tag:theconversation.com,2011:/global/topics/rios-56055/articlesríos – The Conversation2023-10-09T20:52:43Ztag:theconversation.com,2011:article/2130202023-10-09T20:52:43Z2023-10-09T20:52:43ZMicroorganismos y plantas, las nuevas tecnologías de depuración de aguas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/550197/original/file-20230926-29-8fedf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4633%2C3466&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Los organismos que habitan ríos y arroyos son capaces de eliminar contaminantes del agua.</span> <span class="attribution"><span class="source">Lluís Bertrans </span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Actualmente asistimos a una de las <a href="https://www.miteco.gob.es/es/prensa/ultimas-noticias/2023/09/el-14-6--del-territorio-esta-en-emergencia-por-escasez-de-agua-y.html">sequías más severas en la península ibérica</a> y gran parte de Europa. Sin embargo, según las <a href="https://www.ipcc.ch/report/sixth-assessment-report-cycle/">proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)</a> solamente es el inicio de las graves sequías que serán más frecuentes y extensas en los próximos años debido al cambio climático.</p>
<p>Las sequías provocan una elevada disminución de los recursos hídricos, que se ve incrementada en arroyos de bajo caudal en la región mediterránea. Estos son extremadamente <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-73250-3_11">sensibles a los efectos del cambio climático</a> y están expuestos, además, <a href="https://theconversation.com/el-grito-de-socorro-de-los-rios-asfixiados-y-convertidos-en-canales-de-desague-155785">a otros tipos de presión humana</a>.</p>
<p>Muchos de estos arroyos, en zonas urbanizadas, siguen fluyendo gracias a la aportación de los efluentes de las estaciones de depuración de aguas residuales. Los efluentes de depuradora parecerían una buena contribución para mantener los ecosistemas acuáticos en este tipo de sistemas. Sin embargo, a nivel europeo nos encontramos con un vacío legal en el tratamiento de aguas residuales urbanas.</p>
<h2>Tratamiento de aguas residuales en poblaciones pequeñas</h2>
<p>En las poblaciones más pequeñas (<10 000 habitantes) <a href="https://www.eea.europa.eu/policy-documents/council-directive-91-271-eec">no es obligatorio</a> tener un control estricto de vertido de estas aguas, provocando un aumento de contaminación en los arroyos y por lo tanto incrementando la peligrosidad del impacto en los ecosistemas fluviales y ecosistemas vecinos. </p>
<p>La contaminación puede ser causada por un aumento en los niveles de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo, produciendo <a href="https://theconversation.com/es/topics/eutrofizacion-80805">eutrofización</a>; por la presencia de <a href="https://theconversation.com/asi-seguimos-la-pista-a-los-contaminantes-emergentes-156672">productos farmacéuticos y cosméticos</a> o por la posible aparición de <a href="https://theconversation.com/asi-se-propaga-la-resistencia-a-los-antibioticos-en-el-medioambiente-110390">comunidades bacterianas resistentes a determinados antibióticos</a>, un tipo de impacto poco investigado hoy en día pero que va ganando interés y relevancia. </p>
<p>En las depuradoras que atienden a poblaciones pequeñas no se exige un tratamiento específico para reducir nitrógeno y fósforo. Y aún menos para la eliminación de productos farmacéuticos, cosméticos y bacterias resistentes a antibióticos, contaminantes emergentes para los que todavía no hay una legislación consolidada. </p>
<p>Por ejemplo, es raro que se aplique un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tratamiento_terciario#">tratamiento terciario</a>, un tipo de tratamiento biológico que permitiría tratar de forma más eficiente las aguas residuales. A falta de legislación específica en el tratamiento de este tipo de aguas, es necesario y esencial buscar alternativas basadas en la naturaleza como las que hemos estado trabajando en el <a href="https://betatechcenter.com/es/campos/ecologia-aplicada-y-cambio-global/">Grupo de Ecología Aplicada y Cambio Global del Centro Tecnológico BETA</a> de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña.</p>
<h2>Soluciones inspiradas en la naturaleza</h2>
<p>Las <a href="https://theconversation.com/es/topics/soluciones-basadas-en-la-naturaleza-80455">soluciones basadas en la naturaleza</a> (<a href="https://research-and-innovation.ec.europa.eu/research-area/environment/nature-based-solutions_en">Nature-Based Solutions</a> o NBS en sus siglas en inglés) se refieren al uso sostenible de las características y los procesos naturales para abordar los retos desde una nueva óptica socioeconómica, beneficiando simultáneamente a las personas y a la naturaleza.</p>
<p>Las NBS más comunes en este ámbito son los reactores y humedales naturales construidos con la finalidad de recrear comunidades biológicas sencillas, utilizando los microorganismos y plantas que se encuentran en los ecosistemas acuáticos naturales, pero adaptándolos para dar un servicio ecosistémico a la sociedad.</p>
<p>Los organismos de estos sistemas naturalizados <a href="https://iwaponline.com/bgs/article/2/1/138/72076/A-review-of-nature-based-solutions-for-resource">son capaces de utilizar nutrientes para su desarrollo y absorber, acumular y/o degradar otros contaminantes</a> (fármacos, antibióticos, pesticidas, etc.). </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/550199/original/file-20230926-19-py161m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Tanques de agua bajo luz ultravioleta con material orgánico de color verde." src="https://images.theconversation.com/files/550199/original/file-20230926-19-py161m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/550199/original/file-20230926-19-py161m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=449&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/550199/original/file-20230926-19-py161m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=449&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/550199/original/file-20230926-19-py161m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=449&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/550199/original/file-20230926-19-py161m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=564&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/550199/original/file-20230926-19-py161m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=564&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/550199/original/file-20230926-19-py161m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=564&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Experimento de laboratorio con comunidades microbianas naturales para eliminar contaminantes del agua.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Lluís Bertrans</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span>
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</figure>
<p>Nuestra solución basada en la naturaleza de estudio parte de utilizar comunidades microbianas planctónicas y bentónicas, también <a href="https://acsess.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.2134/jeq2004.2850">capaces de asimilar nutrientes</a>, simulando las que se encontrarían en ríos y arroyos. En estos ecosistemas acuáticos abundan las comunidades o biofilms formados, principalmente, por algas verdes, <a href="https://theconversation.com/por-que-el-oxigeno-que-respiramos-no-se-agota-180434">cianobacterias</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Diatomea">diatomeas</a> y bacterias. </p>
<p>Este tipo de tratamiento de las aguas residuales reduciría los costes económicos y energéticos actuales en depuradoras de mayor capacidad. Los resultados obtenidos hasta el momento indican que este tipo de tecnología podría ser capaz de reducir el aporte de nutrientes, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0048969717324701">los contaminantes emergentes</a> y <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0269749115301950">algunos genes de resistencia a los antibióticos</a> en el ecosistema receptor. En este caso, los arroyos. </p>
<p>Aunque el camino para su implantación es largo, investigaciones como esta son el primer paso para poder plantear a las administraciones públicas alternativas para mejorar el tratamiento de aguas residuales urbanas en poblaciones pequeñas y reducir el impacto del efluente de las depuradoras en los ecosistemas acuáticos. </p>
<p>Además de que mejorarían el aporte hídrico para estos ecosistemas, que se pueden ver recurrentemente afectados por el cambio climático. </p>
<p>Así se atajarían con una misma solución basada en la naturaleza dos problemas derivados del cambio climático y de la presión antrópica en ríos y arroyos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213020/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lluís Bertrans Tubau recibe fondos de Generalitat de Catalunya junto a Fondos sociales Europeos, embarcados en la beca FI. </span></em></p>Las aguas de depuradora mantienen vivos a muchos arroyos y ríos de bajo caudal durante épocas de sequía, pero en poblaciones pequeñas no tienen por qué pasar ningún control. Microorganismos y plantas pueden ayudarnos a eliminar contaminantes.Lluís Bertrans Tubau, Doctorando en el Centro Tecnológico BETA, en la área de ecología aplicada y cambio global, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1935572022-12-01T18:17:50Z2022-12-01T18:17:50ZLos ríos siguen siendo ríos cuando se secan<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/497043/original/file-20221123-14-os3hc8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4401%2C2898&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/dried-riverbed-forest-128764391">Richard Whitcombe / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En general, la imagen que nos viene a la mente cuando hablamos de ríos es la de un curso fluvial perenne, es decir, con un caudal constante. Sin embargo, aquellos cursos que no cuentan con un flujo permanente prevalecen en todas las regiones climáticas. Son los <a href="https://www.mdpi.com/2073-4441/12/7/1980/htm">ríos temporales</a>.</p>
<p>Estos ríos se caracterizan por experimentar una fase seca recurrente –de duración y extensión variable– causada por aportaciones de lluvia irregulares, elevadas temperaturas y, principalmente en regiones calizas, un subsuelo que engulle casi toda el agua que fluye en superficie. </p>
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<span class="caption">Vista aguas arriba del torrent de Sant Miquel (Mallorca, España) en un tramo con vegetación de ribera consolidada.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Abundantes e imprescindibles</h2>
<p><a href="https://www.nature.com/articles/nature12760">A nivel global</a>, estos cursos de agua representan el 69 % de los pequeños cauces de cabecera, alcanzando cifras de entre el 30-40 % de la totalidad de los ríos de mayor entidad en latitudes inferiores a los 60°.</p>
<p>La clave para definirlos es el régimen hidrológico. Este, además de caracterizar el volumen de agua que fluye en un río regularmente en el tiempo y el espacio, está muy relacionado con su calidad ambiental. Así lo explicita la <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:32000L0060&from=ES">Directiva Marco del Agua</a>, donde se identifica el régimen hidrológico como un factor crucial en la gestión integrada de cuencas. </p>
<p>Los ríos temporales actúan como corredores esenciales de materia y energía. Son claves para el correcto funcionamiento de numerosos ecosistemas, tanto continentales como litorales. Incluso cuando el agua no fluye en superficie, se producen flujos subsuperficiales que conectan las partes altas de un río temporal con otras aguas abajo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493672/original/file-20221106-21-6wjuw6.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493672/original/file-20221106-21-6wjuw6.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493672/original/file-20221106-21-6wjuw6.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=190&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493672/original/file-20221106-21-6wjuw6.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=190&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493672/original/file-20221106-21-6wjuw6.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=190&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493672/original/file-20221106-21-6wjuw6.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=239&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493672/original/file-20221106-21-6wjuw6.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=239&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493672/original/file-20221106-21-6wjuw6.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=239&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Vista de la estación de aforos de Sa Marjal, en Torrent de Sant Miquel (Mallorca), durante períodos de recesión y posterior fase seca (izquierda, primavera 2017) y crecida (derecha, invierno 2017).</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Los ríos temporales también son ríos</h2>
<p>Este tipo de ríos es predominante en <a href="https://zenodo.org/record/3763419#.Y3Ew63aZNhE">regiones de clima mediterráneo</a>. Como consecuencia, culturalmente los ríos temporales cuentan con un notable arraigo social reflejado en su <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969716322987?via%3Dihub">denominación popular</a>: <em>arroyos</em>, <em>cañadas</em> o <em>ramblas</em> en las regiones de habla castellana de España, y <em>rambles</em>, <em>torrents</em>, <em>rieres</em> o <em>rierols</em> en las de habla catalana; <em>torrente</em> en Portugal y Galicia; <em>cours d'eau intermittent</em> o <em>ravines</em> en Francia; <em>torrenti</em>, <em>rii</em> o <em>fiumare</em> en Italia; <em>xiropotamos</em>, <em>xeropotamos</em> o <em>xeros potamos</em> en Grecia y Chipre; <em>wadis</em> o <em>oued</em> en el mundo árabe. </p>
