la lactancia materna exclusiva. Sin embargo, con respecto al personal sanitario de atención primaria, los factores negativos tienen que ver nuevamente con la escasa formación en lactancia materna que conduce a la emisión de mensajes erróneos hacia las mujeres, así como con la falta de tiempo de consulta. </p>
<p>El apoyo en la lactancia por parte de los profesionales sanitarios hacia las mujeres y la visita posparto temprana son considerados facilitadores. Además, consideran a la matrona como pieza clave para la promoción de la lactancia materna exclusiva.</p>
<p>En el ámbito de las políticas públicas, existen muchas barreras para la lactancia materna exclusiva. Entre ellas se encuentran las políticas económicas, con escasa inversión para promoverla y fomentarla, la insuficiente duración de los permisos por nacimiento y cuidado del menor para cubrirla y la escasa legislación que regula la publicidad y el fácil acceso a la lactancia artificial. </p>
<p>Los factores positivos tienen que ver con la actualización en políticas sanitarias sobre esta práctica, las iniciativas institucionales y profesionales para promoverla y el aumento de la visibilidad de la lactancia materna por parte de la sociedad. No se encontraron políticas laborales que la favorecieran.</p>
<h2>Mucho más que una forma de alimentación infantil</h2>
<p>Nuestro estudio concluye que el sistema sanitario y las políticas públicas tienen una gran influencia en la práctica de la lactancia materna exclusiva. Su adecuada instauración no solo afecta a la salud individual de la madre y de su hijo o hija, sino también a la salud a nivel familiar y comunitario, por lo que el desarrollo de políticas que la promuevan es importante para toda la sociedad. </p>
<p>A día de hoy, España cuenta con escasas políticas económicas, laborales y sanitarias que protejan la maternidad y la paternidad, crianza e infancia, frenando el alcance de los objetivos marcados por la OMS. </p>
<p>Por otro lado, las medidas de austeridad adoptadas tras la crisis económica de 2008 han conducido a una infrafinanciación en atención primaria en la última década. Como consecuencia, existe una deficiente provisión de recursos humanos y sanitarios, haciéndose más patente tras la pandemia por la covid-19 y repercutiendo también de forma negativa en las prácticas adecuadas de lactancia materna exclusiva.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176716/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Laura Otero García ha recibido fondos del FIISC que han sido destinados a la realización de esta investigación</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Seila Llorente Pulido
Investigación financiada por la Fundación Canaria Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias (FIISC).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Estefania Custodio Cerezales no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las tasas de este tipo de lactancia en España son del 28 %, muy por debajo de lo recomendado por la OMS. Las escasas políticas económicas, laborales y sanitarias que protejan la crianza frenan el alcance de los objetivos marcados por la OMS.Laura Otero García, Científica Titular de los Organismos Públicos de Investigación, Instituto de Salud Carlos IIIEstefania Custodio Cerezales, Científico Titular de Línea Nutrición, Resiliencia y Salud Global, Instituto de Salud Carlos IIISeila Llorente Pulido, Doctoranda en el programa de doctorado en Epidemiología y Salud Pública, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1789602022-04-05T17:24:29Z2022-04-05T17:24:29ZLas pioneras en la historia de la sexualidad femenina<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/453060/original/file-20220318-15-6scjez.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=24%2C8%2C5439%2C3628&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-irreconocible-de-pie-detras-de-la-ventana-de-cristal-4024732/">Pexels / Hakeem James</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>La sexualidad es un elemento inherente al ser humano. En las distintas culturas y a lo largo del tiempo las personas han variado su forma de relacionarse. Es así como la manera de experimentar y de concebir el cuerpo se ha transformado a través de los años hasta nuestros días.</p>
<p>Históricamente, la perspectiva femenina sobre la sexualidad ha sido silenciada y reducida únicamente a la función reproductora, ya que <a href="https://culturacuidados.ua.es/index.php/cuid/article/view/2014-n39-histeria-historia-de-la-sexualidad-femenina">las mujeres eran consideradas simples objetos sexuales</a>. Por ello es necesario visibilizar la labor realizada por un conjunto de figuras femeninas, relevantes y pioneras en materia de género, educación y salud sexual. Ellas fueron las encargadas de dar voz a un movimiento para convertir la sexualidad en un área abierta y en construcción.</p>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456043/original/file-20220404-12-fcqp6p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456043/original/file-20220404-12-fcqp6p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=872&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456043/original/file-20220404-12-fcqp6p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=872&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456043/original/file-20220404-12-fcqp6p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=872&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456043/original/file-20220404-12-fcqp6p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1096&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456043/original/file-20220404-12-fcqp6p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1096&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456043/original/file-20220404-12-fcqp6p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1096&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"><em>El Universo</em>, del <em>Scivias-Codex</em> de Hildegarda de Bingen, 1165.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Meister_des_Hildegardis-Codex_001.jpg">The York Project</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El placer femenino y la maternidad libre</h2>
<p>En primer lugar, una de estas mujeres protagonistas indiscutibles de la historia fue la religiosa alemana <strong>Hildegarda Von Bingen</strong> (1098-1179), considerada la primera mujer en describir el orgasmo femenino. En su libro <em>Causa est curae</em> afirmó que <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/traditio/article/abs/it-takes-all-kinds-sexuality-and-gender-differences-in-hildegard-of-bingens-book-of-compound-medicine/2DAC861A2DA9F2E45B32B0EF887070E6">las mujeres también sentían placer</a>. </p>
<p>Más adelante, en la España del siglo XVIII destaca <strong>Luisa Rosado</strong> (1770), una matrona con amplia experiencia en el arte del parto. La idea de publicitar sus servicios mediante carteles le llevó a enfrentarse al Protomedicato (tribunal formado por protomédicos y examinadores, que reconocía la suficiencia de quienes aspiraban a ser médicos). Sucedió en una época en la que los cirujanos comenzaron a atender los partos y pronto esta disciplina se convertiría también en un ámbito médico masculino. Por su osadía, los médicos de la corte de Carlos III <a href="https://raco.cat/index.php/Dynamis/article/view/108098">vieron incluso amenazada su posición privilegiada</a>.</p>
<p>Posteriormente, <strong>Margaret Sanger</strong> (1879-1966), una enfermera y activista a favor de la educación sexual, fundó la ‘Liga Estadounidense para el Control de la Natalidad’. Consideraba que, para alcanzar la igualdad de la mujer, era necesaria una maternidad libre. Fue una figura emblemática en la defensa de los derechos reproductivos y la legalización del aborto. Publicó panfletos sobre el uso de métodos anticonceptivos, prohibidos en aquella época por las Leyes de Comstock. Sin embargo, su legado no está exento de <a href="http://cfss.indstate.edu/debspams/b620b5_1918.pdf">controversias</a> por sus conexiones con el movimiento eugenésico. </p>
<h2>Del uso de anticonceptivos a la reproducción asistida</h2>
<p>En la misma línea, <strong>Marie Stopes</strong> (1880-1958) fue la primera mujer doctorada en la Universidad de Manchester y defensora de los derechos de las mujeres. Publicó uno de los primeros manuales modernos que explicaban el uso de métodos anticonceptivos. En su libro <em>Married Love</em> (1918) hablaba sobre la sexualidad femenina, la exploración física y mental y la igualdad entre hombres y mujeres, hecho por el cual fue censurado. Pero su faceta combativa convivía con sus intenciones <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2157852/">a favor de la eugenesia y de un ideal supremacista</a>. </p>
<p>En el mundo de la realeza, <strong>Marie Bonaparte</strong> (1882-1962) fue una princesa francesa que rechazó el rol de sumisión femenina. Sintió curiosidad por su propio cuerpo y buscó respuestas para explicar el placer sexual femenino. Realizó <a href="https://academic.oup.com/hwj/article-abstract/65/1/23/640540">estudios</a> sobre la estimulación del clítoris y el orgasmo y en 1950 publicó su libro <em>Sexualidad femenina</em>. Es considerada una mujer revolucionaria y precursora de la investigación sexual, en una etapa en la que esta esfera seguía siendo muy patriarcal. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/456056/original/file-20220404-12-kaiu4g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456056/original/file-20220404-12-kaiu4g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456056/original/file-20220404-12-kaiu4g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456056/original/file-20220404-12-kaiu4g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456056/original/file-20220404-12-kaiu4g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456056/original/file-20220404-12-kaiu4g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=981&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456056/original/file-20220404-12-kaiu4g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=981&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456056/original/file-20220404-12-kaiu4g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=981&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Educación Sexual</em> (Hildegart Rodríguez Carballeira, 1931).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Educaci%C3%B3n_Sexual_por_Hildegart._1931.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p><strong>Hildegart Rodríguez Carballeira</strong> (1914-1933) era concebida como modelo de mujer del futuro. A los 11 años ya impartía conferencias sobre sexualidad y feminismo. Era defensora del aborto y de la educación libre. Destacaba su <a href="https://muse.jhu.edu/article/45326">activismo</a> en el movimiento por la emancipación de la mujer y fue elegida como secretaria de la ‘Liga Española para la Reforma Sexual’. </p>
<p>El logro de <strong>Miriam Menkin</strong> (1901-1992) al realizar la primera fertilización de un óvulo <em>in vitro</em> en 1944 marcaría el comienzo de una nueva era reproductiva. En este ámbito también destaca <strong>Jean Purdy</strong> (1946-1985), enfermera y embrióloga británica pionera en el tratamiento de la fertilidad. Ella fue la encargada de transferir el embrión en estado de blastómero al útero materno, pero tristemente <a href="https://europepmc.org/article/med/9615566">su contribución jamás fue reconocida públicamente</a>. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/456058/original/file-20220404-20-5zcl9p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456058/original/file-20220404-20-5zcl9p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456058/original/file-20220404-20-5zcl9p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=755&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456058/original/file-20220404-20-5zcl9p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=755&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456058/original/file-20220404-20-5zcl9p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=755&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456058/original/file-20220404-20-5zcl9p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=949&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456058/original/file-20220404-20-5zcl9p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=949&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456058/original/file-20220404-20-5zcl9p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=949&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Shere Hite en 1981.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Shere_Hite.jpg">Wikimedia Commons / Bernard Gotfryd</a></span>
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</figure>
<h2>Anatomía del clítoris y otros mitos</h2>
<p>El <a href="https://tallirosenbaum.com/wp-content/uploads/2019/10/shere-hite-the-hite-report.pdf">libro</a> <em>El informe Hite</em> (1976) es una obra clave del feminismo y la sexualidad. Cuenta la historia de <strong>Shere Hite</strong> (1942-2020), la mujer que se atrevió a preguntar lo que nadie había preguntado antes. Consiguió que 3 500 mujeres escribieran sobre sus experiencias sexuales. Desmintió uno de los grandes mitos de la sexualidad, que decía que la mayoría de mujeres solo podían alcanzar el orgasmo a través del coito. Su insistencia en que se escuchara a las mujeres fue innovadora, rompió tabúes y escandalizó al mundo heteronormativo.</p>
<p><strong>Helen O’Conell</strong> (1962), especializada en urología, fue la primera mujer en <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0022534701685720">describir la anatomía completa del clítoris</a>, su vascularización e inervación. Sus investigaciones han estado centradas en el único órgano humano diseñado para el placer, mostrando cuál es la forma y el tamaño de cada uno de sus componentes.</p>
<p>La sexualidad femenina <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1698031X08756838">había estado encerrada en la vergüenza y el desconocimiento</a> desde el principio de los tiempos, pero ellas rompieron con las normas establecidas, promoviendo una sexualidad más igualitaria y libre. Con sus discursos consiguieron que la diferencia sexual entre hombres y mujeres no fuera ignorada. Además, se negaron a aceptar la idea de que las mujeres solo debían complacer a los hombres y no experimentar placer.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178960/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sagrario Gomez Cantarino recibe fondos para el proyecto 'Educando en Sexualidad: Avance para la Salud Europea (EdSex)', aprobado por el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE). Dicho proyecto se desarrolla en las universidades de Évora y Santarém (Portugal), Reggio Emilia (Italia), y Seattle (Estados Unidos), bajo el liderazgo de la Facultad de Fisioterapia y Enfermería de Toledo (Universidad de Castilla-La Mancha), dentro del estudio Historia, Salud y Género, España-Portugal-Brasil (HISAG-EPB).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Inmaculada García-Valdivieso Jiménez recibe fondos del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE). </span></em></p>En asuntos como el placer femenino, la maternidad libre, el uso de anticonceptivos o la reproducción asistida, las mujeres también fueron pioneras.Sagrario Gomez Cantarino, Profesora Contratada Doctora de Enfermería del Campus de Toledo, Universidad de Castilla-La ManchaInmaculada García-Valdivieso Jiménez, Graduada en Enfermería. Grupo de Investigación Enfermería, Dolor y Cuidados (ENDOCU), Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1756952022-03-03T20:42:41Z2022-03-03T20:42:41ZMaternidad en España: menos hijos de los deseados y a edades tardías<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/449769/original/file-20220303-21-1w1nwl8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C7621%2C5084&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/brunet-caucasian-pregnant-woman-walking-on-1918340750">Shutterstock / Basilico Studio Stock</a></span></figcaption></figure><p>Sabemos que Europa tiene ante sí un desafío demográfico y que la Unión Europea analiza desde hace años qué políticas públicas poner en marcha capaces de afrontarlo. </p>
<p>El progresivo envejecimiento de la población, las migraciones, la despoblación rural, la caída de la fecundidad y el retraso de la maternidad o los procesos de conciliación son una parte nuclear del futuro de nuestras sociedades y del pilar europeo de derechos sociales. </p>
<p>¿Cómo podemos garantizar el bienestar social si no aseguramos el relevo generacional en sociedades cada vez más envejecidas? ¿Cómo facilitar y potenciar las aspiraciones y posibilidades vitales de quienes desean tener descendencia? Las transformaciones en los roles familiares y de género pesan sin duda en la diversificación de las formas de convivencia, la vida familiar o las aspiraciones reproductivas, y repercuten en la caída de la fecundidad, pero la maternidad y la paternidad siguen siendo hitos clave en la biografía vital. </p>