<p>Estos términos específicos generan, en ocasiones, una confusión entre la población que les priva de su condición de ríos. <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1462901122003021">Quedan relegados a una unidad de menor relevancia</a>, un espacio marginal en el imaginario colectivo.</p>
<p>No obstante, este olvido es un fenómeno relativamente reciente derivado del <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10750-012-1333-4">cambio socioeconómico ocurrido en la Europa mediterránea</a>, que ha provocado la progresiva pérdida de algunas referencias geográficas atesoradas por nuestros antepasados durante generaciones. </p>
<p>Los ríos temporales tenían un lugar destacado entre estas referencias. El agua suponía un bien escaso de difícil acceso y gestión y, a la vez, un riesgo con el que convivir. </p>
<p>Desgraciadamente, se ha pasado del respeto al desprecio, o peor, a la ignorancia absoluta. A obstruir su paso con construcciones, a contaminarlos, a estrecharlos, a reducirlos a una sombra de lo que son. Un desprecio que provoca la degradación ambiental de elementos clave para el paisaje e incrementa nuestra vulnerabilidad frente a episodios de inundación y otros riesgos naturales.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493673/original/file-20221106-21-lik405.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Cauce inundado con aguas marrones" src="https://images.theconversation.com/files/493673/original/file-20221106-21-lik405.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493673/original/file-20221106-21-lik405.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493673/original/file-20221106-21-lik405.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493673/original/file-20221106-21-lik405.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493673/original/file-20221106-21-lik405.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493673/original/file-20221106-21-lik405.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493673/original/file-20221106-21-lik405.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Vista aguas abajo del torrent de Ca n’Amer, utilizado como aparcamiento habitualmente, a su entrada en la localidad de Sant Llorenç des Cardassar, Mallorca, unas horas después de la avenida catastrófica que acabó con la vida de 13 personas en octubre de 2018.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Acciones que destruyen los ríos y el paisaje</h2>
<p>Es importante desarrollar <a href="https://www.science.org/doi/full/10.1126/science.1246666">políticas integrales de protección de ríos temporales</a> y establecer soluciones científicas en la toma de decisiones fundamentadas en la naturaleza. </p>
<p>Por ejemplo, la práctica habitual de desbrozo indiscriminado de la vegetación de ribera comporta procesos irreversibles de degradación ambiental. Además, elimina los servicios ecosistémicos que esta vegetación proporciona, como mitigar inundaciones, actuar de reservorios de carbono y regular el clima local. </p>
<p>Estos efectos se pueden observar en multitud de paisajes rurales mediterráneos. La mal llamada limpieza de arroyos está dilapidando un paisaje cultural en el que tradicionalmente la hidrología había sido tratada con delicadeza extrema. </p>
<p>Las prácticas tradicionales de conservación del suelo han permitido retenerlo mediante muros de piedra en seco ubicadas en los márgenes de estos ríos, actualmente muy dañados por estas actuaciones. </p>
<p>En multitud de lugares, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780128119518000023">la urbanización también ha causado una marcada alteración hidrológica</a> de los ríos temporales, modificando la microtopografía de las geoformas fluviales y generando impactos irreversibles en los ecosistemas e incrementando los riesgos de inundación. </p>
<h2>Más ríos temporales debido al cambio climático</h2>
<p>En el grupo <a href="http://medhycon.uib.cat/">MEDhyCON</a> de la Universitat de les Illes Balears llevamos años estudiando las <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S034181622030415X">dinámicas hidrológicas en cuencas mediterráneas</a> y los efectos que el cambio climático y de los usos del suelo provoca en ríos temporales. </p>
<p>La previsión de reducción notable de precipitación a lo largo del s. XXI –según <a href="http://www.oscc.gob.es/es/general/salud_cambio_climatico/Nuevos_escenarios_emision_RCPs.htm">el escenario de mayor emisión de CO₂</a>– producirá <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/02626667.2020.1849708">efectos notables en la escorrentía</a>, ampliando la fase seca y tornando temporales muchos ríos actualmente perennes. </p>
<p>Ante la emergencia climática actual y los futuros escenarios climáticos y de modificación de uso del suelo, es fundamental aplicar soluciones basadas en la naturaleza utilizando un enfoque combinado de gestión del territorio, monitorización ambiental y sistemas de alerta temprana de riesgos naturales para generar una cultura social en pro de la resiliencia y restauración de los ríos temporales. </p>
<p>Con la adopción de <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969719353823">buenas prácticas de gestión territorial y ambiental en ríos temporales</a>, es posible reducir sustancialmente los efectos adversos causados por el calentamiento global y cambios en los usos del suelo. Es urgente gestionar de manera sostenible de estos ríos, pues forman parte intrínseca de un paisaje mediterráneo <a href="https://www.mdpi.com/2073-4441/9/4/259">altamente sensible a los cambios de la dinámica climática global</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193557/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jaume Company Ferrer trabaja para la Universitat de les Illes Balears como investigador predoctoral y es miembro investigador del grupo MEDhyCON</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Joan Estrany, Josep Fortesa, Julián García Comendador, Maurici Ruiz Pérez y Miguel Molina Rotger no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Los ríos temporales a menudo se perciben como entidades marginales que pueden interrumpirse con construcciones o contaminarse sin consecuencias. Pero estos cauces son una pieza fundamental del paisaje mediterráneo que debemos conservar.Joan Estrany, Profesor Titular de Universidad de Geografía Física. Coordinador del Mediterranean Ecogeomorphological and Hydrological Connectivity Research Team, Universitat de les Illes BalearsJaume Company Ferrer, Estudiante de doctorado. Departamento de Biología de la Universitat de les Illes Balears. Miembro del Mediterranean Ecogeomorphological Connectivity Research Team, Universitat de les Illes BalearsJosep Fortesa, Contratado postdoctoral - Doctor en Geografía Física, Universitat de les Illes BalearsJulián García Comendador, Profesor ayudante. Área de Geografía Física del departamento de Geografía de la UIB. Miembro del Mediterranean Ecogeomorphological and Hydrological Connectivity Research Team, Universitat de les Illes BalearsMaurici Ruiz Pérez, Profesor titular de universidad, Universitat de les Illes BalearsMiguel Molina Rotger, Estudiante de doctorado de ingeniería y técnico superior de INUNSAB. Miembro del Mediterranean Ecogeomorphological Connectivity Research Team, Universitat de les Illes BalearsLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1713222021-11-28T20:10:37Z2021-11-28T20:10:37Z¿Puede la inteligencia artificial ayudar a predecir inundaciones?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/433757/original/file-20211124-27-14e6nvn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=10%2C0%2C6699%2C4466&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Inundaciones en Sant Joan Les Fonts, La Garrotxa, Girona, en enero de 2020.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/floods-sant-joan-les-fonts-la-2034482936">Shutterstock / AlbertoGonzalez</a></span></figcaption></figure><p>El estudio actual de la hidrología se enfrenta a numerosos retos. Los efectos del <a href="https://theconversation.com/es/topics/calentamiento-global-56251">calentamiento global</a> se hacen patentes en forma de precipitaciones extremas que derivan en catástrofes para la sociedad. Tenemos ejemplos recientes de riadas con efectos devastadores este verano en <a href="https://theconversation.com/por-que-alemania-no-estaba-preparada-para-las-graves-inundaciones-en-la-cuenca-del-rin-164727">Alemania</a>, <a href="https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/un-millon-de-afectados-y-15-muertos-por-inundaciones-en-el-centro-china/10004-4649965">China</a>, Japón y <a href="https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/la-lluvias-causan-inundaciones-y-cortes-de-vias-en-baleares-jaen-cordoba/10004-4634773">España</a>. </p>
<p>La creciente intervención humana sobre el territorio genera alteraciones muy significativas en las condiciones de drenaje natural de las cuencas hidrográficas –porciones de terreno cuyas aguas afluyen todas a un mismo cauce– y de los movimientos de agua subterránea. </p>
<h2>¿Qué ocurre con la lluvia en la superficie?</h2>
<p>La hidrología en una cuenca es el resultado de la interacción de múltiples procesos muy variables en el espacio y en el tiempo. Dentro de una misma cuenca, puede llover con diferente intensidad en distintos lugares y esas tormentas pueden evolucionar de forma diferente. </p>
<p>La precipitación caída puede infiltrar a distintas tasas en diferentes lugares de la cuenca. Estas tasas dependerán no sólo de la ocupación del suelo, sino también de otros parámetros como sus propiedades físicas o, incluso, su contenido inicial de humedad. </p>
<p>La porción de lluvia no infiltrada discurre hacia los cauces de los ríos en superficie a velocidades variables o puede detenerse en almacenamientos intermedios y alcanzar el cauce principal en distintos momentos.</p>
<p>Por último, una avenida o crecida avanza a lo largo del cauce principal con aportes continuos en cada punto del mismo. Su velocidad depende principalmente de las características geométricas del cauce. </p>
<p>La integración de todos estos procesos genera un sistema con gran variabilidad espacial y temporal, extremadamente complejo de plasmar en un modelo hidrológico para toda la cuenca. El comportamiento conjunto del sistema determina, a grandes rasgos, la aparición de inundaciones y sus consecuencias. </p>
<h2>Modelos para estudiar las cuencas hidrográficas</h2>
<p>Para abordar el estudio de tales sistemas existen modelos de base física muy robustos conceptualmente, pero matemáticamente difíciles de manejar. Su uso a escala de cuenca hidrográfica es muy complejo en la práctica puesto que necesita información muy detallada. También existen modelos empíricos de uso muy frecuente a pesar de que su aplicación generalizada no deja de ser discutible. </p>
<p>En este contexto, los hidrólogos más reputados <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/02626667.2019.1620507">reconocen</a> que los modelos existentes son incapaces de aportar soluciones adecuadas a las necesidades actuales de la hidrología. Estos expertos cuestionan si los modelos actuales son capaces de representar los procesos hidrológicos de forma adecuada a diferentes escalas. Además, llaman a desarrollar técnicas novedosas para la adquisición de datos experimentales sobre los procesos y al uso de datos históricos como base sobre la que construir modelos hidrológicos. </p>
<p>Paradójicamente, a pesar de que existen infinidad de técnicas muy precisas para la medida de variables hidrológicas (precipitación, infiltración, humedad en el suelo, niveles de agua en cauces), los expertos reconocen la falta de datos de calidad. Advierten que esto, en mayor medida que la disponibilidad de modelos conceptualmente indiscutibles, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/02626667.2017.1420191">es clave para avanzar en el conocimiento de los procesos hidrológicos</a>.</p>
<h2>Uso de algoritmos de inteligencia artificial</h2>
<p>El uso de datos históricos para construir modelos a partir de algoritmos de inteligencia artificial o de aprendizaje automático ha experimentado un gran auge en los últimos tiempos. Se han utilizado para modelizar de forma muy precisa multitud de fenómenos como la precipitación en el tiempo (tanto a nivel mensual o estacional como a muy corto plazo), para predecir niveles de flujo en cauces tras tormentas o incluso para identificar las zonas del territorio susceptibles a la aparición de inundaciones y los niveles esperados de tales inundaciones. </p>
<p>Estos algoritmos son muy eficientes para extraer la información contenida en series de datos y muy útiles de cara a clasificar la información o predecir la evolución de los fenómenos hidrológicos. Además, el uso de estas herramientas, y con ello sus posibilidades para aportar información útil para la comprensión de la hidrología, se ve muy favorecido por el desarrollo de las técnicas de medida gracias a los recientes avances en microelectrónica y comunicaciones que permiten desplegar sensores muy precisos o usar drones o satélites.</p>
<p>Sin embargo, estos avances no han sido suficientes. Los hidrólogos todavía no se encuentran satisfechos con los modelos ni con su capacidad para predecir la evolución de los fenómenos hidrológicos. Tampoco creen que los datos recopilados sean suficientemente representativos de los fenómenos a estudiar. </p>
<p>En cierto modo, la capacidad para mejorar el conocimiento de los sistemas hidrológicos y con ello modelizar y predecir mejor su evolución de cara a prevenir inundaciones debe nacer de un cambio de paradigma. Un enfoque radicalmente distinto acorde a las exigencias actuales es necesario. Los fundamentos físicos de los sistemas hidrológicos datan en su mayoría de principios del siglo XX o finales del siglo XIX y la forma en la que se interpretan y se resuelven debe adaptarse al contexto actual y a las herramientas disponibles. </p>
<p>El uso de los algoritmos de inteligencia artificial ensamblados y a disposición de los modelos de base física es un camino poco explorado y que puede aportar nuevas perspectivas interesantes de cara a la mejora de la capacidad de predicción de los modelos. </p>