<p>De ahí que, en diciembre de 2018, desde el <a href="https://www.adolescenciayjuventud.org/">Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud</a> decidiéramos realizar una encuesta en busca de algunas claves para el caso español, centrando la mirada en la maternidad y consultando a 1 900 mujeres entre los 18 y los 35 años de todo el territorio nacional. </p>
<h2>Percepción de la maternidad por mujeres jóvenes</h2>
<p>¿Cómo perciben las mujeres jóvenes la maternidad? ¿Qué imágenes proyectan, qué priorizan y qué pesa más en su toma de decisiones? <a href="https://www.adolescenciayjuventud.org/publicacion/maternidades-juveniles-informe-sintetico-de-resultados/">Maternidades juveniles</a> indagaba sobre sus decisiones presentes y futuras alrededor de la maternidad y sobre el contexto familiar, social, económico y laboral que rodea la decisión de ser madre.</p>
<p>La evolución de los últimos años evidencia un aumento continuo de la edad media de maternidad, tanto a nivel nacional como europeo. En 2019, la edad media de maternidad en España era de 32,3 años frente a los 30,9 de media en la UE. Si atendemos al porcentaje de nacimientos ocurridos en madres entre los 18 y 35 años, edades que contempla nuestro estudio, observamos un progresivo descenso: entre 2004 y 2019, el porcentaje de nacimientos ocurridos en madres de estas edades en España pasó del 82,1 % al 66,5 %, y en el caso europeo, aunque la caída es menos acusada, también se aprecia esa misma tendencia y <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/databrowser/view/DEMO_FIND/default/table">la cifra pasó del 85,3 % al 78,9 %</a>.</p>
<p>El descenso es especialmente pronunciado en España y algunas de las razones las podemos encontrar en la dificultad del país para ofrecer una coyuntura sociolaboral favorable a sus jóvenes, unas condiciones que les permitan tener una proyección laboral y les aseguren la emancipación residencial. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/449773/original/file-20220303-21-1jxwi2b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/449773/original/file-20220303-21-1jxwi2b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/449773/original/file-20220303-21-1jxwi2b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/449773/original/file-20220303-21-1jxwi2b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/449773/original/file-20220303-21-1jxwi2b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=781&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/449773/original/file-20220303-21-1jxwi2b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=982&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/449773/original/file-20220303-21-1jxwi2b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=982&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/449773/original/file-20220303-21-1jxwi2b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=982&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Maternidades juveniles. Informe sintético de resultados. Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, Fad.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://doi.org/10.5281/zenodo.3540571">Maternidades juveniles. Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, Fad.</a></span>
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</figure>
<h2>Desempleo y fecundidad</h2>
<p>De hecho, es mucha la literatura que relaciona el desempleo, especialmente en mujeres, y la inseguridad económica con un fuerte impacto negativo sobre la fecundidad, así como el vínculo directo de <a href="https://www.researchgate.net/publication/260105825_The_Fertility_Gap_in_Europe_Singularities_of_the_Spanish_Case">tres obstáculos clave</a> que dificultan el cumplimiento de los deseos sobre la fertilidad: el desempleo y la inestabilidad laboral; las deficientes políticas sobre conciliación y las medidas de “austeridad” y las desigualdades de género en las prácticas familiares y en ámbitos específicos del “Estado del bienestar”.</p>
<p>Entre los factores que las mujeres encuestadas apuntan de forma directa como condiciones importantes a la hora de tener hijos destacan, en primer lugar, la estabilidad laboral o financiera: tener un trabajo estable, contar con un lugar para vivir y tener solvencia económica; seguido por un segundo bloque de cuestiones que tienen que ver con el cuidado de hijos e hijas en compañía (con una pareja o con la red familiar) o bien conciliando con la vida laboral. </p>
<p>De hecho, si atendemos a las condiciones que tenían las mujeres en el momento de asumir la maternidad, el primer embarazo, la mayoría declaraba haberlo hecho contando con una estabilidad material y emocional: una situación laboral estable, en situación de convivencia en pareja y con emancipación residencial. Obviamente esto no es así para todas, y el estudio subraya también diferencias significativas, con una mayor tasa de actividad y estabilidad laboral, entre las mujeres de más edad, las de clase alta, residentes en grandes ciudades y con estudios medios o superiores. </p>
<p>Es decir que, en términos generales y claramente aspiracionales, se tiende a tener hijo/as cuando la situación económica y la estabilidad laboral lo permiten. Son madres, en promedio, las que, deseándolo, pueden permitírselo, quienes tienen unas condiciones de estabilidad que se consideran razonables. Algo, cuanto menos, poco usual en estos tiempos de incertidumbres y entre una juventud muy castigada por un mercado de trabajo precarizado y el difícil acceso a la vivienda. </p>
<h2>El desfase entre querer y poder tener hijos</h2>
<p>Las mujeres encuestadas, además, declaran en porcentajes elevados el deseo de tener libertad en la decisión de tener o no tener hijos o de aplazar la decisión a voluntad de la mujer. Y el 47 % considera que, gracias a los avances médicos, es posible retrasar la decisión de ser madre sin tener problemas. Respuestas que tienen mucho que ver con el desfase que existe entre el querer y el poder, entre el número de hijos/as deseados, que asciende a dos de media, y los que efectivamente se tienen. </p>
<p>Porque, además, sigue primando la idea de gratificación personal que rodea a la maternidad: alrededor del 60 % de las madres cree que la maternidad es una fuente principal de satisfacciones en la vida.</p>
<p>Así pues, asistimos a una coyuntura socioeconómica y laboral que se traduce en pautas y decisiones de planificación familiar que median directamente entre los deseos personales y los avatares vitales. Con una población juvenil que en España se emancipa, de media, a los 29,8 años y con un mercado laboral en que la tasa de desempleo juvenil en 2021 (29,2 %) duplicaba la media europea (13,3 %), y con la tasa de temporalidad más alta de toda la UE, en la práctica las mujeres jóvenes deciden esperar, postergar o paralizar su maternidad, pues no queda apenas espacio para la dedicación a los cuidados y las relaciones afectivas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/175695/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>
El estudio ha recibido financiación de la Fundación Mutua Madrileña</span></em></p>En España se tiende a tener descendencia cuando la situación económica y la estabilidad laboral lo permiten. La edad media de maternidad, por lo tanto, se retrasa por su situación económica y por las deficiencias políticas en materia de conciliación.Anna Sanmartin Orti, Socióloga, subdirectora del Centro Reina Sofía de la Fundación FAD Juventud, Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y JuventudLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1740072022-01-11T20:02:14Z2022-01-11T20:02:14ZAlgunas mujeres que deciden amamantar lo consiguen y otras no<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/440000/original/file-20220110-27-s68l0u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C17%2C5760%2C3811&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/gentle-mother-holds-her-arms-sleeping-1248373369">Shutterstock / Natalia Lebedinskaia</a></span></figcaption></figure><p>Junto a la vacunación, la promoción de la lactancia materna es una de las actividades preventivas que tienen un mayor impacto sobre la salud de la personas. La lactancia materna es la forma natural de alimentación desde el nacimiento, además de una de las maneras más eficaces de reducir las desigualdades en el ámbito de la salud. Es más, la lactancia materna exclusiva se considera el patrón oro de la alimentación durante los primeros 6 meses de vida.</p>
<p>Sin embargo, no todas las mujeres que deciden amamantar consiguen su objetivo y disfrutan de una lactancia prolongada. El “éxito” de la lactancia materna depende de múltiples factores.</p>
<h2>Más lactancia el primer mes sin tabaco ni anemia</h2>
<p>Teniendo en cuenta que es necesario conocer para poder intervenir, las autoras de este artículo nos planteamos averiguar la prevalencia y los factores fisiológicos y socioculturales que se asociaban al éxito de la lactancia materna, desde el nacimiento hasta los 12 meses de vida, entre las mujeres de nuestro entorno (Bilbao). </p>
<p>Para ello, pusimos en marcha <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34864612/">un proyecto de investigación conjunto</a> entre la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza). Una vez obtenido el visto bueno del Comité de Ética para Investigaciones con Seres Humanos (CEISH) de la UPV/EHU, y la aprobación de Osakidetza para realizar el estudio, reclutamos en la semana 20 de embarazo a 401 mujeres que tenían intención de amamantar. </p>
<p>Desde entonces y hasta que los bebés cumplieron un año, fuimos recogiendo datos e información relativa a:</p>
<ul>
<li><p>Parámetros de salud de la madre durante el embarazo, el parto y el puerperio, así como del recién nacido.</p></li>
<li><p>Información sobre aspectos sociodemográficos, culturales y afectivos.</p></li>
<li><p>Datos que tenían que ver con la intervención de los profesionales de salud durante el embarazo, el nacimiento y la lactancia materna.</p></li>
</ul>
<p>Al analizar el papel de todos los parámetros estudiados en la prevalencia de la lactancia materna al mes del nacimiento, a los seis meses y al año, encontramos diferencias a corto, medio y largo plazo.</p>
<p>Así, al mes del parto se observó que había factores fisiológicos y de hábitos de vida que se asociaban negativamente con la lactancia, concretamente el tabaquismo durante el embarazo y la anemia en el postparto. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/439850/original/file-20220107-27-1bvzfgu.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/439850/original/file-20220107-27-1bvzfgu.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/439850/original/file-20220107-27-1bvzfgu.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/439850/original/file-20220107-27-1bvzfgu.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/439850/original/file-20220107-27-1bvzfgu.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/439850/original/file-20220107-27-1bvzfgu.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/439850/original/file-20220107-27-1bvzfgu.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/439850/original/file-20220107-27-1bvzfgu.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Figura 1: Factores fisiológicos, socioculturales y relacionados con la atención sanitaria que se encuentran asociados con el éxito de la lactancia materna al primer mes.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>El hecho de no haber nacido en España también favorecía la lactancia en el primer mes, pero no a largo plazo. Finalmente, tenía gran peso en las tasas de lactancia durante el primer mes el que la mujer tomara su decisión de amamantar a un futuro bebé antes de quedar embarazada, que hubiera acudido a las clases de Educación Maternal/paternal impartidas por la matrona de su centro de salud y que practicara colecho.</p>
<h2>Clases de educación maternal/paternal, colecho y formación académica</h2>
<p>Al sexto mes la lactancia se asocia de forma positiva con la asistencia de la pareja a las clases de Educación Maternal/Paternal durante el embarazo. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/439851/original/file-20220107-48044-1aojz95.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/439851/original/file-20220107-48044-1aojz95.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/439851/original/file-20220107-48044-1aojz95.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/439851/original/file-20220107-48044-1aojz95.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/439851/original/file-20220107-48044-1aojz95.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/439851/original/file-20220107-48044-1aojz95.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/439851/original/file-20220107-48044-1aojz95.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Figura 2: Factores fisiológicos, socioculturales y relacionados con la atención sanitaria que se encuentran asociados con el éxito de la lactancia materna al sexto mes.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>También observamos que ofrecían lactancia materna en mayor proporción tanto al sexto mes como al año las mujeres que no utilizaron analgesia durante el parto, las que tenían una formación académica de más de 12 años, aquellas que se sentían cómodas amamantando en público y las que practicaban colecho.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/439854/original/file-20220107-13-12phwxb.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/439854/original/file-20220107-13-12phwxb.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/439854/original/file-20220107-13-12phwxb.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/439854/original/file-20220107-13-12phwxb.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/439854/original/file-20220107-13-12phwxb.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/439854/original/file-20220107-13-12phwxb.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/439854/original/file-20220107-13-12phwxb.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Figura 3: Factores fisiológicos, socioculturales y relacionados con la atención sanitaria que se encuentran asociados con el éxito de la lactancia materna al año de nacimiento.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>Conviene tener en cuenta que algunas prácticas, aunque se utilicen en momentos muy tempranos de la lactancia, se asocian negativamente con la instauración y el mantenimiento a largo plazo de ésta. Es el caso del uso de tetinas y chupetes durante la primera semana de vida y la administración de suplementos de fórmula sin indicación médica durante la estancia en el hospital. </p>
<p>Como <a href="https://www.youtube.com/watch?v=XSVCIcsyAOY&feature=youtu.be">conclusión de este trabajo</a>, podemos decir que las intervenciones para <a href="https://sustatu.eus/1640073669464">fomentar la lactancia materna en nuestro entorno</a> deberían ir dirigidas a:</p>
<ul>
<li><p>Favorecer hábitos saludables de la madre, sobre todo en lo que respecta al consumo de tabaco durante el embarazo.</p></li>
<li><p>Monitorizar y corregir la anemia, especialmente en el último trimestre del embarazo y en el postparto.</p></li>
<li><p>Revisar las políticas hospitalarias con respecto a la suplementación con fórmula.</p></li>
<li><p>Apoyar a las madres que desean practicar colecho, aportando información sobre su práctica segura y en qué circunstancias deberían evitarlo.</p></li>
<li><p>Motivar a las parejas de las mujeres a acudir a las sesiones de educación maternal.</p></li>
<li><p>Visibilizar la lactancia materna y respaldarla con políticas públicas y legislación que hagan que tanto las madres como la sociedad valoren positivamente esta es la forma de alimentar a los bebés.</p></li>
</ul><img src="https://counter.theconversation.com/content/174007/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>La UPV/EHU ha financiado los gastos asociados a la publicación en acceso abierto del artículo en la revista Early Human Development en el que se han presentado los resultados que aparecen en este artículo. Begoña Sanz es miembro del Grupo de Investigación AgeingOn (GIU20/006) financiado por la UPV/EHU</span></em></p><p class="fine-print"><em><span><a href="mailto:ainhoa.fernandez@ehu.eus">ainhoa.fernandez@ehu.eus</a> recibe fondos de la UPV/EHU para publicar el artículo en acceso abierto en la revista Early Human Development.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>La UPV/EHU ha financiado los gastos asociados a la publicación en acceso abierto del artículo en la revista Early Human Development en el que se han presentado los resultados que aparecen en este artículo.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Gloria Gutiérrez de Terán Moreno
Recibió ayuda de BIOEF (Fundación Vasca de Innovación e Investigación Sanitarias), OSIBB18/024, para la publicación en la revista Early Human Development del artículo en el que se basan los datos ofrecidos en The Conversation.