<p>Por otra parte, el cambio de paradigma también debe considerar que la hidrología actual no debe basarse únicamente en la predicción de (protección ante) fenómenos extremos, sino que el contexto impone desarrollar medidas que también permitan aprovechar la escorrentía de la inmensa mayoría de las tormentas en tanto que recurso escaso y no únicamente evitar los efectos perniciosos de aquellas tormentas que ocurren con una frecuencia muy escasa.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/171322/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sergio Zubelzu recibe fondos de la convocatrias públics de investigación para proyectos relacionados con la materia del presenta artículo</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Sara Esperanza Matendo Matendo y Víctor Galán Vaquerizo no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Los hidrólogos no están satisfechos con los modelos de predicción de avenidas ni con la capacidad de estas herramientas para predecir la evolución de los fenómenos hidrológicos.Sergio Zubelzu, Profesor de Hidrología, Ingeniería Hidráulica y Riego, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Sara Esperanza Matendo Matendo, PhD Candidate, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Víctor Galán Vaquerizo, PhD candidate in Agroengineering, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1637362021-08-03T18:01:44Z2021-08-03T18:01:44ZEl papel de los ríos en el transporte de los residuos plásticos al mar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/413814/original/file-20210729-13-vrujfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=13%2C6%2C4401%2C2925&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Plásticos en la desembocadura del río Segura.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/river-pollution-plasic-caused-by-human-1365245534">Shutterstock / Stu49</a></span></figcaption></figure><p>Actualmente, el plástico es uno de los materiales que más utilizamos en nuestro día a día y también el más abundante entre los residuos que generamos. Este consumo excesivo ha dado lugar a la contaminación por plástico. Esta problemática ambiental a escala mundial ha sido ampliamente estudiada en mares y océanos, y recientemente también se ha evidenciado en ríos.</p>
<h2>¿Cómo se ha convertido el plástico en un problema ambiental?</h2>
<p>El primer polímero completamente sintético se fabricó por primera vez en 1909 por el químico Leo Baekeland, que lo nombró baquelita. La baquelita representaba un nuevo material, que ofrecía multitud de propiedades como durabilidad, flexibilidad y resistencia, y un precio de producción bajo. Estas ventajas lo convirtieron en el primer plástico comercial. A la vez, abrió la puerta a una nueva era de materiales sintéticos que cambiarían el mundo y nuestra vida cotidiana por completo. </p>
<p>Desde entonces, la producción de plásticos ha aumentado exponencialmente. Se <a href="https://advances.sciencemag.org/content/3/7/e1700782">estima</a> que hasta 2015 se habían producido unos 8 300 millones de toneladas de plástico. La mayor parte se han generado en los últimos 20 años y son principalmente envases, caracterizados por una vida útil generalmente corta que los convierte rápidamente en residuos.</p>
<p>Este aumento en la producción de plásticos ha coincidido con un aumento en la producción de residuos plásticos, que se estima alrededor de 6 300 millones de toneladas. Pero el problema es aún más grave cuando nos fijamos en la gestión de estos residuos. </p>
<p>De todos los residuos plásticos producidos mundialmente, se <a href="https://advances.sciencemag.org/content/3/7/e1700782">calcula</a> que únicamente un 9 % se ha reciclado, mientras que un 12 % se ha incinerado y la mayoría, un 79%, se encuentra acumulado en vertederos o en el medio ambiente, dependiendo de la eficiencia en la recogida y gestión de los residuos por parte de los países donde se generan o se consumen.</p>
<p>Además, debido a la característica durabilidad y resistencia del plástico que ha popularizado su uso, los residuos plásticos presentan tasas de degradación muy lentas que favorecen su acumulación en el medio año tras año, por lo que se consideran contaminantes persistentes. </p>
<p>Por ejemplo, la tasa de degradación de las botellas de plástico, uno de los residuos marinos más frecuentes, se estima en 450 años. Y durante esta lenta degradación, estos residuos plásticos pueden originar pequeñas partículas de plástico (menores de 5 milímetros), llamadas <a href="https://theconversation.com/es/topics/microplasticos-62800">microplásticos</a>. Sus consecuencias ambientales y sanitarias aún se desconocen a pesar de las altas concentraciones registradas en mares y océanos.</p>
<p>En resumen, la alta demanda de plástico ha incrementado exponencialmente su producción. Esto ha dado lugar a una creciente generación de residuos plásticos que en gran medida se acumulan en vertederos o en el medio ambiente, por lo que la contaminación por plásticos en nuestro entorno es cada día más evidente.</p>
<h2>Evidencias científicas de la contaminación por plástico</h2>
<p>Las <a href="https://tos.org/oceanography/article/the-story-of-plastic-pollution-from-the-distant-ocean-gyres-to-the-global-policy-stage">primeras evidencias de esta contaminación</a> se obtuvieron en 1972, cuando se publicó el primer artículo científico que informaba sobre la presencia de residuos plásticos en el océano, concretamente en el mar de los Sargazos, en medio del Atlántico Norte. </p>
<p>A partir de entonces, las evidencias de la contaminación por plásticos han aumentado exponencialmente, especialmente en ecosistemas marinos, que han sido los ecosistemas más estudiados. Se ha documentado la presencia de plásticos en islas remotas del Pacífico, en las profundas fosas marinas y en el océano Ártico. La contaminación por plástico es un problema ambiental global. </p>
<p>También se han descrito cinco islas de plástico. Estas grandes áreas de agrupación de plásticos se acumulan en cada uno de los giros subtropicales oceánicos localizados a ambos lados del Ecuador, debido al viento y a las corrientes marinas.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/413815/original/file-20210729-25-1q0umjc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/413815/original/file-20210729-25-1q0umjc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/413815/original/file-20210729-25-1q0umjc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/413815/original/file-20210729-25-1q0umjc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/413815/original/file-20210729-25-1q0umjc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/413815/original/file-20210729-25-1q0umjc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/413815/original/file-20210729-25-1q0umjc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/413815/original/file-20210729-25-1q0umjc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Basura en una playa de Bali (Indonesia).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/garbage-cover-beach-bali-during-high-740004160">Shutterstock / Mike Workman</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿De dónde proceden todos estos residuos?</h2>
<p>Los residuos plásticos que encontramos en los ecosistemas marinos provienen en gran parte del aporte terrestre. Un <a href="https://science.sciencemag.org/content/347/6223/768%20/">estudio liderado por la investigadora Jenna Jambeck</a>, de la Universidad de Georgia, estimó que en 2010 se arrojaron al mar desde zonas costeras 8 millones de toneladas de plástico. Esto sería equivalente a tirar 5 bolsas de la basura llenas al mar cada 30 cm de costa mundial. ¡Y esto en un solo año! </p>
<p>Año tras año, los residuos se van acumulando en mares y océanos, dónde interfieren con el desarrollo de las especies marinas y el funcionamiento del ecosistema. Por ejemplo, varios estudios han demostrado que las bolsas de plástico pueden ser trampas mortales para aves y tortugas marinas, debido principalmente al enredo, que limita el movimiento, la respiración o la ingestión. </p>
<p>Más allá de la estimación realizada por el equipo de Jambeck, pocos estudios han indagado en el origen de los residuos plásticos que encontramos en el mar. Por ejemplo, prácticamente no existen evidencias sobre el rol de los ríos en este aporte. </p>
<p>Si <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0043135418304597?casa_token=O5pK4jyy7vIAAAAA:wKAqrXm1BqA9Yk6C4FHexzN9C4qEWJWIzL2y-z7zLYwDOZ-Pr0iSdM2WoP8OrUr9pqsERmIjYw">revisamos todos los estudios científicos</a> publicados hasta 2015 en relación a la contaminación por plásticos, vemos que un 87 % se ha centrado en los ecosistemas marinos, mientras que solo un 13 % en ecosistemas de agua dulce como los ríos, donde es prácticamente desconocida. </p>
<h2>Ríos de plástico</h2>
<p>Los ríos pueden recoger y transportar los residuos mal gestionados de poblaciones de interior hacia el mar. Por lo tanto, pueden tener un papel relevante en el aporte de plásticos al mar. Partiendo de esta hipótesis, un <a href="https://www.nature.com/articles/ncomms15611?fbclid=IwAR3fAf6KL6infhdr55Nw80FhWtJO1WrwqNaTOlzA13uEsSptK2rei7qatn4">estudio</a> publicado en 2017, y liderado por el investigador Laurent Lebreton, estimó que entre 1,1 y 2,4 millones de toneladas de plástico eran transportadas anualmente por los ríos hacia el mar, con una contribución mayoritaria de los ríos asiáticos.</p>
<p>Para poder verificar estas estimaciones y diseñar métodos de gestión eficaces basados en evidencias científicas, es necesario incrementar el número de estudios realizados en estos sistemas fluviales. </p>
<p>Agrupando todos los datos obtenidos en los pocos trabajos realizados hasta el momento, en 2020 se determinaron los <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969719352349">macroplásticos más comunes</a> en los ríos de Europa. El 59 % de todos los residuos encontrados eran plásticos de un solo uso, relacionados con nuestros hábitos de consumo y, especialmente, envoltorios de alimentos, botellas y tapones, y bolsas de plástico. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/413816/original/file-20210729-13-17dntci.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/413816/original/file-20210729-13-17dntci.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/413816/original/file-20210729-13-17dntci.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/413816/original/file-20210729-13-17dntci.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/413816/original/file-20210729-13-17dntci.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/413816/original/file-20210729-13-17dntci.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/413816/original/file-20210729-13-17dntci.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/413816/original/file-20210729-13-17dntci.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Alumnos del Institut Vallvera de Salt participan en el proyecto de ciencia ciudadana ‘Pescadors de Plastic’.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://mon.uvic.cat/pescadors-de-plastic/2021/06/06/institut-vallvera-pescadors-de-plastic/">Pescadors de Plàstic</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Ciencia ciudadana para rastrear los residuos</h2>
<p>Muchos de los datos recogidos en este estudio procedían de observaciones realizadas por ciudadanos. La ciencia ciudadana puede ser una buena opción para obtener datos a grandes escalas espaciales y temporales y, al mismo tiempo, aumentar la conciencia ciudadana sobre el esta problemática ambiental y el efecto de nuestros hábitos de consumo. </p>
<p>Los plásticos más comunes detectados en los ríos coincidieron también con los más comunes en playas europeas, tal y como corroboró una iniciativa ciudadana promovida por la Agencia Europea de Medio Ambiente desde 2014, que reportó que cerca del 80 % de los residuos que entran en el mar son plásticos, principalmente bolsas y botellas.</p>
<p>Otra de las iniciativas de ciencia ciudadana que también ha contribuido a aumentar el conocimiento sobre la contaminación por plásticos en ríos europeos ha sido el proyecto <a href="https://www.plastic-pirates.eu/en">Plastic Pirates</a>. Se trata de un proyecto de ciencia ciudadana escolar coordinado por la Universidad de Kiel, en Alemania, que tiene como objetivo determinar las fuentes y los tipos principales de residuos en los ríos mediante muestreos en la ribera del río, y que ha obtenido resultados muy relevantes hasta el momento. </p>
<p>Por ejemplo, durante el curso escolar 2016-2017, este proyecto involucró 360 grupos escolares que muestrearon ríos a lo largo de toda Alemania. Los datos obtenidos determinaron que los plásticos (33 %) y las colillas de cigarro (20 %) eran los residuos más frecuentes en los ríos muestreados, y que la principal fuente de estos residuos podía provenir sobre todo de las visitas recreacionales al río. </p>
<p>De manera similar, en Cataluña se inició en 2019 el proyecto de ciencia ciudadana en el ámbito escolar <a href="https://mon.uvic.cat/pescadors-de-plastic/resultats-obtinguts-2020-2021/">Pescadors de Plastic</a>, que tiene cómo objetivo estudiar la presencia de residuos plásticos a escala de cuenca en diferentes ríos catalanes. Este es un proyecto coordinado por el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic que ha recibido financiación por parte de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), del Ministerio de Ciencia e Innovación. </p>
<p>En la última edición de este proyecto, alrededor de 1 225 alumnos de diferentes centros educativos catalanes muestrearon 49 tramos de estudio distribuidos a lo largo de cuatro cuencas fluviales. En todos ellos encontraron residuos en la ribera del río. De estos residuos, casi la mitad (48 %) fueron plásticos, de los cuales el 86 % eran de un solo uso, con predominio de las bolsas de plástico y los envoltorios de alimentos.</p>