Es miembro de la Asociación de Matronas de Euskadi incluida en la Federación de Matronas de España(FAME)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>La UPV/EHU ha financiado los gastos asociados a la publicación en acceso abierto del artículo en la revista Early Human Development en el que se han presentado los resultados que aparecen en este artículo. </span></em></p>La lactancia materna es la forma natural de alimentación desde el nacimiento, además de una de las maneras más eficaces de reducir las desigualdades en el ámbito de la salud. Sin embargo, no todas las mujeres que deciden amamantar lo consiguen. ¿Por qué?Begoña Sanz Echevarría, Profesora Agregada en el Departamento de Fisiología. Investigadora del grupo @AgeingOn. Miembro del grupo "Enfermería Clínica y Salud Comunitaria" de Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces Bizkaia., Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaAinhoa Fernández Atutxa, Profesora del Departamento de Enfermería I, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaEstitxu Benito-Fernández, Enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludFátima Ruiz-Litago, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaGloria Gutiérrez de Terán Moreno, Jefa de Estudios de la Unidad Docente de Matronas del País Vasco, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludMaría Jesús Mulas Martín, Unidad Docente de Enfermería Obstétrico-Ginecológica, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludUsue Ariz López de Castro, Profesora de Fisiología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1738702022-01-03T22:20:02Z2022-01-03T22:20:02Z¿Cuál es la mejor leche de fórmula para bebés?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/439032/original/file-20211227-19-45rloi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C17%2C5742%2C3811&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cute-little-baby-bottle-lying-comfortable-1668885166">Shutterstock / New Africa</a></span></figcaption></figure><p>La leche materna es el alimento ideal en los primeros meses de vida, su composición es sumamente compleja e inimitable, y proporciona los nutrientes y la energía necesaria para el desarrollo del lactante. </p>
<p>Además, la leche materna contiene diversos compuestos que estimulan el desarrollo del bebé. Incluso posee bacterias vivas que formarán parte de la microbiota intestinal del niño durante su crecimiento.</p>
<p>No obstante, se pueden dar situaciones en las que la lactancia materna no sea posible o sea insuficiente. En este caso, juegan un papel fundamental las fórmulas infantiles cuya denominación correcta, según la legislación, atiende a los términos “preparados para lactantes” o “preparados de continuación”.</p>
<p>Los primeros, los preparados para lactantes, son los únicos productos alimenticios elaborados que satisfacen las necesidades nutritivas de los lactantes durante los primeros meses de vida hasta la introducción de una alimentación complementaria (purés de frutas, cereales sin gluten, etc.). </p>
<p>Por otra parte, los preparados de continuación están destinados a los lactantes cuando se introduce una alimentación complementaria apropiada, constituyendo el principal alimento de una dieta progresivamente diversificada.</p>
<h2>La complejidad de obtener la fórmula infantil ideal</h2>
<p>La fabricación de fórmulas infantiles supone un gran reto para la industria alimentaria, pues su consumidor final es tremendamente vulnerable. A ello se suma la dificultad de conseguir todos y cada uno de los ingredientes (y en la misma proporción) que contiene la leche materna. Destacar que, de forma natural, su composición va variando durante el proceso de lactancia para adaptarse a las necesidades del lactante. </p>
<p>Hasta ahora, la <a href="https://www.boe.es/doue/2016/025/L00001-00029.pdf">regulación</a> establecida por la Unión Europea garantiza cubrir los requerimientos nutricionales de los lactantes en relación a sus macronutrientes (grasa, proteínas, hidratos de carbono) y micronutrientes (vitaminas y minerales). </p>
<p>Pero ¿qué ocurre con los demás componentes de la leche materna?. Entre ellos destacan los oligosacáridos, inmunoglobulinas, enzimas, poliaminas, nucleótidos, ácidos grasos o bacterias presentes en este fluido. </p>
<p>Muchos de estos compuestos están aún por descubrir debido a la complejidad de sus estructuras moleculares. En otros casos, se desconocen sus mecanismos de actuación y sus efectos en la salud infantil. </p>
<p>Aquí es donde juega un papel fundamenta la investigación. Gracias a los avances en los resultados obtenidos con ensayos clínicos, las fórmulas infantiles han incorporado algunos de estos ingredientes bioactivos. El objetivo es que los lactantes que no pueden ser alimentados a pecho puedan beneficiarse de un alimento lo más parecido posible a la leche materna.</p>
<h2>Dificultad de incorporar compuestos bioactivos a la leche infantil</h2>
<p>Para poder añadir estos compuestos, deben ser seguros, bien tolerados por los lactantes y haber demostrado su efecto beneficioso sobre la salud. Vamos a detenernos en aquellos que actualmente se están empleando como ingredientes:</p>
<ul>
<li><p><strong>Ácido Docosahexaenoico (DHA) y Ácido Araquidónico (ARA).</strong> Son ácidos grasos poliinsaturados que juegan un papel fundamental en el desarrollo cerebral y neurológico del niño. Son mayoritarios en el tejido nervioso y la retina. </p>
<p>En Europa es <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29413359/">obligatorio</a> añadir el primero de estos ingredientes a las fórmulas infantiles debido al impacto positivo demostrado en la función cognitiva y visual del lactante.</p></li>
<li><p><strong>Proteínas del lactosuero: alfa-lactoalbúmina, lactoferrina, lisozima e Inmunoglobulina A secretora.</strong> Todas ellas <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34095293/">proporcionan</a> aminoácidos esenciales, estimulan el crecimiento y desarrollo de las bacterias intestinales del niño, facilitan la digestión y poseen propiedades antimicrobianas. </p>
<p>Estas proteínas se deben obtener de la leche o del calostro de vaca y su estructura y función en el lactante no son siempre similares a las de la leche materna. Pensemos que somos especies diferentes y las que funcionan en una, a veces no tienen efecto en la otra. </p>
<p>A esto se une el alto coste y la dificultad de mantener su estabilidad durante la producción de la fórmula. No obstante, encontramos leches infantiles en el mercado enriquecidas con lactoferrina y alfa-lactoalbúmina bovina.</p></li>
<li><p><strong>Nucleótidos.</strong> Parecen estar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32629970/">implicados</a> en una menor incidencia de diarrea, en una mejor respuesta inmune tras la administración de vacunas, así como en la salud de la microbiota intestinal del lactante. Pero los resultados obtenidos en estudios clínicos son todavía muy limitados. Su adición a las fórmulas infantiles es segura, bastante frecuente y su concentración está regulada por la normativa europea antes citada.</p></li>
<li><p><strong>Prebióticos.</strong> Son ingredientes que alcanzan el colon prácticamente intactos. Se utilizan por grupos específicos de bacterias beneficiosas para el lactante. </p>
<p>Los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32629970/">prebióticos más comunes en la leche materna</a> son hidratos de carbono no digeribles (oligosácaridos de la leche materna) que ayudan al crecimiento de las bifidobacterias y lactobacilos, previniendo la actuación de patógenos intestinales.</p>
<p>En la leche humana, estos compuestos son muy diversos estructuralmente y varían de una madre a otra y según el periodo de lactación. Se han identificado más de 200 oligosacáridos diferentes en la leche humana. Sin embargo, son muy poco abundantes en la leche de vaca, principal componente de las fórmulas infantiles. </p>
<p>Curiosamente, sí aparecen en mayor proporción y variedad en la leche de cabra, aunque su extracción industrial es compleja. </p>
<p>Actualmente, los preparados para lactantes se suplementan con oligosacáridos sintéticos o de origen vegetal cuyos efectos parecen ser similares a los presentes en la leche materna.</p></li>
<li><p><strong>Probióticos.</strong> Son bacterias vivas que afectan de forma beneficiosa al niño equilibrando su composición microbiana intestinal. De hecho, en los niños alimentados a pecho, las bacterias más comunes son bifidobacterias y lactobacilos, que dificultan la colonización de la mucosa intestinal por otros microorganismos patógenos. Hoy en día encontramos preparados para lactantes y preparados de continuación con probióticos añadidos. </p>
<p>En todos los casos su adición cumple con el requisito de seguridad, aunque todavía no se ha demostrado ningún efecto beneficioso de acuerdo con los estándares establecidos por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). </p>
<p>Es importante saber que no hay una legislación específica que regule el uso de probióticos en la alimentación humana. Pero en la Unión Europea se toma como referencia para su uso seguro la <a href="https://www.efsa.europa.eu/en/topics/topic/qualified-presumption-safety-qps">lista de QPS (presunción calificada de seguridad) de la EFSA</a>, que se revisa periódicamente. No obstante, mantener la viabilidad de estas bacterias es todo un reto ya que muchas son sensibles al oxígeno y al calor.</p></li>
<li><p><strong>Postbióticos.</strong> Son preparaciones de microorganismos inanimados que confieren un <a href="https://www.nature.com/articles/s41575-021-00440-6">beneficio para la salud del hospedador</a>. Como vemos, en este concepto se incluyen también bacterias inactivadas (no vivas), por lo que su empleo en las fórmulas infantiles puede tener menor reticencia que los probióticos. En este grupo de compuestos se incluye el 3-galactosil-lactosa que procede de las bacterias de la leche humana y parece tener prometedores efectos antiinflamatorios.</p></li>
</ul>
<p>La investigación en la mejora de las fórmulas infantiles debe continuar a medida que se encuentran nuevos hallazgos sobre los beneficios de la leche humana. El reto es complejo, ya que los factores que intervienen son muy numerosos y deben ser tenidos en cuenta en su totalidad para tratar de acercar las fórmulas infantiles a los beneficios que aporta la lactancia materna.</p>
<p>Si no es posible contar con los mismos ingredientes que encontramos en la leche materna, al menos se debe investigar sobre los efectos beneficiosos asociados a su consumo. Se trata de que las fórmulas infantiles, con una composición adecuada, puedan producir una acción similar sobre la salud del lactante.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173870/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Está ampliamente demostrado que la leche materna es el alimento ideal en los primeros meses de vida. Pero a veces no es posible y, por eso, la ciencia está buscando la leche de fórmula más similar.Carmen Martínez Graciá, Catedrática de Universidad. Nutrición y Bromatología. Universidad de Murcia, Universidad de MurciaCarmen Frontela Saseta, Profesora Titular de Nutrición y Bromatología, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1699212021-10-31T19:50:37Z2021-10-31T19:50:37ZSuicidio y maternidad: ¿qué se esconde detrás de ese tabú?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/429347/original/file-20211029-21-hupq87.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C210%2C3051%2C2078&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">_La muerte de Lucrecia_ (Eduardo Rosales, 1871).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Eduardo_Rosales_Gallinas_-_La_muerte_de_Lucrecia.jpg">Wikimedia Commons / Museo del Prado</a></span></figcaption></figure><p>Me atrevo a vaticinar que le sorprenderá el dato que abre este artículo: en los países desarrollados, la primera <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27324912/">causa de muerte</a> de las mujeres durante el periodo perinatal <a href="https://theconversation.com/por-que-condenamos-la-conducta-suicida-163113">es el suicidio</a>. Esta etapa abarca desde el embarazo hasta un año después del parto. </p>
<p>Sin embargo, apenas se han establecido <a href="http://papelesdelpsicologo.es/pdf/2963.pdf">intervenciones preventivas específicas</a> para el abordaje de este problema. Las consecuencias suelen ser devastadoras, tanto para los bebés que pierden a sus madres, como para las familias, cuyo sufrimiento desborda los parámetros habituales acerca de los costes sociales y sanitarios. La sociedad, por otra parte, suele asistir atónita y perpleja a este tipo de tristísimas noticias. </p>
<p>Los servicios dedicados a las futuras madres (y padres) contienen una ingente cantidad de productos para la crianza y la salud maternofilial que ocuparía varios párrafos enumerar detenidamente. ¿Cómo es posible que entre tal cantidad de material no destaque por su –literalmente– vital importancia alguna recomendación o recurso sobre cómo abordar los posibles pensamientos de suicidio durante este periodo?</p>
<h2>Un fenómeno complejo</h2>
<p>No estamos ante un asunto nada fácil. Tras varias décadas de investigación aún no tenemos una narrativa coherente que permita comprender la compleja asociación entre maternidad y suicidio. </p>
<p>Sí parece que hay consenso entre los investigadores acerca de que durante el periodo perinatal puede haber <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31908334/">amplias fluctuaciones en el estado de ánimo</a> que pueden requerir atención inmediata y urgente para prevenir el riesgo de suicidio.</p>
<p>Además, un creciente cuerpo de conocimiento señala que la prevalencia de pensamientos de suicidio puede ser incluso <a href="https://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(16)00003-1/fulltext">mayor entre las mujeres embarazadas</a> que en la población general de mujeres. Es más, la investigación reciente sugiere que la presencia de pensamientos de suicidio es un <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27324912/">fenómeno relativamente común</a> del embarazo. </p>
<p>Generalmente, las investigaciones se han centrado en el periodo del posparto y han limitado sus objetivos de estudio a los intentos de suicidio y no al espectro completo de conductas suicidas. Sin embargo, varios autores sostienen que el periodo preparto representa <a href="https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00737-016-0706-5">un momento sensible</a> y una oportunidad importante para la prevención. </p>
<p>En todo caso, este tipo de conductas suicidas, como cualquier fenómeno psicológico, no ocurre en un vacío contextual ni emerge como un problema intrapsíquico. Por el contario, estaría incrustado en una vida donde el engranaje de los discursos dominantes, los conflictos identitarios y la falta de apoyo social juegan un papel fundamental. </p>
<p>Antes que un problema clínico, que también lo es, estamos ante <a href="http://papelesdelpsicologo.es/pdf/2963.pdf">un drama vital y personal</a> anclado a unas circunstancias particulares y a la valencia psicológica que la maternidad tenga para cada mujer. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/429348/original/file-20211029-19-144y8x7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/429348/original/file-20211029-19-144y8x7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/429348/original/file-20211029-19-144y8x7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=979&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/429348/original/file-20211029-19-144y8x7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=979&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/429348/original/file-20211029-19-144y8x7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=979&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/429348/original/file-20211029-19-144y8x7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1230&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/429348/original/file-20211029-19-144y8x7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1230&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/429348/original/file-20211029-19-144y8x7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1230&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"><em>Street Girl s End</em>, grabado de 1884.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Street_Girl%27s_End.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>La maternidad no es igual para todas las mujeres</h2>
<p>El valor de la maternidad no es absoluto ni similar para todas las mujeres ni en todas las culturas. Lejos de la idea de que se trata de un periodo de júbilo y de bienestar emocional, dicho valor dependerá –en buena medida– del significado y el sentido que tenga para cada mujer, de su situación personal y familiar, del apoyo recibido por la pareja, de su experiencia previa, de la presencia de problemas de salud, de los recursos económicos o de sus expectativas, entre otros aspectos.</p>
<p>Sí parece claro que los mitos acerca del amor inmediato hacia los hijos recién nacidos suponen una importante barrera para que las mujeres pidan ayuda o consigan los recursos que necesitarían para afrontar una crisis suicida. </p>
<p>Posiblemente nos encontramos ante un <a href="http://papelesdelpsicologo.es/pdf/2963.pdf">doble mito o estigma</a>: el que habitualmente acompaña al suicidio en forma de <a href="https://theconversation.com/suicidio-existe-realmente-el-efecto-llamada-167518">silencio y ocultamiento</a> y el hecho de que se produzca en una etapa de la vida que debería ser –¿obligatoriamente?– feliz. Expongamos tan solo una idea que –pretendiendo ser sarcástica– resulta familiar, casi natural: “La maternidad es la época más feliz en la vida de una mujer y lo compensa todo”. </p>
<p>Tanto <a href="https://canal.uned.es/video/6166c0a7b609236ac9285062">el suicidio</a> como la maternidad son hechos, pero también constructos históricos y culturales. ¿Es posible una maternidad <a href="http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/2137.pdf">feliz</a> (sea eso lo que fuere) y exenta de problemas? Por supuesto que sí. Pero no para todas las mujeres o, al menos, no asumiendo o “naturalizando” el embarazo como un acontecimiento necesariamente bienaventurado. </p>
<p>Después del nacimiento de un hijo, las mujeres reducen significativamente sus interacciones sociales en los lugares cotidianos y en el trabajo, a la vez que <a href="https://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(16)00025-0/fulltext">aumenta la necesidad de apoyo y ayuda</a> por parte de su entorno. Este escenario puede resultar problemático si la relación de pareja no es buena o está basada en la crítica, el control o la violencia. </p>
<p>Al mismo tiempo, cuidar de un bebé es una tarea que requiere de numerosas habilidades y pocas madres primerizas se sienten perfectamente competentes para cuidar de sus hijos, especialmente si son bebés con llanto persistente u otras dificultades. </p>
<p>Se trata, por tanto, de un proceso íntimo de transformación que supone un esfuerzo de integración y que nunca está libre de dificultad. Pueden existir, por ejemplo, conflictos para integrar las propias decisiones y el proyecto profesional, lo que puede originar dilemas y crisis. </p>
<p>Todas estas dificultades se acompañan de experiencias de malestar, ansiedad, tristeza, fatiga, rabia o problemas de concentración que son comprensibles por el propio estado biológico del embarazo y del posparto. </p>
<h2>La sensación de no ser “buena madre”</h2>
<p>Asimismo, también pueden configuran un bucle de sufrimiento y soledad, a su vez vivido con culpa y vergüenza, que deriven en la sensación de fracaso para ser “buena madre”. Estas situaciones pueden redundar en que las mujeres se sientan atrapadas, aisladas y vulnerables.</p>
<p>Siendo así, se reclama la necesidad de que todos, profesionales de la salud perinatal y sociedad, permanezcamos atentos y nos alejemos de la prescripción de felicidad obligatoria. La idea implícita, vivida por muchas mujeres como mandato social, de que deberían encontrarse en una de las etapas más felices de su vida puede forjar una enorme culpa y vergüenza que impida expresar sus miedos y sus ideas de muerte.</p>
<p>Querida lectora, si estas líneas describen su situación, pida ayuda a una persona de su entorno, exprese claramente lo que piensa, llame al 112 o acuda a los servicios de salud mental. Las crisis de suicidio son temporales y prevenibles. No tome ninguna decisión ahora. Espere y pida ayuda. Ésta es una situación difícil y un momento muy oscuro. Por eso es importante que cuente con la ayuda de profesionales y de las personas que le quieren. </p>
<p>Queridos lectores, si tienen una amiga, novia, mujer, hija o hermana que podría estar pasando por una crisis de estas características, hablen con ella. Pregúntenle abiertamente y con cariño. Tal vez puedan enviarle este artículo para romper el hielo y mostrarle su apoyo. </p>
<p>Proporcionar ayuda, calidez y recursos a las personas con pensamientos de suicidio es un asunto de <a href="https://theconversation.com/suicidio-existe-realmente-el-efecto-llamada-167518">corresponsabilidad</a> entre todos. Quizás sea un buen comienzo incrementar la formación en conducta suicida de todos los profesionales implicados en la salud perinatal. Y aún mejor, promulgar una ley nacional de <a href="https://journals.copmadrid.org/clysa/art/clysa2021a17">prevención del suicidio</a> que vertebre todas las iniciativas eficaces señaladas por la literatura científica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/169921/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Susana Al-Halabí no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El suicidio es la primera causa de muerte de las mujeres, en países desarrollados, durante el periodo perinatal, que comprende desde el embarazo hasta un año después del parto.Susana Al-Halabí, Profesora de Psicología, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1632292021-07-14T18:12:01Z2021-07-14T18:12:01Z¿Qué factores condicionan a las madres para dar o no el pecho a sus bebés?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/411003/original/file-20210713-27-f4oxbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5751%2C3828&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mother-breastfeeding-newborn-bed-669935437">Shutterstock / ArtTim</a></span></figcaption></figure><p>La lactancia materna aporta <a href="https://theconversation.com/leche-materna-la-primera-vacuna-que-podemos-recibir-al-nacer-161538">múltiples beneficios</a> para la salud física del bebé, ya que ayuda a prevenir enfermedades respiratorias y digestivas, además de reforzar su sistema inmunitario y de la madre al disminuir la probabilidad de padecer cáncer de mama y ovario, entre otros problemas. También presenta beneficios emocionales y psicológicos al reforzar el vínculo afectivo entre madre y bebé y favorecer el apego. </p>
<p>Estos beneficios, además, repercuten en <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26869575/">el bienestar de la familia</a> y, por tanto, de toda la comunidad, proporcionan un <a href="https://doi.org/10.1186/s13006-020-00277-w">ahorro económico público</a>, al reducir costes sanitarios y al disminuir las bajas laborales, y desde el punto de vista ecológico supone un ahorro energético y reducción de residuos.</p>
<p>La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los bebés <a href="https://www.ifpri.org/publication/global-nutrition-report-2015">sean alimentados con lactancia materna exclusiva (LME)</a> durante sus primeros seis meses de vida. Esta recomendación debiera ser alcanzada al menos por el 50 % de los bebés de cada país para cumplir los objetivos de la OMS. En el caso de España, dicho objetivo <a href="https://www.ifpri.org/publication/global-nutrition-report-2015">no se cumple</a>, dado que estimaciones próximas en el tiempo aluden a un 28 %. </p>
<h2>¿Qué factores influyen en la LME?</h2>
<p>Desde la perspectiva de las matronas de Atención Primaria de Tenerife (Canarias, España), las mujeres se encuentran con <a href="https://doi.org/10.3390/ijerph18073819">múltiples factores</a>, positivos y negativos, a diferentes niveles, que van a influir en que puedan dar o no el pecho: a nivel individual, una de las barreras más frecuentes con las que se encuentran las madres son grietas y dolor en el pecho. El cansancio, la vulnerabilidad en el periodo del posparto y las posibles experiencias previas negativas en torno a la LME hacen que las mujeres pierdan la confianza en sí mismas.</p>
<p>Si bien la predisposición y motivación para lactar influye positivamente en la búsqueda de ayuda y superación de problemas, cuando el hecho de amamantar transcurre sin efectos físicos negativos resulta una experiencia satisfactoria potenciadora del apego. </p>
<p>Las matronas explican que el apoyo que reciban las mujeres de su pareja (cuando la hay) y de la familia cercana puede suponer el éxito o fracaso de LME. La pareja es considerada el pilar fundamental en el apoyo la LME. </p>
<p>La asunción de las tareas del hogar y del cuidado de hijos o hijas anteriores (si fuera el caso) por parte de la pareja y, en algunos casos, una familia extensa, facilita que la mujer pueda disponer de más tiempo para su cuidado y el del bebé. </p>
<h2>La influencia de las experiencias en LME de las abuelas</h2>
<p>Por otro lado, la experiencia relacionada con la LME de las abuelas maternas o paternas es un factor que influye negativamente cuando dichas mujeres tuvieron malas experiencias o no optaron por la LME, y positivamente cuando estas tuvieron éxito con la LME.</p>
<p>A nivel comunitario, el hecho de pertenecer a una cultura prolactancia y contar con redes de madres lactantes presta apoyo ante problemas y dudas. Por el contrario, las exigencias sociales, las desigualdades de género y la construcción social actual de la maternidad pueden afectar negativamente.</p>
<p>En relación al ámbito laboral, las matronas exponen que las mujeres no reciben demasiado apoyo para poder mantener la lactancia. La incorporación temprana al trabajo en el caso de España, donde el permiso de maternidad actual tiene una duración de 16 semanas, no cubriendo el periodo de seis meses recomendado por la OMS para la LME, la precariedad laboral y la falta de apoyo para poder extraerse la leche materna en condiciones de salubridad durante la jornada laboral, afectan negativamente. </p>
<p>Las matronas no logran encontrar factores facilitadores a nivel laboral, sino que destacan que son las propias mujeres quienes gracias a su esfuerzo, motivación y, en algunos casos, renuncias encuentran la manera de conciliar lactancia y trabajo.</p>
<h2>No solo depende de las madres</h2>
<p>El conocimiento de los factores que influyen en la lactancia exclusiva indica que su éxito o fracaso no depende únicamente de las madres, sino que debe abordarse a diferentes niveles como son el individual, el relacional, el comunitario y el laboral. </p>
<p>De manera concreta es posible concluir que se hace fundamental establecer cambios en los permisos de maternidad, que fueron modificados por última vez en el año 1989, aumentándolos o por lo menos igualándolos con el periodo de lactancia materna exclusiva que recomienda la OMS, es decir seis meses. </p>
<p>Así, también es fundamental seguir avanzando en mejorar los permisos de paternidad en la línea de una nueva concepción de la crianza en la que los padres han de ser también cuidadores principales de sus hijos e hijas, lo que se ha visto con un factor protector de la LME. </p>
<p>Finalmente hacer hincapié en la necesidad de potenciar la formación y las intervenciones desarrolladas por las y los profesionales sanitarios en materia de lactancia materna. En el caso de España es un objetivo social necesario el mejorar las tasas de éxito de la lactancia materna exclusiva, para alcanzar, al menos, ese 50 % marcado por la OMS.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163229/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>La investigación de Laura Otero García sobre lactancia materna ha contado con la aprobación del Comité de Ética de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Gerencia de Atención Primaria de Tenerife. Financiada por la Fundación Canaria Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias (FIISC) con CIF: G76208396, Las Palmas de Gran Canaria, Islas Canarias. España.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span> La investigación de Seila Llorente Pulido sobre lactancia materna ha contado con la aprobación del Comité de Ética de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Gerencia de Atención Primaria de Tenerife. Financiada por la Fundación Canaria Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias (FIISC) con CIF: G76208396, Las Palmas de Gran Canaria, Islas Canarias. España.</span></em></p>Existen multitud de factores que influyen en la lactancia materna exclusiva desde una perspectiva biológica, psicológica y social de las mujeres. Una investigacion ahonda sobre ellos y sobre las circunstancias externas que obligan a muchas madres a no dar el pecho a sus bebés.Laura Otero García, Profesora contratada doctora en Enfermería Profesora Contratada Doctora. Departamento de Enfermería. Facultad de Medicina. Investigadora CIBERESP-ISCIII., Universidad Autónoma de MadridSeila Llorente Pulido, Doctoranda en el programa de doctorado en Epidemiología y Salud Pública, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1596962021-05-25T19:12:50Z2021-05-25T19:12:50ZLa paradoja de tener hijos a la edad en que nuestras madres eran casi abuelas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/402387/original/file-20210524-23-1fc19dt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C16%2C5643%2C3702&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/overhead-view-couple-pregnant-woman-looking-1962853618">Shutterstock / Monkey Business Images</a></span></figcaption></figure><p>Una de las consecuencias de la pandemia parece ser una disminución de la natalidad. Según <a href="https://www.ine.es/prensa/experimental_emn.pdf">datos del Instituto Nacional de Estadística</a>, durante el pasado año 2020 en España se produjo un descenso en el número de nacimientos. Dicho descenso alcanzó un 20 % en relación a las cifras del 2019.</p>
<p>La bajada de la natalidad suele producirse en condiciones de inestabilidad social. Actualmente, la situación de crisis económica producida por la pandemia alcanza a las personas a través de la inestabilidad laboral, pérdida del empleo y precariedad económica. Ante este panorama, no es de extrañar que las parejas se replanteen si es el momento adecuado de ser padres y madres.</p>
<p>En condiciones de “no pandemia”, las sociedades occidentales contemporáneas se caracterizan por tener un estilo de vida enmarcado en la inmediatez y el cambio continuo. Estas características generan inseguridad en las personas, acompañada de una sensación de riesgo e inestabilidad que combaten mediante la planificación de sus trayectorias vitales, en un intento de alcanzar seguridad.</p>
<p>En los planes de vida la reproducción es una decisión vital, previamente orientada a llevarla a cabo en las condiciones adecuadas y el momento idóneo, intentando de este modo garantizar el mayor bienestar posible a la descendencia. De acuerdo con esta premisa, <a href="https://www.ine.es/prensa/ef_2018_a.pdf">las mujeres deciden ser madres en función de dos parámetros</a>: la estabilidad laboral y la estabilidad económica.</p>
<h2>Formación académica y trabajo</h2>
<p>En la mayoría de los casos, estas condiciones se alcanzan a través de una adecuada formación académica y la obtención de un puesto laboral lo más permanente posible, así como bien remunerado. Evidentemente, cumplir estos requisitos tiene como consecuencia un retraso en la edad de maternidad. </p>
<p>Según <a href="https://www.ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=1581&L=0">datos del INE</a>, en España en el año 2000 la edad media de la mujer en su primer embarazo era de 30,7 años, mientras que en 2019 se incrementó hasta 32,25 años.</p>
<p>Las mujeres retrasan su primer embarazo porque consideran
que <a href="https://www.gacetasanitaria.org/es-pdf-13061991">el ejercicio de una maternidad responsable</a> empieza por una adecuada planificación que garantice el bienestar familiar a través de la estabilidad laboral y económica. </p>
<p>La etapa fértil de la mujer abarca aproximadamente de los 12 a los 50 años. Durante este tiempo, su capacidad reproductora varía en función del número de folículos ováricos y ovocitos disponibles, cuya calidad va disminuyendo con la edad afectando a su expresión genética. Es decir, la capacidad reproductiva disminuye con la edad dando lugar a <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/j.1728-4457.2013.00552.x">una paradoja</a>: se retrasa la maternidad para mejorarla, pero este retraso la dificulta. </p>
<h2>La angustia en la mujer</h2>
<p>En los años 70 del siglo XX aparece la idea del “reloj biológico” –condicionamiento biológico de la mujer a ser madre cuando es joven–. La base científica sobre la que se asienta este concepto pone de manifiesto una ciencia androgénica que produce en la mujer sentimiento de angustia y culpa ante una decisión de <a href="https://icono14.net/ojs/index.php/icono14/article/view/224/101">llevar a cabo una maternidad tardía</a>. </p>
<p>El mensaje del reloj orienta hacia una maternidad en la juventud, sin embargo, desde una perspectiva feminista, esta idea es considerada como un vestigio del dominio masculino, con la intención de resucitar la condición natural de la mujer para la reproducción.</p>
<p>La realidad es que también el varón dispone del “reloj biológico”. A partir de los 35 años disminuye la cantidad y calidad de su esperma. Sin embargo, mientras que socialmente se le sigue adjudicando a la mujer un tiempo finito para la reproducción, se continua fomentando la idea de que el varón puede procrear indefinidamente.</p>
<p>La ausencia de datos en relación a la edad del padre corrobora los sesgos de género en la recopilación de información. Las estadísticas ofrecen información materna, pero apenas se recogen sobre los padres. </p>
<p>La maternidad tardía, aunque sería más correcto hablar de la parentalidad tardía, obliga a recurrir a las técnicas de reproducción asistida en muchas ocasiones. En 2018, el 9 % de los nacimientos en España fueron posibles gracias a estas técnicas, <a href="https://www.mscbs.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=5067">cuyo uso se ha ido incrementando, desde que comenzó a registrarse en 2014</a>, en un 28 %.</p>
<h2>Una ideología patriarcal aún vigente</h2>
<p>La maternidad tardía es una manifestación de la ideología patriarcal todavía vigente. El peso de la crianza recae en mayor medida en la mujer, reminiscencia de la construcción social de la maternidad propia del patriarcado. </p>
<p>Esta responsabilidad de primera cuidadora y la falta de medidas de conciliación familiar dirigen a la mujer hacia ese retraso de la maternidad con la intención de garantizar una crianza enmarcada en el bienestar. No hay que olvidar que la maternidad no es únicamente un proceso biológico, sino que implica una construcción sociocultural que condiciona a las mujeres.</p>
<p>El perfil de madre que impera actualmente procede del patriarcado tradicional y aunque ha ido adaptándose conforme a los logros alcanzados por las mujeres, se trata de cambios superficiales que permiten mantener la estructura central del eje mujer/cuidado/crianza.</p>
<p>Es necesario llevar a cabo una profunda reflexión que permita la reestructuración de la parentalidad en donde los roles parentales sean más igualitarios y la corresponsabilidad sea un hecho.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/159696/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Cándida Alamillos Guardiola no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La capacidad reproductiva de la mujer (y también del hombre) disminuye con el paso del tiempo y es precisamente entonces cuando suele mejorar la estabilidad laboral y la económica de las personas. En 2018, el 9 % de los nacimientos en España fueron posibles gracias a las técnicas de reproducción asistida.María Cándida Alamillos Guardiola, Profesora de Enfermería y Fisioterapia, Universitat de les Illes BalearsLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1557222021-04-05T19:31:01Z2021-04-05T19:31:01ZLa evolución de los motivos para retrasar la maternidad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/389361/original/file-20210313-17-1mfbywu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C4966%2C3318&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/womens-hands-while-waiting-result-your-1687408990">Shutterstock / AMJ Fotografia</a></span></figcaption></figure><p>El retraso a la hora de tener hijos es uno de los principales factores cuando explicamos la ya <a href="https://theconversation.com/drafts/155722/edit#">conocida</a>
baja natalidad en España. Un aplazamiento planificado, pues las mujeres de forma consciente retrasan el momento de tener hijos aduciendo en una alta proporción razones laborales, económicas o de conciliación (<a href="https://www.ine.es/prensa/ef_2018_d.pdf">INE, 2018</a>). </p>
<p>Y qué pasa con las mujeres que llegan al final de sus años fértiles sin tener hijos. ¿Cuáles son sus razones para no tener hijos? ¿Quieren tenerlos? ¿Están esperando a Godot?</p>
<p><strong>Situación respecto a la maternidad por años cumplidos</strong></p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/389357/original/file-20210313-22-y24jul.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fuente: Encuesta de fecundidad 2018 (INE). Elaboración propia a partir de microdatos.</span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿Qué motivos hacen que la decisión se aplace?</h2>
<p>Lo cierto es que la edad va perfilando y variando los motivos y argumentos por los que no se tienen hijos. </p>
<p><strong>Mujeres que no han tenido hijos. Porcentaje del grupo de edad, tamaño de la
muestra y error muestral a 2 sigmas</strong></p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=195&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=195&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=195&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=245&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=245&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/393393/original/file-20210405-13-1pve81u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=245&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fuente: Encuesta de Fecundidad 2018 (INE). Elaboración propia a partir de microdatos. (1) Todos los porcentajes ponderados.</span>
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<p>Por una parte, existe la extendida percepción de que antes de los 30 se es “demasiado joven”. Sorprendentemente, este también es un motivo de peso para el 20,1% de las mujeres de entre 30 y 34 años. Parece que la edad media para ser madre por primera vez no volverá a las edades convenientes, biológicamente hablando. </p>
<p>Además y en gran medida, la maternidad sigue siendo un proyecto en pareja. Es a partir de los 30 años, aproximadamente, cuando esta razón (“No he tenido una pareja o esta no era adecuada”) comienza a adquirir peso en la decisión. El 28,9% de las mujeres entre 35 y 39 años, las que se encuentran en el momento más crítico de la toma de esta decisión, la señalan. </p>