<p>Actualmente la ciencia ciudadana está ayudando a entender mejor las causas y consecuencias de la contaminación por plásticos, también en los ríos, dónde los resultados obtenidos hasta el momento parecen confirmar que también es relevante. </p>
<p>Los datos parecen indicar que los plásticos de un solo uso son los más predominantes en estos ecosistemas, como se ha visto previamente en el ecosistema marino y en las zonas costeras. Esto confirma, una vez más, que modificar nuestros hábitos de consumo es crucial para abordar esta problemática ambiental. </p>
<p>De todos modos, aún son necesarios muchos más estudios que permitan identificar las fuentes principales de estos residuos, los principales factores que determinan su transporte y las posibles interacciones de estos con la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos. Toda esta información puede ayudar a diseñar e implementar estrategias que permitan reducir la acumulación de los residuos en el medio ambiente. Muy probablemente, estas estrategias deban empezar por modificar nuestros hábitos de consumo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163736/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>El Centro Tecnológico BETA, de la Universidad de Vic, ha recibido fondos de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) - Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para la ejecución del proyecto Pescadors de Plàstic.</span></em></p>Identificar las fuentes de estos contaminantes, los factores que influyen en su transporte y su efecto en los ecosistemas acuáticos permitirá desarrollar estrategias para reducir su acumulación.Meritxell Abril, Investigadora - Ecología Aplicada y Cambio Global, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1557852021-03-12T18:54:34Z2021-03-12T18:54:34ZEl grito de socorro de los ríos, asfixiados y convertidos en canales de desagüe<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/389280/original/file-20210312-16-wvv2bp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3828%2C2155&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/aerial-view-car-bridges-mountains-spain-1237499983">Shutterstock / Novikov Aleksey</a></span></figcaption></figure><p>En el Día Internacional de Acción por los Ríos, celebrado cada 14 de marzo, dirijamos la mirada a estos sistemas naturales que tan importantes han sido, son y serán para el desarrollo ambiental, social, cultural y económico de la humanidad. </p>
<p>Es necesario poner de manifiesto lo inestable que es la relación hombre-río en la actualidad, en un contexto de cambio climático en el que la fuerte antropización está <em>robándoles</em> su identidad, dinamicidad y territorio.</p>
<p>Los ríos son sistemas naturales dinámicos, complejos y extremadamente sensibles a cualquier tipo de cambio ya sea climático, hidrológico o antrópico. Estos suponen una ruptura en el equilibrio entre el caudal y la carga transportada. Cualquier actuación acometida en el río o en su cuenca se va a manifestar tanto en el cauce como en su llanura aluvial.</p>
<p>Entre las principales actividades humanas que <a href="https://experts.umn.edu/en/publications/essential-elements-in-the-case-for-river-conservation-2">afectan a los sistemas fluviales</a> figuran las siguientes:</p>
<ul>
<li><p>Los cambios de usos del suelo.</p></li>
<li><p>La remoción de la vegetación de ribera.</p></li>
<li><p>Las obras de defensa contra avenidas, dragados y canalizaciones.</p></li>
<li><p>La extracción de áridos.</p></li>
<li><p>La agricultura y las plantaciones de choperas. </p></li>
<li><p>El pastoreo.</p></li>
<li><p>La regulación de caudales. </p></li>
<li><p>La contaminación de aguas. </p></li>
<li><p>La abstracción-incorporación de caudales. </p></li>
<li><p>La explotación de especies nativas.</p></li>
<li><p>La introducción de especies exóticas.</p></li>
<li><p>La navegación.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/389250/original/file-20210312-19-erb0a1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/389250/original/file-20210312-19-erb0a1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/389250/original/file-20210312-19-erb0a1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/389250/original/file-20210312-19-erb0a1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/389250/original/file-20210312-19-erb0a1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/389250/original/file-20210312-19-erb0a1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/389250/original/file-20210312-19-erb0a1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/389250/original/file-20210312-19-erb0a1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El río Genil en Palma del Río, provincia de Córdoba, durante los trabajos de encauzamiento (2004).</span>
<span class="attribution"><span class="source">María Belén García Martínez</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Las consecuencias para los ríos</h2>
<p>Por introducir al lector en esta temática, me gustaría destacar algunas de las implicaciones que conllevan ciertas actuaciones, como la <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7564843">construcción abusiva de embalses</a>, que alteran su régimen natural. </p>
<p>En <a href="https://idus.us.es/handle/11441/36673">los ríos de la cuenca del Guadalquivir</a> hemos registrado una reducción genérica del volumen de caudal circulante por el cauce, una inversión del régimen o incluso una mayor <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7366629">irregularidad hidrológica</a>. Se ha ampliado el número de meses en los que el río no lleva prácticamente caudal como consecuencia de la <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=47310">retención del flujo en las presas</a>. </p>
<p>El anterior fenómeno, junto con la retención de sedimentos en los embalses, conlleva el estrechamiento y la incisión de los cauces. Pierden progresivamente la conectividad con sus llanuras de inundación. Esta tendencia al hundimiento supone además un serio problema para obras de infraestructuras, como puentes o carreteras próximas, por socavamiento. </p>
<p>Un ejemplo es el puente de Tomás de Ibarra sobre el <a href="https://idus.us.es/handle/11441/52490">río Rivera de Huelva</a>, en Guillena (Sevilla). La fuerte incisión en el río que genera la inestabilidad del puente estaría asociada a la irregularidad del régimen, la generación de ondas de crecida rápidas y el efecto de <em>aguas limpias</em>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/389100/original/file-20210311-14-kdiuxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/389100/original/file-20210311-14-kdiuxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/389100/original/file-20210311-14-kdiuxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/389100/original/file-20210311-14-kdiuxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/389100/original/file-20210311-14-kdiuxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/389100/original/file-20210311-14-kdiuxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/389100/original/file-20210311-14-kdiuxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/389100/original/file-20210311-14-kdiuxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El cauce del Rivera de Huelva en la transversal Guillena (Sevilla). Patrón morfológico de cauce efímero con carga grosera, flujo desconectado, ausencia de vegetación de ribera.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Belén García Martínez,</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Cambios en la vegetación</h2>
<p>El régimen de caudales y sus efectos sobre los cauces fluviales es el <a href="https://link.springer.com/article/10.1672/0277-5212(2005)025%5B0143:UOISRA%5D2.0.CO;2">garante de la composición y distribución de la vegetación de ribera, así como de su estructura y abundancia</a>. Los cambios descritos serían los responsables de la migración de la vegetación hacia el lecho para satisfacer sus necesidades hídricas y, en parte, de la pérdida de biodiversidad natural e integridad de estos ecosistemas. Pero no es la única causa. </p>
<p>Reiteradamente asistimos a la degradación intensa de estos espacios. Se sustituyen en muchos casos especies endémicas por foráneas, como el eucalipto. En otros casos, desaparecen en su totalidad para dejar paso a pequeñas y medianas explotaciones agrarias. </p>
<p>Estas actuaciones no solo desatienden lo que establece la <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2001-14276">Ley de Aguas</a> y la obligación de proteger el <a href="https://www.miteco.gob.es/es/agua/temas/delimitacion-y-restauracion-del-dominio-publico-hidraulico/">Dominio Publico Hidráulico</a>, sino que disminuye la labor de laminación de las ondas de crecida en la llanura, la capacidad de retención de sedimentos y la fijación de las márgenes.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/389101/original/file-20210311-13-1236ozr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/389101/original/file-20210311-13-1236ozr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/389101/original/file-20210311-13-1236ozr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/389101/original/file-20210311-13-1236ozr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/389101/original/file-20210311-13-1236ozr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/389101/original/file-20210311-13-1236ozr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/389101/original/file-20210311-13-1236ozr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/389101/original/file-20210311-13-1236ozr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Invasión de la zona de servidumbre en el río Guadalbarcar.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Belén García Martínez</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>No se consigue acabar con el peligro de las inundaciones en una población totalmente asentada en las llanuras de inundación. Es la paradoja de la tecnología contemporánea. Si bien los embalses pueden evitar las inundaciones periódicas de menos entidad (ordinarias), suponen un riesgo añadido cuando el efecto laminador se ve superado por la persistencia del fenómeno, y las presas deben aliviar agua ante el peligro de rotura. </p>
<p>Se origina un efecto no deseado aún más peligroso en aquellas llanuras que han quedado desprovistas de sus bosques de ribera y se han desmantelado u obstaculizado los elementos morfológicos (cauces abandonados) con capacidad para evacuar y redirigir el caudal de crecida. Un buen ejemplo lo encontramos en el <a href="https://idus.us.es/handle/11441/52489">doble meandro abandonado de Cantillana</a>. Desconectado del Guadalquivir tras su acortamiento y la construcción de la presa de Cantillana, sigue recobrando su funcionalidad en crecidas extraordinarias y generando desastres cuantiosos en la llanura.</p>
<h2>Una sociedad desligada de los ríos</h2>
<p>De ser una sociedad adaptada al medio, en la que los ríos eran espacios de encuentro, de ocio, ejes vertebradores de la sociedad y la cultura hemos pasado a ir invadiendo el espacio del río, con un solo objetivo: rentabilizar al máximo el recurso sin importar la calidad del sistema que lo genera. </p>
<p>En ese proceso, al río se le ha ido despojando de su categoría de río para, en muchos casos, otorgarles la de <em>canales de desagüe</em> y constriñéndolos en ocasiones al mero cauce. Sin embargo, es esta sociedad que vive de espaldas a los ríos la que sigue exigiendo seguridad frente a ellos.</p>
<p>La desnaturalización y escasa vigilancia de estos espacios de gran valor natural, a veces con la complacencia de la Administración, no ayuda a la implementación de la <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2000-82524">Directiva Marco de Agua</a> orientada a prevenir el deterioro, mejorar el estado de los ecosistemas acuáticos y promover un uso sostenible del agua.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/155785/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Belén García Martínez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El 14 de marzo se celebra el Día Internacional de Acción por los Ríos. Es necesario frenar el deterioro que sufren a causa del hombre, mejorar el estado de los ecosistemas acuáticos y promover un uso sostenible del agua.Belén García Martínez, Profesora Contratada Doctora, Área de Geografía Física, Dpto. Geografía Física y Análisis Geográfico Regional, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1437842020-08-17T19:03:00Z2020-08-17T19:03:00Z‘Gammarus duebeni’, los pequeños crustáceos trituradores de microplásticos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/352696/original/file-20200813-14-1v716v9.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2540%2C1216&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">'Gammarus duebeni', el animal parecido a un camarón que puede fragmentar microplásticos.</span> <span class="attribution"><span class="source">Alicia Mateos Cárdenas</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Los microplásticos <a href="https://theconversation.com/la-contaminacion-quimica-del-plastico-una-amenaza-silenciosa-116669">están presentes en los océanos y mares</a> y se ha demostrado su <a href="https://theconversation.com/how-microplastics-make-their-way-up-the-ocean-food-chain-into-fish-69148">presencia en varias especies marinas</a>. Sin embargo, sabemos relativamente poco acerca de lo que ocurre en ríos y lagos. No conocemos exactamente su origen, su destino ni –lo que es más importante– su impacto en las cadenas alimentarias.</p>
<p>Hasta ahora, la fragmentación del plástico se había atribuido en gran medida a procesos como la exposición al sol o la acción de las olas, que pueden durar años o décadas. Pero resulta que un pequeño crustáceo de río, parecido a un camarón, es capaz de hacerlo mucho más rápido.</p>
<p>Soy investigadora postdoctoral especializada en microplásticos en el medioambiente. En mi último estudio, mi equipo y yo demostramos que un crustáceo muy común en ríos es capaz de romper microplásticos (piezas de plástico de menos de 5 mm) en nanoplásticos (fragmentos menores de un micrómetro, cinco mil veces más pequeños). Este proceso biológico puede suceder en cuestión de días, mucho más rápido de lo estimado previamente. </p>
<p>Nuestro hallazgo, publicado recientemente en la revista <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-020-69635-2"><em>Scientific Reports</em></a>, destaca el papel de la fragmentación biológica de los microplásticos, que prácticamente no se ha investigado hasta ahora.</p>
<p>El animal en cuestión es un crustáceo de 2 cm de largo, el anfípodo de agua dulce <em>Gammarus duebeni</em>. Aunque esta especie en particular vive en arroyos irlandeses, pertenece a un grupo más grande de invertebrados muy comunes tanto en aguas continentales como en océanos de todo el mundo. Por lo tanto, nuestro descubrimiento tiene grandes implicaciones para el estudio del destino de los microplásticos en el medio acuático.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/352700/original/file-20200813-24-15h2z64.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Arroyo irlandés" src="https://images.theconversation.com/files/352700/original/file-20200813-24-15h2z64.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/352700/original/file-20200813-24-15h2z64.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/352700/original/file-20200813-24-15h2z64.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/352700/original/file-20200813-24-15h2z64.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/352700/original/file-20200813-24-15h2z64.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/352700/original/file-20200813-24-15h2z64.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/352700/original/file-20200813-24-15h2z64.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Los anfípodos ‘Gammarus duebeni’ se encuentran en arroyos irlandeses como este en Cork.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Alicia Mateos Cárdenas</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Nuestros primeros experimentos tenían como objetivo comprender los posibles efectos negativos (si los hubiera) de la ingesta de microplásticos en estos anfípodos. Sin embargo, los resultados preliminares nos llevaron a desarrollar nuevos experimentos para demostrar que <em>G. duebeni</em> los estaba fragmentando biológicamente.</p>
<p>Para comprobarlo, expusimos a los pequeños crustáceos a cierto tipo de microplásticos de polietileno –perfectamente esféricos, como las microperlas en exfoliantes, y con un tinte específico– en el laboratorio. Después, diseccionamos los tractos digestivos de los animales y los observamos en un microscopio de fluorescencia, capaz de rastrear los microplásticos coloreados en los tejidos. </p>
<p>Demostramos así que <em>Gammarus duebeni</em> es capaz de romper los microplásticos en fragmentos de diferentes formas y tamaños, incluidos los nanoplásticos, en menos de cuatro días. </p>
<p>Fuimos capaces de detectar esta fragmentación gracias a la forma esférica de las microperlas, el tipo de microplásticos que utilizamos inicialmente. Cualquier plástico con una forma irregular tenía que proceder de la fragmentación realizada por los animales. Casi el 66 % de los microplásticos encontrados en los intestinos de los anfípodos habían sufrido este proceso en tan solo cuatro días. </p>
<p>Sorprendentemente, la proporción de fragmentos de plástico más pequeños fue más alta cuando los anfípodos fueron <em>purgados</em> en el laboratorio en un proceso de depuración, es decir, en un ambiente limpio sin plásticos pero con su comida. Este hallazgo indica que la fragmentación biológica podría estar estrechamente relacionada con el proceso de alimentación.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/352701/original/file-20200813-24-1agd2fn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Fragmentos de microplásticos y nanoplásticos" src="https://images.theconversation.com/files/352701/original/file-20200813-24-1agd2fn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/352701/original/file-20200813-24-1agd2fn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=218&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/352701/original/file-20200813-24-1agd2fn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=218&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/352701/original/file-20200813-24-1agd2fn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=218&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/352701/original/file-20200813-24-1agd2fn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=274&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/352701/original/file-20200813-24-1agd2fn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=274&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/352701/original/file-20200813-24-1agd2fn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=274&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Dos microplásticos (izquierda) y nanoplásticos (derecha) encontrados en los tractos digestivos de los anfípodos.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Alicia Mateos-Cárdenas</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Además, llevamos a cabo controles de calidad, varios experimentos paralelos para asegurarnos de que el plástico estaba siendo fragmentado por los anfípodos y no por otras razones, y de que efectivamente estábamos observando las partículas fluorescentes.</p>
<h2>Microplásticos en la cadena alimentaria</h2>
<p>¿Por qué son importantes nuestros resultados? Ya sabemos que los microplásticos pueden acumularse en el intestino de aves marinas y peces, y actualmente se cree que las partículas plásticas más pequeñas (nanoplásticos) podrían incluso penetrar células y tejidos, donde sus efectos podrían ser mucho más difíciles de predecir.</p>
<p>El hecho de que un animal tan común pueda generar rápidamente una gran cantidad de nanoplásticos en cuestión de días es preocupante. Dado que estos crustáceos son presa de peces y aves, cualquier fragmento o nanoplástico que produzcan podría entrar en la cadena alimentaria. </p>
<p>Por ejemplo, científicos de la Universidad de Cardiff han demostrado recientemente por primera vez el <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/gcb.15139">transporte de microplásticos entre diferentes niveles de la cadena trófica de un río</a>, desde pequeños invertebrados hasta mirlos acuáticos europeos, uno de los pocos pájaros cantores que pueden nadar bajo el agua. Encontraron microplásticos en el material regurgitado por los mirlos y en los excrementos tanto de los adultos como de los pollos.</p>
<p>Todavía no sabemos exactamente qué efecto tiene esta transferencia de nanoplásticos en las aves, especialmente en las más jóvenes. Pero nuestros resultados sobre la fragmentación biológica de los microplásticos pueden ayudar a comprender mejor el papel que pueden desempeñar los animales en el destino de los plásticos en las aguas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/143784/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>In this study, Alicia Mateos Cárdenas received funding from the Irish Environmental Protection Agency (EPA). This project was funded under the EPA Research Programme 2014–2020. The EPA Research Programme is a Government of Ireland initiative funded by the Department of Communications, Climate Action and Environment. It is administered by the Environmental Protection Agency, which has the statutory function of co-ordinating and promoting environmental research. This UCC project was supervised by Professor Marcel Jansen, Dr Frank van Pelt and Professor John O’Halloran.</span></em></p>El hallazgo de que un animal tan común puede generar una gran cantidad de nanoplásticos en cuestión de días es preocupante.Alicia Mateos Cárdenas, Postdoctoral Researcher, University College CorkLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1435042020-08-04T16:37:56Z2020-08-04T16:37:56ZContaminación, el silencioso enemigo de la CDMX en la lucha contra el COVID-19<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/350469/original/file-20200730-31-18xjodp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C31%2C5145%2C3414&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La Ciudad de Mexico, 20 de mayo, 2018. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://www.apimages.com/metadata/Index/Mexico-Pollution/bf0cb5c6c58140afa6693a2e8c0157cd/75/0">AP Photo/Marco Ugarte</a></span></figcaption></figure><p>La Ciudad de México es un tazón de polvo, una <a href="https://www.redalyc.org/pdf/312/31204702.pdf">megalópolis contaminada</a> donde la respiración es difícil y la ropa recién lavada colgada para secarse se pone rígida por la noche. Incluso antes de que la pandemia de COVID-19 comenzara a golpear la capital del país, los residentes regularmente usaban cubrebocas durante las <a href="https://www.cnn.com/2019/05/17/americas/mexico-city-pollution-in-photos-intl/index.html">frecuentes contingencias ambientales</a>.</p>
<p>Ahora, la contaminación del aire en la Ciudad de México, que contribuye a las altas tasas de <a href="https://www.gob.mx/inecc/documentos/coronavirus-sars-cov-2-contaminacion-atmosferica-y-riesgos-a-la-salud">enfermedades respiratorias y cardiovasculares</a>, está haciendo que los 21 millones de personas del área metropolitana sean más vulnerables al coronavirus.</p>
<p>Pero no siempre fue un desastre ecológico y de salud. Como centro del imperio azteca, era verde y diverso. Ya a principios del siglo XX, 45 ríos atravesaban el territorio.</p>
<p>La decisión de enterrar y pavimentar sus ríos, creando la metrópolis árida de hoy, fue un plan del siglo XX destinado a proteger a los residentes de enfermedades, específicamente, el cólera, la <a href="http://oa.upm.es/57891/1/TFG_20_CODERCH_CARRETERO_PAULA.pdf">malaria y otras transmitidas por el agua a causa de las frecuentes inundaciones</a>.</p>
<h2>Orígenes de la Ciudad de México</h2>
<p>Soy una <a href="https://scholar.google.com/citations?user=LA4-pCYAAAAJ&hl=en">erudita que estudia la pobreza</a> con un enfoque en las áreas urbanas, y la Ciudad de México es mi ciudad gris de concreto. La relación entre su geografía, su historia, y los resultados de salud es relevante hoy, ya que la ciudad lucha con su último brote de enfermedad.</p>
<p><a href="https://www.redalyc.org/pdf/312/31204702.pdf">La CDMX fue fundada</a> por los aztecas, pero que se autodenominaban Tenochcas, en 1325. Los aztecas construyeron su ciudad sobre una roca en el lago de Texcoco, principalmente porque los lugares más importantes a lo largo de la costa ya estaban ocupados.</p>
<p>Para 1427, los poderosos aztecas habían derrotado a sus vecinos a orillas del lago y habían construido una brillante capital que abarcaba el lago. La ciudad, llamada Tenochtitlán, fue construida en medio del agua por el desarrollo de “<a href="http://zaloamati.azc.uam.mx/handle/11191/5077">chinampas</a>”, pequeñas parcelas en el lago llenas de escombros, cerámica, y tierra para crear tierra sólida, con canales que fluyen a su alrededor.</p>
<p>El principal cronista de la colonización española de México, <a href="https://www.gutenberg.org/files/32474/32474-h/32474-h.htm">Bernal Díaz del Castillo</a>, describió a Tenochtitlán como entrecruzado por maravillas de ingeniería como calzadas y puentes extraíbles, y lleno de palacios “espléndidos”. Díaz del Castillo cuenta que el mercado de la ciudad era más grande y mejor regulado que los de <a href="https://www.gutenberg.org/files/32474/32474-h/32474-h.htm">Constantinopla o Roma</a>. Como en el imperio romano, los acueductos abastecían a la ciudad de <a href="https://www.gutenberg.org/files/32474/32474-h/32474-h.htm">agua dulce</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/345079/original/file-20200701-53-1eotava.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/345079/original/file-20200701-53-1eotava.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/345079/original/file-20200701-53-1eotava.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/345079/original/file-20200701-53-1eotava.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/345079/original/file-20200701-53-1eotava.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/345079/original/file-20200701-53-1eotava.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/345079/original/file-20200701-53-1eotava.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/345079/original/file-20200701-53-1eotava.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Réplica de Tenochtitlan, con sus calzadas y canales.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://flic.kr/p/4ULeHK">Randal Sheppard/flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Tenochtitlán se parecía a Venecia, espléndido, y tenía los mismos problemas de salud, como agua contaminada, mosquitos, y olores desagradables. Pero los aztecas <a href="https://www.redalyc.org/pdf/312/31204702.pdf">manejaban bien la ciudad y evitaban las inundaciones</a>. Sus diques y vías fluviales permitieron que floreciera una <a href="https://www.jstor.org/stable/pdf/40315074.pdf?refreqid=excelsior%3A92c9cb15fd681165ffef84e7676e5128">gran diversidad de plantas y animales</a>, y el sistema agrícola con ‘chinampas’, en el que la tierra se reponía con tierra dragada del fondo del lago, era <a href="https://www.jstor.org/stable/pdf/40315074.pdf?refreqid=excelsior%3A92c9cb15fd681165ffef84e7676e5128">uno de los más productivos</a> que el mundo haya conocido.</p>
<h2>Incompetencia española</h2>
<p>Esa buena gestión urbana <a href="https://www.redalyc.org/pdf/312/31204702.pdf">terminó con la conquista española en 1521</a>. Tenochtitlán fue destruido, sus <a href="https://www.gutenberg.org/files/32474/32474-h/32474-h.htm">palacios y calzadas se convirtieron en escombros en el fondo del lago</a>.</p>
<p>Los españoles no entendían la ecología acuosa del área, <a href="https://www.redalyc.org/pdf/312/31204702.pdf">ni entendían ni respetaban</a> la ingeniería azteca. Para reconstruir su capital, comenzaron a drenar el lago.</p>