<p>Por último, como ya adelantaba el Instituto Nacional de Estadística, son las razones laborales y económicas las que marcan la gran diferencia. De hecho, estas son señaladas por el 90,5% de las mujeres de entre 30 y 34 años que no han tenido hijos. También por el 84,5% de las de entre 35 y 39 años. </p>
<p>Las mayores de 39 años, en época decisiva y límite para el embarazo, muestran un claro trasvase en la construcción del argumentario de motivos. En el siguiente gráfico los porcentajes se muestran sobre el total de los motivos, no sobre el de mujeres. </p>
<p><strong>Motivos (agrupados) por los que las mujeres no han tenido hijos. Porcentaje por grupos de edad.</strong></p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=483&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=483&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/389356/original/file-20210313-20-1iqea75.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=483&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fuente: Encuesta de Fecundidad 2018 (INE). Elaboración propia a partir de microdatos.</span>
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</figure>
<p>A partir de este momento, las dificultades de salud sustituyen progresivamente a las razones laborales y económicas como causa del aplazamiento del momento de ser madre. Sobre todo, al conjunto de justificaciones que podríamos considerar puramente volitivas. </p>
<p>Las razones de salud tienen un peso mínimo entre las 895 mujeres sin hijos en sus primeros 30 (solo un 1,2% las señala). Por su parte, en las mayores de 44 la proporción sube al 16,7% de las 1.069 de la muestra. </p>
<p>Es importante señalar el tamaño de las submuestras de edad. En los grupos intermedios las submuestras son menores y se podría achacar a eso -aumenta la proporción porque van quedando las mujeres que sí tenían problemas físicos para tener hijos-. </p>
<p>Sin embargo, por la congruencia de la evolución parece más acertada la hipótesis de que las dificultades para quedar embarazada o llevar la gestación a término aumentan con la edad. En otras palabras, cuando sí deseaban, podían o intentaron tener hijos fue demasiado tarde. Es entonces cuando aparecieron los problemas físicos.</p>
<p>Donde el trasvase de motivos es mayor es en los de tipo volitivo. Estos aumentan de un 15,3% en edades jóvenes a un 28,7% a partir de los 45 años. Una dinámica en la que parece que los deseos se están adaptando a las propias posibilidades físicas. Por ejemplo la afirmación “no quiero ser madre o aún no quiero”. Podemos suponer que en las edades jóvenes sencillamente se está posponiendo la decisión. ¿También en los años centrales de la treintena? </p>
<p>Si entendemos que no ha habido ningún cambio generacional decisivo respecto a la maternidad en las mujeres de entre 30 y 45 años, como es el caso, la única explicación es que a medida que la posibilidad física se aleja, la construcción subjetiva de los motivos cambia, adaptándose a las condiciones objetivas. Una explicación congruente con la evolución al alza del motivo de que “No me gusta el modelo de sociedad actual para un niño”. </p>
<p><strong>Motivos por los que no han tenido hijos. Porcentaje por grupos de edad</strong></p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=470&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=470&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=470&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=591&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=591&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/393392/original/file-20210405-13-kxjzu6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=591&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fuente: Encuesta de Fecundidad 2018 (INE). Elaboración propia a partir de microdatos.</span>
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</figure>
<h2>Consecuencias del retraso en la edad para ser madre</h2>
<p>La conclusión es que el retraso del momento de tener hijos entraña consecuencias. </p>
<p>No solo <a href="https://theconversation.com/necesitamos-mas-ninos-109347">demográficas</a>: si la media de edad al primer hijo se sitúa ya por encima de los 32 años, es probable que el segundo no se tenga. Además, no da tiempo a tener el tercero, una situación tan anómala que se considera “familia numerosa”. </p>
<p>O médicas. Al fin y al cabo, aumentan tanto las cesáreas y los problemas asociados al parto como la industria de la fecundidad asistida, con <a href="https://theconversation.com/cual-es-la-mejor-edad-para-tener-hijos-107260">riesgos para el neonato</a>. </p>
<p>O, por supuesto serias consecuencias sociales. El decrecimiento vegetativo hace necesaria la <a href="https://theconversation.com/natalidad-y-migraciones-grandes-retos-demograficos-de-nuestras-sociedades-110075">inmigración</a> y el <a href="https://theconversation.com/nuevo-pacto-de-toledo-arranca-la-reforma-de-las-pensiones-148789">reequilibrio del sistema público de la Seguridad Social</a>. </p>
<p>Una consecuencia que no podemos dejar de lado se refiere a la propia vida de las mujeres (y de los hombres): el deseo de ser madres y en qué grado nuestra actual organización social lo dificulta. </p>
<p>La idea de que la “ventana” de la maternidad se circunscribe a la treintena, el hecho de que las circunstancias laborales no faciliten (o incluso impidan) tomar la decisión, que el propio retraso dificulte la fecundidad, todo ello unido consigue que se vaya asumiendo la no-maternidad como un deseo propio. Recuerda el “están verdes, dijo la zorra a las uvas” donde nos acomodamos a los resultados de un conjunto de decisiones, muchas de las cuales nos vienen dadas. </p>
<p>La vida misma, vamos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/155722/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Ibáñez Pascual no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Casi un 20% de mujeres en España no va a tener hijos. Los motivos que esgrimen cambian con la edad, dependiendo de unas circunstancias relacionadas las facilidades sociales que se les van brindando.Marta Ibáñez Pascual, Profesora, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1559682021-03-07T20:50:46Z2021-03-07T20:50:46Z¿Es mejor que los bebés duerman solos o acompañados?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/387850/original/file-20210304-19-g8zf80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=51%2C0%2C5760%2C3828&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cosleeping-infants-millennial-mother-embracing-her-1557932213">Shutterstock / Prostock-studio</a></span></figcaption></figure><p>El <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3420018/">colecho</a> es la circunstancia en la que <a href="http://www.uppitysciencechick.com/CL_1-1_infant_sleep_location.pdf">el bebé duerme en la misma superficie que la madre</a>, lo que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21053702/">favorece la lactancia materna</a>. El <a href="https://www.jscimedcentral.com/Obstetrics/obstetrics-2-1021.pdf">copecho</a>, por otro lado, se refiere a amamantar durante el colecho. </p>
<p>Hoy en día existe mucha controversia sobre los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19827919/">peligros que conlleva dormir con el bebé</a>. Entre ellos, una posible asfixia, aplastamiento o muerte súbita. </p>
<p>Sin embargo, la lactancia materna <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21669892/">protege</a> de la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19254976/">muerte súbita del lactante</a>. Y no solo eso, sino que el riesgo de que esta suceda <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/14738790/">se relaciona</a> con que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/8531589/">duerma solo</a> los primeros meses de vida y no al contrario.</p>
<h2>El colecho, hace años, habría sido un debate impensable</h2>
<p>Si nos remontamos a la prehistoria, este no sería tema de debate ni controversia. Es más, en toda la historia de la humanidad, desde hace cinco millones de años, ha existido el colecho. ¿Alguien se puede imaginar a un bebé recién nacido o de pocos meses durmiendo solo, en una cueva distinta a la de sus padres? Los lobos u otros depredadores habrían acabado con él. </p>
<p>Los bebés de aquella época <a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/3885870">dormían arropados junto a la madre</a>, protegidos por ella y por su padre. Así, permanecían calientes y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10835088/">tomaban el pecho cuando ellos lo necesitaban</a>. </p>
<p>De hecho, hoy en día el colecho es algo indiscutible en países africanos y asiáticos como la India (72%). En <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10582925/">Europa</a>, sin embargo, es menos común (inferior al 10%).</p>
<h2>No se trata de una recomendación universal</h2>
<p>Es cierto que <a href="https://www.aeped.es/sites/default/files/1-colecho_unicef.pdf">existen circunstancias en las que no se recomienda dormir junto al bebé</a>. Por ejemplo, cuando se hace en el sillón, por el riesgo de caída o aplastamiento debido a la falta de espacio. Tampoco en caso de padres fumadores o que ingieran sedantes, drogas o alcohol. Por último, no es apropiado hacerlo con niños prematuros o de bajo peso. </p>
<h2>Beneficios de dormir junto al bebé</h2>
<p>Cuando se practica colecho, el bebé duerme con la madre. Esta lo mantiene caliente, muy importante en recién nacidos, a quienes les cuesta regular la temperatura corporal. </p>
<p>En esta situación, si el bebé pide pecho, se le da. La madre, a veces, es consciente de ello. Otras no lo es. Lo mismo ocurre con el bebé, que consigue mamar al mismo tiempo que dormir. </p>
<p><a href="http://www.uppitysciencechick.com/CL_1-1_infant_sleep_location.pdf">Los bebés que hacen colecho</a> se despiertan menos. Si lo hacen, se acoplan al pecho y apenas despiertan a la madre. Esto beneficia el descanso de ambos. Además, para ella es mejor dar el pecho estirada que tener que incorporarse, por el peligro de dormirse y perder el control del bebé en brazos. </p>
<p>Hablando en primera persona, tras la experiencia de haber criado tres niñas, he de decir que el colecho fue crucial para establecer y mantener la lactancia materna durante años. </p>
<p>El hecho de compartir la cama fue doblemente beneficioso: mientras el bebé mama, se entra en un estado de seminconsciencia. Durante este, tu sexto sentido te mantiene alerta evitando que puedas aplastar al bebé, al mismo tiempo que te permite “descansar”. </p>
<p>El pequeño, al olerte y saber que estás cerca de él, está tranquilo, sosegado. Esto <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31655427/">facilita que, si se despierta, se vuelva a dormir</a>; o que si tiene sed o hambre, mame cuando le apetezca. </p>
<p>Además, confía en que la madre está, en que no se irá. Por lo tanto, permanecerá tranquilo cuando comience a dormir en su propia cuna. Porque sí: llegará el momento en que ambos necesiten su propio espacio. ¡Ningún bebé cumple 10 años durmiendo en la cama de los padres! </p>
<p>Todo a su tiempo. Hay que disfrutar cada minuto del vínculo afectivo que ofrece el colecho. </p>
<p>Los bebés <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11881756/">necesitan contacto físico</a> para su desarrollo emocional, psicológico y cognitivo. Si esto se considera y acepta durante horas diurnas, ¿por qué se cuestiona durante las nocturnas? </p>
<p>Tanto el sistema nervioso como el sensorial evolucionan con el colecho y copecho (<a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26295452/">la leche materna</a> participa en el <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/BF00844721">desarrollo del sistema nervioso central</a>). </p>
<p>El colecho es una experiencia rica en sensaciones. Existe una estimulación del cuerpo del bebé, al cambiar de posición a menudo para alimentarse. Este es arropado, movido para cambiarle el pañal en la misma cama o acariciado hasta caer los dos en las manos de Morfeo. </p>
<p>Se ha visto que el hecho de que haya un contacto físico entre el bebé y la madre facilita que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/8506461/">se sincronicen sus frecuencias respiratorias y temperaturas corporales</a>. Incluso las fases del sueño profundo. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/387849/original/file-20210304-23-76bq09.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/387849/original/file-20210304-23-76bq09.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/387849/original/file-20210304-23-76bq09.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/387849/original/file-20210304-23-76bq09.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/387849/original/file-20210304-23-76bq09.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/387849/original/file-20210304-23-76bq09.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/387849/original/file-20210304-23-76bq09.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/tired-sleepy-parents-582911749">Shutterstock / Oksana Shufrych</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Beneficios para la madre</h2>
<p>Además de para el bebé, el colecho también tiene beneficios para la madre. </p>
<p>El hecho de estar en contacto físico continuo hace que ella (o el padre), monitorice el estado físico del bebé más a menudo que si lo tuviera durmiendo en una cuna aparte. Mientras que la madre se despierta once veces de media en colecho, lo hace solo cuatro separados. Así, se cambia el pañal más a menudo al pequeño y se le coloca la ropa más frecuentemente. </p>
<p>Hay estudios que demuestran que el colecho incluso ha llegado a salvar la vida del bebé. Al estar físicamente más cerca, se ha podido detectar un posible riesgo de asfixia, reacción alérgica, episodio de asma, apnea, atragantamiento, etc. Situaciones que, si se dan en el bebé que duerme aparte, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/icd.525">pueden no ser tratadas a tiempo</a>.</p>
<p>La pregunta que debemos hacernos no es si el colecho es peligroso, sino qué ventajas tiene que el bebé duerma separado. Si nuestros antecesores lo hubieran hecho, quizás ahora no lo estaríamos contando.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/155968/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pepita Giménez Bonafé no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Lejos de suponer un peligro para el recién nacido, compartir la misma superficie al dormir y alimentarle aprovechando las circunstancias tienen múltiples beneficios tanto para el pequeño como para su madre.Pepita Giménez Bonafé, Profesora Agregada, Unitat Fisiologia, Departamento Ciències Fisiològiques, Facultat Medicina i Ciències de la Salut, Campus de Bellvitge, Universitat de Barcelona, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1535142021-02-05T21:04:55Z2021-02-05T21:04:55Z¿Por qué la gente tiene más hijos en el norte de Europa que en el sur?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/382710/original/file-20210205-23-ak2puy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C0%2C5988%2C3998&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La fecundidad es generalmente alta en el norte de Europa y baja en el sur de Europa.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/fr-fr/photo/famille-de-quatre-marchant-dans-la-rue-2253879/">Pexels / Emma Bauso</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>En <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/fr/data/database">Europa</a>, cada mujer da a luz a 1,6 hijos en promedio. Sin embargo, este promedio oculta variaciones considerables de un país a otro. Las mujeres en España, con 1,26 hijos de media, se encuentran entre las menos fecundas de Europa, mientras que las de Francia, con 1,84 hijos, se encuentran en el extremo superior del espectro. Pero, ¿cómo varía la fecundidad dentro de Europa y qué explica estas diferencias entre países?</p>
<h2>Alta fecundidad en el norte de Europa, baja en el sur</h2>
<p>La fecundidad es generalmente alta en el norte de Europa y baja en el sur (Figura 1). Esta división norte-sur ya era visible hace dos o tres décadas (figura 2), lo que sugiere que se debe a mecanismos profundamente arraigados y no a factores económicos.</p>
<p>Uno de los primeros mecanismos son las políticas familiares, presentes en todos los países europeos. Estas políticas tienen como objetivo ayudar a las familias con niños y permitir que los padres (en particular las madres) trabajen, ya sea a través de subvenciones, permiso parental después del parto y servicios de cuidado para niños pequeños.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/382712/original/file-20210205-23-tit5ra.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/382712/original/file-20210205-23-tit5ra.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/382712/original/file-20210205-23-tit5ra.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=445&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/382712/original/file-20210205-23-tit5ra.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=445&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/382712/original/file-20210205-23-tit5ra.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=445&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/382712/original/file-20210205-23-tit5ra.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=559&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/382712/original/file-20210205-23-tit5ra.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=559&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/382712/original/file-20210205-23-tit5ra.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=559&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Variaciones en la tasa global de fecundidad en Europa (2018).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaborado por Gilles Pison, 2020</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/382713/original/file-20210205-19-18ieu47.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/382713/original/file-20210205-19-18ieu47.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/382713/original/file-20210205-19-18ieu47.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1268&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/382713/original/file-20210205-19-18ieu47.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1268&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/382713/original/file-20210205-19-18ieu47.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1268&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/382713/original/file-20210205-19-18ieu47.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1593&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/382713/original/file-20210205-19-18ieu47.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1593&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/382713/original/file-20210205-19-18ieu47.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1593&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Tasas global de fecundidad en los 28 países de la Unión Europea en 2000 y 2018.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaborado por G. Pison, 2020</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Sin embargo, la inversión en servicios y financiación varía entre países, representando alrededor del 1,5% del PIB total en 2015 en los países del sur de Europa y más del doble en los del norte, alrededor del 3,5%.</p>
<p>Los gastos asociados con los permisos de paternidad o maternidad son mucho más altos en los países del norte, no tanto por la duración de la licencia, la cual puede ser larga en los países del sur, sino por el monto de la paga, que es significativamente menor en el sur que en el norte. </p>
<p>La oferta de servicios formales de cuidado infantil también está mucho más desarrollada en el norte, y la proporción de niños pequeños atendidos por personas que no son familia ni parientes es mucho mayor.</p>
<h2>¿Serían natalistas los países nórdicos?</h2>
<p>¿El importante apoyo brindado a las familias en los países del norte significa que estas últimas sean más propensas a traer hijos al mundo? En el caso de estos países, las políticas familiares no pretenden incrementar el número de nacimientos, sino permitir a los padres conciliar trabajo y familia.</p>
<p>Estos países buscan en particular promover el trabajo de las mujeres. Las tasas de participación de las mujeres en la fuerza laboral en dichos países pueden ser las más altas de Europa, o incluso del mundo, pero siguen siendo más bajas que las de los hombres. Las políticas de Estado tienen como objetivo reducir estas brechas y, en última instancia, lograr la igualdad de género en el mercado laboral.</p>
<p>Hasta hace unas décadas estaba muy extendida la idea de que las mujeres tenían que quedarse en casa para poder tener más hijos. Sin embargo, es en los países donde las mujeres trabajan más donde tienen más hijos. Las tasas de empleo femenino son más altas en el norte de Europa y más bajas en el sur, y es en el norte donde las mujeres tienen más hijos, y no al revés.</p>
<h2>Desigualdades entre hombres y mujeres: menos marcadas en el norte que en el sur</h2>
<p>En general, lo que parece relevante es la situación de la mujer en relación con el hombre. Y es más desfavorable en el sur: las desigualdades entre hombres y mujeres son más marcadas tanto en el ámbito laboral como en el privado. Por ejemplo, el reparto de tareas entre parejas es menor.</p>
<p>Sin guardería, es imposible que ambos padres trabajen, y uno de ellos debe dejar de hacerlo. Los hombres no se plantean cuidar a su recién nacido más allá de unos pocos días, y las mujeres no quieren una vida de ama de casa como la de sus madres o abuelas; además, las parejas necesitan mantener dos ingresos para mantener su nivel de vida.</p>
<p>Esto es cierto tanto en Europa como en muchos otros países. Por tanto, las parejas retrasan la llegada de un hijo si no pueden conciliar el trabajo y la familia. Al posponer el momento de tener hijos, algunas parejas finalmente se dan por vencidas.</p>
<p>Las políticas familiares en los países del norte de Europa no tienen como objetivo apoyar la fecundidad, como se mencionó anteriormente. Más bien, su fecundidad relativamente alta es una de las consecuencias indirectas, no necesariamente intencionadas inicialmente, de las políticas destinadas a promover la igualdad entre mujeres y hombres.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1114&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1114&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1114&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1400&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1400&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/382711/original/file-20210205-21-1e76c6w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1400&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Cambios en la tasa total de fecundidad desde el año 2000 en algunos países europeos y en Estados Unidos.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaborado por Gilles Pison, 2020</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>La crisis financiera de 2007-2008 y la disminución de la fecundidad</h2>
<p>La fecundidad se ha mantenido relativamente alta en los países del norte de Europa durante las últimas tres décadas, pero el indicador de fecundidad ha fluctuado. Fue en aumento a principios de la década del año 2000, luego la tendencia se revirtió y el indicador cayó drásticamente después del 2008 (gráfico 3). Esta reversión está vinculada a la crisis financiera de 2007-2008.</p>
<p>La recesión económica y el aumento del desempleo como resultado de la crisis hicieron que el futuro fuera más incierto. Algunas parejas pospusieron sus planes de tener hijos con la esperanza de que llegarían días mejores.</p>
<p>La disminución de la tasa global de fecundidad (TGF) en los últimos años ha variado según los países. En los Estados Unidos, entre el inicio de la crisis en el 2007 y el 2018, la TGF cayó un 23%, de 2,12 hijos por mujer a solo 1,73 (gráfico 3). En el Reino Unido, pasó de 1,96 en el 2008 a 1,68 en el 2018, una caída del 17%. Si bien Francia no es una excepción, la disminución fue menor, menos del 8% entre 2008 y 2018, y comenzó más tarde, ya que los efectos de la recesión económica afectaron al país más lentamente. El impacto de la crisis y los efectos del desempleo probablemente se vieron atenuados por las generosas políticas sociales y familiares en Francia.</p>
<p>La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 será una oportunidad para verificar una vez más el papel amortiguador de las políticas familiares. De hecho, la pandemia y la crisis económica resultante pueden conducir a una disminución de los nacimientos y de la TGF. Si es así, ¿el descenso en Europa será uniforme o más pronunciado en los países que ya tienen la fecundidad más baja? La respuesta llegará en unos meses, cuando nazcan los niños concebidos durante la crisis.</p>
<hr>
<p><em>Este texto es una adaptación de un artículo publicado por el autor en Population & Societies, no. 575, “<a href="https://www.cairn.info/revue-population-et-societes-2020-3-page-1.htm">France: la fécondité la plus élevée d’Europe</a>” , marzo de 2020.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/153514/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gilles Pison a reçu des financements de l'Agence nationale de la recherche française et des National Institutes of Health américains.</span></em></p>La fecundidad es mayor en el norte de Europa que en el sur. Para entenderlo, analizamos las políticas de familia e igualdad y el contexto económico.Gilles Pison, Anthropologue et démographe, professeur au Muséum national d'histoire naturelle et chercheur associé à l'INED, Muséum national d’histoire naturelle (MNHN)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1525742021-01-31T19:57:30Z2021-01-31T19:57:30ZViolencia obstétrica: cómo afrontar la asistencia al parto para evitar malas experiencias<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/380942/original/file-20210127-13-1lanh9w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5455%2C3628&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/newborn-baby-mother-father-hospital-child-667675018">Shutterstock / LittleDogKorat</a></span></figcaption></figure><p>Dar a luz. ¿Quién no ha oído alguna vez un relato sobre un parto?</p>
<p>Ya sea del suyo propio, de su hija, de una amiga… Se trata de un hecho común y cotidiano en los centros sanitarios del todo el mundo. Afortunadamente, la mayoría de las veces tiene un resultado positivo. Sin embargo, no siempre recibe la consideración que merece. </p>
<p>En los últimos tiempos, esa valoración ya no se basa únicamente en parámetros como la mortalidad materna o neonatal. También se empieza a tener en cuenta la <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/272435">satisfacción y la percepción de la experiencia que la mujer ha tenido del proceso</a>. </p>
<p>De hecho, esta sensación puede marcar el devenir cotidiano de la madre. No solo en lo relacionado con la maternidad presente y futura, también con los diferentes aspectos de la vida diaria: relaciones de pareja, <a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/8/3/324">sociales, progresión laboral, etc</a>. </p>
<h2>¿Cuál es la tendencia en la asistencia al parto?</h2>
<p>Consciente del marcado carácter intervencionista que se había instaurado en la asistencia al parto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció unas normas. El objetivo fue prestar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/2863457/">una atención al parto con la tecnología adecuada y las intervenciones mínimas y necesarias</a>. </p>
<p>En este nuevo contexto, se generó un debate con la participación de las <a href="https://www.federacion-matronas.org/wp-content/uploads/2018/01/iniciativa-al-parto-normal.pdf">matronas</a>, las <a href="https://sego.es/">sociedades científicas,</a> y las <a href="https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/guiaPracClinPartoCompleta.pdf">administraciones</a> <a href="https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/InformeFinalEAPN_revision8marzo2015.pdf">sanitarias </a>. Por supuesto, también de la sociedad, en general, y las mujeres en particular. </p>
<p>Fruto <a href="https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/InformeFinalEAPN_revision8marzo2015.pdf">de ello</a> se creó una serie de <a href="https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/guiaPracClinPartoCompleta.pdf">planes</a> y <a href="https://www.elpartoesnuestro.es/">asociaciones de mujeres</a> en torno a la asistencia al parto. La idea era prestar atención humanizada, centrada en la mujer, buscando su empoderamiento y papel protagonista.</p>
<p>A pesar de ello, parece que la implantación en la práctica diaria no ha alcanzado el nivel esperado. Tampoco la mujer desempeña el rol que le correspondería. </p>
<h2>¿Qué es la violencia obstétrica?</h2>
<p>Dado este contexto, en 2014, la OMS lanzó la declaración para la <a href="https://www.who.int/reproductivehealth/topics/maternal_perinatal/statement-childbirth/es/"><em>Prevención y erradicación de la falta de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud</em></a>. </p>
<p>Derivado de la estrategia se acuño el término violencia obstétrica. No existe una definición concreta, unificada y estandarizada del concepto. Ahora bien, esto no ha impedido que se universalice su uso. </p>
<p>La violencia obstétrica puede ser de diferente tipo: física, verbal o psicoafectiva. Esta abarca muchas conductas y prácticas. En algunos países prefieren denominarla “trato inadecuado”, quizás por las connotaciones que supone la palabra violencia. </p>
<p>Entre los comportamientos que agrupa, se encuentra la realización de episiotomías (incisión en el periné durante el parto) innecesarias o sin informar a la mujer, o la presión en el fondo uterino o maniobra de Kristeller. También la reiteración de exploraciones vaginales por diferentes profesionales, el trato infantilizado, la discriminación, la vulneración del derecho a la intimidad y la prestación de poca atención y cuidados.</p>
<p>Estas son solo algunas de las muchas conductas que las mujeres perciben como violencia obstétrica. Se puede decir que el concepto engloba toda acción, conducta u omisión del derecho de la gestante en las que esta percibe un trato jerárquico o deshumanizador. Donde se medicaliza y patologiza un proceso fisiológico, como es el parto. </p>
<p>Esto repercute en su pérdida de autonomía y capacidad de libre decisión. Puede, incluso, llegar a afectar a su calidad de vida.</p>
<p>Hay estudios que apuntan que más de dos tercios de las mujeres que han dado a luz creen haber vivido alguna de estas situaciones. La magnitud del problema ha hecho que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33082123/">varios países de Iberoamérica hayan legislado al respecto, hasta el punto de incluirlo como un delito en su código penal</a>. </p>
<p>Vivir una situación de violencia obstétrica, tal y como ya se ha dicho, no solo afectará a la experiencia que tiene la mujer de su parto o a la calidad de vida de esta a corto, medio y largo plazo. También se ha identificado como un factor de riesgo para desarrollar patología mental, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30954482/">como es el trastorno de estrés postraumático posparto y las consecuencias derivadas</a>. </p>
<h2>¿Qué se puede hacer?</h2>
<p>En primer lugar, es importante sensibilizar a los profesionales sanitarios, fundamentales para la erradicación de esta violencia. Ellos son quienes deben decidir cómo actuar en pro de la salud de la madre y del bebe. </p>
<p>Por ello, hay que hacerles conscientes de la necesidad y obligación de informar a la mujer, de actuar en base a la evidencia científica y de tener en cuenta sus preferencias, siempre que sea posible. </p>
<p>En segundo lugar, mejorar el contacto entre los profesionales y las mujeres. Es necesario que exista una comunicación bidireccional durante todo el proceso. Para ello, hay que fomentarla desde un enfoque cercano. </p>
<p>En este sentido, existen diversos recursos que pueden evitar que la mujer perciba una situación de violencia obstétrica. </p>
<h2>¿Por qué es importante el acceso a información de calidad sobre el embarazo?</h2>
<p>Lo prioritario es que tenga información. Entre el resto de medidas, la implementación y generalización en el uso del plan de parto y la asistencia a las sesiones del programa de educación para la salud especifico del embarazo, parto y nacimiento. </p>
<p>En estas sesiones educativas, popularmente conocidas como educación maternal, se abordan temas sobre los derechos de las mujeres o las prácticas clínicas adecuadas en el parto. Se llevan a cabo en todos los centros de salud y son accesibles a todas las mujeres. </p>
<p>Gracias a estas iniciativas, las mujeres pueden ser conscientes de qué atención y cuidados son los más adecuados durante la asistencia al parto.</p>
<p>Disponer de información de calidad hará que sus expectativas se ajusten a la realidad. También que se descarten las que no son posibles, por poner en peligro tanto a la madre como al bebé. Esto sucede, por ejemplo, si se rechaza una cesárea cuando hay una indicación clínica clara, objetiva y justificada para llevarla a cabo. </p>
<p>Si sus expectativas no se cumplen, la mujer puede sentirse vulnerable, decepcionada, engañada. Percibe la situación como violencia obstétrica. De ahí la importancia de evitar las expectativas no realistas.</p>
<p>Continuando con el ejemplo de las cesáreas, no se debe dar a entender que una mujer puede solicitar tal intervención sin razón clínica que la justifique. Tampoco que el parto acabará de forma natural, sin lesión perineal, etc. La idealización del parto y todas los mitos que genera puede crear en las mujeres expectativas difíciles de cumplir.</p>
<p>Un plan de parto realista, basado en la información de calidad, como la que se ofrece en las clases de educación maternal, empodera a la mujer y la hace partícipe de forma activa en este proceso. Para conseguirlo, es importante tener en cuenta sus derechos en el parto y las practicas que son y no son adecuadas para su asistencia.</p>
<p>No se pretende reemplazar el papel del profesional sanitario durante el proceso. El objetivo es que se viva la maternidad de forma positiva. Conseguir que mujeres y niños estén sanos, satisfechos, felices y con las expectativas cumplidas. Aumentando, por otro lado, la calidad de vida de ellas y previniendo procesos patológicos. </p>
<p>En definitiva, promover la salud de las mujeres para conseguir una sociedad más igualitaria. Una sociedad en la que la mujer tenga la posición que le corresponde.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/152574/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La violencia obstétrica es una de las situaciones a las que se puede enfrentar una mujer que va a dar a luz. Para evitarla, es importante su acceso a información de calidad sobre el parto y la sensibilización de los profesionales sanitarios.Juan Miguel Martínez Galiano, Profesor, Universidad de JaénAntonio Hernández Martínez, Profesor Enfermería Maternal e Infantil. Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Terapia Ocupacional, Universidad de Castilla-La ManchaJulián Rodríguez Almagro, Profesor Ayudante Doctor. Grupo ICE., Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1521942021-01-13T19:44:14Z2021-01-13T19:44:14ZLa maternidad condiciona las posibilidades de promoción en la Universidad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/376764/original/file-20201229-49111-70kfqi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6361%2C4237&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/creative-people-doing-brainstorming-meeting-modern-555803599">Shutterstock / Juri Pozzi</a></span></figcaption></figure><p>En los últimos años y a nivel global ha surgido un debate sobre la inequidad de género en las instituciones de investigación. La causa es la baja representación y la menor posibilidad de las mujeres para progresar en su carrera profesional, en comparación con sus compañeros masculinos. </p>
<p>Un estudio llevado a cabo por la <a href="https://www.fecyt.es/es/publicacion/mujer-y-ciencia-la-situacion-de-las-mujeres-investigadoras-en-el-sistema-espanol-de">Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología</a> mostró que este lento crecimiento del número de mujeres en puestos académicos no se corresponde con la velocidad a la se gradúan y doctoran, siendo ellas la mayoría. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/376129/original/file-20201221-21-143958g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/376129/original/file-20201221-21-143958g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/376129/original/file-20201221-21-143958g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=238&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/376129/original/file-20201221-21-143958g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=238&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/376129/original/file-20201221-21-143958g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=238&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/376129/original/file-20201221-21-143958g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=299&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/376129/original/file-20201221-21-143958g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=299&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/376129/original/file-20201221-21-143958g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=299&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Porcentaje de mujeres y hombres en diferentes puestos en las universidades públicas españolas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://%20bit.ly/2uuolav">Puy Rodríguez, 2018</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El llamado <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Techo_de_cristal">techo de cristal</a> señala la dificultad que tienen las mujeres para tener representación en la toma de decisiones en el ámbito académico. </p>
<p>En este sentido, en 2018 ellas lideraban el 8% de los rectorados, un 41% de los vicerrectorados y un 29% de las decanaturas y direcciones de departamento en España.</p>
<h2>Equilibrio entre la vida personal y profesional</h2>
<p>¿Por qué ocurre esto? Una de las causas está relacionada con la conciliación laboral. </p>
<p>El trabajo en las universidades se desarrolla en un ambiente muy competitivo. Por una parte, es necesario realizar tareas de investigación como publicaciones científicas, asistencia a congresos, desarrollo de proyectos y trabajos de campo. Por otra, y en función de la posición, diversas tareas docentes y administrativas.</p>
<p>Pero, además, diferentes estudios demuestran que las mujeres son quienes realizan la mayoría de tareas del hogar y de los cuidados. Esto deriva en una tensión entre su vida profesional y personal, especialmente cuando son madres. Ambos escenarios ocasionan una presión en la conciliación. </p>
<h2>Sentimiento de culpa</h2>