<p>Esta estrategia condujo tanto a la sequía como a un suministro de agua inadecuado durante la mayor parte del año. La temporada de lluvias, sin embargo, trajo <a href="https://www.jstor.org/stable/pdf/40315074.pdf?refreqid=excelsior%3A92c9cb15fd681165ffef84e7676e5128">enormes inundaciones</a>. En 1629, se dice que la peor inundación en la historia registrada de la Ciudad de México duró cinco años y mató a más de 30 mil personas debido a ahogamientos y enfermedades. Según los informes, las iglesias <a href="http://oa.upm.es/57891/1/TFG_20_CODERCH_CARRETERO_PAULA.pdf">celebraron misas en los tejados</a>.</p>
<p>La temporada de lluvias convirtió partes de la ciudad en pozos negros, engendrando enfermedades transmitidas por el agua como <a href="http://www.hmc.mil.ar/webResources/Documentos/inundaciones.pdf">el cólera y la malaria</a>, así como la meningitis. Las enfermedades gastrointestinales también asolaban a la población, porque los residentes usaban los ríos de la Ciudad de México para arrojar basura y desperdicios. Los cuerpos <a href="http://oa.upm.es/57891/1/TFG_20_CODERCH_CARRETERO_PAULA.pdf">humanos</a> y <a href="http://www.hmc.mil.ar/webResources/Documentos/inundaciones.pdf">de animales</a> flotaban en las aguas estancadas, emitiendo un terrible hedor.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/345061/original/file-20200701-159785-1btcp7p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/345061/original/file-20200701-159785-1btcp7p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/345061/original/file-20200701-159785-1btcp7p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/345061/original/file-20200701-159785-1btcp7p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/345061/original/file-20200701-159785-1btcp7p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/345061/original/file-20200701-159785-1btcp7p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=513&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/345061/original/file-20200701-159785-1btcp7p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=513&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/345061/original/file-20200701-159785-1btcp7p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=513&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Canales en Xochimilco, un barrio de la Ciudad de México donde las vías fluviales siguen sin encubrir.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/the-aztec-canals-at-the-floating-gardens-of-xochimilco-the-news-photo/152201035?adppopup=true">Werner Forman/Universal Images Group/Getty Images</a></span>
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</figure>
<h2>México ‘en lo profundo’</h2>
<p>México se independizó de España en 1810. Para enfrentar de una vez por todas sus problemas de inundación, los líderes de la ciudad decidieron en la década de 1890 canalizar la lluvia, las aguas de inundación y las aguas residuales lejos de la ciudad a través de un <a href="https://blogdelagua.com/actualidad/inundaciones-en-mexico/">canal de desagüe o drenaje de 48 kilómetros</a>.</p>
<p>Alrededor de este tiempo, la <a href="https://www.jstor.org/stable/pdf/40315074.pdf?refreqid=excelsior%3A92c9cb15fd681165ffef84e7676e5128">población de la capital comenzó a explotar</a>. La Ciudad de México tenía 350,000 residentes en 1900 y 3 millones en 1950. Para <a href="http://zaloamati.azc.uam.mx/handle/11191/5077">la década de 1930</a>, su novedoso sistema de saneamiento ya era insuficiente. Además, los residentes todavía usaban los numerosos ríos de la Ciudad de México para <a href="https://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/2017/06/21/los-rios-de-la">lavar la ropa, como pozos de basura y alcantarillas</a>.</p>
<p>En 1938, el arquitecto Carlos Contreras propuso <a href="http://zaloamati.azc.uam.mx/handle/11191/5077">encerrar</a> tres ríos contaminados, el Piedad, el Consulado, y el Verónica, y convertirlos en un viaducto gigante para <a href="https://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/2017/06/21/los-rios-de-la">evitar inundaciones, enfermedades y muertes</a>. Las condiciones políticas no permitieron que esta idea avanzara en ese momento, pero la idea de <a href="https://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/2017/06/21/los-rios-de-la">poner las sucias vías fluviales de la Ciudad de México en enormes tuberías</a> y enterrarlas se mantuvo viva.</p>
<p>Durante las siguientes décadas, los ríos comenzaron a ser subterráneos. Entre 1947 y 1952, la mayoría de los 45 ríos de la Ciudad de México <a href="http://oa.upm.es/57891/1/TFG_20_CODERCH_CARRETERO_PAULA.pdf">fueron canalizados en tubos gigantes, enterrados y pavimentados</a>. Hoy en día, estos ríos solo son visibles en los nombres <a href="http://zaloamati.azc.uam.mx/handle/11191/5077">de las calles que los atraviesan</a>: Río Mixcoac, Río Churubusco, y otros.</p>
<h2>Cuenco de smog</h2>
<p>Este sistema le dio a la Ciudad de México de mediados de siglo la suficiente capacidad de alcantarillado, carreteras, y edificios para atender a su población. El mal olor y las condiciones insalubres también disminuyeron, porque la gente no podía tirar basura en las vías fluviales cubiertas.</p>
<p>Pero sin sus ríos, la Ciudad de México se secó y se volvió polvorienta. Y debido a su geografía, <a href="https://en.mxcity.mx/2016/04/mexico-citys-mountains/">ubicada</a> en una meseta, rodeada de montañas, el polvo no pudo escapar. La Ciudad de México está en un recipiente que atrapa todo lo que flota en el aire.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/345073/original/file-20200701-13398-bqmlmo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=26%2C6%2C4440%2C2967&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/345073/original/file-20200701-13398-bqmlmo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=26%2C6%2C4440%2C2967&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/345073/original/file-20200701-13398-bqmlmo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/345073/original/file-20200701-13398-bqmlmo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/345073/original/file-20200701-13398-bqmlmo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/345073/original/file-20200701-13398-bqmlmo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/345073/original/file-20200701-13398-bqmlmo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/345073/original/file-20200701-13398-bqmlmo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Ruinas de Teotihuacan, en las afueras de la Ciudad de México, 19 de marzo, 2020.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.apimages.com/metadata/Index/Virus-Outbreak-Mexico-Equinox-Closure/4059b21152624ee09a59daf200a6b542/12/0">AP Photo/Rebecca Blackwell</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>A partir de la década de 1980, el número de automóviles <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S096669231500023X">aumentó a millones</a>, atrapando también la contaminación. Hoy, la Ciudad de México es <a href="https://www.washingtonpost.com/world/2019/05/16/scary-images-mexico-citys-pollution-emergency/">conocida por su smog</a> y por las terribles <a href="https://www.iqair.com/blog/air-quality/air-pollution-particles-in-hearts">consecuencias para la salud</a> que trae la contaminación, incluidos el asma y las enfermedades cardiovasculares.</p>
<p>El brote de coronavirus no fue causado por el aire contaminado. Pero la mala calidad del aire de la ciudad, junto con el <a href="https://www.jornada.com.mx/2009/05/25/capital/043n1cap">hacinamiento y otros factores relacionados con la pobreza</a>, crean las condiciones para que COVID-19 enferme gravemente y mate a más personas.</p>
<p>Al tratar de eliminar las enfermedades transmitidas por el agua, la capital del país terminó ayudando a un virus en el aire a encontrar más huéspedes. Es una ironía de la historia que los aztecas seguramente llorarían.</p>
<p><em>Este artículo fue traducido por <a href="https://www.elfinanciero.com.mx/cdmx/contaminacion-el-silencioso-enemigo-de-la-cdmx-en-la-lucha-contra-el-covid-19">El Financiero</a></em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/143504/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Elena Delavega no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La capital del país nació en un lago, el cual después fue secado, y sus ríos, entubados. Esto, a pesar de haber ocurrido hace bastantes años, representa graves problemas para las personas.Elena Delavega, Associate Professor of Social Work, University of MemphisLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1268492019-12-12T21:03:26Z2019-12-12T21:03:26Z¿Cómo afecta el cambio climático a los ríos?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/305387/original/file-20191205-38993-vtm95x.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C21%2C2035%2C1502&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Río Deba a su paso por Soraluze (Gipúzkoa).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://de.wikipedia.org/wiki/Datei:Soraluze_(Placencia_de_las_Armas)_08.JPG">Zarateman/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Cuando consideramos los posibles impactos del cambio climático en el medio hídrico —por ejemplo, en la evolución de caudales en los ríos— debemos tener en cuenta dos cuestiones principales:</p>
<ul>
<li><p>Las proyecciones suministradas por los modelos climáticos, relativas, sobre todo, a precipitación y temperatura.</p></li>
<li><p>La evolución de caudales prevista en una cuenca a partir de la simulación con modelos hidrológicos. Aquí, la información climática es utilizada como <em>input</em>.</p></li>
</ul>
<p>Al proyectar así los escenarios hidrológicos futuros y llevarlos a la planificación hidrológica, en términos de medidas de adaptación y mitigación, no estamos dando la importancia debida a la evapotranspiración. Esta es con diferencia, el término más olvidado de la ecuación básica del balance hídrico anual en una cuenca: </p>
<p><strong>P (precipitación) = Q (caudales) + ET (evapotranspiración)</strong></p>
<p>La evapotranspiración condiciona la relación espacio-temporal entre el régimen de lluvias y el régimen de caudales en una cuenca.</p>
<h2>El factor hidrológico en el territorio</h2>
<p>Las formas que tenemos de ocupar y ordenar el territorio (especialmente en el medio rural) y las políticas agroforestales asociadas condicionan de forma importante la evapotranspiración y, por tanto, los caudales. Este impacto es más acusado en las estaciones secas del año. </p>
<p>El territorio pasa así de ser un mero receptor de los efectos hídricos del cambio climático a convertirse en un espacio que, con una ordenación con base hidrológica, puede mitigar los efectos negativos y permitir una mejor adaptación a los escenarios esperables.</p>
<p>Es por eso por lo que hace falta más investigación y considerar sus resultados en la planificación del territorio en términos de integridad hidrológica. Es necesaria una visión de cuenca del río, más allá de la visión reducida al cauce. </p>
<p>En la visión cuenca juegan un papel esencial los suelos (sus usos y características) y sus cambios, derivados tanto de la propia adaptación de la vegetación a cambios en el clima como de las decisiones tomadas en ordenación territorial.</p>
<p>Todo esto hay que llevarlo a la modelización hidrológica. De esta manera, en las proyecciones futuras puede distinguirse entre caudales climáticos (los esperables con cambios solo en el clima) y caudales naturales (con cambios en el clima y en los usos del suelo). </p>
<p>Si los futuros escenarios que se derivan de los modelos climáticos son ya bastante variables, la variabilidad cuando nos referimos a los modelos hidrológicos es todavía mayor. A las incertidumbres atmosféricas hay que añadir las terrenales, empezando por la propia consideración de la función hidrológica del territorio.</p>
<p>Cuando hablamos de los regímenes hídricos esperables en los ríos, hay que considerar no solo los caudales medios (de interés en la gestión de recursos), sino también los bajos (condicionantes básicos del buen estado ecológico de las masas de agua) y los altos (ligados al riesgo de avenidas). Todo ello, para las diferentes épocas del año. No es útil abordar el futuro solo en términos de caudales medios anuales. </p>
<p>En resumen: tenemos que considerar en la planificación todo el conjunto del hidrograma, con visión de adaptación.</p>
<h2>Evolución de los caudales</h2>
<p>Con este enfoque, el Grupo de Procesos Hidro-Ambientales de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) hemos llevado a cabo un primer estudio <a href="https://www.euskadi.eus/contenidos/documentacion/eghilur/es_def/adjuntos/02KLIMATEK.pdf"><em>Vulnerabilidad hídrica: de las tendencias del pasado reciente a las del futuro. Adaptación a nuevos escenarios hidrológicos</em></a>. En él intentamos responder a dos preguntas básicas: ¿de dónde venimos? y ¿hacia dónde vamos?</p>
<p>Hemos tratado de analizar, en términos de tendencias estadísticamente significativas, la evolución pasada (últimos 60 años) y el posible futuro (siglo XXI) de los caudales en el área del Golfo de Bizkaia: las cuencas internas vascas, la parte cantábrico-pirenaica de la cuenca del Ebro, la cuenca del Adour y la región de Las Landas. </p>
<p>Hemos contado con un total de 117 estaciones de aforo con datos de calidad. Las tendencias futuras se han simulado mediante modelización en cuencas concretas del País Vasco, usando 16 proyecciones climáticas.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/301806/original/file-20191114-26222-76k2to.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/301806/original/file-20191114-26222-76k2to.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/301806/original/file-20191114-26222-76k2to.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=204&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/301806/original/file-20191114-26222-76k2to.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=204&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/301806/original/file-20191114-26222-76k2to.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=204&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/301806/original/file-20191114-26222-76k2to.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=257&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/301806/original/file-20191114-26222-76k2to.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=257&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/301806/original/file-20191114-26222-76k2to.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=257&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Tendencias pasadas observadas en el estudio.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Las principales conclusiones, para los caudales medios, son:</p>
<ul>
<li><p>En los últimos 60 años hay una tendencia territorialmente generalizada al descenso de caudales en todas las estaciones del año, más significativa en la cuenca del Ebro en otoño e invierno. Esta tendencia se mantiene cuando consideramos los últimos 40 años. </p></li>
<li><p>Si tenemos en cuenta únicamente los últimos 20 años, se observa una tendencia generalizada al aumento en primavera y, sobre todo, en invierno. También existe una clara tendencia al descenso en otoño, que se convierte en la estación más problemática desde el punto de vista de disponibilidad de caudales.</p></li>
<li><p>Mirando al futuro, la simulación muestra para los horizontes 2060 y 2090 tendencias claras al descenso de caudales en todas las estaciones del año, más preocupantes en otoño. </p></li>
<li><p>Para el horizonte más inmediato (2030), sin embargo, algunas simulaciones dan ligeros aumentos de caudal en primavera e invierno. Esto coincide con lo observado hasta el presente, y puede corresponder a un periodo limitado de tiempo, antes de volver a las tendencias claramente descendentes. Dicho de otra manera: las tendencias del futuro más cercano están más condicionadas por el pasado reciente que por los patrones en periodos más prolongados. </p></li>
<li><p>El hecho de que las tendencias observadas sean bastante generalizadas en el territorio considerado (Golfo de Bizkaia, que es zona de transición dentro de la región atlántica) hace pensar que su causa sea también generalizada y esté relacionada con la evolución climática.</p></li>
<li><p>Hemos realizado un análisis preliminar modelizando algunas cuencas del País Vasco con cambios solo en los usos del suelo (bosque, prado, agrícola), manteniendo el clima del pasado. Este estudio muestra que, aunque a escala anual las diferencias entre escenarios pueden no ser grandes, sí lo son a escala estacional. </p></li>
</ul>
<p>Los usos del suelo tienen un papel importante en la regulación del agua, sobre todo en época de caudales bajos, que es, como hemos visto, la más vulnerable a futuro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/126849/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Iñaki Antigüedad Auzmendi recibe fondos de IHOBE-Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ane Zabaleta Lopetegui recibió fondos para esta investigación de IHOBE-Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jesús Ángel Uriarte Goti recibió fondos para esta investigación de IHOBE-Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Maite Meaurio Arrate recibió fondos para esta investigación de IHOBE-Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Tomás Morales Juberías recibió fondos para esta investigación de IHOBE-Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco.</span></em></p>Los caudales de los ríos del Golfo de Bizkaia han disminuido en las últimas décadas, una tendencia que se acentúa en otoño, que seguirá siendo la época más afectada en el futuro.Iñaki Antigüedad Auzmendi, Catedrático de Geodinámica Externa (Hidrogeología), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaAne Zabaleta Lopetegui, Investigadora (Hidrologia), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaJesús Ángel Uriarte Goti, Profesor Agregado del Área de Geodinámica Externa, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaMaite Meaurio Arrate, Profesora de Geología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaTomás Morales Juberías, Profesor en las áreas de Hidrogeología e Ingeniería Geologica, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1248432019-10-08T18:54:26Z2019-10-08T18:54:26ZCómo los huracanes fuertes benefician a los peces caribeños<p>Huracanes como Lorenzo, Dorian y María pueden ser <a href="https://www.washingtonpost.com/world/the_americas/crews-in-the-bahamas-keep-finding-more-bodies-the-official-hurricane-dorian-death-toll-is-rising-more-slowly/2019/09/09/7669c182-d296-11e9-8924-1db7dac797fb_story.html">desastrosos para los humanos y sus propiedades</a>, pero algunos peces han evolucionado exitosamente en estos climas severos.</p>
<p>Nuestro equipo científico estudia cómo los eventos climáticos extremos afectan a los <a href="https://pubs.er.usgs.gov/publication/70192001">peces de río en Puerto Rico</a>. La isla es ideal para examinar <a href="https://academic.oup.com/bioscience/article/63/3/176/228198">los efectos ambientales y humanos</a> sobre los peces de agua dulce, ya que Puerto Rico tiene <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/23766808.2019.1606669">solo nueve especies nativas</a> y, al contrario de lo que ocurre en islas caribeñas de menor tamaño, en Puerto Rico hay muchos ríos – 46, para ser exactos.</p>
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Read more:
<a href="https://theconversation.com/caribbean-fish-love-catastrophic-hurricanes-120801">Caribbean fish love catastrophic hurricanes</a>
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<p>Numerosos peces exóticos, introducidos por los humanos durante el siglo pasado, compiten por alimento y hábitat con especies puertorriqueñas como el Olivo, que puede escalar cascadas, el poderoso Dajao, que puede nadar en corrientes fuertes, y la Guabina, el depredador más voraz.</p>
<p>A estos peces nativos se les encuentra a través del Caribe y su conservación es una prioridad ambiental en la región. Los peces nativos están perfectamente adaptados a sus ambientes y proveen servicios a los humanos, como <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/eff.12397">fuente de alimento y en el transporte de nutrientes</a>. Su presencia es indicadora de ecosistemas saludables y de <a href="https://pubs.er.usgs.gov/publication/70192001">aguas limpias</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/285728/original/file-20190725-136744-15oadbf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/285728/original/file-20190725-136744-15oadbf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/285728/original/file-20190725-136744-15oadbf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=544&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/285728/original/file-20190725-136744-15oadbf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=544&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/285728/original/file-20190725-136744-15oadbf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=544&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/285728/original/file-20190725-136744-15oadbf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=683&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/285728/original/file-20190725-136744-15oadbf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=683&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/285728/original/file-20190725-136744-15oadbf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=683&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los Dajaos nativos de Puerto Rico (arriba) han evolucionado para sobrevivir las crecidas. Los sedentarios diablos rojos, una especie de cíclido nativa de Nicaragua, pero presente en los lagos y ríos de Puerto Rico, está mejor adaptado para las sequías.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Tom Kwak</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Después de que el huracán María <a href="https://theconversation.com/puerto-rico-two-months-after-maria-5-essential-reads-87409">azotara la isla en el 2017</a>, encontramos que solo las especies no nativas - y solo las no nativas - habían sido diezmadas por la tormenta.</p>
<p>Miles de peces exóticos, que están adaptados para <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fevo.2018.00115/full">sobrevivir ante sequías</a> - pero no ante crecidas y flujos extremos - terminaron río abajo durante el huracán María, algunos incluso en el océano. Muchos murieron por los traumas que causa la crecida o por exposición al agua salada.</p>
<p>Los peces nativos, al contrario, <a href="https://esajournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1890/ES15-00224.1">no se vieron afectados por el huracán</a>. La forma de sus cuerpos y su comportamiento están diseñados para sobrevivir en corrientes rápidas y fuertes. Los peces puertorriqueños sufren más con las sequías, ya que se les dificultan las migraciones reproductivas y conseguir alimento cuando hay poca agua.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/285729/original/file-20190725-136759-1lw6zjf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/285729/original/file-20190725-136759-1lw6zjf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/285729/original/file-20190725-136759-1lw6zjf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/285729/original/file-20190725-136759-1lw6zjf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/285729/original/file-20190725-136759-1lw6zjf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/285729/original/file-20190725-136759-1lw6zjf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1010&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/285729/original/file-20190725-136759-1lw6zjf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1010&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/285729/original/file-20190725-136759-1lw6zjf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1010&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El Río Espíritu Santo luego del huracán María en 2017 (arriba) y 18 meses después..</span>
<span class="attribution"><span class="source">P. Gutierrez-Fonseca</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Los grandes huracanes, en resumen, restablecen el balance de los ríos en Puerto Rico, favoreciendo a los peces nativos sobre los introducidos. Lo mismo ocurre con los ríos del resto del Caribe.</p>
<p>¿Y qué peces lograrán ganar la batalla por los recursos en las aguas caribeñas? La respuesta quizás cambie con el clima.</p>
<p>Las predicciones climáticas indican que el Caribe <a href="http://www.caribbeanclimate.bz/ipcc-releases-1-5-report-with-dire-warning-for-the-caribbean-and-the-world/">vivirá ambos extremos en el futuro</a>, más huracanes catastróficos y más <a href="http://www.fao.org/americas/noticias/ver/en/c/419202/">sequías fuertes</a>.</p>
<p>Con la ayuda de nuestro equipo de trabajo y los estudiantes graduados, Gus Engman, Bonnie Myers y Ámbar Torres, estamos haciendo experimentos para entender mejor las interacciones entre los peces nativos y los exóticos en Puerto Rico. </p>
<p>Esta información nos permitirá modelar el balance futuro entre las especies de río - y, con suerte, ayudar a mantener nadando a los peces nativos del Caribe.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/124843/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Thomas J. Kwak es empleado del U.S. Geological Survey y recipe apoyo financiero del U.S. Geological Survey, U.S. Fish and Wildlife Service y del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Alonso Ramirez recibe apoyo financiero del National Science Foundation.</span></em></p>Las tormentas grandes que traen mucha lluvia pueden restaurar el balance natural entre los peces nativos y las especies importadas, según informa un nuevo estudio del Caribe.Thomas J. Kwak, Professor, Unit Leader, North Carolina State UniversityAlonso Ramirez, Professor, North Carolina State UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/830772017-08-30T14:20:37Z2017-08-30T14:20:37ZUna mejor idea para la frontera entre EUA y México: invertimos en el río, no en un muro<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/183495/original/file-20170825-19941-974kbc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El Rio Bravo (o Rio Grande, en Estados Unidos) y el Cañon Santa Elena separa los Estados Unidos (izquierda) de México (derecha).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/kenlund/66959354">Ken Lund</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p><em><a href="https://theconversation.com/heres-a-better-vision-for-the-us-mexico-border-make-the-rio-grande-grand-again-73111">Read in English</a>.</em></p>
<p>Los Estados Unidos y México han compartido su actual frontera internacional por casi 170 años. Hoy ambas naciones cooperan en múltiples niveles con respecto de temas que afectan la región fronteriza, aunque uno no lo supondría a partir de la divisiva retórica que se escucha en ambos países. </p>
<p>La intención del Presidente Trump para la construcción de un muro fronterizo amenaza con debilitar muchas iniciativas binacionales, así como <a href="http://www.npr.org/sections/codeswitch/2017/02/17/514356130/the-environmental-consequences-of-a-wall-on-the-u-s-mexico-border">nuestro medio ambiente compartido</a>. </p>
<p>Como un académico concentrado en la planeación y el diseño urbano de la región fronteriza he trabajado con comunidades en ambos países para restaurar ambientes urbanos y naturales. Veo gran potencial para la <a href="https://theconversation.com/one-way-to-promote-green-infrastructure-in-your-city-78975">infraestructura verde</a> – una que emplea sistemas vivos naturales para entregar beneficios a la gente y al medio ambiente local. </p>
<p>Esta aproximación puede ayudar a mitigar la contaminación del aire y el agua, restaurar suelos y hábitats y regenerar comunidades de plantas, animales y humanos. </p>