<p>Una <a href="http://revistas.uned.es/index.php/educacionXX1/article/view/26714">encuesta realizada</a> a 80 profesoras e investigadoras de la Universidad de Murcia que habían sido madres en los últimos cinco años mostró que muchas de ellas habían retrasado su maternidad. El objetivo: seguir desarrollándose laboralmente en el ámbito académico. </p>
<p>Al dar a luz, sus hijos se convirtieron en su prioridad. Eso sí, la mayoría continuó en su puesto de trabajo más tiempo del estipulado por contrato o bien se llevó trabajo a casa. </p>
<p>Este hecho generó en ellas un sentimiento de culpa por no pasar más tiempo con sus hijos. Aun así, cuando lo hacían, la sensación se mantenía al pensar en todas las tareas pendientes para prosperar o consolidarse laboralmente. </p>
<h2>¿Influye la maternidad en la adquisición de méritos?</h2>
<p>Esta aflicción está relacionada con la percepción de que el desarrollo de la carrera profesional está condicionado por la maternidad. </p>
<p>Así, un 63% estaba totalmente de acuerdo en que la maternidad había repercutido en su currículum, haciéndolo menos competitivo que el de las compañeras sin hijos. La causa es que ellas se pudieron centrar más en la docencia que en la investigación. </p>
<p>Las encuestadas encontraban la mayor dificultad en la imposibilidad de realizar estancias en el extranjero. También en asistir a congresos nacionales o internacionales. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/376149/original/file-20201221-17-1wy8bfc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/376149/original/file-20201221-17-1wy8bfc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/376149/original/file-20201221-17-1wy8bfc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=254&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/376149/original/file-20201221-17-1wy8bfc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=254&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/376149/original/file-20201221-17-1wy8bfc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=254&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/376149/original/file-20201221-17-1wy8bfc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=319&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/376149/original/file-20201221-17-1wy8bfc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=319&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/376149/original/file-20201221-17-1wy8bfc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=319&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Principales handicaps encontrados por las encuestadas en relación con su maternidad, en porcentajes.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Gallardo 2021</span></span>
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</figure>
<p>Al disminuir la adquisición de méritos asociados a la investigación, las oportunidades de promocionar también se ralentizan. </p>
<p>Eso sí, algo más de la mitad de las madres encuestadas tenían una actitud positiva. Consideraban que, tarde o temprano, serían promocionadas a una posición mejor. También que, para ello, no sería necesario cambiar de lugar de trabajo. </p>
<h2>Posibles soluciones</h2>
<p>Estos hechos no solo ocurren en la Universidad de Murcia. En muchas ocasiones están relacionados con un trabajo autoimpuesto necesario para poder desarrollar un currículum acorde con los criterios de evaluación, tanto internos como externos. </p>
<p>La mayoría de las encuestadas apuntan a la dificultad de encontrar un equilibrio entre la maternidad y las exigencias de su trabajo. Se trata, además, de una situación que se ha agravado durante el <a href="https://www.ciencia.gob.es/portal/site/MICINN/menuitem.edc7f2029a2be27d7010721001432ea0/?vgnextoid=0eed17380dc05710VgnVCM1000001d04140aRCRD&vgnextchannel=4346846085f90210VgnVCM1000001034e20aRCRD">confinamiento</a> a raíz de la crisis sanitaria por covid-19. </p>
<p>Un primer reclamo sería la posibilidad de alargar la baja maternal (aun cuando muchas de las encuestadas continuaron trabajando durante su licencia). También una mayor colaboración en el cuidado de los hijos y en las tareas del hogar. </p>
<p>Otra reivindicación es la posibilidad de que la maternidad se tenga en cuenta a la hora de promocionar y de valorar los méritos, ya que consideran que no compiten en igualdad de condiciones. </p>
<p>A nivel global, se demanda luchar contra los estereotipos. Erradicar la imagen que tenemos desde niños de un científico (hombre) o la consideración de que somos menos válidas (el también llamado <a href="https://theconversation.com/por-que-las-mujeres-no-quieren-escribir-en-the-conversation-146333">síndrome de la impostora</a>), entre otros. </p>
<p>No hay que olvidar la toma de decisiones políticas. Por ejemplo, la posibilidad de extender el tiempo en determinadas convocatorias de proyectos o contratos a quienes hayan sido madres. Por otro lado, valorar los méritos curriculares teniendo en cuenta dicha maternidad, entendiéndola desde el embarazo, al nacimiento y a su posterior cuidado.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/152194/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Gallardo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Ser madre puede suponer una desventaja en el crecimiento profesional de las mujeres que trabajan en instituciones de investigación. Entre los reclamos para evitarlo se encuentran alargar la baja por maternidad y tener en cuenta esta condición a la hora de promocionar.Marta Gallardo, Investigadora postdoctoral, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1496602020-11-12T21:45:42Z2020-11-12T21:45:42ZMasculinidad flexible: ¿Están cambiando los modelos de paternidad?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/369154/original/file-20201112-15-1t18goq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3822%2C2630&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/father-toddler-child-wrapped-towel-bathroom-1115263358">Shutterstock / Halfpoint</a></span></figcaption></figure><p>El índice de igualdad español se encuentra <a href="https://eige.europa.eu/gender-equality-index/2020/ES">por encima de la media europea</a>, concretamente en una puntuación de 72 frente al 67,9, según el informe del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE) de 2020. Se trata de un buen dato, aunque todavía nos encontramos lejos de la situación de países como Dinamarca o Suecia.</p>
<p>El análisis de los datos referentes a la situación de la mujer en el ámbito público revela que, a pesar de que los resultados no son los esperados tras años de reivindicaciones y estrategias por la visibilización y el empoderamiento, tampoco debe interpretarse desde el pesimismo, ya que la posición de la mujer en las sociedades occidentales ha avanzado considerablemente.</p>
<p>Actualmente, las mujeres se encuentran presentes en áreas profesionales de todos los campos científicos, ocupan puestos de liderazgo político y empresarial, algo impensable hace apenas tres generaciones. Y aunque se debe continuar batallando por una igualdad real en la esfera pública, no hay que olvidar la otra cara de la moneda: la esfera privada.</p>
<p>En el ámbito privado las cifras apenas reflejan ningún cambio. En la intimidad del hogar continúan siendo las mujeres <a href="https://eige.europa.eu/gender-equality-index/2020/domain/time/ES">quienes se encargan mayoritariamente de las labores domésticas y del cuidado</a> de los demás miembros familiares.</p>
<p>La causa de esta situación es el mantenimiento de la estructura patriarcal tradicional donde la mujer asume el rol de “madre primera cuidadora” y el varón el de “padre proveedor”. </p>
<p>Este modelo de parentalidad está basado en la construcción biocéntrica de la maternidad desde una androgenia científica que utiliza como justificación los cambios biológicos femeninos que se producen con <a href="https://www.aacademica.org/mercedes.de.grado/3.pdf">la gestación, el alumbramiento y el postparto</a>. </p>
<h2>La mujer siempre adquiere el rol de cuidadora</h2>
<p>Mientras la mujer se mantiene en su rol de madre, compatibilizándolo con su profesión, lo que en muchos casos obliga a vivenciar la maternidad de forma intensiva, el varón se encuentra en una etapa de transformación. </p>
<p>Hoy en día, ya no es el único proveedor familiar y se le pide una mayor participación en el cuidado de los menores. La demanda de corresponsabilidad en el ámbito privado conlleva irremediablemente un cambio en el modelo de paternidad. El padre <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4377511">se acerca tímidamente</a> al mundo de los cuidados, siempre resguardado detrás de la figura materna como primera responsable de los cuidados.</p>
<h2>El varón debe involucrarse más en la crianza</h2>
<p>Es en este punto donde sería interesante hacer incidir las políticas de igualdad, diseñando estrategias que fomenten en el varón el interés y deseo de involucrarse de lleno en el cuidado y crianza de su descendencia, pero no como figura “que ayuda a la mujer”, sino como coprotagonista del proceso parental.</p>
<p>Desde una perspectiva evolucionista, los bebes se comportan como un estímulo para que el cerebro adulto responda en forma de cuidado de tal forma que asegure su supervivencia. Ante el llanto de un bebé, <a href="https://academic.oup.com/cercor/article/26/3/1309/2367444">se tarda entre 100 y 200 milisegundos en que se activen zonas cerebrales</a> relacionadas con la emoción y la cognición, generando una respuesta de cuidado. Pero entonces ¿por qué los varones padres no lo hacen? </p>
<h2>Rechazo de las tareas asociadas a lo femenino</h2>
<p>Socioculturalmente no se asocia al varón al cuidado. Desde la identidad masculina se obliga al rechazo de aquellas tareas asociadas a lo femenino.
Aun hoy en día, desde el nacimiento se lleva a cabo la clasificación social de las personas acorde con sus órganos sexuales externos. Esto condiciona no solo cómo seremos vistos por los otros, sino cómo nos percibimos a nosotros mismos, es decir, con nuestra identidad de género.</p>
<p>Para facilitar las interacciones personales el cerebro humano debe procesar muchos datos de forma rápida utilizando los estereotipos. Un estereotipo es un conjunto de características preestablecidas asignado a priori a una persona por pertenecer a un determinado grupo, en este caso mujer o varón, femenino o masculino. </p>
<p>De la misma manera que el perfil estereotipado de la mujer está cambiando gracias a su inclusión en el ámbito público por el <a href="https://www.redalyc.org/pdf/167/16731690027.pdf">desarrollo de roles profesionales</a>, el varón al entrar en el ámbito privado va transformando su estereotipo masculino, incorporando en el perfil características consideradas como “femeninas”, pero sin perjuicio de su identidad masculina. </p>
<p>Con la práctica del cuidado se genera un modelo flexible de masculinidad, acorde con las nuevas masculinidades, dando respuesta a la crisis de identidad masculina contemporánea que tanto daño causa a las mujeres con su violencia machista.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un hombre con mandil fregando el suelo de una casa." src="https://images.theconversation.com/files/369152/original/file-20201112-21-m5eort.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5501%2C3563&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369152/original/file-20201112-21-m5eort.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=389&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369152/original/file-20201112-21-m5eort.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=389&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369152/original/file-20201112-21-m5eort.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=389&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369152/original/file-20201112-21-m5eort.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=489&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369152/original/file-20201112-21-m5eort.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=489&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369152/original/file-20201112-21-m5eort.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=489&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/husband-housekeeping-cleaning-concept-man-cleans-793756933">Shutterstock / adriaticfoto</a></span>
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</figure>
<h2>Un entorno doméstico igualitario</h2>
<p>Los procesos de socialización de los menores en situación de igualdad parental se producirían en un entorno doméstico igualitario con consecuencias indiscutibles en la práctica futura de su parentalidad. </p>
<p>El modelo paternal tradicional procedente del patriarcado está cambiando. La corresponsabilidad del varón en el cuidado y crianza de su descendencia es necesaria e imprescindible ante la situación de la mujer contemporánea, ofreciendo al varón un modelo de paternidad más satisfactorio que permite una expresión plural y flexible de la identidad masculina.</p>
<p>Cuidar es una capacidad humana asociada a valores que fomentan las relaciones interpersonales como son respeto, confianza, seguridad y altruismo, entre otros. La práctica del cuidado, sea cual sea el sexo o el género de quien lo practica, favorece las relaciones personales. El pensamiento en el otro aumenta la tolerancia y la comprensión, disminuyendo el nivel de conflicto y de violencia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/149660/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Cándida Alamillos Guardiola no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La igualdad entre hombres y mujeres en España no está al mismo nivel en la esfera pública que en la privada. Sin embargo, el modelo paternal tradicional procedente del patriarcado parece que está cambiando. La práctica cada vez más frecuente del cuidado hace que esté entrando en un modelo de masculinidad más flexible.María Cándida Alamillos Guardiola, Profesora de Enfermería y Fisioterapia, Universitat de les Illes BalearsLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1339412020-03-24T17:09:33Z2020-03-24T17:09:33Z¿Cómo afecta el coronavirus a las embarazadas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/322148/original/file-20200322-22590-15hl8yj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C6%2C4354%2C2896&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">file wgotvz</span> </figcaption></figure><p>Tener un bebé ya es suficientemente estresante sin una <a href="https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/events-as-they-happen">pandemia</a> provocada por el COVID-19 y toda la desinformación que envuelve al coronavirus. Por lo tanto, si está embarazada o va a dar a luz pronto, conviene acudir a fuentes fidedignas como la <a href="https://www.who.int/publications-detail/clinical-management-of-severe-acute-respiratory-infection-when-novel-coronavirus-(ncov)-infection-is-suspected">Organización Mundial de la Salud</a>. <em>(Nota: En España, las instituciones más fiables son la <a href="https://sego.es/">Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia</a> y el <a href="https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/home.htm">Ministerio de Sanidad</a>)</em>.</p>
<p>A continuación, le mostramos las principales pautas para proceder correctamente si se encuentra en período de gestación:</p>
<h2>Se trata de un virus desconocido</h2>
<p>Al tratarse de una enfermedad provocada por un virus nuevo, cada día aprendemos algo sobre el COVID-19. La mayoría de las mujeres embarazadas son jóvenes y presentan un buen estado de salud, por lo que tienen menos probabilidades de verse afectadas de gravedad (sin duda, una buena noticia). En cualquier caso, también se debe atender al estado del bebé, lo cual puede complicar ligeramente la situación.</p>
<p>Un bebé nacido hace unos días en Reino Unido dio <a href="https://www.theguardian.com/world/2020/mar/14/newborn-baby-tests-positive-for-coronavirus-in-london">positivo</a> a las pruebas del COVID-19. La madre estaba infectada, por lo que no se sabe con certeza si el bebé fue contagiado en el útero (lo cual parece improbable) o tras nacer (la opción más plausible).</p>
<p>Hasta donde alcanza nuestro conocimiento, el bebé se encuentra en perfectas condiciones y la madre está recibiendo tratamiento. Los demás bebés con COVID-19 de los que hemos tenido constancia han mostrado síntomas muy leves y una recuperación óptima.</p>
<h2>De la experiencia de China a las recomendaciones de la OMS</h2>
<p>Hasta la fecha, gran parte de la información de la que disponemos acerca del COVID-19 procede de China. Fue en el país asiático donde se llevó a cabo uno de los primeros <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30360-3/fulltext">estudios</a>, en el que participaron únicamente nueve mujeres embarazadas que padecían la enfermedad.</p>
<p>A todas estas mujeres se les practicaron cesáreas. Los procedimientos se desarrollaron según lo previsto y tanto las madres como sus bebés se recuperaron satisfactoriamente. El estudio reveló que ninguno de los recién nacidos parecía tener COVID-19 y que el virus no estaba presente en su organismo, en la leche materna o en cualquier fluido. No está claro, sin embargo, por qué los bebés nacieron por cesárea. China presenta unas cifras de cesáreas muy elevadas, lo cual, a pesar de que <a href="https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/161442/WHO_RHR_15.02_eng.pdf?sequence=1">no es lo más recomendable</a>, pudo haber influido en la respuesta de los sanitarios.</p>
<p>Las nuevas <a href="https://www.who.int/publications-detail/clinical-management-of-severe-acute-respiratory-infection-when-novel-coronavirus-(ncov)-infection-is-suspected">pautas</a> establecidas por la Organización Mundial de la Salud indican que: </p>
<blockquote>
<p>No existe evidencia alguna de que las mujeres embarazadas presenten síntomas distintos a los conocidos o se enfrenten a un riesgo mayor de sufrir una enfermedad grave. Hasta ahora, no se han producido transmisiones maternoinfantiles cuando la infección se manifiesta en el tercer trimestre del embarazo (…). La OMS recomienda practicar cesáreas únicamente en casos justificados.</p>
</blockquote>
<h2>¿Por qué las mujeres embarazadas no poseen un mayor riesgo de sufrir COVID-19?</h2>
<p>Las mujeres embarazadas suelen ser más susceptibles a los virus que provocan problemas respiratorios, como la gripe. Esto se debe a que su sistema inmune se ve debilitado, sus pulmones se comprimen y precisan de niveles de oxígeno más elevados.</p>
<p>No obstante, no parece ser el caso del COVID-19. Un <a href="https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/who-china-joint-mission-on-covid-19-final-report.pdf">análisis</a> realizado a 147 mujeres que padecían la enfermedad arrojó que solo el 8 % experimentaba consecuencias graves, mientras que el 1 % se encontraba en estado crítico, cifras más bajas que la media mundial.</p>
<p>La <a href="https://immunology.sciencemag.org/content/2/15/eaan2946">reducción de la respuesta inmune</a> durante el embarazo, necesaria para impedir que el organismo de la mujer reaccione al bebé como si se tratara de una amenaza, podría otorgar una <a href="https://www.statnews.com/2020/03/03/who-is-getting-sick-and-how-sick-a-breakdown-of-coronavirus-risk-by-demographic-factors/">protección</a> adicional frente al COVID-19. La enfermedad parece afectar <a href="https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.02.26.20026989v1.full.pdf">en mayor medida</a> a pacientes con un sistema inmune bajo por otros trastornos de salud.</p>