<p>También veo una oportunidad para México y los Estados Unidos para trabajar juntos en una escala mucho mayor. En lugar de gastar miles de millones de dólares en un muro fronterizo, soy de los proponentes de una visión alternativa: regenerar el <a href="https://www.americanrivers.org/river/rio-grande-river/">Río Bravo</a> de México, conocido como Río Grande en Estados Unidos, que hace parte de más de la mitad de la frontera, para formar el corredor de un parque binacional que mostrará nuestro espectacular paisaje compartido.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/181599/original/file-20170809-10793-1nqgax0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/181599/original/file-20170809-10793-1nqgax0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/181599/original/file-20170809-10793-1nqgax0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=709&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/181599/original/file-20170809-10793-1nqgax0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=709&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/181599/original/file-20170809-10793-1nqgax0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=709&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/181599/original/file-20170809-10793-1nqgax0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=890&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/181599/original/file-20170809-10793-1nqgax0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=890&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/181599/original/file-20170809-10793-1nqgax0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=890&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El Río Grande inicia en la parte sur-central del estado de Colorado y fluye por 3.000 kilómetros hasta llegar al Golfo de México.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/Rio_Grande#/media/File:Riogranderivermap.png">Kmusser</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Hoy el caudal de agua del río <a href="https://www.nytimes.com/2015/04/13/us/mighty-rio-grande-now-a-trickle-under-siege.html">está decreciendo</a> debido al cambio climático y desviaciones de agua para emplearse en la agricultura y usos urbanos. El agua está contaminada con fertilizantes y drenajes municipales, se han <a href="https://www.nps.gov/bibe/learn/nature/rio-trouble.htm">perdido al menos 7 especies nativas de peces</a>. Restaurar el río produciría inmensos beneficios para la vida silvestre, la agricultura, la recreación y las comunidades en ambos lados de la frontera. </p>
<h2>Retos ambientales en la frontera</h2>
<p>México y los Estados Unidos han firmado numerosos acuerdos que regulan la frontera, empezando con el <a href="https://www.loc.gov/rr/program/bib/ourdocs/Guadalupe.html">Tratado de Guadalupe Hidalgo</a> de 1848. En 1944 crearon la <a href="https://www.ibwc.gov/home.html">Comisión Internacional de Límites y Aguas</a> para administrar la disponibilidad de agua, la calidad del agua y controlar inundaciones en la región fronteriza. </p>
<p>Los problemas ambientales que afectan a las comunidades de la frontera incluyen <a href="https://pubs.usgs.gov/circ/1380/downloads/Chapter5.pdf">volúmenes de drenajes sanitarios sin tratamiento, contaminación por agro-químicos e inundaciones</a>. La pérdida de hábitat ribereño – las zonas arboladas a lo largo de los ríos – ha reducido la sombra y aumentado la temperatura en los tramos urbanos del río. </p>
<p>Reconociendo estos y otros problemas, los Estados Unidos y México establecieron la <a href="http://www.becc.org/">Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza</a> (COCEF) en un pacto derivado del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Esta organización fondea programas ambientales propuestos por comunidades y gobiernos locales dentro de una franja de 400 kilómetros de ancho a lo largo de la frontera. </p>
<p>Así mismo, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) estableció <a href="https://www.epa.gov/border2020">el programa Frontera 2020</a> para proveer de fondos para resolver o mitigar problemas ambientales en la misma región. </p>
<h2>Reverdeciendo la infraestructura en la frontera</h2>
<p>Como profesor he coordinado talleres aplicados y colaborativos con estudiantes trabajando con autoridades de planeación urbana locales y estatales atendiendo problemas como inundaciones y la carencia de espacios públicos accesibles y de calidad. </p>
<p>Esos proyectos buscan mejorar los sistemas de infraestructura urbanos de manera que aumenten servicios ambientales como el mejoramiento de la calidad del agua. </p>
<p>Por ejemplo, como parte del programa Frontera 2012 (el precedente a Frontera 2020), la EPA suministró fondos para un programa piloto consistente en la construcción de estanques de detención de agua de tormenta para prevenir inundaciones en Nogales, Sonora, México, ciudad hermana de Nogales, Arizona. </p>
<p>Las autoridades locales querían evaluar si dichas infraestructuras podrían también servir como amenidades y espacios públicos.</p>
<p>Trabajando con estudiantes de la Universidad Estatal de Arizona, mi colega <a href="https://isearch.asu.edu/profile/756610">Francisco Lara Valencia</a> y yo escribimos un <a href="http://server.cocef.org/Final_Reports_B2012/20044/20044_Final_Report_EN.pdf">reporte</a> para las autoridades de planeación urbana local. En él propusimos crear una red de espacios verdes interconectados para absorber agua de tormenta entre tanto se crean parques, atrayendo a la naturaleza hacia adentro de la ciudad. Por este medio, la EPA y las autoridades mexicanas podrían tener un impacto ambiental positivo en ambas ciudades. </p>
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<span class="caption">Arriba: El Río Grande/Bravo en la zona oriente de Ciudad Juárez el día de hoy, con turistas fotografiando las barreras fronterizas en el lado estadounidense. Abajo: El mismo sitio visto en 10 años, con turistas fotografiando vida silvestre y un río vivo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Gabriel Diaz Montemayor</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nd/4.0/">CC BY-ND</a></span>
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<p>He también trabajado con estudiantes de la Universidad de Texas en Austin (UT) para crear <a href="http://soa.utexas.edu/work/landscape-architecture-comprehensive-design-studio-hermosillo-green-corridors-plan">un plan maestro de corredores verdes</a> en la Ciudad de Hermosillo, Sonora, en el 2015. Hermosillo es otra ciudad que participa de la economía y la región fronteriza. </p>
<p>Los corredores verdes típicamente suceden a lo largo de drenes naturales o artificiales para recoger agua de lluvia y proveer de espacios recreativos. La ciudad está ahora lanzando un plan estratégico que incorpora dichos conceptos. </p>
<p>Durante 2015-16, también en UT Austin, desarrollamos una estrategia de planeación y diseño urbano para poblados y ciudades fronterizas en el estado de Tamaulipas, México (frontera con Texas), que se espera serán impactadas por la producción de gas y aceite resultado de la reciente reforma energética en México. Nuestro caso de estudio fue <a href="http://soa.utexas.edu/work/advanced-studio-spring-2016-integral-cities-tamaulipas-border-region-infrastructure-rapid">Ciudad Miguel Alemán</a>, la ciudad hermana de Roma, Texas, separadas tan solo por la anchura del Río Grande. </p>
<p>El plan y los diseños proponen aprovechar la construcción de la infraestructura necesaria para los campos de extracción de gas y aceite para incluir sistemas de detención e infiltración de agua que se tornan en corredores verdes urbanos que servirán como espacios públicos de alta calidad entre tanto mitigarán los riesgos de inundación. </p>
<p>El plan también propone el establecimiento de reservas naturales y áreas recreativas en el lado mexicano del río, replicando las que ya existen en el lado estadounidense. </p>
<h2>Un parque internacional fronterizo</h2>
<p>Una visión verde para región fronteriza podría expandir el enfoque de las ciudades hermanas a un esfuerzo de gran escala orientado hacia una planeación binacional urbana y ecológica. Esta iniciativa podría integrar calles, parques, industrias, poblados, ciudades, arroyos y otros tributarios, agricultura y campos de fractura hidráulica en la cuenca del Río Grande con una superficie de más de 470,000 kilómetros cuadrados. </p>
<p>Un punto de posible partida podría ser la restauración de zonas ribereñas a lo largo del río en la metrópolis binacional de Ciudad Juárez, México y El Paso, Texas, rediseñando el canal existente. La recreación del hábitat natural en ambos lados del río podría refrescar y limpiar el aire al tiempo de entregar espacios públicos atractivos. </p>
<p>¿Pero por qué detenerse ahí? Al tiempo que el Río Grande avanza hacia el Golfo de México corta a través de increíblemente hermosos y remotos paisajes, incluyendo <a href="https://www.nps.gov/bibe/index.htm">el Parque Nacional del Big Bend</a> en Texas, y los del <a href="http://www.chihuahua.gob.mx/areas/santa_elena">Cañón de Santa Elena</a> y Ocampo, y la reserva natural de <a href="http://www.gob.mx/semarnat/articulos/maderas-del-carmen-area-de-proteccion-de-flora-y-fauna">Maderas del Carmen</a> en México. </p>
<p>Recorrer esta longitud podría establecer una experiencia comparable con el sendero de las Apalaches en el este de Estados Unidos, con amplias oportunidades para observar áreas naturales y vida silvestre en recuperación mientras se aprende de dos de las culturas más ricas del mundo. </p>
<p>Juntas esas áreas forman un vasto, potencialmente binacional, parque natural que podría ser administrado cooperativamente, como sucede con <a href="http://whc.unesco.org/en/list/354">el Parque Internacional de la Paz de Waterton-Glacier</a> en la frontera entre Estados Unidos y Canadá. De hecho, proponentes de ambos lados de la frontera han buscado esta visión por <a href="https://greaterbigbend.wordpress.com/international-park-timeline-2/">más de 80 años</a>. </p>
<p>Cuando oficiales Tejanos propusieron crear el Parque Nacional del Big Bend en la década de 1930, visualizaron un parque internacional. En 1944 el Presidente Franklin Roosevelt escribió al Presidente Mexicano Manuel Ávila Camacho que:</p>
<p>“No creo que esta iniciativa del Big Bend (el establecimiento del parque nacional) estará completa hasta que la entera área de parque de esta región en ambos lados de la frontera forme un gran parque internacional”.</p>
<p>Las conversaciones desaparecieron en la década de los cincuentas, después volvieron en los ochentas a nivel local, pero fueron ahogadas por los debates de seguridad fronteriza e inmigración posteriores a los ataques del 11 de septiembre del 2001. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/181686/original/file-20170810-20679-deh5k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/181686/original/file-20170810-20679-deh5k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/181686/original/file-20170810-20679-deh5k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=476&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/181686/original/file-20170810-20679-deh5k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=476&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/181686/original/file-20170810-20679-deh5k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=476&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/181686/original/file-20170810-20679-deh5k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/181686/original/file-20170810-20679-deh5k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/181686/original/file-20170810-20679-deh5k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=599&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y el presidente mexicano Manuel Avila Camacho durante una visita de estado de Roosevelt a Monterrey, Nuevo León, México, el 20 de abril de 1943.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d2/Franklin_D_Roosevelt_Manuel_Avila_Camacho_Monterrey.jpg">National Archives</a></span>
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<h2>Unir, no dividir</h2>
<p>Hasta ahora el congreso de los Estados Unidos ha rechazado <a href="https://www.nytimes.com/2017/07/27/us/politics/house-spending-bill-border-wall.html">las solicitudes del Presidente Trump de billones de dólares</a> para financiar un muro fronterizo. </p>
<p>En cualquier caso, construir un muro en un ancho corredor ribereño proclive a inundaciones es un objetivo, por lo menos, dudoso. Como <a href="https://www.nytimes.com/2017/06/20/us/politics/on-the-mexican-border-a-case-for-technology-over-concrete.html?_r=0">ya ha sido señalado por expertos</a>, es más efectivo vigilar la frontera con tecnología y policías que con una barrera física. </p>
<p>De hecho, restaurar el hábitat del río podría mejorar la seguridad fronteriza al promover un mayor y constante volumen de agua en movimiento. Hacer del Río Grande/Bravo más sano podría también beneficiar a granjeros, agricultores y productores de energía en ambos lados de la frontera. </p>
<p>En su ensayo de 1951 “<a href="https://books.google.com/books?id=cRddYSJCEBEC&pg=PA43&source=gbs_toc_r&cad=4#v=onepage&q&f=false">Chihuahua como pudimos haber sido</a>”, el erudito del paisaje cultural Estadounidense J.B. Jackson escribió que “los ríos se supone que deben de unir a los hombres, no separarlos”, y que la frontera impone una división artificial en una región que los humanos aceptaron como una entidad unificada por cientos de años – el Suroeste Español (para los Estados Unidos).</p>
<p>Esta vasta cuenca debería recordarnos que somos frágiles en aislamiento, pero poderosos cuando nos unimos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/83077/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gabriel Diaz Montemayor does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.</span></em></p>Hacer al Rio Grande grande otra vez sería bueno para el medioambiente fronterizo y costaría mucho menos que el muro propuesto por el Presidente Donald Trump.Gabriel Diaz Montemayor, Assistant Professor of Landscape Architecture, The University of Texas at AustinLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.