<p>Los hombres se ven perjudicados <a href="https://www.statnews.com/2020/03/03/who-is-getting-sick-and-how-sick-a-breakdown-of-coronavirus-risk-by-demographic-factors/">en un mayor grado</a> que las mujeres por el COVID-19, a lo que se suma que estas tienen una menor probabilidad de enfermar de gravedad y fallecer. Hasta la fecha, las cifras de mortalidad se sitúan en un 1,7 % en el caso de las mujeres y en un 2,8 % en el de los hombres.</p>
<p>Sin embargo, el avance de la pandemia podría producir la alteración de estos datos. Las mujeres conforman la mayoría del <a href="https://www.weforum.org/agenda/2020/03/the-coronavirus-fallout-may-be-worse-for-women-than-men-heres-why/">tejido sanitario</a>, mientras que las redes de cuidados permanecen en contacto, por lo general, con más gente enferma.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/320672/original/file-20200316-53543-m3sq1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/320672/original/file-20200316-53543-m3sq1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/320672/original/file-20200316-53543-m3sq1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=890&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/320672/original/file-20200316-53543-m3sq1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=890&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/320672/original/file-20200316-53543-m3sq1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=890&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/320672/original/file-20200316-53543-m3sq1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1118&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/320672/original/file-20200316-53543-m3sq1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1118&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/320672/original/file-20200316-53543-m3sq1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1118&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Procure toser y estornudar hacia el codo para reducir el riesgo de contagio de los gérmenes.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span>
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<h2>¿Cómo pueden protegerse (y proteger a los demás) las mujeres embarazadas?</h2>
<p>Las mujeres embarazadas deben adoptar las mismas medidas que el resto de la población. Estas incluyen:</p>
<ul>
<li>Cubrirse la boca al toser (y hacerlo en la sangradura del codo).</li>
<li>Evitar entrar en contacto con gente enferma.</li>
<li>Mantenerse alejadas de personas que presentan síntomas.</li>
<li>Lavarse habitualmente las manos con agua y jabón o con un desinfectante de manos con alcohol.</li>
<li>Eludir las reuniones concurridas.</li>
</ul>
<p>Se recomienda evitar viajar al extranjero, ya que sería necesario recluirse posteriormente <em>(Nota: Algunas de estas medidas ya se están llevando a cabo en países como Italia o España)</em>.</p>
<p>Las mujeres que crean haber contraído el virus pueden hacer una consulta telefónica <a href="https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/telefonos.htm">(Listado de números autonómicos de información sobre COVID-19)</a> o con un especialista con el fin de evitar la visita presencial. Las mujeres embarazadas y las que han dado a luz recientemente gozan de prioridad en este tipo de servicios.</p>
<p>Si se encuentra confinada en casa a petición de las autoridades o padece la enfermedad, contacte con su matrona u obstetra y siga sus recomendaciones. Además:</p>
<ul>
<li>Se deberá avisar al centro que controle el embarazo de que se encuentra en situación de aislamiento.</li>
<li>Deberá avisar al centro correspondiente antes de acudir a las citas programadas.</li>
<li>Se le recomendará no acudir a urgencias si no es estrictamente necesario. En este caso, se avisará de la situación de embarazo antes de acudir</li>
</ul>
<h2>¿Cuál es la postura respecto a las visitas al hospital previas al nacimiento y para dar a luz?</h2>
<p>Si dispone de fecha programada para el parto en un hospital o una maternidad, quédese tranquila: la precaución para minimizar el riesgo de infección es máxima. La mayor parte de las veces, el parto tendrá lugar con total normalidad. De nuevo, volver cuanto antes a casa sería lo ideal siempre que tanto usted como el bebé se encuentren en perfectas condiciones.</p>
<p>Por último, tenga en cuenta que restringirán las visitas e incluso la cantidad de allegados que podrán estar a su lado con el fin de reducir el riesgo.</p>
<h2>¿El bebé puede contraer el COVID-19 en el vientre de su madre?</h2>
<p>La placenta actúa como un filtro sumamente eficaz para proteger a los bebés de cualquier daño que puedan sufrir. Hubo una <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29291210">excepción</a>, sin embargo: el virus del Zika fue capaz de atravesar esa barrera.</p>
<p>No hay evidencias científicas que indiquen que el coronavirus pueda producir complicaciones adicionales. Aun así, si la mujer estuviera enferma (si presenta fiebre o tiene neumonía, por ejemplo), es probable que los médicos provoquen un parto prematuro si lo considerasen necesario.</p>
<p>En cualquier caso, un diagnóstico de COVID-19 no debería precipitar la decisión de adelantar el parto, a menos que la terminación del embarazo resultase beneficiosa para la madre atendiendo a su estado general de salud.</p>
<p>Asimismo, tampoco existe evidencia alguna que pueda hacer pensar que el COVID-19 incremente la probabilidad de sufrir un aborto espontáneo. Aún es pronto para determinar la posible existencia de otros efectos que pudieran afectar al bebé a largo plazo. </p>
<h2>¿Qué debo hacer tras dar a luz?</h2>
<p>Los beneficios de dar el pecho son tan significativos que la OMS <a href="https://www.who.int/publications-detail/clinical-management-of-severe-acute-respiratory-infection-when-novel-coronavirus-(ncov)-infection-is-suspected">aconseja</a> hacerlo durante la primera hora de vida del recién nacido. Si el bebé está en buenas condiciones, se recomienda el <a href="https://www.rcog.org.uk/en/guidelines-research-services/guidelines/coronavirus-pregnancy/covid-19-virus-infection-and-pregnancy/">contacto piel con piel</a> inmediatamente después del nacimiento. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/320669/original/file-20200316-53574-16p9o3m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/320669/original/file-20200316-53574-16p9o3m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/320669/original/file-20200316-53574-16p9o3m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/320669/original/file-20200316-53574-16p9o3m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/320669/original/file-20200316-53574-16p9o3m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/320669/original/file-20200316-53574-16p9o3m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/320669/original/file-20200316-53574-16p9o3m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/320669/original/file-20200316-53574-16p9o3m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Si el bebé está en buenas condiciones, se recomienda el contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span>
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<p>Si la madre no se encuentra en condiciones de hacerlo por sí misma, debería obtener ayuda externa para la extracción de la leche. El amamantamiento es especialmente eficaz contra las enfermedades infecciosas, ya que se produce una transmisión de anticuerpos y de otros elementos inmunes importantes para el bebé. Si la mujer o el recién nacido sufren una infección, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22258136">la composición de la leche materna</a> puede verse modificada, incluso, para incrementar la cantidad de componentes esenciales para ayudar a combatir la infección del pequeño. Por lo tanto, si pensaba dejar de dar el pecho a su hijo, quizá sea buena idea continuar hasta que la pandemia toque a su fin.</p>
<p>La OMS recomienda a las mujeres que padecen el COVID-19 que se laven las manos antes y después de estar en contacto con el bebé, así como animan a llevar mascarilla si presentan síntomas (como puede ser la tos) y a limpiar y desinfectar periódicamente las superficies que hayan tocado. </p>
<h2>¿Qué más puede hacer?</h2>
<p>Cuando se acerque la temporada en la que la gripe estacional se manifiesta con mayor intensidad, <a href="https://www.health.nsw.gov.au/Infectious/Influenza/Pages/influenza_and_pregnancy.aspx">procure vacunarse</a>, ya que es una medida que aporta seguridad durante el embarazo. La vacuna no entraña riesgo alguno para la salud del bebé. Si bien no ofrecerá protección frente al COVID-19, sí lo hará contra la gripe, la cual puede ser especialmente perjudicial durante el embarazo. Lo último que cualquier desearía sería tener que pasar la gripe y el COVID-19 al mismo tiempo.</p>
<p>Sobre todo, no pierda la calma y póngase en contacto con su matrona o su médico si le preocupa la situación que estamos atravesando.</p>
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<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
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<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/133941/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Hannah Dahlen recibe fondos del NHMRC y del ARC. Hannah es miembro del Australian College of Midwives</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>David Ellwood recibe fondos del NHMRC y del MRFF.</span></em></p>Desgranamos las evidencias de la OMS, los expertos y las investigaciones sobre embarazo y COVID-19.Hannah Dahlen, Professor of Midwifery, Associate Dean Research and HDR, Midwifery Discipline Leader, Western Sydney UniversityDavid Ellwood, Professor of Obstetrics & Gynaecology, Griffith UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1277502019-12-02T20:38:43Z2019-12-02T20:38:43ZÁfrica: Por qué crece tanto la población y cómo cambiar la tendencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/303506/original/file-20191125-74599-63n3o0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5742%2C3802&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/kampala-uganda-circa-november-2016-ugandan-648199864"> emre topdemir / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Las tasas de crecimiento demográfico siguen planteando problemas persistentes para los esfuerzos de desarrollo en África. Se espera que la población se <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/full/10.1098/rstb.2010.0133">duplique aproximadamente para el año 2050</a>. Esto añadirá 1.200 millones de personas a los <a href="https://www.un.org/en/sections/issues-depth/population/index.html">1.300 millones</a> que viven actualmente en este continente.</p>
<p>Lo que está impulsando el crecimiento de la población, y lo que se puede hacer para frenar la tendencia, es uno de los temas que se han abordado en la <a href="http://uaps-uepa.org/8th-apc/">8ª Conferencia Africana de Población</a>, recientemente celebrada en Uganda. </p>
<p>Uno de los asuntos centrales del debate ha sido el papel de los estímulos conductuales –intervenciones diseñadas para cambiar el <a href="https://pdfs.semanticscholar.org/568e/4bc9a69b88f3340e0133299a8e1c6b23327d.pdf?_ga=2.168981537.1279742847.1572539845-1188694526.1572539845%20%22">comportamiento de las personas</a>– y los incentivos para lograr la transición demográfica en África.</p>
<p>Sobre la mesa estaba la siguiente pregunta: ¿Pueden, y deben, utilizarse incentivos y estímulos para efectuar cambios en los patrones de fecundidad? Se consideraron, entre otras, las siguientes cuestiones: las implicaciones éticas de incentivar el comportamiento; si los estímulos encaminados a ello funcionan, y bajo qué condiciones; qué incentivos específicos se recomiendan y a quiénes deben dirigirse y por qué.</p>
<p>La mejor manera de responder a estas cuestiones es considerando los factores clave que impulsan el crecimiento demográfico en África. El principal es la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6386713/pdf/pnas.201717288.pdf">alta fecundidad</a> fomentada por <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4011385/pdf/nihms563684.pdf">múltiples factores</a>, entre ellos el número deseado de miembros en la familia, los bajos niveles de uso de anticonceptivos modernos y los altos niveles de procreación en la adolescencia.</p>
<h2>Los factores principales</h2>
<p>La mujer en África tiene actualmente alrededor de <a href="https://www.un.org/en/development/desa/population/publications/pdf/fertility/world-fertility-patterns-2015.pdf#page=3">4,7 hijos</a> de media. Esto varía significativamente desde 2,5 hijos en África meridional a entre 5,5 y 5,8 en África central y occidental. El promedio en otras partes del mundo es de 2,2 o incluso menos, y el promedio mundial es de 2,5 hijos por mujer.</p>
<p>Una de las razones por las que las mujeres en África todavía tienen tantos hijos es por la edad en la que se convierten en madres por primera vez, que es más de 4 años antes que el promedio mundial, a los 26. Además, las tasas de natalidad entre las adolescentes son muy altas. En África central y occidental, por ejemplo, son casi <a href="https://www.un.org/en/development/desa/population/publications/pdf/fertility/world-fertility-patterns-2015.pdf">tres veces superiores</a> al promedio mundial.</p>
<p>El impacto que tiene la maternidad temprana en el rápido crecimiento de la población es habitualmente ignorado, lo que es un error, porque sus efectos sobre la fertilidad son directos ya que un inicio temprano en la maternidad aumenta los años de exposición al embarazo.</p>
<p>También tiene efectos indirectos. En primer lugar, las mujeres que comienzan a procrear pronto pueden ver mermada su capacidad para decidir o negociar sobre su rol reproductivo. También pueden perder oportunidades de desarrollo personal, como la educación formal, porque esta compite directamente con la maternidad.</p>
<p>En segundo lugar, el inicio temprano en la maternidad conduce a diferencias intergeneracionales más cortas, lo que se define como la diferencia de edad entre madres e hijas y que agrava las tasas de crecimiento de la población.</p>
<p>Retrasar el inicio del matrimonio y la maternidad –en la mayoría de los países africanos van unidos– podría reducir considerablemente la tasa de crecimiento de la población. Esto podría ocurrir incluso sin necesidad de cambiar los comportamientos relacionados con la fertilidad.</p>
<p>Otro factor relevante gira en torno a la planificación familiar.</p>
<p>Aproximadamente <a href="https://www.un.org/en/development/desa/population/publications/pdf/family/WFP2017_Highlights.pdf">una de cada cuatro mujeres</a> del continente tiene una necesidad de planificación familiar no resuelta. Son las mujeres sexualmente activas que desean interrumpir –o retrasar la maternidad al menos un par de años– pero que no utilizan ningún método anticonceptivo moderno. El apoyo a estas mujeres para que logren controlar su fecundidad podría reducir significativamente el crecimiento de la población.</p>
<p>También hay pruebas de que la mitad de las diferencias en la fertilidad entre los países del África subsahariana y las demás regiones se deben a <a href="https://www.guttmacher.org/sites/default/files/article_files/3801512.pdf">diferencias en los programas de planificación familiar y a los entornos sociales</a>. Los cambios en el entorno social pueden facilitar que los anticonceptivos sean más accesibles y reducir así el aumento de la población.</p>
<p>Los entornos sociales pueden modificarse organizando comunitariamente la prestación de apoyo a la planificación familiar, así como la dispensación de anticonceptivos. La disponibilidad de centros de planificación familiar puede estimular el uso de estos servicios incluso entre las mujeres <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4356272/pdf/014.pdf">desfavorecidas</a>, pobres, analfabetas y rurales.</p>
<p>Abordar estas diferencias puede ayudar a conocer las necesidades de las mujeres en África y a reducir considerablemente el incremento de la población.</p>
<h2>Los debates sobre los incentivos en otros países</h2>
<p>A nivel mundial, los esfuerzos para apoyar los cambios en el comportamiento reproductivo han hecho hincapié en el valor de la decisión individual. Sin embargo, en algunos casos se ha intentado llevar a cabo cambios en los comportamientos relacionados con la fecundidad mediante el uso de diferentes incentivos y desincentivos.</p>
<p>En un extremo están las medidas coercitivas. Por ejemplo, <a href="https://www.britannica.com/topic/one-child-policy">la política de hijo único en China</a> o la esterilización involuntaria de mujeres pobres en la <a href="https://slate.com/human-interest/2014/11/sterilization-in-india-11-women-die-in-a-state-sponsored-attempt-at-family-planning.html">India</a>. Pero, la mayoría de los intentos de (des)incentivar los comportamientos de fertilidad son más sutiles. Suelen incluir elementos disuasorios de tipo económico o incentivos para <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3578697/pdf/nihms-389707.pdf">promover la planificación familiar</a> o <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5434945/pdf/SIFP-47-309.pdf">pagar para incrementar la aceptación y aplicación de la planificación familiar</a>. En países como Kenia, Malawi y Zambia se han ensayado programas de <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6662603/pdf/SIFP-49-295.pdf">transferencias monetarias</a>.</p>
<p>El uso de incentivos financieros y otros estímulos para lograr cambios no está exento de disensiones. La ética, por ejemplo, es un tema importante y sigue siendo objeto de <a href="https://www.jstor.org/stable/pdf/1966792.pdf?refreqid=excelsior%3Aea1930144bd87f920a30f26d95f0be03">debate</a>.</p>
<p>Las medidas por parte de las autoridades competentes <a href="https://www.jstor.org/stable/1971973?seq=1#metadata_info_tab_contents">deben tener en cuenta</a> el hecho de que generalmente las altas tasas de fecundidad se deben a creencias e interpretaciones religiosas y culturales muy arraigadas.</p>
<p>Otra reflexión de tipo ético tiene que ver con la economía. Los incentivos pueden afectar de manera diferente a las decisiones de una familia pobre y de otra rica. Por lo tanto, es importante no imponer comportamientos que planteen <a href="https://slate.com/human-interest/2014/11/sterilization-in-india-11-women-die-in-a-state-sponsored-attempt-at-family-planning.html">situaciones complicadas</a> para las mujeres, como ocurrió en la India.</p>
<p>Los gobiernos también se enfrentan a dilemas éticos cuando han de optar entre garantizar la protección de los derechos de las personas –y los hijos que desean tener– o, por el contrario, proteger el bienestar de la comunidad, lo que implica unos objetivos de desarrollo que requieren tasas de <a href="https://www.un.org/en/development/desa/population/migration/generalassembly/docs/globalcompact/E_CONF.60_19_Plan.pdf">crecimiento demográfico</a> más lentas.</p>
<p>Es necesario que los responsables legislativos de África apliquen medidas eficaces, prácticas y sólidas éticamente. Y se debe buscar información contextual antes de implementar programas basados en incentivos, que son potencialmente muy controvertidos.</p>
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<p><em>Traducido con la colaboración de <a href="http://www.casafrica.es/">Casa África</a>. Traducción: Marta Hidalgo.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/127750/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Se espera que la población africana se duplique para el año 2050, lo que añadirá 1.200 millones a la actual población de 1.300 millones de personas. Urgen medidas para resolver este problema.Alex Ezeh, Dornsife Professor of Global Health, Drexel UniversityGarumma Tolu Feyissa, Researcher Dornsife School of Public Health, Drexel UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.